Keaton Ravenclaw

Keaton Ravenclaw y Matthew Triviani

Bueno xD es que si lo piensan bien, nadie en su sano juicio nos hubiera pensado juntos hace un año. Él es el ser más cruel del mundo mundial, es insensible, para nada amable, es super cortante y muy bruto, yo por el contrario, soy bruto, pero suelo ser más cortés, más amable y a veces algo más cariñoso que él. Pero creo que es precisamente por eso que nos llevamos bien, él logra sacar la mejor versión de mi, ha logrado hacerme ver cosas que nadie más pudo, y aunque a veces peleemos, no lo reemplazaría por nada ni por nadie. LO AMO con locura.

Hola 0/

Pues vengo a dejar mi solicitud de ser suplente o en su defecto si se juntan los cuatro, hacer el nuevo equipo o lo que salga primero xDDDD

Y *emoji pensando* pues nada xDDD espero que si algún equipo lo necesite, no dude en venirme a pedir, prometo ser bueno xDDD Lavo, plancho, cocino y me dejo pegar (?) JAJAJA

Saludines

Keaton estaba algo aburrido con todo aquello, el Uzza parecía no tener demasiado interés en sus alumnos, motivo por el cual, el ojiverde se molestó un poco con el guerrero cuando pasó olímpicamente de él. Suspiró, aquello era demasiado banal como para molestarse,de cualquier manera estaba allí para aprender y no iba a permitirse el hecho de dejarse dominar por sus emociones. Se relajó, inhaló, exhaló y se concentró en la palabras del Uzza.

Empezó a decir algo acerca de un conflicto en Asia continental, pero de pronto se interrumpió a sí mismo por la llegada de alguien más. Keaton notó el aroma, era Emmet, su director. Sonrió, de menos, tendría alguien conocido en la clase y ésta no le sería tan aburrida. Sin embargo, como ya había visto, Bakari era como Badru, grosero, detestaba enseñarles sus conocimientos a los europeos, y es que era obvio, prácticamente los habían dominado. El problema fue cuando Emmet dijo lo de sus habilidades. Arcanos y Uzzas tenían una lucha constante.

—Pobre —Dijo el vampiro en una voz casi inaudible y escuchó de nuevo las palabras de Bakari —Ok, me parece bien, aunque la suerte rara vez está de mi lado... —Añadió mientras invocaba la Rueda de la Fortuna, pero falló, la suerte no había estado de su lado —Pues no, supongo que yo si iré con usted... —Le dijo al Guerrero y se colocó cerca del portal. No lo cruzaría hasta que él se lo dijera.

OFF: Captura del dado

De las muchas cosas que a Keaton le gustaban de su marido, era esa capacidad que tenían para pasarla bien pese a la manera en la cual se solían llevar. A veces Matthew era un poco temperamental y hacía los berrinches más detestables del mundo (que para Keaton era decir demasiado, pues hacía unos señores dramas que bueno, ni la Academia de los Oscares sabría cómo premiar), pero otras, como en aquella ocasión, era de lo más romántico dentro de sus limitantes. Keaton no pudo haber escogido mejor, aún y cuando en el pasado había tenido tres parejas bastante lindas, jamás se pudo concretar ninguna de ellas, pero con el gitano... con el gitano había pasado de todo, había sido una sorpresa la forma en la cual llegó a la vida del Ravenclaw, en cuan rápido se metió en cada célula de su ser...

―Eres lo mejor que me ha pasado ―Dijo Keaton en voz queda mientras su marido bebía de su copa.

No sabía si lo había escuchado, no sabía siquiera si había salido algún sonido de su boca o solo se quedó con sus palabras en su mente, pero era lo que sentía. Eran algo así como una pareja dispareja, había logrado llegar tan lejos de una manera bastante extraña, Matthew siendo, al principio, todo un témpano de hielo, y él, como siempre, siendo de las personas más extrovertidas, animosas y amorosas de la vida. Por lo que no fue para nada sencillo sacar aquello que el Triviani llamaba amor, porque en efecto, era una manera rara de amor, en algunas partes, incluso, le decían amor apache...

―¿Te parece si mejor vamos a caminar y disfrutar del desierto? Me parece que estamos llegando y me encantaría poder estar a solas, sin ninguna intromisión, a solas contigo ―Le dijo mientras lo tomaba del rostro de nuevo y lo besaba por enésima vez en aquel viaje.

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Tengo una duda u_u

Verán, es que en el plazo que pusieron para las inscripciones, no pude buscar a nadie para hacer equipo, y recién me enteré de que me podía inscribir solito T____T ¿ya no hay posibilidad de que pueda competir? De verdad no me quiero perder la Gala u_____________U

y eso xD

―Si, lo supuse, pero ¿sabes? a veces me gustaría durar con la ropa puesta durante toda la velada, no digo que esta vaya a ser la noche, porque bueno, San Valentín, velas, atmósfera idónea, tragos... me sorprendería si el día de hoy alguna pareja decide ser mojigata ―Se acercó hasta su oído derecho y casi inaudible le dijo ―En el monedero de piel de moke traigo varias sorpresa para ti ―Y dejó que su imaginación volara en su mente.

De pronto, Matthew empezó a meterle mano en los bolsillos de su pantalón. ¿Así, ahí, tan rápido? ¿No iban a ir por un cóctel? Pero pronto se notó la verdadera intención del gitano al estar buscando algo en los bolsillos. Quería dulces, si, dulces, para poder distraer a Candela y poderse ir a perder en las olas de la arena. Keaton no pudo evitar soltar una carcajada, pues su marido solía ser a veces muy raro al tratar de poner romanticismo en sus palabras, era como hablado con un adolescente que no sabía llevar bien un noviazgo.

―Tratas a tu madre como si fuera una niña pequeña... entiendo lo de pequeña, porque es más enana que un duende, pero vamos, una niña no es ―Dijo mientras buscaba en su monedero de piel de moke ―Mira, aquí traigo unos pirulis de sangre, que no creo que le gusten, unas ranas de chocolate, unos caramelos rompe dientes y goma de mascar mágica, ¿cuál quieres? ―DIjo mientras rebuscaba en su monedero con hechizo de expansión indetectable.

Era aquella una de las pocas veces que estaba realmente conviviendo con su esposo después de la boda. Esa boda que le había hecho ganar al mejor hombre del mundo, pero que, por desgracia, le había hecho perder a dos grandes personas. Al pensar aquello, agitó la cabeza como para sacar esa idea de su mente, estaba feliz, y eso era lo que más contaba. Así pues, llegaron a la barra, y Keaton reconoció a Orión y Gatiux, a quienes el gitano saludó y Keaton solo pudo regalarles una sonrisa a modo de saludo.

―¿Cardinale? En mis tiempos de adolescente en la Florencia llevaba algún licor diferente, pero no recuerdo muy bien cual en esto momentos, será bueno probarle con ginebra ―Dijo mientras recibía un beso del Triviani en su mejilla ―A veces me sorprendes demasiado, te amo ―Añadió sin más y posó su ojos azules en los avellana del gitano, tomó su rostro con ambas manos y le volvió a besar pero estaba vez con algo más de pasión ―Nunca me dejes ―Finalizó y dio un sorbo a su bebida que el elfo acababa de ponerles enfrente.

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―Es que la verdad no me agrada demasiado la ropa formal, además, para venir a un desierto, como que no me sentiría a gusto con las ropas de gala, ¿sabes? Y a todo ésto ¿de cuándo acá te importa que uso? Jamás me dejas disfrutarlo, luego luego me quiere sacar todo ―Dijo el ojiazul y sonrió con complicidad a su marido.

Cuando volteó a ver a Matthew, éste se estaba aflojando la corbata, y fue precisamente por ello que le dio más risa el comentario acerca de su vestimenta, ya que al menos él, no lidiaría con aquellas incomodidades, y para ser sinceros, la ropa demasiado formal jamás había sido su fuerte, es más. si pudiera siempre vestirse al estilo RuPaul, lo haría siempre, aunque claro, precisamente a él, como miembro de la Logia, seguro no le permitirían ir vestido así por la vida.

―Precisamente por eso no uso corbatas ―Dijo ayudando a su marido a aflojarse la corbata.

Miró alrededor, la fiesta de llegada, parecía tener bastante concurrencia, él, en lo personal, ya no tenía tanto contacto con demasiada gente últimamente, de hecho, creía que ya solo contaba con su marido y sus hijos, aunque claro, ésto últimos eran uno malditos que lo abandonaban cada tanto. Pero bueno, él era más feliz que nunca en lo que llevaba en Inglaterra desde su llegada desde Italia, ahora gozaba de cosas que jamás creía y tenía al hombre perfecto en como su esclavo sexual marido. Quien por cierto, le estaba invitando un trago e ir a su camarote.

―¿Ves lo que te digo? Tu nada más buscas la manera de quitarme mi ropa que con tanto esmero me dedico a escoger ―Soltó a manera de queja, pero tendió su diestra para que éste le condujera.

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Keaton escuchó, después de saludar a su marido, la potente voz de Candela. Y es que era irreconocible, en la Universidad cada dos por tres se escuchaba su poderosa garganta ordenando a los alumnos que se fueran a clases o simplemente arreando a los profesores a su salones. Era como aquello que los muggles llamaban minions, era una cosa pequeñita pequeñita a lado de cualquiera, es más, el ojiazul podía jurar que la matriarca de los Triviani era poco menos que una cruza con un duende, aunque muy bien disimulada.

―Bueno, mi vida, tampoco es como que no conozca a la suegra, convivo con ella desde hace tanto tiempo, que prácticamente estoy acostumbrado a sus escenas que dejan impactados a todos ―Y era justo lo que estaba pasando.

El repiquetear de sus tacones en el suelo de madera, era tan sonoro que muchos de los asistentes la voltearon a ver, se imaginó a una elfina con tacones y un largo vestido, y rogaba a Merlín que Candela no tuviera la habilidad de Legeremancia, porque sino aquello sería una verdadera matanza. Lo que el Ravenclaw no se esperaba era lo que su esposo le dijo a la mujer. De inmediato sus ojos se abrieron como plato y con pánico vio cómo éste se ponía tras él para escudarse. Lo bueno fue, que pese a eso, Matthew recibió la mordida.

―Soy tu esposo, no tu guarura, maldito gitano del demonio ―DIjo el vampiro con falso enojo y le dio un zape a su marido en la coronilla ―Cande, un placer verte, a ver si te apresuras ya a dejarme viudo, quiero la herencia ―Dijo en pos de la mujer haciéndole una reverencia.

@@Candela Triviani @

Nick: Keaton Ravenclaw
ID: 71651
Conocimiento: Maestría en Escobas
Nivel de Magia: XXXI (espero se haga la actualización antes del 26 D: )
Link a la Bóveda: No. 78794
Link a la Ficha: Ficha Keaton Ravenclaw

Cuando la Black soltó así como así la pregunta, Keaton no estaba preparado para que de inmediato lo abordaran con preguntas de la clase, esperaba al menos un cafecito, un té o así, pero no, la profesora de lleno había entrado en la temática. Sonrió, porque bueno, no era una clase, no una reunión social. Se quedó pensando por unos momentos. Hacía algunos ayeres había visto una película en aquello que los muggles llamaban cine, acerca de un lenguaje que las plantas tenían entre ellas para propagar una sustancia que mataba a los seres humanos...

—Bueno, un lenguaje sería básicamente aquello que sirva para comunicarnos. Señas, sonidos, hasta movimientos corporales —Comenzó —Y en lo referente a las plantas, la verdad es que creo que si, es posible. Siento que de alguna manera se comunican para poderse reproducir y así —Añadió —La verdad es que sobre este conocimiento desconozco absolutamente todo. Lo siento si me equivoco —Finalizó y esperó los comentarios de Gabrielle.

Como él si quería algo de tomar, agitó a Santa Teresa, su varita mágica de cerezo, y apareció una taza de té de jazmín y una pedacillo pequeño de pan. No le había dado tiempo de desayunar muy bien.

Un barco... ¡¿UN BARCO?! Keaton odiaba los barcos, en verdad que si, por lo que cuando tuvieron que abordarlo él era de los más reacios, de hecho, su elfo doméstico lo tuvo que jalar de los tobillos para hacer que se soltara de los mástiles que de la rampa que servía de entrada, lo cual provocó que cuando al fin estuvo arriba, la criatura recibiera un puntapié tan fuerte que se golpeó con la esquina de una puerta de metal que se encontraba abierta y murió por el impacto. El Ravenclaw lo miró con asco y sencillamente lo dejó allí desangrándose.

—Total, ya estaba muy viejo —Dijo sin ningún tipo de remordimiento por haber asesinado a su sirviente —Ahora bien... ¿que diantres hace un barco en la arena? —Añadió y se puso a inspeccionar el lugar.

Para aquella ocasión, el ojiverde no había querido ponerse demasiado elegante, sino que más bien iría en con atuendo casual que le haría verse de maravilla. Además, con ayuda de la metamorfomagia, se había cambiado su cara a una de un hombre más maduro, con barba, ojos azules y notablemente más velludo, lo cual haría enloquecer a su esposo. Su camisa iba entreabierta, dejando ver sus pectorales y su vello en pecho. Pobre Matthew.

Así pues, caminó un par de minutos por el lugar, viendo a la gente que estaba allí, vio a varios conocidos, amigos, familiares y amigos que ahora eran desconocidos. Sonrió ante la cantidad de recuerdos con todos ellos, y a los que no conocía, bueno, la verdad tampoco le importaba hacerlo, entre menos sangre sucia en su vida, mejor. Se colocó su varita detrás de la oreja izquierda y justo terminaba de acomodarla, cuando a lo lejos miró la espalda de su marido. Se acercó con cautela y cuando estuvo a unos metros, les hizo una seña a las personas con las que estaba (reconoció a su suegra, a Valentina y unas cuantas personas más) para que no anunciaran su presencia.

—¡Arriba las manos! —Dijo el Triviani y le tomó del torso poniendo ambas manos en los pectorales de Matthew —Tan hermosura no puede ser real, no entiendo como me diste el si —Dijo ya poniéndose de frente a su marido y, sin importarle la presencia de los presentes, besó con pasión al gitano —Hola, mi vida, hola chicos —Añadió ya saludando.

Vengo con una sugerencia xD

Verán, es algo que he notado desde siempre, pero que jamás me había atrevido a postearlo xDDD y es que en los títulos de los niveles, la palabra Orden está tildada, y no debería de ser así e_é Orden va así, solita, solo se tilda en plural, Órdenes xD

Y eso e_é no me odien, pero es que a la vista se veo feito jaja

@Asmodeus.

Te encantará saber que ya habíamos pensado en esto, por lo que deben estar atentos a las sorpresas que tendremos para esta Gala por parte del Concilio.

Saludines

—¡Oh, vamos! No seas aguafiestas, Rambaldi —Espetó el Ravenclaw al escuchar las palabras de su alumna y soltó una risa divertida.

En el Cuidado de Criaturas Mágicas, siempre, o casi siempre, se corría algún tipo de riesgo, y para las clases, aún más, pues el ojiverde no se imaginaba dando a sí mismo una clase con gusamocos o micropuffs, no, él siempre iba a buscar mayores retos, porque así, como ya lo había hecho en las anteriores clases que dictó, sus estudiantes aprendían más y sería poco probable que olvidaran lo aprendido.

—Y no digas bobadas, desde luego que los libros van a servir, y si no para atacar, si para defenderte. Piensa, ¿cuál de los libros que tienes te da un hechizo y un objeto para protegerte del fuego? —El problema era que la mujer estaba tan asustada por aquella escena, que se quedó muda, porque el Triviani dudaba que fuera tonta —¡Heliké, vamos, reacciona! En el Libro del Druida tienes el polen de los lirios de fuego y el Ignea —Dijo con un poco de frustración.

Igual él estaba acostumbrado a tratar con criaturas, en el Concilio, cuando llegaban las criaturas de cuatro o cinco x, él solía ser el que las acomodaba en sus hábitats temporales, y no era culpa de Heliké no saber cómo lidiar como lidiar con cuatro dragones. Le sonrió para que se animara. El ojiver sacó entonces su varita y se apuntó a sí mismo para que el hechizo funcionara de la manera correcta.

—¡Ignea! —De inmediato, una nube de polvo de lirios de fuego para que el fuego no le hiciera nada. Esperaba que la Rambaldi lo imitara y le siguiera —Sobre los dragones, debes de saber, querida, que su punto débil siempre serán los ojos. El resto de su cuerpo, por más que lo ataques, jamás va a recibir ningún daño, a menos, claro, que tenga alguna escama rota que permita el paso a su carne —Explicó con la voz agitada pues en ese momento una llamarada del Ironbelly Ucraniano le tocó, pero al estar protegido por aquel hechizo, no pasó nada.

Aquello era un desastre, no sabía cómo era que iban a poder, pero al menos deberían de intentarlo, porque debían de restaurar el hechizo que los mantenía sin pelear, ya que si no, las demás criaturas deberían correrían peligro de ser quemadas o comidas por los dragones.

—Bien, trata de cegar al Longhorn Rumano y al Opaleye de las Antípodas, yo iré a por Ridgeback Noruego y el Ironbelly Ucraniano. Un hechizo de conjuntivitis podría funcionar, pero si eres más creativa y sabes otro modo de dejarlos ciegos, perfecto —Dijo el vampiro y se fue a su posición.

@

¡Pero que sorpresa tan grata!

Felicidades a los tres +.+ tengo el placer de tratarlos a los tres en algún punto de su historia forera y han sido geniales.

Cande +.+ creo que eres de lo mejor para moderación, espero que a quien dejen en la Universidad de el ancho a como tu lo hiciste en estos meses.

Binny te voy a extrañar en el Concilio, nos ayudaste muchísimo con los banners y ains +.+ es bonito verte crecer. Se una buena azulada xDD

Jank... xD bueno, tú serás un moderador divertido de ver JAJA pero sabes trabajar en equipo y eso es lo más chido de todo.

Y eso /0/ ahora quiero ver quien queda de diseñador e_é xDD

*Dejo también currículum para la dirección de la Universidad*

@ @@Dylan Dogg entonces... ¿cómo agrego a Dylan al árbol? ¿lo pongo sencillamente como tu marido? xDDD

Perdonen la tardanza, se me había olvidado por una u otra razón pasarme a aceptar gente aquí, pero bueno, ya estoy aquí /0/

Dylan, te agregaré como pareja de mi hija... pero entonces deberemos hacer rol, mira que xDDD Keaton va a tener mucho que decir JAJA

Saludines

El alba... ¿Por qué diantres todas sus pruebas de habilidad comenzaban en eso punto del día? Era de la más tedioso, Keaton no era un hombre que soliera pararse temprano, de hecho, mucho de lo que Emmet le recriminaba en el Concilio era precisamente que siempre llegaba después del mediodía a sus labores en la Logia... Era un mal, por así decirlo, que sólo podía romperse cuando algo de verdad valía la pena su esfuerzo de levantarse temprano, y esa era, precisamente, la prueba para vincularse con el Anillo de la Oclumancia. Sonrió, porque por tercera vez, estaba en aquel lugar para poder presentarse a una prueba más. Metamorfomagia había sido la más sencilla, pero Animagia... Suluk se la había puesto difícil.

—Bueno, igual no creo que sirva demasiado recordar aquellas pruebas, solo tal vez que son procesos que debemos de cubrir para poder obtener la vinculación... Oclumancia puede convertirse en la más difícil —Musitó para él mientras.

Al llegar pues a la orilla del lago, se encontró atada en un pisto una pequeña barcaza además de una cesta con una nota. Era obvio, en esa pruebas sólo contaba con su poder mental, el más poderoso de todos, que emplearía para poder demostrar y demostrarse que era capaz de lograr aquello. Dejó pues su varita mágica de cerezo, que era el único objeto mágico que llevaba, y se subió a la barcaza. Tendría que remar, demostrar que su mente le daba también la voluntad física de poder avanzar. Tomó ambos remos y remó con fuerza. El lago era largo, pero al cabo de media hora, había llegado al otro lado. Su cuerpo no tuvo mayores estragos, pues antes de acudir a la Prueba, había cazado a un squib en el camino, por lo que sed, no tenía, lo cual le ayudó a tener un poco más de fuerza que un ser humano.

Sin embargo, al poner un pie sobre la orilla, una nube ligera de alguna clase de humo mágico se presentó ante él tan rápidamente, de tal suerte que no pudo hacer nada y éste se introdujo en sus pulmones. Los efectos comenzaron de inmediato, la idea de abandonar aquello le invadió la mente como si de un torposoplo se tratara. Por unos momentos, su cuerpo pensó que la orden la daba el cerebro de Keaton, y empezó a moverse por sí solo hacia las afueras, pero el ojiverde no dudó y de inmediato puso un bloqueo. Su mente se imaginó el aroma de su madre, aquellas veces en las cuales caminaban por las calles de Florencia y entraban a los pubs a escuchar las pláticas de los grandes artistas de la época.

Aquello logró colocar una barrera entre aquella brisa tóxica y su mente, y pudo así fijar su mente en lo que realmente quería. Su cuerpo se frenó en seco y el Triviani tuvo de nuevo control sobre su cuerpo. De inmediato, aquella brisa se disipó y se enfiló de nuevo hacia el camino dentro del bosque. Al cabo de unos minutos, una nueva barrera física... Una barrera de piedras, acomodadas de cualquier manera, que le impedían seguir. El Ravenclaw bufó, no tenía tiempo para ello, pero pensó que la prueba era más que solo de Oclumancia, sino también una prueba para valorar la determinación que tenía para conseguir el aro de la habilidad. Sin más, lo escaló, y tras unos minutos agotadores, logró superar el obstáculo... Pero aún no era todo.

Su madre, si, su madre estaba del otro lado del montón de piedras aquel. Por un momento pensó que era imposible que estuviera (porque la tenía encerrada en un ataúd en los más profundo de las mazmorras del Ravenclaw, viva, desde luego, pues también pertenecía a la raza vampírica), pero la representación era tan apegada a la real... Trató de impedirle entonces que continuara, trató de disuadirlo, pero Keaton, al ya estar preparado para aquellas pruebas, dejó en blanco su mente. Repitió aquel método que había utilizado en su última tarea con Sauda en su cabaña... se imaginó a él solo en una habitación blanca, sin nada más que la nada misma. Cerró sus ojos, liberando así aquella influencia mágica y habló con firmeza.

—No, madre, no eres nadie para frenar mi aprendizaje. Debo continuar —Soltó con educación y avanzó a la par que la figura de su madre desaparecía. Y así, al final del camino, vio a la Arcana —Bueno, espero haberlo hecho bien, no me esperaba las pruebas físicas, pero vamos, que fueron divertidas —Dijo con soltura y sonrió a la Oclumante.