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Emily Karkarov

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Todo lo publicado por Emily Karkarov

  1. La luz que emite la jaula que aparece de los diez símbolos se amplifica al punto que los obliga a cerrar los ojos. Cuando Emily puede volver a abrirlos se cerciora que el centauro está dentro de su prisión sin forma de escapar. Aun así Berenci trata de que en su rostro no se refleje emoción alguna, ni decepción por no haber podido vencer a los magos. Parece más bien pensativo, posando sus ojos durante unos segundos sobre cada uno de los presentes. Cuando los ojos del centauro miran a Emily, ella cree que puede ver una ligera muestra de satisfacción, quizás porque es Karkarov quien ha quedado “marcada” con la maldición, aunque no en la gravedad que Berenci hubiera querido. Hay unos minutos de silencio, que comienzan a tornarse incómodos. Cuando piensa en amenazarlo para que dijese algo el centauro se le adelanta. «Cuando la que deseaba el exterminio caiga, su semilla del conocimiento será plantada, cuando el árbol del conocimiento florezca el orden y el caos volverán a luchar no habrá morada que se mantenga en paz ni ningún ser que no se vea envuelto en la batalla» Berenci sonríe de medio lado, no porque se ve obligado a revelarles la segunda parte de la profecía, sino porque lo que plantea en la primera parte de la visión es un panorama desalentador. Para todos es claro que habla de una batalla, que los días de relativa paz que estaban viviendo llegarían a su fin. «Resurgirá el vampiro mercader Ni el bien ni el mal se mantendrá en el poder Desde tierras lejanas se encontrará ayuda inesperada Cuando los elementos se manifiesten Y la voz del pasado les advierten Busquen a la persona destinada Centauros y sus aliados deben resguardarse Y de sus rencores deben olvidarse Confíen en las estrellas y no caigan en decadencia» -Qué emocionante – comenta con ironía la bruja -. ¿Qué hacemos ahora? ¿regresamos por el mismo camino para encontrar la manada de centauros? No menciona qué van a hacer con Berenci, siendo una opción liberarlo en caso de que alguno de ellos supiera como abrir la improvisada pero efectiva prisión en la que estaba. El centauro tampoco parece protestar por su situación. Emily asume que él sabe como liberarse, mas aceptaba la desventaja en la que se encontraba.
  2. Un dolor intenso la alcanzan en las costillas, con especial énfasis en su lado izquierdo, lado hacia el que se dobla del dolor. Ha estado observando a Goderic por lo que es imposible que el rayo haya surgido de su varita mágica. Sigue la trayectoria del rayo y encuentra que es una de las gárgolas a la izquierda de su tío la que ha enviado el hechizo en su contra. El shock inicial hace que pierda valiosos segundos recuperándose del dolor, algo asqueada con el propio olor de su sangre empapando su ropa. Piensa en un Vulnera Sanentum, uno de los poderes que recientemente habían aprendido a controlar y que sin duda era la mejor opción que tenía en ese momento para curarse. El efecto cierra sus heridas y para de inmediato la sangre que veía preocupantemente brotando por su cuerpo. Seguramente no le quedarían cicatrices ni marcas que pudiera lamentar después. Vuelve a respirar con tranquilidad, recuperando su posición erguida, volviendo a posar sus ojos sobre Goderic. No dura mucho tiempo en tranquilidad, pues un embrujo punzante amenaza sus facciones y llenan sus ojos de lágrimas que parecen que no pueden caer. El dolor es significativamente más soportable que el del sectusempra, aunque la sensación de hinchazón sobre su rostro es algo que preferiría no sentir más. Sin embargo, decide que el embrujo punzante no es tan grave. Puede aguantar un poco más a que el efecto pase, esperando que no quede nada “mal” con su rostro como efecto secundario. En los pocos segundos que tiene, procede a pensar en una ofensiva. Y hay un hechizo que ha utilizado en prácticamente en todas sus pruebas. -Cinaede -susurra, agarrando con fuerza la varita mágica. El veneno debería infectar a Goderic lo suficiente para afectar sus vías respiratorias, inicialmente, y luego su sistema nervioso. Aunque estaba segura de que no llegaría a esos extremos, al menos lo haría perder algo de tiempo, pues sospechaba fuertemente que intentaría usar el caudex en su contra.
  3. Las rodillas le tiemblan un poco cuando sus pies tocan tierra firme, encontrando el equilibrio suficiente para mantenerse de pie. Hubiera sido vergonzoso para ella caerse en frente de Goderic y la Uzza, especialmente si considera que se ha comportado de forma decente durante la clase. La sensación de pérdida de equilibrio se dio principalmente por el drástico cambio de escenario, de la densidad del suelo bajo sus pies y la estructura de las paredes que las rodeaban. Lo primero que se pregunta es dónde estoy. Puede ver escritos, ¿runas?, escritas por todos lados, aunque no eran distinguibles a la distancia, por lo que descarta ponerse a interpretarlas por pura curiosidad. Sus ojos luego se fijan en las gárgolas a lo alto de las paredes. Su aspecto era algo aterrador. Si se las quedaba mirando por mucho tiempo juraría que movían sus ojos. La voz de Runihura la interrumpe justo cuando miraba fijamente a una de las gárgolas más cercanas, intentando descifrar qué era lo que se veía sospechoso en ellas. Cierto que está en la prueba de la clase; cierto que debe enfocarse en el duelo más que en la extraña energía de las gárgolas. Sintiendo que ha perdido su oportunidad para hablar, solo asiente con la cabeza ante las indicaciones de la adolescente frente a ellos. Cuando la uzza les hace saber que pueden empezar, Emily retroceder unos metros para alejarse de Goderic, siete metros aproximadamente. Nunca había sido buena con las distancias. -¿Listo? – pregunta, confiada en que las cosas irían bien. En todas las ocasiones en las que tuvieron que hacer junto las pruebas finales las cosas habían estado dentro de su control. No espera confirmación y conjura su vara de cristal. No la ha conjurado hace tiempo, por lo que siente extraña la varita mágica en su tamaño actual, con su material parecido al cristal y con labrado en tono azul que contrastaba con el oscuro color del roble. Sin perder tiempo conjura un sectusempra, haciendo que varias heridas aparecieran en la piel de Goderic, similares a las que había hecho Runihura durante la clase.
  4. Durante toda la clase Emily se ha sentido observada. Los ojos de Runihura eran intensos y su expresión era de pura curiosidad. No va a admitirlo en voz alta, pero de cierta forma la pone nerviosa, no lo suficiente para distraerse de proteger su integridad física de los animales que la están acechando, pero sí lo suficiente para medir sus movimientos ante la mirada de la uzza. Emily piensa que su apariencia juvenil e inocente la hacen aún más amenazantes que otros uzzas con apariencias más rudas, como Bakari. Cuando Goderic y ella logran controlar la última de las serpientes -alguna de ellas congeladas bajo la fina y poderosa capa de hielo creaa con las semillas – pueden tener unos minutos de descanso. Debe admitir que no ha sido una clase en extremo peligrosa, ni de aquellas en las que tenía que correr por su vida. Sin embargo, la presión mental de hacer las cosas bien y con cuidado eran suficientes para que se sintiera agotada. Efectivamente el descanso solo dura unos minutos. El tono en la infantil voz de Runihura le indicaban a Emily que algo estaba por venir. Sus explicaciones eran buenas y por lo general le dejaban pocas dudas, pero siempre venían con un ejemplo que no siempre era placentero. El ataque esta vez no la toma tan desprevenida, pues las heridas sangrantes en Goderic sirven como una alerta para la bruja, aunque no puede hacer nada para evadirlo, sabe que el sectusempra va a golpearla en cualquier segundo. El intenso dolor hace que lagrimee un poco y su mente se ponga en blanco unos segundos. Toma varias bocanadas de aire para tranquilizarse y recuerda utilizar el Vulnera Sanentum. El efecto es inmediato y toca el punto de humedad en su ropa, llena de sangre. Aunque la sensación es incómoda, en su piel no quedan marcas ni heridas semi curadas. En otras circunstancias habría utilizado su amuleto de curación, o tal vez un simple episkey. Pero el objetivo de la preparación era utilizar el vulnera de forma correcta y que este hechizo se convirtiera en otra opción para protegerse en futuras ocasiones.
  5. El vínculo es hasta más serio que el matrimonio, el verdadero hasta que la muerte los separe. Emily no puede evitar decirlo entre dientes, todavía sorprendida por la seriedad que el vínculo supone. ¿Por qué alguien querría vincularse de esa forma? Conseguir mejores capacidades mágicas, y sentidos agudizados se podía conseguir por otros medios como pociones y hechizos. No cree que, de aprobar su vinculación con el libro, sea un poder que vaya a utilizar en el futuro próximo. Quizás algún día podría encontrarle utilidad, pero en ese momento Emily solo puede divagar sobre cuanta gente estará "felizmente" vinculada. Sus divagaciones finalizan cuando Runihura empieza a explicarles el Caudex. Lo primero que piensa cuando ve el amuleto es que es bonito. Aunque el pensamiento es ciertamente simple e infantil no puede evitar observar la forma en que la luz se refleja en el ópalo, siguiendo su rastro. Pero el amuleto pierde el encanto para Emily cuando la uzza lo pasa sobre el pecho de la bruja. Siente como si algo le cortara la respiración por unos segundos, luego un cosquilleo que recorre todo su cuerpo, comenzando desde las puntas de sus dedos. No necesita la confirmación de Runihura sobre lo que ha pasado. No la necesita. Sabe que ha activado el Caudex y que la ha dejado sin magia. Posiblemente es el momento en que más perdida se ha sentido hasta la fecha. Le falta algo. La única sensación que puede compararse es la pérdida de un sentido. Recuerda las veces en que ha estado ciega -a causa de algún hechizo- pero en definitiva estar sin magia era peor. También recuerda el estar petrificada, siendo capaz de verlo y sentirlo todo, pero sin la habilidad de moverse, causándole pánico. La varita mágica en su mano se siente inútil. Si no fuera porque estaba en público en medio de una clase, quizás se hubiera puesto a llorar, no porque no pudiera recuperar su magia, sino porque con cada segundo que pasaba la sensación de vacío se incrementaba. Ahora sentía una renovada admiración hacia Valkyria Karkarov, que había quedado sin magia durante algún tiempo. La marca en la frente comienza a molestarle. Aunque un torbellino de pensamientos pasan por la mente de Emily, la bruja no ha sido capaz de articular palabra. Y a pesar de que fueron solo minutos, ella ha sentido como que pasaron horas y horas hasta que Goderic utilizara el Expavescerent. -Gracias Murmura. Agarra con firmeza su varita mágica, conjurando semillas de hielo para paralizar las serpientes que más cerca se encontraban a sus pies, agradecida por vivir nuevamente esa sensación -recién descubierta- de la magia corriendo por su cuerpo.
  6. Voy a morir en una misión de la que no recuerdo cuál era su finalidad, genial, Emily El intenso dolor comienza en su abdomen, extendiéndose hacia sus extremidades inferiores. Realmente no quiere hacerlo porque piensa que muestra debilidad, pero siente en sus ojos las lágrimas formándose de forma involuntaria y la energía poco a poco dejando su cuerpo. Le gustaría tomar su varita mágica e intentar hacer algo para protegerse, pero no tiene la fuerza suficiente y es en ese momento en que piensa que para cuando el resto se de cuenta de lo que le sucede ya sería muy tarde. En retrospectiva no sabe si es era su propio pesimismo -y que literalmente sentía que la vida se iba de su cuerpo- o si la maldición no solo había causado dolor físico, sino también mental. Afortunadamente, Kaori había notado que el primer ataque de Berenci había sido solo una distracción y había llegado hasta ella para auxiliarla. Hubiera querido agradecerle en ese momento, pero solo puede cerrar los ojos y esperar que lo que fuera que estuviera invocando funcionara. Poco a poco la respiración de Emily comienza a regularizarse y tiene la fuerza suficiente para incorporarse. Curación piensa, por si tiene algún efecto positivo en ella. Si bien no hace nada sobre la maldición o sus secuelas,, que todavía desconoce, sí siente un poco más de energía, que combinada con el enojo propio de haber sido la víctima más reciente de Berenci, aumentaban su voluntad de seguir con la misión. —Gracias Kao, te debo la vida, literalmente Dice Emily, aun moviéndose lentamente, aunque con más color en las mejillas y los labios. Sabe que deben reagruparse y atacar o dividirse y atacar. No encontraba más soluciones. Piensa en un confundus intentando desorientar a Berenci y lanza al aire en su dirección arena de hechicero pensando que de esa forma lograría obtener al menos un poco de tiempo para que pudieran armar una estrategia o recargar energías y seguir atacando. Si estaba en lo correcto, invocar el poder de las estrellas podría ayudarlos. Estrellas de la constelación de escorpión como Antares, Acrab, Dschubba, Sargas, Shaula, Girtab, Jabbah, Al Niyat, Wei y Lesath.
  7. —Pues…. él es mi tío — La insinuación de Runihura la toma por sorpresa, pero se repone rápidamente, contestando en una pausa que hace la uzza, justo antes de empezar a explicarles sobre el vínculo. Emily la escucha con atención, pensando que debía existir un alto nivel de confianza e intimidad entre quienes quisieran utilizar el vínculo del Libro de Merlín, simplemente porque se dejaba expuesta la mente y las emociones de una forma que ni la legilimancia lograba alcanzar. Así mismo, suponía que con el vínculo la oclumancia sería inútil para ocultar algún pensamiento y aquello le generaba algo de recelo. Emily no se creía capaz de acceder a vincularse con muchas personas, quizás la excepción siendo su compañero actual de clase, pero solo si no le quedaba otra opción… o si Runihura los obligaba. —Yo quiero saber —comienza Emily, pensando en como formular su pregunta justo cuando la uzza les da un momento para expresar sus dudas—, entiendo que el vinculo termina quien ha creado el vínculo muere, pero ¿qué otras formas hay de terminarlo? ¿cuánto tiempo dura este vínculo? Hubiera querido preguntar si era algo bidireccional, es decir, si ambos pudieran beneficiarse de la mejora de la fuerza física y de la capacidad mágica, pero prefiere dejar la duda para después de que Runihura contestara sus primeras interrogantes y, además, eso le daría tiempo suficiente a Goderic para que, de tener dudas, las pudiera decir. También se decide por no preguntar sobre el caudex aun, siendo evidente que la guerrera tenía planes para utilizar el amuleto más adelante en la clase. Tampoco es que tuvieran mucho tiempo para platicar. De un momento a otro la tierra bajo sus pies empieza a moverse y de reojo puede ver varias criaturas moviéndose, dispuestas a atacarlos. Su primera reacción fue utilizar el fuego compacto, el rayo desintegrando algunos de los escorpiones que estaban más cerca de sus pies. Acto seguido invoca un obsistens, creando un cerco luminoso que le servía de escudo, algo arrepentida de no haber pensado en crear el escudo antes de exterminar a los primeros escorpiones.
  8. -No, definitivamente contenerla no es buena idea… vamos a tener que distraerla, que nos de tiempo de avanzar Susurra Emily, tratando que el cansancio y el nerviosismo no se refleje tanto en su voz, agradecida con Kaori por el detritus que todavía funcionaba como una defensa y que le había permitido seguir al ritmo del grupo por el camino de las tentáculas, pues Emily no sabía bien como manejarse con las plantas venenosas; herbología nunca habia sido su fuerte y uno de sus grandes temores desde niña era caer en un lazo del diablo. De ser una situación diferente quizás ya hubieran invocado un portal para salir de ahí, pero habían pasado tanto tiempo caminando, aparentemente en la dirección correcta, luchando contra acertijos y contra la misma naturaleza, parecía que estaban tan cerca de descubrir lo que necesitaban que retirarse se sentiría como la última de sus opciones. Ahora la mantícora era un gran problema. En defensa contra las artes oscuras y cuidado de criaturas mágicas habían sido mencionado lo peligrosa que era la criatura, lo resistente que era su piel a los encantamientos y lo letal de la picadura de su aguijón. Quizás entre todos podrían intentar detenerla hasta que les de tiempo suficiente para avanzar por la parte del bosque que tenía bloqueada. -¡Corpus patronus! -invoca un hipogrifo, que aunque no es tan grande ni letal como la mantícora sí tiene características que podrían ayudar a distraer a la criatura. Luego Emily invoca sus criaturas de sombras, aunque se suponía eran grandes criaturas con garras y fuerza similares a las de la mantícora, Emily las mantiene parcialmente como sombras bajo la criatura, con la orden de detener como pudiesen su cola de escorpión. -¿Te encuentras bien, Kao? – pregunta, para acto seguido renovar el detritus, haciendo que la fina capa rodeara a las brujas nuevamente.
  9. Finalmente se preparaba para la clase del libro de Merlín. Tenia una presión muy grande de realmente aprender sobre la magia que podría manejar si lograba vincularse con el libro. No porque alguien más le haya impuesto el aprenderlo -el simposio de ladrones hacia tiempo que no la "obligaba" a ello- sino por una cuestión de orgullo en su autopreparacion. Además que fallar era, literalmente, muy caro. Llevaba tiempo sin trabajar y viviendo de sus ahorros. Era suficiente para vivir cómodamente, pero no para derrochar en clases y libros. Se pone unos jeans, unos botines, una camisa blanca que le cubre los brazos y una chaqueta que seguramente terminará guardando en el monedero de piel de moke, sospechando que estarán en algún lugar imposiblemente desértico, como usualmente se daba en las clases con los uzzas. Agarra los amuletos y los guarda en el monedero, aunque el del caudex lo deja a la mano, sabiendo que seguramente deberá utilizarlo durante el entrenamiento. Al llegar al punto de partida, no se sorprende de sentir sus pies sobre la arena y el sol quemando su piel. Camina con cuidado siguiendo el rastro, evitando caer en alguna trampa. Aunque mantiene un paso relativamente rápido sabiendo que podría atacarla alguna criatura en cualquier momento, aun sabiendo que era muy pronto para empezar con las "pruebas" de los uzzas. Cuando al fin divisa dos figuras, muy diferentes entre si, se acerca con rapidez, suplicando internamente que no hayan estado mucho tiempo esperando por su llegada. Se siente algo incómoda por llegar tarde, pero no puede hacer nada para remediarlo, a excepción de actuar con tranquilidad. -Buenos días, guerrera. Dice mirando a la pequeña figura de la guerrera, aun sorprendiéndose por su apariencia, a pesar se ser la terca vez que tendría una clase con ella. En cierta forma se siente preparada. Runihura tenía tendencia a hacer juegos -algo peligrosos- para probar si sus alumnos eran dignos o no, lo cual a Emily le suponía un reto y un gran entretenimiento en partes iguales. Luego mira a su derecha y sonríe ampliamente, diciendo en voz más baja un "hola, Gode". Esperaba que pudiera ser una buena clase
  10. ID: 89984 Libro de Hechizos: Libro de Merlin Justificante de compra del Libro (Link a la bóveda trastero): link Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=83743 Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=806
  11. Planilla de compra: ID: 89984 Nick: Emily Karkarov Link a la Bóveda Trastero: bóveda Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: bóveda Link a Tópic de la clase o a la prueba: prueba Nivel Mágico: 43 Fecha: 2022-05-01 Nombre del producto: Libro de Merlin Consumible o Libro de Hechizo: Libro de hechizo Nivel (del libro): 40 Precio: 40,000 G Precio total: 40,000 G
  12. Emily se queda en silencio por cinco segundos, aunque ella los siente como cinco minutos. Recapitula lo que ha pasado, porque aun no entiende al cien por ciento como ha podido terminar con el duelo. No es visible desde donde se encuentra, pero a esas alturas el gas venenoso del cinaede invocado por la bruja ya había hecho efecto en el uzza. Tendría que haberse curado de emergencia, pero no lo hizo. Lo cual es extraño. Sin saber bien como proceder, Emily piensa en un "mutis", moviéndose de su posición para que su muralla creada con el fortificum no fuera un impedimento. El rayo silenciador se le antoja como uno de los poderes menos impresionantes del libro que está aprendiendo y por ello decide usarlo en ese momento, pues no cree verle una verdadera utilidad futura. Se queda en la misma posición con la varita mágica lista para seguir atacando. No sabe qué hacer o que esperar; si ir hacia la otra plataforma donde Goderic y Cillian se encontraban o si irse por sus propios medios. Está tan sumida en sus pensamientos que se sobresalta cuando la sombra que proyecta el dragón se hace cada vez más grande, nublando su visión por completo. Quizás sea porque quiere "vengar" a su dueño, el uzza Gahiji, o porque sea una orden que le haya dado previamente, pero el instinto de supervivencia de Emily aparece en un abrir y cerrar de ojos. -Ignea máxima -dice, y escucha su propia voz algo extraña producto de haber estado silenciada previamente. El polen de lirios de fuego que surgen de su varita mágica cubren todo su cuerpo, formando una novedosa fuerza protectora sobre cualquier tipo de fuego. Lo hace justo a tiempo, pues las llamas la envuelven y es una sensación rara, el no ser quemada aunque esté rodeada de fuego. Solo le resta esperar.
  13. Cree que todavía siente una leve vibración proveniente de su varita mágica, cada vez más tenue, pero suficiente para confirmarle que el himno de eleboro había sido utilizado de forma correcta. Siempre quedaba esa duda, de haberlo hecho mal y tener efectos secundarios adversos cuando se utilizaban hechizos nuevos y poderosos. Y aunque este en particular era lo que Emily llamaría un “potenciador”, no minaba que se necesitaba cierto nivel de concentración y poder para poder invocarlo. No pasan muchos segundos entre su primer movimiento y el primero del uzza. En un instante varios filamentos de fuego eran invocados por el uzza, mostrando que claramente Gahiji quería probar su rapidez en la reacción. Emily hace una floritura con su mano mientras recita “fortificum” haciendo que a un par de metros frente a ella surja una muralla de aproximadamente 3 metros de altura por 5 metros de largo. Las dimensiones fueron suficientes para que los filamentos de fuego se estrellaran en la pared de cemento que había invocado. La misma barrera impide que el sectusempra llegue a su destino, estrellándose también en la muralla que Emily había creado. A pesar de que la había salvado de dos ataques directos y rápidos y le ahorraba utilizar el ignea en caso de que el dragón que los sobrevolaba empezara a atacar de repente, la muralla también limitaba sus opciones. Consideraba que era momento de atacar, pues ya había empezado a la defensiva y no podía seguir así mucho tiempo. Entonces murmura el clásico cinaede, el efecto del gas venenoso extraído de los pétalos de pensamientos sería inmediato en Gahiji, quien debería pasar al menos un rato curándose si no quería ver sus vías respiratorias comprometidas. Era un hechizo enseñado por los uzzas, poderoso, y que si no se equivocaba, había usado en cada una de sus pruebas.
  14. ID: 89984 Nick: Emily Karkarov Link a la Bóveda Trastero: link Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: link Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: 43 Fecha: 2022-04-24 Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): Certificado. Criatura: Baby Cancerbero. Puntos: 160 P. Precio: 12000 G. Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): Certificado. Criatura: Baby Demiguise. Puntos: 80 P. Precio: 4000 G. Total de puntos: 240 P. Total de Galeones: 16000 G.
  15. Genial, me toca contra el uzza No puede evitar pensar en su suerte cuando observa a Goderic y Cillian pasando por el portal creado por el uzza. Eso solo significaba que el duelo lo tendría contra el propio Gahiji. Emily no se sentía acostumbrada a utilizar los hechizos de forma ofensiva. Nunca fue parte de los equipos que realizaban redadas o de los que respondían a los llamados de auxilio. Sus misiones casi siempre consistían en obtener información, por lo que se sentía algo -y solo algo- intimidada ante la prueba que tenía por delante. Normalmente era difícil enfrentarse a compañeros, pero combatir contra el profesor suponía un nuevo reto. También la desconcentraba un poco tener a una criatura sobrevolando. Y no cualquier criatura, sino un dragón que no era controlado por ella, sino por el uzza. ¿No era esa una clara ventaja? Emily deja de pensar en ello, dejando de mirar fijamente al dragón y concentrándose en sus alrededores. Si tuviera que describir el lugar en forma simple diría que lucía como el patio de una vieja casa, llena de esculturas de piedra de formas humanas haciendo diferentes actividades. Al menos había un amplio espacio entre una y otra escultura, dejando metros y metros en los que no se encontraba ninguna piedra. La bruja retrocede algunos metros para posicionarse a, aproximadamente, 8 metros de distancia de Gahiji. No está acostumbrada a hacerlo, pero recuerda que en Hogwarts les decían que debían dar una “reverencia” como saludo antes de iniciar un duelo. Duda que el uzza quiera seguir un protocolo como ese, pero, por las dudas, Emily hace un ademán con su mano llamando su atención. -¿Empiezo? Pregunta, aunque cuando la palabra sale de su boca se siente algo cohibida. Cuando la respuesta que sirve le es satisfactoria, piensa en que lo mejor que puede hacer para empezar no es atacar, sino prevenir ataques. -Himno de Eleboro- dice, y espera no se haya notado leve sobresalto al sentir la vibración musical surgiendo de su varita mágica. No se siente extraordinariamente diferente, pero sabe que sus sentidos ahora están agudizados y, sobre todo, protegidos por un buen tiempo.
  16. El polen de lirios de fuego lanzado al último segundo cumple su cometido. Aunque desconoce qué tan poderosa es la llamarada del dragón que la atacó supone que debe ser suficiente para matarla de una forma muy poco agradable, tal vez hasta sin dejar rastro. Se alegra de que su instinto de supervivencia haya funcionado y que el miedo la obligara a actuar en lugar de paralizarse. Luego de recuperarse del ataque se intenta concentre en el uso del amuleto para vincularse con el longhorn, aunque se ve interrumpida por la profunda voz del Uzza. La explicación del fuego compacto le causa un ligero estremecimiento. Saber que algo tiene el poder para tanta destrucción la pone algo nerviosa. Y no porque no se crea capaz de controlar el poder, sino por lo riesgoso que es el que tanta gente esté ya vinculada al libro de Hermes. Cada uno era un peligro potencial, aun cuando uno de las desventajas de usar tanto poder sea minar la propia vida. Sacude la cabeza intentando quitar de su mente los pensamientos que rozan en la paranoia y se enfoca en la clase, preguntándose si finalmente podrán montar en los dragones o si su presencia había sido solo para intentar quemarlos y comprobar sus reflejos. Goderic se adelanta a curar a Cillian, por lo que Emily solo se limita a quedarse en silencio, mirando como su compañero trataba sus heridas. No cree que deba auxiliarlo si es que ha llegado hasta el nivel de aprendizaje en el que se encuentran, aunque quizás sí hubiera sido cortés de su parte preguntar si se encontraba bien. No obstante, aunque sus ojos se fijan en ellos, nuevamente su mente divaga pensando en los hechizos a los que tendría acceso de superar la prueba final que les pusiera Gahiji. Es el uzza quien la saca nuevamente de su mente con su pregunta ", ¿están dispuestos a perder su cordura, su vida o su alma?" Por un momento no sabe que responder, Goderic es el primero en contestar, lo que le da tiempo de pensar en algo. Se siente como en Hogwarts, cuando les empezaban a preguntar cosas de forma aleatoria y rogaba no ser la primera. -Siempre y cuando lo que obtenga a cambio valga la pena - contesta Emily con sinceridad, puede pensar que nunca va a utilizar los poderes que mermen su vida, pero podrían haber circunstancias que lo ameritaban.
  17. Cuando el uzza habla de no haber llevado a sus dragones como compañía de repente se siente algo confundida. Claro, está consciente de que van a usar el amuleto del dragón que venía con el libro, pero no pensó que sería prudente movilizarse con sus dragones. No es que no pudiese controlarlos, pero había cierta prudencia que debía manejarse con criaturas como aquellas. Aunque, si lo piensa bien, quizás si hubiera podido escabullirse con el vipertooth peruano. Era pequeño -o pequeño para ser un dragón- y podía esconderse de los muggles. O su Opaleye de las antípodas que, aunque más grande y llamativo, era mucho más manejable. Pensar en las criaturas hace que se distraiga de lo que Gahiji está diciendo y se pierde al primero de sus compañeros eligiendo el dragón. Eso le deja la elección entre el Ironbelly ucraniano y el Longhor rumano. Cillian se había encargado de elegir bien, a simple vista la opción más “segura” era el que había elegido. Tras dubitar durante por unos minutos, Emily se acerca lentamente al longhorn, pensando que si debe sobre él podría agarrarse mejor de las escamas con mayor facilidad que con el ironbelly, simplemente por la diferencia de tamaño entre los dragones. Antes de estar lo suficientemente cerca saca de su bolso el colgante. Tiene una delicada forma de dragón, sospecha que está hecho de oro. Se lo pone sobre el cuello y lo guarda bajo la blusa, asegurando que no se caiga o se enrede de alguna forma. Asume que si más personas han podido usar el colgante para usar a los dragones como medio de transporte ella también va a poder. Y si no puede, al menos usará la salvaguarda mágica para hacerse intangible y el amuleto volador para planear lo suficiente para caer en algún lugar seguro sin hacerse daño. Sonaba como un plan sólido, por lo que sus pasos son seguros cuando pone una mano sobre el dragón, rodeándolo para encontrarse lo más lejos que puede de los largos cuernos con los que podría lastimarla, incluso sin querer. —Hola, yo soy Emily —saluda al dragón con naturalidad, sintiendo con el amuleto que están estableciendo un vínculo. Un vínculo que está segura solo va a durar mientras el amuleto sirva o mientras el uzza quiera que el dragón se deje domar por él. Se agarra de las escamas para subir por el dragón, trepando con algo de dificultad. Podría haber hecho la tarea más fácil volando con una escoba, pero se sentía con la confianza de poder hacerlo por su cuenta, mostrando que no tenía miedo al dragón. Cuando observa una llamarada en su dirección. Sin pensarlo demasiado, mueve su varita e invoca polem de lirio de fuegos que le cubre su cuerpo y protege de la llamarada lanzada y de futuras que vengan. Le sorprende lo fácil que le resulta protegerse pero supone que es gracias a los instintos de supervivencia.
  18. El Uzza todavia tiene los ojos cerrados cuando Emily llega. La melodía que toca le es desconocida y le parece extraño que esté tan concentrado en la canción, sin reparar en la presencia de los alumnos que han llegado hasta el momento. Lo que no le extraña es la presencia de un dragón al lado de Gahiji. Sabe que si se vincula con el libro podrá utilizar el amuleto de dragón, permitiéndole comunicarse con dichas criaturas. Y si bien adquirir más conocimientos y más poder era muy satisfactorio, el objetivo de la bruja era controlar de mejor manera a sus dragones. Así se había convencido de que debía ir con los uzza una vez más. El camino recorrido con ellos había sido largo y cansado. Llevaba años estudiando la magia de los libros, había invertido varias horas de entrenamiento para dominarla. Había sin duda dedicado una gran parte de su vida a aguantar las pruebas que los guerreros solían ponerle, cada clase más retadora que la anterior. Aprovecha que su presencia no ha llamado la atención y se quita la capa de viaje para guardarlo en su bolso, que acomoda cruzándolo sobre el hombro para evitar que se cayera. Dentro, gracias al hechizo de expansión indetectable, lleva los objetos que cree necesarios para la clase, entre ellos algunas pociones y su navaja multiusos. El libro de Hermes Trimegisto también está entre las múltiples cosas que ha llevado, junto a unas botas de repuesto y algunos snacks, pues nunca podía estar segura de si estaría con el uzza por días o solo por unas horas. —Hola, guerrero Emily saluda cuando cree que la canción ha terminado, aunque tampoco da mucho tiempo para que pudiera proseguir. No le apetecía interrumpir y que pensara que era maleducada y tampoco quería hacer enojar a Gahiji por un detalle como ese. También hace un gesto de saludo, esta vez dirigido a su compañero, algo sorprendida de verlo a pesar de sus ocupaciones. No puede evitar preguntarse si es que más personas se unirían a la clase.
  19. ID: 89984 Libro de Hechizos: Libro de Hermes Justificante de compra del Libro (Link a la bóveda trastero): comprobante Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=83743 Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=80628
  20. I😧 89984 Nick: Emily Karkarov Link a la Bóveda Trastero: 107857 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 83743 Link a Tópic de la clase o a la prueba: -- Nivel Mágico: 41 Fecha: 2022-03-28 Nombre del producto: Libro de Hermes Trimegisto Consumible o Libro de Hechizo: Libro de hechizos Nivel (del libro): 35 Precio: 35000 galeones Precio total: 35000
  21. Emily Karkarov - Finalista - Eteria Los filamentos en los que ha convertido su mineral se mueven rítmicamente dentro del frasco, emulando de cierta forma a una lámpara de lava. Agotada por el esfuerzo que supuso cambiar la composición molecular del mineral, se queda distraída mirándolos. En un impuso, quizás motivado por la curiosidad o por el cansancio, o porque el movimiento de los filamentos le parecía extremadamente hipnótico, abre el frasco y toca con la punta de los dedos uno de los filamentos. Su mente se abre como cuando utiliza la legeremancia y por unos segundos logra entender la escritura en el mineral. Emily invoca el aura de confusión dirigida a los filamentos para potenciar su poder escondido, y luego de eso, es demasiado tarde. Es como si su mente la hubiera transportado nuevamente a “la prueba” que tuvo en Eteria. La sensación de sofocación la invade y el sudor frío en sus manos se hace presente al mismo tiempo. Contiene las ganas de llorar y de gritar, porque sabe que nadie la va a escuchar si está encerrada en una especie de cápsula de vidrio. Le toma unos minutos controlar la respiración y poner en orden sus ideas. Se pregunta «¿Dónde estoy y por qué llegué aquí?» Alza los brazos buscando algo de donde agarrarse, pero solo encuentra aire. Tantea a su alrededor notando que, efectivamente, hay cuatro paredes de cristal haciendo de su cárcel. Ya estuve aquí antes, se dice en un momento de lucidez. Ya estuve aquí antes, se repite, recordando que esa prisión la había sorteado en Eteria. Recuerda que debería estar en su laboratorio. Entonces usa la oclumancia, alzando las barreras mentales que le permiten salir del trance. Parpadea varias veces y a su alrededor se dibujan nuevamente las grises paredes de su laboratorio en Ilvermorny. Se frota los ojos y busca entre sus pociones una herbovitalizante, pero es incapaz de encontrarla. Se maldice por no haber reabastecido su inventario en el magic mall, aunque en la búsqueda encuentra una poción agudizadora del ingenio para poder pensar con claridad luego de haber enfrentado su claustrofobia. Entonces recuerda, quizás porque la poción también aumenta su entendimiento, que el poder de su mineral es ese, generar alucinaciones en quien entre en contacto con él. Más específicamente, generar el mayor miedo. Fácilmente podría hacer una poción con ello. Con energía renovada, invoca su vara de cristal y va en busca de su caldero cuando ve su navaja mágica multiusos y tiene un momento de inspiración. Olvida la idea de hacer una poción -que le hubiera tomado menos tiempo, pero hubiera sido menos útil- y se decide por crear un arma, combinando las similitudes que tenían Eteria y ella misma. La metamorfomagia era una parte fundamental de su vida y tal como ella adaptaba su apariencia, necesitaría un arma que se adaptara a cualquier situación. Invoca su Kansho estudiando su empuñadura. Lo utiliza de molde y de herramienta a la vez, pues su acero hacía cortes tan perfectos y sin esfuerzo que disminuían la fuerza bruta que tenía que usar. Piensa en Hobb, que con sus poderes de paladín habría juzgado su trabajo pudiendo realizarlo en menos tiempo que ella, aunque intenta no distraerse. Mientras tanto, en la mesa contigua ha desbaratado la navaja mágica entendiendo el funcionamiento del hechizo que hace que pueda crear cualquier herramienta. Y aunque tiene la poción agudizara del ingenio, de vez en cuando discute con el águila de la sabiduría. Cuando al fin entiende el hechizo y la empuñadora de la daga está lista, utiliza la vara de cristal para fusionar la empuñadora y el mineral. Con algo de miedo toma la empuñadora sintiendo una conexión similar a la que experimenta con su varita mágica. Canaliza su magia a la empuñadora y, tal como hace cuando usa la metamorfomagia, le pide a la empuñadura crear una espada, luego una daga y luego un hacha. Todavía le falta probarlo, pero está segura de que, si lograra lastimar a alguien con su objeto, influiría negativamente en sus pensamientos y emociones. Cree que va a poder descansar, pero ve el patronus de lobo traspasando las paredes. Toma el espejo comunicador sabiendo que Goderic va a estar esperando sus comentarios. Aun semi enojada, solo pregunta mirando al espejo: «¿y ahora qué?» Si lo conoce como cree, Stonehenge sería el siguiente destino.
  22. Emily Karkarov - finalista - Eteria El ser parte de la Orden Oscura le daba una ventaja en su tarea de entender la composición del mineral de Eter. Primero intenta con el escendia sintiendo el control sobre el sistema molecular del mineral. Es diferente a otros objetos que ha poseído antes, por cuanto no deja que su tamaño se expanda más allá de dos veces su tamaño. Por lo que decide que el objeto que va a diseñar no puede ser muy grande, ni llamativo. Lo cual, debe admitir, va muy bien con su personalidad, prefiere algo discreto, de perfil bajo. Luego, usa la fragoquinesis con mucho cuidado. Normalmente suele utilizarla para destruir en abrir y cerrar de ojos. Ahora, sin embargo, la usa para entender aún mejor con lo que está lidiando. Mira fijamente el mineral, concentrando toda su atención, moviendo las partículas hasta que, cree, conoce la forma de cambiar su composición. Cuando termina, se siente tan agotada mentalmente que solo puede pensar en las horas de sueño que había perdido por contestar el patronus. Si pudiera regresar el tiempo, hubiera seguido en la casa de Ravenrock. Lamenta no haber seguido preparándose con los oscuros. Probablemente el tiempo que podría manipular el sistema molecular del mineral hubiera sido mucho más largo y provechoso. Quizás hasta habría podido hacer “la transformación” solo utilizando la fragoquinesis. Lamenta no poder contar con Kaori o con Madeleine, quienes seguramente tendrían un mayor dominio sobre el objeto. Pero si ninguna había aparecido todavía ante un llamado oficial del Macusa, mucho menos iban a aparecer a un llamado personal. Por eso siente y confirma que es una tarea que lamentablemente tienen que hacer sola. Sabes, creo que no soy yo la del problema de poder, quizás debas volver a tus orígenes para descubrir tu potencial Había llegado al punto de murmurar, como si conversara con el mineral. No sabe por qué, pero cree que ir a Stonehenge podía ser provechoso. Aunque si no eres tan poderoso ahora debe significar que eres solo una réplica. Sabe que es peligroso, pero no le interesa. Se cambia el aspecto con metamorfomagia aparentando ser una niña de no más de doce años e invoca un portal con el fulgura nox. Aparece a varios metros de distancia del monumento, donde todavía no se ve vigilancia por parte del ministerio, o de la UNESCO, o de quien fuera que tuviera la jurisdicción para investigar en el lugar. Se mueve envolviéndose entre las sombras, utilizando el phantom para que sus pasos no puedan ser detectados. Y en caso de ser detectados, siempre podía alegar que era una muggle que no sabía dónde estaba. Aunque no es necesario. No le toma mucho tiempo estar cerca del monumento para sentir que el mineral está recargándose. La reacción que tiene es similar a la que tuvo cuando se encontró con el mineral de Goderic. Primero silencio y luego una gran luz resplandeciente, de un tono plateado similar al de los pensamientos cuando son extraídos. Afortunadamente, la reacción se había dado solo dentro de su monedero de piel de moke, dándole tiempo suficiente para activar su control de energía interna y desaparecer y reaparecer a las afueras de su laboratorio en Ilvermorny, encerrándose nuevamente. Sin perder tiempo, utiliza el poder de la fragoquinesis una segunda vez y tal vez porque la adrenalina ha restaurado su energía o porque aun tiene activo el phantom -que le da una mayor agilidad y el control sobre la energía que la rodea-, logra que el mineral cambie su forma y puede jurar que su consistencia es exactamente igual a la de los pensamientos que aún flotan sobre su pensadero. Lo cual tiene algo de sentido, considerando que Eteria reaccionaba a los pensamientos más fuertes. Satisfecha, pone “la nueva forma” del mineral en un frasquito. Solo le restaba pensar para qué podía utilizarlo.
  23. Emily Karkarov - Finalista - Eteria Camina por Ilvermorny como si fuera algo de todos los días. Supone que la mejor estrategia para no ser notada mientras va hacia su laboratorio de fabricación es actuar con naturalidad, aunque ni siquiera sabe si es “raro” que alguien esté a esas horas en los laboratorios. Se supone que es seguro, pero nunca podría estar segura al cien por ciento de que no hubiera personas rastreando los minerales y que, de alguna forma desconocida, hubieran hallado su ubicación. De todas formas, es el único lugar que al que se le ocurre ir desde que Goderic le pidió, muy poco sutilmente, que se fuera de su barco. Emily dejó que hablara por si le daba información que le sirviera y cuando terminó solo guardó su mineral, le deseó suerte y desapareció sin decir más. El laboratorio está exactamente igual como lo recuerda, con las paredes en gris y un único candelabro como iluminación de toda la estancia. No había estado allí hace mucho tiempo, pero le alegra poder llenar los estantes con los últimos grimorios que había conseguido -Ilvermorny y Slytherin- que saca del monedero de piel de moke. Cuando cierra la puerta, luego de poner todos los hechizos de protección que se le ocurren, pone sobre la mesa la esfera del mineral, que no ha vuelto a mostrar señal de tener algún poder en particular. Lo examina por un momento con una lupa, tratando de revisar a mayor detalle la escritura en la base de la esfera. Reconoce patrones que se repiten cada tres letras -o lo que cree que son letras- pero sin saber como las puede traducir o interpretar reconocer patrones le parece inútil. Si lo piensa bien, y si la información que le había dado Goderic era cierta, probablemente toda su investigación también podía ser inútil. Honestamente, el primer curso de acción que ella hubiera tomado sería juntar todos los minerales y ver qué pasaba. Si efectivamente podían fusionarse o, estando juntos, tal vez el verdadero poder del mineral original saldría a relucir. Empieza a buscar entre los grimorios por si hay algo que pueda ayudarla, pero se distrae viendo el pensadero, quizás no encuentre respuestas en el presente, pero si revive lo sucedido en Eteria, podría encontrar pistas que la ayudasen. Toma la varita mágica y lo pone en su sien, extrayendo los hilos de pensamientos, depositándolos con cuidado en el recipiente. » Llegando al planeta nota que los colores son más brillantes, el agua más cristalina y el aire increíblemente puro, como si estuviera viendo por primera vez cosas que ya conoce. La tranquilidad había durado solo unos minutos, demostrando que el poder del planeta radicaba en la creación. Una criatura simple como un cocodrilo había sido la primera manifestación de los pensamientos de uno de los miembros del grupo, seguido por pensamientos mucho más turbios que no valían la pena recordar. Algunos habían logrado mantener a raya la creación descontrolada a su alrededor gracias a la oclumancia, creando barreras mentales. De cierta forma, era como si el planeta fuera un legilimante no tan efectivo, pero con la poderosa habilidad de hacer realidad los pensamientos que lograba robar. El primer recuerdo termina y Emily vuelve a ver la esfera, como si la examinara por primera vez. Si el planeta tenía ese poder, ¿tendría el mineral proveniente de ella un poder similar? Creía ya tener una forma de averiguarlo.
  24. Emily Karkarov - Finalista - Eteria Por algunos minutos Emily se queda en completo silencio. Primero muy distraída mirando hacia su monedero de piel de moke, que parecía vibrar sobre la mesa en que lo había dejado. A un lado había una radio, que está completamente segura se encendió por la energía que emitía el mineral. O quizás inconscientemente había movido la varita mágica lo suficiente para hacer que se moviera el botón de encendido. Segundo, porque si Goderic o sus hijos no habían estado en Ravenrock, significaba que o estaba alucinando o verdaderamente algo extraño estaba sucediendo. -¿Cómo que no sabes que está pasando? – dice a penas el locutor de la radio deja de hablar de Stonehenge -¿Y cómo que por qué vine? ¿Pero es que tu no me llamaste? ¡Ese patronus de lobo era tuyo! Lo señala con el dedo índice acusadoramente demasiado enojada porque, piensa, está perdiendo su tiempo. No sabe cuando se había sentado, pero se pone de pie para poner énfasis en su reclamo. Cruza los brazos en un claro gesto -medio infantil- de mostrar que no le gusta la situación en la que están, cuando su mineral, por fin, logra escapar de su “prisión” y todo se vuelve blanco, como si hubiera sido atacada por un strellatus muy potente. Durante unos segundos cree que algo va a estallar y su instinto de supervivencia algo fallido hace que tantee sobre la mesa y tome la esfera del mineral entre sus manos. Eso es suficiente para que todo vuelva a la normalidad, como si nada hubiera pasado. -Pero qué car… Durante todo ese tiempo, el mineral de Emily no había mostrado ningún signo de tener algún tipo de utilidad o de poder. Es más, ante su aparente inutilidad había dejado olvidada la esfera en las profundidades de su monedero, como el siempre recuerdo de una aventura. En apariencia tampoco tenía algo que llamara su atención. Hasta que se fija en la base de la esfera, donde aparece una escritura que, está segura, antes no estaba. Pasa sus dedos sobre el relieve que se había formado, confirmando que no se trata de un idioma que reconozca, ni tampoco de runas antiguas. Eso mueve su curiosidad, sintiéndose muy despierta. -De razón la UNESCO ha estado pasando comerciales todo el día sobre proveerles información de lo que pasó en esos planetas… Por coincidencia, uno de los comerciales empieza a sonar en la radio, aprovechando de repetir nuevamente que aconsejan no acercarse al monumento. Quiere preguntar si quizás sería buena idea ir a investigar, pero se detiene. Prefiere saber qué es lo que tiene entre manos, literalmente. -¿Reconoces la escritura? -pregunta aunque cree saber la respuesta, enseñando los símbolos que aparecieron en la base de la esfera.
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