Jump to content

Agnes Lynn

Magos Expertos
  • Mensajes

    378
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    2

Todo lo publicado por Agnes Lynn

  1. Agnes Lynn La habitación en la que se encuentra esta vacía, salvo por un par de mesas y sillas de madera. Una ventana en la parte superior de la pared deja entrar un par de rayos de luna apenas suficientes para distinguir las formas al centro de la habitación, pero comparado con la oscuridad de hace un momento, es como si el sol mismo brillara frente a ella. Sus pies tocan el suelo y siente el tirón de la gravedad pegándola al concreto. Sólida de nuevo, se gira y mira la pared que acaba de traspasar, la palma de su mano sintiendo la roca firme. Su respiración está un poco forzada, como si hubiese corrido una larga distancia, recuerda haber leído que como toda fuente de poder, la energía interna es finita y que uno de los desafíos más grandes es saber cuándo utilizarla para que sea efectiva. Con su poca experiencia en el campo, Agnes sabe que no podrá usar las habilidades de los oscuros por mucho tiempo, así que tendrá que ser selectiva. Enfocándose en la habitación, vuelve a sentir esa ligera corriente de viento, aunque no parece que venga de la ventana que alumbra el lugar. Siguiéndola como si fuese un rastro de migajas, sus pasos la llevan hasta la esquina más alejada del cuarto, donde justo debajo de una mesa figuran un par de objetos. — Lumos, — es un alivio comprobar que sea lo que sea que los mantiene a oscuras en el vestíbulo, parece estar concentrado ahí por el momento, probablemente porque es donde la mayor cantidad de personas aún están reunidas. La luz de su varita alumbra por completo la esquina de la habitación, mostrándole claramente qué es lo que está viendo. Según las imágenes que Despard ha compartido con ellos, los espíritus eran gente común y corriente, así que tiene sentido que lo que hay frente a ella sean objetos mundanos. Un pedazo de tela que en algún momento pudo haber pasado por una bufanda, un puñado de papeles cubiertos de polvo, un par de zapatos. Si cierra los ojos, casi puede verlo, un hombre encogido, escondiéndose en un rincón y probablemente esperando que la tragedia pasase. No hay sangre en el rincón, ni ningún signo de lucha; el hombre no murió ahí. Está a punto de darse la vuelta para seguir examinando el salón cuando uno de los pedazos de papel llama su atención, extiende la varita para girarlo y poder examinarlo correctamente: es una foto. Bingo. El papel está dañado por el tiempo, pero el hechizo todavía funciona correctamente; un infante mira directo hacia la cámara y después de un par de segundos sonríe. Si tuviese que adivinar, sugeriría que la foto pertenece a un hijo. Y por si acaso su instinto no es suficiente, el aire frío que la golpea en la cara en cuanto la varita hace contacto con el papel confirma que el objeto correcto. Ninguno de sus poderes le permite aún ver espíritus que no se manifiestan físicamente -un recordatorio de cuánto le falta por avanzar, aunque el canal abierto hacia su energía interna aún está activo y es justamente eso, no su visión, lo que le advierte del golpe, lo siente antes de verlo. Supone que a esto se refieren los textos de los oscuros cuando hablan de caos, en el modo en que ni siquiera tiene que detenerse a pensarlo, siente un movimiento a su costado y en un segundo su cerebro ya ha formado la idea del phantom fuerte y clara, haciendo que la silla pase a través de ella y termine estrellándose en la pared con un sonido hueco. — Sé que no lo entiendes ahora, pero estoy intentando ayudarte, — dice en voz alta, segura de que el espíritu no puede oírla, su consciencia entumida por el frío y reemplazada por enojo. — Y aunque me gustaría quedarme a platicar contigo, no puedo desperdiciar tiempo. No eres el único que se quiere ir de aquí. Sin perder más segundos, se pone de pie y se dirige a la pared de nuevo, haciendo uso del mismo phantom para regresar al vestíbulo. En cuanto cruza la pared su varita deja de proyectar luz, la oscuridad igual de opresiva que hace un par de minutos. — Tengo aquí un objeto, — empieza, esperando que algún paladín esté presente. — No encontré nada más en la habitación de a lado. ¿Dónde los vamos a reunir? Los espíritus son reactivos cuando se tocan los objetos, por cierto. No les dice a los demás que tengan cuidado, no quiere ser redundante. Da un suspiro profundo para calmar su corazón después del uso de su energía y espera instrucciones de los paladines.
  2. ¡Hola! ID: 121148 Libro de Hechizos: Libro de la Sangre Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Aquí Link a la Bóveda: B 110428 Link a la Ficha: No. 110417
  3. Hola, hice mi petición el sábado pero no tuve respuesta, la dejo de nuevo. ID: 121148 Nick: Scavenger Weatherwax Link a la Bóveda Trastero: B 111085 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: B 110428 Link a Tópic de la clase o a la prueba: -- Nivel Mágico: 10 Fecha: 2021-10-16 Nombre del producto: Libro de la sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de la sangre Nivel (del libro): 7 Precio: 7000 G Precio total: 7000 G
  4. Precisamente esto es por lo que no salen muy seguido. Las luces y la gente son para Agnes una distracción más, y en lo que para ella es un abrir y cerrar de ojos, un gran rato ha pasado. Más gente ha llegado y en un punto Scavenger tuvo que aceptar que ni siquiera ella conocía a todos los presentes. Echando un vistazo a su alrededor, puede ver que las personas están regadas por toda la habitación en pequeños grupos, juzgando por los gestos y expresiones, parece que algunos están manteniendo conversaciones muy intensas. Nadie parece alerta o preocupado, así que asume que estas conversaciones son naturales entre familias tan largas, ella con su apartamento vacío no tiene contexto para lo que es tener una casa llena de gente. A su lado, Scavenger observa a las personas con una mirada triste. — Okay. Suficiente. Es tiempo de socializar. — Suelta, mientras toma a su amiga del brazo y la guía al grupo de gente más cercano (que no parece estar a la mitad de una pelea, al menos). — No estoy-- — Sin excusas, — interrumpe a la morena. — Estás a punto de dejar este lugar por quién sabe cuánto tiempo y no te vas a pasar tu última tarde mirando a tu familia desde una pared. En el grupo más cercano, una mujer de cabello oscuro sostiene un celular en la mano. Scavenger la había señalado como Lilian, a su lado otras dos mujeres cuyos nombres, según su amiga, son Melrose y Hannity. Por las miradas que Lilian lanza hacia el karaoke, parece que está eligiendo una canción. Jalando a Scav del brazo, saluda a las mujeres, con una sonrisa. — Hola, — dice Scav después de ella, sus mejillas un poco sonrojadas, aunque no puede adivinar si es por pena o por el vino. — ¿Van a usar el karaoke? — pregunta. Antes de que puedan responderle, Agnes aprieta su brazo levemente, y Scav se apresura a añadir. — Esta es Agnes, por cierto. Viene conmigo. Agnes sonríe para las presentes, esperando que no hayan interrumpido alguna plática importante.
  5. ID: 121148 Nick: Scavenger Weatherwax Link a la Bóveda Trastero: B 111085 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: B 110428 Link a Tópic de la clase o a la prueba: Prueba Nivel Mágico: 10 Fecha: 2021-10-16 Nombre del producto: Libro de la sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de la sangre Nivel (del libro): 7 Precio: 7000 G Precio total: 7000 G
  6. Agnes Lynn No puede evitar soltar un pequeño grito cuando el fuego de Madeline se apaga, instintivamente levanta la varita para conjurar su propia luz, pero las voces a su alrededor intentando iluminar la sala la detienen, parece que la magia es inútil para alumbrar su entorno. Está a punto de comentar algo cuando al fin, el pastor habla. Que estén rodeados de fantasmas no le sorprende, el frío que desciende sobre ellos no es nada natural, sino que está enmarcado por enojo, ese enojo que sólo se obtiene después de mucho tiempo en pena, que no distingue entre causa y efecto, que con el tiempo volvería hasta al más poderoso de los magos en un conductor de destrucción. Es en medio de todo ese frío que le está empezando a entumecer los dedos que las imágenes llenan su cabeza: miedo, enojo, y sobre todo, frío. Agnes no conoce la historia de la Abadía lo suficiente como para comprender bien lo que ve, pero puede distinguir los detalles, y nuevamente la voz de Madeline confirma sus sospechas. — Creo que entiende, — comienza. — Las personas reportan que algo las persigue hasta que se alejan de la abadía, pero parece que nosotros estamos encerrados aquí. Creo que sabe quienes somos, o más bien, de lo que somos capaces. Creo que planea encerrarnos aquí hasta que terminemos igual que ellos. — extiende los brazos señalando a su alrededor, aunque sumidos en la oscuridad como están, seguro que nadie puede verla. — Los espíritus, quiero decir. Las instrucciones de Madeline y Despard son claras, aunque no por eso simples. La abadía, o lo que sea que habita en ella, quiere despojarlos de su propia esencia. Sus convicciones y principios. Casi por reflejo las palabras de Scavenger regresan a su mente: »Son tiempos difíciles, Agnes, a veces no tendrás más opción que ayudar«. Siente el frío adentrarse un poco más en sus huesos, y está segura de que si no fuera por la presión creciente en su pecho se estaría riendo a carcajadas. Si tan solo Weatherwax pudiera verla ahora, apenas una misión y ya está fallando. Te lo dije, se imagina diciéndole a su amiga, te dije que no era una buena idea. Irónicamente, son las palabras del pastor las que la regresan a la realidad. No puede verlo, pero so lo imagina como el sacerdote de Bromley en los sermones dominicales hablando acerca del miedo y de cómo es lo único que nos mantiene atrapados, con una sonrisa en la cara y los brazos abiertos, como si pudiera envolver a todo el mundo. Agnes no ha puesto un pie en una iglesia desde la muerte de su madre, pero por un momento la imagen es tan clara que invoca una presión diferente, familiar, en su pecho. A su alrededor puede escuchar a sus compañeros hablar, la abadía se estremece como si quisiera forzarlos a moverse, y ella se centra en las instrucciones que ya había recibido antes, tanto de Madeline como de Nathan. Todo es energía, y la orden oscura se centra en la energía interna, así que hace lo que siempre cuando necesita sentirse presente. En su gabardina hay un reloj de bolsillo con un par de iniciales que sólo ella conoce, no puede verlo en la oscuridad pero la visión no es necesaria en estos momentos, sus manos conocen cada detalle del aparato. Rodeada de oscuridad y con un frío que le impide moverse, rodea el reloj con su mano izquierda y hace lo posible por parar sus pensamientos. Le toma un par de segundos, pero eventualmente puede localizar el tic toc del segundero. Está diseñado para que pueda sentirlo si toca la parte frontal del reloj. Y como lo ha hecho desde que era niña, empieza a respirar siguiendo las vibraciones en su piel. De nuevo, Scavenger viene a su memoria, las largas caminatas que solían tomar cuando eran jóvenes, la manera en que su amiga podía caminar sobre cualquier terreno sin nunca perderse. Sólo tienes que escuchar, solía decirle, el mismo aire te llevará a donde debes. Déjalo que te guíe. Cuando abre los ojos de nuevo sigue sumergida en la oscuridad, pero el frío en sus manos y en su pecho ha disminuido considerablemente. — Hay que separarnos entonces. — dice. — Los espíritus se quedan atados a objetos personales, pero se sienten diferentes. El frío mismo nos guiará, estoy segura. No tiene idea si los demás sienten lo mismo que ella, pero entiende ahora que no puede decirles más. Cada uno tiene que hacer el viaje solo. Agnes siente una corriente de frío hacia su costado derecho y decide por una vez en su vida no detenerse a pensar. No necesita la vista para guiarse, y tampoco debe preocuparse por los obstáculos físicos. Phantom, susurra, y da un paso experimental a la derecha. Es como correr contra el viento, como si volara. Es libertad en su estado más puro; sabe que hay una pared a su costado pero al seguir avanzando no hay nada que la detenga. Sin perder más tiempo, se enfoca en esa corriente de frío que sintió antes, y sin mirar hacia atrás, se dirige hacia ella.
  7. ¡Hola! Vengo a pedir me quiten un punto de advertencia que tengo desde el 2019. Segun la nota fue por spam, pero honestamente ya no recuerdo exactamente qué hice para merecerlo. Así que por el tiempo, y ya que no he vuelto a caer en esas malas practicas, me gustaría pedir que lo quitaran de la ficha, que ahí se ve muy feo. Gracias de antemano y bonita noche
  8. ¡Hola! ID: 121148 Nick: Scavenger Weatherwax Link a la Bóveda Trastero: 111085 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 110428 Objeto: Águila de la Sabiduría Puntos: 80 Precio: 4000 G Objeto: Moto Voladora Puntos: 80 Precio: 4000 Total de puntos: 160 Total de Galeones: 8000 G
  9. Agnes Lynn Con la llegada de más personas, las jerarquías y relaciones entre todos se tornan más claras. Agnes se asegura de juntar todas las caras presentes con los nombres que va escuchando, hace una nota mental de pasarse por el cuartel de la orden cuando tenga tiempo, para presentarse como se debe. Sigue la indicación de Madeline y se acerca a ella mientras los demás comienzan a adentrarse en la abadía, pero no es hasta que escucha el intercambio entre Nathan y Ludwig que entiende el por qué de la petición. Scavenger le comentó, una tarde mientras ella montaba el nuevo taller, acerca de los clanes en la orden. Le explicó que ella formaba parte de los sacerdotes, le habló acerca del lazo con la isla de Avalon y lo que significaba para ella. Agnes había escuchado con atención, fascinada no sólo por la reverencia con la que su amigaba hablaba acerca del clan, sino con la idea misma de los clanes. Agnes no cree en la magia negra -del mismo modo en el que no cree en la magia blanca, para ser honestos. El estado actual del mundo mágico no permite esos lujos. Esto no quiere decir que no haya magia que no sea oscura, que viole leyes fundamentales de la naturaleza o que invalide la autonomía de algún ser vivo. Como todas las cosas, es acerca de la intención. Ella y Scavenger discutieron horas acerca de esto, antes de que la bruja tuviera que retirarse y la dejara con la idea de la orden de los oscuros en la cabeza. No menciona todo esto en voz alta, no es momento de una discutir acerca de moral o libre albedrío. Al igual que Ludwig, ha leído acerca de las habilidades básicas de la orden y tiene una idea, teórica, de cómo funcionan. — Energía interna. Comprendo. — comenta, más para sí misma que otra cosa. Torna su mirada hacía Ludwig, —también soy nueva en esto, así que aprenderemos juntos. Las habilidades importan, claro, pero la creatividad y el ingenio pueden ser más útiles que el poder. Espera que su tono sincero sea notable, no quiere insultar a nadie, pero tiene la idea de que la mayoría de las personas en la misión son magos y brujas con más habilidad que ella, y planea usar esta oportunidad para aprender de ellos tanto como le sea posible. Siente la temperatura bajar de golpe justo cuando cruza las puertas, y por instinto abrocha el cuello de su abrigo. A su lado, Madeline conjura una esfera, pareciera que de fuego, pero hay algo acerca de la energía que la esfera desprende que la inquieta, aunque no le permite fijarse en su entorno. La luz no cubre toda la habitación donde se encuentran, pero aún así no puede ver más que muros de concreto y lo que parece ser un vestíbulo de buen tamaño. Se queda atenta a la respuesta de Despard, otro más a quien recuerda haber visto en la fiesta de los Evans, ya que desde atrás no puede ver mucho.
  10. Agnes Lynn Scavenger le advirtió acerca de esto antes de irse, con una mano en su hombro y una sonrisa cansada: el trabajo no se detiene, a veces la Orden pedirá ayuda. Son tiempos difíciles, Agnes, a veces no tendrás más opción que brindarla. Confía en tus instintos, y recuerda que puede que no termines el trabajo, pero jamás debes abandonarlo. De modo automático, extendió una mano manchada de tinta hacia la lechuza que se encontraba en su escritorio y tomó el pergamino que traía atado a la pata, absorbiéndose en la lectura de este sin siquiera notar al ave escapando por la ventana, su misión terminada. Le tomó tres leídas procesar por completo las palabras en el papel, una misión, un pueblo, una maldición. Simple. Aunque, viniendo la misión de la Orden misma, estaba convencida que simple era lo último que encontraría la abadía. Durante unos momentos contempló el no responder el llamado, sería fácil regresar a sus notas, el instrumento en su mesa de noche llevaba ahí casi una semana y quizás esta era la noche en que finalmente podría usarlo. Pero las palabras de su amiga flotaban en su memoria; con un suspiro se levantó y tomó la gabardina de la pared. Las instrucciones de aparición eran precisas, y una vez segura que tenía todo lo necesario para lo que bien podría ser una batalla, cerró los ojos y dejó que la magia la transportara hacia el pueblo de Erast. El punto de reunión venía en el pergamino, y echando un vistazo a su alrededor pudo distinguir a una distancia moderada lo que supuso era la abadía misma, rodeada de torres y sombras, de una energía que hasta un muggle podría interpretar como una amenaza. Si la apariencia del edificio no era suficiente prueba de que algo andaba mal, el grito que resonó por todo el lugar y que mandó un escalofrío por su espina seguro confirmó su sospecha. Una respuesta normal habría sido el correr hacia el lado opuesto de la abadía y del grito, pero no muy lejos de ella, Agnes observó a un grupo pequeño de personas reaccionar con interés y alerta a ello. Supuso que, si alguien era lo suficientemente valiente como para caminar hacia la boca del peligro, serían miembros de la orden, así que empezó su paso hacia ellos. Nunca había sido buena con las primeras impresiones, así que optó por la simplicidad. — Creó que el grito vino de allá, — señaló hacia la torre central de la abadía. Había alcanzado al grupo justo a tiempo para escuchar a uno de los presentes sugerir que habían llegado tarde. — No me sorprendería que el edificio estuviera protegido contra algún tipo de presencia mágica, ¿han buscado algún tipo de barrera que impida la entrada? Lamento la tardanza, vine en cuanto pude. Enfocó la atención en la muralla rodeando el lugar, si se concentraba, podía sentirlo. Una pequeña vibración debajo de su piel. Regresó la vista hacia el grupo de personas frente a ella, y levantando la mano derecha en un gesto de saludo, añadió: — Agnes Lynn. Gusto en conocerlos.
  11. En teoría, entendía que las relaciones sanguíneas podían dar como resultado todo tipo de complejidades, aunque nunca las hubiera experimentado. El concepto de familia para ella siempre había sido cambiante, y a la mitad de ese salón lleno de gente (cuya gran mayoría no conocía más que por nombre y pinturas en el castillo Evans, y a algunos ni por eso) podía ver un par de esas complejidades en acción. Después del abrazo fuerte con el que Bel la había recibido, ella y Agnes se separaron un poco del grupo. Confiando en que los demás no notarían si no se mostraban muy activas en la reunión, poco a poco fue explicándole a la pelirroja lo que sabía acerca de cada uno de los presentes. — Déjame ver sí entendí, — empezó Agnes después de la tercera vez que Scavenger admitió el no tener idea de quién era uno de los presentes. Enumerando con su mano enguantada mientras hablaba — Llevas aquí cuatro años, has vivido en el castillo de esta familia por más o menos casi ese mismo tiempo, de algún modo recibiste una invitación para una fiesta privada en la cuál no conoces casi a nadie, y a pesar de todo, me trajiste aquí para presentarme con ellos. Scavenger tomó un respiro profundo. Puesto así sonaba como una locura, sí. — No es una situación ideal, me queda claro. Pero es mejor que nada. — Mirando al grupo de gente reunido cerca de la mesa de regalos, decidió que era hora de socializar, o Agnes jamás se terminaría de burlar de sus habilidades sociales. Con un gesto de cabeza, caminó hasta la mesa, al mismo tiempo que un par de tragos se dirigían flotando hacia ellas. La idea era presentarle a Agnes a un par de personas para que no se sintiera tan sola, recién llegada de su pueblito en la frontera de Inglaterra. Lo que no tomó en cuenta es que ella en sí casi no conocía a nadie en ese lugar, últimamente había pasado más tiempo viajando por motivos personales que relacionándose con la comunidad mágica. Scavenger sabía que tendría que ausentarse de nuevo muy pronto y este era su intento (muy pobre, pero genuino) de darle a su amiga una red de apoyo. Scavenger entendía lo que era llegar a este lugar sin conocer a nadie, el mundo mágico requería cierta destreza que ella apenas y podía manejar, sólo esperaba que Agnes pudiera manejarlo con más facilidad que ella. Tomando un regalo en las manos, lo examinó y dijo en voz alta, — ¿Vuelaplumas? — después lo depositó en las manos de Agnes con una sonrisa. — Eh… ¿Cámara fotográfica? — escuchó a la bruja decir. Sí, era un intento muy pequeño, pero la velada apenas iba empezando.
  12. Agnes Lynn — Creo, — empezó después de ver en la esquina una caza azul familiar — que es hora de admitir que estamos perdidas. No tuvo que voltear a verla para imaginar la sonrisa de Scavenger a su lado. — Disparates. He caminado por estas calles muchas veces, mi sentido de dirección es excelente. — Se defendió la morena mientras metía la mano en su bolso, claramente buscando algo. Después de un par de minutos, y con una pequeña exclamación de victoria, sacó un papel un poco maltratado por el uso. — Lee esto. Con un suspiro aceptó el papel de su amiga, estaba lleno de garabatos, líneas de poesía y números sin sentido. Estaba a punto de preguntar qué era lo que se suponía que tenía que leer cuando un símbolo familiar llamó su atención, junto a él, lo que pudo distinguir como una calle y un número. Fidelio, entendió al fin. Moviendo la cabeza para darle a entender a Scavenger que había leído la información le regresó el papel a la morena, quien con una sonrisa y un movimiento de muñeca encendió el papel en llamas. — Lección número uno: los Evans no hacen nada a medias. — Sin esperar a que pudiera decir algo, Scavenger empezó a caminar hacia la casa azul, su cabello siendo empujado por el viento y bloqueando un poco su cara, pero sin inmutarse. Cuando se dio cuenta que su amiga no esperaría por ella, Agnes apresuró el paso. — ¿Estas segura que esta es una buena idea? — preguntó sin aliento, tomando el brazo de Scavenger para detenerla. La morena tuvo el descaro de hacer una cara de exasperación antes de responderle, poniéndole una mano en el hombro y mirándola a los ojos con una expresión divertida, como si Agnes hubiese contado un chiste divertidísimo. — ¿Te han dicho que te preocupas demasiado, Roja? Le confiaría a los Evans mi vida. Bueno, a un par de ellos, definitivamente. Son buena gente, y más importante, son personas. A veces creo que pasas tanto tiempo encerrada en ese taller tuyo sola que se te olvidará como hablar con la gente, o como vivir en el mundo. Ellos podrán brindarte compañía, — y aquí su expresión se tornó seria, pensativa. — al menos hasta que yo esté de vuelta. Ah. Esos ojos contra los que no podía enojarse. Empezó a asentir con la cabeza, pero antes de que pudiera decir algo Scav ya había dado vuelta de nuevo, apuntando hacia una puerta en la calle que tenían enfrente. Con la dirección grabada en la cabeza, Agnes podía verla sin problema, donde antes había habido sólo un muro simple ahora se veía una entrada, nada excepcional acerca de ella, excepto el hecho de que se había materializado ahí hace un par de segundos. De reojo observó a Scavenger, quien a pesar de su aparente alegría miraba la puerta con una mezcla entre nerviosismo y algo más que Agnes no podía identificar. Ella sabía lo que era tener una relación complicada con la familia, así que en vez de presionar a la bruja, fingió estar entretenida con su reloj. Después de unos momentos pudo ver a una joven acercarse a la puerta, cabello largo recogido en un coleta y atuendo casual, y dar unos toquidos contra la madera que resonaron en el silencio de la calle. Unos segundos después la puerta se abrió y Agnes pudo ver a una mujer pelirroja recibir con un abrazo a la jovencita. Ese hecho fue suficiente para sacar a Scavenger de su estupor, quien sacudió la cabeza un poco y avanzó hacia las mujeres. — ¡Bel! — le gritó a una de las personas en la puerta, una sonrisa amplia en su cara mientras avanzaba, finalmente, hacia el edificio. Extendiendo una mano en su dirección, añadió en voz baja, — Venga, Agnes. Hora de conocer a la familia.
  13. ID: 121148 Nick: Scavenger Weatherwax Link a la Bóveda Trastero: B 111085 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: B 110428 Link a Tópic de la clase o a la prueba: -- Nivel Mágico: 10 Fecha: 2021-02-24 Nombre del producto: Libro de la Sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): 7 Precio: 7000 G Precio total: 7000 G
  14. Agnes Lynn A través del lente de su cámara la luz era casi soportable, el cóncavo del cristal acercaba el mar a ella y disminuía el reflejo del sol sobre las olas. Agnes hizo una mueca de disgusto, aún tenía que corregir el color y probablemente añadir otro cristal para preservar el enfoque. Presionó el disparador de la cámara, más por costumbre que por arte, y sin muchas ganas le dio la espalda al mar. Traer el abrigo había sido un error, pero si lo que sus contactos le habían dicho era cierto, no estaría las islas por mucho tiempo. Las excavaciones en las Eolias eran comunes, y hasta donde ella sabía, salvo por alguna pieza de cerámica o huesos enterrados en el suelo, rara vez encontraban algo interesante. Y sin embargo. En el bolsillo interior de su abrigo descansaba una carta que la dirigía precisamente a esa excavación, con fecha y lugar perfectamente detallados. La carta en sí no era algo extraordinario, estando en el negocio de artefactos mágicos Agnes recibía reportes de excavaciones de todo el mundo, lo extraño era que usualmente sus fuentes le notificaban ya que el trabajo estaba terminado y los objetos contados. El hecho de que la cita fuera en el sitio cero la excavación era lo interesante, y en el peor de los casos tendría fotos que mostrarle a su padre cuando este le recriminara el tiempo que pasaba encerrada en su estudio. Echándole un vistazo más a su reloj de bolsillo, decidió que era tiempo de regresar al sitio de la excavación —había tomado un momento de descanso después de un par de horas sin mucha acción en el sitio. Para su sorpresa, la cantidad de gente en el lugar seguía en aumento, y por la pinta que traían, no eran más trabajadores. Si las cámaras y los micrófonos eran algún indicador, los que ahora adornaban el lugar eran reporteros. — ¿Es mi imaginación o hay mucha más gente aquí de la que había cuando me fui? — la pregunta fue dirigida a Elio, un jovenzuelo de cabello oscuro que había sido su guía hasta el momento. El joven apuntó hacia la tienda principal y respondió — Tutti chiedono del signor Diallo, è lui che ha le informazioni. No necesitaba del hechizo traductor para entender lo que el joven quería decir, era claro por la cantidad de gente que parecía rodear la tienda principal de la excavación que Dante Diallo era el único con información. Se despidió de Elio con una sonrisa y se hizo camino hacia el centro del lugar, la sombra de las carpas un refugio perfecto después de su caminata. Apenas llevaba un pie adentro de la tienda cuando escuchó a una mujer cuestionar a Diallo acerca de sus descubrimientos. Sin hacer más ruido, entró a la tienda, esperando también oír la respuesta.
  15. Nombre: Eleni Volkova Edad: 35 años Nacionalidad o procedencia: Rusa Raza: Hombre lobo Personaje principal al que está asociado: Agnes Katherine Lynn Relación con personaje principal: Amiga Aspecto Físico: 163 cms, piel blanca y pálida. Cabello negro, lacio y largo. Ojos oscuros, casi negros. Siempre vestida con mangas largas y abrigos que cubren la mayor parte de su cuerpo, en gran parte para esconder las multiples cicatrices que ha ido adquiriendo desde pequeña. Líneas de expresión marcan su cara cada vez que frunce el ceño, que es muy seguido; o cada vez que sonríe, que no pasa a menudo. Cualidades Psicológicas: Brusca, con poca paciencia y un temperamento que ya desde antes de que la licantropía entrara en su sangre se mostraba como fuerte y reactivo. Eleni es directa y no huye de las confrontaciones. Contrario a lo que parezca, no tiende a iniciar peleas, pero sí a terminarlas. Historia: Cuando Eleni era tenía 9 años, su familia completa fue atacada por un grupo de Hombre Lobos mientras acampaban en Khuzhir, Rusia. Desde entonces, su madre y ella fueron infectadas con la maldición de la licantropía. Siendo los Volkova una familia mágica, saben acerca de la maldición y el qué hacer para controlarla. No les fue fácil, pero aprendieron a vivir con ella. Contrario a sus padres, Eleni nunca estuvo interesada en el conocimiento o la teoría, sino en la aventura y la exploración. Pasa la mayor parte de su tiempo viajando con su esposo Gaius. Fue en uno de esos viajes donde conocieron a Agnes Lynn y a Scavenger Weatherwax, con quienes entablaron una gran amistad que continúa a través de los años. Otros datos: - Casada con Gaius Vlahos - Su patronus es una golondrina - Varita de roble inglés con núcleo de pelo de unicornio, 8 pulgadas (20 cms) Condiciones de utlización: Para propósitos de rol, sólo se puede usar por Agnes Katherine Lynn
  16. Nombre: Scavenger Weatherwax Edad: 27 años Nacionalidad o procedencia: Escocesa Raza: Humana Personaje principal al que está asociado: Agnes Katherine Lynn Relación con el personaje principal: Amigas Aspecto Físico: De aproximadamente 165cms, tiene el cabello castaño y a la altura de los hombros. Piel morena, tostada por el sol y ojos cafés oscuros. Favorece la comodidad por la elegancia casi siempre, lo que le da un aspecto desaliñado aún en el mejor de sus días. Tanto tiempo pasado en el sol le ha ocasionado un par de pecas que adornan sus mejillas. Tiene una cicatriz que cruza su pómulo derecho y que no se molesta en ocultar o disimular. Cualidades Psicológicas: Si tuviese que describirse a sí misma, Scavenger diría que es una persona tranquila, una que busca sobrevivir el día a día en el caos que es el mundo mágico. Muy segura de sus convicciones, intenta actúar acorde a ellas todo el tiempo. Usualmente muy centrada, pero siempre dispuesta a pelear por las causas justas, por defender a los que no se pueden defender a sí mismos. Apasionada amante de la lectura y el conocimiento, está dispuesta a hacer lo que sea para defender a sus amigos o familiares. Historia: -- Otros datos: -- Condiciones de utilización: Para propósitos de rol, sólo se puede usar por Agnes Katherine Lynn
  17. Hola, Voy a cambiar de personaje principal, así que cambio toda la ficha. Pego el formato completo para que no haya confusiones. Espero que todo esté bien. Muchas gracias a quien se pase Datos Personales: Nombre del Personaje: Agnes Katherine Lynn Sexo: Femenino Edad: 30 años Estado Civil: Soltera Nacionalidad: Británica Familia(s): * Familia 1: Potter Evans * Familia 2: -- Padre(s) Sanguíneo: Ada Marie Lynn* Kit Horace Lynn* Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: Historiadora Poderes Mágicos: Puntos de poder en objetos y pociones: 430 Hechizos adicionales: -- Puntos de poder en criaturas: 40 Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: * Habilidad 1 * Habilidad 2 * Habilidad 3 Conocimientos Especiales: Defensa Contra las Artes Oscuras Encantamientos Historia de la Magia Pociones Conocimiento de Bando 1 Aritmancia Estudios Muggles Medallas: T.I.M.O (Título Indispensable de Magia Ordinaria): 2000 puntos E.X.T.A.S.I.S (Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas) "Magia Avanzada": 4000 puntos E.X.T.A.S.I.S (Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas) "Duelo Avanzado": 4000 puntos Medalla por Aprobar el curso Libro de la Fortaleza: 2000 Medalla Experiencia Pack de Bienvenida: 30000 puntos Total de puntos de experiencia en medallas: 42000 puntos Perfil del Personaje: Raza: Humana. Aspecto Físico: 179 cms, cabello largo a la altura de la cadera, rojizo y ondulado, usualmente recogido en trenzas. Ojos cafés oscuros y piel pálida, por falta de exposición al sol. A primera vista parece de constitución frágil, contenida en sí misma, escondida entre el abrigo un par de tallas más grande, los pantalones holgados y la playera oscura que parece que ha visto mejores días. Tiene un lunar en forma de luna en su palma derecha y las manos usualmente sucias, lleva guantes sin dedos para protegerse cuando trabaja. Cualidades Psicológicas: Una primera impresión la pintaría como distraída y distante. Cuando no tiene un artefacto mágico entre las manos, usualmente está jugando con el intrínseco reloj de bolsillo que siempre carga con ella. Pasa la mayor parte de su tiempo en su estudio, armando objectos mágicos o examinándolos pieza por pieza, leyendo acerca del último problema mágico que no puede resolver. La curiosidad la mueve más que cualquier otra cosa, la sed de entender el mundo y la magia que la rodea; aunque irónicamente eso significa no involucrase mucho con el mundo afuera de su estudio. No está interesada en juicios binarios -bien y mal, justicia y castigo, amor y odio, sino en las áreas entre ellos y el cómo se generan o destruyen. Historia: Nació en una villa a las orillas de Londres -en Bromley, para ser exactos- de padres muggles, Ada and Horace Lynn. Su madre era una maestra de educación básica y su padre un relojero de poco renombre. Desde pequeña tuvo una constitución frágil, así que pasó su infancia entre enciclopedias, libros de historia, y el taller de su padre en vez de jugar en el campo o con otros niños. Cuando una mujer de expresión firme y sombrero pontiagudo se presentó en la puerta de su casa hablando acerca de una escuela de magia y hechicería fue una sorpresa para todos. Sus años en Hogwarts fueron tranquilos, los pasó escondida en la biblioteca y la torre de astronomía. Todos los veranos y navidades regresó a casa, a escuchar a su madre contarle acerca de su última clase, a ayudar a su padre con el taller, a llenar su cuarto de postales y notas. Su casa en Bromley el único lugar donde el mundo mágico y el muggle coexistían para ella. De todas sus relaciones en Hogwarts, la más preciada para Agnes fue con Scavenger Weatherwax. La bruja fue el único lazo con el mundo mágico que mantuvo después de terminar sus estudios, cuando la muerte de su madre la forzó a regresar a Bromley. Durante cinco años ayudó a llevar el taller de su padre, y a cuidar la bilioteca de su madre, no fue hasta que estuvo segura que su padre estaría bien en la vieja casa de Bromley que regresó a Londres. A través de Scavenger se relacionó con los Potter Evans, en particular Bel Evans, quien le abrió las puertas de su casa cuando lo necesitó. Usando sus ahorros, rentó un cuarto encima de un local vacío del callejón Diagon con la intención de convertirlo en su propio estudio de artefactos mágicos. Poco a poco, empezó a hechar raíces en la ciudad, empezó a escribir su propia historia. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: -- Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: Aprobado y Certificado Licencia de Vuelo de Escoba: Aprobado y Certificado Personajes Secundarios: * Personaje 1 * Personaje 2 * Personaje 3 * Personaje 4 * Personaje 5 Otros Datos: Otros datos: - Su patronus es un jilguero - Varita de madera de pino, núcleo de corazón de dragón, 10 pulgadas (25 cms) Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: -- Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: 315 Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 110428 Link a Bóveda Trastero: Bóveda nº 111085 Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Lockhart. Link a Bóveda Familiar 2: --
  18. No le sorprende que cada persona gravite hacia los suyos; aunque hay caras desconocidas, puede adivinar fácilmente a qué clan pertenecen por las personas a las que se acercan. Deben ser un grupo extraño, porque las miradas y comentarios en voz baja de los nativos se manifiestan en cuanto ponen un pie Ravenrock y los siguen durante su trayecto hacia la iglesia. La militarización de Ravenrock es evidente no sólo por la tensión en el aire, sino que hay policías muggles dispersos en diferentes puntos del pueblo, Scavenger evita su mirada y espera que el carruaje sea suficiente cubierta para un grupo tan grande de personas. No puede evitar fijar su atención, mientras caminan, en los habitantes del pueblo; piensa en Avalon llena de vida, completamente opuesta a Ravenrock, que aún con el bosque y mar tan cerca parece un lugar vacío, ausente, un vestigio más de la guerra. Le gustaría pensar que siempre ha sido buena leyendo a las personas, que con todo lo que ha leído y estudiado acerca de los humanos, de su historia llena de sangre y esperanza, sabe cómo funcionan y lo que los mueve, pero no puede negar que desde su regreso es mucho más perceptiva. Le basta mirar a un puñado de personas en Ravenrock para saber que la emoción predominante es el miedo, pero ¿a qué? Está a punto de comentarlo cuando llegan a la iglesia. Matt toma la iniciativa, y Scavenger lo agradece, porque el mago es honesto de una manera que casi no se encuentra, y por supuesto, también tiene mucha más facilidad para hablar con la gente que ella misma. Minutos después, cuando el mago les está repitiendo su conversación con el predicador todo empieza a cobrar sentido. Antes de que alguien comente algo, se asegura de chocar su índice sobre su anillo salvaguarda contra oídos indiscretos, para que nadie que no fuera de la orden pueda escuchar lo que está a diciendo. Gracias a la Diosa, el encantamiento en el anillo es lo suficientemente discreto para ser activado sin dar señal alguna. — ¿Gente que desaparece? Si ya sospechan acerca de los magos nos tenemos que andar con mucho cuidado. No podemos darles razones para que duden de nosotros también. Está a punto de decir algo más cuando siente un tirón en su suéter. Al girarse se topa con un niño, no puede ser mayor de 15 años, los está mirando con curiosidad en sus ojos, menciona un tour y la historia del pueblo. Scavenger no puede evitar sentirse tentada por esa última parte. Investigar el pueblo antes de que caiga la noche se le hace lo más sentado, está segura que los demás están pensando en algo similar, pero no se puede imaginar a todo el grupo tomando un tour. — Personalmente, creo que escuchar un poco de la historia del pueblo será entretenido, — comenta, y señalando el folleto que el niño trae en las manos añade, — Resulta que soy una gran fan de Arturo y Excalibur, si alguien se quiere unir es bienvenido. Si no, ¿podremos vernos esta tarde en la Casa del Puerto? Siendo el pueblo tan pequeño, cuenta con dos hostales que según el predicador se encuentran casi vacíos desde que empezó la guerra, los policías están quedándose en el hotel central junto a la iglesia. La Casa del Puerto es un hostal pegado al mar que apenas y tiene clientes, ella piensa que es el lugar perfecto para que puedan tocar base, lejos de los oídos de los muggles o los oficiales. Con una mirada curiosa hacia el grupo, espera que los demás decidan su curso de acción.
  19. El sabor del mar en el viento le indica que ya está cerca de Ravenrock, o al menos cerca de la costa. Después de un par de horas caminando por el bosque, sus piernas empiezan a pedirle un descanso. Pudo haber volado o haberse aparecido en el punto de reunión, pero las instrucciones son precisas, sólo ha de usarse la magia en caso de ser estrictamente necesario, por eso ha optado por opción muggle más famosa: un autobús a la estación más cercana y, en vez de un taxi, una caminata. La caída del estatuto ha sido una crisis para ambos mundos, pero ante la llegada del Inquisidor es imprescindible que los muggles puedan entender la magia como lo que es, un fenómeno natural y no algo peligroso o algo que deben temer. Precisamente por eso, entiende, es que esta misión es tan importante. Aunque a simple vista puede parecer una exageración mandarlos a todos a investigar un pueblo sin habitantes mágicos, Ravenrock presenta una oportunidad magnífica para tantear la perspectiva muggle de todo el conflicto. El otro motivo por el cuál está emocionada por la misión es que le ofrece una oportunidad que rara vez se da, la de tocar base con los miembros de su bando. Después de estar ausente por un par de años, sabe que es ella quien tiene que ponerse al día, el poder conocer a las nuevas caras del bando es el primer paso en ese camino. Hace una pausa para revisar las instrucciones de llegada, le parece que en vez de dirigirse al pueblo directamente, van a reunirse en un punto cercano. Espera que alguien pueda darle más información acerca de Ravenrock ahí, ya que sus investigaciones no han descubierto nada especialmente interesante acerca del pueblo, salvo por el puerto y un par de ruinas no tiene otro tipo de atracción. Le alegra el haber tomado estudios muggles en Hogwart, porque de otro modo leer el mapa que compró en la estación de autobuses antes de partir de Londres le sería imposible, después de confirmar su ruta con el pergamino de la orden, resume su camino. No le toma más de 10 minutos llegar a su destino, después de eso. Escucha el ruido de animales no muy lejos de ella y cuando cruza la última capa de árboles se topa con un par de thestrals que ayudan a transportar un carrito lleno de provisiones. La gran piedra gris que es su punto de reunión se alza casi tan alta como ella desde el piso, y a su lado se encuentra tres rostros familiares. — ¡Ellie, Madeleine! ¡Qué gusto verlas! — no puede evitar soltar una sonrisa al ver a las Moody frente a ella, le da gusto ver que a pesar de la guerra ambas parecen estar a salvo, al menos tanto como se puede estar a salvo estos días. Hace una pequeña reverencia para saludarlas, y después se voltea hacia el hombre, — Matt, no sabía que te encontraría por estos rumbos, pero que bueno verte. — que el Ironwood sea parte de la orden no es sorprendente para ella, sino que le confirma que el chico es una persona confiable. Desde esa posición, se pueden distinguir las casas que conforman Ravenrock en la costa del mar, pero por la altura no sería tan fácil para alguien del pueblo el verlos a ellos. Scavenger aprovecha esta ventaja en altitud para poder examinar el poblado. — Me pregunto qué es tan importante acerca de Ravenrock, — comenta después de un par de segundos. —Espero que las provisiones sean suficientes para que la gente nos deje entrar al pueblo, he oído casos de pueblos en situaciones similares que tienen prohibido el acceso a magos o brujas. No se esfuerza en esconder la tristeza en su voz, ni el suspiro que acompaña sus palabras.
  20. El alivio de ver a Sagitas y las otras brujas a salvo le duró muy poco. Sabía que no tenía que explicarles qué era lo que estaba pasando, la conexión con Avalón era fuerte en ellas, y con todas juntas fluía con facilidad. Cuando Sagitas mencionó que había que proteger la entrada, entendió que las espinas y las maldiciones que habían descendido sobre ellas eran nada más que una distracción. La otra sacerdotisa parecía convencida de que algo más se acercaba, y conjuró a un hipogrifo para defender la pirámide. Scavenger apenas tuvo tiempo de sentir asombro ante del claro poder de su compañera, pero sí se permitió sentir esperanza, una convicción de que si trabajaban juntas saldrían victoriosas. Después de la sugerencia de la pelivioleta, tomó el pequeño fruto entre sus dedos, era del tamaño de un durazno pequeño. Sin perder tiempo se acercó a Lilian y lo puso a la altura de sus labios, dejando que la inercia hiciera su trabajo. Y así fue, Lilian partió los labios y masticó el fruto, aún con la mirada ausente. — Regresa con nosotras, Lily. Te necesitamos, — susurró en la oreja derecha de su prima con urgencia. Ya había hecho todo lo que podía, no podía pelear esta batalla por Lilian. Regresó su atención a la entrada cuando Sagitas estaba recitando una encantación, una que si mal no recordaba era también un regalo de Avalon, algo así había visto cuando estaba ojeando el libro con la historia de la isla. El hipogrifo estaba cumpliendo su misión, arremetiendo contra animales típicos de la isla, que con los ojos teñidos de rojo atacaban por doquier. Por su parte, Scavenger apuntó la varita a la entrada, expectante. Había escuchado las historias, por supuesto que sí, de la Sacerdotisa Oscura. La que le había dado la espalda a Avalon, la que ni siquiera la Diosa en su amor y paciencia infinitas podía tocar. La criatura que se dirigía hacia ellas apenas parecía humana, el simple hecho de mirarla le provocaba escalofríos. Se colocó frente a Lilian y Xell, protegiendo la espada. — Todas juntas, — repitió las palabras que Sagitas había mencionado antes, sabía que la bruja tenía un plan, y esperaba que eso le hiciera entender que ella estaba consciente de ello. Al igual que lo había hecho antes, empezó a sentir un fuego extenderse por sus brazos. — Estamos contigo.
  21. Supo que había tenido éxito con su último hechizo cuando un grito se escuchó apenas por encima del ruido de la arena. Un escalofrío recorrió su cuerpo, incluso la voz de la figura con la que peleaba pertenecía a Agnes. Intentó mirar hacia adelante, pero le era casi imposible distinguir formas. Parecía, sin embargo, que poco a poco la tormenta disminuía en intensidad, lo cual era un alivio, pero no le permitiría atacar directamente a la pelirroja por un rato más. Con su limitado campo de visión, Scavenger intentó enfocarse en lo que tenía cerca, rocas o raíces que pudiera usar a su favor. Tal cual era su suerte -porque estaba segura que de no haber estado mirando hacia sus propios pies para buscar algo útil no lo hubiera visto- un movimiento captó su vista, y sin tener mucha idea de lo que era, pensó “salvaguarda mágica” volviéndose intangible inmediatamente, dejando que la arena y el viento pasasen por ella como si no estuviese ahí. Su acción se vio justificada un par de segundos después, cuando la cabecilla de una serpiente salió de la arena dispuesta a morderla en el tobillo, pero topándose con nada más que aire. El efecto duró un par de segundos, lo suficiente para evitar el ataque. Y en cuanto pudo sentir la arena firme bajo sus pies de nuevo, no dudó en apuntar a la criatura con su varita, esta vez haciendo uso del orbis bestiarum para tomar control del animal. Un pequeño círculo plateado se dibujó en la cabeza de la serpiente, indicándole que su hechizo había sido exitoso, con un gesto de la varita, las instrucciones eran precisas; encontrar a Agnes y devolverle el ataque a ella. Apenas y tuvo tiempo de sentirse mal por el pobre animal, atrapado en un círculo de ataques entre las dos. Scavenger esperaba que una vez la tormenta de arena cediera un poco, ambas podrían empezar a usar ataques más directos, en vez de valerse de animales u otras cosas.
  22. El razonamiento de Richard no era del todo descabellado, la posibilidad de un espía era muy real, aunque no estaba segura de que mereciera actos tan drásticos como la destrucción tan violenta de un libro. Scavenger lo miró mientras terminaba de limpiar el piso y se deshacía de los restos del libro, mitad fascinada y mitad desconcertada. No es que fuera la persona más social, su círculo de conocidos parecía reducirse a cada día, pero el Moody era sin duda una de las personas más enigmáticas en él. Después de terminar con la limpieza, anunció que necesitaba un trago y se encaminó afuera de la trastienda. Ella se quedó mirando a la trastienda vacía por unos segundos antes de decidirse a seguirlo. Tenía bastante tiempo sin un trago decente, a lo mejor la conversación le daría un mejor contexto acerca de Richard -aunque si sus instintos eran correctos, el hombre disfrutaba la ambigüedad de su carácter. Salió de la trastienda y subió las escaleras que la llevaban al segundo piso. Ya arriba, Richard estaba sentado en una silla sirviendo una bebida en dos vasos. Scavenger se sentó en la silla frente a él y tomó el vaso más cercano. — Entonces, — comenzó. — Me imagino que no es la primera vez que alguien envía un espía a intentar robar información, ¿no? — se llevó el vaso a la nariz antes de darle un sorbo, más por costumbre que por otra cosa. El sabor dulce le indicó de inmediato que estaba tomando vino, y sintió el calor característico del alcohol viajar por su garganta cuando pasó el trago. — Oh, tenía bastante sin tomar un vino propio. Cuando estuve en Alemania y Rusia lo único que se tomaba era Vodka, bueno para mantener el calor, pero terrible para darle sabor a las cosas. No esperaba, ni quería, ningún tipo de explicación por parte de Richard. El silencio en el cuarto era, sorpresivamente, cómodo. Scavenger le dio otro sorbo a su vino y fijó la vista en la ventana más cercana, perdiéndose un poco en sus pensamientos y dándole tiempo a Richard para que pudiera relajarse de su encuentro con aquel libro. @
  23. No se sorprendió cuando Agnes (así la iba a llamar, por ahora) despareció, causando que sus flechas siguieran su camino hacia adelante, al menos dos llegando hasta la palmera que tenía en frente antes de que el resto cayera en la arena sin hacer ruido. Cuando la pelirroja reapareció frente a ella, Scavenger casi esperaba escuchar los mismos regaños de siempre: que sus ataques carecían de un objetivo, que si no aprendía a defenderse no iba a sobrevivir mucho tiempo en la ciudad. Si el ente frente a ella era en realidad Agnes, entonces debería recordar que hubo en tiempo en que ellas solían practicar hechizos juntas, fingiendo que eran mucho más poderosas de lo que eran en realidad. — Silencius. — el hechizo sale de su varita tan pronto Agnes recupera completamente su forma. La mirada en sus ojos igual de penetrante que siempre, Scavenger la nota apuntando la varita hacia su pie derecho y actúa sin pensarlo. El efecto fue inmediato y aunque la figura abrió la boca, ningún sonido pudo salir de sus labios. La voz de Khufu sonó clara por todo el campo de batalla, avisándoles acerca de una tormenta de arena que, aunque repentina, se acercaba hacia ellas a una gran velocidad. Ella sabía que su visión se vería seriamente afectada en un par de segundos, su único consuelo el hecho de que Agnes enfrentaría el mismo obstáculo. Sabiendo que sería la última oportunidad que tendría de hacer un daño real a su oponente antes de que ambas quedaran cubiertas de arena, apuntó la varita hacia a Agnes, al pañuelo con el que había cubierto su rostro cuando llegó y que ahora descansaba firme alrededor de su cuello. — Morphos, — la intención era que el pañuelo se transformase en una cobra del desierto negro, con la orden de morder directamente el cuello de la pelirroja, inyectando así su poderoso veneno e hiriendo a la bruja, a menos que se dedicase a curarse en vez de atacarla. Apenas y pudo ver el pañuelo empezar a cambiar antes de que una lluvia de arena cubriera el campo por completo, volviendo la figura frente a ella una mancha detrás de una densa nube de polvo. Scavenger se llevó el brazo izquierdo a la cara, protegiendo sus ojos de la arena. Aprovechó para dar un par de pasos a la izquierda, pegándose más a la palmera para evitar la peor parte del aire. No le quedaba más que esperar a que la tormenta siguiera su curso.
  24. » ¡Necesitamos ayuda! ¡Solas nos podremos! Por mas que le dolía admitirlo, Xell tenía razón. La fuerza de Avalon estaba en la unidad y con las sacerdotisas separadas, todas eran más débiles. Estaba a punto de decirle eso mismo a la rubia cuando sintió a Lily moverse de entre sus brazos. El fuego de Beltane había logrado sanar sus heridas, pero no parecía que a su prima le importara mucho, ya que inmediatamente reanudó su marcha hacia Excalibur. Escuchó como le pedía a Xell que le diera la espada, brazos extendidos hacia el arma y mirada atenta. — No creo que separarnos sea una buena idea, chicas, — dijo con un suspiro. — Todavía no hemos recuperado a Sagitas y a Luna. Si lo que este carmesí quiere es apoderarse de Excalibur, tiene más oportunidades de hacerlo si estamos por nuestra cuenta. Scavenger sabía que el lugar más seguro de toda la isla era la pirámide misma, y el hecho de que la corrupción las hubiese alcanzado hasta aquí era una señal clara de que toda la isla estaba comprometida. Iba a añadir que lo mejor sería esperar a Sagitas y a Luna antes de tomar alguna decisión cuando la voz de Lilian la sacó de sus pensamientos. La cara de su prima estaba contorsionada en una sonrisa amplia, una que ella nunca le había visto hacer antes, y con una voz dulce amenazó a Xell para que le diera la espada. Antes de que la rubia pudiera incluso responder, Lilian había empuñado la varita, que ahora apuntaba a Xell. — ¿Lily? — Era obvio que algo no andaba bien con su prima, no hizo ningún ademán de haberla escuchado. Tenía la mirada fija en la espada. Aprovechando la distracción, Scavenger se acercó a ella y la tomó por el brazo, para llamar su atención. Fue ahí cuando se percató del rojo en los labios de la bruja, en sus ojos sangrientos. Un escalofrío recorrió su cuerpo al ver así a un miembro de su familia y el shock la obligó a dar un paso hacia atrás. Estaba segura de que Xell, a quien Lilian había estado mirando fijamente, ya se habría dado cuenta de lo que estaba pasando, pero aún así lo confirmó en voz alta, —Hagas lo que hagas, Xell, no le des la espada. No es ella, el carmesí la ha tocado. La sonrisa en la cara de su prima fue transformándose poco a poco en una mueca de fastidio, y por un segundo, Scavenger pensó en lo terrible que se veía aquel gesto en el rostro amable de Lilian. Recordó la pantera y los demás animales que se toparon en su camino, como habían sido reducidos a seres ferales llenos de furia con el único objetivo de destruir. No podía dejar que eso le pasara a su prima. Evocando el gesto que la misma Xell había hecho antes en el bosque, Scavenger se concentró en la mujer frente a ella, y antes de que su prima pudiera reaccionar la tomó del brazo de nuevo. Diosa, pensó, no la abandones ahora. Al igual que cuando había convocado a esa flecha para defender a Excalibur, sintió una energía cálida expandirse desde su pecho, hacia sus brazos y finalmente hacia Lilian. Así que esto era una purificación espiritual. La conexión no debió de haber durado más de un par de segundos, pero era como si alguien estuviera tomando todo el calor de su cuerpo y dejándola helada, y al final una ola de desesperación y angustia le hizo soltar un gemido de dolor. Estaba consciente de que esas emociones no eran suyas, pero se sentían tan fuertes como si lo fueran. ¿Eso era lo que Lilian estaba sintiendo en esos momentos? Dejó caer la mano, más porque sentía las extremidades pesadas, como si acabara de correr un maratón, y un segundo después el rojo en los ojos de Lily empezó a desaparecer. —¿Lily? — preguntó por segunda vez, —¿Eres tú? Miró en dirección a Xell una vez más, mientras esperaba la reacción de su prima.
  25. Con las manos temblorosas, tomó el bezoar que Khufu había producido para ella y le dio una mordida, inmediatamente sintió el dolor punzante de la cabeza disminuirse. Lo había atribuido al sol y a la caminata, pero ahora se daba cuenta de que el ataque que sufrió a manos de la serpiente fue más letal de lo que había pensado. Unos minutos después, con el sol brillando alto en el cielo, se encontraban de pie en el centro de Abusir. Scavenger se desamarró la sudadera de la cintura y la echó a un lado con todas sus fuerzas, llevaba una playera de manga larga que también le cubría el cuello, su cabello recogido en una coleta y leggins. Caminó junto con su guía hasta la sombra de una palmera y lo vio hacer un gesto con la varita. Cuando una figura apareció de la sombra de la palmera frente a ella, no se sorprendió. Simplemente plantó los pies firmes en el piso y alistó la varita, mirando con atención hacia adelante. Las últimas palabras de Khufu rompieron el silencio en el ambiente, confirmándole que el extraño sería el objetivo por vencer, y recordándole que no había espacios en este lugar para debilidades. No fue hasta que estuvo cerca de ella que la figura se quitó el pañuelo que le cubría la cara y el corazón de Scavenger se detuvo por un par de segundos. El cabello pelirrojo, la piel blanca y pálida -aún en ese clima, incluso la sonrisa que tan seguido adornaba la cara de su mejor amiga, tan llena de vida, todo contrarrestaba con lo árido y vacío del desierto. No había visto a Agnes en tres años, desde la primera vez que viajó a Inglaterra, prometiéndole que volvería algún día. ¿Pero cómo era posible? Lógicamente, tenía que ser una ilusión. Una prueba, eso había dicho Khufu. — ¿Agnes? — preguntó al fin, casi un susurro, aunque en el silencio que las encubría las palabras sonaron claras y fuertes. Agnes sólo la miró, la sonrisa en su rostro tan genuina como siempre. Scavenger apuntó su varita hacia el rostro de su amiga, aún no del todo convencida de que fuera algo real, pero sabiendo que en caso de lo fuera, la pelirroja era lo suficientemente capaz para defenderse ella misma. Disparo de flechas, pensó. Una docena de flechas salieron disparadas hacia Agnes, cubriendo los dos metros que las separaban con rapidez. Scavenger sabía que no todas darían en la bruja, pero esperaba que al menos eso provocara una reacción en su ahora oponente, algo que se deshiciera de esa sonrisa que la seguía por todos lados. @Khufu

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.