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La Hija de Las Tinieblas

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Mensajes publicados por La Hija de Las Tinieblas

  1. Paprika. Mazmorras. Con Anna T. Ryddleturn y Lisa Weasley Rambaldi. Terminando de curar y de de dar alta a Lisa Weasley Rambaldi

     

    - Ha sido una avispa marina - Murmuró la paciente, ahogando un grito de dolor. Aunque el remedio que la sanadora le dio había parado los efectos, si no actuaba ya, lo máximo que duraría aquello sería una media hora. Lo bueno es que la paciente se sentía mejor, y con ello, contaba con un tiempo extra para poder actuar rápidamente y eliminar la sustancia que recorría las venas de la Mortífaga.

     

    - Ok, entonces lo primero que vamos a hacer es quitarte el veneno del cuerpo - Suspiró, clavando sus castaños ojos avellana en la paciente, entre compasiva y divertida, como si aquello le produjese en el fondo un ligero de placer. - Vuelvo ahora.

     

    Mientras iba recogiendo los utensilios y pociones para poder efectuar la pequeña operación, entró en aquel momento la Directora del Hospital, Anna T. Ryddleturn. Pocas veces la había visto. Paprika se mantenía alejada de la zona de acción de esta, y cuando ella aparecía, la sanadora o estaba con sus asuntos o estaba durmiendo, así que a penas la conocía. Y además, era la superjefa. Prefería mantenerse lejos de su presencia.

     

    Cuando la hechicera acabó de recoger los bártulos para las curas y regresó, la directora y la paciente mantenían una animada conversación. Paprika se dirigió hacia la herida, sin decir nada, para no interrumpir, y dejó en la bandeja lo que necesitaba, colocándolos en orden. Aprovechando aquel momento de interrupción, Anna T. Ryddleturn se dirigió a ella y preguntó.

     

    - No te importa que me quede aquí mientras la curas, ¿no?

     

    Paprika sonrió, sin dirigirle la mirada, como si supiese algo, pero siguió colocando los objetos, y le replicó.

     

    - Eres la jefaza, puedes hacer lo que quieras - Siguió, y esta vez clavando su ojos con indiferencia en los de la directora, encogiendo los hombros - Aunque si quieres saber lo que me parece... Me da igual.

     

    Inmediatamente, ignorando a Anna, se plantó delante de Lisa y le pasó una especie de palo, blando, con pequeñas grietas, como de mordiscos. La paciente la observó, con una larga mirada, como si hubiese perdido totalmente la chaveta.

     

    - Tranquila, suelo causar ese efecto - Aseveró la sanadora, refiriéndose a su supuesta "locura" - Ahora, puedes dejarte morir y pasar tooooodo el proceso para que te resuciten, y créeme, seguramente lo haga yo...

     

    Hizo una pequeña pausa, para que la Mortífaga herida asimilase todo.

     

    - ...O creer que estoy loca, Aunque realmente, en el fondo, me resulta complicado tomaros en serio - No dejó que le respondiese - Muerde el palo, esto te va a doler mucho.

     

    Después de que la obedeciera la paciente, Paprika empezó a mover la varita de un lado a otro, presionando ligeramente con ella en partes del cuerpo de la Mortífaga (Manos, piernas, pecho, cabeza...). Posteriormente, se alejó de la paciente, no sin antes, utilizar un hechizo de unión que la contectase a ella. Con un movimiento de mano, la que tenía la varita, la empezó a usar como si fuese una caña de pescar y quisiera agarrar un pez gordo y persistente en no ser pescado.

     

    - ¡Muerde! - Avisó la sanadora a la paciente.

     

    En aquel momento empezó a empujar hacia atrás, arrastrando el veneno a cada empujón. De la picadura que la Mortífaga tenía en el cuerpo, inmediatamente empezó a salir una especie de líquido, espeso, entre verde y negro, con hilillos sanguinolentos. Paprika se imaginaba que la paciente no se lo estaría pasando bien, con el proceso. Y ella tampoco. Estaba sudando, y tenía la sensación de estar tirando de una ballena.

     

    El proceso duró como unos minutos, pero ella los sintió como si fueran eternos. El veneno quedó suspendido en el aire, contenido en un lazo, restos del anterior hechizo de unión. La sanadora agarró un bote e introdujo el veneno dentro: Sería valioso para otras pociones.

     

    Después de dejar el bote en la estantería de muestras, se dirigió hacia la paciente.

     

    - ¿Estás bien? - Fue lo primero que le preguntó, posando su mano en la espalda de esta y dándole palmaditas - Ya pasó, ya pasó.

     

    Después de echarle un vistazo a la paciente para comprobar que pudiese sobrevivir a las curas, menos dolorosas que la extracción del veneno, cogió unas gasas, una de ellas adhesiva, una poción rojiza que parecía aguada y una pomada, color perla. En cuanto las tuvo en las manos se dirigió a la herida de la paciente, donde había entrado el veneno, y echó parte del líquido de la poción en ella. La piel empezó a humear.

     

    - Sí, ya sé, duele bastante, pero piensa que peor fue el veneno, esto simplemente es desinfectante.

     

    Limpió lo restante de la poción con una gasa y empezó a esparcir la pomada en la herida con movimientos circulares, concentrándose sobre todo en los puntos donde se había inyectado el veneno. Cuando acabó, colocó la gasa adhesiva en la herida y apretó hasta asegurarse de que estaba completamente pegada.

     

    - Bien, esto ya está. Y... - Agregó, giñándole el ojo, mientras sacaba de la bata una poción conocida por los pacientes reincidentes: La poción revitalizadora - ... esto de regalo, para quitarte del mal trago.

     

    Sabía que el mal trago la Mortífaga se lo sacaría en cuanto saliese de ahí, pero a Paprika le encantaba disfrutar de la desgracia ajena.

     

    Cuando la paciente acabó de tomar la poción, Paprika le entregó el alta rellenado. Solo faltaba que firmase. Aprovechando ese momento, se dirigió a la directora, a Anna, y le dijo, sonriendo con sorna.

     

    - ¿Ves? Así te aseguras que no regresen.

     

     

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  2. Paprika. Mazmorras. Atendiendo a Lisa Weasley Rambaldi

     

    - ¿Alguien amable que me quite esto del cuerpo?

     

    - Shhhhh... silencio, que quiero dormir - Gruñó Paprika, que como continuación de la respuesta, se dio la vuelta y tiró un poco de la sábana, intentando taparse la cabeza. No duró mucho aquello, porque cuanto cerró los ojos se dio cuenta de su error.

     

    - ¡Oh, un muerto que habla! - Gritó la Sanadora, que inmediatamente se levantó de la camilla donde dormía. Curiosamente, para más inri, estaban una pegada a la otra. No esperaba que la fuesen a importunar ahí. Normalmente a esa habitación iban la gente que simplemente estaba envenenada o herida. Ninguna muerta, así que debía ser un paciente zombi, o algo por estilo. O...

     

    - Ah... que estás viva - Siguió Paprika, lentamente, que se había dado cuenta de su error. Seguidamente de aquello, Paprika estiró completamente. Todos sus huesos hicieron ruidos, cada uno con un "click" distinto. Luego se frotó la cara, con movimientos energéticos, como si se estuviese lavando la cara, y por último se "acicaló" un poco el pelo, con poco éxito, que a causa de la "siesta" (de más de una semana), volvió al mismo estado "de punta".

     

    Daba miedo, parecía una perroflauta.

     

    - Perdón, pero necesito despejarme un poco. - Empezó a dar unos saltitos, aunque inmediatamente paró - O eso, o darte más veneno para rematarte... porque me imagino que vienes por un antídoto, ¿no?

     

    No esperó mucho a que la respondiera. Cogió un palo que estaba en una bandeja y se lo metió en la boca, haciendo palanca para que la abriera.

     

    - Así, eso... quiero que abras la boca - Murmuó, mientras con la varita mencionaba un Lumos - Mmmm... esto pinta mal. Parece que ya hizo nido por todo el cuerpo. Si hiciese ahora radiografía de todo el cuerpo vería el veneno como una cadena, acorralando cada parte de tu cuerpo... Ahora quiero que mires a otro lado.

     

    Dirigió la varita hacia sus ojos, que presentaban una mirada enfermiza, amarillenta.

     

    - Tu hígado está fallando. Faltan minutos para que lo haga tu corazón. - Se fue a la estantería de medicinas y cogió un tarro de pastillas. Se lo dio - Esto contiene estracto de beozar. Tienes que tomar cuatro pastillas. Parará momentáneamente los síntomas del veneno. Pero necesito saber qué fue lo que te envenenó para darte el remedio adecuado, personalizado. Estas pastillas solas solo te aliviarán unas horas, pero sin saber qué te ha envenenado, no puedo hacer nada.

  3. Paprika. Dando el alta a Mery Anne Haughton y a Litah Black Lestrange

     

    Paprika aguardó a que las dos pacientes abriesen los ojos, a poder ser, primero una y después la otra. No esperaba que las dos despertasen al mismo tiempo, bueno, más que esperar, desear, porque ella era solo una persona y solo podía ocuparse de una por una. Así que mejor que esperasen turno. Se acomodó la bata, mientras iba colocando las pociones para espabilar a las pacientes, y esperó.

     

    Pasaba unos cinco minutos con una y otra, alternando, para comprobar quién de ellas recuperaba la consciencia antes. Al poco rato, una de las pacientes (Mery Anne), en el momento que la sanadora puso los pies en el box de esta, despertó, regresó a la vida para que Paprika le diese las últimas atenciones. Aún así la sanadora le dio las órdenes a una enfermera que pasaba por el pasillo, con aire desocupado, para que fuese controlando a la otra paciente, y que le brindase al menos las primeras atenciones antes de que Paprika acabara con la que acababa de despertar.

     

    - Buenos días/tardes/noches a los mundos de los vivos - Susurró Paprika, mientras observaba con la varita que la hemorragia interna de la Mortífaga quedase controlada y curando poco a poco. - No te levantes aún, te estás recuperando de heridas complicadas. Si te mueves aunque sea un milímetro, tendré que resucitarte otra vez.

     

    Agarró un bote con pastillas azules y saco un par de ellas, junto a un vaso con un líquido también azul, pero con tonalidad pitufil.

     

    - Bien, tómate la pastilla con el liquidito. Sentirás que tus pulmones se ensanchan, y una especie de presión, como si te fuese a dar un infarto. Tranquila, pasará. - Viendo la cara que iba poniendo la paciente, Paprika puso los ojos en blanco - No, no te dolerá, lo prometo. Simplemente te ayudará a curar las heridas que tienes en tus pulmones y a recuperar la falta de oxígeno que ha tenido tu organismo desde que volviste a respirar por última vez.

     

    Podría agregar que se iba a poner un poco azulada, como de coña, pero luego tendría que dar explicaciones de por qué andaba asustando a los pacientes con trolas que no venían a cuento.

     

    - En cuanto acabes de tomarlas y se pasen los efectos de la pastilla y poción,te tomas las otras dos pociones de siempre: la revitalizante, y la reconstituyente de sangre - Todo aquello acompañado de una sonrisa macabra - ¿Creías que te ibas a librar de las pociones con mejor sabor?

     

    En cuanto acabó de decir aquello, dejó a la paciente enfrentarse con aquellas "cosas" y se dedicó a buscar los papeles para el alta. En el momento que las encontró, rellenó los papeles y le dio una copia a la bruja.

     

    - Bien, eso es todo - expresó Paprika, mientras le entregaba el alta a la Mortífaga - Ale, no regreses si no quieres que vuelva a... "ensancharte los pulmones"

     

    Y salió del box, camino a encargarse de la otra paciente

     

    **

     

    - Ya ha despertado - Fue lo primero que le dijo la enfermera en cuanto Paprika llegó al box donde estaba la otra paciente (Litah Black).

     

    - ¿Has preparado todo? - Preguntó Paprika, observando las pociones que la estaban esperando para tratar a la Mortífaga.

     

    - Sí.

     

    - Bien, entonces... ¡Que empiece la fiesta!

     

    La enfermera la vio con cara sorprendida, incluso con una expresión de "pobre, está jamada, ¿qué hace aquí?", pero Paprika sonrió, mientras iba agarrando las pociones. Sabía que las enfermeras ya estaban acostumbradas a ella, o al menos acostumbrándose, así que poco le importaba, si es que alguna vez le hubiese importado lo que los demás pensasen de ella. Entretanto, la paciente murmuraba algo, colocándose la manos a los ojos.

     

    - ...demasiada luz.

     

    - Oh, los efectos colaterales de la resurrección - Respondió Paprika. Movió la varita e hizo aparecer unas gafas de sol, Se las puso - Hale, quédatelas. Y cuando vayas a un asalto, llévatelas, por si acaso.

     

    Aprovechó aquello y le palpó el cráneo, en busca de fisuras o algo que se le hubiese escapado. Luego, con la varita, observó cómo poco a poco el traumatismo iba desapareciendo. Después de aquello sacó los frascos que le había dejado la enfermera en la mesilla: Unas pastillas blancas y unas azules. Un par cada una. Y esta vez un vaso de agua normal y corriente.

     

    - Bien, tómate primero las pastillas con el agua - Siguió Paprika, mientras iba preparando las pociones reconstituyente de sangre y revitalizante - Y en cuanto acabe de poner esto bien, las pociones de la abuela.

     

    Y en cuanto acabó de agitarlas, se las pasó a la paciente y se fue a coger el alta y rellenarla, lo que todo Mortífago más deseaba, incluso por delante de ser resucitado.

     

    - Bien, cuando termines de beberlas, toma la copia. - Manifestó la sanadora, entregándosela - Y bueno, ya se lo he dicho a tu compañera, pero no viene mal que tú también sepas que los tratamientos son peores cuando los Mortífagos reinciden por aquí.

     

    La Mortífaga iba a marcharse cuando Paprika recordó una cosa.

     

    - ¡Espera! Cuidado con tu cabeza, seguramente estos días vayas a tener migraña por el tratamiento, pero bueno - Buscó en su bolsillo y encontró lo que quería: Un bote con cápsulas. Se lo lanzó - Tómate esto por las mañanas para calmar el dolor. Solo una por mañana durante 1 semana.

     

    En cuanto acabó desapareció la última enferma, se fue del box, camino a la Sala de Descanso a dormitar un poco, o a jugar con la Nintendo 3DS, quién sabe.

     

  4. Paprika. Atendiendo a Mery Anne Haughton y a Litah Black Lestrange

     

    Paprika salió de un suspiro del box donde los gritos subían más y más de tono. No pareciera que fuesen gritos de alegría, o al menos, Paprika, sin detenerse demasiado, así lo había entendido. Y no había querido entretenerse mucho en aquel lugar porque justamente ahí, "la tormenta perfecta" se estaba armando, sobre todo alrededor de Mathías. Y Paprika... negó con la cabeza. Que se matasen entre ellos dos, ella no volvía ni a meterse ni ahí, ni a resucitar por la zona al menos mientras quedase alguno vivo.

     

    Inmediatamente, en cuanto salió de la habitación, se tropezó con una enfermera, la que la había pillado en medio del mono con el "Pokemon". La chica, una jovencita recién salida de la escuela de enfermeras, abrió los ojos enormemente, a punto de salírsele de las órbitras, como si hubiese visto un espectro. Paprika, recuperándose del choque, la saludó, con una sonrisa inocente con dosis de humor por detrás, como diciendo: Sí, estoy loca, pero es lo que te toca, "amija".

     

    La enfermera habló primero, con voz temblorosa.

     

    - Esto... dos pacientes la esperan. No presentan signos de vida.

     

    - Oh - Respondió Paprika, tranquila, como si no le importase - Pues habrá que visitarlas...

     

    Siguió a la enfermera, a penas unos segundos. Los dos boxes estaban pegados, uno enfrente del otro. La enfermera, en cuanto la guió a su destino desapareció, como si la sanadora estuviese poseída por algo. Paprika rió por lo bajo, poniéndose la mano en la boca.Ya tendría tiempo para reir, ahora tocaba otra ronda de resurrección express.

     

    La primera (Mery Anne Haughton), parecía estar en perfecto estado, al menos a simple vista. Con un agitamiento de varita desnudó a la Mortífaga; quería hacerle una buena inspección. Inmediatamente revisó lo que era su cuerpo muerto: Ojos, brazos, piernas... Volvió a mover su varita, esta vez para ver una panorámica de sus huesos y órganos: Parecía haber sufrido una hemorragia interna, lo que eran sus pulmones, que se habían encharcado con su sangre.

     

    Sabiendo el diagnóstico, sacó de la estantería una poción sanguinolenta, con aspecto viscoso, entre la sangre y la gelatina. Cogió una cuchara de madera y se la dirigió a la paciente, no sin antes abrirle la boca. Con sencillos movimientos, y hasta cinco veces, se lo metió en la boca, forzando entre cuchara y movimientos circulares de varita para que llegase al interior de su cuerpo. En cuanto acabó aquello, dejó la poción en su sitio y empezó a lanzar varios Episkeys para curar algún que otro arañazo que tenía.

     

    Esperó unos minutos, para que la poción fuese eliminando la hemorriagia poco a poco, y en cuanto recibió la confirmación con la varita de que había desaparecido, se dedicó a hacer el hechizo resurrectorio.

     

    Era lo mismo de siempre: Cerrar los ojos, murmurar en su idioma materno y esperar a que las cadenas, invisibles a todo el mundo, excepto a ella y al espíritu, lo agarrasen y lo volviesen a meter en el cuerpo de la paciente, encadenándolo a su cuerpo otra vez. Hecho el hechizo, solo era esperar a que despertase.

     

    Llamó a la enfermera desquiciada para que la avisase en cuanto la paciente abriese los ojos, y fue al otro box, donde la esperaba la otra paciente.

     

    La otra muerta que la estaba esperando (Litah Black Lestrange), estaba pálida, demacrada, con una piel algo cetrina, aunque no sabía si era porque estaba muerta o realmente era así su tono natural. Paprika no se paró en ello, regresó a la consulta. Siguiendo los primeros pasos, la desnudó con la varita. Curiosamente, cuando lo hizo, no todo había desaparecido de su cuerpo: Los zapatos seguían en sus pies. Paprika se sorprendió, sin a penas alterarse su cara, pero murmuró, con a penas un susurro:

     

    - Vanidosa...

     

    Inmediatamente empezó a palpar manosear el cuerpo de la paciente para comprobar que no hubiese rotura de huesos que pudiese afectar algún órgano vital. A simple vista y tacto, nada. Posteriormente volvió a utilizar la varita para observar el interior del cuerpo de la paciente: Huesos, órganos... Al final descubrió, parándose en el cráneo de la paciente, un traumatismo craneoencefálico que la había dejado KO. Movió la varita sobre la zona, como frotando, pero sin llegar a tocarse piel y varita, y murmurando unas cuantas palabras en latín, mientras del palo salía una luz extraña: una luz que no emitía luz, como opaca. Estuvo así un rato, como unos cinco minutos. En cuanto acabó, fue dirección a la estantería que había en el box, y después de remover un rato, encontró una poción cristalina, como agua, la que necesitaba para cerrar el cráneo y eliminar el traumatismo. Utilizando la varita, localizó de nuevo el lugar que debía tratar, y con un pulso de acero echó las gotas: Una, dos... hasta tres. Regresó la poción a su sitio y volvió hacia la paciente, para masajearle el cuerpo cabelludo y hacer que las gotas penetrasen en el cráneo, para solidificar los usos. Tardó un rato, pero al final el trabajo físico estaba hecho.

     

    Por último, agitó la varita de nuevo para lanzar los Episkeys que cerrasen heridas superficiales y dejasen a la paciente como nueva... aunque estuviese bastante muerta. Pero eso se solucionaba rápidamente.

     

    Como con la otra paciente, con el hechizo encadenante, agarró al espíritu que seguramente estaría vigilante de su cuerpo. Con los ojos cerrados, fue guiando el hechizo para que el el fantasma fuese poco a poco a su cuerpo, y quedase atrapado en él de nuevo, mediante el hechizo encadenante, y así resucitar.

     

    Estaba cansada. En poco días había atendido a tres pacientes, y parecía que pudiesen venir más. Paprika solo esperaba que al menos resucitasen las que había tratado ahora.

  5. Paprika. Mazmorras. Malentendidos, gritos y alta a Eliah Ryddleturn

     

    - Buenas tardes, noches... lo que sea - Fue lo primero que le respondió Paprika, sonriendo, en cuanto vio que la paciente despertaba. Por lo que comprobaba, un brusco despertar, porque fue ver la cara de la sanadora y salir la paciente escopetada , como pudo, de lo que era su rostro - Tendré que volver a revisarme la cara, por lo que veo. No pensé que fuese tan fea...

     

    La paciente, mientras, entre la amnesia y el susto, parecía turbada, sobre todo cuando se dio cuenta que estaba ante la hechicera como Dios la había traido al mundo. Entre la postura de Paprika y el desnudo... Negó con la cabeza, con una sonrisa pícara, entre la disculpa y la burla: Tendría que quitarla de su error, o la siguiente lechuza que recibiese sería con una citación por "abuso" hacia la paciente.

     

    - No, no... simplemente es más cómodo revisarte sin ropa. Ya sabes, la sangre y eso.

     

    La paciente pareció tranquilizarse. Creía en su explicación, o al menos, aunque no la creyese, no la denunciaría. Como comienzo, la chica saludó y le dio las gracias... con duda. Era un comienzo. Paprika ante eso empezó a respirar tranquila. Parecía que todo salía bien. Al menos saldría sin problemas de esta y no la mandarían a casa por acosadora de pacientes (ya tenía bastante con el rumor de ser amante de los muertos). Y eso creyó al principio... hasta que vio la cara de la resucitada cambiaba de color como las luces de un semáforo. Parecía que la amnesia había desaparecido, que la cara confusa de la chica desaparecía para dar paso al enfado... Y no sabía Paprika si era hacia ella, porque al menos, lo que era su mirada, estaba clavada en la sanadora. Empezó a encomendarse a los santos.

     

    - ¡Mathias! ¡Mueve tu culo Ryddleturn hasta aquí! - Vociferó la paciente,

     

    Paprika parpadeó. ¿Mathias? Desde luego sí había sido modificado su aspecto. Pero no había cambiado de sexo, y menos se llamaba de esa forma. Inmeditamanete, la aparición del otro sanador, Mathias Lear, le confirmó que seguía siendo Paprika, y mujer.

     

    Y estaba en medio de una tempestad.

     

    Hizo lo que mejor se le daba hacer en aquellas situaciones: Pasar desapercibida. Sin decir ni "mu" dejó las dos pociones en la mesilla: la revitalizadora y la reponedora de sangre. En cuanto la paciente las bebió se dedicó a ver que las heridas cicatrizaban rápidamente, observando que la especie de cataplasma siguiese en las heridas más graves, y por último, en cuanto vio que la paciente estaba ya lista para ser dada de alta le pasó el papeleo para firmar y que pudiese marcharse.

     

    Y por último se marchó, de puntillas. No quería que se le cruzase un zapato por el camino por error.

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  6. Paprika. Mazmorras. Esperando a que Eliah Ryddleturn resucite

     

    Paprika estaba impaciente, preocupada, y con ganas de golpearse la cabeza a partes iguales. Supuestamente el hechizo había tenido que funcionar, las cadenas habían ido a un punto concreto de la sala donde estaban la paciente y ella, y la sanadora se imaginaba que esas cadenas habían ido a parar al espíritu de la paciente, de la muerta, para agarrarla y encadenarla y sujetarla al cuerpo. Y supuestamente, en cualquier momento la paciente tendría que abrir los ojos, pero...

     

    ... no los abría.

     

    - Pues como no los abra vamos a tener dos problemas: El que esté muerta, y el que deje de estarlo - Murmuró la hechicera, mordisqueándose la punta del dedo gordo.

     

    No estaba segura si debía recurrir a alguna de las pociones resucitadoras, aquellas que dejaban vivo hasta los huesos de un cadáver muerto hace mil años. Pero no era muy dada a usar pociones que no hubiese probado antes en cadáveres aprobados para su estudio (y que ella solo podía experimentar hasta cierto punto). Y menos si esas pociones no las había hecho ella. No es que desconfiase de los demás sanadores. Pero ella tenía una larga experiencia con eso, y no sabía si los demás sí.

     

    - ¿Y si le hago el boca a boca muggle? - Pensó Paprika, repentinamente, mientras observaba detenidamente al cadáver o semicadáver.

     

    No tenía mucho más que perder y muchísimo que ganar, así que se arremangó la bata y se acercó a la paciente. Se colocó a su lado y le agarró la cara, colocándola de tal manera que pudiese hacérselo. Por último se acercó a ella, cerró los ojos y...

     

     

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  7. Paprika. Mazmorras. Resucitando a Eliah Ryddleturn

    Paprika llevaba varios días estática. Escuchaba la acción tras la sala de descanso, pero estaba entretenida con su Nintendo 3DS y el nuevo Pokemon Y. Aquellos videojuegos Muggles la entretenían mucho, y prefería mil veces pasar el tiempo con ello que entretenerse con zombis a lo que no podía hacer lo que le diese la gana. Era demasiado aburrido para su gusto. Así que pasaba el tiempo entretando a sus Pokemon. Ya los tenía casi en el nivel 100. Un poquito más y...

    - Perdone...

    Una voz la sobresaltó. Estaba a punto de poner a su Raichu a nivel 100, y se había concentrado tanto, que ni siquiera se había dado cuenta que una enfermera, silenciosamente, había entrado en la Sala de Descanso. La mirada desquiciada que le debió lanzar la Sanadora, sumergida en un mundo alternativo, a la enfermera, al interrumpirla, debió de ser aterradora, porque la enfermera puso cara de haberse tragado un limón.

    - Pe... pe... perdone, pero hay una paciente que necesita su ayuda.

    - ¿La puedo capturar? - Murmuró Paprika, regresando de nuevo a la Nintendo 3DS.

    - ¿Perdón?- La enfermera tenía el rostro de querer huir de ahí.

    - Vale, voy ahora. Espere, que guardo...

    **

     

    Entró en el box. Antes de ponerse con el trabajo se había adecentado un poco. Ya no tenía la mirada de loca de antes, y su pelo no estaba de punta, solo asalvajado. No había podido eliminar la rojez de sus ojos, pero no creía que se fijase el paciente en ese detalle después de ser resucitado. Pensando en el paciente, le echó un vistazo, al menos para saber si era un hombre, mujer o un animal.

     

    Era una chica. Poco importante en aquel trabajo, y lo interesante es que estaba muerta. Bueno, interesante si le dejasen destripar para poder hacer sus experimentos, pero no era así, siempre habría alguna enfermera que la controlase. Lo siguiente en lo que se fijaba es que parecía estar perdiendo sangre, dado el estado de la camilla, goteando sangre, así que tendría que desnudarla para poder curarla. En cuanto lo hizo y vio las heridas, silvó por lo bajo, dado la gravedad de estas.

     

    - Parece que ahora son pollitos sedientos de sangre. Se les debió acabar la leche que ahora van a por las arterias...

     

    No se entretuvo mucho y empezó a esparcir una poción negruzca, como lama, en la piel de la paciente, concretamente en las heridas, que al contacto con estas se endurecía. Eso cortaría la pérdida de sangre y cicatrizaría mejor las heridas, desinfectandolas de paso. Y al ser profundas, conseguiría lo que con un simple Episkey a veces no podía hacer.

     

    Después de aquello, mentalmente empezó a pronunciar Episeky varias veces para cerrar las heridas más superficiales y que no necesitaban cuidado complicado alguno.

     

    Lo más complicado, resucitarla. Pero si una vez le había funcionado, ahora le volvería a funcionar.

     

    Cerró los ojos, puso las manos en el cuerpo de la muerta, y empezó a hablar en su lengua natal, muerta hacía tiempo. Inmediatamente, las cadenas que necesitaba aparecieron, agarraron al fantasma, donde fuese que estuviera, y la introdujeron en su cuerpo, encadenándola, dándole la vida de nuevo. Ahora solo necesitaba que la paciente despertase, para darle las pociones correspondientes y darle el alta.

     

     

  8. Paprika. Terminando con Etoile Black

    - Deberían mejorar aquel servicio y no dejar que los cuerpos pasen horas en espera. ¿A caso les hace falta personal?

    Paprika parpadeó, sorprendida. Se le habían despertado de muchas maneras los pacientes resucitados: Aturdidos, somñolientos, desorientados, atontados... pero de aquella manera tan caprichosa y dictatorial... Intentó rememorar alguna ocasión como aquella, en el año que llevaba en el Hospital... No estaba segura.

    No. Era la primera vez que le ocurría aquello.

    Le lanzó una mirada larga, sin pensamientos, como asegurándose que aquella deslenguada le había hablado de aquella manera. Luego de una pausa de unos segundos, quieta, observándola, llegó a la conclusión que la mejor manera era ignorarla. Sí, era mejor. Podía coger una motosierra muggle y cortarle la lengua, pero eso provocaba sangre y muchas explicaciones. Siguió con su trabajo.

    Una vez más, estiró el brazo hacia la estantería para recoger las dos pociones restantes que le faltaban: Una revitalizador para devolverle la vitalidad, y otra reconstituyente de toda la sangre que la Mortífaga había perdido. No se estaba dando prisa para dárselas. La paciente no estaba moribunda, no se iba morir (otra vez). Sabía que tenía que darle las pociones con rapidez y diligencia. Pero aquella maleducada no se merecía rapidez.

    A esa conclusión debió llegar la Mortífaga, que le soltó.

    - Te estás tardando.

    Paprika se paró, con las pociones en alto. Respiró profundamente una vez, cerró los ojos, unos segundos, los volvió a abrir y le contestó.

    - Vuelve a hablarme de esa manera y te tragas las pociones... con cristal incluido. - Después de aquel responso le entregó las pociones, sin decirle nada más. Ya sabía la otra que sabían mal, no le hacía falta un manual de instrucciones.

    Mientras la paciente se tomaba las pociones, la sanadora se fue al otro lado del box, dirigiéndose a una cajonera con archivadores, donde estaban las altas y las bajas. Agarró un boli que tenía en el bolsillo de la bata, una de las altas, y rellenó los datos restantes. Cuando acabó, regresó a donde estaba la Mortífaga y se lo dejó el camilla. Eso sí, no quería que se marchase sin una advertencia. Paprika se pasó el pelo detrás de la oreja y clavó sus castaños ojos avellana.

    - Bueno, esto es todo. En fin... te hubiese venido bien que te hubiese cortado la lengua. Pero da mucho trabajo y preguntas comprometidas... Así que por hoy te dejo ir entera, pero por tu bien, cuando te trate yo, sé más educada, o al menos fíngelo si quieres salir entera.

  9. Paprika. Mazmorras. Resucitando a Etoile Black

     

    Paprika bostezaba, con mucho ruido. Sentía que se le iba a salir la mandíbula como siguiese bostezando como una posesa. Aquel mes las mazmorras estaban paradas, sin vida, como si los Mortífagos hubiesen decidido a la vez que no debían morirse, o como mucho cortarse un dedo. No había actividad, no había nadie gimiendo de dolor, o muerto. Los muertos, los que más deseaba Paprika, no aparecían. Aquello le parecía el colmo. No quería trabajar, pero tampoco quería morirse del asco.

     

    - Ni tanto, ni tan poco. - Gimió Paprika, mientras daba vueltas en el sofá, en la sala de descanso. - ¡Quiero trabajaaaaaaaaaaaa... Ah...

     

    Se dio cuenta que una enfermera, que había abierto la puerta con suavidad por si algún sanador estaba durmiendo, estaba parada, observándola con miedo, por si acaso la hechicera, entre el aburrimiento y la rabia de no tener pacientes, se le escapaba algún Avada solitario, o la tomaba con ella, o algo peor. La consideraban una chiflada y capaz de hacer cualquier cosa. Paprika no cambiaba eso. Prefería que no le hiciesen mucho caso para poder entrar de cuando en cuando en el despósito y poder robar algún cadáver.

     

    - Esto... Hay una paciente esperándola... - Empezó la enfermera, temerosa, sin a penas mirarla.

     

    En cuanto terminó de darle la noticia, Paprika saltó del salón, deprisa. Le dio un beso a la enfermera y se fue corriendo al box, donde estaba el cadáver.

     

    **

    Era el cuerpo de una chica, con alguna que otra herida el cuerpo a simple vista. Pero si había muerto, seguro que tenía algo más que "simples heridas". La sanadora agitó la varita, y toda la vestimenta de la Mortífaga cadáver desapareció para dejarla como dios la trajo el mundo. Con todo a la vista, Paprika echó un vistazo. Tenía alguna que otra herida bastante fea, verduzca, con restos de infección. Luego, por ahí y por allá, el cuerpo estaba salpicado de alguna que otra herida menor, que no signficaba peligro para su paciente. Aquellas podían esperar. Tenía que atajar las heridas más graves, para que cuando la resucitase no se propagase la infección al resto del organismo.

     

    Con la estantería a mano, la hechicera cogio una poción desinfectante que echó en las peores heridas, las que podían poner en riesgo su vida. Inmediantamente, en cuanto la poción llegó a la carne podrida hizo una especie de "fssss", que seguramente si la Mortífaga muerta estuviera viva, hubiese saltado de la cama del escozor que hubiese sentido en ese momento. Posteriormente cogió una especie de salero con unos polvos verde-negruzcos en su interior, que los fue espolvoreando en las heridas donde había esparcido anteriormente la poción desinfectante. Y por último fue hacia grifo donde llenó un vaso con agua, y vertió el contenido encima de los polvos, que en contacto con el agua se endurecieron para tomar la forma de la herida. Las heridas las cubrió con gasas, que al contacto con la piel del cadáver se pegaron a esta.

     

    La pequeñas heridas no necesitaban tanto cuidado, y repitiendo varias veces "Episkey" encima de cada una de ellas, la paciente recuperó su piel sin cicatriz polleril alguna.

     

    Ahora faltaba el proceso más complicado: La resurrección. Paprika estaba indecisa si usar algún hechizo para ello, o una poción.

     

    - Va a tener que tomar alguna poción más, y no quiero abusar de ellas... - Se mordió ligeramente el labio - En fin, no es que sea mucho de andar usando hechizos... y menos estos, pero...

     

    Cerró los ojos, y en su lengua natal del norte, empezó a pronunciar las palabras del conjuro para resucitar a la paciente. Solo una vez en su vida había utilizado aquel hechizo, y habia sido sobre ella, así que no sabía si tenía alguna reacción adversa. Pero era el más "suave", por así decirlo, y si fallaba... bueno, un conjuro encadenante, si fallaba no hacía nada raro... ¿no? Bueno, no había vuelta atrás, las cadenas fueron hacia algún punto donde estaba el fantasma, y lo agarraron, atrayéndolo hacia el cuerpo e introduciéndolo dentro, devolviéndolo a la vida... o no.

     

    Ahora solo hacía falta despertarlo...

     

    - ¡Ennervate!

     

    ... y esperar.

  10. Bastian, Bastian, Bastian *-* Te adoro, sí? Ese era el problema. Parece ser que lo almacenado en Firefox interfería con la nueva versión, entonces, además de hacer limpieza con el portátil (que ya le hacía falta), hice limpieza de Firefox, y en cuanto me he conectado y he posteado aquí... Me ha funcionado correctamente *-* Así que el problema ya está resuelto. Comprobaré a ver si puedo editar, y si puedo... Ya no os daré más la tabarra *OOO* Muchas gracias por aguantarme. Eso no quita que odie que hayais cambiado la versión, pero bueno, el trabajo que llevasteis es digno de elogio. Gracias!! *-*

     

    Una duda más, que no me ha quedado clara. En esta versión la foto y el avatar va a ser el mismo, o posteriormente colocareis una opción para que avatar y foto sean distintas?

     

    Edito: Todo perfecto *-*

  11. Hola!! Vengo aquí porque le quiero dar una vuelta a la tuerca con mi problema *-* Sí, a que es divertido? xDDD En fin, que esto se complica a pasos agigantados. Sabeis qué ocurre? Que si me conecto en este ordenador, los problemas que tengo persisten, peeeero, si por ejemplo, me conecto en el ordenador de mi hermano y me conecto con mi cuenta en el firefox... No tengo estos problemas.

     

    NO ENTIENDO NADA T_T

     

    Creo que cuando pasen unos meses y este problema se solucione (?), echaré unas cuantas risas. Pero por ahora... ;OOO;

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  12. Hola, señores, no sé si vieron mi edición. Si no es así aprovecho que hay un posteo nuevo para no hacer triple spam y poder postear correctamente.

     

    Bien, todos los problemas que tengo con Firefox (porque todo lo que os he dicho ha sido con este hamijo), se solucionan cuando paso a Explorer. Lo mismo me ocurre con Chrome, me refiero, tiene los mismos errores que Firefox.

     

    El único problema que tengo es que cuando accedo al enlace directamente desde el Foro, con explorer, sin primero entrar en el subforo de noticias foreanas y bla, bla, bla, me dice que falla la conexión o algo por el estilo, entonces tengo que hacer el camino largo, entrando desde el subforo. Es el menor de los problemas, si lo comparo con los de Firefox xD

     

    En fin, perdonad por todas las molestias, y por ser tan pesada u_u Espero que puedan arreglar lo de Firefox, porque eso de usar Explorer... como que no xD Pero bueno, sin prisa n_n

  13. Sí, vuelvo a postear. Lo siento, pero esto es una p*** locura xDDDDDDDDDDDDDDDD Y juro que va a ser la última vez que escriba mientras no se arregle esto. No por vosotros, ojo, que haceis lo que podeis, sino que los errores que me aparecen van creciendo y molestan mucho para postear bien xD El primero es que escribí más cosas y por arte de magia se las comió xD Vamos, que escribí alguna chorrada más, como que vi que habías entendido lo que te dije y alguna tontería más xD Pues no aparece, aparece la mitad. Lo segundo, y que se me olvidó fue esto: http://img841.imageshack.us/img841/8206/a9dl.png

     

     

     

     

     

     

     

    Edito: Señores, me funciona correctamente esto con Explorer. Hasta ahora usaba Firefox (Y lo intenté con Chrome, pero también nada xD)

  14. Bien, esto es lo que me aparece cuando uso el editor, en respuesta normal y respuesta rápida

     

    http://imageshack.us/a/img46/561/lk3m.png

    http://imageshack.us/a/img543/7901/dpv1.png

     

    Y en cuanto a editar, sí, lo veo, oscuro cuando le paso el ratón, y me deja entrar, pero en cuanto le doy a "guardar cambios" me aparece este mensaje -> "TypeError: ipb.textEditor.getEditor(...) is undefined"

     

    http://img62.imageshack.us/img62/944/ta3m.png

  15. Vuelvo a postear. Sí, doble post, pero es que no puedo editar xDDDDDDD Quería agregar unas cosas más xD PD 4: Además de las tildes y la madre que las creo, mi enter no funciona en esta versión xD (Parece que escribo con el móvil xD) PD 5: Cuando le doy a guardar cambios, para editar, me aparece esto "TypeError: ipb.textEditor.getEditor(...) is undefined" Y nada más, no sé ahora con qué rellenar lo que me queda. Con más felicitaciones no, que ya os he felicitado bastante y además estoy enfadada con vosotros. Sí, sonaré a vieja roñosa, pero odio estas cosas porque luego aparecen los errores y hasta dentro de cosa de un mes el Foro no funciona como Dios manda T_T Y no sé si he hecho las dos líneas. Si no las he hecho, perdonádme, pero no puedo editar después T_T

  16. Hola!! Venga aquí a tocar las narices n_n

     

    xDDD

     

    Bueno, no, pero un poco sí xD En fin... primeramente, odio estos cambios de versión, los odio con toda mi alma. Me siento perdida, ponen cosas que no me gustan y... no sé xD Sigo queriendo la vieja versión, aquella sencilla, pero muy molona porque no hacía falta romperse la cabeza...

     

    DÉNME ESA VERSIÓN, LAS SIGUIENTES QUÉDENSELA T_T

     

    En fin, modo drama on de lado xD

     

    (Dios, sueno como una vieja que le han puesto un pc en el medio y no sabe qué hacer con él xD)

     

    Lo siguiente, y mi duda: ¿Dónde puedo cambiar lo de "Sobre mí"? Es que ando buscándolo y no lo encuentro. ¿O es lo de "Edit my about me page"? Si es eso no puedo editar nada ._.

     

    Y por último, aunque odie que hagan estos cambios (Y no sé por qué ya me lo olía en cuanto vi el Foro caido xD) felicitaros por... hacerlos no, porque odio esto, pero sí por querer mejorar la página y dedicarle vuestro tiempo en ponerla a punto, aunque sea quitándoos horas de sueño.

     

    Y bueno, poco más xD

     

    PD: He intentado postear con la respuesta rápida pero no me deja ._.

    PD 2: Yo no tengo editor enriquecido, me aparece el modo editar en blanco, sin poder añadirle ninguna opción ._.

    PD 3: ¿Ahora entienden porque odio estos cambios? xD

     

  17. Paprika. Mazmorras. Con Blackimse Black Rowle (Modo Drama On de nuevo)

    - Ninguna de esas preguntas... Te concierne - Replicó la paciente, que parecía que no iba a caer de la burra.

     

    - No, claro, claro que no me concierne - Contestó Paprika irónicamente - Ni te tomas las pociones, y por lo tanto, el alta no lo puedes firmar, pero aún así intentas escacearte. Y casi lo consigues...

     

    Empezaba a pensar que aquello era un chiste, y empezó a reirse. Aquello empezaba a ser de comedia, o algo digno de ser para un diálogo de besugos. Durante un minuto entero estuvo así, a carcajada limpia, esperando que saliesen las cámaras muggles a decirle que todo aquello era una broma. Pero todo siguió igual, sin cambiar.

     

    - Y dices no me concierne...

     

    Clavó sus ojos avellana castaño en Blackimse, seria, sin rastro de risa alguna, como si hubiese sido una visión.

     

    - Y aún por encima te toco y siento una presencia... que vamos, qué quieres que te diga, pero "juapa" "juapa" como que no es. Y luego me preguntas a mí si soy Tinieblas... - Siguió, mientras acorralaba a la paciente contra la pared del pasillo - Pues qué quieres que te digas. O una de dos: O empiezas a tomarte las pociones y firmas el alta y te piras. O créeme, seguirás aquí diciéndome que no me concierne mientras yo me voy a llamar a la Directora de San Mungo...

     

    Volvió a reirse, mientras se ponía de brazos cruzados.

     

    - Ojalá estuviera Tinieblas aquí. Hubieses aguantado poco, la verdad. Qué buena me he hecho...

     

    **

    Paprika. Mazmorras, dando de alta a Mery Anne Haughton (En un Mundo Paralelo V.2)

     

    - Gracias - Fue lo primero que murmuró la paciente, en cuanto se despertó. Paprika se alegró que no hubiese tardado mucho, parecía haber ajetreo fuera. Una buena hornada de Mortífagos muertos estaban esperándola, al parecer.

     

    - Bueno, bienvenida a los vivos - Le respondió la sanadora como bienvenida - Bueno, se te ve con ganas de irte, pero todos los que la palmamos aquí, antes de firmar el alta, debemos pasar por un ritual.

     

    Y mientras decía eso, del bolsillo de su bata, sacó dos pociones con pinta no demasiado apetecible, y con un sonido "pluf", sospechoso.

     

    - En fin, estas son tus amigas poción "revitalizante" y poción "reconsituyente de sangre" y tiene mala pinta, pero son muy buenas... en el fondo de de tu paladar.

     

    Le gustaba meterle el miedo a los pacientes. Era la mejor manera de que se cuidasen las espaldas para que a la siguiente no se dejasen matar tan rápidamente. Después de decirle, aquello rellenó el alta, y esperó a que la chica se tomase todas las pociones.

     

    - Hale, firma, y espero que tardes mucho en regresar aquí.

     

    PD: Perdón a las dos por tardar tanto, pero estoy en época de exámenes T_T

  18. Paprika. Mazmorras. Curando a Mery Anne Haughton (En un mundo paralelo xD)

     

    La habían avisado, mientras hacía guardia, de que acababa de llegar una paciente. Paprika se sentía agotada, cansada, llevaba varios días sin dormir a causa de las tareas que le habían concatenado una tras otra con un simple mensaje: "Cuando dejes de faltar durante el resto del mes, te dejaremos respirar un poquito más"

     

    Paprika estaba hasta las narices. Pensaba convocar una huelga. O de hambre o de... ¡ya se le ocurriría! pero ella lo haría. Mientras rumiaba con aquellos pensamientos, llegó al box de la paciente, y entró. Al menos le esperaba una buena noticia.

     

    Estaba muerta. Si pudiese...

     

    - Ejem, ejem...

     

    Una enfermera, una de las veteranas, la estaba vigilando. Paprika bajó las orejas. Se encargó de lo primero que tenía que hacer: Resucitar a la muerta. Aunque antes, mientras le quitaba la ropa para revisarla, se fijó que tenía alguna que otra herida. Empezó a curárselas.

     

    - Episkey, episkey

     

    Ahora, sí, a resucitarla.

     

    - ¡Ennervate!

     

    Ahora esperar que despertase. Después de eso le daría las pociones

  19. Paprika. Mazmorras. Con Blackimse Black Rowle (Modo Drama On)

     

    - Que Tenga un buen día señor...ita - Blackimse parecía decidida a marcharse de ahí fuese como fuese, aunque fuese firmando un alta inexistente, ya que Paprika, con buen saber, lo había echo desaparecer. La paciente estaba tan baja de energía que empezaba a alucinar.

     

    - Creo que no tienes bien claro la cosa - Empezó Paprika, mientras seguía a la paciente, que había logrado salir del box, dejando a la Sanadora una vez más alucinada con su tenacidad. - Mientras yo no acepte que puedas irte, mientras no tomes las pociones, no puedes firmar el alta. Y mira, tan mal estás que empiezas a pensar que has firmado el alta, cuando no has podido, yo te la he quitado. Y como sigas por este camino, desapareciendo sin permiso, juro que llamaré a la directora del hospital.

     

    La sanadora estaba empezando ya a cabrearse con eso. Y estaba dispuesta a acabarlo, fuese como fuese. Había dejado ya alargarse demasiado el asunto, tenía que cortarlo ya, de raíz. Y lo primero que tenía que hacer era atar a una silla a aquella loca. Y para eso, tenía que cogerla primero: La agarró del brazo.

     

    Lo que sintió en ese momento la dejó desconcertada. Soltó el brazo de Blackimse inmediatamente, como si se hubiese quemado. La sanadora parpadeó una, dos, hasta tres veces, lentamente, intentando pensar en lo que había sentido. ¿Qué había sido aquello?

     

    - Creo que no soy ya la que tendría que contestar a la pregunta... Sino tú - Y Paprika clavó una penetrante mirada en la espalda de la paciente, esperando que se girase - ¿Quién eres... o qué eres tú?

  20. Paprika. Mazmorras. Con Blackimse Black Rowle (Modo Drama On)

     

     

    - Dime... ¿Aún tu sigues con las tuyas? - Blackimse seguía insistente con aquel tema, desafiante. ¿No se aburría? - ¿Has averiguado al fin quien eres en realidad?

     

    Paprika puso los ojos en blanco, mientras murmuraba un "¿Todavía sigue con eso?" Empezaba a creer que el sitio de aquella paciente no eran las Mazmorras, donde estaba ahora, sino el Psiquiátrico que estaba en la primera planta. No creía que le costase mucho convencer a la Directora de San Mungo, o a la Jefa/e de Planta, para que la metiesen ahí. Solo con decirle: "Está loca, escucha voces en su cabeza que le dicen que soy Tinieblas", seguro que conseguiría que la encerrasen en cero coma.

     

    - Sí, he descubierto quién soy...- Minuto de silencio - Soy... ¡TU PADRE!

     

    La Sanadora intentó mantener seria en el momento en que le soltó aquello. Pero no pudo, empezó a reirse. Aquella situación le parecía tan surrealista... No entendía la insistencia de la bruja. ¿Qué ganaba con descubrir que ella había sido en otro tiempo Tinieblas? ¿Oro, fama, joyas? Qué tonta...

     

    - No sé, podría decirte que soy de las Islas Mauricio, y de Jamaica, o de Turquía... y te seguiría mintiendo. Podría decir que soy menor que tú, que solo tengo 16 años... Pero ni mi voz y ni mi aspecto me delatan como tal. ¿Al fin y al cabo qué más da? Soy yo, una simple Sanadora, que tiene la desgracia que desde la primera vez que apareció por aquí, le vienen tocando las narices. - Y aquello último lo soltó con un leve tono de dureza en su voz.

     

    - Hasta no saber quien eres en realidad, no tomaré aquellas pociónes...- Fue lo único que agregó Blackimse, tozuda. Y para reforzar su decisión, le dio la espalda a las pociones. Más aún, hizo aparecer su ropa para colocársela en el cuerpo.

     

    - Lo que tú quieras, pero sabes que "no bebida de pociones, no salida" - Replicó la hechicera, encogiéndose de hombros, tranquila.

     

    Lo que no se esperaba es que la paciente, aún sin tomarse las pociones, quisiera marcharse de ahí, intentando firmar el alta. Paprika a penas movió la varita, pero lo suficiente para que el alta desapareciese.

     

    - Ey, chiquilla, ¿quieres que te repita que si no tomas esas dichosas pociones no podrás moverte de aquí ni aunque invoques al Espíritu Santo?

     

    Paprika ya estaba cansada de ese juego. Si no se tomaba las pociones por las buenas se las iba a tomar... por las malas, y con tubos de por medio.

  21. Paprika. Mazmorras. Terminando con Blackimse Black Rowle (Empezando la telenove..., digo el dramaaaa...)

     

     

    - Paprika... - La reconoció, nerviosa. Parecía inquieta, contenida, como intentando evitar algo, pero Paprika no prestó atención a aquello.

     

    - La misma que viste y calza - Replicó Paprika, mientras hacía una leve genuflexión y la observaba de manera serena, calculadora. Era la única que la sacaba de sus casillas, la única. ¿Quizá porque en su transición entre Tinieblas y Paprika, ella había estado en el medio? Quizá. Aunque la pregunta y respuesta correcta sería que le había tocado las castañas para sacarle la verdad, al menos a base de matarla de asco.

     

    - Porqué será que me topo contigo siempre... ¿Acaso me estás esperando? - Siguió Blackimse, interrumpiendo los pensamientos de la sanadora, mientras se levantaba con dificultad de la camilla y se afirmaba en la mesa de noche de la camilla. Parecía mareada.

     

    - Primero me bebes las pociones y luego te contesto - Contestó Paprika, tranquila. Por encima de todo el trabajo. Luego podría matarla. Si atrancaba la puerta... Sacudió la cabeza. Tinieblas volvía al acecho. Aquellos restos de su antigua personalidad, no sabía por qué, regresaban en aquellos momentos, cuando la sangre le hervía.

     

    - En fin, en cuanto a tu pregunta - Retomó la hechicera, como si nada hubiese ocurrido en su mente - No, no te persigo, pero no es mi culpa si cada vez que regreso a las Mazmorras coincida justamente a que vengas aquí con un corte en el dedo para provocarme.

     

    Suspiró. Aquello no iba a ningún sitio. Paprika estaba perdiendo el tiempo y perfectamente podría estar diseccionando algún cadáver poco vigilado, si eso era posible.

     

    - En fin. No me hagas perder más el tiempo. Firma el alta y lárgate. - Esperaba no volver a cruzarse con ella, al menos un buen tiempo.

  22. Paprika. Mazmorras. Curando a Blackimse Black Rowle

    Había estado ausente. El papeleo con su nueva identidad le traía a veces de cabeza. Algún periodista, Auror, o la madre del cordero que quería descrubir su identidad. La mayoría se encontraba en un camino sin salida y desistía, pensando que había algo raro en ella, extraño, no sabían lo qué, pero que siempre que investigaban se encontraban con el mismo resultado: Nada. Otros por el contrario, encontraban algún hilo suelto y empezaban a tirar de ahí, descubriendo cosas que Paprika no quería que encontrasen.

     

    A veces era farragoso hacer desaparecer a la gente sin que el resto se preguntase dónde estaban.

     

    - Señorita Paprika - Una voz que surgió de repente en su cabeza la sobresaltó. Una enfermera joven, insegura de cómo reaccionaría ella, la estaba esperando delante suya.

     

    - ¿Mmm?

     

    - Hay una mujer esperando para que la curen.

     

    - En fin, si hay una persona que necesita mi ayuda... tendré que ir - Respondió Paprika. Y sin saber por qué le vino a la cabeza el recuerdo de sierras y hachas ensangrentadas y clavadas en miembros humanos.

     

    **

     

    - Dile a Gatiux que no quiero curar a esa mujer - Fue lo primero que dijo Paprika cuando vio que la herida era Blackimse Black Rowle.

     

    - Pero... - Empezó la enfermera.

     

    - No creo que tenga que repetirlo dos veces. No quiero curarla. Punto.

     

    La enfermera frunció el ceño. Aunque era reacia a enfrentarse a la sanadora, no pensaba amedrentarse por ella.

     

    - La señorita Gatiux dejó claro que si hacía algo raro o se negaba a curar a algún paciente, la carta de despido estaba lista para usted.

     

    Paprika parpadeó varias veces, mientras la linea de los labios se hacía fina, casi inexistente. Se sentía ultrajada, humillada. Y necesitaba ese trabajo. Estuvo a punto de sacar la varita y fulminar a la enfermera. Pero volvió a parpadear. Dos veces. Cerró los ojos y suspiró profundamente, como expulsando todo el aire de los pulmones. No le dijo nada a la enfermera: Se dirigió a la paciente, silenciosamente, como un coche fúnebre.

     

    Lo primero que hizo, sin mediar palabra, fue sacarle las ropas a la paciente, para comprobar la gravedad de las heridas. En cuanto las detectó, se puso manos a las obras con los hechizos curativos.

     

    - Episkey, episkey... - Susurró Paprika, desganada, mientras le dirigía una mirada de odio a Blackimse.

     

    Lo siguiente que hizo fue sacar de la bata que tenía, las pociones necesarias para curar por completo a la bruja: Una, la que le restituiría la sangre, y otra la salud. Era una lástima que lo de echarle tabasco no se le hubiese pasado por la cabeza.

     

    - ¿Lo haces para provocar, no? - Fue lo primero que soltó Paprika al pasárselas, poniéndo las manos apoyadas en la cadera en forma de garra.

  23. Mazmorras. Paprika. Dándole el alta a Esme2016

     

    - No puedo creer que haya pasado de nuevo... - murmuró la paciente apenas audible, sin fuerza. Parpadeó un par de veces, rápido, seguramente para despejar la vista antes de enfocar su visión en Paprika, que seguía con los brazos estirados. La paciente no pareció sorprendida, cosa que decepcionó un poco a sanadora, que sentía deseos de que aquello al menos impresionase a la convaleciente. Mientras, la paciente, intentó incorporarse un poco, pero lo dejó en medio del camino ante el dolor que sentía su cuerpo recién resucitado -. ¿Qué tal?

     

    - Muy bien, gracias, ¿y tú? - Respondió Paprika, con una enorme sonrisa, mientras le pasaba las pociones correspondientes: la reponedora de sangre y la de salud. - Aquí tienes a tus amigas, las señoras pociones. Pueden hacerte un poco amarga la vida, pero siempre lo hacen por tu bien. Y ya sabes, a beberlas todas, o no sales en la vida de aquí.

     

    Mientras la paciente las bebía, la hechicera empezó a rellenar los papeles del alta, para que se pudiese marchar.

     

    - Cuando acabes puedes coger la copia - Siguió Paprika, mientras seguía escribiendo - Y bueno, lo que le digo a todos: No os paseis por aquí muy a menudo, o empezaré a echarle aguarrás a las pociones para potenciar su sabor.

     

    Terminó de completar el alta y sonrió a la paciente. Estiró el brazo y le entregó la copia.

     

    - Bueno, hasta la vista, y que no te vea más por aquí.

  24. Mazmorras. Paprika. Atendiendo a Esme2016

     

    - Señorita Paprika...

     

    - ¿Mmm?

     

    - Abra los ojos, por favor, no me gusta estar hablando con las paredes - Le replicó la enfermera.

     

    Paprika bostezó. Mientras lo hacía, abríó un ojo y observó atentamente a la enfermera. Meditó. Había estando dormitando en la sala de descanso, esperando a ver si le dejaban algún muerto al que poder hacerle "cosas", al que poder destripar. Más bien soñaba en poder hacerlo, en sueños, porque lo que era la realidad...

     

    Un carraspeo, la enfermera estaba esperado.

     

    - ¿Qué? Te escucho.

     

    - Una paciente acaba de llegar - Le contestó la enfermera con actitud defensiva. - Muerta.

     

    Paprika salivó por dentro, con ganas, un muerto... Se calmó. Exteriormente se mantuvo impertérrita, como si aquello no le importase.

     

    - ¿En qué sala? - Pero no esperó respuesta, simplemente siguió a la enfermera.

     

    **

     

    No era necesario hacerle muchos exámenes a la paciente. Estaba muerta. También le hubiese gustado examinarla "profundamente", pero la enfermera que la avisó de la chica, estaba detrás suya, respirándole el cogote.

     

    - Bueno, ya que estás aquí... - Suspiró Paprika, hastiada - ...Desnúdala, tengo que examinarla.

     

    En cuanto la tuvo desnuda la examinó, observando las heridas que le recorrían todo el cuerpo y la habían lastimado hasta la muerte. Recorrió cada una de ellas, para comprobar la profundidad de estas, y por último, después de examinarla por completo, levantó la varita. De su boca no salió nada, pero en su mente varios Episkeys fueron dirigidos con el fin de curar completamente a la bruja que estaba en camilla.

     

    Primer paso hecho. Ahora solo tocaba resucitarla.

     

    - ¡Ennervate!

     

    Fin, y ahora a esperar a que la pacente resucitase. No quería que tardase mucho, tenía sueño... De repente sintió unos pasos alejarse, y se dio cuenta que estaba sola. La enfermera, visto que había cumplido su misión sin abrir en canal a nadie, se había marchado con sus quehaceres. Al sentirse sola Paprika, una idea loca cruzó su mente. ¿Y si...? Se podía armar si la pillaban. Sería tachada de loca redomada. Pero tenía tantas ganas...

     

    Se animó y levantó los brazos. Puso voz gruesa, de orden. Elevó el tono y gritó.

     

    - ¡Levántate Lázaro!

  25. Paprika. Mazmorras. Dándole el alta a Koa Black

     

     

    - Sí, siento bastante vergüenza de estar aquí con tan pocos días de diferencia y más por un descuido tan tonto - Fue lo primero que dijo la paciente en cuanto los efectos del veneno fueron poco a poco remitiendo.

     

    Paprika chasqueó la lengua al escuchar aquello, negando con la cabeza de manera reprobatoria mientras le pasaba la poción herbovitalizante a la Mortífaga. A veces se preguntaba qué tenían los Mortífagos más jóvenes en la cabeza para jugarse la vida de aquella forma. ¿Ansias de fama? ¿Reconocimiento? Su deber era aprender de los más veteranos, no lanzarse en modo kamikaze.

     

    - En fin, espero no volver a verte en un tiempo - Soltó Paprika, mientras observaba como la chica se acababa de beber la poción - O juro que las siguientes pociones vendrán con pimiento.

     

    Rellenó el papeleo para el alta y le entregó una copia a Koa.

     

    - Ahí tienes el alta, ya puedes irte. Y te vuelvo a avisar - Replicó la sanadora, mientras sonreía a la bruja - A la próxima le echo chili. Ya sabes... para aderezar el sabor amargo de la poción.

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