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Amara Majlis

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Todo lo publicado por Amara Majlis

  1. Tengo el placer de informar que la señorita Ada Camille Dumbledore, ha completado su prueba de forma ejemplar teniendo derecho al uso de la habilidad de metamorfomagia. Saludos cordiales, Amara Majlis, Arcana de Metamorfomagia.
  2. Decepcionada, la arcana observó con temple bajo la apariencia de aquél muchacho, como su aprendiz realizaba una marca de sangre pero la arcana conocía bien ese hechizo y no había escuchado en los labios de la Bellerose la palabra mágica que activaba el poder del Libro de Sangre: Obedire. Observó cómo el hombre de ojos oscuros se acomodaba a su lado tras recibir un culetazo en la cara, Amara vio como un tajo en la frente de su pupila empezaba a sangrar y suspiró por lo bajo decepcionada ante el intento fallido de no solo preferir el poder de un libro en lugar de la habilidad que se encontraba aprendiendo sino que además realizarlo mal y no lograr el objetivo. Pues quizás lo que la Bellerose imaginó que sucedería, pues la Arcana escuchó los pensamientos de la bruja, no había ocurrido en realidad pues se había olvidado de decir algo tan sencillo como "Obedire". Sin embargo ahora la mira de una metralleta estaba sobre la nuca de la muchacha, ahora transformada en hombre. La arcana se limitó a mantener silencio y lentamente deslizó por lo bajo la mano en busca de la de Helene y antes de que el guerrillero apriete el gatillo las brujas desaparecieron para encontrarse en las inmediaciones de su vivienda ubicada justo en el acceso de la universidad. -Habéis fallado esta prueba- sentenció -Seré muy estricta en lo que a esta habilidad respecta, pues no todos son dignos de obtener el poder y no todos salen con vida del desafío en la pirámide. Mientras hablaba sus facciones se afinaban, su barbilla empequeñecía, el vello de su cara desaparecía, su nariz se volvía respingada y su cabello color azabache crecía hasta caer por su espalda para luego recogerlo en un rodete. La vestimenta se transformaba en un largo y fino vestido color musgo de mangas largas y ajustadas hasta sus muñecas y el cuello alto ajustado justo a tres centímetros de su pera. La vara de cristal aumentó su tamaño unos centímetros. -Tu primer error fue que al hacerte pasar por médico no detectaste el vestuario principal de los que ayudaban en el área de salud. Era un simple pañuelo blanco atado en el brazo y pudo ser cualquier otra cosa, solo era cuestión de observar a tu alrededor y filtrarte. Por fortuna nadie notó ese detalle. El siguiente error y el más grave de todos fue que no utilizaste ni intentaste utilizar la habilidad que has venido a aprender para salir de allí - la arcana respiró hondo mientras observaba los ojos de Helene -Dirás que no os lo aclaré, pero habéis venido a mi a aprender Metamorfomagia, aunque sugiero que aprendas bien los hechizos del Libro de Sangre pues se os ha olvidado la palabra mágica para utilizar correctamente la marca de sangre. A sus oídos llegó su nombre de los labios de un muchacho, levantó la mirada y observó unos metros más adelante, recostado en la pared a un muchacho de cabello rubio y ojos oscuros que la buscaba ¡Vaya forma de buscar! esperando que alguien mágicamente lo escuhe... bueno, evidentemente funcionó, pero la arcana no iba a dejar que se salga con la suya. Si Zuhayr estuviera aquí... ni en un millón de años estos chicos de hoy aprobarían, tenían todo muy servido, muy fácil y no, Amara Majlis no iba a permitir que aprobaran con tanta facilidad. -Vamos adentro- le dijo a Helene y con un suave movimiento de su varita apuntó al joven que la llamaba @ Cillian -¡Legeremens! "¿Por qué no se informa mejor sobre dónde va a recibir su clase? Lo espero en la vivienda justo frente al acceso de la universidad, ¡en sus narices!" Al adentrarse en la vivienda, ciento de rostros observaron preocupados desde sus marcos a una refunfuñante arcana que se encaminaba al vestíbulo y levantaba su varita haciendo que la tetera se llene de agua y se ponga al fuego. Tomó asiento en su escritorio y observó a @ Helene Eloise Bellerose mientras tres tazas aparecían en sus narices y la tetera ya caliente servía los recipientes. -Esperemos a que el muchacho se presente para salir los tres a una nueva prueba, por favor toma una taza- murmuró -mientras tanto, a tu derecha tienes un espejo - evidentemente, contra la pared a la izquierda de la arcana, un espejo de dos metros de alto y cuarenta centímetros de ancho enmarcado con finos ornamentos de hierro devolvía el reflejo de la joven Bellerose -¿Podrías enseñarme a la verdadera Helene Bellerose? Y si esa taza se rompiera ¿podrías soportar su calor? Parecía cinismo, pero la preparaba para sobrevivir a la prueba y por más crudos que fueran los ejercicios, ninguno se asemejaría a lo que deberían vivir por si solos en la pirámide.
  3. Su vara de cristal era ahora un largo báculo desde el cual observaba a su aprendiz mientras esta se sumía a los peligros que la pirámide tenía preparada para ella. ¿Su desafío? El amor, una batalla onírica a la que se sometía en la pirámide, una donde el amor de su vida la lastimaba tanto física como psíquicamente ¿acaso era el amor el arma más fuerte? Pues usada en su contra solo podría tener dos resultados: o la fortalecía, o terminaría acabando con ella. Esta arcana había visto a tantos entrar por esas puertas para no volver a aparecer, muchas pérdidas que aún cargaba sobre sus añejos hombros ¿sería capaz esta muchacha de vencer aquello que la atormenta? Sus orbes observaban la esfera de su báculo, la rubia había logrado transformar sus rasgos y facciones en las de su amado y había conseguido dar aquel golpe que para ella era como una daga al corazón ¡Bien! venció sus miedos logrando así que el hombre desaparezca y dejándola a ella inconsciente. Majlis temió por un instante que la dama no se pusiera de pie y aguardó el tiempo necesario para verla reaccionar llenando con una sonrisa el ensombrecido rostro de la arcana. -¡Habeis vencido tus miedos!- exclamó con orgullo Amara -Habeis cruzado esa puerta como una simple aprendiz portadora del anillo y has salido de allí con la frente en alto siendo ahora una Maestra Metamorfomaga ¡Os aplaudo y celebro, Ada Camile Dumbledore! Espero que transites tu camino a partir de aquí con sabiduría y respeto al poder que has adquirido y que a partir de aquí se te permite ejercer. Se acercó a la bruja y colocó sus delgados dedos sobre el anillo, este empezó a brillar con fuerza. -Ve querida, ve con paz.
  4. La vara de cristal sopesaba en sus manos, iba y venía entre sus delgados y finos dedos mientras aguardaba que su aprendiz se presentase en la pirámide. Las cinco puertas estaban cerradas, pensar que a lo largo de su camino fue abriendo una a una para convertirse en arcana. Arduo fue el camino y una mirada al pasado se veía tan lejano como la edad que se había escapado de su cuerpo gracias al poder de su habilidad principal. Una ceja alzó y su vara se transformó en un largo báculo de madera sobre el cual dejó caer parte de su cuerpo para descansar, cuando vio llegar a la pelirroja acompañada de su madre, una mujer atractiva y sin cabello quien poco a poco se desvaneció no sin antes regalarles una sonrisa libre de pesares. -Recuperad vuestro rostro- imperó Majlis -enseñame vuestra verdadera forma y responded con tu voz mi pregunta. Elevó el báculo unos centímetros y lo dejó caer causando un golpe seco que levantó el polvo del suelo e hizo retumbar las cinco puertas. -No se qué te encontrarás del otro lado de la puerta- sentenció la arcana de ensombrecido semblante -pero no podré ayudarte si las cosas se salen de control. Si te enfrentas a la muerte y no eres lo suficientemente fuerte, parecerás. Si te enfrentas a tus miedos y estos te vencen, fracasarás- Se mantuvo un instante en silencio para analizar el verdadero rostro de la Dumbledore. -Sabiendo eso, Ada Camille Dumbledore ¿Estás preparada para realizar la prueba? De ser así avanza por la puerta de Metamorfomagia, tu anillo es la llave, si lo logras saldrás de allí con un nuevo poder. Finalmente Amara Majlis calló, ya no había nada que pueda hacer por la ministra más que aguardar su decisión, si abría la puerta de Metamorfomagia no habría vuelta atrás, de fracasar quedaría eximida de la habilidad para siempre.
  5. Y al llegar al bosque, el niño se encontró con el laberinto de espejos y en uno de ellos pudo ver en lo que se había convertido, llenando sus ojos de ilusión y entusiasmo. Luego se encontró con una pequeña violinista a la cual adaptó su forma. Majlis observó la secuencia empatizando con la nostalgia que percibía en aquella mujer que había regresado a su niñez. Algunos recuerdos son una caricia para el alma. Pensó la arcana. Y otra niña apareció en escena, parecía ser su amiga, luego la actual ministra de Inglaterra quien era su tía para luego encontrarse con la figura del hombre que la entrenó en el campo militar, luego se encontró con el rostro de su primer amor, su madre adoptiva y sus hermanas entre ellas el rostro de la Luxure quien aún se figuraba ausente. Majlis percibía que la Dumbledore ya no se concentraba en la transformación de su cuerpo, sino que la dejaba fluir como un artista fluye con un pincel sobre el lienzo y crea una infinidad de mundos que nacen en su pecho. Así contempló a la aspirante y el pecho de la anciana arcana se hinchaba de orgullo al ver que la joven de cabellos dorados se desenvolvía con tal soltura en el encuentro con sus rostros, los que la habían convertido en la persona que era. Al verla salir del bosque con las facciones de Lady Luxure, la arcana se preguntó si la Dumbledore se había encontrado con su verdadero rostro ya que no dijo en voz alta qué la hacer ser quien es y porqué ese rostro le pertenecía. Aún así la mujer avanzó con sus cabellos rojos como fuego y se encontró cruzando un largo camino donde se encontraría con la persona que más amaba con la tristeza impregnada en su rostro y un estado de completa desolación. ¿Con quién se encontraría? ¿Lograría arrebatarle la tristeza? Amara conservaba la esperanza de que su otra aprendiz asistiera a la prueba, había realizado con éxito cada uno de sus pedidos en clase y deseaba de verdad ver el anillo en su dedo.
  6. Paciente, caminó tras su aprendiz mientras contemplaba como la mujer se desenvolvía con peculiar soltura en aquél escenario del cual muchos huirían presos del horror ante tanta muerte y tristeza. Niños, almas inocentes corrompidas por una guerra que apenas entendían. Niños asesinos, niños asesinados. Todos ellos víctimas de un lenguaje hostil entre guerrillas. Ingresaron a un campamento médico, Amara pudo observar a un asistente de salud portar un pañuelo blanco con la cruz roja en el brazo derecho por lo que convirtió rápidamente su cinturón de cuero en un pañuelo y ensanchó un poco la cintura para que no se le cayera el pantalón. Debían infiltrarse. Bellerose se infiltró a la perfección y los dos hombres llegaron ante un niño moribundo del cual se hizo cargo su aprendiz, el pequeño parecía entregado a los brazos de su salvador quien con buenos reflejos logró curarlo sin que un muggle lo percibiera. Y la hemorragia del niño frenó y tras darle la poción su rostro cobró calor y Amara pudo sentir que el corazón del pequeño latía con más velocidad. Conforme el niño se recuperaba Amara posó una mano sobre el hombro del muchacho con la intención de regresar a su aposento, sin embargo una fuerte explosión acompañada por una ráfaga de viento dio la bienvenida a un grupo de ocho guerrilleros que, armados hasta los dientes, anunciaban que todos los presentes debían permanecer quietos y en silencio mientras hacían uso de las habilitaciones. Así es como Majlis y Bellerose se convirtieron en rehenes. -Tengo el poder para sacarte de aquí en este instante- dijo entre dientes la arcana -pero quiero ver cómo nos salvas de esta situación. Estaba orgullosa de lo desenvuelta que era la joven y quería ver más de ella, sacaría a la luz todo su potencial.
  7. Amara sonrió escuchando las palabras de la joven bruja, sí, podía haber allí un rico potencial si se animaba a enfrentarse al hecho de que cambiar de formas implicaba dejar de ser uno mismo y ser el reflejo del rostro que se tomaba, no solo era jugar con narices de cerdo, aunque no podía negar que eso hacía sonreír a los niños. Y qué importante era que la gente pudiera sentirse feliz y contenida. Helene había comenzado a concentrarse, su expresión le recordaba a una joven estudiante que había conocido. Con satisfacción vio cómo iba cambiando el tono de su cabello, aclarándolo, bien, la chispa estaba ahí, no lo había dudado, sonrió. —Muy bien, el platinado no te queda mal, podrías pasar por una Marilyn con cabellos planchados —felicitó a su alumna, recordando a la diva muggle. Y la victoria inicial le dio la confianza a la joven bruja para poder convertirse poco a poco en un hombre. Observó sus expresiones, como iban cambiando a medida que su cuerpo lo hacía, sin que ello quitase la concentración a la francesa. Cuando al fin estuvo lista Majlis sonrió ante su pregunta y le dedicó un suave aplauso. —Muy bien —la felicitó la metamorfomaga —sí lo has hecho, Bangui nos espera —dijo mientras tomaba ella misma la forma de un hombre de piel tostada, cabellos cortos y una barba rala, como de un par de semanas sin afeitar. Inmediatamente invocó un Haz de la noche, el portal las llevaría a una aldea en la República Centroafricana a done socorrerían a varios niños víctimas de la guerra civil. —Debemos ir con cuidado y curar las heridas en el hospital, utilizando la magia y mezclándonos con los lugareños —le tendió una pulsera de plata con un dije similar a una pequeña bellota —si nos separamos presiónala con fuerza y te traerá de regreso a aquí, vamos —agregó la ahora arcano con el tono de un hombre experimentado y unas ropas mezclas de médicos y aventurero. —Recuerda, debemos mezclarnos entre las genes del improvisado hospital, ayudar a los niños y si vez que debes cambiar algo en tus rasgos para salir sin problemas del lugar, no dudes en hacerlo, igual, aplica la magia de la transformación sobre tus ropas o ten —le lanzó una mochila pequeña con distintas cosas muggles, incluyendo ropa —pero nunca lo hagas delante de nadie, no dejes que tus emociones te dominen y déjate llevar por la magia. Segundos después ambos hombres atravesaban el portal.
  8. Amara había respondido con una suave inclinación al saludo de la Dumbledore, Ada, la muchacha lucía una sonrisa feliz por haber llegado a la prueba. Era por ello que mientras desde la pirámide contemplaba el desarrollo de la prueba gracias a la unión a través del anillo de aspirantes la arcana esperaba que la joven y su compañera supieran desempeñarse perfectamente y sin problemas para llegar hasta ella. Tras confirmar que deseaba la prueba, Ada había lanzado un suspiro al tener que desprenderse de su varita y demás artilugios mágicos para enfrentarse a la prueba. En realidad Amara solía escuchar a sus compatriotas cuando comentaban que no siempre podrían contar con la magia a través de sus varitas y algún día deberían desarrollar la magia como los antiguos egipcios, sin necesidad de canalizarla a través de la madera y sus núcleos que potenciaban aún más su poder. La magia está en vuestros corazones, había escuchado alguna vez decir a algunos muggles cuando impulsaban a los jóvenes a luchar por sus sueños. Si ellos, solo con sus artilugios pensaban eso, cuánto más se podría lograr con verdadera magia. La joven había sido inteligente, había adoptado la joven de un niño de unos ocho años aproximadamente y apenas treinta kilos y un metro de alto. Bien pensado, y así se lo indicó a su hermana. Amara sonrió asintiendo, iban bien, bueno no tan bien al comenzar a remar en círculos pero luego el kayak tomó la dirección correcta y la berebere sonrió de nuevo, iba bien encaminada. Llegar a la otra orilla le llevó un ritmo lento, pero seguro y finalmente arribaron al muelle natural al otro lado, lanzándose la joven Ada corriendo aún como un niño hacia el camino del laberinto que la llevaría hasta el centro en que descubrirían su verdadero yo. Claro que en el camino los espejos le reflejarían cada uno de los aspectos de sus posibles yo a lo largo de su historia, después de todo, no siempre tenemos el mismo rostro ni la misma actitud ante todos en la vida ni ante los hechos que les guían a través de ella. Majlis se cruzó de brazos, observando el recorrido de sus discípulas y preguntándose si Lady estaría tan preparada como creía para recorrer aquel camino o si había decidido tomarse su tiempo para no fallar en aquella prueba.
  9. Majlis frunció levemente el ceño pero aceptó, aunque no había querido utilizar la legelemancia había podido igual acceder a la mente de su alumno y entendía que Azrael no estaba aún preparado para tener un vínculo con ella. Quizás fuera de momento lo mejor, o no, solo el destino lo diría. —Te espero en Mahoutokoro cuando sientas que el destino te llama —fueron las palabras que la bereberé le dedicó al mago para antes de desaparecer agregar —vuela alto y haz el bien. En Mahoutokoro, sentada esperando aún su regreso se encontraba la joven Helene. La arcana era consciente que la había dejado con una tarea que a simple vista era sencilla, pero reconocer los sentimientos, las sensaciones que nos invadían, no siempre era tan fácil como podría esperarse. Y Amara se preguntaba si había hecho bien en dejarla por ir a buscar a Azrael, luego del que parecía un fracaso con él. —Señorita Bellerose —saludó al momento de regresar a la sala en que había dejado a la joven. Había planeado algo con dos estudiantes y ahora tendría que adaptarlo para uno solo, lo cual no resultaba para nada imposible. La joven estaba revisando el pergamino en el que había escrito y parecía haber encontrado la punta de la madeja, Amara se permitió una sonrisa. Era bueno conocerse mejor a uno mismo para a partir de allí poder desarrollar mejor sus aptitudes. —Parece que habéis descubierto algo interesante. ¿Sabéis ahora por cuales emociones no debéis dejaros llevar al intentar desarrollar un cambio en tu persona? —hizo una pausa esperando la respuesta mientras retiraba de su cuerpo la ropa de abrigo que había utilizado en la montaña. —¿Entendéis entonces cuáles son las que debéis permitir que os llenen para hacer una transformación? Seguridad, confianza, debéis visualizar lo que deseáis y dejar que de vuestra mente pase por la certeza a la acción de modificar quién eres —y como prueba de lo que decía la arcana tomó por unos breves segundos los rasgos de la muchacha frente a sí. —¿Ves? Como lo has descubierto, lo innato en la magia siempre está allí, latente, como un bulbo que espera ser vuelto a transplantar para crecer y florecer una vez más, pero no todos logran tener la confianza necesaria para desarrollar cada una de sus habilidades, incluso algunos no lo desean, porque le temen o no les interesa. —Pero tomaos unos minutos para intentarlo nuevamente, luego tengo una nueva misión para usted, pensaba que seríamos tres los que iríamos a ella, pero su compañero, desafortunadamente no vendrá con nosotras sin embargo, hay una pequeña misión humanitaria que debemos cumplir y es en un poblado en el que las mujeres son echadas a menos, así que deberemos parecer varones y muggles, ¿habéis oído hablar de lo que ellos llaman médicos sin frontera? —preguntó a la joven mientras extraía un folleto que ponía ante sus ojos. Irían a una de esas misiones humanitarias a ayudar a socorrer con magia a unos niños enfermos que los médicos muggles ya desahuciaban.
  10. Amara con @Azrael Lycan en el pico Zagros – momento actual. Amara esperó que el Hekamago actuara, preguntándose cuál sería su decisión, cuando le vio colocar los gigantes lejos de él, se permitió un gesto de aprobación sin dejar de observarle. Le había visto observarles, como con pesar por tener que dejarles, eso era algo que esperaba que él aprendiera a ocultar en el futuro. Una vez más el volvió a su tamaño normal, la bereber observó a los gigantes, los cuales, notando que ella seguía en su tamaño mayor a ellos se alejaron. Mientras el Lycan cubría su cuerpo con alas, algunas que ocultaron su desnudez mientras otras le ayudaron a volar. Amara sostuvo la mirada del mago y un sonrisa estilo Gioconda se reflejó por muy breves segundos en su rostro. Mientras él le hablaba fue retomando su tamaño. El tótem volvería ahora a manos de sus verdaderos dueños, Amara extendió su mano tomando el objeto. Un suave gesto de su vara de cristal desapareció el objeto haciéndolo aparecer en el centro de la población a la cual le había sido robada. —Ahora vendrás conmigo, tengo una nueva alumna y ambos tendréis que compartir los próximos pasos, pero no te preocupes, soy consciente de que necesitas alimentarte, pero, debes saber algo, tener el poder implica una responsabilidad, no todo lo que puedas hacer conviene que hagas y aunque el más fuerte muchas veces se impone al más débil también sabe que no puede acabar con todo lo que se pone enfrente, porque si se extinguen las fuentes, él también se extinguirá y sí, eran poco, pero tú no eres quien decide quién vive y quién muere y menos de la manera en que querías acabarlos. Mientras hablaba la metamorfomaga había ido caminando, recorriendo el camino que había llevado al hekamago hasta aquel lugar. Se detuvo de pronto, esperando que él continuara a su lado y extendió su mano, ¿habría una conexión? —Déjame guiarte y luego cambiaremos tus plumas por algo más cómodo para ti—luego de las palabras que él le había dedicado en el pasado era una jugada muy peligrosa, pero luego de que él aceptara su solicitud anterior, estaba dispuesta a darle un voto de confianza. Majlis en la vivienda de la Universidad con @ Hélène Éloïse Bellerose – horas antes de volver con Azrael. Podía notar que la joven francesa se esforzaba en responder correctamente y eso le agradaba, por ello la escuchó atenta mientras le hacía señas para que tomara asiento en uno de los sillones que había en aquella habitación. Era interesante que la joven quisiera aprender más sobre todo y su interés por sabios, científicos y creadores. —Es bueno que quieras llenar tu mente de conocimientos, pero ten cuidado, en mis viajes he aprendido que quien mucho abarca poco sostiene —Amara pensó que una mente joven y curiosa podía compararse a un recipiente vacío para ser llenado, pero todo tiene su límite, no puedes introducir veinte litros de agua en una tinaja de diez. Las horas habían transcurrido y la muchacha parecía no saber intentar lo que ella le había encomendado de cambiar el color de sus cabellos. La metamorfomaga pensó que, aunque eso había sido su primera muestra de la habilidad, quizás no todos los magos y brujas estaba preparados para ello. Por eso, antes de partir en busca de Azrael encomendó a la joven francesa. —Señoria Bellerose, ya que no ha podido cambiar el color de sus cabellos como le indiqué, quizás podría, mientras me dirijo a hacer un encargo, pensar en qué emociones le provoca la idea de ser distinta, de no ser usted, cuáles hechos o sentimientos le provocan no querer ser usted misma y ser alguien más, cambiar, anote sobre ello, anote si alguna vez le ha pasado que sin querer algo en usted ha cambiado ¿crees que la metamorfomagia es innata o la puedes hacer surgir en ti? —Amara hizo un movimiento con su mano en donde se había materializado su varita y apareció sobre una mesita junto a Hélène, un tintero, una pluma y una pila de pergaminos. —He dejado a otro estudiante cumpliendo una pequeña misión, debo ir por él, intenta pensar en lo que te he dicho y escribir sobre ello y descubrir qué es lo que te ayudaría a cambiar tu cabello como te lo pedí y por qué no has podido hasta ahora, focalizar tus emociones te ayudará —dijo finalmente antes de desaparecer en busca de Azrael, necesitaba juntar a sus dos alumnos.
  11. Amara estaba de pie con un kabyle morado que tenía bordada la evolución de una mariposa, desde la pupa siendo aún un pequeño capullo verde hasta llegar a ser una monarca de naranjas y negras alas. En cierta forma no había nada demostrativo de lo que podía llegar a ser un metamorfomago. ¿Acaso alguien podía decir que la conocía como la crisálida que había sido? O más bien solo veían, hoy, en ese instante y lugar específico a la caucásica mujer de fina y respingada nariz cuyos cabellos cobrizos eran mecidos por el viendo enredando sus prolijas ondas. Giró su ahora azul mirada hacia el lugar desde donde debían llegar sus pupilas, guardaba en su siniestra los anillos de aspirantes que la conectaban con ella durante la prueba. —Bienvenidas —dijo al verlas llegar —aún estáis a tiempo de arrepentiros si así lo consideráis, sino, aquí tenéis vuestros anillos de aspirantes, gracias a ellos sabré cómo vais avanzando y si necesitáis alguna ayuda —dijo tendiéndoselos con la zurda, sosteniendo su vara de cristal en la diestra. —En esta isla a la que habéis llegado os encontraréis con vuestro destino de metamorfomagas, deberéis atravesar cuatro pruebas que os llevarán hasta la pirámide donde me encontraréis al final. El bosque, el laberinto y el lago son parte de vuestro camino —las observó unos segundos antes de agregar — ¿están completamente seguras de que es su deseo realizar la prueba? Esta pregunta es porque lamento decirles que tendrán que entregarme en estos momentos sus objetos mágicos, es decir, su varita mágica, anillos y amuletos, todo aquello les impliqué poder realizar magia, y que sea ajeno a su cuerpo –dijo mientras extendía su mano con un canasto que había hecho aparecer para que las brujas depositaran todo allí para luego sellarlo con magia y hacerlo desaparecer. —Para poder realizar la prueba deben llegar al interior de la pirámide —señaló con su diestra la mítica edificación—, sin embargo, no será un camino fácil. Deberán demostrar que son capaces y merecedores de la habilidad que poseen. Es por ello que les pedí sus objetos mágicos, porque no podrán usar nada más que su habilidad para poder llegar. —En esa embarcación podréis llegar al otro lado del lago —Amara señaló el kayak en el que parecía que solo una persona adulta de buen porte podría entrar en él —es lo único con que contáis para esta primera prueba, sed listas para poner en práctica lo que habéis aprendido. —Lo siguiente que tendréis que hacer al llegar al otro lado es elegir cada una uno de los dos caminos que llevan al centro de laberinto de espejos, os encontraréis al final, —Amara miró a las dos mujeres frente a sí antes de continuar —los espejos os enseñarán cada uno de los rostros que sois capaces de mostrar a los que las rodean, no somos iguales ante todos ni actuamos con los amigos como con nuestros enemigos, pero para encontrar el final del laberinto y reencontraros deberéis reconocer entre todos esos reflejos el verdadero rostro de ustedes, cuando os reconozcáis a vosotras mismas y digáis en voz alta qué es lo que hace ser lo que sois y por qué ese rostro es el vuestro, habréis superado la segunda prueba. Lo que Amara no les decía es que una vez que eso ocurriera, cuando el espejo se convirtiera en un portal, al atravesarlo estarían juntas pero ya no serían las mismas sino que sus cuerpos habrían cambiado, Ada llevaría el rostro de Lady y Lady el de Ada. —Cuando estéis al otro lado, recorreréis el camino final y deberéis ayudar a la persona que más ama el rostro junto a ustedes diciéndole las palabras que creéis que necesita para recuperarse de la tristeza que le embarga en ese momento —La prueba era relativamente sencilla, Ada luciría como Lady y encontraría a la persona que más amaba al otro lado del laberinto y debería, luciendo como Lady, decirle las palabras que reconfortaran el alma de esa persona amada para poder recuperar una vez más su rostro y cuerpo de Ada. Y lo mismo Lady, luciendo como Ada, debería reconfortar a quien más ella amara. —Cuando hayáis logrado ser solidario con esa persona amada, amor fraterno, ágape o eros, vosotras sabráis, esa persona os tomará de la mano y tal si fuera un traslador os llevará al centro de la pirámide junto a mí, id con cuidado y demostradme de lo que sois capaces. Tras esas últimas palabras Amara desapareció para reaparecer en la cámara de las siete puertas, cada una de las cuales tenía inscripciones diferentes, una por cada habilidad. La bereber confiaba que sus pupilas sabrían identificar la de la metamorfomagia, aquella que debían cruzar para iniciar su prueba en el portal, pero antes, tendrían que hablar una vez más con ella. @Ada Camille Dumbledore @Malum Luxure
  12. Amara con @Azrael Lycan en el pico Zagros. La mujer se detuvo en seco, como si una visión hubiera llegado hasta ella, sus ojos se centraron en un punto del vacío y supo por qué aquello la había afectado en el momento en que su pupilo actuó. Ella había intentado ser todo lo paciente posible, se preguntó si el Lycan alguna vez en su vida había estudiado idiomas, sin dudo aquello le habría ayudado a entenderla, porque sin dudas el hombre no sabía interpretar una bendita orden ni aunque supiera que su actitud evitaría que aprobase una prueba tan sencilla como aquella. Dos más, pensó Majlis y se giró, pensando por primera vez en su vida en convertirlo en cadáver y hacer su propio horrcrux. Pero dicen que por cada mala acción a veces hay una buena que la compensa, la arcana observó el detalle de lo que ocurría, era imposible que aquello no fuera una mala idea y sin embargo el mago parecía dispuesto a correr el riesgo, era astuto, no lo podía negar, pero había mejores formas, sin embargo ella respetaría su elección. Sin duda aquel hombre ponía al máximo esfuerzo su actitud de resolver los problemas que pudieran tener los estudiantes. Le gustara o no se habían conocido y aunque tuviera que arrastrarlo por una o mil pruebas más haría que aquella no fuera una situación de fracaso. Solo esperaba que alguna vez su mente obtusa estuviera dispuesta a ver que ella no estaba contra él. El tiempo parecía que iba a correr tan lento como nadie lo hubiera imaginado jamás, las ropas podría haberlas achicado con él gracias a la transformación, pero no podía negar que aquella pequeñísima y extraña figura en que había modificado su cuerpo era algo inusual. Tenía que respetar el que fuera capaz de renunciar a su hombría momentáneamente, aunque ella conocía muy bien lo peligroso que podía ser el cambio de los órganos internos sin la experiencia adecuada. Quizás por ello decidió cuidarlo además de elevar su respeto hacia él una milésima, ya que, aunque se había mostrado como aquellos que se vanaglorian de su poder, habilidades y cualidades, seres a los que ella aborrecía, estaba mostrando que era capaz de ser ¿humilde? No, pero al menos sí a no vanagloriarse de su propio ser. Retrato de Majlis en la vivienda de la Universidad con @Hélène Éloïse Bellerose Un retrato de una mujer bereber de unos treinta y pico de años entre abrió los ojos en el gran vestíbulo de la vivienda que ocupaba la metamorfomaga cuando estaba en la universidad. La mayoría de los retratos de aquella sala eran tomados con una cámara muggle modificada con magia, y por ello no se notaba a simple vista que si tenían vida como los cuadros en muchas salas mágicas. Pero el de la arcana sabía muy bien disimular su magia en él. Por tal motivo cuando la joven Hélene tocó a la puerta la figura en el retrato se irguió, carraspeó bajo y entonando la voz de la arcana respondió. —Un momento por favor, estaré con usted en unos minutos ¿Quién es y qué es lo que necesita? —agregó, a la espera de una respuesta para retransmitir a la ausente arcana a través de la conexión mágica que había entre el retrato y su imagen original. Amara con @Azrael Lycan en el pico Zagros. El tiempo pasaba y parecía que sería eterno, Amara se preguntaba si aquello resultaría con bien al final. A su mente llegó la imagen de lo que ocurría en su vivienda, un nuevo estudiante parecía que se hacía presente, o al menos alguien había golpeado a la puerta de su vivienda. Su retrato había ocupado su lugar, y aunque no se mostrara a la persona al otro lado sería capaz de responder e incluso dar instrucciones a la joven. La duda de Amara era si no hubiera podido aparecerse ella misma para atenderla mientras el minúsc.ulo hekamago se dedicaba a recorrer en cámara lenta, para ella, sus propias y ahora inútiles ropas y luego el camino que les separaba de los gigantes. Pasadas seis horas y habiendo recorrido el mago la mitad del camino, Amara tomó una decisión más que importante: dejaría unas gotas del anillo de la presencia para vigilar el avance del Lycan y ella volvería a la Universidad a recibir a la persona que se estaba presentando en ese momento con su retrato. Esperaba que no se equivocara al confiar en el mago, en cuanto algo más fuera de lo normal y de lo solicitado ocurriera ella misma se encargaría de volver y poner al mago o a los gigantes en su lugar. Dudo por unos segundos, tras dejar las gotas del anillo de la presencia en avisar al mago o no, a él le importaban bien poco los demás, lo había demostrado y sin embargo ella no era así. Pero mejor dejarle actuar, confiado en que ella estaba vigilándolo. Por eso, tras invocar un [fulgura nox] pasó del lugar en que estaba al gigantesco vestíbulo de su vivienda. Majlis en la vivienda de la Universidad con @Hélène Éloïse Bellerose – 6 horas después de la transformación de Azrael. Sus ropas se habían convertido en un kabyle turquesa con bordados dorados, sus ojos castaños lucían en su caucásico rostro de adolescente y sus cabellos cobrizos hasta los hombros le daban un aspecto aún más juvenil cuando abrió la puerta para encontrarse frente a una joven de un metro ochenta y aspecto grácil y delicado, de apariencia muy joven, pero ella sabía que eso no era algo de lo que se podía fiar. —Buenos días, soy Amara Majlis —dijo observando aquellos ojos celestes que parecían perderse en un rostro casi níveo, como si de la reencarnación de Blancanieves se tratara dada su larga y oscura cabellera —¿Por qué crees que estás preparada para estudiar esta habilidad? ¿Qué es lo que esperas lograr con ella? —preguntó la metamorfomaga a la joven mujer mientras la invitaba a pasar, sin sospechar que catorce horas después la tendría que arrastrar con ella a la cima del Zagros. 12 horas después de la transformación de Azrael. La conversación con la joven se había vuelto más fluída, por momentos Amara controlaba gracias a las gotas del anillo de presencia el avance de Azrael en su misión. Luego de doce horas el mago había llegado a donde los gigantes. Amara se dispuso en ese momento a concurrir en su auxilio, pero como la noche y el cansancio parecían haber caído sobre todos, no solo sobre su impredecible pupilo se dispuso a esperar, dejándole dormir y a encargarle a la joven Helene una pequeña tarea. —¿Alguna vez has intentado cambiar tu aspecto? Te pido que te concentres y comiences a imaginar tu cabello, visualiza su color, y poco a poco como éste se va aclarando, hasta finalmente lograr que ese negro azabache se convierta en un rubio ceniza, pasando por todas las gamas hasta llegar a él. Amara con @Azrael Lycan en el pico Zagros – 20 horas después de la transformación de Azrael. El descanso al que había enviado a su joven estudiante no había sido el mismo al que ella se había sometido. Aún a costa de no poder hacer nada durante el sueño había regresado, no se ocuparía ella misma de recuperar el tótem que buscaban, pero era una tarea que le había encomendado a su estudiante. Y había puesto toda su confianza en él, por eso había permanecido oculta entre las nieves con sus ropas, piel, cabellos y ojos con el color de las nieves de la montaña. Su tamaño reducido al de una delgada niña de doce años le había permitido estar más oculta aún, sin embargo se sobresaltó al notar que algo ocurría algunos metros frente a ella. ¿Cuántas fuerzas había derrochado el mago en sus doce horas de viaje a lo Gulliver? ¿Habían sido suficientes su sueño para recuperarlas y ahora volar sobre un ave partícula de alma? Parecía que sí, porque el mago estaba haciendo ahora una nueva demostración de metamorfomagia al acercar su tamaño al de los gigantes. Sin embargo, para su sorpresa, él los sobrepasó, la otra historia de Gulliver. Amara pensó que aquello en cierta forma era bueno, los vencería más fácilmente, sin embargo, a notar lo que el mago realizaba, sus ojos centellaron y su propio cuerpo comenzó a crecer hasta adoptar un tamaño algo superior al de Azrael acercándose a él, vara de cristal en mano, la cual había crecido junto con ella, al pronunciar [vara de cristal] y utilizar la transformación sobre sus ropas y todo sus posesiones con ella. —¡Detente ya! —le ordenó al mago —toma lo que hemos venido a buscar y te he pedido recuperar y vámonos, ellos no son mejor que las alimañas y no han hecho demasiadas cosas en la vida pero no permitiré que por tu tamaño te aproveches de quienes ahora son seres indefensos en tus manos. Toma el tótem y sígueme, usa la metamorfomagia para recuperarlo —dijo la arcana con voz firme y clara, señalando al extraño cofre de cristal en el que estaba protegido el objeto, con una cerradura de formato muy particular y esperando que el Lycan la acompañara luego de recuperarlo.
  13. Las brujas habían aceptado la prueba y deberían aguardar con paciencia el momento indicado para su encuentro en la pirámide. El hekamago, por su parte, había aceptado enfrentarse al desafío al cual lo sometería con el simple deseo de que salga victorioso y preparado para realizar la prueba para obtener la habilidad. Al ver como el vello empezaba a crecer en cada rincón de su cuerpo tomando la apariencia de un hombre de las cavernas, un yeti o incluso un oso Polar pues su vello era de un rubio tan claro que se confundiría fácilmente con la nieve y el pelaje lo protegería de aquellas temerosas temperaturas. Sin embargo el color de su vello empezó a oscurecer y que tomando el castaño natural de su cabellera. Pero no sólo eso impresionó a la anciana, pudo percibir que la temperatura corporal del hekamago bajaba a una escala escalofriante y en la mano libre de Licaón se formó una esfera que al caer al suelo hizo un ruido estrepitoso y por un segundo temió que las tablas de madera se rajaran y apenas atinó a repararlo cuando vio las maderas en perfecto estado mientras la esfera rodaba sobre ellas hasta chocar con las patas de un estante y alborotar sus libros. Tras ver aquello el hekamago y la arcana atravesaron el portal. La ventisca golpeó el rostro de los magos y la arcana expandió sus pulmones para que el aire ingrese por ellos con mayor fluidez, su caja torácica también se ensanchó y tras encender una pequeña llama en la punta de su bastón, la arcana conectó aquel calor con el flujo de sus venas y la sangre de su cuerpo se tornó más cálida permitiendo que el frío no sea una molestia. -Habeis pasado la primer prueba- murmuró con calma la anciana -siento mucho no ser de su agrado, señor Licaón, sin embargo espero que nuestra travesía logre convertirnos en buenos aliados, al menos si queremos salir de aquí con vida. Las rocas de la montaña formaban una escalinata que llevaba a un peñasco junto al cual la entrada a una cueva yacía, a metros de la cima del monte Dena en el gran pico de los Zagros. Si tornaban la vista hacia abajo podían ver cómo a un par de kilómetros se desprendía una basta Arboleda de pinos que se perdían en la inmensidad de la cordillera. Y a lo lejos se divisaba un sin fin de montañas con las nubes prácticamente a los pies de los magos mientras que un cielo anaranjado no sólo deslumbra sus ojos con su belleza sino que además les anuncia que la oscuridad está cerca y el tiempo se acaba. -Para pasar la prueba debo pedirle que no utilice sus bastos conocimientos y habilidades adquiridas en libros, en las escuelas o en clanes. Os sugiero que se centre en el poder de la metamorfomagia y solo en casos de extrema necesidad utilice esa vara de cristal. Continuaron avanzando, lentamente los pasos de la anciana ascendieron por la escalinata y a medio camino cada una de las rocas tembló y el peñasco pareció tambalearse de un lado a otro amenazando con la vida de ese par de aventureros. -Son gigantes- susurró aferrándose al largo bastón que hacía a su vez de varita -deberemos escabullirnos entre ellos y robarles un pequeño tótem que atesoran como si les perteneciera, sin embargo no es así.
  14. La anciana arcana debió tomar asiento al sentir tanta prepotencia por parte de su interlocutor. Intentó encontrar calma en su cansado corazón y decidió en ese momento canalizar toda la negatividad que se hallaba en su interior y transformarla en buenos augurios. Cerró los ojos mientras al dar un golpe al suelo con su bastón la sala entera recuperó la forma original, con su centenares de fotografías colgadas en la pared y las diferentes expresiones en los rostros de aquellas personas impresas en esas fotos, intactas e impecables gracias al poder de su magia y de su Zeiss Ikon Box Tengor. Abrió lentamente los ojos que tomaron el mismo color azul de la amatista de su bastón. Iba a responder a su pupilo cuando vio que sus compañeras se presentaban en la cabaña. -Sean bienvenidas nuevamente, señorita Luxure Grindelwald debo felicitarla por haber conseguido esas vacunas. Espero que lo vivido en esa experiencia le haya traído más conocimientos de vida que el simple arte que esta anciana puede enseñarle, esos niños tendrán más vida gracias a usted y al poder que adquirió y es por ello que le preguntaré ¿está preparada para realizar la prueba? Luego los ojos posaron sobre la ministra francesa quien había llegado unos minutos después de la Luxure. -Señorita Dumbledore, la humildad a veces se esconde en los detalles y es usted una maestra en ello. Ha logrado encontrarse a si misma y enfrentarse a sus miedos en la pirámide y eso, si me permite acotar, es un poder nato. Ambas han realizado a la perfección el arte de la Metamorfomagia y es por ello que le pregunto ahora a usted, Ada Dumbledore ¿desea realizar la prueba? Un chasquido de su bastón bastó para que una taza despegara de la alacena y volara directo al escritorio donde la arcana se hallaba, al mismo tiempo que una tetera se acercaba por el aire para descargar su contenido en la pequeña taza de porcelana, la mujer bebió un sorbo sosteniendo con sus dedos el asa. -Estar preparados para la prueba es más que el simple hecho de cambiar de forma, es un arte que debe ser ejercido con suma responsabilidad. La pirámide las pondrá a prueba y podrán realizarla una única vez, de fallar no habrá otra oportunidad. Pensad bien la decisión y de ser positiva allí las espero. Finalmente se volvió al egipcio quien esperaba ansioso poder realizar la prueba. La arcana no desampararía al muchacho pues esperaba que aprendiera, le caía bien aquél hombre sediento de poder pues en él se veía reflejada en sus años de juventud, un bosquejo de sonrisa se reflejó en los labios de la anciana al pensar cuántos años habían transcurrido desde aquellos tiempos donde se sentía la más poderosa y hoy, siendo arcana, comprendía que tan solo era una pieza más en este insignificante mundo. Se puso lentamente de pié y elevó su bastón, allí entre el escritorio y la estantería de libros apareció una pequeña esfera negra que empezó a agrandarse cada vez más hasta tomar una forma ovalada. Una fría ventisca provenía de su interior. -Será mejor que prepares tu cuerpo para temperaturas bajo cero, Licaón. Iremos a la montaña.
  15. Un bosquejo de asombro se figuró en los rasgos de la arcana cuya cansada mirada se desilusionó al ver que el mago se empeñaba en ir en contra de sus enseñanzas. -Las branquias, eso esperaba, que adaptes tu organismo... me hablas de Heka cuyo símbolo además de la serpiente es el sapo en representación a la transformación y tu te has convertido en la viva imagen de ese nexo teleológico que busco impartir. Apenas parpadeó cuando un bombarda explotó la puerta de su morada. No perdió la compostura pues bien sabía que combatir fuego con fuego no hacía más que avivar las llamas por lo que con un movimiento de su varita bastó para que la sala empezara a reconstruirse nuevamente, las maderas de los muebles quedaron completamente secas al igual que cada uno de los retratos en las paredes y las puertas se reconstruyeron astilla por astilla hasta recuperar su forma original. Paciente la arcana guardó silencio mientras notaba la perturbación del hombre. -Eres muy listo- murmuró al tiempo que tomaba asiento apoyando sus manos en el escritorio -quizás demasiado, joven Licaón. Has sido hábil para escapar de las garras de la muerte... sin embargo fuiste egoísta al no permitir que tus compañeras realizaran el desafío ¿acaso te crees superior a ellas? De todas formas ellas no están aquí ¿acaso tenías miedo de que tus branquias no duraran el tiempo suficiente y perder el aire? El miedo puede ser nuestro peor enemigo muchacho. Del bolsillo de su túnica sacó una pequeña pirámide cuyos colores cambiaban de forma constante y la dejó sobre la mesa. -Respetas a tus dioses y lo valoro ¿pero no te abres a los sabios occidentales, será que tu conocimiento llega al meridiano de Greenwich y allí inicia tu mediocridad? Suspiró al tiempo que contemplaba cómo la pirámide tomaba un tono anaranjado e intenso, luego fijó nuevamente sus ojos en los del mago. -Concentrémonos en ese sapo que lleva el tótem de tu dios, piensa en cómo se transforma a lo largo de su vida. A partir de un simple renacuajo con la habilidad de respirar bajo el agua y nadar con libertad en ella hasta volverse una criatura con la capacidad de nadar en el agua y saltar sobre la tierra. Tu has visto cómo las branquias brotaron de tu cuello con la habilidad que bien dices que nació en cuanto llegaste a mi puerta. Mientras hablaba la pirámide se elevó unos centímetros en el aire y se movió en línea recta hasta situarse justo frente a su aprendiz. -Pero tan poderosa habilidad requiere responsabilidad y creerse más habilidoso que tu maestro... hará más largo el aprendizaje, pues yo no me creo mejor que tú, incluso aprendo contigo, sin embargo siento que tu no aprendes conmigo. Recordó su cuestionamiento y se limitó a contestarlo. - ¿Nietzche mató a Dios? Hay una historia en la cultura muggle que habla de un niño que no podía crecer y que vivía en El país del nunca jamas. Es un cuento de niños muy simple donde los niños que no quieren crecer y viven en la eterna niñez. 》Sin embargo en ese mundo las hadas sólo existen si las personas creen en ellas y cada vez que alguien dice 'no creo en las hadas' una de ellas cae al suelo sin vida. 》 Si nadie cree, dejan de existir... y allí es donde nace la frase del alemán, Dios ha muerto, por aquellos que no creen. 》Sin embargo, eso no es lo que trataremos aquí. Lo que buscaremos a partir de ahora es encontrar una conexión entre tu y yo que nos haga aprender el uno del otro. Esperaba que pronto llegaran sus aprendices de las misiones encomendadas, sabía que una de ellas ya estaba por ingresar a la cabaña mientras que la otra aún buscaba las vacunas en la India.
  16. Le agradó ver la respuesta del mago, su cambio de apariencia era de esperarse, sin embargo su aprendiz aún no comprendía lo que la arcana esperaba de él. -Un sabio dijo alguna vez que de todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a uno mismo. Si quieren aprender a volar primero deben tener alas y si no las tienen construirlas como lo hicieron los muggles al carecer del poder de las escobas. Si te conformas con un simple cambio en tu aspecto ¿acaso llegarás a resaltar entre la multitud? Los valores enaltecen tu ser y le dan fuerza a tu espíritu, aquello a lo que Nietzsche llamaba “superhombre” es lo que yo quiero que entiendas... transita el camino y pon tu corazón en lo que haces y así cambiarás algo más que tu apariencia. La arcana podía presentir los rasgos de soberbia marcados en las palabras de su aprendiz, no dudaba de su poder y su capacidad pero aún no sentía que el hombre estuviera listo para enfrentarse a la aventura de la pirámide, muchos perecieron en la búsqueda del poder cegados por la ambición y la avaricia, no sería esa arcana quien mande a sus aprendices a un camino seguro hacia la muerte. Ada, por otro lado, aguardaba miedos en lo recovecos de su alma que debía sanar... el miedo puede llevar a un encuentro seguro con la oscuridad y con ello solo tienes dos opciones: o te apoderas de ella o dejas que se apodere de ti. Aún sentía que la ministra no estaba preparada para la prueba, sin embargo paso a paso sus tres aprendices se acercaban al control que la arcana tanto anhelaba ver. Lady ¿no estaba demorando en su misión? La arcana tenía una misión que deberían surtir en equipo, esperaba que consiguiera las vacunas y poder así salvar a los niños, veía en la Luxure la capacidad necesaria para enfrentarse a la prueba y estaba segura que con una misión en equipo, los tres estarían listos para avanzar. Mientras esperaba que Dumbledore y Luxure terminaran sus misiones, la anciana se centró en el aprendiz que había realizado correctamente su misión pero que aún aguardaba mucho por aprender. -Incarcerus- murmuró apuntando al mago con su varita. Tres cuerdas salieron disparadas amarrando con dos de ellas los tobillos de Licaón a las patas del escritorio y la tercer cuerda simplemente reforzó su tobillo derecho. Estiró su mano hacia una de las paredes de piedra de la sala apuntando con sus largas uñas y con la otra mano sostuvo su varita también en dirección a la piedra negra. De las grietas de las piedras empezaron a salir grotescos chorros de agua que inundaron la sala en cuestión de segundos mientras con su varita cerraba de forma hermética puertas y ventanas. -Debes encontrar la forma- dijo mientras el agua empezaba a cubrir su cuello -de resistir bajo el agua. Era un ejercicio sencillo, la metamorfomagia no era solo un cambio exterior... la simple habilidad de cambiar de piel, era un arte aún más complejo y sabía que someterse a situaciones extremas despertaba poderes asombrosos. Pronto llegarían las damas ¿lo harían justo a tiempo de enfrentarse a aquel desafío?
  17. Amara agradecía el ímpetu que algunos de sus alumnos mostraban al entrar a su morada, pero eso no bastaba para creerse merecedor de ir a parar de buenas a primeras a la pirámide. Para su gusto era necesario conocerse uno mismo desde la punta de los pies hasta la última hebra de cabello que se poseía en la cabeza, conocer las virtudes y defectos que uno posee. Pero ante todo aceptar con la madurez debida lo que el destino nos presentaba delante, no era la idea sortear cada uno de esos obstáculos, franqueándolos como una liebre que escapa de la mira del cazador, saltando de un lado a otro sin tener una meta clara. -- No le he pedido que vaya al pasado nuevamente y mucho menos que vuelva a sus años de infante--le hablaba con calma ---Ya ve, porque es bueno prestar atención y no dar por sentado que todo lo que he ordenado hace referencia a su persona--entornaba sus ojos hacia Ada. --La misión es para ella, no para usted--comentaba tras escuchar las palabras del hombre. Deseaba salir disparado como una bala de cañón, enfrentarse sin estar del todo preparado a la prueba y eso era considerado por la Arcana como un suicidio. Enviarlo a las escuelas donde había estudiado, no le resultaba del todo desatinado, quizás estando ahí podría dar con el momento justo en que se percató que poseía el don de la metamorfomagia. -- Es buena idea, vaya a donde lo han instruido y busque el momento exacto en el que tuvo su primer cambio de aspecto. No importa que haya sido mínimo el cambio, quiero que me lo detalle como si lo reviviera y me exprese que sintió al verse diferente a como es realmente--la misión había sido encomendada. Esperaba que en esta ocasión aceptará las palabras de la Arcana sin confundirlas con las que le dedicó a Ada anteriormente. Estaba segura que dentro de poco Azrael se enfrentaría a su destino dentro de la prueba, pero debía esperar un poco más y no caer preso de las ansias por incrementar su poder al tener una nueva habilidad entre sus manos. -- Le deseo suerte, estoy segura de en nuestro siguiente encuentro ya estaremos en otra ubicación--centrando su vista en la otra alumna. Parecía que la incertidumbre, no dejaba de acosarla y eso le impedía concentrarse en la petición de la Arcana. Era normal ella nunca se perdía de nada, salvo que sus pensamientos se vieran perturbados por la llegada de un nuevo alumno. De momento todo iba a pedir de boca, Lady cumpliendo con la misión, Azrael a nada de salir a cumplir lo solicitado por Amara y restaba que Ada se pusiera en marcha y su labor estaría casi concluida con el trio de magos. Alargando la mano tomaba una tisana para recuperar la calma, siempre serena y tranquila. Le gustaba esa infusión de hierbas y agua caliente, extracto perfecto para poder charlar amenamente y abrir la mente a todo lo que la habilidad que ella enseñaba deseará mostrar a sus aprendices que acudían a su morada. @@AZRAEL Licaón @@Ada Camille Dumbledore @@Lady Luxure Grindelwald
  18. — Cambios físicos exactos, espero ser clara con ese concepto—la voz de la Arcana fue certera. Azrael debía aprender a entender las cosas como se las explicaban y no intentar darles la vuelta a su conveniencia o como mejor le parecía entenderlas— Se cambia todo o no se cambia nada, no se puede adoptar el físico de una persona de manera parcial—la vista de la mujer seguía en el firmamento— Debe ser un cambio total y calcado al carbón, digámoslo como es una copia exacta del otro—asintió percibiendo la energía de Ada dentro de su morada. Azrael fue a cumplir con la encomienda de Amara, mostrándole parte de lo vivido por el hombre. Asegurándose de que sus familiares y futuros descendientes, no estuvieran expuestos a ninguna clase de peligro— No creo que este en posición de exigirme la prueba, no considero que los modos que emplea sean los correctos—se mantuvo serena al hablar con el mago. Entendía su premura por hacerse con la alianza de metamorfomagia, pero solo había estado unos minutos delante de la Arcana y ya deseaba salir disparado como bólido hacia la pirámide. — Aún no es el momento apropiado—cerrando sus ojos entraba de nuevo en su hogar, invitando al hombre a seguirla—Necesito que haga una cosa más, quizás cuando complete esa misión podamos hablar de la prueba avanzaba con paso firme y decidido hacia Ada— Tienes que ir a donde te lleven tus emociones, pero no las que nublen tus sentidos. Sino aquellas que te enseñen lo que realmente significa para ti ser Metamorfomaga—colocando su mano sobre el hombro de la joven, le dedicaba una mirada afable y complice. — Vuelve a los años de tu infancia, posiblemente ahí encuentres algunas claves que te sean de utilidad—le aconsejaba a la joven sentándose cómodamente— Por favor, Azrael—la mueca de la mujer no se podía describir con claridad— ¿Por qué tanta prisa por presentar la prueba?, ¿acaso no he sido amable al recibirte en mi morada?—las preguntas eran enfocadas en su reciente ataque de ansiedad. Para ella era simple lanzarlos dentro de la pirámide y exponerlos a toda clase de peligros, arrastrarlos a una muerte segura. La manera de ser de cada mago era inquietante, pero a la vez despertaba su interés por conocerlos más allá de una simple charla con una infusión elaborada por ella. — Tu misión es simple, Ada. Encuentra a la persona más querida para ti, usa su aspecto para sentir como es ver las cosas con sus ojos y no con los tuyos—le encomendó una tarea sencilla a simple vista. Pero el cambiar su aspecto por el de una niña pequeña, no era algo sencillo de concretar, no si la inseguridad se apoderaba de ella al intentar realizar dicho cambio. Esperaba que confiará en ella y no se doblegará a la hora de la verdad, si ella lograba sortear ese obstácu.lo el resto serían pan comido—¿Tienes alguna duda al respecto, querida?—volvió a hablar sin despegar los ojos del par de magos. Azrael aún le debía un par de respuestas, posiblemente tras una amena charla la visión de la Arcana sobre el tema de la prueba fuera mucho más flexible y benevolente para con el mago.
  19. La Arcana no se sorprendió ante el poder que demostraba poseer Azrael, simplemente se limitó a sonreír afablemente. El hombre sin duda tenía claros cada uno de sus objetivos, pero intentar clonar su persona en otros entes que no contaba con una vida propia o esencia que los dotará de algo más que habitar un cascarón vació. Le hizo ver que muchas veces la metamorfomagia, no suele ser empleada de la forma correcta o solamente se busca poseerla para darle fines errados. Era diestro en el empleo de la Nigromancia y el Parsel, trayendo desde el mundo de los muertos a sus descendientes, pero ella se mantuvo imperturbable en todo momento. — Le han dejado un legado que debe cumplir, no he puesto eso en duda en ningún momento — respondió elevando su vista al cielo. El cuestionarle que necesitaba de el, para poder ligarse a la habilidad, no hizo más que aumentar su meditación respecto al tema. Ella no obtendría nada de sus esfuerzos con respecto a la misión que le encomendaría, solamente le daba pie para que se atreviera a ir más allá de lo que los limites establecían. Conocía a la perfección los riesgos que todo aquello implicaba, pero tal y como pasaba dentro de la pirámide, siempre debían demostrar que sus pasos les conducían por la senda que tenía como meta ese lugar. — Irá a donde ha nacido toda su parentela, averigüe que tanta influencia tienen ellos dentro de los cambios en el mundo mágico actual. No es lo mismo verlo desde su perspectiva que desde la de ellos, encuentre que cosas han cambiado para bien y el beneficio de los suyos — hablaba sin despegar los ojos del firmamento. Reconocía a una persona muy apegada a sus raíces, quizás eso le diera un plus a su favor, si sabía como descifrar el mensaje codificado que le obsequiaba la mujer. Lady continuaba cumpliendo la misión encomendada por Amara. Los planes marchaban a la perfección, aunque le seguía inquietando que Ada no diera señales de vida. Pocas veces sus infusiones causaban ese efecto en sus alumnos, pero como toda excepción a la regla. No todos los magos y brujas reaccionaban a sus emociones como era de esperarse, le daría tiempo para despabilarse o se vería en la necesidad de intervenir y deshacer lo que su brebaje provocará en la joven. Ansiaba verla en acción, sumergirse en alguna aventura que le diera pauta ilimitada a sus emociones contenidas. El vivir atado por miedo al que dirán, no siempre era la opción más sensata, porque casi siempre se enjaulaban los dones que proporcionaba poder cambiar el aspecto físico dando a conocer una nueva faceta de la personalidad. Amara recapitulaba todo lo acontecido hasta el momento, confesiones que le provocaron entender en parte el accionar de Ada. Lo mismo sucedía con Lady, ahora ella estaba cumpliendo la misión encomendada por la Arcana y Azrael, pronto emprendería el vuelo rumbo al pasado. Era decisión suya acatar lo dictado por la anciana o pasar de largo, pero si deseaba con todas sus fuerzas hacerse con la alianza que lo conectaba con la metamorfomagia era mejor que comenzará a planear la estrategia que pondría en práctica. — Ya cuenta con las armas necesarias, ahora solo recuerde emplearlas de forma concienzuda y logrará obtener lo que tanto anhela — le despedía con una sonrisa afable en sus labios. La mujer volvería a su morada, para ver si Ada volvió del trance en el que permaneció más tiempo del debido a su parecer.
  20. — No sinceramente, no tiene caso que lo intente— la voz de la Arcana se mantuvo serena al responder. Intentar engañar a una persona como ella, derivaría en una perdida de tiempo y energía que bien podía emplear en mejorar los cambios en su aspecto. Era un reto tener algo que detonará esa parte dormida de los magos, no todos poseían la capacidad de alterar rasgos físicos en su anatomía o rostro. Ella era experta en esos ámbitos, pero le había tomado tiempo adaptarse a cada uno de ellos y realizarlos sin la mayor dificultad. — El poder sobre está habilidad, cuándo es empleado con inteligencia y de la forma adecuada. Es capaz de realizar cambios que perduren igual que una memoria tatuada en su cabeza, así como los fósiles que aparecen alrededor del mundo—bajando la mirada hacia su taza, le dejaba de lado por un breve instante. No le asombraba demasiado el cambio de su alumno, al adoptar la apariencia de Amara. Le causaba cierto deja vú, tras recapitular una situación similar a esa. Nunca faltaba el que deseaba acceder a información sobre la vida de una persona en particular y la forma más recurrente de hacerse con ella era hacerse pasar por una copia medianamente exacta del original. — Es sabio que desee ocultar algunas cosas sobre su identidad, resguardar lo más valioso suele salvarle la vida las personas precavidas—enfatizó levantándose de la silla. Sus ojos cambiaron una vez más oscureciéndose por completo, ahora veía solamente sombras que le dejaban a sus otros sentidos agudizarse— El precio no lo dictó yo, sino las circunstancias que se presenten en su andar. La sangre sería un pago gusto, pero antes de prestarle atención a eso, no cree que debe pensar en que es lo que realmente desean sus ancestros que realice dentro del mundo mágico—no estaba demás echarle una pensada a los pasos que daría dentro de los terrenos donde habitaba la metamorfomaga. — Si está listo, puedo enviarlo a una misión que le ayude a dilucidar con mayor claridad el control que debe tener sobre la metamorfomagia .No solo debe cambiarse el exterior, sino también el interior—explicaba avanzando hacia la salida de su hogar. Haciéndole una seña para que le siguiera, Ada se había quedado perdida en su mundo de emociones. Esperaba el momento idóneo para que ella eligiera, si estaba lista o no para emprender la misión que la anciana tenía dispuesta para la joven. — Debe aprender que cada cambio implica detalles que debe considerar, no solo los rasgos físicos, sino como se relaciona la persona que desea suplantar con su entorno—transformando parte de su rostro por el de una joven. Solo la superficie cambio, pero el interior seguía perteneciendo cien por cierto a Amara, para hacerse pasar por otra persona en su totalidad debía adoptar desde los ademanes más básicos hasta los gestos que no podían pasar desapercibidos ante los ojos de sus familiares. — Medítelo con calma, no se presione y reflexione ante lo que le he dicho. Véalo como un preludio de lo que le espera, porque el camino hasta la prueba puede ser largo y tortuoso sin duda—guardó silencio volviendo a su habitual faz, no le gustaba aparentar más de lo necesario frente a sus aprendices. Siempre les daba la cara sin esconder nada debajo de la alfombra, porque estaba ahí ante todo para ser una guía y no todo lo contario. Lo que menos esperaba era confundirlos, pero existían ciertas excepciones a la regla sin duda.
  21. Las emociones eran catalizadores poderosos y escuchar las palabras de Ada, causaba en la Arcana cierto aire de remembranza. Sentirse como en sus épocas de práctica teniendo cambios que pudieron desconcertarle un poco, miradas extrañas que brotaban de sus ojos, tonalidades que variaban entre cálidas y sombrías. La frialdad era otra forma de ejemplificar un cambio, congelar lo más valioso que se posee transformándolo en una mutación que afecta nuestro físico. — Los ojos son la ventana del alma, ¿no crees que ellos pueden despertar diversas emociones en ti?—cuestionaba la mujer bebiendo otro sorbo de té. Concentrarse en lo más elemental, aumentaba las posibilidades de realizar cambios sin imprimir demasiado esfuerzo en ellos. Sintiendo la presencia de un hombre dentro de su hogar, le invitaba a ponerse cómodo y tomar una taza de té recién hecho. El abrir la mente ante la habilidad de la Metamorfomagia, siempre les daba la vuelta de tuerca que detonaba sus posibilidades de cambio ampliamente. Ada se mantenía serena, pensativa ante lo revelado por la Argelina, reconociendo que las emociones de la joven poco a poco fluían como las raíces de un árbol bajo la tierra. Cultivar los frutos para que dieran una buena cosecha, conllevaba a comprometerse con los cambios que se presentarían en su persona. —Puedes ser quien quieras ser, pero recuerda la verdadera esencia de Ada—le advirtió desviando sus ojos hacia el Egipcio. La serenidad que brotaba de los ojos de la anciana, no podía ser perturbada por nada, mutando ligeramente el color de sus ojos, dándole una muestra de lo que era capaz. Moviendo su mano en un gesto afable compartía con ellos aquella bebida humeante, abriendo poco a poco cada una de las puertas que la mente solía proyectar para proteger los cambios inesperados en la apariencia de un mago o bruja, provocados por la metamorfomagia. — Lo evidente, no siempre es real—asintió dando otro sorbo a la infusión. Era momento de enviar a Ada en una misión, no deseaba retenerla más de lo necesario. El aprendizaje era algo que no se detenía ante nada, avanzaba a pasos agigantados y proporcionaba una gama variada de posibilidades de aceptar las mutaciones temporales en el aspecto físico. Azrael mostró un cambio básico delante de la Arcana, dándole una tonalidad interesante a su cabello. Poco a poco todo iba tomando forma, ambos jóvenes parecían sentirse cómodos con su condición. — ¿Estás lista para una misión?—dejando la taza sobre su regazo, esperaba paciente la respuesta de Ada. Mientras que su atención volvió a centrarse en Azrael, algo le decía que los cambios en su físico irán más allá de intentar esconder sus verdadera identidad, apreciando a simple vista su interés por mostrarse parcialmente como era delante de la sabia mujer. Sabía como reconocer las intenciones de las personas, desenmarañando sin problemas parte de su personalidad. — Dime, querido. ¿Qué deseas obtener de la habilidad de la metamorfomagia ¿realmente?—no se andaba con rodeos. Siempre indagaba frontalmente las verdaderas intenciones de sus alumnos, no era de meterse en la privacidad de ellos, pero una vez que probaban la infusión preparada por la Arcana, no les quedaba nada más que confesar todo lo solicitado por la moradora de ese lugar. Estaban en sus dominios, no les convenía oponer más resistencia de la necesaria, porque en caso contrario su intento de probar que eran aptos para presentarse ante la pirámide y obtener la alianza que los conectaría para siempre con la habilidad sería infructuosa.
  22. Amara saludó levemente con la mano mientras Lady se alejaba por el portal. Lo que Camille capaz no sabía era que la arcana podía ver toda la aventura de la Luxure a través de la superficie de su te. Así, por lo menos, podía echarle un ojo si necesitaba ayuda. Bebió un poquito, después de todo era una excelente bebida la que había preparado. - ¡Pues claro mi niña! Las emociones son la base de la Metamorfomagia. Pero hay que tener cuidado... Verás, las emociones son respuestas a lo que nosotras percibimos como realidad. Eso quiere decir que es una reacción a algo y son efervescentes y bellas y básicamente lo que nos hace sentir y ser más humanos. Sus manos iban y venían explicándole con cierta emoción el tema. - Ahora, necesitamos catalizadores de las emociones. Sino constantemente cambiaremos a lo primero que se nos venga a la cabeza. Puede que una injusticia te recuerde a un varón alto de clase adinerada y… te conviertes en él, ¿me explico? El cabello de Amara comenzó a tomar diferentes tonalidades, rasgos y longitudes. Pasó de rubio y enrulado a rojo con ondas. Quería ilustrarle lo que significaba perder el control dentro de un ambiente amable para el aprendizaje. - La pregunta que te hago ahora es, ¿cuáles son tus catalizadores Camille?
  23. -Encontrará señorita Luxure que siempre habrá algo que nos haga enojar sea adrede o no- le respondió a su pupila. Aquello aunque no había sido a propósito el hacerla enojar le vino bien que aprendiera a controlar aquellos sentimientos predominantes en uno mismo, la calma era lo principal para poder manejar ciertas habilidades, la suya no era la excepción y mucho menos fácil como la mayoría de sus alumnos pensaba al ir. Amara observaba el cariño de ambas mujeres mientras escuchaba de sus sentimientos la primera vez que notaron una pequeña transformación de ellas. Amara notaba las diferencias en ambas féminas, mientras Ada se mostraba radiante y contenta con su avance, Lady era más fría y se frustraba con facilidad al seguir estando ahí, el agua del te ya estaba por lo que se levantó sin decir nada a ninguna, su próximo paso seria para Lady solamente, quería ver cómo se manejaba la pelirroja en otro ambiente que no fuera en cuatro paredes donde sus emociones podrían controlarse más, quería que aprendieran mostrando todo el potencial que tenían, porque sabía que lo tenían solo que estaban aun temerosas de cometer errores, ella estaba para ayudarlas si llegaba el caso. Volvió con la tetera humeante depositando en ambas tazas un poco de agua y unas hierbas que ayudan a que cada una se relajara, abriría su mente a otras cosas, como un recuerdo querido que le transmitirá paz o una persona amada, aquello siempre ayudaba a mantener el cerebro concentrado y mas aun sus emociones, el esfuerzo que ellas necesitaban lo sacarían de ahí. -Ada querida me dificulta entender tu respuesta- le dijo con amabilidad y jovialidad al llamarla por su nombre a su joven pupila mientras bebía de su te. Mientras esperaba que Lady diera su primer sorbo de té, tomo su varita para transformarla en su vara de cristal, un bastón mágico traslúcido, de metro y medio de altura, en cuyo extremo superior reposa una amatista azulada que vibra suavemente en su interior, la aventura esperaría a su pupila más irascible mandándola al centro de la India. La arcana solía recibir notas de personas pidiendo ayuda en todo el mundo y esperaba que Lady pudiera resolver aquello y evitar que niños inocentes murieran a causa de la neumonía. -Señorita Luxure ya que tiene muchas ganas de explorar mas sus habilidad natural me gustaría que ayudará en la India- le dijo después de verla beber todo el contenido de su taza -​tienen problemas los pequeños que mueren a causa de la neumonía y tengo entendido que hay un grupo de hombres que tienen la vacuna pero se niegan a repartirla sin nada a cambio- continuo cruzando sus piernas una sobre la otra. -​Me gustaría que encuentre la manera de usar la Metamorfomagia para conseguirlas - le pidió claro que no estaría sola el joven Kiran estaría a su lado lo mas que pudiera -un joven Indio llamado Kiran le dará las instrucciones, vaya y búsquelo con discreción- le dijo entregando una foto del muchacho. Con su Vara de cristal creo un portal donde llevaría a la joven a su destino mientras ella se quedaba con Ada para que le explicara mejor sus sentimientos al descubrir la metamorfomagia. -Bien querida, ahora solo estamos nosotras dime a que te referías exactamente a lo que me acabas de decir- le pidió sirviéndose de otra taza.
  24. Amara había dejado de ser el joven chico de cabellos naranjas para volver a ser ella, una mujer de una edad avanzada, con el cabello lleno de canas y algunos cabellos de color castaño, llevaba un vestido en color azul, era más parecido a una bata para dormir que a un vestido, sus zapatos eran unos choclos negros. El cambiar de aspecto no era algo que se podía mantener por mucho tiempo, hasta para ella que era una Arcana le resultaba complicado quedar para siempre con cierto aspecto, era bastante agotador, saber controlar tus emociones para que por causa de ellas no fallarás al cambiar un aspecto de tu persona. Cuando entro a la aula donde compartía sus conocimientos, sabía que sólo se encontraría con una de las mujeres que habían decidido vincularse con la habilidad que supuestamente tenían desde su nacimiento, para ella iban a tener un mejor control de los cambios y sus emociones, era por eso que les pedía cambiar tantas veces, para que tuvieran el control completo de la habilidad con la que habían nacido. La arcana le dedicó una sonrisa a Lady, sabía que en pocos minutos, la segunda mujer entraría por aquella puerta feliz de haber salvado a un niño gracias a tener aquella habilidad, mientras tanto, ella estaba poniendo a calentar un poco de agua, debía conocer un poco de sus alumnas así que platicaría con ellas. Camino hasta una silla mecedora, tomó asiento y señaló con su mano derecha los dos sillones vacíos que estaban a su lado izquierdo, de aquella forma la estaba invitando a sentarse, espero a que aceptará su invitación para de esa forma empezar su conversación. —Lamento llegar hasta este momento, veo que no ha realizado la tercera prueba del espejo, al menos no de forma correcta. —comento como si eso no fuese algo realmente importante. —La metamorfomagia está conectada a las emociones, trabajar con ellas es realmente complicado, sobre todo cuando de emociones negativas se trata. Por ejemplo, ahora mismo, usted se ha de encontrar molesta por el tiempo que ha estado acá sin alguien que le instruya… es por eso que no a entendido la indicación del espejo. Majlis se puso de pie y tomó 3 tazas de porcelana, y las puso en la mesa de centro junto con la azucarera y las hiervas para la infusión que les invitaría a tomar. El agua que había puesto a calentar aún no estaba lista, por lo que volvió a tomar asiento para seguir con la conversación con hasta ese momento su única alumna. —¿Recuerdas la primera vez que experimentaste un cambio? Dime que emoción sentías en ese momento. —le sonrió. La mayoría de las personas recordaban que habían cambiado de color de cabello, de color de ojos, hasta de color de piel pero eran pocas las que recordaban las emociones que estaban viviendo para llegar a tener ese cambio. El silencio reino en el lugar por pocos minutos, ya que por la puerta aparecía su segunda alumna, se le quedó mirando por pocos segundos y de la misma forma que había invitado a la primer mujer a sentarse a su lado, siempre con una sonrisa en los labios. —Bienvenida… le decía a su compañera que las emociones son muy importantes en la metamorfomagia y le preguntaba si recordaba las emociones vividas que le llevaron a hacer ese primer cambio en su aspecto. ¿Quisiera compartirlo?
  25. Amara aun convertida en aquel joven de cabellos naranjas se acercó primero a la Dumbledore, la miró detenidamente hacer los cambios y sonrió, no dijo nada. Mientras tanto el espejo que le correspondía a la Luxure, había cambiado de color y las letras dentro de este también habían cambiado. Al igual que el espejo de la Dumbledore, le pidió que se camuflajeara lo mejor que pudiera non el entorno, pero antes de que comenzara a realizar los cambios la arcana hablo. —Ojala tu si puedas camuflajearte —arrastró la última palabra como si quisiera hacer énfasis en lo que el espejo le estaba pidiendo. Amara miro a la Dumbledor que ahora era un joven y le dedicó una sonrisa —te diría que lo volvieras a intentar, pero mejor acompáñame, a la mujer que fueron a visitar, le daría gusto saber que usaste esta magia para ayudar al otro. Amara siendo el joven de cabellos naranjas avanzó por delante de Dumbledore, esperaba que le siguiera el paso y cuando estaban lo bastante alejados del aula, ella siendo él comenzó a contarle los motivos por el cual la llevaba hasta el pueblo más cercano al colegio de Mahoutukoro. —Cerca de aquí, hay un pequeño poblado, uno de los niños, hijo de uno de los aldeanos más importantes ha caído dentro de una fisura del suelo, encontraron una ruta que los haría llegar hasta donde se encuentra el niño, por aquel lugar solo pueden entrar personas con la complexión de un niño. —se detuvo a mirarla, trataba de saber si le estaba siguiendo en la conversación. —Yo no puedo entrar porque soy todavía un niño, además no se primeros auxilios. Podrías ayudarlos… Amara se detuvo frente a un grupo de gente que trataban de ver quién podría sacar al niño y de qué forma podían lograr sin que el infante se lastimara. —Hazte cargo cómo el adulto que eres, yo voy a regresar al aula, puede que tu compañera también quiera ayudar un poco.

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