Morrighan McKenna

Podía escuchar lo que le decía Elvis, pero no encontraba nada que responder. La situación había sido mucho más de lo que ella podía tolerar y se sentía enredada en un torbellino de emociones. El mago sin duda alguna se había dado cuenta de que Morrighan estaba teniendo muchos problemas para asimilar la situación, pero seguía con la misma actitud que había tenido todo el rato. Dragona, sin embargo, no parecía darse cuenta del repentino cambio de actitud que había sufrido su acompañante, más bien se dedicaba a oír la conversación sin acotar mucho. Si no hubiera estado demasiado ocupada dedicando toda su energía en crear una barrera de contención para evitar que sus emociones explotaran, Morrighan habría estado tratando arduamente de dilucidar qué pasaba por la mente de la joven. Las preguntas se iban acumulando en su cabeza ¿Cómo podía ser que en tan poco tiempo y con tan poca información Elvis hubiera sacado un perfil tan acertado de ella? ¿Y a qué diablos se refería con que había métodos para saberlo? ¿Acaso estaba leyéndole la mente o qué? Sabía que no tenía motivos para enojarse, pero la ira era lo primero que venía a ella cuando se encontraba en una situación límite. Necesitaba unos minutos para calmarse, no podía arriesgarse a espantarlos mandándose alguna de las suyas. -Si me disculpan, debo ir al baño. - dijo con una sonrisa tensa - Vuelvo en un minuto. Tratando de caminar lo más comúnmente que podía atravesó la sala y al final encontró la puerta del baño. Ni bien entró sintió cómo su cuerpo se aflojaba, tirándola hacia abajo. Después de verificar que no había nadie más, respiró profundamente y se sentó con suavidad en el piso, contra de una de las paredes. Apoyó su cabeza sobre sus brazos, que se encontraban cruzados sobre sus rodillas flexionadas, decidida a quedarse así hasta que hiciera algún avance. Se levantó suavemente luego de pasar varios minutos en esa posición. Una vez de pie se tapó la cara con las manos haciendo una leve presión de abajo hacia arriba, terminando con las manos a los lados de la cabeza. Bastante más relajada se dirigió hacia un espejo y miró su reflejo en él. Su aspecto ciertamente dejaba bastante que desear, sonrió al pensar "no se necesita hacer uso de artes oscuras para ver que estoy en algunos problemas. La oscuridad de mis ojeras es más que suficiente.". A pesar de sus intentos no había podido recobrar la calma completamente al saber que lo que pasara a continuación con seguridad definiría su futuro, pero al menos ya no se sentía como un volcán a punto de erupcionar.

Dragona fue la primera que respondió a su pregunta, pero lo hizo tan resumidamente que Morrighan se sintió igual de confundida que al principio. Luego Elvis quiso agregar información, pero sólo logró generarle muchas más preguntas. -¿Un gran camino? No logro entender lo que hablan ¿podrían, por favor, ser más claros? - No quería que sus palabras sonaran duras, así que trató de expresar aquello con la mayor amabilidad que le fue posible, aunque no creía haber tenido demasiado éxito. La bruja se quedó pensando en la posibilidad de tener educación mágica mientras oía de fondo la conversación entre Elvis y Dragona sobre el Departamento de Misterios. Bueno, eso definitivamente era otro misterio para Morrighan. Le habría gustado preguntar pero no quería volverse tediosa con tanta pregunta, ya tendría oportunidad en otro momento. Casi como si le hubiera leído la mente el auror dirigió la conversación nuevamente hacia ella. - Sí, es un lugar muy hermoso. Creo que podría decir que es el más hermoso de todos los que he visto... - Mientras hablaban las imágenes y aromas de los paisajes rumanos invadieron su mente de recuerdos felices - ¡Eso suena excelente! Serías de gran ayuda. La idea que había propuesto era grandiosa. Sería una gran oportunidad para encontrar un trabajo con el cual mantenerse hasta que pudiera encontrar a quienes había ido a buscar. De hecho, la idea era tan grandiosa que no se imaginó que el hombre doblaría la apuesta, ofreciéndole mudarse a su mansión. Aquello era una idea totalmente descabellada, ¿por qué le abriría las puertas de su casa a una total desconocida? ¿Acaso estaba loco? ¿Sería que ella le provocaba mucha confianza o que realmente lucía tan indefensa? -Y-yo... ehm... es-s... ehm... - Se sentía totalmente idi***. Por más de que intentaba, no lograba articular una palabra completa. Su cabeza estaba tan llena de cosas que no lograba ordenar sus ideas de manera de que pudiera expresar alguna. Aquel hombre estaba siendo tan colaborativo que Morrighan hasta dudó de sus intenciones. No había sido tan buena experiencia la última vez que habían tratado de ayudarla. Aunque, pensándolo mejor, y para hacerle justicia a aquel extraño del pasado, si bien sus intenciones no eran del todo sinceras, sí había logrado ayudarla mucho. Quizás esta, como la última vez, era una de esas oportunidades que sólo se presentan una vez y uno no puede dejar pasar. Después de todo su situación no podía empeorar mucho más: No tenía trabajo, amigos, hogar y ya casi tampoco dinero; pero la idea de tener dónde dormir ya mejoraba mucho el panorama. -Perdón. Todo esto realmente me tomó por sorpresa. Eso... también suena excelente y sería una gran ayuda. - La situación era bastante vergonzosa. No le agradaba mostrarse débil frente a la gente, pero Elvis ya parecía haber descubierto su debilidad. Se preguntaba si Dragona también, aunque ella parecía estar más cercana a la posición de Morrighan que a la del auror - Pero no puedo dejar de preguntarme ¿por qué? ¿Acaso no te da miedo invitar a una extraña a tu hogar?

¡Hola! Me gustaría agregar a dos familias y si puede ser como padres adoptivos a Elvis F. Gryffindor (Ficha) y Annick Poulain (Ficha). Familia Gryffindor: Bóveda. Familia Targaryen: Bóveda. Gracias y perdón que ponga tantos links, no estoy segura qué cosas necesitan.

Luego de que los tres se habían asegurado de que aquel pequeño alboroto no había causado daños, lograron relajarse nuevamente. Las personas que estaban alrededor habían perdido interés en ellos y había retomado sus actividades. El recién llegado habló, primero dirigiéndose a Morrighan. - ¿De dónde provengo? Hm, nací en Rumania, pero hace varios años que viajo de un lugar a otro. La pregunta había logrado ponerla algo incómoda y si bien esperaba no sonar cortante, tampoco deseaba continuar esa conversación. Evidentemente el mensaje había sido claro, ya que la atención se desvió hacia Dark Dragona. Según escuchó sus dos acompañantes ya se conocían, al parecer no mucho, de una Academia. ¿Será que había algún lugar para desarrollar sus estudios mágicos en Ottery? El hombre, luego de esa pequeña charla introductoria, se sentó a la mesa y se presentó. Morrighan no se sorprendió al oír que era un auror, eso explicaba aquella formalidad que la chica detectó a primera vista. Su curiosidad incrementó considerablemente. La presentación de Elvis había sido bastante más larga que la de las dos muchachas, pero todavía dejaba mucho que desear. Ella intuía que había muchos secretos detrás, y estaba decidida a averiguarlos. ¿Y Dark Dragona? De ella sabía mucho menos, apenas su nombre y su gusto por los dragones. Esa era la oportunidad perfecta para saber más de ambos, y no iba a dejarla pasar. Elvis no tardó en acomodarse y continuar la conversación. Invitarlo definitivamente había sido una buena idea y los tres parecían bastante a gusto con la compañía. - Mi familia es la McKenna, aunque llegué a Ottery buscando a mi familia de parte materna. - Mencionar eso era quizás demasiado privado para dos personas que acababa de conocer, pero con algo de suerte, sabrían ayudarla a encontrarlos. - Hace muy poco que llegué y todavía estoy explorando Ottery, aunque claro que voy a necesitar un trabajo si no quiero terminar durmiendo en las calles. En cuanto al estudio ya se imaginarán que la respuesta también es negativa. Hace unos minutos oí que mencionaban una Academia ¿les molestaría contarme más acerca de eso?

Las dos brujas se encontraban ya sentadas en una mesa con sus respectivas bebidas. Morrighan observaba detenidamente el comportamiento de la otra bruja, que parecía estar incómoda ¿será que a ella tampoco se le daba lo de conocer gente? Ambas parecían estar buscando un tema de conversación interesante para que la charla fluyera pero a Morrighan sólo se le ocurrían preguntas y respuestas que no daban mucho lugar a que continuaran conversando con facilidad. La situación ya se estaba volviendo algo tediosa cuando, para alivio de la jóven, escuchó ruidos alarmantes desde el lugar donde estaba sentado el hombre que le había cedido su libro. Se dió vuelta inmediatamente para ver qué pasaba cuando un libro en llamas a toda velocidad se estrelló contra su mesa rompiendo ambos vasos. Morrighan contuvo el aliento durante unos segundos mientras todo sucedía, pero al ver la cara que puso aquel hombre, mezcla de sorpresa, vergüenza y algo de espanto, liberó todo el aire contenido en una sonora carcajada. El accidentado se acercó a la mesa donde las brujas se encontraban, con sus manos todavía tapando su boca pero había cambiado su expresión, se lo notaba divertido aunque todavía mayormente avergonzado. Con tres ágiles movimientos de varita puso el lugar en órden, al mismo tiempo que se disculpaba. - Bueno, si querías que te devolviera el libro bastaba con pedirlo, no era necesario tratar de asesinarnos con un libro en llamas - bromeó, tratando de que el hombre se despreocupara. - Estoy bien, tendrías que practicar tu puntería. Miró a Dark Dragona, esperando que ella también se encontrara bien, aunque más por cortesía que por verdadera preocupación. Había sido un accidente menor y de lo más divertido. Todo lleno de cenizas aquel personaje no le había parecido tan formal como la primera vez que lo vió, pero seguía sin parecer alguien a quien estas cosas le pasaran muy a menudo. Después de aquel papelón había terminado de ganarse su simpatía, de modo que sintió la necesidad de saber quién era. - ¿Querés sentarte con nosotras? Mi nombre es Morrighan McKenna.

Pocos segundos después de pedir el libro se acercó un hombre que estaba sentado cerca, tan silencioso que Morrighan no se había percatado de su presencia. Era un poco más alto que ella y le dió la impresión de que era bastante formal, pero muy amable. Le ofreció el libro sobre dragones que él mismo había estado leyendo, mientras le mostraba otro que sostenía en la otra mano. - Maleficios y dragones, interesante combinación ¿eh? - le respondió, dedicándole una pequeña sonrisa - Muchas gracias. Morrighan agarró el libro que le tendía y observó a aquel sujeto hasta que se sentó en el lugar donde le había indicado que estaría si necesitaba ayuda. Claramente no se había equivocado con su primera evaluación del hombre, aunque siempre le generaba asombro la gente que se acercaba a ayudar a desconocidos. Pero, pensándolo bien ¿realmente eran desconocidos? Tenía la extraña sensación de haberlo visto en algún lado pero no podía recordar dónde. Hizo un intento de colocar mentalmente a este hombre en algún escenario, con el fin encontrar el origen de su sospecha, cuando la voz femenina interrumpió de nuevo sus pensamientos. La muchacha también se había acercado a ella. "Parece que 'dragón' es la palabra mágica" pensó mientras oía la presentación de la chica. - Hola, encantada. Mi nombre es Morrighan McKenna. - Sí, claro, suena agradable. - Respondió tras pensarlo unos segundos, algo tensa, pero tratando de que la muchacha no se diera cuenta. - Me encantan. Fascinantes criaturas ¿no? Me alegra ver que no soy la única en el lugar que se siente atraída por ellos. Mientras se dirigía hacia unas mesas, esperando que Dark Dragona la siguiera, miró rápidamente al hombre, todavía pensando de dónde podría conocerlo. No se le daba mucho eso de conversar con desconocidos, pero éstos en particular estaban haciendo que fuera fácil.

Después de caminar largo rato por el Callejón Diagón un negocio llamó su atención. La fachada de piedra le dió la sensación de calidez e intimidad que estaba buscando pero al leer el nombre "House of Books" no dudó un segundo más en entrar. Una vez adentro quedó tan maravillada que tuvo que dedicar unos minutos solamente a examinar todo con la vista. A Morrighan le pareció que jamás había visto tanta cantidad de libros juntos. Una vez que pudo despegar sus ojos de los libros, vió sillas y mesas, lo cual probablemente significaba que podría quedarse y tomar algo mientras leía. "¿Puede ser este lugar más perfecto?" pensaba, cuando unas voces interrumpieron su actividad. Más adelante se encontraba una chica con un elfo doméstico, que le mostraba algunos libros. Rápidamente se acercó a ellos. -Buenos días. Estaba buscando algunos libros sobre criaturas mágicas, más específicamente dragones, ¿podrías ayudarme? -dijo dirigiéndose al elfo. -¿Podría quedarme a leer un rato acá? Me gustaría tomar algo también, si fuera posible.

1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ficha de Morrighan McKenna 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: 2.1.- Negocio Activo: -- 2.2.- Negocio Activo donde ya no es dueña: Bóveda 104611 Negocio Same As It Never Was -> 40% Bóveda 104903 Negocio Moco de Troll 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Familia Gryffindor Familia N° 2: -- 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: Boveda Nº 104490 Bóveda Familia Nº 2: -- Saldo en bóveda previo a la Migración 2021: 2192 G Edición pedida el 2 de septiembre 2014 Información Privada de Gringotts (Sólo la Dirección del Banco puede modificarla)

¡Qué rápido! Muchas gracias, Elvis. Ahora paso a mirar el árbol :3 Genial, si ella quiere yo encantada de que sea mi madre adoptiva

¡Hola! Pasaba para pedir unirme a la familia Me gustaría, si se puede, ser hija adoptiva de Elvis. Todavía no tengo mi ficha y mi bóveda pero si me aceptan cuando las tenga paso a publicar ¡Gracias!

¡Hola! Bueno, según leí en el primer mensaje tenía que publicar en el Censo de magos pero como encontré el tema cerrado vengo a avisar por acá, por las dudas. Espero que esté todo bien y pronto tener mi ficha :3 ¡Gracias!

http://i.imgur.com/dVTBFV6.png http://i.imgur.com/w4bwJlD.jpg?1 http://i.imgur.com/V2K6MrW.png Nombre del Personaje: Morrighan McKenna Sexo: Femenino Edad: 20 Nacionalidad: Rumana Familia(s): Familia Gryffindor Padre(s) Sanguíneo: Eveleen y Dragomir McKenna* Padre(s) Adoptivos: Elvis F. Gryffindor y Annick Poulain. Trabajo: -- http://i.imgur.com/zthjWNo.png Rango Social: Unicornio de Bronce Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Puntos de poder en objetos: 180 Puntos de poder en criaturas: -- Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: * Primeros Auxilios * Artes Oscuras * Cuidado de Criaturas Mágicas Medallas: -- http://i.imgur.com/qZnSfTL.png Raza: Humana. Aspecto Físico: Jóven de pelo largo, ondulado y negro. Ojos grandes de color celeste. Es de tez blanca y rasgos algo infantiles. Más bien menuda, mide aproximadamente 1,60. Lleva un tatuaje en la parte posterior de su cuello en forma de “V”, marca distintiva de Angra Mainyu*, siempre oculto por su pelo. Suele vestirse de manera informal: un vestido negro con bolsillos donde guarda la varita o una remera negra y un short, siempre acompañado de zapatillas, son su elección más habitual. Cualidades Psicológicas: Intenta mantenerse alejada de los problemas, aunque eso implique muchas veces ignorar los pedidos de ayuda. Hacer amigos no es algo que le interese pero a palabras amables responderá con amabilidad y eso muchas veces la lleva a desarrollar cierto afecto por las personas que frecuenta. Puede describirse como una persona reservada pero tranquila, aunque en situaciones puede volverse feroz y despiadada. Esta amante de la naturaleza podría matar y morir por las personas que ama. Historia: Eveleen* y Dragomir McKenna* vivían en un pueblito cerca de Cluj-Napoca, Transilvania. Eran una familia convencional, nunca hacían nada inesperado o fuera de lugar. Nadie habría sospechado que en realidad eran magos. Hacía muchos años que vivían allí cuando nació la pequeña Morrighan, su primera hija. Cuatro años más tarde nació su hermana, Muirín*, quien se volvió su persona favorita desde el primer minuto. Con ella Morrighan aprendió todo lo que los libros que sus padres les hacían estudiar no enseñaban. Ellos eran magos muy reconocidos, siempre preocupados por su imagen y por lograr la excelencia en todos los aspectos. Morrighan había heredado mucho de esos valores, a diferencia de su hermana, quien poco a poco fue contagiándola. La conexión de Muirín con la naturaleza era innata. Desde muy chica había comprendido sus misterios y tenía gran facilidad para hacer amigos de cualquier especie. Ella fue la encargada de transmitirle todo su conocimiento a su hermana mayor. Juntas pasaban la mayor parte del día jugando en el bosque: trepando, nadando o explorando nuevos lugares, desconocidos o inalcanzables para otros humanos. Todo esto cuando no estaban con sus padres aprendiendo lo necesario para ser un mago destacado, claro. Morrighan, a medida que pasaban los años lograba conectar lo que le enseñaban sus padres con lo que aprendía de su hermanita con mayor rapidez, logrando resultados cada vez más asombrosos. Años de tranquilidad pasaron cuando, luego de su décimo cumpleaños, Muirín fue llevada de emergencia a un hospital donde le diagnosticaron una enfermedad que no tenía cura. Ese fue el día en que su familia empezó a desmoronarse. Desesperados sus padres fueron de hospital en hospital tratando de encontrar algún modo de curarla, y pasaban cada vez menos tiempo en la casa. La distancia tanto entre ellos como con la hija mayor, crecía diariamente. Luego de dos años, de los cuales Muirín había pasado buena parte en cama, tuvo una grave caída para luego mostrar una milagrosa recuperación. La esperanza de haber encontrado una cura definitiva creo en la familia McKenna una felicidad que duró sólo tres días. Esa tarde los padres habían salido a hacer unas compras y las niñas se encontraban en el living cuando de repente Muirín se agarró el pecho y cayó al piso. Con horror Morrighan corrió hasta ella pero al verle la cara se dio cuenta: ambas sabían que todo había terminado. -No te asustes, todo está bien – Susurró Muirín -No, no, por favor no me dejes – Le contestó su hermana -Nunca te voy a dejar. En la cara de cada animal y en la hoja de cada árbol voy a estar, en cada roca y cada gota de agua. – No parecía algo que una niña de 10 años pudiera improvisar en un momento de tensión. Esa frase había sido planeada y ensayada durante mucho tiempo, era evidente que había sido la elegida para que Morrighan llevara en su recuerdo siempre – Te amo. – Concluyó, y con esas palabras se fue su último aliento. Morrighan la abrazó fuerte y luego se sentó a su lado, incrédula, hasta que sus padres llegaron. -¡¿QUÉ HICISTE?! – Le gritó Eveleen. Su padre se quedó en la puerta de entrada, mirando la escena sin poder emitir palabra, con la mirada perdida. -¡No fue mi culpa! ¡Yo no le hice nada! ¡Lo juro! – Respondió Morrighan desesperada. -¡Ya se estaba curando! Cuando nos fuimos estaba perfecta y cuando regresamos está muerta. ¡¿Cómo puedo creer que no tuviste nada que ver?! ¿Eh? – La ira de Morrighan crecía junto con la de su madre, ¿cómo podía culparla de algo así? ¿Acaso estaba tan ciega? -Siempre le tuviste envidia. Era mucho más poderosa que vos y cuando viste que se empezaba a recuperar no te dejó opción. Claro. Unos momentos de silencio pasaban mientras la jóven trataba de encontrar una explicación a la situación o una posible respuesta. ¿Qué hacer para que su madre entrara en razón? ¿Realmente había algo que pudiera revertir un odio tan alimentado? -Andate. No quiero volver a verte. – Dijo su madre luego de unos segundos de silencio, y se tiró sobre el cuerpo inerte. Morrighan miró a su padre en busca de ayuda pero él se limitó a mirarla con expresión de desaprobación y fue junto a Eveleen. No había nada más para decir ni hacer. Sus padres no eran ese tipo de gente que desdijera las cosas, eran demasiado orgullosos. Morrighan subió corriendo a su cuarto, agarró la mochila y se fue de su casa para no volver. Esa noche y las siguientes encontró refugio en una cueva que habían encontrado con su hermana en el bosque y habían nombrado “El Cuartel MuMo” por las dos primeras letras de sus nombres. Estaba acondicionado y decorado por ellas, de manera que tenía lo que necesitaba, pero aún necesitaba comer. Los primeros días les robó a sus padres mientras no estaban, pero luego pusieron un hechizo protector y debió encontrar nuevas víctimas en la ciudad más cercana. Después de aproximadamente una semana de tener que vivir como un animal salvaje, cuando intentó robarle a un turista, este la descubrió. Para sorpresa de Morrighan, él encontró la situación un tanto divertida y la invitó a comer. Luego de ella contarle brevemente su historia, el hombre se mostró conmovido y le habló sobre un grupo que la ayudaría a expandir sus conocimientos y le serviría de apoyo. Sin dudar, Morrighan accedió a acompañarlo. Pasó casi tres años viajando de un lugar a otro con este grupo, llamado Angra Mainyu (A.M.), que se caracterizaba por marcar a sus integrantes con un tatuaje en la nuca. En él había aprendido artes oscuras y, dejándose llevar por la tormenta de su interior, había cometido atrocidades de las que poco tiempo después se arrepentiría. Ellos le enseñaron a manejar sus sentimientos: cuándo debía estar en calma y cuándo debía desatar toda su ira. Las palabras de su hermana resonaban constantemente en su cabeza como un eco hasta que un día decidió que había perdido el rumbo. Cuando la luz de Muirín dejó de guiarla, se perdió en la oscuridad, pero era momento de reencontrar su camino hacia la luz. Ese día, con el poco dinero que tenía fue a la estación de tren más cercana, entregó todo el dinero muggle que tenía y pidió un pasaje a Ottery St. Catchpole. Ahora que ya no contaba con el apoyo de A.M. necesitaba encontrar a alguien que la ayudara y si algo le había quedado bien grabado de su madre, era la frase que siempre repetía: "Si alguna vez algo nos pasa a mi o a tu padre, busca a mi hermana Alessandra, ella te cuidará.". Fue un largo proceso el de encontrar a su tía perdida, pero en el camino tuvo la suerte de toparse con la maravillosa familia Gryffindor y su patriarca, Elvis, quien se había encargado de integrarla mientras ella se ocupaba de cumplir su misión en Ottery. Luego de varios meses se reencontró con Alessandra y se hicieron muy cercanas. Es el día de hoy que Morrighan todavía vive en la mansión perteneciente a quien ahora considera su padre. http://i.imgur.com/ImZUMr4.png Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Objeto: Varita Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Nimbus 3000 Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Anteojos Alfa Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Águila de la Sabiduría Clasificación: AAAA Puntos de poder: 80 Objeto: Pensadero Clasificación: AAA Puntos de poder: 40 Pociones Mágicas: Objeto: Clasificación: Puntos de Poder: Criaturas Mágicas: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Criaturas en la Reserva: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Libros de Hechizos: Libro: Libro del Aprendiz de Brujo Nivel: 1 Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría: Elfos: -- http://i.imgur.com/nixWz7T.png Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: Aprobada Registro de XXX: -- Personajes Secundarios: -- http://i.imgur.com/Y0gF9D8.png Otros datos: * Ahijada de Vrael Myrddin y Mei Black Delacour en el bando. Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: Premios Fénix 2014: La más deseada: http://i.imgur.com/7SsD4AC.gif La más sexy: http://i.imgur.com/XDOuXcf.gif La mejor aspirante: http://i.imgur.com/Zbn5rmN.gif La mejor duelista: http://i.imgur.com/IWYw0cs.gif Futura promesa ODF: http://i.imgur.com/2YVzhct.gif Revelación ODF: http://i.imgur.com/fzhFgAa.gif Promesa de la ODF: http://i.imgur.com/VsXtC2h.gif http://i.imgur.com/dTxnTkk.png Link al Perfil de Comprador MM: 280 Link a Bóveda Personal: Bóveda 104620 Link a Bóveda Trastera: Bóveda 108112 Link a Bóveda de Negocio:Bóveda 104903 Negocio Moco de Troll (ya no es socia) Bóveda 104611 Negocio Same As It Never Was (ya no es socia) Link a Bóveda Familiar 1: Boveda Nº 104490 - Gryffindor Link a Bóveda Familiar 2: