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Runihura

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Mensajes publicados por Runihura

  1. Comencé a fruncir el ceño cuando la bruja frente a mi seguía indecisa sobre lo que debía de hacer, formulando preguntas una tras otra que no tenían relación con el uso de las auras como mi implicación en la ayuda para defenderse de las criaturas que estaban comenzando a salir, atraídas por mi cuando realicé un conjuro antiguo para que dejaran de esconderse en aquel sitio y terminar con esa amenaza antes de que todo resultara más complicado.

     

    Para mi suerte aquellas criaturas comenzaron a aparecer en aquellos momentos y no quedaba espacio para la duda, la joven bruja comenzó a realizar el aura con ciertas dificultades debido a la poca concentración que estaba realizando, algo normal en el primer intento de cualquier persona común. Un simple movimiento de mis brazos hicieron que un puño de arena surgiera del suelo para golpear a un par de estas bestias que se acercaban peligrosamente a nuestra posición, claro, no dejaría que alguna de las dos muriera por el simple hecho de venir a salvar la vida de otras personas, no cabía en mi mente esa posibilidad.

     

    Ahora la bruja estaba, ¿descansando? Sí, todo indicaba que para ella esa parte de la práctica había terminado por lo que, en seguida, volví a manipular el puño de arena para que se convirtiera en dos más y detuviera a las mantícoras más cercanas que aparecieron detrás de las primeras. Eran siete bestias furiosas, enojadas por caer en una trampa y aunque eso me producía cierta satisfacción todavía no podíamos darnos un respiro, seguíamos en medio de la batalla.

     

    - ¡No te detengas, - pronuncié con fuerza mientras seguí defendiéndome de las bestias en lo que su escudo fantasmal se desvanecía por la poca fuerza de su invocación - concéntrate y aprovecha para realizar otra aura!

     

    Esperaba de verdad que pudiera actuar de manera rápida y ágil, ella sabría muy bien la que podría necesitar en esos momentos para escapar del problema. ¿O era yo la que estaba equivocada?

  2. Runihura no sonreía aunque la expresión de sorpresa de la muchacha hubiera sido un gran motivo para hacerlo, cuando preguntó si pasaba directamente a la parte práctica sin la teoría. Tomó el frasco que le había ofrecido, se mostró reacia a hacerlo porque no se sentía preparada. Eso lo desaprobaba; estaba preparada, el miedo a avanzar era peligroso si no llegaba a dominarlo. Es por eso que insistió en un leve movimiento de su mano para que sacara el Libro de las Auras, tal como le había pedido.

     

    - Agotarás tu energía antes de tiempo si te preocupas tanto, muchacha. Como dije antes, el uso de las Auras comporta un gasto extraordinario de energía, tanto física y mental. Y, en este pozo, no tendrás tiempo más que de actuar, si quieres salir al exterior. ¿Estás lista? Tenemos visita y es de las que no pregunta antes de atacar.

     

    La Uzza parecía una chiquilla no mayor de 13 años, una apariencia que no reflejaba al ser Guerrero que llevaba dentro y que demostraba en cada acción que tomaba. En aquel momento estaba bien atenta al susurro que crecía cerca de ellas dos. Aunque sabía que no había peligro, no mientras ella estuviera cerca, siempre hay un momento de incertidumbre en la que no sabes qué puede hacer quien te acompaña. Prefería estar alerta e intervenir si era necesario. Sus ojos eran afables y divertidos en otras circunstancias, cuando no tenían el olor de la Muerte acercándose a ella. No sentía miedo pero sería una imprudente si no reconociera las situaciones de peligro y no tuviera su mente preparada para ello. Por eso era la Uzza de las Auras, por el dominio de cuerpo y mente que precisaba para que aparecieran y doblegarlas a su voluntad.

     

    Y esto era algo que debieran aprender todos los magos de aquella escuela londinense que venían a implorar sus clases.

     

    - El Aura del Escudo Fantasmal invoca el aura de los fantasmas que precises para protegerte, a ti y a quienes te acompañen, en una batalla. Puedes invocar los que necesites con un máximo de tres, pero sería necio hacer que surgieran menos, ya que te serán de gran ayuda en la Guerra. Tú decides quienes surgen de tu varita, es una decisión tuya particular que no variará el resultado. Quiero decir con ello que puedes invocar al Mago más Poderoso que hayas visto y estará a tu lado, como un escudo de protección. Sin embargo, una de mis anteriores alumnas invocó la presencia de un payaso, algo que suena bastante ridícul0 y, sin embargo, funcionó. Eso se debe, sencillamente, a que tu mente ha de sentirse cómodo con el fantasma que quieres que te defienda y que sabes que lo hará. Si tú te sientes segura con ese fantasma concreto, sea de quien sea, lograrás invocar esa Aura sin problemas.

     

    Los alumnos que había tenido hasta ahora no le habían sorprendido (excepto, tal vez, el fantasma del payaso) con la elección de los fantasmas: magos famosos, hechiceros de leyenda, incluso una madre protectora habían surgido de sus varitas cuando habían estado preparados.l

     

    - Recuerda, es tu elección, la que te produzca una sensación de protección o un espíritu positivo para poder obligarlo a surgir de tu varita. - Ruhinura exhibió su propia varita de cristal. - El fantasma no tendrá el poder de su presencia viva sencillamente porque es un ente. Pero no le menosprecies por no poder mover la varita e invocar grandes hechizos. Su poder es tal que cuando pronuncies el Aura del Escudo Fantasmal, éste aparecerá y te protegerá a ti y a tus compañeros de cualquier rayo, hechizo, invocación, efecto; nada penetrará a través de él y estarás segura. Incluso, y aplícalo ahora, si quieres, parará a una criatura de cualquier grado de peligrosidad, sin que tú pierdas ninguna oportunidad de lanzar tus propios hechizos. Aunque, si también es tu decisión, no necesariamente protegerán al invocador sino a quien tú decidas...

     

    La Guerrero Uzza empezó a mover la muñeca y la mano en unos giros complejos que acompañó con movimientos de su propio cuerpo. La varita de Cristal brillaba en la poca luminosidad de aquel pozo y daba la sensación que ella misma era un aura que flotaba ante los ojos de ambas. Aunque debiera estar completamente callada y concentrada en los movimientos arduos que servían para invocar las Auras, Ruhinura tenía tan aprendida la técnica que fluía de ella y podía entretenerse en seguir con las explicaciones a su pupila:

     

    - No es una protección permanente, sin embargo, ya que sólo pueden usarse contra un ataque. Elige bien el momento de invocarlo porque es inmediato a su aparición y no puedes decidir guardar el uso del Escudo Fantasmal para más tarde. Es por ello que debes aprender a invocarla pero también a utilizarla.

     

    Runihura siguió "danzando" delante de ella para demostrarle la compenetración de la mente con el movimiento de su cuerpo y paró justo al instante que podría salir la invocación.

     

    - Pronuncia el Aura que quieras justo en este instante y te saldrá bien - añadió en tono afectivo. - ¿Estás preparada? Porque se viene encima...

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  3. La pregunta no tardó en llegar. Sabía que preguntaría el motivo del porqué de aquella decisión, sabiendo que, por el simple hecho de hallarse allí, ya se exponían a un peligro. Las mantícoras eran seres salvajes, que si bien muchos las comparaban con las esfinges, en realidad las primeras no eran para nada pasivas cuando se encontraban de primeras a un humano. Las mantícoras no esperarían a la respuesta correcta o incorrecta de un acertijo, ellas atacarían sin más.

     

    ―Los magos ingleses no pueden vivir sin el más mínimo atisbo de magia ― comentó, sonriendo cual niña que se divertía, para cambiar su rostro a uno más serio en cuestión de segundos ―. Por el momento sólo puedo decirte que es preferible que mantengamos nuestras energías y magia intacta. Puede llegar a ser necesario.

     

    Dio otro sorbo de agua y sin más, comenzó a dar una vuelta, en busca de aquel lugar probable donde encontrar la entrada. No se alejó demasiado, por lo que alcanzó a oír que su alumna la llamaba.

     

    ―Nos encargaremos de ellas, en la medida que mejor nos sea posible ― respondió, dejando lugar a la imaginación de Anne.

     

    Runihura era una guerrera, por lo que no dudaba en matar a alguien cuando era necesario. Lo había hecho en el pasado, pero esa era la última de sus opciones, si existían otras previas las cuales llevar a cabo lo haría. Pero tampoco titubeaba al momento de deshacerse de algo o alguien si se daba el caso. Pero no sabía cuál era la postura de Gaunt en esa situación, sabía que ella tenía una cultura totalmente diferente a la suya, y a pesar de haber tenido pocos alumnos hasta el momento, cada uno había tenido posturas distintas al respecto.

     

    Se detuvo entonces al oír que la llamaba, por lo que rápidamente se volteó y se dirigió hasta donde se encontraba. Observó lo que parecía ser una entrada improvisada a una cueva subterránea en el límite de las solitarias montañas.

     

    ―Sí, es probable que sea la entrada…

     

    Anne fue la primera en ponerse en marcha, no sin antes comprobar qué tan profundo era aquello, algo inteligente de su parte. Mientras ella se preparaba para bajar, Runihura la observó a la vez que rebuscaba algo en el bolsito que tenía. Tardó un poco en encontrarlo, y en cuanto tuvo en su mano un frasquito con una poción de un color bastante particular, cerró el bolsito, se colocó el frasquito entre los dientes, se llenó las manos con la arena que había alrededor y sin más, comenzó el descenso por la cuerda.

     

    Poco a poco fueron descendiendo por la cuerda, y en ocasiones trataba de estabilizarla colocando los pies contra la pared cuando el viento exterior producía aquel movimiento. Al cabo de unos buenos minutos echó un vistazo hacia abajo al oír un ruido por debajo, notando que Anne había llegado sana y salva al suelo. No faltaba mucho.

     

    ―¡Ah! Al fin ― dijo en cuanto cayó al suelo, levantándose y sacudiéndose la ropa a la vez que se sacaba de la boca el frasquito ―. Bien, por ahora ha terminado la parte física. Verás, habitualmente en mis clases hago que los alumnos practiquen previamente un aura antes de llevarla a combate o algo similar, pero este caso es muy diferente, la práctica verdadera la llevaremos a cabo frente a las mantícoras. Así que toma, bebe la mitad esto ― esta vez no se lo lanzó, sino que estiró el brazo y dejó ver en su mano el frasco con un líquido color plata apenas visible, esperando a que Anne lo cogiera.

     

    »De aquí en más usaremos la magia, pero te lo advierto: el uso de las auras consume una cantidad muy grande de energía mental y corporal, por lo que habitualmente sólo se puede hacer una durante largos períodos de tiempo. Pero con esa poción podremos hacer dos cada una, o incluso tres. Pero no te aconsejo que llegues a la tercera, a menos que desees caer inconsciente ― advirtió, notando que Gaunt miraba el frasco ―. ¿Has traído el libro? Como te encuentras en proceso de aprendizaje ya podrás leerlo para saber cómo realizar los movimientos de varita para invocar una, sería bueno que le des una ojeada mientras vamos en busca de las mantícoras. Si tienes dudas con alguna de ellas puedes preguntarme. Mantén la varita a mano, por cualquier cosa, de ahora en más podrás defenderte como veas mejor.

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  4. Si bien en un principio aprovechó a tomar toda la velocidad de la que fuera capaz, al cabo de unos buenos minutos bajó el ritmo hasta sencillamente tomar un paso constante de trote. De vez en cuando echaba curiosas miradas por sobre su hombro, notando que su alumna la seguía por detrás, aunque con un ritmo que dejaba ver que no se encontraba precisamente en forma. No le molestaba, por lo general los magos y brujas de aquel continente se habían vuelto demasiado sedentarios.

     

    Diez, quince, veinte, y hasta treinta minutos manteniendo el ritmo, y bajándolo un poquito más cada vez en un intento de que su pupila no se le perdiera de vista y también de que la alcanzara. No sabía cuánto tiempo más podría mantenerse en aquel trotar, pero si algo sabía era que tarde o temprano necesitaría detenerse a recuperar aire.

     

    Su trote mutó cada vez más hasta que sencillamente comenzó a caminar en círculos, mirando de un lado al otro.

     

    ―A veces la vida de las personas no es tan fácil como en otros lugares ― comentó en cuanto la oyó llegar ―. Esa gente que viste, ese pequeño pueblo en medio de un oasis consiste su mayoría en magos dedicados enteramente a la supervivencia del día a día. Son pacíficos, por lo que no tienen idea de hechizos combativos como ustedes o nosotros conocemos, y al final, terminan sufriendo por ello.

     

    Al cabo de dar varias vueltas se detuvo al fin, mirando al horizonte. En aquella parte donde habían llegado las dunas chocaban de frente con algunas elevaciones de roca sólida que, al tener un color muy similar a la arena, prácticamente no se le veía a lo lejos. Con cuidado tomó el discreto y oculto bolsito y metió la mano, más allá de donde los límites parecían estar, y con cuidado sacó una cantimplora repleta de agua, la cual se la lanzó a la mujer, para luego sacar otra para ella.

     

    ―Hidrátate, aún no hemos terminado con este ejercicio físico ― explicó, para luego hacer una breve pausa que ocupó para beber agua ―. En este lugar se encuentra el principal problema que aterroriza al pueblo. Desde hace meses avistaron a una mantícora por los alrededores. Lo dejaron pasar en un primer momento, pero al cabo de un mes más comenzaron a ser atacados. Primero una, luego dos, y cada vez más. A día de hoy no tienen real idea de cuántas hay, pero ya se han cobrado muchas vidas.

     

    Hizo un momentáneo silencio luego de beber otro largo sorbo de agua.

     

    ―La persona que vio a la primer mantícora asegura haberla visto meterse en algún pozo en la base de este lugar, pero no pudo precisar el lugar exacto, por lo que toca buscarlo. Y bajar por él, sin utilizar ni un ápice de magia, ¿entendido? ― agregó, señalándola con un dedo ― Es peligroso, pero estoy segura que no sucederá nada en el descenso, más que tal vez resbalar un poco, pero nada que una buena acción a tiempo no pueda solucionar. De todas formas iré tras de ti por si algo sucede.

     

    Lo último que quería era que alguno de sus alumnos muriera en el medio de una de sus clases, o peor aún, luego llevarla a dar una inesperada vuelta. No por temor a lo que ello significaba, había enfrentado la muerte cara a cara ya muchas veces, sino para evitar cualquier tipo de problema que pudiese traer a los suyos por sus propias acciones.

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  5. Asintió una, dos, tres y cuatro veces con la cabeza a las respuestas que le daba la muchacha, quien había decidido retomar la enseñanza del libro, al cual anteriormente no había tenido siquiera oportunidad de empezar.

     

    No hizo comentario alguno respecto a su respuesta, pues no tenía demasiado por agregar, con su gesto había dicho todo.

     

    —Bien. Esta vez tendremos una clase diferente, aprenderás todo a medida que cumplo una misión.

     

    Probablemente era demasiado imprudente al revelar aquello, pero tarde o temprano ella se daría cuenta de lo que estaba sucediendo. Ciertamente, tanto Runihura como el resto de sus hermanos Uzza estaban atados por el contrato a enseñar la magia que tanto protegían de otros, pero la verdad es que sólo los ataba a ello, y tanto ella como su Nahm-Uzza lo sabían. En aquella ocasión, mientras entrenaba a su nueva pupila, llevaría a cabo un trabajo que le habían pedido a cambio de un pago, evidentemente.

     

    Abriendo un portal lo suficientemente grande como para que entraran dos personas, le hizo señas a Anne para que entrara primero, y sólo después de que ésta lo atravesó, la Tiferim lo hizo también. Tras de sí desapareció el portal y un nuevo paraje las deslumbró. Desierto total, pero diferente, muy diferente al del Ateneo, pues éste era natural.

     

    ―Vamos ― le ordenó, comenzando a caminar por entre las dunas de arena, aproximándose a un oasis pequeño, pero bello a su manera.

     

    No tardaron demasiado en llegar y ser rápidamente recibidas por un grupo numeroso de personas, los cuales comenzaron a dirigirse inmediatamente en una lengua muy particular que Runihura entendía sin problema. A pesar de que Anne no entendiese nada –o tal vez sí-, podía notarse que una de las personas, la que hablaba más e iba más cerca de la Uzza, tenía un tono de desesperación en su voz que incluso un niño comprendería que algo estaba sucediendo.

     

    Fue entonces cuando entraron a una morada, la que parecía funcionar de lugar común de reunión para los habitantes de aquel oasis. Sentadas, una al lado de la otra, las dos mujeres observaron al hombre, un mago sin lugar a dudas, quien habló rápidamente con la Tiferim. Ella, por su parte, se limitaba a oír, haciendo preguntas en algunos momentos. Hasta que al cabo de unos diez minutos, se puso en pie repentinamente y salió, esperando que su alumna la siguiera todo el tiempo.

     

    Comenzaron a alejarse entonces del oasis, dirigiéndose hacia las calientes dunas.

     

    ―Será la primera vez que impartiré una clase en medio de una situación así, pero estoy segura de que funcionará perfectamente ― le habló al fin, sonriendo de lado cual niña que realiza una travesura en secreto ―. Como Guerrera Uzza de las Auras es mi deber que entiendan el cómo funcionan éstas, pues son totalmente diferentes al resto de la magia que han visto hasta ahora. No sólo por su forma de invocarlas, sino por su efecto, cada una es única en su clase y, además, afecta a un gran número de personas, dando un sinfín de posibilidades a quien aprenda este poder y lo utilice.

     

    »Pero, tal como estás ahora, te resultaría imposible invocar alguna de ellas, por lo que debemos preparar tu cuerpo y mente.

     

    Y sin esperar una respuesta de la muchacha, Runihura inesperadamente dio un salto y comenzó a correr a gran velocidad, dejando rápidamente atrás a su alumna.

     

    ―¿Alguna vez escuchaste decir que la magia no requería esfuerzo físico? ¡Te mintieron! ¡Anda, alcánzame! ¡Ah, y cuidado con las arenas movedizas! ― le gritó cada vez más fuerte, ya que cada vez se iba alejando más y más.

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  6. ¡Aura de la llama del Fénix!

     

    La invocación surtió efecto rápidamente, justo después de que uno de los atacantes, aquel que parecía ser el más poderoso, realizara un poderoso hechizo que correspondía a una magia tan antigua como oscura en dirección a la Tiferim, el cual fue bloqueado por una defensa que el mismo Thomas le había proporcionado momentos antes. El mago intentó realizar un ataque nuevamente en su dirección, pero nada salió de su varita.

     

    Fue en ese momento donde la Vara de Cristal de Runihura brilló, como si la misma se cargara completamente de un poder enorme, el cual no dudó en utilizar contra los escandinavos.

     

    A pesar de Thomas haber agotado casi del todo sus energías, tanto Mei como ella combatieron, ayudados de vez en cuando también por el muchacho, y al cabo de unos minutos lograron neutralizar a gran parte de los asaltantes, dejando que algunos otros escaparan, pero asegurándose de no dejar escapar a los magos infiltrados allí.

     

    Había sido una forma muy efectiva de llevar a cabo la magia que habían aprendido y estaba, por primera vez, orgullosa de sus alumnos.

     

    Los días pasaron luego de ello, volviendo a la normalidad de su vida en el Ateneo, dando vueltas por el monte a forma de patrulla y como forma de entrenamiento, hasta que al fin tuvo nuevas noticias.

     

    Ciertamente esperaba que tarde o temprano volviera, tenía el presentimiento que aquella mujer no se rendiría tan fácilmente. Aquella mañana ya había dado una vuelta por los alrededores, pero por el momento se encontraba en su vivienda, haciendo tiempo hasta que llegara el momento de reunirse con su pupila, la cual tendría oportunidad de conocer en profundo ahora.

     

    De pronto, sintió un graznido proveniente de la ventana, lo cual la hizo girarse y observar un animal poco común. No se trataba de una lechuza, sino de otro tipo de ave, una bastante característica de la región de la cual ella misma provenía.

     

    Sonrió, reconociendo al animal y se acercó al mismo, el cual le entregó un mensaje. Lo abrió y leyó rápidamente. Sonrió ampliamente, esta vez con una chispa de real felicidad en sus ojos y sus labios. Hacía tanto tiempo que no recibía un mensaje como aquel… aprovecharía la oportunidad.

     

    Guardó el papel entre sus ropajes, tomó su varita y un pequeño bolsito que, a pesar de ser diminuto, contenía más cosas de las esperadas, y salió al encuentro de la nueva alumna. No tardó demasiado en llegar, por lo que sonrió amable e inocentemente, interpretando lo mejor posible el papel que su apariencia le otorgaba.

     

    ―Una nueva aprendiz. Tantas mujeres, eso es bueno ― comentó de pasada, asintiendo con la cabeza ―. Bien, esta vez espero que te encuentres realmente preparada para enfrentar lo que será tu entrenamiento para adquirir los conocimientos de este nuevo libro. No será fácil, nunca lo es, pero ahora incluso más. Dime tu nombre, y respóndeme, ¿crees ser merecedora de aprender un nuevo tipo de magia Uzza? ¿Por qué?

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  7. El muchacho definitivamente tenía todas las de perder, había quedado totalmente expuesto, a merced de su contrincante debido a que debía curarse del nuevo ataque y del viejo cinaede que le había dado de lleno en el primer ataque que Runihura le había enviado. Mientras lo veía conjurar su primera curación, la Uzza aprovechó para probar suerte una vez más invocando a las fuerzas del caos en una Rueda de la Fortuna, aunque esta vez no tuvo ni por asomo un resultado mínimamente parecido al anterior. Sencillamente, nada sucedió.

     

    Al ver –a duras penas debido al efecto del embrujo punzante que todavía persistía- que sus fuerzas mermaban, la Tiferim apretó fuertemente los puños, apuntándolo con la Vara de Cristal, pero sin llegar a usarla. Más bien era un gesto de desafío.

     

    —¡Vamos, muchacho, nada de rendirse aún! ¡Demuestra, lucha con uñas y dientes hasta tu último aliento que mereces el libro! ¡Demuestra que eres capaz de dejarlo todo dando lo mejor de ti! ¡No quiero decepciones! — exclamó con algo de cólera, dirigiendo la última frase hacia ambos estudiantes. Arena del hechicero pensó seguidamente antes de que Thomas realizara su segunda curación, haciendo que la arena impactara directamente en sus ojos, causándole una ceguera momentánea.

     

    Lumos — volvió a decir, dejando que su mente divagara nuevamente entre la confusión que una de sus propias auras podía causar.

     

    No le preocupó, a fin de cuentas llevaba amplia ventaja, y ahora, ¿qué sucedería de ahora en más?

  8. —Tks.

     

    Chasqueó la lengua al comprobar cómo iban las cosas del otro lado, y a su vez al ver las decisiones que el muchacho tomaba. Al parecer se habían complicado las cosas un poco para ellos, pero no por ello sería condescendiente, más bien mantendría el ritmo. Por lo que esta vez era su turno para insistir en usar una de las magias más poderosas de los Uzza.

     

    Vara de Cristal — susurró, dando a conocer una vez más a su vara de cristal con aquella forma tan particular de luna menguante — Sectumsempra — volvió a decir, esta vez levantando la vara de cristal, convirtiendo el rayo en efecto de inmediato, lo que causó que ahora Thomas se encontrara con el pecho cubierto por la sangre que salía rápidamente de los cortes abiertos en cuestión de microsegundos.

     

    Luego de ello Runihura sintió que su rostro comenzaba a hincharse producto de que el muchacho había enviado su segundo ataque segundos después de ella realizar el suyo. Se trataba de un embrujo punzante, lo sintió claramente cómo su rostro rápidamente se iba deformando, por lo que levantó apuntó con la vara de cristal, aunque sin llegar a usarla del todo.

     

    Lumos — dijo, invadida por una confusión tal producto del aura de confusión que captó tardíamente. La punta de su vara se iluminó de una forma bastante particular, pero no sucedió más de eso.

     

    Movió la cabeza de un lado el otro para tratar de despejar su mente. Por aquel momento Thomas se había salvado de lanzarle algo mucho más mortífero, pero a pesar de ello, el muchacho se encontraba en grandes aprietos. Era momento que tal vez los alumnos comenzaran a trabajar en equipo para lograr superar los problemas en los que estaban envueltos.

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  9. No es como si el muchacho tuviese oportunidad de evadir su primer ataque, a fin de cuentas el mismo fue inmediato. Y mientras él se encargaba de destapar sus vías respiratorias para no caer desmayado y morir al cabo de unos minutos, ella decidió probar algo más, en un intento de seguir haciendo uso de las magias de otros libros.

    Se concentró y rápidamente invocó las fuerzas del caos para realizar el conjuro de la rueda de la fortuna, el cual casi de inmediato lanzó su resultado: la segunda acción de Thomas quedaría sin efecto en su totalidad.

    —A eso se le llama suerte — comentó con alegría, pues que ella recordara, era la primera vez que aquel hechizo le daba algún resultado, pues por lo general era un caso perdido.

    Vio al chico prepararse para realizar su siguiente acción, pero la Uzza se adelantó rápidamente, apuntándolo con determinación:

    Incárcerus — dijo esta vez, invocando tres cuerdas que se dirigieron rápidamente al muchacho, quien justo unos segundos después intentaba lanzar su segundo hechizo, un sectumsempra por lo que logró identificar por el movimiento de su vara de cristal, pero el mismo nunca salió, producto dela magia del libro del caos.

    Entonces las cuerdas impactaron en él, atándole la boca, los brazos hacia los costados del torso, y la última cuerda hacia los tobillos, causándole que cayera al suelo por la fuerza con la que el lazo impactó en ellos.

    Maldición pensó por último, volviendo a dirigir su ataque hacia Thomas, quien tendría encima suyo otro efecto del cual tener consideración para realizar su próxima acción.

    Sonrió, divertida, mirando a su vez con atención a la mujer quien había comenzado de primera a atacar y que ahora su compañero de equipo respondía. Aunque no lo pareciera, ella estaba atenta a ambos alumnos, a fin de cuentas no podía pasarlos por alto, ella era quien decidiría si eran aptos o no para lograr vincularse con el libro.

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  10. No hizo falta que volviera a abrir los ojos para saber que su invitado había llegado. Reconoció su presencia en cuanto llegó a través del portal.

     

    —Aunque a veces lo no parezca, aprecio mucho la soledad — respondió a Khufu, momentos antes de ponerse en pie y dar un par de saltitos para acercarse un poco más hasta donde se encontraba el Uzza —. Ah, qué puntuales — comentó para cuando vio al muchacho aparecer primero, seguido unos minutos después por la mujer —. Ya estamos todos, no tenemos tiempo para presentaciones ni demasiadas explicaciones, deben intuir bastante lo que debe suceder ahora, ¿no?

     

    Sonrió ampliamente, con una inocencia inexistente, pero también, con emoción. Estaba deseosa de poder comprobar de primera mano qué tan buenos eran en los duelos, y cuánto habían aprendido a utilizar la magia que les había enseñado.

     

    Entonces, rápidamente sacó su varita y sin dudarlo ni un momento, apuntó directamente a Thomas.

     

    Cinaede — dijo, lo cual produjo de forma inmediata que un gas venenoso rodeara al muchacho, el cual aspiró, produciéndole un fuerte envenenamiento del cual debería curarse inmediatamente a menos que quisiera terminar pronto con el duelo.

     

    La batalla había comenzado, y esperaba lo mejor de sus alumnos.

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  11. Luego de aquel particular viaje en el tiempo, Runihura los había enviado de regreso a sus hogares para que descansaran algo, aunque no creía que fuera demasiado, pues en aquel momento habían faltado poco menos de media hora para que amaneciera, lo que quería decir que habían pasado toda la noche practicando.

    Sí, esos dos extranjeros estaban agotados, pero valió la pena, pues les había administrado un duro entrenamiento a su ver. Satisfecha y algo cansada, ella también se dirigió a su morada, dispuesta a dormir un poco y recuperar fuerzas para el día posterior comenzar a preparar todo. Les había dado una única orden: deberían practicar todas las auras una vez por día hasta que ella los llamara nuevamente. Dos auras por día si disponían de alguna poción que les ayudara a recuperar parte de sus energías o proporcionarles más, todo esto siempre y cuando hubiesen llevado a cabo previamente los calentamientos correspondientes.

    Varios días pasaron, días en los que meditó y esperó hasta que sus alumnos se perfeccionaran, sumado al hecho de tener que volver a cruzarse con aquel Uzza tan particularmente ermitaño. Todos lo eran en cierta medida, pero él en particular más.

    Al fin el día había llegado y se hallaba en el lugar dispuesto donde se llevaría a cabo la prueba. En aquella ocasión sí aprovecharía su propio terreno, aquella imitación del Monte Catalina, donde la magia particular que ella manipulaba emanaba a borbotones. Allí en la cima del monto, sentada en una roca especialmente elevada, esperaba pacientemente por la llegada de sus alumnos y su invitado especial.

    Cerró los ojos un momento mientras meditaba, recordando lo que les había enviado a decir a esos dos.

    “Su primera prueba consistirá en escalar el Monte sin ningún tipo de magia. Ya saben, para el precalentamiento. Una vez lleguen a la cima, se encontrarán con el campo dispuesto para su prueba y a sus contrincantes. Sean puntuales.”

    Abrió los ojos, observando el espacio. Era un terreno irregular, con bastantes rocas dispersas alrededor, pero nada que les complicara el mantenerse en pie o tener riesgo de poder resbalar, muy por el contrario el área parecía especialmente armada para que entraran cuatro personas cómodamente.

    Ahora sólo restaba esperar.


    ~~~~~~~~~~~~~~

    Runihura & Khufu vs Mei Black Delacour y Thomas E. Gryffindor




    Reglas de la prueba:

    • En el primer rol, el de llegada, deberán de rolear su entrada junto con el "reto" que se les fue asignado (escalar el Monte sin magia).
    • Se tomarán en cuenta las mismas reglas que para redadas y asaltos, con variación en los tiempos de espera.
    • Cada usuario dispondrá de un plazo de 24 horas para responder a los ataques de su rival. En caso de que no lo haga dentro de este límite de tiempo, se considerarán impactados los hechizos con sus respectivas consecuencias.
    • En el caso de que un mago acabe de atacar a otro, no podrá postear atacando a nadie más hasta que haya transcurrido un mínimo de 12 horas.
    • Sólo tendrán a disposición un Aura por personaje en esta batalla, aplicándose el mismo método a una batalla real.
    • El simulacro permanecerá abierto hasta el 8 de Noviembre, inclusive, pudiendo terminar antes si el profesor, en este caso, el Uzza, así lo decidiera por ver buen rendimiento de parte de los alumnos.
    • El Aura de Inmunidad solo podrá ser usada en los últimos 4 días de la prueba.
    • Todos tienen permitido usar únicamente los hechizos neutrales y todos aquellos libros adquiridos hasta el momento, incluyendo el actual cursado.
    • Las dudas, quejas y/o sugerencias respecto a la prueba deberán de postearse dentro del topic de Consultas y Sugerencias correspondiente.

     

     

    Buena suerte

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  12. Su expresión cambió, de una vivaz y enérgica sonrisa, a unas comisuras rectas y tensas que detonaban molestia. Independientemente de si el muchacho lo hubiese notado o no, se acercó a él y le propinó un buen golpe en la cabeza con la Vara de Cristal.

     

    —Cíñete a lo que se te pide — lo amenazó, alejándose nuevamente, sintiendo el efecto del aura de la muerte aplicada a ella, aunque pocos resultados tendría, claro —. Deben cumplir con lo que se les pide, seré más precavida que antes y no me arriesgaré nuevamente a que algo suceda, y eso también conlleva los hechizos que utilicen — aclaró mirando especialmente a Thomas.

     

    Soltó un suspiro, algo resignada. Los extranjeros eran siempre tan atrevidos, a veces deseaba regresar a su hogar, pero el maldito contrato la ataba.

     

    —Bien, ya saben cómo se siente estar bajo la influencia de un aura y cómo aplicar una, la energía que consume, los movimientos requeridos, etc. — explicó rápidamente, moviendo una mano con algo de impaciencia — Ahora pasaremos a la fase de práctica con estos hechizos, y por esta ocasión será un escenario especial. Ya a varios de los alumnos que tuve les expliqué que la situación óptima para la utilización de las auras es estar bajo presión, con la adrenalina recorriendo el cuerpo, y como adivinarán, una situación así sólo puede estar dada por una batalla.

     

    Nuevamente levantó la Vara de Cristal en cuanto terminó de pronunciar las palabras, y con un fuerte golpe seco sobre el suelo, señaló un punto en medio de los alumnos y ella, y luego de rememorar intensamente una vieja vivencia pasada suya, susurró Fulgura Nox, haciendo aparecer un portal en medio.

     

    —Vamos — les indicó para que entraran por detrás de ella, y así lo hicieron.

     

    Una vez del otro lado el panorama cambió totalmente: el desierto que era el ateneo de Poderes y Magias Guerreras había quedado tras el portal, pues ahora una verde e intensa vegetación los rodeaba, árboles frondosos que cubrían el brillante sol que se colaba entre las hojas y varios arbustos.

     

    —Nos encontramos en el mismo lugar, pero varios siglos en el pasado — explicó, aunque en un tono mucho más bajo —. Como saben, Inglaterra fue invadida innumerable veces por los vikingos, lo que pocos saben es que, entre ellos, se encontraban varios magos poderosos que intentaban apropiarse de nuevas tierras que poseían un poder mágico sin precedentes. Siguiendo la historia de esta tierra, debemos encargarnos de defenderla. Sí, como bien escuchan, nosotros debemos de pelear — aclaró rápidamente al ver las caras de sorpresa ante aquel pedido —. No se separen, pueden usar cualquier tipo de magia, el enemigo es poderoso y no dudará en cortarles la cabeza. Recuerden que tienen el poder de invocar dos auras más, por lo que deben usarlas sabiamente, luego de ello, puede que caigan desmayados.

     

    Caminó por entre los árboles hasta llegar a un claro que daba al borde de aquel río al cual sus pupilos ya se habían enfrentado. Permaneció alerta, pues ella también debía de actuar. No era de inmiscuirse demasiado en los asuntos del pasado y mucho menos en los del futuro, pero aquella visita la había planeado mucho antes de saber que tendría alumnos en aquella ocasión, así que ¿por qué no aprovecharlos para que la ayudaran y de paso aprendieran el uso real de los hechizos del libro?

     

    —Aquí vienen — exclamó rápidamente, colocándose en posición de combate —. Nos dividiremos los enemigos en tres partes, serán muchos, pero no suelen ser los más habilidosos. Aunque entre ellos debe encontrarse alguno que pueda llegar a complicarles las cosas, es a ellos a quienes deben derrotar principalmente. Confío en ustedes.

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  13. Los vio alejarse en dirección al río, a unos cuántos metros de allí, mientras ella, por su parte, se acercó hasta la Plaza del Árbol de Fuego, más concretamente hasta el pequeño caldero, el cual había comenzado a hervir. Con cuidado alejó el recipiente del fuego y lo dejó reposar mientras le daba algunas vueltitas. Aunque no lo pareciera, estaba completamente atenta a lo que sus alumnos estaban haciendo mediante el anillo de presencia, aunque ninguno de los dos la había notado, estaban muy concentrados en llevar a cabo la tarea al pie de la letra.

     

    La primera parte fue exitosa, difícil, sí, pero lo habían logrado. Pero para el regreso, el caprichoso río hizo de las suyas y, animado por el astro nocturno, tuvo un impulso mágico que lo llevó a aumentar aún más el cauce y crear una gran ola que arrastró a ambos estudiantes.

     

    —Genial, quería que les costara la prueba física, pero no buscaba intentar ahogarlos — exclamó con molestia, levantándose del lugar en el que había permanecido tranquilamente revolviendo el caldero y rápidamente comenzó a correr.

     

    A pesar de sus cortas piernas, Runihura era bastante veloz y tenía una buena resistencia, por lo que no tardó demasiado en llegar hasta su destino. Su primera intensión fue el lanzarse al agua o utilizar algo de magia para ayudar a los estudiantes, pero notó que justo en ese momento ambos iban llegando hasta la orilla a la que ella llegaba, el muchacho ayudando a la mujer, antes de caer desplomados en el suelo ante el agotamiento físico en cuanto tocaron tierra.

     

    No lo admitió ni nunca lo haría, pero un leve resoplido escapó de sus labios de alivio. Lo último que quería era tener que dar explicaciones al hallar dos cuerpos inertes al día siguiente producto de su entrenamiento de la clase.

     

    Se acercó sigilosamente, sobre todo hasta donde se hallaba la mujer y, de pie justo frente a ella, la observó en silencio antes de sacar su varita y darle un pequeño roce con ella sobre la cabeza de ella.

     

    —La idea era que activaran lo más posible su cuerpo y mente, pero no me sirve de nada que terminen agotados. O heridos — dijo a modo de disculpa, viendo cómo la herida que se había producido la mujer en la cabeza sanaba —. De todas formas lo hicieron bien, tú por ayudar a tu compañera, y tú por actuar bajo instinto, ayudando a tu compañero a que te llevara a la orilla. No puedo reprocharles demasiado — admitió, soltando un teatral resoplido, pero torciendo levemente la boca a modo de sonrisa.

     

    Esperó hasta que ambos recuperaran el aliento y, una vez en pie, les hizo señas para que la siguieran, nuevamente hasta donde se hallaba el fuego crepitando aún.

     

    —Ya que esto no salió exactamente como planeaba, intentaremos otra cosa. Tomen, bébanlo — les dijo, luego de verter un poco de la poción que había reposado y entibiado del caldero sobre tres cuencos y pasándoles dos.

     

    La poción tenía un color bastante particular, al igual que su olor, único para cada persona. Su color plateado brillante era, cuanto menos, poco usual.

     

    —Es una poción revitalizadora. Ah, pero no cualquiera, — se adelantó a decir, hinchando el pecho de orgullo — es una poción especial que sólo mi pueblo conoce su elaboración, no sólo recobra y aumenta fuerzas, sino que, además, aumenta por un período de tiempo cierta magia, ¿cuál? Eso varía dependiendo del mago, pues la poción se encarga de potenciar la magia que más caracteriza a cada persona.

     

    »No planeaba dárselas, pero viéndolo necesario, disfrútenla — agregó, llevándose el tercer cuenco que había quedado en su mano a sus labios y tomándoselo de un solo sorbo.

     

    Soltó un resoplido de satisfacción. Adoraba aquella poción, pero trataba de no hacer abuso de ella, por lo que en pocas ocasionas las preparaba, sobre todo las noches de luna llena cada tres meses.

     

    —Muy bien, y ya con una energía extra que sus músculos y mente agradecerán, es hora de pasar a la parte práctica real: la magia de las auras. Si recuerdan lo que les dije anteriormente, esta parte física no fue una pérdida de tiempo, los necesitaba en condiciones óptimas en cuerpo y mente para poder proseguir.

     

    »Este tipo de hechizos son tan poderosos como agotadores, no cualquier mago puede hacerlas, y sobre todo, siempre se verán limitados. Este tipo de magia tiene tal poder que sólo pueden invocar una única aura por cierto tiempo, los agota casi de inmediato, y en caso de estar bajo efectos de la adrenalina, su efecto se ve duplicado para cuando la adrenalina cesa.

     

    Hizo una breve pausa, dejando el cuenco a un lado del caldero y sacando nuevamente su varita.

     

    —Pero por esta ocasión tan especial, gracias a la poción, junto a la influencia de la luna llena, tendrán la oportunidad de hacer hasta tres auras por esta noche. Aunque les advierto que terminarán más que agotados, queda bajo su responsabilidad el hacer tres de ellas. Ahora, pasaré a hacerles una demostración y ustedes tratarán de imitarme, pero sólo hasta que éste hechizo sea eficaz.

     

    Se alejó entonces de sus estudiantes, quienes la observaron atentamente y con real curiosidad. Había llegado el momento al fin. Extendió la mano y antes de que algo más sucediera, su varita creció de tamaño, dando a conocer la verdadera forma de su vara de cristal, para inmediatamente recitar le hechizo:

     

    Aura de la Muerte.

     

    Una luminiscencia verde chillón apareció inmediatamente sobre el lugar y envolvió al completo tanto a Thomas como a Mei, quienes, sorprendidos, se vieron perjudicados por los efectos del aura. Su poder mágico, aquel poder especial que los caracterizaba y que Runihura era capaz de detectarlo, se vio drásticamente disminuido.

     

    —¿Pueden sentirlo? ¿El efecto causado? ¿Desean intentarlo?

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  14. Esperó a oír las respuestas de quienes ahora serían sus pupilos, interesada en saber sus ideas respecto a su libro. La primera en hablar fue la mujer más pequeña del grupo, Mei, quien dio un análisis que oyó atentamente, cruzándose de brazos y cerrando los ojos durante un momento para reflexionar al respecto. Luego, fue el turno del muchacho, quien se presentó como Thomas. Una vez más, asintió levemente con la cabeza, lo había estado haciendo de forma inconsciente al escuchar algunas de las palabras de ambas personas.

     

    En cuanto el muchacho terminó, su mirada se posó en quien reconocía como uno de los directores de la Universidad, pero pasados unos minutos la mujer no pareció reaccionar, tal vez perdida en sus pensamientos y buscando una respuesta acertada a las preguntas que la Uzza les había planteado. Pero luego de considerar un tiempo más que prudente de espera, continuó, mirando a los otros dos.

     

    —Bien, la verdad es que han respondido de una forma más acertada de lo que hubiese creído, es evidente que tienen ciertos conocimientos respecto a las Auras — llevó su mano hasta su mentón, pensando por un brevísimo instante, para luego hacerles señas para que la siguieran a medida que hablaba —. Señorita directora, cuando tenga una respuesta llámeme y hablaremos. Por otro lado, —continuó para cuando ya se habían alejado de Anne — puedo decir que ustedes dos tienen un buen manejo de sus energías, por lo que espero den lo mejor de ustedes y no me decepciones. Están capacitados y son a los primeros en quienes depositaré cierta confianza. Y eso es mucho decir — agregó, sonriendo levemente, aunque no pudiesen verla, ya que ella iba por delante, guiándolos.

     

    Siguió caminando, alejándose del Monte Catalina, o más bien de aquella copia arduamente hecha, por la cual no estaba feliz, pero tampoco podía quejarse. Algo era algo. Caminaron por las arenas, oyendo el suave murmullo del fluir del agua cada vez más próximo, hasta que se alcanzó a ver a lo lejos un árbol con un aspecto bastante particular a pesar de la oscuridad y un fuego pequeño crepitando bajo sus hojas y bajo un pequeño caldero. Las nubes que habían tapado la luna llena poco a poco se alejaron, dando paso a la luz directa del astro nocturno en su más espléndida forma.

     

    —Antes de utilizar el libro, su cuerpo y mente deben sintonizarse — como podía notarse, Runihura se dirigía directamente hasta la Plaza del Árbol de Fuego —. La primera tarea que se les asignará será la de evitar a toda costa el uso de cualquier tipo de magia, y sí, me refiero también a esa; — agregó rápidamente, señalando con un dedo a Thomas y luego a Mei — es importante que no lo usen. Deben aprender a usar sus cuerpos y mentes sin magia de por medio, y utilizar la energía más básica de su entero ser: aquella que surge de poner el cuerpo en movimiento; además de poder unir su actuar con su pensar: la toma de decisiones y rapidez mental en cuanto sucede lo anterior.

     

    Al fin llegaron bajo la sombra del gran árbol, iluminados por la pequeña fogata cubierta por encima por un caldero, el cual poseía una sustancia que borboteaba y desprendía un olor peculiar, particular a cada persona.

     

    —Hacia el norte, unos… trecientos metros se puede oír el agua, ¿lo oyen? Es un río bastante particular. Por lo general tiene un cauce tranquilo y bajo, pero en los meses de luna llena, parece cobrar vida: el nivel del agua aumenta a más del quíntuple, por lo que pasa a ser bastante profundo, se desborda fácilmente y la corriente se lleva consigo ropas, algas, animales e incluso animales mágicos. Me pregunto, ¿cómo afrontarán pasar de un lado del río al otro?

     

    Hizo un único asentimiento con la cabeza, dando a entender que allí se encontraba la segunda tarea que deberían llevar a cabo, el poner a prueba su fuerza física real –no la mágica-, además de su lucidez mental para la toma de decisiones. Una tarea particularmente difícil, pero que sabía que la cumplirían, con sus dificultades, sí, pero terminarían por volver ambos. O eso esperaba.

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  15. La llegada de una nueva persona no la sorprendió, pues la había sentido aproximarse hasta donde se hallaban, pero ciertamente no le había prestado demasiada atención. Sólo la observó cuando se dirigió a ella directamente, de forma bastante apropiada por cierto.

     

    Vio que le ofrecía un papel, el cual rápidamente se lo quitó de las manos y lo leyó con ligereza. Estaba firmado por los directores y tenía el sello de la Universidad. Pues sí, decía a medianoche, ¿pero cómo era posible? Ella recordaba que…

     

    —¡Ah, rayos! — exclamó, soltando un largo suspiro — Cuando el otro director me preguntó que cuándo los citaba debí mencionar erróneamente hoy a la medianoche, realmente tenía la cabeza en otra parte…

     

    Una mentira piadosa, pues la verdad era que no había prestado nada de atención al otro hombre. No es que le interesara demasiado todo ese papeleo del cual se hacía cargo tanto la mujer presente allí como el otro muchacho, aunque trataba de disimularlo. La mayoría de las veces.

     

    Volvió a lanzar un suspiro, quitándose de encima del muchacho.

     

    —Supongo que debo disculparme. Lo siento — dijo, mirando de reojo al muchacho y rascándose de forma distraída la cabeza —. Bien, si no queda de otra, ahora deberemos empezar. En realidad, es una buena oportunidad.

     

    Una leve risita de diversión se escapó de sus labios.

     

    —Primero que nada, bienvenidos y buen trabajo. Si han logrado llegar hasta este punto quiere decir que tienen agallas y algo más que los anteriores guerreros han aprobado — habló, colocando cada mano en su cintura, a forma de jarra —. Pero eso sólo quiere decir que esta prueba será aún más difícil de superar, pues esta vez no estará en juego sólo su magia, esta vez, todo su ser deberá estar en armonía para poder dominar esta clase de magia.

     

    Hizo una breve pausa, observando a los ojos y detenidamente a cada uno de los tres alumnos que le habían tocado en aquella ocasión. Dos mujeres y un hombre, de los cuales dos de ellos, el muchacho y la mujer más bajita –superando por poco a la Tiferim-, desprendían una energía que creyó reconocer ya. Alguien más había ido a sus aposentos poseyendo una energía similar, aunque la de éstos dos se hallaba en mayor armonía.

     

    —Soy Runihura, la Guerrera Uzza de las Auras. Preséntense, díganme qué esperan encontrar aquí y con este nuevo tipo de magia, y además, respondan: ¿por qué decidieron comenzar con la magia Uzza, y sobre todo, por qué a día de hoy siguen haciéndolo? ¿Qué los impulsa?

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  16. Voló por el aire, impulsada por su propia fuerza superior a la de un humano normal y ayudada por la fuerza de gravedad al caer justo por encima de un muchacho pelirrojo, para dar de lleno sobre él en una poderosa patada que lo dejó sobre el suelo, quedando la pequeña figura de la Tiferim por encima del chico, aplastándolo con todas sus fuerzas contra el suelo, atrapado en su agarre. Jugando con la varita entre sus dedos, habló:

     

    —Se debe tener real coraje para entrar a uno de los terrenos más sagrados para mi pueblo sin ser invitado, o sencillamente, ser un poco id.iota— declaró, con una voz juguetona de apenas una cría de doce años, a la vez que dulcemente amenazante.

     

    No había sido casualidad todo aquello. Aquel día, o mejor dicho, aquella noche, era especial para ella, era uno de los pocos momentos del mes donde se dedicaba a realizar algunos entrenamientos y rituales en plena noche aprovechando la luna llena. Y todo habría seguido como siempre de no ser que alcanzó a detectar la presencia de alguien en las proximidades de sus aposentos, lo cual hizo que inmediatamente abriera un portal y cayera encima de aquel intruso.

     

    —Y bien, esta vez dejaré elegir cómo lo prefieres: rápido y sencillo, o lento y doloroso…

     

    De pronto, la voz de una nueva persona la alertó, volteándose rápidamente para encontrarse, ni más ni menos, que a una muchacha que reconoció vagamente entre la oscuridad que todo lo invadía, a excepción de una pequeña luz de fuego eterno que flotaba a su derecha para iluminar su campo de visión. Aquella era… ¿uno de los directores?

     

    No estaba segura a ciencia cierta, pero sí había visto su rostro en alguna parte, ¿o es que le habían mostrado una de esas fotografías aquella escasa vez en la que los Uzza se reunían para informarse acerca de temas de aquella bendita Universidad?

     

    —¿Pero qué horas son estas de salir de visita? Ustedes los ingleses sí que son extraños — comentó, ladeando la cabeza un poco mientras miraba de forma inquisitiva a Anne, esperando que le dijera el motivo de su presencia. Ya luego vería cómo proseguir con el otro muchacho.

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  17. Hizo una leve mueca con la boca, el aura de confusión usada contra ella misma, era algo irónico, aunque no imposible, a fin de cuentas, cuando había sido entrenada para manipular y perfeccionar el manejo de las auras, había tenido que enfrentarse al efecto de ellas de primera mano. Podía decir que no era la primera vez que se veía bajo sus efectos, y por ello mismo sabía cómo aprovecharlas dentro de lo que pudiese para su ventaja.

     

    Lo siguiente que sucedió la tomó desprevenida, o más bien, el ataque fue demasiado rápido. De primera, sintió cómo su mano se quebraba de forma dolorosa, dejándola con poca fuerza, pero aun sosteniendo la varita en su mano, floja, pero aún en mano; Ishaya debía hacer mucho más para que su varita cayera, aquel hechizo no era suficiente. Luego, las manos fantasmales que había invocado anteriormente la atraparon de tal forma que terminó viéndose con las manos hacia atrás, por encima de su cabeza, viéndose en el suelo en una posición más que incómoda y limitante.

     

    Aqueora — murmuró con la mejilla contra el suelo arenoso.

     

    El efecto fue instantáneo y una masa de agua la rodeó completamente, liberándola del agarre de las necrohands ya que el hechizo las había expulsado inmediatamente. Además, sintió cómo su mano aliviaba un poco el dolor gracias a la curación que el aqueora le había regalado. No era común en ella usar aquel tipo de hechizos, pero nada se lo impedía, mucho menos cuando tenía que librarse de aquellas manos y curarse la suya propia.

     

    Mientras el mago realizaba su próximo hechizo luego de ella haber realizado el aqueora -un morphos bezoar para librarse de los efectos del veneno- aprovechó para moverse, alejándose de las necrohands y acortando la distancia de su estudiante, ahora rival, pero asegurándose de que las manos fantasmales no estuviesen cerca de ella, por lo menos de momento.

     

    Lumos — volvió a decir, esta vez más consciente de que este hechizo saldría inevitablemente de su varita. El aura de confusión seguía activa y por el momento no podía hacer nada para contrarrestarla.

     

    Ahora sólo faltaba ver el próximo movimiento de su contrincante.

  18. @ Zamolódchikova

    Hola Ishaya, primero que nada lamento la tardanza en la respuesta del duelo, ya he respondido y extenderé el plazo un poco más hasta el 12 de Julio para llevar a cabo el duelo. Respecto a tu pregunta, eso depende de qué tipos de ataques te den, además recuerda que pasadas 48 hs desde la última respuesta del duelo, si no contestas, se considerará abandono y por ende desaprobarás, cuidado con eso.

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  19. El inglés se limitó a deshacerse de su silencius realizando un hechizo no verbal. Nada que no pudiese prever, pero la verdad era que había esperado algo mucho más ofensivo que unas simples manos fantasmales. Ladeó la cabeza, algo decepcionada, pero sin reflejarlo demasiado en sus facciones, la verdad era que no podía esperar mucho más de él, a fin de cuentas estaba allí por tercera vez.

     

    —Pongamos esto un poco más emocionante… Morphos — murmuró justo antes de que Ishaya lanzara su segundo hechizo. Inmediatamente, una de las botas que llevaba el hombre mutó y se transformó en una avispa marina que quedó en contacto directo con su piel dado que no había llevado nada por debajo de las botas, envenenándolo casi al instante.

     

    Ese era el famoso bichito que usaban muchos ingleses a la hora del combate con varitas, lo cual le había llamado la atención en aquella primera prueba que tuvieron que controlar entre Badru y ella misma. Era curioso ver cómo el animal envenenaba a tal velocidad, incluso antes de que el detritus alcanzara a cubrir al hombre por completo, pero igual de curioso era ver cómo el mismo quedaba moribundo adherido a la pierna del hombre debido a la escases de agua necesaria para su supervivencia. Ya era tarde para el animal, pero para el hombre, bueno, él aún tenía tiempo.

     

    Levantó nuevamente la varita, dispuesta a realizar su próximo movimiento, pero en vez de su siguiente movimiento, algo más se coló en su boca y salió por sus labios:

     

    Lumos.

     

    Un balbuceo tonto, casi inteligible, pero que surtió efecto. De la punta de su varita emergió una cálida luz que no iluminó nada: a fin de cuentas era pleno mediodía, el sol veraniego inundaba todo y encandilaba bastante.

     

    Sacudió la cabeza, notando que había sido atacada por un aura que duraría un largo rato, por lo que debería de ser cuidadosa para evitar usar mal sus ahora limitadas opciones.

  20. Estaba en la naturaleza de los Uzza ser renuentes a compartir su cultura con extranjeros y mucho más sus conocimientos mágicos. Y si buscaban una razón más, era aquella. Era el tercer intento de Ishaya por pasar la clase y lo que le molestaba no era impartirla sino que tener que, una vez más, probarlo. Dentro del razonamiento de los Uzza había una regla: o entiendes o no eres digno. En el caso de los magos comunes, tratabas hasta que podías y eso la irritaba. No obstante, no era algo que pudiera saberse por su expresión.

    Estaba pasiva, tanto que podría estar dormida con los ojos abiertos, mirando al infinito como si esperara que algo grande sucediera. Pero en realidad solo esperaba a Ishaya, porque lo había citado una vez más en el mismo domo de la vez anterior. La cúpula de cristal no era demasiado alta, quizás tanto como un apartamento normal, al igual que sus dimensiones. Suficiente espacio para moverse y poco como para huir.

    Dicho domo estaba ubicado en el desierto del Ateneo, muy cerca del árbol de Fuego y la plaza donde el guerrero Badru solía esperar a sus pupilos. Por ende, la ubicación del domo había variado ligeramente y el suelo bajo sus pies era arena, no tan alta como para ser un problema pero lo bastante como para que los pies de Runihura se hundieran en ella y le fuese más complicado moverse. Era un interesante sitio para un duelo.

    -Ishaya -saludó, cuando este apareció al fin.

    El joven estaba preparado para empezar, sin mucha conversación. Y ella también. Sacó la vara de cristal, que pasó a ser una varita normal, y empezó el duelo.

    -Silencius

    El primer efecto de aquella contienda iniciaba silenciando a su oponente, para que la primera acción de su turno siguiente tuviera que ser obligatoriamente una acción no verbal. Posteriormente, Runihura canalizó su energía en las manos, apoyándose con un pequeño baile corto y extendido.

    -Aura del Escudo Fantasmal .

    Un chasqueó potente de su varita invocó el fantasma de un guerrero Uzza antiguo, proveniente de las historias de su pueblo. Le dedicó una reverencia que fue respondida por el hombre y entonces, estaba marcado su destino. En el siguiente turno, cuando Ishaya hubiese atacado, la protegería de una de sus acciones, a elección. Era el momento de probarlo, esperaba, por última vez.

     

     

    Ishaya Vs. Runihura

    • El duelo tendrá una duración de una semana, cerrando el día 09/07/2017.
    • Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados.
    • Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará) y el instructor, Runihura, tomará su lugar.
    • Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Mago Oscuro (MT) y Templario (OdF) y hechizos del libro de las Auras.
    • Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos.
    • Por ésta prueba, se podrán realizar un aura en un duelo individual, recordando que éstas están permitidas únicamente en duelos grupales.
    • Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro de las Auras.
  21. Hola, Ishaya.

     

    Desde el inicio tuviste fallas, empezando por, como hemos mencionado con anterioridad, empezar con hechizos del libro del Caos cuando las reglas especificaban que sólo podías usar hechizos del libro de las Auras. Y esto no se ha hecho con la intención de perjudicar, de hecho la intención era que te centraras en el libro porque ya antes habías dejado de postear en la clase y perdiste la prueba anterior. No roleaste una sola Aura en la clase y en esta prueba, tampoco lo hiciste.

     

    Resaltaste el Aura y dijiste que anulaba la mía, sí, ¿pero qué iba a hacer tu Aura? Eso yo lo sé, pero creo que no debo explicar los vacíos de rol y sobre todo, en un duelo.

     

    Como dijo el director, con cada libro la dificultad aumenta y es necesario ver no solo que saben manejar los hechizos sino que ponen empeño en cursar el libro y no solo que cursan por pasar. Si bien fuiste constante en un principio, luego fuiste bajando la actividad y te perdiste el aprendizaje en clase con Sagitas y ahora no estás roleando bien ni un hechizo ni otro.

     

    Roleaste que haces el Detritus con lo que recuperaste la visión. ¿Roleaste que fue porque era de templario y por eso se iba? No, solo colocaste eso y parece que efectivamente te estás curando con el Detritus, cosa que no es posible. Y con respecto al aura. ¿La pronunciaste? ¿La pensaste? ¿La invocaste? ¿Qué hace? Te da más poder, roleaste. Pero siendo que los hechizos permitidos son hasta el rango de MO/Tem, ¿ibas a rolear hechizos de Nigromante/Knight que no están en las reglas?

     

    No es personal y tampoco creo que debas mencionar a Administración, yo como Uzza lamentablemente opino que no estás listo aún por los errores varios que acabo de resaltar.

     

    Saludos.

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