Blackimse

Al entrar a la prisión, ya con las defensas caídas por parte de Patrick y Dovakin, comenzaron a divisar a los primeros fenixianos que se unían al ataque. Sus compañeros al poco tiemo se habían congregado en aquel lugar, llegando algunos empapados y otros, tal como ella, secos.

-Comencemos con la fiesta...Celerus expectro protego- Una entidad que tomó la forma corpórea de un hipógrifo adulto se quedó al lado de la creadora Nigromante, agitando sus alas con ansias y chasqueando su pico agresivamente.

-Calma mi pequeña, por ahora sólo me protegerás, se nos viene algo divertido por delante.- Le indicó a la bestia, quien se mantuvo a una distancia de un metro de su creadora siempre.

Volvió su mano al cielo, para lanzar sus últimos hechizos con una voz tranquila y pausada.

-Fuego Negro, Fuego Negro...- Dos bolas de fuego Negro aparecieron sobre la Nigromante, las cuales comenzaron a adquirir poder y tamaño a medida que pasaba el tiempo. Tenían ademas una órden especial de esquivar cualquier ataque que fuera contra ellas, así evitarían ser destruidas.

-Veamos cuanto se tardan en llegar...- Pensó Blackimse mientras se ponía en posición de duelo, mientras la luna se ocultaba tímidamente tras las nubes de la noche oscura.

Tras lo que habían parecido hora escuchando cómo sus compañeros de bando interrogaban por la fuerza al fenixiano que habían capturado la noche anterior en la prisión de Numengard. Le pareció genial que al fin su marca ardiera en su piel, indicando que una nueva actividad estaba por comenzar y que la estaban llamando. La misión sería eescatar a sus compañeros desde la prisión de Abbadon.

Tras recibir la información de la ubicación de la cárcel en oscuridad, rumbo hacia la cárcel fenixiana. Se envolvió en oscuridad y se lanzó por los cielos con el rumbo claro en su mente: Irían hacia Tullum, en el estado de Quintana Roo.

Antes de salir de los terrenos mortífagos ya llevaba sobre su rostro la máscara que protegía su identidad de sus rivales y enemigos, asi no sólo ella quedaría protegida, sino también su familia y amigos.

Tras aterrizar en aquel terreno costero de su destino, observó la playa en toda su extensión y entendió entonces que debía nadar para llegar a su objetivo. Invocó su varita y la pasó por sobre su ropa -una túnica negra de viaje que ocultaba un vestido sin espalda y de color verde botella- para impermeabilizarla mientras su mano libre se escapaba hacia su bolsillo y sacaba de ahi un bolsito con branquialgas. Se tragó unas cuantas y tras sentir el cambio de su sistema respiratorio, se sumergió en las aguas, buscando su destino.

Una hora pasó antes de emerger de nuevo, en un punto a 500 metros desde el inicio de su travesía marina. Salió de las aguas sólo con su esbelto cuerpo mojado. Su mirada en ese instante se posó en otra compañera que estaba en el lugar. El tono de voz le fué inconfundible para la matriarca Rowle, por lo que realizó una leve reverencia de cortesía y sonrió tras su máscara.

-Tal vez, aunque no me sorprendería... Siempre han sido de pocas luces los fenixianos...- Dijo divertida mientras acomodaba su cabello -Demasiado aburrido para mi gusto. Ni siquiera hubo que matar a un gryndilow. -

Se encaminaron hacia la prision de Abbadon, de encontrarse con su rival se quedaría a una distancia constante de 10 metros y la mantendría pasase lo que pasase.

~Mazmorras, con Rocío(?)~

Blackimse suspiró, al parecer no era la única que no había cambiado, ambas se habían puesto muy viejas y le dió risa pensar que de no ser por sus razas, ahora estarían con arrugas y llenas de pelos blancos en sus cabezas.

-Mira quien lo dice, una de las integrantes de la familia que más atacan los fenixianos- Se burló ante la broma de su familia -Aunque hace tiempo que no los voy a ver, digamos que Bastian le gusta mucho salir de viaje y debo encargarme de la mansión mientras no está (XDD)- Suspiró mientras se tomaba las pociones que la sanadora le entregaba.

-Tal vez puedas venir a mi casa, antes que salga yo de viaje...- Dejó las botellas de pociones vacías en la mesita que acompañaba la camilla en la que antes se había apoyado. -Gracias querida...- Dijo con una floritura de su varita, la que luego desapareció, dejando una sonrisa pícara en el rostro de la matriarca Rowle mientras tomaba con su diestra el alta médica. -Nos veremos de nuevo, espero que en mi morada...- Dijo mientras abandonaba la habitación donde estaba la sanadora. Cuando estuvo a punto de desaparecer a través del marco de la puerta, se giró y le habló maliciosamente.

-Ese cabello rosa y amarillo te queda divino- Guiñó uno de sus ojos color chocolate y desapareció, con la última floritura de su arma mágica le había cambiado el color de cabello a la sanadora Rocío, como una pequeña broma de parte de la Black.

Blackimse salió del área de mazmorras sin ser detectada por ningún mago y abandonó el hospital ya curada. Ahora se encaminaría a su hogar, en donde descansaría el resto del día.

******

OFF: Perdón la tardanza :3

~Mazmorras, con Rocío~

Un sonido familiar llegó a los oidos de la matriarca Rowle, lo que provocó una leve sonrisa en su rostro siempre tranquilo y serio.

-Malfoy...- Dijo mientras sus heridas le cortaban un poco la respiración y el habla. Sólo había tenido la oportunidad de charlar levemente con aquella bruja las veces en que habían coincidido en las guardias que antes realizaba la Nigromante. El tiempo que había pasado con ella le pareció distante y muy lejano, pues la academia parecía más que un recuerdo feliz para la Black Rowle.

-Mucho tiempo... Imagino que un buen par de años...- Indicó apenas mientras pasaba inconscientemente su lengua por sus colmillos de vampireza. No sabía que diría la Malfoy al enterarse que ya no era humana, como en aquellos días de academia. -Más si se toma en cuenta que no paso mucho por este lugar...Deberías ir a visitarme a mi hogar uno de estos días- Comentó mientras sentía los pedazos de piel despegarse de los jirones de tela, exponiendo sus heridas que a ese nivel comenzaban a cicatrizar. Los hechizos que realizaba la sanadora lentamente cerraban sus heridas y le devolvían las energías que éstas le habían quitado.

-Gracias...- Indicó mientras lentamente se ponía de pié y comenzaba a ejercitar los músculos recién curados, tratando de desperezarlos -¿Tienes por ahi poción herbovitante?-Preguntó, aunque no estaba segura si toleraría a esa altura del mes la ingesta de sangre, no queria perder el control de Zorces -su alterego- aún estando en estado de convalescencia.

Con renovadas energías, invocó su varita en su mano, el arma de canelo negro apareció en el segundo en que lo pensó. Tras esto la pasó por sobre su ropa andrajosa, la cual quedó convertida en una elegante y cómoda túnica color negra azabache.

-Mucho mejor...- Añadió con una sonrisa de suficiencia.

~En el área de Mazmorras, esperando a un sanador(?)~

La presencia de la Nigromante se hizo presente en el área destinada a la resurrección mortífaga. Sin pensarlo puso su mano sobre una de las camillas cercanas a ella y se acercó hasta que su cadera hiciera contacto con el frio metal.

-Tanto tiempo sin volver a este lugar, y me encuentro que le han cambiado la estructura...- Pensó pasa si misma mientras algunas heridas de poca gravedad minaban la libertad de acción de la matriarca. Escuchó a lo lejos conversaciones entre lo que parecían ser las enfermeras del lugar, tal vez no se habían dado cuenta que otra paciente había llegado y esperaba ser atendida.

-¿Seguirá Zack atendiendo aqui?- Pensó en su hijo, a quien no había visto hace mucho tiempo.

Se quedó en ese lugar, esperando la llegada de una enfermera o sanadora, la verdad no sabría como estan las cosas ahora que el hospital se había cambiado... Sólo esperaba estar pronta en plena forma para salir a cazar aquella noche.

Tras semanas de ausencia debido a temas que no le concernían al mundo, la Nigromante apareció en la prisión mortífaga de Numengard, mientras su rostro -oculto tras la máscara que le protegía su identidad de los fenixianos- ya mostraba menos huellas de lo que había pasado en aquel periodo.

Caminó sin rumbo por la prisión, los dragones que la custodiaban lanzaban sendas llamaradas de humo al cielo, y volaban bajo, tratando de reconocer a la recién llegada. Sintió el viento que provocaban el batir de sus alas membranosas antes de descubrir su tatuaje de la marca tenebrosa. Al hacerlo, las imponentes bestias alzaron nuevamente el vuelo y volvieron a sus puntos de vigilancia.

-Es bueno volver a verlas nuevamente...- Saludó la Nigromante a la distancia mientras entraba a la edificación. Su misión aquella noche era montar guardia para asegurarse que no intrusos no atacaran la cárcel para quitarles el botín que sus compañeros habían obtenido.

Su caminar era altivo y silencioso, mientras que sus pensamientos divagaban en torno a las cosas que habían pasado desde su llegada al mundo mágico. Cuando una chillona y aguda voz se alzó por sobre los gritos de tortura de los fenixianos a esa hora de la noche. Su curiosidad innata la obligó a tomar un desvió del camino que la llevaba a la torre este para adentrarse en otros pasillos llenos de celdas con cadáveres de fenixianos o lo que quedaba de sus cuerpos al someterse al interrogatorio.

-Es un nuevo récord en agudos, creo...- Susurró Zorces en la mente de la Nigromante, a sabiendas que esto le provocaría una sonrisa que nadie vería por culpa de la máscara.

Llegó a la celda en cuestión y se dió cuenta que la prisionera tenía ya en su interior a un mortífago. La fenixiana parecía seguir riéndose como una lunática y defendiendo esos ideales que la Black sabía eran una repetición infinita del parlamento que les enseñaban en la Orden del fénix. Incluso se había preguntado si usarían esas máquinas lavacerebros que había visto una vez en esas películas muggles viejas que había visto una vez.

El mortífago comenzó a hablar y su hálito llegó hasta ella, supo entonces que estaba ebrio. Suspiró y decidió proseguir su camino, pasando por la celda en que estaba prisionero e intento de torturador. Gracias a sus sentidos desarrollados, pudo escuchar aunque no intencionalmente, cada palabra que decía su compañero de bando.

-Si ella supiera la de veces que le he escuchado decir lo mismo...- Pensó divertida mientras se alejaba de la torre. Conocía desde hacía tiempo a sus compañeros de bando y lo que había aprendido de ellos era a no dejarse llevar por las apariencias o por sus palabras, más si estaban acompañadas de destilados o fermentados que envolvían sus mentes.

Retomó su camino a la torre este, en donde le recibió una gentil brisa nocturna, que le refrescó y le permitió observar el horizonte. Así que simplemente se sentó y acomodó su capa de viaje que ocultaba su túnica carmesí mientras escudriñaba el paisaje, buscando intrusos y algo para matar el tiempo.

Blackimse guardó su varita a sabiendas que el rescate había terminado. Las defensas se habían materializado y la cárcel había vuelto a su estado normal mientras el sol del atardecer se colaba entre las rendijas de las ventanas y daba en la máscara de la mortífaga. Ésta sólo lanzó un largo suspiro mientras observaba a sus compañeros encargarse de los heridos y de asegurarse que el resto de los prisioneros no saliese.

La cárcel de Numengard se alzaba silenciosa en aquel lugar, vista sólo por aquellos dignos de la magia.

*************

OFF: Se da el rescate por terminado, por dificultades entre los que comandaron, se pasa el asunto a oficinas. Tanto Helike como Binfyeld quedan COMO PRISIONERAS, hasta que se dictamine lo contrario en oficinas.

Nos vemos.

Blackimse observó que ya estaba lista para lanzar sus fuegos negros de nivel 3, por lo que apuntó a su primera víctima, el lider Boss y su segunda víctima Goderic. Las bolas de fuego impactarían uno en cada uuno y les quemarían los huesos hasta matarlos y dejar sus cuerpos calcinados.

-Anular Corpus patronus...- Conjuró apuntando a Boss. El hechizo de invocación nunca podría llevarlo a cabo la lider fenixiano, mientras tanto seguía con sus ataques

-Anular aqueora- Conjuró de nuevo y el fenixiano Boss se quedaría sin su hechizo de protección.

-Fuego maldito.- 2 cóndores de fuego adultos nacieron de la varita de la Black y volaron desde la varita de la mortifaga hacia el pecho del lider Boss y de Goderic. Ambas bestias al impactar le quemarian el cuerpo a ambos fenixianos, que le provocaría la muerte en cosa de minutos si no hacía nada por defenderse.

-Vamos, se que estas aqui, unete a la fiesta ¿o ya te es el fin del mundo?- Preguntó Blackimse a Patrick

- Celerus Nicromantia Lingua- Con este hechizo hacia Boss, su dragón nunca apareceria al igual que el tercer hechizo no saldría debido a que junto con el hechizo se negaba la accion. Con esto patrick tambien se salvaba y la Black también por la ausencia de llamaradas.

-Episkey... Episkey- Conjuró apuntándose a sí misma para que el hechizo curase la ceguera que pronto le invadiría su cuerpo, mientras tanto sus hechizos estaban ganando poder y esquivando cualquier ataque que fuera en contra de ellos. era una precausión que la nigromante debía tomar para que no las destruyeran.

-Espero que no se te ocurra invocarlo de nuevo...- Indicó Blackimse al lider fenixiano, quien al parecer no sabía hacer mas que dragones desde las cosas más inimaginables.

Observó a su alrededor y suspiró.

Cuando estuvo lista y dispuesta, apuntó su varita de canelo negro al cielo y con voz firme conjuró

- Celerus Nicromantia Lingua- Con este hechizo hacia Goderic, el aqueora y el tercer hechizo no saldía debido a que junto con el hechizo se negaba la accion.

El tripio sectusempra no impactaría en ella por estar a 10 metros de distancia, fuera de rango.

-Fuego Negro, Fuego Negro- Ordenó y dos bolas de fuego negro aparecieron sobre la Black, las cuales comenzaron a crecer en tamaño y poder. Tendrían la orden especial de esquival cualquier ataque que les lanzacen. Además el cangrejo de fuego las incluiría en su rango de protección.

-Vamos...- Indicó la Nigromante mientras esperaba con ansias a los fenixianos. Quienes llevaban a tratar de vacias la ya abarrotada cárcel de Numengard.

La noche sería testigo de una gran batalla que pocas veces se dá en aquellos tiempos.

Blackimse vigilaba los alrededores de la prisión mortífaga, había llegado horas antes para cubrir las necesitades de la prisión abarrotada de almas fenixianas en pena.

El rosto cubierto por la máscara de la mortífaga no dejaba que los indeseables o enemigos de la Black supieran su verdadera identidad mientras que sus orbes chocolates pasaban despacio entre las celdas, repasando a los prisioneros que tenían a su haber.

Un rugido de dragón alertó a la Nigromante. Las defensas estaban inquietas.

-Veamos que pasa....-Dijo mientras se acercaba a la ventana de piedra. Lo que vió la sorprendió. Varios fenixianos intentaban penetrar en la prisión para rescatar a sus compañeros.

-Esto no se ve muy a menudo...- Dijo mientras se acomodaba su gabardina negra a su cuerpo y sostenía en su mano su varita de canelo negro. Pronto la marca tatuada en su piel comenzó a arder, confirmando la noticia que le enviaba su compañera Lisa: Los fenixianos estaban rescatando a sus prisioneros.

En cuanto la Black llegase a ver sus rivales, se ubicaría a 10 metros de ellos y se aseguraría de mantener esa distancia.

Formulario para reportar Asaltos a Mansiones Fenixianas, Negocios y Abbadon

Fecha: 13/04/2013

Mansión o Negocio Asaltado: Ice Cream Le Víf

Permiso del Alto(s) Rango(s) que acompañó On y Off Rol: Blackimse Black Rowle y Aleera Lux Evanik Malfoy

Participantes:

Mortífagos:

Blackimse Black Rowle

Aleera Lux Evanik Malfoy

Fenixianos:

Gaspard Collins (Sammuel Longbottom D.)

Link del Inicio del asalto: #88

Link del final del asalto: #97

Encargado de la logística: --

Comentarios (Capturados, Muertos):

Se mata y captura a Sammuel Longbottom D. (Personaje registrado)

Después de un largo tiempo fuera del mundo mágico, la Nigromante había aparecido en Numengard con aires tranquilos y sin e cansancio que la había caracterizado en los últimos meses. Su rostro permanecía oculto tras su habitual máscara de mortífaga, que le protegía su identidad ante los indeseables y rivales en todo momento.

Caminaba despacio entre los pasillos, observando con sus orbes chocolate las celdas abarrotadas de la prisión, canturreando de vez en cuando una melodía que se le había quedado pegada durante su estancia en el mundo muggle.

-¿Crees que alguno de estos demuestre la inteligencia como para hablar como un mago civilizado?- Preguntó Zorces desde su sello, mientras la matriarca observaba a los fenixianos presos en aquel lugar.

-No. Puede que algunos de ellos den luz de inteligencia cuasi normal, pero lo dudo...- Pensó Blackimse -Sólo una de ellas dió una buena conversación... Dudo que esté aquí en este momento, o en el mundo mágico- Añadió recordando aquella conversación con Jessie.

-Vamos a la torre sur- Pensó mientras se encaminaba hacia aquella torre. Su labor aquel día era vigilar la prisión y dar aviso en caso de presencia del contingente de fenixianos rescatadores. Mientras subía las escaleras de piedra y se enfrentaba al viento otoñal que ofrecía la terraza de la torre, pensó que tal vez el día estuviese tranquilo, pues la mitad de la orden del fénix se hallaba en Numengard... O escondida.

Hola chicos

Ni idea que Otto había sido reasignado a Derek (...), asi que estoy libre para algún otro pupilo que entre a la tutoria.

Asi que nos vemos por ahi, aunque tendre que hacer huelga frente a la compañía de internet para que un técnico me vaya a cambiar -de nuevo- el router t_t

*se arma de paciencia mientras espera al técnico para que vea su modem*

Tras ver la ultima defensa de Abbadon caer, la Nigromante rápidamente entró a la cárcel, no sabía si los fenixianos ya habrían dado la alarma y debían asumir que contaban con poco tiempo para rescatar a su compañera de bando. Sin perder tiempo levantó su varita en cuando vió a la prisionera a que entregaban varita, sin dudarlo lanzó su hechizo de protección.

-Celerus Detritus- Una capa de gas mágico la envolvió a ella y a Erath. El hechizo le protegería de cualquier hechizo que quisiese hacerle daño u obstaculizar la salida.

-Expectro protego- Esta vez, un hermoso hipógrifo adulto hecho de oscuridad se materializó ante la Nigromante, lanzando un gran chillido y moviendo sus alas emplumadas, esperándo sus órdenes.

-Protégela- Señaló a Lisa, mientras la bestia iba a cuidar a la mortífaga durante su existencia en aquel lugar. La bestia chilló y se colocó a un metro de Lisa, y la protegería en caso de cualquier cosa.

-Fuego Negro- Conjuró luego y la gran bola de fuego apareció sobre la Nigromante, la cual comenzó a adquirir poder y tamaño a medida que pasaba el tiempo. Cuando la bola de oscuridad alcanzace su máximo tamaño y poder, la lanzaría hacia hacía algún objetivo fenixiano, si es que se presentaban.

-Salgan pronto... No sabemos que puede pasar con los fenixianos- Dijo Blackimse a Lisa para que se apresuraran en salir de la cárcel de Abbadon.

Blackimse practicaba duelos en la fortaleza oscura, aprovechando el tiempo libre que tenía por la escasés de fenixianos. Tras lanzar un hechizo que terminó por explotar una gran pared de ladrillos, la marca tenebrosa grabada en su piel se abrió paso ante el tatuaje de halcón que le ocultaba. Ardiendo suavemente avisó a su dueña que la estaban invocando.

-Veo que algo se realizará...- Pensó mientras pasaba su varita de canelo por sobre su rostro. La máscara de mortífaga apareció sobre su rostro, ocultando su identidad ante los demás fenixianos.

Tras ajustarse la remera ajustada al cuerpo y revisar que sus shorts caqui no estuvieran sucios por el entrenamiento, desapareció envuelta en una nube de oscuridad, dejándose guiar por su Marca Tenebrosa.

Aterrizó en el estado de Quintana Roo, en una playa llamada Tulum (?). El sol que moría en el horizonte dejaba un hermoso paisaje a la Nigromante.

-Al menos se que el agua es tibia...- Indicó pensando en aguas mas frías en las cuales había nadado como parte de su entrenamiento. Tras conjurar un simple hechizo de casco burbuja, se metió en las cálidas aguas, nadando al menos 500 metros, siendo guiada por el ardor de su tatuaje. Tras unos minutos, divisó una caverna en la que entró y siguió silenciosamente.

Rompió superficie en una zona grande y oculta de la caverna, en donde la cárcel de Abbadon se alzaba silenciosa ante la Nigromante, mientras sus compañeros ya trabajaban en derribar las defensas. La misión era un rescate.

-Veamos si los fenixianos nos dan algo de pelea- Comentó mientras su varita pasaba entre sus dedos como una pequeña serpiente negra y caminaba con sus zapatillas de hacer deporte y ropa, ya mojada.

En caso de ubicar a un fenixiano se ubicaría a 10 metros y se aseguraría de mantener esa distancia a lo largo de la contienda.

Blackimse apareció sin mas en la prisión de Numengard. En cada mano llevaba una prisionera capturada hacía un par de horas e un asalto a una mansión.

-Mas prisioneros para Numengard...- Comentó traspasando las defensas de aquel lugar sin que éstas le hicieran daño alguno. Tras entrar a la edificación arrastrando los cadáveres de Mey y Adr, ambas fallecidas en combate, se concentró en buscar celdas disponibles.

-Aqui te quedas...- Indicó mientras metía en una celda el cadáver de Mey y a aseguraba cadenas mágicas a sus tobillos, con esto quedaría unida a la celda.

Tras cerrarle las heridas mediante hechizos, le introdujo unas gotas gotas de una poción que llevaba consigo entre sus ropajes. La poción le devolvería la vida, mas no la energía mínima necesaria para hacer magia.

Tras asegurarse que su corazón volvía a latir, salió de la celda y la cerró con magia, dirigiéndose a la celda que se ubicaba un piso mas arriba, en donde había otra celda disponible. La máscara de la mortífaga, que protegía su identidad, brillaba tenuemente con los primeros rayos de sol que se colaban entre las nubes de la mañana.

Dejó el cadáver de Adri en otra celda vacía y repitió el proceso de encadenar y revivir a la fenixiana tal y como lo hizo con la anterior prisionera. Tras asegurarse que Adri tenía pulso, salió de la celda, dejándola cerrada mediante magia.

Luego se dirigió a la torre sur, en donde se quedaría a realizar labores de vigilancia de la torre de Numengard.

Entrego el reporte de ayer madrugada, por motivos médicos no la pude entregar antes

Formulario para reportar Defensas a Mansiones Mortífagas Atacadas, Negocios y Numengard

Fecha: 25 Marzo de 2013

Mansión o Negocio Defendido: Numengard

Permiso del Alto(s) Rango(s) que acompañó On y Off Rol: Patrick Colt

Participantes:

Participantes de la Marca:

Lisa Weasley Rambaldi

Pik Malfoy Macnair

Hades Ragnarok

Mía Black Lestrange

Juve Aiiden Aiel Malfoy

Etoile Black

Patrick Colt

Blackimse Black Rowle

Andy Greyback

Participantes Odf:

Paú Gryffindor

Jessie Stabolito

Heliké Rambaldi Vladimir

Aimé Westrong

Jank Ravenclar R.

Adr.

Mei Black Delacour

Madelein Rambaldi

Sally Sigel

Link del Inicio del asalto:

Link del final del asalto:

Encargado de la logística: Etoile Black

Comentarios (Capturados, muertos, Rescatados):

Madeleine libre, sally queda adentro.

-Levicorpus- Conjuró de nuevo apuntando a Sally, quien quedaría colgada de sus tobillos otra vez mientras el billywig de la Nigromante pinchaba a Sally y la mandaba a volar descontroladamente durante un buen tiempo. Luego de eso moriría.

-Tu no te vas de aqui...- Indicó la Nigromante mientras seguía con los ataques en contra de los fenixianos.

-Fuego maldito.- 2 cóndores de fuego adultos nacieron de la varita de la Black y volaron desde la varita de la mortifaga hacia el pecho de las fenixianas pau y aimé. Ambas bestias al impactar le quemarian el pecho a la fenixiana, que le provocaría la muerte en cosa de minutos si no hacía nada por defenderse.

-Anular Corpus Patronus...- Conjuró apuntando a Paú. El hechizo de invocación nunca podría llevarlo a cabo la fenixiana, mientras tanto seguía con sus ataques, esperando una buena recepción de ellos.

-Vamos... Aqui estoy... sé mas raída querida... Dijo la Nigromante mientras se preparaba para pau

-Celerus Levicorpus- Conjuró de nuevo apuntando a Sally, quien quedaría colgada de sus tobillos otra vez mientras el billywig de la Nigromante pinchaba a Adr y la mandaba a volar descontroladamente durante un buen tiempo.

-Tu no te vas de aqui...- Indicó la Nigromante mientras seguía con los ataques en contra de los fenixianos.

-Fuego maldito.- 2 cóndores de fuego adultos nacieron de la varita de la Black y volaron desde la varita de la mortifaga hacia el pecho de la fenixiana Aimé. Ambas bestias al impactar le quemarian el pecho a la fenixiana, que le provocaría la muerte en cosa de minutos si no hacía nada por defenderse.

-Anular Aqueora...- Conjuró apuntando a Aimé. El hechizo de invocación nunca podría llevarlo a cabo la fenixiana, mientras tanto seguía con sus ataques, esperando una buena recepción de ellos.

-Vamos... Aqui estoy... sé mas raída querida... Dijo la Nigromante.

Blackimse terminó de hacer sus conjuros curativos

-Episkey, Episkey...- Dijo apuntándose a sí misma mientras recordaba que ya se había aplicado antes el episkey, mientras tanto, las bolas de fuego negro de nivel 3 decendían. La primera sobre Sally y la segunda sobre Mei. Ambas impactarían en sus cuerpos y le ocasionarían graves quemaduras que les ocasionarían la muerte si no hacían algo por curarse.

Mientras tanto, su pequeño billiwig hecho de oscuridad se dirigió a Sally y le pinchó con su aguda aguja. Dentro de poco comenzaría a flotar descontroladamente como un balón lleno de Helio.

-Fuego maldito.- 2 cóndores de fuego adultos nacieron de la varita de la Black y volaron desde la varita de la mortifaga hacia el pecho de la fenixiana Aimé. Ambas bestias al impactar le quemarian el pecho a la fenixiana, que le provocaría la muerte en cosa de minutos si no hacía nada por defenderse.

-Veamos si los fenixianos están llenos de gas. Pensó divertida mientras buscaba en sus bolsillos algo con que pincharla

Sin esperar a morirse de aburrimento mientras los fenixianos hacían el primer movimiento, alzó la varita en contra de Aimé y conjuró con varias florituras cortas y precisas:

-Nicromantia Lingua- Con aquel hechizo negaba la primera acción de Aimé, por lo que estaba protegida de su primera acción y por ende de su tercera acción. Habia que admitir que algo estaban mas lucidos los fenixianos... Entre tanta cobardía siempre había un acierto.

-Episkey- Pensó al ver que tenía un strellatus encima. El hechizo curativo curaría la falta de visión que amenazaba su campo de visión, pero no importaba pues su cangrejo de fuego le protegería de aquello que podía defenderla: Los rayos y otras bestias, a las cuales las mordería hasta matarlas o simplemente les lanzaría una bola de fuego.

-Séneca- Conjuró de nuevo apuntando a la misma fenixiana. El hechizo provocaría una grave deshidratación en la garganta de su objetivo. Aimé quedaría muda, tras lo cual no podría hacer ningún hechizo verbal durante un tiempo.

Siguiendo con los ataques, apuntó a la misma fenixiana y conjuró tranquilamente.

Cuando la Black viera a sus rivales, se ubicaría a 10 metros de ellos y se aseguraría de mantener esa distancia. Cuando estuvo lista y dispuesta, apuntó su varita de canelo negro al cielo y con voz firme conjuró.

-Celerus Expectro protego- Un poderoso cangrejo de fuego adulto nació de la varita de la Black y cayó pesadamente frente a ella, tenía la orden de proteger a su creadora y obedecer sus demás órdenes.

-Ven mi preciosa... vamos a jugar...- Canturreó.

Sin esperar a que los fenixianos llegasen, siguió preparándose para ellos.

-Fuego Negro, Fuego Negro- Ordenó y dos bolas de fuego negro aparecieron sobre la Black, las cuales comenzaron a crecer en tamaño y poder. Tendrían la orden especial de esquival cualquier ataque que les lanzacen. Además el cangrejo de fuego las incluiría en su rango de protección.

-Vamos...- Indicó la Nigromante mientras esperaba con ansias a los fenixianos. Quienes llevaban a tratar de vacias la ya abarrotada cárcel de Numengard.-Veamos que pueden hacer hoy- Dijo divertida la Nigromante mientras su varita se ovía ansiosa entre sus dedos, lista para lanzar el siguiente hechizo.

Aquella noche estrellada sería al fin interesante debido a la presencia de los magos de la orden del fénix.

Blackimse vigilaba los alrededores de la prisión mortífaga desde hacía unas horas, había llegado horas antes para cubrir las necesitades de la prisión abarrotada de almas fenixianas en pena.

El rosto cubierto por la máscara de la mortífaga no dejaba que los indeseables o enemigos de la Black supieran su verdadera identidad mientras que sus orbes chocolates pasaban despacio entre las celdas, repasando a los prisioneros que tenían a su haber.

Un rugido de dragón alertó a la Nigromante. Las defensas estaban inquietas.

-Veamos que pasa....-Dijo mientras se acercaba a la ventana de piedra. Lo que vió la sorprendió. Varios fenixianos intentaban penetrar en la prisión para rescatar a sus compañeros.

-Esto no se ve muy a menudo...- Dijo mientras se acomodaba su gabardina negra a su cuerpo y sostenía en su mano su varita de canelo negro. Pronto la marca tatuada en su piel comenzó a arder, confirmando la noticia: Los fenixianos estaban rescatando a sus prisioneros.

-Vengan mis amigos... Tenemos compañía- Siseó la Nigromante.

En cuanto la Black llegase a ver sus rivales, se ubicaría a 10 metros de ellos y se aseguraría de mantener esa distancia.

Tras ver la ultima defensa de Abbadon caer, la Nigromante rápidamente entró a la cárcel, no sabía si los fenixianos ya habrían dado la alarma y debían asumir que contaban con poco tiempo para rescatar a su compañera de bando.

Sin perder tiempo levantó su varita en cuando vió a Ashley entregar su varita a Lisa, la prisionera.

-Celerus Detritus- Una capa de gas mágico la envolvió a ella y a Lisa. El hechizo le protegería de cualquier hechizo que quisiese hacerle daño u obstaculizar la salida.

-Expectro protego- Esta vez, un hermoso hipógrifo adulto hecho de oscuridad se materializó ante la Nigromante, lanzando un gran chillido y esperándo sus órdenes.

-Protégela- Señaló a Lisa. La bestia cuidaría a la mortífaga mientras escapaba de la cárcel.

-Fuego Negro- Conjuró luego y la gran bola de fuego apareció sobre la Nigromante, la cual comenzó a adquirir poder y tamaño a medida que pasaba el tiempo. Cuando la bola de oscuridad alcanzace su máximo tamaño y poder, la lanzaría hacia hacía algún objetivo fenixiano, si es que se presentaban.

-Salgan pronto... No sabemos que puede pasar con los fenixianos- Dijo Blackimse a Lisa para que se apresuraran en salir de la cárcel de Abbadon.

Mientras tanto, se quedó atenta a cualquier presencia fenixiana que amenazara el éxito del rescate.