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Amara Majlis

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Todo lo publicado por Amara Majlis

  1. El espejo frente a Ada cambio de color cuando ella logró hacer el cambio que este le había pedido hacer, ahora le pedía hacer cambios en su aspecto físico, pero dejando la nariz tal cual la tenía en ese momento. Por otro lado, el espejo que se encontraba a su lado se había vuelto gris, era como si hubiera optado por dormirse al no ver ningún cambio por parte de la mujer que tenía al frente. En lo que Ada realizaba los nuevos cambios pedidos por el espejo, Amara en el aspecto de un joven no mayor al metro con setenta y dos centímetros, de cabellera naranja un tanto alborotada y con una amplia sonrisa en su rostro, apareció por el umbral de la puerta, sus ojos miel miraban a la bruja mientras su cuerpo sufría varios cambios. —¡Que divertido! Poder cambiar cualquier parte de ti, a tu antojo… ¿No lo creen, así? —les habló mientras entraba con ambas manos atrás de su nuca con un aspecto súper relajado. —He visto que la anciana que da clases aquí se fue hace ya varios días y aún no regresa, así que he venido de chusma. El joven les hablaba como si las conociera, sin jamás perder la sonrisa del rostro. Por otra parte, el espejo de Ada, tras su segundo cambio le había pedido que se camuflajeara con el entorno, Amara esperaba que lo hiciera, pero también buscaba ser un distractor, así que mientras la Dumbledore trataba de concentrarse ella en forma de chico comenzó a hacerles preguntas. —y bien… ¿Podrías cambiar tus manos por garras de león? Muéstrame como lo haces… Anda, nada te cuesta, además parece que la anciana va a tardar mucho tiempo más, que mejor que usar su habilidad para beneficio propio, ¿No lo creen? Para cualquier persona que conociera a la arcana de Metamorfomagia, sabría que lo más valioso para ella era que una habilidad tan poderosa como la que ella impartía, no fuera usada para beneficio propio, siempre esperaba que fuese utilizado para ayudar a otros, sin importar el fin, al final lo bueno y lo malo era decisión de cada individuo.
  2. Para cuando sus alumnas arribaron a la escuela donde iban a aprender habilidades, la Arcana de Metamorfomagia para esas fechas ya no se encontraba dentro de las instalaciones de Mahoutukoro. Amara había decidido viajar a Londres, debía reunirse de nuevo con el ministro de Magia de aquel país para volver a firmar los acuerdos donde quedaba claro que ellos iban a instruir a aquel pueblo de magos para poder adquirir sus habilidades, en esa ocasión se entero que sería una mujer, por lo que esperaba que las cosas fuesen más sencillas de acordar. Aquello era muy importante, pero tampoco podía dejar a sus alumnas sin recibir instrucción alguna de lo que debían hacer en aquel sitio, si hubiese estado ahí les hubiese preguntado sobre su infancia, los primeros cambios involuntarios, sobre su familia, ¿Quiénes aparte de ellas tenían la habilidad de no sólo cambiar el cabello, si no también ser uno con el entorno? Dentro de la pequeña aula se encontraban 2 espejos, eran los espejos que utilizaba siempre para que comprobará sus cambios, con forme realizaban los cambios que el espejo les pedía, las letras cambiaban para un nuevo reto, hasta lograr tres cambios, entonces aquel espejo daba paso a un portal, donde le pudieran demostrar que aquello de la habilidad iba a ser usada para el bien, pero aquella palabra era condicional a cada persona, que Amara siempre tenía que aclarar que hacer el bien significaba ayudar al otro. El par de espejos empezaron a brillar tratando de llamar la atención de las dos brujas londinenses, al momento en que cada una de las brujas se parara frente a cada espejo, este empezaría a lanzar palabras. En el espejo de Lady, la primera indicación sería cambiar el color de su cabello, una tarea lo bastante sencilla, para la otra mujer Ada, le pediría que hiciera modificaciones a su nariz, el chiste es que no se pareciera a la que tiene. La segunda indicación, vendría cuando realizarán aquella primera. Amara esperaba estar con sus alumnas para antes de que pudieran realizar con éxito la tercera petición del espejo.
  3. METAMORFOMAGIA APROBADO MATTHEW TRIVIANI
  4. Apenas llevaba un tercio del recorrido, Amara miraba las luces que se reflejaban en el agua congelada del lago Saiko, cuando escuchó la llegada de su alumno, tenía una sonrisa en el rostro mientras giraba a verlo de frente. Aún le faltaba un largo camino que recorrer si su intención era vincularse con el anillo de metamorfomagia. Amara esperaba que de verdad aquella fuese su intención y que no decayera a mitad de camino. —Veo que has salido del bosque Aokigahara. Supongo que no te fue complicado pasar los espíritus y los guardias que hay en el interior, fue un gran acierto tomar el aspecto de los entes que habitan el bosque para librarte de los policías que tratan de evitar que la gente se suicide en aquel sitio. —su voz era tranquila y pausada. Si tuviera en esos momentos todo lo que se necesitaba para tomar el té le invitaría una taza al joven de cabellos negros que le acompañaba, pero no era momento de tener charlas amigables y mucho menos de tomar el té, aun debía pasar dos pruebas más para lograr llegar a la pirámide donde se encontraban las 7 puertas de las habilidades así que Majis se puso seria. —Es momento de que sigas por tu camino. —La mujer le señaló el lago. —A un par de kilómetros de aquí, rumbo al oriente, te vas a encontrar con una bota vieja, es un traslador, pero antes de llegar hasta aquel artefacto deberás cruzar, mucha suerte. Nos vemos al otro lado del traslador, ahí tendrás tu última prueba antes de llegar a enfrentarte al portal. Majlis desapareció para preparar la tercera prueba antes del portal. --------- Al momento que Triviani apareció del otro lado con el traslador, Majlis había rejuvenecido un par de años, ahora era una mujer de unos 35 años, delgada y de piel blanca, su cabello aun café lo tenía recogido en un chongo perfectamente bien peinado, llevaba puesto un uniforme de enfermera completamente blanco, en sus manos llevaba una tabla de madera con varias hojas impresas, en la bolsa de su blusa se encontraba un bolígrafo de tinta azul, la cual minutos antes la había estado usando. —Veo que has podido cruzar el lago, nos encontramos dentro de la unidad de enfermos terminales en un hospital muggle. —comenzó a platicarle mientras le entregaba una bolsa con ropa en su interior, pronto el joven Triviani comprendería que estaba haciendo en aquel lugar. —En la cama 302, hay una mujer de avanzada edad, que desea ver a su hija para despedirse de ella. —estaba caminando hasta la habitación donde se encontraba aquella cama para que su alumno viera a la mujer que a pesar de estar tan enferma se resistía a morir. —Tú última prueba, antes del portal, será hacerte pasar por la hija de la anciana, ya que la verdadera hija está en un importante viaje de negocios y no podrá ver a su madre, la idea es que la hagas sentir mejor y hagas que la mujer pueda descansar en paz sin sufrimiento alguno. Si lo haces bien, verás un portal que debes cruzar para verte frente a las 7 puertas de las habilidades. Amara se dio la vuelta para seguir al pendiente de los otros pacientes que se encontraba en el hospital. -------- Ambos se encontraban en el interior de la pirámide donde se encontraban las 7 puertas de las habilidades, Amara estaba de pie frente a la puerta de la habilidad que ella instruía, llevaba consigo el anillo de plata que le entregaría a su alumno para que durante su tiempo en el portal lograra su vinculación con la habilidad. —Gracias por ayudar a la anciana. ¿quieres hacer la prueba? Conocía la respuesta así que le entregó el anillo y lo dejó entrar al portal que se había abierto apenas la respuesta era afirmativa. Ahora debía demostrar que era digno de llevar consigo el anillo de metamorfomagia. @
  5. Nevaba desde hace ya cinco días. El frío que hacía en aquel lugar no era algo posible de soportar si no se iba bien abrigado, por lo que Amara esperaba que Triviani llevase consigo varias capas de ropa abrigadora a su encuentro con ella. La nieve que caía, cubría la mayor parte del campo verde en las faldas del Monte Fuji. Tenía tiempo de no ver algo tan bello y que generaba mucha paz en su interior. El lago a un par de kilómetros de ahí se había congelado en una primera capa delgada, tan delgada, que si una persona adulta lo cruzaba caminando/patinando podría romperse esa capa y caer al agua al grado de congelarse, aunque no tan delgada para ser rota con las manos. La vegetación boscosa de aquel lugar, en esos tiempos se habían convertido en troncos con sus ramitas, había muy pocos árboles que aun conservaban su follaje, aunque este había dejado de ser verde para convertirse en café con un poco de nieve encima. Majlis esperaba a Matthew Triviani a la entrada del gran bosque, llevaba consigo un abrigo que la mantenía momentáneamente caliente, y se le podía notar ya que el rubor de sus mejillas en ese momento era notorio, la arcana de metamorfomagia se concentraba completamente en guardar tanto calor como podía en su cuerpo. Al ver llegar al licántropo, le dedicó una sonrisa mientras se acercaba a él dejando un metro de distancia entre ambos. —Hola querido —le saludo. De entre sus ropas, sacó un pequeño bolso de terciopelo de color negro con pequeñas runas de protección grabadas fuera de ellas, su intención de las runas era que nada de lo que se colocara dentro de la bolsa pudiera ser sacado de su interior hasta que el dueño de la bolsa lo abriera. —No es que no me fíe de ustedes, —haciendo referencia a la comunidad de magos —pero pareciera que ustedes nacieron con la varita en mano, es increíble que todo lo quieran hacer con ella, pero en esta prueba no es necesario que la lleves contigo. Puso frente a él la bolsa de terciopelo negro y se le quedó mirando, no dijo nada como si su discurso anterior fuese lo bastante claro para ser entendido y él mago ingresará su varita a la bolsa. —Apura, no hay mucho tiempo —le apresuró. —Aparte de dejar tu varita, deja todos tus accesorios pertenecientes a la magia Uzza, que tienes encima dentro de la bolsa de terciopelo, te repito, no es necesario que los lleves contigo. Amara en todo el tiempo había mantenido una sonrisa en sus labios, esperó a que el licántropo le entregase todo para cerrar la bolsa de terciopelo, misma que le entregó al mago en señal de que confiaba en él para que no hiciera uso de ninguno de los poderes que ahí se encontraban. —¿Estás listo? Lo siguiente que le entregó fue un pergamino con un pequeño mapa dibujado e indicaciones en la parte posterior del mapa. Aquello era la ruta que debía seguir para llegar hasta donde ella le estaría esperando para permitirle la entrada al portal de la habilidad. —Sigue el mapa, te veré al final de este. No te pierdas. —Se despidió y desapareció. Las indicaciones al reverso del mapa estaban compuestas por tres simples líneas de texto. En la primera línea lo prevenía de los guardias que custodiaban aquel bosque, aquellos guardias tratarían de evitar a toda costa que llegue al final del recorrido, aunque, pasando esa sección de la prueba, ellos dejarían de perseguirlo como si su vida dependiera de atraparlo. Por otro lado, la segunda indicación era un simple “Úsalos.” Y la tercera y última indicación era una muestra de afecto. “Mantente abrigado. La temperatura seguirá bajando mediante te vayas acercando al lugar en el que estoy”
  6. Majlis dejo de hacer lo que estaba haciendo durante un segundo mientras analizaba las respuestas y las preguntas del Triviani, en especial esa en la que se preguntaba si los cambios por metamorfomagia eran permanentes. Por un momento creyó que, en efecto, algunos cambios podrían ser permanentes, pero tras analizarlo negó sonriendo. La realidad era que los cambios efectuados por la metamorfomagia podían durar de manera prolongada dependiendo el estado de ánimo y la concentración del mago en cuestión, más no permanente. —¿Podrías decirme que significa “cambios permanentes”? —lo cuestionó. Posiblemente no tendría nada que ver con la clase, pero Amara disfrutaba de que sus alumnos llegaran a sus propias conclusiones, ella pensaba que la habilidad que enseñaba no era solo cambiar por cambiar, sino, cambiar por un propósito y aunque había gente que realmente disfrutaba cambiar cada parte de su cuerpo por el simple hecho de mejorarse estéticamente, los magos que fueron cursando la habilidad desde que llegó a Londres, todos, bueno la gran mayoría tenían un propósito que cumplir. —La magia de la metamorfomagia es muy poderosa, —realizó una pausa, amaba hacer aquellas pausas que tensaban el ambiente, eran pausas de las que no estabas seguro si te diría: “Estas listo para vincularte con la Metamorfomagia” o de las que sin piedad alguna te mandaba a hacer de nueva cuenta una prueba final, —y aunque he visto que eres capaz de lograr cada cambio con el más mínimo detalle emulando a la persona que tienes en las imágenes… La mujer argelina dio varios pasos de un lado a otro mientras decidía que iba a hacer, no estaba del todo segura que un hombre con licantropía fuera del todo capaz de vincularse con el anillo, ¿Qué tanto de los cambios que él realizaba y la forma en como le había descrito su primer cambio, con esa pasión de algo que mantienes tan presente en tu corazón, eran por la habilidad en cuestión? —He estado pensando en todo este tiempo, si ponerte a prueba una vez más… o enviarte a la prueba. —se quedó en completo silencio mientras lo miraba a los ojos, lo había decidido. —Creo que la mejor forma de despejar mis dudas es, enviarte a hacer la prueba. ¿Deseas realizar la prueba del portal, y de esa forma vincularte con el anillo de la habilidad?
  7. Bienvenida al grupo de Metamorfomagos a:. Emily Karkarov Quién se ha vinculado de manera exitosa a su anillo de la habilidad. Muchas felicidades.
  8. Amara vio entrar a Emily dentro del portal y luego sintió el cambio en la bruja, la forma en la que era olvidada la "misión" y su mente era transportada a la realidad que la situación implantaba. Eran pocos los estudiantes a los que el portal les hacía aquello, transportarlos de lleno y hacerlos olvidar de que aquello era una prueba pero, a opinión de la Arcana, era la mejor forma de aprender que podía existir. La bruja se quedó de pie en el centro de la Gran Pirámide, girando su anillo de habilidad en el dedo a medida que observaba los acontecimientos que envolvían a Emily. Al principio se había sentido contrariada por su tipo de trabajo, no porque juzgara si ella era una "ladrona" o no, sino porque siempre se preocupaba de que sus enseñanzas fueran utilizadas para cosas negativas. Para su sorpresa, las misiones que llevaba a cabo Karkarov eran, hasta ese momento, para ayudar a mejorar un poco la sociedad. Amara se sintió aliviada, en parte, por ser testigo de aquello. -Lo estás haciendo bien- susurró para sí misma, ya que no quería distraer a su alumna. El tiempo en la Pirámide pasaba lento. Dentro del portal, era algo distinto. Aunque para Emily podía resultar que habían pasado años, en realidad eran sólo minutos. Era totalmente asombroso cómo funcionaba la magia de aquel lugar. Finalmente, la bruja abandonó el portal y se encontró con Majlis en el centro de la sala circular. -Estás lista- afirmó la Arcana, antes de que el anillo de habilidad de Karkarov brillase para dar concluída la prueba y otorgarle pleno derecho sobre la Metamorfomagia a la chica.
  9. La Arcana vio a Emily salir del laberinto un poco desorientada pero en una pieza y luego enfocar la vista en ella, buscando guía nuevamente. Amara la invitó con una mano a acercarse hasta la entrada de la Gran Pirámide, subiendo unos escalones hechos de piedra y entrando en el primer corredor. -Me complace que hayas salido del laberinto. He visto tu desempeño- y no se había perdido detalle de él durante todo el transcurso-. Creo que has sido una de las estudiantes mejor adiestradas... sin malinterpretar el sentido de la palabra- aclaró, mientras giraba por un corredor oscuro débilmente iluminado por unas piedras incrustadas en las paredes, que parecían proyectar la luz que venía desde fuera como si fueran espejos dispuestos de forma específica-. Así que creo que te irá bien en la prueba final. Entraron en la sala circular donde se encontraban los portales de las habilidades y Amara se detuvo sólo al llegar al centro, parada sobre la estrella de siete puntas. Allí, dejó que la sala girara hasta que la puerta de su habilidad se detuvo frente a las dos, revelando entonces los rebordes y una luminiscencia blanca que salía por ellos. La magia había sido activada. -Antes de que atravieses la puerta, tengo que entregarte esto- la Arcana hizo aparecer el anillo de la habilidad en la palma de su mano y se lo extendió a Emily-. Sólo posee la magia suficiente para que yo pueda saber si estás bien o mal, si necesitas mi ayuda o si puedes con la prueba sin mi guía. Lo importante de este anillo es que, si logras terminar la prueba, te vinculará con la habilidad y conmigo- Amara mostró su propio anillo a su pupila-. Como ya debes saber, no puedo atravesar el portal contigo y no sé qué es lo que enfrentarás allí dentro, pero sí puedo decirte que estaré contigo cada instante y puedes acudir a mí por consejo o ayuda pero, que de hacerlo, perderás la posibilidad de seguir adelante con tu prueba- concluyó la bruja.
  10. Amara estaba maravillada con aquella respuesta. No conocía muchos licántropos que siendo tan jóvenes hubieran podido controlar su transformación. La mayoría estaban supeditados a que las fases de la luna decidieran cuándo el animal tomaba control del cuerpo, pero unos pocos poderosos magos y brujas habían descubierto distintas formas de controlar las transformaciones e, incluso como Matthew, decidir cuándo se transformaban. En alguna parte de la mutación de la maldición, había sucedido esto y era algo que a la Arcana le interesaba estudiar. Pero no era esa la materia en aquel momento. -Bellos ojos- fue el cumplido que le dedicó a Triviani para, luego, colocar unas proyecciones en la pared. Con un movimiento de la varita, las ventanas de la oficina se oscurecieron y las imágenes proyectadas tomaron notoriedad. Eran sólo fotografías, algunas estáticas y otras en movimiento, de personas de contextura y rasgos variados-. Algunas de las cosas más difíciles de imitar para los metamorfomagos, son las barbillas y las narices, ¿sabes por qué?- preguntó, pero no esperó respuesta-. Porque son algunas partes a las que no les prestamos suma atención. Bueno, sí a las narices, pero más a los ojos y al cabello, así que algunos metamorfomagos no entrenan su habilidad para cambiar narices y barbillas... ¿Qué me dices si pruebas un poco?- inquirió. Las proyecciones comenzaron a pasar. Primero había un hombre alto con bigote, ojos oscuros y pequeños y boca delgada. Luego, un adolescente de cabello rubio y largo, llamativos ojos color cielo y sonrisa deslumbrante. Así, una a una las imágenes comenzaron a cambiar lentamente, dándole unos momentos a Matthew para que él comenzara el cambio. El desafío era que las imágenes no se quedaban tanto tiempo en la pantalla, por lo que Matthew tendría que cambiar el primer rasgo que le pareciera más llamativo de la imagen. -Quizá te estés preguntando cuál es el punto de esta pequeña prueba. Bueno, las personas tienden a recordar algún gesto, expresión o cosa singular de las personas. Puede ser su sonrisa, la forma en la que caía el cabello a un lado de la cara, el tamaño de las orejas... Es interesante ver cuáles son esos puntos que reconoces y cambias, para que aprendas a hacer énfasis en los menos notorios. Para ello, es necesario que sientas la transformación surgir desde tí- le indicó la Arcana-. Cuando te transformas en lobo, ¿es como electricidad recorriendo tu cuerpo? ¿No sientes nada? ¿Qué sientes al intentar cambiar tus ojos de color?Me imagino que lo has practicado mucho... ¿recuerdas cuál fue la primera sensación cuando cambiaste?- Majlis seguía pasando las imágenes mientras hablaba, mirando atentamente a su discípulo.
  11. El trabajo en el lago fue arduo y un poco agotador, pero Amara se quedó mirando cada transformación que Emily perpretaba, todas echas con esmero y cuidado pero cada vez más rápido, como si su magia se estuviera asentando de una vez para darle a ella la capacidad de mejorar su técnica. La Arcana se sintió complacida, sobre todo porque había visto a otros estudiantes quedarse perdidos en medio del lago, navegando durante horas sin poder tocar la orilla hasta que habían podido entender de qué iba la primera parte de la prueba. Pero eso no ha ocurrido con Emily, que pareció estar preparada desde el comienzo para lo que fuera que aquello le iba a traer. -Has comenzado bien- el susurró pareció provenir de la derecha de Karkarov, pero en realidad Amara se encontraba parada en la cima de las escaleras de la Pirámide, observando "más allá" de su vista. Era sabido que todos los Arcanos poseían todas las habilidades, aunque se especializaban en una. Todos poseían el poder y el don de extender su presencia por el campo de entrenamiento, como a veces llamaban a la prueba de habilidad, aquella isla misteriosa que poseía un poder envolvente y atrayente-. El laberinto es tu siguiente obstáculo y te encontrarás con algunas criaturas peligrosas a las que deberás vencer con tu varita y tu astucia. También hay algunas plantas no tan amigables, escondidas entre los setos, que no quieren que pases por allí- comenzó a explicar-. Puedes usar todos tus conocimientos en duelos, libros, habilidades y lo que sea que tengas al alcance, para sortearlos. Pero recuerda que hay otras cosas habitando el laberinto,más oscuras... y siniestras-. Porque mientras Emily se adentrara en él, se daría cuenta de que aunque era la mañana, había zonas donde parecía haberse hecho de noche o donde las cosas no tenían sentido. Quizá la ley de gravedad no aplicara, quizá se encontrara con fantasmas de sí misma o de su pasado. La visión era diferente para todos, porque lo que hacía el laberinto además de atacar con su arsenal de plantas y criaturas, era mostrarle al incauto sus peores temores y contra ellos hacerlos combatir. Amara a veces creía que la gente salía un poco más loca, más asustada o más trastornada de ese laberinto, sin contar realmente de aquellos que se perdían dentro del portal.. algunos pocos a los que no podía salvar de la perdición. -Como te dije antes, te estaré vigilando por si necesitas ayuda- la voz de la Arcana se extinguió como un susurro, rosando el oído derecho de Emily, para que luego se instaurara un silencio sobrenatural. Al traspasar la entrada del laberinto, que a veces se dividía en dos o tres si había varios aprendices a la vez haciendo la prueba, se cerrarían los setos detrás de ella y la única forma de salir sería seguir adelante... o rendirse. Pero Amara estaba segura de que Emily no tomaría la segunda opción. La veía bien preparada.
  12. La Arcana había observado los movimientos de Matthew y no se le pasó desapercibido que se sintiera incómodo con la pecera donde reposaban las mariposas. Cada palabra que salía de la boca de Triviani parecía ser delicada pero no medida, como si realmente sintiera cada una de las cosas que él decía las hacía con conocimiento de causa. Quizá estaba más cerca de la naturaleza de los animales que de la humanidad. -Todos somos fundamentales, de alguna forma, para servir a otra especie. La vida es un ciclo. Cuando morimos y nuestro cuerpo va a la tierra, nos convertimos en parte del ecosistema. Nuestra piel, órganos y demás, alimentan a los insectos que nutren la tierra, la que a su vez alimenta a las plantas. Luego éstas son comidas por animales que, más tarde, serán consumidos por el humano para su subsistencia- las palabras eran seda mientras hablaba, una caricia al alma. Cuando le dio el capullo a Matthew, por fin pudo observar sus ojos de verdad y notar aquello que él se debatía en decir. Ni siquiera las palabras que dijo después, que bien podría tomar ella como una insolencia, le molestaron. ¡Oh! Aquel muchacho le gustaba, tenía algo que la hacía sentirse cómoda a pesar de que su parca forma de expresarse pudiera parecer molesta o agresiva a otros. -¿La metamorfosis es importante para la tuya?- preguntó-. Noto cierta reticencia en tu voz, joven aprendiz- tomó el capullo de las manos desnudas de Matthew y volvió a colocarlo en la pecera-. El poder de la metamorfomagia proviene de alguna rama genética que hemos desarrollado, así como lo hicieron las mariposas- señaló de nuevo la pecera-. Si tu temor es por si daño a los animales o al ecosistema, no lo hago. Sólo la observo. Puedo pecar de no dejar a naturaleza seguir su curso por intentar alargar la vida de mis mariposas con magia y, entiendo en ese punto que te pueda saber mal este conocimiento. Pero entender la naturaleza de su transformación nos llevará a entender la propia- finalmente volvió su vista a los ojos de Matthew, ya que se había girado para seguir mirando la pecera un momento antes. -Te he visto adoptar forma de animal a medias, probablemente por tu condición de licántropo... ¿Has probado cambiar cosas pequeñas? El color de tus ojos, el cabello, la nariz. En forma humana, claro. ¿Puedes controlar tu transformación en lobo?- quiso saber-. Porque quiero ponerte una prueba al mostrarte fotografías de personas y ver si puedes cambiar de aspecto tan rápido como lo haces cuando te transformas en lobo- y ahí saltaba esa parte de ella que estaba llena de curiosidad.
  13. Tres días le había dado Amara a Emily para poder pensar, practicar e imbuirse del conocimiento necesario para llevar a cabo la prueba. También, esperaba la Arcana, fuera un momento de reflexión para la bruja, para poder decidir si aquel camino que iba a emprender era el que en realidad estaba decidida a elegir para el resto de su vida. Quizá los magos y brujas novatos que entrenaba creyeran que ella era sólo un poco estricta y recelosa de su habilidad, pero no era así del todo. Amara amaba enseñar, sobre todo cuando la otra parte correspondía la enseñanza dada con genuino interés. Mahoutokoro tenía su propio nicho de poder donde llevar a cabo las pruebas de habilidad, pero a la Arcana le gustaba mucho el sitio anterior ubicado en una zona de magia primigenia. Aunque habían abandonado la Universidad en Inglaterra hacía meses, Amara aún escogía aquella ubicación como su lugar de meditación, de paseo, de desahogo. Le encantaba pasear por el laberinto, inactivo cuando no se estaba realizando una prueba. O bañarse en las aguas del lago negro ubicado alrededor de la isla. Era simplemente un paraje hermoso que, al ser tomado por la naturaleza, sólo había sido enriquecido con mayor belleza de la que se podía expresar en palabras. Y justamente allí había citado a Emily. -Bienvenida- la saludó cuando la vio llegar, nada más despuntar el alba. Se encontraban paradas a orillas del lago, justo del otro lado de la isla, y una balsa esperaba para ser montada por la bruja junto a ella. Era la única forma de cruzar el lago, ya que los portales, las apariciones o los método convencionales de transporte -escoba u otro vehículo- no funcionaban en aquel espacio. Las aguas del lago, con sus aguas oscuras como brea, estaban tranquilas. -Te he citado en este lugar y no en Mahoutokoro porque creo que este espacio aún posee magia muy poderosa que debemos aprovechar- antes de que se extinga, fue lo que no dijo. Porque tarde o temprano, la magia de la isla se iba a volver parte de la tierra e iba a dejar de habitar allí, para desplazarse a otros lados, como solía suceder con las fuentes de magia que se iban agotando o apagando-. Creo que ya tienes una idea sobre cómo se desarrollan las pruebas de habilidad, pero me tomaré la libertad de explicártelo de todos modos- cruzó sus manos delante de su pecho y miró más allá, hacia la Gran Pirámide que se alzaba tras un bosque susurrante. -Lo primero que harás será navegar las aguas de este lago para poder llegar a la otra orilla. Pero no te lo tomes a la ligera, la niebla que habita el lago es un poco... impredecible y gusta de jugar con las personas se adentran en ella- comentó, con voz lúgubre. En efecto, cuando Emily comenzara su travesía en bote, una densa niebla caería sobre ella y la envolvería, trayéndole alucinaciones sobre cosas que hubieran pasado, que pasarían o que no eran para nada reales. La bruja iba a tener que discernir qué cosas eran de cuáles no, para, de ese modo, acabar con la niebla y llegar sana y salva a la otra orilla-. Cuando termines de cruzar, te daré indicaciones para cruzar el laberinto- y con un movimiento, Amara ya no estaba allí. -Te estaré vigilando- susurró el viento, mientras Emily ahora se enfrentaba a la primera parte de su prueba.
  14. La Arcana abrió nuevamente un salvoconducto para que Matthew atravesara y se encontrara nuevamente con ella en su despacho. Emily acababa de darle el "sí" para hacer su prueba y, con eso, la bruja se había marchado. El aspecto del joven mago era bueno, al menos en lo que parecía a simple vista y no se encontraba tan agitado como había visto a Emily antes de que se marchara. Pero aún sentía que le faltaba un poco más con él, sólo un poco más. -Te has desenvuelto bien. Has tenido cuidado de que el Yeti no te lastimase y, además, has sabido utilizar tus conocimientos para poder mejorar la vida de alguien más. ¿Cómo te sientes con ello?- quiso saber. La pregunta podría parecer sencilla -y en parte lo era-, pero la realidad es que Amara estaba viendo la forma en la que Matthew había mutado su cuerpo para adaptarse al medio y, a la vez, estaba preocupada por el descontrol inicial que había demostrado el mago. Saber cómo se sentía con su propio desempeño hablaría sobre la capacidad de auto percepción de su aprendiz, así como de su seguridad. ¿Estaba ya listo para que ella le preguntara si deseaba hacer la prueba? No, quizá era demasiado pronto aún para él, pero estaba cerca a ese desenlace. -¿Sabes qué tienen de importante las mariposas?- le preguntó, mientras abandonaba la comodidad de la silla donde había estado sentada, en su oficina, para pasear por la habitación y detenerse en un estante donde había un especie de pecera que parecía estar vacía. En realidad, allí había capullos de diferentes tipos de insectos, algunos que pasaban por varias metamorfosis en su corta vida para llegar a una instancia ideal y, luego, morían. Esto ocurría en días o semanas, muchas veces y podría parecer un período corto de tiempo para un humano, pero para los insectos, aquello era mucho más-. ¿Sabes por qué se transforman en otra cosa?-agregó, como un interrogante. Amara metió la mano en la pecera y tomó la crisálida de una especie de mariposa especial, habitante de zonas árticas. Dentro de la "pecera", la mariposa tenía su propio microclima adaptado para su supervivencia. La Arcana se la mostró a Matthew, intrigada por saber sus respuestas.
  15. Al momento en que su alumna cruzó el portal, ella vio al joven que parecía estar dudando de lo que iba a hacer, por lo que cerro su portal, seguro elegiría enfrentarse a los espejos, así que lo dejó ahí, mientras ella caminaba al jardín del colegio Mahoutukoro, había olvidado que aquellas fechas eran temporada de Cerezos, por lo que al salir del aula de clases empezó a disfrutar de la vista, de los bonitos cerezos que florecían en las copas de los árboles que iban pintando el cielo y el suelo de un bonito rosa. Podía enterarse de todo lo que estaba haciendo Emily en aquel portal, gracias a que entre los árboles de aquel lugar al que había llegado la Karkarov, se encontraba un par de ojos que la vigilaban por si algo se complicaba en aquella prueba a la que había enviado a la pelirroja. Pero las cosas parecían tranquilas, al parecer Emily era una experta en aquel tipo de pruebas, Amara se llegó a preguntar en qué tipo de trabajo era el que ella realizaba día a día al ver la facilidad con la que se había filtrado en un lugar como ese. Ya le preguntaría cuando estuviera frente a ella, las cosas dentro de la prueba avanzaban y al fin había logrado liberar a las personas que tenían cautivas, lo mejor era que Emily regresara a estar con ella para dar inicio a su prueba de vinculación con el anillo de metamorfomagia. Cuando volvió al interior del aula donde Matthew se había quedado sin reacción alguna, se encontró con Emily que acababa de volver al aula. —Emily, pude ver que estás preparada para vincularte con el anillo de metamorfomagia. Pero es mi deber preguntarte si deseas hacer la prueba de vinculación. Así que, ¿deseas hacer la prueba de vinculación? Si tu respuesta es positiva, nos vemos en 3 días a las faldas del monte Fuji.
  16. Majlis se encontraba un tanto contenta por el avance de sus alumnos, ya que a pesar de las distracciones, propias o ajenas, ambos podían mantener los cambios que les había pedido hacer para que la magia en ellos comenzará a fluir. Pasada la hora, tomó la mano de la pequeña niña, le dio una zanahoria y la mandó a casa, ambos lo habían hecho de manera formidable. —Jóvenes, he estado meditando todo este tiempo sobre los cambios que han hecho y aún no me decido, si enviarlos a practicar la habilidad frente al par de espejos de cuerpo completo o bien pedirles que crucen cada uno un portal. Había usado aquella forma, la primera vez hacia ya algún tiempo, había entendido a sus alumnos tras ver el lugar que cada uno de ellos había elegido para cumplir lo que ella les había pedido. Algunos no de la forma que esperaba, pero había entendido que ella no estaba ahí para dar juicios de valor, más cuando cada alumno aunque muy similares al deseo oculto de sumar más poder a su vida, eran muy diferentes en su forma de querer usar aquel poder. —He decidido dejar que ustedes elijan que hacer, al final tendrán que cruzar el portal si o si. El espejo sirve para practicar un poco más, antes de enfrentarse al verdadero reto. —comenzó a explicar —Si desean cruzar el portal, este los va a llevar al lugar en el que su inconsciente se sienta cómodo. —mientras hablaba les compartía un poco más de te. Está vez, sin alguna clase de poción que los pudiera hacer olvidar que podían hacer magia con varita. De vez en cuando los miraba a los ojos mientras caminaba, como para ver si alguno dudaba de lo que podían lograr ellos. Su taza volvió a encontrarse vacía, pero no volvió a servirse, para ese momento ambos jóvenes seguramente ya tendrían decidido cuál de las opciones que ella les había presentado iban a tomar para seguir con su desarrollo de la habilidad. —Se me olvidaba decirles, si eligen el portal, aquel lugar que los lleve, aparte de lograr cambios físicos en ustedes, deberán hacer uso de esos cambios en acciones sociales positivas. —les dijo con una sonrisa, para después aparecer frente a cada uno un portal. ¿Dónde los llevaría? No lo sabía. ¿Qué clase de cambios sociales positivos podrían lograr cada uno? Esperaba uno que meses más tarde estallara con una nueva guerra, aún tenía en su cabeza lo que había pasado con aquel individuo durante su clase.
  17. Bienvenida al grupo de Metamorfomagos a:. Xell Vladimir Potter Black Quién se ha vinculado de manera exitosa al anillo de la habilidad. Parafrasearé al tío Ben de Peter Parker, Un gran poder requiere una gran responsabilidad. (?)
  18. Bienvenida al grupo de Metamorfomagos a:. Hayame Snape Potter Black Quién se ha vinculado de manera exitosa a su anillo de la habilidad. Muchas felicidades.
  19. Amara había escuchado con atención cada palabra dicha por sus alumnos, le llamaba la atención la forma de hablar del moreno, parecía estar siempre en una constante competencia y aquello le resultaba muy interesante. Ella, por experiencia propia, sabía que la gente que siempre buscaba competir con otra buscaba ser mejor y aquello sería muy bueno para esa clase, siempre y cuando la mujer con la que compartiría la clase fuera un poco o igual de competitiva. —Para ver que ambos pueden hacer lo que me contaron, —no les iba a decir que había husmeando en su mente, buscando entre sus recuerdos algo que le dijera que lo que le contaban era cierto —me deberán entregar su varita. No la van a necesitar. Amara espero que ellos aceptarán a entregarle su varita, no necesariamente debían dársela a ella, con que lo dejaran sobre el cesto de mimbre dentro de una bolsa de terciopelo que descansaba dentro de aquel lugar, ella se daba más que satisfecha. En lo que ellos decidían dejar su varita, Majlis empezó a servir 3 tazas de infusión, la taza de ella solo contenía una mezcla de frutos rojos con romero, la de sus alumnos contenía lo mismo más unas gotas de una poción que los haría olvidar ciertas cosas, en especial la parte donde saben hacer magia con la varita, el efecto de aquello duraría gran parte de la clase. —¿Se han decidido? Si es así, por favor beban el té. Aún tenemos muchas cosas por hacer con respecto a lo que han venido. —Majlis pidió mientras ella bebía el contenido de su taza y en el patio aparecían lo que eran dos espejos gemelos que al lograr hacer los cambios que ellos pedían se destrozaban dando pie a una prueba más. —Para lograr hacer un cambio en tu aspecto, es necesario que dejes fluir la magia en tu interior. Cierra los ojos e imagina que tu cabello se vuelve de color lavanda. —dijo mientras tocaba el hombro de Weasley. El caso del Triviani era diferente, el debía lograr controlar aquellos cambios tan impulsivos, si deseaba no volver a cometer un asesinato. —Triviani, debes aprender a controlar tus emociones, para eso necesito hagas un cambio en tu aspecto —espero a que hiciera el cambio de su aspecto —ahora necesito te relajes pero mantengas este aspecto, por al menos una hora, mientras una niña te molesta durante ese tiempo. Al sólo hacer mención de la niña, una pequeña de h6 años de edad apareció por la puerta de clase acercándose al joven Triviani, buscando alterarlo para que de manera involuntaria realizara cambios que aunque él no quisiera sucedieran.
  20. Amara se había distraído con lo que sucedía dentro de la prueba de Hayame, que no había puesto toda la atención en la pequeña chiquilla que estaba expectante a que se le entregará un anillo que le había dado al inicio de la prueba, lo bueno es que no había necesidad de recordarle aquel momento, por que la misma Potter Black lo había recordado. Así que sin agregar alguna palabra más, la dejo adentrarse al portal para que empezará a realizar su prueba. Todo indicaba que aquella prueba iba a ser más normal que la de la señorita Snape, al menos eso parecía en primera instancia. Dejó que Xell se empapara en lo que sucedía en su prueba para hacerse con la vinculación del anillo y miró que pasaba con Hayame. Al parecer todo marchaba de acuerdo a lo que su alumna había planeado para salir de aquel lugar con ayuda de la habilidad. No tardaría en verla aparecer por el portal, de eso estaba segura. Varios minutos más tarde, Hayame se hacía presente frente a ella, el anillo que llevaba en su mano había adquirido la forma similar al que Amara tenía con ella, eso indicaba que había logrado vincularse con la habilidad y que a partir de ese momento, la Arcana y la mujer de cabellos rojizos iban a tener una conexión entre ambas gracias a los anillos. —Bienvenida, felicidades por tu vinculación con la Metamorfomagia. —le regreso sus pertenencias —Si bien quieres, puedes ir a casa a descansar o esperar a que Xell salga de su prueba. —le dijo mientras ella se enfocaba en lo que sucedía con Xell. Las cosas parecían haberse complicado para ella, pero en ningún momento sintió que Vladimir pidiera su ayuda, por lo que imaginaba que ella se encargaría de aquellas personas que la jugaban por su color de piel, pero, ¿por qué no cambió su color de piel y aspecto, cuando los vio aproximarse? Se preguntar sin apartar su mirada, si la vida de ella corriera peligro, el portal la cambiaría de escenario, así que seguro ella encontraría la forma.
  21. Amara se hizo a un lado mientras la bruja de cabellos rojizos entraba al portal, iba tan decidida en lograrlo que esperaba que de verdad así fuera. No había tenido tiempo de ver los primeros minutos de aquella prueba, ya que la mujer de cabellos rubios, que había acompañado a Hayame durante toda la clase, acababa de hacer acto de presencia. La miraba con una sonrisa, por un momento ante su llegada tuvo la sensación que había ignorado su presencia en aquel lugar así que esperó unos segundos en silencio mientras buscaba entre sus ropas los pergaminos que le iba a dar a leer. El primero de ellos sobre el portal de las siete puertas y el segundo los breves apuntes de las pruebas de las habilidades, cuando los encontró levantó la mirada para volverse a encontrar con Xell. —Toma los pergaminos y haz el favor de leerlos con calma. —se los entregó y le dio unos cuantos minutos para que los leyera, estaba segura que más de uno de los otros Arcanos se los habían hecho llegar. Así que no debería tener ninguna duda con respecto a lo que al interior de esos pergaminos se decía, así que cuando creyó que era conveniente se volvió a dirigir a ella. —Ahora que has leído los pergaminos. ¿Quieres hacer tu prueba de vinculación con la metamorfomagia? En lo que Potter Black le respondía, ella miraba la prueba de Snape. Sus ojos se abrieron de par en par, cuando la vieron en la prehistoria, aquello de verdad era una prueba bastante inusual para lo acostumbrada que estaba con el portal, esperaba que aquella fémina saliera ilesa de aquel sitio, por lo que sonrió cuando la vio convertir sus rasgos a algo similar de las personas que ahí se encontraban. «Vas por muy buen camino, sigue adelante, pronto nos encontraremos» pensó enviándole el mensaje a la mujer que se enfrentaba a algo que sólo ella iba a poder lograr. —Si estas listas para hacer tu prueba, puedes caminar hacia el portal. Mucha suerte. —le dijo para que Xell no sintiera que estaba perdiendo el tiempo en esperar las instrucciones de la Arcana.
  22. La arcana no pudo dejar de sonreír por las palabras dirigidas a ella sobre los cambios de personalidad y las dudas que dejaba con eso sobre sí era la verdadera Arcana. La verdad es que ni ella sabía si era la Majlis de hace 20 años, o la de cuando tenía de verdad los años que aparentaba en ese entonces, pero de lo que si estaba segura es que la mujer frente a ella se equivocaba. Ninguno de los sucesos que habían pasado, le afectaba tanto o más como los que ya había vivido. No era la primera guerra en la que se veía metida, tampoco sería la última y eso ella lo tenía bien claro. —Soy una persona, querida, sufro de buenos y malos momentos, como todos en esta tierra, lamento si mi actitud no es la que te esperabas. Pero la prueba del portal es una cosa que se debe tomar con una gran seriedad. —le dedico una gran sonrisa para aligerar el ambiente. —A lo largo de los años, he visto gente que entra viva, pero no sale en la misma situación. No me mal interprete, se que su naturaleza es ser un No-vivo, lo que quiere decir que tampoco está muerta. Se quedó en silencio tras esas palabras, esperando que aquello no le presentará ningún temor al momento de hacer la prueba tras el portal, ella no trataba de asustarla, todo lo contrario, trataba de prevenirla sobre lo que pudiera ocurrir dentro de aquel lugar. Aunque estaba segura que la prueba que hacían sus pupilos no era ni la mitad de complicada de la que ella y sus compañeros arcanos habían hecho para vincularse cada uno con sus anillos. —El portal es caprichoso, le gusta jugar con tu sentir. No sé qué te puede deparar a entrar, espero que sea algo que te ayude a crecer con ayuda de esta habilidad. Ahora solo debes cruzar el portal, te estaré esperando.
  23. Majlis miraba cada acción que hacían las brujas con recelo, en varias de esas acciones había negado cada decisión, pero aquello le hizo entender que no todas las personas podían hacer actos altruistas como ella lo idealizaba en su cabeza. Entre sus memorias se encontraba una chica que llevaba el mismo apellido que ellas, aquella fémina había utilizado su habilidad para ayudar a bien morir a un soldado, así como ella habían muchos otros más que habían hecho grandes actos. Desde su forma de infante se acercó a ambas mujeres que planeaban poner encantamientos en muggles, un gran error si la premisa era hacer que los niños se vieran más como personas que con sus diferencias, así que lo mejor era que ella se hiciera cargo de aquellos que las miraban con curiosidad esperando algo más que historias y dulces. Aún cuando consideraba que no cumplían la primer premisa les entregó un pedazo de papel en el que en forma de una carta de una niña de once años les pedía hablar con él primer ministro de magia inglés. Quizás ellas podían hacer que el ministro cambiase de opinión y comenzará a ver lo que pasaba más allá de sus ojos. La niña se alejó de ellas para comenzar a jugar con un pequeño grupo de niños y desde aquel lugar les guiño el ojo. El siguiente reto era claro, debían llegar hasta Aaron A. Black Yaxley y hablar con el. Pero no iban a poder llegar hasta él de forma tan sencilla, debían tomar la forma de alguien de la plena confianza del joven ministro para que este decidiera escucharlas, sólo que antes de estar frente a frente de Aaron, al cruzar las puertas del despacho del Ministro se encontrarían a la Arcana con la puerta de la habilidad detrás de ella. Aunque ella esperaba a ambas brujas al cruzar las puertas de la oficina del ministro, sólo pudo ver a una mujer, le dedico una sonrisa amplia, era momento de volver a hacerle la pregunta que necesitaba. --Señorita Potter Black, bienvenida a la pirámide de las habilidades. Imagino que ya leyó los pergaminos en sus otras habilidades, así que sólo me queda preguntarle. ¿Desea hacer la prueba para la vinculación con la habilidad? A partir de aquel momento la prueba debía ser tomada de manera individual, así que en lo que esperaba la respuesta de la joven de cabellos rojizos, la puerta de Metamorfomagia se encontraba a la espera de que ella cruzará la puerta y empezará su prueba de vinculación. Por otra parte aún esperaba a la pequeña joven de cabellera rubia.
  24. Amara había tomado el aspecto de una pequeña niña que jugaba al otro lado de la acera en la que las brujas que eran sus alumnas se encontraban. Al parecer había olvidado decirles que era lo que debían hacer en aquel lugar, así que estuvo a nada de acercarse para explicarles la situación, justo antes de tomar la iniciativa ambas brujas se habían encargado de descubrirlo, así que las dejó continuar y avanzó en paralelo mirando los cambios que estas hacían para poder acercarse a los niños, quienes al no tener los ojos puestos en ellas mientras cambiaban empezaron a confiar en ellas. La Arcana desde su aspecto infantil les dedicó una sonrisa, mientras se acercaba a los niños para seguir jugando con ellos, tenía una pelota en las manos que boto cerca de un grupo de niños. Cuando Hayame y Xell lograran conseguir la atención de todos los infantes, ella misma se encargaría de hacerles llegar el pergamino con lo siguiente que debían hacer antes de enfrentarse a la puerta de la habilidad. Como todo grupo de niños, habían de los que confiaban cuando alguien se les acercaba con un dulce, pero siempre había otros que preferían estar lejos de aquellos que parecían ir con buenas intenciones, y después de lo que estaba sucediendo en aquel lugar, las cosas no parecían ser tan sencillas para aquel par de mujeres. El grupo de niños que no confiaban en personas amables eran los que habían crecido con padres muggles, quienes los habían educado en no aceptar obsequios de gente desconocida, Majlis hizo una mueca al notar aquel dolor tan grande que sentían cada uno de los niños que ahí se encontraban. Al parecer, Black no se había puesto a dimensionar el daño que había hecho con sus decisiones, sólo esperaba que las Potter Black lograran que la vida de todos aquellos chicos mejorara con el paso de los días.
  25. Las primeras de sus alumnas habían cruzado el portal hacia su prueba, había pensado por varios segundos detener a la mujer de cabellos rubios y explicarle que su función no era la de enseñar, más bien la de guiar a sus alumnos para lograr hacerse de la habilidad que ella tenía a su cargo, pero la dejó cruzar mientras sonreía. Quizá a sus futuros alumnos si lograría transmitirles aquel objetivo que tenía, el cual era simplemente de servir como una guía para lograr sus hazañas con la metamorfomagia. Se había metido tanto en sus pensamientos que no logró escuchar las primeras palabras de la mujer de cabellera rojiza, en cambio, si la escucho de los cambios que le hacía a su cabello, eran cambios pequeños pero significativos los cuales querían decir que ella contaba con la habilidad de nacimiento. Mientras la invitaba al interior del salón para seguir con la conversación, lugar en el qué Emily le explicaría cómo deseaba ser ayudada por ella, un nuevo alumno llegó hasta la puerta del aula, así que, antes de entrar se encontró con aquel chico. Amara cambio su aspecto, para ese momento y frente a sus alumnos no mostraba más edad que unos cuarenta años. Su cabellera que antes apenas pintaba algunas canas, ahora se encontraba con un brillante color miel. —Hola… ¿en qué podemos ayudarle? —saludo al joven de cabellos negros, mientras tomaba del brazo a la joven Karkarov. En lo que escuchaba la respuesta de aquel joven, buscaba entre sus ropas la llave que les daría acceso al salón donde los esperaría un poco de té que les daría para que olvidaran un poco el uso de sus varitas y toda la magia que había en su interior saliera sin control alguno. Sin embargo, antes tendrían que confiar ciegamente en ella, ¿aceptarían darle sus varitas si esta se los pidiera? —Veo que a los dos los trae hasta aquí el mismo propósito. ¿Tienen idea de cómo es que yo les puedo ayudar a su cometido? —hizo una pausa y le dedicó una sonrisa al chico recién llegado —Su compañera ya me contó sobre sus primeros cambios, ¿cómo fueron los tuyos? ¿Debía decirle a Emily que aquello que no dejaba fluir su metamorfomagia era el miedo? No, ella debía darse cuenta por sí sola, siempre era más fácil cuando las personas reconocían sus limitaciones y las superaban para poder controlar de mejor manera la habilidad.

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