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Luke Abbott

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Todo lo publicado por Luke Abbott

  1. Turno 4. Penal TT 10 – 0 VV Luego de la atajada de la guardiana rival, oyó a su capitana indicarle que él lanzaría el penal. Un calor intenso atravesó sus entrañas y sabía que ahora todo dependía de él. Era menester poder romper el cero del marcador, enfrentándose cara a cara con la joven jugadora inglesa. Con ojos cerrados avanzó lentamente hasta la zona de penal. Tras abrirlos, recibió la quaffle por parte la árbitra y notó que la tormenta se tornaba cada vez mas intensa. Pesadas gotas empapaban su figura al punto tal de nublarle la vista. Gracias al intenso entrenamiento llevado a cabo, no necesitaba ver. Sabía exactamente qué hacer. El pitido del silbato invadió sus tímpanos. Un segundo después dio un violento latigazo con el brazo lanzando la pelota con todas sus fuerzas hacia el aro izquierdo de la guardiana, quien no pudo evitar a tiempo el gol. Una gran sonrisa se apoderó de su rostro al oír a la multitud rugir entre vítores y aplausos. Lo había logrado. Voló rápidamente hacía sus compañeros para festejar el inicio favorable del partido. –Esto es sólo el comienzo. No bajemos los brazos– les dijo, para luego volver a su posición.
  2. –Mónica... si. Mucho más acertado para una dama de tan atractivo porte, que llamarse la Voz– reflexionó para sus adentros. Al ver la insistencia del pequeño zorro, le acercó nuevamente su mano para que pudiera servirse de más insectos. –Toma, pequeñín. Cómelos despacio.– dijo sonriendo a la cría, para luego sentarse en el suelo y estar mas cómodo. Tenía la impresión de que, de todo el parque, aquel sitio era el mas interesante para estar. –A decir verdad, no. La realidad es que hace poco tiempo que he vuelto a recorrer estos lares.– comentó volviendo a contemplar aquellos intensos ojos, que le hacían sentir que desnudaban su alma. –Últimamente estuve residiendo en el bosque. Pero por motivos de la vida, mi camino ha vuelto a cruzarse con los del resto de magos.– agregó acariciando inconscientemente al zorro una vez que este había terminado su comida. –No muchos les dan la importancia que merecen. Es agradable ver que eres diferente.– dijo sin poder evitar sonreír. Luego de bajar su mirada un instante, notó unas pequeñas tijeras a su lado. –¿También te interesa la herbología?– preguntó finalmente. –¿Qué tan probable era encontrar en aquel lugar a alguien que compartiera sus más profundas pasiones? ¿Estaría aún en la Sala del tiempo, perdido en un limbo infinito creado por su propia mente? ¿Sería tal vez un sueño hecho a partir de sus mas intensos deseos?– estas preguntas giraban incesantemente en su cabeza, aunque de algo estaba seguro. Si era un sueño, él no quería despertar.
  3. Una ráfaga electrizante recorrió súbitamente la espina del joven mago al escuchar aquella suave voz. –No puede ser. Es imposible. ¿Cómo es posible que...?– pensó sin poder comprender. Parpadeó rápidamente y el parque volvió a manifestarse frente a sus ojos. Al ver a la dama sonriendo y ofreciéndole la pequeña bolsa, sacudió levemente la cabeza para terminar de volver a la realidad. Ehhm.. Si, claro.– respondió tragando saliva y devolviéndole la sonrisa. Se agachó y tomó algunos insectos que ella le ofrecía. –Buenos días, tardes o noches. Lo que importa es que sean buenos. Y al parecer lo son, dado el hecho de q-que...– pensó mejor sus palabras y las cambió en el último instante –nos acompaña tan simpático compañero.– agregó acercándoselos al pequeño zorro. Por cierto, mi nombre es Luke Abbott. Encantado de conocerte.– dijo sonriendo levemente, mientras contemplaba aquellas esmeraldas que lo miraban. Sintió algo dentro suyo que hacía tiempo no experimentaba. Algo le decía que ella era una persona que valía la pena conocer. –Tal vez sea el hecho de que parece apreciar a los animales tanto como yo– pensó resueltamente. De pronto, se dio cuenta de que estaba sosteniéndole la mirada demasiado tiempo. Mas del habitual como para no verse extraño, por lo que apartó los ojos y volvió a fijarlos en el tierno animal mientras este disfrutaba de su alimento.
  4. Tras haberlo meditado un buen rato, finalmente se había decidido. Los acontecimientos ocurridos recientemente, al menos en su opinión, así lo ameritaban. Después de todo, ¿qué tan seguido uno rejuvenece de aquel modo? Su vieja túnica ya no le quedaba por lo que no tuvo más remedio que reemplazar su deteriorada vestimenta, pero optó por aprovechar la ocasión y tener un cambio de de apariencia. Al abandonar la tienda de trajes se sentía una persona renovada. Llevaba una blanca y suave camisa arremangada, ligeramente desabrochada, con un pantalón negro y zapatos de cuero haciendo juego. Una ligera brisa jugaba con sus cabellos al tiempo que este posaba la mirada en un parque cercano. –El zorro cambia su pelaje, pero no las mañas– pensó para sus adentros sonriendo mientras se acercaba hacia la entrada principal. –Un poco de verde no me vendría nada mal. Los primeros pasos sobre el acolchonado césped trasladaron su mente instantáneamente a su querido bosque. La suave brisa matutina corriendo entre los árboles, el hermoso cantar de aves volando libres, el dulce aroma de las flores invadiendo sus pulmones. Cerró los ojos unos instantes para dejarse llevar por la embriaguez de sus sentidos, hasta un débil sonido lo devolvió repentinamente a la realidad. Una cría de zorro se hallaba cercana a él mirándolo directamente. Tranquilo, no pasa nada...– susurró con la voz mas tranquilizadora que pudo, acercándole lentamente una mano para acariciarlo. –¿Te perdiste? Luego de unos instantes sintiendo su suave pelaje, la cría se apartó unos metros dirigiéndose hacia una persona que hasta ese momento Luke no había divisado. Esta estaba de espaldas, por lo que sólo pudo observar su intensa cabellera de fuego, jurando que ya la había visto antes. Acercándose unos pasos, notó que el pequeño zorro frotaba ligeramente su cabeza contra una de las piernas de la mujer. Vaya, parece que tienes una amiga.– dijo sonriente mirando al tierno animal, para luego levantar la mirada hasta los ojos de la bruja. –Buenos días, ¿qué tal?– agregó evitando pensar en el cosquilleo que invadía su estómago. @ Monica Malfoy Haughton
  5. Datos Personales: Nombre del Personaje: Luke Abbott Sexo: Masculino Edad: 70 años (físicamente 30 años) Estado Civil: Soltero Nacionalidad: Escocés Familia(s): * Familia 1: -- * Familia 2: -- Padre(s) Sanguíneo: -- Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: -- Poderes Mágicos: Puntos de poder en objetos y pociones: 20 Hechizos adicionales: Puntos de poder en criaturas: Criaturas controlables en asaltos y duelos: Habilidades Mágicas: * Habilidad 1: --- * Habilidad 2: --- * Habilidad 3: --- Conocimientos Especiales: * Conocimiento 1: --- * Conocimiento 2: --- * Conocimiento 3: --- Medallas: * * * Perfil del Personaje: Raza: Humano. Aspecto Físico: Luke es de una contextura mesomórfica, con una altura de 1.74m. De tez clara y rostro simétrico, posee rasgos fuertemente marcados que delatan su genealogía celta. Lleva cabello corto y desordenado, de un tono castaño claro. Posee un ojo marrón y otro celeste, a partir de un evento que marcó su vida para siempre. Suele vestir camisa lisa de color claro con corbata oscura, zapatos negros, pantalón de vestir, chaleco y chaqueta grises haciendo juego, y en los días fríos, una gabardina del mismo color. Cualidades Psicológicas: Luke es una persona alegre, extrovertida y algo confiada. Si bien es extremadamente difícil verlo de mal humor, no es alguien a quien te gustaría tener de enemigo. Desde pequeño sintió un gran vínculo con la naturaleza, en especial con los animales a quienes considera su verdadera familia. Siente un enorme desprecio por los muggles por malas experiencias en su pasado, aunque no condena a los magos de sangre impura. Historia: Desde su juventud, Luke supo que algo lo hacía diferente a los demás. Físicamente era igual al resto: estatura promedio, ojos marrones como su padre y cabello marrón ondulado. Lo que lo diferenciaba era que la interacción con sus pares no era algo que le terminase de cuadrar. Siempre sintió como si algo faltase, aunque no supiese qué. Esto cambió el día que le regalaron a su primera mascota, Teo. Un bóxer albino de ojos celestes como el cielo con el que creó un vínculo especial como nunca antes lo habría hecho. Los años pasaron y cada día entendía más que su lugar no era entre las personas, con tareas, horarios, rutinas y obligaciones. Su lugar era en el bosque, rodeado de los árboles, plantas y animales que tanto lo habían acompañado en su vida. Tiempo después llegó ese día. Ese maldito que lo marcaría para siempre. Estaba apaciblemente dormido bajo la sombra de un árbol cuando de pronto escuchó una explosión que lo sacó de su letargo. Abrió los ojos rápidamente sin entender que pasaba, y a lo lejos oyó un débil gemido. No podía ser. No él. Cualquiera menos él. Corrió desesperadamente hacia el origen de los lamentos y ahí estaba. Encontró a Teo cubierto de sangre con una herida en el lomo. A pocos metros divisó un par de cazadores muggles con sus fusiles que lo miraban fijamente sin saber que decir. La ira crecía exponencialmente en Luke, con tanta violencia que el mismo cielo se oscureció de pronto. Sus ojos encolerizados despedían tanto odio que las caras de sus espectadores palidecieron rápidamente, quienes salieron corriendo del lugar. Luke cerró fuertemente sus ojos y los animales que se acercaron atraídos por el ruido dieron caza a los invasores hasta que se les perdió el rastro. Finalmente abrió los ojos y uno de ellos había cambiado de color para ser igual que el de su compañero de toda la vida. El anciano juró vengarse de los muggles buscando arrebatarles la vida a todos cuanto cruzara en su camino. Pasados unos años de aquel desgarrador acontecimiento decidió volver a interactuar con los de su especie, dado que de otro modo le sería imposible poder cumplir su cometido. Esto lo impulsó a aceptar la invitación a un evento social que se realizaba en las cercanías de su hogar. Allí fue recibido con los brazos abiertos, y la cálida bienvenida comenzó a ablandar lentamente su corazón. Tal vez pudiese volver a confiar en las personas después de todo. El ataque al Ministerio y su consecuente golpe de estado no le fue indiferente, por lo que puso manos a la obra para lograr reinstaurar el orden. Luego de sortear varios desafíos y luchar incansablemente contra las Abominaciones del Inquisidor, Luke quedó atrapado en la Sala del tiempo. Un gas venenoso lo privó de sus poderes mágicos, y tras intentar escapar de aquel hórrido destino cayó inconsciente, al borde de la muerte. Todo se tornó en oscuridad. Al abrir los ojos ya no se encontraba en la Sala del tiempo, sino que se hallaba sumido en la nada infinita, pudiendo únicamente oír una suave Voz que se apoderó de su mente y fue quien le proporcionó la clave para poder escapar de su trampa mortal. Una vez vuelto al mundo de los vivos, atravesó la campana de cristal que se encontraba en la sala, devolviéndole el aspecto joven que había tenido años atrás. Ya revitalizado, logró forzar la puerta de salida para finalmente escapar. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: Objetos Mágicos: Clasificación A: Clasificación AA: Objeto: Varita mágica. Clasificación: AA Puntos: 20 Clasificación AAA: Clasificación AAAA: Clasificación AAAAA: Pociones Mágicas: Clasificación A: Clasificación AA: Clasificación AAA: Clasificación AAAA: Clasificación AAAAA: Criaturas Mágicas: Clasificación X: Clasificación XX: Clasificación XXX: Clasificación XXXX: Clasificación XXXXX: Criaturas en la Reserva: Libros de Hechizos: Libro: Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Elfos: * Elfo 1: -- * Elfo 2: -- Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: Licencia de Vuelo de Escoba: Personajes Secundarios: * Personaje 1 * Personaje 2 * Personaje 3 * Personaje 4 * Personaje 5 Otros Datos: Otros datos: Cronología de cargos: Premios y reconocimientos: Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 116102 Link a Bóveda Trastero: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia XXXXXXXX Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX. ********* Actualizo la edad, así como el aspecto físico, cualidades psicológicas e historia.
  6. Hito 3 – Sala del tiempo Luke abrió súbitamente los ojos y todo era oscuridad. El continuo sonido de los relojes fue reemplazado por un silencio sepulcral. No le fue posible distinguir donde estaba, si es que acaso estaba en algún lugar. Se puso de pie y dio algunos pasos en vano intentando encontrar algo o a alguien que pudiese ayudarlo a salir de aquel sitio. De pronto un escalofrío atravesó rápidamente su espalda. –¿Qué pasa? ¿Te has perdido?– le pregunto una suave y hermosa voz femenina detrás suyo. Conocía aquella voz, pero le era imposible recordar de dónde o a quién pertenecía. Se dio lentamente la vuelta para observar a su interlocutora, pero allí no había nadie. Era imposible. La había escuchado. ¿Dónde estás? Por favor, muéstrate. No voy a hacerte daño.– dijo Luke con la voz mas tranquilizadora que pudo producir. ¿Lastimarme?– dijo la Voz entre risas –No podrías lastimarme ni aunque quisieras. No estas a mi… altura. Pero eso no importa. Lo que realmente importa es que así no lo lograrás. No en ese estado. ¿A qué te refieres? ¿Lograr qué?– respondió Luke comenzando a inquietarse. Giraba para todos lados, pero sin poder encontrarla. Escapar de la Sala del tiempo, claro. ¿Dónde crees que esta tu cuerpo, si no es allí?– preguntó la Voz suavemente. Estar… Yo estoy aquí, contigo. Esta no es la Sala del tiempo.– agregó el anciano sin entender. Así que estas aquí… Bien. ¿Y qué se supone que es este lugar?– replicó la Voz sin alterarse. Bueno, estamos en… No estamos en ningún lado.– sentenció la Voz adelantándose a sus palabras. –Si aún no moriste es porque yo así lo quise. ¿Intentas salvarme? No entiendo cómo planeas hacerlo.– preguntó Luke sin comprender nada de lo que estaba ocurriendo. Resulta, mi estimado Luke, que mayor tu impedimento de escapar es tu edad. Tus viejos huesos solo mantenían el peso de tu cuerpo por su poder mágico, nada más. Pero tú sabes como solucionar eso.– susurró suavemente la Voz en su oído y los cabellos de su nuca se erizaron. ¿Solucionarlo? Pero yo…– y entonces lo comprendió. Ya todo estaba claro frente a sus ojos. La campana, el huevo, el colibrí naciendo y muriendo. Todo encajaba. ¿Cómo no se le había ocurrido antes? Parecía lógico en aquel instante. La Voz rio suavemente. –Parece que ya nos vamos entendiendo. Ahora, es tiempo de volver.– agregó. De pronto, unos largos cabellos ondulados de color cobrizo tan intenso como el fuego cubrieron sus ojos por completo y un calor abrasador invadió cada célula de su cuerpo devolviéndolo al mundo de los vivos súbitamente. Luke parpadeó sin comprender y notó que se encontraba nuevamente en la Sala del tiempo, recostado sobre el piso de piedra. Se levantó lentamente con gran esfuerzo y alcanzó la perilla de la puerta, pero esta no cedió. ¡La campana!– pensó para sus adentros mientras giraba la cabeza volviendo a contemplar el hermoso colibrí en su ciclo sin fin. Dudó un instante y tomó valor de donde no lo tenía. Primero pasó rápidamente una mano por la campana, y se sorprendió al ver que esta ya no estaba arrugada. Sino que, por el contrario, tenía el aspecto de una persona joven otra vez. Decidido a no desaprovechar tan preciado regalo que le había entregado la Voz, atravesó de lado a lado la campana teniendo cuidado de no estar demasiado tiempo dentro. El primer paso al cruzarla se sintió extraño. Una sensación que ya no recordaba invadió sus pies, subiendo por su cadera y extendiéndose por todo su cuerpo. El dolor ya no estaba y se sentía más fuerte que nunca. Se volvió hacia la puerta y comenzó a golpearla bruscamente con el hombro hasta que esta se abrió de pronto, permitiéndole finalmente escapar.
  7. Hito 3 - Sala del tiempo Comenzó a recorrer la habitación avanzando por el angosto espacio entre líneas de escritorios. A cada paso que daba, la luz de su varita avanzaba con él mostrándole más y más objetos hasta ese momento ocultos. Vitrinas en las paredes repletas de relojes de arena de diferentes formas llegaban a sus ojos desde la penumbra. Sin darse cuenta sus pies se habían sincronizado con el incesante sonido de los relojes a su alrededor. Continuó avanzando hasta llegar a la campana de cristal, la cual llamaba en gran medida su atención dado que parecía estar llena de un brillante y ondulante viento. Al observarla de cerca notó que en su interior se hallaba un hermoso huevo, que al romperse dejaba escapar un colibrí. Este subía hasta la parte superior de la campana, creciendo rápidamente de tamaño y luego volvía a bajar hasta quedar nuevamente dentro del huevo. Una y otra vez este ciclo se repetía, haciendo que Luke meditase unos minutos en la lógica que entrañaba tan extraño instrumento. Lentamente el aire comenzó a viciarse y no le pareció muy buena señal. Rápidamente empezó a ver hacia todos lados en la habitación, en busca del origen del olor. ¿Era acaso.. una trampa? De pronto comenzó a sentirlo. Una desagradable sensación recorrió todo su cuerpo y lentamente la luz de su varita fue apagándose hasta quedar nuevamente a oscuras, sólo iluminado por la campana de cristal. Lumos... Lumos... ¡Lumos!– dijo una y otra vez pero nada ocurrió. La magia que tanto disfrutaba lo había abandonado. Intentó alcanzar la puerta de entrada a tientas, golpeándose torpemente con los escritorios a su paso, pero estaba sellada. Ya no había salida. Sus huesos comenzaron a dolerle y la respiración se le dificultaba cada vez mas al punto de no poder soportarlo. Sabía que los magos eran mas longevos que los muggles, pero no imaginó llegar a tal extremo. Buscó incansablemente con sus manos alguna otra salida que pudiese salvarle la vida, pero sólo sintió la fría pared de piedra helándole las entrañas. Trastabilló con una silla y quedó de rodillas avanzando como pudo hacia el extremo opuesto de la sala. Tal vez allí hubiese otra salida. A cada centímetro que avanzaba el dolor se extendía por cada fibra de su cuerpo. Sus brazos y piernas le exigían rendirse por fin y terminar con aquella agonía. –N-necesito.. s-salir..– susurró entrecortadamente, presa del sufrimiento que lo invadía. La luz de la campana crecía lentamente a medida que se acercaba, hasta que por fin pudo alcanzar la pared opuesta de la sala. O al menos eso creía. En lugar de la fría pared, su mano encontró una cálida puerta de roble que lo invitaba a pasar. Intentó empujarla pero no tuvo éxito dado que estaba cerrada. La perilla estaba muy cerca, pero estirarse para alcanzarla parecía una tarea imposible en su condición. De pronto sus cansados brazos se vencieron bajo el peso de su cuerpo y su cabeza golpeó bruscamente el duro suelo. Todo era oscuridad.
  8. Hito 3 - Sala del tiempo Todos los magos y brujas continuaban avanzando sigilosamente uno tras otro, pegados contra una pared lateral del Salón. Imperceptibles ante la vigilancia de los Redentis, alcanzaron una sala circular en la que se hallaban seis puertas. Seis caminos se dividían pero, –¿Cuál será el correcto?– pensó Luke mientras una fría gota de sudor recorría su arrugado rostro dada la tensión. Inicialmente observó como varios de ellos se aventuraban ingresando por la primera puerta. –No podemos ser vistos. Los guardias no detendrán su búsqueda de intrusos y estar en grupo no facilita ocultarse– se susurró el anciano por lo bajo para sí mientras continuaba dando suaves pasos enmudecidos. Así continuó hasta encontrar un número cuatro marcado en letras romanas ubicado en el dintel de una negra puerta de ébano que lo invitaba a ingresar. Se percató de que los Redentis se acercaban por lo que no tuvo mas opción que ingresar. Lo primero que pudo percibir fue el incesante sonido del tic-tac proveniente de todos los rincones del lugar. La habitación circular se encontraba sumida en la oscuridad total, a excepción de un pequeño resplandor. Lo único que producía luz era una campana de cristal que brillaba en el extremo opuesto de la sala. –Lumos– dijo Luke con un suave movimiento de varita, mientras una tenue luz invadía la habitación rápidamente. Todo el lugar estaba decorado con relojes de arena de diferentes tamaños, de pie, en escritorios, e incluso en estanterías en las paredes.
  9. Hito 2 Misión: hallar el escondite del Inquisidor y liberar a Toloveus lo antes posible. Obstáculo: cientos de Redentis vigilando el Ministerio al completo. Al momento de ingresar en el recinto, Luke se percató de que el sonido de la batalla no se extendía al interior del Ministerio. ¿Acaso nadie mas había logrado sobrevivir? No podía ser... No se lo podía permitir. Entonces los vio. El enemigo ya estaba al corriente de sus intenciones. Sabía que no iban a quedarse de brazos cruzados mientras derrocaban a su gobierno, por lo que el ejército de esclavos al servicio del Inquisidor patrullaban incesantemente todo el lugar. Al notar esto se escabulló silenciosamente tras una columna de mármol esperando no ser visto. Sin saber qué más podría hacer, un sonido casi inaudible llegó a sus oídos. Dirigió su mirada hacia el origen de aquel ruido y ahogó un grito al darse cuenta. Todos sus compañeros estaban avanzando sigilosamente entre las líneas rivales sin ser detectados. Inmediatamente una melodía se instaló en su mente y no pudo evitar sonreír mientras se unía a ellos para poder proseguir con su misión. ---------------------------------- O ---------------------------------- Hito 1
  10. Hito 1: Ada Camille Dumbledore Balderik Von Alexandros Luke Abbott No había nada en el cielo estrellado esa noche, que hicieran sospechar las cosas extrañas y misteriosas que irían a suceder pronto. Mientras los confiados muggles dormían, el viejo Luke se adentraba por las oscuras calles londinenses hasta llegar a las inmediaciones del Ministerio. Había escuchado los rumores, si, pero no creía que realmente alguien pudiese tomar por la fuerza el poder. Tenía que confirmarlo con sus propios ojos. Paso tras paso, comenzó a oír a lo lejos las explosiones y los gritos desgarradores de dolor. Corrió siguiendo sus oídos como si no hubiese un mañana, con el corazón atravesado en su garganta preso del pánico. No podía perder otro segundo sin luchar junto a sus compañeros. Al llegar al terreno lo contempló. El campo de batalla era un baño de sangre y mas de la que él hubiese deseado pertenecía a sus amigos. La ira se incrementaba rápidamente en su interior al imaginar la posibilidad de que ella también estuviese… no. No debía pensar en eso. Ya con varita en mano divisó su objetivo. Los encapuchados eran cada vez mas y debía frenarlos sea como sea. –¡Desmaius!– gritó apuntando al mas cercano antes de que este pudiese reaccionar. El segundo se acercaba sigiloso a un joven de torso desnudo con manchas de sangre. –Illidan? ¡Me cago en el Inquisidor! ¡Impedimenta!– dijo antes de que pudiesen causarle otro daño. ¡¿Estás bien?!– le gritó a lo lejos pero antes de que pudiese obtener una respuesta mas Abominaciones se acercaban para proteger a su líder. –¡Sectusempra!– agregó rápidamente apuntando al siguiente blanco que fijó, mientras que la blanca túnica se le empapaba de sangre. Mirando a todos lados buscó sin éxito las figuras de Ada y Balderik. Necesitaba su ayuda desesperadamente. –¡Serpensortia!– la serpiente materializada se disparó directamente al cuello de su víctima. De pronto aquel rostro que tanto disfrutaba contemplar pasó por su mente, mientras un calor invadió repentinamente su pecho. –¡Incendio!– dijo mientras las llamas encendían rápidamente las ropas del siguiente agresor. El olor a sangre en el ambiente iba en aumento y sólo buscaba la forma de terminar con la matanza. Vio por el rabillo del ojo una sombra blanca que apuntaba en su dirección y apuntándole rápidamente dijo: –¡Langlock! De pronto la imagen que se cruzó en su camino le heló la sangre de imprevisto. Una niña pequeña vestida con la misma túnica se acercaba a él con una varita en la mano. –Esto ya es… demasiado.– Suspiró levantando el brazo para apuntarle. –Obliviate– susurró suavemente mientras los recuerdos de la niña encapuchada abandonaban su mente, y esta terminó por alejarse corriendo de aquel hórrido escenario.
  11. Procedo amablemente a hacer la Stalkación. Tenga Ud. un buen dia <3

  12. Buenos días, qué tal? De ser posible solicito que se me agregue en la casa Ravenclaw. Muchas gracias!
  13. Buenos días, qué tal? Les escribo para solicitar la aprobación de mi bóveda personal Muchas gracias
  14. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Luke Abbott 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: - 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: - Familia N° 2: - 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: - Bóveda Familia N° 2: -
  15. Turno 8: Anotación de Luke Abbott20-20 El encuentro se detuvo por un instante, siendo el momento de ejecutar los penales cobrados. Habiendo visto el marcador y encontrándose 10 puntos por debajo, un frío corrió por la espalda de Luke cuando su capitana le indicó lanzar el tercer penal. ¿Qu-é? ¿C-cómo? ¿Estás segura?– dijo entrecortadamente el cazador a Candela. Sí. Relájate, de seguro puedes anotar. Sino tal vez cortemos tu cuello, así que.. sin presiones.– bromeó ella con una sonrisa tranquilizadora. Acercándose a la zona de lanzamiento respiró profundamente. Miró de reojo a sus compañeros, aunque sabía que ellos no podían ayudarle. El momento por el que tanto había practicado por fin llegaba. Era él contra la guardiana rival que parecía querer devorarlo con una mirada atemorizante. Se preparó finalmente, y con un rápido movimiento explosivo de brazo logró embocar la quaffle en el aro sin que la guardiana pudiese bloquearla. Ya mas tranquilo volvió a reunirse con sus compañeros que lo vitoreaban. El marcador volvía a estar empatado

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