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Little G.

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Mensajes publicados por Little G.

  1. SEGUNDA PLANTA

     

    -Eso mismo les dije yo. -. Respondió la Rowle. La visita de las inefables había sido sorpresiva, sin duda. Sus pensamientos se desviaron, entonces, al cuerpo del fallecido y al cerebro del mismo. ¿Para qué lo querrían? La idea de trabajar con un cerebro humano no le parecía demasiado agradable -. Les he dado una copia del informe que presentaste en la Oficina del Ministro, así como información sobre las pruebas.

     

    Esperaba que los miembros del gabinete no se enojaran por el abuso que habían cometido al entregarle los documentos. Sin embargo, a su criterio el Ministerio debía trabajar en conjunto y el papeleo debía ser presentado en cualquier departamento que se relacionara con un tema en particular, sobre todo si este se trataba de un asesinato y su posterior investigación. Era absurdo que sucedieran inconvenientes como los que se habían presentado con el caso de Gringotts.

     

    -Cuarto 451, habitación de Jack Collins, uno de mis pacientes -. Informó a Anna. A pesar de que tenía trabajo pendiente, la castaña optó por aceptar la sugerencia de su jefa -. Me gustaría que no le dieran otros medicamentos. Está en periodo de prueba y le di un par de pociones -. Pidió al tiempo se separaba del mesón -. ¿Te importa si me voy a casa por el resto de la mañana? Regresaré para el turno de la tarde, para hacer las rondas. -. Añadió a modo de promesa

     

    Sabía que la Ryddleturn no se negaría a su temporal retiro. Como bien había dicho, debía guardar reposo. No era nada sano que en el último mes de embarazo estuviera moviéndose de aquí para allá con toda la libertad del mundo. Era peligroso y lo que menos deseaba era poner en peligro a su bebé. Se despidió de la jefa de la planta y se dirigió a los elevadores para marcharse a la mansión Black Lestrange no sin antes coger un par de historiales para revisarlos en la comodidad de su recámara.

  2. Cuando Little ingresó al aula de Adivinación esperó encontrarse algo totalmente diferente a lo que se presentó frente a sus ojos. Las facciones de la embarazada adoptaron un gesto de sorpresa y fascinación mientras que con lentitud se adentraba al gigantesco y deslumbrante jardín. En el medio, una fuente se erigía de forma esplendida, con el agua cristalina reflejando la silueta de la luna. Hacía una noche preciosa, estrellada y despejada.

     

    Cuanto más se acercaba a la fuente, podía detallar más y más cosas. Reconoció la estatua que sobresalía en ella, representando al Dios Neptuno. Estaba absorta en ella cuando, de reojo, notó que no era lo único que había en el extraño lugar. Al lado, a unos cuantos metros, había una cabaña de dos pisos, semejante a las casetas que los japoneses habitaban. Le dio la impresión, entonces, que la edificación había surgido de la nada y era parte del bosquecito.

     

    En la puerta, una pelirroja aguardaba. Aunque estaba sola, la Rowle no se sintió asustada por la presencia de la mujer. El aire del espacio abierto lograba otorgarle una sensación de paz y ligereza bastante agradable, dándole la impresión de que, como casi todo lo que rodeaba a los magos y las brujas, estaba repleto de magia y encanto. Vio como la extraña se sentó en el borde de la fuente y la invitaba a hacer lo mismo. En silencio, la joven sanadora obedeció.

     

    Las palabras profundas de quien sería su profesora la cautivaron, aumentando las ganas que tenía de aprender. La adivinación era una rama de la magia imprecisa, pero llamativa. Había optado por adquirir el conocimiento luego de mucho pensarlo. No solo era el deseo natural que nacía en su interior por aprender, ni su carácter curioso y especulativo. Ansiaba poder comprender otras cosas, entre ellas, la rareza y los secretos que resguardaba el futuro.

     

    Unas cuantas dudas asaltaron su mente, pero la matriarca las descartó con rapidez. Estaba allí porque así lo quería. Y no iba a retractarse de su decisión. Se levantó y siguió a la bruja, adentrándose en el interior de la desconocida casa de madera. Sus orbes mieles se toparon con un living, bastante cálido, provisto de una chimenea, un par de sillones mullidos y una pizarra. Al tiempo que se sentaba, la joven adoptó una postura atenta y decidida, a la espera de que la clase diera inicio.

     

    *****

     

    Hola ^^

    Mi nombre es Fabiola, tengo 16 años y vivo en Venezuela. Estoy en pleno proceso educativo y a un año de graduarme. Adoro escribir y leer, así como ver series y películas históricas. Soy más bien tranquila, pero tengo un carácter fuerte de sobrellevar. Me emociona aprender, gracias por impartir la clase (?) Espero que la tarea esté bien así, andaba algo dudosa. Saludos y besos. Nos leemos.

  3. Buenas, primero que todo disculpen las molestias y de antemano muchas gracias a quien pueda responder. Verán, estuve chequeando bóveda de los Currington y me di cuenta de que los ingresos llegan hasta febrero, con los cobros de miembros activos del mes de enero. Ahorita no estoy segura si posteé los de febrero, pero marzo y junio no aparecen (Omitiendo abril, que fue el mes en el que no acudí). Mi pregunta es, ¿Por qué? ¿Hubo algún inconveniente con mis post que son invalidos? ¿O es por cuestiones de tiempo que los duendes no han actualizado? Me preocupa saber que durante todo este tiempo ni un solo galeón le entró a nuestra bóveda y no sé si es que estoy haciendo las cosas mal.

  4. El ruido en las calles la alertó, pero tardó bastante tiempo en decidirse si debía salir o no a presenciar el cruel espectác***. Little G. Rowle se removió incómoda en el recibidor del hogar de los Black Lestrange y, aunque en el fondo no deseaba hacerlo, se asomó por los enormes ventanales que daban hacia la plaza, donde una cantidad asombrosa de gente se aglomeraba. Su mano se posó en el cristal y lo acarició, algo ausente, mientras las atronadoras palabras hacían eco en su cabeza.

     

    La carroza centellaba bajo el sol y desentonaba con la multitud. Felicity y Hugo, dos personas que también destacaba, se dirigían a los habitantes del pueblo con energía y emoción, como si realmente la celebración de los Juegos fuera motivo de regocijo. El aspecto que ambos presentaban era, ciertamente, excéntrico y ridíc***. Mas lo primordial no era los atuendos estrafalarios de aquellos dos.

     

    Sintió un vuelvo en el estómago al notar cuantos se mostraban dispuestos a inscribirse. Hacía mucho que la creatividad de los altos mandatarios no salía a relucir. No era de extrañar que, luego de tanto tiempo, decidieran realizar los famosos Juegos del Hambre. Sin embargo, lo que más inquietó a la embarazada no fue el número de seguidores que tenían los representantes del Capitolio, sino quienes estaban entre ellos. Había tantos conocidos…

     

    Aún a la distancia, podía distinguir la tez de su hermano Zack, quien lucía muy dispuesto a sobrellevar el peso de la competencia en sus hombros. Y aquella mirada en el rostro del Black fue lo que la incentivó a salir. A pesar de su avanzado estado, no le costó demasiado llegar al lugar donde el moreno se encontraba meditando. Se situó junto a él y le tocó el hombro, clavando con fijación sus orbes mieles llenos de reproche y angustia en él. ¿Realmente sabía y comprendía lo que implicaba su participación en aquel juego bélico y bárbaro?

     

    -No te hace falta nada… Estoy contigo -. Respondió al comentario que hacia tan solo unos minutos el vampiro había formulado. Solo esperaba ser capaz de poder ayudarlo a ganar.

     

    Nick e ID en HL.org:

    Little G. - 99175

    Número de Bóveda:

    #88520

    ¿A qué tributo apoyas?

    Zack Black Rowle

    Disponibilidad Horaria:

    De martes a domingo a partir de las diez de la mañana. Lunes únicamente a partir de las ocho (Venezuela)

  5. SEGUNDA PLANTA

     

    Recibió el beso de Anna con una leve sonrisa. Recordó, entonces, que efectivamente Hades se encontraría en la tercera planta colaborando con la infección que se había presentado. Suspiró con resignación. De verdad extrañaba las locuras de su colega, quien siempre se las ideaba para crear algo nuevo en el laboratorio. De todos los trabajadores de la segunda planta, el mago era el más extravagante e inventivo.

     

    -Yo también lo espero. -. Concordó la embarazada observando como la jefa de la planta se dedicaba a descartar y agrupar informes. Sus orbes mieles lucieron confusos por la pregunta de la Ryddleturn, pero luego recordó el reporte de las enfermeras y asintió -. Oh, se supone que está atendiendo un paciente. Dana, una de las enfermeras, está supervisándola.

     

    Con la visita de las inefables se le había olvidado por completo que Tais aguardaba indicaciones de alguno de los encargados del lugar. Se preocupó por la joven. Sabía por experiencia propia que deambular por una zona en la que no se tenía experiencia alguna no era fácil. ¿Cómo había sido tan descuidada? Le dirigió una mirada de disculpa a la rubia.

     

    -Debía estar pendiente. Lo que sucede es que, cuando llegué, me enteré que dos miembros del Departamento de Misterios llegaron preguntando sobre el asesinato en Gringotts, el de hace cuatro meses. Tuve que recibirlas -. Explicó la sanadora, recordando que aún debía informarle de aquello a Anna -. Buscaban el cuerpo del fallecido, específicamente su cerebro.

  6. SEGUNDA PLANTA

     

    La sanadora les sonrió de vuelta a las dos inefables, quienes súbitamente parecían más ansiosas y apuradas que antes. Akiza había hablado para despedirse, lo cual le pareció a Little algo educado de su parte. Aunque no se iban con las manos vacías, las muchachas parecían desanimadas. Por ello, deseó que pudieran encontrar el resto de las pistas y lograran descifrar el asesinato. Se levantó nuevamente para estrecharles la mano.

     

    -Espero haberles ayudado, de verdad. Es un placer -. La Haughton se había caído bien. Negó ante sus palabras y con un gesto hizo que la puerta se abriera mágicamente para dejarles el paso libre -. No se preocupen. Si tienen alguna duda o podemos colaborar de alguna otra forma, no duden en acudir a nosotros. -. La Rowle acarició su vientre con ternura y agradeció silenciosamente los deseos de Anne.

     

    Seguidamente, decidió salir de la oficina para ver que tal iba el asunto con Jack Collins. Se suponía que Dana, una de las enfermeras, se encontraba con la nueva aprendiz atendiéndolo. Optó por caminar hasta la habitación, pero se topó en el camino, frente al mostrador de la recepción a su jefa. Hacía mucho que no la veía y le pareció pertinente informarle sobre la visita del departamento de Misterios.

     

    -Anna -. Saludó la embarazada con ánimos. Observó como la bruja recogía un par de historiales para revisarlos. Realmente le hubiera gustado tener un asunto emocionante del cual encargarse. Las cosas en la planta estaban demasiado relajadas y el papeleo aburría a cualquiera -. Me alegra verte, tu y Hades andaban desaparecidos. ¿Llegaste hace mucho? -. Comentó la embarazada mientras se situaba a su lado y se apoyaba contra la mesa.

  7. SEGUNDA PLANTA con Akiza Ravenclaw H. y Anne K. Haughton

     

    A la Rowle no le agradaba en absoluto entorpecer el trabajo del Ministerio, por lo que se mostró amable y atenta con lo referente a la copia de los archivos. Solo esperaba que Anna, su jefa, no lo considerara un abuso a su autoridad. Formuló su mejor sonrisa y asintió ante las preguntas de la inefable, que parecía mucho más comunicativa que su compañera.

     

    -El cuerpo se quedó en la bóveda, asumo que Evarela o Afrodita, quienes vinieron hasta acá para solicitar nuestra ayuda, se habrán encargado de sepultarlo. Honestamente, no sé qué sucedió con él -. Contestó con sinceridad la embarazada mientras se levantaba de su asiento y caminaba hasta el archivero para buscar la copia del informe -. La sanadora Ryddleturn y yo nos encargamos de recoger un par de pruebas en el escenario y luego de analizarlas sacamos un par de conclusiones.

     

    Little tuvo que introducir el brazo hasta el fondo del cajón y al cabo de un par de minutos logró sacar una carpeta color violeta donde residían unas cuantas hojas de papel algo amarillento. Satisfecha, se la tendió a la joven inefable a la espera de que esta lo tomara y le echara una ojeada para continuar con las preguntas. Se colocó nuevamente en su sitio y esperó un instante antes de volver a hablar.

     

    Buenas tardes, me dirijo a usted para informarle de los progresos que tuvimos en el estudio de las pruebas sobre el fallecido que se encontró en el Banco de Gringotts.

     

    Las empleadas de San Mungo encontramos al fallecido sentado en una de las esquinas del lugar, tenía marcas de haber forcejeado con alguien y también encontramos muestras de sangre de alguien distinto al fallecido, aunque no hemos podido identificar a ninguno de los dos.

     

    El cadaver había sido envenenado, su muerte tuvo que ser dolorosa, puesto que el veneno había sido mal realizado, al adjuntar un sedante a este, probablemente porque el asesino tuviera cierto aprecio al fallecido, lo unico que logró es que la muerte fuera más lenta. La otra muestra de sangre que encontramos en la bóveda tenía muestras del veneno, aunque no sufriría sus efectos.

     

    Con todos los datos es probable que el crimen fuera pasional, pero sin más datos nosotras nos abstenemos de tomar un resultado final y solo expondremos las pruebas.

     

    Un saludo cordial...

     

    FDO: Anna T. Ryddleturn

    Jefa de Virus Mágicos y enfermedades mágicas en general. Envenenamientos por pociones y plantas.

     

    -Como bien puede leer, había marcas de forcejo en el cuerpo. Eso, sumado con las muestras de la sangre del fallecido, que revelaban una cantidad considerable de veneno, hizo que Anna dedujiera que podía tratarse de un crimen pasional. -. Añadió tratando de explicar la nota que la rubia había enviado a la Oficina del Ministro -. Las toxinas en la sangre revelaron que se trata del veneno de una serpiente. Para ser precisos, una mamba negra.

     

    La ojimiel selló los labios nuevamente. Deseaba que la poca información que proporcionaba les sirviera de algo. El asesinato de aquel hombre, también un posible suicidio, le producía una tremenda curiosidad y ansiaba que el culpable, si es que había uno, fuera detenido. El misterio era una de sus pasiones. Cruzó las piernas y miró con atención el rostro de la Haughton, esperando que esta procediera a cuestionar cualquier cosa que le llamara la atención o no comprendiera.

  8. A pesar de que su última visita había sido aproximadamente un mes, Little se dispuso a entrar a la enorme Trastienda en busca de otro animal. Sabía que cuando sus primas se enteraran de sus adquisiciones, montarían un melodrama y, posiblemente, discutirían. Aún así, la castaña se sentía satisfecha con las compras que había realizado y estaba segura que la que haría en esa ocasión no le originaría más problemas.

     

    Se acercó hasta la silueta de Evarela, quien lucía cansada e irritada, tal vez debido al trabajo de la tienda. Por un instante se preguntó que tan difícil y molesto resultaría ser miembro del Concilio. La embarazada compuso una sonrisa amistosa, que tenía cierto tinte de disculpa, en dirección a la bruja.

     

    -Buenas tardes, Eva -. saludó sin eliminar el gesto de sus facciones -. Lamento darte más trabajo, pero... -. Sacó del bolsillo un pergamino con el pedido listo y se lo entregó, aguardando pacientemente a que verificara si todo estaba en orden.

     

    ID: 99175

    Nick: Little G. Black Lestrange

    Bóveda: Bóveda de Little G.

    Fecha: 29-06-2012

     

    Nombre del producto: Perro ~Rue

    Objetos, Criatura o Poción: C

    Catalogación: X

    Puntos por unidad: 10 puntos

    Cantidad de unidades: 1

    Precio por unidad: 100 galeones

     

    Precio total: 100 galeones

    Total de Puntos: 10 puntos

     

    Rango Social del comprador: Unicornio de Bronce

  9. SEGUNDA PLANTA con Akiza Ravenclaw H. y Anne K. Haughton

     

    Recibió a las dos infables tas los toques de Ariana, quien abrió la puerta y las dejó pasar. La enfermera se veía animada, como si nada pudiera perturbarla, pero aquello no extrañó en absoluto a la sanadora. Estaba más que acostumbrada al comportamiento relajado de su asistente. Con un gesto la despachó y esta, regalándole una última sonrisa a las recién llegadas, se retiró.

     

    -El placer es mío, señorita Haughton, señorita Ravenclaw -. Little se levantó de su asiento con algo de dificultad. En su embarazo tan avanzado cada vez le costaba más realizar acciones sencillas -. Por favor, tomen asiento.

     

    La Rowle sonrió levemente al escuchar el torrente de preguntas proveniente de la bruja que respondía al nombre de Anne. Se preguntó si sería la primera vez que ambas salían de su departamento para realizar un interrogatorio y cuanto tiempo llevarían ejerciendo funciones ministeriales. Se notaba que estaban nerviosas y agitadas a pesar de estar cómodamente sentadas frente al escritorio.

     

    -Recientemente… Tanto como reciente, no sabría decirle. El suceso que investigamos mi jefa, Anna Ryddleturn, y yo data de hace aproximadamente tres meses. Pero, efectivamente, fue un asesinato que se produjo en una de las bóvedas de alta seguridad. -. La ojimiel se recostó contra el espaldar y trató de hacer memoria -. Me temo que el cuerpo no fue traído a San Mungo, pero si gusta puedo darle una copia del informe que presentamos ante la Oficina del Ministro sobre nuestros estudios y responder el resto de las dudas que tenga.

     

    Esperaba que la poca información que poseía la planta le sirviera a ambas para continuar con el caso. Cuando se desarrolló, Little se había mostrado interesada y deseosa de indagar más en el asunto. No obstante, la falta de muestras y pruebas les impidió el estudio profundo del suceso y las conclusiones dadas no eran más que meras suposiciones.

  10. RECEPCIÓN DE SAN MUNGO

    Enfermera Ariana con Akiza Ravenclaw H. y Anne K. Haughton

     

    Ariana sonrió alegremente, satisfecha por haber logrado su cometido. Podía darse cuenta que las dos inefables llevaban un buen rato esperando y les urgía terminar con su trabajo. No obstante, la soñadora enfermera no podía hacer más que conducirlas hasta la segunda planta, donde la verdadera experta aguardaba. Negó con suavidad ante las palabras de Anne, pero volvió a sonreír.

     

    -Soy la enfermera Ariana, trabajo para la segunda planta del hospital. Mi jefa, la sanadora Rowle me envió a buscarlas. Si me lo permiten, las llevaré hasta su oficina. Le aseguro que allí contara con toda la privacidad que necesiten -. Informó con cortesía mientras se dirigía nuevamente al elevador.

     

    Una vez las puertas se abrieron, la rubia dejó que las dos brujas ingresaran y luego hizo lo mismo. Presionó el botón con el número dos estampado y pronto se encontraron en su área de trabajo. Allí reinaba una quietud asombrosa, propia de los departamentos del hospital que carecían de emergencias. Akiza y Anne se vieron guiadas a través de múltiples pasillos y, finalmente, las tres se encontraron frente a un portón de madera oscura.

     

    -Sanadora Rowle, la señorita Haughton y la señorita Ravenclaw se encuentran aquí -. Notificó la enfermera al tiempo que tocaba con sus nudillos la puerta del despacho. Se escuchó un tenue “Hazlas pasar”, por lo que Ariana giró la perilla y abrió, dándole paso a las dos inefables. Adentro, Little se encontraba sentada cómodamente tras su escritorio, sabiendo que se avecinaba un pequeño interrogatorio.

  11. SEGUNDA PLANTA

     

    Las puertas del elevador se abrieron, dejando que Little saliera de su interior de se encaminara directamente a la recepción. Allí, una de las enfermeras que usualmente trabajaba con ella, Ariana, la esperaba pacientemente, jugueteando con una pluma. Una vez que la joven se dio cuenta que la embarazada había regresado, depositó el objeto sobre la mesa y cogió un par de carpetas, tendiéndoselas de inmediato.

     

    La Rowle leyó con rapidez el informe que la asistente había efectuado. Aparentemente la nueva aprendiz había llegado en la mañana, durante su cita con Jay. Se sintió aliviada al ver que Dana la mantenía ocupada con el caso del Señor Collins, pero no tuvo tiempo de analizar demasiado al asunto, pues su atención se enfocó en la última nota.

     

    Le resultó sumamente extraño el comunicado de que dos inefables requerían información sobre el asesinato que ella y Anna habían investigado hacía tanto tiempo, en compañía de Afrodita y Evarela, en el banco mágico. Se suponía que toda la información había sido enviada a la Oficina del Ministro y que había sido cerrado, o por lo menos la intervención de la segunda planta había dado por finalizada.

     

    -Ariana, quiero que bajes a la recepción y recibas a Anne K. Haughton y a Akiza Ravenclaw H. -. Ordenó la castaña antes de cerras las carpetas. -. No estoy segura, puede que sean dos casos diferentes, pero comunícales que la segunda planta se vio involucrada en una investigación sobre la muerte de un hombre en una de las bóvedas de Gringotts hace aproximadamente tres meses. Guíalas hasta mi oficina.

     

    La joven enfermera asintió algo confundida por la ansiedad de la ojimiel y se dirigió rápidamente hacia el ascensor. Little suspiró. Si bien era pertinente encargarse de que Tais se adaptara a la planta, el caso del asesinato en Gringotts era de vital importancia y con la ausencia de Anna y Hades alguien debía encargarse de ello. Además, cuando le había tocado participar en la

     

    Sin más, la embarazada dio media vuelta y se dispuso a encerrarse en su despacho a la espera que las dos inefables subieran para dar inicio al interrogatorio que seguramente tendrían preparado. No le parecía correcto hacerlas esperar.

     

    RECEPCIÓN DE SAN MUNGO

    Enfermera Ariana

     

    La rubia se removió inquieta dentro del ascensor. Si bien estaba dispuesta a obedecer con disciplina los mandatos de los sanadores, no le hacía ninguna gracia que la trataran como una secretaria. Últimamente su trabajo se limitaba al papeleo. Emitió un bufido antes de bajarse en la planta baja de San Mungo, donde reinaba un pequeño alboroto debido a las personas que buscaban desesperadamente una planta acorde a sus dolencias.

     

    -Mmm… ¿Serán aquellas? -. Ariana se mordió el labio inferior y se acercó con lentitud hasta la recepción, donde dos brujas aguardaban las indicaciones de la malhumorada mujer detrás del escaparate -. ¿Señorita Haughton, señorita Ravenclaw? Tengo entendido que requieren información sobre un asesinato… -. Dejó la frase al aire, esperando una confirmación.

  12. Antes del ataque

     

    La llegada de Adrian resultó un poco sorpresiva para la embarazada, quien se limitó a sonreírle con diversión. Definitivamente adoraba el carácter despreocupado y alborotado del muchacho. Lo siguió con diligencia hasta el salón de actos, ubicado a la izquierda. Las palabras de Gomita provocaron que su sonrisa se ampliara, para finalmente reír.

     

    -Pues sí. Soy la nueva profesora de danza. Aunque tengo una compañera, que no se ha presentado aún por cuestiones personales -. Informó a la gemela. -. Según tengo entendido, entonces, eres estudiante de música. ¿Mikael está contigo?

     

    Mientras se sentaba en una de las butacas pudo darse cuenta de Galedra, una bruja que reconocía por un breve encuentro en Tía Veneno hace meses, y otra joven, se unían al improvisado grupo compuesto por los dueños de la Academia, su persona, y Gomita. Sus orbes mieles se mostraron amables y saludó a las recién llegadas con una cabezada.

     

    -Adrian, ¿Podrías proceder a explicarnos que deseas hacer para la inauguración? Yo, por mi parte, opino que podríamos ofrecer un recital. Algo que incluya a los alumnos y a los profesores. Podríamos hacer toda una presentación, tomando en cuenta las tres clases que aquí se imparten -. Comentó la castaña, pensando que un concierto o una obra era lo que el lugar necesitaba.

  13. Little no pudo evitar sonreír ante el comentario de su prima, sabiendo que esta tenía toda la razón. Había estado a punto de no asistir. Claro que decírselo sería inapropiado. Se alegró al ver que la Currington recibía el presente con entusiasmo y cierto alivio la invadió al escuchar la voz de Roxie aproximándose. Le resultaba gracioso ver el agite de las muchachas, quienes parecían querer hacer varias cosas.

     

    -Estoy bien, Roxie, gracias por preguntar. -. Sonrió y se dispuso a sacar una cajita de terciopelo verde de su carterita, para tendérselo a la muchacha. Era un paquete igual al de Dorothy, pero en este residía el anillo color amarillo. -. Felicidades. Espero que te guste. Hace juego con el de SoamilyG y el de Do.

     

    El lugar parecía llenarse de más y más personas y la Rowle no comprendía de donde provenía tanta gente. Si bien en Ottery residían aproximadamente cincuenta familias, ver a una aglomeración de personas en un acto tan sencillo le resultaba asombroso. Recordó, entonces, que también debía buscar a Niqquita y Lisa. ¿Dónde podía encontrarlas? Además, faltaba el regalo de SoamilyG.

     

    -Oh, Roxie eso suena fabuloso -. La idea de realizar un pequeño evento para su bebé era encantadora -. ¿De verdad crees poder encargarte de ello? -. Fue entonces cuando notó a Kriss algo alejada del grupo -. ¿Tú qué crees, Kriss? ¿El Edificio será un buen lugar para celebrar un evento privado?

  14. TERCERA PLANTA con Jay

     

    Los orbes mieles de la sanadora se humedecieron levemente al escuchar el latido del corazón del bebé mientras la imagen, al principio difusa, iba cobrando vida. Algo cálido se instaló en su pecho y logró enmudecerla. Las palabras de Jay hicieron eco en su cabeza, pero no atinó a responder nada en concreto. El rostro de la Rowle denotó felicidad, aunque no estaba plenamente consciente de ello. Se quedó admirando la pequeña silueta del bebé, su hija.

     

    -Es… hermosa -. Musitó con un nudo en la garganta, sintiendo que lloraría. Recordó la boda de Sol y Keaton, cuando su mejor amigo le había comentado casi por accidente que ella la sentía.

     

    La imagen desapareció, mas Little se mantuvo en un estupor inigualable, del que posiblemente no saldría en las próximas horas. Pensó, entonces, en el padre de la chiquilla que se gestaba en su interior. Sin saber por qué, se sintió mal. Él nunca lo sabría. Su hija no tendría figura paterna a la cual admirar ni seguir y debería conformarse con sus atenciones. La voz de la sanadora la sacó de sus cavilaciones, por lo que rápidamente cogió la foto que esta le tendía.

     

    Sintió como la mujer la ayudaba a bajar de la camilla y la posicionaba en la pesa al tiempo que mencionaba algunas recomendaciones sobre la dieta que debía seguir. Finalmente clavó la mirada en ella. Internamente quiso preguntarle cómo se desenvolvía con la tarea de ser madre, pues bien sabía que no era tarea fácil cuidar de otra persona. Estaba tan confusa, que ni siquiera comprendía su propio estado de ánimo.

     

    -Gracias, Jay, eres muy atenta… -. Sonrió ligeramente, algo incómodo. Súbitamente se sentía cansada y la marea de ideas y sentimientos que la embargaban no ayudaban para nada -. Te prometo que me portaré bien y haré todo lo que dijiste. -. Acarició con afecto su abultado vientre, pensativa -. Creo que debería marcharme, sé que tienen mucho trabajo. ¿Podrías por favor, si ves a Ethiane, decirle que me gustaría hablar con ella?

     

    Little sabía que la tercera plantaba estaba atiborrada de personas y no deseaba ocupar más el tiempo de la bruja, por lo que prefirió marcharse. Aferró con delicadeza la foto mágica entre sus manos, aún con aquel sentimiento agridulce en la boca del estómago. Se despidió de la Haughton y se encaminó hacia el área de los ascensores para bajar a la segunda planta.

     

    SEGUNDA PLANTA

    Enfermera Dana, con Tais.

     

    La morena dejó que Tais ingresara a la habitación, donde los Collis esperaban pacientemente la llegada de la sanadora. Diana, la mujer del paciente, lució preocupada y se levantó de la silla donde se lallaba. Los niños, de aproximadamente diez y trece años, observaron a las dos brujas con curiosidad. Dana suspiró y se acercó hasta la camilla.

     

    -Señores Collis, esta es Tais Black, la nueva aprendiz de la planta -. Hizo las presentaciones mientras depositaba el libro sobre la mesa que se encontraba al lado Jack -. La sanadora Little vendrá en un momento. ¿Cómo se siente?

     

    -Los mareos continúan, pero las náuseas han disminuido -. Contestó de forma diligente el hombre, que parecía haberse calmado con las pociones. Aquello alegró a la enfermera, quien se giró hacia la aprendiz.

     

    -El señor Collins es nuestro paciente. Ingresó esta mañana al hospital, con fuertes dolores de cabeza y muchísimas ganas de vomitar -. Informó para que la Black comenzara a tomar nota mental del caso -. La sanadora Little ha decidido aplicarle Esencia de Rue, un material que solemos usar como calmante y/o sedante, y poción vigorizante, para darle energía. Esperamos que surja efecto, algo que aparentemente está sucediendo.

     

    Aunque deseaba darle más indicaciones a la joven, sabía que no podía proceder sin el permiso de un superior. Por ello, se limitaría a responder cualquier duda que Tais tuviera sobre el caso y enseñarle una que otra cosa sobre la sanación. Así pronto podría familiarizarse con los materiales, pociones y instrumentos que se usaban en la planta de virus y enfermedades mágicas.

  15. Little G. se apareció cerca de los jardines de la Academia, esperando no toparse con nadie en el sitio que usualmente los estudiantes empleaban para relajarse. Sabía muy bien que la ceremonia se celebraría por los alrededores, por lo que no le tomó demasiado tiempo encontrar a la gran cantidad de personas que se aglomeraban para celebrar a los recién graduados. La gente se removía por la zona, tratando de encontrar a sus allegados para entregar los presentes y saludar a los conocidos.

     

    Emitiendo un suspiro de resignación, la embaraza, que se encontraba enfundada en un largo vestido color violeta que cubría su estado a la perfección, se encaminó directamente hacia los magos y las brujas, deseando poder hallar a su prima rápidamente. Aquel día no era el más propicio para salir. Recordó como había pensado en no asistir al evento, después de todo se sentía sumamente cansada, pero la conciencia no le había permitido quedarse en casa.

     

    La Rowle se removió incómoda entre las personas en busca de Dorothy, Soa o Roxie. Sus orbes mieles se pasearon en el lugar con incredulidad. Era la primera vez que a una graduación acudían tantos familiares y amigos. Era como si las graduadas conocieran a la mitad de Ottery y, posiblemente, así fuera. Arqueó una de las cejas y finalmente dio con la figura de la Currignton, rodeada de cinco personas más.

     

    -Esto parece más una gala que una graduación -. Comentó la castaña una vez se encontró junto a las ojisverdes y el grupo que la secundaba. Reconoció a la pequeña Kriss, a Dylan, a Jay y, vagamente, a Only y Lilian, los tíos sanguíneos de Dorothy. -. Lamento interrumpir, solo será un instante -. Inclinó la cabeza en un saludo cordial y amable antes de fijar la mirada en su prima -. Felicidades, no sabes lo orgullosa que me siento. Parece que fue ayer cuando llegaste al Edificio… -. Una amplia sonrisa se dibujó en los labios de la embarazada.

     

    Esperaba que la muchacha no se tomara la falta de emoción como una ofensa, pues lo que menos deseaba era hacerla enojar. Little abrió con delicadeza la carterita que cargaba en las manos y sacó de ella una pequeña caja de terciopelo azul marino, donde residía uno de los tres anillos que había comprado, específicamente el color verde. Se lo tendió a la recién graduada y le palmeó con afecto el mentón.

     

    -Quería entregártelo cuando estuvieras con SoamilyG y Roxanne, pero… No creo que pueda encontrarlas entre toda esta gente. Espero que te guste -. Aguardó un instante antes de cerrar la cartera y volver a hablar -. Es ostentoso, pero asumí que siendo hija de Celia apreciarías la joya tanto como yo. Mis padres me regalaron uno parecido el día de mi graduación -. Estiró su propia mano dejando ver el objeto demostrando que para ella el presente que le estaba dando significaba más que diamantes y zircón.

  16. Días después.

     

    La cita con Adrian la había entusiasmado. Pensar que ahora podría encargarse de impartirle clases de danza a quien lo deseara resultaba gratificante. De pequeña había aprendido mucho sobre el ballet y los continuos viajes a los que era sometida por Valkyria la llevaran a apasionarse sobre otros bailes típicos de las regiones europeas y asiáticas. Little sabía mucho sobre ello. Además, contaba con el aprendizaje casero que Dorothy había vivido.

     

    Ingresó por la puerta del teatro. La embarazada llevaba el cabello liso, cayendo como una cortina por su espalda hasta la cintura, sobre la tela de su blusa estampada. Traía puestos unos jeans y unos tacos bajos color negro. El atuendo dejaba en claro su estado, pero no por ello disminuía la hermosura de la Rowle.

     

    -¿Gomita? -. Se sorprendió al encontrar a la joven, a quien no veía desde hacía mucho tiempo, en medio de la recepción. No había rastros de nadie aparte de la recepcionista, pero supuso que la gemela estaba buscando a alguien en particular -. Oh, vienes por las clases -. Sabía de aquello pues Little se había encargado de entregar el formulario a Adrian cuando aquella extraña lo había roto en pedazos. -. ¿Música, cierto?

     

    A pesar de que sabía que debía subir al aula para organizar las cosas que usaría y empezar con un plan de enseñanza, no se movió de donde estaba. No le parecía correcto dejar a la joven esperando allí cuando bien era sabido por los integrantes de Art & Vita que el cupo para profesor de música no se había llenado.

  17. TERCERA PLANTA con Jay

     

    Little obedeció las instrucciones de la sanadora, tendiéndole la mano derecha para que esta pudiera tomarle el pulso y la presión. Estaba acostumbrada al procedimiento, no solo por las citas con Bodrik sino por sus propios conocimientos. Sabía muy bien que era lo que debía y lo que no debía hacer. Vio como Jay anotaba un par de cosas en el historial médico para después alejarse y buscar un par de instrumentos.

     

    -Espere, por favor -. Cogió el envase con el líquido azul y bebió su contenido con lentitud. Súbitamente se había puesto nerviosa -. ¿Con el ultrasonido podrá determinar el sexo, verdad?

     

    Sabía de antemano que la respuesta sería afirmativa, pero por alguna razón la idea de ver la silueta de su futuro bebé empezaba a aterrarla. Cuando había visitado a Boo por primera vez se había negado al examen porque no deseaba enterarse de cómo sería su hijo o hija. Ahora, tenía la posibilidad de conocerlo de una forma más específica, muy diferente.

     

    Removió sus manos nerviosas y se acostó sobre la camilla, sintiendo un nudo en el estómago. Anhelaba la llegada del nacimiento de su primogénito, pues desde que se había enterado de su embarazo la idea de tenerlo en brazos la emocionaba. Aún así, algo en su interior se inquietaba, como si la mera idea de ver el eco terminara de despejarle todas las dudas que tenía y no sabía si aquello era bueno o malo.

     

    SEGUNDA PLANTA

    Enfermera Dana con Tais.

     

    La enfermera se sintió un poco culpable al ver la pena de la chica, pero no se atrevió a disculparse. Esperaba que entendiera que los asuntos de San Mungo podían representar una línea delgada entre la vida y la muerte. Todo podía pasar y el trabajo de los miembros del hospital era manejar cualquier problema con positivismo. Le sonrió levemente, con algo de condesendencia.

     

    -Bien, entonces sígueme -. La guió a través de los pasillos, señalando las diferentes habitaciones y eexplicando para que se usaban -. La mayoría de ellas se encuentran habitadas por los pacientes más graves. Del otro lado, atendemos a los de menor rigor.

     

    Seguidamente, se plantó frente al cuarto de Jack Collins y abrió la puerta, dejando pasar a la aprendi. Quedaba explicarle cómo se desarrollaba el caso y lo que debían hacer. Adentro se encontraba Jack, junto a su esposa Diana y sus hijos.

  18. La Rowle entornó los ojos ante la respuesta de Pik, quien parecía querer hacerla quedar como una insensata. Debía reconocer que hacía años su comportamiento no era el más tranquilo, pero había madurado y era capaz de mantenerse a raya si la situación así lo requería. Y no había dudas con respecto al hecho de que su embarazo la mantenía relativamente menos inquieta.

     

    -Te recuerdo que de las tres la más apacible soy yo -. Añadió con una mueca de desdén. En el fondo sabía que era mentira, pero no iba a darle el gusto al Macnair de saberlo.

     

    Marion irrumpió en la conversación, animada con la idea de invitar a Bridget a unírseles. Su hermano se mostró serio y frío. Instintivamente le acarició el cabello con dulzura, entendiendo que algo había sucedido para que aquellos dos mantuvieran distancias. Pudo notar como la bruja los saludaba y elevó una de sus manos para responderle.

     

    La Black Lestrange continuo hablando, contestando con amabilidad la pregunta que Dorothy había formulado, al igual que el demonio. Le alegraba ver que poco a poco su prima iba integrándose al grupo. Sonrió levemente aunque el gesto no duró más que un instante. La rubia había cogido un puño de arena y lo había estrellado en el pecho de Zack, quien sonreía falsamente irritado por la broma e intentaba devolvérsela.

     

    -Hace siglos que no veía uno de esos -. Comentó la castaña al notar que Marion aparecía un balón de voleibol. Paseó sus orbes mieles por los rostros de sus acompañantes -. Me encantaría jugar, pero me temo que no puedo moverme demasiado -. Rió divertida mientras acariciaba con suavidad su abultado vientre y se recostó sobre el espaldar, dándoles a entender que en su estado le era imposible hacer un esfuerzo físico tan intenso -. ¿Por qué no hacen parejas? Seré el árbitro.

     

    Con un gesto alentó a Dorothy a que se levantara y se uniera. Seguramente la idea le agradaría y le ayudaría a deshacerse de la timidez que la caracterizaba. Little se fijó en el torso desnudo de su hermano y la camisa de red de su amiga. Arqueó una ceja, preguntándose si lo más adecuado no sería que se cubrieran. El sol podría hacer estragos con la piel de los vampiros.

     

    -Terminarán insolados -. Advirtió al tiempo que cogía su cartera y sacaba de ella unos lentes de sol. Se incorporó sobre el asiento y se deshizo del vestido, dejando su cuerpo cubierto únicamente por el traje de baño de lunares que se había puesto. Se clocó nuevamente en su anterior posición y aguardó pacientemente a que el partido amistoso comenzara.

  19. TERCERA PLANTA

    Con Bodrik y después con Jay (?)

     

    Al recibir la respuesta de Bodrik, Little suspiró y se dirigió a la zona de la sillas donde usualmente las madres se sentaban. La planta se encontraba en silencio y la ausencia de las enfermeras la extrañó. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo de comenzar a pensar en algo en particular, pues la súbita llegada de Anna logró sorprenderla.

     

    La jefa de la segunda planta se adentró al consultorio de la muchacha, sin cuidado. Era raro verla tan alterada y la Rowle sabía que debía tratarse de algo serio. Se levantó de la silla y se acercó, escuchando las últimas palabras. Al instante se preocupó y trató de divisar a su recién nacido sobrino. Pudo notar, al fondo del lugar, a Jay, Dylan y los gemelos.

     

    Quiso ofrecer ayuda, pero en el fondo sabía que no haría más que estorbar. Le regaló una sonrisa a Jay y asintió con serenidad, siguiéndola hasta otro de los consultorios. A pesar de que conocía a la reciente madre, esta se comportaba de una forma cordial y profesional que le recordó a ella misma en sus tiempos de aprendiz.

     

    -Un vaso de agua estaría bien, gracias -. Accedió, considerando maleducado no hacerlo. El líquido le serviría para tranquilizarse. Después de todo, el tema de Zathiel la había dejado angustiada. ¿Dónde estaría su hermana? -. Inusual, nada en particular. La verdad es que todo está perfecto. Solo me gustaría asegurarme de que mi diagnóstico no es errado. Con ocho meses no está de más prevenir.

     

    Se preometió a si misma que en cuanto terminara la consulta acudiría hasta Bodrik para preguntarle sobre el estado de salud del bebé de Tita y Zeth. Rogaba a Merlín porque nada malo le sucediera. Sus orbes mieles se desviaron brevemente hasta la puerta, empezando a notar que por poco se le olvidaban sus obligaciones en la segunda planta. Todavía debía ocuparse del caso de Jack.

     

    SEGUNDA PLANTA

    Enfermera Dana, con Tais.

     

    La morena negó al ver como la joven aprendiz reía ante el comentario. Para todo el personal de San Mungo aquella explosión había sido una tragedia. Recordó con cierto pesar que toda el ala de pediatría y el retén habían desaparecido justo en el instante en el que un parto se desarrollaba. A su vez, las demás plantas se habían encontrado con sus relativos casos.

     

    -Es muy serio, créeme. Puede suceder cualquier cosa -. La reprendió a la par que salían del laboratorio con el segundo tomo de Enfermedades Mágicas -. ¿Trabajar? Mmm… No hay mucho que hacer. Aunque la sanadora Little tiene un caso con un hombre que padece un par de jaquecas… ¿Qué te parece si le echamos un vistazo? No creo que se enoje por ello.

  20. SEGUNDA PLANTA

    Enfermera Dana, con Tais.

     

    Dana dibujó una pequeña sonrisa y le hizo un gesto a la castaña para que la acompañara por los pasillos. El entusiasmo de la muchacha sería bien recibido por las sanadoras, a quienes los nuevos siempre les agradaban. Tener gente nueva era refrescante y esperaba que esta vez la aprendiza durara.

     

    -No te sientas mal por no ser sanadora -. Comentó mientras se encaminaban directamente al laboratorio, que seguramente estaba desolado. -. Generalmente en las plantas hay dos o tres encargados además del jefe, el puesto de los aprendices es para aquellos estudiantes que deseen hacer sus pasantías y experimentar.

     

    Quería dejarle bien en claro que el error de administración no era motivo de preocupación o tristeza. Una vez que terminara la academia podría formar parte del hospital o del ministerio de manera permanente. La misma Little había pasado por esa situación.

     

    Abrió la puerta de la zona donde se guardaban las pociones, antídotos, materiales y demás. En los estantes podían apreciarse centenares de implementos que solían usar para la creación de nuevas curas y venenos. Era un área restringida, que requería sumo cuidado y dedicación.

     

    -Por favor, colócate este traje -. Señaló una hilera donde se ubicaban al menos cinco trajes especializados que cubrían el cuerpo y el rostro de quien necesitara ingresar al recinto -. Esta habitación se usa para fabricar pociones. El sanador Ryddleturn adora pasar horas aquí encerrado -. Informó divertida. -. Los enfemeros y los elfos entramos solo bajo las órdenes de los superiores, para buscar materiales o instrumentos.

     

    Comenzó a explicarle la utilidad de la sala, así como algunos de los líquidos y objetos que relucían en los estantes. Quería que al menos aprendiera lo poco que sabía. Seguidamente, le mostró el fondo del recinto, donde unas pequeñas librerías se mantenían repletas de libros y todos los tamaños y colores. Dana depositó el ejemplar que llevaba en la mano dentro de ella y cogió otro, similar.

     

    -Nunca toques nada a menos de que así te lo ordenen. Una imprudencia es capaz de ocasionar una tragedia -. Advirtió con cierta severidad la morena -. Una vez, incluso, hizo estallar el hospital entero. -. añadió, dándole un toque dramático y misterioso.

  21. SEGUNDA PLANTA

    Enfermera Dana, con Tais.

     

    La morena suspiró profundamente ante las palabras de la joven. Ahora comprendía porqué lucía tan confusa y perdida. Usualmente los pacientes se presentaban chillando de manera histérica solicitando intervención médica. Con un gesto le indicó que la siguiera hasta el mostrador, donde otro grupito de mujeres y hombres cuchicheaba.

     

    Cogió de entre las carpetas la que tenía los nombres de los trabajadores. Al ser los principales, los nombres de los sanadores y aprendices encabezan la lista. Rápidamente encontró el nombre de Tais Black, quien había solicitado el puesto. Miró a la pelioscuro con detenimiento, dudosa de cómo proceder.

     

    -Mi nombre es Dana, soy una de las enfermeras de la planta -. Se presentó, finalmente -. Imagino que eres Tais. Ciertamente hay un pequeño error, pero eso puedes aclararlo luego con administración. -. Depositó la carpeta en la mesa -. La encargada de la segunda planta es la sanadora Anna Ryddleturn, pero ha salido de viaje. Le siguen Little G. Rowle y Hades Ryddleturn, quienes se encuentran en estos momentos atendiendo unos asuntos de urgencia.

     

    Nunca le había tocado recibir a los nuevos, ni mucho menos asignarles nuevas obligaciones. Anna siempre se mostraba dispuesta y paciente con ellos, pero la enfermera comprendía que eso iba más allá de sus obligaciones. Aún así, ante la ausencia de los tres sanadores, optó por mantener ocupada a la joven hasta que alguno se presentara.

     

    -¿Te apetecería conocer el lugar? Así podrías familiarizarte con el área -. Preguntó con cortesía y amabilidad. Aún llevaba en la mano el ejemplar que la Rowle le había entregado y debía darle una vuelta a los laboratorios.

  22. SEGUNDA PLANTA

    Enfermera Dana recibiendo a Tais.

     

    Luego de que la sanadora le entregara el libro, la morena lanzó un suspiro resignado. Tenía ganas de echarse a dormir y el trabajo acumulado comenzaba a fastidiarla enormemente. Se dispuso a dar media vuelta y obedecer las órdenes de la superiora, pero la súbita llegada de una joven desconocida la alertó.

     

    -Buenas tardes, ¿Puedo ayudarla? -. Saludó con educación a la par que se acercaba a la recién llegada.

     

    Podía notar que se veía sumamente perdida y parecía buscar a alguien que la guiara. Dana no estaba segura de que debía hacer, después de todo era una simple enfermera. Esperaba de corazón que Little G. no tardara y regresara cuanto antes para encargarse del asunto. Lidiar con la gente no era una de sus mejores facultades y tampoco le agradaba demasiado la idea.

     

    A ciencia cierta, ni siquiera entendía las razones por las cuales laoraba en el hospital, ni mucho menos como había terminado en la planta más problemática de todo el lugar. Sus orbes pardos analizaron a la joven con detenimiento, estudiándola. Si resultaba ser una de las nuevas aprendices, le tocaría darle un recorrido. ¿Dónde demonios habían terminado todos los sanadores de aquella planta?

  23. SEGUNDA PLANTA – Rondas

     

    A sabiendas que Dana la seguía, la sanadora le entregó el enorme libro de enfermedades mágicas y le indicó que fuera al laboratorio en busca del segundo tomo. Si sus sospechas eran correctas, el paciente tardaría un poco en reaccionar a las pociones que le había suministrado y les revelaría, entonces, que es lo que le sucedía.

     

    Seguidamente, se encaminó hacia los ascensores. La tarde había avanzado bastante, por lo cual debía darse prisa. No había rastros de Anna o Hades en la planta y todo parecía estar sumamente tranquilo y relajado. Como de costumbre, la segunda planta se mantenía serena después de un enorme altercado.

     

    Little sonrió y presionó el botoncito para llamar al aparato. Taconeó ansiosamente contra las baldosas del suelo y una vez las puertas se abrieron, se introdujo en el elevador y marcó el número tres que lucía la pared frontal. No tardó ni veinte segundos en encontrarse en el área de maternidad y pediatría.

     

    TERCERA PLANTA – Buscando a Bodrik (?)

     

    La tercera planta, el lugar en el que había laborado como aprendiz hacía tres años, la recibió en completo mutismo. Las enfermeras parecían haber desaparecido y el aire eran tenso y lúgubre. Arqueó una de sus perfectas cejas y, sin prestarle atención a nada en particular, se encaminó al consultorio donde usualmente Bodrik la atendía.

     

    -Boo, ¿Estás allí? -. Esperaba que a la joven no se le hubiera olvidado la cita que tenían pendiente y, aún más, no deseaba molestar por lo que se negó a entrar hasta que la jefa de la planta le diera permiso de hacerlo.

     

    Mientras aguardaba dirigió sus orbes mieles a los pasillos consecuentes, con recelo. Todo estaba demasiado extraño y sintió, de pronto, como si se estuviera perdiendo de algo. A lo lejos se escuchaba un leve ajetreo, algo inusual en un área tan pacífica como lo era la de maternidad y pediatría.

     

    Sin más, la embarazada se removió incómoda y fijó nuevamente su atención en la puerta de la oficina, ansiosa por salir de su revisión y volver al trabajo en su respectiva planta. Con sus compañeros ausentes, lo menos que podía hacer era encargarse de que todo estuviera en orden.

  24. SEGUNDA PLANTA – Rondas

     

    -Ya le expliqué, sanadora Rowle. -. Contestó con voz cansina e irritada. Ante esto, Little frunció los labios. Su humor tampoco era el mejor. Sin embargo, aunque necesitaba la colaboración del hombre, prefirió no volverle a hablar.

     

    Pasada media hora, cuando la señora Simons se presentó en la segunda planta del hospital, Little empezaba a perder la paciencia. Jack había cedido al ver como su mujer traspasaba la puerta de la habitación 451 e intentó no quejarse cuando las enfermeras iniciaron el tratamiento a base de las pociones que las elfinas habían traído.

     

    Mientras la pareja discutía en voz baja el ataque de histeria que había presentado el paciente, la Rowle se dedicó a analizar el libro de enfermedades mágicas que Dana había conseguido. Los síntomas que se habían mostrado no señalaban gran cosa y la castaña sabía que tendrían que esperar la reacción de los medicamentos en el organismo para determinar que hacer a continuación.

     

    -Muy bien, Srs. Simons -. Ambos se giraron para encarar a la embarazada, quien le regresaba el ejemplar a las dos enfermeras para que estas lo sostuvieran -. Debido a la falta de algo concreto, no puedo dar un diagnóstico. Me gustaría esperar a ver qué reacción tendrán las pociones, por lo que lamento informarles que tendrán que quedarse aquí un buen rato.

     

    -Disculpe, ¿Qué hay de mis hijos? ¿Pueden pasar a ver a su padre? -. La esposa de Jack, quien según tenía entendido respondía al nombre de Diana, se mostró preocupada y compungida.

     

    -No tengo inconvenientes, siempre y cuando se mantengan en el cuarto y no molesten a los demás pacientes. Ariana se quedará aquí y estará a su entera disposición -. La joven rubia miró confusa a la ojimiel, pero no se atrevió a contradecirla -. Vendré dentro de una hora, por favor si surge alguna complicación no duden en avisarme. Dana, acompáñame -. La morena asintió y abandonó la habitación detrás de la bruja.

  25. La sanadora le sonrió con condescendencia a Marion, quien no se veía nada contenta por el suceso anterior. Lisa no era de las que se rendían fácilmente, pero, de igual manera, su amiga no se dejaba seducir por cualquiera. Después de todo, como bien había especificado tenía muy claros sus gustos. Hizo un enorme esfuerzo por no reír.

     

    -Ya quisieras que mi hermoso hijo fuera tuyo, Pik -. Le revolvió el cabello, tratando de molestarlo. Realmente no entendía como había pasado tanto tiempo sin verle. -. ¿Qué locuras puedo hacer? -. La pregunta estaba de más, obviamente. Sonrió y, seguidamente, dirigió sus orbes mieles a Zack.

     

    Al igual que Pik también se había dado cuenta de la mirada que su hermano le había lanzado a Bridget. Arqueó una ceja, pensando que las insinuaciones que el castaño hacía no estaban demasiado alejadas de la realidad. Fijó su atención en el demonio, con cierto reproche. No le parecía correcto burlarse de aquella manera del Rowle.

     

    Dorothy logró verla a la distancia, acercándose con cierta pena al improvisado grupo. Little le regaló una sonrisa, dejándose abrazar. Le alegraba ver que su prima se diera tiempo de convivir con las demás personas, pues sabía lo acostumbrada que estaba a mantenerse alejada de los desconocidos. Palmeó la arena a su lado, invitándola a sentarse.

     

    -Dorothy -. Saludó alegremente. -. Parece que nadie esperaba verme… ¿Acaso es una especie de indirecta? ¿Debería encerrarme en casa? -. Inquirió divertida. Se irguió, dispuesta a realizar las presentaciones correspondientes, pero el Macnair se le adelantó sin siquiera darle tiempo de respirar -. Como bien lo dijo, él es Pik. Te he hablado de él, ¿Recuerdas? Ella es Marion, la matriarca de los Black Lestrange, una gran amiga. Y este es Zack, mi hermano. -. Señaló, añadiendo un par de datos que quizás ubicarían a la Currington.

     

    Podía notar un aire de melancolía proveniente de ambos magos y se preguntó si no estaría perdiéndose de algo en particular. Intercambió una mirada con la rubia, esperando que esta dijera algo acorde a la situación que le sirviera para vengarse de las burlas del nigromante a la par que se acomodaba nuevamente en la silla.

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