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Ley Gryffindor Rosier

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Todo lo publicado por Ley Gryffindor Rosier

  1. -Wow eso es genial, así que estuviste en Slytherin. Qué raro, siempre se llevan mal Slytherins con Gryffindors, pero nosotros estamos haciendo amistad... es curioso ¿no te parece?- di un sorbo más a la bebida. Comencé a notar que el beber con la rapidez que estaba haciéndolo estaba ocasionando que el alcohol se me subiera deprisa y me sentí ligeramente mareada, pero bien. Ramsey se veía ¿Sereno? No podía saberlo, sin embargo estaba pasando una buena noche al lado de él. -Yo si me crié con los muggles y no me arrepiento de ser lo que soy. Muchos nos odian, pero somos buenos, en verdad muy buenos- dije eso mientras fruncía graciosamente el ceño -por desgracia ya no puedo regresar a mi hogar, ahora vivo aquí y mi mundo es éste. La pista de baile se hallaba algo llena, la observé un momento y luego me giré de nuevo hacia Dylan -Creo que mejor nos quedamos un momento aquí, en cinco minutos más vamos a bailar si te apetece- le dije mientras le sonreía. ¿Qué diablos pasaba? Nunca hacía eso de hablar con extraños tan tranquilamente, sin embargo me sentía relajada y el chico me daba confianza, así que ¿qué importaba? Mientras yo me sintiera agusto eso era suficiente así que tomé mi bebida y seguiría tomandola hasta que se terminara mientras pensaba en pedir ahora otra cosa más.
  2. -Si, creo que es un sitio excelente para eso... aunque yo no tengo muchos, pero los que tengo valen oro, creo que seremos buenos amigos ¿eh?- le comenté mientras levantaba ligeramente una ceja. Al escuchar lo que decía del futbol me sorprendí, entonces venía del mundo muggle como yo. Era grato conocer personas que compartieran gustos parecidos o que conocieran las cosas que yo conocía. Sonreí ampliamente. -Oh si, el futbol es bueno. Cuando estuve en la escuela jugaba ese deporte, ya ahora cambié al quidditch. Estuve en el equipo de Gryffindor y estoy en otros equipos locales, se pone bueno- di otro sorbo a mi bebida y humedecí mis labios un poco -Me crié en el mundo muggle, llevo como 10 años viviendo acá. -Toda la gente de aquí es amable... o bueno, la gran mayoría al menos, pero hay de todo aquí, normal toparse con gente chocante de repente.
  3. Dylan, bonito nombre el que tenía aquel mago. Apreté su mano para lo de la presentación y tomé asiento allí en el lugar que estaba más cerca de él. Lo observé con atención y noté que era muy bien parecido, pero era a veces algo tímida así que me detuve a escuchar lo que me decía mientras asentía y daba sorbos a mi vaso. -Eh... no, no había venido aquí, he ido a otros bares y bueno, además no tengo mucho tiempo que digamos por cosas del trabajo y vida personal- dije mientras recordaba la última batalla a la que había ido y en la que casi moría. -Sin embargo es un buen lugar, tienen buena música y la bebida no está nada mal- comenté mientras levantaba el vaso un momento -¿Pero eres nacido aquí no? En Ottery... Esque no te había visto, pero puede ser por lo que dices que estabas de viaje en Escocia. Una sola vez visité ese lugar, es muy bonito, espero volver. Terminé de un golpe la bebida -¿Puedes servirme un vaso ahora pero con Vodka? Igual, con el hielo de la bebida anterior- dije al barman que rápidamente preparó la bebida y la puso junto a mi. Asentí a modo de agradecimiento y centré mi atención en mi acompañante.
  4. Acabando de pedir la orden un joven que al parecer acababa de llegar pidió un whisky con bastante hielo... ¿Coincidencia? No lo creo. Observé de reojo al recién llegado y puse mi atención nuevamente en el barman que comenzó a llenar las bebidas. Cuando al fin las sirvió noté que se había equivocado y me había dado el vaso que tenía el whisky con mucho hielo que el chico había pedido. Algo incómoda puse los ojos en blanco para mis adentros y me acerqué a él. -Disculpa, ¿te molesto? Creo que ese es el mío... aunque es la misma bebida, la prefiero sin tanto hielo, gracias- dije mientras dejaba el vaso allí y tomaba el mío pues aún él no lo había tocado. Lo observé un momento, cuestión de segundos y me di cuenta de que jamás lo había visto por allí -Creo que nunca te había visto... Mi nombre es Ley. Aunque la música estaba fuerte, se podía hablar perfectamente, todo lo que platicabamos se escuchaba bien sin ningún problema así que no había necesidad de gritar ni mucho menos acercarse tanto. Tomé mi bebida y le di un sorbo esperando que el joven respondiera mientras seguía observandolo.
  5. -Creo que es tiempo de que comience la diversión. No, esta vez no habría ninguna batalla en el callejón diagon. Los mortífagos habían estado tranquilos, por lo que se podría decir que eran mis vacaciones así que me puse un pantalón beige y una blusa negra, encima una chamarra de mezclilla y mis zapatos de tacón comenzaron a sonar mientras daba pasos ligeros por la calle. Comencé a observar los negocios para ver cuál sería el elegido. A lo lejos alcancé a ver uno que decía "Wild Pizza" y me pareció perfecto. Entré al lugar y la música sonaba a todo lo que daba. Muchas personas había allí que habían ido a bailar pues era un club nocturno además de vender comida. Me acerqué a la barra para pedir algo de tomar. -Buenas, ¿me puedes dar un whisky? Sin mucho hielo por favor- me recargué en la barra mientras observaba a las personas ir y venir al ritmo de la música. @@Dylan Ramsey
  6. @@Alishya Hola! Bienvenida y por supuesto que eres más que aceptada a la familia entonces como Kytta será tu madre, yo seré tu tía, y puedes venir a rolear con nosotros el día que gustes por supuesto. En un momento Elvis va a actualizar el árbol genealógico y bueno...hostiga a tu madre a que venga a rolear que siempre nos deja colgados y no se pasa D: así la vemos :3 Cualquier duda, aquí estaremos.
  7. Me quedé fría con la mano en la manija de la puerta a punto de abrirla, la apreté ligeramente y luego de unos segundos la solté al fin. Sentía como cada músculo de mi cuerpo estaba tenso, pero ante la orden de mi padre era como si me hubieran aplicado una maldición que me paralizara. Me quedé inmóvil allí mientras destensaba la quijada y sentía como mis ojos ardían mientras se llenaban de lágrimas. Mi respiración se tranquilizó y giré la cabeza todavía sin voltear a ver al Gryffindor, a mi progenitor. -No es solo la túnica, padre, entiende por favor... Esa katana es importante...- dije lo último en un hilo de voz. Con la mano derecha enjugué las lágrimas rápidamente y me di la vuelta para encararlo. -Tengo miedo papá... no por mi, si no por Jank, por ti y los demás. Está claro que pronto descubrirán la treta que quieres armar- dije mientras lo observaba, ya había entendido todo -¿Qué va a pasar después? No temo por mi vida, pero los demás... Decidí terminar con mi conversación y cedí la katana mientras asentía a las palabras que me decía. Tenía razón, como directora ahora recaía una gran responsabilidad sobre mis hombros, que era la seguridad de el mundo mágico y de mis colegas del cuartel. Cuando me di cuenta, Romina se encontraba allí. Asentí a mi amiga y luego me llevé una mano a los labios diciéndole claramente que no dijera una sola palabra. -Todo está listo, vayámonos pues- puse la copia de la katana en donde se encontraba la original anteriormente mientras veía como mi padre la guardaba en su monedero de piel de Moke. No sabía cuánto tiempo nos daría el plan... tal vez solo un par de horas, pero sería el tiempo suficiente para actuar e ir a la mansión Macnair. Bajamos las escaleras los tres juntos y llegamos a donde se encontraban los habitantes del castillo. Sentí como mi cuerpo se estremecía mientras se tensaba y veía cómo los ojos de Zack brillaban. Hice una sonrisa forzada y observé a cada uno de los allí presentes -Por supuesto, señor Zack... hemos terminado nuestro trabajo, ahora pasamos a retirarnos- comencé a caminar a la puerta mientras veía a todos los demás miembros del cuartel haciéndoles ver que era una orden de retirada si o si -Por supuesto, todo está bajo control. Agradecemos su colaboración y sus... amabilidades. Con su permiso. Salimos de allí, al cruzar la puerta sentí como mi respiración se hacía irregular y sentía como si mis ojos fueran a salirse de su lugar, como si el aire se hubiera bajado 10 grados. Al cruzar la verja y caminar 10 metros desaparecimos en conjunto en dirección a Ottery a seguir con nuestro trabajo.
  8. Siempre me habían gustado los gatos, pero una criatura como aquélla me llamaba totalmente la atención. Caminé por el callejón diagon en dirección al Magic Mall. En la planta baja se encontraba la parte a donde me tenía que dirigir pues allí era donde te vendían las criaturas mágicas. Había estado trabajando mucho y era hora de darme gusto con una bonita cruza de gato con Kneazle. Los galeones rebotaban en mi bolsillo al caminar. Me paré frente al edificio y con paso ligero entre. Aquella ocasión ya no había tantísima gente, la primera vez que había puesto un pie allí no cabía ni una aguja a causa de que era la apertura del lugar y todos querían comprar algo en todas las plantas. Ahora o todos se habían quedado sin galeones o no se, pero me sentí feliz de que estuviera así para que se me atendiera pronto. Me acerqué al mostrador y alguien me atendió por fin. -Buenas tardes, quisiera solicitar la compra de ésta criatura por favor- dije mientras dejaba el formulario en el escritorio. ID: 118930 Nick: BrujaOesed Nivel Mágico: 4 Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 104582 Fecha: 2015-12-28 Nombre del producto: Cruce de Kneazle Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Catalogación: XX Puntos por unidad: 20P Precio: 1000G
  9. -Esto... esto es.... simplemente, inaudito- observaba el suelo fijamente mientras trataba de asimilar lo que había visto. Un par de minutos más tarde mi padre llegaba a donde me encontraba, le tomé del brazo y lo encaminé a la habitación donde había encontrado las cosas, primero a la de la túnica y luego a la de la katana sin decir ni una sola palabra. Frunciendo el ceño lo observé esperando a su reacción. Conocía bien al Gryffindor y era justamente la reacción que esperaba que tuviera, por lo que sentí cierta frustración. -Muffliato- murmuré apuntando a la puerta de la habitación para que no nos escucharan y poder hablar en paz. -No podemos dejar esto así como así ¿Te das cuenta de que son una familia de mortífagos? Esa túnica padre... esa maldita túnica la he visto miles de veces en batalla. No sé a quién de las mujeres les pertenezca- hice una pausa, luego seguí -La katana además, sabes bien que solo la usan los mortífagos de alto rango. En ese momento sentí un ardor recorrer mi rostro, sentía como si quemara. El coraje que sentía era tal que mi voz se quebraba y la cien me palpitaba avecinando un dolor de cabeza fuerte. Comencé a caminar en círculos con las manos detrás de la espalda analizando la situación. -Gracias a esa maldita cosa muchos de los del bando han muerto... ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados!- Quería salir corriendo de allí y mostrarle en la cara a la familia la clara prueba de que eran seguidores de Voldemort, una bola de asesinos y más que evidente, cómplices de la desaparición de Jank... y eso iba a hacer. Tomé con cuidado la katana (ayudándome de la varita para no tocarla) y me enfrenté a mi padre aún con la voz temblorosa... Jamás lo desobedecía, pero ésta vez yo había perdido la razón. -Si... Si tu no quieres hacer nada, lo entiendo... Pero Jank está perdido y probablemente éstos malvados lo tengan, no puedo esperar ni un segundo más- y me di media vuelta sobre mis talones acercándome con velocidad a la puerta para abrirla y bajar a la sala.. ya iba pensando todo lo que les diría y esperando ver sus reacciones. Estaba tan cegada por el odio que no me daba cuenta el peligro en que ponía al resto de los chicos.
  10. Ley Gryffindor Rosier Cuartel General de Aurores Sabía que me creerían que Luna era inexperta, la cuestión era que no era así. Era una bruja experimentada y todos allí lo sabían, pero siempre había sido así de ocurrente. Sonreí para mis adentros cuando mi padre la tomó por el hombro y le agradecí infinitamente para que la calmara. Comencé a pensar en dónde buscar primero... La pantera no me importaba en lo absoluto, pues igual podríamos detectar la magia sin necesidad de buscar en los recovecos de todo el castillo Ivashkov. Desperté de mi ensimismamiento cuando escuché que Leah se dirigía de nuevo a mi, al parecer seguía molesta por lo ocurrido y parecía detectar que por la presencia de algunos de sus familiares ¿por quién? No sabía, pero por su tono de voz era indiscutible eso. -¿Perdona? Lo siento, esque ya comencé con mi trabajo. Les ruego me disculpen, pero no suelo escuchar pláticas ajenas- bajé la mirada al animal que me observaba con sus penetrantes ojos y volví la mirada a los miembros presentes allí -Con permiso- y saqué mi varita para comenzar con los hechizos. El timbre sonó afuera, al parecer había llegado otro más de los Aurores. Esperé a que alguien de la familia saliera para abrirle. Caminé un poco por el lugar y subí las escaleras. Mi varita vibró en respuesta a uno de los encantamientos que rezaba, al parecer había algo por allí interesante en una de las habitaciones. Escuché que mi padre les comentaba algo sobre los objetos del Magic Mall que tuvieran allí, si encontrábamos algo como eso estaban fritos, por su bien que no hubiera nada. La pantera se alejó para seguir a otro de los chicos, no podía seguir solo a uno pues nos habíamos separado. Podía sentirlo, había allí magia negra. Abrí la puerta lentamente, después de todo tenía permiso para observar. Con una floritura de la varita volví a checar para ver qué me encontraba, y me indicaba que debajo de la cama había algo dentro de lo que parecía un baúl. Con otro movimiento se abrió y abrí los ojos como platos. Una katana estaba allí, y esos objetos solo eran usados por mortífagos de alto rango. Tragué saliva porque tenía lo que parecía sangre. Tomé nota y salí de allí buscando más cosas. Entré a otra de las habitaciones observando todo con detenimiento. Había allí un guardarropa y con un movimiento de la varita lo abrí para poder observar un montón de túnicas que eran de una mujer... pero solo una de ellas me llamó la atención. Aquella bruja a la que tantas veces me había enfrentado en redadas (y que muchas veces iba desnuda) solía llevar una túnica blanca como la que yacía colgada allí, imposible no reconocerla. La mortífaga a la que no le reconocía la la cara, sin duda alguna le pertenecía ésta túnica. Apreté los labios ¿Es que aquí vivía esa maldita bruja? Tomé con la mano el collar que colgaba de mi cuello y lo apreté para llamar a Elvis. Sabía que su collar se calentaría lo que le indicaría que lo necesitaba para que con sus propios ojos viera lo que allí tenían. Me alejé poco a poco tomando nota rápidamente en mis hojas, con las que haríamos la investigación. Caminé lentamente hacia donde habíamos comenzado para esperar a ver qué mas tenían de pruebas los chicos. @ @ @ @
  11. Ley Gryffindor Rosier Cuartel General de Aurores-Directora Me sentí tranquila y complacida cuando vi que los patriarcas de la familia accedían a que realizáramos el cateo. A pesar de sus gestos, los cuales claramente eran de desprecio, habían sido lo suficientemente amables y todo iba a pedir de boca. Otro miembro más de la familia había aparecido haciendo comentarios tontos y groseros, pero no le presté atención a sus comentarios pues después de todo no era con él con quien tenía que tratar nada, si no con Zack y Leah. Simplemente hice una leve reverencia al verlo a modo de saludo y "respeto" pues así me habían criado mis padres, a siempre ser cortés dentro de lo permitido. Elvis se había quedado serio. Mientras ésto sucedía, Leah llamó a uno de sus elfos. Para mi sorpresa apareció una Elfina con gesto algo temeroso que al apenas tocar el suelo hizo una gran reverencia hacia sus amos. Me pregunté vagamente si se le trataba bien, pero aparté el pensamiento pues el tema de criaturas mágicas no era mi asunto, si no lo que pasaba con Jank, mi alto rango del bando. Cuando apenas iban a abrir la puerta las alarmas del castillo comenzaron a sonar. Me puse de pie mientras metía la mano en el bolsillo que llevaba la varita, por si algo pasaba pues todos se pusieron alertas. Mis ojos casi se salen de sus órbitas cuando me di cuenta de que se trataba de mi hermana Luna. Abrí la boca para decir algo, claramente sorprendida, pero la cerré enseguida... ¿Porqué no había tocado el timbre? No éramos como ellos, no llegabamos metiéndonos contra la voluntad de los miembros de las casas como lo hacían los mortífagos, a menos que fueramos de cateo en el bando, pero eso ya era otro cantar. De reojo volteé a ver a mi padre. Sentí miedo por lo que le pudieran hacer a Luna. Observé a Leah y noté que casi salía fuego por su mirada. Levanté una mano para detenerla, pero la bajé rápidamente cuando noté que no le hacía nada y solo le dirigía unas palabras severas. Desgraciadamente Leah tenía razón, la manera en la que había llegado no era correcta, así que escuché en silencio lo que le decía la matriarca de la familia -Ella no había venido a ningún asunto de éstos, no tiene experiencia del todo, les pido la comprendan. Hablaré con ella- dije apenas en un susurro. Temía que los demás se lanzaran sobre ella. Detrás de la elfina que volvía caminando venía Romina. Me sentí tan feliz de que pudiera apoyarnos que sonreí y asentí. Luego me acerqué a mi hermana dándole una palmada en el hombro. -Lunita, vamos a comenzar con el cateo ¿si? Ven con nosotros- me tranquilicé de que nos permitieran ya comenzar. Asentí a Romina y a Elvis indicandoles que podíamos repartirnos por todo el castillo y buscar -Ya saben lo que tenemos que hacer... Con su permiso- incliné la cabeza ligeramente a los miembros de la familia Ivashkov y me dirigí a comenzar con el cateo -Cualquier duda, conmigo o Elvis chicas- comenté a Romina y a Lunita.
  12. Ley Gryffindor Rosier Cuartel General de Aurores Observé con cuidado a los miembros de la familia, era más que evidente su hostilidad, sin embargo los motivos de nuestra visita eran claros y no le veía nada del otro mundo ¿Qué era lo difícil de entender? Cuando me di cuenta alguien más se había unido a la conversación "más parientes" pensé e imaginando poner los ojos en blanco hasta que se presentó. Se presentó como Leah ante nosotros por lo que el interés en ella volvió a mi en cuestión de segundos. Con diversión observé la poca emoción que sentían ambos primos por Elaena que recién llegaba, el odio y la tensión se podía respirar en el ambiente. Estuve a punto de abrir la boca cuando mi padre se adelantó a responder. Sentí un gran alivio y lo dejé que les explicara todo lo que estaban preguntando de nuevo, a pesar de que ya se los había respondido parecía que estuviera hablando en chino. Sonreí para mis adentros cuando Elaena accedió a lo del cateo, si todo salía bien pronto nos iríamos a continuar ahora con la mansión Macnair para interrogar a Cissy. Elaena era matriarca entonces esperaba que no hubiera problema por parte de los otros dos. -Parece que sabe mucho del tema, señorita Elaena... ¿o es solo mi percepción?- le había estado restando importancia a la mujer hasta su comentario que me pareció extraño. Al parecer ahora no solo resultarían de provecho Leah y Zack, sino también su querida prima. -Si no tienen problema, procederemos a realizar una rápida revisión que no durará mas de cinco minutos- cuando decía ésto, se esuchó que tocaban el timbre afuera, volteé a ver a mi padre -Creo que se trata de otro de los miembros del cuartel. @ @
  13. -Tendré entonces que indagar más a fondo, señor Zack...- comenté con una voz "amable" pero venenosa. Sus respuestas a pesar de no ser certeras me daban mucho a dudar de él y su reputación, evidentemente nuestra presencia lo incomodaba, pero a pesar de todo nos invitó a pasar, cosa que agradecí pues en otras ocasiones habíamos tenido que estar afuera en el calor abrasante del sol o el frío que calaba los huesos. Afuera hacía fresco ésta vez y dentro del castillo el clima estaba cómodo. Camino a se tropezó con una bruja alta, pero no más que Zack. -Buenas tardes señorita Elaena, un placer- ya no hubo necesidad de más presentaciones y no quise seguir haciendo caso a nada más, después de todo no era ella quien me interesaba, si no Zack y su prima Leah. Los azules ojos del Ivashkov nos observaban mientras analizaba la situación... ¿Qué estaría pensando? No podía saberlo. Tomamos asiento y el elfo llegó ofreciendo bebidas y vasos. Tomé uno y bebí un poco de whisky de fuego... esa bebida siempre me había gustado -Le agradezco, estoy bien-. Mi padre seguía callado, imaginaba que algo estaba pensando o esperando a hablar en el momento indicado. Dejé la bebida en una de las mesas y volví a tomar el papel y pluma con el que estaba escribiendo. -Como ya se lo comenté, llegó una carta escrita en Rumano, en el que se les señala como sospechosos de su desaparición- guardé silencio un momento -Entiendo su molestia, a nadie le gusta que lo tachen de sospechoso, pero es nuestro trabajo investigar... espero que lo entienda- comenté al patriarca. Leah seguía sin aparecer, quería que llegara pronto para hacerle las mismas preguntas a ella también. -Me comenta que Jank lleva alrededor de dos meses sin pararse allí... ¿Porqué no lo han buscado? Después de todo él es miembro de la logia ¿o acaso no les es necesaria su presencia? Porque digo, yo ya hubiera presentado una denuncia o algo- observé al mago en silencio mientras mi boca se apretaba esperando respuesta.
  14. Ley Gryffindor Rosier En entrevista con Zack, Cuartel General de Aurores. Al parecer las preguntas habían puesto incómodo al patriarca de la familia Ivashkov, pues sus respuestas, así lo sentí, estaban un poco a la defensiva. Levanté ligeramente las cejas con tranquilidad y observé la hoja y la libreta que llevaba para hacer los apuntes. Me dio cierto desánimo el hecho de que no estuviera la otra persona a quien iba a cuestionar, pero tenía la esperanza de que llegara. -Esa pregunta es más bien por usted, señor Ivashkov... ¿Tiene algo de lo que debería preocuparse por el tema?- lo observé con cuidado. Tal vez había ido demasiado lejos, pero no me importaba, le había dado con guante blanco. Quería hacer las preguntas y que se me respondiera así como debe ser, sin embargo, me dio la impresión de que me tardaría más de lo esperado. -El motivo de mi visita es porque nos llegó una carta en la que se nos informaba que el señor Jank Dayne lleva varios días desaparecido. El problema es que se les señala como sospechosos y el apellido Ivashkov estaba allí... Pero repito, es solamente un cuestionario, nada los hace culpables hasta que no se haga la investigación, son solo preguntas de rutina. Saqué entonces una identificación en la que mostraba mi fotografía y ponía "Directora del Cuartel General de Aurores". Hice caso omiso a la pregunta de lo de mi padre, esa pregunta tenía que responderla él. -¿Cuándo fue la última vez que vio a Jank y qué fue lo que estaban haciendo?- continué tranquilamente. @ @
  15. Ley Gryffindor Rosier Entrevistando a Zack, Cuartel General de Aurores Apenas íbamos llegando un hombre alto salió a recibirnos. Me dio la ligera impresión de que conocía a mi padre, yo a él no lo conocía. Apenas iba a decir algo me informó de que él era Zack, además de ser el patriarca de la Ivashkov. -Buenas tardes, mi nombre es Ley Gryffindor, vengo del cuartel general de aurores. Tengo un par de preguntas que hacerle a usted y busco además a la señorita Leah. No se si se encuentre en casa. No quise esperar más a que saliera ella, así que me decidí a empezar con la entrevista. Si algo estaba haciendo mal, Elvis mi padre me ayudaría. Estaba esperando además la llegada de los demás aurores, quienes me ayudarían, en caso de que se nos dejara pasar, a hacer un cateo al castillo. -¿Conoce usted a Jank Dayne? Estaba bien comenzar así, iría poco a poco. No quería precipitarme a hacer más preguntas. Recordé una ocasión en que me tocó ir a una cuestión parecida a la mansión de los Black Lestrange y salieron casi todos los miembros de la familia, algunos incluso molestos y uno salió con una criatura. Las cosas se habían puesto tensas, no quería lo mismo ésta vez.
  16. Ley Gryffindor Rosier Directora del Cuartel General de Aurores Unas horas atrás, en lo que parecía ser un día tranquilo de oficina, entre los memos y las notas, cartas y demás cosas pendientes que llegaban al cuartel de aurores había una carta extraña en un idioma raro. Luego de investigar un poco supe que estaba escrito en Rumano. Al traducirla, se mencionaba sobre la extraña desaparición de uno de los miembros de la logia del concilio de mercaderes. Para rematar, el apellido Ivashkov estaba inmiscuido. Era necesario ir hacia allá, parte de nuestras obligaciones como departamento de seguridad el proteger al mundo mágico ante cualquier amenaza. Si bien, al haber desaparecido el único miembro de la orden del Fénix, Jank Dayne, era evidente que los mortífagos (uno declarado, dos sospechosos) tendrían en su poder el manejo de los objetos peligrosos que allí se vendían. Aparecí a 20 metros de los terrenos de el castillo y caminé hasta la verja de entrada. Por supuesto no iba sola, me acompañaba el ex director del cuartel, mi padre Elvis. El con toda su experiencia me ayudaría con aquella investigación que se llevaría a cabo en unos minutos... haríamos unas preguntas a los presentes y tal vez una pequeña revisión. -Buenos días- grité para que salieran. Evidentemente no podíamos pasar por no ser miembros de la familia, solo podíamos esperar allí, a que alguien saliera a atendernos -Espero que todo salga bien- comenté al Gryffindor. @ @@Seba Granger @ @
  17. Ley Gryffindor -Morphos- dije sin mucha emoción transformando una pinza para el cabello que yo misma lancé al suelo en un bezoar que inmediatamente metí a mi boca y tragué para curar el envenenamiento. La avispa marina murió al no estar en contacto con el agua. Nuevamente nos veíamos las caras Mia y yo, en la redada pasada (la que habíamos perdido) no había tenido la oportunidad de matarla, pero ahora si cobraríamos venganza, no yo tal vez... o tal vez si, ya se verían las cosas. -Corpus Patronus- de la punta de mi varita salieron miles de hilos plateados que se juntaron hasta formar un elefante africano adulto que se paró frente a mi esperando a que le diera algúna orden. Por supuesto estaba allí para protegerme sin más, sin dudarlo ni un segundo. Las cosas iban dentro de lo que cabía bien... pero no debíamos confiarnos por supuesto. Teníamos que estar atentos y más a la nueva integrante.
  18. Ley Gryffindor -Limitate- Volví a atacar con éste efecto de nueva cuenta a Zack, el efecto daría de lleno en su varita evitando de ésta manera que realizara rayos e invocaciones durante tres largos turnos. El ángel caído nada podría hacer para zafarse de aquello por más que así lo quisiera, había que ser rápidos. Los rayos iban y venían de un lado a otro, era una gran batalla que sabía que no terminaría bien, pero para el bando contrario. -Floreus- volví a arremeter con el efecto contra Zack, haciendo ahora que de la punta de su varita solamente saliera un ramo de flores muy bonito que probablemente le dejaría en la tumba a alguna de las mujeres con las que éste venía. Alcé las cejas esperando ver aquello, y la sorpresa en su cara cuando viera que las cosas no saldrían como él las hubiera querido. Habíamos perdido a uno, fruncí el ceño con rabia- Malditos- susurré negando con la cabeza, la pagarían caro.
  19. Ley Gryffindor Rosier Me metí hasta el salón y me coloqué a 7 metros de distancia de Zack y levantando la varita apuntando pronuncié: -Morphos- dije a los Jeans de Zack convirtiéndola en una araña del rincón que inmediatamente picó la piel en la que estaba parada inyectando la letal ponzoña que si bien no era curada de inmediato o lo más pronto posible moriría sin más. La araña luego de picar se escabulló por allí escondiéndose entre un rincón oscuro donde nadie la molestaría. La araña estaría esperando por mi orden para si así lo requería volver a atacar sin pensarlo a alguien más que se metiera. Sin perder más tiempo volví a atacar. -Silencius- El efecto dio de lleno a Zack evitando de ésta manera que pudiera atacar. Nada pudo hacer para evitar el efecto aunque así lo hubiera querido. Solamente movería los labios sin que sonido alguno saliera, mucho menos letras que juntaran un hechizo. Usar el silencius era tan funcional que nos daba ventajas a la hora de estar en éste tipo de batallas, evitando hechizos poderosos y saliendo ilesos o no tan dañados.
  20. Ley Gryffindor El patronus de un hipogrifo apareció frente a mi diciendo que se me necesitaba en el castillo Haughton, en una de las colinas más alejadas de Ottery para ir a ayudar a mis amigos del bando que me necesitaban. Al parecer había mortífagos en el área y era necesario que fueramos a darles una visitadita. Siempre que salía un mortífago otros más salían de sus cloacas, jamás podían evitar el no hacer caso al ardor de la marca en su brazo. Me puse unos pantalones, una blusa manga larga y semi transparente y me fui descalza, no tenía ganas de perder mas tiempo poniéndome zapatos. Desaparecí de la mansion Gryffindor y aparecí a 50 metros de la verja de entrada, me acerqué rápidamente a donde la batalla se estaba llevando a cabo. -¿Es que ustedes no aprenden nada?- dije en dirección a los mortífagos que estaban allí. Negué con la cabeza y saqué la varita tomándola con mi diestra y lista para el ataque.
  21. Ley Gryffindor Rosier Entramos pasando la verja gracias a que Lisa la abrió. Como todas las mansiones y castillos estaban llenas de cosas para morphear, como estatuas, sillas, rocas, troncos, etc. Era un castillo enorme y bonito y muy probablemente lleno de cosas tenebrosas que nos indicarían que eran fieles seguidores de aquel-que-no-debe-nombrarse. -Considero que sería buena idea darse una vuelta alrededor por si encontremos algo interesante acá... Nada nos garantiza que todo esté adentro- comenté sin despegar la vista del castillo. Comenzamos a caminar un poco antes de entrar al castillo, pero conforme avanzábamos nada podíamos ver, al parecer todo estaba adentro escondido y esperando ser buscado. La cosa era que era extraño, muy muy extraño que escondieran bien las cosas... casi siempre estaban a la vista y no sabía si era porque les gustaba presumir al bando que apoyaban esperando algún premio o una galleta por parte de Tom Riddle.
  22. Ley Gryffindor Rosier -Castillo Haughton, en una de las colinas más alejadas de Ottery- el patronus de Hipogrifo desapareció luego de recitar la orden que Lisa le dió para mandar llamar a los miembros de la orden del fénix. Asentí y pasé mi varita por mi rostro para cubrirlo con luz evitando así el ser reconocida. Caminé fuera de mi habitación en la mansión de la familia Gryffindor y desaparecí al cerrar la puerta. Al ser matriarca podía hacerlo sin ningún tipo de problema. Aparecí a 50 metros de la verja de entrada. Quité de mi cabeza la capucha para poder ver bien el castillo que se levantaba sobre el terreno, enorme y misterioso. Alcancé a distinguir allí mismo a Lisa quien era la invocadora del patronus y quien había solicitado la ayuda. -Buenas noches- saludé a mi madrina -¿Vamos a por qué?- No sabía exactamente para qué nos habíamos juntado, sin embargo sabía que sería divertido. Mi varita reposaba en mi diestra, esperando a ser usada y vibrando con la magia que mi cuerpo le pasaba, ambas en armonía. Observaba con ojos atentos hacia los jardines del castillo esperando órdenes.
  23. Los dementores se habían ido, los chicos habían logrado curar al hipogrifo y los infieris eran cosa del pasado. Habíamos logrado superar a gritos y sombrerazos la primer dificultad que se nos había presentado, pero según Bastian se venían cosas peores. Sólo había conocido una clase de dementores, entonces lo más probable sería unir fuerzas si es que los demás querían ya que un solo patronus a lo que entendía no serviría de mucho. Era hora de seguir adelante, comenzamos a caminar. Beltis iba al frente y yo tenía la mirada puesta en todos lados, sin embargo la visibilidad se estaba haciendo menos ya que el follaje de los árboles estaba bastante espeso. A pesar de todo lo que habíamos tenido que enfrentar hasta el momento no sentía miedo, sólo debilidad. Era como si los dementores se hubieran llevado mi alma, pero aún estaba allí. Alcé la vista adelante cuando escuché ruidos y me di cuenta de que algo andaba por los árboles. Enormes acromántulas comenzaron a bajar y aunque no eran muchas representaban problema y un gran peligro. Saqué la varita tratando de ayudar. -Desmaius- el rayo color escarlata salió de mi varita pegando directamente en una enorme araña que apenas bajaba en dirección a mis compañeros. Teníamos que protegernos entre nosotros y salir con vida, éramos un equipo desde el momento en que nuestros nombres quedaron juntos en la clase que se unió con la de criaturas. El doble de frío que antes comenzó a sentirse y a llenar de escarcha las hojas de los árboles y plantas que se encontraban alrededor nuestro. Un frío que quemaba los huesos, que te dejaba sin aliento. Al voltear hacia arriba las horribles criaturas putrefactas, si, los dementores... Habían regresado y eran el doble que antes. Sin dudarlo dos veces levanté la varita apuntando hacia ellos. Dejé que el recuerdo de la ceremonia que hace poco habíamos llevado a cabo en la orden me llenara, dejé que la felicidad recorriera mi cuerpo y sentí la varita vibrar ante el poder de la magia que llevaba dentro. -¡Expecto Patronum!- los miles de hilos volvieron a salir para unirse y formar a el elefante africano que corrió en estampida hacia las criaturas golpeandolas y alejándolas de allí, pero eso no era suficiente porque eran demasiados. Volteé a ver a Beltis y a los demás pero cada quién parecía ocupado en otras cosas. Bastian estaba allí cerca y esperaba que me ayudara conjurando un patronus también. Una sensación extraña se me vino encima, como de mucha pesadez. Era como si alguien estuviera cerca tratando de hecharseme encima pero no entendía nada. Volteé a los lados buscando una explicación y ayuda por parte de los demás mientras conjuraba otro patronus...
  24. Observé a los infieris un momento pensando que se habían quedado allí, muertos para siempre hasta que escuché que Bastian se dirigía hacia mí. Despegué la vista de los cuerpos que yacían en el suelo y le presté atención y luego al objeto alado que no había notado que traía. Era bonito y extraño y no lo había visto antes... o eso creía hasta que recordé haber pasado un día sin nada que hacer por el magic mall y me puse a observar los libros de hechizos que obviamente no había podido comprar por no tener galeones. Maldije por lo bajo y observé las acciones del profesor. Sin problema alguno y con unos elegantes movimientos de la varita recitó los hechizos necesarios para terminar con aquellas criaturas, si es que así podía llamarles. Conjurando un fuego maldito los desintegró a tristes cenizas. Observé atenta, aprendiendo de todo aquello. Como nota mental me puse el ir a comprar los libros apenas tuviera oportunidad. Los otros chicos por otra parte, luchaban contra el horrible escreguto de cola explosiva dispuesto a matar y dejar mal herido a quien se le pusiera enfrente. Una voluta oscura se acercaba rápidamente hacia nosotros... se trataba de un enjambre de dementores. Escuché la orden de hacerme cargo de ellos. Ya había conjurado patronus antes, así que no sería un problema, la cuestión era encontrar el recuerdo más poderoso que tuviera en cuestión de milésimas de segundo. Me paré frente a todos y apunté la varita hacia las criaturas putrefactas que en segundos estarían succionando nuestras almas si no actuaba deprisa. Estaba tensa a causa de los infieri y de todo lo que estábamos pasando. -Expec.. Expecto Patronum- tristes y débiles hilos plateados trataron de salir de la varita. Suspiré hondo y cerré los ojos un par de segundos. Comencé a buscar entre la oscuridad de mis recuerdos, sabía que algún recuerdo me haría suficientemente feliz, solamente que estaba aturdida. El recuerdo del nacimiento de mi hermano llegó a mi, recordé la felicidad que sentí al ver al nuevo integrante de la familia Gryffindor, el día en que me gradué con honores de la escuela muggle, la sonrisa de mi ser amado. -¡Expecto Patronum!- Miles de hilos color plata salieron de la varita hasta lograr convertirse en un elefante africano. Era un patronus corpóreo perfectamente visible. El animal barritó apuntando la trompa al cielo y corrió en estampida hacia aquella manada de dementores, cubrí mi rostro con una mano mientras observaba. Otros estaban cerca de mis compañeros -¡Vé, rápido!- le ordené y no lo dudó dos veces. Todos se fueron, solo la tenue luz del patronus iluminaba a los presentes. -¿Se encuentran bien todos?- mi voz salió fuerte para que me escucharan bien.
  25. Mientras caminábamos por el sendero Bodrick y Kelian comenzaron una pequeña conversación, Beltis y Bastian por su parte, se encontraban en silencio. Saqué la varita y seguí caminando mientras observaba el bosque al que nos habíamos adentrado y en el que pasaban con dificultad los rayos del sol, iluminando muy poco. Supuse que a causa de aquello la temperatura comenzó poco a poco a bajar. Pude darme cuenta de cómo el pasto se llenaba de una fina escarcha y cómo todo se volvía aún más oscuro... apareció la sensación de tristeza en el ambiente y a lo lejos se dejó ver el enjambre de dementores que se aproximaban a nosotros. Ahogué un grito y volteé la vista a los lados... nada más hermoso cubría el paisaje que un hipogrifo e ¿Inferis? ¿De verdad? Maldije por lo bajo y mis ojos casi se desorbitan cuando escuché de Kelian que tenía que hacerme cargo de ellos. Odiaba a los infieris, siempre me habían parecido criaturas despreciables y asquerosas y aún no olvidaba cuando en un torneo me había tenido que meter con ellos. Se acercaban contra nosotros... estaban cada vez más cerca... ¿Qué podía hacer? Pues bien, era la clase de maldiciones así que supuse que podía usar una maldicion imperdonable, no creía que me llevarían a Azkaban puesto que las tenía que practicar. Apunté a uno de ellos que casi se nos echaba encima y grité: -Imperio- la criatura inmediatamente se dio vuelta para atacar a otro de ellos que se encontraba cerca, apunté la varita a otros recitando el mismo hechizo para que nos ayudaran. Pude ver cómo entre ellos se atacaban. Apunté la varita a otro de ellos. -Crucio- se retorció pero no aullaba de dolor, por el hecho de que ya estaba muerto, sin embargo lo detuvo un poco. Seguí atacando ahora con un Sectusempra esperando que eso los detuviera. Uno a uno comenzaron a caer hasta no quedar ningún cuerpo muerto más atacando. Pasé saliva y arrugué la nariz ante el olor a muerto que despedían. Volteé a ver a mis compañeros y a mis profesores, esperando que dijeran algo.

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