Eledhwen

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Escucharon que la indebida había montado en Aethonans. Los globos se miraron los unos a los otros, ¿qué sería un aethonan? Pero como no querían parecer incultos, y Sherlyn explicó que se había sentido como ellos, supusieron que sería algo para volar.

- Sí, bueno - dijo el azul claro - nosotros no hemos volado muy alto, sólo hasta el SAW, pero si volasemos alto, alto, alto, no podríamos volver aquí. Bueno, sí, si nos pinchásemos, pero en caída libre no controlamos muy bien, igual acabamos en un vertedero...

El verde negó con la cabeza:

- Eso tú que no tienes sentido de la orientación, yo sería capaz de dirigir mi caída perfectamente...

Sherlyn comenzó a moverse, y los globitos se empujaban ligeramente unos a los otros para moverse en conjunto y seguir a la Indebida. Se sintieron cohibidos cuando la joven les preguntó por su origen. Alguno incluso se azoró, enrojeciéndose un poco (excepto el rojo, claro, que si se ponía más rojo, combustionaría). Siempre eran ellos los que preguntaban, y la pregunta de Sherlyn les había pillado en fuera de juego:

- Ehhh... nuestro origen... - se miraron los unos a los otros, y el rojo tomó la palabra - cada uno venimos de un sitio distinto, y la dire Sagitas nos agrupó, nos juntó, y nos hicimos amigos...

El amarillo bufó y puso los ojos en blanco:

- Claro, no nos quedó otra, ¡nos ató a todos con el mismo cordel!

El verde se puso nervioso, y comenzó a temblar:

- Yo no quiero recordar mi pasado...

El azul claro le dió un empujoncito consolador:

- Tranquilo, tranquilo, ya pasó...

Finalmente, el rosa zanjó:

- El pasado quedó atrás, ahora estamos felices aquí, con los Accidentosos, ¡son muy divertidos!

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Las puertas del ascensor que funcionaba se abrieron, y segundos después, la indebida Sherlyn entró en la recepción. Los globos, desde las alturas, la miraron con interés. El rosa, que era un feliciano, la saludó con algarabía:

- ¡Hola, hola! Sherlyn, ¿verdad? ¿Qué tal estás?

El globo amarillo, alarmado, hubiese dado un codazo a su compi rosa.

- Chisst, calla... - le susurró - esa es la empleada que quiere secuestrar a uno de nosotros... Sonreídla, sonreídla...

Los globos comenzaron a sonreír todos, y el azul oscuro comenzó a hablar, algo enfadado:

- Pues yo me iría encantado con ella, vosotros a veces me hacéis el vacío, seguro que Sherlyn habla conmigo y me trata mejor - y alzó la voz, para que la chica le escuchase - ¿habéis estado trabajando fuera? Cuéntanos algo, por fi...

Y el resto de globos, comenzaron a escuchar, ya que les encantaba oír aventuras, porque nunca les sacaban de paseo...

Babila llamó Perlanegra a Perenela. Eled miró al recepcionista, alzando una ceja, y cortó al recepcionista:

- Eso es un barco, Babila...

Jack seguía por el despacho, y escuchó su voz, explicando que creía que Perenela estaba mareada. Ella negó con la cabeza, pero ese leve movimiento la hizo encontrarse aún peor. Con un hilo de voz, explicó a la Hufflepuff lo que pasaba. Eledhwen asintió, compadeciéndose de la muchacha.

- Te puedo dar un Filtro de Paz, ayudará a calmar los nervios, y así poder olvidar ese desgraciado momento. También podría eliminar ese recuerdo, pero es algo muy drástico - le explicó la antigua sanadora.

Babila se arrodilló ante Perenela, conmovido ante la vivencia que había sufrido la hija de Sagitas. Eled, cuando le escuchó mencionar un estrangulamiento, le puso una mano en el brazo:

- Babi, eso es muy bonito, pero acabarías en la cárcel, mejor nos encargamos de una manera más... - Eledhwen buscó la palabra correcta - ... legal. Y... bueno, ese remedio tribal tuyo... - la Hufflepuff estuvo a punto de vomitar - mejor lo dejamos como segunda opción, por si no funciona lo "tradicional", ¿te parece bien?

Eledhwen no quería molestar a Babila, sus intenciones eran buenas, pero con todo aquello, ¡Perenela vomitaría hasta la primera papilla!

Escucharon gritos estridentes llamando al recepcionista, y éste preguntó a Eled si se quedaba, o iba a recepción, ya que había prometido a la directora quedarse con su hija. Eledhwen le explicó:

- Me quedo yo con ella, véte tranquilo, y vuelves en cuanto puedas. ¡Ah, por cierto, vino un mensajero con un paquete para tí, está encima de esa mesa! - dijo señalando la caja con la cabeza, distraída, y volviendo a centrar su atención en Perenela.

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KRUMITO, GRINDYLOW

Se escuchaban idas y venidas por el pasillo, gritos, y voces atenuadas, pero Krumito estaba concentrado en el Pensadero, y los recuerdos que iba vertiendo en éste.

- Es como una telenovela... - murmuraba fascinado. Nunca hubiese creído que podría disfrutar de tantas escenas. Era como un máster sobre el comportamiento humano: tantas reacciones, respuestas, actos buenos, malos, peores...

La puerta volvió a abrirse, y esta vez entraron dos magos. Uno era Adrian, y al otro no le conocía. ¿Sería el nuevo desmemorizador que le había dicho la jefa?

Las palabras de Adrian confirmaron ese pensamiento. Krumito alzó un tentác*** y saludó:

- ¿Qué hay? Ten cuidado aquí, esta gente es rara, si te despistas te muerden y te convierten en vampiro, son una plaga... O te rapan la cabeza al cero, o te cuelgan de unos globos y sales volando...

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Los globos parlanchines dormitaban, en el techo de la zona de recepción. Estaban cansados, después de las aventuras de los últimos días (su fuga al SAW, que Zancas les utilizase de zeppelin, ...). Los pobres no estaban acostumbrados a tamañas aventuras, y necesitaban descansar.

El globo rojo roncaba (la tirita que le había devuelto a la vida tenía ese efecto secundario), pero el resto de sus hermanos se habían acostumbrado al ronroneo. El amarillo, que era un poco gruñón y le costaba conciliar el sueño, dormitaba, con los ojos medio abiertos, prestando algo de atención al o que sucedía por la zona baja.

Al parecer, había movimiento en el Departamento de Accidentes. Tomaba nota mentalmente para después pasar la información al resto de globos.

- Punto uno, empleada Sherlyn quiere a uno de nosotros; punto dos, llegada de clienta (realmente los clientes existen, y no son una leyenda urbana); punto tres, cuidado con los colmillos afilados de los desmemorizadores, nada de meterse en sus bocas, riesgo de pinchazo; punto cuatro, empleados nuevos para Desmemorización, chico y chica, ella hija de la jefa y enferma (mantenerse alejados para evitar contagio); punto cinco, la jefa cambió de color de pelo, y tiene el tono del globo naranja; punto seis, repartidor muggle se salta las medidas de seguridad ministeriales, y trae paquete sospechoso...

Repetía las novedades, como un mantra, para que no se le olvidase nada. Entonces apareció un elfo, se plantó delante del mostrador de Babila, que estaba vacío, y comenzó a hablar a nadie en particular. Su voz aflautada despertó al resto de los globos.

- ¿Qué ha pasado?

- Nos hemos quedado fritos...

- ¿Quién chilla?

- Tengo sueño...

- ¿Quién se ha muerto, por qué tanto alboroto?

- Grrraaaaaggghhhh (bostezo globil)

El globo amarillo chistó al resto:

- Callaos... - carraspeó, y gritó al elfo que estaba debajo de ellos - oiga, señor elfo, que habla solo, que detrás del mostrador no hay nadie, el recepcionista está ocupado, pero ahora le llamamos.... - habló con sus hermanos - chicos, a la de tres, grito conjunto avisando a Babila, una, dos, y tres....

Los siete globos gritaron a la vez:

- ¡¡¡¡ BBBBBBBAAAAABBBBBBBIIIIIIIILLLLLLLLLAAAAAAAAAAA!!!!

Finalmente el chico tuvo oportunidad de presentarse; se llamaba Sean di Spinneto IV, y era un ¡nuevo desmemorizador! Y al parecer, ya había trabajado en el Departamento.

- Oh,vaya, ¡bienvenido! - reaccionó Eledhwen - ya decía yo, normalmente no viene mucha gente por aquí... ¿Y dices que has estado antes? Supongo que sería hace años, yo ya llevo año y pico, creo... - comenzó a sumar mentalmente - pues el lugar ha cambiado un poco, hicimos remodelación. Yo la verdad que arrasé un poco el Cuartel, para organizarlo y pintar las paredes, cambiar el mobiliario...

Iba a invitar al nuevo empleado a un mini-tour por el Departamento, cuando otra voz dijo su nombre.

- Al final me lo borrarán... - murmuró, y se giró hacia Adrian - ¡tu pelo! - exclamó alarmada.

Mientras el Wild se explicaba, comenzó a atar cabos.

- m****... los hongos... ¿dónde está el frasco? - masculló para sí, mientras Adrian hablaba y se presentaba a Sean.

Eled sintió cosquillas cuando Adrian le susurró en la oreja. Pegó un respingo, y sonrió a Adrian:

- Él es tu nuevo compañero desmemorizador, Sean di Spinneto IV - miró a Sean - ¿lo dije bien?

Tomó las cajas de donuts y de Babila, y le dijo al Wild:

- Enseña a Sean todo esto, voy a guardar estas cajas, y después a atender a alguien que está mal en el despacho de Sagitas, como sea alguna broma se va a enterar... Para mala, yo, tenía que haberme quedado un día más de relax en Santos Mangos... ¡Enseguida nos vemos! - se despidió de los dos desmemorizadores.

La Hufflepuff caminó con rapidez hacia el Cuartel, antes de ir a Dirección. Tenía que solucionar lo del frasco. Entró rauda en la oficina, y puso la caja de donuts en un lado, y llevó la de Babila consigo.

- ¿Dónde está el frasco? ¿Quién ha removido todo esto? - dijo a Krumito, que farfullaba insultos.

El grindylow la miró furioso:

- Fue la directora, vino aquí y lo toqueteó todo, y ahora ya no sé qué recuerdos he visionado, y cuáles no. Tendré que volver a empezar, ya la vale... Encima va y se cambia el pelo, ¿se cree Naranjito?

La Hufflepuff chasqueó la lengua, y comenzó a toquetearlos también. Tomó uno cubierto de polvo, en el que las letras estaban medio borradas. Acercó los ojos, y leyó:

- ¿Tripas de Yak?? Esto fijo que es de Babila, ¿acaso meterá en este armario sus potingues? - miró a Krumito - ¿has encontrado alguna cosa rara?

El grindylow negó con la cabeza:

- Todo recuerdos.

Eled asintió; tomó aquel frasco guardado, y lo metió en la caja de Babila, después de abrirla. Como suponía, por el ruido que había hecho al tomarla, eran más frascos de potingues. Era igual que la que se rompió en King's Cross y creó el caos, meses antes.

Siguió mirando los frascos, y encontró el que buscaba.

- Sucedáneo de hongos alucinógenos... Te vienes conmigo también.

Lo puso en la caja de Babila, con idea de tomarlo después, antes de entregársela a Babila, por supuesto. Y así, con la caja de frascos, se fue rumbo a Dirección.

- Krumi, no te comas los donuts. Por cierto, hay un desmemorizador nuevo, se llama Sean, pórtate bien con él.

La desmemorizadora avanzó por el pasillo, tocó en la puerta de Dirección, y entró:

- Hola, soy Eledh... ¡Perenela! - exclamó alarmada al ver a la hija de Sagitas con el rostro medio verde, sólo con su estado supo que era ella la paciente a la que se refería.

Dejó la caja de Babila encima de la mesa de Sagitas, y se acercó hasta la Grindewald Potter Blue.

- ¿Qué te sucede?

- Sí, visitas - dijo Eledhwen, tapándose medio rostro con una mano, y sonriendo a modo de disculpa al mago que tenía delante.

Observaba a su prima, corriendo por el pasillo mientras se calzaba, y pensó que al menos tenía sentido del equilibrio, porque ella ya se hubiese esmorrado contra la pared.

- Ella, como acabas de escuchar, es la Directora del Departamento, Sagitas - explicó.

La Potter Blue desapareció en el Cuartel de Desmemorizadores. Entonces el ascensor que funcionaba abrió las puertas, y apareció un repartidor de mensajería, mascando chicle.

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- A las buenas, traigo un paquete de Uganda - dijo, abriendo su boca como si fuese vaca y pastase hierba - busco a... - revisó su carpeta - Balb... Baib... Bambi...

Eledhewn le ayudó un poco:

- ¿Babila?

El repartidor asintió, y entregó a la desmemorizadora una caja, cuyo contenido tintineó al posarse en los brazos que Eled extendió automáticamente.

- Pero, yo no soy Babila... - respondió, algo ofendida.

Al chico parecía importarle más bien poco. Puso una pluma en la boca de Eledhwen, y le acercó la carpeta con el registro.

- Da igual, le conoce, así que le puedo entregar el envío. Ando con prisa, ¿sabe? He aparcado la furgo en doble fila, y no sabe lo que me ha costado encontrar este sitio, tanto, que me han dado ganas de hacer pis, y al entrar en los baños, he encontrado el lugar... Y luego en un control, me han pedido la varita, y claro, yo pensaba que ese tipo quería que me desabrochase el pantalón... ¡Habrase visto!

Eledhwen dejó la caja sobre el mostrador, junto a la de los donuts, y quitó la pluma de su boca, firmando el registro. Después, sacó su varita, y apuntó al repartidor:

- Obliviate - comenzó a explicarle - volverá a su furgoneta, y olvidará todo lo visto y oído en este lugar. Arrancará la furgoneta, y se irá al parking del supermercado más cercano. Allí echará una siesta, y con esa siesta, explicará el tiempo pasado aquí. Gracias por su ayuda.

El repartidor asintió, con rostro obnubilado, y se fue hacia el ascensor. Eled puso los ojos en blanco:

- Este tío era un muggle, aquí se cuela cualquiera... - se quejó.

-------

La voz de Sagitas volvió a escucharse; según sus gritos, había un paciente en Dirección. Eled frunció el ceño:

- Te recuerdo que soy Jefa de Desmemorizadores... - comenzó a decir, pero la voz de su prima volvió a apremiarla - ¡¡¡que ya voy!!! - gritó entonces ella.

Observó a una mujer con el cabello naranja cruzarse con ellos, y poner rumbo a las escaleras. Enarcó una ceja. ¿Esa era...?

- Esto normalmente es más tranquilo... - le dijo al chico.

Miró con fastidio hacia el pasillo; gritos (o alaridos) de Sagitas la reclamaban. Observó a la pelivioleta salir de su despacho, corriendo hacia ella, y metiéndola prisa.

- Sí, sí, sí, está hecho, lo tiene Adrian en el Cuartel, pídeselo, pero hazle un Geminio, para que él también lo tenga... - contestó de mala gana, ¿para tanto era aquel asunto? - Sagitas, tranquilízate, seguramente esa reunión sea para otra cosa, ¿qué le importará al Primer Ministro mi vida? ¡A mí no me importa lo que él haga en su tiempo libre!

¿Por qué estaba Sagitas tan nerviosa? No quería que le contagiase ese nerviosismo, con lo tranquila que ella había ido al Departamento.

- No te preocupes - intentó animarla - será una reunión normal, porque de vez en cuando tenéis reuniones normales, vamos, de esas que los mandamases coméis y tomáis café, y ya está...

Pero la directora no parecía razonar, así que Eledhwen lo dejó por imposible, y volvió a prestar atención al joven castaño.

- Y compórtate - la chistó - tenemos gente...

Edito: para corregir gran incoherencia, efecto secundario de escribir a la 1 de la madrugada...

Eledhwen fue directa hacia una estantería, para tomar pergamino y tinta, y firmar ese papelito que le exigía su prima. Seguía cabizbaja, pensando en sus cosas, cuando escuchó a Adrian. Había dejado de guardar frascos de recuerdos y se acercaba a ella. La Hufflepuff se giró a mirarle, pero se había callado de golpe. Y entonces la abrazó. Al principio se quedó rígida, mientras escuchaba a Adrian pedirla perdón. Pero después, respondió a su abrazo. Se sentía bien así.

- No tienes porqué disculparte, está bien, bueno, no, no estuvo bien... - puso los ojos en blanco, y sonrió - ... pero pasó, y luego, bueno, yo no quise que Matt, o tú incluso, lo revertieseis, así que no te sientas culpable, ¿vale? Fue... - tenía que decirlo en voz alta, él se merecía oírlo, se separó un poco y le miró a los ojos - yo escogí convertirme, lo hice, que te quede claro. Y así se lo dije a Sagitas, y lo firmaré, para que no haya problemas, ni tú tengas problemas.

Sonrió un poco, y se deshizo del abrazo, se ponía nerviosa con el contacto humano (o vampiro en este caso). Tomó el pergamino y lo levantó:

- Y así lo firmaré en este papelito, ¿quieres una copia?

Metió la punta de la pluma en un tintero, y comenzó a escribir:

 

Londres, 7 de octubre de 2013

 

Yo, Eledhwen Hufflepuff, confirmo que me transformé en vampira por voluntad propia, sin amenazas externas ni coacciones, y eximo de cualquier responsabilidad al Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes, a su directora Sagitas Ericen Potter Blue, a Adrian Wild, y al Ministerio de Magia, siendo la única responsable de todas mis acciones a posteriori del momento de la transformación.

 

Firmado: Eledhwen Hufflepuff

 

Se lo pasó a Adrian.

- Así está bien, ¿o tengo que entregar las huellas dactilares también? ¿Sabes que hay una ley en Nueva Guinea de lo más interesante?

La Hufflepuff vació su bolso, sacando un frasco que había requisado en Santos Mangos. Lo dejó en la mesa que estaba llena de frascos de recuerdos, distraída, mientras evaluaba el rostro de su compañero desmemorizador.

- Oye, ¿los vampiros, si comemos donuts, nos sientan mal? He dejado una caja en el despacho de Sagitas, pero seguro que no duran ni un asalto. La otra caja la dejé en el mostrador de Babila, voy a buscarla antes de que se la ventile otro...

Salió de Desmemorizadores, y avanzó por el pasillo. Eledhwen notó un olor humano nuevo. Las personas, según se iba percatando, dejaban aromas, cada uno diferente, y ahora detectaba uno no conocido. Según se acercaba a recepción, descubrió a un chico, alto, de cabellos castaños, husmeando por la mesa de Babila. Eled carraspeó, para hacerse notar:

- Hola, ¿necesitas algo? Soy Eledhwen Hufflepuff, jefa de Desmemorizadores.

Revisó el escritorio, parecía en orden (y la caja de donuts estaba inacta).

Buenos días desde la oscuridad del Dustblue maravilloso!

A ver, lo del interlineado este, yo, como ha dicho Tau, lo vengo sufriendo desde el skin albino. Le daba dos veces (para punto y aparte, y luego línea vacía), y en la caja de texto, o como se llame el editor de respuestas, aparecía bien. Luego, lanzaba el post sin previsualizar, y me encontraba algún párrafo pegado al anterior (había hecho punto y aparte, pero no había dejado la línea en blanco).

Entonces editaba, daba otra vez al enter, aparecía en la caja de texto espacio doble, pero luego ya en el posteo me aparecía correctamente.

No pasé para avisar por no dar más por saco, que ya bastante tenéis, y pensé que se arreglaría solo (como lo de las fotos, que clicaba y no me aparecía el recuadrito, luego se arregló, y no había limpiado cookies ni historial, aunque ya sé que vendría bien hacerlo de vez en cuando, sí, ya... eh otro día XD), pero justo ahora estaba leyendo a Tauro, y dije: se está expandiendo, un virus-come renglones vacíos.

PD: Por ejemplo, ahora sí que estoy viendo que al escribir este tocho, al darle dos veces al enter para dejar el espacio, si le doy muy rápido me avanza demasiado, le doy dos y me avanza como tres

Saludos!

Edito: me ha lanzado "mal" el posteo, aparece así cuando en el editor de texto aparecía así. Entonces hay que hacer triple enter para lograr un espacio libre, o algo parecido?

Había sentido una ligera corriente de aire. Alzó la mirada al vacío. ¿Estaría Jack por allí? Aún así, no le importaba. Las palabras de Sagitas la habían golpeado, como si fuese un saco de boxeo. ¿Un bebé? Algo se revolvió en su interior. A buenas horas, reloj biológico, refunfuñó una voz en su cabeza.

Asintió ante todos los requerimientos de su prima; tanto papel legal para eximir a todos. Lo firmaría, claro, no quería que nadie resultase perjudicado.

- Bien, sí, la haré enseguida... ¿Hay algún documento oficial, o con un pergamino escrito de mi puño y letra valdrá? - de repente sentía ganas de estar sola.

Se puso en pie, y asintió distraída:

- He contactado con un tipo, le conocí en mi etapa muggle... Es carnicero, ¿sabes? Y hace morcillas. Podría pedír unos litros más, y dejármelos a buen precio... Igual pongo un negocio y todo... - dijo, guiñando un ojo - iré al Cuartel, y cuando tenga el documento te lo traigo, ahora te dejo, bien acompañada, claro... ¡Adiós Jack!

Se despidió con la mano, y abandonó el despacho. Caminó por el pasillo, con lentitud. Realmente, las palabras de su prima la habían hecho pensar. Era lógico que hubiese un punto de vista en el que no hubiese pensado, siempre le pasaba eso, actuaba con el corazón, en vez de con la cabeza. Se encogió de hombros, ya no había tiempo para lamentaciones. Recorrió el tramo que le faltaba, y entró en el Cuartel General de Desmemorizadores.

- Hola - saludó a Adrian, y enarcó una ceja al ver a Krumito derramando frascos de recuerdos en el Pensadero - ¿te crees que son sales de baño o algo así?

GORA, BULLDOG FRANCÉS

Gora estaba cansado y tenía hambre y sed; Sagaz había conseguido pillar algún que otro mosquito por el camino, pero él no había encontrado ni una triste charca en la que refrescar la boca. ¿Se habrían equivocado al tomar aquel camino?

- Guau - se quejó lastimero.

Entonces, al trazar una curva en el camino, apareció ante ellos un magnífico castillo. Los terrenos circundantes estaban perfectamente cuidados, y las paredes del castillo, de piedra labrada, le daban un aspecto imponente. ¡Habían llegado!

- Aaaauuuuu - el perro aulló contento, y echó a correr hacia la entrada, seguro que allí les daban de comer copiosamente.

De repente, bajó el ritmo. Siempre se le olvidaba que llevaba a Sagaz encima.

- ¿Guau? - preguntó, intentando notar el liviano peso de la rana en su lomo.

- ¿Pies? - miró con sorpresa los zapatos de Sagitas sobre la mesa, descubriendo que estaban allí, cuando antes ni se había fijado, necesitaba centrarse. Sonrió, negando con la cabeza, y luego volvió a morder el donut - supongo que me costará quitar las antiguas costumbres, aunque tengo que preguntarle a Adrian si los vampiros engordan...

Terminó el donut, mientras notaba la mirada de su prima sobre ella. Lamentaba que la Potter Blue no hubiese tomado ningún donut. ¿Eso sería una mala señal? Finalmente se atrevió a alzar la mirada, y escuchó a su prima, pero que ahora mismo era su Directora departamental.

Antes de contestar, meditó su respuesta, lo que dió tiempo a Sagitas a explicar la ley de Nueva Guinea. Eled la miró con ojos abiertos, y luego se rió con ganas.

- Ya, me gustaría verte matando a tu hermano... Antes irías a Nueva Guinea y obligarías al primer ministro nuevaguineano a revocar ese mandato - dejó de sonreír, y se puso seria - por supuesto que fue un accidente; claro que me enfadé con Adrian, no es algo por lo que darle las gracias, pero... - se quedó pensativa unos segundos - ¿sabes que no hay ninguna muerte dulce? Sí, por mucho que digan: murió tranquilo, en paz... ¿Cuántas muertes hay así? Pocas... - se encogió de hombros - he visto morir a gente, a bastante gente, y... no quiero pasar por eso, no quiero sentir dolor, no quiero ver a la gente alrededor, sufriendo, lamentándose...

Se tocó el cuello en un gesto inconsciente.

- Y de repente tienes la solución delante de tus ojos, no morir, no tener que soportar ese momento... - miró a su prima a los ojos - ... no es por prepotencia, por decir: viviré toda la vida... Si de repente saliese un boggart de ese cajón donde guardas las galletas, yo vería mi lápida...

Se quedó callada, sentada, y tomó otro donut. En serio que debía preguntar a Adrian si los vampiros engordaban si comían comida "normal".

Su prima le dió permiso para pasar, y Eledhwen giró la manilla. Al abrir la puerta, lo primero que mostró fue la caja de donuts, en plan avanzadilla, para que el olor a rosquillas recién hechas y deliciosas embaucase a la pelivioleta. Después, se mostró ella. Sonrió con timidez.

- Hola...

Se sentó en la silla que estaba delante de la mesa de su prima, y le plantó la caja de donuts encima de ésta. Miró alrededor, buscando a los globos, pero no los encontró. ¿Qué les habría pasado? ¿No los habría mordido ella, no? Espantó ese pensamiento. Más o menos había logrado recordar todo lo sucedido desde el mordisco de Adrian, y los globos no aparecían en esos recuerdos.

Miró a su prima. No sabía qué decir, así que tomó un donut, aunque realmente no tuviese hambre, pero ahora mismo estaba totalmente cohibida.

Eledhwen se sobresaltó al escuchar su nombre; era la voz de Adrian, que le avisaba de que Sagitas quería verla en su despacho. La desmemorizadora miró al techo, buscando algo.

- ¿Tiene cámaras de vigilancia o qué? Si no me ha dado tiempo a entrar... - murmuró, y luego miró al Wild. Por la mirada que le lanzó, supo que la pelivioleta quería hablar del "tema". Asintió con la cabeza.

Dejó una caja de donuts encima del mostrador, y se llevó la otra consigo, al despacho de su prima. Mejor entretenerla; esto es como la zanahoria atada al palo, pensó para sí.

Llegó hasta la puerta de Dirección; y pensar que días antes había estado allí de jefaza... Parecía que hubieran pasado meses. ¿Dónde estaba la pata de la bruja de piedra?

Toc, Toc

- Sagitas, soy Eledhwen, ¿se puede?

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KRUMITO, GRINDYLOW

- No me extraña que le borrasen la memoria, menudo pervertido, éste era peor que yo... - murmuraba Krumito, mientras escribía en el pergamino un resumen del último recuerdo que había visionado en el Pensadero.

Para facilitar su labor, y no tener que estar pasándose cada poco al armario de los frascos de recuerdos para tomar uno, había tomado los más antiguos, y los había pasado hacia la primera fila. Estaban cubiertos de polvo, y casi no se leían las inscripciones. Aún así, aquel trabajo le divertía.

- La gente está muy looooca - dijo divertido.

Escuchó pasos al otro lado de la puerta, y se detuvo un instante. Adrian entró en el Cuartel, y le saludó. Krumito asintió. Y entonces el Wild le dió las gracias por intentar salvarle unas horas antes. Krumito se quedó con la boca abierta, y casi se le cae el frasco que tenía en el tentáculito de la sorpresa. Al de unos segundos, se repuso.

- De nada, no hay porqué darlas, majo, supongo que tú harías lo mismo por mí - dijo sonriendo, mostrando sus dientes afilados - ¡pero que quede claro que el que hizo el boca a boca fue la lagartija!

El desmemorizador se puso a trabajar, y Krumito siguió con su tarea. Minutos después, el mago terminó su tarea. Krumito le observó, frunciendo el ceño.

- Parece contento, ¿hay fiesta o algo?

Salió de las escaleras, y se paró junto a la entrada de Accidentes. Con las cajas de donuts en una mano, y el café en la otra. Tomó el último sorbo. Ahora tenía miedo. ¿Sería capaz de desarrollar su trabajo correctamente?

Si hacía memoria, la última vez que estuvo allí, había amenazado con morder a una empleada ministerial que había caído del techo, y después se había cargado un trozo de pared.

- Ese día fue intenso... - murmuró, con una sonrisa tímida.

Observó en el rellano las puertas de los ascensores, uno de ellos con las puertas totalmente descuajeringadas.

- ¡Aquí está la dichosa avería!

Se giró, y entró en el Departamento, adoptando una actitud de "aquí no ha pasado nada". Y recuerda, no respires, se dijo a sí misma.

- ¡Buenos días Babila, buenos días Zancas! - saludó al recepcionista y a su lagartija, que estaban atendiendo a una joven de cabellos oscuros como el chocolate, y cuando le vió el rostro, se dió cuenta de que le conocía - ¡Hola Heliké! ¿Cómo por aquí? Espero que todo vaya bien...

Tiró el vaso de café vacío en la papelera, y miró a su alrededor. Estaba de vuelta. ¡Y ya no había agujero en el techo!

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Aunque tuvo que esperar un poco, utilizó la cabina telefónica para acceder al Atrio del MM. No quería que los donuts se chafaran en los urinarios. Y de mientras, fue tomándose el café. Al pisar el suelo de mármol del Atrio, se sintió extraña. La última vez que estuvo allí, era humana, y ahora era vampira. Saboreó la palabra en la mente: vampira.

Se colocó en la cola para pasar por el control de varitas, y comenzó a canturrear una canción. Sacó su varita, y la dejó encima de las cajas de donuts. Pero pensó que era muy poco profesional, así que la tomó en la mano del vaso de café (con cuidado de no sacarse un ojo cuando se lo acercase a la boca), y en las otras portaba las cajas.

Olía bien. O mejor dicho, alguien olía bien. Comenzó a tararear con más fuerza la canción en su mente. Y entonces, alguien la habló:

- Huele bien.

El mago de delante se había girado hacia ella, y su aroma, ese olor agradable que había notado segundos antes, la golpeó en el rostro.

- ¿Perdón? - dijo la Hufflepuff, noqueada; ¿hablaban de lo mismo?

El mago señaló con la cabeza las cajas de donuts:

- Huele bien, alguien va a desayunar estupendamente.

¡Ah! El olor a donuts... Ya... Entonces comprendió:

- Sí - respondió Eledhwen - en la tercera planta, si se pasa, desayunaremos todos estupendamente.

El hombre, al escuchar la planta, compuso un gesto raro.

- Sí, claro, ehh, otro día... - y se giró hacia delante.

Eledhwen puso los ojos en blanco, y decidió poner a aquel tipo en su lista de personas desagradables (y que deberían ser mordidas).

Entonces algo la sobresaltó; mediante un encantamiento Sonorus, alguien se dirigía a la gente del Atrio. Al parecer, un tal Jank Ravenclaw pertenecía a un grupo revolucionario, o algo así. El Ministerio de Magia solicitaba al colaboración de todos, y tras una amenaza velada, en el caso de que alguien tuviese información, pero no colaborase, la voz se calló. Seguidamente, un montón de panfletos con el rostro del buscado comenzaron a repartirse entre todos los presentes. Eled tomó uno, y observó al mago. Negó con la cabeza:

- Es guapete, pero no me suena de nada.

Dobló el papel, y lo tiró en una papelera. Aquel reparto de papeles a diestro y siniestro le parecía muy poco ecológico. Finalmente, llegó su turno. Saludó al guardian de varitas, que la miró de arriba abajo.

- ¿Ya se encuentra bien?

Eledhwen enarcó una ceja, mientras entregaba la varita:

- Sí... creo...

No sabía a qué se refería el guardián, pero las siguientes palabras del tipo desvelaron el misterio.

- El otro día un compañero suyo la sacó en brazos, desmayada, o dormida. Él parecía muy preocupado - le devolvió la varita - todo correcto, que tenga un buen día.

Eledhwen le dió las gracias, y se dirigió a los ascensores. Uno de ellos estaba estropeado, así que la fila era doble. No le apetecía esperar más, así que se dirigió hacia las escaleras, y comenzó a bajarlas, hacia la tercera planta.

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Había entrado en King's Cross para comprar un café bien cargado, unas cajas de donuts, y, realmente, probarse a sí misma. Pasear por la zona central de la estación, con toda aquella gente caminando con prisa, dejando sus aromas sanguíneos, flotando ante ella. Era una prueba de fuego.

Afortunadamente, los olores se mezclaban con otros muchos; sudor, olor a pies, desodorante, colonias, popó de bebé, café recién hecho. Y si estaba entretenida, y con una píldora en la boca, podía superarlo. Más la valía...

Entró en la tienda de donuts, y tras esperar en la cola (el hombre de delante apestaba a pachuli, por lo que no se le hacía naaada atrayente), le tocó pedir.

- Hola, un par de cajas de donuts variados, y un capuccino grande, por favor.

El dependiente asintió, y comenzó a preparar su pedido. Eledhwen recordó con melancolía que había sido de las primeras personas a las que había desmemorizado. Pobre chico...

- Aquí tiene - dijo él - son 20 libras.

Eledhwen sacó el dinero y pagó. Cuando recogía las cajas y el café, el chico la dijo con timidez:

- Se ha puesto lentillas en los ojos...

La Hufflepuff se quedó paralizada. Al de unos segundos, asintió.

- Sí, eh, buen observador...

Salió del establecimiento, y puso rumbo a la salida de la Estación; tomó un sorbo de café. Afortunadamente, podía seguir disfrutando de aquel sabor, aunque seguramente la cafeína no le haría ningún efecto...

GORA, BULLDOG FRANCÉS

Sagaz no se decidía, así que Gora tomó la decisión, después de escuchar rugir a sus tripas. En aquel Castillo, Linnhe Castle, seguramente hubiese comida. Además, el camino de la derecha parecía más cubierto por las copas de los árboles, y eso haría que no fuesen blanco fácil para aquellas criaturas voladoras (Gora no sabía si un perro y una rana entraban dentro del menú de los caballos voladores, pero después de ver a Beltza comer carne cruda, no quería arriesgarse de ningún modo).

- Guau, guau - le dijo a Sagaz, poniéndose en marcha.

Ofreció a la rana subirse a su lomo; así irían más rápidos, y para él no suponía mucha carga, ya que su amiga la rana era peso mosca o menos. Juntos, seguro que no les sucedería nada (y así hacían algo de turismo).

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KRUMITO, GRINDYLOW

El grindylow escuchó con atención la explicación de la pelivioleta, y se quedó con la boca abierta al escuchar la mención a Midgard. ¿Los humanos también conocían a la gran serpiente de las aguas del Norte? Hasta el Cuartel llegó la voz de Babila, que llamaba a la directora. Las vibraciones del suelo indicaban que el grandullón trotaba por el pasillo, y a los pocos segundos, asomó por la puerta. El recepcionista también pensó que el Wild estaba fiambre.

- ¿Ve? No hemos sido los únicos que le dábamos por muerto... - dijo Krumito, enarcando una ceja (que no tenía).

Después añadió que haría una limpieza de espíritus, y el grindylow alzó un tentác***:

- ¿De paso podrías limpiar mi tanque? Ya que te pones a limpiar...

La lagartija aprovechó, y trepó con rapidez por el cuerpo de su amo, apalancándose en el hombro del recepcionista. Lanzó una mirada arisca a Krumito; ¿otra vez eran enemigos?

Entonces el muerto-no muerto-desmayado se despertó, y escupió a la directora.

- ¡Qué descaro! - mascullo Krumito, pero empezó a agitar un tentác*** a modo de saludo, esperando que el desmemorizador le agradeciese su labor.

Pero el chico parecía confuso, y cuando comenzó a atar cabos, puso cara de asco. Krumito negó con la cabeza:

- Yo me encargué del masaje cardiaco, un acto de total generosidad y amabilidad, y...

Tuvo que callarse, porque todos le ignoraban. Sagitas se puso en plan de directora, y citó al Wild en su despacho para hablar de la nueva no-muerta.

- Jooo, y me lo voy a perder... - se quejó Krumito, pero asintió resignado ante la nueva tarea que la directora le estaba encomendando - ¿pensamientos? ¿míos? Yo pienso mucho, ayer se me ocur.... ¡Ah, no, claro, esos pensamientos!

Señaló el armario de los frascos que contenían los recuerdos borrados de las mentes de las personas. ¿Y cómo sabría cuáles eran? ¿Los podría ver? ¡Qué divertido!

Se fueron todos: Babila con Zancas, y Sagitas, y Adrian. Se quedó él solito, con el Pensadero, que era como una tele de plasma, y los cientos de frascos almacenados.

- Sólo faltan las quisquillas... - murmuró, con una sonrisa maligna...

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KRUMITO, GRINDYLOW

La mujer seguía regañándoles porque pensaba que ellos eran los causantes del estado del Wild. ¿Pero no se enteraba o qué? ¡A ver si en el fondo no era tan maravillosa como él creía! Zancas intentaba mostrarle mediante señas que le sustituyese en la labor, pero la directora no atendía a razones, y Krumito estaba demasiado seco como para decir nada, es más, estaba a punto de desmayarse...

Entonces una cosa verde veloz se acercó, y lo pateó por los aires.... ¡hasta el tanque de agua sucia!

¡chof!

Krumito se sumergió, emergió, volvió a sumergirse, y por fin recuperó el aliento. Observó a la pelivioleta, que había captado lo que sucedía, y les sustituía en su labor. Y Zancas daba saltitos sobre el cuerpo del joven, aunque como la pelivioleta se ocupaba de insuflar y golpear, la lagartija era mera espectadora. Cruzó la mirada con el grindylow, y éste exclamó:

- ¡Touchdown, Zancas! - levantó un tentác*** a modo de pulgar, y añadió - ¡gracias!

La lagartija le había salvado la vida con su patada voladora.

La mujer seguía refunfuñando; así no tendría aire de calidad para insuflar, debía callarse. Pero nada. Y de repente llegó a una conclusión. Dejó de masajear. Y les acusó a ambos, Zancas y Krumito, Krumito y Zancas, de estar bromeando. ¡Y encima les llamaba mamarrachos! Nadie se metía con Zancas, eso sólo lo podía hacer él.

- ¡Oiga, señora, aquí mamarracho su hermano, que se golpeó la cabeza con el armario! Nosotros sólo intentábamos salvarle la vida, no sabemos que los vampiros no mueren porque ya están muertos - agitaba el tentác*** nervioso - Zancas conoce los dragones de Komodo, los cocodrilos, los caimanes, y los camaleones; yo, los pulpos, calamares gigantes, y krakens... Nada de vampiros, ¿acaso cree que ha sido agradable para la lagartija hacerle el boca a boca al mago? Tendrá pesadillas durante el resto de su vida seguro...

Miró a Zancas con lástima, pobrecillo...

Buenos días, vengo a pedir algunos cambios, para actualizar la ficha. Vayamos por partes, espero no dejarme nada.

En la zona superior, sustituir el link de la imagen, que está roto (mea culpa), por el siguiente:

http://i78.photobucket.com/albums/j106/Earendil83/Ficha/ElfaFicha_zpsd65a3362.jpg

http://i78.photobucket.com/albums/j106/Earendil83/Ficha/ElfaFicha_zpsd65a3362.jpg

En el apartado Perfil del Personaje, sección de Raza, cambiarlo y poner (*sé que tengo que ir a Razas a registrarme, si tengo que hacer antes el registro, no modificarlo):

Raza: Vampira

En el apartado Perfil del Personaje, sección de Historia, me gustaría añadir al final el siguiente párrafo:

En agosto de 2013, Eledhwen es mordida por su compañero desmemorizador Adrian Wild, que es vampiro, siendo contagiada, y transformándose en vampira.

En el apartado Pertenencias, sección de Mascotas y Criaturas, modificar y que quede así:

Mascotas y Criaturas:

* Un bulldog francés, llamado Gora, que le regalaron sus padres.

* Una lechuza común, llamada Azkar, adquirida en el Callejón Diagon.

* Un tejón común, llamado Mel el Glotón, mascota del Castillo Hufflepuff.

* Un grindylow, llamado Krumito, mascota del Cuartel General de Desmemorizadores, en el Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes, tercera planta del Ministerio de Magia

 

* Un thestral, llamado Beltza, obtenido tras arduo trabajo en la subasta de los Juegos del Hambre Mágicos, organizados en el verano de 2012. El thestral vive suelto en los terrenos del Castillo Hufflepuff.

En la sección Licencias, Tasas, Registros, en Registro de Criaturas, modificar y que quede así:

Licencia de Aparición: Conseguida

Licencia de Vuelo de Escoba: Conseguida

 

Registro de Criaturas:
* Registro de Gora, bulldog francés
* Registro de Azkar, lechuza común
* Registro de Hodei, elfina doméstica
* Registro de Mel el Glotón, tejón

* Registro de Krumito, grindylow

* Registro de Beltza, thestral

 

En la sección Otros Datos, en Premios y Reconocimientos, cambiar y que quede así:

 

Premios y reconocimientos:
* Nombrada Miss Chess en el Torneo de Ajedrez Mágico Montague Knightley 2011
* 2º lugar en el Torneo de Rol "Mundial de Quidditch 2011"

* Participante en la "Jornada Lúdica de Puertas Abiertas del Depto. de Accidentes Mágicos y Catástrofes", del 13 al 26 de agosto de 2012
* Reconocimiento de "Rolera del mes de Mayo" en el Concurso Mensual del Bosque Prohibido.

Creo que eso es todo. Gracias, un saludo.

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KRUMITO, GRINDYLOW

- Sopla, sopla, más fuerte, más fuerte, así, así... - animaba el grindylow a la lagartija.

¡Quién lo hubiera creído! Los dos archienemigos, trabajando juntos y en equipo para salvar la vida a un mago. Los segundos pasaban, allí no aparecía nadie, y los bichejos empezaban a cansarse, sobretodo Krumito, que fuera del agua sólo aguantaba unos minutos.

Entonces alguien tocó a la puerta, y pidió permiso para pasar.

- Pase, pase... - intentó susurrar Krumito, pero ya ni voz le salía, con tanto bote que pegaba.

Y gracias a Merlín, apareció la Potter Blue, que directamente alucinó con lo que vió: una lagartija y un grindylow realizando maniobras de resucitación. La mujer empezó a pedir explicaciones, acusándoles de una rebelión, porque se lo tomó contrario a lo que sucedía, y Krumito negaba, y seguía saltando.

- Golpe... muerto... nosotros... ayuda... resucitación... - como aquella bruja no captase rápido lo que pasaba, tendría dos cuerpecillos a los que resucitar (o dar sepultura, porque a ese paso...).

Hola, como ando leyendo para recopilar información, no sé si he encontrado lo que busca Lyra. He realizado la siguiente captura:

http://i78.photobucket.com/albums/j106/Earendil83/Capturas/capture-20131002-231032_zps9a3d4c98.png

¿Quizás tú tienes clicada la opción de arriba, y por eso no te aparecen las firmas?? No controlo mucho inglés, pero entiendo que si clicas esa opción, no salen las firmas.

Por cierto, lo de mi problema con las imágenes se arregló solo, ahora clico sobre ellas y se abre el recuadro con la opción para verla, y no limpié historial ni cookies (el día que lo haga estaré tres siglos). En fin, misterios...

Saludos.

GORA, BULLDOG FRANCÉS

- Gruau, guau, gua, guau guau - le explicó el perro.

Antes de nada, se acercó al borde del camino, y saliéndose un poco del terreno marcado, se escondió bajo un árbol. No por él, que resultaría indigesto a aquel caballo volador, si le daba por comerle, sino por Sagaz, seguramente más apetitosa (sobre todo ahora, que había engordado un poco, aunque eso nunca se lo diría).

Según Gora, tenían dos opciones; caminar hacia la salida, que no sabían cómo de lejos estaría (y Sagaz tendría mosquitos para comer durante la travesía), o ir al Castillo ese, que seguro que tendrían comida, y quizás alguien les podría recoger y mandarles a casa, o meterles en una de esas chimeneas, aunque su ladrido de Ojo Loco no era muy bueno que dijera...

- Guau guu - le dijo Gora a Sagaz, que era lo mismo que "eliges tú".

GORA, BULLDOG FRANCÉS

El perrito se apareció en plena naturaleza.

- Guau, guau - ladró alarmado.

Sintió un movimiento ligero sobre su lomo, y sonrió aliviado, ya que eso significaba que Sagaz también estaba allí.

- ¿Croa, crooooa? - preguntó la rana.

Gora gimió un poco:

- Guuammm

Tampoco sabía qué hacían allí. Lo último que recordaba era saltar sobre un montón de papeles de propaganda, en la cocina del Castillo Hufflepuff. ¿Acaso sería propaganda de aquel sitio? ¿O entre los papeles habría algún papel importante de su ama, algo del trabajo, y se habían trasladado allí accidentalmente?

Sagaz saltó al suelo, y croó, animando al perro. Seguro que salían de allí.

Tras unos minutos de caminata por pleno bosque, llegaron a un sendero. Decidieron tomar el camino, y unos cuantos metros más adelante, encontraron un cartel informativo. Sagaz se subió a la cabeza de Gora, Gora se alzó sobre sus patas traseras, y entre los dos intentaron leer la información.

- Guau Guau, Guau Guau - ladró el bulldog (Parque Natural, High Flights).

Sagaz sacó la lengua, y siguió leyendo:

- Croa, croaaa, crooooaaaaa - resumió (a la derecha, el Castillo Linnhe Castle; a la izquierda, la salida).

Los animales se miraron, decidiendo qué hacer, pero de repente sintieron una sombra sobre ellos. Miraron hacia el cielo, ¡y vieron un caballo volador!

- Guau guaaaau guauuu - dijo el perro (como el thestral de la amita).