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Blackimse

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Mensajes publicados por Blackimse

  1. Entró a la cárcel una vez las defensas estuvieran derrumbadas, asegurándose de mantener una distancia de 10 metros con respecto a sus enemigos. Recorrió el lugar, buscando a Dereck. Tras pasar por frente a su celda, le encontró vivo pero atado. Apuntó a la puerta de barrotes de la celda con su arma mágica y conjuró en voz tranquila.

     

    -Célerus Alohomora...- la puerta de la celda se abrió sin mas al impactarle el hechizo. Tocó la puerta y la abrió sin mas, para ver al mortífago.

     

    -Espero que salgas pronto apenas te libere...- Dijo divertida mientras le apuntaba a la cadena que sujetaba su pié y conjuró tranquilamente con su varita de canelo negro.

     

    -Vitae- La cadena se animalizó, liberando la extremidad de Dereck ante el pensamiento de la Black. Cuando le salieron dientes y púas a la cadena-serpiente de plata, la Black le dió la segunda orden la cual era de proteger a Dereck. La Nigromante se acercó y metió su mano al bolsillo de su túnica para extraer la varita de repuesto.

     

    -Toma, la necesitarás... Espero que salgas pronto, los emplumados deben estar por llegar.- Ordenó mientras le entregaba la varita en la mano de Dereck. -Episkey- Pensó apuntando a Dereck para curar alguna herida que le hubieran hecho los fenixianos durante su estancia en la cárcel. -Ahora vete...- Sentenció

     

    Luego de eso salió de la celda y se enfocó en la presencia de los fenixianos.

  2. Habian pasado las horas en la mansión Rowle, Blackimse leía unos libros de magia negra que uno de sus amigos de Florencia le habían dado como recuerdo, mas sin embargo, aunque su vista estaba concentrada en las corroídas hojas, sus pensamientos estaban puesto en sus compañeros, ellos estaban buscando la ubicación de la cárcel, de un momento a otro su marca ardería, indicándole la nueva ubicación de Abbadon y de sus compañeros.

     

    Cerró aquel libro de un golpe, sabiendo que no le ofrecería mas entretención. Tras levantarse y dejar aquel manuscrito empastado en su librería personal, se dedicó a dar vueltas por su despacho, deteniendo su mirada en el crepitar de la chinenea que Kreatcher había encendido hacía poco rato.

     

    De un momento a otro, su marca ardió suavemente, el interrogatorio a aquel fenixiano había tenido éxito y ya tenían la ubicación de la cárcel fenixiana, por lo que era cosa de tiempo en que se juntasen y rescatasen a sus colegas de bando.Tras recibir la información de la ubicación de la cárcel, se envolvió en oscuridad y se lanzó por los cielos con el rumbo claro en su mente: Irían al norte. En los monasterios de Meteora, en la llanura de Tesalia, lugar ubicado en Grecia.

     

    Antes de salir de los terrenos de su mansión, se acercó a su escritorio de palisandro y oro, tomó unas varitas de repuesto que estaban sobre su superficie y se encaminó hacia la salida. Ya llevaba sobre su rostro la máscara que protegía su identidad de sus rivales y enemigos, asi no sólo ella quedaría protegida, sino también su familia y amigos.

     

    Tras aterrizar en aquel terreno desconocido en la oscuridad de la noche, observó el lugar con inexpresividad mientras metía la mano entre sus ropas -una túnica negra de viaje que ocultaba un vestido sin espalda y de color verde botella y un bolsillo interno donde iban las tres varitas de repuesto y una poción para revivir, para realizar el rescate de los prisioneros- y sacó su varita de canelo negro, para tenerla lista para usar, asegurándose que quedaría a una distancia de 10 metros de sus enemigos.

     

    Su mirada en ese instante se posó en sus compañeros que ya estaban en la tarea de derriar las defensas, los seguiría sin intervenir en su ardua tarea.

     

    -Espero que todo sea tranquilo y sin problemas-Dijo divertida.

  3. Antes que ella pudiera lanzar un ataque, pudo sentir los efectos de los hechizos que la impactaban, por lo que rápidamente decidió cambiar su estrategia.

     

    -Episkey...- Pensó rapidamente, para anular el floreus y curarse del strellatus que le había impactado y que ya comenzaba a amenazar su vista -Episkey- Pensó nuevamente unos segundos y se curó del segundo strellatus que le había impactado.

     

    -Demonios, asi nunca podre atacar...- Pensó mientras su vista volvia lentamente a la normalidad. -Morphos- Conjuró mientras apuntaba a su zapato, el que se trasformó en un bezoar, el cual tomó con la mano luego de sacarse la avispa del cuerpo y se tragó el bezoar para curarse del veneno que circulaba por su cuerpo. Al pasar a su est+omago comenzó a sentir los efectos de la piedra mágica, anulando al veneno de la avispa marina y retornando la salud a la Nigromante.

     

    Tras esto decidió mantenerse atenta a los movimientos de los fenixianos, pues sabía que podían atacar cuando menos lo esperaba.

  4. Blackimse al salir del incendia din, esperó a que sus heridas fueran sanadas por Darla. Las quemaduras, aunque tardaron, cerraron casi por completo gracias a los episkey, tras lo cual retomaron su camino hacia la cárcel, para ese momento varios mortífagos les seguían sin intervenir en derribar las defensas.

     

    En aquel momento, un leve siseo llamó la atención de la Nigromante y detuvo a darla con su propio brazo y obligándola a retroceder. Reconocería ese sonido donde fuese, era un basilisco que se movía en alguna parte de la nieblina que los comenzaba a envolver.

     

    -El rey de las serpientes...- Comentó algo sorprendida, pues pocas personas eran capaces de controlar a aquellas imponentes bestias. -Cierra los ojos y aléjate...- Ordenó la Nigromante a la mujer mientras lenvantaba su varita y escuchaba los siseos se hacían mas cercanos y fuertes. Sabía que la bestia se enfocaría en ella primero, por lo que dirigió su mirada al piso y se concentró en el sonido.

     

    En un segundo el basilisco de 8 metros apareció surgió de la neblina frente a ella, mostrando sus orbes amarillentos y sus colmillos llenos de veneno y siseando. En un segundo la Nigromante se concentró y corrió hacia el basilisco sin verle la cabeza, cuando estuvo a 5 metros conjuró a bocajarro.

     

    -Te liberare de tu sufrimiento a manos de los fenixianos...Fuego Maldito- Dos águilas adultas nacieron de su varita y volaron con destreza hacia los orbes de la serpiente rey, quemándolos y dejándola ciega casi al instante.

     

    -Démosle una muerte rápida- Pensó divertida mientras apuntaba al cuerpo de la serpiente. -Fuego Maldito- Un elefante africano adulto hecho de fuego y una ballena azul adulta -hecha de fuego también- aparecieron sobre el basilisco, quienes terminaron de quemar viva a la serpiente.

     

    -Fuego Maldito- Dos Cóndores adultos andinos de fuego nacieron de la varita de la Black. Majestuosamente planearon hacia la serpiente que agonizaba y acabaron con su vida envolviéndola en llamas.

     

    -Sólo nos queda un obstácul.o, el que tiene que ver con la llave que saqué de aquel lugar helado- Calculó la Nigromante, luego de eso la prisión se abriría ante ellos y podrían rescatar a sus compañeros.

  5. Mientras caminaban por el sendero la Nigromante notó la presencia de sus compañeros, aunque sabía bien que ellos no interferirían en el derrumbe de las defensas. Desvió su mirada a su compañera de bando, quien tenia un movimiento tan grácil y ágil como el de ella, por el que se obligó a pensar que tal vez ella fuera una vampireza o una banshee, pero aquel momento no era para aquellas preguntas triviales

     

    -Hemos de apurarnos, el resto pronto nos dará alcanze-Indicó mientras observaba a la joven realizar un morphos y hacer aparecer detrás de unos arbustos, una manada de thestrals. Montó al más carcano de ellos con facilidad debido a su cercenía a la muerte en su vida. La gran bestia abrió sus alas membranosas y oscuras y se internó en el oscuro cielo a la par de la bestia en que iba montada la pelinegra, sobrevolando las arenas movedizas que tenían bajo sus pies.

     

    -Hermoso animal como para que sea apreciado solo por aquellos que conocen la muerte- Reflexionó algo orgullosa de aquel privilegio.

     

    Minutos después aterrizaron en un terreno firme y sólido que limitaba con un lago congelado.

     

    -Es peligroso, déjame esto a mi...- Indicó mientras caminaba sobre la superficie congelada de aquel lago. Desde el fonde había un brillo que llamaba su atención. Supo entonces que debía recoger ese objeto.

     

    -Vigila que no ataquen desde arriba -Sugirió la Nigromante mientras apuntaba a la capa de hielo -Celerus Confringo...-La superficie de hielo explotó al recibir el impacto del hechizo de la Nigromante. Con rapidez conjuró en voz suave el encantamiento -Cascoburbuja- que le permitía respirar y hablar bajo el agua gracias a una esfera de aire que se ubicaba en su cabeza. Se lanzó a las frías aguas y nadó hacia las profundidades. Varios minutos después de intenso nado, llegó hacia el objeto que brillaba, una llave que colgaba de una estatua rota y verde por las algas.

     

    Al momento de tomar la llave, varios demonios de agua se acercaron rodeando a la Nigromante, quien ya emprendía el camino hacia la superficie.

     

    -Alejense de mi, no tengo tiempo para tratar con escorias como ustedes...- Amenazó mientras continuaba su camino, sin embargo uno de ellos se acercó a toda velocidad y le tomó del brazo. Instintivamente la Black colocó la punta de su varita entre los ojos de la bestia y conjuró -!Relashio!- El embrujo salió con tanta fuerza que el cuerpo de la criatura se dirigió hacia las profundidades, muerto o inconciente ella no sabría decirlo.

     

    -¿Alguien mas se le quiere unir?- Amenazó de nuevo a los Grindylows moviendo su varita. Al ver lo que podía hacer la mortífaga, las otras criaturas se mantuvieron lejos de ella, aunque al final del recorrido tuvo que conjurar dos veces mas aquel hechizo para poder mantenerse a salvo.

     

    -Relashio...- Y dos criaturas mas se hundían en las profundidades de aquel lago

     

    Tras romper la superficie del agua, Blackimse emergió del lago con la llave en su mano. Tras salir del lago, se secó con ayuda de su varita y luego le tendió la llave a Darla

     

    -Toma, y no la pierdas, no pienso meterme a esa heladera de nuevo - Indicó mientras retomaban el camino.

  6. Blackimse corría a toda velocidad, el fenixiano los había esquivado todo el día, mas la noche era el elemonto perfecto para la joven, se sentía con todo el poder para atraparlo y acarle la información que quería. Vió que su presa giraba en una calle que sabía acababa al interceptar uno de los tantos canales que recorrían la ciudad. Tras dar un ágil salto de la cornisa, sacó en el aire su preciada varita de canelo negro y apunto al fenixiano y conjuró el hechzo que atrapó en al fenixiano, haciéndolo caer de bruces al suelo.

     

    -Habla de una vez...¿Dónde está la prisión?...-Pregunto mientras caía sobre el pecho del mago que había atrapado. el corpulento hombre palideció al ver la máscara de cubría el rostro de la mortífaga, un indicativo que su muerte de acercaba.

     

    -Esta... cerca de una casona en los límites de Noruega- Indicó con un evidente miedo en su hablar.

     

    Blackimse sonrió ante la confesión y chasqueó sus dedos, se escuchó un segundo un crack! desde el cuello del fenixiano y luego un silencio casi total. La cacería había terminado y dado sus frutos.

     

    La Nigromante se levantó y observó a la compañera de bando con quien había estado buscando al ahora fallecido fenixiano.

     

    -Andando...Tenemos la ubicación- Dijo Blackimse algo aburrida a su compañera de bando, quien le esperaba sentada en una góndola abandonada. -Tendremos que apurarnos si queremos hacer esto rapido.- Le indicó la Nigromante mientras se acercaba a ella. Tras tomar la mano de su compañera de bando, se concentró en su destino con determinación, tras unos segundos, ambos desaparecian de aquella caleta abandonada y se hallaban viajando hacia su destino, la cárcel de Abbadon.

     

    La noche aún caía sobre la casona en los límites de Noreuga. Blackimse soltó la mano de Darla al llegar y observó el lugar. No muy lejos se observaba la imponente cárcel que se alzaba ante ellos, sin embargo aún era temprano para asegurar la victoria, les quedaba un largo camino por recorrer.

     

    Se llevó la punta de la varita a su marca tenebrosa, al sentir el toque de su arma, su marca ardió suavmente, como lo harían todas las marcas de sus compañeros, llamándolos a aquel lugar para que se unieran al rescate.

     

    -Alista tu varita, pronto comenzaremos a derribar defensas - Indicó Blackimse a la joven mientras comenzaban a derribar las defensas. Su túnica negra sólo contaba con 2 bolsillos, en uno llevaba tres varitas de repuesto y en la otra llevaba solo una varita, algo que sabía que necesitaría pronto.

  7. -Bien... comencemos... Se relamió tras la máscara que protegía su identidad.

     

    Blackimse preparó para lo que sería un asalto en mucho tiempo, Mientras hacía las florituras, su varita apareció en su mano, lista para ser usada. Se ubicó a 10 metros de enemigos y aliados y manteniendo esa distancia siempre conjuró

     

    -Celerus Expectro Protego- La gran bestia, un cangrejo de fuego apareció frente a la Nigromante lista prar protegerla de cualquier ataque. La gran besria se ubicó a 2 metros de su creadora, moviéndose para interceptar los ataques y bestias que tenían como objetivo su creadora

     

    -Fuego Maldito- Dos cóndores adultos de fuego nacieron de la varita de la Black, cada ave planeó a un objetivo. El primero impactaría en Kriss, mientras que la segunda impactaría en Goderic. Ambas aves quemarían hasta los huesos cuando impactasen en sus cuerpos.

     

    -Confundus- Pensó Blackimse mientras apuntaba a Kriss, quien quedaría confundido un buen tiempo. Dejándole indefenso.

     

    Sus compañeros ya habian entrado en la cárcel, sólo era cosa de tiempo para que sus compañeros de bando quedaran de nuevo en libertad.

     

    -La muerte y sus amigos, destrucción, desesperanza y miedo...- Acotó dvertida la Nigromante a las palabras de Colt (?)

  8. Blackimse al salir del incendia din, esperó a que sus heridas fueran sanadas por su compañera de bando. Las quemaduras, aunque tardaron, cerraron casi por completo gracias a los episkey, tras lo cual retomaron su camino hacia la cárcel, para ese momento varios mortífagos les seguían sin intervenir en derribar las defensas.

     

    En aquel momento, un leve siseo llamó la atención de la Nigromante y de inmediato detuvo, tomando a Ashley del brazo y obligándola a retroceder. Reconocería ese sonido donde fuese, era un basilisco que se movía en alguna parte de la nieblina que los comenzaba a envolver.

     

    -Malditos, tienen de guardian a un rey de serpientes...- Comentó algo sorprendida, pues pocas personas eran capaces de controlar a aquellas imponentes bestias. -!Cierra los ojos y aléjate!...- Ordenó la Nigromante a la mujer mientras lenvantaba su varita y escuchaba los siseos se hacían mas cercanos y fuertes. Sabía que la bestia se enfocaría en ella primero, por lo que dirigió su mirada al piso y se concentró en el sonido.

     

    En un segundo el basilisco de 8 metros apareció surgió de la neblina frente a ella, mostrando sus orbes amarillentos y sus colmillos llenos de veneno. En un segundo la Nigromante se concentró y corrió hacia el basilisco sin verle la cabeza, cuando estuvo a 5 metros conjuró a bocajarro.

     

    -Fuego Maldito- Dos águilas adultas nacieron de su varita y volaron con destreza hacia los orbes de la serpiente rey, quemándolos y dejándola ciega casi al instante.

     

    -Démosle un poco de calor- Pensó divertida mientras apuntaba al cuerpo de la serpiente. -Fuego Maldito- Un elefante africano adulto hecho de fuego y una ballena azul adulta -hecha de fuego también- aparecieron sobre el basilisco, quienes terminaron de quemar viva a la serpiente.

     

    -Fuego Maldito- Dos Cóndores adultos andinos de fuego nacieron de la varita de la Black. Majestuosamente planearon hacia la serpiente que agonizaba y acabaron con su vida envolviéndola en llamas.

     

    -Sólo nos queda un obstácul.o, el que tiene que ver con la llave que saqué de aquel lugar helado- Calculó la Nigromante, luego de eso la prisión se abriría ante ellos y podrían rescatar a sus compañeros.

  9. Mientras caminaban el sendero que iba a la cárcel, se toparon con la primera defensa. Un claro en donde la Nigromante había detectado antes rastros de magia. Al ver que Ashley percibía aquella sensación la tranquilizó, pues asi las defensas caerían más rápido que si fuera un novato el que le acompañase.

     

    -Hemos de apurarnos, el resto pronto nos dará alcanze- Pensó al ver actuar a Ashley frente a la primera defensa. Al ver a los thestrals aparecer al fin entre los arbustos, suspiró algo mas tranquila mientras se acercaba a uno de ellos y lo montaba con agilidad. La gran bestia abrió sus alas membranosas y oscuras y se internó en el oscuro cielo a la par con su compañera, sobrevolando las arenas movedizas que tenían bajo sus pies.

     

    -Hermoso animal como para que sea apreciado solo por aquellos que conocen la muerte- Reflexionó algo orgullosa de aquel privilegio.

     

    Minutos después aterrizaron en un terreno firme y sólido que limitaba con un lago congelado.

     

    -Es peligroso, déjame esto a mi...- Indicó mientras caminaba sobre la superficie congelada de aquel lago. Desde el fonde había un brillo que llamaba su atención. Supo entonces que debía recoger ese objeto.

     

    -Vigila que no ataquen desde arriba -Sugirió la Nigromante mientras apuntaba a la capa de hielo -Celerus Confringo...-La superficie de hielo explotó al recibir el impacto del hechizo de la Nigromante. Con rapidez conjuró en voz suave el encantamiento -Cascoburbuja- que le permitía respirar y hablar bajo el agua gracias a una esfera de aire que se ubicaba en su cabeza. Se lanzó a las frías aguas y nadó hacia las profundidades. Varios minutos después de intenso nado, llegó hacia el objeto que brillaba, una llave que colgaba de una estatua rota y verde por las algas.

     

    Al momento de tomar la llave, varios demonios de agua se acercaron rodeando a la Nigromante, quien ya emprendía el camino hacia la superficie.

     

    -Alejense de mi, no tengo tiempo para tratar con escorias como ustedes...- Amenazó mientras continuaba su camino, sin embargo uno de ellos se acercó a toda velocidad y le tomó del brazo. Instintivamente la Black colocó la punta de su varita entre los ojos de la bestia y conjuró -!Relashio!- El embrujo salió con tanta fuerza que el cuerpo de la criatura se dirigió hacia las profundidades, muerto o inconciente ella no sabría decirlo.

     

    -¿Alguien mas se le quiere unir?- Amenazó de nuevo a los Grindylows moviendo su varita. Al ver lo que podía hacer la mortífaga, las otras criaturas se mantuvieron lejos de ella, aunque al final del recorrido tuvo que conjurar dos veces mas aquel hechizo para poder mantenerse a salvo.

     

    -Relashio...- Y dos criaturas mas se hundían en las profundidades de aquel lago

     

    Tras romper la superficie del agua, Blackimse emergió del lago con la llave en su mano. Tras salir del lago, se secó con ayuda de su varita y luego le tendió la llave a Ashley

     

    -Toma, y no la pierdas, no pienso meterme a esa heladera de nuevo - Indicó mientras retomaban el camino.

  10. La cacería de los fenixianos era algo en que la Nigromante habia perfeccionado con el paso del tiempo. La información que podía obtener de ellos era de vital importancia pues era a menudo la nueva ubicación de la prisión fenixiana, con ello podrian ir a rescatar a sus compañeros presos.

     

    -¿Dónde está la prisión?...- preguntó por segunda vez en aquella semana al fenixiano que había capturado en un pueblo costero del Reino Unido mientras su varita jugueteaba entre sus dedos, despues de haber aplicado una intensa tortura a aquel mago.

     

    -...Taiwán...En San Zhi...- Indicó con un gemido agonizante

     

    Tras su máscara que protegía su identidad, Blackimse sonrió ante la confesión ante los mortífagos presentes. Tras un chasquido de sus dedos, se escuchó un segundo un crack! desde el cuello del fenixiano, seguido de un cuerpo caer al suelo. Había sido el final para aquel mago debido a una fractur.

     

    -Andando...Tenemos la ubicación- Dijo Blackimse algo aburrida a su compañera de bando, quien le esperaba sentada en una barcaza abandonada. -Tendremos que apurarnos si queremos hacer esto rápido.- Le indicó la Nigromante mientras se acercaba a ella. Tras tomar la mano de su compañera de bando, se concentró en su destino con determinación, tras unos segundos, ambos desaparecian de aquella caleta abandonada y se hallaban viajando hacia su destino, la cárcel de Abbadon.

     

    La noche aún caía en Taiwán, exactamente en San Zhi. Blackimse soltó la mano de Ashley al llegar y observó el lugar. No muy lejos se observaba la imponente cárcel que se alzaba ante ellos, sin embargo aún era temprano para asegurar la victoria, les quedaba un largo camino por recorrer.

     

    Se llevó la punta de la varita a su marca tenebrosa, al sentir el toque de su arma, su marca ardió suavmente, como lo harían todas las marcas de sus compañeros, llamándolos a aquel lugar para que se unieran al rescate.

     

    -Alista tu varita, pronto comenzaremos a derribar defensas - Indicó Blackimse a la joven mientras comenzaban a derribar las defensas. Su túnica negra sólo contaba con 2 bolsillos, en uno llevaba tres varitas de repuesto y en la otra llevaba solo una varita, algo que sabía que necesitaría pronto.

  11. Blackimse se quedó dentro de Abbadon ahora que las defensas estaban por fin derribadas. Desde una distancia de 10 metros con respecto a sus enemigos y aliados, seguía con sus hechizos, al ver a la primera fenixiana entrar a retener a los mortífagos, levantó la varita de canelo negro, apuntando a Sally con su arma conjuró.

     

    -Celerus Confundus- Pensó con rapidez y la fenixiana caería en un momento de confusión, quedando desprotegida para el siguiente hechizo de la Nigromante.

     

    -Anular Corpus Patronus- Conjuró apuntando a la misma fenixiana Sally. El hechizo impactó en ella, sellando el corpus patronus para el resto de la contienda, algo que le era de utilidad a la nigromante y sus compañeros.

     

    -Fuego Maldito- Conjuró y 2 cóndores de fuego adultos nacieron de su varita y planearon rápidamente hacia sus objetivos. Sally y Goderic deberían hacer algo rápido si no querían que aquellas bestias impactasen en ellos los quemaran vivos hasta los huesos y entrañas

     

    -Holaaaa (?)- Saludó la Black mientras se ponía en posición de defensa ante cualquier ataque.

  12. Blackimse al salir del incendia din, esperó a que sus heridas fueran sanadas por su compañero de bando. Las quemaduras cerraron gracias a los hechizos, tras lo cual retomaron su camino hacia la cárcel, para ese momento varios mortífagos les seguían sin intervenir en derribar las defensas.

     

    Un leve siseo llamó la atención de la Nigromante y de inmediato se adelantó a Gazel. Reconocería ese sonido donde fuese, era un basilisco que se movía en alguna parte de la nieblina que los comenzaba a envolver.

     

    -!Cierra los ojos y aléjate!...- Ordenó la Nigromante a Gazel mientras levantaba su varita y escuchaba los siseos se hacían mas cercanos y fuertes. Sabía que la bestia se enfocaría en ella primero, por lo que dirigió su mirada al piso y se concentró en el sonido.

     

    En un segundo el basilisco de 8 metros apareció frente a ella, mostrando sus orbes amarillentos y sus colmillos llenos de veneno. En un segundo la Nigromante se concentró y corrió hacia el basilisco sin verle la cabeza, cuando estuvo a 5 metros conjuró a bocajarro.

     

    -Fuego Maldito- Dos águilas adultas nacieron de su varita y volaron con destreza hacia los orbes de la serpiente rey, quemándolos y dejándola ciega casi al instante.

     

    -Terminemos con esto...- Pensó mientras apuntaba al cuerpo de la serpiente. -Fuego Maldito- Un elefante africano adulto hecho de fuego y una ballena azul adulta -hecha de fuego también- aparecieron sobre el basilisco, quienes terminaron de quemar viva a la serpiente.

     

    -Fuego Maldito- Dos Cóndores adultos andinos de fuego nacieron de la varita de la Black. Majestuosamente planearon hacia la serpiente que agonizaba y acabaron con su vida envolviéndola en llamas.

     

    -Sólo queda un obstáculo...- Calculó la Nigromante, luego de eso la prisión se abriría ante ellos y podrían rescatar a sus compañeros.

  13. Mientras caminaban el sendero que iba a la cárcel, se toparon con la primera defensa. Un claro en donde la Nigromante había detectado antes rastros de magia. Se aparto un poco para ver si el chico podía percibir lo mismo que ella.

    -Novatos...- Pensó al ver cabecear a Gazel antes de dar con la resolución de la primera defensa. Al ver a los thestrals aparecer al fin entre los arbustos, suspiró algo mas tranquila mientras se acercaba a uno de ellos y lo montaba. La gran bestia abrió sus alas y se internó en el oscuro cielo tras Gazel, sobrevolando las arenas movedizas que tenían bajo sus pies.

     

    Minutos después aterrizaron en un terreno firme y sólido que limitaba con un lago congelado, cosa rara en Taiwan, pero en fin, así era la magia.

     

    -Quedate aqui...- Indicó mientras caminaba sobre la superficie congelada de aquel lago. Desde el fonde había un brillo que llamaba su atención. Supo entonces que debía recoger ese objeto.

     

    -Celerus Confringo...-La superficie de hielo explotó al recibir el impacto del hechizo de la Nigromante. Con rapidez conjuró en voz suave el encantamiento -Cascoburbuja- que le permitía respirar y hablar bajo el agua gracias a una esfera de aire que se ubicaba en su cabeza. Se lanzó a las frías aguas y nadó hacia las profundidades. Varios minutos después de intenso nado, llegó hacia el objeto que brillaba, una llave que colgaba de una estatua rota y verde por las algas.

     

    Al momento de tomar la llave, varios demonios de agua se acercaron rodeando a la Nigromante, quien ya emprendía el camino hacia la superficie.

     

    -Alejense de mi, no tengo tiempo para tratar con escorias como ustedes...- Amenazó mientras continuaba su camino, sin embargo uno de ellos se acercó a toda velocidad y le tomó del brazo. Instintivamente la Black colocó la punta de su varita entre los ojos de la bestia y conjuró -!Relashio!- El embrujo salió con tanta fuerza que el cuerpo de la criatura se dirigió hacia las profundidades, muerto o inconciente ella no sabría decirlo.

     

    -¿Alguien mas se le quiere unir?- Amenazó de nuevo a los Grindylows moviendo su varita. Al ver lo que podía hacer la mortífaga, las otras criaturas se mantuvieron lejos de ella, aunque al final del recorrido tuvo que conjurar dos veces mas aquel hechizo para poder mantenerse a salvo.

     

    -Relashio...- Y dos criaturas mas se hundían en las profundidades de aquel lago

     

    Tras romper la superficie del agua, Blackimse emergió del lago con la llave en su mano. Tras salir del lago, se secó con ayuda de su varita y luego le tendió la llave a Gazel.

     

    -Toma, la necesitarás...- Indicó mientras retomaban el camino.

  14. La Nigromante estaba aburrida de aquella situación, siempre era lo mismo desde que era mortífaga, sus presas se hacían las fuertes y se negaban a entregar la información que necesitaba. Para su fortuna, tenía una forma más fácil para hacerlos hablar, aunque no le gustase mucho usarla.

     

    -Está bien... si quieres hacerte el bueno, yo me haré más mala...- Dijo aburridamente mientras se cruzaba de brazos mientras unas manos fantasmales sujetaban en ese mismo momento al fenixiano capturado y desarmado por su cuello, ahogándole.

     

    -¿Dónde está la prisión?...- Preguntó en un tono frío y monótono mientras las manos fantasmales cerraban sus dedos en torno a su cuello con fuerza, cortándole poco a poco el suministro de aire. Como resultado el fenixiano, entre ahogos, rogó por piedad y reveló a la ubicación de la cárcel de Abbadon.

     

    -...Taiwán...En San Zhi...-

     

    Tras su máscara que protegía su identidad, Blackimse sonrió ante la confesión ante los mortífagos presentes. Tras un chasquido de sus dedos, se escuchó un segundo un crack! desde el cuello del fenixiano, seguido de un cuerpo caer al suelo. Había sido el final para aquel mago.

     

    -Andando...Tenemos la ubicación- Dijo Blackimse algo molesta al caminar hacia Gazel, quien le esperaba en una parte de aquel pub abandonado. -O Sacas la licencia pronto o serás siempre un estorbo... Y no me gustan los estorbos...- Le amenazó la Nigromante mientras su varita de canelo negro se movía como una serpiente negra entre sus dedos

     

    Tras tomar la mano de su compañero de bando, se concentró en su destino con determinación, tras unos segundos, ambos desaparecian de aquel pub de aquella ciudad contaminada y se hallaban viajando hacia su destino, la cárcel de Abbadon.

     

    La noche aún caía en Taiwán, exactamente en San Zhi. Blackimse soltó la mano de Gazel al llegar y observó el lugar. No muy lejos se observaba la imponente cárcel fenixiana que se alzaba ante ellos, sin embargo aún era temprano para asegurar la victoria, les quedaba un largo camino por recorrer.

     

    Se llevó la punta de la varita a su marca tenebrosa, al sentir el toque de su arma, su marca ardió suavmente, como lo harían todas las marcas de sus compañeros, llamándolos a aquel lugar para que se unieran al rescate.

     

    -Vámos... Tenemos mucho que hacer...- Indicó Blackimse a Gazel mientras comenzaban a derribar las defensas. Su túnica negra sólo contaba con 2 bolsillos, en uno llevaba tres varitas de repuesto y en la otra llevaba solo una varita, algo que sabía que necesitaría pronto.

  15. Entró a la cárcel hecho un rayo, buscando entre las celdas a uno de sus compañeros. De pronto se detuvo en seco. Había visto a Lisa encadenada de un tobillo. Captó con su sentido desarrollado gracias al vampirismo tenues rastros de la poción multijugos. Sabía que habían capturado a Lisa, pero no que estaba con poción multijugos. Decidió tratarla como una civil para que los fenixianos presentes dudaran de su procedencia como mortífaga.

     

    -Ya veo.. Los fenixianos se comienzan a capturar gente inocente...- Comentó Blackimse mientras se acercaba a la celda de Lisa y apuntaba su varita a la puerta.

     

    -Celerus Confringo- La puerta explotó ante ella. Ningún pedazo de ésta la hirió a ella o a Lisa, por lo que al entrar sólo le restó apuntar a la cadena que ataba a Lisa a la celda y conjuró.

     

    -Morphos- La cadena se transformó en una serpiente mamba negra, la cual tenía la órden de obdedecer la Nigromante. Tras meter su mano en su túnica extrajo una de sus varitas de repuesto y se la pasó en la mano a Lisa.

     

    -Los fenixianos han caído bajo, creo que ni siquiera saben quienes son sus enemigos... Toma la varita y huye rápido de aqui-

    Esperaba que Lisa entendiera su trato, no quería ponerla en evidencia como mortífaga pues sabia que sería un milagro que los fenixianos encontrasen pruebas sólidas que acreditasen que alguien perteneciera al bando mortífago.

     

    -Te daré algo de ventaja, después corres por tu cuenta.....- Indicó. Sin perder tiempo, la Nigromante esperó a que sus compañeros liberaran al resto de los mortífagos prisoneros, lo que no demoraría mucho pues rara vez un mortífago era apresado y llevado a la cárcel de Abbadon.

     

    Luego dió su primera orden a la mamba negra

     

    -Mata a ese fenixiano...- Le indicó como objetivo a Sammuel, la serpiente reptaría hacia el fenixiano y le mordería la pierna, inyectándole su veneno. Sammuel moriría si no hacía nada.

     

    -Silencius...-Conjuró apuntando a Sammuel. El fenixiano quedaría sin habla mientras la serpiente le mordía y le inyectaba veneno.

  16. La siguiente defensa resultó ser una nieblina. La vampireza afinó sus sentidos para orientarse a través de la misma, pues le daba la impresión que no eran los únicos en aquel lugar. De un instante a otro un movimiento las alertó a ambas.

     

    -Alguien nos vino a recibir... -Susurró mientras alzaba su varita -Y es muy grande...- Sin embargo la ángel caído había reaccionado más rápido que ella y había comenzado a atacar a aquella criatura. Al ver la forma alargada y estilizada comprendió el peligro que se enfrentaban

     

    -!Es un Basilisco!- Avisó mientras se mantenía al márgen y cuidaba de no ver la cabeza de aquel animal, sabía que al ver sus ojos amarillos, moriría instantáneamente.

     

    Tras escuchar los hechizos que Juve mandaba contra aquel animal, esperó a que el animal muriese antes de acercarse a su compañera.

     

    -Es oficial, querian que fueses alimento para esa cosa...- Bromeó mientras observaba a su alrededor, descubriendo que lo que custodiaba el animal era una gran puerta, con una cerradura del mismo estilo que la Nigromante tenía en su poder.

     

    -Aquí usaré la llave que me pasaste en el lago.- Indicó mientras metía la llave en la cerradura y la giraba. Se oyó apenas un "click" y la gran puerta se abrió, dejando ver a una poderosa esfinge. La bestia se alzó ante ellos y los observó.

     

    -Queremos pasar, dinos tu acertijo de una buena vez- Desafió la Nigromante. La bestia se sentó sobre sus patas traseras habló en un tono sutil y pausado con su cabeza humana.

     

    "Cinco hombres iba juntos por un camino en el campo. Comienza a llover. Cuatro de los hombres apuran el paso. El quinto no hace ningún esfuerzo por darse prisa. Sin embargo, se mantiene seco mientras que los otros cuatro se mojan. Los cinco llegan a su destino juntos. Para trasladarse sólo contaban con los pies y ninguno llevaba paraguas o similar. ¿Cómo pudo ser?."

    Blackimse pensó unos momentos y tras mirar a la bestia, sonrió tras su máscara mientras su varita jugaba como una serpiente entre sus níveos dedos.

     

    -Aquel hombre que no se mojó, el quinto, estaba muerto, iba en un ataud, osease en una caja de madre, por lo que era imposible que se mojase. Los cuatro restantes eran las personas que portaban en ataud, por lo que al no tener ni paraguas ni capucha se mojaron.

     

    Ante la respuesta, la bestia asintió y se retiró de la puerta, dejándoles el paso libre para entrar a la prisión.

     

    -Adentro, nos esperan nuestros compañeros...- Dijo la Nigromante.

  17. -¿Ves que no ha sido nada difícil?- Bromeó la Nigromante ante el comentario de Juve al bajarse de la bestia. Siguiendo su camino, ambas mortifagas se encontraron con un gran lago congelado. Un brillo atrajo la atención de las mujeres, al acercarse se dieron cuenta que era una llave la que brillaba desde el fondo de aquel cuerpo de agua.

     

    -Tu turno...-Bromeó Blackimse, sin embargo, se tuvo que tragar sus palabras al ver que Juve rompía el hielo con un confringo y que sin dudarlo se lanzaba a aquellas heladas aguas. Observó como la estilizada figura de su compañera se movía águilmente bajo la superficie y se acercaba a la llave.

     

    -Tienes compañía...- Comentó al ver a los Gringylows acercarse hacia ella. Sin embargo la ángel caído los había ahuyentado con un hechizo que podía pronunciar con ayuda del casco burbuja. Tras unos minutos más la cabeza de su amiga emergió desde el fondo del lago.

     

    -Veo que no tuvistes problemas... Palito de helado- Le dijo sonriendo y estirando su mano y tomando la suya y ayudándola a salir de aquel lago. La bruja le depositó la llave en su mano y ambas siguieron su mano por la orilla de lago. De pronto ambas se vieron envueltas en un incendia din, un hechizo que les provocaría serias quemaduras si salían de aquellla bola de fuego.

     

    -Es mi turno, saldré primero y luego sales tu...- Indicó sin vacilar mientras caminaba hacia el exterior del incendia din. El fuego no tardó en hacerle heridad en su piel, provocándoles quemaduras en su mayoria de primer grado. Alzó la varita y conjuró -Celerus Episkey...- Las heridas comenzaron a sanar en el instante y su vida no correría peligro.

     

    -Puedes salir...- Indicó. Apenas Juve salió del incendia din, la ex sanadora pensó los hechizos curativos que le permitirían curar sus quemaduras.

     

    -Episkey... episkey...- Conjuró en un pensamiento -De helado a asado... Estas para comerte...- Rió divertida mientras las heridas de ambas terminaban de curarse gracias a ese hechizo. Una vez sanas, retomaron su camino, dejando los incendia atrás, ya quedaba poco para terminar de derribar las defensas de la cárcel.

  18. -Concuerdo contigo...- Inquirió mientras caminaban por el sendero bajo la tormenta que a esas horas comenzaba a amainar. Luego comenzaron a recorrer casi en silencio aquel sinuoso camino, hasta llegar a un claro bastante amplio y liso.

     

    -Hay rastros de magia en este lugar- Avisó mientras tomaba tranquilamente una piedra del suelo y la arrojaba. Al tocar el suelo, el guijarro fué tragado por las arenas movedizas que se encontraban ocultas a los viajeros. -Fenixianos, nunca han sabido ocultar los rastros que dejan la magia - Alzó su varita de canelo negro en su mano y conjuró tranquilamente a una gran roca cerca de las arenas -Morphos- Conjuró apuntando a la misma, la cual tenía un rastro mágico detectable (alguien la había hechizado o ya era mágica), al impactar el hechizo en la roca, esta provocó un eco que multiplicaría que el morphos varias veces. Pronto, mas de seis thestrals aparecieron ante las mujeres desde unos arbustos cercanos, listos para ser montados.

     

    -Si no me equivoco, los puedes ver...- Dijo a su compañera mientras señalaba en dirección a las bestias -Sobre ellas cruzaremos sobre las arenas. Monta uno y sígueme.- Añadió.

     

    Blackimse montó una de las bestias sin problemas, pues las podía ver gracias a haber visto muchas veces la muerte con sus propios propios ojos durante sus batallas. Esperó a que Juve estuviese sobre una de las bestias y se dispuso a patear los cuartos traseros de la bestia-

     

    -!Arree!- Bramó y la bestia alzó vuelo tras un fuerte impulso, junto con el otro Thestral siguiéndole de cerca. Desde las alturas podía ver el enorme campo de arenas movedizas. Tras unos minutos de vuelo, aterrizaron en una zona segura y lejos de aquella trampa. Habían pasado el primer obstácu.lo.

  19. ~En algún lugar del callejón Diagon~

     

    Tras unas semanas de búsqueda habían dado sus frutos, Blackimse llevaba observando al fin la tortura que realizaba su compañera de la marca Tenebrosa. Aunque no compartía su modo de obtener información ciertamente le resultaba curiosa la forma en que los cerebros bajo presión de los prisioneros trabajaban. No había excepción y siempre había un punto de inflexión en cuanto al aguante de cada persona, y su amiga era muy hábil encontrando esos momentos en los cuales el fenixiano estaba muy abatido o débil para presionar más y así obtener la información que ella y sus compañeros deseaban.

     

    Juve era una de las pocas personas en que la Nigromante se sentía a gusto en compañía, aunque su forma de torturar y sacar información no fueran del todo compatibles entre ambas. Era algo que ni ella misma podía identificar. Sabía que pronto le pediría un duelo para comparar sus niveles de habilidad y de pensamientos... Ver hasta donde era capaz de llegar era su objetivo principal, aun sabiendo la diferencia de rangos que había entre sus dedos.

     

    Los gritos del mago la devolvieron a la realidad. El mago no pudo más y entre gritos y sangre por parte de su compañera Juve, dió la tan precisa información entre sus lastimeros quejidos. Imaginaba que pronto aquel hombre pediría a gritos que le matasen, algo que Juve se especializaba en hacer.

     

    -Ya tenemos la ubicación de la cárcel... Es hora de ir de rescate.- Dijo mientras se movía desde su cómoda posición en una de las sillas de aquella taberna mientras tenía su mano apoyada en su sien y el codo apoyado en la polvorienta mesa -Es hora de irnos... Si la información que nos dá es falsa, la pagará con su vida...- Amenazó mirando a través de la máscara que siempre protegía su identidad al bulto al borde de la muerte en que se había convertido el prisionero de ambas mujeres.

     

    Alzó la vista de aquella persona y se enfocó en el lugar donde estaban: Aquella taberna abandonada sin duda había visto tiempos mejores, sin embargo los mortífagos se habían asegurado que cualquier local que no cumpliera con la aprobación de ellos o que contara con la custodia fenixiana serían atacados hasta hacerlos cambiar de parecer o destruirlo.

     

    Se imaginó luego a ella misma en la mansión Rowle, bebiendo una copa de su bar privado, el dulce sabor se presentó en su boca, como si en ese mismo instante bebiera aquel líquido. Salió de su ensoñación y se dirigió a Juve.

     

    -Luego me apetece una copa de wisky, espero puedas acompañarme para tal ocasión- Le ofreció la Nigromante a la Angel caído, con quien estaba acostumbrada a hacer varios tipos de misiones, entre ellas, los rescates de sus compañeros

     

    Y eso era lo que hacían en aquel momento.

     

    El sonido de su túnica de seda al moverse, acompañado por sus botines de cuero al dar cada paso contra el sucio piso del local fueron el único aviso de que la mortífaga se retiraba de aquel lugar. Al salir a calle, enfrentando la tormentosa noche que los aguardaba, Blackimse se concentró en su destino mientras el granizo caía sobre su ropa y resbalaba sin o a las tres varitas de repuesto que llevaba, ya que antes de salir a la noche la joven había hechizado su ropa para que relepiera el agua, mojándose sólo su cabello azabache. Tras girar sobre sí misma, despareció de aquel lugar para viajar muchos kilómetros en sólo un pestañeo y a la velocidad de la luz. Apareciendo en el sendero de la cara sur en la cima de la montaña más alta del mundo: El monte Everest.

     

    -La cárcel de Abbadon... - Comentó mientras observaba la imponente edificación que se alzaba al final del pequeño sendero. -Alista tu varita, tendremos que derrumbar defensas... Y llama a nuestros compañeros- Dijo mientras hacía el gesto con su mano que hacía aparecer su arma mágica de canelo negro, lista para usarse. De encontrarse con un fenixiano se quedaría a una distancia de 10 metros con respecto a él y se aseguraría de mantener esa distancia.

  20. Blackimse llevaba observando la tortura que realizaba su compañera de bando. Aunque no compartía su modo de obtener información ciertamente le resultaba curiosa la forma en que los cerebros bajo presión de los prisioneros trabajaban. No había excepción y siempre había un punto de inflexión en cuanto al aguante de cada persona, y su amiga era muy hábil encontrando esos momentos en los cuales el fenixiano estaba muy abatido o débil para presionar más y así obtener la información que ella y sus compañeros deseaban.

     

    Pronto el mago no pudo más y dió la tan precisa información entre sus lastmeros quejidos.

     

    -Ya tenemos la ubicación de la cárcel... Andando...- Dijo mientras se movía desde su cómoda posición con la espalda apegada a la pared y sus brazos cruzados a nivel de su pecho. -Es hora de irnos... Si la información que nos dá es falsa, la pagará con su vida...- Amenazó mirando a través de la máscara que siempre protegía su identidad al bulto agonizante en que se había convertido el prisionero de ambas mujeres.

     

    Alzó la vista de aquella persona y se enfocó en el lugar donde estaban: Aquella taberna abandonada sin duda había visto tiempos mejores, sin embargo los mortífagos se habían asegurado que cualquier local que no cumpliera con la aprobación de ellos o que contara con la custodia fenixiana serían atacados hasta hacerlos cambiar de parecer o destruirlo.

     

    -Luego me apetece una copa de wisky, espero puedas acompañarme para tal ocasión- Le ofreció la Nigromante a la Angel caído, con quien estaba acostumbrada a hacer varios tipos de misiones, entre ellas, los rescates de sus compañeros

     

    Y eso era lo que hacían en aquel momento.

     

    El sonido de su túnica de seda al moverse, acompañado por sus botines al dar cada paso contra el sucio piso del local fueron el único aviso de que la mortífaga se retiraba de aquel lugar. Al salir a calle, enfrentando la tormentosa noche que los aguardaba, Blackimse se concentró en su destino mientras el granizo caía sobre su ropa y resbalaba sin o a las tres varitas de repuesto que llevaba, ya que antes de salir a la noche la joven había hechizado su ropa para que relepiera el agua, mojándose sólo su cabello azabache. Tras girar sobre sí misma, despareció de aquel lugar para viajar muchos kilómetros en sólo un pestañeo. Apareciendo en el sendero de la cara sur en la cima de la montaña más alta del mundo: El monte Everest.

     

    -Que poco originales a la hora de mover sus cárceles...- Comentó mientras observaba la imponente edificación que se alzaba al final del pequeño sendero. -Alista tu varita, tendremos que derrumbar defensas...- Dijo mientras hacía el gesto con su mano que hacía aparecer su arma mágica de canelo negro, lista para usarse. De encontrarse con un fenixiano se quedaría a una distancia de 10 metros con respecto a él y se aseguraría de mantener esa distancia.

  21. -Apareció el pez gordo...- Pensó Blackimse al ver a Boss aparecer, se sorprendió que por primer vez no viera a su lagarto suer desarrollado.

     

    Mientras no se moviera del incendia din estaría a salvo, por lo que se apuntó a sí misma y conjuró

     

    -Detritus- La capa de gas mágica la cubrió a ella y a Zack por unos momentos, mientras estaba en esa protección salió de la esfera de fuego sin recibir las quemaduras del hechizo, y protegerían a su hijo un momento.

     

    Antes que perdiera la vista por los strellatus de Boss, la Nigromante lanzó su primer fuego negro de nivel tres hacia Boss, el lider quedaría muerto si no hacia nada para defenderse, aunque a ese nivel ese hechizo era incontrarrestable, moriría quemado si no se curaba. El segundo fuego negro iría a parar a Ishaya, el fuego negro le quemaría el cuerpo y le mataría tan dolorosamente como a Boss.

     

    -Episkey... Episkey...-Pensó apuntándose a sí misma, el hechizo curativo la sanaría de los strellatus que tenía encima y le devolverían la vista, pronto volvería al combate.

  22. Blackimse apuntó a Mei sin pensarlo con su varita y conjuró en un susurro rápido.

     

    -Anular Corpus Patronus- Conjuró. La fenixiana no tedría posibilidad de invocar ningún animal con ese hechizo ya que estaría sellado gracias a la Nigromante.

     

    -Confundus- Pensó apuntando a Mei. La misma chica con el hechizo sellado quedaría sumida en una confusión temporal, tiempo que le daría para su siguiente acción.

     

    -Morphos- La túnica larga que vestía Mei se transformó en una avispa marina adulta, que se posó sobre la piel de la fenixiana, inyectándole su veneno en su torrente sanguineo, ya que no tenía nada debajo de la túnica que la protegiese. Si no quería morir, sería mejor que se curase por medio de un bezoar o de alguno de esos animalejos que siempre traían consigo.

     

    La batalla estaba por comenzar y no se rendiría tan fácil en ceder a los prisioneros que habían capturado.

  23. Cuando la Black viera a sus rivales, se ubicaría a 10 metros de ellos y se aseguraría de mantener esa distancia.

     

    Cuando estuvo lista y dispuesta, apuntó su varita de canelo negro al frente suyo y con voz firme conjuró

     

    -Celerus Expectro protego- Un poderoso cangrejo de fuego adulto nació de la varita de la Black y cayó águilmente frente a ella, tenía la orden de proteger a su creadora y obedecer sus demás órdenes. Mientras la Bestia rugía con ferocidad, la Nigromante conjuró su siguiente hechizo.

     

    -Fuego Negro, Fuego Negro- Ordenó y dos bolas de fuego negro aparecieron sobre la Black, las cuales comenzaron a crecer en tamaño y poder con rápidos latidos. Tendrían la orden especial de esquivar cualquier ataque que les lanzacen. Además el cangrejo de fuego las incluiría en su rango de protección.

     

    -Vamos...- Indicó la Nigromante mientras esperaba con ansias a los fenixianos. Quienes llevaban a tratar de vaciar la ya abarrotada cárcel de Numengard.

     

    Era cosa de tiempo antes que los fenixianos entrasen por la entrada de la cárcel y tratasen de llevarse a sus compañeros de bando, pero era algo que la Nigromante no se los pondría fácil, no en aquel momento.

  24. Pronto la marca tatuada en su piel comenzó a arder, confirmando la noticia que había esperado desde que comenzó a vigilar la prisión: Los fenixianos estaban rescatando a sus prisioneros. El rosto cubierto por la máscara de la mortífaga no dejaba que los indeseables o enemigos de la Black supieran su verdadera identidad mientras que sus orbes chocolates pasaban despacio entre las celdas, repasando a los prisioneros que tenían a su haber.

     

    -Todo el mundo a prepararse... Tendremos compañía indeseada en la prisión- Dijo mientras se acomodaba su capa de viaje y su ropa a su cuerpo y sostenía en su mano su varita de canelo negro. En cuanto la Black llegase a ver sus rivales, se ubicaría a 10 metros de ellos -y de sus aliados también- y se aseguraría de mantener esa distancia.

     

    La batalla se libraría casi en la madrugada, algo que no le gustaba mucho pues el frío no era su fuerte, prefería el calor del día, a pesar de ser vampireza.

  25. Blackimse despertó en medio de la noche sobre la torre norte. Se había quedado dormida mientras hacía las vigilancias de la cárcel y era algo que ya la tenía acostumbrada pues los fenixianos siempre podían estar al asecho, buscando la forma de sacar a sus compañeros.

     

    -Esperemos que se queden tranquilos esta noche...- Pensó mientras bostezaba a través de su máscara que protegía siempre su identidad y se levantaba, dejando al descubierto que llevaba bajo su capa de viaje unos pantalones y un beatle ceñidos a su cuerpo, unas prendas que le acomodaban mucho a la hora de vigilar la cárcel a altas horas de la noche.

     

    -Lástima que no se pueda conversar con ellos sin que pongan locos.....- Pensó mientras bajaba los escalones de la torre y se enfrentaba a las celdas de los muchos fenixianos que habían capturados estos últimos días.

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