La Hija de Las Tinieblas

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8

Por favor, mátame camión xD

Hudge

Cuántos puntos tenía cuando empecé con esto? Qué hago con los puntos? xD

No soy capaz de llevar el ritmo, lo siento, estoy vieja para ello

Enseñadme a spamear

Spameais demasiado *lloro*

#unavoznazalparaerosdetiny

Eeeeeeh? What?? xD

Nadia no está, nadia se fue xD

Yo ya dejo de rolear para lo que queda de mes xD

Valentina, piedad ;OOOOOO;

Nadia

Patrick

Aberforth

Nadia

Sagitas

Aline Potter Black

Mistify

Aberforth?

Paprika

Paprika se había sentado tras unas rocas que le daban un poco de defensa natural y se había sentado.

Aquel hechizo de protección le había permitido descansar un poco, mientras el resto se mataba. Extrañaba en aquellos momentos invocar unas palomitas y poder comer de ellas y ver como poco a poco se iban diezmando las filas de la gente mágica. Lo de luchar, como que no le interesaba tanto, pero ver como los demás caían como moscas... Eso era más divertido. La verdad es que aquella aventura le estaba en el fondo divirtiendo y haciéndole descubrir cosas que no conocía de Paprika. Y una de ellas era ver arder el mundo mientras ella se sentaba tranquila y contemplaba con curiosidad cómo se mataba la gente. Era placentero.

De un momento a otro sintió que algo se le atoró en la garganta. No sabía lo qué, pero estaba siendo desagradable y no le estaba dejando respirar con tranquilidad. ¿A lo mejor una palomita imaginaria que imaginariamente se le estaba metiendo en la boca? A lo mejor un cacho de bicho que se cayó sin querer en la boca de Paprika? Había visto que Gatiux estaba jugando al baseball con los Micropuff. Ella no tenía la boca grande, ¿pero se le había metido alguno? Tantos pensamientos y cada vez le costaba más respirar. ¿Estaba tonta o qué? ¿Por qué no utilizaba un hechizo para respirar?

Fuese lo que fuese al final lo pudo tragar con esfuerzo. Si había sido un bicho... mala suerte. Se levantó, sacudiendo las rodillas. Ya era suficiente descanso. Estaba ya lista para atacar cuando de la nada apareció un Demiguise un tanto violento. A Paprika por poco se le cayó la varita, pero se recompuso rápidamente y gritó.

- ¡Densaugeo!

Inmediatamente al pobre bichejo le crecieron unos dientes enormes que lo tumbaron, impidiéndole poder o hacer algo. Paprika no quería dejarlo así cómo así, así que siguió atacándolo.

- ¡Locomotor!

Un pequeño tronco se movió, con rapidez, dirección al animal. Con fuerza y rodando se dirigió a sus piernas y lo tiró. Era suficiente, no iba a hacer más sangre con él.

Fue corriendo al fragor de la batalla. Se había alejado un poco de Maida y la vio en problemas. Estaba afectada por un levicorpus, supuso que un fuego cruzado, porque veía absurdo que fuese alguien haciéndole la puñeta. No ayudaba nada, porque una bruja menos luchando era menos gente matando animales.

- ¡Liberacorpus!

Se dirigió inmeditamente hacia ella, observando si tenía alguna herida grave o hueso roto.

- ¿Estás bien? - Preguntó, mientras palpaba su cuerpo en busca de heridas internas.

Paprika

Empezaba a sentirse cansada, y lo notaba porque se le estaban cerrando los ojos. El utilizar grandes cantidades de magia cuando tu poder no estaba en su máximo explendor no ayudaba mucho, y llevar varios días en un desierto del terror, tampoco ayudaba. Estaba sucia, cansada, sedienta, con hambre y mono de tabaco. Y no tenía nada de eso ahí. Y aún por encima, tenía que luchar contra unas bestias que no tendrían que molestarle, porque ella estaría lejos de ellas. Pero omo no estaba lejos de ellas, pues tenía que luchar con ellas, y no tenía ganas, estaba cansada con sueño y...

- ¡Ignea! - En cuanto pronunció el hechizo salió una lluvia de polen de lirios que la envolvió todo. Justo en ese momento, otro dragón (debía ser pareja de la que seguía vomitando babosas) le echó un chorro de fuego encima, pero como estaba cubierta con el polen aquel, se la sudaba. Esperaba no ser alérgica a aquel polen, o entonces ya no se la sudaría tanto y tendría que ir directa a un hospital.

Vio que Maida estaba herida por una pequeña quemadura. No creía que fuese de dragón, porque entonces tendría que estar carbonizada, pero seguramente alguna criatura un poco fastidiada la quemó, así que,solo pensando el hechizo, y respirando un poco entrecortadamente, la curó. La necesitaba curada, porque si luego se ponía peor, entonces tendría que luchar ella sola, y necesitaba a alguien que le protegiese las espaldas.

- Curación

El cansancio cada vez le estaba pasando más factura. Necesitaba descansar un poco y rápido. Aquello le estaba pasando factura. Pero aún había bastantes animales y no se iba a cruzar de brazos por nada del mundo, así que siguió al ataque. Quería sobrevivir a aquello. Y quería acabar cuanto antes. Entonces sí podría descansar

- ¡Espejo de Niebla!

Sintió que de repente los animales se paraban y la miraban embelesados, como si fuese un ser superior, o algo extraño y que, no tenían que adorar, pero si tener cuidado con ella. Pues sí que los fenixianos tenían algunos hechizos interesantes... Aquello le daba un tiempo para pensar qué hacer, y utilizarlo como estrategia. Y también le permitía descansar. De esa manera, podría volver a lanzar hechizos sin dudas, y enfrentarse a aquellos muertos que cubrían una puerta que supuestamente las llevaría a aquel lugar que todo el mundo buscaba. Todo el mundo, menos ella, que se había visto envuelta en ello.

Paprika

Paprika volvió al ataque. Entre matanza de bicho y bicho, Paprika descubrió que no disfrutaba mucho de sacrificarlos. Le parecía un poco aburrido, e innecesario. La verdad, es que descubrió que le gustaban los animalejos,... pero mansos. Mientras no intentasen matarla o comerla (que implicaría matarla), ella estaría tranquila. Luego, si se ponían agresivos, intentaría calmarlos. Y si no podía calmarlos...

- Bueno, un buen plato aderezado con muchas especias para no notar el sabor amargo con veneno de algunos bichos.

Un dragón empezó a escupir fuego por todos los lados, calcinando todo aquello que pillase. La mayoría que pillaba eran pobres magos, que sin tener mucha idea de duelear, se veían abocados a ser churruscado. Como Paprika, desde hacía siglos, ya tenía el culo pelado de tanto matar, primero a Mortífagos, y luego a Fenixianos, sabía, más o menos, cómo tenía que hacer.

- ¡Babosas!

Ahora de la pobre boca del dragón empezó a salir miles de babosas. Aún era peligroso, porque aunque ya no pudiese escupir nada, podía aún aplastar a la gente. Pero lo que era su poder principal, estaba neutralizado.

Paprika se mordisqueó los carnosos labios rosados. Estaba pensando como acabar con aquel dragón, porque aunque fuese sin fuego y vomitando como un condenado, como la aplastase, iba a echarse unas risas. Buscando, encontró la solución. ¿Y si en vez de matarlo lo paraba un poco? ¿Era necesario matar a todo quisqui? A ver, que cuando era necesario, era necesario, pero era un dragón, y parecía mono.

- ¡Locomotor Mortis!

El dragón inmediatamente se paró. Tardaría poco en poder moverse, pero no era el problema de Paprika, porque ella se iría a otro sitio y a ver si pillaba a otro mago desprevenido. Tendría que ayudar con la limpieza, cierto, pero no iba a enfrentarse con el dragón ahora, porque le quedaba un poco grande. Intentó escoger otro objetivo, aunque parecía que aún quedaban bastante magos para hacer limpieza, porque el número de bichos estaba descendiendo con mucha rapidez. Paprika aprovechó eso para protegerse un poco.

- ¡Cantar de Eleboro!

De su varita empezó a sonar una canción de Queen bajita, pero lo suficientemente audible para que la bruja quedase patidifusa. ¿Qué hacía una canción de Queen ahí? Paprika no tenía mucho tiempo para preguntárselo, pero parecía que la varita tenía sentido del humor. Le gustaba. Lo que sí sabía era que aquel efecto le podía proteger un poco de cualquier porrazo que cualquier animal le quisiese lanzar durante un rato.