Jock

La respuesta de Dennis no se hizo esperar. Para Jocker era un alivio no tener que llevar en los dedos aquellos anillos pues se imagina a sí mismo obteniendo no solo el Libro de la Fortaleza sino también el de la Sangre, del Equilibrio, del Druida y del Caos –que eran todos los libros que podía adquirir por su rango social- y cada uno de ellos tenía más anillos y más objetos asociados. «Cuando un poco de tiempo disponible saldré en búsqueda de los enanos nórdicos para que forjen un solo anillo capaz de contener la magia de todos los demás» pensó mientras Dennis continuaba respondiendo las preguntas de los demás estudiantes. La muchacha acababa de terminar las preguntas cuando convenientemente varios leopardos de gran tamaño hicieron su aparición en el lugar en el que el grupo de magos y brujas se encontraba reunidos. Un leopardo por cada uno de los presentes, era el número. —Bueno, creo que al menos de esto se pueden defender fácil, ya que son criaturas normales —dijo la profesora justo antes de que uno de los animales se lanzara sobre ella y la traspasara, pues se había hecho intangible por unos instantes. «Orbis bestiarum» pensó Jocker sin demora, haciendo que el felino más próximo a él, es decir, aquel que tenía claras intenciones de atacarlo, cambiara de rumbo. El felino que estaba momentáneamente bajo el dominio de Jocker dio la vuelta en 180 grados y comenzó a correr a toda velocidad alejándose del grupo. Al terminar el efecto de aquel hechizo, seguramente no volvería atrás… Jocker se había encargado de plantar una idea en su cabeza que se mantendría hasta ser cumplida y que estaba relacionada con una sensación de búsqueda de protección… al tratase de un simple animal muggle, difícilmente volvería. Al voltearse a ver cómo sus compañeros lidiaban con sus leopardos, sonrió de manera cómplice a Afrodita, pensando en quién de los dos sería el primero en jugar de la manera en la que estaban acostumbrados. Su mirada se desvió a Dennis, sin embargo, porque el animal que en primera instancia no había logrado lastimarla, se había recuperado del golpe contra el árbol y se disponía a volver al ataque, esta vez, con más furia que la primera vez.

Como ya alcancé el nivel XXIII puedo conseguir un décimo conocimiento, así que estuve revisando algo interesante y con un buen profe (con buen rol y activo)... como ya me decidí, dejo mi postulación :3 Nick: Jock ID: 34473 Conocimiento: Historia de la Magia Nivel de Magia: XXIII Link a la Bóveda: http://www.harrylati...boveda-de-jock/ Link a la Ficha: http://www.harrylati...lack-lestrange/

Jocker no pudo no notar la sonrisa divertida que Afrodita soltó cuando le miró. Aquella banshee de cabellos dorados era, sin duda alguna, una Malfoy; y no cualquier Malfoy, una digna hija de su madre y su padre… medio-hermana de él mismo, aunque el patriarca Black Lestrange hacía muchísimo tiempo había abandonado el apellido con el que había nacido. A pesar del grado de parentesco entre ambos, ninguno se dirigió ni el saludo ni palabra alguna; aunque seguramente, terminarían confabularse en conjunto para lograr alguna cosa que quisiesen… solo el tiempo lo diría. Al poco tiempo, el tercer y último estudiante de aquella clase hizo su aparición. Jocker, que mantenía sus manos en los bolsillos, desvió su mirada de Afrodita y respondió el saludo de Ethan con un ademán con la cabeza. Sonrió cuando la profesora indicó a Afrodita y a Ethan que debían ponerse de pie, pues la clase se movería de sitio. Jocker se limitó a caminar hasta la máscara y a acatar en silencio las instrucciones de Dennis, quien activó el traslador y todo el grupo dejó atrás la Universidad Mágica. —Bienvenidos a las montañas Virunga en El Congo, creo que lo encontraran bastante cálido y activo— indicó la profesora. El exmortífago no sabía si aquel comentario había tenido la intensión de ser sarcástico o no, pues aunque se refería evidentemente al volcán activo que estaba ahí mismo, bajo sus narices, parecía más bien un intento de broma mal contado. «Esta chica es fenixiana» pensó Jocker. Era evidente para él, aunque no podía comprobarlo de ninguna forma «Es evidente» —Es un territorio hostil y no me refiero solo a los animales y criaturas que lo habitan sino también al hecho que está en una constante guerra, digamos que si quieren sobrevivir tendrán que empezar a utilizar lo que el libro les aporta, por ahora ¿supongo que saben que artefactos vienen con el libro? —Tres anillos y un amuleto —respondió Jocker con un tono de voz neutro, aunque, según quien escuchara, podía percibirse un ligero tono de autosuficiencia e incluso arrogancia. Los rostros del grupo se volvieron al patriarca quien no tardó en complementar la información, recitando como si leyese de un papel, aunque era solo su memoria. —El anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos, el anillo de escucha, el anillo detector de enemigos y el amuleto de curación —dijo, y sin esperar más, lanzó una pregunta —¿El poder de todos estos actúa independiente si llevo puesto, cierto? ¿O podría llevar todo como un colgante y tendría el mismo efecto?

Las palabras ininteligibles que el patriarca de los Black Lestrange pronunciaba actuaban más que como sedante que lo apartaba de la realidad y de sus sentimientos, como un bloqueador de emociones que hacía que todo lo que observara, y que formaba parte de sus recuerdos más íntimos, no causara algún tipo de emocionalismo que contaminase nada. A juicio de Jocker, los humanos eran seres tan extraños… los mismos muggles, por ejemplo, consideraban la magia o lo sobrenatural como rarezas tan apartadas de la lógica y el sentido común, cuando en realidad, todas y cada una de ellas recorrían el mismo camino, jugando y cantando, mientras iban tomadas de las manos. Sonrió cuando pensó en esto, al tiempo en que observaba como un grupo compuesto por 6 personas conversaban indistintamente alrededor de una fogata. —No entiendo el afán que tienen ustedes de marcharse a Londres —se quejaba una de las muchachas de cabellos plateados —Apuesto a que esto es idea tuya, Black Lestrange. —Jocker, tú eres el hijo del líder mortífago de La Marca Tenebrosa de Londres, nadie creerá que los cargos que alcancen los obtuvieron por mérito propio… ¿de verdad quieres que desconozcan tus méritos o los de Penélope? Además, no le debes nada, por lo que nos cuentas. —Claro que no le debemos nada a él —respondió el ojimiel —Ni a él ni a nadie… simplemente, creemos que allá debemos construir nuestra vida. Pero dejemos de hablar de esto… —Cada vez que nos reunimos terminamos hablando de lo mismo —añadió Penélope —En vez de aprovechar el tiempo que nos queda acá… además, exageran solo por el afán de molestar, que aún no sabemos cuándo concretaremos el viaje… podrían pasar varios años. —¿Vieron la cara de los demás graduados cuando entré volando como jilguero a la ceremonia? —rió Abbie, tras unos breves segundos de silencio —¡Como si nunca hubiesen visto un animago antes! —La cara de sorpresa no fue porque fueras animaga, cariño —expuso otra bruja que también estaba ahí —seguramente reconocieron el canto y los colores del avecilla que comenzó a cantar segundos antes del asalto en Lyon. —¡Qué va! Si apenas pueden reconocer su derecha de su izquierda… Mientras continuaban conversando, el sol, tímidamente comenzaba a aparecer por el horizonte. Jocker y su novia, se habían limitado a hacer algunos aportes a la conversación muy pequeños, pues se habían concentrado en el historial de parientes animagos que Jocker tenía y que le daban señales claras que él mismo también lo era, aunque de momento no se había transformado nunca. —Se encuentra en lo más profundo de tu interior —siseaba Penélope —Solo necesitas la motivación correcta… Deja de pensarlo tanto y simplemente, hazlo. Cuando los demás notaron la conversación entre Jocker y Penélope, se mantuvieron mirándole atentos; aunque Gretzinger no pudo evitar lanzar un comentario cuando el ojimiel expresó sus aprehensiones respecto del desconocimiento del animal en el que se convertiría. —Serás una linda mariposa, Black Lestrange, tranquilo. Luego de las risas, la misma bruja se puso de pie y se dirigió hasta donde se encontraba el ojimiel; se inclinó frente a él, lo tomó de los hombros y le miró con intensidad a los ojos. —No es tan difícil, mira. En un abrir y cerrar de ojos, aquella mujer s se volvió un jilguero que no tardó en comenzar a cantar y a revolotear por el lugar. Jocker sonrió con un poco frustración. —Hacen que parezca tan sencillo —se quejó. Tras varios minutos más de intentarlo. Penélope se acercó al oído de su futuro esposo y susurró. —Déjalo ir… Y ni si quiera intentes responder, sólo déjalo ir, está ahí… Con una inspiración y una exhalación profunda, pero breve, un gruñido salió del ahora hocico de Jocker, quien abrió los ojos como plato para ver el mundo desde su nueva apariencia. Sus orejas puntiagudas captaron las risas y vítores de celebración de sus amigos. El recuerdo terminó de súbito. Jocker se había visto a sí mismo, a su difunta esposa y a sus amigos, su primera transformación, pero nada nuevo había pasado. Nada nuevo, excepto por una pequeña cosa: sus pensamientos habían dejado de proyectarse en aquel extraño salón. El patriarca de los Black Lestrange no sabía qué pensar. Estaba inmóvil en medio del lugar y solo después de algunos minutos, notó que había perdido la capacidad de hablar… o quizás, había perdido la audición… o ambas… no era capaz ni siquiera de escuchar sus propios pensamientos. Un escalofrío recorrió su espina dorsal completa y a los segundos, sintió como si un balde de agua cayera sobre su cabeza y recorriera su cuerpo entero. Cayó de rodillas, sintiendo el peso de aquello que lo golpeó y que, a simple vista, no había sido nada. De pronto, sus oídos se destaparon y escuchó el llanto lastimoso de alguien. No fue sorpresa descubrir que era él mismo, pues, aunque se había librado del emocionalismo, sus sentimientos parecieron brotar como un manantial recién abierto. A pesar del llanto, Jocker sabía que no era ni tristeza ni dolor lo que estaba saliendo de sus ojos; sino que, más bien, un sentimiento de libertad le agobiaba. Así, como estaba, se transformó en un zorro rojo, de pelaje rojo-anaranjado, con tintes negros atrás de las orejas y blanco bajo el cuello hasta el nacimiento de la cola pomposa que caracterizaba a los de su especie. A los pocos segundos de su transformación, escuchó a lo lejos cómo una pesada puerta se movía. Se dirigió hasta allí y descubrió que era la salida de aquella pirámide. Y aunque le desconcertó un poco no encontrar a nadie más, se acercó a la orilla del lago a contemplar el movimiento de las olas en el lugar. Sin duda alguna, había pasado aquella prueba.

Me salió la notificación 3 veces Ya vi que estaba puesta y ya me he puesto a rolear allí... espero que los demás (ytútambiéncofcof) sean activos para hacer de la clase más entretenida y que no sea solo entregar tareas onrol y nada más... en fin... a ver qué sale y cómo sale ¡Éxito a todos!

El patriarca de los Black Lestrange había despertado de madrugada aquel miércoles en el que había sido citado por la profesora del Libro de la Fortaleza. Iba caminando por los pasillos de la Universidad como si todo aquel lugar le perteneciera, mientras su túnica de tonos negros y azulados se movía al tiempo en el que avanzaba. Al ingresar al aula de Historia de la Magia se encontró con una jovencita solo un poco más baja que él, de complexión delgada, intensos ojos azules y piel blanca. Proyectaba vitalidad y frescura el solo observarla. «Cada vez meten gente más joven aquí» pensó, observando que terminaba de acomodar una máscara tribal de origen africano. Jocker se aclaró la garganta, antes de saludar verbalmente a la profesora que le miró sin sorprenderse. Sin duda alguna, estaba esperándole a él y a sus demás compañeros. El ojimiel solo cargaba con su varita, pues, había hecho uso de algunos hechizos para portar encima sin que significase peso alguno el libro que había comprado hacía ya muchos años y que no había podido activar ni mucho menos utilizar. —Me sorprendería de sobremanera que ese traslador no nos lleve a África —sentenció luego de los saludos protocolares, intentando romper el hielo. El brillo de la máscara que la chica había estado acomodando revelaba claramente su naturaleza mágica a quien le dedicase más que una simple mirada. El Black Lestrange sonrió, esperando encontrar sabiduría en Dennis. Había estado en algunas clases en las que se había decepcionado en demasía por el bajo nivel no solo de sus compañeros sino también de quien dictaba las enseñanzas. Esperaba no tener que volver a repetir esa experiencia ahora que había regresado por completo al mundo mágico de Ottery.

Cuando Jocker apareció en los terrenos de la Universidad Mágica, no le pareció extraño tener que moverse caminando hasta el lugar en donde se dictaría la clase; le gustara a quien le gustara, todos aquellos sitios estaban altamente encantados y eran muy pocos aquellos hechiceros y brujas que podían pasar por sobre aquella normativa. —Espero no te aburras demasiado, pequeño —siseó, dirigiéndose al zorro albino que le acompañaba. Su fiel Ettore había pasado una larga temporada al interior de la mansión de los Black Lestrange y cada vez que tenía la oportunidad de acompañar al exmortífago, gruñía de felicidad al tiempo en que azotaba su pomposa cola contra el viento. No pasó mucho tiempo cuando el ojimiel llegó hasta las gradas ubicadas junto al lago; sitio en donde se encontraba su profesor, un joven demasiado joven para el gusto del Black Lestrange, pelirrojo y de pelo corto, vestido con un pantalón oscuro y una camisa de color azul. En otra época, Jocker hubiese alzado una ceja a modo de reproche pues consideraba que vestir como un muggle era una total falta de respeto. —Buenas tardes —dijo, interrumpiendo los pensamientos de Matt, que se encontraba mirando con detalle un anillo que traía puesto. El ojimiel se quedó de pie, observando aquel lugar tan pintoresco. Tenía las manos metidas en medio de su túnica de tonos azulados, aunque en su mano derecha reposaba su varita de álamo de 27 centímetros.

Después de descansar algunos minutos, tanto el patriarca de los Black Lestrange como la matriarca Triviani fueron animados para ingresar a la pirámide. Sin tardar demasiado, ambos se dirigieron hasta la puerta de acceso que le habían asignado y al cruzar el umbral perdieron la noción del tiempo y el espacio. —Qué es todo esto —escuchó en lo profundo del angosto pasillo repleto de runas y símbolos mágicos que preparaban el acceso a lo que parecía ser una primera cámara dentro de aquel lugar. La voz que escuchó era su misma voz. Nuevas palabras se escucharon al final del pasillo; eran sus propios pensamientos proyectados por magia. Al instante un torrente de nuevos pensamientos comenzó a golpearlo con más fuerza, y a medida que se acercaba a la cámara del fondo del pasillo, la voz relataba lo que contaban sus pensamientos más profundos. Al llegar a su destino, su voz se superponía a sí misma, en un torrente ininteligible que comenzó a generarle dolor de cabeza. Todo lo que estaba pensando para decir se proyectaba, incluso antes de generar el pensamiento en una especie de materia abstracta. Todo esto, además de dolor de cabeza, le produjo nauseas que terminaron por hacerle vomitar. —Hay una sensibilidad superior en animales tales como los zorros —oyó decir en su propia voz desde algún lugar de la habitación que no tenía ningún adorno y cuyas paredes eran absolutamente blancas —Sería un completo desastre transformarse por la cantidad de sensaciones y percepciones que recibiría. Jocker volvió a vomitar. Tomó varios minutos hacer que su mente y su cuerpo se acostumbraran al ruido exterior que eran sus propios pensamientos proyectados a través de la magia. Esto fue posible solo gracias a que el exmortífago logró concentrarse en una especie de corriente de pensamiento que se proyectaba y que no lograba distinguir en qué idioma se expresaba y que de tanto en tanto se perdía en medio de otras corrientes de pensamiento que se hacían más poderosas. Jocker agradecía no haber comido nada aún, pues de lo contrario, aquel ataque vomitivo hubiese sido aún peor. Las náuseas se mantenían, y la sensación de querer expulsar toda materia de su organismo persistía. Cerró los ojos intentando anular sus propios pensamientos más superficiales. Al lograrlo, aquella lengua ininteligible se hizo más potente y ya no desaparecía en medio de otros pensamientos que, sepa Dios cómo, el ojimiel logró al menos no considerar por periodos cada vez más largos. Lo que menos tenía Jocker en ese momento era conciencia del tiempo; incluso, su conciencia espacial había perdido calibración; por lo que no sabía que ya habían pasado 5 horas desde que había ingresado a aquel lugar tan misterioso. Finalmente, y cuando ya habían pasado 6 horas completas, Jocker se descubrió a sí mismo pronunciando con sus labios la glosolalia que se pronunciaba en sus pensamientos y que era proyectada en la habitación mediante magia. No pasó mucho tiempo cuando algunas imágenes mentales comenzaron a aparecer en su cabeza, mientras de su boca continuaban saliendo aquellas palabras desconocidas para él y para cualquiera que le escuchase hablar. Era curioso como las imágenes desaparecían al mismo tiempo en el que él dejaba de pronunciar palabras con su boca; era como si se tratase de un encantamiento poderoso que traía a su mente recuerdos, pero que anulaban cualquier sentimiento que el recuerdo pudiese traer consigo. Jocker se había vuelto un mero espectador de la madrugada en la que su él, guiado por su difunta esposa Penélope y sus demás amigos a transformarse por primera vez.

Gruñó de frustración. Si bien, el ojimiel no esperaba en lo más mínimo atravesar lugares en su forma animágica de manera sencilla y sin complicaciones, esperaba encontrarse con un oponente digno de enfrentar; de momento, estaba solo contra el laberinto… o contra algún ser que estuviese en medio del laberinto. Cerró los ojos para escuchar sus pensamientos con claridad y se sentó en sus patas traseras una vez más. Sus orejas estaban atentas a cualquier sonido que viniese de algún sitio, pero su mente repasaba libros de hechizos y criaturas, experiencias pasadas o escuchadas que le ayudasen a revelar contra qué o quién se estaba enfrentando. De pronto, las palabras de la Arcana comenzaron a resonar y repetirse en su cabeza, diciendo —Por algún motivo que desconozco y usted no, decidió reprimir su esencia animal porque le causaba dolor. La idea de estar haciendo autosabotaje lo llenó de ira. —Un ser humano, por muy poderoso que sea, señor Black Lestrange, no puede anular sus emociones... más creo que atravesando la prueba final podría conseguir la permanencia del zorro, todo está en usted. Jocker siguió pensando y dando vueltas a aquellas palabras, con un rencor inexplicable contra sí mismo, aunque en lo profundo, tenía algunos toques de culpa. De pronto, y sin darse cuenta cómo, se encontraba él mismo en su forma humana de rodillas en el suelo y empuñando tierra. —Déjalo ir —escuchó en su mente, como un susurró; y aunque tuvo la intensión de replicar simplemente soltó la tierra que tenía en las manos y liberó su cuerpo de la tensión. Su oído percibió entonces el aleteo de un murciélago a la distancia. Nuevamente, sin darse cuenta, se había transformado. Puesto en marcha, comenzó a correr en dirección al sonido que oía y no tardó en encontrar un nuevo sendero por donde estaba seguro no había pasado antes. Un ademán con los labios mostró su satisfacción al ver el rostro de Suluk que se encontraba junto a Candela en su forma humana. —Lamento la tardanza —expresó Jocker, retomando su forma humana nuevamente frente a ambas mujeres.

Aunque Jocker se sentía muy cómodo en su forma animaga, tuvo la impresión que Suluk esperaba que tanto Candela como él volviesen a sus formas humanas; los observaba a ambos en silencio, aunque con una amplia sonrisa. «Me haría bastante bien adquirir la habilidad metamorfomaga» pensó al tiempo en que su pelaje rojo-anaranjado se transformaba en un kurta y en un salwar que cubrían su pálida piel «De esa forma podría hablar como humano siendo un animal» —Me alegra que hayan descubierto cómo llegar hasta aquí, pero aún les espera un largo tramo hasta el portal. Los estaré esperando, del otro lado, cuando consigan dar con la salida. Buena suerte —expuso la anciana al tiempo en que desaparecía del lugar dejando a Candela y a Jocker solos. El patriarca supuso que, al igual como había sucedido con su hija Mía y su bisnieta Aries, tendrían la posibilidad de trabajar juntos en caso de ser requerido, pero no pasó mucho tiempo de haber iniciado la caminata cuando se vieron forzados a separarse. Jocker, que había caminado en silencio, tras un giro en una de las esquinas iniciales del laberinto, escuchó cómo el pasillo se reducía tras de sí; entendió entonces que toda la información que le habían dado sus parientes Black Lestrange sería inútil, pues las pruebas parecían estar diseñadas de manera independiente para quienes se viesen enfrentadas a ellas. El ojimiel dejó escapar el aire de sus pulmones a través de un suspiro y, al instante, se transformó nuevamente en un zorro rojo que comenzó a inspeccionar con su olfato todos los aromas que había en el lugar, esperando encontrarse con alguno que le fuese de utilidad para llegar hasta el final de aquel laberinto. Pasaron solo unos segundos cuando entre la mezcla que logró percibir en el ambiente un aroma que se le hacía familiar resaltó. El ahora zorro rojo, comenzó a correr velozmente entre los pasillos, esperando no cruzarse con alguna criatura mágica o algún sitio encantado o mucho menos maldito; y es que, aunque sabía que podía hacerle frente a cualquier cosa, sabía que sin varita le iba a costar muchísimo más. Al principio no fue difícil avanzar, pero pasado casi una hora de recorrido, el ojimiel cada vez se encontraba con más y más pasillos sin salida; con tantas vueltas, esquinas y accesos no era difícil perderse. Jocker, en forma de zorro, gruñó al darse cuenta que había estado dando vueltas varias veces por un mismo sitio. Y mientras pensaba en cómo marcar el terreno, analizaba en el aire la intensidad de aquel aroma que le había servido de guía, pero que de a poco se debilitaba. Tras un instante, Jocker volvió a su forma humana solo para dejar una de sus sandalias en el acceso de uno de los pasillos que le parecía haber visto. A los minutos, retomó una vez más su forma humana para dejar la otra sandalia; más adelante en el camino, rompió su kurta y dejó un trozo de tela. No fue sorpresa para él cuando se encontró con su sandalia derecha frente a él. En efecto, estaba caminando en círculo, aunque su olfato le decía lo contrario. Se tomó varios minutos para reflexionar al respecto. ¿Cómo era posible que su olfato estuviese siendo burlado? Alzó una ceja igual como lo hacía en su forma humana y comenzó a retroceder, siguiendo sus propios pasos. Se encontró con el trozo de kurta que había dejado, con su sandalia izquierda y cuando esperaba encontrarse con su sandalia derecha, ésta ya no se encontraba. La Inuit les esperaba sentada todavía en una amplia escalinata de granito dorado.

Cuando el patriarca de los Black Lestrange escuchó graznar una gaviota en su ventana supo de inmediato que traía las indicaciones que estaba esperando de Suluk, la Arcana de Animagia con la que había pasado unas horas hacía no pocos días atrás. El exmortífago repasó con sus ojos aquel papel amarillento que contenía las coordenadas del lugar al que tenía que asistir para realizar la prueba final que le permitiría mantener de manera permanente el don de la Animagia. —Así que al fin conoceré este sitio por completo —sentenció para sí mismo, recordando las quejas de su hermana en el Warlock quien en privado vociferaba respecto de las extravagantes peticiones que la gente de la Universidad exigía para establecerse en el Londres Mágico; por supuesto, ante el público, la Viceministra de Magia tenía otro discurso. Así como estaba, con una kurta azul de Prusia oscuro, bordado en el cuello y en la apertura frontal con un patrón rectangular, un salwar negro al igual que sus sandalias, desapareció para reaparecer en un sitio que le permitiese acercarse caminando hasta las orillas del lago; no se iba a perder la oportunidad de recorrer por sí mismo aquel sitio que seguramente tendría que volver a recorrer en otra oportunidad. Al caminar hacia el lago, Jocker pudo ver una caja a la distancia; y junto a Suluk, a Candela. Agarró su varita de álamo casi por impulso; sabía de antemano que se desprendería de ella y aunque no quería hacerlo, era necesario. Su hija, quien poseía la habilidad al igual que él, le había adelantado ya algunas cosas como esas. Una vez reunidos y después de haber entregado la varita, Jocker recibió la sortija del aprendiz en el índice de la mano derecha. Él estaba en completo silencio escuchando las instrucciones de la anciana mujer; incluso sus pensamientos lo estaban. Cuando Suluk desapareció, Candela no tardó en estirar los brazos a un costado y salir corriendo en dirección al lago. En un abrir y cerrar los ojos, la mujer de cabello castaño y ojos grises se transformó en un pequeño murciélago que no tuvo problema alguno en cruzar el lago con sus alas. Jocker se limitó a esbozar una sonrisa desde el lado derecho del rostro antes de transformarse en un zorro rojo, de pelaje rojo-anaranjado, aunque negro atrás de las orejas y blanco bajo el cuello hasta el nacimiento de la cola, que por lo demás, era bastante pomposa, conservando el rojo-anaranjado, la parte baja negra y la punta de color blanco; sus patas estilizadas de color negro, típica característica de los animales que pueden alcanzar altas velocidades, comenzaron a moverse velozmente por entre el fino sendero que cruzaba el lago, siguiendo de lejos a la murciélago. Mientras corría por el sendero, Jocker pensaba en cómo lo harían aquellos magos y brujas cuyos animales eran más grandes y pesados o es que acaso no había nadie en el mundo mágico que se transformase en un rinoceronte. Ignoró sus propios pensamientos para seguir adelante por varios minutos más. Al llegar a la otra orilla, Candela volaba alrededor de Suluk. Jocker, por su parte, se limitó a sentarse frente a la mujer, con las orejas apuntando hacia ella, aunque de vez en cuando se volteaban en distintas direcciones a modo de reacción por los distintos sonidos que alcanzaba a distinguir.

—Quiero que intente transformarse, aquí y ahora, ante mí. Así como el joven Gaunt lo hubo hecho —dijo de pronto la Arcana de Animagia, indicando el lugar en donde Emmet había logrado su transformación completa unos minutos antes. —¿Se está burlando? —soltó Jocker, serio. Si bien, había una dureza clara en la pregunta del ojimiel, tenía un dejo de honestidad visceral muy propio de aquel hombre que anulaba cualquier intento por parecer sarcástico. El bombardeo de recuerdos que hasta ahora experimentado lo había predispuesto, sin duda alguna. Suluk no respondió. Se limitó a ponerse de pie y darle la espalda, ignorándole; aunque, en realidad, fue Jocker quien ignoró los gestos de la anciana, incluso aquel flaqueo de piernas que le hizo perder el equilibrio por un instante. El patriarca de los Black Lestrange, resignado, se puso de pie y caminó hasta donde el halo de luz que se filtraba por uno de los ventanales terminaba. Ningún recuerdo venía a su mente ahora, y es que, aunque no estaba enojado, se sentía profundamente molesto. ¿Acaso la Arcana no le iba a enseñar nada concreto? De toda la información que había reunido de la anciana mujer no esperaba el que fuese fan de aquellas pseudofilosofías muggles que incentivaban a las personas a buscar la magia interior a través del misticismo innecesario. —Usted sabe que las antiguas habilidades están ligadas a distintos aspectos del cuerpo humano, tanto físico como mental ¿Puede decirme dónde está el lazo de la Animagia en un ser humano? Con aquella pregunta Jocker olvidó su molestia. Su mente había sido desafiada pues la respuesta no era tan sencilla como parecía ser; los ojos del Black Lestrange comenzaron a moverse en aquella microexpresión que revelaba cómo buscaba en su interior algún antecedente que le ayudara a resolver el enigma. Cerró los ojos, repitiendo con un siseo la pregunta de la Arcana, como recitando un hechizo que conocía de memoria. De pronto, una brisa fresca pasó rosando su mejilla derecha y tuvo la impresión de un rostro acercándose para compartir un secreto. —Déjalo ir —escuchó en un susurró en el oído, y aunque tuvo la intensión de replicar la voz de la que sería su esposa un día se adelantó —Ni si quiera intentes responder, sólo déjalo ir, está ahí… Con una inspiración y una exhalación profunda, pero breve, un gruñido salió del ahora hocico de Jocker, quien abrió los ojos como plato para ver el mundo desde su nueva apariencia. Sus orejas puntiagudas captaron las risas y vítores de celebración de sus amigos. Uno de los malamutes se acercó al zorro de cola pomposa en el que se había transformado el Black Lestrange para investigarlo. Este se limitó a realizar un gesto con la boca imitando una sonrisa y volvió a su forma humana. —¿Por qué no había podido realizar la transformación sino hasta ahora? —quiso saber el exmortífago —¿Ha regresado por completo la habilidad o volverá a desaparecer? Jocker volvió a mutar a su forma animágica y comenzó a correr en medio de la sala, en principio solo, pero luego de unos segundos los malamutes de la arcana comenzaron a perseguirle, seguramente porque a propósito les pasaba la cola por la cara, molestándolos a modo de invitación para unírseles.

Luego que Emmet logró realizar la transformación a su forma animaga de manera exitosa, Suluk no censuró su alegría al ver el logro del vampiro que permaneció por varios minutos contemplando la habitación con sus nuevos ojos. Seguramente estaba disfrutando de las nuevas sensaciones que su nuevo cuerpo y sus nuevos sentidos lograban percibir. Todo era tan distinto cuando se estaba en la forma animaga. —No es tan difícil, mira —dijo de pronto Abbie, otra de las recién graduadas que se encontraba aquella madrugada frente a la fogata que había sido testigo de la primera vez en la que Jocker se vio a sí mismo en la piel de un zorro rojo. La hechicera se puso de pie y se dirigió hasta donde se encontraba el ojimiel; aquellos seis habían compartido aventuras de todo tipo durante su época de estudiantes, como verdaderos hermanos, dispuestos a dar su vida por el otro en caso de ser necesario… de haber estado en Hogwarts, seguramente los seis hubiesen sido seleccionados para la casa Slytherin. Abbie se inclinó frente a Jocker, lo tomó de los hombros y le miró con intensidad a los ojos. El ojimiel pudo notar un resplandor extraño en medio de los colores verdosos del iris de la chica que en breves segundos se volvió un jilguero que no tardó en comenzar a cantar y a revolotear por el lugar. Jocker sonrió con un poco frustración. —Hacen que parezca tan sencillo —se quejó. La sonrisa de Suluk se deshizo rápido cuando el vampiro salió de aquella cabaña. El patriarca de los Black Lestrange la siguió atenta con la mirada, aún en silencio, estudiando sus movimientos y reacciones. La observó detenidamente tomar asiento y entrelazar los dedos frente sobre la mesa que los separaba. En su cabeza, tenía la sensación de escuchar cómo en la cabeza de la anciana comenzaba a mover engranes, calculando cada palabra que saliera de sus labios. —Lo que se hereda no se hurta, has dicho —recordó de pronto, solo para luego añadir: —Dime algo ¿Qué crees que has heredado exactamente? Una sonrisa se esbozó en el rostro de Jocker, pues una respuesta audaz había saltado a su cabeza de manera automática y ansiaba que sus labios pronunciaran lo que, sin duda, volvería a generar la risa de aquel grupo de hechiceros. —Ahora es cuando lamentas haber pasado tanto tiempo en las mazmorras jugando con las pócimas y calderos y no en transformaciones, ¿no? —había dicho sagaz el mago de apellido Barret. —Mi madre siempre me encaró que tenía las mismas formas que mi padre… —respondió con tranquilidad, como si estuviese dando una entrevista de trabajo en donde trataba de averiguar qué tan dignos eran sus potenciales empleadores de contar con el honor de hacerlo su subordinado —Aunque, claramente se refería a las malas formas. Físicamente no tengo mucho parecido al señor Ministro de Magia, gracias al cielo.

La ilegalidad no se inscribe @ sino dejaría de ser ilegal xDD Además, para añadirte al árbol tendrías que incluirnos en tu ficha y en tus bóvedas y ya tienes cubiertos esos lugares... así que no hay forma de ponerte en el árbol y que seas ilegal... es una de las dos opciones xDD En fin... ¡bienvenida a la mansión! Puedes rolear con libertad

Tengo otra duda El topics de postulaciones a Arcano no se ha movido desde el 8 de octubre y ahí dice que están vacantes el arcano de Nigromancia y el arcano del Habla Párcel... quiero postularme a uno, pero como ha pasado tanto tiempo, no sé si efectivamente esas vacantes siguen abiertas o si simplemente se les olvidó pasar a notificar al tópic. Eso... espero la respuesta antes de comenzar a armar plan de estudio y esas cosas

Jocker escuchó la respuesta que el vampiro entregó al tiempo en que terminaba de beber su café. «¿Aquellas aguas?» repitió mentalmente el hechicero alzando una ceja, sin entender mucho de lo que estaba hablando Emmet. Y es que, claro, no había escuchado aún ni las instrucciones ni nada aún; la Arcana estaba más atenta al vampiro que al ojimiel. El irlandés se puso de pie cuando terminó su oración y buscó espacio frente a sus acompañantes; cerró los ojos y respiró profundo. El patriarca de los Black Lestrange le observó atento, sin añadir comentario alguno; y es que, aquellos gestos le recordaban su primer intento por ocupar la animagia, guiado por Penélope, su difunta esposa. —Deja de pensarlo tanto y simplemente, hazlo —insistía la mujer de ojos celeste —Tienes que dejarte llevar… —Ya te he dicho que no estoy para nada interesado en esa ridiculez de Nueva Era que ahora se inventaron esos magos ociosos y traidores de la sangre —se burló Jocker, recibiendo un golpe en el hombro a modo de protesta. —Si quieres mi ayuda, tienes que dejar de burlarte de mi y mis aficiones —sonrió la bruja —Además, la Nueva Era a mi también me hace gracia… es gracioso ver a los muggles intentar hacer magia y sugestionarse al punto de efectivamente ver lo que quieren ver, aunque no haya nada. Jocker negó con la cabeza y cerró los ojos nuevamente para concentrarse. Sabía que su hermana Gatiux y su tía Katara eran animagas. Su madrastra lo había mencionado una vez en medio de sus tantas conversaciones nocturas. —Todavía me perturba un poco no saber en qué animal me convertiré —siseó Jocker con los ojos cerrados. —Serás una linda mariposa, Black Lestrange —se burló la bruja de apellido Gretzinger que estaba del otro lado de la fogata, logrando la risa de los seis que estaban allí, aunque la de Jocker era más bien sarcástica. El interior de Jocker se remeció cuando Emmet dejó su forma humana para dar paso a un Caracal que se sentó en sus patas traseras. No había sido consciente sino hasta ese entonces cuánto extrañaba aquella habilidad.

¡Hola a todos! Vengo por 2 cosas bien puntales: La primera es que mis últimas dos compras (o certificaciones, en realidad) no han sido incluidas aún a pesar que han habido acciones moderativas de posteos del Concilio que han sido posteriores a la de las últimas actualizaciones de mi bóveda trastero (aquí en los post #20 y #21) Y lo segundo, que no sé si va acá en realidad, pero ya que tiene que ver con puntos que se reflejan en la bóveda trastera, aprovecho de dejarlo: Desde hace tiempo tengo 300 puntos en criaturas, pero en mi perfil, en el ítem "Rango de Criaturas" aparece en el rango " 10 a 200". Saludos a quién responda (o corrija, si es que corresponde)

¡Hola! Vengo a inscribirme aquí también :3 Nick: Jock ID: 34473 Libro de Hechizos: Libro de la fortaleza Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): aquí Rango Social: Órden de la Cruz Dorada Nivel de Magia: XX Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): 2008, primera generación de la primera versión de AMYH. Link a la Bóveda: http://www.harrylati...boveda-de-jock/ Link a la Ficha: http://www.harrylati...lack-lestrange/

Se me había olvidado que había pedido una firma aquí hasta que me acordé y venía a reclarmarla xD Gracias por el trabajo, Cissy :3 Me pondré de inmediato la firma y el avatar y no sé qué más añadir para cumplir con la normativa y que no me suban la advertencia por spamoso xDD Créeme que volveré en algún otro momento para pedir una nueva firmita (sí, soy insaciable xD)

Nick: Jock Conocimiento que quiere dar: Conocimiento de Maldiciones Motivo: Me gusta, tengo ganas y escribo bonito (¿se necesita más? xD) Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: Actualmente ninguno. Antes, muchos, pero muy antes... los pongo igual por si sirve de algo: Cargos y Responsabilidades: OFF rolModerador de Harrylatino.org (Junio 11 de 2014 a Septiembre de 2015) Marca Tenebrosa Mortífago Tempestad (Octubre 23 de 2014 Junio de 2015) Mortífago Base (Mayo 18 de 2013 Octubre 23 de 2014) Mortífago Nigromante (Marzo 27 de 2011 Diciembre 13 de 2011) Mortífago Mago Oscuro (Septiembre 08 de 2010 Marzo 27 de 2011) Mortífago Ángel Caído (Diciembre 22 de 2009) Mortífago Nigromante (Diciembre 08 de 2009 Septiembre 08 de 2010) Mortífago Mago Oscuro (Mayo 24 de 2009 Diciembre 08 de 2009) Mortífago Base (Octubre 09 de 2008 Mayo 24 de 2009) Ministerio de Magia Reportero de El Profeta (Julio 07 de 2013 Enero 08 de 2014) Duende en Gringotts (Marzo 09 de 2013 Julio 07 de 2013) Miembro del Wizengamot (Octubre 05 de 2010 Diciembre 13 de 2011) Director del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes. (Febrero 05 de 2010 Octubew 05 de 2013) Jefe de la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia (Septiembre 16 de 2009 Febrero 05 de 2010) Academia Director mortífago de la Academia de Magia y Hechicería (Agosto 20 de 2011 Diciembre 13 de 2011) Profesor de Conocimientos: Artes Oscuras I - II - IV - V Profesor de Conocimientos: Maldiciones I - II Profesor de Conocimientos: Defensa contra las artes oscuras XII - XIII Profesor de Bando y Perfil 28 - 30 - 51 - 54 - 60 - 61 Profesor de Rol Avanzado 23 - 25 Profesor de Rol Básico 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 22 - 25 Prefecto en Academia de Neutrales (Fecha desconocida - Octubre 08 de 2008) Estado del plan de estudio: En proceso Enviado

Jocker sonrió al escuchar la voz de la Arcana dándole la bienvenida con una reverencia fingida al tiempo en que soltaba una ingeniosa y sagaz afirmación. En otro tiempo, el Black Lestrange habría respondido con sarcasmo pues, ante sus oídos, aquellas palabras eran una provocación, sin embargo, el mago que se encontraba frente la Arcana decidió abrazar aquellas palabras como un cumplido y sonrío con honestidad. —Lo que se hereda no se hurta —señaló orgullo de su condición, y es que para aquellos que tenían poco, cualquier abundancia les parecía presunción. El patriarca no devolvió la genuflexión, pero sí siguió a la mujer hasta donde se encontraba un hombre delgado de piel grisácea que estaba más interesado en descifrar sus pensamientos que en notar la presencia de Jocker; era evidente para el Black Lestrange que aquel hombre era un vampiro, y no solo eso, sino que, además, un mortífago. El otrora miembro del Wizengamot guardó silencio esperando su turno. ¿Le tocaría de nuevo enfrentarse al espejo mágico o había un nuevo sistema para encontrarse con el animal en el que se convertiría? Cualquiera que sea el método, el ojimiel sabía que su forma animaga era un zorro rojo, mismo animal que era emblema de su casa y misma forma que lo acompañó desde que alcanzó la adultez. Sin duda alguna había sido una tragedia haber perdido la habilidad, aunque más que perderla, sentía que había sido un robo. Mientras el vampiro respondía, era inevitable pensar en la primera vez en la que se convirtió en animago. Había ocurrido después de una fiesta entre los estudiantes recién graduados de Beauxbaton que tenían aspiraciones mortífagas y que se quedaron hasta el amanecer soñando ampliar los límites conocidos de la magia, cuya barrera de lo legal había sido ya quebrantada innumerables veces. —Se encuentra en lo más profundo de tu interior —siseó Penélope, mientras las brasas de la fogata saltaban frente a ellos y frente a los demás magos y brujas que no paraban de conversar aunque el sol comenzaba tímidamente a hacer su aparición. Aunque en su totalidad el recuerdo era borroso, la voz de su difunda esposa, en ese entonces novia, era nítido. —Solo necesitas la motivación correcta —añadió la mujer con una sonrisa pícara al tiempo en que besaba brevemente a aquel que sería el padre de sus hijos en un futuro no tan lejano para ese entonces —Y yo sé que no hay nada que mi Black Lestrange no pueda alcanzar.

La mente del patriarca de los Black Lestrange seguía recorriendo los detalles que aquel sueño recurrente que una vez más lo había despertado juntamente con el nacimiento del sol en las tierras de Ottery St. Catchpole durante la mañana. Tras levantarse, fue directamente hasta su despacho para recorrer una vez más uno de los tantos pergaminos que encontró una tarde como cualquier otra en Jerusalén y en otros sitios del Medio Oriente; y es que inmediatamente después de recoger aquel escrito que tenía ahora sobre su mesa, las cosas más extrañas que haya jamás sentido o vivido comenzaron a hacerse vida en él. —העיניים שלך יסתכלו על התהילה של המלך ולראות את ההתרחבות של כדור הארץ. Nunca antes el ojimiel se había sentido tan impactado por tan simples palabras. Eso era lo más extraño. —Mi ama está en casa y pregunta por usted, señor —interrumpió una elfina de pronto. Jocker levantó la vista del pergamino y asintió con la cabeza. La elfina doméstica mostraba una mezcla de sentimientos y sensaciones: una parte de ella no podía contener felicidad que sentía, pero otra más fuerte, temía. El ojimiel se preguntó si acaso él causaba esa impresión en Sunev. —Dile a Juv que en un momento estaré con ella —respondió el exmortífago al tiempo en que con un giro de su varita de álamo guardaba aquel trozo de papel viejo con los demás. Era imposible sacarse de la cabeza aquel mensaje: «Tus ojos mirarán la gloria del Rey y verán la expansión de la tierra». Pero ya habría tiempo luego. Jocker salió de su despacho con calma. Y al bajar las escaleras de la mansión, se encontró cara a cara con su mediohermana Malfoy. —Diría que es una sorpresa, pero estoy más que muy seguro que la sorprendida eres tú —saludó con una sonrisa llena de intriga —No te esperabas que volviera después de tanto tiempo ¿no? El patriarca esperó la respuesta sarcástica de la rubia y besó su mejilla. Después, con un ademán de brazos la invitó a pasar a los sillones del salón principal; todo esto por costumbre, porque en realidad aquella mujer era tan dueña de casa como el ojimiel, que estaba haciendo las veces de anfitrión. — Imagino que gustas algo para beber —interrumpió el Black Lestrange, después de servirse una copa con aquel líquido azulino que tanto disfrutaba. @

Dos años habían transcurrido desde la última vez que el patriarca de los Black Lestrange había estado en casa de la Arcana de Animagia, Suluk Akku; aquella mujer ya mayor que lo había enviado a limpiar y ordenar como si se tratase de un elfo doméstico. —Esta anciana está demente si cree que me humillaré de esta forma —había sentenciado en aquella oportunidad, antes de salir de aquella casa sin dar aviso alguno ni dejarse encontrar. Con el orgullo insultado, no se había molestado ni siquiera en cerrar la puerta. De no haber sido porque en ese entonces había renunciado a las filas de la Marca Tenebrosa, también por orgullo, de seguro hubiese planeado una revuelta o algo parecido a modo de protesta. El ojimiel sonrió divertido ante el recuerdo que revoloteó por su mente y pronto se dispersó. Había pasado tanta agua bajo aquel puente… sin duda él ya no era el mismo que en ese entonces; era más sabio ahora, o al menos, eso le gustaba pensar. Físicamente no había grandes diferencias entre el Jocker de hace dos años y el que ahora estaba golpeando la puerta de entrada de la casa de la animaga suprema; había perdido tanto la habilidad de la animagia como la de la morfomagia; esta última le era de mucho provecho a la hora de ocultar el tatuaje que en otro tiempo lo identificaba como miembro de los Caballeros de Walpurgis y la enorme cicatriz que le cruzaba el pectoral desde el centro de la clavícula izquierda; ambas difíciles de ver tras el kurta negro que cubría su cuerpo desnudo. Jocker sentía curiosidad por el reencuentro con la Arcana. Y es que su ego era tan o más alto que la del ojimiel que sabía que la mujer, en un principio, no estuvo de acuerdo en compartir sus conocimientos con el mundo mágico londinense. ¿Habría cambiado de parecer? La misma cantidad de años que Jocker había desaparecido del mundo mágico, la anciana había estado dictando clases ahí mismo. Algo seguramente habría cambiado… «O quizás está más amargada que nunca» pensó Jocker cuando sus nudillos golpearon por 3era vez la puerta. Al igual que en su primera visita a aquel lugar, la puerta se abrió para darle paso a una brisa helada que hizo que sus cabellos negros se movieran de un lado a otro. Nuevamente la habitación se encontraba vacía. ¿Volvería a enviarle la Arcana un traslador? Jocker se quedó en la entrada. No quería volver a causar una explosión de orgullo en su interior, aunque estaba seguro que por muy grande que fuera la tentación de dejarse llevar por ella, ya había probado con amargura su sabor.

Nick: Jock ID: 34473 Habilidad: Animagia. Zorro rojo (Vulpes vulpes) [en acuerdo de compartir animal] Rango Social: Órden de la Cruz Dorada Nivel de Magia: 21 Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): 2008, primera generación de la primera versión de AMYH. Nº de conocimientos que se poseen: 8 Link a la Bóveda: http://www.harrylati...boveda-de-jock/ Link a la Ficha: http://www.harrylati...lack-lestrange/

¡Hola! Tengo dudas Resulta que me inscribí hace siglos para cursar animagia [aquí el posteo] y finalmente apenas comencé lo dejé de lado porque no volví más al foro... el asunto es que quiero retomar, entonces ¿me inscribo como si nunca antes hubiese ido a la clase? en realidad eso no es problema porque tengo galeones suficiencientes para cubrir los gastos, el problema es que el animal que inscribí y que tengo desde siempre en los foros fue usado ¿lo perdí simplemente? ¿es posible hacer excepciones considerando que incluso desde antes del MM ya usaba un zorro? Quedo atento a los comentarios