Jump to content

Romina Black Lestrange

Magos Expertos
  • Mensajes

    1.828
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    5

Mensajes publicados por Romina Black Lestrange

  1. Soltó un suspiro mientras observaba la llama hacerse cada vez más y más grande, por un momento pensó en apagarlo, pero se detuvo antes de hacerlo y salió de la cocina para dirigirse a los terrenos de la mansión, pues simplemente no tenía ganas de buscar prendas en otra habitación. Sabía que dejar fuego en una habitación sin controlar era peligroso, pero como no se trataba de su hogar no le importaba mucho.

     

    Camino dando pasos pequeños, disfrutando de la noche y de la salida inesperada que había tenido. A lo lejos vio una figura que supuso que era su madre, por lo que no dudo en acercarse.

     

    —Creo que esto es suficiente— tomó con una mano la de su madre mientras que, con la otra, buscaba la prenda que había guardado con anterioridad en su bolsillo. Al sacarla, la depósito rápidamente en la mano de Mia, soltando una pequeña carcajada ya que suponía que eso no le haría nada de gracia.

    • Me gusta 1
  2. Al ingresar al comedor todo era más o menos como esperaba, o como lo sería en una mansión regular, una mesa con sillas a su alrededor y muebles que hacían que el lugar no quedase tan vacío. Su mente comenzó a divagar, desde preguntas sobre cuantas personas vivían en lugar hasta que es lo que la familia hacía. Finalmente, cuando comprendió que el comedor era un lugar aburrido decidió cambiar su recorrido rumbo a la cocina y luego a una puerta llamó su atención, por lo que decidió entrar.

     

    Inmediatamente se dio cuenta de que se trataba de una habitación. Lo que más le llamó la atención fue una estantería llena de libros, obviamente no se atrevería a dañar los libros porque eran algo sagrado para ella, pero el resto de las pertenencias de la habitación le importaban muy poco. Se dirigió a lo que parecía ser un mueble en donde se guardaba ropa y de este sacó lo que parecía ser ropa interior de una mujer, si bien no sabía de quien era la habitación, decidió guardarse la prenda en un bolsillo, ¿Con eso sería suficiente para completar la misión, verdad? De todas formas si la prenda no era de la persona deseada, tampoco sería culpa de la joven.

     

    Minutos después volvió a la cocina con su varita en mano, pues segundos atrás había escuchado movimiento, por lo que esperaba que solo se tratase de sus acompañantes y no de alguna persona o criatura de la casa. Sentía sus manos algo frías, por lo que decidió lanzar el encantamiento Indendius para prender fuego un cesto de basura pequeño. Suponía que a partir de eso lograría calentarse un poco y, porque no, destrozar un poco el lugar.

    • Me gusta 1
  3. Se quedó en silencio, observando todo a su alrededor al tiempo que esperaba a que diesen indicaciones. No podía negar que se sentía un poco nerviosa, pero a la vez estaba ansiosa por empezar sin importar de que se tratase la misión. Al escuchar a la persona que hablaba la reconoció casi inmediatamente.


    — ¿Me hiciste venir para “robar” unas prendas? ¿Es en serio?— las palabras salieron de su boca con un poco de molestia y tras soltar un pequeño bufido. Aunque si se hubiese tratado de otra persona dando indicaciones no se hubiera molestado en decir nada, pero como se trataba de su madre, ¿Qué más daba? —Esperaba algo más emocionante— susurró para sí misma mientras ingresaba a la mansión.


    Su primera opción, considerando la misión, era dirigirse a alguna de las habitaciones hasta encontrar alguna prenda, pero al darse cuenta de que no conocía de vista a la persona nombrada por su madre decidió dirigirse al comedor soltando pequeños suspiros mientras pensaba cuáles serían sus siguientes acciones.


    Muchas veces no lograba entender porque se complicaba tanto al momento de hacer las cosas, pero teniendo en cuenta que era su primera vez en una misión, le iba a llevar algo de tiempo no solo acostumbrarse, sino que las cosas le salieran con naturalidad.
    • Me gusta 1
  4. Desde que oscureció, la joven había permanecido sentada en una silla reclinable ubicada en el jardín de la mansión Black Lestrange, observando las estrellas mientras pensaba en lo que iba a hacer o no con su vida. En un momento sus parpados comenzaron a cerrarse lentamente, pues a pesar de que no estaba realmente cansada, el silencio y tranquilidad de la noche le provocaban sueño.


    El ardor proveniente del tatuaje hizo que pegara un pequeño saltito en el lugar, al tiempo que sus ojos se cerraron con más fuerza. Sólo le tomó unos segundos para entender de qué se trataba e inmediatamente se levantó de si sitio, primero para acomodarse un poco la remera y el jean que llevaba puesto y, en segundo lugar, para girar sobre su propio eje, desapareciendo de su hogar.


    Al aparecer, o mejor dicho caer en los terrenos de la mansión Potter Blue, no tardó en palpar su varita en uno de los bolsillos de su pantalón para luego pasarla por delante de su rostro, creando una máscara plateada que cubriría su identidad. Miró a su alrededor, y ya sintiéndose menos aturdida pudo encontrar a sus compañeros, por lo que camino hacía ellos.
    • Me gusta 1
  5. Sus ojos se abrieron como platos al sentir que su varita había desaparecido, porque si, lo había sentido; ya que en cuestión de segundos el objeto desapreció de su mano, por lo que pudo sentir con rapidez la sensación de vacío. No pudo evitar sentir una mezcla de incomodad y miedo ante toda la escena, pues nunca antes había estado en una situación parecida o al menos no lo recordaba.

     

    Cuando perdió por completo el control que ejercía sobre su cuerpo supo que, definitivamente, las cosas no iban a salir para nada bien. Y al estar prácticamente atada, y sin posibilidad de moverse, contra una silla, empeoraba las cosas. De momento su estado era de sorpresa y debilidad, porque estar amarrada de esa manera le generaba mucha frustración, lo que probablemente se convertiría en enojo si no lograba controlarse.

     

    Al escuchar las preguntas frunció el ceño. ¿Todo eso era para averiguar los motivos que la unían al bando? ¿Y si realmente no tenía alguno? ¿La mantendría allí hasta encontrar una razón? Se removió en el lugar, o al menos eso intentó mientras trataba de pensar, quizás solo tenía que mentir o decir cualquier cosa para satisfacer a su madre, pero algo en su interior le decía que no iba a ser tan sencillo.

     

    — ¿Y qué pasa si no tengo un motivo o lo que digo no te convence?— preguntó, tratando de mantener un tono de voz neutro y estable, pero su voz sonaba algo temblorosa— ¿Acaso vas a torturarme?— y mientras esperaba una respuesta, trataba de pensar en los motivos que la habían llevado a elegir no solo el bando, sino el ser fiel a esos ideales.

     

    A su mente llegó el pensamiento de que no le agradaban los muggles, aunque no estaba segura de sí eran ellos o los adultos en general, pero de tan solo recordar por lo que la habían hecho pasar en un orfanato en el cual había tenido que pasar varios años de su vida, sus sentimientos cambiaron por completo, ya no se sentía asustada. La ira que sentía hacia esos seres hizo que sus ojos cambiaran de color marrón a verdes, dándole control total de su cuerpo al demonio que la poseía.

     

    —Espero que no se te haya ocurrido pensar que mi decisión al bando fue debido a la familia porque quiero que sepas que me importan un bledo los ideales de tu familia. Nunca estuviste para mí, o bueno para ella, es lo mismo— comenzó a hablar al tiempo que una sonrisa se formaba en su rostro, mientras clavaba sus ojos en los de Mia—El único motivo que encuentro en este momento es mi odio hacia los muggles, se podría decir que es motivo suficiente para decidir luchar de este lado…

     

    En su interior, la Black Lestrange estaba luchando para poder recuperar el control, pues sabía perfectamente que cuando el demonio lo hacía las cosas se salían de control, mucho más que cuando ella misma las decía o hacía, pero de momento iba perdiendo la batalla interna, aunque todo lo que estaba diciendo era verdad.

     

    — ¿Si sabes que sea cual sea la magia que uses no me afecta, verdad?— al decir eso no pudo evitar reír entre dientes, mientras se liberaba de una de las cadenas que apretaba su brazo—Pero te seguiré el juego, espero que sea divertido y no me hagas perder el tiempo.

     

    Off:

     

    Como acordamos, mañana edito para dejar el resto de la tarea :3

  6. <<No son muchas personas>>. Trató de convencerse a sí misma mientras decidía a último momento si asistir o no a la fiesta que se celebraría en la tienda del Mall para el director, debido a que no estaba del todo segura si era una buena idea ese tipo de celebraciones entre compañeros de trabajo, ¿Qué pasaría si empeoraban las cosas? ¿O si había un accidente o algo por el estilo? Además que suponía que al tratarse de un evento organizado fuera del horario de trabajo no podían despedirla por no asistir o por si pasaba algo, ¿o sí?

     

    Finalmente cuando todas las ideas se parecieron aclararse en su cabeza, o al menos de momento, se dirigió a su armario. A decir verdad no tenía mucha ropa “formal” o de la que normalmente usaban para las fiestas, por lo que optó por un vestido azul Francia que había comprado hace años y que nunca le fallaba, con unos zapatos negros que la hacían parecer unos centímetros más alta de lo normal. Se dejó el cabello suelto y unos minutos después apareció en el callejón diagón.

     

    Cuando estuvo a unos centímetros de la puerta se arrepintió nuevamente; por lo que tomó aire con fuerza, recordando que probablemente habría alcohol, e ingresó al lugar. No podía negar que de noche se veía completamente distinto y sobre todo con las decoraciones que tenía.

     

    —Buenas noches—saludó a los presentes con una sonrisa que esperaba se hubiese notado— ¿Necesitan ayuda con algo?— preguntó.

     

    Quizás con algo más de suerte tendría alguna actividad con la cual distraerse y evitar sentirse incomoda ya que no trataba mucho con sus compañeros, de hecho solo los había cruzado un par de veces con anterioridad pero no era cercana a ninguno y eso era lo que la incomodaba más.

     

    Miró a su alrededor tratando de ocultar su nerviosismo mientras esperaba una respuesta. <<Ni siquiera te sabes sus nombres>>, al parecer la voz dentro de su cabeza no dejaría de molestarla en toda la noche.

  7. La Black Lestrange había recibido la carta que indicaba el horario de la reunión con varias horas de anticipación, la dejó en una esquina de su mesita de luz ya que no estaba del todo segura si tenía ganas de asistir o no, después de todo, la experiencia de la primera convocación no había sido grata y algo le decía que por ser la segunda no iba a ser distinto.

     

    Se tumbó en la cama quedando boca arriba y mirando hacia el techo mientras pensaba. Por un lado sentía la obligación de ir, algo así como un deber, pero por otro lado el hecho de que la persona que la convocara fuera su madre no le agradaba en lo absoluto. Se frotó los ojos con fuerza, como si eso pudiera ayudar a sacar la frustración que sentía en el momento y se sentó en la cama mirando su reloj de muñeca. Solo faltaba media hora para el encuentro y estaba convencida de que llegaría tarde, aunque mucho no le importaba.

     

    Guardó su varita en el bolsillo izquierdo de su pantalón de jean y salió al jardín de la mansión Black Lestrange. Minutos después, usando la aparición, se encontraba en una de las estaciones de tren donde este haría una parada, por lo que decidió esperar sentada en un banco pequeño que se hallaba cerca de las vías del tren.

     

    Se levantó de golpe cuando vio que el vehículo frenó, se subió a la pequeña escalera sosteniéndose de la baranda. Tras varios intentos por abrir la puerta se dio cuenta de que o se trataba de una puerta falsa o simplemente se había equivocado de vagón. —Pero que diab…—Susurró al notar que el tren comenzaba a moverse, retomando a los pocos segundos su velocidad original. Rápidamente agarró su varita y logró conjurar un hechizo que le permitió romper el tren en un agujero lo suficientemente amplio como para dejarla entrar.

     

    Una vez dentro notó que la luz era tenue, apenas podía distinguir los objetos a su alrededor, pero fue cuestión de tiempo hasta que su visión se acostumbró a la falta de luz cuando finalmente fue capaz de distinguir siluetas. Se acercó a pasos lentos, con su varita en mano, y al notar que eran rostros conocidos la guardó nuevamente en su bolsillo.

     

    —Lamento la demora—. No estaba muy convencida de realmente sentirlo pero simplemente eran palabras a las que ya estaba acostumbrada. — ¿Qué diablos?—Al darse cuenta de que dos personas estaban prácticamente encadenadas y retrocedió un poco, comenzaba arrepentirse de haber acudido. —No creas que dejaré que me hagas eso—esta vez se dirigió a su madre mientras frunciendo levemente el ceño, llevaba una mano hacía atrás, apretando su varita con fuerza.

     

     

    Off:

     

    -¿Qué espero al finalizar esta tutoria? Mejorar en el rol y poder tener una mejor idea acerca del perfil mortifago, me cuesta mucho definir el perfil :c
    -¿Cuál es tu opinión acerca de la propuesta de la temática de la tutoria? Me gusta, la encuentro un poco difícil de rolear porque supongo que incluye flashbacks, si no es así no entendí por completo la idea xD.
    -¿Qué te cuesta más trabajo al hacer el rol? Sinceramente depende el día, a veces me parece que me falta describir más que es lo que piensa/siente el personaje y otras lo encuentro vacío, como si le faltaran acciones o cosas así, no se como explicarlo del todo bien.

  8. La Black Lestrange simplemente se limitó a asentir y a sonreír levemente ante lo que su hermano le decía de ayudarla. La verdad era que si necesitaba un poco de ayuda, en realidad mucha, y no sabía a quién pedírsela; cualquier persona acudiría primero a sus padres pero como no era muy cercana a Mia decidió que su hermano era la mejor opción, además de que parecía una persona con bastante paciencia.

     

    —No creo que te diga nada, supongo que entenderá que estabas tan emocionado por verla que olvidaste que estabas en pijamas— respondió sarcásticamente con una sonrisa burlona.

     

    Sinceramente no tenía ganas de ir a saludarla, pero con la sola insinuación de magia oscura sus ojos se iluminaron, haciendo que sonriera ampliamente con una expresión que podría interpretarse como felicidad y un poco de asombro. Rápidamente asintió con la cabeza y se levantó de golpe, mareándose un poco pero recuperando el equilibrio al poco tiempo.

     

    —Está bien, pero solo voy si tú vas en pijama.

     

    Se acercó a su hermano sonriendo, lo agarró por el brazo y lo tiró con fuerza fuera de la habitación para cerrar la puerta tras de sí. Apretó su brazo con más fuerza para asegurarse que no se escapara o algo por el estilo mientras lo arrastraba por el pasillo caminando tan rápido como podía para alejarse de las habitaciones.

     

    En el camino le preguntó a la elfina por su madre y esta les indicó el camino amablemente. Al llegar no solo se encontró con Mia en la sala, sino que también estaba Alegna y una chica que no conocía.

     

    —Buenos días— saludó a todos los presentes con una leve sonrisa. —M…— se detuvo en seco y miró a su madre, sinceramente en todo ese tiempo no había descifrado como se suponía que debía llamarla. Sus únicas opciones eran “madre”, “mamá” o “Mia”, pero finalmente optó por la última palabra. —Mia— dijo en un tono que esperaba sonase inexpresivo. —Eobard me acaba de decir de decir que me enseñará artes oscuras, ¿No crees que es un buen hermano?— soltó mirando a su hermano de reojo.

     

    @ @@Mia Black Lestrange

    • Me gusta 2
  9. Encontró una notita pegada en la puerta de su habitación, ¿Desde cuándo los magos usaban notitas para comunicarse? Se encogió de hombros y la abrió puesto que estaba doblada en dos. Sonrío al ver el contenido puesto que hace meses que no tenía un enfrentamiento mágico y había perdido la práctica, por lo que estaba segura que o la haría querer duelear más seguido o no hacerlo nunca más en toda su vida.


    Se vistió con un short de jean y una remera, sin nada en los pies. Debido a la ubicación le pareció lo más cómodo para la ocasión, además de que aquello le permitiría movilidad y a la vez pasar de ser percibida entre los muggles. Todavía tenía dos horas libres antes de tener que presentarse. Ocupo ese tiempo repasando los hechizos y encantamientos que conocía y había aprendido. Se sorprendió de sí misma al notar que recordaba bastantes, por lo que solo tenía que asegurarse de utilizarlos correctamente.


    Al desaparecer, como siempre, la horrible sensación de una fuerza invisible tironeándola por el ombligo hizo que se mareara un poco y cayera, segundos después, en la playa. Bufó al notar que se había llenado las piernas de arena, siempre había odiado esa sensación y sabía que tardaría horas en sacársela, por lo que simplemente decidió ignorar ese hecho y pararse con su varita en mano.


    El ambiente era bastante lindo, faltaba poco para que anocheciera y el detalle de la delimitación del cuadrilátero con antorchas le pareció bastante lindo. Entre medio de ellos había caracolas y conchillas de varios tamaños que probablemente les serviría en algún momento del duelo. También estaba segura que en el lugar había escorpiones o arañas, solo que o no lograba verlos porque no había prestado mucha atención o porque estaban escondidos.


    —No me gusta la playa, pero estoy lista—. Contestó con una sonrisa y apuntando con su varita hacía su hermano—. Langlock— habló al mismo tiempo, por lo que estaba segura que ambos rayos darían en su objetivo. Su intención con ese encantamiento era que no pudiera hablar por un periodo corto de tiempo ya que su lengua se pegaría a su paladar. El rayo impactó en su pecho haciendo que sintiera un poco de dolor y entró en un estado de confusión.


    @

    • Me gusta 2
  10. Agarró un pequeño caramelo con forma de canica del recipiente de las golosinas. Al principio parecía que se trataba de uno de esos caramelos ácidos, pero tras jugar con este se dio cuenta que probablemente era el más dulce que había probado hasta el momento. No es que no le gustase la comida dulce, pero no soportaba cuando probaba algo con una cantidad excesiva de azúcar. Y fue por eso que bebió casi todo el vaso de agua en cuestión de segundos.

     

    —Bueno, supongo que es normal que no toleren el uso de magia oscura. Aunque no es bueno dejar de hacer algo que te sale bien aunque esté prohibido, ¿no?— preguntó, aunque realmente no era una pregunta.

     

    Todavía seguía sin entender del todo la magia oscura y la verdad es que tampoco había leído mucho al respecto a pesar de que le llamase la atención. Quizás algún día podría pedirle a Eobard que le enseñara un poco, después de todo parecían llevarse bien y podrían usarlo como excusa para pasar el rato.

     

    —Físicamente puede que estés en lo correcto— comenzó, la verdad es que era un tema bastante difícil de explicar ya que ni ella lograba comprenderlo del todo—Pero en realidad, si no me equivoco, tengo ciento veinte años— no sabía cómo iba a reaccionar su hermano ante aquello, pues hasta el momento suponía que él era humano.

     

    —Pero creo que he sido yo misma durante diecisiete o dieciocho años— explicó tras unos segundos de silencio, aunque era obvio que eso no aclaraba las cosas—Cuando tenía doce años escapé del orfanato en el que estaba, la vida en la calle tampoco era muy linda pero era mejor que ese lugar— bebió un poco de agua para poder continuar—Tiempo después de haber escapado un demonio se apoderó de mi cuerpo, aún sigue dentro de mí, pero logré recuperar el control después de cien años.

     

    Lo que más le molestaba de todo ese asunto era que apenas recordaba lo que había pasado en esos cien años. A veces tenía pequeños flashes de esas memorias que parecían estar ocultas en su cabeza, pero ninguna era lo suficientemente nítida para formar una historia coherente. Su única teoría es que no podía recordar debido a que él demonio todavía seguía con ella.

     

    —Fue difícil despertar en un lugar y época desconocida, pero llegué hace unos años a Londres en busca de una familia. Aunque no esperaba encontrar a mi familia sanguínea, ni mucho menos esperaba ser una bruja—. Una vez que terminó se sorprendió al darse cuenta que no había sido tan difícil como ella creía hablar del tema con alguien. —Casi lo olvido, si alguna vez ves que mis ojos cambian a color verde, ten por seguro que no soy yo. Es como una batalla interna todos los días— suspiró.

     

    A veces se cansaba de la presencia del demonio, porque en realidad tenía una voz dentro de su cabeza, solo que no era su conciencia. A veces no tenía ganas de las batallas constantes, pero se había prometido a si misma años atrás que no iba a permitir que se apoderase de su cuerpo por tantos años.

     

    —Y descuida, siempre podrás ser el hermano mayor— le dijo con una sonrisa, pero sus palabras eran ciertas, todavía se seguía sintiendo como si fuera una niña.

     

    En ese momento una elfina, que supuso que pertenecía a Mia debido que ya la había visto en varias ocasiones sirviendo a la mujer. Les informó que su madre estaba en la mansión, ¿Pero que se supone que debía hacer con esa información? ¿Acaso debería ir a recibirla con los brazos abiertos? ¿O solo era un aviso? Miró a su hermano, quizás él sabía lo que debían hacer, por lo que lo dejaría decidir.

     

    — ¿Se supone que hay que ir a saludar?

     

    @

    • Me gusta 1

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.