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Tea

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Mensajes publicados por Tea

  1. Quinta Planta - Alta a Ashley Atkins

    Rodé los ojos y suspiré, sin decir nada más. La mujer no era para nada comunicativa, aparte de comportarse muy mal y no querer aceptar mis órdenes. Parecía de mi edad, pero quién sabía cuántos años tenía. Mi sonrisa se borró rápidamente del rostro y mis cejas pasaron a ser una línea recta. No estaba enojada, pero esperaba un poco más de tacto como solía pasar con todos sus pacientes. Entendía que no todos tenían buenos humores.

     

    -Aquí esta el alta, que tengas buen día -dije con cansacio.

     

    No era que no se lo deseara realmente, pero sentía un fuerte dolor de cabeza después de haberla atendido que no sabía si era por la actitud que había tomado la vampiro o si era que las horas de labor y consumo de energía estaban reclamándome por un poco de sueño en donde poder descansar no solo la vista, sino el resto de cuerpo. Me negué.

     

    Vi partir a la Atkins desde su camilla. Era de una estatura promedio y parecía ser muy elegante a pesar de que su vestido había quedado un tanto dañada luego del ataque. Miré mis manos por un momento y cuando volví la vista a la puerta de la sala, ella ya no estaba. Volví a pasearme por allí, divisando a Anna a unos pocos metros de mí y salí de inmediato en busca de alguien con quien hablar en el lapso en el cual no había pacientes.

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  2. Quinta Planta - Curando a Ashley Atkins

    Su voz me hizo volver en sí.

     

    -No hay de qué -contesté aún de espaldas a la paciente y con una sonrisa en mi rostro.

     

    Volteé con las pociones en mis manos y pude ver el movimiento que la rubia quiso hacer. Apoyé las pociones en la mesa que estaba al lado de la camilla y apoyé las yemas de mis dedos sobre uno de los hombros de ella. Con ese leve y suave movimiento, negué con la cabeza y la miré a los ojos. Eran penetrantes y me daba la sensación de que podría haberme matado en ese preciso instante, pero era mi deber retenerla hasta que fuera necesario.

     

    -Una por una, sin mezclarlas -dije cediendo las pociones tal cual se lo había dicho -Entonces sí podrás irte.

     

    De reojo observaba a la vampiro, vigilando que se bebiera absolutamente todo, hasta la última gota de poción. Mientras tanto, tomaba uno de los pergaminos que había preparados allí y firmé uno, así luego podía dárselo para que se fuera libre de allí. Luego me giré hacia ella, una vez más, y verifiqué que hubiese hecho todo tal cual lo había señalado.

  3. Hola, vengo con la actualización de mi ficha de personaje. He decidido cambiarle el nombre para desligarme un poco de ella, así que... ¿se puede cambiar el título? En vez de "Ficha de Tea" sería "Ficha de Jhodie Aline" (Le tuve que poner una H intermedia porque sino me aparecían asteriscos)

     

    También he hecho algunos arreglos, saqué a la Loveless y agregué cronología y algún que otro dato más.Espero que todo sea aceptable ^^

     

    FICHA DE PERSONAJE


    Datos Personales:


    Nombre del Personaje: Jhodie Aline

    Sexo: Femenino

    Edad: Joven

    Nacionalidad: Británica.

    Familia:
    *Familia 1: --
    *Familia 2: --

    Padres Sanguíneo: --

    Padres Adoptivos: --

    Trabajo: Hospital Mágico de San Mungo. Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales). Sanadora.

    Poderes Mágicos:

    Rango Social: Unicornios de Bronce.

    Bando: Orden del Fénix

    Rango dentro del Bando: Initié

    Nivel de Poder Mágico: 0

    Puntos de poder en objetos: 20


    Hechizos adicionales: Los pondrán los moderadores

     

    Puntos de poder en criaturas: 0


    Criaturas controlables en asaltos y duelos: Los pondrán los moderadores.


    Habilidades Mágicas: --

    Conocimientos Especiales:
    -Pociones
    -Primeros Auxilios

     

    Perfil del Personaje:

    Raza: Humana.

    Aspecto Físico:

    El color de su cabello es de un castaño claro, en sus puntas llegando al rubio y el largo hasta la mitad de la espalda. Sus ojos de un marrón verdoso y brillantes, acompañados por unas pestañas largas y gruesas. Las cejas bien delineadas y sin demasiado volumen. Sus labios carnosos y rojizos, su nariz pequeña, al igual que sus orejas.

    Mide aproximadamente 1,67 metros. Su cuerpo es natural, no es perfecto. Algunas cicatrices de quemaduras en los brazos, demostrando su torpeza para la cocina, pocas estrías en las piernas, ocultas. Su peso es regular, no se excede.

    Cualidades Psicológicas:

    Es una chica muy nerviosa, por lo general las situaciones extremas le hacen sudar las manos y entumecerlas. Es tímida e introvertida, le cuesta mucho hablar frente a las personas, así como también conocerlas y entablar una conversación estable. Recién una vez que conoce mejor a las personas se suelta un poco más. Siempre se avergüenza cuando habla demás.

    No es aventurera, aunque se adapta rápido a la acción. Se preocupa mucho por las personas, más que nada las heridas dado que tiene una fuerte pasión por la medicina y el impulso de querer ayudar a todo aquel que esté en riesgo. También le gusta psicoanalizar a todo mago o bruja con el que tenga relación, le encantaría poder tener el poder de leer los pensamientos por estos motivos y se empeña por saber todo sobre los que quiere.

    Es reservada, le gusta la tranquilidad. Su rostro casi siempre está rojo, dado que sonríe mucho y es de pocas palabras. Suele vestirse como la típica inglesa aburrida, pero es más de lo que parece. Es fiel, auténtica, sincera y tal vez muy pacífica.

    Historia:

    Aline proviene de una familia británica de alto nivel. Habitan en la zona de Kensington, zona de residencia de muchos de los habitantes más ricos y distinguidos de la capital británica. Al nacer, automáticamente se convirtió en una más de aquellos estirados y estrictos ingleses, con horarios establecidos y clases de etiqueta.

    Nunca pareció cuadrar con su familia en ese aspecto. Desde muy joven le gustaba experimentar, salirse de lo que ya conocía, pero se negaba a hacerlo por desilusionar a sus padres. Era demasiado torpe a veces y esto causaba discusiones, así que no tenía que buscarse más problemas de los que tenía constantemente con los retrasos en sus deberes.

    Fue enviada a un internado para jóvenes magos no calificables para la escuela principal a los cinco años, donde cursó los estudios básicos hasta los once. En ese momento, la enviaron a una de las mejores academias mágicas de Inglaterra luego de Hogwarts. Siempre resaltó por sus calificaciones, ya que su actitud y su timidez nunca le permitieron hacer nada mucho más social. Sin embargo, tenía fieles amigos y cuando acabó sus estudios, dejarlos fue algo que le costó más de lo que hubiera creido.

    Pero debía volver a casa, un lugar que no había pisado más desde su último verano y no tenía ganas de hacerlo. Su meta era convertirse en Sanadora en algún hospital, pero sus padres insistían y seguirían insistiendo hasta que ella decidiera de una vez por todas estudiar leyes y entrar al Ministerio. Toda su linage se había dedicado a estar incertos en las políticas mágicas, así como terminaban siendo muy reconocidos por su arduo y excelente trabajo.

    Poco tiempo después descubrió que su verdadera madre era parte de una familia ubicada en Londres y la esposa de su padre -y su "falsa madre"- simplemente la había tomado como su propia hija a los pocos años de vida de ella. Así que, tomando su primera loca decisión, les hizo saber que se iría a Londres, no solo para estudiar lo que ella quería, sino también para reencontrarse con su verdadera madre.

    Al principio no lo tomaron nada bien y tuvo que lidiar con una serie de peleas familiares, pequeñas y grandes, hasta que dejó su personalidad aplacarse para tomar riendas en su vida y lograr su objetivo más querido. Por primera vez en su vida desobedecía las órdenes de sus padres y sabía que ese sería el momento en que se sumergiría en una osadía. Nerviosa o no, con miedo o sin miedo prefirió enfrentarse a lo incierto que seguir encerrada en la burbuja en la que vivía.

    Pertenencias:

    Objeto Legendario:
    Válido sólo para Orden de Merlín.

    Objetos Mágicos:

    *Objeto 1: Varita tipo 2 de madera de Sauce, 25 cm, inflexible. Núcleode cabello de unicornio, mantiene el color de la rama. La llama Levi, por su delicadeza en el trabajo de diseño y ligereza cuando realiza la magia, siguiendo sus órdenes como una extensión de sus pensamientos.
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20 puntos.

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: Descripción
    Clasificación: Categoría que le corresponde
    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: Descripción
    Clasificación: Categoríaa que le corresponde
    Puntos de poder: Puntos que le corresponden

    Elfos: --

    Licencias, Tasas, Registros:

    Licencia de Aparición: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

    Licencia de Escoba: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

    Registro de XXX: Se obtienen en los departamentos ministeriales (por ejemplo, registro de criaturas, registro de animagia, etc.)

    Otros Datos:

    Otros datos:
    *En su dedo anular derecho utiliza un anillo que le regaló su madre. Es de plata, en forma de hoja y con diminutos diamantes que solo se ven cuando se reflejan con la luz.

    *Cree en los derechos que se les deben dar a los elfos domésticos y es por ello que no posee ninguno.

    Cronología de cargos:

    *20 de Julio 2014 - Prefecta de Casa, Tritones del Rio Wye

    *8 de Agosto 2014 - Aprendiz, Quinta Planta, Hospital Mágico San Mungo.

    *20 de Agosto 2014 - Graduada

    *27 de Agosto 2014 - Initié

    *7 de Septiempre 2014 - Sanadora, Quinta Planta, Hospital Mágico San Mungo.

    Premios y reconocimientos:

    *Junio 2014: http://i.imgur.com/2EIKxxP.gif

    *Julio 2014: http://i.imgur.com/TTUZyAZ.gif


    Links de Interés Referentes al Personaje

    Link al Perfil de Comprador MM:
    Link a Bóveda Personal: Bóveda 104035
    Link a Bóveda Trastera:
    Link a Bóveda de Negocio:
    Link a Bóveda Familiar 1:
    Link a Bóveda Familiar 2:

     

  4. Quinta Planta - Atendiendo a @@Ashley Atkins

    La alarma sonó una vez más.

     

    Miré impaciente a Jessie y me disculpé con ella antes de salir corriendo a la sala de la planta para comenzar a atender a la nueva paciente. La rubia estaba acostada con serias heridas y quemaduras. Por un momento llegué a pensar que era uno de los peores cuerpos que había atendido desde que estaba en la Quinta Planta, pero la realidad es que no habían muchos puntos de comparaciones, aparte de que no era agradable.

     

    -Muy bien -me dije a mí misma mientras sacaba la varita.

     

    Comencé a hacer complicados movimientos con la misma, haciendo que poco a poco una capa dorada cubriera el cuerpo de la pálida mujer para empezar el proceso de sanación y resurrección. Mis fuerzas comenzaban a debilitarse poco a poco, y así era siempre que comenzaba aquello. Se notaba mucho que la mujer había sido atacada desprevenida. Esas cosas se notaban después de haber visto tantas cosas allí.

     

    -Solo falta que despiertes -dije mirándola.

     

    Me giré sobre los talones y comencé a preparar las cinco pociones necesarias para terminar la curación de la rubia. Mientras me ocupaba de ello, tomaba un poco de poción revitalizadora para que mis fuerzas volvieran por completo y no correr riesgos por mi trabajo. Era agotador, muchas veces.

  5. Quinta Planta - En busca de Jessie

    Ya me había encargado de algunos pacientes y, mientras me perdía en un mar de pensamientos en mi oficina, oía la alarma a lo lejos anunciando a dos nuevos pacientes, pero en cuanto ingresé a la sala de la planta me encontré con que ambos habían sido atendidos por mi madre, Anna. Me quedé observándola durante unos momentos, contemplando cómo se movía, sus técnicas en el cuidado y sanado de las personas. A veces me sorprendía lo poco que habíamos hablado, siendo que hasta compartían un espacio de trabajo.

     

    Sin mucho remedio, dado que no quería interrumpir la charla que estaba manteniendo con una mujer de cabello rojizo a la cual desconocía, me di la vuelta y emprendí camino por el pasillo que llevaba a las oficinas. Durante un tiempo su jefa había desaparecido, pero tenía entendido que pronto volvería. De cierta manera admiraba a Jessie, de la manera en que se encargaba de tantas cosas y, a pesar de no llegar con todo, siempre hacía hasta el último intento.

     

    Mientras caminaba por el largo pasillo, miraba mis pies y muy de vez en cuando miraba hacia el frente. No tenía un destino exacto, solo sabía que me dirigía a las oficinas esperando encontrarme con alguno de mis compañeros. Unos pasos delante de mí invadieron mis oídos con su golpeteo contra el frío suelo del hospital. Levanté la cabeza y la vi, Jessie caminaba en dirección contraria, justo frente a mi.

     

    -¡Jessie! -exclamé con entusiasmo -Que bueno que has vuelto.

     

    Me acerqué un poco más hacia ella, hasta que quedamos a una distancia prudente. Como siempre mi timidez invadía mi cuerpo y, entonces, no sabía cómo saludarla, por lo que extendí mi brazo para que estrecháramos las manos. ¿Sería eso demasiado serio? ¿Debía ser tan serio? Prefería que ella decidiera antes de meter la pata. Mientras tanto, le regalaba una tímida sonrisa, acompañada con unas mejillas teñidas de rojo.

  6. Quinta Planta - Alta a @Derek Lúcien con @@Ludwig Malfoy Triviani





    -Un gusto, Derek, mi nombre es Tea Loveless -mi voz esa suave como la seda.

    Mis ojos se deslizaron desde los del demonio hasta el papel que tenía en mis manos, el cual firmé con letra clara y se lo entregué al paciente ya sanado. Era el alta médica para que pudiese retirarse del establecimiento sin que se lo negaran en la salida del mismo. Una sonrisa se dibujó en mi rostro en cuanto éste lo tomó. Miré a mi compañero de planta un instante, el cual parecía muy interesado en el paciente y me sentí un tanto incómoda; quizás ya se conocían.

    -Ya puedes retirarte, si lo deseas... aunque no dudo que lo quieras hacer -dejé escapar una pequeña risa.

    Ninguno de los pacientes que tuvo había decidido quedarse a socializar con ella o sus compañeros, y era normal. Ladeó la cabeza y giró sobre sus talones para alejarse. No tenía entendido si se conocían y querían estar solos para hablar entre ellos sobre algo que yo no pudiese saber. De igual modo, mi trabajo con él ya había finalizado y estaba completamente sano. En todo caso esperaría a Ludwig que terminara con él para conversar un poco, mientras teníamos un pequeño receso.

  7. Quinta Planta - Con @Derek Lúcien y @@Ludwig Malfoy Triviani

     

    En cuanto menos lo esperé, el paciente ya había despertado de su largo sueño. Por un momento llegué a pensar en que el muchacho no quería ser sanado o revivido, pero me calló los pensamientos en seguida. Lo observé con una sonrisa y me acerqué a él. Mientras lo analizaba, esperando que su cuerpo hubiese reaccionado bien a mis sanaciones, éste me hacía preguntas que me dejaban contrariadas. ¿Debía ir alguien más al hospital? De haberlo hecho, ya deberían estar allí.

     

    -Lo siento, pero contigo no ha llegado nadie más... aparte de un elfo doméstico, pero fue quien te trajo -mi rostro denotaba un dejo de preocupación.

     

    El saber que, quizás, había algún otro mago o bruja vagando por el mundo mágico malherido me generaba una sensación de desesperación dentro de mi ser. La voz de mi compañero, Ludwig, me había asustado apareciendo detrás de mí. Me volteé para verlo y sonreírle. Era bueno verlo de vuelta, debido a que estaba un tanto desaparecido por la planta y siempre venían bien más manos para poder sanar a todos los heridos que nos visitaban.

     

    -Has llegado en el momento justo -dije aún con la sonrisa en el rostro -, ya es hora de darle las pociones.

     

    Estaba de espalda a ambos hombres, preparando las pociones para que fueran entregadas al paciente. Cuando me volteé observé cómo mi compañero me ayudaba con la sanación dándole algún alimento medicinal que, hasta el momento, desconocía. No me atreví a preguntar en ese momento, dado que tampoco quería generarle una sensación de desconfianza a Derek. Estiré mi brazo en alto y con las pociones en mano para acercárselas al muchacho.

     

    -Debes tomarlas todas y, en cuanto lo hagas, te firmo el alta -sabía que no eran agradables ninguna de las pociones, pero eran necesarias si es que quería volverse a casa pronto.

  8. Quinta Planta - Dando el alta a @

     

     

     

     

    La variedad de razas que había en el mundo mágico llegaba a sorprenderme muchas veces, incluso se me encendían las ganas de poder explorar y experimentar lo que sería poder ser parte de una raza, ser un demonio o vampiro, una banshee, entre otras razas tan interesante que existían. Todo aquel pensamiento fue llegado dado al comentario que había hecho Elaena. El ser vampiro tendría grandes ventajas, comenzando con el hecho de que la juventud no desaparecía en lo físico, aunque también muchas cosas malas que no quería pensar.

     

    -No hay de qué, fue un placer -contesté a la amable mujer.

     

    Por un instante vaciló. No sabía si dejarla sola en ese momento o acompañarla para supervisar que se encontrara sana en su totalidad, pero al verla levantarse de la camilla con naturalidad me dejó claro que ya no necesitaba más de mi ayuda y que podía retirarse en cuanto ella lo quisiera. Tomé el pergamino y lo firmé con letra pulcra y decidida para que el alta estuviese dada y ella tuviese la libertad de irse de allí.

     

    -Encontrarás uno cerca de aquí al salir -le dije antes de que se fuera -. Y com suelo decir... espero no verte pronto por aquí -una risita se salió de mis labios y la vi partir.

     

    Solo quedaba un paciente más por resucitar, pero mientras éste no despertara, entonces no podía hacer mucho más. Desvié la mirada para observar si había algún indicio de movimiento en su dedos o alguna extremidad de su cuerpo, pero nada sucedía. Bufé por lo bajó y simplemente me quedé esperando, así como esperaba poder encontrarme allí a algún compañero con cual conversar.

  9. Quinta Planta - Alta a @ y atendiendo a @

     

     

     

     

    Pasaron unos pocos minutos. La paciente ya se había tomado la totalidad de los cinco tubos que le había entregado en un comienzo. La observé atentamente, esperando que las pociones hicieran sus efectos pertinentes. Todo estaba en orden al correr del tiempo, por lo que una vez más le regalé una sonrisa tranquilizadora a la muchacha. Los distintos líquidos no parecían tener un gusto demasiado agradable, dado que las expresiones de su rostro lo daban a entender.

     

    -Un gusto, Helen. Espero no verte muy pronto por aquí -finalicé mientras la veía irse completamente curada.

     

    Al acercarme a las otras dos camillas noté que la vampiro se había despertado, me acerqué a ella y la miré, todavía, con una sonrisa en el rostro. Se movía con movimientos muy bruscos y peligrosos, por lo que tuve que acercarme a ella y acomodar la almohada de la cama para que se sintiera más cómoda. No debía hacer aquello, de moverse tanto, debido a que estaba sumamente débil y antes debía ser sanada.

     

    -No, no lo tendrás para siempre -una risita se escapó de mis labios -. Verás, debes tomarte todo ésto antes de querer irte -notaba cuando un paciente quería rapidez en la atención.

     

    Por desgracia eso no estaba permitido, todo debía ir a su debido tiempo porque sino no podrían recuperarse del todo. Extendió el brazo hasta tenerlo delante de los ojos de Eleana para que pudiese tomar uno por uno todas las pociones que la curarían. Parecía bastante molesta por su expresión, algo la enojaba más allá de tener que estar en el hospital bebiendo líquidos de poco buen gusto, pero preferí no intervenir en el asunto.

     

    -Cuando termines, firmaré éste pergamino y serás libre -dije señalando el formulario de alta -Por cierto, me tomé el atrevimiento de dejarte alguna ropa allí para que puedas cambiarte ésta que esta rota -le señalé una silla con una pequeña montaña de ropa.

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  10. Quinta Planta - Curando a @

     

     

     

     

    -Oh, bienvenida nuevamente -dije con suavidad y una sonrisa en mi rostro.

     

    La paciente ya había despertado después de haber estado por un tiempo en el limbo, jugando entre la vida y la muerte como muchos de los magos y brujas solían hacer en aquel lugar de batallas contínuas entre bando y bando. Me acerqué hacia ella con cautela y la contemplé con una mirada tierna. Apoyé el dorso de mi mano sobre su frente para comprobar que todo estaba bien y no había levantado temperatura.

     

    Una vez que lo había comprobado, me giré para buscar las pociones que la mujer debía tomar para recuperarse del todo, ya fueran mareos, heridas profundas, dolor de huesos, articulaciones o músculos. Absolutamente todo su cuerpo quedaría sanado en minutos y entonces ella podría tener el alta para irse a cada de una vez por todas. Tomé los cinco tubos y se los entregué uno por uno, viendo que se tomara hasta la última gota.

     

    -En cuanto bebas todo, te firmaré el alta.

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  11. Quinta Planta - Atendiendo a @ mientras espero a los otros dos pacientes

     

     

     

    Al parecer ambos pacientes estaban queriendo quedarse del lado de los muertos, porque al momento en que por tercera vez la alarma sonó anunciando que había un nuevo paciente, ellos dos todavía no habían despertado. Por un momento llegué a pensar que había hecho algo mal, pero al parecer todo estaba correcto, porque la capa dorada seguía cubriendo sus cuerpos y sanándolos como era debido.

     

    Para mi suerte, la nueva paciente estaba en una camilla al lado del demonio y la mujer. Me acerqué con sumo cuidado y pude notar de inmediato que no estaba conciente. Saqué por tercera vez la varita, más cansada que al comienzo, y comencé a hacer el mismo hechizo de rutina que venía haciendo. Algunos movimientos de muñeca ayudaban a que el proceso fuera más rápido. De a poco la misma capa dorada que tenían los otros dos pacientes, comenzaba a cubrir el cuerpo de la nueva paciente.

     

    Al finalizar la primera etapa de resurrección, me giré sobre mis talones y me acerqué a la mesa para preparar las pociones. A diferencia de los otros dos pacientes, ésta mujer no parecía tan dañada, pero aun así no dejaba de estar herida. Tomé un poco de poción revitalizadora para recuperar las energías que me había consumido las horas de trabajo y esperé a que alguno de los tres despertaran para proseguir con la curación.

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  12. Quinta Planta - Esperando que Derek despierte y atendiendo a @

     

     

     

     

    La alarma había vuelto a sonar mientras preparaba las pociones revitalizadoras para el muchacho que se encontraba, aún, recostado en la camilla y sin abrir los ojos. Giré mi cabeza con brusquedad, pero como fue obvio, no divisé a nadie a mi alrededor, el box estaba cerrado. Miré al demonio por última vez y supe que estaría así por unos minutos más, así que bebí un poco de poción revitalizadora y me fui directo a visitar a la nueva paciente.

     

    Cuando ingresé, allí la vi. Estaba bien vestida, pero evidentemente muerta. Era una pena que atacaran a tan bella mujer y con tal brutalidad. Sus heridas ya habían dejado de sangrar, pero requerían ser sanadas con urgencia. Miré con tristeza a la mujer, como solía hacerlo cada vez que llegaba un nuevo paciente, y saqué mi varita para comenzar a hacer florituras sobre su cuerpo. Los hechizos realizados agotaban y devilitaban mi ser, pero era capaz de resistir aquello, la profesión que ejercía me encantaba.

     

    La salud era un gran debate en mi mente. No me gustaba ver a las personas muertas o heridas, mucho menos en estados como aquellos, pero por otro lado, si no les pasaba nada entonces nunca podría haber tenido un trabajo como tal. La idea de personas gravemente heridas me apenaba, pero el saber que podía ayudarlas cada vez que se necesitaba, me poducía una enorme gratitud dentro de mi ser.

     

    Una fina capa dorada comenzó a cubrir el cuerpo de la mujer. Una vez que lo estaba en su totalidad, guardé nuevamente mi varita y me dirigí a una pequeña mesa que había a un lado, en la cual estaba preparadas las pociones necesarias para la paciente. Tomé un sorbo más de revitalizador y en segundos me sentí mucho mejor. Debía esperar a que despertara, al igual que Derek, aquel muchacho que había dejado por unos minutos en una camilla cercana.

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  13. Quinta Planta - Recibiendo a @Derek Lúcien

     

     

     

    Tan pronto abrí los ojos para observarme en el espejo del baño luego de haberme lavado la cada, cuando una vez más oí la alarma. Un nuevo paciente se encontraría en una de las camillas de la Quinta Planta, esperando ser atendida por algún sanador. Caminé rápidamente hacia la sala de resurrección y me encontré con un elfo doméstico. Abrí levemente los labios para decir algo, pero no llegué a tiempo ya que la criatura había comenzado a hablar y, una vez finalizado, desapareció de allí.

     

    Por un segundo me quedé mirando el espacio vacío que había quedado luego de haber desaparecido el elfo. Sacudí mi cabeza y miré al muchacho que ya se encontraba en la camilla. Estaba realmente mal, me preocupé un poco al verlo, pero sin más reparo me puse a hacer lo que debía. Saqué mi varita y comencé a hacer florituras sobre el cuerpo inerte del demonio, hasta que una capa dorada lo cubrió por completo.

     

    -En unos pocos minutos volveras a estar entre los vivos -dije casi en un susurro, antes de darme vuelta y comenzar a preparar las pociones que debía beber el paciente para poder recuperarse en su totalidad.

  14. Quinta Planta - Veo a Isabella Atkins irse

     

     

     

    La jóven ya se había tomado todas las pociones que le había dado. Era una muchacha muy graciosa, sus comentarios hacían que de pronto soltara una risita tonta, pero siempre conservando la seriedad que se necesita para ese tipo de ocaciones. Me entregó el pergamino con sus datos en tanto las pociones hacían su efecto y firmé el alta para que pudiera marcharse del Hospital, al cual esperaba no verla pronto por allí. Le gustaba tener nuevos pacientes, pero no que fueran recurrentes, porque eso no podría ser buena señal.

     

    Ordené el puesto en el que estaba y salí de allí. Había escuchado, durante un momento luego que la paciente se había ido la voz de uno de sus compañeros en una camilla cercana. Jessie había ido a ayudarlo. Me encaminé hacia el lugar, pero Ludwig ya se había ido y lo vi cerca de Jessie, nuestra jefa. Sonreí de soslayo al ver que ésta curaba a un paciente y preferí no intervenir demasiado.

     

    Estaba un tanto cansada, pero no por el trabajo allí, dado que hasta el momento solo había atendido a Isabella, sino por el largo tiempo que me había tomado para hacer otras cosas mientras estaba ausente en mi puesto de trabajo. Me dirigí hacia el baño y lavé mi rostro, masajeándolo con suavidad y restregando mis ojos para despertar mis sentidos. Esperaba que la alarma volviera a sonar para poder atender al próximo paciente que lo necesitara.

  15. Quinta Planta - Con @

     

     

     

    Pude notar que la muchacha era muy querida, dado que una persona más llegó allí con un presente y la recibió en cuanto ésta abrió los ojos. Una sonrisa tonta adornó mis labios y, antes de seguir con el procedimiento, pedí al visitante que le diera lugar a la paciente para que ésta pudiera tomar aire y recuperarse lo más rápido posible. Me giré hacia la mesita que estaba al lado de la camilla, apenas a unos pocos centímetros y tomé las pociones pertinentes.

     

    -Bien, necesito que tomes todas estas pociones si quieres sentirte mejor y salir de aquí -mi tierna voz se seguía manteniendo.

     

    Extendí mi brazo para alcanzarle una por una las cinco pociones. Cada una de ellas tenían una función diferente, pero todas con un fin común: sanar por completo el cuerpo de Isabella. Una vez que verifiqué que se hubiera bebido hasta la última gota de los medicamentos, le acerqué un pergamino el cual pedía ser llenado por los datos de la mujer. Era la última instancia para que pudiera irse de San Mungo.

     

    -Llena ésto con tus datos, luego lo firmaré y serás libre para irte a casa -finalicé.

  16. Quinta Planta - Con Isabella Atkins

     

     

    Me estaba quedando dormida encima del escritorio, cuando la alarma me hizo sobresaltar de inmediato. Me erguí de inmediato y me puse en marcha hacia la sala donde se encontraban las camillas de los nuevos pacientes, mientras me rascaba con suavidad uno de mis ojos para alejar la somnolencia. Al llegar, un chico se encontraba al lado de la camilla en la que una jóven muchacha yacía. Miré con compasión a ambas personas y me adelanté unos cuantos pasos hasta llegar al lado del muchacho.

     

    -Por favor, sal. En cuanto termine se podrá retirar contigo, mientras tanto necesito el área libre para realizar la sanación -un tono tranquilo y suave.

     

    En cuanto el muchacho salió de allí, me puse a realizar el proceso de resurrección. Una capa brillante cubrió el cuerpo de la muchacha. Mientras se realizaba el hechizo, me giré y comencé a preparar las pociones necesarias para revitalizar a Isabella. Antes de darme vuelta para observar cómo la muchacha se iba despertando, tomé un poco de la poción revitalizadora para no perder las fuerzas.

     

    -Bienvenida de vuelta -dije con una sonrisa tierna en mi rostro en cuanto me volteé y vi que ya se había despertado.

     

    @

  17. Quinta Planta - Dando vueltas.

     

     

    Me había ausentado demasiado tiempo por mi planta. Por fin me habían dado el empleo de sanadora y tenía la posibilidad de ayudar verdaderamente a mi compañera Jessie con el trabajo. En parte me sentía culpable por no haber estado presente al momento en que se me necesitaba y, por otra parte, me sentía ansiosa por poder realizar por primera vez una resurreción o sanación. Mientras pensaba en cómo sería hacer aquello, caminaba por los pasillos del hospital esperando alguna señal, la señal de que hubiera algún paciente nuevo.

     

    Pasaba el tiempo y ninguna alarma sonaba, por lo que decidí ir directo a las oficinas. Desde que ingresé al Hospital San Mungo, me concedieron una oficina y, aunque no tenía mucho allí, me servía para llenar el tiempo vacío. Al llegar, mi visión pudo captar un escritorio de madera de cedro, bien pulido y brilloso, con unos pocos detalles finos y un tanto oscuro; tenía algunos papeles apoyados y una lámpara pequeña. La silla combinaba con la mesa. Las paredes estaban desnudas, excepto por el detalle de un simple reloj que pendía con mucho cuidado. Suspiré y me senté.

     

    El último tiempo había estado tomando decisiones que me llevaban por un rumbo por el cual ni siquiera imaginaba en un comienzo. Mientras observaba el color pálido de la pared, pensaba en cómo había llegado a tomar esas decisiones, en cómo había quebrantado mis propios ideales. No sentía culpa, porque de cierto modo no estaba haciendo nada malo, simplemente elegí el camino más... ¿sencillo? ¿Era sencillo? Negué con la cabeza. No lo era. Lo elegí porque creí que era prudente, creí que eso debía hacer y estaba cómoda al respecto.

     

    -Estás bien -me dije a mí misma, olvidando los pensamientos, dejándolos a un lado, para seguir esperando a algún nuevo paciente.

  18. Podía sentir como los nervios subían por mi espalda, generando una sensación conocida de frío que me estremecía cada vez que me pasaba, luego el entumecimiento de manos que eran como pequeñas hormigas caminado y haciéndome cosquillas en las palmas. Las cerraba en puños, tratando de alejar la sensación, pero casi siempre era inútil. Mis ojos pardo estaban clavados al frente del salón, observando a los directores de la Academia mientras iniciaban la celebración de graduación y todos los presentes guardaban silencio, hasta que rompían en palmas y llenaban el ambiente de un ruido monótono y casi al unísono.

     

    Mi vestido no me llegaba mucho más allá que las rodillas, de color avellana con pocos detalles que lo hacían tan común como cualquier otro vestido. Los invitados cesaban los aplausos y de repente me vi en la obligación de poner en riesgo todas mis ideologías, en tanto una bandeja de plata que llevaba una mención y diploma para cada uno de los graduados, incluyéndome. Una vez que lo tomara entre mis manos el broche de color marfil se pintaría o no del color que eligiera. ¿Entraría en la Orden del Fenix, a la Marca Tenebrosa o seguiría mis ideales siendo neutral?

     

    Tuve la suerte de que no era la primera en tomar el broche. Observé a mis compañeros de clases, aquellos que me habían acompañado a lo largo de la Academia. ¿Los volvería a ver después de la graduación? Lo más probable era que solo a unos pocos, contando que tampoco éramos demasiados. Mi visión finalizó en mi novio, Robb, y tan solo eso me bastó para que la sangre subiera hasta mis mejillas tiniéndolas de color carmesí. Si bien tenía a mi familia, con la cual estaba agradecida por haberme abierto las puertas, ese joven muchacho de cabello castaño llenaba un gran lugar en mi corazón y lo sentía parte de mi vida.

     

    La bandeja de planta se posicionó frente a mis ojos, flotando y haciendo parecer que era tan liviana como una pluma. Antes de tomar el diploma y el broche, mi cabeza empezó a funcionar a mil revoluciones y entonces todo cobraba sentido. La Orden del Fenix era mucho más que defender en batallas a sangre fría tanto como la Marca Tenebrosa, los fenixianos iban mucho más allá de esa visión que yo tenía. Una sonrisa adornó mi rostro, iluminándolo y entonces, automáticamente, miré a Robb y tomé el broche el cual cambió de color a un hermoso rojo. Y aunque seguía pensando que las batallas no eran lo ideal, el joven Stark era parte de mi decisión, en el fondo lo sabía.

     

    Una vez terminada esa parte de la ceremonia me alejé para poder admirar a los nuevos prefectos de las casas. En cuanto apareció el nombre de Mia Torres en el aire como prefecta de los Tritones, comencé a aplaudir exageradamente. Se lo merecía. Y aunque me parecía imposible, mi sonrisa se hizo más amplia por la noticia mientras asentía con la cabeza. Había sido una gran compañía allí, en la casa que tanto extrañaría y que esperaba algún día volver.

     

    Los anuncios habían finalizado y simplemente me alejé para contemplar el panorama. No visualizaba familiar alguno, aunque no me ponía mal, tampoco quería irrumpir entre otras felicitaciones familiares. La sonrisa seguía paciente en mi rostro, mis nervios se habían alejado en cuanto tomé el broche y ya no tenía de qué temer, por lo menos no hasta el momento.

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  19. Tea Loveless - Quinta Planta con Lisa y Jessie

     

     

     

     

    Con la ayuda de la pelirroja todo se hizo más sencillo en cuanto a la resurrección de la Weasley. Me sentía un poco debilitada, pero la emoción llameaba dentro de mi como el fuego en un hogar. En seguida me hice a un lado para dejar actual a mi compañera.

     

    - Comprendido y anotado -dije cual soldado a su sargento.

     

    Tomé las pociones pertinentes para revitalizar y curar por completo a la paciente mientras ésta se despertaba. Bebí un sorbo del líquido revitalizador como me había indicado Jessie y, luego, le cedí el resto a la paciente.

     

    - En poco tiempo te sentirás como nueva, ¿no es así? -pregunté con una sonrisa a mi compañera.

     

    Y así pasó. Una vez que la Weasley bebió las pociones, se le entregó el alta y se fue de allí sin decir mucho más que un agradecimiento. Asentí a Jessie y esperé a ponernos en marcha.

  20. Tea Loveless - Quinta Planta con Lisa Weasley Rambaldi

     

     

     

    No pasó mucho tiempo hasta que un cuerpo apareció en una de las camillas de la Quinta Planta. Me emocioné al ver que Jessie estaba ocupada con otros pacientes y no había quién atendiera a la mujer que yacía en la camilla. La alarma había sonado y aproveché la ocasión. Le dediqué una sonrisa a mi compañera y me fui en dirección contraria, directo a la mujer. Restregué mis manos sobre mi pantalón, se encontraban un poco sudadas y no podía ocultar que me sentía un poco nerviosa, aún.

     

    - Muy bien, comencemos -me dije a mi misma, mientras observaba como un manto traslúcido envolvía a la morena.

     

    Aquel manto la estaba reviviendo, por lo que aproveché el momento para preparar las pociones pertinentes para terminar de curarla. Tenía varias heridas en su cuerpo, las cuales me quedé analizando mientras el procedimiento seguía en curso. Me mordía el labio inferior, estaba sumamente concentrada en lo que hacía. Ya con las pociones en mano esperé a que ésta se despertara para entregarle lo que la revitalizaría. Me sentía ligeramente extasiada.

  21. Tea Loveless - Quinta Planta, reencuentro con Jessie

     

     

     

    - Lamento mi ausencia.

     

    Mi voz era agitada. Se notaba que había llegado corriendo hasta donde se encontraba Jessie junto a algunas personas más. Me sentía terrible por haber fallado, dado que no era usual en mí desaparecer por tanto tiempo, y mucho menos llegar tarde. Mientras apoyaba las palmas de mis manos sobre las rodillas, encorvando el cuerpo y elevando la cabeza para encontrar los ojos de mi compañera, trataba de tomar aire y calmar mi pecho. Rodé mis ojos por el ambiente, me llamaba la atención la cantidad de pacientes que habían.

     

    Una vez que recuperé el aire, me enderecé y observe a Anna. Era mi madre y jamás había tenido la oportunidad de cruzar palabra con ella. Por un breve momento sentí cómo el pecho se me achicaba y dolía, pero pronto me deshice de aquel sentimiento y le dediqué una sonrisa. ¿Acaso tendría algo que ver en los genes el porqué había elegido la misma profesión que mi madre? Me encogí de hombros y sacudí la cabeza al sentir un escalofríos recorrer mi columna vertebral.

     

    - ¿En qué puedo ayudar? -me dirigí a la pelirroja -. Aún recuerdo todo lo que me has enseñado -finalicé con una media sonrisa en mis labios.

     

    Miré a mi al rededor y observé que una bella mujer se levantaba de su camilla. Estaba claro que Jessie ya había hecho su trabajo con ella, dado que no parecía tener rasgos de cansancio ni mucho menos. Asentí con la cabeza a la mujer, aunque no sabía si podía cederle el pergamino con el alta para que, finalmente, pudiera retirarse del hospital sin problema alguno, así que esperé indicaciones de mi compañera... o mi madre.

  22. Tea Loveless - Quinta Planca con Jessie

     

     

    Asentí.

     

    Me senté en una de las sillas cercanas que me indicó Jessie y la escuché con atención como había hecho en un principio. Cada palabra clave que me decía las anotaba mentalmente; no necesitaba pergamino y pluma para recordar algo que me apasionaba. Quizás las dudas eran tontas, pero al fin y al cabo importantes para luego no cometer errores que pudieran perjudicar tener un futuro empleo allí. Una media sonrisa estaba impregnada en mi rostro, me emocionaba poder aprender todo lo vital para sostener el empleo.

     

    - ¿Qué ha sido lo peor que te tocó haces? Aparte de las muertes, que por lo visto son bastante usuales -dije con un tono de sorpresa y angustia.

     

    Recordaba cómo había sido una de las clases de la Academia. La matanza entre ambos bandos era fatal, era terrorífico y la razón por la cual había decidido quedarme en la neutralidad. Ayudar a personas verdaderamente inocentes que sufrían heridas, o cosas peores, por culpa de aquellos grupos que -en definitiva- terminaban siendo ilícitos. Arrugué la nariz y sacudí la cabeza para borrar de mi mente aquel mal recuerdo de cuerpos sin vida sobre el suelo y hechizos yendo de una a otra persona sin importar el alrededor.

     

    Mis ojos pardo se posaron en la mirada de mi compañera, queriendo creer que ella no formaba parte de aquello. Prefería vivir en la ignoracia que saber quiénes actuaban de cual o tal manera. No había un bien o un mal si ambos terminaban asesinando y allí estaba mi punto fundamental de decisión. Me dediqué a aprender de la mujer y dejar los bandos a un lado, ya eso no tenía nada que ver en mi mundo.

  23. Tea Loveless - Quinta Planta con Jessie y Heliké







    Observaba cómo "discutían" ambas mujeres. En cierto modo se notaba que se preocupaban una por la otra y por eso mismo sentía un toque de ternura, aunque la situación comenzaba a incomodarme. Sin embargo, escuchaba detenidamente cada palabra que pronunciaba la sanadora aunque con una mirada cautelosa. Cuando se volteó hacia mí le cedí una sonrisa tímida, a pesar de todo mi personalidad no se perdía.

    Para mi fortunio, entendí cada procedimiento del cual me enseñaba, solamente tenía que ponerlo en práctica y para qué situaciones servían cada una. ¿Y si, en algún momento, venía un nuevo paciente que solo estuviera enfermo? ¿O un hechizo mal realizado que le causara alguna falencia o daños internos? O, quizá, internos. Tenía mis dudas, pero tampoco quería interrumpir, por lo menos hasta que la paciente se fuera de la planta sana y salva.

    Cerca de mi alcance había un pergamino demás, igual al que Jessie le había dado a quien parecía ser su hermana. Me acerqué al mismo y lo analicé de arriba a abajo, no tenía nada en especial, solo algunos espacios en blanco en donde el sanador debía firmar el alta y otros más para que el paciente llenara con sus datos; aun así estaba no dejaba de resultarme interesante. Una vez más volví mis ojos pardo hacia los de mi compañera que me explicaba qué hacer con el alta una vez dada y, simplemente, asentí con la cabeza.

    - ¿Siempre es el mismo procedimiento? Sea cual sea la enfermedad o herida -pregunté finalmente al ver cómo se retiraba la paciente ya sana.
  24. Tea Loveless - Quinta Planta con Ludwig y Jessie

     

     

     

    Estaba junto a dos grandes magos por lo que escuchaba. Ambos habían formado parte del hospital y con excelentes cargos, lo que me hizo sentir segura de que aprendería bien sobre la profesión. Mientras caminábamos por el pasillo y me mostraban las instalaciones del hospital, la charla se hacía amena, aunque hubo un detalle que borró por completo mi sonrisa tímida y palidecí de inmediato. El hecho de que el muchacho haya estado muerto no me hacía gracia, y mucho menos que quisiera venganza. Recordé los aprendizajes de la Academia y el porqué había tomado la decisión de no elegir un bando.

     

    Tragué saliva y olvidé el comentario. Era su historia, algo en donde yo no podía meterme por más que quisiera inconscientemente. A veces, el querer analizar a las personas no era más que un defecto, al igual que mi tendencia a curiosear absolutamente todo lo que pudiese. Asentí con la cabeza adhiriendo a la sugerencia de mi nuevo compañero; la verdad es que nos haría falta un poco de alimento. Pero no pude evitar alarmarme al saber que había un nuevo paciente.

     

    - ¿Te molestaría si te acompaño? Solo para ver el procedimiento, no interpondré -y allí estaba, la bombilla de la curiosidad se encendió automáticamente.

     

    Me sentí un poco incómoda al dejar atrás a Ludwig, parecía ser una persona verdaderamente interesante, pero no podía perderme lo que para mí era un espectáculo. De repente la timidez había desaparecido y, a cambio, apareció una especie de adrenalina extraña que recorría mi cuerpo. Perseguí a Jessie hasta llegar a la primer paciente; la mujer yacía muerta y estaba cubierta por una extraña luz, pude deducir que estaba siendo revivida. Mi silencio era tal que parecía simplemente no estar allí.

     

    Al poco rato observé atentamente cada movimiento de la paciente, la cual se despertaba de a poco y mi compañera le cedía algunas pociones para revitalizarla. Era interesante lo fácil que parecía ser, pero solo porque lo estaba viendo, quizás en la práctica no lo era y eso me ponía un tanto nerviosa. Mientras la pelirroja le entregaba el alta a la paciente, la alarma volvió a hacer presencia en la planta dando aviso a un nuevo paciente. Volví a perseguir a Jessie en silencio y observé que el procedimiento se repetía.

     

    No pude evitar soltar una risita ante la demanda de la bruja a la paciente que aún estaba muerta. Lo más increíble de aquello era lo poco que me impresionaba ver las heridas o muertas, me emocionaba el poder saber qué se hacía en situaciones extremas como aquellas. Revivir a alguien no era una cosa tan común, por lo menos para la gran parte del mundo mágico, porque estaba claro que en el hospital sí. Volví a callar de inmediato, tapándome la boca con las manos y me concentré nuevamente en el procedimiento.

     

    - Interesante -dije para mi misma, anotando mentalmente cada detalle.

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