ZelKat13

La rubia sonrió ampliamente, se colocó ambos objetos, uno en su muñeca derecha, y otro en su cuello. -Le daré buen uso, lo prometo.- Tras esto, abrazó a su padrino en forma de agradecimiento, y escuchó como su padrino decía que ella era un diamante, la sonrisa de la rubia se amplió aún más, si eso era posible. -No se como agradecerte lo que has hecho por mi, me has ayudado tanto, de no ser por ti estaría pérdida vagando por la Orden sin saber que hacer.- Rió levemente, cuando el espectáculo comenzó, un arlequín vestido extrañamente apareció, y tras hablar y dar la presentación, hizo que la cortina que ocultaba toda clase de seres extraños se abriera, para desparecer al instante envuelto en humo. @@Albus Severus Black

Su padrino la recibió cálidamente y la llevo dentro de la gran carpa. Apenas entrar se veía el ambiente tétrico y las diferentes entradas señalaban algún espectáculo de fenómenos o cosas por el estilo. Fueron hasta la cabina de tickets, y su padrino dejó dos tickets allí para poder entrar al show principal. Entraron, y tomaron asiento en primera fila. -Si, estoy bien, gracias.- Dijo con una sonrisa, preguntándose que cosas tendrá ese show. Allí, el moreno saco una bolsita decorada, y se la entregó a su ahijada. -No era necesario que te tomarás esta molestia.- Contestó algo apenada, pues ella no había traído nada para él. Abrió la bolsa, y sacó unas pequeñas cajas, miro su contenido, y en la primera vio un precioso brazalete con símbolos que representaban el mundo mágico a la perfección. -Es precioso... Gracias.- Dijo con una enorme sonrisa en sus labios. Luego, miró en la otra caja, y fue enorme su sorpresa al ver que era un giratiempo. -Esto es... Pero, creí que habían destruido todos.- Miró a su padrino sorprendida, preguntándose de donde había sacado aquel artefacto. @@Albus Severus Black

La rubia se encontraba en la hacienda Tonks, sin nada mas que hacer excepto acomodar su ropa una y otra vez. Bufó, aburrida, esperando que algo interesante pasara. Una lechuza entró en su alcoba, dejándole un mensaje y yéndose inmediatamente, sin darle tiempo de escribir una respuesta o de siquiera leer el mensaje. Lo abrió y leyó el mensaje que su padrino le había enviado. La invitó a una especie de feria o circo, donde la encontraría en la entrada a la carpa. Guardó el mensaje para recordar Cómo llegar, y tomó un vestido rojo con unos tacones negros para cambiarse. Recogió su cabello en una coleta simple, y se predispuso a salir. Llegó mediante transporte mágico, esta vez sin marearse tanto. Buscó la entrada de la carpa y allí divisó a su padrino, caminó hacía él y lo abrazo amistosamente como saludo. -Hola padrino, gracias por invitarme.- @@Albus Severus Black

Para su suerte, el patriarca le explicó con lujo de detalles lo que debía hacer para finalmente ser considerada una Tonks por todos. Este hizo aparecer una pluma, papel y tinta para dibujar un mapa y así permitir a la bruja llegar al registro de la familia. Tras que terminara, ofreció acompañar a la bruja a realizar el tramite, a lo que ella se negó cortésmente. -No será necesario, me han dicho una vez que la mejor manera de conocer por primera vez un lugar es sólo, ya si luego puedes ir acompañado de alguien, sirve para no perderse.- Sonrió amablemente, y guardó el papel en su bolso mágico, iría apenas pudiera, caminando, ya suficientes viajes raros había tenido en un solo día.

Hola ^-^ paso a hacer mi pedido para ser oficialmente y de una vez por todas una Tonks hecha y derecha (aunque tengo la espalda medio torcida(? vale ya, mal chiste u.u) En mi ficha ya sale que soy parte de la familia hace semanas, así que por eso, no hay problema ^-^ Saludos!

El patriarca la saludo amablemente, de una manera muy cariñosa, para invitarle a sentarse a hablar en el jardín. La rubia tomó asiento, y este le comento de un pequeño problema que había con el papeleo que había hecho, pues la bruja había olvidado dar su petición para unirse a la familia. -Oh, veo cual es el problema, cuando fui al Ministerio, no vi en ningún lugar el registro para poder pedir ser parte de la familia Tonks, vi de muchas otras familias, pero no de esta.- Dijo con cierta incredulidad. -A no ser que haya algún registro para todas las familias por igual, cosa que tampoco encontré.- Soltó una risita nerviosa, se sentía un tanto apenada de no conocer bien las mecánicas de los registros aún. Tras esto, este preguntó si la rubia quería formar parte temporal o permanentemente en la familia, a lo que rápidamente respondió. -No era mi intención que pareciera otra cosa, adoraría pertenecer a la familia para siempre, claro está si eso es posible.- Esbozó una leve sonrisa, esperando calmar las dudas del patriarca.

Tras un largo viaje en compañía de Pandora, la rubia se encontraba regresando a la hacienda donde sabía que Antoni y Shena se encontraban todavía. Tomó el autobús mágico para llegar a toda velocidad y este la dejó mareada, pero cerca, aun no hallaba un método de viaje que no le ocasionara náuseas. Se dirigió a entrar a la hacienda, y fue grata su sorpresa al ver que el patriarca ya había vuelto. -Hola señor @Ishaya, veo que ya ha regresado.- Dijo saludandolo cortésmente. No oía las voces de Shena o Antoni, por lo que supuso que seguían arriba, ya que la casa era tan grande que ningún sonido se oía entre pisos.

La morena guió a Zelda a través del bosque/jardín de la hacienda, llegando hasta el imponente dragón. La rubia quedó impresionada al ver una criatura tan bella y enorme frente a ella. -¿Estas segura de que es seguro? ¿Tienes permiso para tener uno de estos?- Preguntó con cierto temor en su voz. Pero Pandora ya estaba llevandola a rastras para montar a la bestia. En el trayecto, la morena le confesó quien era realmente, y la rubia optó por no decir nada al respecto, pues no entendía la rivalidad entre familias o porqué ocurrían. Volaron hasta la vieja casa de Pandora, y al llegar ella recibió una misiva para ir a algún lugar de Europa. -Pero ya estamos en Europa, ¿no? Inglaterra pertenece a Europa.-

La castaña fue rumbo dentro de la casa en compañía del ojimiel, y Pandora les advirtió de no hacer cosas raras dentro de la casa, cosa que hizo reír a Zelda, pues no creía que llevarán su relación (si es que tenían una ya), de manera tan aprisa. Luego, la morena invitó a la bruja a ver a su dragón, cosa que la rubia aceptó con ansias, pues nunca había visto uno. Caminaron dentro del inmenso jardín de la Hacienda, el cual parecía más un bosque que jardín. -¿Que clase de dragón es el tuyo Pandora? ¿Un Ridgeback Noruego? ¿Un Colacuerno Húngaro?

La primera en saludar a la rubia fue Shena, quien estaba rebozante de alegría. Luego, el peliverde realizó un fallido intento de asustar a la bruja, pero el comenzar a reírse hizo que durara muy poco. -Todo ha ido tranquilo últimamente, Pandora está dentro, y el patriarca acaba de salir a hacer unos trámites al Ministerio.- Dijo, sin entrar en mucho detalle. -Pasen si quieren, la casa sigue un tanto desastrosa tras el ataque sufrido, pero va tomando forma nuevamente.-

El patriarca se disponía a partir de inmediato al Ministerio para acabar el papeleo, o más bien, iniciarlo. Le encargó la tarea de recibir a Antoni y a Shena a la rubia, cosa que haría con gusto. Tomó su abrigo y estrechó la mano de la bruja. -Claro señor, puede contar conmigo para ello, los recibiré ahora mismo.- Una leve sonrisa se formó en su rostro, y mientras el brujo se iba, está salió de la hacienda para darles las bienvenida a los muchachos. Cruzó la puerta y divisó que ambos estaban tomados de la mano, mientras Antoni le tomaba de la cintura. Una leve risa escapó de sus labios al verlos de esa manera tan acaramelada, y dio paso a saludarlos. -Hola chicos, que bueno verlos por aquí.- Dijo recibiendolos amablemente. -¿Ya puedo llamarlos tortolitos?- Agregó con una risa pícara, notando como las mejillas de Shena tomaban otro color.

Tras que el brujo hiciera desaparecer la charola para dar marcha y hacer los tramites en el Ministerio, le dio total libertad dentro de la casa a la rubia, y le pidió que lo llamase si otro ataque ocurría. Antes de irse, le preguntó a la rubia su nombre, pues no lo había dicho aún por torpeza. -Oh, lo olvidé, mi nombre es Zelda Katerine de Cintra, puede decirme Zelda o Zelkat, como usted guste.- Dijo con una sonrisa amable. Vio por la ventana que Shena y Antoni llegaban a la hacienda en una escoba, bastante juntos, cosa que alegró bastante a la bruja, la cual ya sabía que entre ellos podría haber algo. -Creo que llega más gente ahora.-

Cuando la rubia oyó al brujo ofrecerle una cuota mensual para sus estudios, esta se llenó de alegría, pues no quería más nada que llegar a su meta de metamorfomaga lo más pronto posible. -Muchas gracias, estaré eternamente agradecida con usted por esto.- Expresó con gran alegría. Este le habló de tener que añadirla a ciertos registros en el Ministerio, lo que le hizo recordar a cuando ella apenas llegaba. Aquella espera a que aprueben sus solicitudes y la apertura de la bóveda le parecieron eternas. Ya pronto esperaba acabar los T.I.M.O. para poder empezar el tramo final de los E.X.T.A.S.I.S. Y así por fin llegar a la Academia. -Si, aunque quizás sea en diciembre, pues aún me faltan los E.X.T.A.S.I.S.- Terminó su bebida e imitó al patriarca dejándola en la bandeja. -Es un té exisito.-

El brujo se alegró de que la recién llegada a la familia quisiera formar parte de la Orden, levantando su taza en forma de brindis, cosa que imitó la bruja riendo levemente. -Gracias, realmente hace poco he tomado la decisión y creo que fue de las mejores que he tomado en la vida.- Dijo con gusto en su voz. El patriarca le había ofrecido ayuda en lo que necesitará con respecto a la Orden, comentando que ya llevaba varios años en la lucha contra la Marca. Le preguntó a la rubia si estuvo en la última batalla, y la bruja respondió afirmativamente. -Si, si estuvé, llegué casi a la vez que Pandora, destrozaron el balcón de mi habitación. De no ser por Pandora quizá estaría muerta, ella me protegió antes que unas fechas de fuego me impactarán.- Respondió recordando el hecho, tras esto Pandora la había enviado con los Gryffindor para estar a salvo.

El brujo comentó un poco mas sobre los Departamentos del Ministerio, diciendo que eran tantos que era difícil saber que tenía cada uno, preguntándole a la rubia si aún tenían la sala de profecías de parte del Departamento de Misterios. -Si, creo que aún está, pues ahora junto con Antoni y Shena, otra de las aprendices, estamos investigando una profecía un tanto extraña, nos atacaron por ello, fue raro.- Rió levemente recordando el incidente que había ocurrido recientemente. Tras ello, el patriarca comentó que le gustaba investigar igualmente, a lo cual la bruja sonrió al conocer a alguien así. En medio de ese comentario, añadió ser parte de la Orden del Fenix, esperando no incomodarla con ello, por tanto la bruja le tranquilizó. -Oh, no pasa nada, de hecho, soy aspirante a la Orden.- Dijo con una gran sonrisa, esperaba que prontamente pudiera unirse a la Orden y ayudarles a combatir la tiranía de los Mortífagos.

El brujo parecía atender las explicaciones de la bruja con tanto énfasis al igual que ella había hecho con las suyas, lo que agradecía gustosamente. Una vez que la bruja finalizó su historia, este la felicitó por estar con sus T.I.M.O tan prontamente, a lo cual le agradeció con una sonrisa. Tras esto, expresó su pesar por sobre la pérdida de los padres de la rubia, añadiendo también el hecho de que él ya había obtenido el poder de la metamorfomagia, cosa que sorprendió a la rubia cuando vio su cabello tornarse azul eléctrico. Finalmente, terminaron hablando sobre los trabajos que cada uno tenía en el Ministerio, el brujo comentó que el Departamento de Misterios no le llamaba la atención, pero si en los que se dedicaba o había dedicado, los cuales eran el periódico y los deportes. Le preguntó que la motivó a escoger ese Departamento en especial, por lo que contestó. -Pues siempre me llamó la atención todo lo que pueda implicar investigar cosas. Aunque sea una tontería insignificante, puede terminar siendo la clave de algo más grande.- Dijo sonriendo ampliamente. Tomó otro sorbo de su té, saboreando el sabor a limón en su paladar. -Aunque he de decir que quizás sea uno de los Departamentos más difíciles de manejar, hay cosas muy turbias allí.-

El patriarca parecía ser muy amable con la recién llegada a la familia, lo cual tranquilizaba enormemente a la rubia, pues no sabia como se tomaría el que un nuevo integrante llegase sin su autorización. Invitó a la misma a tomar el té para poder conocerse mejor, a lo cual a rubia aceptó con gusto, el brujo hizo aparecer una bandeja con diferentes gustos de té así podría elegir, optó por té de limón. Mientras el se presentaba y le contaba lo más relevante de su vida, oyó atentamente cada una de sus palabras, pues le interesaba conocer a quien debía la existencia de la Hacienda que le había acogido. Pudo saber entonces, que tenía varios cargos del Ministerio, y a la Orden del Fenix, también mencionó estar casado con Cye, cosa que ya sabia pues había visitado su chocolatería. Tras que la presentación hubiera acabado, le preguntó si aún seguía en Hogwarts, a lo que la rubia respondió afirmativamente. -Así es, acabo de comenzar con los T.I.M.O, mi meta es poder ser una gran metamorfomaga, como mi padre fue antes de morir...- Una mueca de tristeza se formó en su cara al recordar la tragedia de sus padres, pero la borró inmediatamente para continuar su historia. -Crecí entre magos y muggles a la vez, así que aprendí cosas de ambas partes, buenas y malas. Ahora actualmente tengo un empleo de aprendiz en el Departamento de Misterios, junto con Antoni, el me ayudó mucho en mi entrada.- Dijo con una pequeña sonrisa. Dió un sorbo a su té para finalizar. -Bien, creo que eso es todo lo importante.-

El amable patriarca de la familia, lucía bastante curioso sobre la nueva integrante. Pues si bien había llegado hace algunas semanas, por ciertas razones no se habían podido presentar anteriormente. -Pues he llegado no hace mucho a esta familia, Pandora fue quien muy amablemente me invitó a ser parte de su familia, espero no le moleste que ninguna le haya pedido permiso, no lograbamos contactarle de ningún modo.- Dijo un tanto apenada la rubia, esperaba que el patriarca entendiera la situación. Y aunque había dejado el tema a un lado, decidió responder a la pregunta que le había hecho anteriormente. -Su hija vino a promover su campaña para las credenciales de mascotas, y de paso quería saludarlo a usted, pero no se encontraba en ese momento.-

Cye le dijo que había dos maneras diferentes de bajar, por una cuesta abajo estilo tobogán, o por las escaleras al estilo simple. También expresó que ella solía bajar por el tobogán, pero debido a su condición ahora no podía. -No estás gorda, estás embarazada, no es lo mismo.- Dijo riendo levemente. Luego, la dueña bajo, mientras la rubia decidía que camino tomar. Tras pensarlo poco tiempo, optó por la bajada divertida. Se acercó al tobogán, y se lanzó por el mismo, aterrizando en unos cómodos y coloridos almohadones. -Eso fue grandioso.- Dijo sin poder dejar de reír. Cuando se compuso, quedó petrificada por el lugar, estaba repleto de cosas dulces, chocolate de todos los tipos, caramelo, pasteles, la rubia pensó que era un sueño. -¿Esto es real? ¿O ya me morí y estoy en el cielo?- Dijo con la mirada recorriendo cada centímetro del lugar. Observó pinchos con frutas listos para ser embebidos en diferentes clases de chocolate, figuras de todo tipo, y sin mencionar la infinita cantidad de bombones que había en la vitrina. El lugar realmente tenía todo lo esperado por un amante de lo dulce, del chocolate, caramelo, lo que fuera. -Me quedaría a vivir aquí sin problema.- Añadió con una ligera risita. @

La rubia quedó un tanto perpleja al ver como Cye le pedía a uno de los elfos una moneda para dársela a la bruja, pero la tomó sin dudarlo, allí pudo notar que era de puro chocolate, a pesar de no derretirse en su mano. Se acercaron a la zona del estanque, la cual al acercase mas pudo notar que era chocolate blanco, el lugar parecía una casita de dulces en todo aspecto y estaba repleto de sorpresas en cada rincón. La dueña del lugar le indicó a Zelda como hacer para pasar, diciendo que debía lanzar la moneda tras la cortina de "agua", no sin antes poder pegarle un mordisco, para lo cual la misma bruja lo hizo. Un cuadrado simulando ser una barra de chocolate apareció frente a ellas, y Cye se subió el el. Tras esto, la rubia imitó los pasos de aquella, incluso mordiendo la moneda, otro cuadrado inmenso apareció, y Zelda se subió en el sin dubitar. -Este lugar es el paraíso.- Comentó entre risas, los cuadrados comenzaron a descender para ir hacía la zona donde estaba la verdadera magia del lugar. @

La rubia regresaba a la hacienda Tonks, tras aquella pelea que había tomado forma en los aposentos de aquel lugar. Caminó hasta la puerta, y cuando oyó la voz de Pandora, se tranquilizó un poco al saber que estaba bien. -Hola Pandora, me alegra saber que no te pasó nada tras la pelea.- Dijo con una ligera sonrisa, para dirigir su mirada a alguien que no había visto antes, pero por alguna razón, supuso que era el patriarca de la casa. -¿Es usted el señor Ishaya? Es un placer al fin conocerlo, me llamo Zelda.- Se presentó amablemente, recordando que hacía algunos días, Patricia le había pedido que le dijese que lo había buscado. -Su hija Patricia vino hace unos días buscándolo a usted, me dijo que cuando lo viese le comunicara eso.-

- ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Aspirante - Nick: ZelKat13 - Nombre Muggle: María (Mary) Victoria - Edad: 19 - Pais: Argentina - Fecha de Cumpleaños: 22/08

La amable dueña del lugar le advirtió sobre el Departamento al cual la rubia se había anotado, cosa que supuso desde un principio. -Lo se, lo supongo, si se trata de investigar Misterios pues... no debe ser alguna tontería como descubrir a quien se le perdió el bolso.- Comentó entre risas. -De hecho eso es lo que me atrae de ese Departamento, el que pueda ser peligroso, la adrenalina me mueve.- Un amable joven de piel pálida y cabello rojizo se acercó a la mesa, saludando tanto a Zelda como a Cye, allí supo que aquel era hijo de la dueña del local, para despedirse rápidamente y volver a su mesa, la cual compartía con una chica. Tras ello, Cye le invitó a que algún día se pasara por su casa para conocer a su familia, cosa que contestó con una sonrisa. -Me encantaría, algún día de estos iré por allí a visitarlos.- Los ojos de Zelda se abrieron como platos al oír que Cye la invitaba a pasar a la zona de chocolatería. -¿Es en serio? Claro, me encantaría, aunque te advierto que quizás no sea muy buena idea conociendo mi estomago.- Rió levemente @

Un joven hombre se acercó a ella, ofreciéndole la bebida a su cuenta y preguntándole sobre el servicio, supuso en ese momento que aquel lugar era suyo o de su familia. -El servicio es bastante rápido la verdad. Le agradezco que me ofrezca pagar, pero no me gustaría abusar de su generosidad.- Sonrió levemente mirando al moreno. Tomó un sorbo, más ligero está vez, de su whiskey, sintiendo poco a poco su cabeza perderse en el ligero y relajador mareo. Aquel caballero se despidió de ella para dirigirse a hablar con otro hombre, parecido a él, por lo que intuyó que era su padre. Decidió no meterse en lo que sea que fueran a hablar, así que terminó su vaso y lo dejó en la barra junto con algunos galeones, para sentirse atraída por un aroma peculiar que venía del piso superior. Supo entonces que en aquel sitio había un restaurante, lo cual venía bien, ya que estaba hambrienta de lo que fuera. Subió las escaleras torpemente, el alcohol ya estaba haciendo efecto en su sistema, y llevar tacones altos no ayudaba demasiado, pero se las apañó para lucir sobria, hasta el momento en el que llegó arriba y tropezó torpemente. Regó porque nadie viera su acto de idiotez, y sacó su varita para curar la herida en la rodilla que se le había causado. -Episkey.- La herida desapareció al instante. Buscó una mesa libre, y se sentó en ella para tomar la carta y leer las diferentes opciones que tenía para comer. Tras un rato de mirar las variadas combinaciones de comidas, optó por algo simple y tentador, una buena pasta con salsa carbonara. Un camarero se acercó a ella para tomar su pedido e irse rápidamente a por el mismo.

La rubia se encontraba esquivando con una agilidad casi inhumana el ataque que le habían lanzado, cuando Pandora le otorgó un hechizo protector poco antes que una de las flechas le impactaran. -Gracias Pandora, pero prefiero quedarme aquí practicando con los monigotes del patio.- Comentó con tono de burla hacía los Mortífagos. Apuntó hacía quien la había atacado, y pronunció: -¡Avis!- Varias aves color carmesí salieron de su varita, yendo directo hacía los ojos de la bruja por petición de la rubia, mientras esta lanzaba un segundo ataque. -¡Desmaius!- Esperando que con la distracción de los pájaros no pudiera evitarlo. Fue adentro sin darle tiempo a responder, buscando algo más con lo que atacar o defenderse, rebuscó entre los cajones de su alcoba, hasta que lo encontró, su vieja daga de acero meteórico. Tomó aquella arma y la removió de su funda de cuero negro, para observarla, aun seguía casi intacta, tal como sus padres la habían conservado, quizás ya era tiempo de que se manchara de sangre.