Thomas Clairmont

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Thomas podía escuchar los latidos de su corazón en los oídos, retumbando sin parar. Si le tomaran la presión en aquel momento, la encontrarían inevitablemente alta mientras Persy se acercaba a sus labios para rosarlos. Ese pequeño contacto intimo le hizo sentir un vuelco en el estomago. Se quedo quieto intentando que aquel momento durara para siempre, pero termino demasiado rápido para disfrutarlo como hubiera querido. El grito y la desaparición hacia otro lado lo descolocaron por unos minutos. La mano de Thomas instintivamente se estiro para atrapar a la bruja antes de que cayera al suelo, pero no lo consiguió. Persy se reía desde el suelo tapándose el bello rostro. El joven se le unió con unas carcajadas, que bajaron la tensión de su cuerpo. -Parece que conoces muy bien el sitio -Dijo con aprobación, mientras empezaba a seguirla. No se animaba a retomar el tema de los besos, pero esperaba tener oportunidad en algún momento del día - Los hombres que desparraman cadáveres lo hacen adrede, para inculpar a Zoella. ¿Sera alguna venganza del pasado de ella? -Preguntó, volviendo al tema que los había llevado hacia allí . Un olor fuerte a sudor y tierra llego a la nariz de Thomas, quien agarro a Persy para detenerla - Alguien esta cerca, ¿Lo hueles? @@Zoella Triviani

Los vestidos antiguos de las damiselas denotaban el dinero que poseía el dueño de aquel castillo. Los hombre mantenían una rictus serio en el rostro y estaban concentrados en no pisar a sus partener en el vals. Thomas estaba enfrascado en aquella melodía que dio un repingo asustado cuando Frankie le propino un golpe. Le sonrió al mirar el rostro ceñudo de advertencia que lanzaba la bruja. El lugar parecía estar reconstruido en su totalidad, y a cada minuto que pasaban parecía estar tomando mas forma estable. El vampiro no tuvo tiempo de pensar en los manjares que se veían en el siguiente salón, porque su gemela lo arrastro hasta afuera rompiendo el encanto. -¿Viste la comida? Parecía rica -Dijo levantando la mirada a las estrellas junto a la luna, que al entrar no estaban allí - El mediodía paso muy rápido. ¿Cuanto tiempo estuvimos ahí? -Pregunto antes de responder - No veo a los demás, pueden que hayan entrado detrás de nosotros o hayan tomado otro camino -Penso en voz alta caminando unos pasos para ver el camino por el cual habían llegado ahí. La negrura se tragaba la senda, haciendo imposible de ver mas de unos pocos metros -Ni siquiera puedo olerlos - Dijo aspirando con fuerza para detectar el aroma de alguno de sus compañeros - Las preguntas empezaron amontonarse en la mente de Thomas. Empezaba a preocuparse por su tutora, aunque era adulta y sabia defenderse, él sentía que estaba en peligro constante. No quería perderla. Un graznido lo saco de su lamento. Estaba con Frankie. Nada o todo podía salir mal. Pero no le preocupaba, siempre lograban resolver los problemas en los que solían meterse. -Frankie -Llamó buscando su mirada - Hace unos meses me encontré con un hombre llamado Oliver... pude olerte en él -Calló a tiempo para esperar que la bruja ordenara sus ideas. Sabia que le diría la verdad, porque no había mentiras entre ellos. Thomas sentía que su estabilidad física y mental se mantenía estable con la Triviani cerca. No perdía el control y disfrutaba el tiempo como si volvieran a ser niños - ¿Y bien? Cuéntame antes de que tenga que sacártelo a lo fuerza -Amenazo pinchandola con su varita. El lugar parecía estar atento a los dos magos. Un camino empezaba a vislumbrarse, de a poco, con dirección a la parte de atrás del castillo en ruinas. @@Frankie Triviani

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Me uno a la familia puedo? también quiero mi choza para construir una torre de cartón corrugado no se que mas tengo que decir para que se cumplan las lineas pero es que rolear en un entorno natural que no tenga nada me dara material para no tener que leer tanto a la hora de armar alguna trama cualquier dato que necesiten lo buscan en mi perfil Chao

Thomas volvió a centrar su atención en Frankie. Zoella parecía estar restablecida sin necesitar ayuda y bien acompañada por la dama rubia. En cambio Frankie parecía tener ganas de entrar a explorar las ruinas, ignorando el peligro que se sentía en el aire. El joven se acercó instintivamente a su lado para no perderse en el hilo de la clase. Tenía la mala costumbre de soñar despierto dejando que su mente flotara por el cielo, creando alucinaciones que luego representaba en cuadros. Lo malo de todo eso, era que pocas veces sabia como actuar cuando regresaba de su viaje mental. Apretó con un pellizco el brazo de la gemela para llamar su atención. -Mira los cuervos, no cruzan la entrada -Dijo buscando una piedra para luego lanzarla entre dos pilares donde debería haber una ventana. El sonido del viento se detuvo. Las ruinas empezaron a expandir un severo silencio que invadió toda la cima. El despertar de las paredes se reflejó en el vuelo de pájaros huyendo de ahí y la incipiente oscuridad que empezaba a cubrir sus alrededores -La maldición parece activada –Comentó antes de empujar a su hermana -Atrápame si puedes. El coraje, las ansias de libertad, el reencuentro con su hermana eran motivos suficientes para que Thomas corriera hacia las ruinas encantadas. Su varita negra, similar en color al de su tutora, ya se encontraba en su mano cuando cruzo el umbral del castillo destruido. Un salón de baile antiguo, con pisos de marfil opacados por la tierra fue todo lo que el vampiro pudo detectar, antes de concentrarse en la música que empezó a sonar. Un vals antiguo lleno el denso silencio. Sombras que se volvieron siluetas de personas traslucidas empezaron a invadir el salón. La alegría de una noche de fiesta se podía ver en todos los rincones. Mucho más tiempo pasaban bailando las figuras, más se volvían corpóreas. @@Frankie Triviani

Thomas no se separa de su hermana. Tenía muchas cosas que contarle y aquella era una oportunidad, como cualquier otra. Estaba por decirle los últimos acontecimientos que había vivido en la venta de sus manualidades, cuando el aroma de un hombre le llegó a la nariz. Abrió los ojos azules bien grandes con la sorpresa pintada en sus facciones. Conocía el aroma del hombre que se había cruzado de casualidad en su trabajo, aunque ahora ya no le parecía casualidad. Estaba por incordiar a su gemela, cuando apareció la tutora que se encargaba de su bienestar mental. Thomas sentía un profundo afecto por ella. Lo había salvado de todo mal y lo ayudaba constantemente con su enfermedad. La recibió con una amplia sonrisa y no pudo evitar botar las lágrimas que encomiable aquello profundo ojos grises. Alguien la había lastimado. -¿Estas bien? ¿Quien se hizo llorar, Zoella? -Preguntó manteniendo la conversación en susurros para evitar miradas indiscretas. La llegada de una impresionante mujer rubia, llamo la siguiente atención, como para que Thomas agarrara la mano de su tutora y le diera un pequeño apretón en señal de apoyo. La clase continúo con el profesor ignorando las diferentes situaciones de sus alumnos. En minutos estaban en marcha uno tras otros subiendo por un camino empedrado hasta la copa de la montaña. El sonido del viento perjudicaba al vampiro que tenía que hacer un esfuerzo enorme por no apretar los dientes con fuerzas. -Yo solo vengo de acompañante. Hace un tiempo aprendí sobre las Maldiciones. Quedé impresionado por el grado al que pueden llegar. Es una magia muy compleja -Aportó sin detenerse sus pasos. La Cima de los Vientos con la entrada a unas ruinas, no le trajeron buenas energías al Triviani. Podía sentir que allí flotaba algún conjuro que perduraba a pesar de los años ttranscurridos. @@Zoella Triviani @@Frankie Triviani

Conocimiento en Maldiciones Un grito agudo seguido del sonido de una descarga de electroshock, despertó a Thomas de su descanso. Llevaba dos días durmiendo sin parar, luego de una semana sin pegar ojo. Se levantó de la cama recordando que tenía clase. El permiso para salir del CRAA ya estaba firmado y sellado por su tutora Zoella. Por unas pocas horas sería libre para hacer lo que más quería. Ver a Frankie. Su gemela. La mujer que más amaba sobre ese injusto planeta. Estar listo no le tomo más de media hora. La habitación que tenía en la institución, contaba con un frigobar donde mantenía paquetes frescos de plasma para mantener su apetito bajo control. También le daban muchas semillas, para reducir la ansiedad de su enfermedad de rabia. -Si no vuelve antes de que caiga la noche, va a ser cazado como un criminal -Le advirtió el elfo de la recepción, mientras Thomas estampaba su firma en el pergamino. -Vendre antes -Prometió con una sonrisa compradora. Ya podía sentir la emoción de ver a su hermana Meses sin saber de ella y de sus viajes. Frankie siempre tenía una historia espectacular para relatarle en cada encuentro. El joven vampiro disfrutaba de las aventuras que escuchaba y luego pintaba cuadros con las imágenes que se le formaban en la mente. Llegar a donde iba la clase siguiendo como guía la nota del profesor, no le provocó problemas. Pasear por las calles, era su pasatiempo favorito desde niño. Con el circo habían recorrido todo Europa. Thomas lo recordaba todo, como un recuerdo lejano, como si hubiera sido la vida de otra persona y no la suya propia. El terreno escarpado se iba inclinando en subida a medida que los pasos del Clairmont se iban acelerando hasta llegar a unirse con el grupo. Cuando sus ojos encontraron a Frankie, se adelanto para darle un ruidoso beso en la mejilla. Sabiendo que interrumpiría su paz mental e invadirla su espacio personal. -Ya tengo mi propia varita para retarte a duelo -Le dijo mostrándole la varita negra que le habían regalado apenas termino los estudios mágicos -Zoella me lo regaló, fuimos a elegirla juntos -En esos momentos de cotilleos, el pelinegro se dió cuenta que había más personas con ellos - Hola, soy Thomas.

Nick: Thomas Clairmont ID: 121521 Conocimiento: Conocimiento de Maldiciones Nivel de Magia: II Link a la Bóveda Link a la Ficha *Edite porque me avisaron que confundí los campos

Thomas se rió a carcajadas antes la respuesta de Persy. Le parecía muy entretenido que ella no supiera la comida que le hacia mal. Después de ver que se ponía nerviosa e intentaba expandir su respuesta, el joven dejo de reír y hasta toco el brazo de Persy con una suave caricia para que se sintiera mas cómoda y dejara la vergüenza atrás. -Mira que mis bocadillos ya no tienen pasas de uva, les van poniendo menos con el correr de los días. Debería quejarme, pero me dejarían morir de hambre-Dijo corriendo la bandeja al centro de la mesa, como su amiga había hecho. Era una clara señal de que terminaron de alimentarse. Le había gustado ver como la joven comía placenteramente los bocadillos. Ademas sus historias con su primer tutor eran muy interesantes. Thomas quería saber mas de eso. Por lo que medito la respuesta que le habían dicho, unos pequeños minutos. Acomodando las imágenes en secuencia ordenada. Decir las palabras en voz alta, era volver a viajar a un pasado que quería olvidar. -Lo supe hace unos años, fuimos con el circo a una presentación en un pueblo en las afueras de París. Cuando me toco el turno de salir a escena, no recuerdo nada. Solo que las luces estaban mas brillantes de lo habitual -Suspiró entristeciéndose por el recuerdo - Mate a todo el público, no pudieron pararme. Cuando retome la conciencia estaba acostado lleno de sangre, al lado de una pila de cadáveres. @@Zoella Triviani

Thomas espero paciente mientras Persy leía las noticias del diario. Inesperadamente transformo su gesto preocupado a uno sonriente cuando vió el baile de expresiones que mostraba el rostro de su amiga. Era tan hermosa que no se daba cuenta. El pelinegro negó con la cabeza al darse cuenta el rumbo que estaban tomando sus pensamientos. Fue una buena suerte que la bruja interrumpiera todo pensamiento para decir que sabia donde estaba su tutota. Thomas ayudo a Persy con el tirón y corrió a su lado hasta desaparecer. Empezaba a sentir la emoción del peligro y era muy distinta a la que solía tener por estar asustado con sus ataques de rabia. El inesperado cambio de ambiente lo dejo pasmado. Las vibraciones de sus oídos hicieron tanto ruido que casi sintió explotar su cabeza. -Te sigo -Agrego a las palabras de su amiga, que no se había dado cuenta al agacharse a su lado, que estaban tan cerca - Dijiste que Zoella no deja evidencia de cadáveres. ¿Es posible que ella tenga rabia también? -Preguntó ansioso, aunque su cuerpo estaba empezando a sentir un calor completamente diferente al normal - Hace calor -Comentó bajando los ojos a los labios generosos de la mujer. @@Zoella Triviani

Thomas se sintió reconfortado por las palabras de Persy. Se sentía con una deuda eterna con su tutora. Ella había conseguido que tuviera un tratamiento en el centro y un lugar en el mundo. El pelinegro empezaba a tener esperanza con respecto al futuro. Aunque sentía la separación de su gemela como un dolor físico, sabia que ella estaría bien mientras se mantuvieran alejados. La pregunta de la joven lo desvió de sus melancólicos pensamientos. -Lo único que mi organismo soporta son los frutos secos. Cualquier semilla que haya nacido de la tierra, me hace bien. Todo lo demás me provoca malestar -Contesto rebuscando las pasas de uva dentro de los bocadillos para lanzarlas hacia arriba y abrir la boca, intentando que cayeran dentro -Somos vampiros diferentes, Persy. ¿Que comida te hace mal a ti? El joven esperaba no estar espantando a su única amiga. Festejo levantando ambos brazos cuando una de las pasas de uva cayo dentro de su boca. Podía sentir el sabor profundo de la comida y sabia que si cerraba los ojos concentrándose, podía visualizar todo el proceso de origen de la Uva hasta que llego a su estomago. Una habilidad que traía su enfermedad o simplemente su condición de vampiro. -¿Tienes habilidades extrañas? -Pregunto curioso, mirándola con atención. @@Zoella Triviani

Thomas se sintió reconfortado por las palabras de Persy. Se sentía con una deuda eterna con su tutora. Ella había conseguido que tuviera un tratamiento en el centro y un lugar en el mundo. El pelinegro empezaba a tener esperanza con respecto al futuro. Aunque sentía la separación de su gemela como un dolor físico, sabia que ella estaría bien mientras se mantuvieran alejados. La pregunta de la joven lo desvió de sus melancólicos pensamientos. -Lo único que mi organismo soporta son los frutos secos. Cualquier semilla que haya nacido de la tierra, me hace bien. Todo lo demás me provoca malestar -Contesto rebuscando las pasas de uva dentro de los bocadillos para lanzarlas hacia arriba y abrir la boca, intentando que cayeran dentro -Somos vampiros diferentes, Persy. ¿Que comida te hace mal a ti? El joven esperaba no estar espantando a su única amiga. Festejo levantando ambos brazos cuando una de las pasas de uva cayo dentro de su boca. Podía sentir el sabor profundo de la comida y sabia que si cerraba los ojos concentrándose, podía visualizar todo el proceso de origen de la Uva hasta que llego a su estomago. Una habilidad que traía su enfermedad o simplemente su condición de vampiro. -¿Tienes habilidades extrañas? -Pregunto curioso, mirándola con atención. @@Zoella Triviani

Thomas estaba terminando de cambiar el sentido de las cartas, con la presteza que da la practica, cuando llego Perséfone a la plaza. De inmediato sintió las vibraciones del corazón de la joven, que latían acelerando la inyección de emoción a cada partícula de su cuerpo. Guardo el mazo devolviendo la sonrisa. La joven era la única amiga que había logrado mantener con el correr del tiempo. La comodidad que lograba sentir al compartir tiempo con ella, pocas veces le había pasado con otras personas. -Hola -Correspondió el saludo, dándole un beso en la mejilla con una caricia al pelo violeta en el proceso - ¿No leíste el diario matutino? -Sé impresionó abriendo los ojos al máximo. Sin dejar que respondiera, rebusco en sus bolsillo hasta dar con la primera plana que tanto había releído durante toda la mañana - Lee, ahí dice que hubo muertes en el puerto y vine con la esperanza de poder ayudar a mis tutores -Admitió sin sentirse avergonzado -Zoella trabaja para el concilio y ellos son los sospechosos. @@Zoella Triviani

Thomas estaba terminando de cambiar el sentido de las cartas, con la presteza que da la practica, cuando llego Perséfone a la plaza. De inmediato sintió las vibraciones del corazón de la joven, que latían acelerando la inyección de emoción a cada partícula de su cuerpo. Guardo el mazo devolviendo la sonrisa. La joven era la única amiga que había logrado mantener con el correr del tiempo. La comodidad que lograba sentir al compartir tiempo con ella, pocas veces le había pasado con otras personas. -Hola -Correspondió el saludo, dándole un beso en la mejilla con una caricia al pelo violeta en el proceso - ¿No leíste el diario matutino? -Sé impresionó abriendo los ojos al máximo. Sin dejar que respondiera, rebusco en sus bolsillo hasta dar con la primera plana que tanto había releído durante toda la mañana - Lee, ahí dice que hubo muertes en el puerto y vine con la esperanza de poder ayudar a mis tutores -Admitió sin sentirse avergonzado -Zoella trabaja para el concilio y ellos son los sospechosos. @@Zoella Triviani

Leer la pagina arrugada del profeta una vez mas, no iba a cambiar lo que decía. Objetos malditos, muertes y sospechosos. La noticia en primera plana lo tenia todo. Thomas estaba muy preocupado. Sabia que otra de las responsabilidades de los tutores que se encargaban de ayudarlo en el país, trabajaban en ese sitio. La nota no refería a nombres en sus lineas, pero muchas personas sabían de quienes hablaban. El joven guardo el diario mientras firmaba su pase de salida del centro. Tenia que contactarse con Persy para que lo ayudara a esclarecer lo ocurrido. Saco la moneda del bolsillo, que usaban como comunicador sin registro, para cambiar las letras que estaban por la dirección donde la esperaría. El impulso que sentía el pelinegro por ayudar a quienes lo ayudaban diariamente, era fuerte. Corrió hasta la plaza cerca del puerto y se quedo en un banco sentado. La espera solo se le haría eterna si permitía que su enfermedad se adueñara de su mente. Para que eso no ocurriera, debía mantenerse ocupado. Saco una baraja de cartas y empezó a mezclarlas con una sola mano habilidosa. -Apúrate, Persy -Murmuró en el momento que cortaba en dos mazos mas pequeños el conjunto de cartas. @@Zoella Triviani

La mente de Thomas estaba llena de caos. Las posibilidades de que hubiera chocado justo al hombre que tenia algún tipo de relación con su gemela, era escasa. Sin embargo, ahí estaban. El mago se había llamado al silencio. Por lo que toas las preguntas que tenia el joven para hacerle, en su mente inquieta, se disolvieron en el aire. Logro reunir la fuerza de voluntad suficiente para marcharse. Una ultima mirada cruzo con el mago antes de alejarse. No fue a la salida como había sucedido momentos antes, aun no estaba preparado psicologicamente para volver al centro a enfrentar la rutina de la semana. Tenia que relajarse. Busco entre los stand vacíos el que le pertenecía a él. No se demoro en colocarle los mazos mágicos sobre la tabla de exhibición y decorarlo con carteles vistosos a los costados. Esperaba juntar algunas monedas que le sirvieran para poner en su bóveda de ahorro. Tenia planes a futuro de utilizar parte de las ganancias en invitar a Persy a un crucero por Europa. @@Oliver Gaunt

El mago se estaba tardando en responder. Thomas de inmediato pensó que no quería hablar. Por lo que se quedo observándolo con suspicacia unos minutos para ver si reaccionaba, pero no tuvo suerte. El mago estaba sumido en sus pensamientos y no reaccionaba a ningún estimulo por parte del entorno. No podía culparlo, aveces uno cargaba con tantos problemas que simplemente se iba a resolverlos en algún rincón de su mente. -¿No tienes nombre? Que curioso -Dijo antes de darlo por perdido. Se alejo del hombre para darle espacio, rehízo el camino original que estaba siguiendo hasta la salida. Esperaba llegar al centro antes de que la luna estuviera en el horizonte. El joven estaba por salir cuando el aroma de su hermana llego hasta su olfato. No le pareció extraño que estuviera por esos lares, ella era conocedora de ese tipo de ferias ilegales, pero si le hacia ruido que no lo interceptara. Retrocedió sobre sus pasos buscando la fuente del aroma. La ilusión ya empezaba a brillar en sus ojos. No esperaba encontrar el rastro en el hombre que había dejado hace dos minutos. -¿Donde esta Frankie? -Preguntó con vehemencia - ¿De donde la conoces? ¿Quien eres tu y porque me estas siguiendo? @@Oliver Gaunt

Thomas se alegraba de cambiar su aburrida rutina, por la fresca distracción que le traía su amiga. Dejo su brazo descansando sobre los hombros de la joven para caminar al lado a paso calmado. Estaba relajado dentro del gran centro medico. Las vibraciones se alteraban solo cuando los locos hacían mas berrinche que lo acostumbrado. El aroma dulce de la bruja le llego a la nariz produciendole una sonrisa inesperada. -Estoy en un tratamiento -Respondió abriendo la puerta vidriada que daba al comedor para que pasara - Tengo la rabia de sangre y eso me hace peligroso para los demás. Es una enfermedad que solo tienen vampiros y no es muy común, porque suele ser mortal. El pelinegro había hablado con su tutor sobre la posibilidad de cura, y le entristeció saber que no existía. Siempre seria un peligro para la sociedad mágica. Debería vivir recluido o muy controlado, para evitar masacres. Era una vida indigna, pero al menos era una posibilidad de vivir. Él la había tomado. -Mis padres seguro me dejaron en ese circo por estar enfermo -Comentó agarrando una de las bandejas y esperando en la fila a su turno -No vi a Zoella hoy, creo que de estar, estaría en su oficina organizando papeles. Ella es muy amable conmigo, si no me estuviera ayudando ya habría muerto. Tienes suerte de ser su protegida. Thomas le sonrió a la joven antes de empezar a servirse los bocadillos. Eligió una variedad de frambuesa con chocolate con pasas de uva. Evitaba comer comida porque le caía mal, solo los frutos secos con su olor fuerte, era soportado por su organismo vampirico. @@Zoella Triviani

Thomas se deshizo de los brazos del hombre que lo agarraban. Podía sentir que el descontrol estaba muy cerca de la superficie. Las vibraciones de cientos de personas mágicas en un mismo sitio estaban colapsando sus sentidos. Desesperado cerro los ojos un momento y respiro profundo para intentar calmarse. Logro acoplar su respiración al bombeo tranquilo del corazón del hombre. Podía oler que era un humano. No tendría mas que una treintena de años y estaba en forma. -Estoy bien -Contestó abriendo los ojos para fijar la mirada en el rostro del hombre - Me llamo Thomas Clairmont ¿Tú necesitas ayuda? Estaba buscando el stand donde debía trabajar unas horas, pero es mejor que no lo haga. No veía sentido explicarle a un pobre humano todos sus problemas que tenia con su condición de vampiro. Ademas ni siquiera estaba seguro de entender que le sucedía por completo. Apenas estaba en tratamiento descubriendo un mundo nuevo. Que difícil era la vida fuera del circo donde había nacido. -¿Te molestaría si te acompaño? No conozco a muchas magos en el país. Solo a mi gemela, que no esta disponible, y a los tutores de la escuela ¿Como te llamas? @@Oliver Gaunt

-¿Cual es su carta, señorita? -Preguntó Thomas a la mujer que tenia frente a el, en medio de un grupo de curiosos que estaban viendo el espectáculo callejero que había montado para recaudar algún dinero extra. -El dos de corazones. -¿Era la carta que había tomado? -Preguntó el pelinegro confundido. -No, no lo es -Negó con la cabeza la mujer, con gesto apenado, mientras algunas carcajadas empezaban a expandirse. -Eso es porque la carta no esta aquí -Admitió con sonrisa picara señalando a la multitud con un dedo culpable, un total de cinco personas le prestaban atención- La tienen todos ustedes. Las personas se miraron entre ellos confundidos y riéndose por lo bajo. Thomas sin embargo ya había usado la varita mágica verdadera para replicar la carta de la mujer sobre la palma de la mano derecha de cada persona. El Cinco de trébol lucia perfecto e imborrable como un tatuaje. Las vibraciones del aire le indicaron que la reunión debía acabar pronto. Tenia que cuidar que no superaran el nivel permitido para activar su rabia de sangre. -Si miran su mano derecha encontraran la carta de la señorita -Proclamó en medio del denso silencio - Gracias por la colaboración -Saludó con una reverencia, dando por terminado el show. Dos personas aplaudían, una otra le lanzaba un galeón al sombrero de copa alta que reposaba en el suelo. Terminado el espectáculo callejero, el joven mago se encamino a su nuevo trabajo. La tutora que lo apoyaba, desde que había cursado Hogwarts, le había dado un stand para vender productos únicos. Thomas para la ocasión había creado unos mazos de cartas especiales que se convertían en diferentes cosas. Si la suerte estaba de su lado, podría vender unos cuantos para engrosar su mesada del mes. En la entrada al bajo mundo de la delincuencia, se quedo parado viendo la inmensidad del lugar. No contaba con que las habría miles de personas dando vueltas. En medio de su espanto, empezó a correr hasta darse de frente con un hombre. -Disculpe -Tartamudeó nervioso. @@Oliver Gaunt

Thomas llevaba un buen tiempo internado en el CRAA. La condición de su rabia de sangre había empeorado de un día para el otro de forma tan grave, que sus tutores de Hogwarts no tuvieron mas opción que contenerlo en un lugar de confianza para evitar que se lastime a si mismo y a otros. Aunque tenia una rutina marcada durante la semana, también solía tener sus momentos privados para hacer lo que se le antojara. Siempre dentro del centro. Le había agarrado afición por dibujar con carboncillo. Siempre plasmaba las imágenes que solía imaginar cuando leía sus libros de fantasía medieval, con dragones y guerreras poderosas con espadas imbatibles. Aquel día estaba justamente terminando uno con una mujer calva a lomos de un caballo alado. El rostro de la guerrera era similar al de su tutora, a quien le tenia mucho aprecio. Dejo el dibujo terminado bien protegido dentro de un armario, cuando ya tocaba la hora de los bocadillos. Caminar por el centro le gustaba mucho. Siempre encontraba nuevos pacientes que estaban dispuestos a escuchar sus historias y ver sus trucos de magia muggles. Hasta les había cantado en varias oportunidades. Siempre hacia cosas con tal de mantener alejada la rabia. Extrañaba a Frankie. Su gemela no tenia permitido visitarlo y Thomas sentía que le faltaba la mitad de su corazón. -Lo siento -Se disculpo a su vez cuando choco con una bruja. No la había visto por estar soñando despierto, pero al instante que poso sus ojos sobre ella, la reconoció - Persy ¿Que haces aquí? -Pregunto envolviéndola en un cálido abrazo - No sabia que vendrías, ¿Quieres un bocadillo? Los van a servir en el comedor, tienen varios gustos -La invito esperanzado. Podía sentir que la sangre de la pelivioleta empezaba a recorrer su sistema circulatorio a mas velocidad - ¿Estas bien? Te noto un poco nerviosa -Se preocupó. @@Zoella Triviani