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Allen Abbadonia

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Mensajes publicados por Allen Abbadonia

  1. Justo cuando Allen se preparaba para lanzar su primer ataque, escuchó la voz de una chica cerca de el, lanzandole un hechizo de curación. El joven ganó algo más de salud y fuerza con esa curación, aunque aun le faltaba recuperarse pues seguía un poco herido y cansado de su duelo con May. Entonces, al voltear a verla, Allen identificó a la pelirroja, que a pesar de llevar mascara, sabía que era su compañera de clase a la cual acababa de conocer apenas ese día, según su memoria, que había sido borrada días atrás.

     

    Se sorprendió bastante al ver como ella, a pesar de haber decidido pelear del lado de los violentistas, lo estaba protegiendo a el que luchaba del lado de los ascendentes, no se explicaba el porque de esa acción. Pero lo sorpresa lo dejo tan shockeado que no pudo "silenciar" a Anna para evitar que lanzara aquella maldición asesina contra uo de los que compartían los ideales tenebrosos.

     

    Gracias por ayudarme... Pero no hacía falta que lo mataras...— Susurró un tanto molesto, pero no demasiado, hasta ese momento le debía la vida a la chica.

     

    Con eso, hizo acto de presencia la castaña que había detestado desde el inicio de la clase, Sira era su nombre si no se equivocaba. Aquella odiosa, cruel y mimada niña se había ganado en poco tiempo el completo desagrado del muchacho a pesar de no conocerla. Regañó a Anna e incluso la tiró en el suelo, Allen solo la miró molesto pero en lugar de tomar armas contra Sira, se agachó para ver si Anna estaba bien y la ayudó a ponerse de pie.

     

    Tu "amiga" es la persona más desagradable que jamás he conocido en mi vida.— Comentó a la pelirroja, cuando Sira se había alejado ya lo suficiente. —Siento pena por ella... Una persona así nunca podrá estar en paz consigo misma ni con el mundo...— Agregó en forma de murmullo, dirigiendo su mirada en la misma dirección en que la castaña se había marchado. Sentía unas tremendas ganas de hacerla callar de una buena vez por todas, pero, con aquel vaje, había descubierto que el no era quien para hacer eso, que cada quien tenía su propia forma de pensar en base a su vida y que a el le tocaba únicamente pelear por un lugar más justo y tranquilo.

     

    Sorpresa tras sorpresa llegaba, pues quien hizo acto de presencia ahora fue la profesora, que realizó un hechizo que se dividió en tres y fulminó a los violentistas restantes. El joven se quedó boquiabierto y emocionado, primero aquel espectacular escudo que hizo con el profesor suplente, y ahora esto, el solo conocía los hechizos básicos y algunos se le hacían extraordinarios, por lo tanto esto era algo fuera de liga. La mujer ordenó una retirada oculta en sus palabras, y al ver como Allen estaba cansado lo cargó y se lo echó al hombro, el joven abrió los ojos de par en par, ¿desde cuando una mujer era tan fuerte como para cargarlo como si nada y moverse con esa agilidad?, el solo conocía a una persona así.

     

    A medida que avanzaban, un fenix de color blanco brillate iba sanando las heridas que le quedaban con sus lagrimas, que cerraban completamente las pocas heridas que le quedaban. Al llegar, la profesora lo bajó al suelo y empezó a curarle los detalles finales con una poción y unas gasas. Allen, entonces, se sentía de alguna forma en gente de su confianza a pesar de no conocerles de nada. Aun sentado e el suelo, mostró una amplia sonrisa y dejó escapar una leve risilla.

     

    Oe, pelirroja... Te llamas Anna, ¿no?— Preguntó el muchacho. —Gracias por salvarme... ¿Pero por que lo hiciste?, nisiquiera nos conocemos y a pesar de ayudar a los ascendentes y tu a los violentistas me has protegido... ¿Por qué?— Cuestionó, haciendo completamente evidente a la pelirroja y a Catherine que efectivamente tenía un fallo en su memoria al no recordar a su compañera de academia nisiquiera.

     

    Y usted.— Dijo ahora girandose para con su profesora, que llevaba el rostro cubierto con una luz que difuminaba su rostro. —Me recuerda mucho a una persona que aprecio mucho pero que no he visto en años... ¡Ella también es bastante fuerte e increible!, cuando termine la academia hare lo que sea necesario para ser como ella y como mi abuelo.— Agregó con bastante energía, el cansancio de sus heridas se habia desvanecido.

  2. La vestimenta que llevaba Allen, llamaba la atención de manera exagerada, pues su ropa era completamente de estilo muggle y moderna. A pesar de que eso no le importara, no podía permitirse que los ascendentes lo vieran como extraño y por lo tanto como un enemigo más. Llegó a un edificio en llamas y se quedó afuera de este, asegurandose de que nadie más lo viera. Se acercó a un escombro pequeño de aquel edificio, y con un agil movimiento de su varita y un "morphos" susurrado, consiguió que mutara en una capa blanca que de inmediato se colocó, cubriendo todo su cuerpo.

     

    Nuevamennte salió presuroso de su escondite, viendo como varios civiles iban a ser atacados por un par de "violentistas". —¡Incarcerus!— Exclamó el joven con sombrero de paja, sorprendiendo a los asesinos. Una cuerda los atrapó de los brazos a la altura de la muñeca a cada uno, de modo que no podían apuntar con sus varitas, mientras que la tercera se amarró de tal manera que atrapó los tobillos de ambos, haciendolos caer de golpe.

     

    ¡Siganme!— Exclamó Allen a los inocentes, que le miraban bastante confundidos, pues aun con una capa blanca sencilla, su sombrero de paja le hacía ver un poco extraño. Aun así, hicieron caso a sus palabras y lo siguieron de cerca, teniendo que lanzar uno que otro protego para repeler ataques repentinos. No tenía tiempo ni manera para quedarse a pelear, los violentistas eran muchos, aun no se aliaba con ningún ascendente y tenía personas indefensas siguiendolo, con esto en mente se dedicó a buscar el camino de regreso al bosque.

     

    Ya estaban en los limites del pueblo, el bosque se veía tan lejano y tan cerca al mismo tiempo, iban a conseguirlo de seguro, ya no habían más obsstaculos, o eso pensaba el joven al ver como un pequeño torbellino negro aparecía en medio de su camino, dejando ver una silueta encapuchada de negro, con un antifaz que solo cubría hasta su nariz. Allen se quedó paralizado, reflejando miedo y sorpresa en su rostro... Esa altura, esa forma del rostro, esa boca, espeeraba que no fuera quien pensaba.

     

    ¿A donde vas, cariño?— Preguntó la mujer, mostrandole a Allen que su peor pesadilla se había vuelto realidad, esa voz era inconfundible, la persona que estaba frente a el era su novia, May Malfoy. —Espero que mis ojos me esten engañando... ¿Estas ayudando a esta... escoria?— Continuó, sus labios no formaban ninguna expresión clara, pero el enojo era muy evidente en su voz. En este punto el joven titubeó, miró detrás de el a la gente paralizada por el miedo y la confusión, y después volvió la mirada al frente con su novia.

     

    Son personas inocentes... Ellos nada tienen que ver con esto...— Murmuró como un niño apenado, a punto de ser castigado.

     

    Son muggles y sangres sucia, Allen. No merecen ninguna piedad.— Contestó tajante la chica. El chico tragó saliva y aflojó un poco el agarre de su arma mágica, como si estuviera a punto de rendirse.

     

    Tu no eres así... ¿Por que te comportas de esta manera?— Preguntó el muchacho, pero solo observó como en respuesta su amada sonreía con cierto toque lugubre.

     

    Contigo soy de una forma porque te amo... Pero tengo muy en claro lo que debo hacer, así que solo apartate, ¿esta bien?—Dijo sin perder aquella sonrisa. El pelinegro no daba ningún credito a lo que estaba escuchando, aquello era muy frustrante para el, al no saber que hacer ahora. La duda lo había invadido sin saber que hacer. El era un aspirante a la marca tenebrosa, por lo tanto, su "objetivo" debía ser ayudar a aniquilar a las personas que tenía detrás, eso ayudaría a llevar las cosas más en paz con May. Pero solo ahí comprendio, que el derecho a la vida, su sentido de justicia y las enseñanzas de su abuelo debían ir por encima de sus sentimientos e incluso su propio bienestar, así lo había hecho su viejo toda la vida, y el deseaba ser como el de grande.

     

    No...— Contestó, bajando la mirada al suelo, para después levantarla un poco. Esta reflejaba aun miedo, duda y tristeza, pero al menos tenía algo de voluntad. —No permitire que los asesines...— Agregó. Aun no estaba del todo convencido de defender a completos extraños de su novia, pero en su mente caía la carga de conciencia de que ellos tenían una familia, gente que querían y les querían, por lo tanto, no tenía derecho de causar dolor por perdidas, eso solo podía hacerlo la naturaleza.

     

    Prometiste que me ibas a defender... ¿Y vas a atacarme?— Preguntó incredula la mujer, que parecía muy sorprendida por la desición del joven.

     

    No... No te atacare si nos permites pasar...—Respondió con voz baja. Aquello pareció golpear el orgullo de la mortífaga, pues había alcanzado su varita y se preparaba para atacar.

     

    ¡Sectusempra!— Exclamó con rabia la Malfoy.

     

    ¡Protego!— Respondió Allen, creando un escudo mágico ligeramente platinado que absorvió el mortal hechizo de su chica. Aquello fue el comienzo de un combate medianamente largo.

     

    El duelo se prolongó un poco, pero finalmente Allen había conseguido la victoria sobre su chica al haberla desarmado y dejarla atada con un Incarcerus en las rodillas, en los brazos y en los tobillos, aunque el tenía su capa manchada de rojo al haber recibido un seccionatus de parte de su pareja, aunque había sanado ya sus heridas. El joven estaba por avanzar nuevamente, el grupo de gente al ver el paso libre había corrido en dirección del bosque para ponerse a salvo y ahora apenas quedaban May y Allen, en una calle que a los lados tenia casas en llamas.

     

    Perdoname...— Dijo Allen, viendo como la chica estaba tendida en el suelo sin poder llegar a hacer nada. Pero de pronto se llevó una nueva sorpresa. —¡Sectusempra!— Exclamó la voz de un hombre a sus espaldas. El joven sintió como el tiempo se detenía, había girado el rostro para ver como uno de los violentistas había disparado el hechizo en contra de May, al no reconocerla como aliada y aprovechando que esta estaba atada. Su cuerpo se movió por instinto, corriendo los tres pasos que hacían falta para colocarse en la trayectoria del hechizo.

     

    El rayo de color verde impactó contra su cuerpo en lugar de el de May, abriendo en el multiples heridas que sangraban bastante, manchando nuevamente su capa blanca. Para su mala suerte a ese violentista lo acompañaban otros cuatro, de modo que era imposible que el pudiera hacer algo para ganar la batalla. Su novia, que seguía en el suelo ahogó un grito, que en su lugar se convirtió en una desesperada pregunta.

     

    ¡¿Pero que has hecho?!— Vociferó. Allen solo sonrió, retrocedió un par de pasos y se colocó de cuclillas, depositando en las manos de la chica su varita.

     

    Aunque yo sea tu enemigo, no voy a dejar que nada malo vuelva a pasarte si yo puedo impedirlo... Ahora vete.— Murmuró con el hilillo de voz que le quedaba, pues empezaban a faltarle las fuerzas para mantenerse en pie al no curarse aun el sectusempra. El joven se puso de pie nuevamente y se alejó un poco de ella, sanandose un poco al pensar en un "episkey", aunque seguía débil y de no curarse más moriría, pero tenía que hacerle tiempo a May.

     

    ¡Vengan por mí, cobardes, que yo solo les puedo ganar!— Exclamó, buscando provocar a los violentistas para que le atacaran a el y se distrajeran el tiempo suficiente de May como para que ella pudiera liberarse y desaparecer. En ese momento deseaba poder tener al menos a alguien que le ayudara...

  3. Bueno, tarde y con sueño. Vengo a dejar constancia de que envié tarde mi tarea por MP tanto a Mei como a Hades, si la reciben sería excelente, y si no, para la proxima será entonces! o/ Me ha gustado mucho la clase a pesar de mi casi inexistente participación, pero eso si, he aprendido mucho con esto de analisis de duelo y redadas. Gracias profe Mei y gracias profe Hades! Ahora a esperar el momento de la verdad. *redoble de tambores*

  4. Allen estaba tan sumergido en sus pensamientos que parecía más un titere que un ser humano, pues muchas ideas rondaban en su mente. Unicamente se limitó a obedecer de esconderse, pues no escuchó la historia de la mujer. Solo pensaba una y otra vez en la misma pregunta, "¿quien soy realmente?". El, por más que quisiera, no podía hacer grandes cambios por si mismo, y el ingresar a las filas tenebrosas con la firme idea de traicionarles empezaba a parecerle cada vez menos atractiva.

     

    Sin embargo, a quien si prestó más atención fue a su profesora, que por primera vez comenzó a hablar, y solo le puso atención por un detalle, su voz le parecía vagamentre familiar pero no le recordaba a nadie en concreto. Ella habló sobre los ideales fenixianos y su punto de vista. Allen compartía cada idea que ella hablaba, en todo estaba de acuerdo, entonces... ¿Los fenixianos no eran realmente tan malos como el los veía?. No podía fiarse del todo, aquella desconocida le estaba pintando todo para que solo se convenciera a si mismo de tomar un mejor camino.

     

    Después, todos se fueron menos los alumnos. Allen miró profundamente al escenario en llamas y recordó todo lo vivido hasta la fecha y la promesa hecha a su abuelo cuando este le dió su sombrero de paja. Cerró sus puños y sus ojos, se le notaba bastante tenso, pero aun así empezó a respirar profundamente para tratar de tranquilizarse.

     

    ... May... Perdoname...— Susurró. Y así fue como echó a correr hacía aquel infierno para ayudar a quien le necesitara aunque su vida le llegase a costar, había decidido que pronto iba a renunciar a sus aspiraciones tenebrosas para protegerla, y en su lugar, o sería un civil más en el mundo, o en el mayor de los casos, se convertiría en un miembro de la Orden del Fénix.

     

    OFF:

     

    Después de mucho pensarlo, y con ayuda de Pando, me he dado cuenta que mi pj no podrá hacer nada en la marca y soloi roleare disparates. Así que en cuanto termine el torneo de duelo de la marca (?) renunciare a esta y conforme avance el rol o dejare a mi pj como neutral o lo volvere fenixiano.

     

  5. Anna no reaccionó a tiempo, había tardado demasiado tiempo en realizar una acción defensiva, lo que provocó que su expelliarmus y su incarcerus impactaran de lleno, Allen corrio a recoger la varita de su compañera para dejarla desarmada y fuera de combate. Sin embargo, Sira la remató justo cuando terminó de enfrentar a Adry que también había recibido los hechizos de lleno.

     

    Ahora quedaban ellos dos contra el profesor, en ese momento el pelinegro volteó a donde Sira miraba en un inicio, y ahí, sobre la rama de un árbol estaba el profesor Hades, esperando el momento ideal para atacar. ¿Acaso tenía tanta confianza que pensaba que podía ganarle a el y a Sira al mismo tiempo?. Iba a demostrarle lo equivocado que estaba.

     

    Seneca.— Dijo con bravura el joven, apuntando con su varita al profesor Hades, el cual al momento sufrió de una resequedad en su garganta tan terrible que solo podría conjurar un hechizo verbal más y de ahí en adelante no podría articular ni una palabra.

     

    Corpus Patronus.— Agregó. De la punta de su varita empezó a materializarse un animal brillante de color blanco, sus dimensiones eran bastante grandes. Era un elefante adulto de 7500 kilogramos, con una piel tan dura que no podría ser atravezado con casi nada. Era tan grande que alcanzaba facilmente la rama donde estaba el profesor Hades.

     

    ¡Ataca y aplastalo!— Exclamó. El enorme mamifero dejó escapar un agresivo sonido de su trompa, muy parecido al sonido de una trompeta, en señal de ataque. La criatura empezó a avanzar veloz, aplastando las ramas, golpeando y derribando un árbol para ahora casi encontrarse con Hades, al cual golpearía con uno de sus colmillos para después buscar aplastarlo.

  6. Para su buena o mala suerte, había sido descubierto por Anna, por lo que dejo de esconderse y se puso de pie completamente. Sira estaba de un lado, Allen de otro, de manera que estaban "rodeando" a Anna y a Adry, pero Allen estaba aun más cerca al separarse únicamente siete metros de la pareja de jovenes. Anna comenzó el duelo con un "Morphos", pero nada pasó, seguramente había intentado mutar un objeto en una criatura en la que no tenía control alguno. El pelinegro sonrió divertido.

     

    —¿Que habías intentado?... En fin, si no me dejaran llegar al profe por las buenas para medirme contra el, entonces que sea por las malas... ¡Expelliarmus!— Bramó Allen, apuntando a Anna con su varita. De la punta de su varita, un rayo color rojo salió disparado contra la pelirroja, que de no defenderse, quedaría desarmada y con su varita a cuatro metros de distancia, cosa que Allen aprovecharía de darse el caso. Pero aun iba a hacer más, aprovechando el fallo de su compañera.

     

    ¡Incarcerus!— Volvió a exclamar. Ahora en lugar de rayo, su varita lanzó una invocación que viajaba en el aire justo después del rayo. Las tres gruesas cuerdas que se trasladaban tenían como objetivo amarrarse una a la garganta de Anna con la intención de que no pudiera pronunciar ni una palabra, la segunda atraparía los brazos de la chica a la altura de sus muñecas, rodeando toda su cintura, de modo que quedarían sus manos pegadas a su cuerpo y no podría apuntarle, y la tercera cuerda iba directo a los tobillos de la pelirroja, para atraparlos de golpe y provocar que cayera al suelo.

  7. De principio el pelinegro se había introducido desde un día antes para dar caza a Hades, su profesor de duelo avanzado, pues habiendo enfrentado a la profesora Delacour ahora solo le faltaba el varón, aunque los resultados de su duelo anterior fueron inciertos al no recordar con claridad quien ganó. Sin embargo, en lugar de acecharlo terminó haciendo el vago en el bosque con una mini-aventura de supervivencia hasta que se quedó dormido acompañado de la luz y e calor que una pequeña fogata le proporcionaba.

     

    Fue antes de que saliera el sol, que escuchó ojas crujir y abrió los ojos de par en par, no recordaba como o porque, pero su sentido del oido y su capacidad de "percibir" lo que pasaba a su alrededor estaban muy desarrollados, aunque el no recordaba sus tiempos de ciego su cuerpo ya se había adaptado. Se puso de pie y comenzó a acechar a la persona que le despertó, estaba siguiendo a una persona encapuchada que no se molestaba en disimular el ruido de sus zapatos. Allen avanzaba con tal sigilo, que casi era imperceptible, racias a sus aventuras previas.

     

    Vestía unas simples sandalias negras, una bermuda del mismo color y una playera verde oscuro, sin llevar su sombrero, vestimenta elegida cuidadosamente para poder camuflajearse un poco. Alcanzó su varita de su bolsillo con la mano derecha, pues la persona encapuchada se detuvo, mirando a una mujer que volteaba hacía arriba.

  8. El chico del sombrero de paja seguía hecho una furia y no pretendía callarse, pareciendo que había olvidado completamente que se encontraba en un lugar "sagrado" si es que se le podía llamar así, sin embargo, aquel hombre que era su guía en el santuario lo hizo volver a la realidad con su voz cuando le cuestionó sobre las personas inocentes. Allen apartó su mirada de Sira para dirigirla ahora a Levit, a quien también vio con enojo en un principio.

     

    Pero la situación iba a cambiar por la facilidad en que el experimentado adulto se expresaba, pues cuando dijo estar de acuerdo con el en la idea de "violencia genera más violencia" abrió los ojos un tanto sorprendido y con ello captó toda su atención automáticamente, aunque aquella sonrisa del hombre le parecía extraña. El individuo, queriendo o no, comenzó a sembrar la duda en la mente de Allen al hablar sobre los espías y como estos no solo se infiltraban entre la gente del bando opuesto, si no también entre civiles que nada tenían que ver. El joven entonces, recordó como formuló aquella hipótesis de que su novia era una Mortífaga, y de ser eso cierto, ¿la inocencia que le reflejaba era mentira o era real?, ¿acaso ella se estaba burlando de el?, ¿había algo oculto detrás de todo eso?. Era increíble como con unas pocas palabras bien utilizadas había conseguido calmar y "confundir" a alguien tan alterado como Allen, aunque también tenía que ver el hecho de que Levit no fue quien le hizo "explotar" y que se trataba de alguien totalmente neutral a su situación actual.

     

    Después vino su reflexión sobre la paz, a la cual Allen seguía atento como niño pequeño escuchando un cuento. Estaba de acuerdo con lo que dijo "matar porque han asesinado, ser asesinado porque has matado ¿Crees que eso realmente traerá la paz?", pues esa idea volvía a ser la del "fuego contra fuego" que no apoyaba. Las preguntas de Levit retumbaban una y otra vez en la mente del muchacho poniéndolo en un dilema muy grande, pues su odio a la Orden del Fénix le haría actuar de manera incongruente a su pensamiento seguramente, convirtiéndolo en un monstruo más de los que el detestaba. Allen bajó la mirada al suelo, estaba muy tenso por fuera, no estaba acostumbrado a pensar tanto ni de esa manera.

     

    Sin embargo, se vio obligado a levantar la mirada de nueva cuenta al escuchar a Levit cuestionarle sobre sus intenciones contra su comportamiento, esta vez sus ojos se abrieron de nuevo de golpe, como si hubiera sido apuñalado en el pecho, dandose cuenta hasta entonces de su error. Era cierto, si bien sus intenciones eran lo más neutrales posibles, sus acciones decían otra cosa, su mirada se clavó en el suelo, como si esperara que este le diera una respuesta y después alzó la mirada a su guía, para finalmente mirar de reojo a Sira. Fue un duro golpe de realidad, pero positivo al mismo tiempo al hacerle ver algo que el desde su perspectiva no podía. Allen se quedó totalmente callado y quieto, con la mirada en el suelo, tratando de contestar en su mente todo lo que Levit le había planteado, quedó tan absorto en sus pensamientos que por un rato no se percató de lo que pasaba a su alrededor.

     

    Solo hasta que tuvieron que avanzar de nuevo Allen volvió a la realidad. Después de una corta andada llegaron hasta donde se encontraba un doctor que Levit presentó antes de siquiera verlo. Al abrir la puerta, aquello parecía la habitación de un manicomio, ¿por qué estaba así?. Sin entender mucho, el viejo empezó a relatar su historia en la guerra. Una historia de alguien ajeno a la batalla en un inicio que poco a poco se fue involucrando en esta hasta el día en que perdió a un ser querido, y hasta ahí quedó el relato pues el anciano empezó a disparar hechizos al azar, a gritar y maldecir dentro del lugar, en el cual quedó encerrado de nueva cuenta. Algo a tomar en cuenta, era que el joven por un momento vio la imagen del viejo como si fuera el mismo en el futuro. ¿Acaso quería terminar así?, por supuesto que no, pero aquello le había hecho abrir los ojos, si quería velar por una causa justa, con acciones y palabras justas, necesitaba ayuda de alguien más.

     

    Levit pidió la opinión de los alumnos nuevamente al volver a la piedra blanca, ahora sobre el Doctor y su situación, el pelinegro con tantas cosas en su mente no sabía si iba a contestar de manera acertada.

     

    El Doctor no es bueno, pero tampoco es malo...— Comenzó a platicar. —Es extraño... Pues podría catalogarse como bueno al no haber hecho nada contra personas que no lo merecían, pero es contradictorio pues tomar la vida de alguien no es precisamente de alguien "bueno"... No se si me doy a entender.— Agregó, rascándose la nuca y ladeando la cabeza. —El viejo más bien fue victima del odio y el rencor, mismo odio del que son victimas los partidarios de la guerra actual... Y del cual también fuí victima.— Comentó con claridad, pero con pena eso ultimo, girandose para ver a la chica de cabellos castaños.

     

    Perdón, Sira, no debía haberte dicho lo que dije, ni tampoco hecho lo que hice.— Dijo Allen con sinceridad y notable arrepentimiento. —Se que mis palabras no valen de mucho, y solo me queda decir que procurare que no se vuelva a repetir.— Volvió a comentar, ahora de nueva cuenta miró a su guía.

     

    Señor, me ha hecho pensar varias cosas y re-plantearme otras tantas... ¿Existiría la posibilidad de quedarme un tiempo aquí?— Preguntó.

     

    OFF para mi madrina no-madrina (?):

     

     

    Gracias por el análisis Catherine, que de hecho creo que me ayudará a ajustar varios puntos, aunque obviamente necesito que me ayudes xD.

     

    Sobre lo despreocupado de Allen, me refiero más a cosas de aracter cotidiano más que de bando, fallo mio el no aclarar eso. Por ejemplo, no se preocupa tanto por su situación economica, ni sus estudios y cosillas así, pues por sus seres queridos si se preocupa bastante. Sobre lo humilde y parecer cerrado, eso solamente con la persona que le ha hecho enojar, ya lo has visto cuando roleamos antes, como Allen se enojó con Cath sin atender a razones y ahora con Sira, eso forma parte de su falta de madurez actual y lo fácil que puede verse afectado para cambiar su humor (ponerlo triste, alegre, enojado, etc.), pues Levit si que lo hizo entrar en razón al ser externo a la situación y saber jugar con las palabrs adecuadas para "tranquilizar" a Allen y hacerle ver su error.

     

    Donde entro en conflicto es con el tipo de perfil que puedo alcanzar. Ahora, que por primera vez en la historia, se hizo que Allen se detuviera a pensar las cosas ninguno de los tres perfiles se me acomoda mucho. El influeciable no va, pues Allen quiere ser un gran duelista, al punto de ganar batallas sin tener que matar pues no va a estar en su naturaleza el asesinato como bien dices, eso sería contradictorio a mi rol. Lo único que se me ocurre es que si gano a algo a causa de un sectusempra o un animal venenoso, es curar al oponente y trasladarlo a San Mungo, pero en el momento de una redada/asalto, eso traera demasiados conflctos a mi pj, al punto de que le veran como traidor.

     

    El belicoso (esa palabra no existe, no me ***as xD), tampoco queda, pues con los planteamientos que Levit le acaba de hacer, no puede regirse bajo la idea de "el fin justifica los medios", y a como lo estan "mareando" puede que May ya no sea suficiente razón como para que Allen luche del lado de la oscuridad.

     

    Siento que le queda más un lado "intermedio", pero vuelvo a lo mismo, al ser alguien con respeto por la vida, a la primera que lo vean ayudando al enemigo a no morir seguro lo van a betar de la marca. Reconozco que el perfil de mi personaje de plano no va para ser un mortífago, pues lo construí en un inicio para que fuera fenixiano, aunque me llevé algo así como una desepción junto con mi pj(?), así que ahora pido consejo.

     

    De acuerdo a todo esto, ¿debería hacer que Allen deje sus aspiraciones a la marca o que aun se quede en ella?, pues aparte de May no encuentro algo más para que se una a la marca, pues on-rol no conoce a nadie del bando y no pertenece a ninguna familia (ni mortífaga ni fenixiana), ya hablemos más de lógica de rol que lo que yo como user quiera, y para eso pido tu opinión.

     

  9. Seguido de el, una chica empezó a hablar, la que se había presentado anteriormente como Sira. Sin embargo, la postura tan indiferente que había adoptado por las muertes de las personas, sumadas a sus palabras hacían que le hirviera la sangre al pelinegro, que ganas no le faltaban de azotarle una bofetada con todas sus fuerzas, a ver si con uno o dos dientes menos aprendía a respetar un poco más la vida.

     

    Con lo siguiente, si estuvo de acuerdo, los miembros de la Orden del Fénix que decían ser los protectores de las personas, al menos a su punto de vista, eran también "malos" en la historia, al menos por causarle un daño directo a el y otro a Mia, lo que le hacía pensar que atacaban a quien fuera sin razón aparente.

     

    Sin embargo, al percatarse de que la castaña le estaba respondiendo a su ideología, tachándola de absurda de manera indirecta, el pelinegro terminó de molestarse y esta vez no se contuvo. Se le acercó los dos pasos que le hacían falta e inesperadamente le escupió en la cara.

     

    ¿¡Quieres cerrar la bocota?!— Gritó molesto, sus puños estaban cerrados y apretados con bastante fuerza, marcándose las venas hinchadas en estos. Si bien su mirada no transmitía odio, lo que si reflejaba era su gran enojo contra la chica. —¡Eres irritable!, ¡por esa clase de p**** conductas tan prepotentes es que las cosas están como están!— Exclamó, para después empezar una imitación a modo de mofa de Sira.

     

    ¡Oh si!, mirenme todos, soy una persona est.upida que mata por gusto, eso me hace alguien muy poderoso y temido.— Dijo, adoptando la postura de su compañera e imitando sus gestos. —Yo soy alguien que sabe de cosas ridículas, pero tu, chica, ¡superas todo lo que he visto antes!— Agregó, volviendo a comportarse grosero sin moderar su lengua.

     

    Normalmente no hablo así a gente que acabo de conocer hace cinco minutos, así que te aplaudo.— Terminó, para empezar a aplaudir un poco.

  10.  

    Valent: Expelliarmus. Acción 1 - Turno 1

    Kritzai: Protego. Acción 1 - Turno 1

     

    Valent: Sectusempra (Impacta). Acción 1 - Turno 2

    Kritzai: Incarcerus (Impacta). Acción 2 - Turno 1

     

    Valent: Evanesco (Desaparece 2 cuerdas). Acción 2 - Turno 2

    Kritzai: Episkey (Primera curación del sectusempra) Acción 1 - Turno 2

     

    Valent: Silencius Acción 1 - Turno 3

    Kritzai: Morphos (Silenciado, no sale) Acción 2 - Turno 2

     

    Valent: Morphos (Araña venenosa, impacta) Acción 2 - Turno 3

    Kritzai: Episkey (Seguda curación del sectusempra) Acción 1 - Turno 3

     

    Valent: Expelliarmus (Impacta, desarma a Kritzai) Acción 1 - Turno 4

    Kritzai: Sectusempra (Impacta) Acción 2 - Turno 3

     

    Valent: Episkey (Primera curación del sectusempra) Acción 2 - Turno 4

     

    Bueno, este duelo parece que no se terminó. Pero aquí va mi veredicto.

     

    Kritzai en su rol, cuando Valent le hace el Morphos de araña venenosa, primero se cura con Episkey (que contaría como su acción de intercalación) y luego se quita a la araña de encima, cuando debió ser al revés, primero debió quitarse a la araña y después curarse para que no le picara. El chico siguió peleando, quedó desarmado y al no consumir un Bezoar pues muere por el veneno.

     

    Mi veredicto es que el duelo lo ganó Valent.

  11. Las cosas se ponían cada vez más complicadas, pues su profesora utilizó su ultimo hechizo verbal para invocar un oso de gran tamaño, que recibió la llamarada por ella, quedando inconsciente solo por unos segundos. Allen apretó sus dientes y su varita con fuerza, sabía que dentro de poco sería derrotado a pesar de su intento por ganar, aunque lo veía normal, pues le tocaba enfrentar a su mentora, pero al mismo tiempo aquello le deprimía, pues con este perdería sus únicos dos duelos que había tenido.

     

    El pelinegro mantenía sus ojos clavados en Mei, observando como se preparaba para lanzar un nuevo hechizo y que además el animal de brillo blanco empezaba a recomponerse. Sintió como si el tiempo ahora fuera más lento, miró a su profesora, y después al animal, para volver a la mujer, ahora tenía una difícil decisión, ¿a quien iba a detener?. Analizó rapidamente su situación, los hechizos no verbales no eran tan fatales como recibir un impacto de la garra del animal, por lo tanto la desición estaba tomada.

     

    Embrujo Punzante.— Pensó. Su rayó salió disparado un instante antes que el de Mei e impactó contra el oso, pero al mismo tiempo el recibió el impacto del hechizo enemigo, al cual de momento no prestó atención. El oso, al sentir aquel agudo dolor en el rostro trataba de rascarse con poco exito la cara, los animales tenían ese comportamiento al estar afectados por algo, y el efecto de ese hechizo le daría un poco de tiempo a Allen, o eso esperaba.

     

    Pero las cosas no jugaron a su favor, al ver como sus uñas empezaban a crecer rápidamente, su sorpresa se vió reflejada en sus ojos, de no hacer algo ya no podría seguir el duelo.

     

    Finite Incantatem.— Pensó. El hechizo hizo su efecto rápidamente, pues sus uñas dejaron de crecer, de modo que podía maniobrar bien su varita de nueva cuenta, pero ahora estaba en una terrible desventaja nuevamente al permitir a su profesora que le ataque.

  12. La siguiente presentación fue la de un joven de apariencia atletica y fuerte. Al parecer solo iban a ser tres alumnos en aquella clase, ¿tan pocos estudiantes habían?. Allen seguía bastante confundido pero trataba de no hacer caso a eso y mejor enfocarse en lo que sería la clase. Observó detenidamente a las dos mujeres que serían sus profesoras, una tenía un aspecto bastante siniestro que conseguía intimidarlo, mientras la otra, la de la luz en el rostro le inspiraba un poco más de seguridad, sin embargo, el que ambas se mantuvieran en el anonimato le hacía desconfiar un poco de ambas.

     

    Con una seca indicación, los alumnos siguieron a las profesoras, Allen iba hasta atrás, apartado un par de metros y con paso lento, pues estaba admirando el paisaje del lugar que le traía algunas memorias alegres. Llegaron al claustro y la mujer de luz tocó la puerta, haciendo que abriera un hombre de aspecto bastante imponente que fue quien empezó a guiar al grupo ahora.

     

    El santuario por dentro era aun más impresionante que visto desde afuera, todo era de color blanco, que a diferencia de los hospitales, no le causaba desesperación, si no una extraña sensación de paz interior que no había experimentado anteriormente. Avanzaron un poco más, hasta que llegaron a donde se encontraba "La Piedra Blanca", inmediatamente el guía empezó un monologo al que el pelinegro prestó atención, aunque de vez en vez se distraía para mirar a su alrededor.

     

    ¿Que pensamos?...— Repitió en voz baja, alzando la mirada hacía el techo. Se quedó viendo unos momentos que parecieron una eternidad con un semblante neutral. Por un lado, recordaba la herencia que tenía de su abuelo, una misión. Recordaba también cuando secuestraron a May los miembros de la Orden del Fénix, cosa que lo orilló a volverse aspirante de la Marca Tenebrosa, a pesar de odiar los ideales que seguían, pero de algún lado debía estar para aprender a defenderse, y por el momento, no estaría del lado que lastimó a su novia.

     

    Yo pienso...— Comenzó a decir el joven del sombrero de paja, que por el silencio absoluto, podía ser escuchado perfectamete por todos. —Que la guerra actual y la pasada son una reverenda tontería...—Comenzó a decir, cruzandose de brazos y arqueando una ceja. —Venga, ¿qué es eso de la sangre limpia?, si toda es roja a final de cuentas, y el cráneo de todas las personas es igual cuando mueren... Además, como ha dicho usted, estas cosas solo provocan que la gente desconfíe de su propio hermano incluso... Lo veo ridículo, y para cosas ridículas yo soy un profesional.— Argumentó, torciendo la boca sin bajar sus brazos.

     

    ​Y encima, los que "velan por el bien" solo se dedican al bandalismo y lo único que les gusta es andar atacando por ahí a diestra y siniestra.— Agregó, refiriendose evidentemente a la Orden del Fénix, pues ya había mostrado su desagrado por la Marca Tenebrosa. —Gente inocente queda afectada de sus inconscientes actos...—Dijo.

     

    Dicen que el fuego se apaga con fuego, y al parecer esa es la ideología de los que participan en guerras... Pero es una metafora errada, si se va a luchar por algo, que se luche con nobleza, humildad y lealtad, con un código... Pero bueno, a nadie le importa eso hoy día...— Continuó un tanto fastidiado, ese era un tema que lo ponía de mal humor muy rápido. —El Gobierno debería intervenir contra ambos... Pues ambos bandos son tan tercos que por las buenas no cederán.—Terminó de decir. Sus palabras eran directas y sin rodeos, seguramente eso le iba a costar hacerse de un buen número de enemigos en el futuro al no saber controlar su lengua aun.

     

    OFF:

     

     

    Cualidades Psicológicas: Allen es un chico que en todo momento esta sonriendo, es alguien bastante optimista y alegre, al punto que muchas veces parece un est****o. Es una persona que no tarda mucho en confiar en las personas de las que tiene un buen presentimiento, sin embargo, debajo de esa personalidad oculta a alguien muy observador, inteligente, curioso y cuidadoso, evitando a toda costa mostrar dichas cualidades, pues prefiere evitar conflictos de cualquier naturaleza. Rara vez se le ve triste o enojado. Considera que el valor más importante sobre todas las cosas es la lealtad, y es capaz de dar su vida misma si es para salvar a alguien que aprecia o a un perro, pues son animales que el ama incondicionalmente.

     

    Historia: La historia de Allen no es en absoluto extraordinaria, pues no es alguien que haya aprendido magia de joven, que hablara parsel de pequeño o alguna cosa relacionada a eso. Sus padres son ambos de sangre limpia, sin embargo, por alguna razón encontraron más agradable el vivir en el mundo muggle. Allen supo de su descendencia como mago hasta los diez años, pero no mostró interés alguno en educarse en ello, por otro lado siguió su vida como todo adolescente normal, pero gracias a sus papas podía ir al mundo mágico de vez en cuando. A la edad de dieciocho años, la familia entera se mudó nuevamente al mundo mágico y han llevado una vida de lo más normal y tranquila, con un hijo que se dedica solo al ocio, las bromas y pasársela bien.

     

    Perfil Actual: Allen es alguien alegre y despreocupado la mayor parte del tiempo, humilde y amigable con todo el mundo, leal y protector con las personas que aprecia, es alguien de buen corazón que ni para salvar su porpia vida tomaría la de alguien más. En el aspecto de bandos, detesta a los dos grupos, tanto Orden del Fénix como a los Mortífagos, sin embargo se unió a los segundos para atacar a la Orden más que por seguir los ideales de la marca, pues les tiene más rencor a ellos. También se unió al Cuerpo de Seguridad del Ministerio, con la esperanza de poder atacar a ambos bandos de alguna manera.

     

    Perfil Deseado: En un futuro, a causa de las batallas y el tiempo, quiero hacer a Allen más maduro, sereno y menos explosivo, que sepa manejar sus emociones (cosa que no hace hoy en día), pero sin que pierda esa parte amable y alegre. Además que obviamente mejore sus habilidades de duelo, de espionaje, etc. Incluso me gustaría que fuera alguna clase de mentor o algo así.

     

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  13. Descuide profesora, no es usted la chica que quisiera ver desnuda.— Comentó rascandose la nuca, dejando escapar una leve risa acompañada con un ligero enrojecimiento en su rostro, pues le daba mucha pena pensar incluso en ver así a su novia, cuya inocencia era uno de los factores que más cautivaban al muchacho. No recuperó la compostura a tiempo y fue victima de un hechizo que lo iba a poner en un severo apuro, un hechizo que le resecaría la garganta dentro de nada.

     

    ¿Y esto?...— Pensó. Su sonrisa se transformó en un gesto de preocupación y "enojo", pero para si mismo por descuidarse. La profesora estaba muy bien parada aun, no parecía preocuparle el hecho de estar envenenada. Allen apretó sus dientes con fuerza pensando tanto como su inútil mente le permitía.

     

    Solo me queda una cosa por hacer...— Volvió a pensar, cerrando los ojos. Se relajó y respiró profundo, al abrir los ojos vio como Mei estaba terminando de aplastar a la ya casi muerta avispa de mar. Entonces ahí el pelinegro comenzó con la locura que tenía en mente. Se quitó su sombrero y lo lanzó lo más lejos que pudo como si fuera un disco de freezbi quedando a tres metros a la izquierda (?), después casi arrancó los botones de su chaleco para quitárselo en un brusco movimiento, se quitó el tenis izquierdo y lo envolvió con el chaleco para lanzar ambas prendas muy lejos a su derecha, llegando a los siete metros. Repitió la operación con su pantalón, ropa interior y el tenis derecho, lanzandolos también a la derecha pero estos solo se alejaron dos metros. Allen ahora estaba completamente desnudo, aunque alguna clase de "niebla" mágica había aparecido sobre el área de sus caderas dejando oculto aquello que no debía ser mostrado en público.

     

    ​Es mi única oportunidad...¡Séneca!— Bramó con un tono de voz ronco justo cuando Mei ingirió el bezoar. Ahora ella sufriría el mismo destino, unas pocas palabras más y su garganta estaría tan seca que sería imposible pronunciar palabra alguna. Allen sabía que con las prendas encima y silenciado, estaría en un serio problema ante un nuevo envenenamiento y por ello había decidido andar desnudo para el resto del duelo.

     

    Una brisa de aire fresco recorrió el lugar, pero esta estaba tan fría que le produjo un escalofrío al chico, que se abrazó a si mismo y empezó a temblar de manera graciosa. Con esto, llevaba en fila cometer alguna tontería en todas las clases sin excepción aunque no recordara nada. Volvió a mirar a su alrededor, aun había una piedra detrás de el muy cerca, entrecerró los ojos como pensando "te estoy vigilando", y mejor se alejó de esta, acercándose a Mei de frente dos metros más, de modo que ahora solo los separaban seis metros de distancia.

     

    ¿Y ahora que hago?...— Pensó observando a la chica, como si la analizara con cuidado, aunque más bien estaba buscando algún hechizo en lo profundo de su cabeza hueca. De pronto la mirada se le iluminó y una "o" fue dibujada con sus labios, comenzó a hacer varios movimientos con su varita, un tanto extraños y exagerados, pero cuando apuntó a May su sonrisa volvió a ser desafiante.

     

    Fuego Purpura.— Pensó nuevamente. De la punta de su varita una llamarada de color violeta surgió, recorriendo velozmente la distancia que los separaba con la intención de envolverla en las flamas, que no quemaban, pero que la dejarían inconsiente por un periodo de tiempo que a Allen le serviría bastante.

     

    OFF: Mei, te mando una lechuza.

  14. El hechizo lanzado por el pelinegro se disolvió ante la defensa mágica de su profesora, cuya voz le parecía vagamente familiar, como si la hubiera escuchado en el pasado, pero en ese momento no lograba atar cabos y menos concentrandose en un duelo, por lo que dejó de lado sus ideas.

     

    ¡Silencius!— Exclamó al percatarse que la mujer estaba en movimiento para realizar su primer ataque, el hechizo de mutación sin lugar a dudas, pues alcanzó a pronunciar "Mor..." que Allen pudo escuchar antes de que la chica fuera silenciada. Examinó con una rápida mirada su alrededor, no tenía nada cerca y ella solo solo cubría su cuerpo con un vestido corto, acompañado con un par de zapatos de tacón, Allen hizo un gesto de angustia, su ética no le permitía atreverse a tratar de mutar la prenda que vestía y dejarla expuesta.

     

    Rayos...— Murmuró para si mismo, aun así se armó con un poco de valor, repetiría el mismo ataque que ella misma le había lanzado anteriormente. —¡Morphos!— Exclamó. El efecto del hechizo era inmediato, su zapato de tacón izquierdo se transformó en una avispa de mar pequeña pero letal, que con sus tentaculos envolvía su pie en lugar del zapato que antes era. El simple roce de los tentaculos de la criatura sobre la piel de la mujer era suficiente para envenenarla potencialmente, que de no curarse de aquel veneno, moriría de manera casi inmediata por la potencia de la toxina que viajaba ya por su cuerpo.

  15. Una cosa tras otra pasaban sin que el pelinegro pudiera explicarlas, podía ver, personas parecían conocerle sin que el las reconociera e incluso ya estaba cursando las ultimas clases de la Academia de Magia, a la cual nisiquiera recordaba haberse apuntado. Solo existía una persona que sabía porque Allen no recordaba nada, pero seguramente no se descubriría a si misma.

     

    En días anteriores había recibido una lechuza para asistir a una de sus ultimas clases, a la cual iba a asistir solo para cumplir su palabra con May. La ventaja de no recordar, era que al menos no tenía las memorias de haber hecho tarea antes, ni de esforzarse ni nada, ahora solo le faltaba la ultima parte y eso lo tenía de buen humor.

     

    Pero de cualquier forma, no perdió su costumbre de llegar tarde, se había quedado dormido y aun así se vistió con demasiada calma para tomar su camino a la Academia. Vestía muy sencillo, tenis deportivos blancos, pantalones de mezclilla, una playera blanca con un estampado de una tabla de surf y su sombrero de paja. El salón ya estaba vacio, pero en los pupitres habían carpetas y algunos objetos. El pelinegro tomó una de las carpetas, la que llevaba su nombre en especifico. Leyó el contenido, al parecer al tomar uno de esos objetos llamados trasladores, iría a una clase de santuario que conmemoraba el final de la guerra. Entonces recordó a su abuelo y sus enseñanzas, dejó escapar una sonrisa y se agarró del objeto, divirtiendose con la sensación que el transporte mágico ofrecía, para llegar al lugar descrito.

     

    La tranquilidad y la paz podían respirarse, el joven, con una gran sonrisa aun, respiró profundamente para llenar sus pulmones, exhalando despacio después. Las presentaciones comenzaron, había una chica castaña y una pelirroja que no conocía, una se llamaba Sira y la otra Anna. Allen se mantuvo un poco al margen y después el se presentó.

     

    Mi nombre es Allen Abbadonia. Mucho gusto de conocerles a todos.— Aseguró, alzando la mano un poco para saludar a los presentes

     

    OFF: Ando mal de tiempos e inspiración, disculpen si mis roles son malos de ahora en adelante. No puedo postear en viernes desde las 12 México, ni sabado y domingo todo el día, así que pido piedad. (?)

     

    Un abrazote y saludote especial a mi madrina no-madrina Cath y a mi A... Maestra Moni (?)

  16.  

    Nombre: Dimitri D. Corleone

     

    Sexo: Masculino

    Edad: 25

    Rango en la Cosa Nostra:

    Aspecto Físico: Dimitri no es nada sobresaliente físicamente. Su altura alcanza el metro y setentaiocho centímetros, pero su peso es bajo, alcanzando solo los 62 kilogramos, de modo que es bastante delgado y falto de musculo. Su rostro es bastante deplorable, mostrando inseguridad, tristeza, cansancio, entre otras caracteristicas negativas. Debajo de sus azules ojos se extienden dos marcadas ojeras, que son aun más notables por el hecho de que su piel es pálida como la nieve. Su cabello es medianamente largo, de color blanco, y lo lleva desalineado gran parte del tiempo, se desconoce porque su cabello es de ese color. Su vestimenta suele ser demasiado sencilla, al punto de que nadie cree que pertenece a la familia Corleone.

    Cualidades Psicológicas: Obediente, sumiso y tímido. Esas son las palabras que más describen a Dimitri, al menos desde el punto de vista de su familia y de cualquier persona que le conozca. El joven siempre se muestra como alguien cobarde, triste e introvertido, sin embargo oculta un oscuro secreto. Debajo de esa inofensiva mascara, una ambiciosa persona se oculta, esperando el momento ideal para ejecutar su golpe maestro. Dimitri es un completo traidor, al punto de que desea asesinar al "Don" de su familia, la enemiga y cualquier otra, en una insana búsqueda de poder y riquezas. Ahora que los antiguos "Don" han desaparecido y sus lugares han sido ocupados por dos Sottocapo, Dimitri ve su oportunidad dorada para realizar su golpe maestro desde un punto ciego, aprovechando que nadie cree que el inútil muchacho pueda hacer mucho.

    Breve Historia: Dimitri a pesar de pertenecer a la poderosa familia Corleone, nunca ha sido rodeado de privilegios o prefiere evitarlos. Desde pequeño, tiene aquel aspecto enfermizo, del cual mucha gente se aprovecha para burlarse de el o agredirlo físicamente, de modo que nunca ha tenido ni un amigo hasta la fecha. Creció lleno de odio hacía su familia y el mundo entero, de modo que su más grande sueño es la destrucción total. Para su objetivo siempre ha seguido actuando de la misma manera, pero planeando todo con mucho cuidado, espiando a tantas personas como le es posible, tomando apuntes que después entierra en lugares poco comunes, ganándose la confianza de las personas entre otras. Tiene estudios universitarios en Finanzas y Economía, con una nota regular que no sobresale en absoluto.

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  17. Si bien era la segunda vez consecutiva que Allen tendría que enfrentarse a un profesor en una clase de duelo, el no recordaba el anterior después del incidente con su madrina, en el cual ella le borró sus memorias más recientes, entre las cuales se fueron sus vivencias en la academia.

     

    Que extraño... ¿Duelo Avanzado?... Pero si nisiquiera recuerdo haberme apuntado en la Academia...— Murmuró el joven al recibir la carta que anunciaba el inicio de sus clases. Otro aspecto que le parecía curioso era estar curado de la ceguera que le había sido provocada por unos magos a los que les interrumpió el paso, ahora solo llevaba una cicatriz bajo el ojo izquierdo.

     

    Sin entender demasiado el asunto, se preparó para la cita que tenía para un enfrentamiento, su rival sería la profesora en turno llamada Mei Black Delacour. El lugar no estaba muy lejos de su casa, pero estaba más cerca de la academia, así que salió corriendo a toda prisa para llegar pronto. Sus ancadas eran largas y veloces, haciendo comoda su carrera con los tenis deportivos blancos que calzaba, aunque sus pantalones de mezclilla azules sentía que le estorbaban un poco, el viento acariciaba su rostro y sus brazos, pues para cubrir su torso llevaba un delgado chaleco rojo con botones amarillos.

     

    Finalmente llegó al lugar citado, su cabello estaba en su lugar gracias a su sombrero de paja, miró a su alrededor, el lugar era una larga planicie de pasto verde perfectamente recortado, pues no pasaba los tres centímetros de altura. El lugar permitía ver muy muy lejos, pues no existían arboles ni ningún objeto natural o creado por el hombre de proporciones destacables, lo único que había además del césped eran piedras del tamaño de un balón de futbol como máximo, regadas por todo el campo.

     

    Allen avanzó hasta acercarse un poco a la mujer, que era evidentemente mayor que el. Había quedado a ocho metros de distancia y del bolsillo de su pantalón sacó su arma mágica, aquella varita cuya madera y núcleo desconocía el joven al no indagar un poco siquiera.

     

    Creo que hoy no se me ha hecho tan tarde... Solo veinte minutos de atraso, ¡es un record!— Dijo para si mismo, pero su voz sonó con más fuerza al no haber ningún tipo de interferencia para el sonido, de modo que la mujer podía escucharlo perfectamente.

     

    Usted debe ser la profesora de duelo avanzado, ¿no?... No tengo idea de como llegue hasta este curso, pero dare lo mejor de mí.— Aclaró con una amplia sonrisa y apuntó directamente a ella con su varita. Miró de reojo a un lado, luego al otro y giró la vista hacía atrás. La piedra más cercana a el estaba a un metro, justo a su espalda.

     

    ¡Comencemos... Sectusempra!— Exclamó. De la punta de su varita un rayo de color verde salió disparado, dirigiendose a toda velocidad al cuello de la mujer, que de impactar el rayo, haría que se desangrara peligrosamente.

  18. Tarde pero sin sueño! o/

     

    Hola, mi personaje en el rol es Allen Abbadonia, un joven hiperactivo de veinte años, de caracter noble, bondadoso y amigable, siempre ve primero por las personas que le importan y esas cosillas, basicamente es un calco del personaje "Luffy" de la serie One Piece, tanto fisico como mental, pues me encanta ese personaje y me siento identificado. Tenía intenciones de pertenecer a la orden del fénix, pero gracias a un ataque a su novia, los detesta con todo su ser, aunque igual desprecia a los mortífagos a pesar de ser aspirante a la marca. Su principal objetivo son quienes atacaron a May (Mei, Mey y Vrael xD). Algunos de mis compañeros recordaran que Allen era ciego por un ataque, pero eso ha sido revertido ya, en esta clase Allen vuelve a ver, pero, como Catherine Stark, su madrina, le borró la memoria por una bronca que tuvieron, no va a recordar a nadie.

     

    Off rol, mi nombre es Charly, tengo 20 años, igual que mi pj, aspiro a entrar a la carrera de contaduría pública, y hace unos días acabo de ser promovido a Gerente Operativo de manera "temporal" en el bar que trabajo, de modo que si quiero la planta debo enfocarme mucho a eso. De adelantado pido una disculpa a mis maestros y la clase, pues me es imposible postear desde los viernes a las 12 pm México (6pm hora HL) hasta el lunes por la mañana en México, así que si hay tarea, duelo o así en finde, pido prorroga, porfavor T_T. Me gusta la música, estoy retomando cursos, la cocteleria, cocina, alcoholizarme de vez en vez (?) y así. No bailo, ni canto, ni hago mucho deporte e.e

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  19. Allen, no lo atrapaste.— Avisó Navi, refiriéndose a las cuerdas del Incarcerus que Radamantys hizo desaparecer en el aire. El pelinegro apretó un poco su mandíbula y dejó escapar todo el aire que tenía, estirandose para ponerse de pie nuevamente, alerta al siguiente movimiento de su maestro. Navi fue quien vió que Radamantys estaba moviendo su varita una vez más.

     

    ¡Cuidado!— Exclamó ella.

     

    ¡Silencius!— Conjuró el joven al azar, pero apuntando a la dirección que Navi le había indicado donde estaba el profesor, sin siquiera saber si el hombre iba a utilizar un hechizo no verbal. Pasaron unos segundos y no hubo nada diferente, pues el profesor solo alcanzó a murmurar un débil "Mor..." que Allen no alcanzó a escuchar por lo bajo del volumen.

     

    Episkey...— Pensó por segunda vez, apuntando con su varita en el área afectada por el sectusempra de hace rato, las cosas se estaban poniendo complicadas para el muchacho.

  20. Para su buena o mala suerte, Millie al parecer no se atrevió a iniciar con el duelo y fue el profesor Radamantys quien tomó su lugar, cosa que emocionaba al pelinegro de sobremanera, pues si le emocionaba enfrentar a sus compañeros, lo hacía más el hecho de enfrentar a alguien mucho mejor que el. Al igual que con Millie, Navi le avisó su posición inicial y cedió el primer movimiento a su oponente, que pronunció claramente un sectusempra, Allen, gracias a todas sus aventuras tenía buenos reflejos y casi al mismo tiempo lanzó su hechizo.

     

    ¡Incarcerus!— Bramó el joven. Las tres cuerdas se desplazaron a través del viento a toda velocidad atrapando con exito a su profesor en tres partes diferentes. La primera se amarró a sus ojos, impidiéndole que pudiera ver. Le segunda, atrapó sus dos brazos a la altura de las muñecas de las manos, amarrándose también a su torso, de manera que ahora el no iba a poder alzar su varita ni para apuntar. Mientras que la tercera, se amarró a sus tobillos, haciéndole caer al suelo de inmediato logrando que ahora no se pudiera mover de su posición actual.

     

    El sectusempra dió irremediablemente contra el en su cuello, la herida se abrió y comenzó a sangrar, el pelinegro, desde que escuchó el hechizo de su maestro ya sabía cual iba a ser su jugada, de manera que no perdió ni un segundo y se apuntó en su herida del cuello.

     

    Episkey.— Pensó. La sangre dejó de escapar de su cuerpo y la herida cerró, ahora podía continuar el duelo. Debía aprovechar que llevaba a su hada como guía, así que se puso de cuclillas, y tanteando el terreno se fue desplazando a su derecha lenta y sigilosamente, hasta haber avanzado un metro aproximadamente. Si Radamantys tiraba su hechizo al mismo punto nuevamente, iba a fallar.

     

    Once...— Susurró Navi en el oido de Allen. Ambos se quedaron quietos sin hacer ningún ruido, esperando algun nuevo ataque.

  21. Gracias a las curaciones de Jessie, y la manera en que le ayudaba a seguir invidente, el podía decidir cuando estar ciego y cuando no, ventaja que aprovechó para ir a realizar el examen de vuelo. Recorrió el Ministerio de Magia de pies a cabeza, pues no lo conocía en absoluto y le costó casi dos horas llegar al lugar por el hecho de no preguntar. Una vez en recepción se dirigió a la persona encargada.

     

    Vengo... al examen... de vuelo... ¿me... regala un... vaso con agua?— Preguntó cansado.

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  22. Conforme avanzaba el tiempo, la temperatura del lugar iba descendiendo rápidamente con la llegada de la noche, de manera que si alguien había ido sin abrigo lo pasaría bastante mal. Las actividades de practica habían terminado, y ahora había llegado el momento que Allen estaba esperando, el duelo.

     

    Los profesores asignaron parejas para enfrentarse. El pelinegro se sorprendió un poco al saber quien era su contrincante, Millie, a quien recién había conocido hace unos breves momentos y que a primera impresión le pareció una persona un poco tímida, esperaba que en el duelo se desenvolviera con mayor naturalidad ahora que habían hablado un poco.

     

    Da lo mejor de tí, Millie, que yo lo hare.— Dijo a la chica con una gran sonrisa en su rostro, se le notaba la emoción muy fácil a pesar de que sus ojos estaban cerrados por su ceguera.

     

    Bien, comencemos.— Agregó, dandose media vuelta. Comenzó a dar pasos lentos, pero seguros, al tiempo que balanceaba su bastón de un lado a otro. El terreno era irregular, ligeramente escarpado y con una pequeña capa de nieve, si la movilidad era complicada para cualquiera, para Allen era una desventaja terrible. Cuando creyó haberse apartado lo suficiente, se dio media vuelta otra vez, en total había avanzado ocho metros en línea recta. No había nada de frente que pudiera obstaculizar los hechizos.

     

    Navi, la hada de Allen voló hasta permanecer en el aire sobre su hombro derecho, ella haría la función de sus ojos para el duelo. Una brisa helada pasó por el lugar, ondeando el abrigo que descansaba sobre los hombros del alumno, cubriendo de uno de los lados su camisa blanca y su pantalón negro, y del otro dejándolos al descubierto.

     

    Doce.— Murmuró Navi. Allen sujetó su varita en con su mano derecha y apuntó justo frente a el, directamente hacía su compañera. echó la pierna izquierda un paso hacía atrás, para tener buen equilibrio gracias a la separación entre un pie y otro.

     

    ¡Comienza tu, Millie!— Exclamó, para sonreir emocionado una vez más.

  23. Shhh...— Silenció Allen a Mia cuando se acercó, aunque le pareció extraño que sus pasos fueran muy ligeros, como si estuviera descalza. —Sira va a estar bien... Recuerda que te prometí cuidar de las personas que me importan a mí y a tí.— Agregó con seguridad, su respiración había vuelto a la normalidad, pues gracias a sus aventuras poseía una excelente condición física aunque no se veía reflejada en forma de músculos desarrollados. —Además, Navi esta con ella...— Comentó y añadió a sus palabras una sonrisa confiada.

     

    ¡Vale, vamos amigo!— Exclamó para contestarle a Adry, sin embargo ahora debía ir un poco más cómodo, de manera que se quitó el saco y la corbata, desabotonando de paso los primeros dos botones de su camisa blanca. Ahora que podía estar un poco más fresco, emprendió carrera lo más rápido que pudo, que a pesar de no ver nada, daba zancadas largas y veloces, pues la adrenalina y preocupación se habían apoderado de el completamente, de modo que poco le importaba poder tropezarse, pues no debía pensar en postes ni nada al ir a media calle.

     

    Su guía ahora era Adry y el sonido de sus pasos, de modo que estaba corriendo detrás de el, como si le marcara el camino, pero el era aun más rápido que Allen y poco a poco lo fue dejando atrás, hasta que el pelinegro ya no lograba escuchar nada, aunque ya estaba bastante cerca del escondite de los secuestradores.

     

    Navi estaba volando alto por los alrededores, tratando de buscar ayuda o una ruta de regreso a la Plaza San Marcos, pero era totalmente inútil al no haber visto el camino. Para su sorpresa, un joven pasó corriendo solo cerca y más lejos a unos trescientos metros otro con lentes oscuros se acercaba, Navi sonrió muy emocionada y voló hacía el, sabía que iba a llegar.

     

    ¡Allen!— Llamó Navi al acercarsele lo suficiente.

     

    ¡Navi!, ¿donde esta Sira?— Preguntó el muchacho antes que cualquier otra cosa.

     

    Aun sigue capturada, hay que ir a ayudarla ya.— Contestó la hada, y Allen solo asintió con la cabeza. Nuevamente empezó a correr, ahora guiado por el tintineo de su compañera de aventuras, pero poco a poco tuvieron que disminuir la velocidad y el ciego tuvo que usar el bastón nuevamente, pues el terreno le hacía tropezarse mucho, estaba en mal estado a diferencia de las calles y eso lo frenaba. Pero Adry también avanzaba despacio ya, pero el más por cautela, de manera que pronto le dio alcance.

     

    Allen, alcanzamos a uno de tus compañeros, ¿Adry, verdad?— Preguntó la hada, mirando al estudiante de cabello corto, el aun mantenía su peinado un poco y su ropa en su lugar a diferencia de Allen. —Chicos, a unos metros esta una especie de "bodega" o algo así, son dos hombres, más bien cerdos, y ahí tienen a Sira... Hay que darnos prisa pero tener cautela, pues...— Navi estaba tratando de explicar un plan, pero fue interrumpida por Allen que ya se había adelantado un poco para arruinarle el plan.

     

    ¡¡¡¡SIRAAAAAAAAAAA!!!!— Gritó con todas sus fuerzas frente al edificio aparentemente abandonado, alzando sus dos brazos con los puños cerrados, sosteniendo en el derecho su bastón. —¡¡¡¡VENIMOS A SALVARTEEEEEEEE!!!!— Volvió a vociferar con la misma fuerza. Gracias a que el lugar estaba muy solitario, tanto ella como los bandidos lo escucharían fácilmente a pesar de estar afuera.

     

    Este chico es un completo idi***...— Murmuró la hada para el otro estudiante, que si parecía más precavido. —Me hace pasar pena ajena... Adry, permanece alerta, y disculpa.— Dijo, para finalmente darse un golpe con la pala de su mano en su rostro.

     

    OFF:

    http://www.harrylatino.org/index.php/topic/100706-departamento-de-transportes-magicos/page-63

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  24. De pronto Allen fue abrazado, por la altura, fuerza y complexión del cuerpo que sentía sobre el suyo supo de inmediato que era una chica, pero no podía adivinar cual de todas era, después de todo no sabía cual era la altura de cada una, en respuesta el pelinegro devolvió el abrazo a quien resultaba ser Anna. La voz de Sira le cuestionó sobre Aster, pero el joven solo negó con la cabeza, demostrando que no tenía idea.

     

    Lo siguiente fue que se llevó la mano derecha a la frente por el zape que la pelirroja le dio al soltarle del abrazo, atendiendo al regaño que le había hecho, en respuesta el solo sonrió nervioso mientras se sobaba el area afectada. Había pensado en hacer una mala imitación del acento francés, pero justo a tiempo recordó que ese era el aceto de Aura y no quería llevarse un segundo zape.

     

    En ese momento estiró un poco su saco, despegandolo de su pecho, y ahí asomó un poco su cabeza la brillante hada azul, mirando a todos a su alrededor, ya cada quien estaba en su asunto.

     

    Esto no es buena idea... Si un muggle me ve habrá problemas y tu podrías meterte en un lió con el Ministerio mismo.— Argumentó ella con preocupación, mirando hacía arriba, como si el alumno pudiera verla. Pero las palabras, parecieron entrarle por un oido y salirle por el otro, pues solo sonrió con entusiasmo.

     

    Si yo no puedo ver, entonces yo no quiero que tu te lo pierdas, seguro todo será genial. Además, necesitare tu ayuda para andar por ahí...—Contestó con total confianza, parecía que ella iba a responder de vuelta, pero el pelinegro llevó su dedo indice derecho a sus propios labios. —Shhh... Iras conmigo y punto final.— Susurró.

     

    Después de aquella pequeña charla, donde Navi perdió, las profesoras los llamaron a reunirse y para elogiarlos por su aspecto actual. Allen moría de ganas por ver como se veían los demás de hecho por ver como eran, pues a ninguno tenía el gusto de conocer de rostro directamente. La profesora Anne pidió que todos se tomaran de las manos, tomándole una a Allen, en la que llevaba el bastón, y la segunda se la tomó a Anna, sabiendo eso solo porque ella habló a su lado hace unos segundos.

     

    La sensación mágica de la aparición elevó su adrenalina de golpe, le gustaba mucho hacer eso y moría por aprender a hacerlo por su propia cuenta. La transportación duró unos pocos segundos, antes de el entorno cambiara por completo, dejando el silencio atrás para dar con un lugar con música suave, voces por donde sea y un ambiente alegre.

     

    El pelinegro asintió con la cabeza a la invitación de Anna a bailar, aunque había olvidado el detalle de decirle que el no era precisamente un buen bailarín. Tomó una de sus manos, y con la otra balanceaba el elegante bastón que había encontrado en el armario. Una vez en un buen lugar, Allen colgó el bastón en su muñeca, para pasar esa mano en la cintura de la pelirroja, dejando la otra entrelazada con la suya. Afortunadamente era música suave, lenta, pero maravillosa, y gracias a el desarrollo en sus sentidos, podía percibir por fracciones de segundos los movimientos de su pareja de baile, de modo que podía seguirla con aparente facilidad, aunque le estaba costando mucho trabajo realmente.

     

    Eres muy buena en esto, Anna... Para sonar tan ruda eres muy delicada en esto del baile.— Comentó con una amplia sonrisa. Pero antes de poder seguir, Anna se detuvo en seco e indicó a Allen que la siguiera, y así fue, ante la preocupación Navi asomó un poco su cabeza, pero solo se veía un poco de su melena azul, su frente y sus ojitos, pero eran tan pequeños que pasaban desapercibidos.

     

    Los gritos de la profesora Anne, alertando que Sira había sido raptada provocaron que los alumnos se reunieran por unos breves momentos, pues todos empezaron a correr dejando atrás al pelinegro.

     

    Navi... Tu eres más veloz y escurridiza... Alcanza a Sira y asegurate que no le pase nada malo...—Ordenó con seriedad el pelinegro, su semblante mostraba una extraña mezcla de furia y tranquilidad que le volvían un poco intimidante, junto con aquello lentes oscuros.

     

    Pero...— Murmuró con miedo la hada.

     

    ¡Me importa un cara*o el Ministerio!, ¡una amiga esta en peligro!... Aquel que rompe las reglas, es una escoria... Pero aquel que deja a un amigo, es peor que escoria, ¡anda, tratare de seguirte!— Exclamó. Navi lo pensó unos segundos y salió del abrigo, para empezar a volar en dirección de Sira y sus captores, pues su vestido en el aire era algo que llamaba mucho la atención, aunque el cuerpo desangrado se llevó más atención que el brillo de hada y el secuestro. El pelinegro corría tan rápido como podía, pero Navi fue mucho más veloz, pues en el momento que las cosas cayeron del bolso de Sira, Navi aprovechó y se metió en el bolso.

     

    Ahora Allen usaba su bastón, balanceándolo de izquierda a derecha tan rápido que si golpeaba a alguien, o rompía el accesorio o le rompía la pierna a alguien. En un momento dado escuchó la voz de Mia, gritando por auxilio. Cuando el joven pasó cerca de ella, se quitó su sombrero y se lo lanzó a su amiga.

     

    ¡¡Mia, cuida ese sombrero como tu vida, por favor!!— Bramó, para seguir su carrera. El sonido de un automotor a toda marcha, era su nueva guía, pero se estaba alejando demasiado rápido. Allen ya se había puesto a media calle, pues pisar asfalto era diferente a pisar concreto, por lo tanto sujetó el bastón por la mitad para poder mover sus brazos con libertad, de manera que ahora adquiría más velocidad, aunque aun no era suficiente.

     

    Gracias a que no estaba guiando sus pasos, chocó con Aura y Adry, que estaban parados, de manera que el mismo si cayó al suelo sin saber si sus compañeros también. —Lo siento mucho, llevo prisa...— Se excusó, pues no sabía que chocó con sus conocidos. Se puso de pie tan rápido como pudo, su respiración estaba agitada, y aun así pegó carrera de nuevo en linea recta, pero para su desgracia ya no escuchaba nada, así que a unos doscientos cincuenta metros se detuvo.

     

    Rayos... Navi... Todo depende de tí...— Externó entre jadeos.

     

    *****

    El bolso que Sira llevaba en la muñeca no se perdió afortunadamente, de manera que la ataron con este aun en su posición. Navi tuvo que soportar el ver como maltrataban a la chica durante un rato, pero no podía salir así nada más, debía esperar el momento oportuno. Y milagrosamente este llegó, cuando los secuestradores empezaron a beberse unas cervezas, prestando menos atención a Sira ahora.

     

    La hada azul, salió del bolso, y aprovechando que el enorme cuerpo de Sira, en comparación con ella, le cubría, empezó a desamarrar sus ataduras de las muñecas. Obviamente la castaña se iba a percatar de que algo se movía y le estaba aflojando el agarre, y para cuando volteó, Navi solo hizo una seña de que "guardara silencio", aunque más bien era que disimulara para así no ser descubiertas.

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