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Eledhwen

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Mensajes publicados por Eledhwen

  1. El elfo comenzó a preguntar por Sagitas; el evento estaba a punto de comenzar y faltaba la presentadora. Aparte, los sobres con los nombres de los premiados comenzaban a llegar también.

     

    - Eehh.... enseguida viene, tranquilo... - le pidió Eledhwen - pero si me facilitases una radio, por favor, es urgente...

     

    El elfo seguía enfurruñado, pero asintió, y se marchó en busca del aparato. Eledhwen suspiró aliviada. Mientras esperaban, observó al Doctor Who, que parecía muy interesado en todo lo que veía a su alrededor. La Hufflepuff pensó en la desmemorización que le realizaría.

     

    - Oiga, no toquetee, los elfos tienen mala leche - le advirtió.

     

    Uno de ellos casi le pilla la mano con la ponchera, pero aquello también le pareció divertido. El tipo iba a su bola, y se acercó hasta la mesa donde estaban colocados los micrófonos, por los que hablarían los participantes. Toqueteaba, y vocalizaba vocales.

     

    - En serio, pare, por favor - pidió la Hufflepuff, que comenzaba a cansarse - mire, ahí traen la radio.

     

    Los elfos depositaron una radio antigua sobre la mesa.

     

    http://i269.photobucket.com/albums/jj65/sagitaspotter_2008/MM/gbosq2013/0fa22c21-8aff-4e6b-ad37-31eaa6e2b8a0_zps1111014c.jpg

     

    Ni permiso pidió; comenzó a manejar el aparato a su bola. Explicaba cosas, y Eledhwen fruncía cada vez más el ceño.

     

    - ¿Que tiene qué?

     

    Pero entonces pareció alegrarse, había logrado que aquello que quería que funcionase, lo hiciese.

     

    Él hablaba con la radio, y ésta le respondía diciendo "hello" todo el rato. Y una imagen extraña apareció ante el aparato. Eledhwen sacó su varita del bolsillo, y se alejó un poco. Ese tío era mago seguro, un mago bastante extraño, pero mago. Si no, ¿cómo explicar todo aquello?

     

    Entonces de la radio salió la voz de Sagitas. Eledhwen comenzó a gritar:

     

    - ¡Prima, prima! ¿estás bien?

     

    Por el tono de voz, la Potter Blue parecía de lo más alegre. ¡Y ellos tres tan preocupados! ¡Qué falta de consideración! La desmemorizadora se cruzó de brazos, enfurruñada.

     

    Pero el enfado se le pasó pronto; el hombre decía que Sagitas tardaría en volver ¡5 días!

    - ¿Pero dónde está? ¿En Marte? - preguntó alucinada.

     

    Entonces comenzó a negar con la cabeza; Sagitas decía que debería presentar ella la Gala, que el evento debía comenzar. Un elfo puso un papel en sus manos, con un montón de nombres. La Hufflepuff sentía que se estaba poniendo roja.

     

    - No, no, yo no puedo presentar nada; soy muy vergonzosa, tartamudeo en público, me sudan las manos, diré mal los nombres, y.... - chilló nerviosa - ¡voy vestida como la encargada de la limpieza!

     

    Y para defender su postura, sacó su plumero y comenzó a agitarlo ante la radio, el elfo, y el Doctor Who.

  2. El tipo aquel hacía más preguntas que ella, y eso no estaba bien. Él era el recién llegado, él debía responder.

     

    Les mostró un destornillador trónico, o algo así. Eledhwen frunció el ceño: aquello parecía una varita de última generación. ¿Sería un mago extranjero?? En China estaban muy avanzados en cuanto a tecnología, igual los magos chinos habían hecho un injerto de magia y tecnología muggle...

     

    - Igual tenemos una radio en la Carpa, tenemos que ir hacia allí - explicó Eledhwen, pero entonces tuvo que apresurar el paso, el tipo se puso en movimiento - pero oiga, espere, que usted no sabe por dónde se va...

     

    El tipo caminaba a la vez que hablaba; y hablaba mucho. Eledhwen miró a Matt y a Juliene, y puso cara de asombro. ¿Ellos estaban tan perdidos como ella?

     

    - Ehhh, está en la Tierra. Y no, no conozco a las brujas de Emeth, sólo a las de Macbeth... - negó con la cabeza, centrándose, y miró al doctor Who, ya que así se llamaba - yo soy Eledhwen, ella es Juliene, y él Matt - avanzaron unos metros más - y allí está la Carpa, y, por Merlín, que haya una radio...

     

    Las últimas palabras las había dicho más para sí que para el resto, pero no se detuvo a esperar su respuesta. Atravesó la entrada, y pudo disfrutar de la magnífica decoración de la Carpa.

     

    Algunos elfos se movían con rapidez, ultimando los últimos detalles. La Hufflepuff alcanzó a uno de ellos:

     

    - Por favor, vengo de parte de Sagitas - mejor mentir, si no, quizás no la atendiesen - ¿hay alguna radio por aquí?

  3. http://i78.photobucket.com/albums/j106/Earendil83/Desmemorizadores/GIF_06-Eled__zps84c6aecd.gif

    Eledhwen escuchó a Perenela, que se emparejó con Matt; el nuevo jefe de Indebidos dijo que también irían con Sherlyn. La Hufflepuff asintió, así se podrían ir conociendo el equipo de Indebidos.

    - Vale, tacho de la lista estos dos hospitales. Entonces, el otro grupo puede ser... ¿Amya y Adrian? - prefería no tener que ir con el Wild, después de los gritos que se habían lanzado horas antes - Y luego, Sean y yo.

    Sacó un bolígrafo del bolso, y tachó los dos hospitales elegidos por la hija de Sagitas.


    PRINCIPALES HOSPITALES DE LONDRES

    • Addenbrooke's Hospital de Cambridge
    • Children's Hospital Boston
    • Brighton Healthcare NHS Trust
    • Glan Clwyd Hospital
    • Great Ormond Street Hospital
    • Weston General Hospital
    • Bethlem Royal Hospital
    • Brook Hospital
    • The Royal Marsden Hospital in west London
    • The London Immaculate Hat of Apostol Mauritius


    Observó el listado, y decidió dividir los hospitales.

    - Amya, Adrian, vosotros id al Glan Clwyd Hospital, Great Ormond Street Hospital, y Weston General Hospital - tachó los tres nombres - Sean y yo nos quedaremos con los dos últimos, el Royal Marsden y el London Immaculate Hat... lo que sea, por Merlín, qué nombres más largos...

    Miró hacia la zona de entrada de la Estación de King's Cross, como si esperase que alguien más hiciese aparición por allí. Quizás alguna ayuda más para buscar a la Potter Blue...

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  4. Juliene tampoco tenía muy claro si habría una radio en la carpa de la Gala, pero tenía razón, Sagitas había dicho que allí encontrarían de todo, así que también encontrarían una radio. Y si no... ya se encargarían de encontrarla.

     

    Una bola de pelo gigante se acercó trotando, y saludó a Eledhwen.

     

    - ¡Hola Fenrir! ¿Qué haces aquí? - le preguntó Eled, acariciando el lomo del gran lobo.

     

    Matt llegó seguido, y preguntó por lo que estaba pasando allí. Juliene le explicó resumido todo lo que había sucedido en los últimos minutos.

     

    - Así es, tu madre ha salido volando por los aires en un armatroste de este señor Doctor - se giró hacia el tipo - en serio, ¿doctor en qué? - la Hufflepuff era bastante desconfiada.

     

    El lobo se acercó a olisquear al doctor; Eled observó su comportamiento. Sabía que si aquel tipo tuviese malas intenciones, Fenrir seguramente le metería un tarisco...

  5. http://i78.photobucket.com/albums/j106/Earendil83/Desmemorizadores/GIF_06-Eled__zps84c6aecd.gif

    Mientras esperaban la aparición del resto del equipo de trabajo, Sean hizo referencia al cabello de la jefa; él creía que sería más útil el color de cabello que una foto.

     

    - Sí, siempre llama más la atención un cabello de colores extraños, a los ojos de los muggles, que una foto... Si tiene alguna herida en la cabeza puede dificultar su reconocimiento - asintió Eledhwen.

     

    Escucharon un gritito (al igual que los muggles que pululaban por allí), y vieron a Amya acercándose. A los pocos minutos llegó también Sherlyn. Eledhwen sonrió.

     

    - Muy bien, estamos todos.

     

    La indebida Gryffindor les ofreció la lista de hospitales. Eledhwen le dió las gracias, y observó los hospitales que quedaban.

     

     

     

    PRINCIPALES HOSPITALES DE LONDRES

     

    • Addenbrooke's Hospital de Cambridge
    • Children's Hospital Boston
    • Brighton Healthcare NHS Trust
    • Glan Clwyd Hospital
    • Great Ormond Street Hospital
    • Weston General Hospital
    • Bethlem Royal Hospital
    • Brook Hospital
    • The Royal Marsden Hospital in west London
    • The London Immaculate Hat of Apostol Mauritius

     

    Eledhwen miró al resto de accidentosos, y les explicó:

     

    - Hay que dividirnos, ¿cómo queréis ir? - después, se paró durante unos segundos mirando fijamente a Matt; ¿por qué retrasar el anuncio? A más jefes, más responsabilidad dividida - y por cierto, ¡enhorabuena Matt! ¡eres el nuevo jefe de Indebidos!

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  6. Eledhwen no había hecho demasiado caso a la conversación que Sagitas había iniciado con aquel hombre misterioso. La Hufflepuff no sabía porqué su prima la miraba así de mal, pero Eled la ignoró, prestando atención a aquel tipo.

     

    - ¿Doctor en qué? - preguntó inquisitiva.

     

    De repente abrió la boca, estupefacta; ¿aquel tipo no sería muggle? Nooo, no podía ser. ¿Qué hacía un muggle en el Bosque? Se quedó mirando su varita, y luego al desconocido doctor, y negó con la cabeza nuevamente.

     

    El cacharro aquel tenía nombre. Sagitas se había ofrecido a arreglarlo, ya que al parecer se había estropeado (algo lógico, con tanta llamarada). Se metió en Tardis, aunque al tipo no pareció gustarle la idea. Sagitas estaba diciendo lo grande que era el sitio.

     

    - ¿En serio? ¿No habrá un par de trajes de gala para Juliene y para mí? - preguntó Eledhwen a Sagitas.

     

    Pero entonces la cosa aquella se puso en marcha; doctor gritaba a Sagitas que no tocase nada, pero aquello no paraba y se alejaba.

     

    - ¡Por Merlín! - exclamó Eledhwen - ¡prima, vuelve!

     

    Miró al hombre, y le dió igual. Sacó su varita:

     

    - ¡¡Finite, finite!!

     

    Intentaba detener el encantamiento que hacía volar al cacharro, pero todo era inútil. Sagitas desapareció en la cabina voladora. Eledhwen miró a Juliene con cara de preocupación.

     

    - ¿Y ahora qué hacemos?

     

    Entonces el hombre se acercó a ellas, y dijo que necesitaba una radio para contactar con Sagitas, para que le devolviese la nave.

     

    - ¿Y un Patronus no funcionará mejor? ¡O un vociferador!

     

    El tal doctor la miró extrañado, y Eledhwen se sintió algo ofendida; sus ideas eran buenas. Aunque si el tipo era muggle... ¡pero los muggles no volaban en cabinas voladoras! Al final, la Hufflepuff murmuró:

     

    - Yo tengo una radio... pero lejos de aquí - miró a Juliene - ¿crees que en la Carpa habrá alguna?

  7. Sagitas la golpeó con suavidad, para llamar su atención, y gesticuló para indicarle que se destapase los oídos. Eledhwen la obedeció, y entonces escuchó a la pelivioleta decir que ella tampoco sabía qué era aquello... Parecía preocupada, hasta que su rostro se iluminó feliz, y comenzó a hablar sobre los erumpents.

     

    - Y dale... - murmuró Eled, y cansada, siguió a su prima, que se puso a andar - ... como aparezca un erumpent y nos dé con su cuerno, ya verás qué risa...

     

    Caminaron un poco, en dirección al ruido, y finalmente encontraron su origen. Afortunadamente, para Juliene y Eledhwen, y desafortunadamente para Sagitas, aquello no era un erumpent. Era una especie de cabina telefónica, pero más grande y azul, en vez de roja y estrecha, como la que daba paso al Ministerio de Magia.

     

    Y de su interior apareció un hombre, tosiendo y pidiendo un extintor. Eledhwen frunció el ceño, cuando de repente vió que aquel habitáculo estaba en llamas. Juliene le preguntó al tipo que quién era, pero la Hufflepuff estaba más preocupada por el conato de incendio. Levantó algo y murmuró:

     

    - ¡Aquamenti!

     

    Pero el agua no salió. Había apuntado con el plumero. Masculló, lo tiró al suelo, y sacó su varita del bolsillo.

     

    - ¡Aquamenti!

    Ahora sí, un chorro de agua brotó de Argia, y dirigido hacia las llamitas, apagó el fuego. Después, la Hufflepuff, recogió el plumero, y se lo enganchó nuevamente en el cinturón.

     

    - Es que son algo caros... - se explicó.

  8. Hola Lyra, no sé si te refieres a las "reglas de obligatorio cumplimiento", pero si es a eso, quedan abajo del todo, al final de la página, a la derecha, al lado de "Privacy Policy". Te dejo una captura, que así se ve mejor:

     

    http://vvcap.net/db/9moWbEY2bCW0KhNavKTX.png

     

    Respecto a lo de que a veces no deja lanzar un posteo tras editarlo, me lo apunto, porque a veces no me ha dejado lanzar, y no recuerdo si tenía alguna mención. Lo que hice fue apagar el switch, y después ya me dejó lanzar tranquilamente. No sé, al final toqueteando botones voy solucionando cosillas (hasta que al final desaparezca todo, y me lleve un disgustillo XD).

     

    Y ahora que ya llené dos líneas, me voy. Saludos!

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  9. - ¿Una gala? ¿La gala del Bosque?

     

    Eledhwen miraba todo con una mezcla de admiración y temor; ella no tenía pinta de asistir a una gala. Estaba de acuerdo con Juliene, no iban vestidas para la ocasión (y Juliene ni tan mal, pero ella...). Sacó el plumero del cinto, y lo agitó ante Sagitas:

     

    - Me confundirán con la chica de la limpieza...

     

    Claro. Sí. Alcohol. Sangre. Vodka. Lo que fuese. Para presentarse en una gala con aquellas pintas, necesitaba algo, que le diese confianza. Pero no. Ella no entraría allí. Se quedaría escondida en el baño, o algo así.

     

    Sagitas tuvo que empujarlas para que aceptasen entrar en la Carpa, elegantemente preparada. Eledhwen iba con el ceño fruncido, y el plumero en la mano. De cada dos pasos que daba, retrocedía uno, lo que dificultaba que entrasen en el lugar. Y entonces se llevó las manos a las orejas, tapándoselas, ya que un ruido estruendoso resonaba por el lugar.

     

    - ¡¡¿Qué es ese ruido?!! - gritó, imitando la pregunta de su prima, pero con las orejas tapadas ni la había oído.

     

    Del Bosque salía una luz, y Eledhwen estaba segura de que no la producían las luciérnagas. Era una luz demasiado intensa, como de un foco gigante. Miró a Sagitas y a Juliene, pero la vampiro tenía tanta cara de sorpresa como ella, y lo peor de todo, Sagitas tampoco parecía saber qué era aquello.

     

    - ¿No es cosa tuya? - le gritó Eledhwen a su prima.

  10. http://i78.photobucket.com/albums/j106/Earendil83/Desmemorizadores/GIF_06-Eled__zps84c6aecd.gif

    Cuando entró en King's Cross, la voz femenina procedente de los altavoces pronunció las palabras "vandalismo" y "alboroto público". La Hufflepuff se mordió el labio. Esperaba que los accidentosos no tuviesen nada que ver con aquello.

     

    Miró a su alrededor; la gran estación de trenes había recuperado su ajetreo habitual y los muggles se movían como siempre, centrados en sus pensamientos, pero con una habilidad asombrosa para esquivarse entre sí.

     

    Localizó a los tres desmemorizadores junto a Matt. Se encaminó hacia allí. Al llegar, se dió cuenta de que los rostros estaban tensos. Supuso que era debido a la desaparición de Sagitas, y su preocupación.

     

    - Hola - saludó - ahora vendrán Amya y Sherlyn; la Gryffindor tiene un listado con los hospitales muggles que hay en Londres. Xell y Lisa ya tienen los nombres de los tres primeros, y dividiremos el resto entre nosotros. La búsqueda será sencilla: ir a la zona de información, y preguntar por una posible paciente ingresada el día de la explosión de gas. Quizás dar el nombre no sirva, ni la descripción física, porque si está herida no haya podido decir cómo se llamaba, y la descripción física... - se quedó pensando; Sagitas tenía algunos rasguños y heridas, pero no demasiado preocupantes como para dificultar una identificación - el problema es el color de cabello, no sé si seguirá con el pelo naranja, o habrá recuperado el tono violeta de siempre.

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  11. http://i78.photobucket.com/albums/j106/Earendil83/Desmemorizadores/GIF_06-Eled__zps84c6aecd.gif

    Rol Ministerial:

    En busca de la directora perdida

     

    Eledhwen salió del elevador, rodeada de gente. Había tomado uno diferente al de las demás empleadas, ya que las palabras de Babila le habían dejado preocupada. Esperaba que el recepcionista no destrozase el lugar en busca de alguna criatura peligrosa que solo lo fuese ante sus ojos. Zancas y Krumito no podían ser, ya que eran viejas conocidas, y cazarlas no supondría mayor peligro, sinceramente. Pero a saber qué era lo que Babila quería cazar.

     

    Observó a lo lejos que tanto Sherlyn como Xell se acercaban hasta la Fuente Mágica a echar una moneda. ¿Debería hacer ella lo mismo? ¿Necesitarían suerte para encontrar a Sagitas? La Hufflepuff rebuscó en sus bolsillos, pero no tenía un triste knut. Además, siempre sentía que la bruja coja de la fuente la miraba mal, cualquier día recobraría el movimiento y la atacaría por sorpresa...

     

    Avanzó con rapidez hacia la zona de los urinarios; era la salida más rápida para luego ir rumbo hacia King's Cross.

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  12. La Hufflepuff notó cómo un papelillo revoloteaba en el aire, sobre sus cabezas, y finalmente se coló en el despacho de la directora. ¿Sería importante? Esperaba que no. No quería que los de arriba se enterasen de la desaparición. De acuerdo, sí, Lisa Weasley, Jefa de Seguridad, se había enterado, pero Xell la entretendría un poquito, dándoles un poco de tiempo para encontrarla.

     

    Amya también había visto el documento, y dijo que no sabrían de qué se trataba. Eledhwen asintió.

     

    - Espero que no sea nada urgente, porque tendrá que esperar... - comentó la Hufflepuff.

     

    Entonces la Adler se puso en marcha, hacia los ascensores. Sherlyn la siguió, y Xell y Lisa. La Hufflepuff miró a Babila, que la echaba con cajas destempladas, mientras le decía que tenía que cazar algo peligroso.

     

    - ¿Qué tienes que caz... - fue a preguntar Eledhwen, pero se lo pensó mejor, y decidió que no quería saberlo - cuida del Departamento, Babila, volveremos con Sagitas.

     

    Y tras esa despedida con el recepcionista, Eledhwen se fue hacia los ascensores también.

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  13. Eledhwen seguía a su prima cada vez más convencida de que debería haberse quedado en el Bloody, seguro que la radio se había arreglado sola, y ahora Fernando José estaría declarando su amor a Gloria Camila, en la radionovela.

     

    - ¿Luciérnagas?? - repitió la Hufflepuff, que tenía un poquito de asco a los insectos, por muy luminosos que fuesen.

     

    Pero Sagitas seguía andando, cada vez más profundo. Y de repente, señaló algo. Un caminito iluminado con decenas de velitas y faroles. La vampira frunció el ceño.

     

    - ¿Qué está pasando aquí?

     

    Caminaba, esta vez con paso más lento, examinándolo todo, pero Sagitas las empujaba, a ella y a Juliene, metiéndolas prisa.

     

    - ¿Pero qué es esto? ¿Una fiesta? ¡¡Las manos me huelen a desinfectante!! - se quejó Eledhwen, ella no podía ir a una fiesta con la ropa de limpiar el bar, ¡si hasta llevaba un plumero enganchado al cinto!

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  14. Buenas noches,

     

    yo estoy en la lechuza que comenta Sagitas, y utilizo también IP.Board, pero ella me comenta que usa Chrome, así que puede hacer lo que comentas, pero yo estoy con Firefox, así que ni idea. Ha sido de repente, además a partir de un posteo, los restos anteriores están en letra normal, y sólo me pasa con esa lechuza, no sé, es muy raro :/

     

    ¿Puede tener que ver que el posteo a partir el cual comienza la negrita sea un copia y pega de un documento de word?

     

    Edito: estoy haciendo pruebas, mientras escribo un mensaje, la letra es normal, en el previsualizador de arriba, es normal, pero luego a la hora de lanzar, aparece en negrita.

     

    Edito 2: Hemos dado a la gomita que pone "borrar formato", y ya va todo ok, no sé si te servirá también a tí, Lacrimosa.

  15. Eledhwen compuso un gesto ante la pregunta de (May) Juliene; le había hecho recordar el episodio del último halloween, algo que era mejor olvidar. Pero asintió.

     

    - Sí, Sagitas insiste en ir - respondió, y añadió susurrando - y no sabes lo insistente que puede llegar a ser...

     

    La Black Lestrange debía estar muy aburrida (o muy loca), ya que aceptó ir con ellas. Eledhwen asintió sonriendo; mejor tres que dos. Notó un empujón que la hizo atravesar la puerta del Bloody y salir a la calle. Sintió un escalofrío; realmente había cambiado la temperatura. Vale que era casi invierno, pero un cambio tan repentino no era muy normal...

     

    Sagitas caminaba en cabeza, mientras hablaba de los planes. La Hufflepuff frunció el ceño:

     

    - Los erumpents son peligrosos, y sus cuernos más...

     

    Aún recordaba la explosión ocurrida en San Mungo unos años atrás.

     

    Entonces se detuvieron; Sagitas se había chocado con una estatua. La pelivioleta comenzó a quejarse contra el ayuntamiento, por plantar en medio de la acera aquella figura. Eled puso los ojos en blanco:

     

    - Claro, vas sin mirar por dónde caminas...

     

    Pero realmente aquel lugar era muy inadecuado para poner una estatua, por muy decorativa que fuese. Afortunadamente, Sagitas dejó de protestar, y continuó hablando sobre el Bosque, advirtiendo sobre las zonas tan tupidas por las hojas y ramas de los árboles, que no permitían el paso de la lluvia.

     

    - Si no permiten el paso de la lluvia, tampoco entrará la luz, ¡deberías haberme dicho que trajese una linterna! - se quejó Eledhwen, rascándose inconscientemente la nuca. Quizás debería aprender a hacer caso a su nuevo instinto vampírico, pero estaba demasiado molesta con el tema de la radionovela como para preocuparse por esa sensación de que alguien la observaba...

  16. Amya no decía nada; Eledhwen no sabía si eso era bueno o malo. Entonces un grito de Xell interrumpió el silencio. La rubia decía que se llevaba a la Jefa de Seguridad para buscar a Sagitas. La Hufflepuff suspiró; ¿implicar a una de las personas más importantes (y con más mal genio) en aquello sería bueno? Eled se encogió de hombros, y respondió también a gritos:

     

    - Bien, bien... Toda ayuda es buena... - o eso decían, ¿no?.

     

    Se quedó con le ceño fruncido ante la petición de que les dijesen un par de sitios en los que buscar; en Londres había muchos hospitales y centros médicos. Técnicamente, podrían descartar los hospitales privados, lo que reduciría los sitios, pero... deberían hacer un listado de los hospitales, para organizarse mejor. Eledhwen se mordió el labio, preocupada. ¡Ella no pensaba en aquellas cosas!

     

    Sherlyn se ofreció a ir con ellas, pero Eledhwen supo al instante que a la Weasley no le gustaría que rompiesen su dualidad.

     

    - No, Sherlyn, vente con Amya y conmigo, ellas... - observó a las dos chicas - ... ellas irán a su aire, se compenetran bastante bien...

     

    Observó a Babila, que hablaba a todas excepto a Eledhwen (seguramente estaba enfadado por la negativa de la Hufflepuff para darle dinero con el que comprar una piscina a la lagartija). El recepcionista entregó un papel a Sherlyn. Después, comenzó a gritar con un megáfono, llamando a Sagitas.

     

    Si eso funciona, le compraré a Zancas una piscina climatizada con jacuzzi y baño turco, pensó para sí la desmemorizadora. Después, se acercó a Sherlyn, que sostenía el papel de Babila. Eledhwen leyó por encima, y sonrió. El recepcionista era muy eficiente. A su manera, pero muy eficiente.

     

     

    PRINCIPALES HOSPITALES DE LONDRES

     

    • Addenbrooke's Hospital de Cambridge
    • Children's Hospital Boston
    • Brighton Healthcare NHS Trust
    • Glan Clwyd Hospital
    • Great Ormond Street Hospital
    • Weston General Hospital
    • Bethlem Royal Hospital
    • Brook Hospital
    • The Royal Marsden Hospital in west London
    • The London Immaculate Hat of Apostol Mauritius

     

    - Sherlyn, dales a Lisa y Xell el nombre de los tres primeros hospitales, para que busquen por allí. Luego Amya, tú y yo iremos a King's Cross, a reunirnos con el resto de empleados, y repartiremos el resto de los hospitales.

     

    La Hufflepuff se sobresaltó; a su lado pasó un león plateado, rugiendo mientras avanzaba hacia la salida. Miró a Lisa, y supuso que era el patronus de la Jefa de Seguridad.

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  17. Eledhwen se volvió, mientras esperaba que Amya contestase; la Adler tardaba en responder, por lo que igual estaba resolviendo algún asunto muy importante. Entonces escuchó una voz detrás suyo; Sherlyn le preguntaba si podía ir.

     

    - ¿A King's Cross? Por supuesto Sherlyn, entre todos tenemos que encontrar a Sagitas, todos debemos buscarla - le dijo a la Indebida - si quieres puedes ir con el resto de compañeros, yo tengo que informar a Amya, y después iremos hacia allí también. Quiero consultarla cómo proceder... Y antes de nada, informarle de la desaparición de su hermana...

     

    Babila también se acercó hasta allí, diciendo algo de un dinero para comprar una piscina para Zanca. La Hufflepuff negó con la cabeza:

     

    - Babila, déjate de piscinas, las piscinas son para el verano, ahora es invierno, si Zancas se baña ahora, se acatarrará...

     

    Perenela se acercó también, pidiendo a Eledhwen que le devolviese el colgante prestado horas antes.

     

    - Por supuesto, Perenela, aquí tienes, gracias.

     

    Entonces la puerta de Reversiones se abrió, y Amya apareció, como si acabase de despertar. Eledhwen frunció el ceño, aunque tocó la puerta de madera ante la mención de los muertos que hizo la Jefa de Revertores.

     

    - Mejor no hablar de eso... - murmuró, y se quedó ensimismada.

     

    Tan ensimismada que Amya se escabulló por la puerta y salió al pasillo. Se dirigió hacia Babila, y comenzó a advertirle sobre Zancas y su poca educación a la hora de hacer sus necesidades. Luego comenzó a preguntar por Sagitas. Eledhwen negaba con la cabeza ante todas sus propuestas sobre lugares en los que podría estar la pelivioleta. Finalmente, Eled le explicó:

     

    - Tememos... - tragó saliva - ... tememos que esté en un hospital muggle...

     

    Ese, ciertamente, no era la gran preocupación de Eledhwen; ella había trabajado en los hospitales muggles, y al final, más tarde o más temprano, lograban curar a la gente, en casos como los de Sagitas. No. A ella le preocupaba que estuviese en la morgue de alguno de esos hospitales...

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  18. Puso los ojos en blanco. Es el estrés por la situación, se dijo, ignórale.

     

    Adrian estaba desatado, y como su genio se contagiase al resto de los empleados, acabarían atacándose entre ellos. Por eso dejó que se marchase. Pero tras él salió Perenela, hecha una furia también. Al cabo de unos segundos escucharon su voz airada proveniente de recepción. Eledhwen esperaba que no cometiese un tiocidio. La directora en funciones miró a su alrededor; quedaban Sherlyn, Matt, Jack, Sean, y Krumito. El grindylow estaba en silencio. Incluso él parecía afectado.

     

    - Tenemos que tener fe, va a aparecer, es una de las mejores brujas que conozco, y sabe moverse entre muggles, ¡por Merlín, es la profesora de Estudios Muggles! Así que, lo más seguro, es que esté entretenida con ellos, descubriendo algún aparato extraño, y no se haya dado cuenta de lo tarde que es - dijo Eledhwen.

     

    Intentaba animarles, pero ella misma no tenía ni ganas de sonreír. Se giró para tomar su túnica, y después se encaminó hacia la puerta. Matt se había adelantado, y decía en recepción que él la había perdido.

     

    - Estábamos trabajando, Matt, la estación era un caos, debíamos atender a los muggles - dejó caer, con voz cansada, antes de ir a tocar la puerta de Indebidos. Había que informar a Amya - nos vemos en King's Cross.

     

    Se encaminó hacia el despacho de Indebidos, y tocó a la puerta.

     

    - ¿Amya? ¿puedo pasar? - preguntó. ¿Cómo reaccionaría la Adler?

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  19. Adrian pareció cambiar de opinión, giró, y se sentó en el sillón, quedándose en el Cuartel, y animando a Sherlyn a responder. Eledhwen le miró airada. No le había gustado su tono con la Gryffindor. Sherlyn no contestaba, mientras ponía en orden sus ideas, supuso la Hufflepuff. Todo el mundo estaba nervioso. La tensión podía palparse en el ambiente.

     

    De repente Adrian le gritó a Sherlyn. Eledhwen le señaló con el dedo:

     

    - No pienso tolerar que la grites, o te calmas, o te vas... A buscar a Sagitas, o a donde te dé la gana - ella también sabía chillar.

     

    Finalmente Sherlyn comenzó a hablar, y explicó a los presentes que en San Mungo no tenían noticias de Sagitas; tampoco estaba por el Callejón, ya que habían comprobado en la Floristería cuando pasó Sherlyn a comprar unas flores para la pelivioleta. Matt también había revisado algunos negocios y las mansiones, con resultado negativo.

     

    Aquella noticia sentó como un jarro de agua fría a la desmemorizadora. ¿Y ahora qué? Por su mente pasó la imagen de su prima muerta, en cualquier funeraria muggle, sin identificar, sin nadie que recogiese sus pertenencias.

     

    Se quedó en silencio, pensativa. ¿Y ahora qué hacían? ¿Por qué tenía ella que pensar un plan? Ella sólo quería borrar mentes y guardar recuerdos en frasquitos de cristal. No quería tener que mandar, tener que organizar un plan de búsqueda.

     

    Se frotó la mejilla, antes de que una lágrima se deslizase por ella. Y entonces, comenzó a hablar:

     

    - Hay que buscarla; iremos a King's Cross, seguiremos el rastro, el último lugar en el que fue vista, y luego en los hospitales. Tiene que estar en algún sitio, y la encontraremos.

     

    No se creía aquellas palabras ni ella misma...

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  20. Esperaba con nerviosismo las palabras de Sherlyn, al igual que el resto de los allí presentes. Por eso le molestó el sonido de un portazo, y después unos gritos atenuados. Eledhwen se extrañó; ¿acaso Xell y Lisa estarían discutiendo?

     

    Pero no eran ellas. Adrian apareció en el Cuartel de Desmemorizadores; tenía el rostro contrariado, enrojecido, manchado con algo que parecía sangre. Mientras avanzaba a pasos gigantes hacia su silla, para recoger su túnica, dijo que iba a buscar a Sagitas. Eledhwen quiso decirle que esperase, que Sherlyn traía noticias.

     

    Pero el Wild iba a su bola, y tras lanzar una amenaza velada al responsable de la desaparición de su hermana, hizo una burda burla a Eledhwen, como pidiéndola permiso.

     

    La Hufflepuff abrió la boca, desconcertada. Aquel gesto le sentó como una bofetada, doliéndole más que un tortazo de verdad. ¿Acaso se pensaba que al resto no le afectaba la desaparición de Sagitas? ¡Por Merlín! Era su prima, y aparte de ella, también estaban pasándolo mal su hermana, su marido, sus hijos, su sobrina, sus amigos...

     

    Tras unos segundos, en los que la Hufflepuff tuvo que calmar sus nervios para no salir tras su empleado y estamparle la cabeza contra la pared, se giró hacia Sherlyn, y sonriéndola, la habló con calma:

     

    - Por favor, Sherlyn, cuéntanos.

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  21. La Hufflepuff enarcó una ceja, ante un alarido de Amya, procedente de Indebidos. Zanca la lagartija ya estaba liando alguna. Eledhwen negó con la cabeza, sin entender.

     

    Tras unos segundos que parecieron horas, Xell y Lisa se separaron; la Vladimir, con sus dulces palabras, informó a Lisa de que el informe ya estaba listo, y que podrían revisarlo juntas, mientras tomaban un té. Eledhwen asintió.

     

    - Genial, pues yo me piro... - murmuró, y se dirigió a la puerta.

     

    Entonces Xell preguntó por los globos, aunque todo el mundo (menos Lisa) sabía que se refería a Sagitas.

     

    - Todavía nada... - le respondió la Hufflepuff, con preocupación en su voz.

     

    Pegó un sobresalto, al notar algo en su trasero. Se giró. Pero sólo era Zanca; la lagartija, ante la actitud "hostil" de Amya (más bien grito), habría huído, y ahora estaba de tour por la Sala de Juntas. La bicharraca, sabia ella, se retiró con rapidez del cuerpo de Eledhwen, antes de que ésta le soltase un manotazo.

     

    Justo en ese momento apareció Sherlyn, que volvía de su "misión" con los globos. Saludó, y se percató de la presencia de Lisa. Entonces, precavida, preguntó por Zanca.

     

    - Zanca le ha dejado un regalito a Amya, Sherlyn, por eso se ha molestado la jefa de Revertores.

     

    Perenela le dijo a Eledhwen que se marchaba hacia el Cuartel, para liberar la Sala, y se llevó a Sean con ella. Estuvo a punto de decirla que se quedara, porque Sherlyn traería noticias, pero la presencia de Lisa la cohibía.

     

    - Está bien, pero no os marchéis del departamento - le dijo Eledhwen.

     

    Matt bromeaba también con Sherlyn, pero Eled tenía ganas de interrogarla sobre lo que habían descubierto. Miró hacia arriba, y los globos se movían nerviosos. Y el rosita no sonreía.

     

    Eso me da mala espina, pensó Eledhwen, rosita siempre sonríe.

     

    La solución vino de manos de Lisa, que pedía un ratito a solas en la Sala de Juntas, para analizar el informe junto a Xell. A Eledhwen le faltaron segundos:

     

    - Ahora mismito os dejamos a solas. ¡Venga, vamos! - exclamó la Hufflepuff, metiendo prisa a Matt y Jack, y agarrando del brazo a Sherlyn.

     

    Les llevó por el pasillo hasta el Cuartel de Desmemorizadores, y abrió la puerta con brusquedad. Perenela estaba sobre una mesa, balanceando las piernas, y Sean de pie. Krumito abrió los ojos al ver a Eledhwen, y su mirada transmitía intranquilidad, miedo, aburrimiento, enfado, y furia a partes iguales.

     

    - Siento interrumpir - dijo Eled, pero no esperó a las palabras de Perenela y Sean. Se giró hacia Sherlyn, y comenzó a preguntar - ¿estuvisteis en San Mungo? ¿estaba allí Sagitas?

     

    Cerraba los puños con tanta fuerza que se estaba clavando las uñas en las palmas de las manos.

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  22. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/05_DIRECCION/GlobosParlantes_zps088543fd.png

     

    Los globitos se callaron a petición de Carolina. A veces no se daban cuenta de que con sus voces aflautadas podían resultar algo molestos, así que mientras las muchachas hablaban, permanecieron en silencio.

     

    La sanadora Luz del Carmen explicó que mantenía amistad con Sagitas a raíz de que la dire le salvase la vida.

     

    - Es que la dire es muy buena - dijo el rosita, sonriendo apenado.

     

    La sanadora comenzó a llorar, y fue consolada por la enfermera que la acompañaba. Los globos se movieron nerviosos, les incomodaba ver llorar a una humana.

     

    Tanto Carolina como Luz del Carmen parecían coincidir en la idea de que Sagitas estuviese ingresada en un hospital muggle. Los globos ahogaron un gritito.

     

    - Pero los muggles... - el amarillo tembló - ... ¡¡los muggles son desastrosos!! - terminó gritando.

     

    Sherlyn explicó a las empleadas de San Mungo que debían marcharse, rumbo a Accidentes, para intentar solucionar el problema y localizar a Sagitas. Agradeció la ayuda que les habían prestado, y les dijo que les informarían por carta de cualquier novedad respecto a Sagitas.

     

    Los globitos asentían ante las palabras de la empleada de Indebidos, y cuando Sherlyn tomó la cuerda que les ataba, y se dirigió a la salida del Hospital, se despidieron, hablando al unísono:

     

    - Gracias por todo, crucen los dedos para desear que aparezca la dire... - el azulito añadió - ... nosotros no podemos, que no tenemos dedos...

     

    Al abandonar San Mungo, Sherlyn les explicó que era imposible que la pelivioleta estuviese en un hospital muggle.

     

    - Ojalá, pobrecilla si hubiese acabado en un sitio así... - asintió el rojito.

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  23. El contacto con Xell pareció aplacar a Lisa, que solicitaba ayuda a la Vladimir, ambas unidas en el abrazo. Decía que sólo quería que le diesen el informe. Eledhwen bufó ante estas palabras:

     

    - ¡Pero si en ningún momento le hemos negado el informe! - bramó (bajito), y se cruzó de brazos enfurruñada - si los hubiese pedido por favor, todo hubiese ido como la seda...

     

    Amya, tras ofrecer unos consejos anti-vejez a la Jefa de Seguridad, quejarse por un pisotón de Xell, y bromear ante la amorosa escena, decidió ahuecar el ala y abandonó la sala de juntas.

     

    - Huye, cobarde... - masculló Eled, que comenzaba a enfadarse (una vez pasado el susto de su futura muerte a manos de Lisa).

     

    Babila, que se recuperaba rápido de los sustos y las impresiones, se alegró por la escena de amor y felicidad, y comenzó a ofrecer tés a las dos brujas, aún enlazadas en un abrazo. Ofreció también una tisana a Eledhwen, que negó con la cabeza.

     

    - No, gracias, Babila - respondió - quiero un trago pero no de infusión - de repente tenía mucha sed...

     

    Entonces, por la puerta de la Sala de Juntas, asomó Matt. Con rostro preocupado, preguntó qué había sucedido. También se interesó por su madre. Eledhwen comenzó a moverse lentamente, saliendo de su parálisis momentánea, y le respondió:

     

    - No pasa nada, la Jefa de Seguridad ha venido a pedirnos los informes sobre el incidente de King's Cross, y como lo ha hecho de forma tan amorosa, Xell le agradece el gesto con un abrazo - dijo con el ceño fruncido, pero para hablar de Sagitas relajó el gesto, y cambió el enfado por la preocupación - todavía nada - consultó su reloj - no creo que Atria y Sherlyn tarden mucho más en aparecer de vuelta...

     

    Esperaba que trajeran buenas noticias.

     

    La sala comenzó a llenarse de gente; en escasos minutos llegaron Perenela y Sean. Traían el informe y el recuerdo de testimonio de las desmemorizaciones llevadas a cabo. La Hufflepuff observó a Sean, que lo depositaba en la mesa central. Elevó el tono de voz, y se dirigió a Lisa:

     

    - Señorita Weasley, aquí tiene el... - se ahorró una palabra malsonante - ... informe.

     

    Después, se giró hacia los empleados.

     

    - Bien hecho, chicos, al parecer, lo necesitan en Seguridad. Finalmente, nuestro departamento es imprescindible - comentó con orgullo (para hacer chinchar a Lisa, si es que la había oído).

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  24. Gracias por contestar, Crazy.

     

    Entiendo que para atraer a nuevos usuarios hay que poner algo de cebo :), para que piquen y decidan registrarse. Ahora ha pasado el "boom" de Harry Potter y ya no entramos tan a saco a buscar temas relacionados en internet. Mostrar lo que ofrece el foro me parece lógico. Cuando me registré era más privado, no sé si quizás algún subforo estaba abierto, ¿libros y películas igual? No sé, de todos modos, la distribución era diferente, y el juego de rol no estaba tan desarrollado.

     

    No sé, así pensando, yo creo que las zonas en las que quizás la gente se abre más, y puede hablar con confianza algo que a los ojos de extraños pueda resultar "interesante", sea la zona de "Las tres escobas", donde se sociabiliza más, y se deja a un lado el personaje rol para mostrar (a veces inconscientemente) nuestro yo.

     

    Pero bueno, sin más, era que como el tema de la privacidad en internet de vez en cuando sale en los medios por algún suceso desagradable, pues por comentarlo.

    Gracias por tenerlo en cuenta. Un saludo.

  25. Ni Babila tuvo que salir a buscarla; de repente Amya apareció, y al parecer había estado escuchando tras la puerta, por lo que Eledhwen no tendría que explicarle nada. La Hufflepuff la sonrió con timidez, luchando contra el impulso de salir corriendo, y cerrar la puerta, para que la Adler se encargase del tema. Pero no. Permaneció allí, paralizada.

     

    Amya intentó espantar a Babila, pero el recepcionista continuó en la sala de juntas. Se presentó a Lisa, y preguntó por el motivo de la visita de la Jefa de Seguridad.

     

    Babila intentaba explicarse ante Lisa, con su lista de "algos". Eledhwen negaba con la cabeza, como si tuviese un tic nervioso. Quizás fuese eso también. Quizás estaba a punto de sufrir una crisis nerviosa. Sobretodo cuando escuchó a Babila recomendando a la Jefa de Seguridad del Ministerio de Magia que se hiciese una lobotomía.

     

    - Estamos muertos... - murmuró la Hufflepuff, sin saber dónde meterse.

     

    Amya intentó poner paz repartiendo gominolas, pero a no ser que tuviesen drogas, poco lograría. Probó también con el peloteo, y finalmente, usó la baza de Xell.

     

    La Weasley estalló; señaló a Eledhwen y le dijo que no la amenazase.

     

    - Yo no amenacé, sólo expuse un hecho ocurrido meses atrás y que creía adecuado recordar... - masculló enfurruñada.

     

    Pero la Jefa de Seguridad estaba descontrolada. Tras dirigir unas palabras a Amya, se giró hacia Babila, y le apuntó con su varita.
    Eledhwen abrió la boca anonadada:

     

    - Oiga, me está recriminando por un malhechor que se coló aquí para atacar a Babila, ¿y ahora le va a atacar usted?

     

    Daba igual; seguía pegando gritos como loca. Reclamó los dichosos informes, y dijo que no se movería de allí hasta obtenerlos. La varita seguía señalando al recepcionista. Eledhwen no sabía qué hacer.

     

    ¡Y de repente un grito! Xell había aparecido, como caída del cielo. Eledhwen incluso creyó escuchar a los ángeles cantando. Estaban salvados (Amya, Babila y ella), vivirían un día más, verían amanecer de nuevo. La Vladimir abrazó a Lisa, explicándola que ellos eran su familia (un poco disfuncional, sí, pero familia al fin y al cabo). El cuerpo de la rubia estaba pegado a la varita.

     

    - Por favor que no la atraviese ningún rayo verde, por favor... - comenzó a rogar la Hufflepuff. Bastante tenían con una baja en el Departamento, como para añadir otra más.

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