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Rhaella Triviani

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Todo lo publicado por Rhaella Triviani

  1. Los verdes ojos de Triviani recorrieron el pergamino que había llegado al castillo de su familia la noche anterior, en el que se le informaba donde se impartiría la que seria su primera clase en el Ateneo de Conocimientos. Cuando estuvo segura que recordaría el lugar exacto en el que tendría que presentarse sin tener que revisar nuevamente, doblo el pergamino para después guardarlo en uno de los amplios bolsillos de su larga y elegante túnica escarlata. Profirió un suspiro antes de levantarse de las escaleras en las que se encontraba recostada para dirigirse hacia su destino. No sabía cuánto tiempo había trascurrido desde el día en el que, junto con su hermanastra, Zoella, había decidido tomar la clase de Historia de la Magia. Y aunque tampoco estuviera muy segura de porque ambas Triviani habían escogido aquella materia, sospechaba que eso se debía a que era una de las que más les había llamado la atención a primera vista. Y cuando se le informo quien seria su profesora, la italiana supo que había tomado una buena decisión, pues conocía a Anne Gaunt ya que curiosamente también habían compartido otra clase en el pasado. Tuvo que subir algunas escaleras, ya que el aula escogida se encontraba en uno de los pisos superiores, pero esto no le molesto demasiado gracias a que su calzado de siempre, las largas botas de cuero y tacón negro que lucía normalmente, habían sido remplazadas por unos zapatos de aquel mismo color, pero simples y sin tacón alguno. Después de todo, sabia que las clases en el mundo mágico podrían salirse de control con bastante facilidad y no dudaba que estaba a punto de verse involucrada en otra aventura. Suspiro nuevamente y empujo la puerta del aula. Lo primero que noto al observar el espacioso lugar fueron los grandes ventanales por los que se apreciaba una bonita vista del terreno, lo segundo que noto, fueron los presentes. Una sonrisa amable apareció en sus labios mientras caminaba hacia Zoella y Jeremy, y aunque se preguntaba que estaba haciendo ese ultimo allí, le agrado contar con su compañía. Se sentía a gusto ya que conocía a todos en la sala, con la excepción de dos personas; una mujer a la que había visto antes en el Caldero Envenenado, y un hombre con el que jamás se había topado. ―Mi nombre es Rhaella Triviani ―sonrió―. Es un gusto. A continuación, le dedico un asentimiento de cabeza acompañado de un guiño divertido a sus dos primos, para después deshacerse del ostentoso abrigo que cubría la camiseta blanca y los oscuros vaqueros que portaba debajo. Su atención después fue a parar en la profesora, Anne, a quien le dedico una sonrisa un tanto triste; se daba cuenta que era la ultima en llegar, y no era su intención hacer que los demás la esperaran, pero había otros asuntos de los que la demonio había tenido que ocuparse antes de poder llegar al Ateneo de Conocimiento. ―Lamento mucho la tardanza, Anne.
  2. Nick: Rhaella Triviani ID: 121299 Conocimiento: Historia de la Magia Nivel de Magia: 2 ​Link a la Bóveda: 111148 Link a la Ficha: 111141
  3. Buenas tardes o/ Paso a solicitar el conocimiento adquirido por la graduación, el conocimiento que quiero es Encantamientos. Gracias y Saludos.
  4. La Triviani se encontraba parada en las escaleras de piedra de la entrada del museo. Observando con atención las puertas abiertas de la prominente edificación y todas las personas que se encontraban dentro para ver la exhibición a la que había sido invitada por Wendolyn Myrrdin, su compañera de trabajo en el departamento de accidentes mágicos y catástrofes. Su mano derecha se encontraba en su cabello, asegurándose de que su simple peinado de trenzas se encontrara bien presentado. También se había decidido por un vestido simple de encaje negro, el cual no era muy largo, pero a la vez se veía lo suficientemente modesto como para aquel tipo de reunión. Mientras que los altos tacones que complementaban el atuendo le regalaban algunos centímetros extra a su baja altura. Después de asegurarse de que todo estuviera correcto con su apariencia, sus orbes esmeraldas regresaron a la entrada del museo; incluso desde el lugar en el que se encontraba parada, podía notar que aquel no era el tipo de reunión que normalmente frecuentaba. Usualmente, los únicos eventos sociales a los que asistía eran el tipo de reuniones en los que el licor era abundante y no existían las reglas ni las etiquetas elegantes. Por esa razón, la demonio no estaba del todo segura que estaba haciendo en aquel lugar; quizás simplemente quería conocer mas a fondo a una de sus compañeras de trabajo en el ministerio de magia. Soltó un suspiro, para después adentrarse en el lugar finalmente. No podía negar que aquel museo era un lugar hermoso; sus ojos recorrieron cada esquina del lugar, en parte admirando el arte que se exhibía y en parte buscando la cabellera castaña de Wendolyn Myrrdin entre las personas de la multitud. La Triviani no pudo evitar pensar en cuanto dinero podría ganar si tan solo decidía tomar alguna de las piezas exhibidas, aquel tipo de pensamientos formaban parte de su naturaleza. Finalmente, pudo ver a su compañera de trabajo en la lejanía y con una pequeña sonrisa que disfrazaba la incomodidad que sentía en aquel momento, se acerco hacia el grupo con el que la Myrrdin se encontraba. ―¡Wendolyn! Tienes que perdonar mi tardanza, tuve que ocuparme de algunas cosas antes de venir ―dijo. Le pareció una buena idea omitir las cosas que había hecho antes de ponerse aquel atuendo elegante, aunque si sabía acerca de la familia Triviani, podría intuirlo. @@Wendolyn Maxwell @@Dennis Delacour @@Ania Evans Weasley
  5. Pero antes de poder tomar a su hermanastra del brazo para continuar juntas con aquella aventura en la que se había visto envuelta sin querer, se detuvo. ¿Pero que estaba haciendo? Apenas conocía a las personas que se encontraban en aquel lugar; apenas conocía a su propia hermanastra, con la que no había hablado de nada si se ignoraban las únicas dos ocasiones en las que se habían reunido antes de aquel día. Casi inconscientemente, sus manos se cerraron fuertemente en puños y su mirada fue a parar en Jeremy Askar. Inmediatamente, una pequeña sonrisa volvió a sus labios mientras intentaba evitar que sus ojos se pusieran en blanco, pues conocía aquel instinto de protección que brillaba en los ojos del Askar. Se reservo las palabras sarcásticas que querían abandonar su boca entonces, porque sabia que tener a un Triviani, aunque su lazo familiar no fuera de sangre, le serviría en el futuro de aquella aventura. Le sonrió a Jeremy para después responder a sus ordenes con un saludo militar, se preguntó si siquiera reconocería aquel gesto mayormente muggle. Y antes de seguir a los otros Triviani por el camino de la derecha, les dedico un beso volado de despedida a el otro grupo. ―Lumos ―la punta de su varita, al igual que las de sus acompañantes, se alumbró para así revelar aun mas dibujos extraños en las paredes del largo túnel. La demonio se encontraba tan concentrada en intentar hacer que al menos uno de esos dibujos cobrara sentido, que casi no escucho las palabras del Askar, pero cuando escucho con mas atención, se dio cuenta de a que se referida: a lo lejos se podía escuchar el sonido de… ¿agua?, esa parecía la respuesta más probable. Fue entonces cuando el suelo se los trago y las manos de la rubia se aferraron con aun mas fuerza a la varita que descansaba en su diestra. Antes de que se le pudiera ocurrir un hechizo que impidiera que el impacto del trio fuera muy grave, se siento a si misma abandonar el tobogán por el que se estaban deslizando para después estrellarse contra el suelo. Lanzo un suspiro mientras se levantaba y intentaba deshacerse del polvo que había invadido su ropa y manos, mientras que Jeremy parecía estar perdiendo la compostura mas y mas con cada segundo que pasaba. “¿Dónde demonios estamos?”, pregunto entonces él rubio. ―Tu apellido es Askar, ¿No deberías saberlo tú? ―su tono de voz era neutro, casi distraído mientras observaba con los dibujos que adornaban las paredes nuevamente― Nox Ignoro la pregunta del Askar de si sabia leer aquellos dibujos, ya que era bastante claro de que ni la demonio ni Zoella lo hacían; la Black Lestrange por su parte no tenía mucha idea de la cultura egipcia. Y metiendo la varita en el bolsillo de su pantalón, se dedico a trazar los extraños dibujos con su dedo. Se mantuvo haciendo eso por algunos minutos antes de que el rugido del Askar la sacara de sus pensamientos; pensamientos acerca de cuál podría ser el significado de aquellas marcas. Se acerco hacia el Askar para después apoyar ambas manos fuertemente en sus hombros. ―Detente, lo único que estas consiguiendo es que sepa que ha logrado hacerte enojar. No conseguirá doblegarnos, claro; pero eso tenemos que demostrárselo ―soltó, para después alejarse de el después de darle un suave golpe en la mejilla con la palma de su mano― Mis ultimas palabras son: no pienso morir en un lugar desconocido gracias a la broma de un fantasma, así que manos a la obra. Ahora en vez de concentrarse en trazar los dibujos con la punta de su dedo, se encargo de tocar la pared en busca de cualquier botón o trampa que pudiera ayudarlos a salir de allí. No paso mucho tiempo antes de que Jeremy la jalara del brazo y Zoella lanzara un hechizo que los mando directamente al pasillo de abajo. ―Bien, ahora ¿hacia dónde? ―pregunto. La idea de su hermanastra pudo haber acabado bastante mal, pero no lo había hecho gracias a que habían caído en algún tipo de laguna; no era tan profunda como para que se ahogaran, pero era lo suficientemente honda como para que el impacto no hubiera sido malo. Ahora, tenían dos caminos que podían elegir frente a ellos. @ @ @@Noah Lockhart @@Sasha Askar @@Rachel Ravenclaw
  6. @ Pues yo aprovecho para darte un recibimiento con todas las de la ley, ¡Bienvenida al foro y a la familia! +.+ Rach no exagera cuando dice que has decidido formar parte de una de las mejores familias de todo el foro que aunque yo aun no haya tenido la oportunidad de compartir con la mayoría de ellos On Rol, se que son personas muy amables que te ayudaran en todo lo que necesites. Y claro, también me ofrezco para cualquier rol familiar que quieras hacer en el futuro
  7. Aun tratando sutilmente de recuperar el aliento y la energía que la caminata hasta la propiedad de la familia Tonks le había robado, la Triviani siguió a sus compañeros de departamento hasta las puertas de la edificación. Entonces, sintió como una mano se posaba en la fina tela del abrigo que cubría su hombro; no se sobresaltó, pero tampoco se podía decir que aquel gesto no la había sorprendido, en especial cuando alzo la vista y se encontró con la oscura mirada de Wendolyn Myrrdin. La castaña le dedico una sonrisa amable para después dedicarle unas palabras que la confundieron por algunos segundos “Tranquila, no pasa nada” Probablemente se hubiera dado cuenta de que le faltaba el aire y aquel era un intento de reconfortarla. Borrando la pequeña arruga de confusión que se había formado en su rostro, la demonio la remplazo con una sonrisa amable. Quería decirle a la Myrrdin que no necesitaba que la reconfortara, pero simplemente lo dejo pasar. Parte de ella se sentía agradecida con la castaña por haber notado un detalle tan simple. ―Buenos días ―soltó cuando una bruja de largo cabello castaño les dio la bienvenida― Tampoco quiero nada, gracias. Siguió a Djvash mientras admiraba la decoración del lugar. Sin embargo, no falto mucho para que las cosas se salieran de control. Fijo su atención en Shena al escucharla soltar una exclamación <<¿Otra vez? ¿A que se refiere con “Otra vez? ¿Esto ha pasado mas de una vez?>> Su verde mirada fue a parar en la criatura mientras seguía las indicaciones de Djvash, colocándose detrás de el. @@djvash Asturias @@Wendolyn Maxwell @ @@Shena Cindy de Ryvak M.
  8. Los mensajes en los que se le avisaba que su presencia era requerida inmediatamente para realizar alguna labor ministerial eran cada vez mas comunes. Tanto, que aquella vez la Triviani estaba preparada para acudir al llamado incluso antes de que uno de los elfos familiares, una de las pobres criaturas que deambulaban por el castillo Triviani con el espíritu roto, tocara la puerta de su habitación para avisarle que una lechuza había llegado en nombre de Djvash Asturias. Aquel llamado era diferente a los demás que había recibido hasta el momento, sin embargo, ya que en él decía que su presencia era requerida en la propiedad de la familia Tonks. Era la primera vez que iría con sus compañeros de departamento a un lugar fuera del ministerio. Ya que no sabia exactamente que iba a tener que hacer allí, había remplazado a regañadientes sus zapatos de tacón por algo plano y mucho mas cómodo, dejando de apoyarse en los centímetros extra de altura que su calzado normalmente le brindaba y luciendo aun mas su baja estatura. Se envolvió en su túnica favorita y salió del castillo de su familia hacia la propiedad Tonks. La Triviani no había tenido el tiempo necesario de hacer su examen de aparición, por lo que tuvo que caminar hasta su destino. Una vez allí, soltó un suspiro antes de dirigirse a sus compañeros. ―Me disculpo por la tardanza @@djvash Asturias @@Wendolyn Maxwell
  9. Una pequeña sonrisa apareció en los rojos labios de la Triviani al ver la prominente edificación por primera vez. Nunca había visitado la biblioteca de Alejandría, pero había escuchado varias cosas acerca del lugar: a los magos de las calles del callejón Diagón les gustaba conversar especialmente acerca de las rumoreadas secciones prohibidas de la biblioteca, difíciles de encontrar y altamente protegidas, entre otras cosas interesantes. Bastaba una sola mirada para darse cuenta que aquel era un lugar interesante y misterioso. Tenia ambas manos guardadas en los suaves bolsillos de su túnica, y el largo cabello rubio recogido en una simple cola de caballo, la cual se movía de lado a lado gracias a los rápidos pasos que daba en dirección a las puertas de la biblioteca. La demonio no estaba nerviosa, al contrario, se encontraba algo emocionada por lo que podría llegar a suceder allí. Una vez llego a las puertas de la biblioteca, le dirigió un ligero asentimiento de cabeza a Candela y una sonrisa reconfortante a Rachel. Con el ceño fruncido, noto la ausencia de Orión. Probablemente ya estuviera adentro. -¿Comenzamos?. @@Candela Triviani @@Rachel Ravenclaw @Orión Yaxley
  10. Buenas tardes Me disculpo porque se me había olvidado por completo pasar a solicitarlo, pero el conocimiento que quiero es Pociones. Saludos y gracias.
  11. Paso a pedir unos cambios en mi bóveda personal Gracias de ante mano, duendes.
  12. Paso a pedir que editen mi ficha ♠ Ficha de Personaje ♠ ♠ Datos Personales ♠ Nombre del personaje: Rhaella Triviani Black Lestrange Sexo: Femenino Edad: Joven Nacionalidad: Italiana Familias: • Sanguínea: Triviani • Adoptiva: Black Lestrange Padres Sanguíneos: • Candela Triviani Padres Adoptivos: • Eobard Black Lestrange Trabajo: -- ♠ Poderes Mágicos ♠ Rango Social: Aprendiz Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Puntos de Poder en Objetos: 20 Hechizos Adicionales: -- Puntos de Poder en Criaturas: -- Criaturas Controlables en Asaltos y Duelos: -- Habilidades Mágicas: • • • Conocimientos Especiales: • • • Medallas: • • • ♠ Perfil del Personaje ♠ Raza: Demonio Aspecto Físico: Con un rostro de ángulos suaves y pómulos altos acompañado de un par de brillantes ojos verdes y una nariz pequeña, la apariencia de la Triviani es de inocencia pura, su estatura solo le ayuda a adquirir ese aire de niña pequeña pues con 1.59 es casi siempre mas baja que las personas a su alrededor. Tiene una larga cabellera que le llega a mas abajo de la cintura, la cual normalmente lleva amarrada en diferentes tipos de complicadas trenzas, y su cabello es tan rubio que para los demás parece ser blanco. Sus labios están constantemente pintados de un rojo oscuro, gracias a su amor por ese color. El único detalle en su apariencia que va en contra de su aspecto inocente es la larga y grotesca cicatriz que inicia en su clavícula y baja en diagonal, acercándose peligrosamente a tocar su corazón. ​Cualidades Psicológicas: La pequeña sonrisa desafiante que adorna casi permanentemente el rostro de la Black Lestrange es un indicio de que es una persona a la que le gusta divertirse, pero lo que la divierte a ella puede no ser de el agrado de todo el mundo. Gracias a el entorno en el que nació y creció, le gusta el caos y la violencia, y toma cada oportunidad que se le presente para divertirse a si misma, ya sea causando caos o ideando planes en contra de otros individuos. Valora la lealtad ante todo y ve la traición como un pecado imperdonable. Valora a aquellos que son inteligentes y valientes y le es absolutamente leal a las personas mas importantes en su vida. Historia: En Construcción. ♠ Pertenencias ♠ ​Objeto Mágico Legendario: -- ​Objetos Mágicos: • Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Pociones Mágicas: • Objeto: -- Clasificación: -- Punto de Poder: -- ​Criaturas Mágicas: • Criatura: -- Categoría: -- Puntos de Poder: -- Criaturas en la Reserva: • Criatura: -- ​ Clasificación: -- Puntos de Poder: -- Libros de Hechizos: • Libro: -- Nivel: -- Poderes de Criaturas: •Tipo de Poder: -- Consumibles en Batallas: • Nombre: -- ​ Descripción: -- ​ Categoría: -- Elfos: • • • ♠ Licencias, Tasas y Registros ♠ Licencia de Aparición: -- Licencia de Vuelo en Escoba: -- Registro de XXX: • Registro de Raza [Demonio]: Obtenido Personajes Secundarios: -- ♠ Otros Datos ♠ Otros Datos: • Su varita es de flexibilidad dura, hecha de madera parda con núcleo de plumas de fénix • Su patronus es un dragón pequeño • Su color favorito es el rojo ​Cronología de Cargos: -- Premios y Reconocimientos: -- ♠ Links de Interés Referentes al Personaje ♠ Link al Perfil de Comprador MM: -- ​Link a Bóveda Personal: Bóveda N°111148 Link a Bóveda Trastero: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Triviani Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Black Lestrange *Editado antes de que pasen a editar la ficha para arreglar algo.
  13. Robar aquel anillo de Nigromancia había sido sencillo. La demonio esperaba estar tensa y enojada al llegar a la propiedad de la familia Triviani para ver a sus familiares después de todo el tiempo que había pasado desde la ultima vez, ¿se acordarían si quiera de ella?. Sin embargo, al llegar a las puertas de el prominente castillo, no había sentido mas que nostalgia. Esperaba que la entrada a la propiedad fuera un problema, pero aquello también resulto mas fácil de lo que habría creído, así que en ese momento se encontraba caminando con lentitud en uno de los jardines de la propiedad, con la verde mirada fija en el interesante anillo que reposaba en la palma de su mano. Era consciente de que tomar aquel objeto había sido una muy mala idea, conocía a Candela Triviani y sabia que su reacción no iba a ser buena, pero desde el momento en el que había visto el castillo por primera vez en tanto tiempo, había decidido que quería divertirse un poco con su familia. En honor a los viejos tiempos. Lo único que quedaba ahora era pensar en un plan para que la ira de su madre no cayera sobre ella. Pero se encargaría de eso después, la Black Lestrange era buena improvisando, después de todo. Incluso allí, fuera de el castillo, pudo escuchar el grito de Candela, lo cual provoco que una gran sonrisa se extendiera por sus labios inmediatamente. Guardando el anillo dentro de el bolsillo mas seguro de el interior de su largo abrigo carmesí, se encamino por fin a el vestíbulo de el castillo. -Por Merlín, ¿que es todo este escándalo? -soltó, dirigiéndose a su madre por primera vez en algún tiempo. Les dedico una pequeña sonrisa a ella y a todos los demás presentes mientras entraba a el amplio vestíbulo de la residencia Triviani.
  14. La Triviani siempre había considerado ser una buena actriz. Toda su vida había estado llena de mentiras y engaños, después de todo, así que tuvo que aprender a vivir en ese tipo de ambiente, pero nunca le había gustado hacer el papel de chica inocente, y ahora, cansada de tener que lidiar con todos los problemas que habían surgido desde su llegada a Londres, tal vez estaba simplemente cansada. Tal vez por eso no pudo evitar la mueca torcida que se dibujo en sus labios al escuchar el nombre completo de el rubio que se encontraba a su lado. Lo que le faltaba. Otro Triviani. Sus verdes ojos rápidamente viajaron a Zoella, la cual parecía seguir queriendo evitarla, ¿acaso sabia ella que Jeremy era un familiar también?. La rubia estrecho la mano que Jeremy le ofreció, la gran sonrisa volviendo a su boca. -Soy una amiga de Zoella, ¿no es así? -pregunto la Black Lestrange, lazando una mirada dulce en dirección a su hermanastra. Desafiándola a decir lo contrario. Después, se dirigió a la castaña cuyo nombre todavía no sabia- Tan solo vengo a visitar este hermoso lugar. ¿Puedo preguntar cual es tu nombre?. No tardaron en llegar a el Jardín, y fue al ver las escaleras escondidas en aquel ataúd que la demonio se empezó a preguntar en que demonios se había metido. ¿Porque estaba bajando aquellas escaleras con esas personas a las que no conocía de nada?. Por un momento, la Triviani quiso acercarse a su hermanastra. Pero no lo hizo. -Como dije, un lugar hermoso. -suspiro sarcasticamente. Si bien "hermoso" no era la palabra correcta para describir aquel lugar secreto, "interesante" si que lo era. Se entretuvo viendo los jeroglíficos que adornaban las paredes por unos momentos, mientras los otros averiguaban como traspasar la puerta. Cuando volvió la mirada a su hermanastra de nuevo, un pequeño ruido de asombro abandono sus labios... ¿un vampiro? ¿Seria aquella la razón por la que.....? No. No iba a pensar en eso. Se acerco con paso decidido a la vasija, con la varita ya en sus manos. Y con un suave movimiento de varita apuntado a la palma de su mano, hizo que un pequeño corte apareciera. Rápidamente, la demonio dejo que su sangre cayera en aquella vasija y se juntara con la de los demás. Una vez en el otro lado, se dirijo hacia Zoella. @@Rachel Ravenclaw @ @Zoella
  15. -Esta... bien. Aunque en su rostro no se mostrara mas que la dulce sonrisa falsa aun dibujada en sus labios, la Triviani estaba sorprendida. Sorprendida de que aquella elfina que le había abierto la puerta, y a la que estaba siguiendo en ese momento en dirección a la sala, la hubiera recibido en el lugar así sin mas, sin preguntarle su nombre o la razón de su visita. Con la vista fija en la parte trasera de la cabeza de la pequeña criatura, la demonio se pregunto si aquellas habían sido las ordenes de su ama. No sabia si debía de estar contenta de que aquello hubiera sido mas fácil de lo que había creído o alerta, después de todo ¿quien dejaría que un completo extraño entrara a su hogar así?. Su sorpresa solo creció al entrar en la sala. Alzó una ceja en dirección al fantasma, la dulce sonrisa con la que había entrado a el lugar había desaparecido, siendo remplazada por una mueca desafiante. La rubia no se había equivocado al pensar que aquel era un lugar interesante. -Es imposible vivir sin culpas y pecados. -soltó. No debió de haber abierto la boca, estaba ahí para jugar el papel de una inocente y callada chica en busca de su familia perdida, no necesitaba la atención que aquellas palabras le otorgaron. Pero no había podido contenerse.Carraspeo mientras sus ojos iban a dar con los demás allí presentes. Le dedico una sonrisa de inocencia a la castaña de ojos avellanas, casi en forma de disculpa pues no sabia nada acerca de aquella mujer, no sabia si sus palabras la habían molestado de alguna forma. -Mi nombre es Rhaella. -respondió con simpleza, esperaba que la castaña no preguntara por sus apellidos. Fue entonces cuando sus ojos se posaron en una cara conocida, había esperado no tener que volver a ver a Zoella Triviani en algún tiempo. Una blanquecina ceja se alzó de nuevo, y la sonrisa que le dedico a la chica de el largo cabello oscuro no fue una de inocencia, si no de desafió. Se preguntaba como reaccionaria la chica al enterarse de que aquella rubia que había arruinado su inmaculada blusa blanca con licor semanas atrás era en realidad su hermanastra. Se pregunto si ya lo sabia. Lucho por no dejar escapar una risa de sus labios al observar la reacción de Zoella, la pobre chica parecía querer escapar de allí. <<Tranquila, eres familia. no voy a hacerte daño.>> quería decirle. La atención de la oji verde paso a una chica de claro cabello castaño cuando esta le hablo. La recordaba de sus clases de Hogwarts, pero no sabia su nombre, ya que no habían cruzado palabra alguna hasta ese momento. Escondió una mueca cuando la chica la llamo "rubia", pero decidió que no era buena idea abrir la boca otra vez, ya había llamado mucha atención a su persona. Al escuchar el reto de el fantasma, la Triviani solo se encogió de hombros y con una ultima mirada en dirección a Zoella, fue la primera en encaminarse hacia el jardín.
  16. *Asoma la cabeza* Paso por aquí a dejar mi registro para poder ser parte de la marca tenebrosa oficialmente. [edito para arreglar un link) Saludos.
  17. La Triviani no tenia idea de que estaba haciendo allí. Era consiente de que no podía simplemente aparecerse en las puertas de uno de los muchos prominentes castillos y mansiones de el pequeño pueblo Ottery St. Cathpole y esperar que alguien simplemente abriera la puerta y la recibiera en su hogar con los brazos abiertos, por lo que sabia que todo esto era una muy mala idea. Pero ya no sabia que mas podía hacer en la situación en la que se encontraba en ese momento; con los bolsillos de su ya desgastado abrigo color carmesí casi completamente vacíos después de haber estado durmiendo en un pequeño hotel de mal gusto en el callejón Diagón todas las noches desde su llegada a Londres, y con el único consuelo de su varita mágica, la cual se encontraba escondida en una de sus largas botas negras de tacón. También era consiente de que podía acabar con todos sus problemas y encontrar un lugar en el que quedarse con solo caminar un poco mas y tocar la puerta de el gran castillo Triviani, pues aunque todavía no estaba lista para volver a unirse a su familia y a todo lo que esta representaba, estaba segura de que sus familiares la recibirían de nuevo sin problema alguno. La mayoría de sus familiares, al menos. Un sonido de enojo escapo sus rojos labios mientras apretaba sus manos en puños y continuaba caminando por el amplio jardín de la propiedad, la cual tenia un dulce aroma gracias a todas las bellas flores que se habían plantado. Se encontró a si misma admirando la maravillosa arquitectura de aquel intimidarte lugar, sin lugar a duda la propiedad era diferente a las demás mansiones de la zona. Su plan era simple, y a la vez tonto: fingiría ser algún tipo de familiar perdido, al menos hasta que lograra hacer contacto con algún miembro de la familia Black Lestrange, alguien que pudiera ayudarla y alejarla de sus problemas el tiempo suficiente como para que la rubia pudiera apoyarse nuevamente en sus propios pies y ganar galeones. Y quien sabe, tal vez se encontraría con personas interesantes dentro de aquella propiedad. Personas interesantes que, si al demonio tenía suerte, creerían sus mentiras. Una de las blanquecinas cejas de la demonio se arqueo al notar la estrella de ocho puntas dentro de una placa metálica que se encontraba en la puerta de la propiedad, y creyó haber visto el mismo símbolo en otra parte de el lugar. Quizá aquel era el símbolo de la familia, a la Triviani le gustaba. Plantando una dulce sonrisa en sus labios, levanto un puño y le dio tres fuertes toques a la gran puerta, esperando que alguien estuviera en casa.
  18. Familia Paso porque estaba leyendo algo mas en el topic y me acabo de acordar que tenia que pasar por aquí apenas me aprobaran la bóveda y la ficha de personaje para dejar los links pero se me había olvidado. En fin, aquí se los dejo, Link de la ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/topic/111141-ficha-de-rhaella/ y el link a la bóveda: la cual ya fue aprobada pero por alguna razón aun no sale en mi perfil http://www.harrylatino.org/topic/111148-boveda-de-rhaella/ Saludos.
  19. El brillo de disgusto no abandono los verdes ojos de la demonio en ningún momento, pero Zoella pareció ignorar el gran cambio de animo de la rubia. Intentando relajar sus facciones para no llamar aun mas la atención a su raro comportamiento, se recostó en el cómodo respaldo de la silla en la que se encontraba sentada, alejándose así un poco de la chica de ojos grises. -Espero que así sea. -soltó al escuchar a la pelinegra decir que tal vez que ahora estaba de regreso los recuerdos volverían. La Triviani se daba cuenta de que Zoella estaba intentando ser amable, y que ella no estaba haciendo la conversación para nada fácil, así que le dedico una pequeña sonrisa de disculpa. -Claro, fue solo un comentario est****o, no me prestes atención. Se encogió de hombros y se llevo la nueva bebida a los labios, asegurándose de tomarla con mas lentitud esta vez. Ahora que sabia que su acompañante era también parte de su familia, no pudo evitar pensar en si la había conocido antes, y aunque la chica tenia un aire familiar, Rhaella no la reconocía de el todo. Tal vez se hubiera unido a la familia Triviani después de que el intento de asesinato en contra de la rubia hubiera tenido lugar, sin embargo no pensaba que esa era la respuesta correcta. De pronto, por su mente pasaron imágenes de su infancia en el castillo familiar, se recordo a si misma con su largo cabello blanquesino junto a una chica de suaves y grandes ojos grises y lacio cabello oscuro. Tal vez... Le dirijo una sonrisa amable a Zoella, y aunque no era del todo verdadera pues su cabeza aun estaba dando vueltas con el hecho de que estaba bebiendo con un miembro de su familia, su historia de ser salvada de tener una mala vida le pareció enormemente tierna. Al escuchar el nombre de Candela Triviani, la reacción de la demonio fue del todo diferente a su reaccion al aprender que Zoella era una Triviani, pues ahora su pequeña sonrisa de amabilidad se convirtió en una ruidosa risa. -¿Estas intentando decirme que Candela Triviani adopto a alguien? Y no solo eso, ¡sino que también salvo tu vida! -su risa continuo- Tienes que disculparme, pero no te creo nada. El hecho de que Candela fuera la madre adoptiva de la chica y eso las hiciera hermanastras no se había registrado de el todo en la mente de Rhaella. Estaba empezando a pensar que darle un nombre falso a la chica hubiera sido una buena idea, cuando vio el reconocimiento y la sorpresa en los ojos de la pelinegra ¿significada eso que Zoella había sido la chica de ojos grises en los recuerdos de la infancia de la demonio?. Tenia que irse de allí. Esto era demasiado. Estrello el vaso de su bebida, la cual aun estaba medio llena esta vez, en contra de el bar mientras se levantaba y limpiaba el polvo invisible de su largo abrigo carmesí. -Si me disculpas, tengo que ir en busca de un baño. No dijo nada mas, tan solo le dedico una ultima sonrisa desafiante, para después cubrir nuevamente su cabello y la mitad de su cara con la capucha de su abrigo. Ahora solo se veía la sonrisa. Hizo una pequeña reverencia sarcástica y sin mas dio media vuelta y comenzó a andar con pasos lentos pero decididos hacia la salida de el establecimiento. Ni siquiera se había tomado la molestia de fingir que en realidad iba en busca de un baño. Una vez en las calles de el callejón nuevamente, sus pasos se volvieron mas rápidos, en busca de un hotel en el que pudiera pasar la noche.
  20. La demonio se acabo la bebida de cuestionable olor apenas esta toco sus dedos, bebiéndola toda en un largo trago para después estrellar fuertemente el vaso desocupado en contra de el bar y luego empujarlo hasta que este se deslizo sin dirección alguna, esperaba que los trabajadores de el lugar entendieran que quería otro. Suspiro dramáticamente, apoyando los codos en el bar y recostando su cabeza perezosamente en sus manos mientras le dirija una mirada a su acompañante. -No me sorprende que no hayas escuchado de mi. -ignoro el hecho de que la desconocida de el largo cabello negro desconocía aun su nombre, así que no tendría forma de saber si la habían mencionado alguna vez o no- Como te dije antes, no he tenido contacto con mi familia en mucho tiempo, así que probablemente ya se olvidaron de mi existencia. No menciono cuanto tiempo había pasado específicamente, porque no tenia una familia desde hacia ya muchos años, tantos que la rubia ni siquiera recordaba con exactitud la fecha de la ultima ocasión en la que tuvo contacto con los Black Lestrange... ni mucho menos con los Triviani. -Sin embargo, espero poder cambiar eso, pienso ir a visitar a mi familia muy pronto. ¡Así que no solo era Italiana, si no también familiar suyo! No había escuchado el apellido Triviani siendo dicho en voz alta en mucho tiempo, por lo que cuando la pelinegra por fin dio a conocer su nombre completo, cualquier rastro de felicidad abandono el rostro de la rubia completamente. La idea de que podría encontrarse con sus familiares, con su madre, allí en Londres había pasado por la cabeza de Rhaella en varias ocasiones antes de su viaje desde Italia, pero aun no estaba lista para darle la cara a La Zingara. - ¿Triviani? -dejo escapar un exagerado resoplo de disgusto acompañado por una risa- Pobre de ti. Rhaella no tenia nada en contra de los Triviani, claro, al contrario; amaba a su familia mas que a nada, incluso después de todos esos años, sus palabras de disgusto no iban dirigidas a la familia en si, solo a una persona en ella. Con sus verdes ojos aun llenos de disgusto y frialdad, miro fijamente a Zoella, sus ojos grises le resultaban familiares. -Dime, ¿quienes son tus padres? -pregunto, acercando su rostro a la chica con una silenciosa promesa de violencia. Ni ella misma entendía porque estaba actuando de tal forma, pues le gustaba pensar que había olvidado el asunto de su madre. Claramente eso no había pasado. Suspiro. -Mi nombre es Rhaella, un placer conocerte y todo eso.
  21. La demonio le dedico una sonrisa a la pelinegra mientras la idea de sacarle en cara el hecho de que, sin querer y aunque hubiera sido un comentario sarcástico, había terminado pidiéndole disculpas pasaba por su cabeza, pero después de recordar que había prometido pagar por su bebida si lo hacia y tenia muy pocos galeones en su bolsillo, decidió no mencionarlo. -Como digas, entonces. -respondió, mientras se encogía de hombros. Se puso cómoda en el asiento mientras sus ojos recorrían el resto de el local. Era consciente de que la pelinegra la estaba examinando con atención, quizás intentando descifrar si Rhaella era peligrosa de alguna manera, así que postro su mirada nuevamente sobre la chica y le dedico un guiño, como diciéndole que no tenia absolutamente nada de que preocuparse pues Rhaella no era peligrosa, al menos no ahora que se encontraba en un país nuevo rodeada de gente desconocida, allí no tenia poder alguno. La pregunta de la familia no tardo en venir, pero la rubia ahora estaba preparada para enfrentar las preguntas personales de la desconocida. -¿Familia? -repitió, mientras pensaba rápidamente en una respuesta que convenciera a la chica- Soy miembro de la familia Black Lestrange, ¿haz oído hablar de ella? Claro que no he visto a mis familiares en mucho tiempo, así que probablemente ya ni me reconozcan y aun no saben que estoy en el país. Aquella respuesta no había sido del todo mentira, pues su madre había tenido siempre lazos fuertes con la famosa familia Black Lestrange, por lo que Rhaella la consideraba su segunda familia. Suspiro, preguntándose si la aceptarían de nuevo. -¿Cual es tu nombre? -pregunto por fin, en realidad no le importaba en lo mas mínimo, pero decidió que seria mejor dejar que la conversación fluyera, al menos hasta que hubiera bebido algo para poder dejar a la chica con la factura. Pidió la misma bebida que la desconocida, pues siempre que tuviera alcohol, no le importaba mucho de cual bebida se tratara.
  22. La Triviani noto el momento en el que la desconocida de los ojos grises bajo su guardia, pasando de lanzar insultos y exigir disculpas a tener una relajada sonrisa grabada en el rostro y contestar con sarcasmo, y se pregunto porque, ¿que había pasado con la chica que parecía lista para asesinarla por manchar su preciada blusa blanca? Tal vez Rhaella simplemente la había juzgado mal. La cara de la demonio se lleno de decepción exagerada al escuchar la respuesta de la chica. -¿"Justo la compre donde tu compras tu ropa"? ¿Enserio? ¿Es lo mejor que se te ocurrió?. -negó sarcásticamente con la cabeza- Y yo que pensé que esto iba a ser divertido. La verdad era que se estaba divirtiendo inmensamente con la conversación, pero eso era algo que no iba a admitir. Las siguientes palabras de la desconocida fueron recibidas tan solo con otra pequeña sonrisa burlona, pues sabia muy bien que no había escupido a el hablar, y tenia el presentimiento de que la pelinegra se daba cuenta de que su respuesta había sido infantil. -Voy a tomar esa invitación como un "me niego a pedir perdón en voz alta, pero por favor siéntate conmigo, porque claramente necesito compañía, y acepta un trago por el que yo voy a pagar como mi forma de disculpas por comportarme de mala manera antes". -soltó, mientras seguía a la desconocida camino a la barra. La Triviani no sabia muy bien que estaba haciendo, era tan solo su primera semana residiendo en Londres, y se suponía que iba a mantener un perfil bajo por algún tiempo. Aun no sabia con exactitud de que se estaba escondiendo, pero desde antes de emprender el viaje desde Italia, tenia el presentimiento de que al llegar a Londres se encontraría con algo, ¿algo bueno? ¿malo? no tenia ni idea. Cuando estuvieron por fin sentadas, Rhaella se tomo otro momento para examinar a la pelinegra de cerca, aun con sus astutos ojos grises, alta altura y complexión atlética, le parecía inofensiva, y aunque ella mas que nadie sabia que no podía juzgar un libro por la portada, esperaba que la desconocida no resultara ser un problema. -Oh... -la pregunta, claramente, la había tomado por sorpresa, pero se recupero rápido y le dedico una pequeña sonrisa a su acompañante antes de responder, esperando que no hubiera notado aquel pequeño desliz- Veo que mi acento aun es algo fuerte. Se podría decir que soy nueva en Londres, me mude hace poco. Lo dejo en eso, decidiendo no revelar nada mas. -¿Que hay de ti? Voy a suponer que también eres Italiana, ¿llevas mucho tiempo aquí?. La pelinegra no había preguntado por su nombre, así que ella tampoco pregunto por el suyo.
  23. La reacción de la pelinegra de ojos grises fue inmediata, levantándose de el suelo con suma rapidez antes de que Rhaella pudiera lanzar maldición alguna en su contra. La primera reacción de la Triviani después de el impacto, sin embargo, fue la de cubrir su cara de nuevo con la capucha, por lo que sus manos volaron hacia su cabeza, pero no logro esconder su identidad antes de que la pelinegra la mirara y empezara a soltar insultos, algo acerca de su trago, fue entonces cuando los brillantes ojos verdes de Rhaella viajaron a la fea mancha roja que se había formado en la blusa de la chica. Lentamente, la demonio soltó la capucha dejando que esta cayera, nuevamente revelando la brillante cabellera de la Triviani, el tratar de esconderse ahora solo serviría para que la molesta chica con la que había tenido la mala suerte de toparse comenzara a sospechar que algo andaba mal con ella. Al escuchar las exclamaciones de la pelinegra, el ceño fruncido de Rhaella se relajo por completo y el gruñido dibujado en sus labios cambio por una gran sonrisa burlona. -¿Porque estas tan enojada?. - Las palabras salieron de su boca con tono burlón, y la sonrisa de sus rojos labios solo creció - Con lo fea que era esa blusa, solo te hice un favor. Tu deberías de pagarme un trago en forma de agradecimiento. A pesar de sus burlonas palabras y de la sonrisa que se mantenía firme en sus labios, una sensación de incertidumbre se apodero de ella, pues no había podido evitar notar el sutil acento en la voz de la desconocida chica, un acento que era bastante parecido a el suyo propio. <<¿Es también Italiana?>> Aun en el suelo, los ojos de la rubia pasaron por la figura de la muchacha. No, se rehusaba a pensar que esta grosera chica viniera de su amado país de origen. Soltó una risa al oír las próximas palabras de la desconocida. -Oh, no te preocupes, cariño. -Dijo, y enseñándole la lengua juguetonamente, agrego- Mi lengua esta perfectamente bien. Pero me temo que de mi, no vas a escuchar ningún tipo de disculpa. Levantándose por fin de el suelo, miro a la mujer de ojos grises con un brillo de disgusto y diversión y intento no demostrar que la gran diferencia de altura que había entre ambas la molestaba infinitamente. -Pero si tu me pides disculpas a mi por tumbarme a el suelo y por comportarte de forma tan grosera, te conseguire ese trago de repuesto que tanto quieres y te haré compañía, que es bastante triste ver a alguien beber completamente solo. -sonrió de nuevo- Vamos, ¿Que dices?.
  24. Rhaella Triviani se encontraba paseando ansiosamente por el callejón Diagón desde hacia ya varias horas, con la capucha de su gran abrigo color escarlata cubriéndole la mitad de el rostro y escondiendo su identidad, fingía estar interesada por las diferentes cosas que estaban en las vitrinas de todas las tiendas de aquel callejón esperando a ser compradas. En realidad no tenia interés alguno por conseguir una nueva escoba o ingredientes exóticos para pociones, claro, tan solo se estaba escondiendo, ¿de quien? eso ni ella misma lo sabia, tal vez quería escapar de los oscuros pensamientos que cruzaban su mente ahora que estaba en un lugar completamente nuevo, sin nadie conocido en quien apoyarse. Se podría decir que estaba asustada, claro que ella nunca lo admitiría. -Estoy siendo completamente patética. Con un suave suspiro, se sostuvo la capucha con las manos para que no se moviera de su lugar a causa del suave viento y echo a andar ignorando las miradas sucias que algunos vendedores le lanzaron por no dignarse a comprar nada después de tanto tiempo postrada allí examinando la mercancía. Inconscientemente siguió caminando hasta dar con las puertas de un negocio que parecía algo diferente a los demás de la zona, leyó que era un hotel de algún tipo, que contaba también con bares y hasta una piscina. Otro suspiro escapo sus labios al leer la palabra "bar", pero, ¿Porque no? No tenia ningún lugar en el cual estar, ni siquiera sabia a que lugar iría después ni en donde dormiría aquella noche. Lo primero que se encontró al entrar en el negocio fue el espacioso bar, adornado con elegantes sillas y poca iluminación, el lugar era hermoso y la rubia Triviani sonrió mientras sus ojos revisaban el lugar y se adentraba mas en el. Apenas había dejado que sus manos dejaran de sostener la capucha que aun estaba usando cuando choco fuertemente con otra persona, lo que provoco que ambas chicas cayeran a el suelo y que la capucha dejara a el descubierto la cara y largo rubio cabello de la Triviani. Frunció las cejas y en su boca se formo un gruñido, estaba preparada para maldecir a la pelinegra que se encontraba frente a ella.
  25. Hola hola Desde que termine la ficha de personaje la cual por favor no lean, que no quiero que les de pena ajena (? he estado buscando una familia adoptiva que me proteja de el maltrato que me dan en la Triviani (? así que después de leer todo lo de el registro, y ser convencida por eso de que le dan un zorro a cada integrante, decidí pegarme a Rachel y venir a solicitar ser adoptada en esta bellisima familia por El Padrino

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