Dorothy Anne

Su madrina era, sin duda alguna, una mujer sumamente hermosa y agradable. No había podido mejor elección a la hora de escogerlas a ella y a Kassandra para que la ayudasen en su camino de aspirante. Muchas cosas tenía que saber, un sinfín de dudas y preguntas albergaban en su mente, y estaba segura de que con las fenixianas, su crecimiento en la orden iría de maravilla. Rio a carcajadas con las propuestas de Mei. -Bueno, madrinosa me gusta mucho. Me suena divertido- manifestó entre risas la castaña. Luego, siguió escuchando sus palabras-. ¡Oh! ¡claro que me encantaría almorzar contigo!- respondió alegre La Currington optó por tomar asiento junto a su madrina, aunque el traje árabe que llevaba puesto no le brindaba mucha comodidad. Tanto la prenda inferior como superior, estaban adornadas con un sinfín de pequeños objetos brillantes. Algunos tenían el aspecto de diminutas y finas monedas, de color bronce. En definitiva, aquella ropa no era la mejor opción para trabajar, por más atractiva que fuese. Suspiró, -¿Trabajas en el Ministerio?- preguntó curiosa-. Pensé que tu empleo solo era en la Academia, pero me alegro por ti. Yo entré hace poco en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional…. Sí, es un nombre muy largo- confesó mientras volvía a reír. Giró su rostro al escuchar unos pasos acercarse. Era su prima Little, quien ya lucía un poco mejor y menos sentimental que antes. Le sonrió dulcemente. Comenzaba a agarrarle especial cariño a la bruja. Recordó que pronto nacería su pequeño. Esperaba que la sanadora tuviese en cuenta que podía contar con ella en todo lo que necesitara o deseara. Sin duda alguna, un recién nacido, por más adorable que fuese, debía dar mucho trabajo. -Oh, Little. Suerte con tu trabajo. Espero verte pronto. Se despidió de la Rowle, no sin antes pararse para brindarle un beso en su majilla. La vio alejarse, e inmediatamente clavó sus verdes ojos en los de Mei, con la intención de responder a la pregunta que la tutora antes había hecho. Dorothy también comenzaba a tener hambre, la galletas que había sacado de la comida no lograron calmar a su rebelde estómago. -Mmm… Tenemos tabule, kipe crudo, frito y horneado, crema de garbanzo y de berenjena. Pero la especialidad de la casa es el shawarma, quedarás encantada- explicó dulcemente- ¿Qué te apetece?

Comenzaba a hacerse una leve idea acerca de los maravillosos días que tendría con el hijo de Little. Aunque la castaña se sintiera alegre con la llegada de un varón, debía admitir que debido a su personalidad, se divertiría más con una chica. Estaba completamente segura que de ser una figura femenina, sería igual de vanidosa que su madre, y eso le encantaba. Pero fuese cual fuese el sexo, estaba segura de que sería una criatura con una belleza peculiar. De pronto, escuchó a lo lejos la puerta del negocio cerrarse. Inmadiatamente deslizó su mirada a la entrada, alegrandose por lo que veía. Pudo reconocer la silueta de una persona conocida, la cual, a pesar de no tener mucho contacto, le caía extremadamente bien. Era nada más y nada menos que Mei: su antigua profesora de básicos y madrina en la Orden del Fénix. Buscó a Roxie con la mirada, mas no la encontró, lo que llevó a que se volviera a preguntar dónde diantres estaría metida la Rambaldi. Hizo un ademán con su mano, indicándole a la Rowle un poco de espera. Seguidamente, se dirigió hacia la mesa donde se encontraba la Black Delacour con una sonrisa en el rostro. Tenía mucho tiempo sin verla, y el hecho de que estuviese ahí la emocionaba. -¡Mei!- saludó-, ¿o debería decirte madrina?- lo último no fue más que un murmuro-¡Me alegra mucho verte por acá!-manifestó- ¿Deseas algo para ordenar?- terminó por decir, haciendo memoria de su labor en el negocio.

Para su sorpresa, Little no tuvo ningún problema en comer una coger una de las galletas de la bolsa. Dorothy inclinó su cabeza hacia el lado izquierdo, expresando completa curiosidad ante las facciones del rostro de la matriarca. Su acompañante lucía algo melancólica, era la primera vez que la Currington la veía en tal estado. Había tomado asiento al lado de la matriarca, pero aun no sabía como actuar. Por lo que tenía entendido, las hormonas del embarazo provocaban gran sensibilidad en las mujeres. -Lit, ¿sucede al…? No pudo terminar su pregunta, ya que la otra bruja tomó una de mus manos y la condujo hasta su vientre. Dorothy no pudo evitar estremecerse al sentir las pataditas del bebe. Nunca antes había estado en esa situación, y en ese momento cayó en cuenta de que la sanadora albergaba una nueva vida en su vientre. Un pequeño ser que dentro de poco conocería el mundo. Cuan compleja podía ser la etapa del embarazo... -Tu bebe está ansioso por salir de allí- manifestó la ojiverdes-. Ya falta poco, Lit. No tienes que sentir tristeza, pronto conocerás a tu pequeño. Entonces, se colocó y pie y le brindó un calido abrazo a su prima. Tratando de transmitirle un poco de confort. Acarició los castaños cabellos de la aludida, y le sonrió de la manera más dulce que pudo. No había tenido conocimiento de aquel lado tan tierno y susceptible de Little, pero le agradaba. Volvió a llenar el vaso de la ojismiel, tal vez así lograra calmarse un poco. Pensó en distraerla un poco. - Si llega a ser niña, no dudes en que le enseñaré a Naunet los mejores pasos de ballet. Te ayudaré a convertirla en toda una señorita- manifestó alegre.

A medida que escuchaba las palabras de Little, el característico color de sus mejillas regresaba. Asentía con la cabeza ante todo lo que oía, quedando un poco más tranquila. Comenzaba a aclarar un poco su mente, y al menos tenía claro que mostrar de manera excesiva no era lo adecuado. Eso, en cierto punto, la calmaba. Bajó la mirada a la mesa y notó que el vaso de la Rowle estaba vaciándose, así que decidió llenarla de nuevo. Miró su bebida, recordando que aun no había probado ni un solo sorbo. Bebió, y al finalizar volvió a clavar sus ojos en los de la matriarca con gran interés. La verdad era que aquella charla, a pesar de que era algo confusa, se desarrollaba de manera muy interesante. Memorizó el día de su presentación en el edificio Currington, y de lo incomoda que se sentía con la presencia de la ojos miel. Nunca se hubiese imaginado que se encontraría hablando con ella de esa manera. -¿Ir de compras?- inquirió mientras abría sus ojos sorprendida, y un brillo los invadía-Little, no podrías haber hecho una mejor propuesta- confesó con una sonrisa en sus labios-Tengo tanto tiempo sin oler el aroma a ropa nueva... Negó con la cabeza, expresando decepción. Si estaba en lo correcto, su última visita a una tienda fue hacia de un mes, con sus amigas de la academia: Roxie y Soamily. Se preguntó por la Rambaldi. Desde que le había mostrado el local, no había hecho más acto de presencia ¿Qué estaría haciendo? Conociendo a la chica, no sabía que esperar. -Espera, buscaré algo-explicó tras sentir una sensación de vacío en su estómago. Tenía hambre. Mientras su cuerpo se encaminada hacia la cocina del negocio, se escuchaba un sonido proveniente de su caderín. Eran pequeños objetos de pedrería que chocaban entre sí. Al entrar a la estancia donde varios elfos cocinaban inigualablemente, Dorothy se paró frente a una despensa y tomó una bolsa de galletas, para luego regresar con Georgina. -Traje galletas, ¿o deseas otra cosa?- por lo poco que tenía conociéndola, sabía que no sería para nada extraño que la futura madre se sintiera desconforme con la botana. Aunque no se sentiría disgustada por buscar algo que fuese de su agrado.

Buenas buenas Tengo bastante tiempo sin pasar por acá a molestar un poco (? En fin, aquí les traigo actualizaciones para mi ficha (: Saludos, Lacrimosa, o para quien me actualice ésta vez ^^ *dejando tarta de fresas*

Por unos breves momentos se puso a pensar en el pequeño ser que yacía en el vientre de su matriarca. Naunet y Elliot eran nombres muy peculiares y lindos, aunque Dorothy se inclinaba por el sexo femenino, ya que a lo largo de toda su vida convivió más con las mujeres. Quizo agregar algo sobre el tema, de verdad estaba emocionada por el nacimiento del bebe, pero otro asunto divagaba en su cabeza. Dejaría aquella charla para más tarde, ahora lo único que quería saber era qué rayos había que hacer para gustarle a ese chico. - Yo pensaba que con sólo ser linda bastaba...- respondió casi en murmuro. Su madre Celia siempre le había hablado de lo importante que era para un hombre la belleza de una mujer. La enseñó a maquillar, a hablar apropiadamente y a vestirse de la mejor manera posible, pero nunca le mencionó aquello de enseñar. Estaba aturdida. Aun no entendía nada, absolutamente nada. Trataba de buscarle una explicación lógica al asunto, pero no hallaba ninguna. Estaba comenzando a frustrarse ¿Qué relevancia tenía enseñar más piel? - Estoy confundida- inquiró con las mejillas sonrojadas- ¿Qué necesidad hay de eso? ¿Los hombres lo valoran de alguna manera? Se llevó una mano a la frente, mientras volvía a buscar respuesta por sus propios medios. En las novelas romanticas todo se basaba en amor, sentimientos, personalidad.... No nombraban, en ningún momento, algo como piel descubierta, o ¨un balance¨ tal cual decía la Rowle. ¿Acaso si enseñaba más de la cuenta su chico le prestaría algún tipo de atención? Negó con la cabeza. Al parecer todo era mejor en la mansión de Celia, al menos no tenía que lidiar con aquellas situaciones románticas. - ¿Será que nací para ser monja?- le preguntó a Lit más pálida que de costumbre.

Jamas había visto la verdadera fugura de Little Georgina, pero estaba segura de que era estupenda. Si con el embarazo lograba reflejar un porte de suma elegancia, tenía la certeza de que sin éste lucía mejor aun. En el rostro de la Rowle yacía una pequeña pizca de desgano, al parecer los meses en cinta ya le estaban afectando. Dorothy pensó en cómo sería aquella experiencia, y si alguna vez tendría la oportunidad de vivirla, aunque lo dudaba. - Tranquila, Lit, dentro de poco te podrás poner un traje como estos, es más, hasta podrías trabajar aquí conmigo. Te verías genial- respondió algo emocionada- Por cierto, aun no me haz dicho que nombre piensas ponerle, ¿será niño o niña? Memorizó lo otro que la matriarca le había dicho, volvió a centrar sus pensamientos en el chico. Era un patán, estaba muy clara en eso ¿por qué se mostraba con todas tan complacientes y con ella no? Un tono rosáceo inundó sus mejillas. Le exasperaba ver como era rechazada. Tras unos segundos se calmó, ya que se sintió elogiada al escuchar lo que Lit pensaba de su aspecto físico. No todos los días le decían que bonita. - Bueno, gracias por el halago- inquirió sonriente, para después mostar un semblante lleno de curiosidad- ¿Esconderme?, ¿dices que debo mostrar más? Abrió los ojos como platos y llevó ambas manos a su pecho. Esperaba haber confundido lo que la bruja expresó ¿Para conquistar a un joven hacía falta... enseñar? Lo último que se podía encontrar en su armario eran prendas atractivas, y mucho menos delatadoras. No, no estaba dispuesta a llegar a esos niveles, al menos que la sanadora se refiriera a otra cosa. De cualquier modo, jamas llegaría a aquello, o eso creía.

La ojisverdes se sonrojó un poco al notar cómo los ojos de la Rowle se posaban en su figura. Ya se imaginaba lo que estaba pasando por la cabeza de esta. Ella, que siempre había sido catalogada por vestir de manera recatada y clásica, no estaba acostumbrada a que su ombligo estuviese a vista de todos, y ni hablar de su escote. -¡Lit!- exclamó entre divertida y tímida por el comentario de su prima. Puso ojos en blanco al escuchar su disgusto ante tomar jugo de naranja a esas horas. A veces la bruja podía ser muy maniática-. Está bien, te traeré una limonada. Dudó si en verdad podría complacer a su compañera con el pedido, pero tras divagar un rato en un refrigerador que se encontraba cercano, encontró una jarra llena de un refrescante jugo de limón. Tomó dos vasos para servir la bebida, ya que también estaba sedienta. Tras entregarle uno de estos, se dispuso a oír las palabras de Little, a la vez que con sus brazos, trataba de ocultar un poco de su piel. Aunque con esto sólo lograba otorgarle más diversión a la sanadora. -¿Admiradores? ¡Qué va!- respondió seria-. Al parecer es a mí a quien tienes que catalogar con esa palabra… Hay un chico en la Academia, pero dudo mucho que pueda despertar algún tipo de interés en él-. Se sinceró con cierto desgano. Era la primera vez que Dorothy tomaba ese tema de conversación con alguien. Ni siquiera se lo había confesado a Dasha, Roxie o Soa. Se sentía desconcertaba con el tenga, y es que era una completa novata si de chicos se trataba. Inútil, así se podía describir fácilmente en ese ámbito de coqueteo. Lanzó un pequeño suspiro al recordar al susodicho. Aun no asimilaba aquella situación de sentirse rechazada.

La Currington se dedicó a seguir el trayecto que marcaba su nueva compañera de trabajo. Observaba entretenida todo el local, jamás hubiese pensado que sería tan grande y acogedor. Ambas chicas entraron a la cocina del negocio, donde un par de elfos se encontraban. Roxie se mostraba muy amable y atenta con ella, de hecho, tuvo la cordialidad de presentarla ante las pequeñas y serviciales criaturas. -Hola. Es un placer conocerlos. Estoy segura de que seremos muy buenos compañeros de trabajo- saludó con dulzura. La Lockhart no esperó que Dorothy terminara de hablar, ya que nuevamente emprendía camino, esta vez hacía una muerta de madera que en seguida fue abierta. Al entrar, los verdes ojos de la joven se encontraron con una pequeña sala, donde yacían un par de sillones y una mesita. Parecía ser la estancia de los empleados. Roxie le entregó un traje idéntico al que cargaba puesto, su nuevo uniforme. La castaña entró a un pequeño cubículo y se cambió rápidamente, y al verse en el espejo no pudo evitar reírse. No estaba muy acostumbrada a la cultura árabe, y mucho menos a los extravagantes ropajes de esta. Algo apenada, salió para dejarse ver por Roxie, pero no le prestó mucha atención, ya que unos nuevos pasados se escuchaban cerca. Alguien había llegado. Al estar en el bar su rostro se llenó de sorpresa, no podía creer lo que veía. Su amiga Little estaba ahí, hablándole a un pequeño elfo, dudosa por no saber que tomar. Dorothy sonrió alegremente y con sutil gesto le indicó a la pequeña criatura que se marchara, quien no tardó en obedecerla. -Little, es muy grato para mí verte acá, visitándome- soltó con un brillo en sus ojos. Se le hacía muy tierno el gesto de su matriarca-, tomando en cuenta tu estado. De verdad, gracias- hizo una pausa, pensando en que la Rowle debía estar sedienta. - ¿Te apetece un juego de naranja? No sabía qué ofrecerle, así que esperó atenta su respuesta. Era su primera clienta, y estaba dispuesta a darle el mejor de los tratos.

La ojisverdes escuchó con gran atención las palabras de su compañera Roxie. No tenía ningún tipo de apetito, lo único que quería era comenzar de trabajar. Estaba ansiosa, nunca en su vida había ejercido una labor como esa, la cual veía como un reto. Miró a la castaña, y no pudo evitar notar aquel peculiar traje que tenía puesto, que seguramente también le tocaría usar a ella. La idea de usar el uniforme se le hacía divertido, y soltó una risita tras imaginarse con este encima. - No, Roxie. Creo que es mejor que me des todas las indicaciones. Comenzando por mi inufirme-dijo mientras señalaba el cuerpo de su amiga. Clavó sus ojos en la mirada de la rubia que en dos ocasiones le había impartido clases. Aquel aura tan dulce y amable era lo que más le gustaba de su profesora, quien tenía una personalidad completamente opuesta a Adisson o Juve. Se le hizo curioso aquel contraste que siempre caracterizaba las clases. Por lo general uno de ellos solía ser amigable y abierto, y el otro severo y frío. Se encogió de hombros, no le pensaba dar mucha importancia al asunto. - Oh, Sol... Espero que no te moleste que me marche- inquirió bajando la mirada-. Ha sido muy grato verte esta tarde, debo confesar que extraño tus clases... A pesar de que la última vez nos diste un buen susto cuando te perdiste- admitió mientras reía. Nuevamente observó a Roxie y asintió con su cabeza. Estaba lista para seguirla y recibir todo tipo de consejos. Quería comenzar cuanto antes, jamas pensó que un empleo le brindaría tanto entusiasmo. Al menos sabía que sus primeros días serían excelentes, y en cuanto al resto, aun no se podía anticipar a los acontecimientos.

Lo único que estaba presente en la mente de Dorothy, era Arabic Place, lugar en el cual se encontraría trabajando en un par de minutos próximos. La chica hace unos días había llenado su planilla de inscripción solicitando el puesto para atender la barra. Estaba nerviosa, jamas en su vida había tenido la necesidad de trabajar, todo lo contrario, siempre estuvo rodeada de mimos y placeres. Pero tras la muerte de su madre y su reciente llegada a Ottery, sabía que era más que necesario ejercer una labor. Sigilosa, abrió la puerta del lugar, y nuevamente se fascinó al ver la gran peculiaridad que tenía. La decoración estaba cuidada hasta en el más mínimo detalle, cosa que lograba que la castaña se sintiera feliz de trabajar en tal lugar. Al menos su primer empleo era realmente magnifico, no tendría objeción alguna en estar ahí. Se sentía un aura alegre en el sitio ya que estaban celebrando su inauguración. Había comida y bebidas por doquier, además de que una agradable música inundaba el ambiente. La gente se divertía entre risas y charlas, el festejo era un total éxito. A unos cuantos metros lejanas a ella, estaban las figuras de Roxie y Sol, la primera era una de sus compañeras en la Academia, y la segunda fue su profesora. Al ver el atuendo que tenía su compañera no pudo evitar preguntarse si también trabajaba allí, así que decidió acercarseles al par. - Hola, chicas. Es una agradable sorpresa verlas por aqui- Saludó con una gran sonrisa. Era grato para ella verlas nuevo- Roxie, al parecer trabajar aquí ¿No es cierto? Sería de gran ayuda para mí que me guiaras un poco. De nuevo, recorrió con la mirada el recinto, quería conocer cada detalle de este. Notó que además de Sol y Roxie, también había otra persona que conocía. Era Darcy, otro de sus compañeros, quien estaba muy entretenido entablando conversación con una hermosa joven. Dorothy se relajó al saber que para su suerte, no sería una completa extraña.

Buuenass bueeenas Paso por acá para registrarme y decir que quiero trabajar atendiendo la barra *o* Ya hable con bodrik y me dijo que no había ningún problema, la verdad me conviene muchísimo tener un trabajo. Bueno, aquí les dejo mis datos. Ficha: Link. Bóveda: Link. Creo que eso es todo, muchas gracias por su atención ^^ ¡Cuídense! Edito para mencionar que también quiero afiliarme al negocio. Disculpen el despiste, lo debí haber puesto de principio U.ú

Buenas buenas . Debo admitir que siempre tuve pensado en pertenecer al bando neutral, pero ya he oído varios comentarios diciendo que tengo corazón de fénix O.O, y bueno, la idea de pertenecer a este bando me agrada bastante. Aquí les dejo mis datos:

Buenas y disculpen la molestia pero me gustaría hacer unos cambios ^.^ La ficha quedaría así: ¡Saludos! *Puntos de poder en criaturas Habilidades Mágicas -- Conocimientos Especiales -- Perfil del Personaje Raza Humana Aspecto Físico Tez blanca, cabello castaño oscuro, ondulado y largo. Alta, esbelta, cejas gruesas y ojos verdes oscuros. Rasgos suaves y clásicos. Es sencilla a la hora de vestir, tiene una inclinación hacia la ropa floreada y los colores claros. Es muy cuidadosa con su aspecto personal. Cualidades Psicológicas Es una persona cálida, agradable y dulce, aunque en sus palabras siempre es detectable un rastro de sorna. Le gusta ser correcta, femenina y social. Quisquillosa, testaruda y algo caprichosa. Tímida en ocasiones. Es una persona de buenas intenciones, siempre tiene la palabra y el consejo adecuando para el momento justo. La valentia acude a ella es situaciones que lo exigen, pero la mayoria de las veces suele ser un tanto cobarde. Historia Nacida en Ottery St. Catchpole, hija de Alyka Westrong. Al igual que sus hermanas mayores, Mary, Annie, Aime y Mafer, fue secuestrada al nacer. No se sabe con certeza la identidad de sus raptores, pero si los motivos que tenían. Habían sido enviados por Celia Currington, una mujer ya entrada en años que ansiaba tener una hija y no podía. Celia era descendiente de Norma Jean, la segunda hija de Isaac Currintong. Era una bruja de buenas intenciones, amable y cándida. Crió a Dorothy como si fuera su propia hija, ocultándole la verdad sobre su pasado. Ambas habitaron una hermosa mansión ubicada a las afueras de Londres, donde la niña no tuvo oportunidad de convivir con otros. Aprendió en casa a controlar su magia, a hablar francés, a tocar piano y a bailar ballet. Era una chica muy educada, de buenos modales y actitudes correctas. Era clásica, elegante y serena. Diecinueve años después, Celia le contó la verdad, justo antes de morir. Dorothy decidió buscar a su verdadera familia, los Westrong, quienes continuaban viviendo en el pueblo mágico, sin saber que su llegada desvelaría más de un secreto. Pertenencias Objeto Mágico Legendario -- Objetos Mágicos Mascotas y Criaturas -- Criaturas en la Reserva -- Elfos -- Licencias, Tasas, Registros Licencia de Aparición -- Licencia de Vuelo de Escoba -- Registro de XXX -- Otros Datos -- Cronología de cargos -- Premios y reconocimientos -- Links de Interés Referentes al Personaje Link al Perfil de Comprador MM -- Link a Bóveda Personal -- Link a Bóveda Trastera -- Link a Bóveda de Negocio -- Link a Bóveda Familiar ~Bóveda de los Westrong ~Bóveda de los Currington

Datos personales Nombre del personaje: Dorothy Anne Sexo: Femenino Edad: Joven Nacionalidad: Inglesa Familia(s): ~Familia 1: Lockhart ~Familia 2: -- Padre(s) Sanguineo: Alyka y Coyo-t Padre(s) Adoptivos: Celia Currington (**) Trabajo: Dpto. de Cooperación Mágica Internacional, empleada. Poderes Mágicos Rango social: Unicornios de Plata Bando: Neutral Rango dentro del bando: -- Puntos de poder en objetos: 320 Puntos de poder en criaturas: 20 Hechizos adicionales: -- Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: ~Estudios Muggles ~Idiomas ~Defensa contra las Artes Oscuras ~Encantamientos Medallas: -- Perfil del Personaje Raza: Humano Aspecto Físico De mandíbula suave y firma, pómulos salientes y ojos verdes e inquisidores, que parecen amables y cándidos. Posee un rostro de piel tersa y blanca, que es enmarcada por un cabello castaño ondulado, el cual llega a la altura de sus hombros. Cejas gruesas y pronunciadas. Su rostro es inocente y siempre expresa vivo interés por toda persona que se dirija a ella. Nariz pequeña, firme y respingada. Alta, de cuerpo esbelto pero poco tonificado debido a la escasa actividad física. Su andar suele ser fino y un tanto minucioso. Posee una pronunciada cicatriz en forma de media luna ubicada en su rodilla derecha. En cuanto a su vestimenta Dorothy evita los colores llamativos, y opta por tonalidades oscuras como el negro, verde o gris. Procura verse lo suficientemente presentable, pero realmente no se ensimisma con su imagen personal. Cualidades Psicológicas Es idealista, prefiere hablar solamente cuando es necesario, aunque si crea vínculo con los demás puede llegar a ser muy elocuente, graciosa y hasta irónica. Se considera muy agradable y comprensiva, siempre trata de ponerse en el lugar de otros, especialmente de no hacerlos sentir mal. Le gusta ser asertiva, busca la mejor manera de transmitir un mensaje, sobre todo cuando se encuentra enojada o no está de acuerdo con algo. Aunque no es la más valiente ni audaz, su gran curiosidad la ha llevado a estar envuelta en aventuras arriesgadas de las que se siente orgullosa. A veces su personalidad tímida choca con sus ansias de saber, porque le impide hacer todas las preguntas que quisiera formular a los demás, es por eso que suele reflexionar y realizar indagaciones en su mente. Tiene que encontrarle un por qué, una razón a las cosas. Busca siempre un atisbo de bondad, incluso en las peores personas o acontecimientos. Se guía por la pureza de sus intenciones, poco le importan las recompensas o castigos. Es muy cerrada en cuanto a sus emociones, especialmente en reconocer la tristeza. Trata de sonreír y de mostrarse optimista, solo cuando está sola se sumerge en el placer del sufrimiento; esto lo hace porque en el fondo teme verse débil, o despertar preocupación en sus más allegados. Le encanta ser el centro de atención, no obstante, lo evita a toda costa, piensa que es un acto vanidoso y opta mejor por ayudar a los demás. Escucha a mucha gente, pero habla solo con algunos. Actualmente su mal humor es muy frecuente, debido a la presencia de unas voces dentro de su cabeza. Sus pensamientos suelen estar llenos de sarcasmo e ironía para aliviar la tensión del caos que hay en su mente. Esto la ha vuelto muy distraída, pero a su vez expresiva, con frecuencia le es difícil ocultar en su rostro lo que sucede dentro de ella. Le frustra perder el control, que las cosas no salgan como ella las planeó. Puede pasar horas evaluando los pros y los contras, pero siempre es seducida por su espíritu intuitivo y bondadoso, inspirado en la belleza de las cosas. La gente muy escandalosa puede llegar a repugnarle, mientras que se siente identificada y atraída por aquellos que traen consigo un aura de misterio y enigma. No le gustan las aglomeraciones, la desesperan enormemente, hasta el punto de llegar a llorar, por eso frecuenta lugares abiertos y solitarios. Historia Nacida en Ottery St. Catchpole, hija de Alyka Westrong y Coyo-t de Monter. Al igual que sus hermanas mayores, Mary, Annie, Aime y Mafer, fue secuestrada al nacer. No se sabe con certeza la identidad de sus raptores, pero si los motivos que tenían. Habían sido enviados por Celia Currington, una mujer ya entrada en años que ansiaba tener una hija y no podía. Celia era descendiente de Norma Jean, la segunda hija de Isaac Currington. Era una bruja de buenas intenciones, amable y cándida. Crio a Dorothy como si fuera su propia hija, ocultándole la verdad sobre su pasado. Ambas habitaron una hermosa mansión ubicada a las afueras de Londres, donde la niña no tuvo oportunidad de convivir con otros. Aprendió en casa buenos modales, a hablar francés, a tocar piano y a bailar ballet, además del esgrima, el cual lo practicaba con su tío Isaac Currington. Era una chica muy educada, de buenos modales y actitudes correctas. Era clásica, elegante y serena. Un poco después de cumplir diecinueve años Celia le contó la verdad, justo antes de morir. Dorothy decidió buscar a su verdadera familia, los Westrong, quienes continuaban viviendo en el pueblo mágico, sin saber que su llegada desvelaría más de un secreto. En Ottery se reunió con sus verdaderos padres, aunque desafortunadamente no pudo crear un vínculo muy estrecho debido a las idas y venidas de ellos. También contactó a su prima Little, una Currington, quién le cedió uno de los apartamentos del edificio familiar. Allá vivió mientras cursaba la Academia de Magia y Hechicería, donde compartió maravillosos momentos junto a Roxanne, Soamily, Aaron y Perseus, sus amigos más cercanos. Dorothy había descubierto su gran afinidad hacia la Orden del Fénix, es por eso que tras culminar sus estudios decide pertenecer al dicho bando. Además de logró ingresar al Departamento de Cooperación Mágica Internacional, lugar en el que pronto consigue el puesto de jefa en la Sede Británica. La Orden y su trabajo eran su vida, le hacían sentir completa y feliz. En junio del 2013 emprendió un viaje que cambió su vida. Había ido a Derbyshire con la intención de visitar a un pariente lejano. Aunque no se lo esperaba, en aquel pueblo solitario Dorothy hizo a amistad con un grupo de chicos que la convencieron de ir a conocer Nueva York. Una mañana de julio los cinco jóvenes zarparon en un barco de carga hacia la ciudad de los rascacielos. Las primeras dos semanas fueron muy agradables, recorrieron la ciudad y uno que otro día salían de fiesta, pero una mañana despertó sola. Los pocos galeones que llevaba con ella habían desaparecido, aunque lo que de verdad agravó su situación fue la desaparición de su varita. No sabe si conocían su verdadero uso o si solo la tomaron por curiosidad, pero la dejaron sin ningún tipo de recursos. Ese mismo día se dirigió a un hostal y pidió un empleo. No quiso recurrir al Ministerio de Magia, estaba cansada de que siempre resolvieran sus problemas. Quería sentir que hacía algo por sí misma. No exigió dinero, solo techo y comida. En el hostal conoció a Peter, de quien se enamoró. Al principio le parecía algo tonto, tosco y poco convencional, pero su dulzura e insistencia terminaron por seducirla. Ella limpiaba las habitaciones durante el día, pero en la noche atendían juntos el pequeño bar. Una tarde le pidió que huyera con él a Brasil, y si bien se había negado al principio él logró convencerla alegando que había ahorrado suficiente dinero para costear los gastos de ambos. Pasaron unos meses esplendidos juntos. Visitaron las playas de Rio de Janeiro, donde Peter le pidió que fuese su esposa. Quisieron ir de excursión al Amazonas, y lo hicieron, pero las cosas no salieron bien. Peter fue atacado por un leopardo. Se habían alejado un poco del grupo cuando se encontraron con el felino. Uno de los guías llegó a tiempo y lo mató antes de que él atacara a Dorothy, pero ya era tarde para Peter. La castaña contactó a los padres de Peter para darles la devastadora noticia, y al encontrarse con ellos recibe algo de dinero con el cual paga el primer vuelo a Londres, donde recurre a Roxanne, quien le abre las puertas de su casa y la hace socia de su negocio. Pasaron unos cuantos meses cuando decide marcharse, siendo víctima de un ataque del que no tiene recuerdo alguno. A partir de ese suceso empieza a escuchar unas voces en su cabeza que le gritan que huya. Agobiada por el torbellino de su mente y sin poder entender o darle una explicación a lo que sucedía coge su dinero y se marcha de Ottery. Estuvo viajando por el mundo, divagando dentro de su mente y escapando de su realidad. Conoció a muchas personas, unas peores que otras, y llegó a experimentar tantas cosas y a consumir tantas sustancias que hoy en día le es difícil plasmarlas en una lista. Cuando se da cuenta de que el dinero se le está agotando decide regresar a Ottery con la única intención de visitar su bóveda, estando allí se deja llevar por la melancolía de recuerdos de antaño y decide quedarse. Se encuentra con un pueblo desolado, uno que no la apremiaba con el manto familiar, todos sus parientes se habían marchado. Cuando estuvo a punto de irse nuevamente se encuentra con Aaron, y en medio de la desdicha y la miseria nace un atisbo de esperanza y un miedo opresivo a seguir huyendo. Busca cobijo en la Orden del Fénix, toma algunos cursos, se postula al Ministerio de Magia, y decide investigar el origen de las voces dentro de su cabeza. En medio de aquella búsqueda de estabilidad reaparece su tío Isaac, el cual no veía desde que era niña. Isaac no quiere dar explicaciones, pero Dorothy percibe que algo esconde. En medio de la indignación y la necesidad de buscar algún tipo de vínculo humano deja que se quede con ella, no obstante, se propone también descifrar el enigma que esconde su tío. Pertenencias Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos Objeto: Varita Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Cámara de Fotos Mágica Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Nimbus 3000 Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Moto Voladora Clasificación: AAAA Puntos de Poder: 80 Objeto: Pensadero Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Objeto: Espejos Comunicadores Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Objeto: Puertas Mágicas Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Pociones Mágicas Objeto: Solución para encoger Clasificación: A Puntos de poder: 10 Objeto: Filtro de la Paz Clasificación: A Puntos de poder: 10 Objeto: Poción Olvidamores Clasificación: AAA Puntos de poder: 40 Criaturas Mágicas Criatura 1: Perro Clasificación: X Puntos de poder: 10 Criatura: Osito mediador Clasificación: X Puntos de poder: 10 Criaturas en la Reserva Criatura: Clasificación: Puntos de poder: Libros de Hechizos Libro: Libro del Aprendiz de Brujo Nivel: 1 Poderes de Criaturas Tipo de poder: Consumibles en Batallas Nombre: Descripción: Categoría: Elfos: ~Gary Licencias, Tasas y Registros Licencia de Aparición: Obtenida Licencia de Vuelo de Escoba: Obtenida Registro de XXX: ~Elfo Gary (elfo gruñón que ha servido a Dorothy desde pequeña), certificado por el Departamento de Criaturas Mágicas. ~Pasaporte, certificado por el Departamento de Cooperación Mágica Internacional. ~Queen (Yorkshire Terrier) y Barrabás (San Bernardo), dos perros certificados por el Departamento de Criaturas. Personajes Secundarios: ~Isaac Currington, tío ~Gumercinda Flores, amiga Otros Datos Otros datos: ~Su patronus es una libélula. ~Posee dos mascotas: Barrabás y Queen, ambos perros. ~Su lechuza se llama Haley Cronología de cargos: ~Departamento de Cooperación Mágica Internacional, empleada (2012) ~Departamento de Cooperación Mágica Internacional, jefa (2013) Premios y reconocimientos: -- Links de Interés Referentes al Personaje Link al Perfil Comprador MM: 148 Link a Bóveda Personal: Bóveda 97151 Link a Bóveda Trastero: Bóveda Nº 111692 Link a Bóveda de Negocio: Bóveda N° 111815 Negocio La Libélula Encantada Bóveda N° 112492 Negocio Océano Mar Bóveda 98272 Negocio Oasis of the Seas (Cerrado) Bóveda Nº 101355- Magic Coffee (Ya no es socia) Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda de la familia Lockhart Link a Bóveda Familiar 2: --