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Blackimse

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Mensajes publicados por Blackimse

  1. Un estallido resonó en la cárcel mortífaga, alterando la paz que reinaba entre las defensas. La Black alzó su mirada a través de la máscara que protegía su identidad mientras acarreaba un cadáver que habían cazado hacía unas horas antes. Pandora había sucumbido ante los mortífagos y era hora que se pudriera de nuevo en la cárcel de Numengard. Su única esperanza era que diera la información necesaria a los mortífagos acerca de la orden del fénix. Aunque a esas alturas le resultaba raro que los fenixianos supiesen algo que los mortífagos ya no hubieran averiguado gracias a sus infiltrados en el mundo mágico.

     

    Entró a la cárcel sin contratiempos y siempre y bajo la atenta mirada de los dragones, quienes observaban de los tejados en caso que la Black dejase el cadáver para ellos como una comida extra. Tras subir unos pisos con el cuerpo de Pandora, llegó hasta una celda abierta y vacía. Entró en ella y depositó el cuerpo inerte el frío suelo, asegurándolo primero con cadenas mágicas que unirían sus tobillos de Pandora con las paredes de la prisión.

     

    -Lástima que no seas la persona que busco, aún asi, es mi obligación revivirte...- Indicó algo aburrida, pues sabía que viva no le ofrecería una charla inteligente sin involucrar los absurdos valores que la orden del fénix defendía. Extrañaba la cordura que algunos pocos fenixianos tenían. Tras meter su mano en su bolsillo de túnica extrajo una botellita pequeña y con un líquido color verde translúcido. Vertió en la boca de Pandora unas gotas y esperó a que éstas fueran absorvidas. Pronto la poción le devolvería la vida a la fenixiana, pero no le daría la fuerza suficiente como para realizar movimientos rápidos. Mientras esto pasaba, invocó su varita en un movimiento fluido y comenzó a aplicar "episkey" a cada herida que tenía la fenixiana. Para cuando terminó de aplicar las curaciones -que eran muchas- observó que ésta comenzaba a recuperar movilidad y su vida.

     

    -Nos veremos pronto...- Se despidió mientras se levantaba y salía de la celda, dejando a la fenixiana encadenada. Al cerrar la puerta susurró apuntando su varita a la puerta "Fermaportus" Y la puerta quedó sellada con magia.

     

    Tras dejar la puerta cerrada, se dirigió a la torre sur, donde se quedaría vigilando un buen rato, junto a los dragones.

  2. Luego de ver la impresionante actuación de su hijo ante el Basilisco, recibió de su parte la llave que había conseguido en el lago y la encajó en la cerradura de la puerta que se hallaba cerca del lago. De inmediato la puerta se abrió y una gran esfinge apareció frente a ellos. La bestia se alzó ante ellos y los observó.

     

    -Queremos pasar, dinos tu acertijo de una buena vez- Desafió la Nigromante. La bestia se sentó sobre sus patas traseras habló en un tono sutil y pausado con su cabeza humana.

     

    "Cinco hombres iba juntos por un camino en el campo. Comienza a llover. Cuatro de los hombres apuran el paso. El quinto no hace ningún esfuerzo por darse prisa. Sin embargo, se mantiene seco mientras que los otros cuatro se mojan. Los cinco llegan a su destino juntos. Para trasladarse sólo contaban con los pies y ninguno llevaba paraguas o similar. ¿Cómo pudo ser?."

    Blackimse pensó unos momentos y tras mirar a la bestia, sonrió tras su máscara mientras su varita jugaba como una serpiente entre sus níveos dedos.

     

    -Aquel hombre que no se mojó, el quinto, estaba muerto, iba en un ataud, osease en una caja de madre, por lo que era imposible que se mojase. Los cuatro restantes eran las personas que portaban en ataud, por lo que al no tener ni paraguas ni capucha se mojaron.

     

    Ante la respuesta, la bestia asintió y se retiró de la puerta, dejándoles el paso libre para entrar a la prisión.

     

    -Adentro, nos esperan nuestros compañeros...- Dijo la Nigromante.

  3. Luego de ver la forma en que su hijo sorteaba el obstáculo siguiente, le hizo sonreir algo divertida, pues sabía que no le gustaba mucho el agua helada de aquel lago, y menos a la altura que estaba el monte Everest. Tras recorrer el camino liberado por su hijo, ambos fueron cubiertos por esferas de un color extraño: Eran Incendia Din.

     

    -Confía en mí... Sal de la esfera de Incendia din- Le dijo a su hijo, mientras daba los pasos suficientes para salir de la esfera de fuego. De inmediato quedó con quemaduras que amenazaban con su vida. Al mirar a su hijo, éste le había imitado tal como ella, por lo que alzó su varita apuntando a su hijo y conjuró.

     

    -Episkey...- El hechizo curaría las quemaduras de su hijo, alejándolo de la muerte. Tras asegurarse que su hijo estaba bien, se apuntó a sí misma y conjuró -Episkey- El segundo hechizo sanador le curó de las heridas del incendia din, previniendo su muerte.

     

    -Sigamos...- Y ambos siguieron derribando defensas. Sólo esperaba que las defensas no se tornaran cada vez mas raras de lo que ya eran.

  4. Pronto su marca ardió con suavidad, su hijo al parecer había encontrado el lugar donde se escondía Abbadon mucho mas exactamente que ella, algo que la reconfortó. Sin pensarlo dos veces desapareció de París y viajó miles de kilómetros hacia el monte Everest. Al llegar el viento azotó su melena y su máscara que protegía siempre su identidad ante sus rivales e indeseados. Recorrió el sendero de la cara sur del enorme macizo y llegó al encuentro de su hijo.

     

    -Vamos, hay que rescatarlos... A todos.- Indicó mientras se ponía la punta de su varita en su marca tenebrosa y llamaba a sus compañeros mortífagos. Luego comenzaron a recorrer aquel sinuoso camino, hasta llegar a un claro bastante amplio y liso.

     

    -Esto es demasiado sencillo- Indicó mientras tomaba una piedra del suelo y la arrojaba. Al tocar el suelo, el guijarro fué tragado por las arenas movedizas que se encontraban ocultas a los viajeros. -Que poco original...- Invocó su varita de canelo negro en su mano y conjuró tranquilamente a una gran roca cerca de las arenas -Morphos- Conjuró apuntando a la misma, la cual tenía un rastro mágico detectable (alguien la había hechizado o ya era mágica), al impactar el hechizo en la roca, esta provocó un eco que multiplicaría que el morphos varias veces. Pronto, mas de seis thestrals aparecieron ante los Blacks desde unos arbustos cercanos, listos para ser montados.

     

    -Si no me equivoco, los puedes ver...- Dijo, señalando a las bestias -Sobre ellas cruzaremos sobre las arenas. -Monta uno y sígueme.- Añadió.

     

    Blackimse montó una de las bestias sin problemas, pues las podía ver gracias a haber visto muchas veces la muerte con sus propios propios ojos durante sus batallas. Esperó a que Zack estuviese sobre una de las bestias y se dispuso a patear los cuartos traseros de la bestia-

     

    -!Arree!- Bramó y la bestia alzó vuelo, junto con el otro Thestral siguiéndole. Desde las alturas podía ver el enorme campo de arenas movedizas. Tras unos minutos de vuelo, aterrizaron en una zona segura y lejos de aquella trampa. Habían pasado el primer obstácu.lo.

  5. ~Mazmorras~

     

    En el momento en que la sanadora habló, su alterego volvió a azotar contra su mente, deseando ansiosamente el matar a la sanadora que estaba al frente suyo. Lo que le provocó una punzada de dolor en la cabeza. Se sostuvo poniendo una de sus manos en la mesita de noche unos minutos antes de continuar hablando.

     

    -Creeme que está deseando hacerlo, pero no te conviene que la alentes demasiado- Desafió la Nigromante, aunque era una broma que algún día se podría convertir en realizad. Aquel día sería el último para la Nigromante.

     

    -Con tu permiso, me tengo que ir... Me esperan en mi casa para organizar ciertos asuntos...- Se despidió la Nigromante mientras se dirigía hacia la salida. Ya en el marco de la puerta de la habitación la joven le lanzó una advertencia a Paprika.

     

    -Te sugiero en verdad que no la provoques, ya casi una vez ella mata a una sanadora. No quiero que seas la siguiente...- Dijo mientras su capa hacía un frufrú y su dueña acompañado por su elfo abandonaban el hospital del mundo mágico. El cuerpo de la Black desapareció de la ciudad envuelta en una nube de oscuridad, con rumbo hacia su hogar y luego, de cacería.

  6. ~Mazmorras~

     

    Tal vez fue la presencia habitual de sangre que habia en aquella mazmorra o el pasear constante de las enfermeras mientras cuchucheaban sobre su día lo que levantó el deseo de la vampira a beber sangre, pero su mente y cuerpo estaban concentradas en otra cosa: La inquietud de Zorces en su sello. En las últimas horas había sentido cómo la magia que su primo había puesto se había debilitado en su mayor parte, algo que no era una buena señal para nada.

     

    -Ella... matar...- Pudo sentir en su propio cuerpo el deseo de asesinar a la sanadora que acababa de llegar. Era tan claro y fuerte que las bestias oscuras usaron el poder mágico de la mortífaga para lograr reprimir a su alterego.

     

    La reconoció al instante en que su voz, con dejos de malicia y diversión habló. Se quedó quieta mientras le quitaban la ropa y que le curaran sus heridas. Cuando se sintió mejor producto de los episkey pudo contestar a la sanadora.

     

    -Sigo viva porque los fenixianos aun no saben usar bien sus hechizos. Atacaron la Black, seguramente soñando que saldríamos y que diríamos que en realidad somos todos mortífagos... Ilusos...- Blackimse observó la mesita de noche y tomó la botellita con la poción herbovitalizante para comenzar a tomarla a tragos largos. Cuando terminó la dejó en el mismo lugar y procedió con la reabastecedora de sangre, aunque la encontró mas ácida que lo habitual. Esperaba que con los brebajes su fuerza para retener a Zorces aumentara y la dejara en paz un momento, pero sorprendentemente su esfuerzo por salir de la prisión cesó, aunque podía sentir su presencia en su mente. Estaba evaluando a la sanadora quien se había sacado unos palillos y tenía los ojos inyectados en sangre.

     

    -Por tu expresión...Imagino que aún no sabes porqué te llamas Paprika... O cómo llegaste a vivir en el cuerpo en el que todos confundían con la Hija de las Tinieblas...- Preguntó Blackimse mientras se levantaba de la camilla, haciendo que el collar de cristal en forma de pluma bailase un poco en su pecho. En ese momento una criatura pequeña y vestida elegantemente se presentó ante las dos brujas.

     

    -!Ama!, !terribles noticias!- Chilló el elfo de la mansión Rowle. -!Sus hijas han sido capturadas por los fenixianos!- Chilló, dejando a la matriarca un momento paralizada por la sorpresa.

     

    -¿Dónde ha sido?- Ordenó saber

     

    -En el callejón Diagon, en uno de los locales...-

     

    Blackimse invocó su varita de canelo negro en un movimiento fluido, la cual apareció entre sus dedos de su mano izquierda. La deslizó por su cuerpo y de inmediato un vestido carmesí comenzó a cubrir su cuerpo, junto con unos zapatos de tacón alto que combinaban con la elegante prenda.

     

    -Mi capa...- Ordenó al elfo y éste hizo un chasquido de sus dedos, sobre sus hombros y cubriéndole el vestido, apareció una capa de viaje negra con los botones de oro. Cuando estuvo lista se giró hacia Paprika.

     

    -En vista de la información que recibí, debo partir de inmediato... Debo ir a por mis hijas- Informó, esperando que la sanadora no le pusiera mas problemas para salir de aquel hospital.

  7. ~Mazmorras, llegada~

     

    La Matriarca Rowle apareció envuelta en las sombras sobre una de las camillas. Su cuerpo estando herido le impedía recobrar la conciencia. Había sufrido un ataca al visitar una de sus hijas en la mansión Black y ella en vez de protegerse -y exponer su verdadero ser- ordenó a los elfos que protegieran a los demás habitantes, para que sólo ella resultase capturada por parte de los fenixianos.

     

    -Ash... que dolor de cabeza- Comenzó a murmurar mientras movía con lentitud una de sus manos hacia su frente, la que tenía aún las marcas de un incárcerus que seguramente uno de los elfos de la mansión le habían logrado quitar antes que el hechizo de la mansión la enviase a San Mungo.

     

    No abrió los ojos, pero sabía que las enfermeras estaban cerca, sólo era cosa de tiempo para que avisasen a las sanadoras y la curasen.

     

    off: sin inspiración u.u

  8. Blackimse observó a la fenixiana que acababa de entrar. Levantó su varita y apuntó a Paú pensando en la mejor opción de ataque.

     

    -Célerus Séneca...- La fenixiana Paú quedaría con la garganta deshidratada y sin poder atacar durante un tiempo con hechizos verbales.

     

    Sin detenerse, siguió con los ataques, pensando su próximo hechizo, hacia la misma fenixiana.

     

    -Confundus- El hechizo no verbal le haría quedar en una confusión temporal, lo suficiente para lanzar su siguiente ataque.

     

    -Morphos- El vestido de estrapless que tenía Paú se convirtió en una serpiente mamba negra. La serpiente tenía el tamaño mínimo necesario para que su veneno fuera el más tóxico del reino animal. La bestia le clavaría los colmillos en la piel de la fenixiana y le inyectaría el veneno en el torrente sanguíneo, envenenando su sangre. La vida se escaparía del cuerpo de paú en menos de dos minutos si no hacia algo por evitarlo.

     

    Blackimse observó a su alrededor, sus compañeros ya habían salido en su mayoría, pronto podría irse a casa.

  9. Vió cómo Ishaya caía muerto al no defenderse de sus múltiples hechizos, por lo que simplemente obtó por prepararse para seguir con el combate en aquel lugar. Sin perder tiempo, levantó su mano en que sostenía su varita y conjuró susurrante.

     

    -Expectro protego- Una entidad que tomó la forma corpórea de un hipógrifo adulto se quedó al lado de la creadora Nigromante, agitando sus alas con ansias y chasqueando su pico agresivamente.

     

    -Ya falta poco mi pequeña, pronto abandonaremos esta pocilga.- Le indicó a la bestia, quien se mantuvo a una distancia de un metro de su creadora siempre.

     

    Volvió su mano al cielo, para lanzar su último hechizo con una voz tranquila y pausada.

     

    -Fuego Negro- Una bola de fuego Negro apareció sobre la Nigromante, latiendo suavemente mientras comenzaba a crecer ya a ganar poder a medida que pasaba el tiempo. Tenían ademas una orden especial de esquivar cualquier ataque que fuera contra ellas, así evitarían ser destruidas.

     

    -Me aburro- Pensó Blackimse mientras se ponía en posición de duelo, mientras la luna se ocultaba tímidamente tras las nubes de la noche oscura.

  10. Los fuegos negros de la Nigromante estaban listos para ser lanzados. La Nigromante seleccionó los objetivos con sólo verlos, su mente dió la orden de ataque a las bolas de fuego de nivel 3. El primero caería sobre Ishaya y el segundo caería sobre Edmund. Ambas bolas de fuego impactarian en los cuerpos de los fenixianos, consumiéndolos en un fuego que les quitaría la vida de la forma más dolorosa.

     

    -Anular corpus Patronus- Pensó apuntando a Ed, quien se haría un aqueora, por lo que su hechiz su segundo hechizo, que parecía convocar al fastidioso dragón no resultaría y como bono, quedaría sellado por el resto de la contienda.

     

    -Acabemos con esto..Confundus...- Pensó. Y con eso Ishaya quedaría confundido un buen tiempo, lo suficiente como para que la Nigromante lanzara su tercer hechizo.

     

    -Fuego Maldito- Conjuró luego y dos poderosos cóndores adultos nacieron de la varita de la Black y alzaron vuelo hacia Ed. Ambas bestias impactarían en el cuerpo del fenixiano y le quemarían hasta la muerte.

     

    La Nigromante esperaba que todos los prisioneros escapasen sanos y salvos de aquella prisión, aunque ya faltaba poco para que terminase.

  11. Entró a la cárcel una vez las defensas estuvieran derrumbadas, asegurándose de mantener una distancia de 10 metros con respecto a aliados y a enemigos. Recorrió el lugar, buscando a Zack. Tras pasar por frente a su celda, le encontró vivo pero atado. Apuntó a la puerta de barrotes de la celda con su arma mágica y conjuró en voz tranquila.

     

    -Alohomora...- la puerta de la celda se abrió sin mas al impactarle el hechizo. Tocó la puerta y la abrió sin mas, para ver a su hijo.

     

    -Veo que te has descuidado...- Dijo divertida mientras le apuntaba a las cuerdas y conjuraba de nuevo con su varita de canelo negro.

     

    -Diffindo...-Las cuerdas se cortaron, cayendo en pedazos en el piso de la cárcel. La Nigromante se acercó y metió su mano al bolsillo de su túnica para extraer la varita de repuesto.

     

    -Toma, la necesitarás... Espero que salgas pronto, los emplumados deben estar por llegas.- Ordenó mientras le entregaba la varita de sauce y sangre de dragón en su mano. -Episkey- Pensó apuntando a Zack con su propia arma mágica. El hechizo serviría para curar alguna herida que le hubieran hecho los fenixianos durante su estancia en la cárcel.

     

    Luego de eso salió de la celda y se enfocó en la presencia de los fenixianos. Mientras tanto sus bolas de fuegos negros estaban creciendo sobre ella, ganando mas poder y tamaño, serían indetenibles cuando las Nigromante les diera objetivos para impactar.

  12. Recorrió la cárcel con su hipógrifo hecho de oscuridad como guardaespaldas, asegurándose de mantener una distancia de 10 metros con respecto a aliados y a enemigos. Muentras buscaba a Zack pasó por frente a su celda, le encontró vivo pero atado. Apuntó a la puerta de barrotes de la celda con su arma mágica y conjuró en voz tranquila.

     

    -Alohomora...- la puerta de la celda se abrió sin mas al impactarle el hechizo. Tocó la puerta y la abrió sin mas, para ver a su hijo.

     

    -Veo que te has descuidado...- Dijo divertida mientras le apuntaba a las cuerdas y conjuraba de nuevo con su varita.

     

    -Diffindo...-Las cuerdas se cortaron, cayendo en pedazos en el piso de la cárcel. La Nigromante se acercó y metió su mano al bolsillo de su túnica para extraer la varita de repuesto.

     

    -Toma, la necesitarás... Espero que salgas pronto, los emplumados deben estar por llegas.- Ordenó mientras le entregaba la varita en su mano. -Episkey- Pensó apuntando a Zack. Para curar alguna herida que le hubieran hecho los fenixianos durante su estancia en la cárcel.

     

    Luego de eso salió de la celda y se enfocó en la presencia de los fenixianos.

  13. Al entrar a la prisión, ya con las defensas caídas por parte de sus compañeros de bando, comenzaron a divisar a los primeros fenixianos que se unían al ataque. Era primordial que pudiera encontrar a quien tenía que escapar antes que los fenixianos la mantuvieran ocupada.

     

    -Celerus expectro protego- Una entidad que tomó la forma corpórea de un hipógrifo adulto se quedó al lado de la creadora Nigromante, agitando sus alas con ansias y chasqueando su pico agresivamente.

     

    -Calma, por ahora sólo me protegerás, se nos viene algo divertido ahora en adeltante.- Le indicó a la bestia, quien se mantuvo a una distancia de un metro de su creadora siempre.

     

    Volvió su mano al cielo, para lanzar sus últimos hechizos con una voz tranquila y pausada.

     

    -Fuego Negro, Fuego Negro...- Dos bolas de fuego Negro aparecieron sobre la Nigromante, las cuales comenzaron a adquirir poder y tamaño a medida que pasaba el tiempo. Tenían ademas una órden especial de esquivar cualquier ataque que fuera contra ellas, así evitarían ser destruidas.

     

    -Veamos si tengo que utilizar a estas bellezas- Pensó Blackimse mientras se ponía en posición de duelo, mientras la luna se ocultaba tímidamente tras las nubes de la noche oscura.

  14. Habian pasado las horas en la mansión Rowle, Blackimse leía unos libros de magia negra que uno de sus amigos de Florencia le habían dado como recuerdo, mas sin embargo, aunque su vista estaba concentrada en las corroidas hojas, sus pensamientos estaban puesto en sus compañeros, ellos estaban buscando la ubicación de la cárcel fenixiana con tal de realizar otro rescate, y por lo que la Nigromante tenía conocimiento, su hijo Zack estaba en aquel desagradable lugar.

     

    De un momento a otro, su marca ardió suavemente y supo que el interrogatorio a aquellos fenixianos habían tenido éxito y ya tenían la ubicación de la cárcel fenixiana, por lo que era cosa de tiempo en que se juntasen y rescatasen a su hijo y a sus colegas de bando.Tras recibir la información de la ubicación de la cárcel, se envolvió en oscuridad y se lanzó por los cielos con el rumbo claro en su mente: Irían hacia Tullum, en el estado de Quintana Roo.

     

    Antes de salir de los terrenos de su mansión ya llevaba sobre su rostro la máscara que protegía su identidad de sus rivales y enemigos, asi no sólo ella quedaría protegida, sino también su familia y amigos.

     

    Tras aterrizar en aquel terreno costero de su destino en la oscuridad de la noche, observó la playa en toda su extensión y entendió entonces que debía nadar para llegar a su objetivo. Invocó su varita y la pasó por sobre su ropa -una túnica negra de viaje que ocultaba un vestido sin espalda y de color verde botella y un bolsillo interno donde iban 3 varitas de repuesto y una poción para revivir, para realizar el rescate de los prisioneros- para impermeabilizarla mientras su mano libre se escapaba hacia su bolsillo y sacaba de ahi un bolsito con branquialgas. Se tragó unas cuantas y tras sentir el cambio de su sistema respiratorio, se sumergió en las aguas, buscando su destino.

     

    Una hora pasó antes de emerger de nuevo, en un punto a 500 metros desde el inicio de su travesía marina. Salió de las aguas sólo con su esbelto cuerpo mojado y con sus branquias convertidas a su estado original: Pulmones. Su mirada en ese instante se posó en sus compañeros que ya estaban en la tarea de derriar las defensas.

     

    -Espero que todo sea tranquilo y sin problemas- Dijo divertida.

  15. Blackimse sonrió, sabía que entre más fenixianos harían la massacre un poco menos aburrida. Chasqueó los dedos y de inmediato su primer fuego negro de Nivel 3 cayó directo sobre Binfyeld. Volvió a chasquear sus dedos y su segundabola de fuego descendió sobre Paú. Las órdenes se las había transmitido mentalmente a los fuegos negros, por lo que al impactar en los cuerpos de los objetivos subrirían quemaduras letales que les llevarían a la muerte en cosa de minutos.

     

    Pensó en un segundo mandar su bola de fuego negro a Lestat, pero el fenixiano había muerto a manos de un compañero de bando, el avada le había pegado en el cuerpo y le había quitado la vida instantáneamente, dejando a la Nigromante con mayor acción de ataque.

     

    -Séneca- Conjuró apuntando a Binfyeld. Gracias a eso la fenixiana no podría hablar en un buen tiempo, ya que sufriría una deshidratación de en su garganta.

     

    -Confundus- Conjuró en un segundo y la fenixiana Binfyeld quedaría momentáneamente confundida.

     

    -Morphos- Conjuró por última vez y su ropa interior negra se transformó en un escorpión negro. El animal le inyectaría su veneno en el torrente sanguíneo de la fenixiana a través de su aguijón afilado en su cola. El veneno neurotóxico apagaría el cuerpo de la fenixiana Binfyeld y le quitaría la vida en cosa de minutos.

  16. Tras divisar a 10 metros a sus primeros rivales, la Black realizó sus primeros hechizos, al parecer los fenixianos no querian entrar a defender a los prisioneros.

     

    -Absorvere...-El hechizo instantáneamente partiría las muñecas de las manos que sostenían las varitas de los fenixianos: Bínfeyd y Sammuel. Gracias a eso la gangrena se apoderaría de ellas, se introduciría en su extremidad fracturada y la dejaría inutilizada.

     

    -Absorvere...-Repitió de nuevo con el mismo tono de voz.El hechizo instantáneamente partiría las muñecas de las manos libres de los fenixianos: Bínfeyd y Sammuel. Los objetivos tendrían ahora ambas manos fracturadas y a punto de gangrenarse si no hacían algo para detenerlo.

     

    -Fuego Maldito- Dos cóndores adultos nacieron de la varita de la Black, ambas bestias planearon por encima de murallas y esquivando bestias hasta llegar sobre su objetivo. Desde donde cayó sobre ella en una fulminante picada. Bínfeyd sufriría las graves y letales quemaduras si no hacia nada por evitarlo o esquivarlo.

     

    -Pollo asado...- Bromeó mientras la miraba a través de su máscara. -Entreténme, si puedes.- Desafió mientras esperaba a que más fenixianos contestaran a la llamada de los suyos. Mientras tanto sus fuegos negros seguían creciendo sobre la Nigromante y su hipógrifo seguía protegiéndola.

  17. Al entrar a la prisión, ya con las defensas caídas por parte de sus compañeros de bando, comenzaron a divisar la estructura de Abbadon. Comenzo a entrar en el edificio y llegó al área de las celdas. Sin perder tiempo alzó su mano y conjuró los primeros hechizos de la noche.

     

    -Celerus expectro protego- Una entidad que tomó la forma corpórea de un hipógrifo adulto se quedó al lado de la creadora Nigromante, agitando sus alas con ansias y chasqueando su pico agresivamente.

     

    -Calma mi pequeña, protégeme a mi y a mis creaciones por ahora...- Le indicó a la bestia, quien se mantuvo a una distancia de un metro de su creadora siempre.

     

    Volvió su mano al cielo, para lanzar sus últimos hechizos con una voz tranquila y pausada.

     

    -Fuego Negro, Fuego Negro...- Dos bolas de fuego Negro aparecieron sobre la Nigromante, las cuales comenzaron a adquirir poder y tamaño a medida que pasaba el tiempo. Tenían ademas una órden especial de esquivar cualquier ataque que fuera contra ellas, así evitarían ser destruidas. Además el hipógrifo también las protegería.

     

    -Ojalá se apuren, quiero dejar esta cárcel vacía, su estado natural fenixiano- Pensó Blackimse mientras se ponía en posición de duelo, mientras la luna se ocultaba tímidamente tras las nubes de la noche oscura.

  18. Su guardia en la cárcel de Numengard había resultado tranquila desde la llegada de la Nigromante, por lo que se dedicó a observar los dragones que sobrevolaban la edificación, lanzando cada cierto tiempo llamaradas al cielo, a modo de advertencia a cualquier intruso que se atreviese a acercarse a la prision.

     

    De un momento a otro, su marca ardió suavemente, el interrogatorio a aquel fenixiano había tenido éxito y ya tenían la ubicación de la cárcel fenixiana, por lo que era cosa de tiempo en que se juntasen y rescatasen a sus compañeros.Tras recibir la información de la ubicación de la cárcel en oscuridad, se envolvió en oscuridad y se lanzó por los cielos con el rumbo claro en su mente: Irían hacia Tullum, en el estado de Quintana Roo.

     

    Antes de salir de los terrenos mortífagos ya llevaba sobre su rostro la máscara que protegía su identidad de sus rivales y enemigos, asi no sólo ella quedaría protegida, sino también su familia y amigos.

     

    Tras aterrizar en aquel terreno costero de su destino en la oscuridad de la noche, observó la playa en toda su extensión y entendió entonces que debía nadar para llegar a su objetivo. Invocó su varita y la pasó por sobre su ropa -una túnica negra de viaje que ocultaba un vestido sin espalda y de color verde botella- para impermeabilizarla mientras su mano libre se escapaba hacia su bolsillo y sacaba de ahi un bolsito con branquialgas. Se tragó unas cuantas y tras sentir el cambio de su sistema respiratorio, se sumergió en las aguas, buscando su destino.

     

    Una hora pasó antes de emerger de nuevo, en un punto a 500 metros desde el inicio de su travesía marina. Salió de las aguas sólo con su esbelto cuerpo mojado y con sus branquias convertidas a su estado original: Pulmones. Su mirada en ese instante se posó en sus compañeros que ya estaban en la tarea de derriar las defensas.

     

    -Buenas... Dejaremos la cárcel vacía esta noche?-Preguntó divertida.

  19. La tarde pasaba lento en aquel lugar, la prisión de Numengard. Aquella edificación salvaguardaba las almas de los fenixianos mientras se pudren y sucumben ante el abandono de sus compañeros de la orden del fénix.

     

    Y era en ese momento y lugar en que una presencia conocida para las bestias que resguardaban el lugar. Caminando tranquilamente mientras sus orbes chocolates ocultos tras una máscara que ocultaba su identidad ante los prisioneros, indeseados y enemigos, estaba Blackimse, la Nigromante que cumplía sus labores de vigilante a esas horas de la noche. Al llegar a una esquina que daba la opción de subir a la torre oeste o bajar el patio, la joven prefirió el camino de siempre, subiendo siempre en búsqueda del mejor campo de visión para su labor.

     

    Al sentir en su pelo el frío aire primaveral, decidió acomodarse su capa de viaje negra con botones de oro y plata y sentarse en un lugar protegido del frío y que a la vez le ofreciera una vista panorámica de los terrenos donde se emplazaba la cárcel mortífaga.

     

    -¿Será un día tranquilo?- Se preguntó al ver al sol salir en el horizonte, dando los primeros indicios de un nuevo día.

  20. Una vez terminada las defensas a los prisioneros, Blackimse se concentró en Mei, la "humilde" Demon Hunter

     

    -Vaya vaya... Si es doña fenixiana... Métete con alguien de tu tamaño si eres tan humilde...- Bramó la Black, sabiendo que eso la provocaría como darle una patada a una mula mientras come.

     

    De inmediato comenzó los ataques contra la fenixiana Mei:

     

    -Célerus Anular Aqueora- Conjuró en un suave susurro, gracias a ese hechizo la fenixiana Mei no podría lanzar de nuevo aquel molesto hechizo. Sin embargo siguió con los ataques contra la misma fenixiana.

     

    Segundos después contratacó con otro hechizo.

     

    -Fuego Maldito- Dos cóndores de fuego adultos emergieron en toda su majestad al cielo, planearon ambos con dirección a Mei, listos para quemar su cuerpo y dejarla reducida a un trozo de carne muerta, un cadáver asado.

     

    Luego siguió con el último hechizo, el cual fué acompañado con una floritura seca y rápida por parte de su extremidad.

     

    -Anular Corpus Patronus...- Conjuró de nuevo, así ninguna bestia hecha de luz aparecería de la varita de Mei, dejándola sin sus defensas, esperaba que aquello atrajera la atención de la joven mientras su compañera aprovechaba para escapar de la cárcel al fin, ayudada por la capa de gas que la cubría, cortesía de la misma Blackimse.

     

    -Vamos... Veamos si es puras palabras lo que dices...- Indicó Blackimse desafiante. -uno contra uno...- Añadió.

  21. Blackimse se disponía a retirar de la prisión cuando se dió cuenta que quedaba una última prisionera que había que rescatar. Sin perder tiempo se dispuso a colocar los hechizos defensivos.

     

    -Detritus...- Conjuró en una voz tranquila y una capa de gas mágico la cubrió a ella y a Ashley, quien ya tenía su vida de vuelta y su varita en su mano al momento que el hechizo hizo efecto, de eso se había encargado otro de sus compañeros. Mientras tanto su hipógrifo la seguía protegiendo.

     

    -Vitae...- Apuntó a la puerta de una celda vacía y ésta adquirió una seudovida, adquiriendo patas con garras filosas de metal y la poca madera que tenía, y dientes de fierro forjado. La seudobestia tenía la órden de proteger a Ashley y a Dovakhin

     

    -Avis...- 12 palomas salieron de la varita de la Black con la orden de proteger a Ashley y a Dovakhing en su camino a la libertad

     

    -Váyanse... !Rápido!- Ordenó Blackimse mientras lanzaba su fuego de nivel 3 hacia Sally, el cual produciría quemaduras graves en el cuerpo de la fenixiana.

  22. Blackimse conjuró aburridamente apuntandose a sí misma luego de recibir un strellatus de Mei, luego de haberse apartado de todos, quedando con un espacio de 10 metros de diámetro de espacio libre de magos en su entorno.

     

    -Episkey, Episkey - El hechizo impactó de inmediato en sí misma, y le curó del strellatus que Mei le había mandado. Su vista volvió a ser normal antes de proseguir con los hechizos, mientras tanto, su hipógrifo le recibía los sectusempras - y otros ataques- y se mantenía firme, pues los hechizo no mermaban su fuerza. Aunque sabía que el tripio no le daría por una cuestión de distancias que se aseguraría de mantener. Mientras tanto su fuego negro continuaba creciendo sobre la Nigromante.

     

    -Séneca...- Conjuró de nuevo y Mei quedó sin habla por un buen tiempo más, al parecer tercer su boca cerrada la hacía algo más bonita ante sus compañeros.

     

    Se quedó esperando un milagro más, pero ya su trabajo ya estaba hecho, pues sus compañeros ya habían logrado escapar de aquel lugar.

     

    -Ya está hecho mon amie... La cárcel está como debe estar, Vacía...- Indicó.

  23. -¿Cómo era ese hechizo?....Ah si... !CELERUS AVIS!- Al instante una bandada de palomas adultas nacieron de su varita, con la única órden de proteger a la Nigromante que los habían invocado. Tras el rabillo del ojo observó que Mei se curaba de uno solo de los absorveres que le había lanzado, por lo que su extremidad libre estaba totalmente inutilizada, pues el aqueora dejaba pasar efectos.

     

    -Expectro protego- De nuevo, su fiel hipógrifo adulto, hecho de oscuridad aparecía ante ella, lista para recibir órdenes.

     

    -Protégeme mi amiga, y también a lo que haré pronto....- Indicó levantando la mano al cielo y conjurando -Fuego Negro- Una bola de fuego negro comenzó a crecer ta y como sus predecesoras, sería capaz de adquirir un gran poder y de matar a sus adversarios de un solo golpe estando en su estado final. La bola de fuego negro también podría esquivar ataques que tuvieran como objetivo el destruirla, asegurando que llegase a la fase final de su crecimiento. EL hipógrfio miró la bola de fuego y la incluyó en su rango de protección.

     

    Su bestia se interpuso ante un sectusempra que le enviaron, mas éste no llegó a su fin, pues la Black se hallaba a 10 metros, fuera del rango de acción del tripio. Y si aún milagro ocurriese y pasase, su bestia se interpondría y le salvaría de aquel rayo.

  24. -Ahora si te tengo...- Dijo triunfante la Black, ambas muñecas de Gitax estaban fracturadas, por lo que sólo su aqueora había salido, era hora de terminar con aquello. Tras una orden, su fuego negro de nivel tres descendió sobre Gitax, quemándole el cuero y matándole por las mismas que eran letales, la segunda bola de fuego negro caería sobre Boss, el lider fenixiano, quien no podría detenerlo ni con un dragón, pued había alcanzado el nivel 3 y final.

     

    -Necromantia Lingua- Conjuró apuntando a Gitax. De inmediato, su acción anterior, un aqueora, había sido negada completamente, dejándole desprotegido ante ella y sus compañeros. Vió además como gladius se le caía de su mano fracturada pues sólo se había curado de una mano, siendo que ambas manos tenían absorvere.

     

    -Séneca- Conjuró de nuevo y una deshidratación se apoderaría de Gitax, no dejándole pronuncias hechizos verbales en un buen tiempo.

     

    -Morphos- La ropa interior color rosada de Gitax se transformó en un escorpión negro, que le inyectó su veneno en el torrente sanguíneo al pincharlo con la aguja de su cola. Aquel poderoso veneno neurotóxico se encargaría de poner fin a la vida del fenixiano Gitax.

    -Veamos si puedes zafarte de esta...- Indicó divertida mientras esperaba la respuesta de su rival. Mientras tanto la noche avanzaba lenta y siguilosa.

  25. ras divisar a 10 metros a sus primeros rivales, la Black realizó sus primeros hechizos.

     

    -Absorvere...-El hechizo instantáneamente partiría las muñecas de las manos que sostenían las varitas de los fenixianos: Gitax, Mei y Kriss- Gracias a eso la gangrena se apoderaría de ellas, se introduciría en su extremidad fracturada y la dejaría inutilizada.

     

    -Absorvere...-Repitió de nuevo con el mismo tono de voz.El hechizo instantáneamente partiría las muñecas de las manos libres de los fenixianos: Gitax, Mei y Kriss- Los objetovos tendrían ahora ambas manos fracturadas y a punto de gangrenarse si no hacían algo para detenerlo.

     

    -Fuego Maldito- Dos cóndores adultos nacieron de la varita de la Black, ambas bestias planearon por encima de murallas y esquivando bestias hasta llegar sobre los objetivos. Desde donde cayeron sobre ellos en una fulminante picada. Gitax y Mei sufrirían las graves y letales quemaduras si no hacian nada por evitarlo o esquivarlo.

     

    -Veamos que pasa ahora...- Indicó mientras esperaba a que los fenixianos contestaran y su bestia seguía protegiéndola de todos los ataques que le enviaban a diestra y siniestra. Lo divertido estaba a punto de comenzar aquella noche.

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