Runihura

Tenía que admitir que su contrincante era un buen aprendiz, había conseguido poner en apuros en un par de ocasiones, aunque claro, Runihura no estaba usando todo su poder después de todo aquello era tan solo un entrenamiento. Mientras hacía blandía su varita y lañaba hechizos a su oponente, sintió la presencia del mago que en esa oportunidad aprendería de ella.

¿Cómo sabía que estaba cerca? Sencillo, la guerrera tenía una conexión única con el Monte Catalina y todo lo que la rodeaba y tan grande era su poder que incluso algunas de esas elevaciones ella las había creado en una batalla que muchos la hubieran dado por perdida, en una batalla en donde la joven Uzza había probado su valía.

Cuando finalmente el mago se unió a los otros guerreros que parecían estar absortos en el ir y venir de hechizos, pero tenía que dejar de “jugar” al menos de momento. Aprovechó un leve descuido de Mahaes y tras desarmarlo, terminó el enfrentamiento. Hizo una reverencia dándole a entender que lo había hecho bien y luego fijo su mirada en el recién llegado.

—Bienvenido—No entendía cómo no les estorbaban las túnicas al momento de luchar, ella sin duda no podría hacerlo, le gustaba tener movilidad —Soy Runihura y te guiare en el manejo de las Auras. —añadió y luego hizo una seña con su mano para que los otros tres guerreros se acercaran.

Mahaes estaba sentado en la arena recobrando fuerzas. Por el momento lo dejaría descansar, después de todo él ya había pasado la prueba que estaba por ponerles.

—El manejo de las auras es algo más complicado que saber qué hace cada una de las que se menciona el libro, esos escritos son un sinsentido si no saben canalizar y dominar las energías que tanto su mente como su cuerpo emanan...si no saben combinarlas. —Se concentró una energía color carecí empezó a rodearla.

La energía se trasladó a su varita y cuando ella susurro <<Aura de escudo Fantasmal>> el fantasma de un guerrero por el que Runihura había sentido un gran aprecio apareció junto a ella. Si aquello hubiese sido una batalla y no un ejemplo de lo que deberán poder hacer, la protegería de posibles ataques.

—En la elevación más alta del monte Catalina que esta a sus espaldas he dejado un brazalete que espero me lo traigan, ustedes son 4 así que tres de ustedes no serán dignos de continuar. Para esta sencilla práctica pueden usar la magia de las Auras. El objetivo de esta practica es ver si son física y psicológicamente aptos para manejarlas. — Tenía que comprobar si sus espíritus y sus ganas de aprender las auras, eran lo suficientemente fuertes como para soportar el desgaste que usar esa magia tan poderosa suponía.

El caminó obviamente no iba a ser sencillo, Runihura tenía un control excepcional sobre ese terreno y podía crear elevaciones a voluntad o una tormenta de arena lo suficientemente fuerte como frenar las ganas de seguir.

—Cuando el vencedor regrese. Me deberá dar un ejemplo de una situación en la que usaría cada una de las Auras que están en el libro. Luego si, podrá probar conmigo el poder que cada una puede llegar a tener en un campo de batalla —Dicho aquello se hizo a un lado y les señaló el camino.

El primero en pasar fue Nuru, un guerreo de estatura media de piel negra y de contextura un poco delgada. El segundo fue Sefu, que era alto y fornido como todo guerrero Uzza. El tercero fue Yahya, el mas joven de todos ellos. Por ultimó estaba Malfoy, quien sin duda desentonaba al usar aquella capa.

Tal como estaba, sentada sobre la nieve, la joven guerrera podía sentir cada vibración gracias a su avanzado dominio de las auras, tenía una conexión especial con todo lo que la rodeaba y supo el momento exacto en que una de sus alumnas había llegado. Lo que no pudo precisar era el medio de transporte en el que lo había hecho <<interesante>>pensó Runihura con genuina curiosidad.

Al ser un lugar tan apartado lo lógico hubiera sido hacer uso de un portal, pero aquella joven que se acercaba hacía ella había usado algo que ella desconocía y que siendo sincera, se moría de ganas por probar. Cuando finalmente la bruja llegó a donde ella estaba, se la veía cansada y no podía culparla, caminar en la nieve no era cosa sencilla, era igual o más pesado que hacerlo sobre arena. Con manos hábiles terminó de hacer el último muñeco de nieve al mismo tiempo que prestaba atención a las palabras de la joven bruja.

—¿Y para que más podrías estar aquí? —Dijo con una sonrisa.

Conocía bien el carácter de Bakari, un guerrero al que las batallas y las pérdidas que había experimentado a lo largo de su vida lo habían vuelto una persona difícil de tratar, una persona dura y complicada de comprender. Ella lo respetaba mucho y respetaba su forma de enseñar. Pero ella era totalmente diferente, alegre, vivaracha y muy competitiva. Cuando no se encontraba en una batalla real en donde su vida corriera peligro, simplemente no podía controlar esa personalidad tan jovial que tenía.

Pronto se unió su otra alumna apareciendo junto a Eileen, ya que esta si había usado un portal. No pudo evitar notar que las dos jóvenes tenían un aire familiar y no se equivocaba. Tenían el mismo apellido <<Hermanas...no. Primas.>> Llegó a esa conclusión ya que las dos aparentaban casi la misma edad.

—Soy Runihura, como ya lo habrán deducido —mientras se presentaba se puso en pie. La última figura de nieve había desaparecido. No sabía si las jóvenes Moody lo habrían notado. —Por sus palabras deduzco que tuvieron el honor de conocer a Bakari y que...no les fue tan bien. —Dijo como quitándole importancia —Bueno el suele ser un poco complicado —Añadió y esperaba que no interpretaran mal sus palabras. Ella era una guerrera Uzza y también podía llegar a ser muy exigente con sus aprendices.

El viento parecía soplar con un poco más de fuerza, sin embargó a Runihura no le afectaba el frio. Su mente se concentró en las sensaciones que una batalla podía provocar, ese deseo de proteger a un ser querido o el solo hecho de no querer perder la vida en manos del enemigo. Esa sensación de adrenalina por pensar una estrategia que pudiera representar una ventaja, el caos que representaba el ir y venir de hechizos y conjuros, el caos quizá de los gritos de un ataque sorpresa en una tribu o quizá la mezcla de sentimientos ante una situación que escapaba de su control.

—Quiero que por favor piensen en un hecho que haya sido caótico para ustedes. No necesariamente debe ser el caos que hay en una batalla, hay otras circunstancias en donde todo nuestro ser se desestabiliza. Solo debe ser lo bastante fuerte como para que esa energía fluya y se canalice hacía sus manos…hacía su varita o hacia todo su ser —Justo en ese momento liberó la energía que había estado reuniendo, una especie de vahó rojizo apareció en su mano —Que señor aparecerá, depende mucho de la energía que usen...Veamos cómo me va a mi — dijo y liberó la energía acumulada.

Un enorme cíclope apareció junto a ella haciéndola ver más pequeña de lo que ya era. Ese señor del caos era un mercenario que pondría su poder al servicio de quien lo invocara, podía ser manejado para proteger o atacar. Se quedó ahí de pie juntó a la guerrera esperando que le ordenara algo.

—Sencillo... ahora es su turno. —Dijo tras la demostración —Estoy completamente segura que leyeron el libro y conocen lo que cada señor del caos hace. Mientras practican quisiera que me digan las inquietudes que tengan y me den un par de ejemplos de como usarían a estos señores del caos en una situación que no sea una batalla. —Pidió la joven guerrera que se apoyó de forma despreocupada en la pierna del cíclope.

Libro de las Auras

Aprobados

Valkyria Karkarov B.L

Tiberius Nerón Blackthorn

Los duelos habían terminado, y ahora la joven guerrera uzza aparecía en el mismo lugar que sus alumnos para poder continuar con la última parte de la clase. Estaban en el desierto, pero en un oasis que hacía que las altas temperaturas se sintieran un poco más bajas. La guerrera, con su aspecto de niña, se presentó ante la pareja y observó el intercambio de atenciones entre ellos. Puso los ojos en blanco durante un momento y luego carraspeó con la garganta.

— Bienvenidos a la segunda parte de la clase.

Miró a Valkyria, que estaba ligera de ropa pero en buenas condiciones, en general.

— Estamos en el desierto. Lejos de la civilización, donde nadie pueda molestarnos. ¿Os encontráis bien? Tomaos un momento, si lo necesitáis.

Ella caminó un poco, dejándoles algo de espacio. Aunque no se alejó y, cuando escuchó la voz de Aries, lo miró.

— Sí, son cuatro fantasmas que, al ser invocados por un mago o bruja concreto, serán a elección de este. Conocidos o desconocidos, más cercanos o más alejados. Eso es indiferente porque, al final, son entes que vienen para protegerlo. Aunque solo de un ataque, recuerda —hizo una pausa en su explicación, con gesto pensativo—. No, no veo que tenga nada que ver con el priori incantatem. Este se produce entre dos varitas gemelas pero el escudo fantasmal es algo personal, que invoca un mago. Así que no es lo mismo, ni tampoco sirve para lo que comentabas. Aparecerán según el invocador, no según los contrincantes de éste. ¿Más dudas? ¿Preguntas?

Aguardó. Era el momento de que lo sacarán todo, antes de terminar.

@ Nerón Blackthorn @

Debemos continuar con la clase. Las invito a rolear en el siguiente topic: http://www.harrylatino.org/topic/107192-libro-de-las-auras/

<<Anapneo>>, recuperó el control en sus vías respiratorias y la sangre dejó de bullir en sus venas.

Si le dieran una moneda por cada vez que habían usado ese veneno en ella, quizás hubiese enviado más y mejores cosas a su pueblo. No negaba que le gustaba usarlo en los demás, pero siempre le caía como patada en el estómago cuando recibía una cucharada de su propia medicina. No era la primera vez, y tampoco sería la última, que la atacarían con el Cinaede. Y, a decir verdad, la sonrisa que se le dibujó en el rostro, era señal de que empezaba a disfrutar del encuentro con Kaori.

Fue entonces cuando vio a la criatura salir de las ruinas de aquella vieja Academia, una especie de espectro encapuchado, que iba al encuentro de su alumna. Ésta, con ágil reacción, se protegió con un cerco de materia luminosa, un Obsistens, que absorbió por completo a lo que estaba por atacarla y desapareció tras cumplir su cometido.

— Cinaede. —largó la guerrera con una nota divertida en la voz.

Si bien el veneno aún seguía en su sistema, no le impedía para nada atacar con lo mismo a Kaori. Así que el veneno que envolvió a su aprendiz, le penetró las vías respiratorias. Pronto estaría muerta, claro, si no hacía nada para cortar la toxicidad del gas.

— Tienes razón, el que desconozcas ese dato quizás fue culpa mía. Pero bueno, supongo que siempre se va aprendiendo sobre la marcha. —se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa inocente.

@ Ningún problema. Para casos así, lo mejor es preguntar, ¿vale? El "no" ya lo tenías xD

Procedo a seguir con el duelo.

@ querida, no puedo continuar el duelo al faltar una regla por cumplir. Por favor, te doy pie a usar una edición y arreglarlo, de ese modo podré responder. Cuando lo hagas, me avisas.

Observó su antebrazo, la piel morena manchada de sangre y se sonrió. Hacía bastante tiempo que no usaba la daga para mantenerse unida a alguien como lo hacía con los poderes del Libro de la Sangre. Alguna vez hizo un Juramento de Sangre uno de los Ktam, pero el que lo hizo con ella había pasado a mejor vida muchos años atrás. Mucho antes, incluso, de haber aceptado el tratado que la unía a los antiguos Ministros de Magia. Mucho antes de que hubiese conocido lo que era la antigua Universidad.

La guerrera desvió la mirada de su antebrazo a la figura que estaba frente a ella. Tiberius era un alumno mucho más difícil de los que habían llegado alguna vez a su zona, enigmático, sí; pero también poseía ese algo que hacía preguntar a Runihura qué tanto merecía poder aprender de ella. Tanto apreciaba sus propios conocimientos que, ante la poca humildad que mostraba un extranjero, muy a pesar de su tolerancia, le provocaba repulsa.

Una pantera salió de su escondite en la selva para atacar al muchacho, se había interpuesto entre Tiberius y las flechas de fuego. Cuando la uzza vio que su alumno apuntaba la varita hacia su propio cuerpo, ella aprovechó a hacer lo mismo y usó un Episkey que le cerró la herida provocada por la daga del sacrificio.

Y cuando observó el cerco de materia luminosa que el chico había invocado, llegado a su fin, le lanzó un Embrujo Punzante. Un rayo que le deformaría el rostro y tendría efectos perjudiciales en la visión de Tiberius.

Runihura se mostró un poco confundida con lo que acababa de pasar. La araña, que estaba a punto de atacar al muchacho, saltó desde su posición y siguió el curso de apenas un metro de distancia; cayó al suelo y continuó la marcha en dirección a ella. Recorrer los poco menos de 10 metros que separaban a la guerrera y a Tiberius, supondría tiempo para el pobre arácnido que hasta le daba cierta lástima que se le haya encargado esa tarea, la de atacar a la Uzza.

Ya se ocuparía después de ella, se dijo, después de todo, aún tenía tiempo para darle a la pobre araña lo que necesitaba para dejar de existir. Mientras tanto, invocó la daga del sacrificio materializándola en la mano libre de varita.

Pensó antes en Flechas de fuego nuevamente, era una lástima que el primero no haya resultado así que decidió probar una vez más. Los filamentos de fuego manaron de la varita de la guerrera, una tras otra, en dirección a Tiberius. Con el fin, claro, de provocarle quemaduras en la piel. Un problema más del que tendría que ocuparse.

Fue entonces cuando notó el alivio en la respiración del chico, su actuación rápida hizo sonreír a Runihura que, hasta entonces, se estaba formando una pésima imagen de Tiberius. Sobre todo porque, como le pasaba muchas veces, empezaba a convencerse de que todos los magos que vivían en Gran Bretaña tenían un problema de ego.

— Immolo Oppugnare —dijo al cabo, ejecutando un corte en su propio antebrazo. De modo que, en el antebrazo de Tiberius, ocurriría exactamente lo mismo.

Sabía que no era la gran cosa, pero ese mismo corte podría serles útil en sus próximos movimientos. Uno de los puntos primordiales en una batalla, decía ella, era la preparación.

— Estaba por decirte que no te encontraba muy conversador, pero me retracto de momento. —sonrió ante las palabras de Tiberius— Si te hubiese citado aquí para armar una fiesta, los términos de nuestra práctica serían otros.

Runihura bajó la vista a tiempo para ver a la viuda negra que por fin llegaba a su destino. Le bastó levantar el pie y pisarla. De eso le había valido todo el viaje a la araña.

Runihura curvó sus labios en una sonrisa, aunque no le gustaran los poderes que tenían en Londres, admitía que, en muchas ocasiones, eran útiles y daban más alternativas de movimiento para las batallas. Por eso se había animado a lanzar sus primeros ataques de esa forma, haciendo uso de los hechizos a los que tan poca confianza les tenía. Además, era justo que se pusiera a tono con su alumna, no pretendía tener mayores ventajas; a pesar de que se moría de ganas de ello.

Cuando vio que Kaori transformaba la misma blusa que, minutos antes, había sido una avispa marina, se fijó en la parte baja de su vientre y frunció el ceño.

— Ignea —murmuró la guerrera mientras la chica se tragaba el bezoar.

Una lluvia de polen de lirios salió de la varita de la uzza que la roció por completo. De modo que, los posteriores filamentos de fuego que se dirigían hacia ella, enviados por Kaori, la rozaban y hacían pequeñas costillas. Nada de heridas, nada de quemaduras. Decidió que le gustaba ese hechizo, había sido muy oportuno el lanzárselo para evitar el fuego.

— Flagrate —hizo una mueca al notar que, tras haber intentado enviar una nueva ofensiva, la línea recta volvía a hacer de la suya— Creo que ese era el último. —dijo más para sí, que para la muchacha que tenía en frente.

Entonces la escuchó, con esa atención que le dedicaba a lo que le tenía verdadera curiosidad.

— Así es, a partir de ahora tendremos un duelo normal. Quizás hubiésemos pensado bien sobre qué Aura invocar. —se mostró pensativa unos segundos— Pero bueno, puedes acribillarme a preguntas de todos modos, estoy aquí para responderlas.

Kaori, como se había presentado, tuvo buenos reflejos pese a que acababa de llegar y, según le había comentado, había tenido un viaje horrible. La vio parar el hechizo que le había lanzado y supo que era el momento de atacar otra vez, solo por sacar ventaja en caso de que las cosas se tornaran un poco distintas en el resto del duelo. Inhaló, apuntó y entonces, realizó un hechizo.

—Morphos.

La camisa de rayas de Kaori transfiguró, convirtiéndose en una avispa marina. El animal tocó su piel e inyectó su veneno en ella. Al instante, falleció por no tener las condiciones adecuadas para vivir y en su lugar quedó la misma camisa de rayas. Se deslizó al suelo, intacta, como si nada hubiera pasado. La guerrera le había quitado la posibilidad de realizar un hechizo en concreto sin necesidad de un Aura porque ahora, en el siguiente turno, Kaori tendría que curarse del veneno y caería en batalla.

Posteriormente, vio cómo el Aura que ella misma había lanzado tenía efecto. El chorrito de agua, por suerte, no había dado en la camisa de Kaori y ahora podría volver a ponérsela si la necesitaba. Lo que sinceramente no esperaba era que hiciera la misma Aura que ella. Sonrió con verdadera diversión y negó con la cabeza. Bien jugado.

—Flagrate —intentó decir otra cosa solo para que el hechizo hiciera de las suyas y una línea recta apareció entre las dos, un pequeño dibujo sin sentido que no le serviría de nada—. Muy bien, así se hace.

Relajó la postura, no sin perder la posición de duelo.

—¿Qué opinas de las Auras? ¿Hay alguna que te cree conflicto? Puedo ver que, en esencia, sabes lo que hacen y que las aplicado correctamente, pero no todas son iguales y sin duda son circunstanciales. Entonces, ¿qué opinas tras leer el libro?

Tiberius había actuado velozmente para defenderse de su hechizo y la guerrera, complacida, le dedicó un asentimiento aprobatorio. Pese a que se enfrentaba a ella y a un conocimiento desconocido, había tenido la rapidez necesaria para evitar el daño de las Flechas de Fuego y tener la posibilidad de realizar un hechizo más, aunque este, involuntariamente, fuese un Lumus. Pero antes de que eso pasara, la mujer acomodó los pies en la tierra y le apuntó nuevamente, captando su atención y dándole a entender que iba a atacarle, antes de que hiciera nada más.

—Cinaede —su varita vibró y supo que el efecto había hecho su trabajo, pero también pudo verlo.

La bruma del veneno se arremolinó entorno a la cabeza de Tiberius, cerrando sus vías respiratorias mientras el Lumus, provocado por el Aura de Confusión, encendía la punta de su varita. Ahora Tiberius debería liberarse del hechizo y curar el daño antes de continuar con el duelo. Sin embargo, atinó a lanzar un Aura antes de que ella pudiera hacer otra cosa. Runihura torció los labios ligeramente.

—Las Auras funcionan mejor en duelos múltiples, donde hay equipos y donde cada uno de ellos puede tomar ventaja, dependiendo del Aura. Sin embargo, un mago solo puede invocar un Aura por duelo —alzó las manos, un gesto que parecía cargado de un peso muy grande e invisible—. Es demasiado poder, demasiada responsabilidad física. El Aura de Inmunidad funciona mejor en duelos múltiples, porque impides que otros más puedan realizar un Aura. Ahora mismo, ya yo había lanzado una, no habría podido lanzar otra, así que habrías sacado mayor ventaja con un Aura diferente.

En un segundo, sus dedos direccionaron la varita hacia una roca cercana al pie de Tiberius.

—Morphos —exclamó. La roca se transformó en una viuda negra y empezó a seguir sus órdenes al instante.

El plan era subir por su pierna, hallar un espacio de piel libre e inyectar su veneno. Los venenos del Cinaede y una picadura eran distintos, se acumulaban, por lo tanto, si llegaba a picarle tendría que curarse de ambas cosas en un turno y ser capaz de responder a lo que acababa de decirle. Runihura no era un contrincante sencillo, pero era lo bastante buena como para no haberle proporcionado una picadura directa. Ahora tendría que esperar y ver si Tiberius era capaz de solventar la situación.

Runihura tenía los brazos cruzados sobre el pecho y las manos hechas puño. Se permitió bostezar por mero aburrimiento, más que por sueño, pues se encontraba a la espera de la llegada de su alumno, el único al que había citado a ese lugar. La mañana estaba particularmente fresca entonces, con un clima un poco inestable a causa de la altura a la que se encontraba la escuela en las montañas, por lo que, quizás, la elección acostumbrada de vestimenta -falda y blusa de cueros- no debió ser la adecuada. Sin embargo, la guerrera se adaptaba fácilmente a los cambios de tiempo y sabía que, de haber salido más abrigada, se arrepentiría luego.

Estaba contenta con el lugar que había elegido para el encuentro: un rincón apartado en los terrenos de Uagadou. Una pequeña selva llena de árboles grandes, troncos caídos alrededor y enredaderas que trepaban en rocas no más grandes que una silla chica. Se acuclilló frente a un diente de león ajeno a los ataques del viento y, tras unos minutos de reflexión, refrenó las ganas de arrancarlo de raíz, por lo que se obligó a ponerse nuevamente de pie. Las rodillas separadas. La espalda recta.

Pocos minutos después, apareció un muchacho a unos metros de la guerrera. Ésta lo juzgó su alumno y le hizo señas para que se acercase, no pretendía elevar la voz demasiado para hacerse escuchar. Y tampoco era la idea alterar la quietud del ambiente en el que, sin pensarlo, se había habituado. El ruido de una cascada a pocos metros de donde se encontraban, hizo que la uzza se tentara de abandonar a su alumno y disfrutar del agua del río que, seguramente, tendría.

― Buenos días. ―saludó, descartando las ideas que había formado en su cabeza― Espero que el viaje no te haya causado mucho dolor de cabeza. ―le había enviado una lechuza con una pluma como traslador, con las instrucciones― Deberás saber que soy Runihura, tu maestra en esta clase. ―se presentó y agregó― Quitando los tradicionalismos de otros tiempos, empezaremos con un duelo corto, ¿vale? Cosa de medir un poco las habilidades que tienes en este libro que, obvio, es nuevo para ti. ―encogió los hombros, a ella sí le parecía obvio.― ¿Lo has leído? ¿Quieres preguntarme algo?

Runihura materializó su varita en la mano derecha y la elevó, lista para empezar el encuentro.

― Espero estés listo. ―dijo, mientras pensaba en una andanada de filamentos de fuego salían de su varita, directo a Tiberius; las flechas de fuego constituían su primer ataque.― Aura de confusión... Lumus. ―sonrió al invocar el aura, sabiendo que el muchacho encendería su varita en su segundo ataque, por los próximos dos turnos.

Off:

@ Nerón Blackthorn Bienvenido. Algunas pautas a tener en cuenta.

• No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
• Las Auras cuya duración sea de más de 3 turnos, serán de 2. Sólo por este duelo.
• Se entiende que, al ser el Libro de las Auras de hechizos grupales, por este duelo se permitirá en 1 vs 1.
• En el tercer turno, el alumno será atacado por una pantera. Deberá defenderse.
• Duración del duelo: Del 04 de septiempre (inclusive) al 22 de septiembre, constando de, al menos, seis rondas.
• Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
• Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta Auras. (Con especial hincapié en este último).
• Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic correspondiente.

Ruinas. Los escombros repartidos en el lugar conformaban un rompecabezas casi perfecto. No, no era un desorden al que había que obligar a acostumbrarse a los ojos; se trataba de un paisaje de fotografía, ese que sabe encontrarse en los libros de historia. Runihura había recreado uno de los lugares del que había leído en la biblioteca de la Universidad, en su paso por ella, el nombre no lo recordaba del todo pero estaba segura de que se trataba de la antigua Academia. No era la Academia en sí, sino las ruinas que se escondían cerca de unos jardines muy famosos -por lo que pudo confirmar luego de algunas preguntas por aquí y por allá- y que, aparentemente, ya todos habían olvidado y sólo accedían a él gracias a la guía rápida en Alejandría.

Los muros deteriorados del edificio invitaban a los visitantes a mantener la distancia, el ambiente no se prestaba a ser muy acogedor y la oscuridad que reinaba en ellos tampoco era una cálida señal. La guerrera sabía que el lugar llevaba se prestaba a confusiones entre sus pares, pues no entendían por qué esa repentina nostalgia hacia un lugar que, al fin y al cabo, jamás había sido su hogar. Pero no se trataba de eso, sino de que Runihura apreciaba el arte. Las ruinas eran parte de ello y del “homenaje” que quiso hacerle a esa Academia de la que sólo logró leer un par de líneas.

La uzza se había mantenido a la espera de uno de sus alumnos, la citó allí enviándole una lechuza con un aro de acero como traslador. Si bien el pacto con los británicos había quedado sin efecto, algunos de ellos (la mayoría, creía no equivocarse) habían accedido a continuar con las enseñanzas. Así que allí estaba, de pie en una de las columnas rotas de concreto; con la típica vestimenta de cuero de la que no se desprendía al momento de un duelo y el calzado particular, las sandalias que -como a ella le gustaba demoninar- de guerra, el cabello atado en una trenza. Su piel morena contrastaba un poco con las primeras luces del día.

― ¿Qué tal el viaje? ―saludó a la muchacha que acababa de llegar, mientras daba un salto y bajaba de la columna. La caída fue firme, un poco pesada para el corto tamaño de Runihura. Le mostró todos los dientes en una sonrisa que poco tenía de generosa.― El protocolo indica que debo presentarme ante un posible rival, mi nombre es Runihura. Verás que las clases son un poco menos tradicionales en este lado del… Eh… Del mundo. ―se encogió de hombros― Primero haremos la parte “práctica”, una pequeña muestra de tus habilidades con el libro. Me servirá para saber qué tanto has leído y a tí para corregir ‘posturas’, por decirlo así. ¿Lista?

La guerrera materializó la varita en la diestra y se preparó para la lucha.

― Sectusempra ―pronunció, y de su varita disparó un rayo escarlata directo a Valkyria. Siguió:― Aura de confusión… Aguamenti. ―típico, se dijo, al invocar la primer aura de la clase. Una que emanó de la varita de Runihura. Confundiría a la chica en sus próximos dos turnos y la obligaría a lanzar un Aguamenti como segundo ataque.

Off:

@ Bienvenida. Algunas pautas a tener en cuenta.

• No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
• Las Auras cuya duración sea de más de 3 turnos, serán de 2. Sólo por este duelo.
• Se entiende que, al ser el Libro de las Auras de hechizos grupales, por este duelo se permitirá en 1 vs 1.
• En el tercer turno, el alumno será atacado por un espectro a elección. Deberá defenderse.
• Duración del duelo: Del 04 de septiempre (inclusive) al 22 de septiembre, constando de, al menos, seis rondas.
• Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
• Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta Auras. (Con especial hincapié en este último).
• Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic correspondiente.

Libro de las Auras

Aprobados

Hobbamock Graves

Runihura detiene su caminar al ver a su pupilo sentado en el suelo, varita en mano. Tuerce el gesto. ¿Esas son formas de esperar a su maestra? Aunque tampoco sabía cuánto tiempo lleva esperándola, así que decidió dejar pasar aquel detalle.

Caminaba descalza, siendo fiel a su costumbre, y era muy llamativo ver cómo una niña avanzaba apoyada en una vara bastante más alta que ella. Aquella apariencia infantil no era más que una especie de estrategia porque, verdaderamente, era mayor de lo que parecía y solo se aprovechaba de aquel detalle para obtener su propio beneficio. Se detuvo a no mucha distancia de Hobbamock y se apoyó en la vara de cristal.

— ¿Perdido en tus pensamientos, aprendiz? Ponte en pie y practiquemos. Aún tienes mucho que aprender sobre el poder y dominio de las auras. Vamos.

Le indicó con la cabeza que la siguiera y ella continuó su caminar hasta que conjuró un fulgura nox ante ellos y se detuvo ante el portal.

— Entra, yo te sigo.

Y esperó a que siguiera sus indicaciones. Cuando lo atravesaron, llegaron a un lugar húmedo y oscuro, rodeado de altos árboles de grandes hojas que pendían de las ramas moviéndose al compás de la suave brisa que hacía. La Guerrera respiró aquel aire durante un segundo y luego dio un par de saltitos, para colocarse junto a uno de los árboles. Era inmensamente alto y ella, a su lado, parecía aún más bajita de lo que era.

— Como seguramente ya sepas, te enseñaré a dominar las seis auras que contiene el libro con el que deseas vincularte, aquel que yo enseño. Antes de nada, quiero decirte que, para conjurar un aura, no necesitas más que una enorme concentración y una buena cantidad de energía. Es más, te sentirás cansado cada vez que invoques una pero, como verás, no es para menos después del poder que suponen en el campo de batalla. Iniciaremos con el Aura de la llama del Fénix —hizo una pausa teatral, cambiándose de mano la vara de cristal—. Con esta aura... no, mejor. ¿Sabes para qué sirve? ¿Podrías hablarme de sus efectos? Y... ¿cuál sería su opuesta natural? Una vez me respondas... ¿te atreves a intentar a conjurar una de las dos? La que desees... yo invocaré la contraria detrás de ti.

@

El Aura empieza a tener funcionamiento en el posteo posterior a su invocación, en este caso, en mi posteo. Sin embargo, el Cinaede está intercalado a tu segunda acción y corresponde al turno previo, por lo que ya estás afectado por él. Después, no hay ataques de mi parte, así que no hay nada de qué defenderte. Te dejaré la tabla de tiempos:

Runihura: Sectusempra. A1 - T1

Aura de Confusión - Aguamenti, invocación. No consume acción.

Hobbamock: Kansho, al sectusempra. A1 - T1

Runihura: Cinaede. A1 - T2 (Intercalado, el Sectusempra impacta)

Hobbamock: Vara de Cristal - Sectusempra. A2 - T1 (No sale, sale un Aguamenti por el Aura de Confusión)

Aura Fantasmal, invocación. No consume acción.

Runihura: Episkey. A2 - T2

Curación. No consume acción.

Si bien la invocación de la daga Kansho no consume acción, regresar un hechizo sí que lo hace, debido a que es una acción mágica. Esa fue tu primera acción. Tu segunda acción fue el Vara de Cristal - Sectusempra que, como conversamos antes, no llega a salir gracias al Aura de Confusión y en su lugar sale un Aguamenti.

En tu siguente posteo y en el mío de respuesta hacia él, aún estarán activos los fantasmas y podrás usarlos entonces.

@

Gracias por la notificación, pupilo.

Por supuesto, extenderé la explicación. Las Auras funcionan de forma distinta a los hechizos o invocaciones comunes, en vez de surtir efecto en el turno de invocación, lo hacen en el turno siguiente. Esto quiere decir que nombrarla no hace que esté activa, sino que notifica que empezará a funcionar en el turno siguiente.

En el caso de nuestro duelo, invoqué el Aura de Confusión - Aguamenti para que tuviera efecto en tu turno, por lo que una de tus dos acciones debía ser, necesariamente, un Aguamenti. Invocar el Aura Fantasmal en ese turno no la anula porque no está en funcionamiento hasta el posteo siguiente.

Espero haberme explicado mejor, sino, con gusto volveré a explicarlo. Nos vemos mañana por la tarde.

Hobbamock había sido rápido y certero al invocar la daga Kansho y reflejar el hechizo que le había lanzado. La guerrera lo aprobó con una mueca de la boca y tras posicionarse mejor, manteniendo las piernas firmes a la altura de los hombros, se las arregló para sacarle ventaja al hechizo que ella misma había lanzado y que ahora se venía en su contra.

—Cinaede.

La varita de Runihura se tambaleó con ligereza entre sus dedos, como si tuviera vida propia. El efecto, previo al segundo ataque de Hobbamock, cumplió su cometido justo antes de que el Sectusempra impactara de lleno a la altura de su ombligo; pudo ver a la distancia cómo el veneno se aglomeraba alrededor del rostro del pupilo, cerrando sus vías respiratorias y haciendo un daño considerable en su organismo. Ella por su parte, recibió al dolor del rayo como la cafeína por la mañana, una sacudida que la traía de vuelta a la vida.

Pensó en un Episkey y, posteriormente, en una Curación. Las heridas del Sectusempra se fueron cerrando lentamente, dejando solo un rastro de sangre en el cuero que portaba como vestimenta. El líquido carmesí apenas había llegado a correr por su piel, no era nada de qué preocuparse. En cuanto a Hobbamock, él sí tenía algunos daños de qué ocuparse. Si no liberaba sus vías respiratorias pronto, moriría a causa del veneno. Y si no se curaba del daño interno, moriría por eso también. La guerrera alzó la barbilla antes de hablar, haciendo que su voz se ampliara hasta la posición de su pupilo.

—Ha sido una jugada muy arriesgada —señaló a los dos fantasmas que lo flaqueaban, desde que había invocado el Aura Fantasmal—. Las Auras no funcionan de esa manera.

El joven había intentado lanzarle una Vara de Cristal Sectusempra, pero en su lugar había recibido un chorrito de agua que había mojado el suelo ante él.

—Las Auras funcionan siempre después de su invocación y, por lo tanto, el Aura Fantasmal no es capaz de cortar la otra... hasta ahora. Te aseguro que ya no habrá más Aguamenti, pero antes no podrías haberlo evitado y por eso no lo hiciste. Adelante, Graves —alargó el apellido como había estado haciendo con antelación y retomó la postura de duelo—, continuemos.

~o~

Como aclaración, la duración de las Auras será de 2 turnos, tomando en cuenta que es un duelo individual, para no hacerlas eternas entre los dos.

Runihura jugaba con un par de piedrecillas, sentada sobre una de las dos rocas —la más grande— que se encontraban a orillas de un arroyo de aguas cristalinas; había dado con ese lugar una semana atrás, cuando le llegó el aviso de que le tocaba dar clase nuevamente. El nombre le pareció importante, quizás por la manera en que lo pronunciaba. Le costaba arrastrar los labios para pronunciar el apellido y se rió de sí misma por intentarlo.

La guerrera se ajustó el cuero que llevaba a modo de vestimenta, cubriendo su piel y bajó de un salto de la roca. Aprovechaba cuando el agua del arroyo atinaba a calmarse para verse reflejada en ella, gracias al billante sol de medi mañana, y acomodar las trenzas de su largo cabello. Notó el cambio en el ambiente cuando la presencia de alguien más alteró el paisaje, algunas aves abandonaron la comodidad de las ramas de unos viejos árboles, bastante altos y gruesos, que se distanciaban de la orilla, unos cinco metros. Rodeaban una especie de claro que se había creado de forma natural, siendo el arroyo el centro de ese pequeño paraíso.

Se sacudió la gravilla —toda la orilla estaba cubierta, además de que varias piedras de diversos tamaños parecían adornar el lugar a conciencia— que se le había pegado a los pies, y se calzó y ató las sandalias.

— Bienvenido. Sabía que, tarde o temprano, llegarías. —saludó sin girarse a observar a quien, un poco antes, había enviado un mensaje para su encuentro. Por el contrario, se lavó las manos y las frotó contra su ropa rápidamente, antes de enfrentar al hombre. Varita en mano, mirada inescrutable.— Empezaremos por práctica, como puedes ver. —agitó apenas el arma mágica— Sectusempra. —pronunció, cuando lo vio preparado, y el rayo que disparó de su propia varita recorrió los, poco más de, tres metros que la separaban de su alumno. Tras eso, invocó:— Aura de Confusión... Aguamenti.

Runihura le dedicó una sonrisa ladeada, mientras una tenue neblina gris se expandía desde el arma de la Uzza, para confundir a Hobbamock.

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Algunas reglas:

* El duelo tendrá una duración de tres semanas. Del 06-08-19 al 26-08-19 (inclusive).

* Un cambio en la duración total del duelo implica un cambio en el tiempo de espera en la respuesta. Es por esto que, pasadas las 48 horas, si el rival no responde, pueden postear para volver a atacar. Sobra decir que, el ataque anterior, se considerará impactado.

* Después de 96 horas sin respuesta se considera abandono y tendrá que incribirse nuevamente para repetir la clase.

* Los duelos son, principalmente, para aprender, no para perder o ganar.

* Las reglas de duelos a utilizar son las mismas que se venían utilizando hasta ahora.

* Lo hechizos a usar son las de Neutrales, Neutrales Graduados y los libros hasta el de las Auras (con especial uso de este último).

* Prohibido los off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic de consultas correspondiente al Libro de las Auras.

Se había tardado, sí, quizás porque intentaba prepara el camino lo mejor que podía para que la siguiente en superar la prueba de vinculación con el libro no pasase ningún inconveniente. Quizás, simplemente, porque se entretuvo un poco con las panteras que tenía como mascotas, amigas y guardianas. Ambas estaban a los costados de la guerrera, con la vista fiera al frente, a la espera de la aparición de la muchacha que tenía que estar por llegar.

— Ah, espero que no sea mucho inconveniente el favorcito que me estoy cobrando.

Bisbiseó cuando vio aparecer a Badru, su compañero Uzza. No era totalmente cierto que éste le debiese un favor, lo más probable es que se lo estuviese inventando, pero el guerrero no podría estar totalmente seguro de la afirmación de Runihura. No. Además, tenía que hacer eco de aquella tradicional lucha de egos que compartían las tribus.

Habiendo hecho acto de presencia el guerrero, restaba esperar a la Rambaldi. @

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• El duelo tendrá una duración de una semana, cerrando el día 26/03/2019.
• Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados.
• Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono y, en caso de ser el alumno, reprobará.
• Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, neutrales graduados y los libros de hechizos hasta el libro de las Auras.
• Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos.
• Por ésta prueba, se podrán realizar un aura en un duelo individual, recordando que éstas están permitidas únicamente en duelos grupales.
• Por esta prueba, la duración de las Auras serán de un turno.
• Dudas en el tópico correspondiente.