Emily Karkarov

Emily relaja la postura, aunque su varita mágica sigue en su mano. La mención del ajedrez la pone algo contrariada. Había visto a algunos de sus compañeros jugar al ajedrez mágico en la sala común de Ravenclaw durante las tardes más tranquilas. A Emily el juego nunca le llamó lo suficiente la atención como para exponerse a la mirada de los curiosos que siempre contemplaban los juegos entre alumnos, pero había visto suficientes partidas para conocer algunas nociones básicas, como los movimientos permitidos para cada pieza. A lo mejor esa sería una desventaja, pero responde que sí a la arcana con un leve movimiento de cabeza, sin dar mayores detalles. No puede evitar la sensación de que está siendo evaluada en todo momento. Más aún cuando la especie de pedestal de tierra en el que se encuentra hace que todos sus movimientos sean muchísimos más fáciles de apreciar. Pero no es solo su accionar el que la hace sentirse consciente de sí misma, sino también el hecho de que para la arcana indagar en su mente sería tarea sencilla si así lo quisiera. La mención a sus “oscuros secretos” la pone un poco tensa nuevamente, aunque espera que no se note, pues trata de disimular lo suficiente. No cree tener secretos oscuros, al menos no que pueda pensar de inmediato, aunque realmente Emily no es de reconocer de inmediato sus propias emociones, prefiere en todo caso enfocarse en la tarea o misión de turno. No está segura de que responder en esa ocasión, por lo que el desvío del tema llega como un aliciente. —Concuerdo, podemos seguir el aprendizaje juntos ya que nos da la oportunidad. Responde casi automáticamente luego de que Goderic contesta. Habían ido allí como un requerimiento del Simposio, pero no era la primera vez que enfrentaban situaciones como esa como un equipo por su iniciativa propia. Sin embargo, no es la pregunta lo que llama la atención de la bruja, sino la confirmación de que la arcana había “visto” sus intentos iniciales -y extraoficiales- de practicar la oclumancia por su cuenta y el hecho de que ya habían fallado en conseguirlo. Ahora sí, solo deben esperar las indicaciones iniciales para comenzar su aprendizaje. Siente la expectativa subiendo, porque las anteriores arcanas habían sido muy distintas entre sí con su método de enseñanza. La primera había gustado de ahondar en los pensamientos de Emily, mientras que la segunda la había enviado a realizar acciones sociales positivas en un lugar remoto. Lo que Sauda tenía preparado para ellos era un misterio que ansiaba descubrir.

1d10+16

Estados Unidos antes de recibir el patronus de Mica Gryffindor —Ya te había explicado que no me interesa la política, James —le dice con un leve tono de irritación. Cada vez que había visto al mago era para algo relacionado con política: que lo ayude a preparar un discurso, que lo ayudara con una visita diplomática a la que no quería asistir o que investigara algo en algún lado, aunque esto último, debía admitir, no le molestaba a Karkarov en lo absoluto. —Esto te va a interesar, Emily, léelo y luego me dices lo que quieras. No sé donde has estado todo este tiempo si es de lo único que se habla —responde con un tono de irritación mucho más notorio que el de la bruja, claramente cansado. Emily no duda que días u horas atrás le haya dicho a Goderic que no es el secretario o la lechuza entre ellos. La bruja alza una ceja en notoria incredulidad, pero toma con curiosidad el papel que el vampiro le ofrece. Lo primero que lee es “Edicto sobre el estatuto internacional” y luego una serie de medidas que, aunque las leyera dos veces, no tenían sentido alguno. Empieza a preguntar si entonces la necesita para sopesar las primeras respuestas del gobierno estadounidense, pero eso solo hace que la irritación de James se acentúe aún más. —Mira la fecha, ya es tarde para eso —responde con desdén, poniendo los ojos en blanco, haciendo que Emily recuerde que si pasas mucho tiempo con alguien llegas a adoptar sus ademanes —lo que necesita es una entrevista que no sé ni para qué es —Claro que sabes y yo también, ponme al día que he estado ocupada. No es necesario que el mago diga mucho más. Ambos ya se han puesto a trabajar. *** —¿Te verás exactamente igual a mí? —pregunta la presentadora con un dejo de asombro e incredulidad. James le ha consultado previamente si permitía que Emily suplantará su identidad durante la entrevista y ella había accedido sin pensarlo dos veces. La mujer había visto una oportunidad de tener información de primera mano y resguardar su seguridad a la vez. Desde que se había revelado que existían magos y brujas en el mundo, su espacio en televisión había incluido información relevante sobre la comunidad mágica, sin embargo, ella prefería guardar su distancia. —Sí, no te preocupes, puedes quedarte detrás de cámaras, recuerda que tengo el apuntador por si quieres comunicarte conmigo. Emily le sonríe intentando calmarla y le pide que salga porque no cree que deba empezar a transformarse en ella frente a sus ojos, ya que probablemente lo encontraría demasiado extraño. Pero cuando Karkarov sale a maquillaje y peinado su rostro, cabello y color de ojos eran totalmente diferentes, añadiéndole más edad de la que tenía. Un par de horas después está todo listo y los entrevistados ya están esperando. El set del estudio es simple predominando el color azul, típico de noticiero. Una mesa larga de color blanco era suficiente para los tres invitados y Emily, que se sentaba en la esquina algo más alejada de los demás, haciendo evidente que sería ella quien guiaría la entrevista. Varias cámaras los apuntan y, se supone, la transmisión sería en vivo. Debe admitir que siendo la primera vez que se enfrenta a una situación así, teme que los nervios la ataquen y se empieza a cuestionar el por qué accedió a ayudar a James y Goderic en primer lugar. Bebe un sorbo de agua y respira profundo: ya no tiene escapatoria. Luego de las presentaciones iniciales y que empezara a sentirse con más confianza, comienza con las preguntas que tenía preparadas: »Como saben, este espacio permitirá despejar las dudas que han surgido en torno a las declaraciones del Presidente del MACUSA -para quien no lo sabe, es el Magicongreso Único de la Sociedad Americana- sobre el Edicto de la Primera Ministra de Inglaterra, que ha generado controversia en todo el mundo. Uno de los temas recurrentes entre nuestros seguidores de la comunidad mágica es conocer cuál será la posición que tomará Estados Unidos sobre el acceso a Ilvermorny de los ciudadanos que residen fuera del país.

El sonido del despertador hace que abra los ojos de inmediato, aunque en realidad solo quiere apagarlo, girar para el otro lado y seguir durmiendo plácidamente. No obstante, se pone en pie porque a pesar de su estado de aletargamiento sabe que tiene algo que hacer. Por un momento le cuesta recordar por qué motivo ha dormido durante parte de la mañana - tarde y no es hasta que se sienta en el borde de la cama que su mente vuelve a tener claridad: debe ir a su clase de astronomía a las 17 horas, según una nota que recibió de Sherlyn. Pasada una hora en que demora en alistarse y encontrar los implementos que Sherlyn les había pedido, sale de El Refugio directo al observatorio. Lleva en su mochila el telescopio reflector, el mapa estelar, guantes y un abrigo adicional, a pesar que lleva un suéter de punto que parece un par de tallas más grande de lo que debería. Ve el reloj en su mano izquierda y, como teme, está solo un par de minutos atrasada. Seguramente cuando llegase, ya el resto estaría allí. Y no se equivoca. Le molesta sobremanera dar la impresión de ser impuntual, pero es que sus horarios son tan cambiantes -debido a su “trabajo” con el simposio de ladrones- que realmente no lleva una rutina y son raras las ocasiones en que pase más de un par de semanas con el mismo huso horario. Al menos, cree, que su apariencia es bastante decente con su cabello cobrizo recogido y un poco de maquillaje para disimular el cansancio. —Buenas tardes —dice, a modo de saludo general cuando entra, y se sienta en el último asiento que sus compañeros han dejado libre. Afortunadamente, llega antes que Sherlyn haga la introducción a la clase y les ponga la primera tarea: presentarse. Sonríe un poco cuando “Goulden” toma la palabra, pudiendo reconocer gracias a su postura y forma de hablar su verdadera identidad con facilidad. Así mismo, esboza una leve sonrisa de saludo cuando Daniel y Black se presentan, al primero de ellos siendo la primera vez que lo ve, mientras que, con el segundo ya había compartido clases antes, justamente cuando ambos aprendían a controlar la metamorfomagia. —Hola, yo soy Emily Karkarov —comienza, y luego su expresión se vuelve pensativa cuando continúa —, astronomía no era una de mis materias favoritas en Hogwarts, debo admitir, y luego de tanto tiempo ya he olvidado mucho de lo que estudiamos para los exámenes, pero creo que puede ser útil en muchas formas; no hace mucho me hubiera venido bien saber más de astronomía y no quisiera que la falta de conocimiento en el tema me vuelva a dificultar alguna situación otra vez. Evita dar muchos detalles más y toma asiento, pudiendo apreciar con más tranquilidad las cosas que los rodeaban. Internamente agradece que sea un rostro conocido la guía en aquella clase, despejando así las dudas que por un momento había tenido sobre anotarse en la clase.

La primera impresión que tiene de Sauda es que es amable, no solo por la sonrisa que le dedica sino por su forma de hablar, respondiéndole el saludo -algo que no siempre todos hacen-. En apariencia no parece superar un cuarto de siglo, pero, Emily sabe bien que los arcanos y uzzas habían llegado a serlo por una razón y no duda que detrás de la apariencia juvenil de la arcana de la oclumancia, existan muchísimos años de sabiduría y entrenamiento. Está a punto de contestar la pregunta que les hace «¿quién de ustedes es el legeremante?» cuando el suelo bajo sus pies se mueve, alejándola. Esto hace que su postura se tense por un instante, sacando de inmediato la varita mágica que llevaba guardada en el bolsillo. Aunque trata que su expresión se suavice, es la incertidumbre de lo que va a ocurrir luego lo que hace que le sea un trabajo difícil y no deja de preguntarse, ¿a qué dificultades los someterá Sauda para saber si son o no lo suficientemente buenos para pasar a la prueba? Pero el movimiento se detiene y con ello el estado de alerta de Emily se relaja, busca con la mirada en donde se encuentra ahora Goderic y al hacerlo agradece que las alturas no sea uno de sus miedos, ya que estar a cinco metros del suelo no le molesta; aunque se siente algo incómoda por tener que gritar. — Los dos — responde, al fin, a la pregunta. ¿Habrá salido su voz lo suficientemente clara y alta para que la escuchen? Solo le queda suponer que sí o que su tío reafirmara lo que había dicho. Entonces recuerda fragmentos de la clase que tuvo con Rosalia Pereira y los momentos más impactantes e importantes llegan a su memoria: la forma en que le había enseñado a llegar mentalmente a su «lugar favorito» para poder concentrar su mente y utilizar efectivamente la legilimancia durante sus esfuerzos iniciales en la clase y la forma en que le había advertido que usar esta habilidad la podía llevar a encontrar «cosas buenas o cosas que no queríamos». Esto último es lo que supone que lleva al Simposio de Ladrones a requerirle que aprenda a “cerrar” su mente y lo que en consecuencia llevó a que Emily usara la legilimancia sobre Goderic, y viceversa, aunque nunca antes lo habían hecho por respeto a su privacidad.

Se ha mantenido en silencio, mientras sus compañeros explican sus argumentos y sus puntos de vista. Algunos la sorprenden, como Rory, cuando empieza a citar artículos de la biblia para reforzar sus ideas, o como Luna, que a pesar de todo el tiempo que lleva en la Orden del Fénix se mantiene tan inocente como el primer día. Quizás, hace muchos años atrás, Emily hubiera podido compartir con su punto de vista, pero ahora reconoce que es irreal el pensar que todos se contendrían si tenían en frente la oportunidad de acabar con el Inquisidor. El ambiente en Grimmauld Place se vuelve pesado a medida que avanza la reunión. La emoción y curiosidad inicial que generaba el giratiempos frente a ellos se iba diluyendo, mientras que, el peso de la responsabilidad a la que se estaba enfrentando todo el grupo se iba asentando. Inclusive, quienes estaban allí de casualidad ya escuchaban atentos a la reunión y, aunque finalmente alguno decidiera no participar, estaba segura que el éxito o fracaso de la misión no saldría de sus mentes, ante el peligro de que esto último sucediera. Para Emily, sin embargo, no existe un debate interno entre ir o no ir, su asistencia en la reunión es básicamente para conocer cuándo y dónde. Los otros detalles no le interesan demasiado, no obstante, debe admitir que tener el bosquejo de un plan la hace sentirse un poco más segura sobre “viajar en el tiempo”. ―Recapitulando ―dice, y teme que su voz se escuche extraña por todo el tiempo que lleva en silencio ―, estamos de acuerdo en usar el giratiempos para encontrar información suficiente para acabar con el Inquisidor y estamos de acuerdo en ir a Alaska. Lo que no hemos decidido es cuánto tiempo vamos a retroceder. Mica, Nathan y Mackenzie ya se habían manifestado uniéndose a la misión. En ese momento es que recuerda lo que dijo Mackenzie al inicio de la reunión, y no puede evitar preguntárselo directamente. ―Mencionaban que podríamos elegir «un momento conocido que nos diera cierta ventaja para controlar las reglas del tiempo» ―recita según lo recuerda, mirando a Mackenzie, pues fue quien lo dijo―. ¿Cuáles son nuestras opciones? Necesitamos determinar eso y el momento en que haremos el viaje. No tenemos tiempo que perder. Y no es que no le gustara que los miembros del bando compartieran sus puntos de vista alrededor de la mesa de Grimmauld Place, pero algo le decía que ya era momento de poner manos a la obra. Cada minuto que pasaban sin utilizar el giratiempos era como ceder la gran ventaja que ahora tenían contra el Inquisidor.

Mientras Kaori y Goderic armaban la tienda —había decidido que no había frase más cierta que aquella que decía que más ayudaba quien no estorbaba— Emily se aleja solo un par de metros para poner encantamientos protectores. Realiza diferentes florituras con la varita mágica mientras murmura algunos hechizos a medida que los va recordando, aunque se asegura de que Benjamín pudiera encontrarlos en caso de que los estuviera buscando. —Entonces… ¿este Karkarov va a venir o no? porque no ha dado señales de vida —pregunta más por curiosidad que por preocupación, sin darse cuenta que sus compañeros ya han entrado y que su voz simplemente se pierde entre el ruido que genera la lluvia incesante y el golpeteo riachuelo que no debe estar tan lejos de su ubicación. Agradeciendo mentalmente le hecho de que tuvieran una guarida caliente y segura, entra a la carpa. Y cuando la descripción clamaba que era de lujo, pues se esmeraban por cumplirlo. Por un segundo se olvida de en donde se encuentra, o de que su ropa aun está empapada, y solo piensa en que podrían quedarse allí por un buen tiempo, descansando, y disfrutando del amortiguado sonido de las gotas sobre la “carpa”, que en su interior emulaba más a una pequeña casa. Definitivamente, piensa, debió haber adquirido una cuando tenía sus privilegios como miembro de la logia. Igual que sus compañeros seca con cuidado su ropa, especialmente las botas y la chaqueta, que se vuelve a poner sin dudarlo porque, aunque el interior de la carpa es cálido y acogedor, aún puede sentir los estragos del frío. Se sienta en el suelo con la espalda hacia uno de los muebles, pensando en que quizás sería buen momento para volver a revisar el mapa del bosque que llevaba en su mochila, para ver si podían descifrar en qué punto exacto se encontraban y hacia donde tenían que ir, no obstante, que Kaori encontrara una botella de whisky de fuego la distrae lo suficiente para olvidar su responsable tarea. Y aun en contra de su mejor raciocinio, seguirle el juego a Kaori no parece tan mala idea, después de todo, debe admitir que tiene razón. Los centauros irán hacia ellos, tarde o temprano, curiosos por la intromisión en su bosque. Quizás eran ellos los que les daban a Emily la sensación de estar siendo observada. Ya a esas alturas, no les quedaba más que pasar el tiempo. Lo piensa solo durante unos segundos antes de decir algo. —Okey, te reto a que te tomes cuatro de esos seguidos —dice, mirando a Goderic, haciendo referencia al whisky, pues el vaso que le correspondía aún seguía levitando, moviéndose hacia donde fuera hasta que se lo tomara y aquello empezaba a desesperar a Emily. Además, tenía el presentimiento que para Kaori ese no sería precisamente un reto —. O… Deja la frase en el aire un momento. No por el hecho de añadir suspenso a sus palabras, sino que realmente no se le ocurre realmente nada bueno. Pero quizás a su compañera sí, después de todo, esa había sido su idea. —…O cumplir con la verdad o desafío que te ponga Kaori, tu elige —añadió, tomando un sorbo de su propio vaso.

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ID: 89984 Nick: Emily Karkarov Link a la Bóveda Trastero: 107857 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 83743 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2021-01-25 Llave utilizada: Gryffindor Objeto (Grimorio, Ford Anglia o Huevo de Dragón): Grimorio Puntos por unidad: 160 Precio: 8000 G Precio Total: 8000 G Total de puntos: 160

Vengo por mi deber patriótico igual que Kass xD Nombre: Emily Karkarov ¿Qué parentesco quieres tener y con quién? (en caso de existir preferencias): prima de Bastian Relación con la familia (adoptiva/sanguínea): sanguínea Ubicación de la habitación dentro del castillo: tercer piso con vista al lago Link a una imagen de tu habitación para el castillo: se los debo Fecha de cumpleaños: 24 de octubre Contacto (Opcional: skype, facebook, WA, Telegram, etc.)*Opcional: @@Benjamin Karkarov ven a aceptarnos u_u

Subtítulo deseado: •Not Found• Premio: Concurso de blinkies gracias

Nick: Emily Karkarov ID: 89984 Conocimiento: Astronomía Link a la bóveda: 83743 Link a la ficha: 80628

—Ya, suficiente, no necesitas ver más. Siente la boca seca y los labios agrietados, como si el nivel de hidratación en su cuerpo hubiera disminuido considerablemente por lo que cuando habla lo hace voz baja, como si le costara hablar, aunque se las ingenia para recuperar la suficiente energía para ponerse de pie y romper el contacto visual que mantenía con Goderic. Se aparta unos metros de él recuperando el aliento, enojada por sus pocos progresos y fastidiada porque el mago parece disfrutar el molestarla, quizás "vengándose" por la sesión que tuvieron días atrás En parte entiende que el mago intente llegar a recuerdos cada vez más ocultos en sus pensamientos pero, debe admitir, no es que a él le cueste demasiado entrar a su mente. Y le sorprende que ambos tengan dificultad para rechazar la legeremancia que realiza el otro, principalmente porque siempre había creído que la legeremancia y la oclumancia eran parecidas entre sí, complementarias, por decirlo de alguna forma. —Hay que admitir que no llegaremos a nada si seguimos así —le comenta con un tono de fastidio, más consigo misma que con él —,tenemos que buscar la ayuda de los arcanos... Efectivamente luego de que descansara lo suficiente se aventuran a aprender una habilidad, aunque esta era la primera vez que iban juntos, lo cual es lógico considerando que fue una sugerencia -cuasi imposición- del simposio de ladrones al que ambos pertenecían. El que aprendieran a bloquear su mente era importante para ellos, casi tanto como el hecho de que fueran discretos. —¿Sabes que? debimos venir antes, nos hubiéramos evitado malos ratos —comenta más alegremente mientras caminan al punto de encuentro con la arcana. No necesita usar la legeremancia para saber que su tío no está tan cómodo con la situación. Se queda en silencio un momento, mirando hacia todos los lados por si logra divisar a Sauda, como le dijeron que se llamaba. A veces le molestaba lo ambiguas que eran las indicaciones para encontrar a los arcanos y mucho más para reconocer su apariencia. —¿Hola? Somos Goderic y Emily, sus próximos alumnos... —dice con cuidado, esperando alguna indicación o alguna señal de a donde ir, esperando que alguien le hubiera avisado que ambos iban a llegar en búsqueda de su guía.

-Perdona, ¿hacer un qué..? - pregunta Emily ante los murmullos que cree entender que dice Goderic, mirándolo con extrañeza, pero le quita importancia cuando Kaori empieza a dar más detalles de la misión. Y de Ben Karkarov, la persona que se supone se unirá al pequeño grupo que han formado. Intenta recordar pero no cree poder relacionar el nombre con un rostro conocido, porque si bien desde hace unos años porta con orgullo su apellido, realmente no ha estado cerca de personas de su familia desde la muerte de Bastian. Quisiera preguntar más sobre Ben, como para explorar realmente qué relación tienen -porque obviamente al ser tan pocos magos y brujas compartir apellido no era coincidencia- pero no cree que sea el momento adecuado para hacerlo, quizás después de la misión, cuando disfrutaran de un café caliente o un buen trago en algún local del callejón Diagon, o mientras descansaran en El Refugio. Luego de un poco de charla, y la invocación de un patronus para que Ben los encuentre, empiezan la búsqueda. Una búsqueda que sin duda resulta más complicada de lo pensado. Mucho, de hecho. Han estado caminando en silencio por largo tiempo. Emily intenta encontrar rastros entre los árboles sin éxito, recordando que los centauros eran en extremo inteligentes y no serían encontrados a menos que quisieran. A veces tiene la sensación de que alguien los está observando, aunque no confía demasiado que así fuera, porque a medida que el cielo se oscurecía y el frío aumentaba, Emily se sentía menos optimista, aguantando las ganas de pedirles a sus compañeros que paren un momento, que no estaban encontrando nada. Cuando Kaori menciona que están caminando en círculos es que vuelve a estar completamente alerta, experimentando esa sensación de “ya he pasado por aquí antes”. Agradece a la bruja cuando le ofrece la botella de agua, tomando solo unos sorbos cuando la torrencial lluvia le impide hacer algo más. Ni siquiera les da tiempo para hacer un hechizo impermeabilizante lo suficientemente efectivo. —Yo diría que estamos peor —dice en respuesta a Kaori, mientras señala un gran árbol más adelante, que podía servirles de techo momentáneo —creo que vamos a tener que usar esa carpa que trajiste después de todo, necesitamos organizarnos —siente que está gritando pero el sonido de la lluvia amortigua su voz tanto que aun así cree que no es suficiente para que los otros dos la escuchen con claridad —… y secarnos —añade, mirando su ropa, sin poder evitar el tiritar de frío. Definitivamente no encuentra normal el que se hayan “perdido”; ninguno de los tres era precisamente un novato en misiones como aquella. La selva negra era una verdadera sorpresa.

Una vez que sus pies tocan el suelo y la sensación de vacío que le deja la aparición se disipa, no le toma mucho tiempo en encontrar al primero de sus compañeros. Le sonríe en cuanto lo ve, caminado hacia donde se encuentra. - Siempre puntual No mucho después la voz de Kaori llama su atención y Emily debe admitir que se siente aliviada de estar con ellos luego de tanto tiempo sin haberse visto. Han cumplido algunas misiones juntos, especialmente relacionadas a la orden oscura y les había ido, en términos generales, bastante bien, sin mencionar el hecho de que todos pertenecían al simposio. Aunque sus alarmas se disparan cuando escucha el comentario de Kaori sobre una carpa. ¡Una carpa! Emily no había pensado, ni por un solo segundo, en que necesitaría una. Cuando supo de la misión pensó que sería algo sencillo, que quizás les tomara un par de horas. Pero ahora que ve a Kaori y les comenta sobre la carpa, ve la posibilidad latente de que tengan que utilizarla y no le hace tanta gracia, principalmente porque estando allí es que entiende el por qué: evidentemente la magia que emana la selva negra es… densa, poderosa por describirla de alguna forma. Agradece que al menos lleva varios objetos de utilidad en la mochila que agarró del negocio en el callejón Diagon, incluyendo ropa mucho más abrigada que la que carga en caso de necesitarla -Emily solía ser poco tolerante con el frío nocturno-, pero hay algo que recuerda y que en seguida le preocupa, aunque procura que no se le note demasiado. - ¿Alguno trajo comida? Pregunta de forma casual, mirando primero a Goderic y luego a Kaori. No conoce las habilidades de sus compañeros en ese ámbito, pero Emily no era la mejor opción si querían comer bien y sospecha que ni ella ni sus compañeros querrían mantener las energías arriba solo a base de pociones vigorizantes. Mientras los escucha, saca un par de guantes de la mochila y la varita mágica, preparándose para empezar con la misión. Cuando pasan un par de minutos, empieza a preguntarse si es que el grupo ya está completo. Esta vez, se dirige directamente a Kaori. -¿Vendrá alguien más a acompañarnos?

Lleva en su mochila algunos objetos personales, incluyendo ropa, suficiente para vivir algunas semanas en la mansión de los Potter. Ha escuchado que para muchos la mansión no es solo un lugar seguro, sino su hogar. Y aunque Emily suele ser independiente y prefiere vivir sola, el efecto de las fiestas navideñas y el inicio de un nuevo año le han dejado la inconfundible sensación de nostalgia que le genera el pensar en pasar más tiempo con sus compañeros, más allá de las peligrosas misiones en las que usualmente se encontraban. Junto a ella se encuentra su crup, que ha sido prácticamente inseparable a la bruja. Aun era un cachorro en entrenamiento y espera que a nadie le molestara su presencia, aunque sabía que en caso de suceder podía enviarlo a jugar en los jardines, donde estaría completamente seguro. Cuando lo escucha ladrar de repente, detiene su marcha, sin ver nada fuera de lo común… a excepción de un cuervo, aunque no le da tanta importancia y sigue su camino. Y parece que ha elegido un buen momento para llegar. El olor a galletas la hace consciente de que no ha comido en algunas horas, a diferencia del crup que parece mejor alimentado que ella. Entonces, entre las personas presentes ve a Valkyria, justamente refiriéndose al cuervo que tan nervioso ponía al crup, y sus ojos se abren un poco ante la sorpresa. No la ha visto desde… -Hola a todos, yo soy Emily, ¿qué tal? ¿Alguien sabe si hay alguna habitación libre? Le había dicho alguien alguna vez que las habitaciones iban aumentando conforme se unían personas al bando; consideraba que era magia muy avanzada, pero lo creía posible; no obstante, la mejor forma que encuentra para distraerse es presentándose ante quienes no la conozcan, que deben ser varios de los presentes, considerando que no se ha relacionado con personas de la Orden en algunos meses. Aquello también le permite interrumpir sus pensamientos, notando que se ha quedado mirando a Vaklyria un segundo más de lo apropiado antes de presentarse; y, obviamente, no quería incomodarla. Aun así, le toma un momento ajustarse a la presencia de la bruja y aplacar la curiosidad de qué había sido de ella durante ese tiempo. Vuelve a fijar su atención en el cuervo, pensando en sacar la varita mágica que lleva en la mochila en caso de que nadie más se anime a desaparecerlo.

-Nunca he ido a Alemania en esta época del año, mucho menos a la selva negra… Dice Emily en voz alta mientras acaricia al pequeño micropuff que juega con las plumas sobre el escritorio. Ha permanecido en esa posición durante algunos minutos, decidiendo si ir o no a aquella misión, distraída con los alegres movimientos de la criatura de color morado, que en ocasiones luchaba para trepar sobre su brazo. La voz de la bruja hace que la criatura se quede quieta unos instantes, mirándola como si pudiera comprender completamente sus palabras, pero vuelve a rodar sobre el mapa que tiene abierto sobre el escritorio, el cual detalla las rutas más accesibles de la selva negra, un mapa amigable para los turistas y una clara advertencia de a donde no aparecerse para los magos. La indecisión de Emily no es porque que no le llame la atención las recompensas que el MACUSA ha estado ofreciendo por quien lleve información valiosa, sino que ha estado en un periodo de “vacaciones” tal que interrumpir su tranquilidad por una recompensa no le parece tan buena idea. Ha pasado esos días entre el laboratorio que tenía en Ilvermorny -investigando o pretendiendo que lo hace- y el simposio de ladrones, aunque en este último enfocándose más en el papeleo que los otros ladrones dejaban en el negocio del Callejón Diagon que en las tradicionales misiones que solía tener. -Bueno, ya que. Dice, esta vez poniéndose de pie de un brinco y asustando un poco al micropuff, que esta vez sí se queda estático, como si sintiera peligro. La bruja empieza a guardar como puede todo lo que había desordenado sobre el escritorio, como si temiera que la súbita determinación que había llegado se fuera igual de rápido. Por suerte, en el simposio tiene una pequeña mochila con las posesiones que considera más útiles y la ropa que carga en ese momento – jeans, una camiseta y una chaqueta – le parece de lo más adecuada para la ocasión. Desaparece al desconcertado micropuff enviándolo a un lugar donde pudiera descansar y sale del negocio, girando sobre sus talones para aparecerse en el punto exacto que le habían indicado. Sospecha que realmente extrañaba la adrenalina propia de una aventura como esa, cuando la incertidumbre de lo que pudiera encontrar en el bosque hace que una esboce una pequeña sonrisa. Ahora, solo debe buscar a sus compañeros, o esperar que alguno de ellos la reconozca primero.

Para Criaturas y Objetos del Magic Mall Premio obtenido (Criatura/Objeto): criatura XXXXX - Concurso de blinkies navideños premio del público (gracias +.+) Elección del usuario: Opaleye de las Antípodas Para llaves: Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin) Primer lugar blinkies: Llave de Ravenclaw Premio del público blinkies: Llave de Gryffindor Gracias por la gala *o* volveré por mi subnick (?

Sets Fabricados Nombre Set Objeto Fabricado 1 Objeto Fabricado 2

Ingredientes y Reliquias Disponibles Ingredientes Normales: Nombre: Hierba de plata Cantidad: 20 Ingredientes de rareza media: Nombre: Éter Cantidad: 15 Nombre: Polvo de estrellas Cantidad: 15 Ingredientes raros: Nombre: Colas de cometa Cantidad: 15 Reliquias: Nombre: Flor Lunar de Nueva Zelanda Cantidad: 10 Nombre: Metal iridiscente Estelar Cantidad: 1 Nombre: Esquirla estelar de Andrómeda Cantidad: 1

Las paredes y el suelo del laboratorio son del lúgubre color gris de la piedra. Emily no se había molestado en modificarlo, su atención se había fijado en organizar ingredientes, libros y otros objetos cuyo uso todavía no había sido explorado. Del techo cuelga un modesto candelabro, que es la principal fuente de iluminación artificial de la estancia. Como fuente de luz “natural”, en cambio, Emily había creado la ilusión de tener un par de ventanas más que las que en realidad tenía, pues uno de sus temores era que le embargara la sensación de encierro durante las largas horas que, esperaba, pudiera dedicarle a la investigación en su laboratorio. Había dispuesto tres escritorios alargados pegados a paredes, formando una especie de L, y en el amplio espacio del centro había puesto un mini armario en el que coleccionaba los ingredientes más pequeños. Sobre el armario se encontraba un nuevo caldero, que se escondía con el toque de la varita mágica. A falta de un baúl de 7 cerrojos, uno de los cajones del armario tenía un hechizo de expansión indetectable, destinado para los objetos de mayor valor a los que la bruja pudiera acceder. En el primero de los grandes escritorios de trabajo se apilaban pergaminos, libros, plumas y mapamundis, donde algunos países tenían una marca de «pendiente». El grimorio de Ravenclaw se encontraba en una de las esquinas más cercanas, todavía abierto en una de las páginas en las que trabajaba la bruja. Esperando algún día coleccionar todos los grimorios, Emily había ideado un estante para cada uno de ellos, aunque por ahora los espacios estaban ocupados por libros de elaboración de pociones avanzadas y de runas antiguas, que aún no había podido revisar. El segundo escritorio tenía objetos indispensables en el laboratorio, siendo su pensadero, balanza, astrolabio y navaja mágica multiusos los objetos que más resaltaban, por encontrarse fuera de orden al haber sido recientemente utilizados. El tercer escritorio, en cambio, se encontraba vacío y limpio, aunque no dudaba que en el futuro sería el espacio más caótico de todos, pues era allí donde esperaba realizar los experimentos. Antes de irse da un último vistazo a su laboratorio, satisfecha por el resultado y porque Ilvermorny les había permitido adecuar los espacios a su voluntad. Se debate entre añadir protecciones adicionales o mantener las que el propio colegio proporciona y se decide por lo último, cerrando la puerta y guardando la única llave en su monedero de piel de moke. Índice de Sets Fabricados

ID: 89984 Nick: Emily Karkarov Link a la Bóveda Trastero: 107857 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 83743 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2021-01-02 Objeto: Nimbus 3000 Puntos: 20 Precio: 1000 Objeto: Navaja Mágica Multiuso Puntos: 80 Precio: 4000 Total de puntos: 100 Total de galeones: 5000

ID: 89984 Nick: Emily Karkarov Link a la Bóveda Trastero: 107857 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 83743 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-12-31 Objeto: astrolabio Puntos: 20 Precio: 1000 Objeto: bola de cristal Puntos: 10 Precio: 500 Total de puntos: 30 Total de galeones: 1500

ID: 89984 Nick: Emily Karkarov Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla): 107857 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 83743 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-12-28 Poción: Doxycida Puntos: 10 P Precio: 500 G Poción: Remedio para Quemaduras Puntos: 20 P Precio: 1000 G Total de puntos: 30 P Total de Galeones: 1500 G

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