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Mynerva de Weasley

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Todo lo publicado por Mynerva de Weasley

  1. * El mes de septiembre había comenzado y Mynerva sintió nostalgia de sus años de adolescente cuando la fecha significaba partir hacia Hogwarts. En realidad, ella estaba en una situación parecida. Ese día comenzaría sus clases de Herbología que su propio nieto dictaría. Sonrió con una mezcla de ternura y orgullo. Ya era plena mañana de un día soleado pero fresco cuando llegó a los terrenos de la universidad. La consigna era traer sólo la varita cosa que le agradó porque odiaba trasladarse con mochilas atestadas de material. Una larga túnica color salmón de mangas cuyos puños le llegaban a las muñecas era su principal vestido. Todas sus túnicas estaban provistas de grandes bolsillos donde prefería cargar las pocas cosas que necesitaba para desplazarse. Un par de zapatos cómodos de taco bajo y medias cortas completaban su atuendo personal. Llevaba el corto cabello rojizo peinado hacia la izquierda que cubría la oreja de ese lado. La otra la llevaba descubierta. Averiguó donde estaba el aula de Herbología y se dirigió hacia allá con paso decidido. Allí vio a Nathan solo detrás del escritorio por lo que se permitió caminar hacia él para darle un abrazo. Buscó luego un pupitre para sentarse y esperar la llegada de las demás alumnas. Después que éstas llegaran y hubieran saludado, el profesor les hizo una pregunta. Mynerva pensó un momento y luego contestó lo que le pareció más atinado. - Creo que las plantas cumplen un papel importantísimo en nuestras vidas al proveernos del oxígeno que necesitamos para poder seguir vivos. Pero las plantas mágicas tienen una función más que es el de servir para combatir muchas enfermedades. Si bien es cierto que hay medicinas de origen mineral, creo que las que se obtienen de las plantas mágicas son muchísimas. Por eso, su desaparición sería un verdadero desastre para la vida humana en el planeta. Seguramente habría mejores razones que las que ella había invocado, pero ésta le pareció de suma importancia.
  2. * Hola a todos, vengo a pedir mi conocimiento para septiembre. Nick: Mynerva de Weasley ID: 15225 Conocimiento: Herbología (si no se abriera, tomaré Idiomas) Nivel de Magia: XVI Link a la Bóveda: B: 82772 Link a la Ficha: N° 82743 Muchas gracias. ^^
  3. * ¡Waterjets! ¡Aeris! Mynerva paladeaba los hechizos como si cada letra, cada sílaba fuera un dulce delicioso que saboreaba en su boca. Sonrió al mago plenamente feliz. Esos sencillos encantamientos podrían ayudarla bastante en su jardín. - Gracias Ishaya. Ya casi creía que poco podría llevarme de esta clase. A veces me cuesta incorporar nuevos conocimientos mágicos cuando vuelvo a la Universidad después de tanto tiempo. Pero ha logrado hacer que esta enseñanza sea liviana y muy práctica. Tal como me gusta. No exageraba. Los años no habían pasado en vano y lo que su nieto adquiría con gracia, rapidez y decisión, para ella no era tan fácil. Por eso se entusiasmaba tanto cuando aprendía magia que podría llevar a cabo sin demasiado esfuerzo y con buenos resultados sin tener que perjudicar a nadie. Recordó las plumas revueltas de la pequeña lechuza que le había acercado información sobre esta reunión que tenían en aquella torre tan alta. La remembranza le hizo preguntar. - ¿Hay alguna forma de impedir los efectos desbastadores de un tornado? Los muggles se esconden en sótanos si viven en el campo. Pero en las grandes ciudades los efectos pueden ser devastadores. Disculpa mi ignorancia, pero ¿qué hechizos podríamos nosotros conjurar para calmar la furia de los elementos desatados? El agua y el aire pueden llegar a ser mortíferos si se desplazan con mucha fuerza y velocidad. No se me ocurren conjuros lo suficiente poderosos como para detenerlos. ¿Será ¡Tempestatibus tranquilla! suficiente? - quiso saber con preocupación imaginando a muchísimos magos uniendo sus varitas en el esfuerzo.
  4. * La respuesta de Tonks aclaró las dudas que tenía la bruja. No era cuestión de no aplicar lo aprendido. Se trataba de no aprovecharse de lo aprendido en provecho propio en detrimento de los demás. Había que recordar siempre que los elementos que se usaran sólo para nosotros, se los estaríamos quitando a los demás. Sin contar que esos hechizos eran muy poderosos y requerían mucha energía mágica y desgaste físico por lo que no estaba segura si a su edad se podría dar el gusto, el lujo de emplearlos a menudo. Se quedó pensativa reflexionando sobre lo que había comentado el brujo. En especial, la parte de la respuesta dirigida a Nathan. Había enumerado algunos hechizos que según comentó utilizaban los integrantes de la Orden del Fénix y otros usados por los componentes de la Marca Tenebrosa en los que la manipulación de elementos era tan fuerte que el resultado era muy poderoso. Por no haber militado nunca en alguno de esos bandos, Mynerva ignoraba cómo realizarlos o el efecto que producían ya que durante toda su vida se las había ingeniado para desaparecer de cualquier redada en la que se hubiera encontrado por error. Pero decidió dar por descontado que el efecto sería bastante desbastador y no hacer preguntas incómodas al instructor que no se referían estrictamente a la meteorología. Prefirió ir por algo más sencillo. - Estoy segura, sin embargo, que debe haber algún hechizo fácil de realizar y poco demandante que nos pueda enseñar para practicar sin consecuencias. Algo simple que no requiera mucho esfuerzo, apropiado a una casi anciana como yo, - sonrió mientras aguardaba la contestación de Ishaya.
  5. * La bruja no estuvo muy conforme con la respuesta del profesor. En apariencia, cualquier tipo de magia que se llevara a cabo debía regirse por la Ley de la Transformación Elemental de Gamp. Esto reducía el campo de acción mágica a tratar de influir en elementos ya creados por la naturaleza como el aire, fuego, agua y tierra. Como ella temía, no podía crearse agua de la nada. Escuchó pacientemente las explicaciones de Ishaya y observó con curiosidad lo que hacía. Algo le llamó la atención y fue el énfasis puesto en la decisión de cada bruja o mago en cuanto a su propia ética al momento de usar su poder mágico. Es decir, cada cual elige si utiliza su magia para el bien o el mal. Y esto aplica también a manipular las fuerzas de la naturaleza. Como siempre, la verdadera fibra de una persona podía adivinarse por sus elecciones. Y a eso no escapaba ningún meteorólogo mágico tampoco. Ishaya provocó acto seguido una buena tempestad de nieve tan sólo con mover su varita de determinaba forma mientras pronunciaba el conjuro. - Glaciem tempestas. Esta vez la mujer no fue tomada por sorpresa. Además prefería mil veces la nieve a la lluvia. Y sintió el viento que se arremolinaba en la torre con los suaves copos impregnándolo todo, en especial el suelo. Los observó caer sin oponer resistencia por el momento mientras veía a su nieto Nathan que a su vez practicaba los hechizos de lluvia y de nieve. Fue él quien detuvo la nevada con el mismo conjuro empleado por ella para finalizar la lluvia. Y por supuesto, también ayudó el mago instructor tratando de que no quedaran rastros en la torre de las prácticas meteorológicas. También comentó algunos fenómenos producidos adrede por meteorólogos que quisieron usufructuar sus conocimientos para obtener mejores cosechas algunos y causar estragos con tormentas otros. La idea había quedado clara en la mente de la bruja que encontró totalmente inaceptable producir daño sólo por el hecho de tener poder y saber usarlo. Esperaba que las autoridades no hubieran sido benignas a la hora de castigar tales maldades. En cambio, no le pareció malo mejorar cosechas con buenos aguaceros oportunos ya que la intención no era dañar sino favorecer los cultivos. De manera que sería mejor recordar lo aprendido. Si tuviera que enumerarlo, diría: - ¡Tempestatum! ¡Fulminibus! Nos ha servido para acelerar la llegada del temporal de agua. Y hubo que invocar Glaciem tempestas para atraer nieve. Y luego, para deshacernos de ambas, aplicamos un ¡Tempestatibus tranquilla! Mynerva se detuvo un momento y luego prosiguió. - Entiendo que debemos ser cuidadosos con la aplicación de nuestros hechizos. Y es una pena que sea tan peligroso alterar la naturaleza. Pero ¿por qué no podemos intervenir en ella si nuestras intenciones son buenas? Sería de mucha utilidad mejorar los resultados de las cosechas, por ejemplo, si sabemos cómo hacerlo y tenemos el poder. No hablo de hacer experimentos peligrosos, sino, tal vez, una lluviecita aquí o allá que mejore el aprovechamiento del suelo. Se quedó esperanzada mirando a Tonks. Sería un desperdicio aquel curso, si luego no podía aplicar los conocimientos adquiridos.
  6. * Uno de los magos se levantó para dar la bienvenida a sus alumnos y explicó que él mismo, Ishaya Tonks, les guiaría en Meteorología y Divied Potter Black, daría Astronomía a otros jóvenes que aún no habían llegado. Ishaya les explicó que le encantaba la lluvia, el cielo relampagueante y el viento frío azotándolo. Myne recordó su juventud cuando sus gustos eran los mismos. Pero ahora se había convertido en toda una señora burguesa, como dirían los muggles y esas delicias prefería observarlas detrás de una ventana vidriada. De hecho, esperaba que a pesar de lo que estaba viendo, la lluvia no se desatara y los empapara en la intemperie. Pero se equivocó. El profesor preguntó a ambos qué pensaban que era la Meteorología y Nathan se apresuró a dar su opinión. Mientras lo hacía, Ishaya apuntó su varita hacia las nubes lejanas y pronunció dos hechizos que la bruja no había oído en toda su vida. No es raro que nunca hubiera sido capaz de influir en las tormentas ya que no sabía qué hacer. - ¡Tempestatum! ¡Fulminibus! Mynerva repitió mentalmente las palabras para aprenderlas. Tem-pes-ta-tum. Ful-mi-ni-bus. No sabía qué efecto produciría si las decía en voz alta, pero lo que hizo Tonks fue magnífico ya que la lluvia llegó rápidamente sobre ellos y unida al viento comenzó a azotarlos sin piedad. La mujer apuntó rápidamente a sus anteojos que habían empezado a llenarse de gotas que le impedían una clara visión y murmuró Impervius para evitar ese problema. La respuesta de Nathan no había satisfecho del todo al profesor ya que dijo que la materia estudiaba fenómenos climáticos cosa que ella también creía. Tonks agregó que la meteorología era la consecuencia que se daba al juntar elementos, condiciones y especificaciones y que los magos aplicaban sus conjuros sobre algo de los elementos que los rodeaban para modificarlos. Eso sorprendió un poco a la bruja que preguntó. - ¿Quiere decir que estudiar los fenómenos meteorológicos no es suficiente, ni hacer los hechizos correctos? ¿Es necesario tener primero algún elemento? En un año de gran sequía ¿no es posible hacer llover si no hay ni una mísera nube en el horizonte? Creía que nuestro poder mágico sería capaz de resolver esos problemas climáticos. Mientras esperaba una respuesta alzó su brazo empuñando la varita y pronunció los hechizos recién enseñados temiendo lo peor. - ¡Tempestatum! ¡Fulminibus! Por supuesto, la tormenta arreció y el viento sopló con tal violencia que tuvo que sostenerse con fuerza de una baranda para no ser borrada del lugar. Buscó rápidamente en su mente el tercer hechizo y lo pronunció con decisión. - ¡Tempestatibus tranquilla! La lluvia comenzó a ceder y con ella retornó la calma. Pero estaba empapada de pies a cabeza. Tal vez sería mejor usar también ¡Nere caeli! realizando la floritura alrededor de su propio cuerpo que comenzó a secarse a causa de la ventisca que la rodeó con rapidez. - Me siento desilusionada. Aunque en realidad es lógico. No podemos crear lluvia. Sólo podemos acercarla o alejarla de nosotros si tenemos suerte y ya está en el ambiente. Imagino que sucede con otros fenómenos también. Lo interesante sería poder crearlos. O tal vez me equivoco y sí hay algunos que podemos crear, - comentó con una mirada interrogativa hacia el instructor que tal vez tuviera alguna afirmación. Estaba deseosa de oír la opinión de Ishaya.
  7. * Mynerva leía el mensaje que le había entregado una pequeña lechuza gris con las plumas muy alborotadas. Parecía haber volado a través de un torbellino. - Muy apropiado para iniciar mi clase de Meteorología, - sonrió condescendiente la matriarca. Que la clase se realizara en la torre más alta no le pareció extraño. Le intrigó, sin embargo, que el horario fuera nocturno. No tenía la más mínima idea de lo que le podrían enseñar. Pero sintió que en plena oscuridad, le sería más difícil fijar los nuevos conocimientos. Suponía que el profesor sabría cómo impartir sus enseñanzas; lo que le preocupaba era si ella las entendería. Sabía que su nieto Nathan también tomaría la misma clase. Pero él no estaba en la mansión en ese momento por lo que decidió ir sola. Ya lo encontraría allá y tal vez volvieran juntos. Tomó una larga capa azul que colocó sobre sus hombres ya cubiertos por una camisola celeste que llevaba pintado sobre la espalda un hermoso árbol cubierto con rojos frutos. Pantalones de jean y zapatos deportivos completaban su atuendo. Desapareció de la mansión Weasley rumbo al lugar prefijado. La recibió un poco de viento que parecía empujar las nubes con tanto empeño y determinación que ya había conseguido que el cielo se hubiera cubierto. - Por suerte no es Astronomía lo que elegí, - se dijo pensando lo incómodo que sería ver las estrellas a través de aquellos nubarrones. Subió con determinación las escaleras rumbo a la torre y salió a una explanada. No es que tuviera miedo a las alturas. Pero ver a dos hombres justo al borde con sus capas agitadas por el viento, le hizo sentir un pequeño escalofrío recordando la trágica muerte de aquel viejo mago sabio. Pudo observar que su nieto ya había llegado. Le guiñó un ojo con complicidad. Desplegó una sonrisa infundiéndose valor y se acercó a los que supuso serían los maestros. No se le hubiera ocurrido que necesitara dos profesores, pero tal vez la tarea era muy ardua y había decidido ayudarse mutuamente. - Hola, soy Mynerva de Weasley y vengo a mi clase de Meteorología, - saludó a los magos presentándose y esperó sus respuestas.
  8. * Me anoto para conseguir un nuevo conocimiento en agosto. ^^ Nick: Mynerva de Weasley ID: 15225 Conocimiento: Meteorología (si no se abriera, tomaré Idiomas) Nivel de Magia: XVI Link a la Bóveda: B: 82772 Link a la Ficha: N° 82743 Saludos ^^
  9. * Sólo una de las alumnas respondió al saludo de Myne diciendo llamarse Joanna Macnair. No tenía ni idea de quién se trataba pero por lo menos su educación había llegado hasta presentarse ante una desconocida que saludaba. Se encogió de hombros ante el frío de las demás, mientras prestaba atención a lo que estaba sucediendo ya que algunas chicas estaban bastante disgustadas con los gigantescos seres con tentáculos que pretendían obligarlas a ayudarlos. Una de ellas quiso saber si el hecho de recuperar esos tesoros escondidos no incidiría en el presente de nuestro propio planeta. - Bien pensado, - razonó la Weasley sintiendo preocupación por los resultados que esa bendita clase tendría sobre toda la comunidad mágica y hasta la no mágica. Los extraterrestres no parecían dispuestos a responder o el uso del habla les era ajeno. La muchacha exasperada ofreció abrir portales hacia las distintas épocas cosa que sorprendió mucho a Mynerva ya que no sabía que esas habilidades podían adquirirse. ¿Sería allí mismo en la propia universidad? Estaba maravillada. Un joven brujo se había unido a la clase y luego de recibir el mismo tratamiento que los demás, estuvo más que contento en emprender un viaje en el tiempo para ayudar a los extraños que lo requerían. Sólo le preocupaba el modo en que se haría ese viaje. A Myne no le resultaba demasiado apetitosa la propuesta. Con tantos años de vida como tenía y tantas situaciones riesgosas en las que se había visto envuelta, no era de su agrado entrar en nuevas compulsas y menos sólo por asistir a una clase; le parecía desmesurado. Sin embargo, no parecía haber opciones. Los mismos seres estrafalarios se encargaron de callar a las alumnas que habían protestado de viva voz y al joven que se les había unido, a su pesar, para mostrar su entusiasmo. Por suerte, el profesor, o lo que de él quedaba, trató de suavizar los dichos de las criaturas, ensalzando las virtudes de las chicas Crouchs y Ivashkov y también del entusiasta Gryffindor. Con buen sentido aceptó las misiones impuestas y dividió la clase según los distintos destinos donde encontrarían las reliquias extraterrestres. No parecía haber escuchado la propuesta de cada alumno, salvo la de Thomas E. Gryffindor. A ella misma le tocaba acompañarlo perdiéndose la oportunidad de volver a ver Hogwarts. Al recomendarles pasar desapercibidos, Keaton enfatizó la prohibición de matar, interferir u opinar donde sea que fueran. Y no usar Magia salvo que fueran atacados. Los proveyó con valiosos amuletos a cada uno que les permitiría hablar el idioma reinante en cada lugar visitado. Al tomar el objeto que le correspondía, Mynerva se dio cuenta que su coqueto piyama celeste no era el indicado para visitar las lejanas y antiguas tierras de Egipto, el palacio de Tutankamón. Un rápido movimiento de su varita lo transformó una larga túnica tubular de algodón en colores crudos y sin mangas, que le pareció no sería notada en el magnífico palacio. El profesor Keaton solicitó a Tauro y Leah a que abrieran dos portales para ser usados por los alumnos. Con un ligero cosquilleo de su columna vertebral, la bruja buscó los ojos de su compañero Thomas con el que se adentraría en esta aventura. - ¿En qué lugares buscaremos primero ese preciado disco, @@Thomas E. Gryffindor? - preguntó tratando de ponerse rápido de acuerdo con su compañero de viaje en el tiempo hacia aquella tierra tan llena de misterios y embrujos.
  10. * Unos maullidos desesperados despertaron a Mynerva de su plácido sueño. Todavía era de noche y no tenía idea de la hora que sería. - ¿Qué pasa contigo, Blacky? – preguntó la bruja tratando de entender el alboroto de su gato que solía dormir a los pies de su cama. La criatura parecía presa de una fuerte emoción y miraba con insistencia hacia la puerta del dormitorio en un completo estado de alerta. La mujer no entendió qué pasaba. Muerta de sueño pero sintiendo una repentina curiosidad miró también hacia la entrada de la habitación y fue entonces cuando escuchó un sonido bastante inquietante, y pudo observar un resplandor azulado que se percibía por debajo de la puerta. No supo por qué, pero una extraña inquietud de apoderó de ella. - Toño, - llamó con urgencia pero en voz baja al mismo tiempo que tomaba en su diestra la varita que yacía sobre la mesa de luz. Unos segundos después el característico crack anunció la presencia del elfo de la familia ante ella. - ¿Qué sabes de ese resplandor? No me gusta nada. Casi tan nervioso como su ama, la pequeña criatura abrió la puerta dando pie para que una extraña figura metálica parecida a un platillo volador del que suelen hablar los muggles, se filtrara en su habitación. Los chillidos del elfo se mezclaron con los aullidos furiosos del pequeño felino y Myne se arrepintió de haber pedido ayuda. El haz de luz se proyectó sobre ella encegueciéndola. De repente no pudo moverse por su propia voluntad y fue abducida hacia lo que era en realidad una nave y perdió el conocimiento. Cuando volvió en sí, sintió un profundo disgusto al darse cuenta que había sido raptada de su propia mansión en plena noche sin darle tiempo a tomar ninguna decisión. Estaba sentada en el suelo todavía vestida con su pijama celeste en medio de una gran estancia donde algunos gigantescos seres con largos tentáculos tenían prisioneros también a un mago y varias brujas que le resultaban conocidos. - ¿Es la clase de Historia de la Magia? No puedo creerlo. No había ninguna necesidad de emplear métodos tan rudos para traerme aquí. – Su enojo era evidente. Cierto que por lo que veía, la dicha clase había empezado hacía ya tiempo. Pero ¿qué hacían aquellos “bichos” tan extraños con su profesor y sus probables compañeras? Parecía que se estaban conectando telepáticamente con ellos a través de sus largas prolongaciones. Esperó que ninguna la tocara, pero se equivocó. Como si hubieran leído su mente y quisieran contradecirla una de aquellas figuras se acercó peligrosamente a ella y uno de sus tentáculos hizo contacto con su frente. Mynerva no pudo evitar entrar en la mente de aquel ser y enterarse que venía de otro lugar en el universo. Que habían llegado a este planeta en medio de una guerra de alcance infinito para guardar unos objetos muy preciados por ellos para reconstruir su mundo destruido. Los lugares elegidos eran bastante importantes para los magos. Egipto, Turquía, Irán y la misma Europa fueron escogidos. Y no sólo la época actual sino también el pasado. Por algo habían elegido la clase de Historia de la Magia justamente. Ahora necesitaban recuperar sus tesoros y pedían a las alumnas que se encargaran de encontrarlos porque ellos ya no podían. La mujer se sintió muy confundida. Era capaz de desaparecer y aparecer donde quisiera si se concentraba con la suficiente voluntad. Pero siempre lo había hecho en la misma época. Sabía que los magos poderosos podían volver al pasado o incursionar en el futuro. No sabía si ella sería capaz también ya que nunca lo había intentado. Sin embargo, le encantaría poder buscar el valioso disco dejado en Hogwarts. Siempre había querido volver a la querida escuela gracias a la cual había comenzado su vida mágica. Un poco más calma, esbozó una sonrisa y saludó al profesor y a las chicas. - Disculpen la demora. Soy Mynerva de Weasley y parece que estoy inscripta en esta clase. Recordó que no había comido nada y estiró sus manos tomando una tostada y una taza de café que estaban cerca de ella. Necesitaba este último para poder comenzar a funcionar mejor después de semejante madrugada.
  11. * Wii, hay varios alumnos para este conocimiento. Imagino que no se cancelará y será bueno ser tantos para rolear. Espero terminar estas clases. Nick: Mynerva de Weasley ID: 15225 Conocimiento: Historia de la Magia Nivel de Magia: XVI Link a la Bóveda: B: 82772 Link a la Ficha: N° 82743 Saludos ^^
  12. * Mynerva debió sentarse nuevamente al escuchar las novedades de Seraphine. Su padre Gitax. Aimé Westrong. La relación que ambos no habían tenido. O sí, ya que allí tenía la prueba fehaciente de ese amor, aunque sólo hubiera durado una noche. Los dos hacían una hermosa pareja hasta donde ella se había enterado. Un sabor agridulce la envolvió al recordarlo. Era triste no poder verlos de nuevo. Pero el pequeño James en brazos de su hermana era suficiente aliciente para mejorar el ánimo y llenarse de ilusiones nuevamente. Miró a su nieta con interrogación en los ojos azules. - ¿Estás dispuesta a criarlo como tuyo? - apenas de atrevió a preguntar. - No te preocupes, estoy dispuesta a ayudarte. Será bienvenido en la Mansión Weasley si allí quieres que crezca. Si prefieres este lugar, no te culpo, pero mi tiempo será menor. Recuerda que quiero trabajar en el Ministerio. Supongo que los elfos también pueden ayudar. Dime qué y cómo piensas hacer. Miró a la muchacha tratando de averiguar lo que pensaba y sentía. Imaginaba que una madraza como Kass no abandonaría a su hermanito por ningún motivo. En especial después de haberse enterado de la existencia de Corine y del tiempo que estuvieron separadas. ------------ @ Lamento mucho la tardanza. Si no quieres seguir con este rol, plantea otro y trataré de seguirte. Besos. @@Gitax Weasley
  13. * Mynerva leía un libro de misterio cómodamente sentada frente a la ventana desde donde podía admirar el espectáculo del lago que había empezado a congelarse en las orillas a causa de la baja temperatura y la copiosa nevada que se había abatido sobre la ciudad. Estaba tan interesada en la trama que apenas oyó los suaves golpes a la puerta. Saliendo de su abstracción respondió dando permiso a quien fuera a que abriera la puerta. Fue una agradable sorpresa ver aparecer a Kass. Pero lo que la hizo levantarse dejando su libro de lado y acudir a su encuentro, fue el pequeño envoltorio que la joven traía en sus brazos. Los azules ojos de la matriarca brillaron con intensidad. Los bebes eran su perdición. Siempre se había sentido atraída por su perfume tan distinto, la suavidad de su piel, la inocencia de su mirada. - Kass, qué belleza, - articuló cuando pudo reaccionar ante la novedad. - Cuéntame quién es este niño y cómo está contigo. La sonrisa iluminaba su rostro. Se quedó mirando a su nieta a la espera de sus palabras. Su corazón había empezado a latir más de prisa. @
  14. * Al menos, Cissy pareció reconocerla y la saludó con amabilidad. Esto contrastó con la forma de tratar a Jank que trabajaba con ella en el mismo Departamento. Levantó una ceja extrañada, pero luego pensó que algo habría en su trato cotidiano que provocaría ese comportamiento. Una nueva alumna entró al aula. No saludó en general salvo a Jank a quien rodeó con sus brazos y le plantó un beso en la mejilla. Su actitud también la sorprendió pero después de oír las palabras de la chica agradeciéndole que la hubiera acompañado a tomar esa clase, creyó entender la razón de las muestras de afecto. En realidad, recordaba a ambos como compañeros de la clase de adivinación que había tomado hacía unos meses. Los dos habían tenido algún inconveniente y no habían terminado el curso por lo que se veían obligados a repetirlo ahora. Mynerva se dio cuenta de que debía dejar de fijarse en los demás alumnos y concentrarse en lo que les había pedido Cissy. - ¿Qué son las leyes? ¿Qué leyes conocen? ¿Cuáles quieren conocer? - Vaya, si supiera esas respuestas no estaría tomando esta clase, - rezongó por lo bajo ya que durante años había tenido en cuenta innumerables leyes que rigen las actividades del banco de los magos y ya estaba bastante harta de ellas. Por eso había dejado ese trabajo, pero desgraciadamente había elegido la oficina del ministro como lugar para ganar algunos galeones y estaba totalmente perdida sobre cuáles eran las que aplicaban a ese departamento. Sin embargo, no quería mostrar lo ignorante que se sentía y trató de buscar alguna respuesta que satisficiera a la profesora. Pasó los dedos por su frente intentando retirar un mechón rebelde de cobrizo cabello y fijando sus ojos azules en la instructora comenzó a hilar una contestación. - Creo que las leyes mágicas son distintas reglas que como magos y brujas debemos respetar para tener una sana convivencia entre nosotros y con los muggles. Por ejemplo el Estatuto del Secreto de los Magos que es una ley que se enseña desde niños. Pero para los adultos, me gustaría saber qué leyes se aplican en cada departamento del Ministerio de Magia. También en las organizaciones dependientes como el Concilio, San Mungo, El Profeta, los distintos bandos, etc. Me interesa saber qué Leyes rigen en el Laboratorio de Análisis e Investigación Clasificada y cómo es eso de Control del Comercio Universal. Sólo puedes ahorrarte las del Banco que creo recordar todavía. Miró a Jules sentado a su lado y que tal vez tendría sus propios conocimientos y dudas que expresar. Y a los alumnos de adivinación. ¿Tendrían que turnarse con ellos para tener la atención de Cissy? Ya veríamos.
  15. * Mynerva estaba pasando las vacaciones de fin de año en su querido país, Argentina. Hacía tantos años que no iba allá que ya no recordaba lo tórrido que podría ser pasar allí las fiestas muggles. Sentía que en cualquier momento podría derretirse dejando sólo un pequeño charco en el suelo. Por esa razón el alivio la alcanzó cuando su fiel Becky le entregó el mensaje que habían dejado en la mansión Weasley, los correos de la universidad. La profesora Cissy Macnair dictaría la clase. Pero parece que al comienzo del año había pocos alumnos por lo que daría una doble: para ella misma y Jules sería de Leyes Mágicas y para Adryanie y Jank, de Adivinación. Sonrió al recordar su propia experiencia con esta última asignatura y lo extraño que fue todo entonces. Pero había sobrevivido a ella y no tenía ninguna objeción a ver cómo se las arreglaban los alumnos que la tomaran ahora. Le resultó difícil conseguir un traslador que la llevara de vuelta a Londres por lo que tuvo que resignarse a aparecerse directamente en su mansión para tomar algunos pergaminos y plumas que le sirvieran en su clase. Se despidió de amigos y parientes y concentrándose en su dormitorio desapareció rumbo a él. Acababa de aparecerse en su casa cuando el elfo familiar hizo lo mismo. - No esperaba verla tan pronto, ama, - la chillona voz de Toño la sobresaltó. Pero se dio cuenta que él se sentía muy responsable de la seguridad del lugar y estaba atento a cualquier ruidito inesperado. Sonrió ante sus palabras y comentó. - Han vuelto las clases en la universidad. Tengo que asistir. Vine a buscar algo para tomar notas, por si acaso. - Y de inmediato me voy porque no quiero llegar tarde. Mientras hablaba, fue guardando en un pequeño bolso de mano lo que creía que necesitaría. - ¿Quiere algo de comer? - ¿Para llevar? – levantó una ceja interrogante. - Mejor como algo ahora y luego voy. ¿Puedes prepararlo? Yo me cambiaré de ropa porque la de verano que tengo me hará congelar. Veo que por acá hay bastante nieve. Toño salió y Mynerva buscó en su placard algo más acorde al clima de Londres. No quería sentirse incómoda durante la clase. Necesitaría concentrarse bien y aprender las leyes que aún no sabía. Suponía que una bruja de tanto prestigio como Cissy Macnair sería la fuente de sabiduría ideal. Lo que no se imaginaba es cómo se las arreglaría dando dos clases sobre temas distintos al mismo. Pero siendo tan pocos alumnos, suponía que todo saldría de maravillas. Una falda larga de abrigo, camisa blanca de mangas largas y una chaqueta a juego con la pollera fueron su elección. También una bufanda que rodeó su cuello y protegió sus rojizos cabellos cortos del viento y la nieve que caía. Un par de botas cortas completaban su atuendo. Apenas si probó unos bocados de la bandeja que le trajo el elfo. Ya se sentía ansiosa por estar en la Universidad. Esta vez le resultó más fácil identificar su destino y pronto apareció en los jardines desde donde se dirigió a pié hacia el aula 715. Vio a la profesora allí con dos alumnos que ya habían llegado. Los conocía a todos pero no sabía si ellos se darían cuenta de quién era. Le gustó la disposición del aula con dos pizarrones, uno para cada materia con sendos bancos delante de ellos. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Saludó a los tres y tomó asiento frente al pizarrón de Leyes Mágicas. - Buenos días, Cissy, Bastian, Jank. Soy Mynerva de Weasley, - concluyó como disculpándose si ellos habían olvidado su nombre. Hacía bastante tiempo que no lo usaba.
  16. * Hola Elvis, Agatha ¿Qué día de enero empiezan las clases, el 1 o el 6? Dejo mi inscripción con una segunda opción por si faltan alumnos para la elegida) Nick: Mynerva de Weasley ID: 15225 Conocimiento: Leyes Mágicas (o Idiomas si no se abre) Nivel de Magia: XVI Link a la Bóveda: B: 82772 Link a la Ficha: N° 82743 @ @
  17. * Mynerva había tenido una larga noche de descanso durmiendo muy cómoda en la habitación que había alquilado en el hostal de Seraphine. Se levantó y se dirigió al baño a tomar una ducha. Mientras lo hacía, una elfina apareció en la habitación trayendo un copioso desayuno para que lo tomara cómodamente en privacidad. Le encantó la atención y solicitó a la empleada que lo sirviera en la mesa que había en el balcón para sentarse mirando el lago mientras lo tomaba. Era el complemento ideal después de una noche de sueño reparador. Al terminar, salió de la habitación pensando en dar un paseo por las inmediaciones. Vio un pequeño elfo que entregaba unos folletos al encargado de la recepción y se acercó curiosa a ver de qué se trataba. - Una fiesta con mucha magia, - comentó mientras escuchaba que el elfo ofrecía publicidad del negocio si hacían una donación para el evento. - Creo que esto le convendría bien a Kass. Nunca está de más la publicidad. Hablaré con ella cuando la vea.
  18. * Quien estaba en mejores condiciones era la profesora a pesar del dolor de cabeza que debería sentir después de la respuesta dada por el policía ante su agresión a su pierna. Se había negado rotundamente a entregar su varita a Agatha y trató de contestar a la curiosidad de Gatiux de la manera más didáctica posible. Cuando el furgón se detuvo frente a la comisaría observó todo con cuidado y emoción. Dentro del lugar, siguió dando su clase a las otras brujas para que conocieran mejor lo que ella consideraba el fabuloso mundo muggle. Mynerva la escuchó atentamente cuando les informó sobre las fotos fijas que les tomarían y luego les describía el significado de los uniformes que usaba cada uno de los trabajadores que se encontraban allí. Se sorprendió porque algunas cosas le parecieron incongruentes. ¿Cómo era eso de que los uniformes más vistosos eran los de menor rango? Será que a ella le encantaba el color azul y veía a esos hombres muy bien vestidos. Le causó gracia, aunque lo entendió, que los abogados pagos tuvieran los zapatos más lustrosos y de mejor calidad que los que no cobraban por su trabajo. Resonaron en su mente las palabras de Sagitas recomendándoles prestar atención a esos detalles si querían pasar desapercibidos entre los muggles. Con picardía les recomendó no usar magia delante de ellos, salvo que les fuera posible hacerlo sin que se dieran cuenta. Eso podría evitarles problemas mayores con la Seguridad Pública muggle, salvo alguna simple multa. Pero lo más importante es que les evitaría dificultades con el Ministerio de Magia e ir a parar a Azkaban por haber puesto en peligro el Secreto de los Magos. Sagitas le había sonreído antes de bajar de la camioneta infundiéndole confianza. Ahora, Myne sentía que la clase le había enseñado algo que de propia voluntad, nunca hubiera intentado conocer. Esperaba que la aventura terminara para bien sin daño para ellas o los muggles.
  19. * Kass llamó a un elfo y le dio indicaciones de preparar dos habitaciones con vistas al lago y una cena deliciosa para dos huéspedes importantes. Myne sonrió ante sus palabras. Un dormitorio desde cuyas ventanas pudiera ver el lago le pareció muy hermoso y relajante. Siempre le había gustado estar en un lugar así. Despertar, levantarse y tomar el desayuno mirando las aguas mansas, los árboles que las rodeaban y los pajaritos cantando la bienvenida al nuevo día. Era un paisaje demasiado bucólico para ser verdad. Pero seguramente, en la posada de su nieta lo encontraría. Observó que Hani tenía ganas de salir a hacer compras. No le pareció mal. Era joven y tenía mucha más vitalidad que ella por lo que era bueno que la usara para conseguir lo que le gustaba. Sonrió a ambas jóvenes y les comentó. - Pueden salir tranquilas. Yo me quedo porque necesito un poco de reposo. Pero nos veremos a la hora de la cena. Se sentía bien dejando a las chicas en libertad de hacer lo que quisieran. Ella también lo haría. ______________ Off: @@hani_price @
  20. * La policía tardó poco tiempo en llegar después que la dueña de la pastelería de la estación King Cross las interrumpió y anunció a los gritos que las había denunciado. Mynerva vio venir dos hombres uniformados y pensó que eran muy veloces para acudir cuando los necesitaban. Eso hablaba bien de la organización muggle en cuanto a la seguridad de los habitantes. Un corrillo de gente ya las rodeaba y dejaron pasar a los agentes del orden sin alejarse mucho para no perderse detalles de la situación de las cuatro chicas. Los hombres explicaron en pocas palabras la razón de su presencia allí dejando claro que no se podía comercializar nada sin el permiso correspondiente, cosa del que carecían Sagitas y sus alumnas ya que eso no era una venta verdadera sino solamente una simple clase. Gatiux con bastante tino dio un nombre falso cuando les requirieron su identidad y aseguró que vendían galletas para ayudar a huérfanos necesitados. Y Sagitas en el colmo del entusiasmo se ofreció gustosa a ser indagada en la comisaría sin oponer la menor resistencia. Esto último parecía bastante raro a Mynerva y también a los policías que empezaron a dudar si valía la pena llevarse a las cuatro mujeres. Viendo la incertidumbre en los ojos del policía que las había interpelado, Sagitas no pudo evitar golpear con fuerza la pierna del mismo, cosa que no le cayó nada bien e inmediatamente la esposó con las manos a la espalda y ordenó a las demás infractoras que los siguieran sin oponer resistencia o también las esposarían. Mynerva estaba azorada. No podía creer que la profesora hubiera atacado al hombre para conseguir una visita a la comisaría. ¿Es que no sabía en el lío que podrían meterse con esa actitud? Pues no. Parecía muy satisfecha de que su plan se llevara a cabo y aceptó de buen grado ser llevada a la patrulla policial. Hacia allá se dirigieron todos, no olvidando las galletas en discusión y la mesa en que las vendían. Dentro del furgón, Gatiux criticó a Sagitas por haber golpeado al policia. Pero no pudo ocultar su curiosidad por las esposas que aprisionaban sus manos. Se veían como unos artefactos bien útiles para evitar cualquier movimiento sospechoso de la agresiva mujer. ¿Qué pasó con Sagitas para haber perdido tanto la compostura? Eso también parecía pensar la directora de la universidad, Agatha, que sin miramientos le requirió su varita ya que temía que la usara para empeorar aún más las cosas. Myne estaba bastante alarmada. Se sentó en silencio donde le ordenaron y vio los intentos de Agatha de conquistar al policia más joven sin pensar siquiera en imitarla. Se sentía bastante arrepentida por haberse inscripto en semejante clase. No se parecía a ninguna a la que hubiera asistido antes. Tampoco consideraba algo útil todo el conocimiento del mundo muggle que podría adquirir siendo arrestada y teniendo que ser fichada en una seccional como si fuera una delincuente común. Sin embargo, no quería echar a perder la diversión de la instructora que parecía estar viviendo la aventura más deliciosa de su vida. Ni la de las otras alumnas. Cuando el vehículo se detuvo y la puerta fue abierta para que las brujas bajaran, lo hizo pausadamente observando todo a su alrededor. La comisaría estaba llena. Distintos presos acompañaban a sus captores esperando a ser fichados o tal vez que llegaran sus abogados defensores. Hubo un revuelo cuando las chicas entraron ya que su aspecto inocente de niñas exploradoras parecía desentonar con el lugar. Además el perfume que desprendían las galletas hizo que más de uno las siguiera con la vista.
  21. * A pesar de haber llegado tarde, Mynerva fue recibida con cordialidad por la profesora. Ella le explicó que acababan de empezar la clase y que sería necesario que leyera algunos pergaminos que una de las chicas, Gatiux, le entregó. Les echó un vistazo y sintió una punzada en el estómago. Eran las mismas prohibiciones con que les habían machacado la cabeza en Hogwarts desde el primer año. Miró a sus compañeras para saber cómo se sentían ellas con medidas tan básicas y pudo adivinar el disgusto que le producían a la joven que se los había dado. Aparentemente, ya se había quejado a Sagitas por lo que se sentía una pequeña irritación entre ellas ya que la alumna había puesto en dudas la seriedad de la instructora al hablar en voz alta del secreto de los magos en una estación de trenes tan llena de gente sin magia. La bruja se cruzó de brazos y lanzó una mirada fulminante a la chica diciendo que había aplicado un Muffiato especial por lo que los que se acercaran al puesto de galletas sólo oirían canciones propias de los scouts. Mynerva lo comprendió enseguida. La susodicha musiquita estaba tan alta que hasta ella misma la oía. Eso la hacía dudar si de verdad atraería compradores de galletas o los espantaría. Pero entendía poco de música de muggles. Además, a Gatiux parecía irle muy bien con la venta. La profesora satisfecha comenzó a hablar de temás más concretos como semáforos y otras señales usadas para organizar el mundo mugggle. Sin embargo, ante una pregunta sobre internet, sus ojos brillaron con entusiasmo y se internó en una extensa comparación de la magia con el internet que dejó llena de dudas e incredulidad la cabecita de Myne. Casi fue un alivio que apareciera una mujer realmente enojada que sentía que el puesto de las cuatro chicas era una competencia desleal para su negocio organizado y que les comunicó que había llamado a la policía. Esto, más que asustar a la profesora, la entusiasmó más aún e informó a sus alumnas de la gran oportunidad que tenían de conocer de cerca el maravilloso lugar llamado comisaría lleno de policias, pistolas y celdas con barrotes. Agatha no parecía muy convencida. Le molestaba la idea de ir caminando. Pero la matriarca Weasley recordó algo y se lo dijo. - Los policias tienen unos autos con colores vistosos que usan para llevar a la gente a la comisaría. Creo que no tendremos problemas con eso. Pero a mí también me asustan los barrores y las pistolas. Aunque tal vez no las usen con nosotras. Y podría llegar a ser divertida una expedición allí. En realidad, no estaba tan segura de lo que había dicho, pero suponía que en caso de necesitar ayuda, entre las cuatro podrían inventar algo sin romper el secreto de los magos. Además, esperaba que la profesora sí tuviera una varita escondida para sacarlas de cualquier apuro.
  22. * Hola duendecillos trabajadores, Lamento pasar a molestarlos. Pero he detectado un error en mi bóveda personal. Mi sueldo de agosto 2015 ha sido depositado dos veces. En este post y en este otro. Y el de octubre no figura. Imagino que el duende que hizo el depósito olvidó actualizar el mes que pagaba. ¿Podrían editar mi bóveda y por las dudas, fijarse si hay más sueldos mal fechados? Gracias a quien se fije. *dejo chocolates por las molestias.*
  23. * Este mes, la lechuza de la Universidad había llegado. La profesora Sagitas le había enviado no sólo los datos de dónde comenzarían las clases, sino también el propio uniforme de niñita exploradora y vendedora de galletas. La bruja miró con consternación el pequeño trajecito. ¿Era de verdad? No podía creer que tendría que embutirse en semejante atuendo. Pero allí no terminaban las sorpresas. La carta que acompañaba el vestidito señalaba que debía presentarse en la estación King Cross pero usando un método muggle. Mynerva se dejó caer en un sillón desalentada. ¿Vestirse como una nena exploradora y viajar en tren o metro? Iba a comenzar a protestar cuando recordó que fue precisamente ella misma quien se había inscripto en esas clases para el presente mes por lo que tomó la ropa que le había llegado y procedió a vestirse con ella. Mientras lo hacía se entretuvo tratando de imaginar de qué manera llegaría a la estación de tren. ¿En tren, tal vez? No había ninguna línea de ese transporte que pasara cerca de Ottery. Sería mejor salir a algún camino vecinal y allí esperar pacientemente algún autobús que la acercara a Londres. Pero no podría llevar su varita para defenderse de cualquier ataque que un muggle desubicado pudiera realizar. Cuando se hubo vestido, llamó al elfo familiar y le pidió que la acompañara. - ¿Caminando? Toño se veía sorprendido. Pero más se alertó cuando su ama le pidió dinero muggle para pagarse el pasaje en el transporte muggle. Miró a la bruja con sus grandes ojos asustados y le preguntó se estaba metiendo. La bruja rió ante actitud del sirviente. - Se trata de un experimento nuevo para mí: una clase sobre muggles en la universidad que lo impartirá desde la misma estación King Cross. El elfo la miró dubitativo pero rebuscó en sus bolsillos hasta que encontró unos papeles impresos que se usaban para comprar diversas cosas. - Creo que este pequeño será suficiente, ama. Pero es mejor que guarde el resto por si le hace falta algo más. La bruja aceptó de buen grado y ambos se pusieron en marcha. Un pequeño refugio construido a la vera del camino les sirvió para esperar la llegada del vehículo y cuando éste arribó, la mujer hizo una pequeña seña al elfo para que regresara a la mansión. Subió los incómodos escalones y saludó al hombre detrás del volante. El se quedó mirando la ridícula facha de la mujer esperando que ésta le dijera su destino. Mynerva bastante incómoda articuló el nombre de la estación de tren y cuando el conductor le dio el precio del pasaje, tuvo que buscar otro de los papeles impresos porque el más pequeño no era suficiente. Tomó un pequeño billete que le dieron y obedeció la orden de buscar asiento en el atiborrado bus. Sintió sobre ella muchas miradas interesadas pero al devolver la mirada con curiosidad, los muggles siguieron con sus cosas y no la molestaron. Era extraño que la miraran así cuando la mayoría estaban vestidos de la manera más estrafalaria que Myne hubiera visto en su vida. - Estación King Cross. Después de un largo trayecto, la voz del muggle provocó un pequeño revuelo entre los viajeros que comenzaron a buscar sus cosas y se aprestaron a bajar. La bruja hizo lo mismo y se encontró frente a las puertas de la gran estación. Trató de disimular su ignorancia y buscó con la mirada el famoso puesto de venta de galletas. Al fin lo encontró. Tres mujeres llevando el mismo uniforme que ella estaban alrededor. Se dirigió hacia ellas y las saludó con una gran sonrisa. - Hola profesora Sagitas. Lamento la tardanza, soy Mynerva de Weasley - se dirigió hacia quien intuyó sería su instructora. También saludó a las otras dos muchachas que la miraban sin mucha curiosidad, aunque a una de ellas creyó recordarla de otro lugar. Observó que las jóvenes leían unos papeles que esperó poder leer ella también.
  24. * Esperó alguna respuesta a su pregunta. Pero el profesor, parecía sumido en un trance y no la había escuchado. Recordó sus propias palabras o pensamientos, o lo dicho por un compañero sobre lo que cada uno veía en las llamas que solía ser distinto para cada uno. Tal vez algunos no podrían ver nada más que fuego. Ella misma era una prueba de eso. Temía tanto que no era capaz de ver más allá, de encontrar una mejor explicación. Decidió serenarse y respiró profundamente para relajarse y alcanzar una buena concentración. Veía que otros alumnos habían visto algo en las llamaradas y hasta habían empezado a garabatear algo sobre la tierra blanda. Jota comentó algo sobre un aro o anillo y Mei mostró una hermosa espada rodeada de fuego. Sentía que una ligera modorra empezaba a adormilarla. Se enderezó para no quedar dormida. Sería un chasco si además de no ver nada, se dormía en plena clase. Volvió a enfocar sus ojos azules en la hoguera y se dejó estar en su contemplación. Lentamente, como si no hubiera apuro alguno, las rojas llamas parecieron convertirse en algo más. Sintió que el corazón le daba un vuelco al darse cuenta que comenzaban a enmarcar un rostro nunca olvidado. No supo responderse el por qué de esa aparición ni su significado. Habían tantos años de la última vez que observó esas facciones que las miró fijamente con incredulidad. No quería apartar la mirada de esa visión que le traía tan hermosos recuerdos. Continuó en silencio hasta que de igual forma como habían aparecido, con lentitud, las formas fueron cambiando y volvieron a ser solamente fuego. Inclinó su cabeza hacia adelante y unió sus manos acercándolas a su boca. Estaba muy sorprendida. Luego comenzó a perfilar en el suelo la visión que acababa de ver. Era muy difícil hacer justicia y mostrarla tal cual era. Dejó la varilla de madera y musitó. - Acabo de ver el rostro de mi marido muerto sonriéndome en las llamas. No pudo agregar algo más. Una fuerte emoción la embargaba.
  25. * Sentía ardor en los ojos después de tanto mirar fijamente las llamas. Sabía que la concentración era importante pero debía alejar su mirada o las lágrimas comenzarían a rodar por sus mejillas. No quería despertar la compasión entre sus compañeros. No era necesaria. Decidió distraerse por unos momentos y levantó la mirada. Enfrente suyo estaba parado Richard que no parecía sentirse bien. Le extrañó el aspecto del hombre. Parecía estar bajo los efectos de alguna visión desagradable. Por extraño que esto pareciera, el ver el estado del profesor produjo una especie de calma en Mynerva que volvió a concentrarse en el fuego para tratar de dilucidar algo. Las llamas se alzaban poderosas desprendiendo chispas saltarinas que luego de una voltereta en el aire caían con languidez sobre la tierra. La bruja cerró con fuerza sus ojos y permaneció así algunos instantes con la secreta esperanza de que una visión esclarecedora se presentara al abrirlos. Sin embargo, cuando lo hizo sólo pudo distinguir las rojas lenguas que todavía se alzaban con fuerza hacia arriba. - ¿Soy demasiado impaciente o puede suceder que no descubramos ningún signo por mucho que busquenos? Se atrevió a preguntar con un poco de vergüenza.

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