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Orión Yaxley

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Mensajes publicados por Orión Yaxley

  1. No tenía que tener conocimientos sobre Meteorología para entender que, de un cielo azul infinito, a un trueno que rajaba el cielo, no ocurría naturalmente. Eso era producto de la magia. Porque no se habían presentado ningún tipo de vientos, ni señales de humedad. Literalmente, las nubes se habían formado cuando ellos estaban defendiéndose de los lobos con dientes y uñas espectralmente espectrales.

     

    - ¿Tú crees que el tipo ese se ha vuelto loco?

     

    - No hace falta leer la obra completa de Lacan para saberlo -le susurró devuelta.

     

    Salieron de esa civilización, fuera lo que realmente fuera, y siguieron caminando por donde iba Hades. Un poco raro. Un poco extraño. No entendía bien a qué iba todo eso y el Black ya empezaba a tener hambre. Había rogado tener mejor clase que la anterior. Claramente las divinidades externas se mofaban de él.

     

    - ¿Va a dejar que se mueran sin hacer nada? Se supone que el profesor debería cuidar en la medida de lo posible a los alumnos, ¿no crees?

     

    - Desde que llegué no entiendo nada –le contestó entre susurros.

     

    Se giró a ver a sus compañeros. Emmet se encontraba en condiciones. Los otros no tanto. Él era tímido con los que no conocía, pero con cada minuto que pasaba, más se notaba la brecha entre el profesor y el grupo de supervivientes. Y nunca, pero nunca, estaba mal hacer aliados. Después de todo, uno nunca sabía cuándo una planta mutada bajo los químicos de vaya saber quién podía atacar.

     

    ¿Qué suerte la de ellos verdá?

     

    Por suerte, Orión estaba pegado a Gatiux. Porque a Hades, un lazo del diablo y un conjunto de raíces con púas habían lastimado con gravedad su cuerpo. Parecía un saco de box. Puso una mueca de dolor al ver como se clavaba espina por espina. Ahí fue cuando entendió que el desierto era mejor. Al menos te dabas cuenta cuando algo te atacaba.

     

    - ¡Incendio!

     

    Si bien, se despegó de Gatiux, alzó su varita y apuntó hacia el costado derecho de ella, aumentando más el poder de las llamas. Para eso estaban, para trabajar en equipo. Con el calor y la luz, al menos los lazos del diablo volverían a sus nidos. Sin embargo, no todos tuvieron el mismo destino y una de sus compañeras, Catherine, fue atacada al igual que Hades. Las expresiones de Orión iban de impresión a, no-puedo-creer-que-esté-pasando-esto.

     

    - Si necesitan ayuda nos avisan ¿Si? Creo que tenemos un par de pociones de sobra.

     

    Le había dado un pequeño codazo a Gatiux para que asintiera de cierta forma. No estaba mal ser buen compañero en ciertas circunstancias. Por más que la Malfoy se lo iba a reprochar por varios días al tomar una decisión sin consultar.

     

    Adelantaré un poco los sucesos. El profesor siguió caminando hacia el final de lo que era el claro, hasta llegar a casualmente otro pueblo destruido, esta vez lleno de fantasmas y espíritus, dejando a un bosque en llamas por detrás. Sí, podrían haber causado la destrucción de un pulmón verde importante para la zona. Pero no creo que a ninguno de los presentes le estuviese preocupando mucho ese tema.

     

    Bel, por su parte, le inquirió con bastante intensidad sobre las decisiones pedagógicas del Ragnarok y se presentó como la que probaría hechizos en él. Lanzó una pequeña carcajada entre dientes.

     

    - Por otra parte –inquirió como queriendo cambiar de tema-. ¿Acaso debemos pagarle algo a estas almas? ¿Un sacrificio? Ya sé ¡algo con la sangre por supuesto! Tengo una pregunta bastante seria ¿Cada vez que uno hace un sacrificio, tienen que ser las manos? ¿O se puede hacer algo menos cliché?

     

    Respiró profundo. Levantó los hombros. No existían preguntas idi***s, sólo idi***s que preguntan. Y él era uno muy grande.

     

    - ¿A qué punto exactamente vamos a llegar? Por cierto ¿con el libro se puede materializar la daga? Sé que no consume acción, pero es que pregunté en el Magic Mall y no me indicaron quién me la iba a dar.

  2. Etapa 2.1 Cristalizando la armonía.

     

     

     

     

    Oh, una pequeña playa llena de gente borracha. Una escena hermosa que se repetía entre las comunidades muggles un tanto acomodadas, o no. A diferencia de los grupos de jóvenes magos que rara vez lograban soltar sus impulsos. Y muchas veces podían resultar en esas interacciones un poco incómodas, un poco salvajes, un poco ¿sexuales? De todas maneras, debían ocurrir. Sino como diría Freud, todo se acumulaba como una olla a presión.

     

    - ¡Vamos DAVE! ¡Sigue bebiendo!

     

    Había tomado a uno de sus pupilos, colocando el brazo tras el cuello, para encajarle una botella de vino directo a sus labios. No podíamos negar que al tipo le encantaba todo lo que estaba ocurriendo. Tenían que liberarse de cualquier filtro social que los podría estar deteniendo una vez que visitaran ese faro.

     

    Así fue como él gastó todas sus energías, llegando ya a su límite. Y eso que no había pasado tanto tiempo, sólo algunos cuartos de hora desde que el sol había desaparecido en el horizonte. Y así, se había echado en la arena a dormitar un rato. Porque él bien sabía que pronto tendrían que seguir con la marcha.

     

    Si quieren un resumen de lo que hizo Orión desde que empezó a beber hasta desmayar, puedo comentarles lo siguiente: bebió, tomó alguna que otra sustancia ilegal, intentó saltar el fuego para probar su valía (quemándose un par de vellos en las piernas en el intento), correr hacia el mar y volver y alguna que otra incoherencia más. A partir de eso el tipo roncó. Por eso, permítanme adelantarme un poco a los sucesos siguientes: se despertó a las dos y catorce de la madrugada, por su propio ronquido y bastante consternado.

     

    Resulta, que dentro de la cabeza de Orión, se encontraba el plan perfecto para atacar aquella construcción que en esos días de campamento se había transformado en una institución para él. Una que daba miedo desde ese acantilado y que muchas veces se preguntaba si toda esa preparación no significaba verdaderamente dilatar lo inevitable.

     

    Negó con la cabeza. No quería atraer malas vibras antes de la misión. Movió rápidamente su varita y encendió la fogata, con tal brusco para despertar a aquellos que se durmieron como para atraer las almas libres de la isla. Con otro movimiento, la tetera de agua voló hacia el fuego para comenzar el proceso del té. Alcohol e infusiones herbales eran las únicas cosas que habían visitado su estómago y su cuerpo ya comenzaba a sentir los efectos. Pero no importaba, porque eso era parte del proceso.

     

    Pero ¿qué proceso? Si el estado de locura que cargaba el Black podía hasta hacerle tomar caminos innecesarios.

     

    - Los esperaré en lo alto de la colina –sentenció, con voz grave y profunda.

     

    Pero no estaba seca. Lubricada por sus brebajes y encendida por el calor que venía del té, daba una suavidad especial en sus palabras. Sin embargo, una directiva era una directiva.

     

    Descalzo, como estaba, comenzó el pequeño voyage hacia la tierra. Se sentía raro, para él, pisar algo firme después de días moviéndose con torpeza sobre la arena. La piedra estaba fría y contrastaba con un cálido viento que espabilaba su cansancio.

     

    El camino estaba compuesto por una escalera natural de rocas. Algunas extremadamente ásperas, otras con una superficie resbaladiza. Tenían que tener cuidado por donde caminaban. La oscuridad no ayudaba. Se había nublado completamente y nada prometía una noche segura. De ahí, habrán sido unos doscientos escalones. O ciento ochenta y cinco. Nada específico.

     

    La puerta del faro era del más viejo hierro, con un gran picaporte digno de una estructura antigua. Cuando el Black puso su palma en la misma, diferentes runas antiguas comenzaron a aparecer. Se iban encendiendo lentamente, no siguiendo un orden correcto. Iluminaron sus ojos azules, los cuales, cansados y desacostumbrados a la luz respondieron rápidamente. El pasador giró y lo dejó pasar.

     

    La presión dentro del lugar cambió. Una fuerte correntada entró antes que Orión, el cual ni se inmutó. Con unos saques, como esos que hacés para bajar un termómetro, encendió su varita.

     

    La base del faro la puedo describir de la siguiente manera: era como una sala, circular obviamente, un poco decorada en las paredes por algún que otro cuadro; había una biblioteca, que contenía algunos libros rasgados y rastros de madera húmeda; por otro lado, la escalera que llevaba hacia la punta del faro estaba destruida en algunos puntos del lugar; al pie de esta última, había una mesita, donde una foto de una mujer con un largo traje elegante se presentaba, con una sonrisa encantadora, y unos ojos asesinos.

     

    El cristal, roto.

     

    Y ahí fue cuando lo sintió. De apoco su cuello comenzó a cerrarse. Sus ojos, miraban para todos lados. Se estaba ahogando. Soltó el portarretratos, el cual terminó por romperse al chocar contra el suelo. Movía sus brazos para todos lados. No sabía que hacer.

     

    ¡La varita idi***! Grité cuando me enteré lo que estaba pasando.

     

    Orión, por suerte, no perdía ese pequeño chip en su inconsciente que lo obligaba a sobrevivir a como dé lugar. Pensó rápidamente en unas Necrohands, las cuales se materializaron desde su cuello. Sintió la garganta liberarse al golpe. Sea lo que hubiese sido, se había ofuscado tras la aparición de la magia negra. Recuperó el balance, sin embargo, los vidrios que habían quedado desparramados sobre el suelo terminaron clavados en sus plantas del pie.

     

    Tosió. Un poco de sangre. Le habían lastimado gravemente la garganta. Se apoyó en la mesita de luz. Inmediatamente se agachó para tomar la fotografía. Era la mujer. Estaba seguro.

     

    Siempre entendí que él, a veces se metía en algunos problemas innecesarios, pero el mundo de la magia negra es inmensa, y la Marca era, y sigue siendo, una pequeña marca en la misma, valga la redundancia. Y es por eso, que lo encomendaban a buscar personas que se adecuaran a cierto perfil. El tema, es que el ego en esos círculos se presenta como un común denominador.

     

    ¿La había venido a buscar? No. Ella ya estaba muerta. Él se había encargado de ello. En el próximo post se los contaré. Por ahora, nos propongamos enfocarnos en nuestro lunático tutor, que había decidido, herido y todo, seguir con su camino. Con cada paso sentía que miles de cuchillos se clavaban en sus piernas, porque bueno, literalmente los tenía. Las necro, a la par, esperando cualquier directriz.

     

    Estaba por saltar la primera instancia. Otro cambio de aire. No llegó al escalón pero sus manos tomaron el borde del escalón, colgado para mantenerse con vida.

     

     

     

    ****

     

    Etapa 2.1

     

    Bueno muchachones.

     

    Nos falta esta etapa y otra más. Voy a basarme en lo que presenté con la otra tutoría. Puede que me haya extendido con el rol, pero me pareció importantísimo mover bastante la historia e introducir, tanto elementos nuevos, como un lugar diferente.

     

    Tienen que salvar a Orión para que no se muera ;o;

     

    En esta etapa, nos vamos a centrar en la creatividad de cada uno de uno de ustedes. En este rol me he comportado bajo dos formas diferentes. He dejado ciertos huecos para que cada uno de ustedes introduzca elementos a la trama, como también especificado tantas cosas para ver como sus personajes reaccionan ante las mismas.

     

    Dentro de las descripciones también agregué muchos elementos con respecto a la trama en sí, que pueden explorarlos para mejorar las micro-tramas y relaciones entre los personajes. En esta etapa sí o sí tienen que trabajar en equipo y hablar entre ustedes antes de postear.

  3. Frustración. Esa era la única palabra que Orión encontraba para describir a Frenger. Por otro lado, culpa, era con la que él se definía. Era obvio que necesitaba un acompañamiento más presente. Por eso calló cuando expresaba su situación. Y habló de su hijo. Él tampoco lo conocía, porque Gabrielle había preferido criarlo fuera del mundo mágico. No podía decirle nada, él tampoco fue el padre ejemplar.

     

    Sentía su respiración entre cortada. Todo el malestar del Rexdemort se trasladaba como electricidad en agua. Era eso, o el Black había dominado por completo la empatía. No se inmutó, aun cuando sabía que en cualquier momento podía recibir un puñetazo en su cara. Total, para eso había ido a buscarlo. Sus ojos iban y venían, entre los movimientos, la manta en el suelo, su saco, el fuego. Todo.

     

    El acento escandinavo era fuerte. Pero su entendimiento iba más allá. No hacía falta saber cada palabra específicamente para tomar conciencia de la situación.

     

    - ¿Quieres un té? En mi habitación tengo algunos, además necesito algo para cubrirme.

     

    - Un té suena perfecto.

     

    Se levantó, cuando él guardó silencio. En el movimiento, tomó el sobretodo. Se acercó a él por su espalda y se lo colocó con cierta firmeza sobre los hombros, para que no se negara. La diferencia de altura se notaba a espaldas. Mejor, más fácil para el Black cargar al Rexdemort hasta su habitación.

     

    - Tampoco conozco a mi sobrino. Me encantaría. Ella lo ocultó de todos, no te lo tomes personal. Además, puedes ir a visitarla. Sé que la Black nunca fue de tu agrado. A decir verdad, nunca fue el agrado de todos. Pero, ¿sabes? Es una de las matriarcas. Eso te convertiría en… ¿El primer damo?

     

    Soltó un resoplo a modo de risa bajo su propio est****o chiste. Y tras dos pasos llegaron a la habitación.

     

    - Todo será mejor, Frenger. Descansa un poco y deja al experto con el té.

     

    Con su varita, conjuró un leve fuego frente suyo. Sacó su monedero de piel de Moke, del que retiró una pequeña tetera despintada y dos grandes tazas. Moviendo naturalmente su arma, iba preparando la infusión. Finalmente sacó una botella de whisky de dragón.

     

    - ¿El trabajo como va? Me habías dicho la última vez que eras Warlocks. Mírate, maldito, en la más alta política. Nunca pensé que sería el fracasado de los dos ¿te acuerdas esa batalla con electricidad? Casi nos matamos los dos y sólo por probar quién sabía manejar mejor la varita.

     

    Había quedado de espaldas al Rexdemort. Preparaba el blend de té, mientras hervía el agua.

     

    - He notado que todos usan anillos y joyería bastante ridícula. Dime por favor que no haces lo mismo –giró su cabeza y lo miró-. ¿Tienes ropa? ¿O también te tengo que prestar mis pantalones?

     

     

    @@Axel Rexdemort

  4. Orión se miró varias veces frente al espejo. El Castillo Gaunt le daba una vibra que todavía no lo hacía sentir del todo cómodo. Era más por una cuestión de hogar, que otra cosa, porque siempre había vivido en la Black y eran contadas las ocasiones en las que se centraba en visitar a otros hogares dentro de Ottery, más allá de los asaltos.

     

    Por eso, ahí estaba él, en una de las habitaciones para invitados en donde se estaba celebrando la boda de uno de sus compañeros de bando, Emmet. Él había sido su vínculo primordial para su regreso a la marca y cada vez que recordaba la petición de ser el padrino, se ruborizaba de la nada. Esas cosas eran todo un honor, porque nunca sabías hasta qué punto eran importantes para el otro. Por eso quería estar dentro de todo, presentable.

     

    La barba acomodada, su cabello cobrizo peinado hacia donde tenía que estar, con un poco de cera para que todo quede pulcro. Además, había arreglado el tono de sus puntas azuladas, para que no quedaran a puro mal gusto. Llevaba una camisa clara y lisa, un saco azabache y un moño gris. Salió de la habitación. Necesitaba aire fresco.

     

    Quiso visitar a Emmet, antes de la boda, pero cambió de parecer cuando se puso en su lugar. Si hubiese sido él, hubiese preferido estar con poca gente, que calmara sus nervios. Después de todo, era su gran día ¿no?

     

    Salió a los jardines, a buscar una copa. Necesitaba refugiarse en el alcohol. Después de todo, él no era personas de bodas. Bah, lo era, pero sólo si estaba con Gatiux. Ella era su partner in crime. Y en definitiva, la que le sacaba un poco esa pequeña alma destructiva que tenía. Por eso, con un whisky en mano, se dirigió a uno de los asientos esperando su labor.

     

    Las bodas te hacen pensar. Sobre todo cuando uno es soltero. Se pone en evidencia la diferencia de legitimidad que se le otorga a esta institución de ese tipo en las diferentes personas. Algunas siempre decían para siempre, y terminaban a las semanas, meses, años. Otras, directamente no invocaban a la sagrada unión para justificar los sentimientos de uno y el otro.

     

    En fin, hacía frío.

  5. Orión asintió intuitivo. Sí. Le parecía correcto. Si es que iban a compartir la clase con Ishaya, sobre Historia de la Magia, entonces le parecía perfecto la nueva perspectiva historicista. Si bien, Orión no era del todo contextualista, porque a veces se necesitaba poder salirse de los conceptos de lecturas previas, entendía que era un buen camino.

     

    Observar nubes no era lo suyo. Nunca había practicado la Aeromancia como bien indica la palabra, pero era un día de muchos inicios. Puso la mente en blanco y se quitó de la cabeza las posibles preguntas que podían aquejar su mente. Clavó sus azules ojos en el cielo y se dedicó a ver. Simplemente, a ver.

     

    - En general veo un mapa. Veo jerarquías entre las nubes más difusas, y aquellas que tienen los bordes definidos. Las últimas son como tierra, mientras que el azul del cielo puede ser el mar, y el resto. Puedo distinguir un gran continente, como islas. También pasajes y estrechos marítimos Indudablemente, la jerarquía pesa más todavía, cuando hay contrastes de luces y sombras. Más de ahí, sólo es un cielo y una respuesta para el que la quiera encontrar.

     

    Carraspeó y se incorporó de su estado previo sobre el césped. Observó a Bridget, luego a Dave y después a Ishaya.

     

    - No quiero distraerme con el transcurso de la clase. He leído sobre el origen de las runas, pero ¿saben ciertamente de dónde se deriva el alfabeto más antiguo de las runas? ¿Hay escritos históricos sobre el uso de runas en la toma de decisiones políticas?

     

    El tipo deliraba ¿quién rayos preguntaría sobre esas cosas en un día tan bonito?

     

    - Si bien, es importante la intuición y la interpretación, me cuesta generar información de la nada. Yo mismo tuve que armar un sistema de representatividad que estoy muy seguro que nuestra querida amiga, Bridget, también armó el suyo. Que puede ser muy diferente, o no, del mío. Lo que me lleva a preguntar ¿crees que haya una visión hegemónica sobre el lenguaje rúnico?

  6. Premios iban y venían. Todos felices, todos contentos. Los Seamus habían ido tan fluidamente que no pudo evitar pensar de dónde habían salido. De aquel mortífago mujeriego que lanzaba juergas (y por supuesto, botellas), por todos lados. Llegar hasta este punto, donde todos estaban de gala y dando tantas muestras de afecto, era en cierto sentido, emotivo.

     

    Lagrimeaba un poco, en parte por la ebriedad y por otra, orgullo. Su desquiciada hermana había ganado varios reconocimientos. Él por su lado ganó el más social y polémico ¿social? Si Orión era el ermitaño de la marca. Entendía el polémico, teniendo en cuenta que era el único que se embriagaba en los eventos sociales.

     

    Finalmente se habían terminado los premios. Con cada galardonado, el Black asentía como si realmente lo hubiese predicho. Bueno, por algo tantos estudios sobre adivinación y artes oscurantistas. En definitiva, si no podía resolver coherentemente unas votaciones ya se tenía que estar despidiendo de su propia visión.

     

    Darla, secretamente le había encomendado una misión. Sólo una misión. Y estaba a punto de fallar en la única tarea que tenía que cumplir. Y los Seamus para él, habían sido una serie de eventos catastróficos, empezando por haber llegado a la época bajo condiciones erróneas, luego por el sobreconsumo de sustancias ilegales que lo habían llevado a la siguiente negatividad constitutiva: un estado deplorable, pero con la necesidad de seguir bebiendo.

     

    - Con su permiso mushashas.

     

    Se escabulló entre la gente. Miró de reojo a Nymeria. De alguna manera u otra, invocaría a su madre para llevarla al presente de las orejas. Pero antes, tenía que entregar cuatro premios. Eran para los pollitos. Sus queridas contrapartes. Ahora, no entendía bien a quienes estaban dirigidos específicamente los premios, como si las votaciones hubiesen señalado a ciertos pollos irreconosibles. Digo, si realmente sabrían quiénes eran odefos ¿no irían por una caza indiscriminada?

     

    - Bueno queridiísimos. Los premios que todos estuvieron esperando. Estos sí se ganan con dedicación, cansancio e incoherencia. Algunos, son positivos, bueno, uno. El resto no. Pero son nuestros queridos pollos. Nuestras bolsas de arena en los momentos más oscuros, que son prácticamente todos. Nuestros queridos amigos a los que acudimos cuando estamos aburridos, aunque a veces no salgan a jugar. Y ya con esto, que empiece la fiesta.

     

    Carraspeó. A penas se podía mantener en la tarima.

     

    - Para el Dios Odefo... ¡Este pollo!

     

     

     

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    - Para Odefo más Fantasma... ¡Este pollo!

     

     

     

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    - Para Odefo más Odiosa... ¡Este Pollo!

     

     

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    - Para el Mejor Odefo... ¡Este pollo!

     

     

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    - ¡Felicitaciones a todis!

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  7. Roncó.

     

    Es que el clima estaba ideal para una siesta y el tipo había llegado con cierto tiempo de ventaja. Tenía su cara tapada por un libro de poesía y sus manos apoyadas en la nuca a modo de almohada. No es de levantarse sobresaltado, porque siempre tenía en cuenta que era su cuerpo el que lo invitaba a moverse y no alguna otra cosa externa. Por eso lo sintió tan natural cuando Dave, quien iba a impartir la clase.

     

    Se incorporó con lentitud, mientras que guardaba el libro en el maletín que había traído consigo, junto con la carta que le había indicado la localidad. Se puso encima de su falta, mientras que entrecruzaba las piernas. A veces tenía ciertas posiciones que lo incomodaban. Justo ese día quiso usar unos jeans fit y una camisa suelta. Todavía la ropa le quedaba un poco más grande. Pero puedo deducir que según su cara de somnoliento, ni distinguía cómo se presentaba.

     

    - Perdón Dave, es que, me dormí esperando –se giró hacia la bruja-. Hola Brid ¿lista para usar las runas? Ven, siéntate al lado del tío Orión.

     

    Ya conocía al profesor. Sabía que algo iban a sacar de la clase. Pero particularmente en esta estaba impaciente. Había querido tomar la clase de runas antes, pero un incidente en Grecia, con Juve como la suplente, había causado que reprobara. Recordaba un par de cosas y supuso que tanto Bridget, como él, estaban a un mismo nivel. Como Blacks, los conocimientos de esa índole eran primordiales.

     

    - Perdón que empiece Dave, pero sé que Bridget y yo tenemos ciertos concimientos sobre runas en común. Según Juve, al momento de utilizarlas había que tener en cuenta cinco tipos de ¿movimientos? ¿Perspectivas? Cosas que hay que tener en cuenta para interpretarlas. Siempre, tomando en cuenta el uso de ellas en la predicción, o en la obtención de información. No sé si veremos el mismo enfoque.

     

    Se había espabilado. El viento fresco de esa mañana le levantaba el ánimo.

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  8. Oh, el bello paisaje se expandía por los cuatro puntos cardinales y Orión no podía estar más relajado. El verde, el sol y el gran cuerpo de agua llenaban en parte su alma. Encima, estaba con ella. Porque pretendía ignorar todo lo demás. Porque la última clase fue un fiasco para él, siendo que terminó cuasi desnudo en medio de un desierto, atacado por un sinfín de animales fantásticos. Y no había que ser adivino para saber que algo así iba a pasar.

     

    Por eso, esta vez, había ido más preparado. Llevaba todas esas tonterías que los uzzas usaban para canalizar magia dentro de sus bolsillos. No sé, creo que era un tema de él, porque odiaba usar anillos. Si tanto poder tenía este grupo, no necesitarían collares, amuletos y demás para poder usar su magia. Pero bueno, eran las reglas del juego.

     

    Luego de un par de presentaciones comenzaron a caminar. El viento movía levemente los cabellos cobrizos con puntas azules del Black. Había dado un par de zancadas para caminar a la par de Gatiux. Con su mochila y todo. Siempre era la que más se preparaba, mientras que él era un poco despistado con el tema. Un poco paradójico, ya que era Orión el que representaba todo lo de predicciones y esas yerbas.

     

    - No puedo creer que te haya convencido de venir. Sabes que estas cosas me dan muuuuucha pereza hacerlas solo. Necesito una damisela en apuros.

     

    Le dio un suave golpe en las costillas a modo de broma. En un toque, habían llegado a esa “civilización”. No sabía que había. No reconocía casas, ni edificios particulares, sino una sensación de estar en algo así. La cara de perdido del Mago Oscuro no cesaba de incrementar. Y por si fuera poco, una jauría de lobos espectrales, muertos, algo vivos, y cosas salidas de una película de zombies, salieron en conjunto a atacarlos.

     

    - ¿Podrá sola damisela en apuro?

     

    En un movimiento rápido, Orión se colocó en frente de Gatiux para arremeter contra la jauría. Según el libro de la sangre, había un hechizo que podía utilizar que servía de más utilidad que el Orbis Bestiarum. Una bestias no vivientes saltó hacia su cuerpo, por lo que en contra ataque, juntó sus manos y trabó con fuerza el hocico. Entre los ojos del canino, una marca oscura del tamaño de su palma apareció de repente.

     

    - Obedire –susurró, al mismo tiempo que realizaba la acción.

     

    Soltó el animal y le indicó con un ademán a proteger a los dos de cualquier otro que quisiese meterse con la pareja.

     

    - Por lo menos practicamos los hechizos.

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  9. A partir de este momento, sólo voy a ser capaz de poder describir las reacciones que tuvo Orión frente a los eventos que se estaban desenvolviendo. No tengo potestad, e intención, de poner en tela de juicio lo que pensaba su pareja o su hermana. Como ya sabemos todos, cada quien tiene su forma de asimilar las crisis, algunos simplemente niegan, la mayoría lo enfrentan con ira y algunos, cabe decir los más especiales, con humor.

     

    ¿Adivinen en cuál caía él?

     

    Casi se echa al suelo a reír. Hasta había un cartel de la Marca Tenebrosa gracias a algunos… Vándalos. La cosa es que, le habían ofrecido un super terreno, lleno de atracciones funcionando correctamente. Con una planilla de empleados capacitados y motivados para enfrentar cualquier situación y conflicto. Con luces de colores en todos lados, alegría, diversión y mucho, pero mucho dinero. Era un negocio redondo, mires por dónde lo mires.

     

    Tanta adivinación y astronomía ¿para qué?

     

    - Bueno, veamos el lado positivo. Sólo hace falta un poco de cuidado. Contratar a la gente correcta. Y en poco tiempo esto se llenará. Si no entramos no podremos ver cómo está la situación, en definitiva.

     

    Empezó a caminar. Sus botas se iban llenándose con una mezcla de barro y orina de algún animal forastero. Ajj, pestes. Otro tema de qué preocuparse. Al otro lado del terreno, pasando por la cabinita de boletos, había una caravana de aluminio con toda la pintura descascarada con una de las ruedas enterrada hasta el fondo del barro. Había un cartel cutre que señalaba “Organisazión”.

     

    Les hizo un ademán a sus colegas para que lo acompañen. Si ése se suponía que era el centro de operaciones, capaz había alguna que otra pista sobre qué diablos había sucedido en el lugar. Tuvo que empujar varias veces la puerta para que cedieran, dando lugar a un cutre motorhome stlye caravana, donde había una cafetera con lo que, oh por dios, esperaba que sea café, como también moscas, platos sucios y una mesa torcida. Había una carta.

     

    - Creo que es de los antiguos dueños.

     

    La abrió y sacó un papel amarillento.

     

    “Queridos nuevos propietaros;

    Mi más sentido pésame por su compra. Enserio. Me disculpo. Todo… ¡TODO! Es mi culpa. Y no puedo sentirme más mal escribiendo estas palabras. Les deseo lo mejor. Enserio. Lo mejor. Intentamos hacerlo. Realmente intentamos hacerlo. Habíamos contratado a las personas más positivas del mundo. Instalamos los juegos más emocionantes. Pero fue el accidente. Ése terrible accidente.

    El sobre está encantado. Los visitaré en cuanto sepa que el parque está en nuevas manos.

    Un amigo.

     

    Levantó la ceja luego de leer la carta.

     

    - Parece que tenemos a nuestra primera visitante. Me da un chiquitín de miedo.

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  10. - ¿De qué quiero hablar? Justamente de esto, Frenger. De que me quieres romper la cara.

     

    Vamos por partes. La recibida del Rexdemort no fue la mejor claramente, y su propia predisposición lúgubre le daba escalofríos en la nuca. La razón de lo último se concentraba en que Orión no estaba tan acostumbrado a eso. O sea, de por sí, el tipo iba transcurriendo a tropezones el rencuentro con almas del pasado, pero no lo suficientemente fallidos como lo estaba teniendo con su interlocutor.

     

    Por otro lado, el simple contexto físico no aportaba mucho a la comodidad de Orión. Pero eso no era tan malo. Lo soportaba. Estuvo en peores situaciones, de eso seguro. Lugares donde el olor a sangre era más punzante que el de la madera podrida. Las islas siniestras, donde Dragomir celebraba su tutoría, o las tundras a donde Artheón lo había llevado; eran simples ejemplos. Y eso que casi se mata subiendo hasta la sala.

     

    Por último, sentarse frente a él. Encararlo. Era momento de hablar. Sacó su varita gris y con un leve movimiento conjuró un pequeño fuego entre los dos, el cual levitaba a centímetros del suelo. Había notado los pies desprotegidos de Frenger. Se negaba a decirle Axel. Ese nombre no existía pera él. El problema, es que justo cuando iba a hablar, no sabía que decir.

     

    - No sé qué decirte. Debí decirte lo antes posible sobre lo de Gabrielle. Pero sabes cómo son las cosas. No me quise meter. Pero eso no significa que me trates como basura. Como si no me conocieras. Como si todo lo que hicimos era nada.

     

    Estaba sentido. Reconocía que se merecía uno, o dos, golpes en la cara. Por desaparecer. Por no visitarlo. Por no preocuparse por él. Pero ya quería terminar con eso. Se sacó el sobretodo y se lo ofreció.

     

    - Veo que estás con más frío –le dejó el mismo a un costado, quedando en su camisa a cuadros roja-. Terminemos ya con esto. Si realmente quieres golpearme, acá estoy.

     

     

     

    @@Axel Rexdemort

  11. - Tranquilo muchacho. Te entiendo mucho más de lo que crees. A tu edad tenía mis necesidades escapistas. A veces uno piensa que no puede con todo. Que tiene que estar resolviendo cosas ajenas. Así te vas acercando a la despreocupación absoluta, supongo.

     

    Y sí, realmente lo entendía. Bueno, él se desapareció por cinco años aproximadamente. Y antes de eso, eran muy pocas las veces que pasaba la noche en el castillo. Fuera de eso, el encuentro con Aziid fue de pura suerte. Habían pasado no menos de dos minutos que había dejado a Gatiux en la sala para ir a buscarlo. Si ya era oficial que vivirían como pareja, vio pertinente la presentación del reciente joven Black.

     

    El problema del árbol, y los registros ministeriales, es que se necesitaba oficializar las relaciones de alguna manera u otra. Aziid todavía no había encontrado el parentesco con el árbol, pero ciertamente era un Black hecho y derecho. En cierta manera, le hacía acordar a su propia búsqueda con respecto a su madre, y comprendía la necesidad del proceso de sentirse parte de la familia. Después de todo, uno no se entera de un nuevo apellido todos los días.

     

    - ¡Gatiux!

     

    Se anunció mientras bajaba las escaleras, dando un rápido salto y superando los últimos 4 escalones y con unas zancadas la tomó por detrás. Estaba como ¿emocionado? ¡JA! Su cara estaba roja. Tenía pequeños síntomas de nerviosismo. Después de todo, uno no presenta a un hijo todos los días.

     

    - Resulta que hace unos meses, me encontré con un joven en una taberna en el callejón. Estaba buscando respuestas sobre… ya sabes, respuestas. Se acercó al castillo un día. Le di algunas y él encontró otras. Presuntamente tiene padres de la familia, o sea ¡miralo! Todo en su cuerpo grita Black. Pues, lo he tomado dentro de la familia mientras él sigue investigando. Él es Aziid Black.

     

    Su mano bajó para encontrarse con la de ella, entrecruzando con tranquilidad las manos.

     

    - Y bueno, Aziid, ella es Gatiux. Mi pareja.

     

    Oh sí. Pareja. Lo eran, ciertamente. Pero ya la etiqueta de novios no iba más. Novios eran los que iban y venían, jugando y divirtiéndose. Los que no veían más allá que el presente. Y si bien, ellos dos eran todo eso, también había algo más, porque eran ella, eran él y eran los dos. Y miraban el presente y el futuro. Y afrontaban el pasado. Y muchos otros y más.

     

    - Ella es… -se giró hacia ella y puso cara de desconcertado y cómplice al mismo tiempo-. ¿Cómo diablos debería presentarte? ¿Épica? ¿Formidable? ¿Awesome?

     

    Se volvió a Aziid, con una silenciosa carcajada. Y sí. Tenía tanto para hablar.

     

    - Te exhorto a que confíes en ella. Tiene mucho para enseñar.

     

    Había escuchado ruidos en la cocina y se inclinó para atrás a ver si veía algo raro. De por sí, el resto de los familiares habían vuelto a hacer sus cosas. Sintió una leve necesidad de saber qué estaba haciendo Kya. Se ocuparía de ella luego. Pero vio a alguien más. Su hermana Mahia. Le hizo un ademán para que se acercara, supuso que ella tampoco conocía a Aziid.

     

    - ¡Mahia! ¿Sabes que Gatiux casi se nos va? Justo cuando empezamos a ser una familia.

     

    No tenía ni idea de que básicamente por eso se habían desencadenado las anteriores acciones que giraron alrededor de la Malfoy. Porque el vaso bajo, con el recuerdo de ella, seguía estando en la cocina, intacto. El Black no había tenido tiempo de verlo. Esto, es lo que en la literatura llamamos, ironía dramática.

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  12. Etapa II: The lowest of the low.

     

     

     

    - La verdad que no sé qué es lo que tenés en la cabeza, nene. Pero claramente no estás bien para hacer todas estas cosas.

     

    - Y eso que no han visto nada mis queridos.

     

    Efectivamente, ese pozo escondía la entrada a algo mucho más grande de la simple fachada de la gruta y era excelente que los dos hubiesen podido alcanzar el paso del Black. Clavó sus azules ojos en lo que parecía la presentación de algo profundo. Básicamente, luego de que Mery lo hubiese alcanzado dentro del pozo, el propio hombre formado por las partículas de luz dejó abierta una compuerta que llevaba a este claro, como a una cámara secreta bajo el agua.

     

    Esta cámara se podía describir de la siguiente manera: tenía las dimensiones de un hall de entrada de un castillo cualquiera de Ottery; las paredes eran particularmente lisas y lo único que desentonaba era el propio piso, con alguna que otra piedra o formación geológica producto de la erosión. Las partículas de luz iluminaban tímidamente el lugar, y gracias al color de la piedra, existía una dominante azul que modificaba mágicamente los colores.

     

    Y justo cuando Orión estaba a punto de dirigirse hacia la famosa puerta, un fuerte sonido lo puso blanco del susto.

     

    - ¡Así tenías que aparecer bastardo!

     

    Nathaniel salió de la superficie con esos aires de fabulosidad que lo caracterizaban. Llevaba prácticamente de la oreja a Nathaly. Excelente. El plan del Black iba a la perfección. El tipo había gastado importante cantidad de su stash para que una adolescente se fuera ¿Lo iba a permitir? Para nada. Tenía todo calculado.

     

    - Por lo menos llegaste justo. Estaba a punto de abrir la puerta.

     

    Esta famosa abertura, a la que nos venimos a referir varias veces, se trataba de una estructura de piedra, mismo material que el resto de la cámara. La diferencia, es que parecía como una reja, de esas que daban pie al jardín de una mansión. De cerradura, tenía un disco del tamaño de dos brazos adultos, la cual tenía dibujada un sol celta. Hasta contaba con un pequeño tapete azulado completamente desgastado por el tiempo.

     

    - Estamos frente a un importante templo de antaño. Se dice que en este lugar se guarda el secreto del sol. No he querido venir a explorarlo por mi cuenta, porque la magia es fuerte, avanzada y conociéndome no pasaría de este punto. Lo importante, para entrar, es la necesidad de haber atravesado las introspecciones que realizaron en estos últimos días. Necesito que me ayuden a empujar la reja. Sólo hace falta encontrar la cerradura.

     

    Ni bien se acercó a revisar más de cerca la puerta, se dio cuenta que estaba parado sobre una irregularidad. La llave se encontraba debajo del tapete. Lanzó un ademán para que lo ayudasen a empujar la misma, y con malas caras y mucho odio hacia Orión, los otros cuatro lo acompañaron. Con un chillido metálico, la misma fue cediendo ante las fuerzas de los mortífagos.

     

    Una correntada con un sabor aguamarina

     

    - Dicen que mientras más fácil es entrar a un lugar, más difícil es permanecer. Manténganse alerta.

     

    En efecto. El templo los invitaba a sus adentros. Daba una sensación lúgubre. Muerta. Ni un alma había transitado esos pasillos en siglos y sólo quedaba ese incesante aroma a agua de mar. Esta misma institución, se expandía con paredes turquesas hasta donde el ojo veía. Asimilaba una estructura teatral, el cual, las rejas daba paso a lo que era un Hall de entrada circular, con un candelabro que iluminaba tenuemente el lugar.

     

    Al otro lado del salón, había un cargo con de las cuales caían dos telas, que bailaban en esporádicas situaciones a causa de las correntadas de aire que salían de ese lugar. Más allá del hall existía un largo pasillo, ancho, que tenía múltiples salidas a lo largo, a diferentes cuartos. Orión suponía que los mismos funcionaban como centro de rituales.

     

    Su piel blanca brillaba con más intensidad, y las raíces cobrizas se perdían con el azul que predominaba. El corazón le palpitaba a diferentes ritmos. Lo que sucede en este tipo de situaciones, no es más que la culminación de un conjunto de emociones vividas desde el comienzo.

     

    - Les voy a pedir un favor. Revisen cada habitación. Busquen por algún tesoro personal. Después de todo, este sería… ¿Su pago? –levantó los hombros. Esperaba que no lo mataran.

     

    ****

     

     

     

    Etapa 2.2

     

     

    Bueno muchachis, ya entramos en el último tirón de las tutorías.

     

    Esta será la última etapa en la que voy a agregar un concepto nuevo a sus posts.

     

    Lo que intenté hacer en esta tutoría fue una estratificación de conceptos que uno debería tener en los roles. Son formas en las que uno puede basarse para la construcción de tramas y cada post en general.

     

    En esta etapa, nos vamos a centrar en la creatividad de cada uno de uno de ustedes. Podría haber atacado este tema con anterioridad, pero es algo que ya ustedes en cierta forma manejan. Quiero que veamos entonces, el tema de diferente perspectiva. Como jugadores, ustedes están inmersos en una trama en específico y generalmente estas tramas debería llevarlas un master de rol. Por eso, como roleros, deben encontrar que cada trama sea parte de una construcción para sus personajes.

     

    En esta situación, Orión les propone que vayan a buscar por el templo por algún tesoro o algo. Es su oportunidad para hacer que este rol sea algo importante para su historia. Me gustaría que se relaciones entre ustedes.

  13. Para Orión, descubrir un bar nuevo presuponía un avance en sus conocimientos. Como fiel bebedor de cerveza, era su afán poder encontrar aquella que encajaba perfecto con sus papilas gustativas. Por el momento, la ganadora iba siendo una fresca irish red que dejaba un suave sabor en su garganta. Y como él había aprendido en todos estos años, había más que a aprender.

     

    Subió las escaleras de caracol que daban al piso superior de un local al que recientemente lo habían nombrado socio con un pequeño porcentaje de ganancias. Le daba la bienvenida Shadowhunters, un lugar bien arreglado y con el suficiente porte tenebroso como para tramar algo con buenos resultados.

     

    Había invitado a Káiser, un jóven aspirante mortífago parte de la familia Black. Ignoraba el parentesco, pero sabía que su madre, Akiza, era una de las dueñas del lugar. Pretendía trazar un plan, lo suficientemente contundente como para iniciar un camino lleno de éxitos dentro del bando mortífago. Lo habían asignado como su aconsejado y como todo viejo lobo, tenía mucho por contar.

     

    - Una pinta de su más fina Kölsch.

     

    Había aclamado en voz alta mientras se sentaba en una de las mesas que conformaban un esquinero en el lugar. Prefería los lugares recluidos, donde uno podía hablar libremente y sin tapujos. Aquella magia que venía con el libro de la fortaleza, también lo ayudaría.

  14. Ay Agus y Gal, paso a disculparme T.T

     

    No traje ni un reporte en todo enero y ya mañana comienza el nuevo mes. Voy a ver si mañana a la tarde puedo avanzar en las tramas en la que estoy. Es que me han salido otras cosas rolísticamente hablando y estoy todavía organizando mi proceso creativo. Si tengo algún problema te aviso por wsp.

     

    Me encanta las ideas de Ishaya y Madia.

     

    ¿Por qué no puedo ser así de inteligente como ustedes? :cry:

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  15. Hola chicos!

     

    Yo no tengo problemas en acoplarme a ayudar en la edición.

     

    Lo único, tengo una pequeña sugerencia. Creo que 40 minutos es un tiempo un poco largo. Me imagino a un Vox Mortia que se escuche en el transporte público, o cuando te trasladás de un lado al otro. Creo que 15 minutos bien cortos y bien efectivos pueden dar excelentes resultados.

     

    Es más, mientras más corto, menos engorroso se vuelve todo el laburo y más ediciones se pueden sacar en menos tiempo.

     

    Lindo miercoles!

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  16. 1d12

     

     

    Bueno chicos, acá dejo el dado.

     

    Teniendo en cuenta que Cillian tiene 11 de suerte, necesita un número de 18 para que le sirva la dinamita.

     

    Los números:

    - De 1 a 3, la dinamita explota frente a ustedes y tienen que curarse porque sí o.ó

    - De 4 a 7, la dinamita está mojada y no pasa nada :c

    - De 8 a 12, la dinamita funciona a la perfección *-*

     

    Bueno, los dados no han funcionado :c y como estamos en multi y tuve a Puntitos y Mía de testigos, junto con Cillian, salió el número 12, por lo que YEEEEY, superaron la puerta de piedra c:

  17. - Tu saldo es menor comparado con los siete mil galeones que cuesta por lo que lamento informarte que tendrás que volver la próxima para poder adquirirlo y cursarlo en el Ateneo.

     

    - ¿Pocos galeones? ¡Esto no puede ser!

     

    Se cruzó de brazos. Estaba extrañado. El depósito de los galeones que había tramitado su hermana no había llegado a tiempo en el que había realizado la transacción. Sacó su varita y tras mandar un comunicado pidiendo que se apuren, volvió a rellenar la ficha. Supuso que ahora ya podría realizar la compra de su preciado libro.

     

    La cosa es que, había convencido a Gatiux de cursarla con él y le daba mucho apuro poder inscribirse para el mes de Febrero. Tenían un plan un poquito más divergente de lo que usualmente uno hace como estudiante.

     

    - Creo con esto ya estaríamos, querido.

     

     

    ID: 46902

    Nick: Orión Black

    Link a la Bóveda Trastero: 108859

    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 78333

    Nivel Mágico: VII

     

    Fecha: 2017-01-30

    Nombre del producto: Libro de la Sangre

    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de hechizo

    Nivel (del libro): VII

    Precio: 7000 G

     

    Precio Total: 7000 G

     

     

    - ¿Dónde lo retiro? ¿Viene con el material para la clase?

  18. Si bien, el tipo seguía pensando que este conflicto se podía resolver de una forma pacífica, él no sería el primero en ceder. Es lo primero que le enseñaron ni bien le tatuaron la marca. Y estaba grabado, a fuego, en lo más profundo de su inconsciente. Ésos eran los dejos de supervivencia que tomaban el control cada vez que se enfrentaba a una batalla. Y cuántas veces lo habré dicho. Orión era pacifista. Hasta que estaba en la batalla, claro.

     

    Sonrió al ver como su ataque desapareció tras la rápida protección de Maida. Ahora, quiero aclarar algo, como espectador de este épico encuentro. Orión tenía una debilidad muy grande, y es el tema del tiempo. O bueno, no sé si debilidad. Pero con cada acción que se realizaba, él, comenzaría a atacar con más fuerza y más tenacidad.

     

    - Absorvere.

     

    Dio una fuerte floritura con su varita. Su objetivo iba a la muñeca donde sostenía la varita. Era una acción bastante utilizada en los duelos. El simple fin, tras el sonoro crack, era que la puntería sea un tema utópico. Así fue como el rayo verde que se desprendió de su varita, fue parar directo a uno de las estanterías, explotando algunos libros.

     

    - Te das cuenta que esos libros podrían ayudarnos –carraspéo-. ¿Crees en el destino querida? Esta es una biblioteca demasiado antigua. Son instalaciones olvidadas ¿cómo obtuviste el contacto?

     

    Levantó la ceja. Ella no hablaría, por lo que él intentó propulsar las cosas.

     

    - Construí parte de esta biblioteca. Hay libros de mortífagos que he escrito yo.

     

    Movió lentamente su varita, para dar una estocada final.

     

    - ¡Sectusempra!

     

    El rayo escarlata salió esta vez de su varita. Como era lo obvio, buscaba desangrar a su contrincante. Por lo menos, con cada paso, se develaba de a poco la verdad.

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  19. Lo bueno de ser un canal entre lo que parecían ser dos mundos, era de que al final, cuando se conectaban, él podía tomar algo de ese suceso. Básicamente, lograr pertenecer por unos segundos. Y ahí estaba él, terminando la canalización de los sentimientos de Ariane, con respecto a su local y cada una de las varitas que sus ancestros y ella, habían creado. Por eso, justo cuando sentía la mayor tensión y donde ya se estaba sintiendo más un intruso, que un ayudante, se salió de la conexión.

     

    Abrió los ojos. La bola de cristal aclaró la bruma que contenía. Estiró su espalda y se rascó un poco la nuca. Ya estaba agotado. Pasó su palma por encima de la bola para volverla a su tamaño conveniente para ir al bolsillo.

     

    - Creo que he abierto la comunicación perdida Ariane. Queda todo en sus manos para poder seguir.

     

    Se levantó de su asiento y palpó sus bolsillos por si se estaba dejando algo. Se giró rápidamente para buscar el saco que había colgado anteriormente. Mientras se dirigía hacia la salida del local controlaba que todo estuviese en orden.

     

    El tema de estas soluciones es que no se desarrollaban a corto plazo. Orión se refería a que no existía la cura inmediata con esos sucesos mágicos. Había que tener paciencia y entendimiento. Mientras menos uno presione, mejor. De todas maneras, el cese momentáneo de mini catástrofes ya se perfilaba como una buena mejoría.

     

    - Cualquier cosa llámenos nuevamente ¿Sí? Muchas gracias por ayudarnos a ayudarla. Dele tiempo a sus varitas, deje que todo fluya y cada cosa caerá en su lugar. Que tenga bonita noche Ariane.

     

    Se giró sobre sus talones y salió del local, desapareciéndose inmediatamente al tocar la calle.

  20. Nombre: Chariciento, principeso de Rumania
    Skype: franztooshort
    País: Argentina

     

    Huehuehuehuehue

     

    Si van a pasar nudes avisen.

     

    Voy a llenar un par de líneas más para que no sea considerado spam y no me suban mi hermoso contador de advertencia 0 :love:

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  21. - Oh… disculpe.

     

    El tema con la muerte, para Orión, era un toque especial. De todas maneras, no evitó sentirse un poco incómodo ante su propia intromisión frente a la respuesta de la Dumbledore. Clavó sus ojos en el suelo y suspiró. Volvió a escanear el taller, buscando un par de pistas más. La vida mágica a veces era cruel con las relaciones interpersonales.

     

    - Por Merlín... ¿Y qué puedo hacer para que esto deje de pasar?

     

    - Primero que nada. Alégrate que pase. Si has estado fuera por una determinada cantidad de tiempo, y sin el negocio atender, el comportamiento de las varitas indica un gran afecto hacia su persona. Es un simple reproche. Como cuando dejás a un perro o un gato tras un viaje y a la vuelta se “enojan” de cierta forma.

     

    La gran canica seguía sus pasos. El tema era más simple de lo que el Black se preocupaba. No hacía falta grandes cantidades de magia. Simplemente una “junta”.

     

    - Bien Ariane. Lo máximo que puedo hacer es servirle de médium entre las varitas y usted. De ahí en más, queda todo en sus manos. Procure volver a conectarse con las varitas ya creadas. Aumentar sus ventas. O simplemente estar. Hablarles. Como a las plantas ¿vio? Poder comunicarse con su local.

     

    Se giró sobre sus talones y volvió a la mesa. Tras un movimiento de su palma, la canica tomó gran tamaño, siendo una bola de cristal propiamente dicha. Flotaba a centímetros de la madera. Su varita quedó guardada en el saco. A veces, le daba miedo sacarla frente a civiles, porque en definitiva, era su arma en los asaltos y batallas en las que protegía su identidad.

     

    - Como ya le comenté, serviré de canal. En los próximos minutos facilitaré la comunicación. Creo que lo mejor serían disculpas y explicaciones sinceras. A veces lo mejor es decir la verdad, sin más.

     

    Finalmente guardó silencio y cerró sus ojos. Una niebla opaca comenzó a formarse dentro de la bola de cristal. Era algo tan simple, pero paso fundamental. Alguien tenía que servir de medio entre los objetos y sus dueños, cuando esa preciada relación se rompía.

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  22. - ¿Bulto helado? ¿Por qué nunca me entero de nada de lo que pasa en el castillo? Explícate, mira que estoy sobria y no entiendo nada.

     

    - No te enteras de nada porque capaz estás metiendo las narices en otros asuntos. Y con asuntos me refiero a t*tas. Y con t*tas me refiero a las de cierta persona. Sabes que te quiero.

     

    A veces tiraba la cabeza para atrás. Dios. Se le partía a la mitad. Había una fiesta en la misma, como también en el estómago y la última estaba a punto de hacerse pública. Encima, sumado a eso, la descardada de su hermana se había acercado para tenerle con otro cacho de alcohol. Entrecerró sus ojos. La maldad en sus hermanas era increíble.

     

    - Estaría genial que no pasen tanto tiempo en hacerme sufrir y más, cuidándome. Que ya estoy viejo. Y necesito de mimos. Y cuidado. Y mimos. Y no sentirme pésimo.

     

    El olor a alcohol del vaso de Gabrielle penetraba en sus fosas nasales. De repente, abrió los ojos como platos. Fue por eso que corrió con suma urgencia a uno de los tachos que servía de basura y descargó ahí parte de su estómago. Que se le haya desprendido este último había sido a causa de milagro. Se limpió con una cortina ¿Qué? Era el Broadway y seguramente los dueños tenían el suficiente dinero para limpiar y acomodar todo eso. Volvió, victorioso.

     

    - Te voy a aceptar esa cerveza. Necesitaba una pale ale –fondo blanco, dejando a su lado, el empañado cristal.

  23. Un detalle importante. El taller. Generalmente, en una cuestión de energías, esos lugares de creación son muy fuertes sobre la magia. Por más que uno no realice ningún hechizo o proyección como movimiento externo, esto es rayo o alguna invocación fuera de su cuerpo, sigue aplicando las mismas acciones que originan la magia al crear. Y eso era necesario. Visitarlo. Orión, por su parte, había escuchado atentamente a cada palabra de Ariane, mientras se apoyaba en el mostrador. Fue cuando una de las varitas lo electrocutó con la suficiente fuerza que pudo volver a la realidad.

     

    - ¡Muy amable de su parte Ariane! Entiendo entonces que, en primera instancia usted viajó lejos del local, sus socios y empleados tampoco se encuentran muy presentes en la economía en general y por último, las cosas pasaron sin que usted se diera cuenta. De todas maneras, si es el taller el problema. Al taller debemos ir.

     

    Tomó nuevamente la iniciativa y se giró para la trastienda. Con cada paso, su mirada escaneaba el escenario con exhaustividad. No se le quería escapar ningún detalle, pero al contrario de muchos detectives, veía todo holísticamente. Necesitaba un plano general. Una mirada externa, para entender la situación.

     

    - Por el momento no, gracias. Le voy a aceptar un té de cedrón luego de terminar el trabajo.

     

    Dejó sin pedir permiso, mala costumbre del Black, el saco en una de las perchas del taller. Se acercó hacia la mesita donde se trabajaban desde el inicio las varitas y palpó la madera, intentando alimentarse de alguna energía sobrante.

     

    - Un Poltergeist es un espíritu bromista que causa estragos a los propietarios de un hogar. Es esporádico y azaroso. Impredecible. Al contrario, si los efectos mágicos se producen en patrones, hay un malfuncionamiento dentro del flujo mágico. Como un reloj que tiene trabado el segundero.

     

    Sacó una pequeña bola de cristal de su bolsillo. Un poco más grande que una canica de considerable tamaño y la dejó frotando frente suyo, por encima de la mesa. Cerró los ojos sus azules ojos y concentró su energía en el cristal. Con la derecha se acomodó sus cabellos cobrizos con puntas azules. Algo estaba viendo ya.

     

    Nada.

     

    - Debo serte sincero Ariane. Esto no es necesario en lo más mínimo. Pero si hubiese sido un Poltergeist, ya estaría en este lugar, causando lío. Les atrae los artefactos mágicos y tienen una curiosidad peculiar.

     

    Se levantó de su asiento, y comenzó a recorrer el taller. Tenía un olor un poco viejo, una mezcla entre encierro y nostalgia. Capaz lo percibía así él.

     

    - Oh. Creo saber qué pasa. Todos los objetos tienen… memoria e historia. Si me dices que usted estuvo de viaje, señorita Dumbledore ¡Perdón! ¿O debo decir señora? –Carraspeó ante la equivocación-. Lo que me refiero. Creo que… las varitas están un poco ofendidas por su ausencia.

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