Dennis Delacour

Muy buenas tardes y un enhorabuena a los ganadores de sus respectivos bandos así como a los que participaron y dieron su mejor esfuerzo por llegar a la final mostrando el interés que tienen por cada uno. Felicidades a Anne, espero que puedas guiar con temple y sabiduría a tu bando y buen trabajo a Zack, pero como a quien conozco es al nuevo líder de mi bando creo que me explayare en su saludo. Hobb (Julito) Mil felicidades por conseguir este puesto aunque para nadie era una sorpresa que eras el mejor candidato a ocupar ese lugar. Tienes experiencia y conoces del juego y del bando en sí, se que vas a escuchar a cada uno de los miembros del bando a la hora de presentar sus ideas o sus opiniones. Se que eres alguien capaz de aportar desde las diferentes etapas del juego al crecimiento de la Orden y espero verlo con ansias, se que entre todos podremos lograr consolidar el bando que queremos y más aún la familia de la cual queremos ser parte. Cuentas con mi apoyo siempre para dar lo mejor de mí y ayudar a poner en alto a nuestra amada Orden del Fénix. Por último me faltan palabras para agradecer los gestos, comentarios y frases bonitas que se tomaron el tiempo de dedicarme a lo largo de todo este proceso, tengo el corazón arrugadito por saber en qué alta estima me tienen y les digo que haré lo posible por demostrar que merezco cada una de sus palabras. Muchisimas gracias y en mi tienen una fiel y leal compañera. Muchas gracias Mackenzie y Darla por sus felicitaciones. Felicidades a todos!

Una vez afuera de aquel laberinto sus ojos se posaron en la Arcana, una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro de la Delacour al tener su imagen frente a ella, sabía que aún no había terminado su misión pero estaba feliz de haber logrado llegar a quel punto y estar a un paso más cerca de conseguir lo que había ido a buscar en aquel lugar, estaba decidida a lograr su objetivo dejando todo en ello de ser necesario. Suluk sopló una lluvia de arena color platino en su dirección y fue un equivalente como si hubiera bebido alguna poción revitalizadora y si hubiera podido usar algún hechizo de curación en su adolorido cuerpo. Ahora se sentía tan llena de energía como al momento de su llegada a la prueba ese día, con un movimiento de cabeza asintió en señal de agradecimiento a lo que la arcana acababa de hacer por ella. Escuchó atentamente las palabras de la mujer y enfocando su mirada en los ojos de la Inuit y con un tono de voz que mostró más seriedad y seguridad de la que esperaba le respondió. —Estoy lista, sin duda alguna — terminó de decir y ante ella las puertas de aquella pirámide dorada empezaron a abrirse invitandola a adentrarse en las profundidades de todo lo que estaba esperando para la Delacour. Pasó por el lado de la arcana dedicándole una última mirada antes de cruzar el umbral de aquella entrada y quedar sumida en una oscuridad. Sus pasos retumbaban sobre aquel piso que se encargaba de contar una historia con los grabados e imágenes que habían en el. Frente a la ojiazul un altar se alzaba en medio del lugar donde un anillo era lo único que la esperaba, se acercó al lugar y tomando el anillo lo puso en el dedo anular de la mano izquierda. De inmediato a su alrededor varias puertas empezaron a girar hasta que una comenzó a brillar deteniéndose justo frente a la joven de cabello azul. Abrió aquella puerta y cruzando aquel umbral se encontró en un sitio que conocía bien, era el jardín de su hogar de crianza en Estados Unidos donde en tantas ocasiones reía en compañia de sus amigas y en otras lloraba la ausencia de sus padres. Y frente a ella esa escena se recreaba en ese momento, escuchó los sollozos proveniente de en medio de los árboles, sabía de quién se trataba así que no podía presentarse con su forma humana, de inmediato estiró los brazos al cielo y en un pequeño impulso se encontraba planeando entre aquellos árboles con sus plumas brillando bajo el sol. No tardó mucho en encontrar la dueña de aquellos sollozos, sus ojitos azules estaban teñidos de rojo por tanto que habían llorado y su rostro poseía un color rosado por la pena, su cabello rubio brillaba bajo los rayos de sol que se colaban en medio de aquellos árboles que le servían de refugio, cuántas veces sintió la soledad en aquel lugar. Descendió su vuelo suavemente para no asustarla hasta hacerse en el suelo a unos pocos pasos de aquella niña que era su representación más joven. Aún no entendía porque su prueba la había llevado allí pero tal vez era que necesitaba ayudar a aquella pequeña y eso iba a hacer, ayudarla a sonreír de nuevo. Cuando la niña sintió su presencia se asustó y por un instante parecía como que iba a salir corriendo, pero al percatarse que era solo un pequeño guacamayo azul que no representaba peligro alguno se mantuvo en su sitio. — qué haces aquí?, estás muy lejos de tu hogar — le dijo en un susurro, claro ella sabía de donde era originaria aquella especie ya que siempre leía sobre ellos con la esperanza de que algún día pudiera tener alas y volar donde quisiera, esa especie era su favorita y la Delacour lo había olvidado con el paso de los años pero tal vez por eso se sentía tan unida a ese espíritu animal del cual ahora poseia la forma. Voló el corto trecho que los separaba posándose en el regazo de la joven quien acarició su cabeza cuando el ave la agacho frente a ella, ese gesto pareció calmar a la pequeña cuyas lágrimas cesaron. Se mantuvo en silencio unos minutos hasta que empezó a decirle el motivo de su llanto, había escuchado a sus padrinos sin que lo notaran hablar de que sus padres irían a una misión peligrosa que les podría costar la vida, recordaba que desde pequeña había sabido lo que ellos representaban y por eso siempre tuvo miedo de perderlos, su mayor miedo siempre había sido perder a su familia. Entonces recordó algo tambíen de su niñez, alzando el vuelo picoteo suavemente a la pequeña para que le siguiera cosa que hizo sin dudar. Llegaron hasta un pequeño grupo de flores, en medio de ella se encontraba la verbena, esta en especial era de un tono rosado, mantuvo su vuelo sobre ella para que la niña la observará, como si una luz se encendiera en su memoria dijo — Así como esta flor puede soportar el más inclemente clima yo puedo soportar cualquier dolor y salir de el con tal de ver nuevamente tu rostro — el alma de la ojiazul dentro de esa ave se regocijaba en las palabras dichas por la pequeña, aquellas que una vez le dijo su madre cuando le pregunto si algo malo le pasaba ya no volverá a verla. La niña dibujó una sonrisa enorme entendiendo que todo estaría bien, sobre todo porque su familia era lo más importante y así como su madre siempre lucharía por ellos, fue algo que se prometió desde su niñez. Como si hubiera pestañeado más de lo normal, el escenario había cambiado, ahora parecía estar en un bosque de noche y la única luz era la luna y estrellas en el cielo y varios rayos que volaban de lado a lado a unos metros de donde se encontraba. Voló en esa dirección hasta detenerse sobre la copa de un árbol escondiéndose de la vista de los presentes. Abajo reconoció a sus padres quienes eran atacados por varios magos cubiertos incluso su rostro, los superaban en número sin embargo ellos luchaban con valor. Se lanzó en picada a donde se llevaba a cabo la batalla y enfilo sus garras contra uno de ellos haciéndole desconcentrar para que fuera atacado, uno menos pensó, sobrevolaba alrededor de ellos causandoles molestia y a veces algún rayó estuvo cerca de darle pero esquivo con suerte los ataques, hasta que vio cómo su madre era desarmada y su atacante se disponía a dar el tiro final, como pudo voló con todas sus fuerzas sin importar nada más y justo cuando aquel rayo salía de la varita alcanzó a posicionarse frente al cuerpo de la bruja, su promesa era todo lo que tenía en la cabeza, aquella de dar la vida por su familia de ser preciso, todo con tal de protegerlos. Sus ojos se abrieron para ajustarse a la oscuridad que la rodeaba, frente a ella Suluk la observaba, pero la ojiazul no lograba descifrar su expresión. Ahora nuevamente estaba en su forma humana y en su mano aquel anillo había cambiado ligeramente como si ahora se amoldara exactamente a su dedo, la piedra de color azul brillaba reluciente y a los lados de la misma parecía que el grabado tomaba una sutil forma de alas, su mente aún se sentía confundida, solo pensaba en sus seres queridos y en lo mucho que los amaba y que usaría cada conocimiento o habilidad adquirida para protegerlos y apoyar la justicia cuando se necesitara.

La ojiazul aguardaba por la respuesta de la Arcana, sabía que muchas cosas estaban en la mente de la mujer y más aún porque sentía cierta cantidad de murmullos en ella, algo que no podía descifrar, no aún y no con la falta de desarrollo de la habilidad, que era el motivo que la había llevado hasta ese lugar, sin embargo su mente en ese momento trataba de enfocarse de modo que lograra percibir los pensamientos, palabras o incluso recuerdos de las personas en aquel lugar, pero era algo que debía buscar poco a poco. — El gusto es mío — respondió a las palabras de Mackenzie aunque con un tono de ligero desconcierto que no se noto tanto, sus palabras retumbaban en su mente "como lo has supuesto" y su inquietud se confirmó cuando la bruja le preguntó acerca de eso en específico. Le dedico una pequeña sonrisa antes de responder a su pregunta — Si en efecto así fue, lo he pensado por unos segundos — dijo en tono tranquilo aunque no lo estaba del todo, tenía que concentrarse mejor si quería leer las mentes alrededor y a la vez no resultar tan fácil para que lo hicieran con la suya, eso la había hecho sentir algo inexperta pero tendría que mejorarlo a como diera lugar. El comentario sobre cómo sería divertido jugar con algo así la dejo pensando, la verdad es que no le gustaría estar en una situación así, sabía que estar en esa clase no solo le permitiría aprender a usar aquella habilidad sino que también pondría a la mano muchas cosas en su cabeza, muchos momentos o pensamientos que prefería guardar solo para ella pero era un riesgo que tenía que correr para estar allí. Estaba atenta de lo que pasaba a su alrededor, como si todo en ese lugar le quisiera hablar incluso las plantas a su alrededor, incluso por un momento una idea en el aire que aún no determinaba de quien venía le indicaba que tal vez su enseñanza no iba a ser solo en aquel sitio y que pronto tendría que empezar a mostrar si podía llevar a cabo las tareas que le trazaran. Como si algo la llamara se acercó a una pequeña planta junto a ella y tomando una regadera le echo un poquito de agua, lo suficiente como para refrescarle, luego de nuevo volvió su atención a la arcana.

La Delacour observaba a través de los cristales de su ventana el transcurrir de las calles del Diagon afuera del museo, ultimamente la gente parecía más alterada de lo normal y no era para menos. Con los problemas que se cernían sobre Inglaterra era de esperar un escenario como ese ya que lo que primero llegaba antes que los ataques incluso siempre sería el caos. La lluvia empezó a caer contra la ventana así como en aquellas calles haciendo que los pocos que quedaban por esos rumbos se adentraran en los diferentes negocios cercanos o usarán la desaparición para escapar de las frías gotas de lluvia. El museo había aumentado sus hechizos protectores debido al peligro cercano así como esa zona del Diagon, varios propietarios se habían puesto de acuerdo en crear hechizos de protección generales para que abarcaran no solo los negocios sino las calles de los alrededores y de esa manera brindar seguridad a todos lo que quisieran hacerse presentes en esa zona. Por lo tanto los conflictos se mantenían bastante alejados del lugar, por cuanto tiempo no lo sabía con exactitud pero por ahora era un sitio seguro por así decirlo para la comunidad mágica. Devolvió su atención a la pila de documentos sobre el escritorio, había pasado toda la noche en la oficina revisando cada pergamino con mucho cuidado, la información que contenían era demasiado importante para no dedicar el tiempo adecuado a su estudio. Com dos dedos presiono el puente de su nariz en señal de cansancio, un ligero zumbido se hacía presente en su cabeza y eso solo le indicaba cansancio así como falta de alimento por lo que decidió ir a la cafetería a buscar algo para continuar su labor.

ID: 121288 Puntos: 4.049 Y todos los que hayan al momento del cambio. Gracias!

No pudo evitar dibujar en su rostro una sonrisa de orgullo antes las palabras de la joven sobre lo poco común de su biblioteca, y eso que aún no la veía. — Bueno pues estas en el primer lugar en Londres que tiene tanto libros muggle como mágicos, la verdad es que tengo una fascinación por los libros de literatura, los conocidos como clásicos así que no pude evitar la tentación de compartirla con la comunidad y pues así se decidió, que fuera una biblioteca lo suficientemente completa para todos los gustos — hablaba con alegría extrema ya que la biblioteca era lo que más empeño había llevado de su parte. — Claro entiendo, bueno yo curse ese conocimiento en la universidad y me defiendo un poco aunque a veces la verdad me cuesta —admitió con un poco de vergüenza, en aquel curso prácticamente había tenido que ser autodidacta. — si tal vez es probable que te la cruzaras, aunque cuando abrimos el local ella también acababa de regresar de estar un buen tiempo en el extranjero así que nunca se sabe. Y gracias, creeme que nos agrada mucho que a la gente le guste el lugar y lo que ofrecemos. Y de que es tu negocio? — preguntó con genuina curiosidad a la joven. Cuando Nicolle le propuso dar el recorrido se puso en pie de inmediato — si claro por supuesto, aunque no se si te convenga porque me pongo a presumir mucho el lugar y puede ser algo molesto — dijo bromeando mientras se despedía de Katy agitando su mano al aire y dándole las gracias por la atención. — Si quieres vamos a la biblioteca primero y luego te llevo a los talleres — comentó mientras le indicaba que la siguiera hacía las escaleras ya que la biblioteca se hallaba en todo el segundo piso, si así de grande era además que requería ese espacio por la disposición de varias mesas para que la gente pasara tiempo leyendo en ella o haciendo sus trabajos. @@Nicole Evans Crowley

La Evans la seguía observando como si estuviera perdida en medio de sus pensamientos, en serio no recordaba que ya se habían presentado e incluso conversado durante un buen tiempo en el local propiedad de la ojiazul. De pronto un brillo se atravesó en su mirada y entonces la Delacour supo que al fin había conectado los puntos y no pudo evitar reír mientras movía suavemente su cabeza de lado a lado a modo de negación por la falta de memoria de aquella joven. — Tranquila no te preocupes — dijo tranquilamente cuando la bruja se excuso por su descuido, así como también le explico el motivo de su distracción y no era para menos, se imaginaba cómo debía estar aquel departamento en esos momentos con la guerra que estaba sobre sus hombros y que cada día se complicaba más por los diferentes países que marcaban sus posiciones a favor o en contra de Inglaterra, era algo que a cualquiera pondría de cabeza, ella más que nadie lo sabía pues en su anterior puesto había lidiado con el problema y eso que recién estaba iniciando. Asintió a la idea de Nicolle de irse más cerca a la pared, la verdad es que ya estaba un tanto fastidiada con tanta gente arremolinada a su alrededor, de no ser porque necesitaba estar en aquel lugar hace rato se hubiera marchado sin mirar atrás siquiera. Siguió los pasos de la bruja hasta que encontraron un espacio libre cerca a uno de los muros laterales del atrio, desde allí se podía apreciar una panorámica general de todo mientras conversaban. Había algo que no le cuadraba en aquel lugar y eso la tenía un poco prevenida. — Normalmente cuando hay alguna novedad o chisme importante salen magos y brujas hasta de debajo de las piedras, es más podría incluso pensar que algunos hasta solo regresan a Londres cuando se forman esta clase de shows, — dijo señalando el lugar, en esos momentos habían cosas más importantes en el mundo exterior que esas elecciones pero comprendía que necesitaban una cabeza visible que calmara a la gente y les diera un parte de esperanza tal vez? o solo enmascarar la cruda realidad de la situación actual del país. — Si mi nombre estaba rodando por allí pero no pasó a mayores para mi bienestar mental — dijo con una sonrisa mientras se imaginaba ese escenario, después de la acusación en su contra no quería estar en medio de ello. Cuando terminó preguntando si trabajaba en el ministerio no pudo evitar suspirar con algo de frustración, — Es algo complicado, digamos que sí y no — dijo mientras ladeaba su cabeza y pensaba cómo explicarlo. — Era la directora de la oficina del ministro y saw pero cuando salió la declaración de guerra por una serie de sucesos tuve que alejarme y bueno ya no ostentó ese cargo. Regresé para reincoporarme actualmente al cuartel auror así como a buscar una información de mi anterior oficina — termino de decir, allí tenía algunos datos de la investigación inicial del ataque al ministerio y de la declaración de los búlgaros y la necesitaba para continuar intentando encontrar la manera de poner esa guerra a favor de Inglaterra. Hacía un lado del atrio pudo observar como algunos magos en el furor de discusiones se atacaban entre ellos, esperaba que pronto eligieran al próximo ministro y que se empezará a poner un poco de orden aunque con la burocracia nunca se sabía. — Creo que la gente esta más alterada de lo normal últimamente y lo que menos conviene ahora es una guerra interna, con la que tenemos encima es suficiente. — dijo mirando seriamente a la Evans. @@Nicole Evans Crowley

Bueno como nos gusta vivir dando votos aquí estamos otra vez, así que vengo a pasarme antes de que me ocupe con otras cosas. Agradezco a todos por las palabras de aliento, ánimo y de respeto que me han dado. No saben lo mucho que significa para mi que me tengan en tan alta estima y que tengan en cuenta lo que representó, sé que me falta mucho camino por recorrer pero sé que puedo seguir creciendo de la mano de ustedes trabajando fuertemente por nuestra orden, de veras gracias. Y muchas gracias a quienes me dieron el voto de confianza con su voto, lo aprecio gratamente. Y teniendo en cuenta que lo más importante aquí es el bando más que una sola persona y que el solo hecho de unir a la gente para conseguir que se pongan de acuerdo a la hora de dar un voto a pesar de las diferencias que todos podemos manejar, hace que considere que es la mejor persona para estar al frente. Porque lo más importante es estar unidos a pesar de todo y mostrarnos como la familia que somos o que queremos llegar a ser. Hobbamock Graves, tienes mi voto y mi confianza. Espero poder hacer crecer el bando junto a ti y todos mis compañeros.

La noche empezaba a caer en las calles del callejón Diagon, había estado dando varias vueltas por aquel lugar antes de decidirse a detenerse frente a la escalera que daba acceso al local del esposo de su prima. Le había costado decidir si era o no buena idea ir a buscar al Black Lestrange para hablar seriamente con él, si bien era cierto que los asuntos de pareja debían ser solucionados por las parejas, también lo era el hecho de que ella era responsable de su prima así como de todos los miembros de la familia en ausencia de sus padres, ella estaba a cargo de los Delacour y no dejaría que nadie los hiciera sentir mal así con eso se ganará algún problema. Subió la escalera que daba acceso al local ubicado sobre otro negocio, por ser ya de noche el sitio se veía bastante lleno, aunque la única vez que recordaba haber venido había sido cuando ofició la boda de kaori con Aries y en ese entonces el sitio estaba solo, no sabía que el lugar tuviera tanta acogida dentro de los magos y brujas de Londres. Enfiló sus pasos hasta la barra pidiendo un vodka tonic, dio un sorbo a la bebida mientras recorría con la mirada el lugar, no quería tener que preguntar a los empleados por el mago al menos no aún, así que se posiciono en una de las altas mesas de aluminio desde donde tenía una buena panorámica del lugar y de todos los que iban llegando, esperaría a ver si aparecia el susodicho mientras tomaba su trago, tenían que hablar muy seriamente.

No pudo evitar reír y que sus mejillas se incendiaran por el comentario de su novia, sentía la cara arder y eso solo era ella quien solía causarlo. Era increíble que a pesar del tiempo que ya llevaban compartiendo aún tuviera el poder de hacer que su sangre se acumulara de esa manera en su rostro ante cualquier mirada, frase o gesto que hacía para ella, en su presencia a veces era imposible recuperar su tono habitual de piel y siempre se mantenían de un color rosa sus mejillas y el calor la inundaba. Pero que podía pedir si frente a ella perdía su rumbo, estaba tremendamente enojada con ella y ahora no podía evitar tener una sonrisa de tonta enamorada por estar compartiendo su tiempo con ella. Pero de algo estaba segura no le iba a poner fácil aquella práctica, podría desquitarse un poco de las preocupaciones que a veces le causaba así que pensaba divertirse. Se acercó despacio a Zoe con los brazos a bajo sonriéndole coquetamente lo que hizo que bajara un poco la guardia, en ese momento lanzó un derechazo atinandole a la mandíbula de la Triviani tomándola por sorpresa — No deberías dejarte distraer por unos ojos bonitos mi amor — dijo con tono de voz suave mientras daba un par de pasos hacía atrás y se reía de la expresión de su novia, poniendo sus puños en guardia a la altura de su barbilla. — Y bueno me vas a mostrar algunos movimientos o prefieres que te siga dando una paliza bebé — en serio que su humor había cambiado del cielo a la tierra después de ese par de besos, ahora solo quería molestar un poco a Zoe pero para divertirse. @

La verdad es que la ojiazul no podía estar más que feliz por aquella noticia, una nueva vida siempre era motivo de felicidad y más cuando ella adoraba a todos sus sobrinos y a sus hermanitos. Pero ahora además de sentirse feliz por la noticia debía estar para su prima que al parecer no estaba teniendo el mejor momento con su esposo a pesar de tan linda circunstancia. — Entiendo y sabes que puedes venir aquí las veces que quieras, esta es y siempre será tu casa aunque ya tengas una nueva vida junto a tu esposo — decía para luego escuchar como su prima se expresaba preocupada por lo que estaba pasando. Tomó la mano de la joven apretando con fuerza dándole a entender que no estaba sola, — Kao se que no es algo fácil de digerir y entiendo el miedo que puedas estar sintiendo en este momento ya que no era algo que esperabas, eres joven y llevan poco tiempo de casados pero el hecho de que haya una personita en tu interior comenzando a crecer creada por el amor que ustedes dos se tienen es motivo suficiente para luchar. Se que ahora todo puede verse complicado pero se que encontraran la manera de apoyarse y salir adelante — hablaba en voz suave tratando de darle todo el ánimo posible a su prima. Pero cuando le dijo lo siguiente y las lágrimas de Kao empezaron a brotar no pudo evitar que un sentimiento de ira apareciera, le dio su pañuelo a su prima para después ponerse de pie y liberar un suspiro de frustración — Es que es idi***! — no pudo evitar decir, el filtro mente boca se había roto, — como se le ocurre pensar esa tontería si a leguas se nota lo mucho que lo amas en serio, más le vale que se deje de esas cosas o va a tener un serio problema conmigo, creeme que no me importara romperle su odiosa cara si no se acomoda y viene a pedir disculpas y velar por ti y tu bebé — había dicho todo aquello con una rapidez atropellando las palabras por el coraje, luego respiró profundo y retomó su puesto al lado de su prima. — Lo siento Kao — dijo en tono suave — pero en serio puedo golpear duro — le dijo guiñandole un ojo con media sonrisa en su rostro, ahora solo quería hacerla reír para que se calmara. @

ID: 121288 Libro de Hechizos: Libro de Los Ancestros Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Aquí Link a la Bóveda: 111072 Link a la Ficha: 111059

ID: 121288 Nick: Dennis Delacour Link a la Bóveda Trastero: 111449 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 111072 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: XXV Fecha: 2019-08-11 Nombre del producto: Libro de Los Ancestros Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): XXV Precio: 25.000 G Precio total: 25.000 G Gracias y buen día!

No pasaron sino un par de minutos desde que la ojiazul había golpeado a aquella puerta para escuchar un adelante del interior del lugar, dando un suspiro como tratando de dejar su ansiedad ahí afuera de la vivienda, empujó la puerta del lugar y se adentro en el sitio que debía ser el de la arcana, había escuchado que no le gustaba mucho recibir a las personas en su hogar pero podría no ser cierto o tal vez el hecho de que ahora no estaban en Londres sino en un lugar totalmente apartado la habían hecho cambiar de opinión. Dio un par de pasos al interior pero de entrada no vio a la persona que buscaba, así que siguiendo lo que parecían ser susurros en el ambiente llegó hasta el lugar donde pudo ubicar a la que suponía debía ser la arcana por como Lucía y junto a ella en ese sitio dos mujeres de las cuales conocía al menos a una. La matriarca de la Black Lestrange le ofrecía una sonrisa sincera ante su llegada a lo cual respondió de la misma forma, la otra bruja sólo la conocía de cuadros colgados en el ministerio desde que empezó a trabajar en aquel lugar. Mackenzie Malfoy pensó mientras saludaba con un movimiento de su mano a las presentes. - Buen día, mi nombre es Dennis Delacour Rambaldi, un gusto - saludo mirando a la arcana pero dejando caer también la mirada en las otras dos personas de modo que el saludo fuera para todas. De pronto un zumbido emboto su mente y le pareció sentir un murmullo con el tono de voz de Mia pero no entendió muy bien lo que era, tal vez por el caos que en ese momento se mantenía en su cabeza. Iba a preguntarle cuando vio que se ocupaba nuevamente en lo que fuese que estuviera haciendo. Necesitaba aclarar su mente para poder concentrarse en lo que tendría que hacer para la arcana. - He venido para desarrollar la habilidad bajo su guía, no importa el esfuerzo que requiera - dijo refiriéndose a Rosalía, sabía que está no era una cuestión sencilla de lograr pero la Delacour había demostrado en el pasado ser lo suficientemente cerca para lograr lo que se proponía. En aquel lugar había algo que alteraba su mente, como si muchas cosas a la vez quisieran estar en ella pero no logrará enfocar ninguna y esa sensación no le agradaba para nada, esperaba mejorar eso conforme avanzarán los minutos.

Muy buenos días, espero que todos tengan buen domingo. Y bueno a lo que vinimos vengo a dejar mi voto para líder de la orden. Se que hay varios candidatos que pueden dar la talla así que dar un solo nombre fue complicado. Siempre he querido pensar que soy una persona de palabra y que cuando digo algo lo cumplo, y desde que empezó todo este proceso yo dije que le daría mi voto, eso sumado a que es una persona que durante el tiempo que he estado en el bando ha demostrado su compromiso y ha apoyado las actividades del grupo. Se que puede hacer un muy buen papel y pensar en lo que él bando necesita en estos momentos así que le doy mi apoyo. Se que la orden no es una sola persona y el líder no será sino aquella voz que lleve nuestras ideas para ser escuchadas siempre teniendo en cuenta que lo más importante es el beneficio de todos. Los postulados aquí tienen maneras valiosas de desarrollar el juego y se que cada uno lo habría hecho de maravilla pero en este momento solo podíamos escoger uno. Mi voto es para Hobbamock Graves Buen día!

La ojiazul se encontraba en la oficina del museo night, local que ahora era de su propiedad desde que su sobrina se lo había cedido para que se hiciera cargo. Ese voto de confianza cuando recién había llegado a Londres por parte de la bruja le había hecho sentirse muy bien además de que le había servido para entender un poco el mundo de los negocios ayudada para luego abrir otro local en el callejón Diagon. Mientras revisaba que todo estuviera al día una notificación de la universidad llegó a sus manos. Al leerla no pudo evitar sonreír al cerciorarse de que la solicitud que había pasado a la universidad para inscribirse a una nueva habilidad había sido aceptada, ya podía iniciar con el estudio de ese nuevo interés que venía rondando su cabeza hace varios meses ya, al pareces su intuición había tenido algunas mejoras y la curiosidad de saber si de pronto podría ser un atisbo de aquella habilidad la había hecho tomar la decisión de intentar inscribirse y ahora al menos sabía que eso se había dado bien, por supuesto faltaba lo más importante que era el ver si tenía lo necesario para tenerla y desarrollarla. Por lo que vio en el mensaje ahora debía desplazarse a la escuela de magia de Uagadou en África, pero al parecer desde los eventos de los últimos meses los Arcanos así como los guerreros Uzza habían regresado a su tierra de origen, aunque lo importante era que habían decidió continuar impartiendo sus conocimientos. Bueno siempre había pensado que las cosas importantes requerían de un esfuerzo mayor y si debía empezar por ir a África así lo haría. Terminó de acomodar los documentos del museo y se dispuso a ir a la mansión para preparar sus cosas. Después de una ducha se vistió con un pantalón gris, botines altos a juego y una blusa blanca de manga larga y cuello en v. Dejó su cabello suelto y luego guardo en un pequeño bolso que colgaba de cintura todos los amuletos y objetos de libros que ha cursado. En su mano estaba el anillo de metamorfomagia por si lo iba a necesitar. Dio un último vistazo a su hogar e invocando un fulgura nox abrió aquel portal destino a la escuela de magia africana. Cuando piso el exterior de los terrenos de aquel lugar se detuvo a observar alrededor. Era un sitio bastante interesante a la vista, pero no tenía tiempo para mirar ya que ahora debía buscar a la Arcana que se suponía debía instruirla en la habilidad. Se cruzó con un par de estudiantes y estuvo a punto de preguntarles por lo que le interesaba pero por alguna razón en su cabeza sintió que ya tenía aquella respuesta. Se encaminó hacia dónde se encontraba ahora el hogar de aquella mujer, al parecer el lugar era igual a cuando estaba en la universidad inglesa ya que alguna vez pasó cerca a un sitio igual a ese en sus correrías dentro del ateneo estudiando otras habilidades. Se acercó la entrada del lugar para tocar la puerta de la vivienda que por ahora era lo que la separaba de la presencia de la arcana, esa distancia podría seguir así de estrecha o podría ampliarse dependiendo de si la mujer consideraba o no que tenía lo que se necesitaba para desarrollar el conocimiento que impartia. Era hora de averiguar si podría con ello.

Escucho a la joven hacer su pedido a Katy lo cual le alegro ya que en serio quería compensar el incidente que había sucedido anteriormente, le gustaba que cada persona que asistía a la libélula encontrará la tranquilidad que buscaba así como que pudieran desarrollar sus aptitudes en los diferentes talleres que brindaban. Y al parecer esa falta de tiempo y exceso de trabajo era lo que había traído a Nicole al centro cultural. Katy no demoro en traer lo ordenado y su rostro dibujo una sonrisa al ver que el cheese cake había sido del agrado de la bruja, la cafetería del lugar tenía sin lugar a dudas uno de los primeros lugares en repostería del callejón Diagon. Dio un sorbo a su café mientras escuchaba la pregunta de la joven. - si la verdad la biblioteca es bastante amplia y abarca diversos géneros literarios tanto muggle como mágicos, la verdad es un orgullo para nosotros. Incluso hoy estoy trayendo unos manuscritos sobre runas para ampliar esa sección. Con gusto te la enseñó cuando termines - dijo mientras observaba cómo el lugar se iba llenando. - soy un de las dueñas, el lugar lo abrí junto a una buena amiga y socia, no se si hayas oído de ella, Dorothy Anne Lockhart. Ella tenía una idea de crear un sitio que pudiera disfrutar toda la comunidad mágica y era algo que yo compartía así que unimos fuerzas y de ello resultó este lugar - dijo mientras movía sus manos con suavidad alrededor refiriéndose al local. Su socia por ahora estaba fuera de Londres así que ella se encargaba de todo en la libélula. Esperaba no estar aburriendo a aquella joven con tanta palabrería. Al menos esperaba que con la biblioteca o los talleres olvidara que le había hablado por montones. Negó con un movimiento de cabeza cuando la bruja se disculpo por la interrupción por motivos de trabajo. Terminó su café mientras pensaba en que departamento trabajaría aquella joven, la Delacour estaba algo ausente por esos días del ministerio pero pronto tendría que regresar. @@Nicole Evans Crowley

Muy buenas noches y feliz fin de semana a todos los compañeros foriles. Siendo consecuente entre mis palabras y mis acciones vengo a dejar mi voto para ministro. Mi voto es para alguien a quien había nominado y consideró que es una persona con un alto grado de responsabilidad y compromiso con el foro, conozco su excelente nivel de rol y la creatividad que puede manejar a la hora de generar tramas que atrapen a los usuarios así que sigo creyendo que es la mejor opción. Mi voto es por: Mia. Linda noche!

Asintió ante el saludo de la hija de Mia que además de unas palabras amables por el hecho de conocerla hacia una pequeña reverencia, aquello no era algo común de ver a excepción de cuando estaba en algún duelo ya que era algo que solía hacer porque siempre recordaba las palabras de su antiguo tutor que le decía que era una cortesía para con el oponente que jamás debía perderse, pero en el día a día nunca se había cruzado con una persona con esos modales. Sonrio amablemente mientras escuchaba las palabras de la matriarca, - no tengo el gusto de conocerlos del todo, solo de paso la última vez que estuve aquí en una boda, pero solo fue por un momento - dijo mientras notaba que la joven mantenia la mirada fija en ella, eso sólo era señal de que la estaba analizando, la ojiazul sabía cuando alguien observaba todo minuciosamente con él fin de descifrar lo que veía. Le había sorprendido sobremanera que Mia tuviera una hija de esa edad, la Black Lestrange se veía bastante joven así que por su cabeza no cruzó antes esa idea. Escucho la invitación a dar un paseo por el lugar - sería un placer, además me encanta ver a las criaturas mágicas en su hábitat, cuáles tienes en el bosque? - pregunto tratando de no sonar como alguien que quiere saberlo todo, simplemente era porque le encantaban las criaturas mágicas y siempre le fascinaba pasar algo de tiempo con ellas. Ashura que era como se llamaba la hija de la Black Lestrange también estuvo de acuerdo en dar el paseo, mientras daban los primeros pasos escucho preguntarle acerca de su trabajo, no le parecía un atrevimiento que le preguntara aunque al estar a veces un poco a la defensiva lo sentía como un pequeño interrogatorio pero entendía que esas eran las preguntas comunes de cuando conoces a alguien así que trato de ser lo más amable al respecto. - No te preocupes que no es atrevimiento, y si desde hace un tiempo que trabajo en el ministerio. La verdad es que me he desempeñado en diversos departamentos. Aunque recientemente estoy regresando a mis actividades - respondió de manera casual, además era cierto, había estado ausente del ministerio un corto tiempo y ahora regresaba a un antiguo puesto y no el que había ejercido durante los últimos meses. Durante su tiempo laboral no recordaba haberse cruzado con la joven, al menos no directamente pues por más que lo intentaba no lograba ubicarla en ningún recuerdo dentro de aquellas instalaciones. De reojo observó a Mía, tal vez estaba prestando atención a la conversación aunque a simple vista parecía que tenía algo en mente que la tenía un poco distraída.

No entendía cómo era posible que con el pasar del tiempo pareciera que más gente fuera llegando, lo lógico sería que hicieran sus nominaciones y se marcharan del ministerio con destino a su hogar o a un lugar seguro, como estaban las cosas era mejor no tentar la suerte arriesgándose en un sitio tan importante como para recibir un ataque como lo era ese edificio. Pero claro, era más importante el chisme local sobre las elecciones que encontrar la manera de salir del lío en el que se encontraba Inglaterra en esos momentos, realmente a veces no comprendía en absoluto la forma de pensar de las personas. Nuevamente miro hacía donde salian las imagenes de los nominados y no pudo evitar que sus labios se curvaran en una sonrisa al ver que su nombre ya no figuraba entre los cinco primeros, un problema menos de que preocuparse, pensó mientras seguía tratando de pasar a través de aquel mar de gente. Su cabeza tenía muchas cosas en mente en ese momento y lo que menos le agradaba era tener que dar un discurso sobre política cuando bien sabía que la política siempre se movía bajo intereses personales, lo había visto cuando fue acusada y lo seguiría viendo sin duda alguna, por eso era mejor para la Delacour dejar los puestos burocráticos y dedicarse más al trabajo de campo y la acción desde el cuartel auror, eso haría ahora. Necesitaba llegar a la que fuese su oficina también ya que alguna información que necesitaba aún se hallaba en aquel lugar, pero era algo imposible con ese montón de personas que no hacían sino invadir su espacio personal, por un momento tuvo la tentación de lanzar algún hechizo para abrirse campo pero esa no era una opción, o si?, no definitivamente no. Negaba con un movimiento de cabeza ante aquella idea cuando algo o en este caso alguien chocó de lleno contra la ojiazul casi cayendo al suelo, intentó sujetar a aquella persona pero no alcanzó a sujetar bien su mano, para suerte de la bruja la cantidad de personas en el lugar la volvieron a su sitio sin dejarla caer al piso. — No se preocupe — dijo a la persona que se disculpaba por aquel choque cuando reconoció de quien se trataba. — Empiezo a creer que tu o yo somos imanes de accidentes, primero el te y ahora esto. Y si definitivamente eres pésima para recordar a las personas o no prestaste atención a la conversación que tuvimos sobre el centro cultural — dijo con una sonrisa, recordaba a la bruja de cuando fue a solicitar información a la Libélula, la delacour se podía dar el lujo de decir que tenía muy buena memoria siempre al contrario de la joven que tenía en frente. Ahora que recordaba, ella trabajaba en el ministerio así que tal vez podría darle alguna información importante. @@Nicole Evans Crowley

Los minutos pasaban y no llegaban los demás estudiantes, lo que si se hacía presente de una forma monumental era el aumento de la temperatura en aquel lugar, y eso que la ojiazul tenía una simple camisa blanca bajo su overol, además de tener el cabello recogido, de lo contrario estaría tan colorada como un tomate ya que debido al tono blanco de su piel eso era algo que podía pasar fácilmente. Se dedicó a observar el invernadero en donde estaban suspirando cada tanto por el aburrimiento ya que quería comenzar lo más pronto posible la clase. El primero en aparecer en aquel lugar fue un mago que no recordaba haber visto antes, cuando saludo simplemente asintió con su cabeza e hizo un ligero saludo al aire con la mano derecha. Pero cuando la segunda persona apareció ahí sí que pensó que iba a ser un día todavía más pesado, si bien era el esposo de su prima Kaori y habían comenzado a llevarse un poco mejor también era cierto que cuando sacaba su lado arrogante la sacaba de casillas en par de segundos y lo que menos quería era tener un día de enojos por causa del Black Lestrange, solo esperaba que viniera en actitud tranquila. Al igual que con Sean lo saludo con un movimiento de su mano. El profesor viendo que ya estaban todos los asistentes procedió a saludar y explicar que ese día llevaria dos clases conjuntas, y luego los invito a tomar asiento en un mesón que tenía preparado para ellos. En aquella mesa hizo aparecer una planta la cual preguntó si teníamos idea de cual era, siempre trataba de leer algo sobre los temas que vería en sus clases para no llegar tan perdida, era algo que le gustaba hacer. — Si no me equivoco es la planta Rocio de Luna, se encuentra en Escocia y a veces en Irlanda y sus propiedades mágicas son valiosas en la elaboración de unas pociones muy conocidas — dijo a su profesor, sabía cuáles eran aquellas pociones pero esa pregunta había sido dirigida a su compañero así que era mejor no intervenir.

El tiempo parecía detenerse para la Delacour en el momento en que vio que aquel bola de fuego chino abrió completamente los ojos y depositaba su mirada sobre el ave azul que estaba a unos metros de distancia. Ella simplemente no movió ni una pluma, es más ni respiro por evitar cualquier ruido que alterará a aquella enorme criatura frente a sus ojos. Pero el dragon ya había notado su presencia y sólo esperaba el momento adecuado para volverla un cúmulo de cenizas. Sentía que se había quedado pegada al suelo por más que quisiera alzar el vuelo, pero fue entonces que una brisa llegó hasta ella colandose entre las plumas de sus alas y como si fuera el impulso que esperaba alzó el vuelo justo a tiempo ya que el dragon había lanzado su primera llamarada en su dirección. Rayos eso estuvo cerca, pensó cuando vio que la criatura sólo movía su cabeza siguiendo su vuelo y lanzando una nueva llama en su dirección la cual esquivo por poco y con mucha suerte. Pero a pesar de estar revoloteando frente al bola de fuego este no quitaba su cuerpo de delante de la única salida de aquel laberinto, tenía que hacer que se moviera de allí para poder salir. Así que en un impolso atrevido voló lo más veloz que pudo en frente del dragon logrando evadir su cabeza hasta mantenerse elevada justo detrás de él en un sitio donde no la alcanzaba y luego con algo de osadía empezó a picotear el lomo y cabeza de la criatura. Era obvio que no le iba a hacer daño pero serviría para hacerlo mover y eso surtió efecto en que vio que se levantó para girar su cuerpo y quedar de frente al guacamayo azul que era ahora, empezó a revolotear alrededor de la cabeza del mismo esquivando uno que otro ataque. En un momento en que el dragón se giro al lado opuesto se la puerta rápidamente aprovecho para volar hasta encontrarse frente a la puerta y volviendo a su forma humana la abrió para salir de aquel laberinto antes de darle al bola de fuego oportunidad de un último ataque. Ya del otro lado su visión tuvo que ajustarse a la luz del lugar ya que los últimos minutos evitando las llamas del dragon el ambiente se había llenado de humo y eso irritó su vista. Pero ahora en ese lugar frente a ella al pie de la escalinata observaba a Suluk con su varita de cristal observándola fijamente. Había logrado salir del laberinto con algunas dificultades pero tal vez ahora es que empezaría su verdadera prueba.

No pudo evitar soltar un suspiro de alivio al escuchar a la joven decir que lo ocurrido no tenía importancia alguna mientras le indicaba que la siguiera con rumbo a la cafetería del lugar. A pesar de que lo que decía era cierto y los accidentes a veces ocurrían no todos opinaban lo mismo. La Delacour muchas veces había tenido que lidiar con magos y brujas que pensaban que por ser de determinadas familias o poseer ciertos cargos podían portarse de la forma más petulante posible, y si eso lo hacían con alguien de buena familia como ella no imaginaba como serían con personas con menos recursos, pero de todo había en el mundo y sólo quedaba tolerar a esa gente. Se ubicaron en una de las mesas de la cafetería que se hallaban en el lado del jardín, esas eran las mejores dado que los rosales del lugar daban un hermoso y sutil aroma alrededor. Antes de tomar asiento en esa mesa recogió el bolso que había dejado tirado antes de ir a perseguir a Pete. Katy se acercó para recibir la orden del par de brujas, - creo que tomaré el café americano que no pude por el lío del escarbato. - luego fijo la mirada en la joven que la acompañaba - que deseas pedir? La libélula tiene una gran variedad de bebidas frías y calientes que son deliciosas así como también te recomiendo el cheese cake de frutos rojos, es una maravilla. Y todo va por la casa así que puede pedir en confianza - termino de decir, realmente en el centro cultural una de las principales cosas que les gustaba tener presente era el buen trato a sus visitantes. - si efectivamente tenemos ambos talleres, son bastante entretenidos además de que brindan variedad de horarios para que puedan ajustarse a las vidas ocupadas de nuestros asistentes. Después de tomar este receso podríamos ir a ver el que te interese más - dijo de manera amable, recordaba que cuando abrió el local con su socia lo más importante para ellas era brindar opciones variadas que permitieran a la gente explorar sus talentos y escapar del estrés de la vida diaria. @@Nicole Evans Crowley

La Delacour se encontraba en su hogar después de días de estar bajo los radares ministeriales e intentando averiguar muchas cosas que ayudarán a encontrar solución a la guerra que había estallado prácticamente en sus narices dentro del propio ministerio y que había desatado un caos no sólo en Inglaterra sino en toda Europa mientras las naciones tomaban los diferentes lados del conflicto. Si bien era cierto que varios países apoyaban a los búlgaros también lo era el hecho de que había logrado hacerse de aliados dentro de aquellos países que podrían ser de mucha ayuda provocando una caída interna de sus naciones y así alejarlos de su objetivo principal que era atacar a los ingleses, pero por ahora era mejor tener esas cartas ocultas hasta que llegara el momento indicado. Había dado orden de reforzar la seguridad tanto de la mansión Delacour como del Castillo Rambaldi, eso protegería aquellos lugares no sólo de los daños colaterales por una guerra que no habían buscado sino también de que cualquier enemigo quisiera ingresar a los terrenos, sólo de intentarlo se encontrarían con una severa tortura, no era algo que le agradaba pero no podía arriesgar el bienestar de los suyos y menos después de aquella acusación de traición que había caído sobre sus hombros sólo por intentar buscar una solución al caos que provocó aquella declaración de guerra en pleno atrio. Uno de sus elfos se acercó para entregarle un mensaje con una poco común forma de thestral en origami, en el le indicaban que formaba parte de un grupo de nominados a ocupar el cargo de ministro. Era acaso una broma? Primero era una traidora por velar por la comunidad mágica y ahora una nominada para ocupar el puesto que supuestamente quería adquirir conspirando contra el anterior ministro. Definitivamente la guerra liberaba caos a su paso, pero debía enterarse con seguridad de lo que pasaba porque si eso era cierto entonces suponía que aquella orden de detención en su contra ya no existía. Luego de dejar su ropa de viaje se vistió con un pantalón negro, botas altas a juego y una blusa blanca de botones, y sobre su atuendo se acomodo una túnica negra con capucha que coloco sobre sus rubios cabellos. La entrada al ministerio había sido más estricta que antes pero no encontró ninguna traba al encontrar que su nombre seguía en la plantilla ministerial, tampoco nadie intentó detenerla al saber de quien se trataba por lo que entendió que con lo que había pasado su acusación había perdido peso y nuevamente era libre de andar por donde quisiera. El atrio estaba inundado de gente y sobre sus cabezas imágenes de los candidatos a ministro se mostraban con leyendas acerca de ellos, le sorprendió ver un poco su rostro entre ellos lo que hacía que diera por sentado lo que decía el mensaje que había recibido. Aunque en ese momento sólo le interesaba saber si alguien estaba tratando de hacer algo para solucionar el problema mayor que era la confrontación que se llevaba cerca de ellos y que cada tanto una explosión se las recordaba con más fuerza. Se quito la capucha y empezó a caminar por el lugar con el fin de dar con alguna cara conocida, al menos alguna que fuera de importancia para lo que estaba tratando de investigar porque tanto tiempo trabajando en el ministerio la habían hecho conocida pero aquel día no iba a socializar y mucho menos a buscar posibles votos, le interesaba algo mucho más allá que las elecciones a ministro, le importaba una salida a aquella guerra que aún no sabían porque había sido dirigida contra Inglaterra, porque una profecía había sido el comienzo de todo esto.

La pregunta que había lanzado al aire tomó por sorpresa a su prima, lo moto mientras la observaba y veía como su expresión se había congelado por un momento para luego pasar a la confusión, tal vez pensaba si debía o no decirle a la ojiazul lo que estaba sucediendo. Solo esperaba que Kaori tuviera la confianza suficiente en ella para hablar de las razones que la tenían preocupada. Después de algunos segundos y soltar el aire en un suspiro le dijo a la Delacour que era lo que sucedía, antes de que pudiera preguntar porque su esposo la tenía loca la joven le pasó una fotografía mié tras ella daba un sorbo a la copa de vino que reposaba en su mano, casi se atora de la emoción cuando entendió lo que era. Dejando la copa en la mesa junto al sillón donde se encontraba se levantó con rapidez para acercarse a la bruja y rodearla con un cálido abrazo - Kao mil felicidades, no puedo creer que ya vayas a ser mamá. Un pequeño Delacour que llegará a llenar de luz y amor a la familia - dijo con una alegría inmensa, con tantos problemas que habían pasado esa era y a gran noticia. Luego de la emoción inicial y que la calma retornara al ambiente se sentó junto a su prima para en un tono suave tratando de darle ánimo pregunto sobre lo que ocurría - que sucede con tu esposo? Porque dices que te está volviendo loca? - tal vez era porque no llevaban mucho tiempo de casados y recién se estaban ajustando pero igual si ella podía ayudar en algo lo haría.