El festejo para los Tutshill Tornados había durado varios horas luego de levantar la copa y consagrarse campeones de liga. Jeremy no podía estar más orgulloso de su equipo y del nivel que habían logrado mantener durante cada partido a los que se habían enfrentado. Había sido duro cada uno de los encuentros, con equipos muy bien balanceados en calidad de jugadores y el juego había sido brutal. No había sobrado nada y el esfuerzo había valido la pena. Lograron cumplir su meta y aquella noche, estaban invitados a la gala de premiación, donde podrían disfrutar de un nuevo festejo, junto a todos los deportistas que habían participado del torneo.
-¿Algo más, Amo? -Preguntó un tembloroso Chuck mientras veía como el vampiro se ponía el saco negro de etiqueta, que era una de las piezas más representativas de su traje italiano hecho a medida. El negro predominaba en vestimenta.
-Nada más por ahora -Respondió Jeremy antes de abotonarse el saco - Cambie de opinión, Chuck -Agregó viendo que el tembloroso ser ya se encontraba cerca de la puerta, listo para marcharse - Sírveme una copa de 0-.
-Si, amo -El elfo se apresuró a cumplir el pedido. Sirvió tres dedos de una espesa sangre dentro de una copa de cristal con el emblema Triviani tallado en su cristal. Se lo alcanzo al vampiro sobre una bandeja de plata.
- Puedes retirarte, antes de que decida iniciar una nueva...
Chuck desapareció antes de que pudiera terminar la frase. Dejando a Jeremy con su solitaria compañía. Bebió un trago de la bebida antes de sentirse mas a gusto. La sangre le dio la energía revitalizadora que estaba necesitando para soportar toda una velada sin pasarse de la raya. Sus excesos no eran secretos dentro del circulo vampírico donde había hecho durante años lo que se le había antojado sin importarle los daños ocasionados. Pero desde que había vuelto aparecer en publico, luego de una larga ausencia, había logrado retomar sus negocios y había tratando de alzar el nombre de su familia buscando hacerse respetable. Se podía decir que su próximo objetivo era asentar cabeza.
Jeremy apuró el consumo de la copa antes de limpiarse la boca con un pañuelo, quitando cualquier rastro de sangre en la comisura de sus labios, y desapareció con destino a la fiesta. El lugar estaba repleto de personas de diferentes naciones, periodistas, representantes que querían cazar a los jugadores famosos, y por supuesto, representantes de diferentes marcas que querían captar un atleta para sponsoriarlo. El vampiro se frenó cerca de un grupo de aficionados que se habían reunido en el limite permitido del lugar, para verlos llegar y obtener algún recuerdo de su jugador favorito. Jeremy no dudo en firmar túnicas celestes, poster con los rostros del equipo y banderas de los Tutshill Tornados en diferentes tamaños. Sonrió en cada foto y al cumplir los quince minutos de llegada, se marchó para ingresar al festivo ambiente de premiación.
Por el rabillo del ojo, Jeremy vió que su equipo había asistido casi al completo. Habían excepciones que ya sabían que se daría, como el ejemplo de que Vizcacha fuera tan ermitaño que no quisiera tomarse un día de descanso para disfrutar junto a sus compañeros. Logró captar a su capitana junto a Darla y se dirigió a Maida que hablaba sola con el universo. ¿Extraño? Claro que no. Era Maida.
-Seria una sorpresa decir que llegaste muy pronto -Respondió Jeremy prestándole su brazo para escoltarla hasta donde estaban las pelirrojas - Buenas noches, señoritas. ¿Tendrían inconvenientes en dejarme fundir la copa de la liga para venderla en lingotes? El precio de los metales preciosos esta en alza.