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Valent

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Todo lo publicado por Valent

  1. La Crowley se alojaba últimamente en una casa de las afueras de Ottery, teniendo todavía demasiada timidez como para volver a su mansión. Sin embargo no le faltaban ganas de ver a su hermoso pueblo y ni qué hablar sobre el callejón Diagon, donde había pasado momentos felices con amigos que no pensaba recuperar y con los que no olvidaría jamás. Como siempre, en estos últimos días, comenzó a morderse las uñas preguntándose si podría volver ahí. —Solo será un momento, solo un momento, nadie me va a ver, no tengo que pedir disculpas a nadie y contarles lo…—se detuvo ahí mismo, le dolía aceptar que había extrañado a todos. Así fue como salió con un sombrero de bruja y los vestidos negros de siempre a caminar por el callejón. Pronto su tentación la llevaría a The Cawing Crow, un lugar que no conocía y pensaba que sus conocidos tampoco lo harían. Sonrió para sus adentros pensando que allí podría encontrarse sola y a la vez acompañada de las demás personas que venían por sí mismas al lugar. Con ver gente como ella, que también usaba a menudo la varita y le gustaba reír, estaba muy feliz. Se sentó en una de las mesas más escondidas, en una de las esquinas donde apenas llegaba la luz, sin contar la que tenía su propia mesa. Pensó en apagarla, pero tenía un poco de vergüenza, ¡qué decir! de tanta vergüenza que tenía se puso toda roja solo imaginándose en un lugar con la luz toda apagada, llamaría la atención el doble. Una elfina se acercó y le preguntó qué deseaba, tampoco sabía muy bien qué pedir, optó por una expresión que para ella significada "yo sé muy bien qué pedir, lo sé todo de este lugar", pero era exactamente lo contrario y se pondría más roja de verse a sí misma en ese momento. —Emm... —se relamió los labios, se atajaba de la mesa con ambos brazos y se puso a reflexionar con la boca crispada— ¿Sirveen... café?
  2. HOLA MARCAAAAAAAAAAAAAAAAaAAAAAaaaaAAAAA!!!!!!!!!1!!!!!"1!"!!!!! Extrañé mucho estooo y realmente me da cosita volver, porque siento que todos se olvidaron de mí jajajajaaja espero que no sea así (?) Quieranme ññ, que voy a volver a ser mortia y molestarles como antes muahaha, no sé qué más deciiir, voy a dejar mi ficha deee registro y escribir un poquito más para que sean por lo menos un poco más de dos líneas jajajajajaj Nick: Valent Nombre: Sofía Belén Edad: 16 Fecha de cumpleaños: 29 de enero País: Paraguay Skype: sofii.santander Espero que me acepten prontoo, la página principal del foro se ve muy vacía si no esta mi subforo tan querido T.T Los quieroooo♥
  3. Guardias Luego de terminar mi labor como guardiana en el castillo Haughton necesitaba darme un descanso. No había sido tan difícil el observar el sitio, sin embargo cada vez la vaguedad se iba adueñando más de mi cuerpo, obligándome a tomar grandes descansos por cortos periodos de trabajo. ¿Así o más floja? Sin embargo, por más bien que se sentía el estar haciendo nada, quería volver a lo que era antes, cuando trabajaba realmente por una marca mejor y estable. Mi amor por el tatuaje y todo lo que implicaba el tenerlo me hizo levantarme de la roca donde me encontraba descansando y aventurarme nuevamente a las calles de Ottery St. Catchpole. Recordaba que cuando iba a la academia odiaba caminar por ahí y ver todos los castillos, me parecía una pérdida de tiempo comparada con el Callejón Diagon y sus múltiples facetas atrapantes, siempre había algo que me gustaba hacer o que me encantaría probarlo. No obstante ahora todo cambió. Prefería estar en el lugar más tranquilo de Ottery que ir caminando entre los negocios bochornosos del callejón, incluso odiaba el tener que mezclarme con gente que no conocía. Distintos olores, no siempre gustosos, distintos niveles de sonido, como si estuvieran haciendo una competencia de quién gritaba más. Niños corriendo, juguetes pasando por todos lados. Definitivamente no me agradaba hallarme allí. Todo eso iba pensando mientras movía los pies tranquilamente hacia el Castillo Triviani y luego a su puerta principal. Repetí el cuadro de la Haughton, llamé a la puerta y esperé pacientemente a algún elfo o persona que me atendiese. Tenía un poco de conocimiento acerca de la familia, muy adinerada y metida en negocios del... ¿mercado negro? Todavía tenía en mente la imagen de un hombre siendo torturado por los mortífagos, a causa de querer cambiar las reglas que se regían por estos lugares. Tontos, no sabían lo que hacían al meterse con un mortio.
  4. Guardias Bajé la capucha al encontrarme frente a aquel lugar, un espacio totalmente lujoso y con objetos valiosos. No era la primera vez que me encontraba allí, ya hacía incluso la segunda vez que llegaba como guardiana. Ninguna de las dos veces el local estaba en mi lista de visitas oficiales, sino que lo hice como hobbie, sí, esta vez también. Aunque... quizá no solo como hobbie, sino también para compensar ese espacio que no estuve completamente para la marca, en el mes pasado. Mis piernas finas, cubiertas por la tela de mi vestido oscuro, me dirigieron a la recepción, donde encontré a ciertas personas que se encargarían de guiarme. Me preguntaba si ellos sabían sobre las guardias, sobre el bando mortífago, sobre los verdaderos pasos de la dueña que mantenía el ¿hotel?. Juve, Alto Rango a quien yo tenía mucho cariño, en especial por su forma de actuar y pensar. En fin, tenía cierta vergüenza de hablar abiertamente sobre mi motivo principal para acudir allí. —¿Estará la dueña? —pregunté posándome sobre el mostrador. Esperé con ganas que el recepcionista me diera una respuesta concreta y esta sea positiva para mí. Hacía unas cuantas semanas que no tenía contacto con la rubia, no era mala idea hablar un poco. Acaricié mi barbilla esperando respuesta. Busqué algo que me atraiga, pero todo aquello ya estaba grabado en mi memoria, ya lo había visto antes encontrándome en la misma situación.
  5. Guardias Esta vez, a diferencia de las demás, me encontraba sentada tras un escritorio, en mi habitación del Castillo Crowley. Con ambas manos juntas sobre él y mis piernas cruzadas esperaba a mi elfo doméstico traer una información valiosa. Hacía días que no me acercaba siquiera una vez a la sala de Guardianes y necesitaba tener los datos adecuados para comenzar nuevamente el trabajo que en los primeros meses me había dejado encantada. Pronto escuché un ruido seco y giré la cabeza sin sorprenderme. —Aquí está la lista —me pasó una. Dos minutos después salía caminando de mi habitación, bajaba las escaleras y seguidamente cruzaba el umbral. Me dirigía a la mansión Granger, una que estaba vecina a la nuestra pero no tan cerca como mis pies lo habían deseado. Las indicaciones que me dio el elfo eran fijas y concretas y yo las cumpliría. Después de todo estaba feliz haciendo ese trabajo, pues me gustaba usar mi tiempo en cosas interesantes, de vez en cuando. Mostré los dientes tras algo que parecía ser una sonrisa, hacía días que no hacía nada útil. Mis pasos producían ruido al chocar mis botas negras sobre el piso. Ese día no estaba de humor para bromas ni mucho menos para dejarme estar, sin hacer nada por el bien de mi sociedad, el bando mortífago. Una vez llegado a la puerta levanté el puño derecho, con la otra mano estiré mi manga larga y mostré una mano pequeña a la luz del día. Di dos golpes sonoros y esperé que alguien me atendiese, sea quien sea, me sería valioso toparme con alguien.
  6. Hola Quería venir a pedir un cambio que está hace muchito y no se hace ;c antes de regañarme pueden ir al topic (?) Este es el link, lo que pasa es que Mía fue a autorizarme y yo hice un cambio de mi ficha abajo, pero no quise agregar lo de aparición porque pensé que no me correspondía (?) que antes tenian que mirar los moderadores y ellos colocarlo .__. creo que por eso se confundió Bastian y no agregó mi licencia T.T Entonces mi duda es si tengo que esperar hasta que termine el mes para volver a postear y pedir ese cambio, o me lo pueden hacer en cuanto se pueda ;c. Siento mucho si es que soy pesada, es que lo necesito. Por favor y gracias.
  7. Con el cabello recogido en una coleta escondida bajo la capucha de mi capa negra, recorrí lentamente el callejón que se dedicaba meramente al comercio. Tenía por seguro que había más de un fenixiano en aquel lugar, escondido en el mar de gente que se movía desde temprano. La noche se alzaba sobre mí, llenándonos con su oscuridad y dando paso al terror o un intento de ello, pues yo estaba ahí tratando de imponerlo. Los pasos que daba eran seguros, pero no del todo recomendables, apenas era un bajo rango. Y, ostentando el rango que actualmente poseía, sabía perfectamente que podrían llegar los odefos a arruinarme mi estadía, mucho más siendo yo quien comenzó todo el drama. Si no fuera por mi deseo incontrolable de hacer algo, por más que dicha acción sea un suicidio o parecido a aquello, si no fuera por eso... estaría comiendo galletitas en mi casa. —Uhm… podría ser —dije al encontrarme con la librería que antes pisé varias veces. Entré sin preguntar, abriendo la puerta con un hechizo y entrando firmemente, con la frente en alto y la soberbia a tal punto que era imposible detenerla. Miré a los costados, mucho no había cambiado aunque veía cosas nuevas, quizá libros que se hubieron recibido recién. Sin importarme demasiado moví con la varita abriéndome lugar, esperando a que alguien pase a recibirme. Portaba la máscara, por lo tanto creía que no sería fácil recibirme como una persona normal.
  8. Hola!! Vengo aquí humildemente a pedir mis cambios, quiero hacer una renovación de toda mi ficha, por lo que la traigo completa —o casi—, lo único que me falta es poner la historia x.x pero soy muy floja como para escribirla(?) Ahh, muchas gracias a todos los que me tienen actualizada la ficha, por ahí también si se puede editar lo que pidió Mía unos posts más arriba. En fin, por favor y muchas gracias :3 No sé si puedo poner una imagen tan grande .-. pero ahí está(?) si no se puede me avisan y busco otra x3 ------- Ficha de personaje http://www.renders-graphiques.fr/image/upload/normal/Toeto.png Datos Personales: Nombre del Personaje: Valentine Drycar Crowley D'Aubigne Sexo: Femenino Edad: 17 años. Nacionalidad: Francesa. Familias: Crowley (sanguinea) D'Aubigne (Matriarca) Padres Sanguíneos: León Corvinus Crowley y Evarela Black Padres Adoptivos: Antoinette D'Aubigne Trabajo: Escuadrón para la aplicación de la ley mágica. Despacho de Uso Indebido de Artefactos Muggles y No-Humanos. Jefa de oficina. Poderes Mágicos: --- Rango Social: Unicornios de Plata. Bando: Mortifago. Rango dentro del Bando: Tempestad. Nivel de Poder Mágico: Puntos de poder en objetos: 20 Puntos de poder en criaturas: 20 Habilidades Mágicas: -- -- -- Conocimientos Especiales: Defensa Contra las Artes Oscuras Estudios Muggles Aritmancia Encantamientos Leyes Mágicas (Conocimiento adquirido) Perfil del Personaje: Raza: Humano Aspecto Físico: Cabellos de color rosado claro que combinan a la perfección con su tez nívea. Su rostro contiene cachetes preciados gracias a su forma redondeada y lo sonrosados que andan siempre. Su nariz también es curva, pequeña y poco notable. Sus ojos más grandes de lo común, de un color celeste claro, pestañas largas y negras. Podría considerarse baja ya que mide menos que 160 centímetros, delgada y ligera. Tanto pies como manos pequeños, con uñas cortas y nunca pintadas. Su voz es suave y agradable, aunque no mucho cuando comienza a cantar. Su prenda favorita de vestir es el vestido, de todos los dibujos y diseños, en especial los que son flojos y le dejan un toque infantil. Como civil le gusta ponerse colores pasteles, tanto verdes, rosas, lavandas, etc, con dibujos de flores o círculos llamativos. Sin embargo cuando la situación es seria opta por vestidos negros, ajustados a su figura y con pocos detalles, de forma en que resalta más su blanca piel. Odia todo lo que sea brillo, lentejuelas o cosas llamativas. Suele llevar el cabello suelto. Cualidades Psicológicas: Confía sólo en las personas más allegadas, como su padre y sus hermanas. Algunas veces insegura, tiene miedo de hacer las cosas mal, sentimiento que la absorbe obligándola a actuar de manera torpe. Orgullosa cuando quiere serlo y con las personas que menos le caen bien. Bipolar, puede cambiar de estar muy enojada a llorar sin sentido o de repente reírse a carcajadas. Generalmente es muy tierna, con excepción a cuando actúa como mortífaga. Le gusta tener el control de todo aunque pocas veces lo tiene, cosa que le hace enfurecer aunque no tiene intenciones de decirlo verbalmente. Con eso se puede deducir que es muy callada, en especial con las personas que apenas conoce, se sonroja fácilmente. Lo más preciado para ella es su familia. Historia: En construcción... Pertenencias: Objeto Magico Legendario: -- Objetos Magicos: Objeto 1: Varita Mágica, 12 cm, flexible, con núcleo de pelo de veela, saúco Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Mascotas y Criaturas: Criatura 1: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Grindylow. Clasificación: XX. Puntos de poder: 20 Elfos: Elfo 1: Po Elfo 2: -- Licencias, Tasas, Registros: -- Licencia de Aparición: No Licencia de Vuelo de Escoba: No Registro de XXX: Registrado Otros Datos: En construcción(¿?) Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: http://i.imgur.com/2iM3x.gif Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda 96426 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº 98349 - Pensadero GrooverMark- Bóveda nº 99113 - La vérité ou conséquences Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Crowley Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda D'Aubigne
  9. Guardias Recordaba que días antes había recorrido la misma mansión con afán de servir de guardias a los miembros de la familia que la habitaba. Ese día fue un poco malo pues no pude defender como se debería a una de las matriarcas –creo que es matriarca—, Sophie, mi compañera de bando. Por una parte me decepcionaba de mí misma, por otra tenía un poco de preocupación ya que era bastante acertada la visita de los odefos. ¿Cómo se daban cuenta de las inclinaciones de cada persona? —Quizá nosotros acertamos varias veces también —murmuré para mí misma. Entré como si nada empujando la reja, sin detenerme en los árboles que me rodeaban. Anteriormente quedé vigilando aquellos más pequeños detalles, hasta tener cuidado de mandar un pie por las plantas Lazo del Diablo que estaban regadas por ahí, sin embargo esta vez ya no tenía ganas de fallar, así que presté atención solamente a las personas presentes. El jardín delantero se veía un poco solitario, esperaba esta vez conocer lo que había entre aquellas paredes, siempre era interesante conocer. Toc, toc. Toqué la puerta con el puño derecho, esperé a alguien mirando el portón. Tenía las manos guardadas en los bolsillos de sendos lados, mi vestido era algo particular, pues no solo llevaba cierres sin sentido y varios detalles, sino que no era normalmente mi estilo. Fuera del diseño era de mi color favorito, el rosa, aquel que siempre prefería entre todo. El cielo estaba algo nublado, no quería esperar tanto tiempo fuera... temía por la lluvia o algo más.
  10. Valentine llegó de una manera algo extraña al lugar donde se le había citado para su próxima guardia, no me permitió contarles la forma así que seguiré en otros detalles. Miró el edificio sintiéndose una hormiga, habían árboles y una playa privada, abrió la boca disimuladamente sorprendida de que Juve tuviera tanto dinero para terminar con la edificación, la pelirrosada en su caso se hubiera facilitado las cosas imperiando hombres que sepan de construcción y arquitectura. Apuró sus pasos cruzando una puerta, la principal, mirando a los lados sin poder evitar poderse los labios. Su mirada vagaba sin más por el techo, el suelo, las personas que iban de aquí para allá llevando equipajes o registrándose. Ella debería buscar a un empleado o directamente la dueña, de manera que pueda contarle que estaba haciendo una ronda para guardianes y que no pierdan la calma por encontrar a una mujer que no fue registrada en la lista de huéspedes. —¿Se encuentra su jefe o la dueña del hotel, señor? —preguntó con delicadeza al que atendía en la recepción.
  11. Terminadas las guardias correspondientes me puse a mirar el tablón que llevaba la lista, buscando alguna mansión que sería bueno visitar. Me encontré con la Granger, donde un amigo mío me recomendó visitar. Dudé un poco preguntándome si ese no era un apellido odefo, pues me sonaba bastante. No obstante dejé de titubear y me puse en camino. Esperé el autobús noctámbulo, deseando que nadie me viese tomarlo. Cada vez esperaba con más ansias la licencia de aparición. —Castillo Granger —pedí y como si se tratase de un tirón me resbalé cayendo al suelo. Fulminé con la mirada a la abuelita sin dientes que reía de mí y me dirigí a los asientos de atrás, buscando privacidad. Minutos después de ver diversos paisajes reconocí a la hermosa Ottery, dueña de mansiones y castillos, jardines bellos y bien cuidados. No me pegué a la ventana por el resentimiento que llevaba a causa de mi caída, además de que yo misma vivía en uno de los hogares, no podía quejarme. Alguien anunció mi llegada y bajé con delicadeza por las escaleras, volví a mirar atrás y el automóvil se había espumado. Sin sorprenderme del hecho moví los pies. Empujé la reja adentrándome a los jardines, no pude evitar fijarme en los árboles pues estos abundaban. Chasqueé la lengua al ver el lugar tan vacío, pero no me detuve. Paré sólo cuando me encontré una fuente en el camino y fue porque antes no me había fijado de su presencia, si no fuera por el leve sonido de las aguas había caído también allí, mojándome hasta los calzones. Rodeé el monumento y llegué hasta la puerta, viendo que Zack estaba en las mismas. —¿Acabas de llegar? —pregunté. 
  12. Off: Rolearé en tercera persona ohsi: La pelirrosada olvidó por completo lo enojada que estaba con su hermana. Normalmente se comportaba como una niña caprichosa, que se desenojaba tan rápido como comenzaba, sin siquiera tener razón de hacerlo. Era de esas chicas tímidas, pero poco a poco se abría ante las personas, le carcomía la idea de ser rechazada por su forma de ser, pero hacía un gran esfuerzo por el rango y los trabajos que debía hacer. Su grupo de amigos allegados siempre fue corto y, aunque le molestase un poco la idea de quedar por siempre sola, intentaba no pensar mucho en eso. Justamente su hermana, Koa Weasley, era una de sus únicas amigas. A pesar de compartir lazo de parentesco tan fuerte, la conoció en campo de batalla, empuñando varita y tras la máscara. Desde ese momento su amistad se forjó, haciéndose fuerte cada día que pasaba, con cada palabra o tontería que hacían. Valentine deseaba no separarse de ella, pues la confianza que le tenía era única en el mundo, tal vez esa era la razón principal de su falta de enojos contra la peliverde. —Está bien —aceptó ir con ella, ya que logró convencerla del recorrido. Caminó con paso firme hasta la puerta, retrocediendo del lugar donde estaban antes. Cruzó el umbral y se deslumbró con la presencia mortífaga que se sentía en la casa. Lo primero en que se fijó fue en lo circular de las paredes, los sofás bien acomodados y la mesa. No pudo aguantar tanto orden, al principio quedando roja y luego estallando al ceder a sus gustos, corriendo hasta los asientos y subirse sobre ellos, antes quitándose los zapatos de manera apurada y emocionada. Comenzó a dar saltos mordiendo su lengua con los labios, la cual se veía entre ellos. —Ohh... lo siento —se disculpó al darse cuenta de que no estaba haciendo algo correcto, mucho menos recordando que era la primera vez que pisaba el hogar... y los almohadones del sofá—. Yo creo que sí hay algo raro, Koa —mencionó cerca de la oreja de la peliverde, después de bajarse rápidamente y ponerse los zapatos a medias—, creo que tú lo sabes más que nadie.
  13. Un rato estuve sentada allí chupándome el dedo gordo, esperando que mi hermana verde me preste atención. Minutos después de darme cuenta de que ni siquiera me miraba comencé a fijarme en otros detalles del momento. Una canción conocida a mis oídos se dejaba escuchar, aunque levemente, se trataba de la voz de la muchacha que acompañaba a Koa en las guardias. Sin perder un segundo más captó mi atención. Me quedé pensativa un rato escapando del silencio de afuera hacia el barullo de mi cabeza, recordé las pruebas que tomé a la aspirante y las que observé de lejos. Desde el momento que la vi me di cuenta de que era alguien que con un pequeño empujoncito podía llegar a ser muy grande, una reliquia para la marca quizá. Estaba orgullosa de tener aspirantes así, aunque también decepcionada por el poco interés de otros. -¿Cuál es esa canción? -le pregunté sacudiéndome el trasero y acercándome a ella- Mi nombre es Valent... Puedes llamarme así si quieres, ¿cómo es el tuyo? Seguidamente no perdí de vista a Hades, atendiendo su mirada perdida y recordando el comentario que no respondí mientras estaba enojada con Koa. Arrugué la frente al levantar las cejas y achicar los ojos, ese era el único modo en que podía ver a alguien en la media oscuridad y más si es que este no estaba tan cerca mío. Pensé en que nunca antes pude ver su personalidad verdadera ya que siempre estuvimos sumidos en los duelos. -Pero yo quiero hacer un tour mientras vamos vigilando, sería lindo hacer el trabajo jugando ¿no creen? -pregunté con torpeza, respondiendo al Ragnaventus. OFF: pregunta del millón, ¿estamos en el jardin, en la sala o en algún pasillo?xD *hace cosquillas a Hades y desaparece*
  14. Lloré simulando a un perrito abandonado, soltando el brazo de mi hermana y alejándome con saltos unos cuantos pasos lejos de ella. Juré que no le hablaría por horas por cómo me pidió que me aleje, estaba frunciendo el ceño, cruzada de brazos, apretando los labios. Estaba segura de que se notaba bastante bien mi enojo hacia ella. La miraba moverse de un lado a otro, haciendo su guardia como debería ser. Pronto hizo una pregunta, la cual antes de darme cuenta ya había comenzado a responder. —En la sala de... no te importa —volví a cruzar los brazos, esta vez más fuertemente y me alejé unos dos pasos, dando de espaldas con un árbol y lastimándome la espalda. Culpé mentalmente a mi hermana, farfullé y me senté a esperar que venga a rogarme, cosa que no era demasiado de esperar, pero no lograba nada sin probarlo.
  15. Tomé del brazo a mi hermana y le mordí el hombro, por el camino a llegara aquella mansión tomé la decisión de que esa sería la manera en que la saludaría desde ese momento, aunque obviamente ella todavía no estaba enterada. Eso me ayudaría a que luego, cuando quisiese alejarse de mí, pensara en el dolor que le causaban mis dientes, pero que nadie más dejaría sus marcas —que no fuera pipí de perro— de posesión. —Buenas y gracias —volví a hablar con Hades, este desapareció de un momento a otro y me quedé a solas con Lili y Koa—, yo sólo traía tu pañuelo pero ya que estamos... ¿qué les parece si vamos a hacer un tour por la casa? Nunca antes me llevaron a pasear por las mansiones ajenas, mucho menos estando en una guardia, cosa que me parecía fuera de lugar ya que no todos los guardianes sabríamos de memoria todo lo que encierre el hogar mortífago. Ahora que teníamos una casa para nosotras tres solas estaba decidida a demostrar todo mi potencial protector. No obstante no me cabía la idea de que nos dejasen la casa sola, estando en su lugar yo rezaría unos cuantos padre nuestro, conocía bastante bien el dúo que Koa y yo hacíamos, con sus consecuencias.
  16. Sentada en la D'Aubigne tomando el té con mi elfo doméstico, hablando sofisticadamente como nunca, llegó a la conversación el tema de los pañuelos y los resfriados. Yo era una bruja muy enfermiza, lo cual odiaba con toda mi alma a pesar de saber soportarlo. Las alergias me atacaban por doquier, molestándome hasta en el baño aunque para Po tener diarrea no era síntoma de la enfermedad que antes mencioné. Asimismo recordé que Koa estornudó hacía una hora, cuando estaba conmigo, lo cual me preocupó bastante, ¡estaba enferma y no llevó su pañuelo! Necesitaba hacer algo. Preparé mi capa negra, ubicando la capucha de modo que me cubra la cabeza y caminé unos cuantos metros desde la Crowley hasta esa mansión. Empujé las rejas, poniendo un pie delante del otro, avanzando por el sinuoso camino que había hasta llegar a la puerta. Miré a mis alrededores por costumbre, no tenía la obligación de buscar algo raro y fuera de lugar, no esta vez, sin embargo me interesaba investigar cosas. Entre tantas miradas vi cercana a mi hermana y una mini mortia, siendo recibidas por el Ragnaventus. —Ohh, mi querido amigo —saludé abriendo los brazos y corriendo hacia ellos—. Hermanita Koa, ¿Luna? ¿Qué tal están? Espero no estar siendo malvenida por aquí —susurré al oído de la Weasley—. No te preocupes hermanita, ya vine para cuidarte.
  17. Yo ni sabía dónde tenía que retirarlos. Sí, estoy más perdida que Blackie por allá adelante (?) Es en serio lo de las líneas? T__T Estuve pensando mucho en lo que quiero yy todos son feos(?) xDD si es que elijo un animal puede hablar este en mi idioma porque fue premiado? (?) xDDD .-. Espero disfrutar pronto de mi nuevo bebé(?) Gracias *-*
  18. Rol Auspiciado por el Spritze Andrea, 19 años — Hice un gesto malhumorado luego de escuchar el comentario de aquel hombre, pero mi rostro se ablandó cuando recordé que necesitaba alguien que me ayude a salir de ahí. Sonreí amablemente, algo que pocas veces me había salido desde ver a mi tía morir sobre mí. Respiré hondamente y caminé acercándome a aquel hombre, procurando no dar la mala impresión de una niña rebelde. —Lo siento, estoy perdida —asumí, luego de darle algunas vueltas al tema en mi cabeza—. Se me cayó la brújula hace unas horas, además... —no sabía si contarle que ni siquiera tenía casa, así que sonreí nuevamente como pidiendo ayuda. Poco después de haberme acercado a él se escuchó la llegada de alguien más. A causa de la gran atención que le di a aquel hombre bien vestido y con apariencia sana, el otro estaba alejándose. No entendía la razón por la cual un muchacho un poco más joven que yo, aparentemente con recursos económicos suficientes esté rondando por un bosque, por lo menos no tan adentro como donde nos encontrábamos. Quizá él también venía en busca de Emily, pues el faro se encontraba cerca... pero no... no podía ser. —¿Tienes alguna idea de cómo salir de aquí? —pregunté exasperada, notando como el señor se iba alejando poco a poco. —Tengo un automóvil, pero lo dejé hace unos cuantos metros porque no podía pasar. Busco a Arcturus Black... ¿es ese que se va para allá? —apuntó al hombre que antes se había caído al agua, luego de encogerme de hombros como respuesta corrió hacia él— Disculpe, ¿es usted Arcturus Black? No iba a quedarme atrás, así que seguí a los dos apurando el paso, ya cansada por la carga que llevaba encima. No me interesaba la identidad de ese hombre, sólo necesitaba salir de ese bosque y tratar de buscar otra solución para la muerte de Emily y lo que atormentaba a mi tía.
  19. Rol Auspiciado por la Spritze Nia Romanov, 37 años— —Mira pequeña, lo que tengo que contarte es delicado y no lo haría si es que no encontraba la necesidad. Pero veo que estas muy entusiasmada con todo esto de halloween. Lo que quiero explicarte no es algo muy bonito y tampoco es que quiera asustarte, ¿me entiendes? —dijo la rubia de ojos azules, mirando a su sobrina con una sonrisa franca. Acarició la mujer el rostro fino de aquella criatura, entendiendo su aprobación y dispuesta a contarle todo sobre su pasado. Además de que tenía la leve sensación de que iba a morir dentro de unos cuantos meses, si no eran días. Las lágrimas se derramaban como nunca, no podía aguantar la tristeza pero debía ser fuerte. Intentó calmarse y, cuando estuvo suficientemente lista, siguió. La niña todavía la miraba con sus ojos claros profundos, con mucha atención. —Cuando era niña tenía unos amigos muy buenos... todos nos queríamos entre nosotros, aunque digan que William era malo. Eso nunca, pequeñita. Si es que te llegan a decir eso, es mentira. Él siempre fue... —sus lágrimas empezaron a ceder nuevamente, pero seguió contando— bromista y justamente fue eso lo que más me enamoró. Lo amaba con todo mi corazón, pero dudaba que él lo hiciera, ja, ja. Tus abuelos me obligaron a alejarme de él luego de haberse enterado de lo que supuestamente hizo. Pero te cuento que él no lo hacía con malas intenciones... —suspiró— tus abuelos me obligaron a casarme con mi difunto esposo y, luego de la muerte de tu tío, William y yo logramos vernos unas cuantas veces más. Sin embargo, mis padres hicieron una denuncia contra él al enterarse, quedé totalmente devastada. Yo lo amaba y él creía que yo lo traicioné... ja, ja, ja —rió con pena para no continuar llorando—, en realidad eso no es lo importante. Lo importante es que Emily murió en el faro por culpa mía —se culpó, tratando de proteger a su amado—, en noche de halloween... no obstante, muchos y hasta tu... verdadero tío contaban que ella todavía viv.... Se secó nuevamente las lágrimas, luego de haberle contado la historia de una manera muy enredada gracias a su nerviosismo y tristeza en mezcla. Amaba a William con todo su corazón, no quería que él terminara en un centro psiquiátrico y mucho menos que su memoria fuera malhablada. Comenzaba con su sobrina y terminaría difundiendo la historia que inventó hace unos días, culpándose de todo a sí misma. Rochere sería libre por lo menos luego de su muerte... el gran Rochere... Pero no pudo terminar de contar la historia. Vio la imagen de Emily tras la figura de su sobrina y murió esa noche, de la mano a su sobrina favorita. Andrea, 19 años— Escupí queriendo librarme del sabor horroroso de aquel cuchillo oxidado, el mismo que utilizaba para cazar animales en la soledad de aquel bosque oscuro. Estaba cansada, había huido de los guardianes forestales por lo menos durante unos dos días. Ellos me odiaban por naturaleza y hasta habíamos discutido por lo menos un millón de veces, querían que me vaya y deje a los animales vivir en paz... como si fuera que eran pocos. —Hay como miles y ellos no me dejan matar a uno por semana —murmuré dando un golpe al tronco que tenía enfrente. Empezaba a hacer frío, debía coger el mayor número de troncos pequeños para poder tener calor por la noche. Pero algo me detuvo... había estado huyendo durante dos días enteros... dos días. ¡Ya pasó la fecha de halloween! El enojo me recorrió todo el cuerpo, por lo que tomé el cuchillo entre mis manos, lo excluí de la madera y di un golpe fuerte que, estando en una ocasión normal, me dolería hasta el hombro. —Maldita sea —grité espantando aves y pateando a la vez todo lo que tenía enfrente—. Esta fecha ya era obligatoria, necesitaba ir... ¡mi****! —mi rubia cabellera saltaba a cada paso que daba, pues iba quejándome de un lado a otro. Pegando con manos desnudas los árboles y pateando a los restos de hojas— Si no fuera por los idi***s guardianes ya habría descubierto el misterio de... de… No podía pronunciarlo. No podía decir su nombre. Emily... sólo rondaba en mi mente como un duro recuerdo no vivido por mí. Un recuerdo ajeno que necesitaba ser vengado de alguna manera. Mi tía... mi tía favorita y millones de imágenes sin sentido volaban por mi cabeza. Me encontraba ardiendo por dentro, necesitaba descargar todo el enojo por algo, tenía que matar a alguien, pero acababa de quitarle la vida a un animal. No importaba, mataría miles aunque no estén nada más que como una carga inservible sobre mi espalda. —No... —un sonido había llamado mi atención, en todo el berrinche hecho había echado al suelo mi única brújula y no sólo eso, estaba rota. Suspiré de rodillas. No sólo estaba perdida en medio del bosque, sino también había perdido la oportunidad de averiguar sobre la maldición de Emily. Tía Nia me había contado muy poco sobre ella antes de morir. Todo había sido muy extraño, yo necesitaba aclararlo. Luego de unas horas acostada en el suelo, llorando y rogando el suelo con mis lágrimas me levanté, tomé mi cuchillo, ropas, un poco de comida y comencé nuevamente mi viaje intentando ir instintivamente al norte. Contaba los segundos en mi mente, por lo menos ya pasó una hora desde el lloriqueo anterior cuando me rasgué la cara con una rama puntiaguda y, seguidamente vi la figura de un hombre mayor de edad tirando una piedra al lago. Me alejé dos pasos cuidadosamente, no parecía un guardia, pero tampoco quería arriesgarme... sin embargo mi escándalo con la rama ya fue suficiente para captar su atención. —Disculpe —musité sin sonreír ni mostrar mínimo gesto de pena.
  20. Rol Auspiciado por la Spritze Homura Wilkes—— —¡Arcturus! —lo nombró con una fina voz, atendiendo con sus dos ojos cafés la figura impotente de aquel hombre. El que había llevado a la Wilkes hasta la mansión sobresaltó a la pequeña Homura con la exclamación de un hechizo lanzado a uno de los secuestradores. La niña se había teñido la cara de un rojo fuerte, tenía la vergüenza del mundo por haberse encontrado nuevamente con él luego de haber desobedecido sus órdenes. Entendía que el señor quería el bienestar de ella, pero no podía dejarse estar con su familia entera sufriendo en un sótano. La castaña no perdió más tiempo embobada por la timidez, agradeció con una mirada y pasó a darle la varita a una de su hermana mayor, Alanis, quien ya estaba libre gracias al mortífago que acompañó desde que llegó hasta ese momento. Pronto el sótano se llenó de gente y hechizos por doquier. Y, mientras que los ayudantes a la Wilkes iban captando atención de los Karkarov, Homura iba repartiendo varitas. Notó como una mujer enmascarada libraba de las ataduras tanto a su madre como a su padre y, sin meditar, se lanzó a sus familiares, dándoles las varitas respectivas. Casi se tropieza en el intento pero, como lo importante en ese momento eran los resultados y no el medio, ni siquiera le inmutó. Tomó la mano de su hermana, yendo hasta detrás del joven enamorado. ¿Estaba enamorado? —Alanis, vamos —jadeó ya cansada por todos los sucesos. Estiró del brazo a su hermana hacia las escaleras para escapar, giró sobre sus talones y escuchó el ruido de dos cuerpos chocando, al darse la vuelta encontró a su padre sobre una enmascarada. La situación era algo extraña, puesto a que no había visto bien y no estaba segura de si él se había tirado encima o si sólo había tropezado. —Ay, padre, me sorprende tu torpeza. Me superas —murmuró la pequeña alzando las pupilas, dejando ver sólo el blanco en sus ojos, algo sumamente inquietante—. ¡Vamos ya! —fue hasta su padre esta vez y lo estiró del brazo intentando alzarlo—. Luego terminamos con los jueg...os —respiró apenas, pues no tenía la fuerza suficiente. Rachel Lestrange—— Atendió las necesidades de la familia, como bien su tarea era protegerlos lo hacía sin titubear. Movió la varita a diestra y siniestra mientras los Karkarov y mortífagos libraban una pelea cercana a ella. No necesito pensar demasiado para reconocer la silueta de Melinda y Egmond, la tercera persona era más joven y aún desconocida, pero por el gran parecido a la Wilkes era de suponer que también llevaba su apellido. —Evanesco —libró a la pareja de las ataduras que llevaban, porque era sólo una la que atajaba a los dos—. Vitae —un mueble del costado despertó y se puso frente a los Wilkes, dando espacio para que Egmond pueda levantarse y escapar directamente—. Vamos compañeros, escapen, nosotros nos encargamos de esto —murmuró sin expresión alguna en el rostro.
  21. Rol Auspiciado por Spritze Homura Wilkes—— En los brazos fuertes y fríos de aquel hombre extraño, pero supuesto amigo de mi familia, llegué a una de las mansiones que solía visitar con regularidad. El recuerdo de aquellas tazas de té y pastelitos dulces me dio una sensación de asco, no cabía en mi mente la traición que se acababan de mandar. Atacar a sus amigos... ¿eran sus amigos? Quizá sólo lo habían actuado para poder quitar información. Me rasqué la cabeza algo pensativa, mis padres deberían estar dentro de aquel lugar y yo como si nada esperando afuera. Pronto la figura de unos cuantos mortífagos aparecieron a mi alrededor, todos portaban máscaras por lo que me pareció algo extraño que uno de ellos supiese el nombre de mi hermana. ¿Tenía muchos conocidos de la marca? El hombre me tomó de la barbilla preguntándome de forma tierna qué me ocurría. —Tenemos que sacar a Alanis de esa mansión —murmuré yo en el oído de aquel hombre. La confianza que tenía se iba afianzando cada vez que hablaba con ellos. Sus palabras sonaban francas y los gestos de Arcturus, considerando que no podía ver los de los demás mortífagos por sus máscaras, me transmitían una seguridad inigualable. ¡Hasta me había entregado su varita! La cual, sin pensar dos veces, guardé en un bolsillo suyo sin que se de cuenta. Por más de que necesitara un arma todavía no sabía usarla. —Vamos adentro —susurré al chico que conocía a mi hermana, quien a su vez invitó a una mujer de cabellos negros. Estiré de la mano del hombre, del cual todavía no sabía cómo llamarlo y lo llevé cuidadosamente hasta la puerta. Al principio pensé que ésta estaría cerrada, pero al contrario, ni bien la empujé ya me dio la vista de toda la sala. Caminé intentando no hacer ruido, cosa imposible ya que ni siquiera tenía puestos los zapatos. Sin embargo dejé mucho rastro a causa del barro que había pisado en el bosque. Mirando a mis alrededores no atendí el frente y estuve apunto de chocar por la mesita ubicada frente al sofá principal. Para mi sorpresa allí descansaban tres varitas imposibles de no reconocer. Antes de tomarlas detuve mi mano, pensando en las probabilidades de que aquello fuera una trampa, pero nada. Cuando me decidí, las agarré sin problemas mayores. Recorrí los alrededores esperando escuchar alguna voz de parte de los Karkarov tanto de los Wilkes, mi familia. Minutos después la mujer de cabellos negros y enrulados se acercó a mí señalando con el dedo una puerta semicerrada, indicándome que allí se encontraba mi familia. Llevó el dedo índice sobre sus labios pidiendo que guardara silencio, seguidamente nos llevó hasta allí. Rachel Lestrange—— La figura de la Lestrange apareció en los campos de una vieja familia mortífaga, la de los Karkarov, en manos de un compañero. Minutos antes había sentido el llamado a través del tatuaje y, como amaba su naturaleza, acudió sin analizarlo. Admiró la mansión con disimulo, tras la máscara metálica ennegrecida. Chasqueó la lengua y dirigió sus orbes verdes a la figura del centro, quien había hecho el llamado. —¿Qué ocurre? No podemos asaltarnos entre nosotros, ¿qué haremos? —preguntó burlona. Pronto todas sus dudas fueron resueltas al ver a la pequeña Wilkes hablando con Dietrich, otro mortífago. Luego de la invitación miró a Vidia intentando leer sus pensamientos a través de su mirada apenas visible a causa de la oscuridad. Trató de morder sus uñas haciéndolas chocar contra la máscara, recordando de ese modo que la llevaba puesta. —Puedes acompañarnos —invitó ocultando su amabilidad y siguiendo sigilosamente a los otros dos. Tuvo oportunidad de darse varios zapes a sí misma gracias a las idioteces que presenciaba. La puerta de unos secuestradores totalmente abierta, las varitas de los secuestrados acomodados en la mesita de la sala. Todo aquello parecía una broma. Una vez más dedujo que aquello tenía sólo una razón para existir, la cual era totalmente proporcional a la propia vida de Vladimir Karkarov. Dejando atrás esos pensamientos, contempló a la pequeña Homura buscando a su familia en cada rincón de la casa. Y, como la Lestrange ya tenía más experiencia en eso, reparó directamente al sótano, donde escuchó murmullos avisando que estaba en lo correcto. Seguidamente llamó a la niña, pidiendo que guardase silencio. La apartó del lugar e invirtió magia oscura para eliminar las defensas que procedían de dicha habitación subterránea. Hecho aquello alzó en alto la varita, bajó por las escaleras y apuntó a la mujer más cercana, Anne Rose. —Desmaius —un rayo salió de su varita empujándola hacia atrás, lo único que esperaba era que no recupere la consciencia rápidamente— Episkey —curó a una adolescente atada de manos a una silla, al igual que sus padres— Vamos, chicos, sus turnos —advirtió a los demás mortifagos que se habían acercado.
  22. Hola ohoh: Vengo a hacer unos pequeños cambios. Tengo entendido que se pueden hasta dos este mes, yo ahora sólo traigo uno pero dentro de menos traigo el otro(?? Creo que eso es todo. Aunquee dejo mi duda de paso(? Que si los cambios debo traerlos en el mismo post o puedo por separado xD
  23. Jelou Primeramente quiero agradecer tu explicación Near, muchas gracias! Pero la verdad de todo (?) es que discrepo en algo contigo u_ú, yo sí respeté el rol de Anne. Ella dijo que se sacudió de encima la araña, jamás dijo que se cayó al suelo o voló lejos. Yo solamente agregué alguna que otra cosita, como que no cayó tanto y volvió a inyectarle el veneno. Nuse: así es como yo lo veo. Además de que pueden tomarlo en otro sentido, que la araña no cayó tan lejos y pudo retomar su envenenamiento. Lo releí, sé lo que dije.. Y sé cómo se puede interpretar eso. De todos modos yo dije que la araña volvió a inyectarle el veneno, ¿no?xD considero eso como una orden nuse: Quiero saber, Matt con todo respeto si es que estoy equivocada. No es por ser quisquillosaxd ni nada de eso, sino que.. Me intriga o.ó. PD: tú llevas las intercalaciones Anne.xDD:nono:
  24. Halaa c: Vengo con una duda, si es que quito la varita a mi contrincante y yo tengo heridas en el cuerpo gano de todas formas el duelo? O me tengo que curar para eso e.e No sé /: creo que mi duda es algo ._. rara y tontita xDD pero bueno, espero la respuesta porque es algo existencial (?). Hola Anneee *agita la mano*xDD Eso es todo.. *abrazo a todo el mundo para que no se vea tan corto el post*
  25. Rol de Convivencia Mortis (love) — odefos Po, elfo mocoso —Esa Valentine... siempre me manda a hacer el trabajo más duro, suficiente tengo con despertarla por las mañanas y hacer que cumpla con todas sus tareas, ¡ahora me manda a espiar al novio! —escudriñaba el elfo doméstico en susurros inentendibles para las personas que se encontraban cerca, caminando hasta el local en el cual habían estado antes. Tenía una nueva misión por parte de Valentine, ahora ya no tenía que hacer cosas para su bando, sino ver qué andaba haciendo Gitax por ahí y dejarle un recado. Al elfo no le simpatizaba mucho el Weasley, sin embargo siempre estaba ahí por si es que su ama le pedía algún favor, ya que él la quería bastante. Caminaba Po por las calles hasta llegar a la puerta del local, donde se detuvo súbitamente observando lo que ocurría. Todavía tenía el hechizo desilusionador, por lo tanto nadie sabía que él se encontraba allí, caminó unos pasos más acercándose al Weasley y a esa mujer extraña con quien él andaba hablando, ella le estaba entregando una piedra. <Valentine piensa que lo tiene Bodrik... Valentine va por la persona equivocada... Valentine no puede salir herida>, repetía el elfo doméstico en su cabeza mientras miraba desde cerca la situación. Esperó hasta que el Weasley vaya hasta la salida para luego hacer su desaparición e ir hasta donde se encontraba su ama, ella y sus amigos tenían una información equivocada y él no podía permitir eso, quizá hasta les haga fracasar… no, eso no, no señor. Po no lo permitiría.

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