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Emily Karkarov

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Todo lo publicado por Emily Karkarov

  1. La llovizna que cae sobre la ciudad, lejos de molestarla, la pone de buen humor: las calles están menos concurridas de lo normal, la mayoría prefiriendo disfrutar del frío ambiente dentro de sus hogares, o de sus trabajos. Emily, en cambio, encuentra cierto encanto en caminar bajo la lluvia por el Callejón Diagón, apreciando los árboles de navidad que engalanaban el callejón cada cierto tramo o las luces navideñas que adornaban los estantes principales de casi todos los negocios. Casi porque la agencia de servicios profesionales lucía como en cualquier otro día, resaltando por su falta de espíritu navideño. Sonrie levemente, reconociendo que ninguno de sus compañeros le daba la impresión de ser muy entusiasta al respecto. Cuando entra, la sensación de no haberse ido nunca la embarga. La familiaridad de la estancia, de las pocas decoraciones y del no tan ordenario escritorio principal le hacen más fácil sentirse nuevamente como en casa. Bordea el escritorio de la recepción y se sienta en la silla giratoria, dejando a un lado el pesado abrigo negro y su bolso de extensión indetectable a un lado, junto a un montóncito de cajas cuyo sonido le indica que, probablemente, dentro hayan algunos artefactos muy poco útiles que a alguien le dio mucha pereza desechar. -Con que me dejaron todo el papeleo... Dice Emily para sí misma con un tono de falsa desaprobación mientras revisa los cajones, llenos de reportes de misiones. No duda que alguna propia se encuentre allí, aunque fuera de años atrás. Chasquea la lengua, pensando que tal vez deba pedirles a los elfos domésticos que la ayuden limpiando, ya que el local luce un poco abandonado. Lo cual, debe admitir, no le sorprende pues el Simposio de Ladrones -aunque clandestino- era más grande que un local en el Diagon.
  2. Hola! Tengo una consulta sobre las habilidades, creo haber leído la respuesta pero mejor me aseguro porque me da miedo que se pierdan mis galeones xD ¿Hay algún límite máximo de tiempo para pasarse a la clase una vez aceptada la inscripción? Gracias o/
  3. Hola a todos. Voto por Goderic Slithering. Ya he dado varios motivos en las rondas anteriores, pero para cumplir con las reglas: mi voto es porque confío plenamente él
  4. Qué difícil votación! Es algo super bueno tener tantos nombres que inspiran confianza para ser líder del bando, literalmente son todos en quienes pensaba xDDD pero bueno, hay que elegir uno y en este caso mi voto va para Goderic Slithering. Los motivos van de la mano con que lo conozco hace mucho tiempo, desde que fue parte del liderato hace algunos años, y puedo dar fe de su compromiso con el bando, además, estoy segura que como dice Rory podrá impulsar esas áreas que nos hacen falta sin descuidar las otras. Saludos o/
  5. Hola Nick: Emily Karkarov Bando (Neutral/MT/ODF): OdF Películas para ver (puedes postular un máximo de 5): cualquiera xD Horario (puedes proponer hasta 5 fechas, con horas específicas o más generales): De lunes a Viernes de 8 pm a 12pm hora Ecuador Byee
  6. AMO que hayan dejado enlace a las imágenes *O* Nick: Emily Karkarov Personaje: San Gracias o/
  7. "*repost para kim*" morí <3 Gracias Julito *o*, esto y lo del index han hecho mi vida más fácil xDD
  8. Se leen cosas muy graciosas xD Hay varias personas que siento que realmente se merecen ser nominadas y me atreveré a mencionarlas ya que tengo la oportunidad: Vale, Julio, Gode, Majo, Nathan y Belosa. No solo lo digo por su capacidad creativa (todos los hemos visto creando actividades, tramas e incluso juegos para el que resto participemos), sino también porque han demostrado en muchas ocasiones y a lo largo de su trayectoria en el foro que le tienen un verdadero cariño al bando. Cada uno ha aportado muchísimo en distintas áreas desde hace varios años y, lo más importante, lo siguen haciendo independientemente del cargo que tengan. Realmente creo que la orden requiere en el liderato a alguien que pueda mantener una buena interacción con el otro bando, que genere ideas y que sea constante. Dicho esto, dejo mis nominados: – Hobbamock Graves – Kaori M. – Goderic Slithering Saludos.
  9. ID: 89984 Habilidad: Oclumancia Nº de conocimientos que se poseen: 12 Link a la Bóveda: Bóveda Link a la Ficha: Ficha
  10. Sala de menesteres: Premio obtenido (Criatura/Objeto): Poción Misteriosa AAA Elección del usuario: Filtro de los Muertos Premio obtenido (Criatura/Objeto): Criatura XXXX Elección del usuario: Ave del Trueno Llave del Magic Mall (a elegir entre cualquier llave "escolar"): Gryffindor El subnick se lo regalo a @@Ellie Moody Concurso de blinkies: Llave del Magic Mall (a elegir entre cualquier llave "escolar"): Hufflepuff Gracias o/ Luego vuelvo por mi subnick (?)
  11. Casi me muero al ver el posteo de Liz, tantas renuncias me dejaron un trauma (?) Mi voto es para Lysander S., realmente no es necesario hacer un gran justificativo para dar este voto, puesto que durante este año (y desde siempre, de hecho, quien la conoce sabe que es así) Lys ha demostrado no solo tener una alta actividad en el equipo social y en oficinas, sino que también genera ideas de forma constante y se preocupa realmente por el bando en su totalidad, lo que me da la confianza de que hará un gran trabajo como líder. Saludos!
  12. Hola! Comparto algunas opiniones que he leído y es bueno saber que existe la posibilidad de reelegir. Este fue un primero año tras la vuelta de los bandos que considero deja un saldo bastante positivo para la Orden del Fénix, con proyectos interesantes (¿Quién no ama nuestros clanes <3?) a pesar de que en general la actividad del foro no es comparable a la de años atrás. Dicho esto mi primera nominación es para Hobbamock Graves, esperando que continúe el trabajo como lo ha demostrado hasta ahora. Muy relacionado mi segundo voto de confianza va para Roxanne W. quien ha demostrado desde siempre ser una jugadora muy comprometida. E igual que en posteos anteriores considero justo mencionar a Ellie, aunque ella ya ha dicho que no desea participar. Los 3 hicieron un gran equipo.
  13. No puede quejarse de las habitaciones en la posada, ni del trato que han tenido los habitantes de Ravenrock. Si bien todavía podía haber personas que desconfiaran de ellos -algo que debía admitir era muy comprensible- la mayoría se portaban bastante simpáticos o mostraban curiosidad por saber un poco más de aquel mundo mágico que recién descubrían. Por supuesto, por prudencia no pasaban los días haciendo grandes despliegues de habilidad mágica, pero sí quería pensar que esos días habían servido para que “les perdieran el miedo”. A pesar de la hospitalidad, Emily solo había pasado un par de días allí luego de la destrucción del faro y la desaparición de la niebla, pues temía acostumbrarse a la quietud de la vida en el pueblo y lo distinto que era de la normalidad de Ottery St. Catchpole, además, Ravenrock parecía estar volviendo a ser el pueblo de antes y ya solo les quedaba seguir ahondando en sus investigaciones sobre qué estuvieron buscando los supuestos agentes gubernamentales. Sin embargo, esa noche se encontraba en un pub, ubicado a unas cuadras de la plaza central, observando la tercera ronda de un juego de póker que había captado la atención de casi todos, haciendo que las apuestas se pusieran cada vez más interesantes. El sonoro crac y los ruidos posteriores que se escucharon no solo hizo que se ponga de pie, sino que fue acallando los murmullos de las conversaciones y las risas se fueron extinguiendo. —¿Fue una explosión? — preguntó alguien que la bruja no logró identificar. Y decidiendo que parecía una buena respuesta, algunos volvieron a sus conversaciones, a sus tragos y a su juego, mientras que otros más curiosos salieron para comprobar qué pasaba. Entre ellos, se encontraba Emily, quien estaba segura que trataba del sonido de una aparición extrañamente amplificado, quizás por la quietud normal a esas horas de la noche. Luego, más ruidos, como el que provoca la destrucción de objetos pesados. —Parece que viene de la plaza Dijo uno de los jugadores de póker, que había dejado el juego a pesar de las protestas de sus amigos. Entonces se fijó que en las casas cercanas comenzaban a encenderse las luces y las personas miraban con curiosidad por sus ventanas. —Lo más prudente sería no acercarse —dijo la bruja y desapareció. Con el phantom no le resultó complicado llegar en cuestión de segundos, pues estaba bastante cerca del lugar. Ya alguno de sus compañeros se encontraba allí intentando contener el caos, pero era difícil describir qué exactamente estaba ocurriendo, solo se veía que el origen era una muchacha, bastante joven, fuera de control. Pero Emily, a pesar de que le preocupaba el por qué estaba inconsciente, le alarmaba las consecuencias que pudiera traer sobre el pueblo. Invocó a unas criaturas de sombras, en forma de fénix, esperando que su agradable aspecto no asustara a los no magos si lograban divisarlos entre las sombras. Batieron sus alas cuando recibieron la orden de mantener protegidos a los muggles que pudieran acercarse. Parecía que un par de hechizos protectores no iban a ser suficientes....
  14. Se queda mirando con atención la forma en que su compañero empieza dibujar en el suelo, entendiendo con rapidez que se trata de un demonio. Hasta ahora, Emily no se había atrevido a invocar alguno “para practicar”, a pesar de haber leído lo suficiente durante el tiempo que pasaba en la Fortaleza Errante. Espera que esté invocando a Seere, ya que su habilidad para descubrir engaños podía irles muy útil en ese momento. Aunque quien aparece es Batibat. Decide quedarse para obtener toda la información que el demonio pudiera obtener a través de los sueños del oficial inconsciente. Pero el resultado es algo decepcionante. Primero, realmente confirman que es un no mago, uno despreciable en realidad. Se había unido a los oficiales para tener más poder y pasar desapercibido. No era la primera vez que secuestraba a alguien y en su patio, lamentablemente, yacían dos cuerpos. Los cuerpos pertenecientes a las almas que la misma Emily había invocado. Eso es lo que responde cuando Goderic vuelve a aparecer, y a su vez, el mago pone la pone al corriente de la persona que encontró en el sótano. Un escalofrío la recorre, pensando en qué hubiera pasado si no llegaban a tiempo, o si no llegaban al pueblo. Pero sus pensamientos son interrumpidos con un sonoro crac causado por la aparición de Dobcher, el elfo doméstico, quien les avisa que la mujer se había despertado. No teniendo nada más que hacer allí, se disponen a buscar al resto. Una vez fuera de la casa se dan cuenta que ha llegado la noche. Se supondría que sus demás compañeros tendrían que estar en la posada, pero lo duda. Casi nunca las cosas iban de acuerdo con el plan. De inmediato una densa neblina los cubre y entonces Emily recuerda algo importante que no mencionó antes y que quizás tenga relación con lo que está pasando. —Tenemos que ir al faro —dice, si bien el oficial no sabía el por qué, sí sabía que era importante que descubrieran qué se encontraba allí. Con la velocidad que el phantom les confiere, no les habría tomado demasiado tiempo llegar. Sin embargo, sus poderes oscuros se habían debilitado. Goderic también lo intenta, con el mismo resultado. Ahora era más importante encontrar a los miembros de la Orden del Fénix, para comprender qué estaba sucediendo. —¿Pero qué está pasando? —pregunta, más retóricamente que esperando una respuesta real, al ver como Hobbamock empieza a destruir el faro, al menos, Kaori y Madeleine se encuentran cerca.
  15. Una vez que saben la localización del agente, aparecen en la puerta de su casa. Aunque no es difícil ingresar, tratan de apresurarse para no llamar la atención de algún vecino que se encuentre por allí, especialmente porque son reconocibles al no haber anochecido aún. Así mismo procuran no hacer demasiado ruido, Emily piensa que lo mejor sería sorprenderlo, desmayarlo y, si no encontraban nada, borrarle la memoria y hacer como que no ha pasado nada. No sería la primera vez que usa esa estrategia, pero, ya sea su instinto o su paranoia, le dicen que algo van a encontrar en esa casa. Agradece poder comunicarse con Goderic sin tener que hablar, por lo que no interrumpen el camino del otro, más bien, trabajan en sincronía. Pero no tienen tiempo que perder, ni pueden abusar de su suerte. Por eso, Emily -también deseando poder utilizar los poderes de su clan- realiza una convocatoria de espíritus. Tiene una corazonada. Las almas en pena que aparecen son de dos mujeres, no siempre las invocaciones son agresivas, pero éstas mostraban claros signos de querer atacar al hombre. Emily piensa que quizás no haya sido tan buena idea invocarlas. De cierta manera iba a revelar que era una bruja o al menos que tenía algún tipo de poder sobrenatural. Obviamente, ella no sabía que las invocaciones se trataban de las víctimas de aquel hombre… Un grito ahogado sale del hombre al ver a los espíritus, su palidez y la forma en que mueve sus labios sin articular palabras muestran el impacto de la invocación. Confiesa, cree escuchar mezclado con el viento, Confiesa escucha nuevamente y se repite una y otra vez la misma palabra, hasta que finalmente el hombre pierde el conocimiento. -Definitivamente no es un mago -comenta Emily alzando los hombros, pensando que al final de cuentas sí tendrá que borrarle la memoria. Empieza a registrar las cosas en la habitación cuando cree escuchar un golpeteo, que parece provenir de abajo, acompañado de un sonido parecido a un grito muy lejano. -¿Escuchas eso? -dice , deteniendo sus pasos -Creo que tienen a alguien aquí @@Goderic Slithering
  16. Si Emily tuviera que describir a los miembros de la orden oscura, probablemente no encontraría una ideología que aplicara para todos. Eran muy diversos entre sí y aquello le agradaba a la bruja, pues siempre podían confiar en encontrar diversas ideas para superar las misiones que se les presentaban. Por eso no se inquieta en cuestionar la estrategia de espionaje que Goderic sugiere y que no puede esperar a poner en práctica. Aun era muy temprano en Ravenrock cuando deciden poner en marcha el plan. Realmente Emily hubiera esperado al anochecer para seguir al agente, buscar información sobre cuánto tiempo llevaba allí y, en especial, quien era la mujer del recuerdo del niño. La niebla que parece estar siempre presente en las noches del pueblo podían haber sido un buen aliado para utilizar la magia sin tener que ser tan discretos. Aunque la niebla nunca trae nada bueno, piensa, sin saber que precisamente ese era uno de los grandes problemas de los habitantes de Ravenrock y de los miembros de la Orden del Fénix que se encontraban allí. Utilizar el escendia, en cambio, es más discreto y puede hacerse a plena luz del día; solo deben estar pendientes del tiempo y de no desvanecerse en un lugar concurrido, por lo que el escondite es perfecto. Saca la varita mágica para hacer un par de hechizos protectores por si acaso, y utiliza también el escendia en la placa que lleva el oficial prendido en el bolsillo de su camisa. Ver las cosas desde esa perspectiva es ciertamente extraño, pero es lo de menos. Lo importante es que pueden seguir los pasos de su sospechoso. No pasa mucho tiempo cuando lo ven caminando entre las casas. Se detiene frente a una esquinera, entendiendo que pertenece al oficial cuando escucha las llaves. La estancia principal está llena de fotos de personas cuyos rostros, obviamente, no va a reconocer. Pero sí reconoce la iglesia en algunas de las imágenes. Esto es raro, piensa, significa que es alguien que siempre estuvo en el pueblo. Y no le queda claro por qué alguien perteneciente a Ravenrock quisiera unirse a un grupo tan despreciado en el pueblo. Algo está escondiendo.
  17. Cuando abre los ojos, el mismo techo con goteras la recibe. No recuerda cuanto tiempo lleva allí, tampoco recuerda que unos minutos antes había estado con Amara Majilis en la pirámide, y mucho menos sabe que en ese momento se está llevando a cabo su prueba de vinculación con la metamorfomagia. En su mente, lleva tiempo manejando la habilidad y se encuentra en una misión del Simposio de Ladrones, por lo que no le parece extraño tener el anillo de la habilidad, aunque en ese momento no reconoce que se trata del de aprendiz. —Rápido que hoy tenemos otra entrega. ¡Rápido! No es la primera vez que escucha esa frase desde que tiene el aspecto de Phineas, un hombre de su misma estatura pero con un tono de piel más bronceado, rostro cuadrado, ojos negros y cabello rizado del mismo color. Le dicen el cocinero porque eso es precisamente. Se encuentra en un pequeño establecimiento con un laboratorio de sustancias ilícitas. Ha sido la única forma de poder infiltrarse con la gente importante y recoger toda la información que pudiera. La recompensa si llevaba los nombres de los involucrados era bastante buena y Emily necesitaba el dinero, ya fuera en denominación muggle o mágica. También le gustaba la idea de hacer que la organización se extinguiera por completo y poder hacerle un bien a la sociedad. Últimamente había escogido misiones de ese tipo, que le permitieran ayudar a alguien más que su bolsillo. Por eso, cada semana se había encargado de secuestrar a alguno de los implicados en esa organización ilegal, los dejaba inconscientes, los transportaba con ayuda del fulgura nox y los dejaba con algún otro miembro del simposio. Aunque no era tan fácil como sonaba. Implicaba que Emily fuera muy discreta con la magia que utilizaba y que pudiera imitar detalle a detalle el aspecto de sus “compañeros” en ese lugar. El primer mes tomó el aspecto de un simple conductor, regordete, alto, de rostro circular y bonachón, aun le quedaba a Emily la duda de si sabía qué era lo que transportaba o no, pero su culpabilidad ya no estaba en sus manos. De esa forma estudió las rutas más comunes y pudo provocar una “emboscada” con los ladrones. Era como si ellos pudieran interceptar cualquier tipo de comunicación normal, pero los espejos comunicadores no eran fáciles de reconocer, ni siquiera entre los magos. Luego de eso pudo reemplazar a uno de los guardias del laboratorio. Los insultos que recibió a diario mientras tenía su aspecto aun le molestaban. Muchas veces ni siquiera era su culpa -o del verdadero “Willy”- sino que dentro del laboratorio siempre pasaba algo que ponía a todos de mal humor. Alguna vez recibió algún golpe que debió aguantarse. No le hubiera costado nada utilizar sus poderes de oscura y matarlos, o al menos asustarlos, pero debía aguantar toda esa situación. El tiempo seguía pasando y las energías de Emily se agotaban al mismo ritmo. Cada noche, sin embargo, tenía un poco de espacio para ser ella. Se recuerda que su mayor temor con la metamorfomagia era olvidar su propio aspecto y que se acostumbrara a ser alguien más, lo que desencadenaría en que perdiera su identidad. —Si, ya voy. Preparen todo, debo buscar algunas cosas. Incluso su voz es muy distinta, la magia ayudando a que sonara más gruesa de lo habitual, más parecida a la del verdadero Phineas. Le había tomado mucho tiempo poder suplantar su identidad. Primero porque siempre había alguien resguardándolo ya que lo protegían por ser el mejor cocinero, uno de los pocos que aguantaban la presión de generar una gran producción en poco tiempo. Y también porque el hombre pasa su tiempo libre encerrado, quizás disfrutando de los pocos momentos de privacidad que un lugar como ese -lleno de desconfianzas- podía darle. Cuando tomó la forma de Willy, el guardia, vio su oportunidad, pues ofrecerse para suplir el turno de alguien más para proteger al cocinero no sería extraño, ni sospechoso. Lo que sí fue sospechoso es que nadie volvió a encontrar a Willy, pues desapareció de la noche a la mañana, sin dejar rastro. Y bueno, Emily no siempre hacía un trabajo perfecto. Ese era un día importante. El apuro de los demás se daba porque habían llegado las materias primas suficientes para obtener una buena ganancia con ese lote. Emily había podido fingir durante un tiempo, pero ahora… Ahora ya era momento de acabar la misión. Antes de salir, saca un pequeño espejo circular disfrazado como un reloj, nada que llame la atención. Los ojos que le devuelven la mirada no son los de Phineas, sino los suyos, los reales, los marrones que estaba acostumbrada a ver normalmente en los reflejos. El color rojizo de su cabello, la forma de su rostro e incluso el grosor de sus labios. La expresión del rostro en el espejo es distinta a la de preocupación que tiene ahora, es más acorde con la personalidad de Emily. Guarda el espejo y se dirige al laboratorio, donde pide que lo dejen «solo para concentrarse» entiende que no es algo que pida normalmente, porque los demás lo miran extrañado, pero acceden. Cuando salen comienza la última parte de su misión: el laboratorio era el lugar más seguro, y por lo tanto, el que contenía los folios con fotografías, nombres, rutas y demás información valiosa. Se mueve rápido, con la ayuda del control de energía interna. Aunque no lo supiera, la prueba de Emily consistía en superar su mayor temor sobre la habilidad. Desde pequeña la bruja había mostrado los signos claros de ser una metamorfomaga, pero nunca iba más allá, por miedo de perderse. Sin embargo, en esos años (aunque la prueba, en realidad, no había durado más de una hora) había logrado superarlo, creando un recuerdo inalterable de sí misma. No importara qué sucediera o cuantas veces usara la metamorfomagia, podía estar segura que mantenía su verdadera esencia y que podía volver a ser ella cuando lo deseara. Abre un portal y lo cruza, esperando llegar a la sede de los ladrones. Pero en realidad, si la arcana cree que ha cumplido con la prueba, debería aparecer a su lado.
  18. Buscar a sus compañeros solos resulta más difícil de lo que piensa. Cuando logra estar lo suficientemente lejos del oficial puede notar que naturalmente se han formado grupos. No le sorprende, pues cada uno se sentía más cómodo trabajando con las personas de su mismo clan, aunque no duda que de ser necesario puedan volver a reunirse. Al menos por ahora no tiene la intención de estar en un grupo grande, y menos quiere tratar con el niño que les estaba sirviendo de guía. Se encontraba en un pequeño parque, en busca de un lugar donde sentarse. Un dolor punzante en su cabeza comienza a molestarla y sospecha que es producto de su fallido intento por usar la legilimancia contra el oficial, lo cual no tiene sentido porque no es algo que tenga “efectos secundarios”. Cierra los ojos, intentando razonar, pero los grititos de los niños jugando cerca la interrumpen. —Qué bueno que estás aquí Dicen que cuando has vivido con alguien puedes identificar su forma de caminar donde sea, por eso no se sobresalta cuando Goderic se acerca. Lo pone al tanto de su problema y de sus sospechas. Duda que el oficial sea un mago -después de todo, se suponía que no había magos en Ravenrock-, pero que un muggle pueda cerrar su mente tampoco le parece posible. —Vamos a tener que seguirlos y ver que se traman, no están aquí solo para mantener el orden. Le dice al mago mientras con la cabeza apunta a un par de uniformados que pasan por allí. Su voz es baja, a pesar de ser imposible que algún habitante del pueblo la escuche con tanto ruido alrededor. Una vez más puede que sea solo la paranoia que se hace presente. La misión era relacionarse con la gente del pueblo, no seguirlos. De repente, recuerda la reacción del pequeño guía, las demás personas reaccionaban a ellos con molestia o enojo, pero el niño expresó algo distinto, algo más parecido al miedo. Definitivamente debían averiguar qué estaba pasando.
  19. Cuando escucha la voz de Amara a su derecha, se sobresalta. Casi olvida que la Arcana está viendo sus movimientos y eso la hace más consciente de lo que hace, porque sabe que su margen de error es cada vez menor. Así es como la arcana le avisa de su segunda prueba: el laberinto. Las cosas nunca iban bien en un laberinto y Emily lo sabía bien. Aun así, se siente más confiada al saber que puede utilizar el conjunto de conocimientos que había aprendido a dominar hasta entonces y que si algo iba mal, podrían ayudarla. Pero esa no es la idea, se dijo a sí misma. Se tomó unos minutos para recobrar el aliento mientras bajaba del bote. Siente la presión en los brazos y un leve cosquilleo en el rostro, no acostumbrado a cambiar tanto tan rápido. No tiene tiempo para pensar en aquello, solo puede avanzar. Al dar su primer paso dentro del laberinto las plantas le cierran la entrada y hace que tome su varita mágica automáticamente en su mano derecha. Debe pensar bien en su estrategia para no dar vueltas en círculos, por lo que empieza a dejar rastros por donde va caminando. Camina derecho hasta donde puede y luego debe elegir. A la derecha, el camino parece tener menos interrupciones, por lo que gira hacia allá. Error. Si hubiera girado a la izquierda se hubiera enfrentado con cientos de criaturas venenosas y aquello hubiera sido tedioso, y a la vez, mucho más “fácil” para Emily, al menos como primer reto. En cambio, tenía que enfrentarse al lazo del diablo. No ha caminado tantos metros cuando una neblina cae sobre el laberinto oscureciendo todo a su alrededor. Su primera reacción es detenerse y escuchar algún indicio que le indicara qué era lo que sucedía. Error otra vez. Sin darse cuenta la enredadera ya la tenía de los tobillos, presionándola hacia el seto que forma la pared del laberinto. No había nada más en el mundo mágico o muggle que Emily odiara más, siendo claustrofóbica. Sí, les enseñaban sobre aquella planta en sus primeros años en Hogwarts, aunque la herbología nunca fue su fuerte. Cada vez que la enfrentaba creía que iba a morir. ¿Qué forma más lamentable podría haber? ¿Qué imagen atroz iba a dejar a sus sobrinos? ¿Tal vez Amara podría decir a sus familiares que falló la prueba enfrentando a un nundú y no a una simple planta? Está divagando. No sabe si es por la niebla o si es por el miedo, que parece provocar que su mente no conecte con la solución fácil y obvia de invocar luz. Un simple lumos y saldría de esa situación lamentable. O usar la salvaguarda mágica y atravesar todo como si de un fantasma se tratara. ¡Diffindo!, dice, pero el rayo no corta donde debería, pues su brazo está también aprisionado por la enredadera, impidiéndole apuntar con precisión. La presión en su mano es tan fuerte que puede sentir como sus dedos dejan ir su varita mágica. También puede sentir su respiración cortándose y casi olvida donde se encuentra. Casi, porque algo desde muy profundo de su ser le hace recordar que está allí para vincularse con la metamorfomagia, que se encuentra en una prueba y que no se puede dejar estrangular. Piensa que si fuera más delgada y pequeña podría liberar sus tobillos y escabullirse con mayor facilidad, agarrar la varita e invocar su patronus… ¡ESO ES!, exclama haciendo que su voz resuene como un eco. Entonces se aventura por la solución más complicada. Transforma la totalidad de su cuerpo en uno mucho más pequeño, con la contextura más delgada que puede, deshaciéndose de la presión y pudiendo liberar sus brazos. Se agacha como puede antes que la planta pueda envolverla y encuentra su varita. ¡Lumos!, exclama, haciendo que la punta de su varita brille y la planta retroceda solo un poco, suficiente para dejarla arrastrarse hasta el otro lado. ¡Expecto Patronum! Al inicio solo son hilos de luz que no forman nada, producto del miedo que le impide que pueda hacer el patronus corpóreo, no obstante, es suficiente para hacer que el lazo de diablo retroceda aun más. Es suficiente para dejarla escapar. Corre por unos metros, la niebla se disipa,así como la sensación de ser estrangulada. Los latidos de su corazón vuelven a ser normales y su mente vuelve a tener la claridad usual. Seguir avanzando luego de eso no es tan complicado para la bruja. La atacan criaturas de diferentes tamaños pero se salva haciendo que desaparezcan con el obsistens. Cuando cree que el camino que está recorriendo es el correcto, la figura de un hombre frente a ella hace que detenga sus pasos. Se trataba de Pávlov, quien le había cedido su lugar en el Simposio de Ladrones, con quien había vivido una temporada en Rusia antes de su muerte. Su aspecto era tal y como lo recordaba, así como su voz. Puedes quedarte aquí, dijo él. Esto es un laberinto, respondió Emily como si ese fuera el único motivo lógico para negarse. ¿Lo es?¿Estás segura? Entonces el escenario a su alrededor cambia y la lleva a un lugar familiar, donde vivió un par de años. Era cómodo, cálido, sin guerras de por medio. El lugar ideal. No obstante, el tiempo había hecho que Emily sane el dolor dejado por la ausencia de Pavlov y ya solo lo recordaba con cariño. Estoy segura. Como si esas palabras fueran suficientes para liberarla de la ilusión, el mismo laberinto le muestra la salida. Ya solo tiene que esperar a Amara.
  20. Durante el recorrido se comporta mas quieta de lo usual, a penas y saludó con leves movimientos de su cabeza que desconoce si fueron suficientes para no parecer mal educada. No es que no quiera estar allí, o que los intercambios de información entre sus compañeros no le parezcan importantes, simplemente se trata de un mal día. Su energía usual se ve minada a consecuencia de todos los acontecimientos recientes y la sensación de que podría estar haciendo algo más que socializar con muggles, que dicho sea de paso, socializar no era precisamente su fuerte. Por eso, al mezclarse entre la gente a las afueras de la iglesia se limita a llevar cajas de alimentos de un lado a otro, sin pasar más palabras que gracias y que tenga buen día. Sin embargo, a pesar que todo parece tranquilo le llama la atención los comentarios de la gente y la mención de desapariciones a la par de la llegada de los agentes gubernamentales. Cuando uno de los paladines -cuyo nombre aun desconoce- lo comenta poco después, la curiosidad de Emily hace que sus ánimos se levanten un poco. Obviamente, no es coincidencia. Sus compañeros también empiezan a organizarse casi por inercia para confirmar sus sospechas. Emily, por su parte, se separa del grupo y vuelve a la repetitiva tarea de levantar las cajas por si logra escuchar algo más, notando que como bruja estaba acostumbrada a hacer tareas simple como esa con un breve movimiento de su varita mágica. Definitivamente, llevaba mucho tiempo sin relacionarse con muggles. -¿De dónde son? Es una voz desconocida que habla tras ella. Es uno de esos policías que había visto merodeando, su rostro es severo y confiado, aunque no pregunta con agresividad, no lo hace con amabilidad tampoco. Cuando el grupo de magos arribó al pueblo, llamó la atención. No tanto por su peculiaridad, sino porque el trabajo de esos "agentes" era precisamente desconfiar de todo y de todos. -Somos de Devon, esperábamos poder ayudar varios pueblos. Hace un ademán para quitarle importancia a su escueta respuesta, esperando que fuese suficiente para que la deje en paz. Al menos, mantiene lo que el paladín había respondido al predicador cuando llegaron. Respuesta que, como en todo pueblo pequeño, se había esparcido con la rapidez suficiente para llegar sus oídos. Nota que el niño que quería guiar al grupo mira, desde lo lejos, al agente con cierto temor. Podía ser solo un mal elemento que abusaba de su poder o quizás... Entonces intenta usar la legilimancia con el hombre, pero algo se lo impide. Emily no se consideraba a sí misma como una legilimante sobresaliente, pero siempre que se lo proponía -y no se cruzaba con un oclumante- había podido utilizar la habilidad. Era mucho más sospechoso aún. Emily, con toda la gracia que pudo, se disculpó mientras se alejaba, buscando con la mirada a alguno de sus compañeros.
  21. -Arcana El saludo de Emily se acompaña de un ligero asentimiento de su cabeza. Luego, solo escucha las indicaciones sintiendo un aire de familiaridad en la primera parte de la prueba. Amara tiene razón, en alguna ocasión ya estuvo allí como parte de su camino para aprender a dominar la legilimancia, pero las circunstancias habían sido distintas, por lo que considera esa como una experiencia totalmente diferente… y distante. Al recordar aquel momento, casi siente como si le hubiera pasado a alguien más, como si viera pequeños fragmentos a través de un pensadero que le pertenece a otra persona. No está segura el por qué, pero está consciente que no es la misma joven que había aparecido en su primera prueba casi sin preparación por el poco tiempo que le había dado la arcana Rosalía entonces. Amara había sido más considerada. En el primer día, Emily se había encerrado en la oficina del simposio y buscado todos los libros asociados con metamorfomagia, pero al ver la inutilidad de aquello, simplemente decidió imponerse pequeños retos durante los siguientes dos días. Aun así, nunca iba a sentirse totalmente preparada. Allí, a orillas del lago, siente nuevamente la presión de no ser capaz de pasar la prueba. Cuando las palabras «te estaré vigilando» son lo último que escucha de Amara, lo toma como el momento para empezar. Inspira profundamente y de repente nota que Matthew no ha llegado. Niega con la cabeza, pues no debe pensar en ello; después de todo, es un camino que debe recorrer sola. Mira su ropa y se quita la capa de viaje y la deja en un montoncito formado por pergaminos y otras cosas innecesarias que llevaba consigo, guardándola en su monedero de piel de moke. No saca su varita mágica, pero sí cruza por su cabeza que podría aumentar su velocidad fácilmente con la ayuda de su aprendizaje como miembro de la Orden Oscura ¿sería eso considerado trampa? ¿o sería, más bien, considerado como utilizar sus habilidades a su favor? Mientras lo piensa, sus pies se mueven hacia la barca y se da cuenta que realmente no tiene la fuerza suficiente, entonces utiliza el control de su energía interna y empieza a remar. No lleva más de un par de minutos alejada de la orilla cuando la niebla invade la estancia. Al inicio cree que nada ha cambiado, pero nota que todo a su alrededor es solo agua. No ve la orilla, no ve su destino, es como si el lago se hubiera extendido ¿acaso ha estado dando vueltas en círculos? ¿está perdiendo el valioso tiempo que tiene para llegar? Para su marcha y empieza a buscar a su alrededor. Al mirar fuera de la barca nota que el lago no la refleja a ella, sino a alguien totalmente diferente. Y no es solo un reflejo, son varios que forman una hilera, como si quisiera que siguiera el camino que los rostros desconocidos marcan. ¿Estaba alucinando? Altamente probable. Su subconsciente le estaba diciendo que debía transformarse, avanzar, volver a transformarse y volver a avanzar. Quizás la situación era producto de todo el estudio previo que había hecho, quizás porque inconscientemente quería demostrar que sí podía dominar la metamorfomagia. Entonces se enfoca en imitar el primer rostro: redondeado, cabello rubio cenizo largo y lacio, nariz respingada, ojos de un color azul muy parecido a la tonalidad del cielo que la cubre aunque no pueda verlo. Normalmente, no prestaría tanta atención a los detalles, pero se esfuerza al máximo por hacer aparecer hasta el lunar que se refleja justo en la mejilla derecha. Una vez que su aspecto es exacto y se asoma nuevamente a la orilla, el bote avanza solo, hasta una “siguiente estación”. La mecánica es igual, ve un rostro y modifica el propio, siendo el encontrar el tono de piel exacto el mayor problema que encuentra. Realmente no sabe cuánto tiempo ha estado así, no sabe si hay alguna consecuencia por la contante presión impuesta por su mente. Aun así, no se detiene hasta que finalmente llega a la orilla.
  22. -¿A ti también te revisaron como si llevara una bomba? La pregunta de Emily surge de ella con un tono algo triste. No sabe ni que sentir, aunque ocultarse de los muggles no debería ser algo nuevo -pues es algo que se acostumbran a hacer desde la infancia- ahora eran buscados como criminales, un término que años atrás intentaron asociar con la Orden del Fénix, pero en circunstancias muy diferentes. Precisamente se encuentra en uno de los lugares seguros del bando, la casa de los Potter, que últimamente usaba para simple y banalmente para dormir unas horas o encontrar algo de comer, pues Emily no era tan buena cocinera. La sorpresa surgió cuando en su camino usual encontró los controles policiales. Afortunadamente, se había librado gracias al ilusionismo, confundiendo al policía que le pedía sus documentos, dándole el tiempo suficiente para escabullirse sin ser vista. La satisfacción propia de dominar su energía psíquica para logarlo se contrarrestó con la culpabilidad de haber usado su magia tan deliberadamente. Y no es que Emily sea muy sociable o que tenga una relación cercana con Madeleine para desahogarse con ella y acercársele al verla en la sala, pero existe la camaradería propia de pertenecer al mismo clan y haber compartido ya un par de misiones. Justamente derivado de aquello es que le pide ayuda con un objeto que encontró en una de las misiones del Simposio y que carga con ella desde entonces, pues hace tiempo que no ha pisado la Fortaleza Errante y sus conocimientos en demonología al momento no eran suficientes. Se trataba de la una antigua caja donde alguna vez se debieron guardarse vinos. En algunos lados era conocida como la caja Dybbuk, debido a la creencia de que albergaba a un demonio con dicho nombre, al que incluso se atribuían algunas muertes que ocurrían poco tiempo después de que alguien abría la caja. Aquello es lo que le comenta a Madeleine mientras saca de su bolsa -con el hechizo de expansión indetectable- el objeto en mención. Emily no se había atrevido a abrir la caja, porque si bien podía tratarse solo de otra leyenda urbana entre los muggles, prefería asegurarse antes de cometer alguna estupidez. @@Ellie Moody
  23. Cuando regresa con Amara, Emily siente la respiración agitada y los latidos del corazón acelerados. Es bueno volver al despacho de la arcana, el olor al té y la calidez del lugar le recuerdan que había logrado algo para hacer del mundo de alguien menos malo. Y allí radicaba la diferencia entre aquellos que buscaban tener más habilidades por el puro y vano poder, y de aquellos que las utilizaban para lograr un cambio, por más pequeño que fuera. También hablaba de la personalidad de la Arcana. No había duda que eran personajes sabios, propio de quien tiene muchos años encima, pero era más importante la manera en que expresaban esa sabiduría. Ya más tranquila, reconoce mentalmente que era una verdadera ventaja tener el entrenamiento suficiente para misiones como la puesta por Amara. Como miembro del simposio, la mayoría de trabajos que le asignaban requerían pasar desapercibida. Lo consideraba como su mejor característica. Poder mezclarse le daba la oportunidad de obtener la mayor cantidad de información posible antes de siquiera ser “sospechosa”. Y ahora, si realmente lograba vincularse con la metamorfomagia. Si lograba manejar la habilidad con la naturalidad que requería… Debía lograrlo. Por eso, cuando la arcana le hace la pregunta se da cuenta que ha estado conteniendo la respiración mientras ella hablaba. Se siente satisfecha con su progreso, y por lo mismo, no existe duda en su voz cuando responde: —Sí, deseo hacer la prueba. Muchas gracias Arcana por hoy, nos veremos en tres días. No pudo evitar pensar en cual sería el destino de Matthew. No sabía si había salido a practicar con los espejos o si finalmente había logrado cruzar el portal. ¿Ya habría podido controlar los explosivos cambios que manifestaba al inicio de la clase? Esperaba que sí, después de todo, Emily nunca supo realmente cuánto tiempo había demorado en el portal. Se despide nuevamente de Amara y sale del despacho. El buen humor de haber accedido a al prueba -que conforme pasaran los días se convertiría en nerviosismo- y los cerezos que adornaban el paisaje son lo último que recuerda de su experiencia en la clase.
  24. Se queda rezagada del resto del grupo una vez que salen del sótano. Si bien su primer pensamiento era ir directamente a comprobar que el necronomicon se encontrara “sano y salvo” aún conserva energía para seguir acabando con los demonios que intentan escapar de la invocación de Kaori. Otorga el súbito cambio en su energía al casco burbuja que alguien había hecho aparecer alrededor de su cabeza. A veces, con la gran cantidad de peligros que enfrentan olvida los pequeños detalles. Detalles como que es humana, que el frío le afecta, que el cansancio físico y mental merman sus habilidades y que, obviamente, necesita respirar algo más que aquel hedor que despedía el líquido que dejaban las criaturas cuando las destruían. Cuando su sombra se une nuevamente a Emily y ya no escucha los pasos de sus compañeros, decide recorrer el camino de los otros. Es por eso que cuando llega, poco entiende de lo que está sucediendo. Primero, porque parece que todos reconocen a la figura extraña. Y bueno, Emily debe admitir que tiene el aura de no ser una enemiga "típica". Y segundo, porque los círculos dibujados (que ni siquiera notó cuando) implica que alguien tuvo tiempo suficiente para idear un plan. Un plan que podría resultar bastante bien a pesar de pensarlo tan poco tiempo. Entonces Emily se aventura a mantener "ocupada" y quieta a su visitante. —¿Por qué haces esto? — pregunta, a algunos les gustaba alardear sobre sus planes o de su poder. De ser el caso, estaba comprando tiempo. Y si no, era posible que solo desatara el enojo de su enemiga de turno. Como fuera, de todas formas en algún momento iba a morir... —¡Humana impertinente! Técnicamente no todos eran humanos, pero no era algo que quisiera debatir. —Yo soy Vashyah —hace una pausa, porque sabe que no necesita explicar más que su nombre —Pueden ser inteligentes y entregarme el necronomicon o pueden seguir peleando inútilmente hasta morir. Entonces espera que el conocimiento de Beatriz sobre los círculos mágicos sea suficiente. Con sus habilidades potenciadas por el phantom, solo le toma unos segundos hacer que el fuego surja de su varita mágica. Cierra los ojos y solo espera.

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