Jump to content

Blackimse

Magos Expertos
  • Mensajes

    1.285
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    1

Mensajes publicados por Blackimse

  1. La irrupción de un nuevo mago en la escena sacó a la pelinegra del asombro en que le había dejado el comentario de Kelian. Sus orbes se posaron en el marco de la puerta del salón para ver a un mago apoyado en un bastón en una de sus manos, en su cuerpo mostraba ciertos signos de debilitamiento y cansancio, Blackimse pensó que no se veía tan viejo como para estar de esa forma por lo que debía de haber sufrido alguna lesión o accidente en algún viaje o combate peligroso. Entró en el salón mientras le acompañaba un bastón en una de sus manos haciendo un golpeteo rítmico con sus pasos, al momento de verlo a la luz del lugar en que las mujeres se encontraban, Blackimse percibió algo raro en aquel mago, pero no supo bien si era de cautela o peligro, asi que optó por mantenerse en la misma posición, cerca de la chimenea y a mitad de camino a la puerta de aquel salón.


    -Este... Espera un poco... ¿Dijiste que le protegía?- Dijo soprendida al escuchar la interevención de aquel mago, el hecho que si ella protegía a ese tal Zorces, significaba tal vez que no era un fenixiano, pero la pregunta de qué rayos hacía aquel personaje con respecto a su vida aún seguía en pié mientras seguía escuchando lo que aquel hombre tenía para decir, sin poder entender ni una palabra.


    -¿Italia?, ¿Control? ¿Acaso me has visto cara de mafiosa?- Inquirió desafiante mientras recordaba que la enfermera le había comentado que la habían encontrado en Inglaterra, a miles de kilómetros de Italia. -Espera...!¿Estábas conmigo el día que desaparecí?! ¡¿Porque no hiciste algo?!- Se enfureció a tal punto que empuñó en un segundo la varita que había aparecido en su mano y se acercó rauda a aquel extraño que Valkirya hacía pasar al salón y le tomó de la ropa del pecho y colocó su varita en el cuello. Sólo en ese segundo se dió cuenta que el estado de Bastian era más débil de lo que creyó y al ver su cara a veinte centímetros de la suya pudo notar que sus dientes y la parte central del labio del mago se habían tornado de un tono amarillento y un aliento que reconoció perfectamente: Era tabaco.


    -Hueles... a tabaco...- Dijo mientras lo soltaba de sorpresa y le permitía que tomase el asiento que Valkirya le ofrecía. Si era cierto que hacía tiempo que Bastian tenía esa contextura enferma, cabía la posibilidad de que en el momento Bastian hubiese estado igual de débil en el momento en el que Zorces la hubiese enfrentado.


    Esuchó la presentación que hacía Valkirya sobre aquel mago y miró unos segundos a Kelian y luego a Bastian.


    -La verdad no tengo idea de quién eres y hasta el momento no me interesa saberlo- Acotó al comentario de Valkirya, para restarle importancia su prolema de amnesia -Por el momento me contento con averiguar quién soy en este momento. Primero: ¿Tengo más parientes aparte de ustedes vivos?, Segundo: ¿Qué es ese tatuaje? y Tercero...- Se detuvo pensando en Zorces y su relación con los ataques de los mortífagos, pero decidió callar pues no estaba segura de cómo reaccionarían Valkirya y Bastian acerca de la marca.


    -¿Qué fué lo que pasó ese día en que desaparecí?- Preguntó para terminar, con la vaga esperanza de tener pistas acerca de sus últimos pasos antes de que sus recuerdos se esfumaran.




    off: poca inspiración XD Feliz Navidad :3

  2. El trago que la Black tenía en sus manos lentamente desaparecía con cada trago, decidió no comentar mientras le informaba acerca del estado de la mansión Rowle, sin embargo el hecho que tenía un elfo llamado Kreatcher le hizo recuperar el ánimo que había perdido desde su despertar en el hospital San Mungo.


    -Ya veo, supongo que tendremos que llamarlo...Espera, ¿dijiste que tenías un hijo?- Se llevó la mano libre al mentón e hizo memoria, pero al igual que con la mensión del elfo doméstico, la sola mensión no hizo que recordara nada acerca de sus recuerdos


    -¿Zorces?-Preguntó mientras se levantaba del sofá y caminaba de un lado a otro frente a la chimenea, haciendo que su traje ondeara con cada paso. -Pues sea lo que sea lo que ha pasado, el tal Bastian no ha sido de ninguna ayuda o su magia no había estado al nivel de aquella... cosa, sino, no estaría en este problema- Aventuró la pelinegra mientras se paraba a calentarse frente a la chimenea. -El que me llevó al hospital ha comentado que me habían encontrado en un hospital cercano a un bosque, y en los registros muggles indican que hubo lo que ellos llaman, "apariciones espectrales" la noche anterior a mi arribo al hospital de magos, eso me lleva a pensar que sea como sea, escapé por los pelos.


    Lo que más le preocupaba en ese momento a Blackimse era que si Zorces sabía si ella estaba con vida y que tanto le interesaría matarla, pues significaría que aún estaba en peligro de encontrarse y combatir contra ella, cosa que no le agradaba un ápice, ya que sus memorias no habían regresado del todo. Sin embargo no le había querido comentar a Valkirya que también en su revisión de material en la biblioteca mágica y en las librerías del callejón, había encontrado extraños reportajes y libros, en donde se detallaban diversos ataques a civiles, magos y aurores, en donde lo que más se destacaba era la ostentación de parte de los atacantes de marcas iguales como la que la castaña le había mostrado que poseía en su brazo, oculta bajo el tatuaje del águila tribal, no quería sacar concluiones apresuradas acerca de su implicancia en la marca tenebrosa, pero le producía escalofrío el pensar que había matado a magos e inocentes... Tal vez Zorces había sido alguien que había intentado matarla por alguna venganza o llevarla a alguna parte que ella por ahora desconocía, con intenciones desconocidas.


    Pronto, una voz mas joven que resonó fuera de la sala donde las mortífagas se reunían rompió su concentración. Instintivamente sacó su varita de canelo negro, pero se contuvo al ver que la mujer que la acompañaba se levantaba y caminaba a paso apurado para abrir la puerta.


    Un joven de cabellos azules que sostenía a un bebé en sus brazos, cuando su mirada se cruzó con la pelinegra un recuerdo rápido surgió de la nada: Una casa en una playa y la presencia de un enano viejo y decrép*** mirándola fijamente mientras ella alzaba su varita y lanzaba hechizos contra un muñeco para hacerlo bailar


    -Auch...- Se quejó mientras dejaba el vaso en la repisa sobre la chimenea y se sostenía la frente masajeándose un poco para pasar el dolor. Escuchó la puerta cerrarse e inmediatamente apunto la varita a la puerta y conjuró el hechizo que le recordaba haber visto hacer a Valkirya.


    -Muffliato- Mientras esperaba que el hechizo hiciese efecto, recuperó la compostura y vió al hijo de la castaña, con un semblante de confusión evidente. Guardó su varita y volvió a mirar un poco el poco trago que quedaba en su vaso para ganar un poco de tiempo para recuperar el habla y sus ideas.


    -Tú.. tu estabas conmigo, te recuerdo...-Dijo mientras le volvía a mirar, reconociendo el cabello azul del muchacho, pues en su recuerdo, él era mucho mas pequeño- pero explicame, ¿Cómo, cuando y porqué?- Olvidando lo que acaba de decir el joven.


    El muchacho se acercó a ella cauteloso, miró un momento a Valkirya y luego volvió a mirar a la pelinegra, evidentemente confundido.


    -Tía Blackimse... ¿Qué te ha pasado?- Preguntó, a lo que la joven respondió para sí misma "eso mismo me gustaría saber" -Tu me criaste cuando mi madre se había ido y mi padre no tenía intención de cuidarme...- Kelian se acercó más a la chimenea -Me decías con frecuencia que si me quedaba en el castillo terminaría como mi padre, vago y sólo interesado en sus propias ideas...-


    Blackimse suspiró un poco atolondrada por los escasos recuerdos que llegaban a su cabeza


    -Por las barbas de Merlín... Debió haber sido un mago muy extraño si hizo que dijese eso...- Sonrió la mortífaga mientras le revolvía el cabello -La verdad Kelian, no recuerdo mucho, ahora me ha llegado la memoria tu nombre y algo sobre lo que dices, una cabaña en una playa, por lo demás muy bonita.-¿Sabes a que me refiero?- Preguntó esperanzada.


    -Si, es la cabaña en la isla del triángulo de las bermudas, me llevaste ahí para manternerme al margen de mi padre y de lo que sucedía en el castillo Rowle-


    -¿Sucedía?- Preguntó alzando una ceja, para consternación de la pelinegra, Kelian sonreía.


    -!Claro!, !los ataques!, tu no querías que esos asquerosos sangre sucia vinieran a la mansión Rowle y me atraparan, por eso también me has llevado allá- Dijo con bastante ánimo


    La respuesta dejó callada a Blackimse, sin saber que decir.



    off: Editado a pedido de Juliens XD

    • Me gusta 1
  3. La mortífaga se entumeció de inmediato al sentir el frío invernal que cubría a la mansión Haughton y sus terrenos. Decidió asentir sin chistar en cuanto la castañala dejó entrar en la cálida mansión, recorriendo con su vista aquel lugar, pues no estaba segura si en el pasado olvidado la había visitado con anterioridad.


    -Supongo que no me queda otra que visitar aquel castillo una vez termine acá, no hace falta que me lleves, sólo dame las indicaciones e iré.- Completó la pelinegra al saber el trágico final del castillo Rowle.


    La elfina doméstica se acercó presurosa para complacer a la joven recién llegada, lo que hizo preguntarse si ella tendría también un elfo doméstico a su servicio, pues nunca había oido que alguno le fuese a ver en el hospital San Mungo.


    -Yo..¿Tengo un elfo doméstico?- Preguntó en caso que Valkirya supiese algo -Podría sernos de utilidad si llegué a invocarle antes de perder la memoria- Añadió esperanzada mientras la elfina doméstica se fué con todas las prisas a buscar a los hijos de Valkirya.


    Mientras se ubicaban cómodamente en el estudio que contenía una hermosa chimenea de mármol banco empotrado y pisos alfombrados de los tapetes persas más bellos que Blackimse podía recordar, la mortífaga fué buscando un cómodo sofá donde descansar y poder pensar mejor. Escuchó cuando la joven pronunció el hechizo y decidió mantenerlo en su memoria por si necesitaba llegar a utilizarlo luego, aunque no sabía de que se trataba éste.


    -Ammm.. Wisky de Fuego...Gracias- Esperó con paciencia a que la anfitriona hiciera el trago y luego de tenerlo ya en sus manos ordenó sus preguntas esperando poder obtener de ella alguna respuesta.


    -Esto...¿Qué fué lo último que recuerdas de mi paradero?, ¿Alguien más sabía de mis movimientos?- Preguntó mientras se sacaba la capa de viaje y la dejaba en el respaldeo del sofá para luego tomar sorbos de su bebida.
  4. ~Area de resurreción de neutrales~


    Blackimse quedó mirando a la sanadora con algo de preocupación, sus recuerdos parecían lejanos y difusos, apenas pudiendo recordar un bosque en una noche fría un un hechizo que ella misma había realizado. <<¿Contra quién peleaba en ese momento?>> Pensó para sí misma. Era evidente que había perdido la batalla y que ahora se encontraba en el hospital con una sanadora que por gracia de Merlín sabía cómo se llamaba al menos.


    -Yo... no recuerdo nada...-Meditó un momento- Espera... ¿Tú sabes quien soy?- Se sorprendió mientras intentaba de nuevo incorporarse, puiendo sentarse gracias a las fuerza que le daban las pociones que la joven le había dado.


    -Lo último que recuerdo es una batalla, no sé contra quién.. ¿Quién me ha traído aqui?, ¿acaso vine caminando o llegué con alguien mas?, ¿Hay alguien mas herido?-Preguntó, con la secreta esperanza de saber algo más de sus recuerdos.


    Se llevó la mano inconcientemente a su pecho, en donde yacía el colgante roto, lo examinó sin recordar la importancia que había tenido aquel objeto tiempo atrás, se lo sacó y lo colocó en la mesa de noche, aún examinándolo con la mirada.


    -¿Tengo algún pariente?, ¿eres pariente mía?, digo... porque conoces mi nombre- Dijo ya en un tono mas impaciente. Le incomodaba la idea de no saber nada sobre sí misma y ya dislumbraba la posibilidad de salir aquel momento del hospital para poder encontrar a alguien que supiera cómo había llegado a tal estado.


    La pociones había surtido su efecto y ya casi del todo recuperada, a excepción de sus recuerdos perdidos.


    -Necesito respuestas... y las necesito ahora o me volveré loca- Dijo mientras se llevaba las manos a la sien para calmar un dolor punzante en su cabeza. Fué en ese momento en que vió el tatuaje tribal de águila en su brazo, lo analizó unos momentos y y trató de buscar en su memoria el porqué se había hecho semejante dibujo en su piel


    -Que tatuaje más raro tengo...- Dijo algo confundida.

    • Me gusta 1
  5. ~Robert, enfermero~

     

    El enfermero, tras haber contado lo que sabía de la paciente, quedó sorprendido que la sanadora no se tomase la molestia de preguntarle sobre otras heridas o enfermedades que presentase la paciente en ese momento. De sus años junto a su padre, mago sanador experimentado, aprendió que la magia tenía límites insospechados en cuanto a los aportes a la medicina humana. Además, en los cuentos que éste le contaba en las noches retrataban a esos mismos magos como seres que podían enfrentarse a la misma muerte y vencerla...

     

    Miró con algo de envidia a la paciente y a la sanadora, pues él no había nacido con aquel especial don, sin embargo esto no lo desanimó en su vida y decidió seguir los pasos de su padre y ayudar a las personas incluso sin necesitar de la magia, y se convirtió en médico.

     

    Tras volver en sí de sus recuerdos y pensamientos, decidió mantenerse al margen ahora que la sanadora estaba presente y tratando a la paciente anónima. Por lo que antes que Valkirya tomase la varita de la Black él tomó gentilmente la suya, y como buen caballero inglés se despidió depositando un beso en el dorso de su mano.

     

    -Un placer conocerla señorita...Valkirya- Soltó la mano y se levantó, notando recién que parte de su ropa había quedado manchada con la sangre de la Black mientras la bajaba de la ambulancia y entraba con ella al hospital.

     

    -Temo que recurriré a las tiendas cercanas, mi ropa ha quedado hecha un desastre... - Añadió en un suspiro resignado mientras se encaminaba a la puerta -La dejo en sus manos entonces. Que tenga un buen día- Se despidió con una amable sonrisa para luego encaminarse a la salida del box y de San Mungo y retornar a su trabajo.

     

     

    ~Blackimse~

     

    Su corazón latía desbocado mientras corría a toda la velocidad que podía, en el pecho le golpeaba tímidamente su colgante de cristal roto y con cada roce con su delicada piel, amenazaba con hacer cortes en ella con sus afiladas puntas y bordes.

     

    -!Sectusempra!- Había apuntado en la oscuridad en el segundo en que se detuvo de imprevisto. Al mismo tiempo en que el rayo color carmesí salía de su arma mágica salió disparada para penetrar la oscuridad y perderse al chocar con un árbol de sauco, causando que éste se derrumbara como una torre de naipes, trataba de no perder el conocimiento debido a las heridas en su abdomen, que ya le estaban causando más dolor del que podía aguantar.

     

    -!Muéstrate!... !Cobarde!- Desafió la Black, aún en su débil estado.

     

    Sin embargo lo que vino después fué envuelto en una oscuridad que engulló a la propia pelinegra...

     

     

    ***********

    No supo cuánto tiempo pasó en aquel lugar, si es que le podía llamar así, sólo pocas oportunidades pudo ver un leve destello de luz, como una pequeña explosión solar acompañada de un pitido que reventaba sus oídos. Dos o tres veces más iluminó la luz aquel lugar, acompañado de un frío que recorría su cuerpo como si le pusieran un hielo a derretir en la base de su nuca.

     

    Esperó y no pasó nada, pronto se dió cuenta que no era el frío lo que se expandía por su cuerpo a partir de su nuca, sino que estaba recuperando su sensibilidad, su tacto. Pronto percibió un sonido bajo, abombado y lejano... Y luego fueron dos. sonidos diferentes.

     

    -¿Donde... Estoy?- Preguntó al despertar la Black en la cama del hospital, a su lado una joven de piel canela y muy bella se hallaba haciendo hechizos curativos, su cara de preocupación no logró calmar las preguntas que la joven Black tenía en ese momento.

     

    -¿Cómo....- Comenzó a preguntar pero al tratar de moverse, las heridas que en ese momento se estaban cerrándo por obra de los episkeys se resintieron y le provocaron una molestia que le obligó a volver acostarse en la camilla... -Demonios!...- Soltó adolorida. Trató de recordar qué estaba haciendo antes de despertar en aquel extraño lugar, pues aunque sabía que los sanadores eran los encargados de sanar a los magos, no recordaba haber visitado antes el lugar en el que ahora se encontraba.

     

    -Yo... lo siento, ¿podrías decirme tu nombre?- Preguntó Blackimse a la sanadora que la atendía, mientras recordaba su nombre para presentarse a quien le había curado sus heridas.

     

    -Eh.... Mi nombre es...- Fué entonces que cayó en la cuenta. No recordaba su nombre ni nada de su vida.

     

     

    off: Pobrechita u.u

     

     

     

    • Me gusta 1
  6. -Robert, enfermero del Castle Hill-

     

    A pesar de que el enfermero recordaba vívidamente el conducir la ambulancia por las calles de Londres bajo una incesante lluvia, la ventana del box en la que se encontraba con la paciente mostraba un hermoso día de primavera

     

    -Esto es más extraño de lo que recuerdo...- Pensó mientras tomaba el pulso a la pelinegra y decidía si administrarle otra dosis de epinefrina que llevaba en su bolsillo, ya que su pulso era muy débil.

     

    Mientras la enfermera llevaba el formulario de ingreso, una mujer pálida y hermosa ingresó al box. La sorpresa de aquella joven al ver en su rostro que reconocía a la paciente desconcertó al enfermero.

     

    -Pues no lo sé... La policía la llevó al hospital donde trabajo. Logramos sacarla de un paro cardiorrespiratorio pero sus heridas eran muy graves...- Pasó la mirada de la sanadora a la paciente y luego extrajo desde un bolso la varita de canelo negro y núcleo de pluma de fénix y sangre de dragón.

     

    -Cuando vi que tenía una varita, la oculté a mi jefe , y apenas logramos estabilizarla dentro de su gravedad la he traído a este lugar. Sé que aquí tienen mas posibilidades de salvarla...

     

    Dejó la varita sobre la mesa de noche y se volvió a enfocar en la sanadora.

     

    -Ya no tengo más información para darle... ¿La dejo en sus manos?- Se quedó callado luego, pues le parecería imprudente preguntar por la paciente.

     

    Mientras tanto el pulso de la Black continuaba débil ya sangre amenazaba con salir de las heridas suturadas hacía tan poco tiempo.

     

     

     

    Off: Perdí mi rol tres veces u.u no haré mas tochos desde el cel.

    • Me gusta 1
  7. ~Unas horas antes, en el Castle Hill Hospital, Gran Bretaña~

    ~Gerard Sinclair, médico de urgencias~

     

    Los pasos presurosos del anciano doctor se encaminaban hacia la sala de urgencias, hacía sólo menos de tres minutos que su localizador había lanzado un aviso mientras se tomaba el café de la madrugada, mientras hacía la guardia de noche en aquel antiguo hospital. Aunque sabía que ya no se podían atender urgencias debido a la remodelación de aquel edificio para convertirse en el nuevo centro del cáncer en Gran Bretaña, no podía faltar a su juramento de médico y dejar pasar aquel caso de urgencia que le habían avisado.

     

    "BLUE URG 2:15"

     

    -Mala hora para tener un paro cardiorespiratorio...- Pensó el médico mientras giraba en una esquina y pasaba a través de unas puertas que conducían a la sala de urgencias, donde se podían escuchar a varios enfermeros lidiando con una paciente que yacía sin pulso en una camilla en uno de los boxes más alejados.

     

    El hombre casi calvo se sacó su estetoscopio de su cuello, donde suele tenerlo para cualquier emergencia y lo dejó sobre la mesa llena de instrumental médico estéril

     

    -¿Situación?, ¿Tiene antecedentes médicos?- Quiso saber mientras uno de los enfermeros continuaba realizando maniobra RSP

     

    -No señor, prácticamente la han encontrado en un charco de sangre a las afueras del pueblo, unos policías la han traido luego de encontrarla y en este momento están buscando su identidad entre sus cosas, hemos tomado los riesgos farmacéuticos por si la paciente presentase hipertensión, diabetes y epilepsia, aunque esperamos los resultados de los análisis de sangre para reabastecerla y estabilizarla.

     

    -Bien hecho Margareth...- Felicitó el médico mientras observaba los monitores -Denle tres mililitros de Adrenalina via intravenosa y cargen el desfibrilador a carga media, hay que normalizar el ritmo del corazón antes que todo...

    Los enfermeros reaccionaron de inmediato ante las órdenes de su superior, mientras algunas enfermeras monitorizaban e informaban en todo momento la poca presión que la paciente presentaba.

     

    -Cargando...-Dijo un enfermero de cabellos rubios mientras tomaba las paletas y las colocaba en el pecho de la joven -!Despejen!- La descarga eléctrica desató un brusco movimiento que llegó a arquear la espalda de la paciente. Todos los pares de ojos miraron por unos segundos el monitor cardíaco que seguía mostrando un fino hilo color verde, por lo que aquel médico repitió la maniobra, desatando descargas en el pecho, hasta que en la tercera descarga, para alivio del médico presente, se comenzó a escuchar un débil pitido y a mostrarse un débil latido cardiaco.

     

    -Adelante, hay que reabastecer y sanar esas heridas- Dijo el médico mientras procedía junto con su equipo a curar las heridas de la paciente.

     

    Doce horas luego de la hazaña de salvar a la paciente, el doctor Sinclair se despertó en su sofá de su cubículo y decidió ir a echar un vistazo a la paciente a la que le habái salvado la vida unas 6 horas antes. Bajó desde su oficina, unos pisos mas arriba que la sala de urgencias y se dirigió al box en el que se encontraba la joven.

     

    Solamente que ahora ya no había nadie...

     

     

    ~Planta de resurreción de neutrales~

     

    -!Abran paso, necesito un sanador!- Exigió el joven mago mientras sostenía a la pelinegra manchada de sangre y a punto de perder de nuevo la conciencia. Una de las enfermeras que estaba en la entrada del hospital trajo de inmediato una camilla y en ella tendieron a la paciente, quien mostraba signos de haber estado en batalla y con su ropa hecha pedazos, en uno de sus brazos destacaba un hermoso tatuaje de un águila tribal.

     

    -Por aqui señor..- Le indicó la enfermera mientras llevaba la camilla con la paciente, el joven dudó un momento, pero la siguió hasta donde la llevaran.

     

    -¿Datos de la paciente?...¿que le ha pasado?-

     

    -No lo sé, ha llegado al hospital donde trabajo y he reconocido que es una bruja, no podía dejarla morir con esas heridas..- Indicó el enfermero del hospital Castle Hill

     

    La enfermera se detuvo en seco y se quedó mirando al joven sorprendida a más no poder

     

    -¿Perdón?- Dijo, en un tono que exigía una explicación

     

    El joven extrajo de su bolso, una hermosa varita de canelo negro con núcleo de pluma de fénix y sangre de dragón.

     

    -No hay tiempo para contar más detalles, sólo que si se seguía atendiendo en ese hospital moriría ya que apenas he podido recuperarle el pulso con un desfibrilador, por eso la he traido...- Agregó preocupado.

     

    La enfermera tuvo que tomarse un minuto para digerir toda la información que le había dado el joven y decidió que lo más importante en aquel momento, era salvar la vida de la joven pelinegra.

     

     

    off: tenía ganas de rolear *w*

  8. ~Zorces Black Rowle~

    La cárcel de Numengard recibió a la mortífaga en un relativo silencio mientras la noche transcurría silenciosa. La joven llevaba esa noche una túnica esmeralda oscura, que hacía juego con la capa de viaje negra que le protegía del viento reinante en el exterior de la gran edificación. Añadiendo a la tradicional máscara color blanco y adornadas con unas finas líneas color esmeralda que protegía su identidad ante los prisioneros e indeseables, se mostraba una capucha que provenía de la capa de viaje, la cual protegía sus cabellos blancos de la vista de los demás mortífagos.

    Esto hacía que le fuera más fácil recorrer los lugares en búsqueda de información, sin levantar sospecha de los que conocían Blackimse

    -Veamos si hay entre estos cadáveres, alguno que quiera cooperar...- Se animó mientras recorría los pasillos a paso tranquilo con sus botas de cuero. Tras echar un vistazo a las celdas con prisioneros, los encontró en un estado tal que eran dignos de un manicomio que una sala de interrogatorios con la ojiazul de interrogadora.

    Bufó ante su mala suerte y decidió esperar a la noche en la edificación, con algo de suerte la marca en su piel ardería para anunciar una caceria, tomaría entonces la oportunidad para cazar a algún fenixiano ingenuo para averiguar el paradero de tan valioso tesoro.

    Subió a la torre norte de la cárcel de Numengard y se sentó a esperar, vigilando en el horizonte la presencia de intrusos en Numengard.

  9. Blackimse tomó alzó sobre sí el cuerpo de Koa y caminó hacia la salida de la cárcel, durante la salida se acercó al cuerpo de Dereck. Tras tomar también su cuerpo, salió con ambos desde el interior de la cárcel.

    La noche le recibió en una fresca brisa, su misión había terminado y ya podían irse de aquel lugar. Tras caminar lo suficiente para salir con los prisioneros de la zona mágica de Abbadon, la Nigromante se concentró en su destino y desapareció en un parpadeo de aquel lugar. Segundos después aparecería en la fortaleza oscura, en donde los mortífagos rescatados fueran atendidos.

    -Bienvenidos a la libertad...- Les indicó mas tranquila la Nigromante mientras depositaba los cuerpos de sus compañeros en camas libres en una habitación.

    Las actividades por esa noche habían terminado para la Black.

     

     

  10. Observó como su hipógrifo le seguía protegiendo, por lo que decidió realizar otra defensa antes que ésta desapareciera.

    -Necrohands...- Pensó y dos manos fantasmales de la contextura y altura de la Nigromante aparecieron a cada lado de ella y se posicionaron en un radio de un metro, teniendo la orden de la Nigromante de protegerla a toda costa.

    -Gracias...-. Susurró a su bestia mientras seguía con los hechizos, apuntando su varita a su cuerpo y conjuró en un pensamiento los dos hechizos no verbales que necesitaba para curarse del strellatus que le habian lanzado los fenixianos

    -Episkey...Episkey..- Con esto la visión de la nigromante quedó mejorada en su totalidad, dejando aquel hechizo en el pasado.

    Poco a poco los mortífagos prisioneros iban escapando de aquel lugar. Sólo esperaba que aquel rescate terminase pronto para poder descansar a la fortaleza oscura.

    -Al menos nos hemos mantenido entretenidos, sino me quedaría dormida...- Pensó mientras se ponía en guardia.

     

     

     

     

     

  11. La distancia que tenía con su rival mas cercano había impedido que el tripio sectusempra diese en el blanco, sin embargo su bestia se interpuso en el camino del rayo y lo recibió a los seis metros, dejando a la nigromante sin heridas algunas.

    -Fuego Maldito...Fuego Maldito...- Conjuró mientras comenzaba a perder la vista. Dos cóndores adultos nacieron de la varita y emprendieron vuelo hacia sus objetivos fenixianos indicados por la Nigromante. El primero quemaría a Mey y el segundo daría a Binfyeld, ambas fenixianas quedarían quemadas hasta los huesos si no hacían algo por defenderse o curarse.

    Luego apuntó a sí misma con su varita mágica y conjuró en su mente -Episkey- El hechizo sanador de urgencia curó su vista de un strellatus que le habían lanzado por lo que decidió esperar unos minutos para que su vista se estabilizara antes de seguir las curaciones.

    Mientras tantu su bestia seguía protegiéndole de los ataques que fuesen donde la Black, mientras el rescate se realizaba a un paso constante y en poder de los mortífagos.

     

  12. Blackimse al entrar a la cárcel se quedó a 10 metros de distancia de cualquier rival, cosa de que cualquier enemigo quisiese acercarse, ella se alejaría, manteniendo siempre aquella distancia. Cuando estuvo lista alzó su varita y conjuró su defensa


    -Celerus Expectro protego- Un poderoso hipogrifo adulto hecho de oscuridad nació de la varita de la Black y cayó ágiulmente frente a ella, tenía la orden de proteger a su creadora y obedecer sus demás órdenes.


    -Por ahora protégeme...- Ordenó su creadora y la bestia se quedó en un radio de un metro alrededor de la Black, interceptando cualquier rayo o bestia que fuese contra la Black. El animal de oscuridad chasqueó su pico y agitó sus alas oscuras en señal de aprobación.


    -Detritus- Conjuró a continuación y una capa de gas mágica envolvió a Blackimse y a Koa al mismo tiempo, con esto se aseguraría que su compañero de bando tendría más posibilidad de atacar y de no recibir daños algunos en su salida de la cárcel de Abbadon.


    -Confundus...-Pensó luego apuntando a Heliké, la fenixiana caería presa de una confusión temporal que no le permitiría lanzar su segundo hechizo.


    Luego se quedó observando que los prisioneros escapasen de la cárcel y que su misión terminase pronto. Los fenixianos seguían llegando a la cárcel ante el aviso de sus compañeros.


    -Que comienze la fiesta....- Susurró mientras su máscara seguía protegiendo su identidad.
  13. Luego de defenderse de las flechas doradas, la Nigromante suspiro aburrida.


    -¿Para que dejan espadas para que nos defendamos de unas flechas? Acaso quieren que lleguemos a Abbadon?- Preguntó en voz alta sin poner cuidado en que la escuchasen. Sin esperar respuesta la mortífaga continuó el recorrido, llegando a una amplia zona adornada con estatuas, similar a un museo o una galería con temática de heroes caídos.


    -Esto es dramático...- Bufó mientras daba el siguiente paso. Con ello varias estatuas comenzaron a cobrar vida. Blackimse observó en el piso de aquel lugar y se fijó en una grieta que había bajo las estatuas.


    -Dame un segundo, no tardaré cardenal... -Comentó a Colt mientras conjuraba con su varita -...Incárcerus... Incárcerus- Los grupos de 3 cuerdas de acero y tejido extra fuerte salieron disparadas desde la varita de la Black, cada cuerda ataría solo juntos los tobillos de cada estatua que les iban a atacar, con lo cual al cabo de unos segundos sólo se escuchó el estruendo de las seis estatuas al caer de bruces al suelo.


    -Ahora desparezcan... Confringo...- Conjuró por último apuntando no a las estatuas, sino al piso que estaba bajo ellas y que había una grieta que se había abierto mas gracias a las caidas de las estatuas. El hechizo provocó una explosión en el punto débil de la grieta y había abierto un enorme forado por el cual cayeron todas las estatuas que estaban inmovilizadas.


    -Ta rá...- Dijo en apenas un susurro, pues el camino había quedado libre de estatuas y podrían dirigirse a Abaddon con toda tranquilidad.


    -Sigamos, ya pronto podremos llegar a Abbadon- Comentó
  14. -Aun conserva el toque...- Pensó divertida mientras observaba al cardenal repeler las tormentas con la magia oscura, dejando a ella y sus compañeros ilesos.


    -Tenemos juguetes mejores que estos...- Añadió al comentario de Colt en un tono tranquilo.


    Tras comenzar a derribar las defensas de las tormentas que se ergian en la planicie mágica, siguieron su recorrido con los sacrificios al frente, hasta llegar a un laberinto en una montaña.


    -Laberintos... Siempre por la izquierda...- Pensó la Nigromante mientras ingresaba junto con el grupo y mantenía alzada su varita. Tras unos minutos de recorrido, unos sonidos alertaron a la Black y la hicieron adelantarse.


    -Tenemos compañía, quedate atrás un momento por favor...- Le pidió al cardenal para luego conjurar con fluidez -Célerus Fuego Maldito...- Dos ballenas azules adultas nacieron de la varita de la Black, iluminaron el laberinto en su caída al suelo, quemando lo que había en un radio amplio. Varios vampiros y licántropos gritaron de dolor ante las quemaduras que aquellas monumentales creaciones les habían provocado.


    -Fuego Maldito... Mueran escorias...- Conjuró de nuevo la Black esta vez a otro grupo de vampiros y hombres lobos, quienes iban a por ellos para matarlos. Pronto todo el piso del laberinto quedó regado de cadáveres de aquellos seres que osaron impedir el paso a los mortífagos.


    -Sectusempra...- Conjuró por última vez para matar a un hombre lobo que iba en huida de aquella masacre. Tras verlo caer, dirigió su mirada a Patrick unos segundos y siguió su camino.


    -est****os vampiros que no tienen orgullo por su linaje... Ahora son un bulto de huesos y polvo...- Susurró de forma fría mientras pasaban al lado de los cadáveres y proseguían el camino.


  15. La lluvia caía incesantemente en la ciudad de París, la capital de Francia. Desde la cima de su monumento más histórico, le torre Eiffel, la mortífaga se concentraba desde las sombras en un pequeño bulto que se movía de izquierda a derecha mientras otro grupo de bultos se movía alrededor, emitiendo luces cegadoras e intermitentes.



    -Muggles...- Pensó mientras su rostro cubierto con la máscara que protegía su identidad solo dejaba ver sus ojos cafés que se mantenían sobre su presa. Aquel fenixiano que estaba a metros bajo ella esperaba al parecer a uno de sus compañeros o a uno de sus familiares. Ella también ansiaba ese momento puse sería su momento para atacar. Al mirar de reojo al grupo de turistas que pasaba por el lado del fenixiano, la idea de masacrarlos pasó por su mente, pero desechó la idea de ese momento pues su prioridad en ese momento era completar su misión.


    -Lamentablemente eres mi objetivo...- Pensó Blackimse mientras alistaba su varita mágica, mientras la lluvia resbalaba de su túnica debido al hechizo repelente que se había lanzado.


    Una hora después la Black tenía su mano alrededor del cuello del fenixiano y lo levantaba del suelo mientras los muggles huían despavoridos en medio del caos que ella había producido.


    -Una sola oportunidad, si no me das la información tu y tu amiga morirán...- Dijo la matriarca Rowle mientras apuntaba con su mano libre -y que tenía su varita- al cuerpo inconsiente de una mujer.


    El mago miró a la mortífaga y luego a la mujer y accedió a dar la ubicación de Abbadon.


    -Excelente...- Dijo mientras recibía la información y le ponía la varita en el pecho -Sectusempra- El mago cayó en el suelo desangrándose, en ese mismo segundo la mortífaga le golpeó en la nuca, haciéndole perder la conciencia.


    -Nos veremos... si sobrevives...- Dijo mientras desaparecía de aquel lugar.


    Minutos después apareció en el lugar que le indicó aquel mago, en Indonesia. Un país insular ubicado entre el Sureste Asiático y Oceanía. Archipiélago rodeado de agua y hermosas playas.


    -Veamos... Sólo falta llamar a los demás- Pensó mientras se llevaba la punta de su varita a la marca tenebrosa tatuada en su piel. Primero invocó al que sería su compañero de derribar defensas, el cardenal de la muerte. Cuando este hubiese llegado a su lado, la mortífaga se concentró y llamó a todos los otros mortífagos dispuestos a ayudar en aquel rescate.


    -Buenas...- Saludó -Vamos a rescatar... Andando- Añadió mientras su varita serpenteaba entre sus dedos
  16. Partiendo siempre por lo más importante... Felicito al equipo de HL por pegarse maratónicas sesiones para actualizar el forito *w* ha quedado mono y cuando tenga sus nuevas ropitas no dolerá tanto los ojitos leerlo *se frota los ojos*

     

    Bueno, aparte de eso, necesito comentarles un error que se me hizo frecuente con la nueva actualización,

     

    En el navegador Chrome (El único que uso) cuando entro a la página (sin loguearme) me muestra lo siguiente:

     

     

    http://i43.tinypic.com/29nz22a.png

     

     

    Sin embargo cuando entro al foro, las letras negritas y otras sufren un cambio y no me reconocen algunos carácteres (especialmente con las tildes)

     

     

    http://oi43.tinypic.com/dewu93.jpg

     

     

    Intenté de todo, borrar cookies, caché... Reiniciar chrome a su estado inicial. lo desinstale y lo volví a instalar previa eliminación de archivos en el regedit, pero nada pasa :s Sigue igual...

     

    Agradezco a quien pueda ayudarme con mi problema, por lo demás el foro es muy bonito y tiene muchas nuevas que aún no puedo aprender a usar bien XDD

     

    Saludos!

  17. Sin pensarlo Blackimse comenzó a lanzar los hechizos de curación, pues no quería perderse la muerte de las fenixianas a manos de sus fuegos negros.

     

    -Célerus Detritus- La capa de gas mágico le protegió a ella y a Zack, evitando que ambos recibieran ataques por parte de los fenixianos.

     

    -Episkey... episkey...- Los hechizos curativos acudieron a ella para sanarla del strellatus que le habían enviado, pues sabía que su visión es fundamental para aquella batalla. tras ver a su creación desaparecer asintió divertida, pues sabía que le había servido bien a sus propósitos y por ello mantenía un respeto por aquella criatura pues le había defendido de dos tripios que ni siquiera habían tocado a la Nigromante por estar siempre a 10 metros desde su rival mas cercano

     

    Al curarse su vista pudo por fin ver morir a una de sus rivales, los múltiples hechizos que se había lanzado no habían bastado para curarse y había caido muerta en el piso de la cárcel.

     

    -Descansa en carbones...- Dijo Blackimse finjiendo que se percinaba ante la recién fallecida fenixiana. Era una menos en la lista de los fenixianos en batalla

  18. Blackimse susupiró y luego sonrió maliciosamente. Había llegado el momento de usar a sus creaciones.

     

    -Mantén a esa bestia ocupada mi bella creación...- Indicó Blackimse a su hipogrifo quien interceptó al billiwig de Pandora antes que explotase una de sus creaciones y luego mordió el cuello de ave fenix que intentaba matarla para que no escapara. producto de esto el fenix no acudio a curar a la fenixiana por lo que murio al no recibir sus lagrimas. Tras un chasquido la primer abola de fuego negro fué en contra de Mei, mientras que la segunda bola de fuego negro iría contra Mey. Ambas bolas de fuego quemarían a las fenixianas hasta los huesos y les quitaría la vida dolorosamente.

     

    -Necromantia lingua- Conjuró Backimse. Tras esto el primer hechizo de Mei no saldría, el aqueora no iría a salvar a la fenixiana y le martarían los hechizos de sus compañeros

     

    -Absorvere...-La muñecas de Mey, Mei y Mary que sostenían varitas se partieron con un sonoro crack y les comenzaría a invadir la gangrena. Si no hacían algo para curarse perderían la extremidad, algo importante en aquellos duelos y batallas

     

    -Séneca...- Conjuró luego apuntando a Mei, quien quedaría con la garganta deshidratada y no podría hablar durante un buen tiempo en aquella batalla.

  19. Tal y como lo sospechó su bestia recibió el impacto del sectusempra que podria haber alcanzado a la Black de haber estado en el rango del tripio

    -Innecesario...-Indicó mientras su bestia seguía protegiéndole -Episkey... Episkey...- Conjuró dos veces en su mente. El hechizo curativo tendrían efecto en la vista de la Black la cual comenzaba a verse afectada por un strellatus que le habían lanzado por parte de los fenixianos.

     

    Tras darse cuenta que su segundo hechizo no salía producto de un confundus, se movió para mantener la distancia de 10 metros tal y como lo había propuesto al inicio del rescate y se mantuvo fuera del alcance del tripio de que otra fenixiana le había enviado, aunque sólo bastó con que su hipógrifo se cruzase en el camino del rayo para interceptarlo mientras luchaba con el aburrido fénix de los magos.

     

    -Episkey...- Pensó para si misma y su varita el otorgó el hechizo curativo que necesitaba para el strellatus.

     

    Blackimse alzó la vista y sólo restaba que sus creaciones crecieran algo mas para poder ser usadas en contra de los fenixianos.

  20. Al entrar a la prisión tras terminar de derribar las defensas con su compañera de bando, comenzaron a divisar a los primeros fenixianos que se unían al ataque y dentener que sacasen a los prisioneros.


    Sin esperar comenzó a lanzar los hechizos de defensa.


    -Celerus expectro protego- Una entidad que tomó la forma corpórea de un hipógrifo adulto se quedó al lado de la creadora Nigromante, agitando sus alas con ansias y chasqueando su pico agresivamente mientras batía sus alas nerviosamente, dejando una estela de oscuridad tras de sí.


    -Calma mi pequeña, por ahora sólo me protegerás, se nos viene algo divertido por delante.- Le indicó a la bestia, quien se mantuvo a una distancia de un metro de su creadora siempre.


    Volvió su mano al cielo, para lanzar sus últimos hechizos con una voz tranquila y pausada.


    -Fuego Negro, Fuego Negro...- Dos bolas de fuego Negro aparecieron sobre la Nigromante, las cuales comenzaron a adquirir poder y tamaño a medida que pasaba el tiempo. Tenían ademas una órden especial de esquivar cualquier ataque que fuera contra ellas, así evitarían ser destruidas y su hipógrifo las incluiría en su lista de cosas a proteger.


    -Veamos cuanto se tardan en llegar a detenernos...- Pensó Blackimse mientras se ponía en posición de duelo, mientras la luna se ocultaba tímidamente tras las nubes de la noche oscura.


  21. Tras pasar un extraño lago por el cual tuvieron que defenderse de unas flechas con ayuda de unas espadas que sacaron del mismo lago, Blackimse y Leah se encontraban al final de derribar las defensas de la cárcel, por lo que desde su posición se podía ver ya el edificio de Abbadon, la prisión fenixiana. Al pasar cerca de unas estatuas que daban la bienvenida al tramo final de su camino, éstas comenzaron a cobrar vida y a moverse, algo que la mortífaga ya preveía.


    -Célerus Levicorpus- Conjuró apuntando a una, la cual quedó colgando de los tobillos y sin poder avanzar un centímetro, por lo que no pudo acercarse a dañar a ninguno de los sacrificios o a sus compañeros.


    -Incárcerus- 3 cuerdas salieron de la varita de la Black hacia la segunda estatua. La primera cuerda le haría caer de bruces al atar sus pies juntos, la segunda le ataría los brazos hacia abajo con tal que no pudiese usarlos para golpear o atrapar a alguno de sus compañeros y la tercera cuerda le ataría a su compañero colgado, para que no pudiese moverse mucho.


    -Zancadilla...-Conjuró por última vez Blackimse mientras apuntaba a la última estatua que estaba a punto de saltar sobre un área de arena ultra suave. la cinta mágica ató los tobillos de la estatua, lo que le impidió saltar y por ende se cayó a un área de arena suelta, el cual comenzó a tragarlo como si fuera arena movediza. A los pocos segundos ya no quedaba rastro de la estatua.


    -¿Es todo lo que pueden hacer?- Pensó Blackimse mirando ya la entrada de Abbadon, pues sabía que sólo restaba un obstác*** para poder alcanzar a sus compañeros.

  22. Luego de que Leah los protegiera de las amenazas de las tormentas mediante aquella magia, Blackimse suspiró y siguieron el camino que de ser plano y aburrido, comenzó a levantarse, formando un laberinto que los envolvía poco a poco.


    -Es un laberinto... Vamos por la izquierda...- Dijo sin pensarlo, pues sabía que todos los laberintos podían encontrar la salida si se iba siempre por la izquierda. Tras poco andar en esos enredados senderos, varios ruidos alertaron a la vampireza y le hicieron adelantarse a Leah.


    -Mi turno...- Dijo cuando reconoció aquellos ruidos y sabía que tendría que actuar rápido. -Aparezcan escorias vendidas y verguenzas para sus razas...Aqui está su asesina...- Ordenó a la oscuridad que les asechaba. Lentamente varias criaturas se acercaban hacia ellos dos grupos, uno de hombres lobos y otro de vampiros, cada uno con la órden de algún fenixiano de darles muerte a cualquier intruso.


    -Escorias...- Murmuró asqueada la vampireza...- Célerus Fuego Maldito... Su primer hechizo desencadenó que dos ballenas azules de fuego nacieran de la varita de la Black y cayeran pesadamente sobre los dos grupos, una para cada uno. Las adultas bestias de fuego comenzaron a quemar a las bestias, las cuales sin poder curarse morían por sus graves quemaduras.


    -Sigamos, puede que hayan mas mientras recorremos el laberinto...- Dijo mientras caminaba al frente. Tras media hora de caminar se encontraron con un vampiro y un hombre lobo que les bloqueaban la salida de aquel lugar.


    -Apártense... Fuego maldito... Fuego maldito- Conjuró dos veces mas y 4 cóndores de fuego surcaron los cielos e impactaron en ambas criaturas. Las llamas ardientes consumieron al vampiro y al hombre lobo en menos de un minuto, quitándoles la vida de la forma más dolorosa.


    -Sigamos...- Indicó mientras salían por fin del laberinto
  23. El reloj del palazzo Vecchio daban las 12 de la noche y la gran plaza se encontraba plena soledad, algo poco común para un punto álgido de Venecia, y la razón era que dos mortífagas habían espantado a los muggles turistas del lugar con falsas explosiones y muggles actuando como locos gracias a sus maleficios imperius y diciendo que el fin del mundo se acercaba a aquel lugar.


    -Son tan fáciles de engañar...- Dijo divertida mientras a través de la máscara que cubría su rostro e identidad de los indeseables y de sus rivales a un punto cercano bajo ella, un mago que caminaba más rápido, alejándose de del gentío por una vía que no era de la de escape.


    -Hablando de engañar...- Blackimse se levantó desde su punto de observación, la cima de la torre del reloj y emprendió la carrera hacia el mago que escapaba. Antes de llegar a la esquina la Nigromante se lanzó desde la corniza y cayó sobre el fenixiano, atrapándolo por la espalda.


    -Tu y yo tenemos que hablar...- Indicó mientras lo levantaba del suelo y lo arrastraba hacia la oscuridad de un callejón.


    Tras una hora de interrogatorio, el fenixiano cayó ante la mortífaga, rendido y muerto de miedo y dolor por las torturas que le inflingió la Black.


    -¿Y bien?- preguntó maliciosamente mientras agitaba su varita frente a él. Ante el miedo el fenixiano reveló la ubicación de Abbadon ente la Nigromante.


    -Excelente... Ahora muere...- Dijo y lanzó la maldición asesina sobre aquel mago. Luego de que éste muriera con la expresión de terror marcada en su rostro, se retiró de aquel lugar.


    Debía buscar a su compañera para iniciar el rescate de los mortífagos


    Menos de una hora después Blackimse apareció junto con Leah en los Médanos de Coro, en el estado Falcón, en la jurisdicción de los municipios Miranda, Colina y Falcón, en el noroeste de Venezuela. El desolado paisaje similar al gran Sahara o al desierto de Tarapacá hicieron que la Nigromante suspirase de aburrimiento.


    -Como siempre ubicándo sus cárceles en los lugares menos divertidos del planeta...- Comentó mientras movía su varita entre sus dedos para luego subirse la ropa para dejar al descubierto su tatuaje de la marca tenebrosa, la que se abría paso a través de su cubierta de tatuaje de águila.


    Tras tocar con la punta de su arma mágica su marca tenebrosa, sus compañeros sentirían el llamado que les hacía y se reunirían con ellos para ayudarlos con el rescate que pronto realizarían.


    -Buenas... Lamento llamarlos a esta hora, pero se les necesita para rescatar a sus compañeros...Como siempre esperen a que terminemos de derribar eso que los fenixianos llaman defensas antes de matar fenixianos- Saludó maliciosamente la Nigromante mientras se juntaba con Leah, quien al parecer ya comenzaba a derribar las defensas.


  24. Las bolas de fuego negro estaban en su máximo poder cuando la Nigromante decidió usarlas. Con un chasquido, la primera bola de fuego negro caería sobre Adr. , mientras que la segunda caería sobre Aimé. Ambas bolas de energía oscura matarían dolorosamente a ambas ffenixianas, quemándolas hasta los huesos.

     

    -Séneca..- Conjuró apuntando a Anael, quien tendría la garganta deshidratada y por ende no podría pronunciar hechizos verbales.

     

    -Episkey... episkey....-Conjuró mentalmente los hechizos curativos necesarios para curar un strellatus que le habían lanzado los fenixianos. Mientras se curaba escuchaba cómo iban pronunciando los mismos hechizos de siempre, incapaces de innovar en el sutil arte de los duelos a diferencia de sus tiempos de juventud, en donde las batallas eran verdaderas guerras épicas.

     

    Mientras tanto su visión volvía a su estado original, pronto podría volver a atacar a los fenixianos.

  25. Blackimse conjuró apuntando al primer fenixiano que intentba escapar, mientras su capa de gas mágico le protegía de los ataques a el y a Zack, quien luchaba en ese momento cerca de ella.

     

    -Levicorpus- La fenixiana Aimé quien huia quedaría colgando de los tobillos, a dos metros del suelo, dejándolo sin posibilidad de moverse.

     

    -Absorvere...-Las muñecas libre de varitas de Aimé, Mei y Madeleine se partirían con un crack, apoderándose de ellas la gangrena si no hacían algo para curarse. Perderían aquella extremidad como resultado de aquella podredumbre.

     

    La Nigromante verificó la distancia mínima con respecto al fenixiano mas cercano y se mantuvo a 10 metros mientras pensaba

     

    -Necrohands- Las manos fantasmales, tan altas y gruesas como la propia Nigromante, se colocaron en un radio de 1 metro, con la intencion de proteger a su invocadora, pues esa era su orden al formarlas

     

    -Protéganme...- Indicó la Nigromante a sus manos fantasmales mientras seguia la batalla con atención, sabiendo que estaba en lo correcto.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.