Hito 3
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Kraven Von Alexandros
Sala de los cerebros
El pasillo estaba débilmente iluminado, pero suficientemente para ver lo que sucedía a su alrededor. Ya no tenía los poderes del Clan, por alguna razón la magia había desaparecido de este lugar. Intento conjurar un alumnos con su varita pero no funcionó, así que se apresuró a salir de ese lugar lo más pronto posible, sin magia se sentía desnudo, desprotegido, vulnerable. Kraven dobló por un corredor cuando escucho delante de él, sonidos similares a cosas o personas abandonando una piscina o saliendo del agua. Apunto con su varita pero no funcionaba ya que intento conjurar un "Homenun Revelio", ni siquiera enano una misera brisa de algo.
De pronto algo golpeó en su espalda, seguido de su brazo. Al mirar deprisa supo que estaba en algo totalmente perturbador, algo que no entendía, un cerebro con tentáculos tomaba su brazo izquierdo donde sostenía su varita y otro se movía por su espalda com lentitud. Intento quitárselo con fuerza —¿Pero que #$%^ es esto? — Expreso furioso Kraven al sentir que esas cosas empezaban a apretar su cuerpo. Enseguida otro cerebro saltaba de un estanques y tomaba su pierna derecha, seguidao de otro encima de él por su cabeza. Comenzo a correr y tratándose de quitar los cerebros y supo que estaba en serios problemas, porque comenzaba a doler en su cabeza, cuerpo y manos donde le sujetaban los cerebros.
"¿Porque peleas? " Se escuchó decir en su mente, pero seguía doliendo mientras se quejaba y corría por los pasillos buscando la salida.
"Solo duerme, déjate seguir, no pasa nada "
La voz en su mente estaba en lo correcto, se sentía cansado y poco a poco dejaba de pelear con los cerebros. Quería dormir, quería acostarse allí mismo en el suelo y descansar un buen rato. Más cosas salían de los estanques verdes y viscosos, pero eso ya no le importaba al Alemán, que puso una rodilla en el suelo y luego la otra, estaba a punto de acostarse cuando algo en su mente pasó.
"¡Despierta, Sal de ahí! ¡Quitate los cerebros! ¡Hazlo! " Esa voz no era suya, si no de una mujer... no le reconocía pero algo en ella le hizo parpadear. Se levantó del suelo furioso y golpeó a los cerebros con paredes y el suelo. Los cerebros reaccionaron con ímpetu y ahora sentía correr por su cuerpo algo viscoso de sus tentáculos. Imágenes en su mente se muerte y dolor, miedo y angustia sucedían tan fuera que parecía tan reales e su mente. Los cerebros estaban tratando de apoderarse del Von Alexandros a como diera lugar. Era claro que había caído en una trampa del inquisidor cuando encontró la salida bloqueada por docenas de cerebros en lugares altos y en el suelo.