Morrighan McKenna

*Entra con vergüenza* Ok, ahora sí que me superé en colgadez, perdón :c Vengo a avisar que ya mandé la tarea, porque mejor tarde que nunca, supongo, jajaj. En fin, aprovecho también a decirles que por favor no me esperen, sigan con lo suyo, y si Ani me lo permite me voy a ir poniendo al día a medida que pueda. Ando con un montón de cosas en la cabeza y si bien me encantaría seguir y quiero hacerlo lo más al día posible, no quiero que se atrasen por mi culpa. Creo que eso es todo, así que ya me retiro <3

¡Anni! Según había entendido, me dijeron que tu tutoría no se iba a abrir, así que organicé toda mi vida dejando al foro muy al costadito. No me gusta comprometerme a cosas que no voy a hacer, de manera que pienso tomar la tutoría igual, pero tenganme un poco de paciencia que estoy en una época difícil y debo reorganizarme. Mañana sin falta te dejo la tarea, perdón la tardanza, voy a intentar ir más al día.

PD: Me gustó la primera consigna

Unas primeras luminiscencias comenzaron a aparecer entre las nubes. ¿Sería el sol que estaba saliendo? Morrighan se detuvo unos segundos a mirar el cielo, temiendo que el halo blanquecino tomara forma y terminara anunciando que tenían visitantes indeseados y debían correr a ponerlos en su lugar. Al cabo de unos segundos la luz se desvaneció, confirmando que ningunas de las sospechas de la bruja había estado acertada, y devolviéndole la calma. Cuando los primeros rayos de sol comenzaran a aparecer, los muggles de la ciudad comenzaría a salir de sus casas, y para ese momento ella ya no quería estar ahí. Por más que tuvieran un hechizo de protección, los riesgos eran demasiados.

La vibración de su varita volvió a traer su mente al duelo. Era peligroso distraerse durante un combate, pero peor habría sido si se hubieran distraído de la verdadera amenaza. Por suerte no había sido así, de manera que Morrighan dijo - Orchideus - y de su varita salieron decenas de florecillas, que cayeron al asfalto como copos de nieve. Era irónico que hubiera usado un hechizo que invoca flores para deshacerse de otro hechizo que tiene el mismo fin. Lo importante era que ya estaba libre de los efectos de su padre, aunque su pantera seguía en peligro.

Seguramente faltara poco para que el mago pudiera dar vuelta el duelo y sacar la ventaja, pero por el momento ella llevaba la delantera. O al menos eso creía. - Oppugno - dijo apuntando al águila de su padre antes de que pudiera siquiera rozar a la invocación de la bruja. - Vamos, ocurra lo que ocurra no pierdas tu objetivo. Ya sabes dónde está, puedes oírlo y puedes olerlo. Ahora al cuello - le dijo al felino - Y tú - ahora dirigiéndose al ave - atácalo y asegúrate de que nada interfiera entre ustedes y él.

Se preguntó si sonaría muy chocante para su padre oírla decir aquello, o podría poner en contexto sus palabras, o ambas. No había ni una gota de arrepentimiento, pero sabía cómo algún duelo había roto relaciones que se habían declarado como irrompibles. No estaba preocupada por ello, ya que sabía que tanto Elvis como ella tenían las neuronas necesarias para no dejarse herir por un simple entrenamiento. Sin embargo, se río de aquellos tontos susceptibles mientras observaba a sus queridos animales arremeter contra su persona favorita. Aquella imagen se sentía casi como una obra de arte de la cual sólo ella era capaz de interpretar su belleza.

Al abrir los ojos Morrighan los sintió entumecidos. Otra vez había estado llorando y su cuerpo le estaba pasando factura al día siguiente. No necesitaba pensarlo conscientemente, ni mirar un calendario para tener muy presente que aquel día se cumplía un año más desde la pérdida de su hermana adorada. Aquel día tan especial ameritaba que volviera a usar su collar. Generalmente prefería no sacarlo de la casa por si algo llegaba a sucederle, pero en aquel día para tenerla más cerca siempre lo llevaba colgado al cuello. Hacía ya demasiados años que no la veía, y cada día que pasaba la extrañaba como si fuera el primero. Alguien le había comentado que existía un objeto para poder revivir los recuerdos, o algo por el estilo, por lo que aún con los primeros rayos del sol, la bruja se calzó su capa y salió.

Montó en su escoba de regreso al lugar donde la había obtenido: El Magic Mall. No era la primera vez que se encontraba con aquella imponente construcción, de manera que dejó su Nimbus estacionada afuera y entró derecho a la primera planta. Esta vez no se detuvo a mirar los planos y tampoco husmeó por la tienda para ver si había algo más que le interesara. - Quiero un pensadero. - Su tono fue imperativo y nada amable a quien aparentaba ser el encargado de las ventas del lugar. No tenía ganas de andarse con rodeos ni cuidar sus modales. Necesitaba volver enseguida a su casa y poder ver esa sonrisa que iluminaba cada uno de sus días y que hacía demasiado tiempo se había apagado.

Mientras esperaba a que se realizaran los trámites miró alrededor suyo y algo llamó su atención. Al lado del mostrador había un objeto metálico que contenía varios engranajes, algo que no se veía mucho en el mundo mágico. - ¿Y esto qué es? - Preguntó en voz baja, no esperando realmente una respuesta. - Soy un Águila de la Sabiduría - Le respondió el objeto, moviendo su pico, y gracias a el mecanismo que lo impulsaba - Puedo ayudarte a tomar decisiones acertadas en momentos difíciles y resolver los más complicados dilemas en tan sólo unos segundos.

La joven no podía creerlo. Sin darse cuenta había aflojado la mandíbula inferior, dejando la boca un poco entreabierta. Ni siquiera esperaba que el vendedor le prestara atención, mucho menos que el objeto mismo le respondiera. Había logrado captar su atención completamente, distrayéndola de los recuerdos que la atormentaban - Entonces dime, ¿debería comprarte? - Un minuto de silencio pasó antes de que el águila respondiera a su pregunta: - Eso no sería prudente hasta no conseguir una fuente de galleones, pero en el futuro vas a enfrentarte a muchos dilemas que yo podría ayudarte a resolver si me llevas contigo. - Nuevamente todos callaron. Lo más esperable era que tratara de convencerla por cualquier medio, pero en vez de eso le había dicho la verdad. Dirigiéndose nuevamente al empleado, agregó: - Llevaré a este también.


ID: 118825
Nick: Morrighan McKenna
Nivel Mágico: II
Link a la Bóveda Trastero: 108112
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda nº 104620

Fecha: 2016-05-05

Nombre del producto: Pensadero
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
Catalogación: AAA
Puntos por unidad: 40
Precio: 2000

Nombre del producto: Águila de la Sabiduría
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
Catalogación: AAAA
Puntos por unidad: 80
Precio: 4000


Precio total: 6000
Total de Puntos: 120

La noche cada vez se iba poniendo más fría, y unas gotitas de lluvia comenzaban a caer débilmente y golpear las ventanas de la iglesia más importante de la ciudad, formando nuevos diseños en sus vidrios de colores. Por algún motivo aquellas figuras divinas que se encontraban dentro y fuera del edificio siempre le habían parecido algo tétricas. Nunca había entendido como alguna gente podía adorar a aquellas personas, cuando podía adorar a los árboles que les daban cobijo y purificaban el aire, al agua que es la principal fuente de vida, o al fuego con su perfecto equilibrio entre el control y el caos. Esos eran sus dioses, los elementos y la naturaleza. Sus dioses eran tanto la vida, como la muerte.

Un escalofrío recorrió su cuerpo debido a las bajas temperaturas, y acomodó un poco su ropa, con la intención de generar un poco más de calor. Se preguntó cuánto tiempo habría pasado. Todavía el cielo estaba oscuro, de manera que supuso que todo estaba pasando más rápido de lo que parecía. Tanto, que en el fervor de la batalla había dejado pasar una picadura de su propia serpiente, aquella que tontamente había pateado en un intento improductivo de deshacerse de ella. El animal no sólo no murió, sino que regresó por la venganza, y al final consiguió su objetivo. Su visión comenzaba a nublarse parcialmente, recordándole que ya había dejado pasar demasiado tiempo, por lo que la bruja dijo - Morphos

Ya era un movimiento predecible en ella y todos los magos y brujas de Ottery. Estaban envenenados, así que convertían su calzado en el antídoto, y lo tragaban. Siempre era así, y en esa ocasión no había sido distinto. La bruja hizo una mueca al sentir el piso helado contra su pie, y agarró la túnica del piso. No había necesitado golpear a la serpiente ni nada por el estilo, el tiempo había hecho su trabajo nuevamente. No sólo la serpiente ya no estaba bajo el poder de su padre, sino que directamente había vuelto a su forma original luego de concluir con su tiempo límite. Era un alivio, dañar a un animal, por más que fuera simplemente una creación mágica, siempre le producía una sensación desagradable en el estómago.

Educado como siempre su padre le hizo una reverencia. No estaba segura por qué, de manera que no la devolvió y tampoco se gastó en cuestionarlo. Elvis había sido inteligente al protegerse con un aqueora mientras podía, aunque ella se lamentaba un poco de que parte de su potencial, la parte de curación, se había visto desperdiciada.Y tan sólo unos minutos más tarde también aquel escudo se había desvanecido, aunque mientras la bruja terminaba de sentir al bezoar bajando a su estómago, notó que su padre no perdía el tiempo. Tan negro que había visto el cielo hacia tan solo unos segundos, ahora todo lo que veía era blanco. Perfecto y penetrantemente brillante blanco.

- Corpus Patronus - Su voz sonaba convencida. Los ojos le ardían ante tanta intensidad lumínica, pero sabía que el efecto pasaría pronto y no valía la pena preocuparse por ello, sobre todo al tener alguien más que pudiera encargarse de ver por ella. En este caso, nuevamente un animal, una pantera negra, corría ya hacia el mago. A pesar de su gran tamaño, posiblemente en la oscuridad de la noche lo único que alcanzaría a distinguirse eran sus grandes ojos verdes, pero era algo que la bruja por el momento sólo podía atreverse a imaginar. Con órdenes de desgarrar la ropa de Elvis y arañar su cuerpo, las garras retráctiles del felino se preparaban para salir en cuanto sus patas estuvieran en el aire, justo frente a su objetivo.

Elvis estaba justo donde lo quería. Un movimiento de su varita y ella sería considerada la ganadora. Si antes había tenido dudas ahora ya no le quedaba ninguna. Sonrió a su padre y apuntando con su varita pensó cuál de los hechizos usados anteriormente iba a decir para evitar que creara su bezoar, pero cuando tuvo que hablar sólo le salió decir - Limitate - "Vamos, ¿qué pasa? Eso no era parte del plan" dijo ahora para sus adentros. Había perdido su oportunidad de ganar, ya que por más molesto que fuera estar limitado como estaba ella hasta hacia unos segundos, vio al mago tragar la cura del veneno y quedar curado. Su gesto, que antes había tenido un gesto de arrogancia, se convirtió en uno más amable, a pesar de todo.

No sabía qué era lo que le había pasado luego de aquel viaje. Se notaba distinta y teniendo actitudes que hacia unos meses ni se habría imaginado que tendría. ¿Podría llamarle crecer o madurar? ¿O simplemente sería que se estaba acostumbrando a la gente de Ottery y a la Orden? La verdad era que no lo sabía, pero tampoco se sentía tan mal. Era lo que sus compañeros de bando esperaban ver, pero en el fondo ella esperaba que hubiera sido un desliz, o inconscientemente buscaba una forma de prolongar más el duelo. Ser piadosa a veces podía ser un error, si no se es con la persona correcta. De cualquier manera, en este caso no tenía dudas de que su padre habría hecho lo mismo con ella y el duelo seguía. Ahora podría aprovechar y probar nuevas estrategias.

Una vibración en la varita le había avisado que el efecto del limitate que le había enviado su padre había concluido, por lo que Morrighan aprovechó para hacer un - Crece-uñas - antes de que pudieran quitarle el gusto de nuevo de hacer rayos e invocaciones, como ella lo había hecho luego con su padre. Las palabras sonaron firmes y así salió el hechizo desde su varita directo hacia las manos del mago. Ya podía imaginárselo con unas uñas más largas que las de las brujas de cuentos. Así sería el primer turno, pero luego directamente le crecerían tanto que no podría sostener ni su varita, por lo que le convendría solucionar ese problema antes de poder continuar. Ella no iba a darle una segunda oportunidad.

"Esto es pura basura, ya vámonos" escuchaba Morrighan una voz lejana dentro de su propia cabeza que le hablaba con una voz conocida. Con una amplia sonrisa y los párpados algo caídos la bruja avanzaba sin detenerse detrás de los magos a los que inicialmente seguía en secreto, y luego con invitación. Una vez llegado al claro, se despidieron y la bruja quedó sola en medio de un grupo de gente. Miró a su alrededor pero todos parecían estar demasiado entretenidos entre ellos como para notar su presencia, de manera que debería acercarse a alguno. "Ni lo sueñes" repitió sin éxito, ya que su cuerpo seguía avanzando por voluntad propia, contrario a lo que su razón le dictaba.

Ya había encontrado su objetivo, e iba directo hacia allá. Una muchacha se encontraba a unos pasos de ella, con otra en camino. Si iban a armar una conversación, bien podría Morrighan unirse a ellas aunque no las conociera y no tuviera idea de si entre ellas se conocían o si querían hablar en privado. Qué más daba, era un lugar demasiado público para andarse con secretos, e incluso quizás le compartieran alguno también a ella, de manera que no se sintió para nada incómoda al acercarse. - Hola, soy Morrighan - les dijo atropellada la joven cuando finalmente se encontró a su lado. - Que lindo todo ¿verdad? Esto es una verdadera celebración.

"¿Qué rayos está pasando? La poción tomó poder sobre mi cuerpo, necesito ayuda" Estaba desesperada por dentro, pero por fuera no transmitía más que entusiasmo y una mezcla de relajación con una energía intensa. No se comportaba como ella misma. Lo había intentado, pero no había podido hacer nada para recuperar el control sobre su cuerpo, y a su vez, tampoco podía acallar a su mente que se resistía a estar allí. Debía admitir que el bosque prohibido tenía su encanto, y la temática celta resultaba atrayente, pero más allá de no haber sido invitada, tanto blanco ya comenzaba a dañarle los ojos. - ¿Ustedes cómo se llaman? ¿Son estudiantes de Hogwarts? ¿Alguien les pidió su invitación?

"Ya cállate, maldita impostora" Con tanta sonrisa y tanta desesperación por que alguien se relacionara con ella. Le daba vergüenza ajena y asco estarse comportando así. Sólo esperaba que alguien que la conociera llegara rápido y notara que algo no andaba bien, y así puediera terminar con toda esa farsa. Mientras tanto, debía ser una simple espectadora de aquello que veía más como una película que como parte de su propia historia.

@@VioletteMoon @

"¿Qué es esto?" Dijo mirando su vaso ahora vacío. "Quizás... quizás no debí haberme tomado eso" Estaba algo mareada. Todo le daba vueltas y en su estómago algo no andaba bien, pero se sentía mejor que nunca. Morrighan solía ser impulsiva, pero en este caso había sido puramente distracción lo que la había llevado a agarrar un frasco de la cocina, verterlo en un vaso, y tomarlo. Se moría de sed, pero ahora no sabía si estaba envenenada o qué, ya que no parecía agua aquello que había tomado. Trató de calmarse, pero cuando su sentido racional trataba de aflorar, descubrió que no estaba en absoluto preocupada. Era cierto que era poco probable que hubiera algo peligroso tan al alcance de cualquiera en la Mansión, pero era algo más lo que le ocurría. Una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro, y sus músculos comenzaron a aflojarse. Era un lindo día para salir a pasear.

No sabía bien cómo, pero entre una cosa y otra, había encontrado a unos estudiantes que le habían agradado, y decidió seguirlos. En su cabeza todo era como una misión secreta, por lo que procuró no ser vista, pero debía descubrir hacia donde iban. En todo caso, si se enteraban, diría que iba justo para el mismo lado que ellos. No había margen de error. Movió la varita y trasformó su vestido corto negro, en uno largo hasta el piso blanco y de una tela más liviana, para estar a tono con el resto del grupo al que seguía. No tenía idea de quiénes eran, pero parecían estarse preparando para una gala, y ella definitivamente no quería perdérsela, aunque no tuviera idea de qué se trataba.

- ¡Oye! - Gritó uno de los chicos al darse vuelta y encontrarse a la bruja tras ellos. - "Oh no" Pensó Morrighan "Ya me descubrieron. Tengo que pensar algo rápido..." - ¿También vas a la fiesta de Ostara?

- Ah, sí, sí. Justo venía detrás de ustedes para preguntarles dónde era. Es que no me ubico bien por estos lados, así que... pensé que con esa ropa quizás irían para el mismo lado que yo y podrían ayudarme.

- Claro que sí - Otra bruja se acercó hacia ella animadamente y la agarró del brazo. - Ven con nosotros, te ayudaremos a llegar.

No sabía cómo es que había tenido tanta suerte, pero se había salvado. Aquel grupo de chicos era más amable todavía de lo que imaginaba, y esperaba que pudiera entrar a ese lugar donde iban. Luego de un rato de caminar, comenzó a oscurecer, por lo que varios de ellos encendieron sus varitas para alumbrar el camino. Se veían muchos más puntos iluminados delante de ellos, pero no podía calcular exactamente la distancia. Estaba ansiosa por llegar y ver lo que ocurría. Estaba tan emocionada que ni siquiera reparó en que aquel comportamiento no era normal en ella. Siguiendo gente desconocida, hacia un lugar donde posiblemente habría más gente. Cualquiera que la conociera sabría que la bruja estaba fuera de sí, pero a ella le importaba tan poco que ni siquiera se había detenido a pensarlo. Sólo esperaba que en la fiesta hubiera buena comida.

Hola, venía a pedir avy pero como veo que llegué muy tarde, aprovecho a decir que me encantaron un montón las firmas *-* Ya lo había dicho por WhatsApp pero quiero felicitarlos de nuevo por acá así todos los que estuvieron con esto lo leen. Muchas gracias a todos por tomarse el trabajo, y la idea de tener firmas para toda la ODF me pareció genial también. Y la temática <3 Sí, sí, la emoción, lo sé u.u Bueno, ya me estoy poniendo demasiado amorosita y se entendió el punto, así que me voy :B o/

La brisa ahora que ya no tenía abrigo comenzaba a sentirse cada vez más penetrante. La bruja dio unos saltitos para sentir a su sangre corriendo nuevamente por sus piernas, luego de que comenzaran a hormiguearle. Su estrategia había dado resultado y ahora no tenía animales amenazándola, salvo por su propia víbora que se había vuelto en su contra luego de que su padre la hechizara. Era una suerte que aquellas gruesas botas de cuero que llevaba puestas protegieron sus pies al patear al animal antes de que pudiera envenenarla. En el aire el cuerpo escamoso se volvió nuevamente una túnica, pero esta vez no quedó a su lado, sino un poco más allá. El viento había ayudado a correrla con un destino azaroso.

- Silencius - antes de que su padre pudiera terminar de hablar, sus cuerdas vocales dejaron de vibrar dejando sus intenciones a la mitad. No había podido pronunciar el morphos, por lo que no había un bezoar para poder tragar, o al menos esas creía Morrighan que eran sus intenciones. La avispa marina había muerto inmediatamente luego de envenenarlo pero el tóxico todavía continuaba en su sangre, de manera que tendría que curarse pronto. - Floreus - Su siguiente movimiento también se vería anulado. Según sus cálculos, Elvis se encontraba acorralado y su destino estaba en manos de su hija. No podía creerlo ¿realmente estaba pasando así o es que estaba soñando? Una sonrisa de orgullo se dibujó en su cara, aunque algo le decía que su padre encontraría la manera de escapar de aquello.

Le hubiera gustado más poder enviarle un Sectusempra, y por unos minutos lo había considerado, pero enseguida una parte de ella le recordó que aún seguía bajo los efectos de los primeros hechizos de Elvis, por lo que esa no era una opción. Según sus cálculos, quedaba poco tiempo de efecto, pero estaba molesta por haber pensado un movimiento que parecía más ingenioso, y no poder llevarlo a cabo. "Ahora en vez de verlo sangrar lo veré tirando flores celestes con su varita..." Al menos si los planes de el mago no consistían en darle un presente floral a su hija, sus intenciones se verían frustradas. Cuanto más lo pensaba, más decepcionante se volvía, por lo que con un bufido volvió a concentrarse en el veneno. El plan seguía en pie, y al parecer Morrighan tenía cierta ventaja. Estaba quieta, expectante. Sus músculos se habían tensado mientras trataba de pensar si había cometido algún error y cómo él podría aprovecharse de eso, pero se sentía confiada.

http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Consumibles en Batallas http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1

Nombre:
Descripción: Tarjeta
Categoría:
Precio pagado:
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Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario.

http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Poderes de Criaturas http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1

Tipo de Poder:
Descripción: Tarjeta
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Fecha de adquisición:
Licencia de uso:

http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Libros de Hechizos http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1

Nombre: Libro del Aprendiz de Brujo
Descripción: Tarjeta
Nivel: 1
Precio pagado: 1000 G
Puntos obtenidos: --
Fecha de compra: 26.03.2016
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Habilitado para su uso: Si

http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Criaturas Mágicas http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1

Nombre producto:
Descripción: Tarjeta
Categoría:
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Criaturas en la Reserva:

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Nombre producto:
Descripción: Tarjeta
Categoría:
Precio pagado:
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http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Objetos Mágicos http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1

Nombre producto: Varita Mágica
Descripción: Tarjeta
Categoría: AA
Precio pagado: Gratuita
Puntos obtenidos: 20
Fecha de compra: 27.08.2016
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Nombre producto: Nimbus 3000

Descripción: Tarjeta
Categoría: AA
Precio pagado: 1000 G
Puntos obtenidos: 20
Fecha de compra: 18.02.2016
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Nombre producto: Anteojos Alfa

Descripción: Tarjeta
Categoría: AA
Precio pagado: 1000 G
Puntos obtenidos: 20
Fecha de compra: 18.02.2016
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Nombre producto: Águila de la Sabiduría

Descripción: Tarjeta
Categoría: AAAA
Precio pagado: 4000 G
Puntos obtenidos: 80
Fecha de compra: 05.06.2016
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Nombre producto: Pensadero

Descripción: Tarjeta
Categoría: AAA
Precio pagado: 2000 G
Puntos obtenidos: 40
Fecha de compra: 05.06.2016
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Total puntos en Objetos: 180

http://i.imgur.com/3efYkkD.png Indice de Bienes http://imgur.com/wWQg5Cb.png

Objetos Mágicos:

Pociones Mágicas:

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Clasificación:
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Criaturas en la Reserva:

Criatura:
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Libros de Hechizos:

Libro: Libro del Aprendiz de Brujo

Nivel: 1

Poderes de Criaturas:

Tipo de Poder:

Consumibles en Batallas:

Nombre:
Descripción:
Categoría:

¡Hola! Ehm, perdón si es que no estoy en el topic correcto, pero quería preguntar si había algún problema con mi bóveda. Yo la abrí entre el 13 y el 14 de Marzo, y todavía no la veo por ninguna parte. No sé si es que hice algo mal o simplemente los moderadores andan atrasados. En cualquier caso, me gustaría saber el motivo, para que si fue un error mío poder solucionarlo y sino tener un poco más de paciencia. En fin, gracias de adelantado y espero que pueda resolverse pronto. Perdón las molestias.

¡Hola! Como que no entiendo nada de Nintendo pero vengo porque Bel me pidió y bueno, no puedo negarme si ella me lo pide (?) Estuve mirando y Pokemon pertenece a Nintendo, y como ya pidieron a Charizard, quería pedir otro que amo con todo mi corazón (?). En fin, espero que no me golpeen por muggle de Nintendo (ya dije Nintendo un montón de veces ) y se pueda hacer. Excelente idea la de las firmas temáticas, pero la próxima mejor ampliemos con más videojuegos, que de los viejitos soy una ignorante (?)

Nick: Morrighan McKenna

Personaje: Arcanine/Growlithe *-* Porque tenerlo abajo de la firma no es suficiente.

*Deja pokemon para todos* <3

Cada vez eran más y más que se iban juntando cerca de la entrada de la mansión. Le extrañaba que su padre no estuviera allí, y no hubiera ojos curiosos observando. Después de todo, la mayoría de los familiares se pasaban mucho tiempo fuera, y pertenecían también a la Orden, así que de haber estado presentes, seguro se unirían a la batalla. Se preguntó qué tan caótico podría llegar a ser aquello si todos los miembros de la familia estuvieran presentes. Realmente eran demasiados, no se creía posible de ver todos los ataques entre tantos rayos viajando de un lado al otro.

Sonrió al ver que Adam se había concentrado en atacar a Lisa, y por ello había descuidado al león que iba en camino, por lo que el felino se abalazó sobre el mago y logró morderlo y arañarlo por todo el cuerpo. - Protego - exclamó al ver que un sectusempra de parte de Vrael venía hacia ella. Aquel escudo mágico logró absorver el rayo, dejándola ilesa. Un segundo rayo viajó inmediatamente después de ese, pero fue a parar en una de sus aves, dejandola sin defensas pero también sin heridas.

- Sectusempra - volvió a exclamar nuevamente focalizandose en Adam. El mismo rayo que hacia unos minutos venía en ración doble para ella, ahora viajaba hacia las piernas del mago. Ya había sido herido una vez por la bruja, pero esta vez no podría salvarse de los cortes que le provocaría su hechizo, y finalmente moriría desangrado.

Al verlos llegar con sus rostros tapados a la distancia recordó que ella lo había olvidado. Era una práctica, pero era importante que recordara siempre su luz, por lo que movió la varita y se la colocó antes de que alguien pudiera decirle algo. Estaba muy cerca del león, casi al lado de la puerta principal, por lo que Adam y Vrael estaban a varios metros de ella, esperaba que no hubieran podido reconocer su rostro hasta que estuvieran cerca, cuando ya tenía la máscara puesta. Los demás no habían llegado, por lo que al menos parecía haberse salvado de la reprimenda aquella vez. Más compañeros se acercaban hacia ella desde distintos lados. En un principio había pensado que sería dentro de la casa el combate, pero al parecer todos querían su rayito de sol.

- Morphos - dijo apuntando al gran león de piedra, que imediatamente comenzó a tenirse de un color miel, y se convirtió en el mismo feroz león que era en un comienzo, pero esta vez de carne y hueso. Se sacudió para desempolvar el cuerpo que había estado tanto tiempo congelado, y corrió hacia Adam, que estaba a unos pocos metros, con intención de morderle el brazo con el que llevaba la varita, y arañarle la cara. El peso de su cuerpo más la velocidad que había tomado, lo dejarían inmovilizado bajo el enorme animal.

- Avis - Era hora de ser precavida. Doce golondrinas que salieron de su varita, comenzaron a volar sobre la cabeza de la bruja, y servirían de escudo para cuando alguien quisiera atacarla. Todavía no estaba segura de si el combate había comenzado o no, pero cuando lo hiciera, ella iba a estar lista.

Era una tarde soleada cuando la bruja apareció en las afueras de la Mansión Gryffindor, su hogar. En aquel momento había sido convocada por un patronus proveniente de la Orden, que le anunciaba que se llevaría a cabo un entrenamiento. Habría sido un buen lugar si Morrighan hubiera estado en su habitación, de manera que sólo le bastaría bajar una escalera, pero la suerte no había estado con ella, y se encontraba al otro lado del mundo cuando le llegó el mensaje. Enseguida dejó todo lo que estaba haciendo y se dirigió al lugar del encuentro con ansias. Miró a su alrededor pero todo se veía demasiado quieto por lo que sospechó que era la primera en llegar.

El sol estaba radiante, de manera que decidió esperar a que llegaran en el jardín. O quizás ya estarían adentro, daba igual, iba a aprovechar del calor mientras pudiese. Lamentaba no haberse puesto un pantalón corto y llevar el jean en aquella ocasión, pero al menos sus brazos tenían la oportunidad de respirar con su remera sin mangas. Ya era hora, estaba nerviosa, pero confiaba en que combatir con sus compañeros era la mejor de las prácticas siempre.

Los perros callejeros se notaban un poco incómodos con la presencia de los magos. Morrighan no sabía a ciencia cierta si los veían o no. Suponía que los hechizos protectores evadirían cualquier mirada, pero nunca se había preguntado hasta aquel momento si eso incluía la mirada de los animales. Su padre se había asegurado de que ningún sonido saliera de aquella capa protectora usando un anillo, así que estaba segura que no oían nada, pero al menos un movimiento raro en el aire, o algunos rastros de magia debían percibir, ya que no se los veía demasiado preocupados, pero sí atentos a lo que pasaba. Algunas aves cruzaban el cielo oscuro como simples siluetas, despreocupadas de lo que pudiera pasar debajo. La noche estaba increíblemente tranquila.

Su oso había logrado herir a Elvis, pero enseguida sufrió un destino mucho peor a manos de un león que había invocado su padre. No era una sorpresa que su animal tuviera una vida muy corta, ni que su padre hubiera usado el emblema de la familia para protegerse, y atacar. Debía pensar rápido, ya que aquel felino se acercaba rápidamente y la dejaría aplastada debajo de sus enormes garras. No había demasiado que pudiera hacer, ya que su lista de posibilidades se había reducido casi a la nada con uno de los primeros ataques. Quedaban unos pocos segundos, y la bruja exclamó - Morphos - con aquella voz que tienen los que están ahogándose y tiran un último manotazo para salvarse, aunque ella estaba lejos de aquella situación.

Su túnica, que solía ser grande y pesada, comenzó a abollarse hasta quedar de manera circular en el suelo. Unas líneas comenzaron a dibujarse y un sonido particular se esparció por el aire. Su serpiente agitaba su lengua generando un chasquido para intimidar a quien la vea, y se adelantó hasta donde estaba el león de Elvis, a mitad camino entre los dos Gryffindors. Era cierto que con su tamaño podía no ser demasiada competencia, pero perfectamente podía morderle las patas e inyectarle su veneno para que antes de llegar a atacar a la bruja, aquel gran animal perdiera la vida; y exactamente así es como estaba haciéndolo. También tenía órdenes de enrollarse en su cuello e intentar ahorcarlo. No sabía si sería suficiente, pero rogaba por que lo fuera.

Le resultaba difícil continuar aquel encuentro con los pocos hechizos que tenía disponibles, de manera que pensó mientras veía al mago terminar de curarse. Luego de no encontrar nada que le pareciera una buena idea para continuar, repitió un - Morphos - esta vez con un poco de desgano. Estaba apuntando a uno de los zapatos de su padre, que inmediatamente se convirtió en una avispa marina. Morrighan se preguntó cómo hacía para no llevar medias cuando el frío parecía golpearte en los huesos. En aquel caso era una suerte, porque en menos de un segundo, con el simple contacto de la piel, aquel extraño animal había dejado envenenado a Elvis, y la serpiente tenía órdenes de también ir a morderlo e inyectarle su tóxico leal cuando terminara con el león.

La bruja le hizo un gesto al mago levantando los hombros. ¿Y qué esperaba que hiciera? Por muy creativa que quisiera ser, los hechizos que podrían servirle se resumían a dos, aproximadamente. Ya cada vez faltaba menos, pero mientras tanto, eso es todo lo que podía hacer.

Con las monedas de oro tintineando en su bolsillo Morrighan se acercó hasta aquel ascensor desvencijado, dudando a cada paso si estaría yendo por el camino correcto. Conocía suficientemente bien el mundo mágico como para saber que muchas veces, el lugar menos esperado para encontrar algo, era donde se encontraba. Aunque resultara algo confuso, tenía sentido, ya que así mantenían a las narices curiosas fuera, y sólo se acercaban aquellos que estaban seguros de hacerlo. La bruja era una de ellas, segura de querer adquirir una nueva porción de sabiduría y poder, a pesar de las advertencias sobre aquel lugar, caminaba tranquila por puertas rotas, polvo, y la mirada de un mago inquisitiva, en la entrada. Lo miró, esperando oír algo, pero al notar que no le hablaba, simplemente continuó.

Tanta seguridad le hacía pensar qué cantidad de cosas maravillosas o terribles se encontrarían dentro, que necesitaban ocultar, proteger con guardias, contraseñas, hechizos protectores, y demás cosas que ella misma no llegaba a detectar. Por suerte, lejos de ser expulsada cruelmente por el ascensor, apareció dentro de la tienda. Esto no era una sorpresa, ya que Morrighan se había asegurado de superar ampliamente el poder requerido para entrar antes de arriesgarse. Allí, rápidamente y sin revolver la tienda, echó una ojeada y enseguida se acercó al mostrador. Aquello era meramente un trámite, la bruja sabía a grandes rasgos qué es lo que había allí, y sólo le interesaba una cosa.

- Hola, quiero comprar el libro del aprendiz de brujo - escupió las palabras rápidamente, sin hacer pausa entre ellas. Quería irse lo antes posible a encerrarse en su cuarto y sumergirse en una buena lectura, de manera que no fue con rodeos. Le dieron la ficha que debía llenar, y la completó con sorpresa. El Magic Mall llevaba registro de quién iba a comprar y qué era lo que compraba, pero no había esperado que aquel lugar siguiera con los mismos protocolos. Una vez terminado, estiró la mano con el formulario hacia la encargada, y acto seguido sacó su bolsita con galleons, y la dejó sobre el pergamino, sobre el mostrador - ¿Ya está todo listo o hace falta algo más?

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ID: 118825
Nick: Morrighan McKenna
Nivel Mágico: II
Link a la Bóveda Trastero: -
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda
Fecha: 2016-03-26

Nombre del producto: Libro del Aprendiz de Brujo
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo
Catalogación: AAAAA
Puntos por unidad: -
Precio: 1000 G

Precio total: 1000 G
Total de Puntos: -

La expresión de Morrighan cambió al verla pisar con fuerza a la tarántula que había creado. Ley no se había detenido ni un segundo, no hubo ni un pensamiento que le hubiese impedido acabar con su creación. A pesar de que en aquel momento la había dejado en ropa interior, llevando a cabo aquello que la bruja tanto quería evitar, había algo de su hermana que le daba entre envidia y admiración. Odiaba tener que admitirlo, pero su contrincante tenía un carácter más firme y valeroso que el de ella, siempre teniendo que luchar entre sus instintos y su moral. "Controlate, Morrighan, controlate. No es tan grave, es una práctica. Nada está decidido aún, no hay que perder la calma." Bien, ahora las dos estaban envenenadas, pero quien parecía más molesta era su hermana.

La mayor parte del tiempo la bruja agradecía que nadie estuviera dentro de su cerebro, o ya la habrían echado del bando. No era que no quisiera pertenecer, pero algunas veces se le hacía demasiado difícil mantener el perfil que ella misma y todos sus compañeros esperaban que tuviera, a pesar de que constantemente se esforzaba. Sacudió su cabeza, como si estuviera tratando de sacudir de su mente todos esos pensamientos que la agobiaban. Si no podía sentir un poco de piedad por su propia sangre, o al menos aquella que había elegido, por nadie podría. Sabía que a Ley le resultaría extraño que se tardara tanto en reaccionar, ya que estaba quieta y mirando para abajo, pero eso no impidió que continuara sumergida en sus pensamientos.

- Morphos - apuntando a su vestido recientemente transformado, luego de que con el puño cerrado aplastara a la araña que había creado su hermana contra el piso. Le había picado la espalda, y luego huyó hacia donde estaba Ley, pero no logró alejarse más que un paso antes de volver a ser el vestido que era en un principio. Luego mutó nuevamente para convertirse en un bezoar que la liberó del veneno que le había inyectado el animal de su hermana. Era irónico que la misma prenda hubiera sido la enfermedad y la cura. Lo que no era gracioso, era que ahora Morrighan no llevaba nada puesto, sólo le restaba rogar por que su hermana no quisiera transformar nada más. Un calor en sus nudillos le avisó que el golpe había sido demasiado fuerte, y al mirar su mano, vio su piel enrojecida. El piso era demasiado liso como para cortarla, pero sentía un hormigueo que le subía por el brazo. No le dio importancia.

Luego de que ella terminara de curarse, vio a Ley curándose lo que quedaba del sectusempra que le había enviado hace un rato. Que quisiera o no herirla, era un tema aparte. Estaban en un duelo, y era un combate en el que se harían daño aunque no lo quisieran, así que Morrighan no dudó en pensar un Disparo de flechas, que le enviaría 12 problemas más a su hermana. Aquellas flechas se le clavarían en la carne, y aunque no era lo peor que podía pasarle, iba a generarle una gran molestia, y debería sí o sí curarse si no se defendía. Por la expresión de la cara de Ley a Morrighan le esperaban cosas peores, pero no la preocupaba, estaba lista para lo que viniera. El duelo iba demasiado parejo, y no iba a resolverse tan pronto como había esperado en un principio.