Jeremy asintió a las palabras de la profesora, observando el cielo. Eran buenas condiciones para volar y disfrutar del aprendizaje. Las preguntas que le siguieron, dejaron al vampiro pensativo. No tardo en ponerse a rememorar su lejano pasado en los fríos bosques de Siberia donde se había criado. Ser hijo de un guardabosques, siempre le había traído beneficios con respecto al lugar y las múltiples condiciones para tomar una escoba y volar. Pensando que era lo mas común del mundo en un mundo donde no lo era.
El Triviani se había sentado en la hierva, como todos, a escuchar la historia de la profesora y le había parecido interesante. La curiosidad que le había despertado eran mas que todo por los orígenes, que había detallado vagamente. ¿Los Gryffindor eran su verdadera familia? ¿Seria miembro de la Orden como se había rumoreado que eran ellos? La empezó a mirar con otros ojos, un poco mas duros.
-Podría decir que volé por primera vez de manera oficial en el examen para la licencia de Vuelo -Dijo Jeremy, cuando le llego el turno - Me crie en Siberia, en los bosques rusos donde las bajas temperaturas hacen que se te congele el aire en los pulmones, allí y en aquellas condiciones de manera no oficial, empecé a volar de pequeño en una barredora. Me entusiasmaba ayudar a mi cuidador, que era guardabosques, a cumplir con sus tareas de cuidar la fauna. Tiempo después volé en Hogwarts como cualquier chico y di mi prueba de vuelo para obtener permiso de volar donde yo quisiera.
Jeremy guardo silencio, esperando que la clase continuara.