Dorothy Anne

Herpink, elfo del local La frustración comenzaba a aflorar en la mente del pequeño elfo. ¡Habían tantas cosas por hacer y tan poco tiempo! ¿Cómo haría él para preparar platos mexicanos si estaba tan acostumbrado a la gastronomía árabe? ¡Que Merlín lo ayudase! Desde hacía mucho tiempo no se realizaba un evento en Arabic Place, y Herpink estaba perdiendo el toque. De pronto las puertas de las cocinas se abrieron, dejando pasar a otra criatura mágica idéntica a él. Se trataba del distraído Shenk, otro de los elfos que servía al local. El susodicho cargaba un menú en sus manos, y se lo entregó de manera tímida a Herpink, quien algo extrañado preguntó: -¿Ya nuestra ama ha llegado?- luego leyó el menú, y se sobresaltó-. ¡Son demasiados platos!, ¡y ni pensar en el pastel! ¿Qué haces que no me ayudas? ¡Vamos, busca los ingredientes!. Luego de un respingo, Shenk comenzó a moverse aquí para allá, buscando todo, mientras se percataba mirando de reojos que Herpink también estuviese haciendo lo suyo. Y así pasó un argo rato, con ambos elfos en silencio, preocupándose por los preparativos, mientras algunos clientes yacían en el salón, devorando un delicioso plato.

Rol de Convivencia: Fenixiamos- Mortífagos Quizas el trago que se había tomado ya le estuviese haciendo efecto, o tal vez el sueño que cargaba no la dejaba pensar bien. Lo cierto era que toda clase de cosas pasaban por la mente de Dorothy, unas peores que otras. Se acercó más a Gitax y Bodrik y plantó la suposición que encontró más lógica. -Quizás son unos muggles que acaban de escapar de sus cárceles- comentó-, y por alguna razón han sabido del mundo mágico y planean esconderse acá- siguió con su explicación-. Aunque… tal vez quieran raptarnos y someternos a sus torturas para que le revelemos nuestros conocimientos. Y cuando ya no le seamos útiles…- hizo una pausa, mientras contemplaba a Gitax y Bodrik con sus ojos verdes abiertos de par en par y el rostro pálido como un fantasma- acabaran con nuestras vidas- finalizó con voz lúgubre. Ok, tal vez estaba exagerando un poco pero, ¿qué podía hacer? Su mente siempre se arrastraba a las situaciones más drásticas. Y, suponiendo que ella estuviera en lo cierto, ¿podría un simple protejo defenderla de un arma de fuego? Comenzaba a tener bastantes dudas, sin contar el miedo que la estaba acorralando en esos momentos. Lo último que se le llegó a ocurrir fue que todo se tratase de unos mortífagos. -Oh, y de verdad disculpen la incumbencia, pero oí que hablaban de una piedra…- manifestó con timidez en sus palabras-. Yo estaba en Abaddon cuando Bodrik recibió la piedra, observé todo desde lejos. Era un anciano, ¿no?- preguntó-. Lo que me parece extraño, es que minutos antes de que tú llegases a curarlo, estuviese un joven en lugar de él. Es confuso, como si se hubiese transformado…- reflexionó. Después dio paso a la negación-. Tal vez no deberían hacerle caso a lo que digo. Creo que no estoy en condiciones para alegar nada. ¡Por Merlín, no debí haberme tomado ese trago! Sentía que el cerebro le daba vueltas, y es que después de todo, Dorothy no solía ingerir esa clase de bebidas. Dejó caer la frente en sus manos, como si aquello la hiciese sentir mejor. Luego, decidió recuperar la compostura y mirar a Gitax y Bodrik, aunque sus mejillas aun estaban teñidas de vergüenza.

Rol de convivencia: Fenixianos- Mortífagos. Para fortuna de Dorothy, Gitax no mostró molesto ni disgustado, de hecho, la trató de una manera muy amable y simpática. Los músculos de la Westrong se relajaron y se atrevió a dedicarle una sonrisa cuando éste le pidió que no se dirigiera a él con tanta propiedad. Ella pensaba que debía tratar al propietario del local con mayor respeto, pero de cierta forma le alegraba saber que no exigía tantas formalidades. Antes de que pudiese responderle a Gitax, notó que Bodrik se acercaba. La saludó con un ademán en la mano, y no pudo decirle nada más ya que la Lockhart pidió hablar con su compañero. Probablemente debían discutir sobre asuntos financieros, o ese tipo de cosas que siempre predominaba en las charlas de socios. Roxanne también había llegado, y ahora que se encontraban solas, Dorothy dijo en respuesta a su saludo: -Oh, Rox, no sabes la pena que acabo de pasar...- soltó, con un gesto cariacontecido y tono de voz dramática, recordando el pequeño malentendido que había tenido. En ese momento la campanilla de la cocina sonó, anunciando que uno de los pedidos estaba listo. Dorothy se disculpó con su amiga y buscó la bandeja que reposaba en una barra. Después, caminó hasta la mesa cuatro, donde se encontraban Athena y Anne. Aclaró su garganta y habló. -Aquí tienes tu shawarma- dijo mientras depositaba el plato frente a Anne-, y aquí está la ensalada de Tabule y el té verde- ésta vez se dirigió a Athena-. Espero que disfruten su comida, y si necesitan algo otra cosa no duden en llamarme- sin más que decir, giró sobre sus talones y volvió con Roxanne. Apenas se hubo situado junto a su amiga, escuchó el llamado de Bodrik. Con la petición recibida, se encaminó hasta una mesa cercana, donde yacían tres jóvenes con misterioso aspecto, a su parecer. Trató de reconocer a alguno, pero estaba segura de que eran unos completos extraños y que no solían rondar Ottery. Escuchó con atención a la joven que le hablaba, aunque por alguna razón no le agradó la forma en la que actuaba. -Les traeré su pedido en seguida- respondió con el dulce tono de voz que la caracterizaba. No obstante, aun se sentía vacilante. Se alejó del grupo, con la intención de ir a la barra, y cuando pasó a un lado de Roxanne, murmuró indignada: -Creo que necesitaré un trago. Al llegar a la barra, cogió una de las bebidas que había preparado Gitax y prácticamente se la tomó de golpe. Luego, llenó con delicadeza tres jarras de cerveza de mantequilla, las colocó en una bandeja y regresó con el trío de jóvenes. -Aquí tienen sus bebidas. Las entregó, y tras brindarle una recelosa sonrisa, volvió junto a Bodrik. No soltó ninguna palabra hasta que estuvo segura de que su voz era lo suficientemente baja como para no ser oída por otros. -No los conozco- sentenció-. Dicen ser unos peregrinos, pero...- hizo una pausa, mirando de reojo a los susodichos- no me generan mucha confianza.

Dorothy había entrado a la pequeña sala que fue designada a los empleados. Estaba parada frente a un espejo con una mueca de displicencia adornando su rostro. No se mostraba convencida con el uniforme que debía vestir en Arabic, ya que a su parecer el traje era poco discreto. Imitaba al de esas mujeres árabes que solían brindar bailes extravagantes al público. Pero Dorothy estaba muy lejos de dar aquella clase de shows, así que se limitaba a atender a los clientes que llegaban. Dejó caer su cuerpo en un cómodo sillón frente a ella, y se dedicó unos segundos a acariciar con sutileza su larga y ondulada cabellera castaña. A esas horas ya no quedaba mucha gente en el negocio, había unas pocas mesas llenas, las cuales estaban siendo atendidas por los elfos que trabajaban allí. De pronto la música se encendió, y Dorothy algo sorprendida se colocó de pie. -Veamos…-murmuró para si misma. Salió de la pequeña salita y atravesó la cocina, que estaba justamente pegada al bar de bebidas. Se quedó en silencio observando como un sujeto se servía un trago para después tomar asiento en un lugar. Lo miró indignada, sencillamente le parecía un descaro que un cliente usara el bar con tanta tranquilidad. Aclaró su garganta y se dirigió a Gitax con el cejo fruncido. -Señor, no puede… Se calló repentinamente, dejando la queja en el aire. Ahora que se encontraba más cerca, pudo darse cuenta de que el joven era un compañero de bando, y que también pertenecían al mismo clan. Además era nada más y nada menos que uno de los propietarios de ese local. El rostro de Dorothy empalideció al instante, tan sólo esperaba no haberse ganado un regaño. Su tono de voz también cambió, ya que ésta vez habló de manera más suave y avergonzada. -Oh, lo siento… No sabía que se trataba de usted- se disculpó posando sus orbes verdes en el suelo-. ¿Desea algo de comer? Podría ir a la cocina para decir que preparen lo que se le apetezca.

A Dorothy no le tomó muchos segundos reconocer el rostro de Athena, quien era una de sus compañeras de bando en la Orden del Fénix. De hecho, hacía tan solo días atrás la Currington tuvo que atacarla en uno de los entrenamientos de defensa. El recordar ese hecho la hizo intimidarse aun más, y agradeció que sus mejillas ya estuviesen demasiado sonrojadas por el maquillaje como para que alguien pudiese notar su vergüenza. Además Athena no parecía recordar ese suceso, o al menos no se mostraba molesta, todo lo contrario. -Sí, soy Dorothy- respondió, devolviéndole la sonrisa a su interlocutora. Estuvo un momento en silencio, esperando que alguna de las dos ordenase algo. Athena fue la primera en hablar, expresando su desconcierto acerca de sobre qué pedir, y Dorothy con un ademán de su cabeza le dio a entender que no se preocupase. -Bueno, en mi opinión, lo mejor que puede ofrecerle la casa es el shawarma, que consiste en un pan árabe relleno con tiritas de pollo o carne asada, además de incluir vegetales. Pueden acompañarlos con crema de garbanzo, pimentón o yogurt- hizo una pausa, pensando en otras opciones-. También tenemos kipe, que básicamente es carne con trigo. Se come asado, frito y hasta crudo. Y por último está la ensalada de tabule, que tiene como ingredientes perejil, lechuga, tomate, aceite de oliva y trigo. Mientras le daba tiempo a las chicas para que optasen por algo, notó que Gomita, una preciada amiga y familiar suya, había entrado en la estancia y se colocaba junto al chico rubio. Ya Dorothy se pasaría a recibirlos y ofrecerles algún plato. Volvió a clavar su vista en las fenixianas, percatándose de que aun faltaba ofrecerles una bebida. -Oh, y para tomar tenemos té verde y negro, gaseosas de todos los sabores, jugos naturales, vino y cerveza de mantequilla.

Hacía quizás más de un mes que Dorothy no ponía pie en The Arabic Place. Era cierto que últimamente se había encontrado muy ocupada con diversos oficios, pero sabía que eso no era una excusa para dejarse arrastrar por la dejadez. Bodrik, muy amablemente le había permitido a Dorothy ayudarla con el negocio, cuando estaba en sus tiempos de alumna en la Academia. Ahora poseía una mejor posición económico, por decirlo de alguna manera, no obstante, la Currington seguiría atendiendo el local siempre y cuando pudiera. Le agradaba. Con sus pasos minuciosos, se había deslizado por el Callejón Diagon, el cual estaba acompañado por el cielo oscuro de la noche, y unas cuantas estrellas. Para su completa desgracia, la chica no se había vestido adecuadamente, ya que no había tomado en cuenta el frío que frecuentaba en esos momentos. Tenía la piel erizada, y las manos congeladas, por lo que se tomó muy ameno atravesar por fin las puertas de Arabic Place. El negocio tenía un clima calido que le devolvió el confort y el aspecto habitual a su piel. No pudo evitar percatarse de que había cierta clientela sentada en mesas, probablemente esperando ser atendidas. Los ojos verdes de Dorothy buscaron con desesperación a los de Roxanne, pero no le costó mucho darse cuenta de que su amiga tampoco se encontraba allí. Lanzó un resoplo y se dirigió la salita que estaba destinada para los empleados. Cuando estuvo allí, cogió su uniforme, que consistía en una falda larga repleta de lentejuelas y minúsculos adornos que chocaban entre si con el menor movimiento, y un top escarchado y de un color bastante llamativo. A Dorothy no le gustaba mucho tener que portar ese traje, lo consideraba muy delatador. No quiso recoger su cabellera castaña, así que dejó sus largas ondulaciones sueltas. Corrió hasta el salón principal, y clavó su vista en un sujeto rubio que yacía sentado, solo. Pensó en atenderlo, pero lo más probable era que estuviese esperando a alguien más, así que optó por dirigirse hasta las dos chicas que se encontraban sentadas en una mesa. Eran Athena y Anne, y el hecho de que Dorothy no las conociera, solo logró que se sintiera más cohibida. La Currington no solía ser muy sociable. -Buenos noches, señoritas- saludó con una voz dulce y cordial-. Bienvenidas a The Arabic Place. ¿Desean ordenar algo?

http://i.imgur.com/5uAL5.pngConfederación Internacional de Magos, sede Británica Registro de inmigrantes Atte: Dorothy Anne, Jefa de la Confederación Internacional de Magos, Sede Británica. Departamento de Cooperación Mágica Internacional.

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La castaña estaba pasando un rato muy agradable en el Callejón Diagon, no obstante recordó que había quedado encontrarse con una de sus amigos en otro de los tantos locales que proporcionaba el mundo magico. Miró a Nicolas, apenada, y le explicó que debía marcharse. - Lo siento, se me presentó un evento. Espero verte pronto- se disculpó amable, y así pues salió de Arabic Place rumbo a otro sitio.

Las cosas en el negocio no marchaban como a Dorothy le hubiese gustado. Era muy poco la gente que veía entrar por el umbral de la entrada y eso la preocupó un poco. Dibujó en su rostro una sonrisa ladeada y optó por devolverse al pequeño despacho que el local le proporcionaba al grupo de empleados. Se sentó en uno de los sillones y cogió un libro: ¨Quidditch a través de los tiempos¨ Estuvo un rato entretenida con la lectura, sobre todo porque pronto se acercaban los torneos de verano de dicho deporte, y nunca estaba de más ampliar sus conocimientos. No obstante, tan solo recorrió pocas paginas cuando escuchó que alguien se encontraba en la barra. Miró el reloj que estaba frente a ella recordando que el empleado que atendía ésta se marchaba pronto. Depositó el libro en una pequeña mesa cerca y se colocó de pie para dirigirse a la barra. Tras dar unos pocos pasos, se encontró con la figura de un joven de cabellos castaños sentado en una silla. El chico recién acababa de pedir su orden. Dorothy observó a Max, el empleado, quien yacía un tanto exasperado por la idea de marcharse, así que aclaró su garganta y habló. -Yo me encargo- manifestó segura. Aun faltaban unas cuantas horas para que se retirase. El aludido asintió con la cabeza y abandonó el recinto pronto. Entonces, Dorothy clavó sus ojos en el nuevo cliente, mirándolo con interés-. Querías una ración de kipe, ¿no?, ¿horneado, frito o crudo?- hizo una pausa-. ¿No deseas nada de tomar?- hizo presente que hasta ese momento no se había presentado, mas no sabía si sería apropiado hacerlo.

La Currington atravesó el umbral de entrada de Magic Mall muy emocionada. La luz del sol ya se comenzaba a ocultar, dando paso a una luna llena. Finalmente Dorothy había encontrado un poco de tiempo para visitar el lugar y realizar unas cuantas compras. Aun cargaba en sus manos un sinfín de pergaminos enrollados provenientes del Departamento de Cooperación Mágica Internacional, sabía que al llegar a casa le tocaría revisar cada uno de ellos. Sabía perfectamente lo que quería, había dedicado gran parte de su tiempo en pensar en eso. Tan solo esperaba que su prima Little no la regañara por traer tantos animales al edificio, aunque sería un total descaro, ya que ella misma había introducido un leopardo al hogar de los Currington. Se dirigió hasta el mostrador y sacó un pergamino de su bolso, el cual entregó inmediatamente al empleado que atendía. -Buenos tardes –saludó cordial, con una candida sonrisa-. Espero que todo esté en orden.

La Westrong había finalizado sus labores en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, al menos ese día. Había salido tan hambrienta ese día que vio la ocasión perfecta para dirigirse a uno de los negocios de su tío, uno especializado en comida. Sabía que de alguna u otra manera la visita al local la distraería un poco y la despejaría del trabajo, donde el cual, si tenía suerte, pronto serías ascendida a jefe de oficina. Sus manos sostenían un sinfín de pergaminos enrollados, eran solo papeleo del cual se encargaría al llegar a su hogar. Recordó a su pequeña Queen ¿cómo estaría? Ella no había tenido tiempo suficiente para dedicarse a la Golden. Haberse graduado de la Academia no significaba quitarse un peso de encima, como ella alguna vez pensó, todo lo contrario, inexplicablemente su trabajo en el Ministerio de Magia de había triplicado. -Siempre hay tiempo para todo- se dijo a si misma, tratando de ser positiva. Se detuvo cuando estuvo frente, donde el color rojo predominaba en su letrero. A Dorothy le agradó la fachada, que le daba justicia al nombre del lugar. Justo antes de entrar, un extraño sonido se escuchó, proveniente de su estomago. Las tripas de la Westrong sonaban escandalosamente, por lo que no pudo evitar sonrojarse. Con su brazo, empujó la puerta de entrada, y pronto vio a alguien que la hizo sonreír. Era su hermana Soamily, quien se encontraba hablando con otra persona. La castaña no quería molestar, pero igual se le acercó. -¡Soamily!- exclamó alegre-. ¡Que lindo verte por acá!- entonces, la abrazó. OFF Asco de rol .-.

Sunnar, Mei y Dorothy habían pasado en muy agradable rato charlando y degustando los deliciosos platos del negocio. La ojisverdes se despidió de ambas con mucha emoción, para luego ver por un momento sus figuras perderse. Algunas personas habían llegado, pero los elfos ya se habían encargado de atenderlas, por lo que la castaña optó en volver a la cocina. Si tenía suerte, tal vez se encontraría con Roxie. No había visto a la Rambaldi desde unos pocos minutos después de su llegada, por lo que se volvía a preguntar: ¿dónde andaría? La figura de un hombre alto y pelirrojo había atravesado el umbral de la entrada, y así pues, Dorothy se encaminó hasta a él. Le brindó un extenso menú, pero sólo recibió el pedido de una bebida. Tal vez el joven necesitaba mayor tiempo para pensar en su elección. Fue cuestión de segundos para que la Westrong estuviese nuevamente frente al sujeto con una fina copa de vino que le entregó de inmediato. Tal y como había pensado antes, el pelirrojo ya tenía un platillo predilecto. Se trababa una maravillosa ensalada de tabule y bolas de kipe frito. Dorothy asintió ante cada palabra mientras simulaba escribir en un pequeño block de notas, sólo porque creía que de esa forma se vería más profesional. Le dedicó una jovial sonrisa al aludido y pronto se marchó hasta la cocina, con los demás elfos. -Una ensalada de tabule y una ración de kipe frito para la mesa cuatro- manifestó para los otros empleados-. Oh, y no olviden la crema de garbanzo. Los condimentos que predominaban en aquella estancia eran el aceite y el trigo, fundamentales para cualquier plato árabe. Dorothy suspiró, y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía en sus manos el pedido del pelirrojo. Debía admitir que el trabajo de las criaturas era realmente excelente. Sus comidas siempre tenían un peculiar sabor que los caracterizaba y los diferenciaba de otros. Nuevamente se dirigió al sujeto y colocó en la mesa el plato. Al saber de que no se le apetecía nada más, se ubicó en la una zona del local donde podía cerciorarse de que todo estuviese en orden.

Buenas Bueeenas He esperado pacientemente todo un mes para hacer mis cambios y bueno, aquí voy: Primero, noté que la imagen de mi ficha ya no aparece, así que les dejaré otro link para que la acomoden. . En segundo lugar vengo a notificar que ya me gradué, aunque aun no se haya abierto el topic de mi graduación, aprobé Rol Avanzado Bando y Perfily Duelo Avanzado ¿podrían ponerme ya como graduada?. Además, ya soy una posha oficial (? pertenezco a la Orden del Fénix y soy del rango Initie. Ah, y otra cosa, si ya me gradué puedo escoger dos conocimientos, ¿no? Yo he elegido estos: ~Idiomas ~Estudios Muggles Sé que ando molestando mucho con esto de los cambios, pero al menos los conocimientos los necesito para ascender en mi puesto de trabajo. De verdad, disculpen las molestias, y muchas gracias por los cambios anteriores ^^ ¡Saludos! *dejando ranas de chocolate*

A Dorothy se le hacía muy agradable la pequeña charla entablada con Mei. Recordó la primera vez que la vio en su clase de rol básico, y la verdad es que jamás se imaginó que se llevarían tan bien. Le emocionaba saber lo interesada que se mostraba su madrina por su nuevo trabajo en el Ministerio de Magia, y también le agradaba el buen cargó que ella tenía ahí. Sonrió abiertamente y se dispuso a responder. -Mi trabajo en el Ministerio es simplemente excelente- confesó con la mirada un tanto iluminada-. Debo reconocer que a veces me agobia un poco la cantidad de gente que entra, pero en más de una ocasión me he llegado a encontrar con extranjeros de acento divertido que me causan gracia-luego decidió añadir casi en susurro-. Y algunos… no te imaginas lo guapos que son. Entonces, divagó por su mente, haciendo presente cada uno de sus días en la Sede Británica. Si mal no estaba, muy pronto seria su graduación, y eso significaba un posible ascenso como empleada. Debía admitir que por el hecho de ser aprendiz, muchos se aprovechaban y la mandaban a correr de aquí para allá por una taza de té o café. O bien, le daban una pila de pergaminos para ser entregados en algún departamento. Negó con la cabeza y nuevamente miró a la Black Delacuor. -¡Excelente! Ya mismo le pido a los elfos que los preparen Pero cuando se colocó nuevamente de pie, su madrina le lanzó otra pregunta. Dorothy, algo curiosa, volteó su rostro en busca de esa otra persona la cual se les uniría. Volvió a sonreír. La ojisverdes no tenía ningún problema con que la recién llegado les hiciera compañía, todo lo contrario, sería interesando conocer a otra de las ahijadas de Mei. -Sería un gusto para mí que nos hiciera compañía- contestó dulcemente. Observó como Sunnar se acercaba, y cuando estuvo al frente del par, la Currington habló-. Mucho gusto, mi nombre es Dorothy. También soy ahijada de Mei- hizo una pausa-, ¿deseas algo de comer? A nosotras hoy se nos antojó un buen shawarma.

Hello *O* Vengo a afiliarme a éste negocio de mi. Vi el post principal y me gustó mucho el ambiente, ademas mi pj se la pasa comiendo (? xD Se que me quitaran cien galeones, pero de igual manera los recuperaré Así que sin más dejo mis datos ^^ Ficha: Link Bóveda: Link Mmmmm, espero pronto aparecer en la lista de afiliados y empezar a compulsear *O* Afortunadamente dentro de poco estaré de vacaciones y el tiempo es lo que me sobrará. Bueno, ya me voy *dejando una pizza de tamaño familiar y una botella de refresco*