Jump to content

Anna T. Ryddleturn

Magos Expertos
  • Mensajes

    3.521
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    8

Todo lo publicado por Anna T. Ryddleturn

  1. - Usaré guantes y un traje para que no me pinchen, a parte de tener los ojos bien abiertos para poder esquivarlos.- dije con una leve sonrisa. Siempre había sido soberanamente despistada y no había tenido demasiado cuidado, pero desde que tenía hijos que me necesitaban..., aquello era diferente. - pero desde luego, nos has traído a este invernadero para que seamos asesinadas por las plantas.- bromee. Asentí levemente con la cabeza cuando Sagitas al continuar con la lección mención que los guantes también eran buenos para manejar el estiércol, aquel olor era bastante desagradable, y se te terminaba metiendo entre las uñas y era complicado sacarlo. - La verdad es que lo leí hace mucho tiempo, pero por encima, no se si recordaré bien y me da igual usar casco burbuja o branquialgas, la verdad es que ya estoy mojada, puede que mejor la segunda opción que no he tenido tantas oportunidades para usarla y ya que estamos en herbología..., mejor con planta que con encantamientos.- dije preparada para seguirla. Me quité la chaqueta y la dejé a un lado, si tenía que sumergirme sería mejor cuanto menos peso tuviera que acarrerar, era complicado nadar con ropa pesada. - Sagitas, ¿no prefieres que antes de que entremos en el agua Cye o yo te miremos ese bulto? Podría infectarse y sería mucho peor que si perdemos ahora unos minutos antes de continuar la clase.
  2. Al parecer tendría que quedarme un poco después de clase para arreglar los posibles desperfectos importantes que se pudieran haber producido en las plantas que había chamuscado. Sabía que no sería mucho, solo lo justo para que los bulbos pudieran multiplicarse y reponer los pocos que se habían perdido. - No te preocupes, lo dejaré todo para que ni siquiera se den cuenta de los pequeños desperfectos.- le aseguré, cosa que solo lo hacía porque no perdería mucho tiempo. Con tranquilidad comencé a cortar los tallos de la planta para preparar un ungüento que pudiera hacerla sentir mejor, a pesar de que Hades no estaba allí yo sabía manejarme muy bien con las pociones, ya que aquella había sido mi especialidad cuando entré en San Mungo y de echo le había enseñado a Hades todo lo que había podido. Mientras yo trabajaba en la poción, la pelivioleta se puso a explicar el cuidado de las plantas, aquella era la razón por la que no me había dedicado a la herbología a pesar de que era bueno conocerla bien para realizar las pociones, no tenía paciencia para cuidar las plantas en los momentos precisos, no podía ajustar mis horarios a ellas. - La verdad es que a veces he empleado el Alihosty en una poción, pero no es lo normal, y siempre en muy baja proporción, pero si tenemos que tratar muchos casos de "envenenamiento" por la ingestión del alihosty, usamos glumbumble para ello.- le expliqué a la profesora. - Las mandrágoras si que las usamos para la gente que ha sido petrificada, aunque hace tiempo que no se ha dado ningún caso y con la Mimbletonia, aunque conozco antídotos con ella para curar el nerviosismo y la timidez, raramente los recetamos en San Mungo, es fácil lograr esas pociones fuera. Cuando Sagitas se acercó más a la planta observó que se había equivocado al identificar el arbusto, pues esa planta tenía unas espinas mas consistentes, a pesar de su apariencia similar a la Mimbletonia, esta era más agresiva y sus púas se disparaban. - No, de momento no hemos pensado usarla como anestesia, las pociones que empleamos ahora nos van bastante bien y no hay tiempo ni medios suficientes para estudiar otros modos, tenemos otras prioridades y la verdad es que también buscamos lo económico, y no es nada económico buscar a alguien que se atreva a tratar con esa planta para conseguirnos lo que queremos de ella.- expliqué.
  3. - Tranquila, solo fue parte de lazos del Diablo, no tardarán en crecer, y puede que también un par de bulbos suicidas, no creo que lo noten, sabes que se reproducen muy rápido.- tranquilicé a la profesora y luego me giré hacia Cye con una sonrisa. - Bueno, a todas no, que muchas nos sirven a nosotras para nuestras pociones. Mientras Sagitas se recomponía y empezaba a presentar la clase, yo me acomodé lo mejor que pude para prestar atención a la clase. Al parecer no me había perdido nada a pesar de mi retraso, lo que era un alivio. Las primeras palabras las entendía y las reconocía, pero a pesar de ello no pude evitar poner los ojos en blanco, yo seguía pensando que en algunas ocasiones si era necesario herir a las plantas cuando eran o ellas o una persona que no les había hecho nada. La primera tarea que nos proponía la Potter Black era bien sencilla para nosotras, ambas trabajábamos día a día con plantas medicinales, con aquella definición no tardé en averiguar que se trataba del díctamo, conocíamos sus propiedades y sabíamos identificarlo de cualquiera de las maneras, con la vista, con el tacto... Recorrí con la mirada la totalidad del invernadero, hasta que localicé la planta a la que se refería Sagitas. Poco a poco avancé hasta ella. Al igual que mi compañera tomé otra maceta de la misma planta y regresé a mi lugar. - Como ya has dicho se trata de una hierba curativa, en San Mungo trabajamos prácticamente a diario con ella. Hades vive trabajando con ella para realizar pociones. Es sumamente potente y tiene poderes restaurativos. Si se aplica sobre la herida crece piel fresca con bastante rapidez, aunque puede ingerirse directamente para sanar heridas superficiales, y estas espinas de aquí provocan estornudos a los dragones, o eso dicen, porque yo no he tenido la oportunidad de ponerlo en práctica. También se debe tener un poco de cuidado con ella, puesto que puede ser inflamable. Ves, cerca de esta no se me hubiera ocurrido lanzar el hechizo incendio.- añadí algo burlona.
  4. En cuanto encontré la nota que me avisaba de que la clase de Herbología daba comienzo miré rápidamente el reloj, para variar llegaba tarde. Bufé, tomé los bártulos y salí a toda prisa de la mansión. Solo cruzaba los dedos por no estar retrasándolos más de la cuenta. El trabajo en aquellas fechas era estresante, el problema es que incluso San Mungo lo tenía algo olvidado. Me mordí el labio para acelerar el paso en cuanto reaparecí en la academia, buscando ahora el lugar donde se impartiría la clase de Herbología. La verdad es que conocía bastante bien las plantas, había estado trabajando con ellas desde hacía muchos años, pero necesitaba obtener el papelito que acreditase que yo tenía aquel conocimiento, si no la gente que llegara a San Mungo a ser atendida no se fiaría mucho si la propia directora no podía demostrar que sabía manejarse en aquel campo. Mucho de nuestro poder de sanación residía en las plantas. Empecé a dirigirme hacia el Invernadero, y antes de llegar me parecía haber escuchado unos gritos, pero no estaba del todo segura, probablemente hubiera sido el viento moviendo las ramas de los árboles y la lluvia el rozarlos, pero aún así aceleré el paso, inconscientemente siempre había tenido la costumbre de correr hacia los gritos, probablemente porque lo asociaba con alguien herida y en peligro y quería ayudarla, aunque otras veces simplemente era para hacer que aquellos gritos se oyeran aún mas altos... En cuanto tuve a la vista el Invernadero me di cuenta que aquello era un auténtico caos, y no pude evitar que una leve sonrisa se dibujara en mi rostro al recordar que era Sagitas la que daba la clase, era irónico que la directora del departamento de accidentes tuviera accidentes siempre a su alrededor. Se veía que estos la buscaban. Lo primero que hice fue hacer aparecer unas orejeras y colocármelas, me negaba a dejar que mis tímpanos se rompieran por culpa de los chillidos de los Snap chillones, aunque desde mi posición aún no los veía no hacía falta ser ningún experto para reconocer aquellos chillidos desde aquella distancia. Conforme me iba acercando, pude ver además que la puerta del Invernadero estaba sellada por plantas que nos impedían el paso. Sabía que al final de la jornada terminaría resfriada. Ya estaba cerca, contemplando como Sagitas intentaba entrar por el tejado y Cye lograba quitar los lazos del diablo de su camino para acceder por la puerta principal. Odiaba aquellos lazos, mi instinto siempre era hacerlos arder, pero sabía que si lo hacía me podía llevar una regañina si no era capaz de controlar el incendio, aunque ya tenía más que aprendido aquel hechizo. - Auch.- me quejé al ser golpeada por un bulbo reboteador, por lo que terminé cogiendo un trozo de madera para emplearla como escudo y que no me alcanzaran. Golpeaban con demasiada fuerza y no quería regresar a casa llena de moratones. Tras aquel golpe decidí dejar atrás mi parte buena y terminar evitando que ninguna planta más me molestara. - Incendio. La llamarada que salió del extremo de mi varita me abrió paso hasta el interior del Invernadero, desvaneciéndose una vez estuve a salvo. - Disculpen la tardanza, tuve algunos inconvenientes para estar a la hora. Anna Ryddleturn presente. ¿Soy la última en llegar?
  5. Aprovecho ahora que luego se me olvida para apuntarme a una clase para el mes que viene, que ya se están acabando estas y eso significa que pronto se cierra el plazo para inscribirse en las de julio. No se si este año se volverá también a cerrar la academia un mes en verano o no, es que hace mucho que no piso por aqui :$ Nick: Anna T. Ryddleturn ID: 46696 Conocimiento: Herbología Nivel de Magia: XVII (17) Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78416-boveda-de-anna-t-ryddleturn/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/ Eso es todo, un saludo.
  6. Tras la actividad me encontraba sumamente cansada, y desconocía la razón. Era cierto que había tenido que correr para huir de la criatura de fuego, pero habían sido a penas unos metros de nada, aquella no era razón, y la tarea tampoco había sido de gran carga mental, aunque probablemente el saber que tras terminar con la clase no podría irme a descansar a casa, si no que tendría que volver al trabajo..., probablemente fuera lo que realmente me estaba agotando. Rápidamente Kirara procedió a continuar con la lección, contando ciertos datos sobre la legislación existente para proteger a las criaturas mágicas, la gran mayoría los conocían o me sonaban, aunque la profesora ayudaba a comprenderlas mejor con sus explicaciones. Nunca les había dado demasiada importancia a las leyes, solía moverme por intuición, y esta me ayudaba a respetarlas cuando era preciso. Suponía que aquella clase no se me daría nada mal, había llegado a estar muy tentada de haber comenzado a trabajar en el departamento de Criaturas en lugar de en San Mungo, pero el Hospital terminó ganando la lucha interna. Cuando terminó la parte de teoría se me cayó el alma al suelo al escuchar lo que nos tenía preparado la profesora. Era cierto que a veces me divertía, pero necesitaba estar cargada de energía para poder enfrentarme a aquella tarea. Cuando era pequeña lo hacía casi como un juego, a pesar de que en casa siempre había otra persona que se podía ocupar, pero era mucho más divertido picarse con los hermanos y comprobar quien era el que más gnomos era capaz de atrapar y sacar del jardín. - Bueno, cuanto antes empecemos antes acabamos.- dije mientras me preparaba para atravesar la puerta. Programé mi reloj para que me avisara cuando pasaran los cinco minutos reglamentarios que había dado la profesora y me adentré en aquel jardín que me había tocado al abrir una de las puertas al azar. Aquel jardín debería de ser un auténtico paraíso para los gnomos, puesto que la hierba me llegaba en algunas partes prácticamente hasta la cintura, por lo que no sería nada fácil encontrarlos. Desde luego la suerte no había estado de mi parte al elegir esa puerta. De todas formas no desistí, me remangé y me puse manos a la obra, aplastando la hierba a mi paso. El primer asalto lo ganaron los gnomos, que fueron capaz de zancadearme y hacerme caer al suelo, pero en la caida al menos pude agarrar del brazo a uno de ellos, y como si una vaquera del oeste fuese, comencé a darle vueltas hasta dejarlo completamente mareado, lanzándolo al final por encima de la verja del jardín, muy pero que muy lejos. Me puse en pie con rapidez, ahora tenía un truco, notar donde se removía la hierba, el que no hiciera aire era una gran ayuda, por lo que en unos minutos pude encontrar tres gnomos más y sacarlos del jardín. Justo cuando cogí el cuarto pitó la alarma de mi reloj, avisando de que el tiempo había terminado, aún así no me dirigí directa a la puerta. El gnomo aún se revolvía en mi mano, intentando zafarse y escaparse, por lo que hice lo mismo que con sus compañeros, y una vez estuvo fuera del jardín pude regresar al salón de clases. -Ya estoy de nuevo aquí, siento el retraso, pero no quería dejar la tarea a medias.- me disculpé
  7. Tras que tanto Mistify como yo habíamos dado nuestras opiniones acerca de la razón por la que algunas personas se referían a los sapos como criaturas mágicas, Kirara decidió darnos la razón. Había sido un poco boba al no caer en ese detalle, había empleado aquellos componentes en millones de ocasiones en la realización de pociones, pero por otro lado, también usaba muchos componentes que no tenían nada que ver con la magia para realizarlas. No estaba demasiado familiarizada con cuales criaturas conocidas por los muggles se consideraban también mágicas, pero al parecer las arañas eran una de ellas. Me daba la sensación de que en ocasiones los magos querían exagerar un poco, en ocasiones pensaba que simplemente era porque los muggles tenían aquellas criaturas asociadas con las brujas. Tras aquella pequeña presentación tocaba comenzar con la primera de las lecciones. Ya antes del comienzo una de las compañeras parecía haber desertado de la clase, esperaba que realmente la clase no fuera tan dura como para que fuera necesario tener que abandonarla, quería conseguir fuera como fuera aquel conocimiento. Empecé a tomar nota de la lección que estaba dando Kirara, muchas de aquellas cosas ya las conocía, pero nunca estaba de más que te lo recordaran en algún momento. Siempre era bueno que te terminaran organizando las ideas, y si tenías algo aprendido pero de mal manera, aquella sería una excelente ocasión para corregir esos errores. - Bueno, empecemos cuanto antes, así antes terminamos- dije en cuanto aparecieron las puertas y Kirara nos avisó de que ya podíamos empezar con la tarea. Miré las tres puertas, supuse que una era para cada una de nosotras, y yo elegí la de la izquierda. - Suerte.- le dije a mi compañera y abrí la puerta. Nada mas atravesar la puerta me encontré a las orillas de un lago, todo parecía estar tranquilo, era agradable escuchar el leve movimiento del agua provocado por el aire, el susurrar de las ramas, los animales moviéndose de un lado para otro..., pero tenía que estar atenta a otras cosas, debía de localizar las criaturas y seres mágicos e identificarlos para pasar la asignatura. Por un segundo pensé en escribir criaturas al azar y volver, pero luego me di cuenta que probablemente ella hubiera visitado con anterioridad aquellos lugares para asegurarse de que no hacíamos trampas y que no era peligroso para nosotras. Saqué la vuelapluma, esta se encargaría de escribir todo lo que yo quería, y así terminaría mucho antes con el trabajo, solo tenía 20 minutos, y el tiempo solía pasar volando. - Y hablando de volar..., por ahí va un ¿Abraxan?¿o puede que sea un Aethonan?- me pregunté forzando la vista. - No, sin duda alguna es un Abraxan, es precioso, sin duda, ojala tuviera whisky de malta puro para lograr que se acercara a mi y poder estudiarlo más de cerca. Su nivel de peligrosidad es el... XXXXX si no recuerdo mal.- mientras decía aquellas palabras la vuelapluma comenzaba a tomar nota. - Se trata de una bestia, pero seguro que mucho más inteligente que muchos seres humanos. Me descalcé sobre la verde hierba, estaba sumamente fresca, y que estuviera realizando un trabajo no me impedía que pudiera disfrutar del ambiente que me rodeaba. Poco a poco me acerqué hasta la orilla, intentando divisar que había en el lado opuesto de la misma. Al parecer el día de hoy trataba de equinos. - E ahí un centauro, nivel XXXX, en este caso se trata de un ser, tiene la capacidad de aprender. Son inteligentes, capaces de hablar, solo hay machos. Se piensa que aparecieron en Grecia, pero hay muchos en toda Europa, no se les debe molestar y saben protegerse. Viven en manadas de entre 10 y 50 miembros, y se les da muy bien la curación mágica, la adivinación, el tiro con arco y la astronomía. La verdad es que me estaba entrando la tentación de ir a hablar con él, para preguntarle algunas dudas sobre métodos de sanación que quizás ellos dominasen mejor que nosotros, pero no tenía tiempo suficiente para ello, por lo que continué observando mi alrededor. - ¿Qué es eso que se oye por ahí? No, no puede ser, estaba segura que no existían.- dije mientras miraba a mi derecha, con los ojos abiertos como plato. El bosque estaba ardiendo, se había creado un sendero de fuego. - Rápido, escribe. Heliopath, es un espiritu de fuego, galopan por la tierra quemando todo en su trayectoria. Sin clasificación. A cada palabra que decía mi voz se volvía más aguda y nerviosa, aquella criatura se estaba dirigiendo directamente hacia mi, por lo que recogí mi calzado, agarré el pergamino y la vuelapluma y salí corriendo hacia la puerta, cerrándola de un portazo tras de mi. La puerta de repente se desvaneció, probablemente hubiera ardido su gemela. - Aquí tienes lo que me dio tiempo a hacer- dije entregándole el pergamino e intentando recuperar un ritmo respiratorio normal.
  8. Sonreí ampliamente en el momento en el que recibí la carta de la Universidad avisándome de que por fin podría acceder a mis clases de Cuidado de Criaturas Mágicas. Llevaba dos meses intentando entrar a aquella clase y por fin lo había logrado, e incluso iba a tener un par de compañeras. Leí atentamente las líneas de la carta, en ella ponía que las clases se llevarían a cabo en la Reserva Mágica. La última vez que había oído hablar de ella había sido por la fuga, y las consecuencias habían sido horrible, había tenido que verme cara a cara con mucho de aquellos animales, y no había salido del todo bien, pero al menos había aprendido mucho de ellas. Cuando llegué a la Reserva la profesora ya se encontraba en el lugar y una de mis compañeras, de la otra no había señales de vida, y no sabía si llegaría a haberlas en algún momento. Sin hacer mucho ruido me acerqué al grupo y tomé asiento en una de las rocas. - Buenos días- le respondí a la profesora, hacía mucho tiempo que no había coincidido con Kirara y me alegraba haberla visto de nuevo, aunque fuera en una clase, quizás tras las lecciones pudiéramos ir a tomar algo fuera y ponernos al día. No vi necesario presentarme, las dos chicas me conocían ya de antes. Yo ya estaba preparada para comenzar con la clase, esperaba que no fuera complicado, la cabeza aquellos días la tenía en cualquier parte menos en la clase, prácticamente no tenía ni tiempo para estar pendiente del hospital. Kirara empezó con la explicación de que eran realmente las criaturas mágicas, pero yo no tenía la menor idea de la razón, sabía muchas tonterías entre sapos y magia, de hecho muchos magos tenían sapos de mascotas. - Yo la verdad es que no consideré nunca a un sapo como una criatura mágica, es cierto que como dice Mistify los muggles tienen la teoría de que si besas a un sapo se puede convertir en un príncipe, algo que veo absurdo y supongo que podría ser por un hechizo que en un momento determinado un mago le mandara a una persona y también es cierto que muchos magos tienen sapos como mascotas, pero eso no les convierte en criaturas mágicas. Lo más parecido a eso que se me viene a la cabeza es que en teoría un huevo de gallina incubado por un sapo podría dar origen a un Basilisco.- comenté encogiéndome de hombros.
  9. De nuevo paso a inscribirme a otro de los cursos, es el mismo que intenté el mes pasado, a ver si ahora por suerte lo puedo cursar, si no tendré que seguir insistiendo más adelante. Ya me iréis diciendo, dejo aquí todos los datos. Nick: Anna T. Ryddleturn ID: 46696 Conocimiento: Cuidado de Criaturas Mágicas Nivel de Magia: XVII (17) Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78416-boveda-de-anna-t-ryddleturn/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/ Saludos
  10. - Cuanto más retrases lo de seguir estudiando más te costará ponerte a ello, te lo digo por propia experiencia, aunque a este paso dentro de poco terminaré de completar los estudios que puedo obtener debido a mi nivel.- le respondí a mi amigo y compañero de bando. Conociéndolo no estudiaría ni un solo conocimiento a no ser que estuviera obligado por las circunstancias, aunque era cierto que si yo me había puesto a estudiar en gran medida era porque estaba obligada para seguir conservando mi nivel y poder aumentarlo. Tenía que ser consecuente a mi nivel dentro del ministerio. - Te creía suficientemente capaz como para poder estar trabajando y estudiando a la vez. Yo estoy esperando que me acepten para mi próxima clase, a ver si hay suerte y puedo tomar la que quiero.- dije con una leve sonrisa. Mientras tomaba mi comida escuché la pregunta del Black. - Pues de momento hice clase de Defensas Contra las Artes Oscuras, Primeros Auxilios, Artes Oscuras..., y creo que ya está, pero voy a seguir estudiando al menos un par más por ahora. La verdad es que fueron bastante sencillos, ya sabía sobre ellos antes de comenzar. Espero poder comenzar este mes cuidado de criaturas. Le di otro buen bocado a mi comida para a continuación pasarla con el refresco, haciendo así una pequeña pausa en nuestra conversación. - ¿Qué conocimiento te gustaría aprender?
  11. Tras un rato forcejeando logré quitarme la criatura de encima y así poder regresar con el resto. Aún estaba intentando limpiarme la vestimenta cuando vi como Sally se unía también a la clase. Miré el reloj, desde luego que llegaba con bastante retraso, pero al menos se había presentado para tomar la lección. Le quité importancia a lo que Hades me había dicho, sabía de más y de sobra que lo que allí había sucedido no cambiaría nuestra relación, que él no me miraría con más cariño ni nada por el estilo, pero no me importaba, me había acostumbrado a no esperar nada de los demás, ni un agradecimiento ni nada por el estilo, aunque sinceramente suponía que me iba a mirar con mayor odio. Estaba aún preguntándome como reaccionaría mi hermana teniendo en cuenta que había matado a la criatura en vez de atraparla, pero no me había quedado de otra, era o ella o yo, no me esperaba que fuera aquella mantícora la que se encontrara conmigo y casi ningún hechizo me hubiera servido para librarme de ella de una manera adecuada si quería volver a ver a mis hijos. Malditas criaturas que repelen los hechizos... En un primer momento Juve pareció no darle demasiada importancia a lo que había sucedido, aunque se veía un poco de castigo en la tarea que me acababa de encargar. No sabía de personas que criaran ilegalmente a basiliscos, sería una dura búsqueda, aunque si hacía memoria seguro que alguna vez mi hermano me había contado algo sobre algún rumor. Sería una tarea muy peligrosa, pero esta vez tendría que intentar no matar a la criatura para resarcirme. Justo cuando estaba dispuesta a marcharme para ejecutar mi tarea sentí un dolor por todo el cuerpo, lo que me hizo retorcerme. No pude evitar dar un grito, no me lo esperaba en absoluto, y al final terminé en el suelo, de rodillas, respirando con gran esfuerzo, intentando recuperarme. Con las manos apoyadas en el suelo la miré - No pude hacer otra cosa, lo siento.- apreté fuerte los dientes mientras me ponía en pie, no me había gustado nada que mi hermana hubiera usado aquel hechizo contra mi. Sin decir nada más me alejé del grupo y fui en busca de el maldito colmillo. Desde luego la rubia quería aquel día que terminara muerta. - Venga Anna piensa, ¿quiénes podrían ser los sospechosos?- me mordí el labio y cerré con fuerza los ojos, intentando recordar el lugar exacto donde se podrían encontrar. Tras varios segundos una leve sonrisa se dibujó en mi rostro, la bombilla se me había encendido, y no tuve más que aparecerme en las mazmorras de unas antiguas ruinas abandonadas. Tenía que tener mucho cuidado, lo sabía, sabía de más y de sobra lo peligroso que podía ser un basilisco y debería emplearme a fondo. - Venga, que no se diga.- susurré mientras caminaba entre aquellos pasillos llenos de humedad y telarañas. Llevaría un cuarto de hora en la estancia cuando empecé a escuchar algo de movimiento, como una criatura pesada reptaba por los pasillos y siseaba. Venía por mi frente, por lo que instintivamente cerré los ojos. Sabía que la magia me iba a servir más bien de poco, además que como matara a otra criatura Juve me asesinaría. - Tranquilo amiguito, no quiero hacerte daño.- murmuré. Me había dado tiempo de reconocer bastante bien la zona, y sabía que había algunos elementos que me podrían ayudar en ese enfrentamiento, uno muy sencillo y rápido, si tenía suerte muy pronto estaría de regreso con el grupo. - ¡Bombarda!- grité señalando el techo del lugar que se derrumbó sobre la criatura. Con cuidado me atreví a abrir los ojos, eso si, mirando primero al suelo y poco a poco atreviéndome a levantar la cabeza. -¡Yujú!- grité dando un salto, por fin la suerte me había sonreído, había tenido pura potra, era cierto, pero nadie más que yo tenía porqué saberlo. Me acerqué a la serpiente, comprobando que esta seguía con vida y no sin mucho esfuerzo logré arrebatarle el colmillo. Para asegurarme de no tener ningún problema me hice un guante de piel de dragón, no quería terminar afectada por el veneno, y a continuación lo guardé a buen recaudo, regresando con el grupo. - Aquí lo tienes.- dije dejándolo sobre la mesa, acicalándome un poco, sobre todo para quitarme el polvo que llevaba encima. - Esta vez fui buena y no lo maté, pero... creo que dejarlo con vida es mayor tortura, lo dejé mutilado al pobre.
  12. De nuevo paso a inscribirme a otro de los cursos, es el mismo que intenté el mes pasado, a ver si ahora por suerte lo puedo cursar, si no tendré que seguir insistiendo más adelante. Ya me iréis diciendo, dejo aquí todos los datos. Nick: Anna T. Ryddleturn ID: 46696 Conocimiento: Cuidado de Criaturas Mágicas Nivel de Magia: XVI (16) Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78416-boveda-de-anna-t-ryddleturn/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/ Saludos
  13. La primera prueba parecía haber concluido, era cierto que Hades aún no se había puesto en pie, pero dudaba que la poción tardara demasiado tiempo en hacer su efecto, pero claro, a mi compañero siempre le había gustado hacerse un poco de rogar. Cuando noté que volvía a respirar seguí las indicaciones de la profesora, saliendo al exterior del establecimiento. La nueva tarea no era algo demasiado precisa, era más bien algo un poco general. ¿Enfrentarse a criaturas peligrosas? La verdad es que había muchísimas en el mundo, aunque ninguna estaba demasiado cerca de la zona centro de Londres, por suerte la mayoría se tenían bajo control, aunque siempre pudieran darte una pequeña sorpresa. Lo de que tenía que evitar que hicieran daño a mis seres queridos no tenían que decírmelo ni dos veces, nadie saldría con vida tras rozar a alguno de mis hijos o a una persona que me importara de verdad. - ¿Pero donde quieres que busquemos a estas horas criaturas? Sabes que es querer encontrar una y ser incapaz de hacerlo, además, licántropos hoy..., poco probable.- le respondí a mi hermana. Tenía que pensar muy bien a donde ir, como ejecutar la faena, tendría que hacer uso de mi memoria. En alguna ocasión había leído informes del departamento de criaturas, sabía donde eran más probables que se produjeran ataques de criaturas peligrosas según las personas que habían llegado a San Mungo necesitando ayuda, pero no sabía por dónde empezar. - Se ve que hoy me quieres hacer pensar.- le dije a la Malfoy mirándola como si quisiera asesinarla por ello. Dicho aquello me desaparecí de mitad del callejón, separándome del resto de mis compañeros, sin estar del todo segura si en aquel lugar encontraría algo interesante. ***** Había pasado un tiempo pensando en todas y cada una de las criaturas peligrosas que habían atacado a personas en las cercanías de Londres, una que pudiera servirme para aquella prueba pero que tampoco fuera demasiado usual, por ello descarté por completo a los dragones. Por otro lado tendría que descartar también a los basiliscos, no sabía quién podía estar tan loco como para haber creado uno y los que lo hacían probablemente lo tendrían bien protegido como una mascota. Recordé que había un bosque no muy alejado de Londres, donde habían ocurrido varias desapariciones últimamente, tanto de magos como de muggles. Sabía que la oficina de criaturas estaba pensando rastrear las zonas, puesto que les parecía sospechoso, pero la oficina del ministro aún no les había dado prioridad, ya que era tan solo una sospecha. Sería yo entonces la que lo investigara en primer lugar. Estaba ya anocheciendo cuando llegué, no sabía como llamar la atención de cualquier criatura que estuviera, por lo que me dediqué a buscar huellas que me indicaran por donde se habían podido haber metido aquellas personas, donde las había podido haber capturado o que les podía haber ocurrido. -Lumos- susurré, y el extremo de mi varita se iluminó.- Vamos animalito, estoy invadiendo tu territorio, ¿a caso no vas a hacer absolutamente nada por defenderlo?- pregunté a modo de provocación. En esos momentos unos ojos relucieron a no más de siete metros de mi. Eran ojos normales, humanos, puesto que parecía un rostro humano. Estaba a punto de acercarme, pensando que sería alguna persona que se había perdido en el lugar, pero al avanzar noté que su cuerpo era peludo, de un león y su cola enorme y con aguijón se balanceaba sobre su cabeza. Instintivamente di un paso hacia atrás, sobre todo sin apartar la vista de aquella cola puntiaguda, no estaba preparado para enfrentarme a aquella criatura, no en aquel momento, además, debería tener cuidado, si en clase solo hubiera estado Juve, Aghata y Hades no hubiera habido ningún problema, nadie más se debería enterar si empleaba mis hechizos de Ángel Caído, habiendo más personas de las cuales desconocía sus inclinaciones y que me podían delatar... - Como no me tenía que encontrar con una criatura con la que prácticamente no puedo utilizar magia. Vamos animalito...- tanto como la criatura como yo comenzamos a caminar en círculos, como reconociéndonos el uno al otro, no pasó mucho rato hasta que la mantícora comenzó a lanzarme el aguijón, tuve que tirarme hacia un lado, cayendo al suelo a la hora de esquivarlo, haciéndome unos rasguños en el brazo. - Anda que hemos comenzado bien.- murmuré entre dientes. Rápidamente me puse en pie, sacudiéndome un poco la ropa, lista para seguir el enfrentamiento. Pero apenas me había puesto en pie cuando la criatura saltó sobre mi, haciéndome caer al suelo, golpeándome con fuerza a la espalda. - Tienes un aliento pésimo.- dije mientras forcejeaba con la criatura intentando evitar su aguijón y sus garras. El aguijón se clavó una y otra vez en el suelo, muy cerca de mi cabeza, en la última ocasión la cola rozó mi mejilla, por suerte no fue la punta la que me golpeó. Mientras una gota de sangre se deslizaba de mi mejilla a la hierba logré tomar un palo de metal y se lo clavé en el pecho. En ese instante la cara de la mantícora cambió por completo, de una sonrisa enorme a un rostro de desconcierto. En unos instantes la criatura cayó sobre mi, y pude notar su peso. Tomé unos instantes para coger aire, antes de intentar salir de debajo de ella, cuando vi que poco a poco otras criaturas se acercaban a mi. Estaba demasiado oscuro para asegurarlo, pero parecían un par de Quintaped. Tenía que salir de allí como fuera, con suerte se fijarían solo en la mantícora y a mi me dejarían tranquila.
  14. Otto seguía ofreciéndome su ayuda para cualquier momento, aunque creo que tanto él como yo sabíamos que era rara vez la ocasión en la que le pediría ayuda, me gustaba ser independiente y siempre me sentía mal si tenía que pedirle ayuda a alguien, por mucho que supiera que a esa persona no le importaba. - ¿Hasta que no te habitúes a el nuevo ministerio no te atreves a meterte en los estudios? Yo ando como loca intentando aprender todo lo posible en el menor tiempo, cada mes ando en una clase nueva, y aún ando pensando en cual participaré este nuevo mes.- le respondí a mi amigo. Aunque en cierta parte ya lo tenía decidido, el mes pasado había intentado ingresar en una de las clases pero no había podido a causa de que nadie más la había pedido, esperaba que en esta ocasión hubiera alguien más que se animara y así no estuviera sola. - Me da que al final no vas a ser capaz de meterte en una de las clases, con lo vago que eres... Y si, anda, cuéntame cosas, que si no me aburro.- dije mientras empezaba a comer.
  15. Poco a poco fueron llegando más compañeros a la clase. No sabía como sería aquella clase, pero al parecer Goderic tenía miedo de que la profesora hiciera algo para que nos atacásemos entre nosotros, porque mantuvo las distancias desde el momento en el que llegó. Juve nos había preparado unas pociones para que las tomásemos, todas ellas eran bastante dañinas, por lo que no pude evitar mirar de reojo a Hades. Él y yo sabíamos mucho de pociones, de venenos, de todo eso, pero aún así era imposible conocerlas absolutamente todas, cada día se creaban otras distintas, y solo con mirarlas no podíamos asegurar que las conociésemos, por suerte Juve nos contó que eran. Tomé el frasco que contenía la Poción del Renacimiento de Voldemort como me había indicado, la vida de Hades iba a ponerse en peligro, no me había dado cuenta cuando este había caído al suelo. ¿Pero en qué estaba pensando mi hermana para hacerle eso a un compañero de bando? ¿A un amigo? - ¿Pero quién es o era el padre de Hades?- pregunté extrañada a mi hermana, desconocía aquel dato, y sin saberlo suponía que iba a ser bastante complicado, seguramente en los archivos de San Mungo hubiera algo al respecto, era extraño, a pesar de los años que habíamos estado trabajando juntos, apenas sabía nada de su vida, las pociones y los virus nos apasionaban tanto que no teníamos tiempo para hacer otra cosa. La piel del sirviente sería cosa de buscar a su elfo personal, eso sería sencillo, pero para el enemigo..., sabía que él me sentía cono una enemiga, pero no serviría mi sangre. - Juve, creo que pensaste que conozco a Hades más de lo que lo conozco. Sabía que siempre me quedaba la opción de quitarle la sangre a un fenixiano, pero aquello no sería nada sencillo, conocía a muy pocos fenixianos que hubieran salido a la luz, pero estaba segura que Hades odiaba a gente fuera del bando fenixiano, ¿pero a quién? Miré a mi hermana con el ceño fruncido, me lo había puesto todo demasiado difícil, aunque la culpa era mía por no preguntar por la vida de los demás. - Bueno, supongo que de alguna manera me las arreglaré.- por suerte a mi no me había amputado ninguna mano ni me había asesinado como a mis compañeros. Dicho aquello me puse manos a la obra, me disculpé para poder salir del lugar a buscar las cosas que la profesora nos había pedido. La primera parada estaba clara, la mansión Ragnarok, perteneciente a Hades, seguramente allí reposaban los restos de su padre, si es que el chico lo había llegado a conocer y encontraría a alguno de sus elfos domésticos más leales, con eso tendría dos de las cosas necesarias. ***** - Hola, tu eres Odin, ¿no?, ¿el elfo personal de Hades?- el elfo me miraba con los ojos abiertos de par en par, aunque al final terminó asintiendo. - Perfecto, necesito tu ayuda urgente, necesito que vengas conmigo con un hueso del padre de Hades, es muy urgente, pues si no no podrás verle de nuevo, ocurrió un pequeño percance en la clase de Artes Oscuras y tendremos que devolverle a la vida, haciendo cosas prohibidas.- dije eso último en voz baja, para asegurarme de que nadie nos estaba escuchando. Sabía que no iba a ser nada sencillo que el elfo hiciera lo que yo le estaba pidiendo, pero si era realmente tan fiel como necesitaba que lo fuera a su amo, terminaría cediendo. - Si no te fías de mi te espero aquí, sin seguirte hasta que traigas el hueso y en todo momento lo transportarás tú. Lo protegerás y lo devolverás a su sitio si te estoy mintiendo, pero antes de hacer eso necesitaré que me ayudes con algo. Odin estuvo pensándoselo durante varios minutos, pero algo dentro de él al final reaccionó, haciéndose marchar a por el hueso, o eso esperaba, más le valía no venirme con uno falso si quería volver a ver a Hades con vida, quizás el hecho de que fuera compañera de su amo desde hacía mucho tiempo aunque este no me tuviera mucho aprecio le hacía confiar un poco en mi. - Perfecto, ahora tendrás que acompañarme a la mansión Delacour, me falta un ingrediente más. - Tras aquellas palabras el elfo cerró la puerta tras de sí y me siguió. ***** Aparecí fuera de los terrenos de la Delacour, pero muy cerca. - Ahora tenemos que entrar sin hacer mucho ruido, es una hora perfecta, con suerte estarán durmiendo ya, pero por si acaso tenemos que drogar a Luca, dudo que esté muy alejado de Mei y tendremos que amordazarla para que sus gualdaespaldas no den con nosotros, tendremos que ser sumamente cuidadosos. El elfo pareció entender todo al instante, guardó muy bien el hueso del progenitor de su amo y se coló en la casa sin hacer ruido. Yo le seguí muy de cerca. No sabía guiarme demasiado bien por aquellas estancias, a penas lo había pisado en una ocasión o dos, pero el elfo tenía mucha mejor intuición que yo y no tardamos en dar con el cuarto. - ¿Crees que serás capaz de inyectarle esto al hombre? En el cuello, para que le haga efecto más rápido, tus pasos son mucho más sigilosos que los mios y no se percatará. Aunque la criatura parecía algo insegura aceptó y se marchó, al parecer en mi rostro se veía que estaba siendo completamente sincera, si no dudaba que me hubiera ayudado en lo más mínimo en aquella misión. - Perfecto- susurré cuando el trabajo estuvo echo y aproveché para atar y amordazar a Mei, habiendo insonorizado la estancia para que nadie nos escuchara. Me puse una máscara cubriendo el rostro, no porque la necesitara, simplemente porque si no no tomaría la sangre exactamente como me habían pedido que lo hiciera. - No grites, nadie te podrá escuchar.- dije a la vez que sacaba una gran daga de plata de mi cinto. La chica tenía los ojos abiertos como platos, mirando a su compañero, esperando ayuda por su parte, seguramente se encontraba muy desconcertada. Sin tardarme mucho corté su brazo, tomando la sangre en un frasco y cerrándolo, para guardarlo a continuación en el bolsillo de mi chaqueta. - Muchas gracias, y tranquila, no recordaréis nada de esto.- dije tras curar su herida - Pero lo necesitaba. Dicho aquello salí de la mansión y reaparecí de nuevo en los terrenos de la universidad, ya tenía todos los ingredientes necesarios para salvar a mi compañero, o eso al menos esperaba, aunque no podría decir como los había logrado, eso sería algo que me reservaría para mi. Además, nadie tenía porqué saber quien era la Némesis de mi compañero de bando. ***** - Creo que ya lo tengo todo.- dije al llegar de nuevo con mis compañeros, acercándome a la profesora. - Aquí está la sangre que fue robada del cuerpo de su mayor enemigo, y ahí está su mayor siervo y él lleva el hueso.- le expliqué a la profesora. Mientras me había acercado a Juve el elfo había ido corriendo con los ojos casi llenos de lágrimas junto al cuerpo de su amo, estaba claro que si antes no me había creido, ahora si que lo hacía, por lo que se acercó rápidamente para entregarme el hueso mientras realizaba una reverencia, momento que aproveché para tomar. - Necesito una sola cosa más de ti.- dije entregándole el cuchillo.- Y es un trozo de tu carne. Odín dudó exactamente durante un segundo, pero tomó el cuchillo y se cortó una mano, rápidamente corté su hemorragia, más tarde nos encargaríamos de devolverle una, o si no seguro que Hades lo hacía. Fui metiendo poco a poco los ingredientes en el orden correcto y a continuación tocaba meter el cuerpo de Hades. Tuve que emplear la magia, era demasiado pesado para mi. Ahora solo faltaba que la poción hiciera efecto. - Tendría que volver ya a la vida, ¿no?- pregunté, era la primera vez que hacía aquella poción.
  16. Aún no me habían confirmado que pudiera acceder a las clases de Artes Oscuras, pero no quería perder más tiempo, temía que la lechuza se hubiera perdido por el camino y que me estuvieran esperando, y que aquel retraso terminara costándome la asignatura. Me negaba a estar un mes de brazos cruzados, sin asistir a clase y sin aumentar los conocimientos, por lo que rápidamente me vestí y salí desde la mansión Ryddleturn rumbo a la universidad. Me presenté allí, pero no había nadie, tuve que pasar un rato preguntando por un lado y otro de la universidad, pero no me crucé a ni una sola persona. Estaba comenzando a sentirme frustrada, recogiéndome el cabello en un moño para evitar que me diera calor en la nuca cuando por fin logré enterarme de que la clase se llevaría a cabo en el Callejón Diagón, por lo que puse rumbo a aquel lugar, esperando dar rápidamente con la profesora y el resto de la clase. - Seguro que Juve se lleva una sorpresita cuando me vea.- pensé con una pequeña sonrisa en mi rostro. Durante mi paseo por las calles de Callejón, entré en tres o cuatro locales más cinco más por los que me había asomado a través de la ventana, esperando encontrarlos de una vez. Empezaba a sentirme desesperada, enfadada y con ganas de volver a la academia para practicar Artes Oscuras con la persona que me había dado la información, pero tuve la suficiente paciencia para seguir observando hasta que vi en uno de los establecimientos a Juve y a Hades. - Ejemm, hola, ¿llego tarde?- pregunté llamando así la atención de mis dos compañeros de bando. Desabroché mi capa y volví a soltar mi cabello dorado sobre el hombro derecho, a causa de tenerlo recogido había quedado ondulado tras ahuecarlo un poco. - Me apunté fuera de plazo, puesto que la clase que quería estudiar no se ha realizado, no se si le habrán avisado.- dije en esta ocasión a mi hermana. A pesar de la confianza que había entre ambas en aquellos momentos ella era profesora y yo una alumna, por lo que tendría que hablarle con respeto, me sería sumamente extraño.
  17. Desde luego no podía negar el echo de que tenía una parte considerada al menos no demasiado buena, puesto que él sabía bastante bien a que bando apoyaba, y por supuesto que alguna que otra vez había salido a sembrar el caos, aunque era raro el momento en el que mataba a alguien, nunca había empleado el hechizo Avada, pero si habían muerto personas a mis manos por haberse despistado, a mi me gustaba más eso de herir de gravedad y jugar, nada de matar. - Dejemos ese tema de lado mejor, si soy Sanadora muy mala no podré ser. De repente las palabras del Black me desorientaron un poco, no sabía a que se estaba refiriendo, pero no pude evitar reírme al escucharle decir algunas cosas "buenas" sobre él mismo. - Que creído, ¿no?- le respondí. De todas formas la conversación continuó, yo no estaba tan de acuerdo con él en el asunto de que los cambios siempre eran buenos, muchas veces serían mucho peor. - ¿Eres vago entonces para retomar los estudios? Yo ya llevo estudiados en estos meses que lleva abierta la academia dos conocimientos, y ahora empezaré el tercero, aún tengo que estudiar muchos más, quiero aprenderlos todos.- dije con una pequeña sonrisa. Era directora, algo en mi me hacía creer que estaba obligada a conocer todo, a ser activa en todo lo que pudiera, en enterarme de todo. - ¿Qué ha pasado en tu trabajo interesante últimamente?
  18. Hola, vengo a sustituir la materia por otra ya que no tuve compañeros v.v Nick: Anna T. Ryddleturn ID: 46696 Conocimiento: Artes Oscuras Nivel de Magia: XVI (16) Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78416-boveda-de-anna-t-ryddleturn/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/ Espero que en esa si que pueda ser. Saludos.
  19. Como de costumbre antes de que se me pase vengo a inscribirme en otro conocimiento. Nick: Anna T. Ryddleturn ID: 46696 Conocimiento: Cuidado de Criaturas Mágicas Nivel de Magia: XVI (16) Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78416-boveda-de-anna-t-ryddleturn/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/ Creo que eso es todo, saludos.
  20. Aquello no estaba siendo sencillo, mucho menos con la desaparición por parte de Jock, ya no solo teníamos que estar pendientes de evitar que aquellos demonios del agua nos alcanzaran, si no que también tendríamos que hacer malabares para sacar a el mortífago de bajo el agua. Jessie había alcanzado la fortaleza que había creado para desecarla y mantenernos alejados de algunos cuentos Kappas que no podrían salir de allí, sin agua y sin fuerzas..., les sería completamente imposible, pero quedaban más fuera. - ¿Qué necesitas?- le pregunté a Jessie sin pensarlo demasiado. Tras el hechizo de Adryanie, reventando la pared, caímos por un hueco llegando ante una pequeña aldea. ¿Pero que hacía una aldea dentro de un laberinto? Una mujer de aspecto de india se acercaba hasta nosotros con algo sobre un cojín, la mujer iba directa hasta mi posición. Cuanto más se acercaba mejor podía ver el precioso collar que iba sobre el cojín, pero antes de que pudiera realizar ni un solo movimiento la profesora me avisó de que ni se me ocurriera tocarlo. La verdad es que tampoco lo tenía pensado, pero aquello me hizo dar un leve paso hacia atrás. A pesar que había escuchado hablar de él nunca había visto uno de cerca. - No des ni un paso más.- le dije a la mujer mientras alzaba mi varita para mantenerla a una distancia de seguridad. - ¿Por qué nos traes ese objeto? Miré a mi alrededor, intentando localizar a todos mis compañeros, para saber que se encontraban fuera de peligro, pero sin despistarme de aquella mujer, sabía que aquel objeto no podría ni siquiera rozarme, podría significar perder la vida. - No me gusta nada este lugar, parece muy acogedor, pero me da mala espina.
  21. - ¿Un pepino? ¿Y qué íbamos a hacer con un pepino? Esto no es una clase de cocina ¿o me confundí?- pregunté extrañada al escuchar a mi profesora mientras intentaba mantenerme como pudiera la cabeza fuera del agua, sin alejarme demasiado de Jessie, no sabía si habría logrado recuperarse por completo. Me estaba poniendo bastante nerviosa, necesitaba buscar la manera de eliminar el agua que nos rodeaba para poder librarnos de aquellos diablos del agua, por mucho que hubiera levantado el cuerpo de la criatura..., si el agua seguía subiendo recuperaría sus fuerzas y de seguro querría vengarse. - Maldito Jock, siempre tiene que dar la nota, ¿dónde se habrá metido?- murmuré mientras miraba alrededor, haciendo todo lo posible para mantener a las criaturas alejadas. -Fortículum- dije haciendo que una barrera alrededor de varios de los demonios. - Si logramos drenar esa zona..., esos estarían fuera de combate.- le susurré a Jessie. Mientras tanto la profesora había logrado dar con Jock, aquello era algo bastante bueno, por fin podríamos salir de la zona inundada, alejarnos de aquellos malditos demonios del agua, de las sirenas que habían estado rodeando a nuestro compañero. Cuanto antes nos marchásemos antes me las arreglaría para secarme la ropa que pesaba ya una tonelada por culpa del agua. Por desgracia ahora tocaba rescatarle, ¿cómo lo haríamos sin que todas las criaturas terminasen apresándonos y acabando con nosotros? - No nos quedará otra que bucear, ¿pero porqué no salió por si mismo? ¿No sabe nadar?- en ese momento giré mi cabeza hacia Jessie. - ¿Te ves con fuerza? La dejé junto a la pared, para que pudiera aferrarse a ella y empleé el hechizo casco burbuja para poder sumergirme en el agua. Como todo estaba oscuro iluminé mi camino empleando el conjuro lumos. - Jock..., maldito.- dije al verlo rodeado de criaturas. - Confundus.
  22. Sonreí al comprobar que Jessie se estaba recuperando, un desmayo de una de los miembros del equipo..., podría resultar un auténtico desastre, no sabíamos lo que aquel laberinto nos iba a deparar. No pasó mucho hasta que algo malo ocurrió, el terreno comenzó a moverse y a abrirse, por lo que hice todo lo que pude por ayudar a mi compañera de trabajo a ponerse en pie, sujetándola. La profesora vino junto a nosotras, para ayudarme con Jessie, todavía no se había recuperado. - Espero que sepáis nadar - dije cuando el agua empezó a inundar la estancia. Hasta que Adryanie no empezó a gritar no me di cuenta de que Jock no estaba con nosotras. Me preocupaba el no poder ver a nuestro compañero, pero lo conocía bastante bien, sabía que él era capaz de cuidarse solo, y nosotras teníamos otro peligro al que enfrentarnos. Unos Kappas se habían presentado ante nosotros y la profesora nos explicó la mejor manera de despistarlos, pero estaba segura de que no sería nada sencillo. Una vez que Jessie se pudo mantener por si misma aferré mi varita. - Avis- una bandada de pájaros salió revoloteando por encima de las criaturas, haciendo que varias de ellas elevaran la cabeza para seguir su camino. Algunas de ellas perdieron el agua y cayeron hacia el agua, pero otras seguían observándonos para atacarnos. - No creo que esto nos sirva de mucho, mientras sigan pudiendo regresar al agua..., podrán recuperarse.- dije en voz alta. Tenía que pensar rápido, pero qué hacer..., si el agua seguía subiendo de nada nos serviría lo que pudiésemos hacer, el agua era su ambiente, no el nuestro. - Incárcerus-- con aquel hechizo hice que tres cuerdas salieran del extremo de mi varita, atando a uno de los demonios a las enredaderas del techo, con aquello el agua terminó en el suelo y no podría volver a abastecerse de ella. - Tenemos que encontrar a Jock lo antes posible y salir de aquí a un sitio menos húmedo.
  23. - No se si fiarme de ti como niñero..., a saber que cosas les terminarías enseñando a mis hijos, que son unos trozos de panes.- comenté con una leve sonrisa en el rostro, la verdad es que cuando los pequeños se lo proponían podían ser unos auténticos diablillos, pero me encantaban, así me hacía feliz. Otto propuso que él sería el que me invitaría aquel día a tomar algo, pero no tenía la menor idea de lo que pedir, nunca había estado en aquel establecimiento y no sabía que era lo que mejor estaba de allí. - Creo que me conformaré con tomar una hamburguesa con patatas.- le dije a mi amigo antes de que me empezase a hablar de lo que le había gustado poder regresar al ministerio. - Y si, sigo en lo mío por lo menos, pero hay muchos cambios, y creo que me va a costar un poco ponerme al día, más cuando aún no está todo dicho. - la organización de los jefes aún era un caos, tenía que ver qué jefe supervisaría a cada sanador. Necesitaba arreglarlo todo, pero de momento seguiría llevando lo que podía. - Yo no tengo parte mala, si soy adorable, ya lo sabes. ¿Y has empezado a estudiar algo en la academia? Yo creo que voy a estar un buen tiempo sin salir de allí entre libros, voy a aprender todo lo que me permitan en estos meses.
  24. Jock pensó rápidamente la manera de librarse del Boggart sin necesidad de enfrentarse a él. Era cierto que si no se podía acercar, si no lo veía..., su ataque no serviría absolutamente de nada y no se transformaría en el mayor miedo del mortífago. De todas formas, si la profesora se lo proponía, no tardaría en deshacer aquel muro y obligarles a verse las caras con la criatura. No pude evitar que una sonrisa se dibujara en mi rostro al darme cuenta que Adryanie no se había dado cuenta de la acción de Jock, de como este se las había arreglado para que ni Jessie ni él tuvieran que enfrentarse a aquella criatura. Pero las sonrisa se borró de repente, sin poder creer lo que estaba viendo, por un momento pensé que a mi compañero de bando se le había ido por completo la cabeza, cuando levantó su varita apuntando hacia la profesora, pero por suerte solo realizó un encantamiento que revelaría si había algo escondido en el lugar. No tardé en ver lo mismo que él, unos ojos brillantes a unos pasos por detrás de la profesora. ¿Qué criaturas serían aquellas? Ni siquiera había sentido que nos estuvieran observando, por lo que me maldije por mi despiste, me había centrado demasiado en el ejercicio y había perdido la atención de lo que sucedía alrededor. - Parte de la clase será, que estuviera exactamente planeado es algo completamente distinto.- murmuré como respuesta al comentario de Jock. Escuché como Jessie intentaba ahogar un grito al darse cuenta de lo que había ocurrido y mandó una bola de luz para intentar reconocer a aquellas criaturas. Adryanie fue la primera en decir el nombre de estas cuando lanzó una bola de fuego que los espantó, pero aquello no fue lo único, nos dimos cuenta de como las "paredes" se deshacían, tendríamos que alejarnos de allí. Antes de que la profesora preguntara si sentíamos algo, sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo hasta terminar en mi nuca. "Un dementor"- pensé al notar como el lugar cada vez se volvía más frio y la alegría empezaba a escaparse de mi interior. La profesora eligió a Jessie para protegernos al grupo, yo seguía con mi varita aferrada en la mano, pero confiaba en mi compañera, solo la usaría en el momento que notara que la vida de alguno de nosotros corría peligro y que no aguantábamos más tiempo conscientes o fuéramos a recibir el beso. Segundos más tarde fue la primera vez que pude ver el patronos de Jessie, pero aquel esfuerzo había dejado completamente agotada a la Potter Black. Corrí a sostenerla para que no se golpeara contra el suelo y la dejé con delicadeza. - Jessie, ¿me oyes?, despierta. - le dije dándole pequeños golpes en el rostro para que recuperara la consciencia. Rebusqué en mis bolsillos, sabía que tenía que tener una chocolatina en alguno de los bolsillos, con dos hijos pequeños no me quedaba de otra, era la única forma de lograr que en ocasiones se portaran bien, chantajeándolos con dulces. - Tomate esto, pronto recuperarás las fuerzas. Momentáneamente volvíamos a estar a salvo, el ambiente ya no parecía estar tan viciado y la tristeza se había alejado de nosotros.
  25. Jock decidió que era mucho más divertido asustar un poco más a Jessie en lugar de intentar tranquilizarla, aunque eso podría ser peligroso, puesto que si se encontraba con alguno de nosotros en el laberinto podría terminar atacándonos como acto reflejo debido al miedo. Parecía que el echo de ser madre y sanadora me había vuelto muy protectora. El reto del laberinto sería interesante, no sabía si sería capaz de encontrar la salida, no sabía si habría dentro un minotauro que viniera a por nosotros, pero la verdad es que tenía mucha curiosidad por conocer lo que me deparaba aquel día. Tomé mi varita y seguí a Adryanie, la cual se adentró por el pequeño túnel. Me sentía un poco agobiada, no me gustaban los lugares pequeños y mucho menos bajo tierra, pero habría que hacer un esfuerzo. A cada paso la oscuridad era más notable, yo avanzaba pasando mis dedos por la pared, para asegurar el paso, por lo que no tardé en notar inscripciones en ella. Mientras nos adentrábamos, la profesora se encargó de informarnos de lo que podríamos encontrar dentro del laberinto y repentinamente Adryanie nos hizo parar. Era el momento de darnos una breve explicación sobre que era un Boggart y como combatirlo, por lo que quedó más que notable que había uno muy cerca de nuestra posición. Nunca me había gustado aquella criatura, puesto que era capaz de revelar lo que yo más ocultaba dentro de mi a todos los que estuvieran a mi alrededor, lo que significaba revelar mis debilidades. Sin dejar de observar a la profesora, mordí mi labio. Ya sabía que eso podía ser algo a lo que me iba a tener que enfrentar cuando me apunté a la clase, pero no por ello se me haría más fácil. Por un momento, pude ver una sonrisa fugaz en el rostro de la profesora, se veía que disfrutaba poniéndonos a prueba, y mucho más cuando eligió que yo sería la primera víctima de aquella criatura. No lo pensé ni medio segundo antes de adelantarme, pasando con cuidado junto a Jessie y Adryanie para ponerme a la cabeza del grupo. La varita, ya desenfundada desde hacía rato, estaba siendo sostenida por mi mano derecha, preparada para lo que tuviera que hacer. Di otro paso al frente, aquello fue suficiente para que el Boggart me detectara, y sobre todo detectara la fuente de mi miedo. Con una niebla plateada, este dio paso a la figura de un niño de tres años, de cabello anarajado, tumbado en el suelo, sobre un charco de sangre. Sus ojos estaban abiertos de par en par, pero no había signos de vida en él. Sentí como mi corazón se partía en mil pedazos. Era mi pequeño, a pesar de que sabía que tan solo era una trampa lo sentía demasiado real, y por un segundo me quedé completamente paralizada. Apreté los dientes con fuerza y con mucha dificultad logré levantar mi varita y apuntar hacia el "cadáver". - Riddikulus- dije mientras intentaba reponerme, apuntando al cuerpo. De repente una niebla rodeó el cuerpo y este se transformó en un perrito vestido con un gorrito naranja persiguiéndose la cola. Tras aquella visión una sonrisa se dibujó en mi rostro e hizo que se me olvidara la imagen de mi hijo tendido sobre el suelo. Tras aquello giré la cabeza para mirar a la profesora, esperando su aprobación, para poder retirarme y dejar paso al siguiente de mis compañeros o a que ella siguiera con su corrección a como lo había hecho o con una nueva lección. Me había tenido que contener sobre manera para no cargarme a aquella asquerosa criatura, pero aquella era una clase de defensa, y no de ataque, seguro que la profesora no hubiera visto con muy buenos ojos que la hubiera atacado y haber hecho que el suelo se hubiera llenado de sangre de verdad. - ¿Lo hice bien?

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.