Paú Gryffindor

Ahora sí podía volver a hablar, así que era momento de crear defensas. Alzó su varita y miró a sus compañeras, esperando que ninguna de ellas tuviese algo encima y que estuviesen a salvo. Murmuró sin más:

-Corpus Patronus- Unos hilillos de luz fueron formando un león adulto, que tenía intenciones claras de protegerla de cualquier ataque que pudiese venir a su dirección. El león se posicionó a un metro a su derecha, atento a la situación de batalla y esperando indicaciones de su creadora, o sea, de ella.

Finalmente alzó su varita y murmuró: -Avis- que hizo que doce hermosos pájaros se desprendieran de la punta, para sobrevolar por sus alrededores, cerca de su cabeza y esperaban indicaciones para protegerla. Las avecillas interceptarían los rayos o ataques a los que ella le mandara a defender.

Era momento de continuar. Rápidamente apuntó nuevamente hacia Nathaly Barbanegra, que había recibido el rayo de babosas debido a que el efecto había desaparecido instantes antes. La chica comenzaba a vomitar aquellos asquerosos animales, así que debía aprovecharse de la situación. Rápidamente le apuntó y pensó en un Fuego Púrpura que viajó de inmediato hasta Nathaly. Si no impedía que esta llegara, la chica caería inconsciente. Esta viajó por enfrente de ella, después caminó hacia la espalda de Nathaly y pensó en un Conjuntivitis y un rayo salió de la punta de su varita mágica, con intenciones claras de impactarle para que le impidiese la visión. No podría ver con claridad si dejaba que ese rayo impactara en su cuerpo. Triste realidad.

No había visto venir un efecto por parte de Carrie, así que su hueso comenzó a doler debido a que se encontraba roto por un absorvere. Rápidamente se apuntó y pensó en un Episkey que hizo que su hueso sanara, pero no por completo, así que decidió pensar en un nuevo Episkey para terminar de curar aquella herida. Su hueso volvía a estar en su lugar y a ella ya no le molestaba en lo más mínimo. Volvía a tener la movilidad que quería, por lo que se preparó para volver a atacar si lo necesitaba. Tenía las cosas bajo control, la gente debería prestar más atención en ello así no les pasaban cosas como le habían pasado a la Gryffindor. Se mordió el labio inferior y fijó nuevamente la mirada en sus oponentes.

Y el momento había llegado. Los mortífagos ensuciaron el suelo del Moon River con su presencia y se encargaría de que ninguno de ellos saliera vivo de ahí. Apuntó de inmediato a una chica que vio que llegaba y blandió su varita contra ella, lista para atacar.

- Limitate - murmuró con claridad realizando una floritura. El efecto impactó de lleno en la varita de Nathaly Barbanegra y la chica no podía hacer nada para evitarlo; se vería limitada, solo podría mandar efectos puesto que los rayos ni tampoco las invocaciones saldrían de su varita. A ella le encantaba ese hechizo, era realmente necesario en esos casos.

Después apuntó a Nathaly nuevamente y pensó en un «Babosas» que iba directamente a impactarle a Nathaly. De impactarle la chica comenzaria a vomitar babosas y no podría pronunciar ninguna palabra debido a ello. Paula esperaba que le impactara de lleno.

Y recibió el llamado de Jessie, una de sus compañeras del bando. Al parecer se estaba llevando a cabo un ataque en el Moon River y debía que ir a defender el lugar. Estaba preparada, salió de la Mansión Gryffindor con su varita de álamo blanco en su mano derecha, lista nada más para blandirla contra los mortífagos que se atrevieran a atacarla en la batalla, aunque iba a concentrarse para que ella fuese la primera en tener que atacar y no para defenderse.

Caminó por las calles de Ottery, para después dirigirse al callejón Diagón. Admiraba todo el ambiente, la frescura que se respiraba de los árboles que la rodeaban en el transcurso. Llevaba puesto un vestido azul aqua que resaltaba el color claro de sus ojos, así también como unas sandalias blancas con una flor entre las correas del mismo calzado. Su cabello lo llevaba suelto, dejándolo caer por sus hombros.

Finalmente llegó al lugar donde le habían indicado que tenía que llegar e ingresó, percatándose de que sus compañeras ya iban llegando también al negocio. Suspiró profudamente antes de decir una palabra y se posicionaría a siete metro de los mortífagos si es que ellos se atrevían a aparecer ahí. Era momento de concentrarse para no fallar en ningún momento.

- Rapidez, confianza, seguridad- les dijo a sus compañeras. Se iba a encargar de que ninguno de su bando saliera herido o se lamentaría, más que nada porque sabía que una chica apenas era aspirante y quizá no tenía tanto conocimiento en esas cosas. Le ayudaría en todo momento.

Jajajaja eso May, agarra las cuerdas de la trama y mándalos a todos a rolear Ya saben que este tópic es para organización suya y para dudas nuestras.. Así que aporten todos ideas y hagan que el rol sea más dinámico y divertido! Me alegra ver que empiezan a interactuar entre ustedes *-*

Y nada de Grrr, Sherlock u_u échale ganas o te voy a latiguear ññ xD Paso para decirte que tu ficha ahora sí está aprobada.. Así que puedes seguir roleando sin problema alguno *o*

Los quierooo

*-*

Edito para recordarles que se tienen que llenar dos líneas acá o se considerará spam u_u ah re, no me gusta llamar la atención, pero debemos de cuidar las reglas*o*

♥

Maldita sea, maldita sea. No se había dado cuenta de aquel corte de katana, ¡pero había salido justamente cuando ella estaba curándose! Apuntó hacia el corte que Evarela le había provocado y pensó en un Episkey el cual se encargó de cerrar aquella herida, que después tendría que volver a curar con un nuevo hechizo, pero con ese bastaba por el momento. Y finalmente pensó en un Zancadilla que ató a Evarela por los tobillos, impidiéndole así que pudiese caminar o moverse. Por ende la mortífaga no podría salir hasta que finalizara los efectos de ese efecto, valga la redundancia xD y debía buscar la manera de continuar. Aunque le convenía rendirse.

Cayó en un estado de confusión del que tenía que liberarse de alguna manera. No podía hacer nada, no tenía la capacidad de razonar con ese efecto encima. ¿Qué diablos les ocurría? Zack se había encargado de dejarla así, aunque tarde o temprano ella tendría que hacer las cosas bien. Finalmente el efecto de aquel confundus finalizó y ella quedó consciente de la situación de batalla nuevamente, no se había perdido mucho, así que no se preocupaba. Pensó en un Episkey para curar las heridas por el fuego maldito de Zack y cambió su varita de mano al recibir el absorvere de Anna. «Vaya cosas» pensó. Todo tenía que arreglarse de una buena vez, detestaba tener que fallar y exponerse de esa manera.

Estaba preparada para atacar, y al ver que los mortífagos ingresaban al lugar, observó a quien e encontraba mucho más cerca de ella. Le apuntó a Evarela Black y antes que cualquier otra cosa, murmuró: - Limitate- El efecto impactaría de lleno en la varita de la mortífaga, quien si intentaba realizar algún hechizo, no saldría debido a que se encontraba limitada y solo podría atacar con efectos, que a decir verdad, no eran muchos.

¿Qué más necesitaba para hacer? Había que acabar con ello, así que murmuró después de eso un ligero Silencius que de igual forma que su limitate, era un hechizo de efecto que impactaría de lleno en la garganta de Evarela y la dejaría silenciada, así que tampoco podría pronunciar hechizo alguno ni aunque lo quisiera. Al parecer era lo único que podía hacr ahora sí.

Y en vista de las lentitudes de los mortífagos, era momento de aprovechar el tiempo que les estaban dando para crear algo útil como lo eran las defensas. Alzó su varita.

-Corpus Patronus- exclamó realizando una floritura con su varita. Un león adulto se formó de unos hilillos plateados que se desprendieron de la punta de su arma. El animal de luz tenía intenciones de protegerla, pero si necesitaba que atacara o si lo necesitaba para ayudar a sus compañeros, lo haría sin ningún problema. Estaba atento, posicionado a un metro a su derecha, esperando el momento de ser utilizado.

Después de haber pronunciado aquello, exclamó:

-Avis- doce hermosas aves se desprendieron de su varita y sobrevolaron por su alrededor, con intenciones claras de interceptar cualquier ataque que fuese hacia ella.

Recibió el llamado por el supuesto rescate mortífago que se estaba llevando a cabo y fue por ello que había tenido que irse del Castillo Ryddleturn. Sacó de su bota su varita mágica y la tomó por la empuñadura de Palisandro, fijando la mirada por las ventanas de la torre de Abaddon. Aún no llegaban, pero podía escuchar como las defensas al parecer se estaban pasando.

- No hay que dudar nunca, siempre eso termina haciéndonos caer- murmuró cuando vio que sus compañeros de bando iban llegando al lugar. No habían pasado muchos minutos, cuando se percató de que cada vez estaban más cerca-. Vayamos a las afueras de la Torre, creo que es mejor impedir que ingresen hasta acá y hacerlas cosas rápidas.

Sin más, bajó las escaleras asegurándose de que los mortífagos presos aún se encontraran sin vida. Así había sido, así que no tenía mucho que hacer. Se mordió los labios y continuó el camino, acomodando desabotonando la gabardina negra que llevaba puesta, para que la movilidad en sus extremidades fuese mucho más ligera. Finalmente llegó al lugar que deseaba y se encargaría de mantener una distancia de siete metros de los mortífagos una vez que llegaran.

- Hagamos esto- susurró, mientras buscaba un cigarrillo de vainilla en el bolsillo interno de su gabardina. Lo sacó y lo encendió en su mano izquierda, ya que en la derecha portaba la varita.

Sexta Planta ~

- w/ Felicity

- Como siempre, pero al menos ustedes han conseguido quedar libres.

Continuó preparando la poción y después de haberla dejado enfriar por unos minutos, vertió un poco de la sustancia en un pequeño frasco de cristal. La apariencia de era viscosa, el olor que desprendía era bastante desagradable y el sabor de esa poción... bueno, siendo sanadora lo conocía a la perfección.

Se aseguró de que Felicity hubiese esparcido el ungüento por aquellas heridas y después caminó nuevamente hacia ella, con el frasco en la mano; mientras tanto estrechó su brazo izquierdo para recibir el frasco de la pomada mentolada que le había dado y entregó el recipiente de cristal esperando que la chica terminara con ello para que se pudiera ir de ahí de una vez por todas. Detestaba tener que ver a sus compañeros en esa situación.

- Bébela mientras redacto tu alta- indicó. Tomó un pergamino y comenzó a escribir lo que había visto, los daños... la fecha e incluso la mejoría que se había visto. Cuando terminó, firmó el papel y se lo entregó-. Ahora sí, si te sientes bién puedes irte ya.

Sexta Planta ~

- w/ Felicity

- ¿Pero qué es lo qué ha ocurrido aquí?- preguntó, mientras se levantaba de aquella silla de piel que hacía juego con el escritorio que le habían asignado a ella desde que empezó a trabajar en el hospital-. Gracias por traerlos, yo me encargaré de curar todas aquellas heridas y devolverles la vida.

Sin más, tomó unos guantes blancos de látex y se los puso, antes de empezar a revisar el cuerpo inerte de Felicity. Se acercó a la camilla donde la alto rango se encontraba y removió aquella sangre seca con un par de algodones y agua oxígenada. Prefería curarlos mientras estuviesen muertos, pues sabía que de alguna manera no sufrirían por los métodos curativos que ejerciera en ellos para la mejoría de sus pacientes.

Después de haber acabado con ello, sacó su varita de álamo blanco y la tomó por la empuñadura, pensando un par de Episkeys que hicieron que el corte que tenía sobre el pecho y las quemaduras que tenía en la piel desaparecieran. Al menos una gran parte de ello había desaparecido, así que claramente podría pasar a revivirla.

-Enervate- murmuró y el rayo se encargaría de impactar en Fe, quién abriría los ojos en cuanto el hechizo se lo permitiese. No pasó mucho tiempo cuando sue percató de que la joven estaba despierta-. Ay mujer, ¿qué ha ocurrido ahora? Espero que no sientas mucho malestar ya...

Le ayudó a sentarse en la camilla y después de ello, caminó hasta el carrito de la planta para buscar algún ungüento mentolado que sirviese para evitar la aparición de cicatrices. No había nada que ella detestara más, que tener cicatrices y parecer muñeca de tela de tantos daños que se sufren en las bastallas.

-Aplícate un poco de esto, mientras me encargo de la poción- ordenó, sí.. ordenó xD.

Cárcel de Abaddon: (actualizado hasta posteo 409)

* Lisa Weasley Rambaldi

* Evarela Black Haughton

* Spectum Crouchs

* Pik Malfoy Mcnair

TOTAL: 3 prisioneros

Cárcel de Nurmengard (actualizado hasta posteo 15)

* Laimi Evans

* Elizabeth Tonks

* Pandora Stark

* Zbigniew Fined

* Edmund Browsler

* Sally Sigel

* Madeleine Rambaldi

En rojo los que siguen presos

En verde los que ya salieron de las cárceles (deben de ir a San Mungo según la situación de libertad, rescate o muerte tras cinco días de permanencia en ellas)

En naranja los que no pueden participar en acciones de ataque o defensa, pendientes de veredicto.

[horario HL]

Listado 20 de Marzo

Ingresó a los terrenos de Abaddon cargando el cuerpo inerte de una de los líderes de la Marca Tenebrosa, Evarela Black. La mujer había perdido la vida intentando salvar a un joven de los suyos en la Mansión Crouchs, pero para desgracia de ellos, todo les había salido bastante mal. Debían de aprender a dejarlos ahí cuando saben cual será el resultado de las cosas.

- Chicas, encárguense de ella, que tengo cosas que hacer fuera de aquí- les dijo a sus compañeras guardianes, esperando que ellas fueran para atender a la mortífaga; curarla y revivirla como les correspondía-. No la traten demasiado mal, pero tampoco bién... Les gusta la mala vida al parecer.

Subió las escaleras de la torre mientras pensaba en aquellas labores que debía realizar y a las cuales ya iba un tanto tarde. Finalmente llegó al piso número cuatro y se adentró por el pasillo, hasta llegar a una de las celdas vacías que tenía el lugar. Estaba bastante sucia, pero no se iba a desgastar en limpiarla para una persona que seguramente estaba acostumbrada a la porquería de cosas que ocurrían día a día.

- Vendrán a atenderte, si cooperas... todo saldrá bien- le dijo a Evarela, mientras dejaba su cuerpo sin vida en el frío suelo del lugar. Después de ello le quitó su varita y salió por la celda, cerrándola tras ella con un Fermaportus.

Jelou bellezas *-*

Ya Kya les ha dejado su tarea, que consiste prácticamente en seguir el rol como hasta ahora lo han hecho xD Les recuerdo también que necesitan hacer 6 roles, ahrre.. que ya lo leyeron arriba también, jajajaajaa! En fin, ya.. Lo importante:

Calificaciones ♥

Rodrigo Snape ~ 20 puntos - Extraordinario

Jay Amaya Haughton ~ 16 puntos – Supera las Expectativas

Phera Agnes ~ 18 puntos – Supera las Expectativas.

Sherlock Holmes ~ 10 puntos - Aceptable

Ahora sí amores, échenle ganaaaaaas!

Interactúen entre usteds y describan muy bién lo que ocurre, según lo vea su personaje.

Nos vemos en una semanita

♥

Yo tambieeeen me paso a agradecer mi firma \o/

Es bonis ser Boo *-* aunque dice Marijopis que no me queda porque Boo es buena u_u Pero ella es envidiosa, yo lo sé, me queda re biem con las colitas en el cabello*-* re linda! JAJAJA Okyaaa:c nopuesh!

No má para que vean que ya la tengo puestita*-*

Y hay que presumirla, ohsi

Gracias*-* me hicieron otro avy (L) jajaja xD

Sexta Planta ~

Le costaba recordar cuando había sido la última vez que hubo limpieza detallada en la planta. A decir verdad, siempre que sus compañeras le decían sobre ordenar la zona que les correspondía en el hospital, salía huyendo ya que lo último que quería hacer era limpiar. Desde que Belu se había ido, todo estaba hecho un desorden y esperaba que pronto les asignaran a alguien para mantener el lugar como se debía.

- ¿Sabes dónde está el chico de ojos verdes?- le preguntó a Athena, que le había estado ayudando a curar a su hermana. Madeleine ya había salido, pero al parecer la Ravenclaw aún se encontraba en el lugar, cubriendo su turno-. No he visto que venga a recoger las sábanas de esta semana y me parece que la higiene en un hospital debe ser lo primero.

Lo habría hecho sin ningún problema, pero ella era la última que limpiaría. No se iba a desgastar enjuagando aquellos frascos de pociones, ni tampoco lavando calderos... Era algo que simplemente no le corespondía y jamás serviría para ello.

- Soy la última persona que va a tocar el jabón, una escoba o el trapeador aquí, Ravenclaw. Si ese enfermero no viene, tendremos que buscarnos a los elfos o a cualquiera que sirva para limpiar porquerías- le dijo, mientras se recargaba en la pared. Amaba San Mungo, pero odiaba eso de tener que organizar todo, todo el tiempo-. Porque yo no estoy aquí para ello.

Miró el interior de su taza de café y dio un sorbo, esperando que siguiese caliente. No era lo que quería, pero al menos continuaba tibio. Se sentó sobre su escritorio y cruzó las piernas en forma de canastilla, mientras se mordía los labios saboreando la amarga bebida negra. Era el momento de calmarse y disfrutar el poco trabajo que tenía ese día.

Holaaa Holaaa holaaaa!

Yo quiero ser la primera en publicar mi pj, claro, después de ustedes! Porque no quiero que me lo ganen o me van a hacer llorar u_u jajajaaj! Y pues.. me ha encantado la idea, de hecho cuando me la comentaron me pareció asdf, buena *o*

Así que vengo a decirles que me apunto a las firmas temáticas! Y que mi personaje será de Monsters Inc.. ¿quién creen? BOO!

+.+

Esta imagen, porfi:3

http://img6.imageshack.us/img6/9577/vlcsnap2010071119h50m01.png

GRAAACIAS \o/

«Muy hábil» pensó, mientras observaba con detalle el látigo azul neón que Zbigniew había invocado para protegerse. Jamás había visto ese hechizo tan cercano, pues era raro que se viera creado... o al menos eso creía. Le resultó bastante útil, más cuando se dio cuenta de que después de recibir el sectusempra que le había mandado segundos antes, continuaba su recorrido hacia ella con intenciones de golpearla, aplastarla o lo que fuese. No pretendía averiguar lo que esa roca haría con ella si la dejaba impactar.

—Morphos— exclamó con claridad. La roca de aproximadamente 50 kg que él le había enviado y que se encontraba ya a medio camino (3.5m de cada uno), se convirtió en un Billywig de aproximadamente un metro, el cual mandó a volar hacia Zbigniew para que le picara en el brazo izquierdo y lo hiciera levitar. El animal volaba con extrema rapidez e iba preparando su aguijón para no fallar en la picadura...

Después de ello recibió sus ojos se vieron lastimados con una luz que consiguió cegarla de momento. Detestaba ese hechizo, pero no del todo, pues podía seguir utilizando efectos aunque estuviese bajo los daños del strellatus. Dudaba de lo que debía hacer, sabía que Fined tenía mucha más experiencia en duelos de lo que ella y aquello conseguía ponerla nerviosa. Si fallaba... no, no iba a dejarse ni tampoco pensaría en ello.

—Limitate— murmuró justo después de haber escuchado que el hombrecillo pronunciaba un «strellatus». El efecto le impactó de inmediato en su varita y Zbigniew se vería limitado al usarla; solamente podría mandar efectos, puesto que no saldrían rayos de ésta... ni mucho menos invocaciones. Tenía que pensar de mejor forma lo que quería realizar.

Finalmente recibió un floreus, el cual le impedía volver a atacar. Al encontrarse herida por el strellatus, pensó en un Episkey, el cual curó sus ojos e hizo que su visión estuviese nuevamente clara. Al menos podía continuar con el enfrentamiento sin tener que preocuparse de ello más.. ¿Qué pasaría ahora? No lo había atacado tan fuerte, así que estaba un tanto nerviosa por la forma en que Zbigniew quizá se defendería.

Y había comenzado. Por alguna razón pudo ver venir el primer hechizo que Elizabeth le enviaba, ya que era bastante común cuando se iniciaba un duelo. Se había enfrentado ya una vez inesperada con la Tonks, cuando ella también había conseguido asustarla también anteriormente en la Mansión Gryffindor. Al parecer a la mujer le encantaba meterse en problemas o asustar a la gente, pero era momento de que se saliera con la suya.

—Ardius Limitate— murmuró con claridad, antes de que Elizabeth le enviara el morphos. El efecto mantendría a la mujer limitada, impidiéndole así enviar rayos e invocaciones que requirieran el uso de su varita de ébano. Paula odiaba ese hechizo en enfrentamientos de uno contra uno, pues prácticamente tenían demasiados hechizos de ese tipo.

Miró hacia el cielo, pues la noche comenzaba a tornarse más fría. La niebla cubría las nubes, la luna se había escondido por completo detrás de ello. Sintió como su suéter se convertía en una avispa marina y al no poder evitar que ésta le picara, ¡saz! Se encontraba envenenada.

—Mi conciencia está tranquila, no te preocupes— respondió, mientras ladeaba su cabeza a ambos lados, haciendo sonar sus huesos del cuello—. No sé si estás donde debes, pero para mí no. Aquella vez en mi casa moriste, ¿crees que estabas donde debías?— cuestionó, mientras observaba fijamente los ojos de su compañera.

Estaba dudosa con lo que debía mandar, pero no le iba a dejar las cosas tan fácil. Rápidamente le volvió a apuntar y murmuró ligeramente: —Floreus— pronunció suave. El efecto impactaría en Elizabeth, quien tendría que hacer algo si no quería verse aún más limitada. Finalmente la Gryffindor apuntó hacia su zapatilla deportiva y murmuró: —Morphos— que hizo que la prenda se convirtiera en un bezoar. Paula se agachó para recogerlo y lo tragó al instante.

Sostenía con firmeza su varita por la empuñadura de Palisandro, mientras la observaba detalladamente. La última vez que la había utilizado para practicar, se veía tan lejana en su cabeza, ya que ella ni siquiera recordaba lo había ocurrido en su último enfrentamiento en los terrenos de la Orden del Fénix. Venía siendo momento de volver a disfrutar los hechizos como a ella le gustaban; sin presión alguna, ni con el temor de caer presa por algún error que pudiese cometer en pleno acto.

El astro sol comenzaba a esconderse por las grandes montañas que se podían observar desde su ubicación, abriendo paso a la oscuridad de una noche estrellada. Mientras caminaba entre los árboles de aquel bosque, podía disfrutar del fuerte viento frío que despeinaba sus ondulados cabellos castaños y de la ligera brisa que desprendían los árboles a causa de una reciente llovizna en el lugar. Era un clima perfecto, al menos para ella.

—Uno, dos, tres...

El crujir de las hojas secas se escuchaban a cada paso que realizaba. Se detuvo por unos minutos admirando la belleza de la luna y después volvió la mirada hacia su izquierda, donde le pareció ver la sombra de alguien por entre los árboles. Cuando volteó, aquel ser ya no se encontraba ahí, pero tenía la certeza de que era una persona.

—¿Quién está ahí?— preguntó intentando no mostrar inseguridad en su voz.

Sentía el corazón en la boca, sus latidos comenzaron a incrementarse. Buscó un lugar despejado y cuando lo encontró, se situó entre dos rocas similares de aproximadamente 1.5m x 1.5m, las cuales utilizaría si lo llegaba a necesitar. La distancia que la separaban de ambas eran las mismas, dos metros de cada una. Se quedó de pie, recorriendo con la mirada todo el espacio: rocas, troncos secos; si alguien aparecía claramente tendría las mismas posibilidades de atacar/defenderse como las que ella tenía. Aquella sombra nuevamente se hizo visible ante sus ojos, pero esta vez no se movió. Era la figura de un hombre, al que a esa distancia no pudo reconocer; quizá lo haría si se acercaba un poco.

Sus piernas comenzaron a temblar y un nudo comenzó a formarse en su interior. ¿Qué ocurría? Se sacó el holgado suéter verde dejando al descubierto una blusa de tirantes negros que hacía juego con el short de mezclilla que llevaba puesto. Su piel se erizó al sentir el frío y colgó la prenda que recientemente se había quitado en la rama de un árbol.

— Ardius Sectumsempra— murmuró con claridad al momento en que regresó toda su atención a la figura lejana. Un rayo rojizo se desprendió de la punta de su varita, con intenciones claras de provocarle heridas profundas y sangrantes al hombre que se había acercado un poco más y al que había reconocido cuando lo tuvo a siete metros de distancia. Era Zbigniew.

—Pensé que ya no salías más— pronunció, mientras mordía su labio inferior.

Sexta Planta ~

Alta a Madeleine, con Athena

- No, Ravenclaw. ¿Ocurre algo? - le preguntó. Estaba sorprendida de verla en la habitación donde ella se encontraba, pues era raro que coincidieran en el hospital. Normalmente pasaban y cubrían los horarios que la otra no podía y demás-. Ahorita te alcanzo afuera, solo termino de acomodar estos papeles que debo entregar a la dirección.

Y mientras amontonaba los diversos pergaminos, escuchó a su compañera diciendo que alguien se encontraba en la planta. Paula conocía como trabajaba Athena, pero en vista de que ambas estaban disponibles en el hospital, decidió ayudarle un poco con la curación de aquella persona. Salió de la habitación y se percató de un cuerpo femenino, pero antes de que ella pudiese realizar algo, Athena la revivió.

- Eres bastante lenta, Madeleine- le dijo a su hermana, mientras caminaba hasta el armario de pociones-. Siempre terminas huyendo del lugar, dejando a tus compañeras dentro... No es para felicitarte.- A Paula nunca le parecía lo que hacía su hermana, pero seguramente ella ya estaba acostumbrada a que la molestara-. Pero vale, preocúpate por salir de aquí y después te ayudo a encargarnos de rescatar a la paladín.

Miró hacia Athena y rodó los ojos, pues le resultaba tedioso tener que sanar a su hermana. Sacó del armario un frasco, pero era realmente poca la poción que estaba preparada. No se iba a desgastar en preparar más.

- A la próxima la dejamos así, hasta que se pudra- le dijo a Athena bromeando, mientras reía-. Pero bueno, eso me llevaría un castigo.. O nos llevaría, en dado caso de que fueras participe.

Le entregó el frasco de cristal a la chica y con un gesto le ordenó que la bebiera. Mientras eso, decidió realizar el alta de la Knight en uno de los pergaminos en blanco que estaban sobre el escritorio y cuando terminó, tomó un caramelo de cereza, que era los que menos le gustaban a Paula.

- Bien, vete de aquí... Ya no tienes nada más que hacer. No quiero que vuelvas a caer por aquí... al menos intenta de que no sea pronto- pronunció, mientras le entregaba la hoja y su caramelo. Si, en realidad Paula estaba preocupada por su hermana, pero no lo iba a mostrar. Madeleine suerte de haber recibido un caramelo...

Cierto, Gracias Bodrik! No me di cuenta de ello xD No soy Xell, entiendan errores ): jajajaa! En fin, ya la agrego al listado, ñiañia.. Y agregué a los prisioneros pasados xD que no había actualizado, y los añadí en el listado del 14, en fin.. no sé, si no entienden algo me avisan, jojo.. Aún sigo enliándome con esto ): jajaja!

Cárcel de Abaddon: (actualizado hasta posteo 361)

TOTAL: 1 prisioneros

¿Qué más falta? Ya he revisado tu ficha Aaron y queda aceptada, pues está correcta. Tu también puedes empezar a rolear en el Bosque Prohibido, así que ánimo *-*

Chicos, disfruten la clase y no quiero más atrasos, eh? :c se salvan porque la ficha nada más es el comienzo, jajaajaa! Así que ya saben! Cualquier duda, mi MP y todo eso(:

Los quieroo!