Jump to content

Lawan Nguyen Thanh

Magos Expertos
  • Mensajes

    449
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    1

Todo lo publicado por Lawan Nguyen Thanh

  1. Ni las habilidades más extraordinarias del Arcano le permitían ver lo que sus serpientes veían y oír lo que oían. Imprecisa y amplia como fuera la habilidad de comunicarse con las serpientes, no ofrecía tal extremo de entendimiento con ellas como para permitir establecer una comunicación directa con la mente de éstas, y sin embargo la confidencia con Lawan era completa. A tal punto, que horas después de que una de sus amigas africanas se perdiese en el pantano con el Weasley, esta regresaría para contarle lo que había vivido, el cómo el mago se había desempeñado y, no menos importantemente, su veredicto final respecto de si el mago había alcanzado las competencias necesarias como para enfrentarse al Portal de la Habilidad. La serpiente le contaría al Arcano como su aprendiz se había adentrado en el pantano sin temblequear, y no escatimaría detalles respecto a las primeras palabras del Weasley en el dialecto de los ofidios. – Mírame. – le había instruido la serpiente y, como primera prueba, el Weasley había obedecido demostrando comprensión. – La vacuidad de tu alma es evidente para cualquiera que esté dispuesto a observar los signos. Claro está, los ojos que los ven están entrenados, como son los de mi especie. – al principio, sus siseos eran claros y lentos, buscando acostumbrar el oído del novato a su propio idioma. – Mi especie tiene una larga historia, parte de ella es en gran asociación a las Artes Oscuras, por lo que no es la primera vez que veo un alma trastocada. Debo admitir, sin embargo, que tu caso es excepcional. El mago había pecado de la ansiedad que tan común era en su raza, adelantándose a la pregunta que ella misma estaba en proceso de responder. – Este pantano no es como cualquier otro, su magia permite grandes cosas. En algún punto de él se esconde un fragmento de su pasado al cuál nunca se ha enfrentado, y que sin embargo es esencial lo haga para poder continuar. Lawan se perdió en sus pensamientos por un momento, recordando que en ningún momento había advertido al Weasley del comportamiento errático de las serpientes. Ciega como fuese su confianza en lo que ellas hacían y decían, el vietnamita tenía que admitir que para el mago convencional era menester ejercer altos niveles de prudencia a la hora de seguir las directivas de éstas quienes, por decirlo de cierta manera, tenían prioridades en extremo distintas. Volvió a centrar la atención en lo que su serpiente decía, rogando que ésta historia tuviese un buen final, que el Weasley hubiese logrado obrar de manera prudente y cruzando los dedos para no convertirse en lo que le criticó a Báleyr de ser.
  2. Lawan procuró mantener la calma incluso cuando la historia de su pupilo se volvía más y más desesperante con cada palabra. A lo largo de toda su vida, en múltiples instancias se había visto tentado de practicar las Artes Oscuras para adentrarse en travesías no muy distintas a las que le estaban describiendo, y sin embargo bajo ningún punto de vista podía concebir y justificar la irresponsabilidad del Arcano de Nigromancia al encomendarle tal cosa en los estadios más tempranos de su entrenamiento como Nigromante. A decir verdad, Báleyr había tenido suerte de que el muchacho había tenido éxito – a pesar de las consecuencias que había pagado por él – o las autoridades de Mahoutokoro lo hubieran quemado vivo. Al final de su recolección, suspiró en desaprobación ante las prácticas de su colega, pero no se privó de arquear las cejas en una suerte de admiración que poco tenía de noble y, en cambio, pecaba de basarse en lástima. Desde su punto de vista, el precio que su alumno había pagado era excesivo, puesto que por más que la Nigromancia y los edredones de las almas no fuesen su especialidad, no bastaba ser un experto para saber que todo aquello tendría consecuencias irreversibles. El vampiro miró a la serpiente que aún reposaba sobre su hombro, la cual le siseó una segunda instrucción para finalmente desmontarse del torso del viejo Arcano y perderse en el suelo, rumbo al pantano que se encontraba a unos cien metros del bungaló. – Mis condolencias, muchacho. Nuestra alma, innegablemente, define nuestra esencia y viceversa. Sólo puedo imaginar lo desconcertante que debe ser para usted, vivir así. – comentó, cruzando sus piernas a la vez que rebuscaba en el bolsillo de su túnica a por su varita. Una parte de él sentía curiosidad por preguntarle cómo se sentía ser un desalmado, en el sentido más literal de la palabra, pero las instrucciones de su Oxyuranos habían sido claras. Una sencilla floritura con su varita bastó para que un largo trozo de pergamino apareciese en la falda del Weasley. – Este papel contiene los fonemas más comúnmente utilizados en la lengua de las serpientes que, extraordinaria y particular como es, comparte con el resto de las lenguas esta tediosa tarea como primer obstáculo para el aprendiz. Debe manejarlos a la perfección si quiere que la serpientes le entiendan, y viceversa. Lawan se puso de pie, e inmediatamente hizo un gesto con su mano hacia su alumno, que se dispuso a imitarlo. – Apréndelos. Toma cuanto tiempo necesites, pero hazlo rápido, te están esperando. – dicho esto, hizo un gesto con su cabeza hacia el sendero que se abría detrás del río y se perdía entre los árboles hacia el pantano. Sin mediar otra palabra, caminó en dirección a su bungaló y cerró la puerta detrás de sí, su serpiente se encargaría del resto.
  3. El sol finalizaba su travesía diaria para el momento en que alguien golpeó la puerta de lúgubre bungaló, osando a interrumpir el silencio del cual disfrutaban no solo el vietnamita sino sus co-habitantes de múltiples continentes. El sonido fue tan disruptivo que varias de ellas sisearon amenazadoramente a modo de queja, y el bicentenario Arcano hizo eco de las mismas en una propia recolección de palabrotas que no tenía demasiado problema quien quiera estuviese del otro lado escuchase. Sus rodillas gruñeron en cuanto puso el peso de su cuerpo sobre ellas, y a paso lento caminó hasta la puerta a la par que sus pies descalzos abrazaban la tierra debajo de ellos. – Ah, sí, me dijeron que uno más vendría. – comentó el Arcano al abrir la puerta de su bungaló, detrás de la cual se encontraba un joven castaño de unos treinta años – Pero no imaginé que lo haría a estas horas. – agregó, sin tapujos, y se mantuvo en el umbral de la puerta meditando qué hacer con el muchacho. Por un lado, ansiaba retornar al silencio en el que había estado sumido momentos atrás, pero había algo en la parsimonia y el semblante de quien estaba frente a él que lo instaba a hacerlo pasar. Al abrir la puerta, el ruido del río que rodeaba su vivienda se había colado dentro de su vivienda, y unas cuantas serpientes habían emprendido la marcha hacia las aguas de aquel cuerpo artificial. Un corto siseo, que no duró más que una sílaba en el dialecto que utilizaba para comunicarse con el joven, bastó para que una gruesa Oxyuranos trepase en torno a sus ropajes para finalmente posarse en su hombro izquierdo. La serpiente, una de las tantas confidentes del vampiro, le susurró unas palabras al oído y, controvertidas y entrañables como fueran las opiniones de ésta, el Arcano hizo caso de las mismas para finalmente caminar frente a su nuevo pupilo y dirigirse hacia dos bancos de madera que yacían junto al río. – Sígame, por favor, señor... – instó Lawan, inquiriéndole sus apellidos, dado que éste todavía no había prestado formalidades. En un par de zancadas, sorprendentemente gráciles para su edad, llegaron a las banquetas y el viejo hombre tomó asiento sintiendo sus rodillas crujir nuevamente. Con un gesto, instruyó al muchacho a hacer lo mismo frente a él. – Mis serpientes me han convencido de dejarlo tomar la clase esta noche. No me han dicho qué, pero ellas sensan algo en usted que les es interesante.... ¿tiene alguna idea de qué puede ser? – inquirió, y se recostó sobre el respaldo de la banqueta, examinando a su alumno con la mirada.
  4. @@Hades Ragnarok Tranquilo, joven. No desaprobarás la clase por eso, eres libre de volver cuando lo creas conveniente. Yo y las serpientes te estaremos esperando para cuando logres volver con nosotros... entonces, nada más continúa donde quedaste. Verás, que al igual que yo, los ofidios son criaturas por demás pacientes. Te estaré esperando, entonces.
  5. Para Hades Ragnarok Lawan no tenía forma de saber, al menos no en ese preciso momento, acerca de las desventuras de su alumno. Si luego lo juzgaba oportuno, podía visitar el pantano y conversar con las serpientes allí presentes para que estas le relatasen lo sucedido, pero la realidad era que el vampiro confiaba plenamente en sus compañeras y en que la serpiente que había acompañado al Ragnarok se encargaría de gestionar los desafíos adecuados para que su aprendiz adquiriese cada vez mayor fluencia y versatilidad con el pársel como lengua, así como también las habilidades necesarias para comprender las sutilezas de los ofidios como especie. Ambos elementos eran esenciales para dominar el pársel, y constituían pesos y contra-pesos de una balanza perfectamente equilibrada pero sumamente sensible a las desigualdades. Llegaría un punto en que, habiendo enfrentado el obstáculo del pantano, su alumno emprendería la marcha de vuelta a su bungaló, probablemente en busca de su próxima tarea que lo pudiese un paso más cerca de la prueba de la habilidad. Lo que Hades no sabía, sin embargo, era que Lawan había entretejido todas las variables de antemano, de manera que éste estuviese entretenido, ocupado y (sobretodo) desafiado por un largo tiempo, hasta que finalmente llegase nuevamente a su morada. De hecho, el vampiro había sido tan meticuloso a la hora de ordenar los obstáculos que estaba seguro de que, si Hades lograba volver junto a él, estaría en condiciones de tomar la prueba frente al portal. Pero aún faltaba para eso. Justo en el momento que la serpiente terminaba de hablar con él, siseándole todas esas cosas que él no quería escuchar, otra serpiente se apareció frente a él y reptó por su cuerpo hasta llegar a su hombro. De color cobre y ojos amarillentos, permaneció quieta sobre el músculo deltoides del hombre mientras lo evaluaba cuidadosamente: había estado espiando todo lo ocurrido desde que llegó, y tenía órdenes explícitas de Lawan para servir de guía en caso de que lo considerase necesario. – Muy interesante.– le siseó esta, tras unos segundos – ¿Por qué te enfocas tanto en tu pasado? Deberías imitarnos a nosotros, las serpientes, y desprenderte de esas escamas viejas... hay tanto que podrías lograr, si de verdad te lo propones. Posteriormente, la serpiente guardó silencio, y así lo haría hasta que su alumno emprendiese la vuelta hacia el Arcano. Sin embargo, a medio camino, las dos serpientes que ahora él portaba sobre su cuerpo le supondrían el próximo desafío: ¿cuándo era sensato confiar en las serpientes, y cuándo no? Ambas lo desafiarían de manera distinta, pero Lawan esperaba que su alumno fuese capaz de hacer la disquisición de cuál serpiente lo estaba llevando a la ruina, y cuál hacia la victoria. Para Xell Vladimir Potter Black y Hayame Snape Potter Black Por unos cuantos segundos, el vampiro fulminó con la mirada a la más irreverente de sus alumnas. Había circunstancias, pocas y contadas con los dedos de las manos, en la que ni toda su paciencia le era suficiente para querellar la ira que la falta de educación por parte de sus alumnos le generaba. En un intento por mantener la calma, y asegurarse de que sus próximas palabras salieran de la manera más calma y templada posible, cerró los ojos y contó de dos en dos un par de veces hasta que sintió el enojo ceder. No era la primera vez que tenía a un británico quejándose del predicamento de los Arcanos, pero si tan sólo ellos supiesen lo mucho que dejaban que desear... cuán ofuscados estaban por su arrogancia, y cuán mejores podrían ser si tan sólo se permitiesen ser más humildes, sin ceder en ser asertivos. - ¿No se le ha ocurrido pensar, quizá, que si todos nos quejamos de usted quizá el problema sea usted y no nosotros? – dejó salir, finalmente, su voz llena de templanza y sin un rastro de las emociones que momentos atrás lo habían percudido. – Déjeme ser sumamente claro en esto, muchacha, a la próxima irreverencia de parte de usted tendré que pedirle que se vaya. No se quedó a esperar una respuesta. No la necesitaba, no la quería, y tampoco le importaba. Tener un cargo como el que el ostentaba le permitía al menos la licencia de reservarse el derecho de admisión con sus alumnos, una de las pocas cosas contra las que Mahoutokoro no había opuesto resistencia. Con su dedo índice y medio, instó a ambas muchachas a acercarse a la mesa de trabajo, donde varios pescados yacían inertes sobre la mesa esperando a que alguien trabajase sobre ellos. Lawan le dedicó una breve mirada a su tercera alumna, quien parecía perdida e intimidada por la situación; tendría que ver qué le ocurría una vez dispusiese de las dos recién llegadas. – Los motivos referidos son válidos, independientemente de lo atroz que me resulte la idea de tener a un basilisco en un circo. – admitió Lawan. – Para empezar, trabajaremos la paciencia, algo de lo que evidentemente estáis en falta. Quiero que cada una de ustedes tome un pescado y, utilizando sólo el cuchillo, le quiten todas las espinas procurando no dañar el resto de los tejidos. Desde luego, el uso de sus varitas está terminantemente prohibido. El vampiro le cedió el espacio que ocupaba frente a la mesa a una de las muchachas, de manera que ambas quedaron enfrentadas. Por unos segundos, permaneció en silencio mientras ellas empezaban a trabajar. – El pársel no es igual al resto de las lenguas, ni siquiera aquellas que utilizan los magos para hablar con otras especies. Verán, para que una lengua (cualquiera sea esta) exista como tal, son necesarios dos componentes: por un lado precisamos de las palabras y los significados que estos acarrean, pero también es fundamental conocer con quién nos estamos comunicando. Si todo sale bien, de mí aprenderán no sólo la fonética y lingüística de este idioma, sino también a entender y respetar a las serpientes como individuo, y sobre todo, como comunidad. Verán, las serpientes son seres por demás oportunistas, sin importar cuán fieles crean que les son a ustedes... su instinto más primitivo es la auto-preservación, por lo que es menester entender esto para luego analizar las vicisitudes del lenguaje. Lawan hizo una pausa, y vio que ambas muchachas se habían quedado mirándole, interrumpiendo su labor. – Prosigan – instruyó – no habrá necesidad de hablar. Lo que las muchachas no sabían, es que momentos más tarde Lawan conjuraría una imitación casi perfecta de un gallo. Éste cantaría, y si bien su canto no resultaría letal para el Basilisco que una de ellas había traído, sí que lo alborotaría. Estaba interesado en observar cómo se las apañaban para menguar la exasperación del rey de las serpientes en estadios tan tempranos de su instrucción.
  6. A partir de hoy, tenemos una nueva maestra de las serpientes. La señorita Roxanne W. ha aprobado satisfactoriamente su prueba de habilidad, vinculándose con el anillo de los hablantes de pársel.
  7. A pesar de no poder interceder en lo más mínimo, Lawan tenía una visión muy clara de lo que Kaori estaría haciendo en su prueba: la magia del anillo que ella ahora portaba los vinculaba de una manera especial, y gracias a éste vínculo él tendría un asiento en primera fila para las aventuras de la mujer en su prueba de la habilidad. En muy pocas oportunidades a lo largo de su historia como docente, había optado por darle a sus alumnos la privacidad necesaria para afrontar la prueba solos, pero eventualmente había aprendido a estudiar la magia del portal como un simple espectador. De hecho, el portal le había enseñado un par de trucos a lo largo de su carrera docente, trucos que le eran tan útiles con los ofidios como en la pesca. Para el vietnamita, el tiempo parecía correr más rápido que para su alumna, dado que la vio padecer la espera hasta que el sol se puso en el horizonte, momento en el cual podría visitar a alguien que Lawan no conocía pero que aún así podía intuir era de gran importancia para la mujer. Precisamente por estas razones es que, en situaciones muy particulares, se había abstenido de visualizar la prueba de sus alumnos: el portal tenía una tendencia a desvelar los secretos, ambiciones y anhelos más profundos del corazón de sus alumnos, y de tanto en tanto recordaba su propia experiencia en el portal cuando tomó la prueba para ser el Arcano de la habilidad. Aún vívida permanecía en su mente la sensación de incomodidad saber que alguien lo estaba observando, independientemente del criticismo constructivo que recibió a posteriori en consecuencia de ello. La mayor de las veces, sin embargo, se decantaba por observar las pruebas de sus alumnos. No por chismear, sino porque se inflaba de orgullo de tanto en tanto al ver a sus alumnos superar obstáculos impresionantes. Era, verdaderamente, uno de los mayores placeres para un instructor ver a un alumno superarse a sí mismo utilizando ni más ni menos que sus propias herramientas. Kaori estaba demostrando una excelente templanza, y ya era por demás evidente que su manejo del pársel era digno de obtener una calificación aprobatoria. El portal pareció estar de acuerdo con su asesoramiento, dado que la vio atravesar una puerta y segundos más tarde, ambos fueron retrotraídos a la realidad. Kaori estaba allí frente a él, la emoción de los sucesos recién vividos aún plenamente plasmados en su rostro, pero al menos tenía buenas noticias para darle. – Creo que el anillo habla por si solo. A partir de hoy, estaremos conectados por medio de él. – musitó el Arcano, mirándola fijamente a los ojos. – Felicitaciones, ha aprobado la prueba y puede considerarse, de ahora en más, una hablante de pársel. Por un segundo, pensó que aquello sería lo último que diría. Aunque se animó a agregar, antes de partir: – Señorita, si me permite... no hace a vivir el perderse en los fantasmas del pasado. La paciencia que espero haberle enseñado en su entrenamiento, es menester para dejarlos atrás y buscarle un nuevo sentido a la noche. Tenga usted buenos días.
  8. Lawan esperó, paciente, a que su aprendiz llegase frente a la pirámide. A pesar de tanto tiempo ejerciendo la labor de instructor de la habilidad, nunca se cansaba de esperarlos mientras atravesaban todos los obstáculos a los que tenían que hacer frente de camino a la pirámide: la pesca y el tiempo le habían dado la paciencia que necesitaba para ello. No corría la misma suerte con manejar la ansiedad y la intriga que tenía acerca de qué estaban haciendo de camino a él: cómo atravesarían el lago, el bosque o el laberinto, como utilizarían sus habilidades, qué los haría detenerse, qué los haría continuar. Lawan siempre les preguntaba a sus alumnos al inicio de la clase qué era lo que los llevaba a estudiar pársel, más era detrás de aquellas preguntas que se escondían los verdaderos motivos; impasibles de ser percudidos por el tinte de las palabras. El vietnamita tenía los medios para saberlo. Si quisiera, podría haber hecho uso de su magia para seguir en tiempo real las aventuras de Kaori, pero no hacía mucho tiempo que había caído en la cuenta de que, una vez en la instancia de la prueba de habilidad, poca injerencia tenía él sobre el vínculo entre ella y el pupilo. Salvo casos excepcionales donde el alumno no se mostraba a la altura, la mayoría de ellos llegaban en distintos estados de salud y sanidad a la pirámide y, para él, aquello era y debía ser suficiente. Ya luego el haría el camino de Kaori en sentido inverso y les preguntaría a las mambas negras como se desempeñó dentro del laberinto, o visitaría a sus espías en el bosque para saber que había hecho para safarse del basilisco. Incluso, si el clima se mantenía así de agradable, se daría un chapuzón en las aguas del río para ver de qué manera el barco había llegado a buen puerto. Toda aquella información le serviría para futuros pupilos, pero el destino de Kaori era ahora decisión pendiente de la magia del portal. Para cuando la mujer se apareció frente a él, la consternación era clara en su rostro, aquello le causaba curiosidad pero era lo suficientemente prudente como para saber que no era asunto suyo. Lawan ya tenía el anillo de la habilidad que Kaori debería llevar consigo en la palma de su mano, por lo que decidió no perder más tiempo y guiar a la cuasi-hablante hacia la última prueba. – Bienvenida, señorita. Venga conmigo. – el vampiro guió a la mujer hacia el portal que, al percibir la presencia del anillo que él llevaba en su mano, reorganizó sus puertas para que sólo la de la prueba de Hablantes de Pársel se mantuviera presente. Lawan le extendió el anillo. – Es la hora de la prueba final. Advertida quedas, sin embargo, de que yo no entraré ni podré ayudarte en ella. Para todos los propósitos, estarás sola allí. – Aquello no era del todo cierto, él podría acceder a todos sus sentidos gracias a la magia del anillo que Kaori debería colocarse alrededor de uno de sus dedos, pero poco le serviría a ella saber eso si él tenía terminantemente prohibido asistirla. – Debo preguntarte, por última vez, ¿estas segura que deseas hacer la prueba? No hay vuelta atrás. Si ella daba el sí, el portal se activaría. – . El anillo que te acabo de dar está fuertemente vinculado con el mío, de manera que si completas la prueba, una parte de ti irá conmigo siempre. – hizo una pausa, y dirigió ahora su mirada al portal que brillaba incorpóreo más de alguna manera tangible a unos pasos de ellos – Si en algún momento deseas abandonar, bastará que toques el anillo y su magia te retrotraerá aquí. Ten en mente que, si lo haces, nunca más podrás pasar por la Puerta de Pársel. – Buena suerte. – la instó, por último. Poco sentido tenía dar palabras de aliento falsas.
  9. El Vietnamita esbozó una sonrisa al escuchar a Kaori aceptar la prueba final. Las sonrisas no eran de lo más propio de su comportamiento, y sin embargo en ese momento la sintió con total sinceridad: el progreso de la muchacha a través de la habilidad había sido largo pero verdadero, honesto bajo cualquier estándar ya que no había estado exento de las dificultades que cualquiera atravesaba al tratar de comprender una especie tan radicalmente distinta a la propia. Y, sin embargo, era ese camino recorrido – con todos sus aciertos y desaciertos – la que la hacían estar preparada. Lawan concertó la fecha y hora con la muchacha y la observó partir por el sendero que se alejaba el rio que bordeaba su morada. No se había alejado mucho de su bungalow para hablar con ella, al punto que desde donde estaba podía ver a sus dos alumnos restantes trabajar en las tareas que les había encomendado. Mientras que Alessa aún tenía que dejar que la serpiente la instruyese en la delicadeza con la que debía manipular los pescados y utensilios, Hades parecía haber tenido éxito en comenzar la conversación con su Agkistrodon que permanecía enroscada alrededor de su muñeca, oyendo atenta lo que él tenía para decir. << ¿Acaso... >> se preguntó << ... era hora de presentarle el próximo desafío? >> Aprender pársel, en muchos sentidos, era idéntico a aprender a pescar. Así como la lengua de las serpientes no se limitaba sencillamente a reglas de fonética, pescar era más que tirar el anzuelo y esperar. Para empezar, la paciencia era elemental en ambos, aunque lo fuesen por razones distintas. Las serpientes vivían el tiempo en una relatividad distinta a los humanos: no tenían prisas ni apuros, por lo que comunicarse con ellas no debía ser tomado a la ligera y, al contrario, debía ser un acto meditado en todas sus fases. Quizá por eso era que él prestaba tanta atención a sus palabras incluso cuando conversaba con humanos. En segundo lugar, hablar pársel iba más allá de conversar con las serpientes, era menester comprender como ellas pensaban y operaban, tal y como había que saber de aguas y carnadas para saber cuál anzuelo era mejor. – Hades. – lo llamó, tras haberse acercado un poco. – Ven, por favor, y tráela contigo. – agregó haciendo referencia a la serpiente con la que había estado conversando. El vampiro comenzó a caminar en dirección opuesta a la que había venido, más siempre manteniéndose al borde del río. – Si sigues por este sendero, llegarás a un pantano en el que encontrarás tu temor más grande. Quiero que la lleves contigo y escuches lo que ella tiene para decir, que probablemente sea mucho. Noto que está bien predispuesta hacia ti y probablemente intentará ayudarte a zafar de lo que te espera, pero recuerda lo que te dije: el pársel no deja de ser una lengua como cualquier otra, y el peso de sus palabras muchas veces queda supeditado a los oídos del receptor. Prefirió no mediar otra palabra con él, no quería confundirlo. Tan concienzudo como era del peso de sus palabras, era igualmente considerado con el significado de los silencios. El siseo de múltiples serpientes al unísono interrumpió su tren de pensamientos, más de ellos poco podía interpretar dado que no tenían coherencia alguna y su discurso estaba completamente alterado por la emoción que algo les provocaba. Curioso, comenzó a caminar en dirección a ellas; no había muchas cosas que pudiesen generar aquella respuesta y si bien años atrás, cuando apenas comenzaba a dar clases para la Universidad, sus serpientes se comportaban como tal siempre que un nuevo alumno aparecía en los terrenos de su morada, con el paso del tiempo se habían acostumbrado al flujo de magos que entraban y salían de ella y sus exabruptos eran significativamente menos frecuentes. ¿Qué, entonces, había pasado como para que se pusiesen así? Lawan decidió dejar a Alessa trabajar con la serpiente un rato más – todavía había mucho que corregir en la técnica y procedimiento de su labor manual – y se dirigió a la entrada de su bungalow donde dos muchachas se habían aparecido, una de las cuales gritó en sorpresa llevándose las manos hacia la boca ante algo que la otra le mostraba. El vampiro frunció el ceño, indignado ante la falta de respeto y consideración que interrumpió el silencio que de otra manera siempre había allí para lo sofisticado de su arte: pesca o pársel. << Humanos >> rezongó, dentro suyo. << Tan carentes... siempre. >> Avanzó hacia ellas en silencio salvo por unos cuantos siseos que se perdieron entre todos los otros, comandando a sus compañeras un poco de tranquilidad hasta que él pudiese disponer de las recién llegadas: pronto la tranquilidad estaría re-instaurada. No fue hasta que estuvo a menos de dos metros de distancia de ellas que notó la razón por la cual una de ellas había gritado y, aún más, por qué sus ofidias se mostraban tan exaltadas. – No. No podéis pasar. – contestó este, ante la pregunta de una de ellas. – Dime que te han tratado bien. – siseó en un pársel fluido y rápido al basilisco que una de ellas cargaba, casi escondido. Este aún era joven, su mirada lejos de ser letal. ¿Qué hacía bajo la tutela de alguien que ni siquiera podía conversar con él? Lawan negó con la cabeza ante la desidia que los magos infligían a veces contra las otras especies. << Deberéis aprender el valor del silencio y el respeto por su sonido antes de ello. >> continuó, esta vez en una lengua que ellas pudieran comprender. << ¿Queréis explicarme qué les hace pensar que tienen la potestad de venir a gritar por aquí? Y, aún más, ¿para qué lo has traído aquí? >> dijo, haciendo un ademán con su cabeza hacia el basilisco. Era consciente de su exabrupto pero, templado y prudente como era, a veces la desconsideración de los magos le resultaba demasiado. – Asumo que estáis aquí para aprender pársel, ¿no? ¿por qué? ¿qué queréis sacar de ella? – inquirió, mientras pasaba por al lado de ellas y se dirigía nuevamente a la mesa de trabajo donde la Delacour se encontraba; asumía tendrían la decencia de seguirlo – Advertidas quedáis, estaréis aquí un largo tiempo si no sois capaces de demostrar respeto.
  10. Si bien la dedicación de Kaori había sido suficiente para que decidiera enviarla a la isla, lo que allí sucediese no dependía de él o de la voluntad de la chica. Era una suma de cosas y si tendría o no la capacidad de utilizar el pársel para poder hacerse con el poder de llegar a la pirámide. Eso, ella también lo sabía muy bien. Lawan decidió darle unos días para que pudiera prepararse. Sería un tiempo en que, además, la muchacha podría compenetrarse mejor con la compañera que él había permitido que marchara con ella, Mawar. Conversar, entablar un mejor lazo de confianza, eran tan solo los pasos iniciales. La serpiente bien podría significar, allí dentro, la diferencia entre la vida y la muerte. Quizá ella o sabía o quizá no, eso no importaba. Tendría que llegar al embarcadero a las siete en punto y desde allí, abrirse paso entre las brumas del lago. Éste no sólo estaría atestado de serpientes, si no que algunas de ellas eran más que capaces de constreñir la endeble barca con sus cuerpos. En el agua, más allá de todo peligro, habían incluso aquellos que eran mucho más antiguos que cualquier cosa que Kaori hubiese conocido. Hasta el punto de ser llamados vestigiales. Ese solo era el inicio, el agua no era lo único que tendría que superar. El bosque que la recibiría del otro lado también tendría otras novedades. Si la muchacha ya lo conocía, al verlo una vez más, entendería que para llegar a la pirámide, el bosque sería prácticamente un lugar nuevo por descubrir: lleno de formas ocultas, de espacios engañosos y sensibles a los cambios de la magia y el calor. Más adelante, encontraría un guardián, un laberinto y luego, tendría que resolver un enigma. Si había entendido lo suficiente durante su formación, sería capaz de superarlo. Si no… tendría que rendirse. Lawan no iba a ser permisivo solo por el hecho de que hubiese considerado que estaba lista. Nadie más que aquellos que estaban del todo preparados eran los que podían ingresar a la pirámide, recibir el anillo del neófito y probar suerte con la prueba. Por supuesto, todo eso todavía no estaba dicho. Lawan aguardaría, paciente. Kaori tendría que superar todos los obstáculos, uno a uno, sin apresurarse o intentar adelantarse antes de tiempo, pues el apuro podría significar también cometer un fallo irreversible. Con paciencia, si todo conjugaba para ello, conseguiría su objetivo.
  11. A Lawan casi se le escapó una sonrisa cuando notó que el recién llegado no le temía al trabajo de mano. Eso, al menos, empezaba a indicarle hacia qué rumbos podía encaminarse su aprendizaje. Escuchó sus palabras con atención, intentando no perderse los matices. Parecía un hombre articulado, de esos que piensan dos y hasta tres veces lo que dirán. En las muchas vidas que Lawan había decidido llevar a lo largo de casi trescientos años en el mundo, varias veces había optado por ese modo de comunicarse, sobretodo durante las épocas que debía ausentarse de las zonas pantanosas o ríos donde sus oyentes no necesitaban de muchos modales. Aun así, sintió que dentro de su formalidad se ocultaban fragmentos de su personalidad que serían necesarios de explorar. - Es verdad, las serpientes pueden llegar a ser grandes consejeras - iba diciendo a la par que extraía los ojos de las cuencas de un pescado -. Pero no te confíes. El que puedas acceder a su lenguaje no las examine de su condición como seres vivientes y pensantes. Su influencia puede ocasionar maravillas o estragos dependiendo del oído que las interprete. ¿Por qué consideras que sus consejos podrían ayudarte a proteger a tu familia? ¿De qué peligros has de defenderlos? - hizo una pausa para sacudir sus manos -. Si en verdad deseas que tu conexión con ellas se libere y crezca, el primer paso es dejar que ellas te conozcan a ti. El hombre siseó una palabra de invitación hacia una de sus amigas. Pasaron unos pocos segundos hasta que una Agkistrodon contortrix, más conocida como Cabeza de Cobre, ascendió por sus piernas y recorrió su torso hasta deslizarse por el brazo izquierdo, el que luego extendió hacia Hades. La criatura extendió medio cuerpo en el aire a la espera de que la recibiera. - Cuéntale, sin miedo. Ella ama las historias - dijo Lawan en Pársel -. No importa si usas tu idioma humano al principio, estoy seguro que poco a poco encontrarás la manera. Para cuando giró al encuentro con Alessa, Lawan alzó las cejas cuando se percató de la sangre. Pese a considerarse una tarea sencilla, él tenía muy en cuenta lo complicado que podía llegar a ser una tarea si las manos desconocían el material. Por eso llamó a otra de sus compañeras, una Malpolon monspessulanus, y le pidió que subiera por la pierna de su aprendiz hasta enrroscarse en el brazo donde sujetaba el cuchillo, sin apenas presionarla. - Pídele que te ayude - recomendó Lawan -. Dices que intentó enseñarte, tal vez allí empezó el error. La naturaleza de este lenguaje no se alberga en las páginas de pesados volúmenes de una biblioteca europea, ni tampoco en los pizarrones de clase que usan sus castillos. En realidad, ningún idioma debería ser aprendido de esa manera. Tú aprendiste inglés porque tu entorno así lo hacía, como en el caso mío con el vietnamita. Nuestros oídos inconscientes y liberados de toda estructura o molde no dudaron en dejar entrar nuevas palabras y sonidos que poco a poco fueron construyendo conceptos y doctrinas - carraspeó -. Nuestra lengua materna está conectada con nuestra emocionalidad precisamente por la ausencia de regla - señaló a la serpiente en su brazo -. Permítete sentirte libre como ella, que va por la tierra tan despreocupada y aprendiendo cada día. El trabajo en equipo suele traer consigo buenos resultados. Al final, cuando decidió levantarse, la cubeta estaba repleta. Lawan se sacudió y usó magia para extraer agua del lago e intentar quitarse el olor a pescado de las manos, pero aún lavadas tenía el presentimiento de que sería imposible. Llamó a Kaori en Pársel y le invitó a caminar lo suficiente para obtener privacidad. Había observado su labor y dedicación, y aun más importante, parecía que el don se manifestaba de manera cada vez más natural. Su avance le daba razones de sobra para considerarla preparada para el siguiente gran escalón. ´Me imagino que sabes por qué te llame´ - comenzó a decir en pársel, sin detener la apaciguada caminata frente a las aguas calmas del río -. ´Ellas me comentan que estás listas para la prueba definitiva, esa que te mostrará el camino hacia la conexión total con su mundo, pero la decisión es tuya. No tengo problemas en que me ayudes unos días más a pescar y quitar entrañas´ Lawan debía ofrecer ambas opciones, pero en su interior, al igual que sus compañeras y sus siseos, estaba convencido de que Kaori debía ir al encuentro de la Pirámide. @@Hades Ragnarok @ @
  12. -El veneno tiene grandes poderes curativos si sabes prepararlo con la dosis adecuada, caso contrario es letal -Dijo Lawan poniéndose al trabajo de abrir con el cuchillo la pescado por debajo de su hoja hasta casi la cola, luego quito las entrañas y lo aparto a un costado en otra cubeta. Era un trabajo manual muy recomendable para forjar el carácter, pocos podían apreciarlos de aquella forma - La fonética tiene palabras desconocidas. El pársel parte de allí, pero a lo largo del tiempo se fue modificando para ir evolucionando hasta ser lo que conocemos hoy en día. Es una pena que no pudieras tener una conversación mas profunda con él. Te habría servido de ayuda, una vieja leyenda cuenta que escuchar el sonido que produce al hablar durante mas de cuarenta minutos, te confiere la sabiduría de su especie. ¿Si estuviera en tu poder, lo harías diferente? Sé que extrajiste veneno de más, ¿Porque? El Arcano hizo un ademas al mago que había aparecido por la puerta, para que se sumara al trabajo manual de limpieza. Hizo un movimiento perezoso de su varita para que una nueva vasija con su respectivo cuchillo aparecieran a un lado de ellos. No espero a que el alumno se sentara antes de empezar hablar. -Para que sean buenas las tardes debe de tener un motivo. ¿Cual es? -Preguntó - ¿Que lo trae aquí? -Lawan solía hacer esa pregunta para saber los motivos que inspiraban a un mago aprender la habilidad. Durante el tiempo que daba clases había escuchado motivos absurdos hasta algunos que daban cuenta lo peligroso que podía llegar una persona con magia rondando en su sangre. -¿Cree que entendiendo el Pársel habría cambiado el desarrollo de los acontecimientos? ¿Porque habría influido en lo que ocurrió? -Preguntó a su vez a Alessa - ¿Que es lo que sabes del Pársel?
  13. El Arcano vio marchar a la bruja con el Grimorio sospechando que no volvería a verla. No era la primera vez que un alumno hacia promesas en vano y jamas volvía aparecer. La preocupación por el libro tampoco era algo que pudiera despertarse dentro de él, todos sus objetos al salir del oasis tenían un hechizos de permanencia que haría que volviera aparecer en aquel sitio a los pocos días. Esperaba que el conocimiento que encerraba en sus paginas, fuera rápidamente leído y comprendido. Lawan utilizo su magia mas primitiva para someter al clima a calmarse y volver a encontrar motivos de paz. Las serpiente serian despedidas con honores, como merecían por cumplir con su deber. Los días siguieron pasando hasta que la alumna volvió a pisar el oasis para cumplir con su misión. Realmente la había mandado con un objetivo casi suicida. El Grootslang era cruel y despiadado, ademas de no tener contacto con nadie por fuera de esas cuevas. Debería de prestar atención por si se precisaba de su ayuda. No hizo falta, la aprendiza logro hechizar al Grootslang con ilusionismo, y este, preso de la confusión no logro darse cuenta lo que ocurría hasta que no fue muy tarde y la bruja ya habia logrado robarle el veneno necesario para cumplir con su objetivo. Un logro impresionante, sin dudas. El Arcano amarro la red de pesca con un nudo antes de ponerla sobre sus hombros. Los pescados frescos aun se movían a medida que iban perdiendo la vida en el camino al Bungalow. -¿Les gusta el pescado? -Preguntó pasando de largo a las mujeres subiendo los peldaños de la entrada a la vivienda donde había una cubeta de madera con agua donde empezó a desenredar a los pescados de la red para posteriormente ponerlos dentro del agua - Cuéntame del Grootslang. ¿Era como lo imaginaste? ¿Su fonética era muy antigua como parece? -Se detuvo a mirar a la otra bruja, unos segundos antes de decirle - ¿Tienes experiencias con ofidios? ¿Que te trae aquí? ¿Para que quieres ser una hablante de Pársel? Una vez que termino de liberar los pescados de los hilos, tomo la cubeta e ingreso con ella a la vivienda. Allí había tres fuentes esperando con sus respectivas cuchillas para que se pusieran a destripar los peces.
  14. Informo que Demian Luxure se a vinculado de manera satisfactoria con el anillo de Hablantes de Pársel. Felicidades.
  15. -Bienvenido de regreso, Aprendiz -Dijo el Arcano cuando el Luxure recupero la conciencia. Habia estado unos cuantos minutos dormido el tiempo suficiente para que el anillo del aprendiz se materializara en su mano mientras el portal, en la pirámide, se abriera para dar paso a un misterioso vórtice que le daría aun mas lucha - ¿Estas preparado para probar que mereces la habilidad? -Preguntó, antes de dar un paso hacia atrás señalando el agujero temporal. Demian debería decidirse a cruzarlo, si estaba listo para probarse y ganarse el derecho a portal la habilidad. En caso contrario el portal se cerraría y el alumno tendría la posibilidad de volver en algún otro momento cuando su mente y cuerpo, estuvieran preparados. El anillo de aprendiz también sufriría una trasformación al aprobar la prueba, volviéndose una copia hermana del Arcano que simbolizaría la habilidad ganada. Lawan espero paciente para que Luxure respondiera, tenían un pequeño margen de tiempo para acabar allí. Del otro lado del portal, Demian experimentaría sus propios miedos mentales. Tendría que demostrar una sola vez que su capacidad de aprendizaje había funcionado. Lawan no podía ver lo que el alumno vería dentro del vórtice, pero si estaría acompañándolo a través de su propia mente, viendo detrás de los ojos del alumno, por las dudas que tuviera que intervenir o recuperar el cuerpo del mago. Todo era posible.
  16. Lawan estaba vigilando todos los movimientos del aprendiz a cada paso. Aunque suponía que ya tenia un plan armado a la hora de ingresar a la prueba, lo molesto que sus compañeras aceptaran alimento a cambio de ayudarlo. Era un método extraño para las ordenes estrictas que solía imponer. Mas no interfirió en el desempeño del alumno. Sabia que llegar hasta ahí era un logro, pero mantenerse en pie y soportar toda clase de situación adversas era muy distinto. Sin embargo, sin interferir en el resultado de los obstáculos del aprendiz, podía evaluarlo con precisión, sabiendo que pensaba a cada paso que lograba dar. Tuvo la suerte de sobrepasar el río y llegar ciego hasta la orilla, donde la visión volvió a ser un sentido mas en el cuerpo. Ahora debería de pasar por el laberinto, para poder llegar al centro del mismo y subir hasta la pirámide. Se concentraría en observar con mas intensidad lo que ocurriera dentro de las paredes del laberinto, y como lograría desenvolverse con los obstáculos que allí había. Muchos ofidios pocos colaborativos, eso era un hecho.
  17. El Arcano no estaba satisfecho con la explicación de la alumna. El Oasis era un serpentario inmenso y coexistían, en su mayor parte, serpientes de todas las clases. Se daba por entendido que todo aquel que intentara tomar la habilidad sabría que debería enfrentarse a rispideces en el ingreso a un hábitat diferente. Era ella quien había irrumpido en un territorio habitado, y no la serpientes, quienes como cualquier animal defendieron su posición de un intruso. Habiendo visto todo aquello no había podido bajar su cólera. -No lo sientes, entraste a un territorio desconocido y habitado por especies diferente a la humana. Las serpientes actuaron en consecuencia. Ya muertas, no sirven de nada y vivas por medio de fuerzas oscuras tampoco -Sentencio, antes de poder ver las grandes olas invadir la playa y las ráfagas de viento se ensañaban con las plantas, arrancándolas de cuajo. El olor a ozono impregnaba cada partícula del oasis. -Entra -Ordenó mientras abría la portezuela de madera para ingresar al interior del bungalow. El ambiente ahí dentro era como el de una casita de pescador, simple y funcional. Habia anzuelos, cañas, un pequeño fogón que le permitía cocinarse y varios libros, entre otras cosas. Lawan permitió que la bruja se sentara cerca del fuego e invoco al fuego para que llameara sobre las brazas, con la intención de calentar el lugar. Por la ventana podía verse el caos mágico que había formado el asesinato a sangre fria de los ofidios. -En sudafrica existe una serpiente llamada Grootslang... -Empezó a relatar Lawan -Se dice que tiene la misma cantidad de años que la creación del propio mundo. Se le adjudican la propia creación de los elefantes y las serpientes. Vive en una cueva que se llama La Fosa sin Fondo en aluna zona de Richtersveld. Su hábitat es muy oscura y tiene miles de diamantes en sus paredes que reflejan la poca luz del sol que llega a ingresar. Similar a un sistema de espejos. El aspecto de esta colosal serpiente es muy particular, porque tiene rasgos de elefante en su cabeza tales como trompa, orejas y colmillos mezclados con el habitual físico de los ofidios, su largo cuerpo cilíndrico, el sentido de orientación y un potencial veneno aun no estudiado -el Arcano hizo una pausa antes de continuar - Hace muchos años... no puedo precisar la cantidad. Traje un espécimen de aquel ejemplar, que hoy es adulto y habita en una de las cuevas cerca del arrollo cruzando el bosque. ¿Crees que puedas intentar ir a entablar una conversación con aquella serpiente? Quiero un poco de su veneno para estudiar, y de seguro su fonética antigua, te puede ayudar a entender mejor las palabras en Pársel -Hizo entrega de uno de sus preciados libros, tan antiguo que en su tapa ya no se leía el nombre - Este es un grimorio con correcciones en la forma correcta de emitir el sonido que entona la habilidad. Solo con practica podrás sacarlo por completo de tu mente, es como una tecla que debes activar.
  18. Lawan espero al aprendiz en tierra firme. Podía verse detrás de él, un cruce de agua dulce que parecía en calma a pesar de la tormenta que se veía en el cielo plomizo con relámpagos que iluminaban por momentos el tétrico ambiente. Debajo de la superficie apacible del mar, no se podía ver a ojo humano, las cuatro grandes serpientes marinas que vigilaban el camino a la isla, donde se encontraba la entrada al laberinto y en el medio, la gran pirámide. El Arcano una vez que sus ojos observaron al recién llegado, se dispuso a hacerle una seña para que abandonara su varita dentro de una caja de piedra con un mullido almohadón de terciopelo en su interior. Una vez que el alumno cumplió con su pedido, lo siguió observando en silencio antes de quitar de uno de los bolsillo de la oscura túnica, un frasquito que contenía una espesa mezcla de color blanco. -Debes cruzar con la barca el rio, pero para eso, deberás encontrar una forma de que las serpientes no den vuelta el bote a medio de camino. No le gustan los intrusos, y no te sera fácil convencerlas de que te dejen pasar. Usa la sabiduría y tus sentidos -Le entrego el frasco - Toma esto antes de ingresar al agua, la barca aparecerá a los cinco metros de ingreso al sentir tu presencia. Esto te ayudara a verlo. Lo que Lawan no estaba diciéndole al Aprendiz, es que el propio lago tenia un encantamiento en su agua que dejaba ciego a las personas que ingresaban para cruzar. El frasco solo le daría inmunidad los primeros dos metros para que lograra guiarse a donde estaba la barca, luego de eso, ya no podría ver y debería de dejarse llevar por su sentido de supervivencia y lo aprendido en la propia clase. Una vez que llegara a tierra, el alumno debería pasar por el laberinto lleno de serpiente que querrían arrancar cada parte de él. Eran completamente salvajes con poco alimento con el cual mantenerse, lo que las hacia el doble de peligrosas para los aprendices que cruzaban por los caminos errantes del laberinto. Sin varita, Demian debería encontrar una forma de manejarse durante todo el camino recibiendo ataques a diestro y siniestro. Solo pocas serpientes se dejarían convencer para ayudarlo a utilizar el camino, menos concurrido, pero aun así, peligroso en su extensión. Sin embargo, si Demian lograba sortear esos dos objetivos, se encontraría con la gran pirámide donde Lawan estaría esperándolo para volver a preguntarle una vez mas, si estaba preparado a cumplir con la ultima prueba. @
  19. Para Demian Luxure. -A veces no debes interpretar una pregunta sencilla como un motivo para justificar las intenciones internas-Respondió Lawan con voz neutral. El Aprendiz había demostrado que estaba preparado para cumplir un reto mayor, aunque se equivocaba en lo referente al corazón puro. El mismo Arcano tenia un pasado oscuro que prefería dejar para sus fantasmas - Un corazón puro o intensiones de luz no van hacerte entender el Parsel de la mejor forma. Esta habilidad nace contigo cuando llegas al mundo, aveces cuesta que despierte, pero otra veces es muy sencillo y se desarrolla de forma natural a lo largo de la vida. El Arcano no estaba molesto por las ansias de poder que Demian demostraba, ni tampoco estaba impresionado con la soberbia que el mago parecía despedir en cada gesto corporal que emitía. Una suave brisa le trajo mas noticias importantes a Lawan sobre el desarrollo del aprendiz durante esa segunda parte de su evolución dentro del oasis. Parecía haber mutado su comportamiento a uno mas afable para entender el lenguaje de las serpientes, y aunque se equivocaba en los motivos por los que los magos y brujas llegaban a ganarse la habilidad, había demostrado que podía pasar por pruebas mas duras. -Antes de preguntarte lo que ansias escuchar desde que llegaste la primera vez, quiero que quede en claro que no importa los motivos de pureza que tengas para aprender la habilidad. Magos oscuros o de luz, son lo mismo aquí y se rigen por las mismas reglas -Terminando de aclarar eso Lawan dejo pasar unos minutos para que el Aprendiz pudiera meditar sobre aquello - ¿Estas listo para presentarte a la prueba?
  20. Para Demian Luxure Lawan observo a través de los ojos de las serpientes, como Demian, por fin se esforzaba en conseguir los dos objetos que le había pedido. El hombre parecía mucho mas comprometido ahora que había retomado el aprendizaje de la habilidad, que la primera vez que piso el oasis. Sin embargo, Lawan no se alegraba de ello. Aun podía escuchar las palabras del Luxure hablando sobre el poderío y el sometimiento que quería impartir a las personas. Aquello era algo a tener en cuenta. Se apareció frente al aprendiz con el semblante imperturbable. Sabia que estaba interrumpiendo la búsqueda del ultimo objeto que Demian debía traerle, pero antes que eso quería darle unos consejos al hombre. Podía ver el esfuerzo en sus ropas desaliñadas y sucias, en el aroma que despedía su piel. Olía a muerte de animales. -¿Aun consideras que la combinación de habilidades te pueden llegar a dar un poderío sobre otras especies? -Preguntó y agregó - Puedes pensar la respuesta mientras terminas de buscar el objeto que te falta. Te esperare en la entrada del Bungalo. Terminado su comunicación, el arcano desapareció en un pestañeo. ***********---------------------------***********--------------------------*********** Para Roxanne W. La muerte de las serpientes se sintio como un el estallido de un volcan dentro del oasis. El suelo empezo a temblar y requebrajarse. Los pajaron emprendieron vuelo, escapando del peligro y abandonando sus nidos. El aguan empezo a formar grandes olas que empezaron a comerse la playa, provocando una inundacion sin precedentes dentro del lugar magico. El viento empezo aullar de forma ensordecedora. Lawan, tranquilo, esperaba en la entrada a su bungalo a la aprendiza. No estaba para nada contento con su forma de desempeñarse. Habia roto una regla sagrada al matar un ofidio dentro del habitat donde vivian. Era como que un invitado ingresara a una casa ajena para matar a los inquilinos del lugar. No era aceptable. Bajo ningun tipo de vista. Espero a que la bruja se acercara a donde estaba. -¿Crees que puedes venir a mi tierra y matar a mis compañeras? -Preguntó dejando que la furia se trasluciera en el sonido de sus palabras - Es mejor que tu explicación me parezca valida. El Arcano no estaba dispuesto acepar ese tipo de comportamiento. Ni hablar de utilizar una habilidad diferente a la que enseñaba dentro de sus limites. No iba aceptarlo. El techo de la vivienda hizo un sonido extraño cuando el viento intento levantarlo y no tuvo éxito. Su anclaje estará asegurado por la magia del propio Lawan. -¿Cuales son los motivos que tienes para aprender el Pársel?
  21. "Lawan, volvió uno de tus viejos aprendices" Siseó una cobra con nerviosismo. "¿Posee el anillo?" Pregunto el Arcano mientras tensaba el sedal de la caña de pescar. "No, señor. No concluyo su aprendizaje" "Ya sabes lo que tienes que hacer" Agrego Lawan después de un breve silencio. La cobra dio la vuelta y regreso con sus congéneres. Ya tenia la orden titilando en su cabeza. Se alejo por la playa donde el Arcano estaba metido hasta la cintura, pescando y disfrutando de la suave brisa del caluroso dia. El ofidio no tardo en trasmitir la orden de su amigo por un grupo de serpientes variopinto. Irían por Demian y le mostrarían un poco de humildad. No eran rencorosas, pero el Arcano le había dado una orden que el hombre había desobedecido... en sus propias tierras. Al juntarse unas veinte serpientes de todos los tamaños, llegaron con rapidez a la cabaña donde el mago esperaba. Lo rodearon formando un perfecto circulo para que no tuviera la opción de huir de ellas. La cobra real, se adelanto unos centímetros para demostrar que la comandancia del grupo era llevada por ella. "Le fallaste a Lawan la ultima vez, Joven" Siseó con reproche "¿Te acuerdas sus ordenes? Aún siguen escondidos esos objetos en el oasis. Encuentralos. Te dejaremos pequeñas pistas en el camino" Replicó con dramatismo, antes de que rompieran súbitamente el circulo y empezaran una carrera hacia el bosque, otras hacia el pantano y un reducido grupo hacia la playa. Demian debería de intentar tomar la mejor decisión posible para averiguar donde estaban esos objetos. @
  22. *Para Kaori Las serpientes no se esperaban el brutal cambio de forma de la mujer. Vieron cómo su cuerpo humano se deformaba hasta adquirir el cilíndrico que los representaba. Aquello no les gusto en ninguna de sus formas, no podían entender los siseos que producía y llegado al caso, tampoco querían hacerlo. Los humanos con dones, como eran los brujos, siempre querían demostrar su poderío y superioridad por sobre todas las especies. “No pude morder” Siseó una de ellas. “Tenía cuero animal en sus ropa” Respondió la otra sin dejar de mover la lengua de forma amenazante. “Ella ya no es humana” Interrumpió la serpiente que mandaba al grupo y que impedía el paso de la aprendiz. “¿Que está diciendo?” Se escucho que preguntaron al unísono. “Está intentando comunicarse con nosotros” Molesta la jefa del grupo, se acercó con determinación a la Mamba Negra “Ahora nada la protege del veneno” Replicó con felicidad. Las serpientes de los costados no tardaron en echarse encima de la Mamba Negra para atacarla e inyectarle su veneno. Luego se alejaron dispuestas a llevarla por el camino más largo al Bungalo donde estaba el Arcano. Querían que el veneno hiciera efecto mucho antes de llegar a la vivienda. Solo así, estaría en problemas para poder seguir con su objetivos y les dejaría de invadir su hogar. La molestia de los ofidios podía sentirse en el aire, en sus expresiones y en sus colas que no dejaban de mover de un lado para el otro. Lawan observaba a través de los ojos de la serpiente todo lo que estaba ocurriendo. En ningún momento se le ocurrió interrumpir la escena. Sabía que sus compañeras tenían ciertas reglas dentro del hábitat que manejaban libremente sin su autorización u opinión. La libertad era uno de los principales beneficios que tenían al aceptar convivir en aquel paraje mágico con tantas personas entrando y saliendo.
  23. Nadythen desentrelazaba los siseos de Garry convirtiéndolo en palabras en su mente. Podía entender al joven aunque algunas de las palabras se le escapaban. Más allá de eso, el marco general de lo que quería comunicarle estaba siendo comprendido, pero no cayendo a gusto en las propias serpientes que lo escuchaban. El solo hecho que no tomará la postura que ellas querían que tuviese estaba subiendo la ansiedad del grupo. Algunas de los bífidos que estaban fuera se asomaron por las rendijas de bungalo, esperando la fiesta que se avecinaba. “No te alimentas de carnes pero justificas que otros nos maten y nos pongan en sus ensaladas” Siseo enfurecida Nadythen “No mezcles nuestra alimentación contra el asesinato injustificado que los humanos nos hacen” Lawan escuchaba con tranquilidad toda la conversación sin interrumpir y sin intenciones de hacerlo. El aprendiz parecía estar metiéndose en problemas, pero no estaba en sus manos ayudarlo más que a comprender la habilidad. No podía crear lazos de amistad entre ellos, porque no llegarían a entenderse. Ellas interpretarían todas las palabras del joven como si fuera una especie de código a descifrar, que muchas veces, desviarían hasta encontrar lo peor de ellas. Muchas serpientes en un mismo lugar, solo era signo de muchas mentes pensando de forma similar para con un único enemigo que las uniría todas. Garry estaba poniéndose en ese lugar de forma inocente. “Si no tienes cuidado, te atacaran” Interrumpió el Arcano “Ellas están buscando un motivo para que seas su cena, y tu estas dándoselo con tu honestidad. Aveces, no hace falta ser honesto para hacer lo correcto” “Él esta justificando a nuestros asesinos” Se quejó Nadythen. “Responde sus preguntas” La reprendió con suavidad Lawan. “Que dejen de cazarnos y podamos vivir en paz. Eso haría que mi hábitat fuera segura para reproducirme y perpetuar mi especie” Siseó en respuesta Nadythen moviendo la cola de forma alocada. “Un cazador está en las oasis. Encuentrenlo. Lleven al aprendiz con ustedes” Volvió a ordenar Lawan, dándole al alumno un pequeño frasco que contenía un líquido color azul “Toma esto cuando estés pasando el límite del bosque. No te harán daño. Procura devolverles el favor” Recomendó dejando ir al alumno que sabía tendría más dudas que certezas. @@Hessenordwood Crouch ***********************----------------------------------------------------********************** Las serpientes sintieron a la intrusa llegar por las arenas del oasis. Se quedaron lejos de ella, viéndola pasar e intentar encontrar el bungalo. Un portal mágico, jamás podría ser abierto directamente hacia la vivienda del arcano. La magia que rodeaba la construcción no permitía semejante intromisión de parte de nadie sin ser invitado por el propio Lawan. El camino hasta encontrar el lugar donde estaba el Arcano, era visible por los surcos engañosos que dejaban las serpientes en el suelo arenoso. La alumna no pasaría del límite de la arena a los pastizales que debía cruzar en el camino al bungalo. Las serpientes, tres de ellas, estaban escondidas muy quietas esperando que pasara. La atacarían lanzándose a los talones para intentar morderla e inyectar veneno, una de ellas se le plantaria al frente con intenciones hostiles si osaba seguir avanzando. Las palabras de la mujer determinarían el comportamiento de las siguientes acciones por parte de los ofidios. “No eres bienvenida aquí” Siseo amenazante una de ellas. @
  24. Lawan deja que el silencio se extienda lo suficiente para que el aprendiz pueda sentir los cambios a su alrededor. Cuando se estimulaba la parte del cerebro donde regia adormilada aquella habilidad, la forma de ver el mundo cambiaban dramáticamente. Todos los pequeños susurros sibilantes pasaban a tener un significado diferente convirtiéndose en un palabras conectadas que formaban un idioma, un sentido al sonido. No era algo que todos poseyeran, y el Arcano estaba seguro que aquella poción no abría funcionado si no existiera un gen resistente que se negaba a desaparecer, trasmitiéndose de generación en generación. Siempre estaba ahí, a la espera de activarse por algún medio. A veces lo hacia de forma natural cuando el mago era pequeño, y ya empezaba a tener comunicación con los ofidios desde edad temprana, otras veces, había que estimular la zona para que "despertara" y empezara a funcionar. -Mientras el tiempo se extiende, tu cerebro esta asimilando la nueva información -Explicó en tono calmo y en el lenguaje común el Arcano al ver la pequeña confusión del hombre. Sabia que escuchar su lengua habitual traería mas confusión a su mente - Esa sensación de que no eres tu, pronto va a desaparecer. Un aprendizaje consta de ejercitar la mente. "Ven aqui, Nadythen" Llamó a una de las Cobras que miraban en silencio el intercambio entre los magos "Quiero que hables con él para ayudarlo a comprender" La Cobra aceptó la oferta. Arrastro su largo cuerpo hasta quedar cerca del Aprendiz. Su lengua bífida entraba y salia de su boca en una danza sin final, mientras eso ocurría por fuera, por dentro detectaba las vibraciones que producía el hombre por ese medio. Intentando interceptar todo lo que pudiera sobre el extraño. Lo contemplo unos minutos en silencio, produciendo que la se escuchara los sonidos de afuera del bungalo con mas fuerza. "Mi nombre es Nadythen, soy del Nordeste de Vietnam, un sitio llamado Yên Bái donde nos cazan y nos comen fritas al limón" Siseo de la forma mas lenta que pudo, para que el mago entendiera lo que decía "Nguyen me salvo la vida invitándome a trasladar mi hábitat a este lugar. Aquí no corremos peligro de ser alimento para otros mamíferos. ¿Eres esa clase de animal?" @@Hessenordwood Crouch
  25. Informo que Zoella Triviani se a vinculado de manera satisfactoria con el anillo de Hablantes de Pársel. Felicidades.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.