Bratvá (MM B: 109195)

[Leslie Ashryver PB]

 

 

 

 

 

Alessandra no era una persona que solía desconfiar de la gente pero ante la inseguridad del muchacho cuándo mencionó "el sótano" entre cerró los ojos con duda, ¿acaso la denuncia realmente era cierta? Se preguntó.

 

-Por supuesto- le dijo aceptando el brazo del joven.

 

Le sorprendió saber que el sótano no contaba con una puerta pero era entendible, si los hechizos anti-aparición estaban activados sólo los dueños y quienes ellos quisieran podrían manejarse dentro del lugar pero no recordaba ver eso en los papeles, suspiro recorsandose que al llegar a su oficina debía actualizar y escribir mucho.

 

- Si, Garry nos acompaña- le indicó al Karkarov.

 

Con el brazo bien agarrado del peli azul y con Garry agarrado del hombro del muchacho desaparecieron, en momentos asi era que le gustaria poder hacer un portal, era nucho más fácil que esa sensación de tirón en el ombligo pero por fortuna tocaron el suelo enseguida.

 

Jadeando sacó su varita y susurro un "Lumus" para acompañar a Garry e iluminar el lugar oscuro dónde estaban. El lugar olía a humedad y polvo lo que no le extraño porque era un sótano.

 

- Garry que te parece si nos dividimos- le dijo al Ollivander.

 

Asi al menos podrían peinar mejor la búsqueda de cualquier cosa extraña.

 

 

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3

[Hessenordwood Crouch]

 

Asintió ante la sugerencia de Alessandra de dividirse para buscar en el sótano, no era problema, de ese modo terminarían más pronto aquel encuentro y podrían salir de aquel oscuro lugar. Antes de animarse a andar con libertad por el sitio, observó de reojo al muchacho para ver en él alguna protesta en su rostro, aunque tampoco esperó algo para no comenzar con la búsqueda, haciendo memoria de las razones por las que ahora los tenían husmeando en el sótano de aquel local aparentemente pulcro. El contraste que eran la zona de comensales y el sótano al licántropo le parecía algo extraño, sin mencionar que no ha pasado por alto el detalle de que solo se puede acceder al lugar a través de una aparición.

 

Apenas se ha separado unos cuantos metros y escuchar los pasos de Alessandra alejándose es cada vez más difícil, tanto como lo es poder distinguir algo en aquella oscuridad a pesar del encantamiento de iluminación. Rápidamente Garry piensa que debe ser por los mantos empolvados que cubren todo en aquel lugar, aquellos que solo forman bultos deformes en la oscuridad, y que a simple vista no es nada sencillo imaginarse lo que se esconde debajo de cada cosa. La luz que proviene de su varita consigue guiar sus pasos, pero tendrá que levantar algunas de esas lonas para buscar mejor.

 

Sin embargo, llama la atención del mago el final del camino, donde se puede encontrar un espejo de cuerpo completo achilillado al muro. Es lo único, por el camino que ha tomado el licántropo, que no se encuentra cubierto por un manto, y Garry puede jurar que de su marco aparentemente de piedra de un color azul oscuro, emana una tenue luz. Cuidadosamente Ollivander acerca sus pasos al objeto cuidando de no tropezar en el camino, él no es un experto en piedras preciosas, pero al acercarse puede ver el trabajo excelente de orfebrería que se ha hecho en esa pieza, algo hay en el espejo frente a él que le recuerda aquel collar maldito de ópalo que guarda con recelo.

 

―Specialis Revelio-, murmura al estar completamente de pie frente al objeto y no encontrar un reflejo de sí mismo. No puede pensar ahora en que utilidad tiene este objeto en el lugar, pero encuentra algo extraño en él. El rayo apenas impacta sobre el espejo frente a él, pero no sucede mucho, no al comienzo, después de unos largos segundos, el cristal parece haber tragado el encantamiento del mago y comienza a hacer un ruido extraño, como el de una criatura molesta. Garry retrocede un par de pasos, casi puede sentir como en cualquier momento el encantamiento le sería regresado.

 

―Alessandra, ¿has encontrado algo? -, no necesita esforzarse realmente en hablar muy alto, el sitio hace el eco suficiente para que Delacour lo escuche. El muchacho no ha despegado la vista del espejo, tratando de ver mejor que es lo que su cristal proyecta.

 

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[Ellie Moody]

«La mente del sujeto luchará desesperadamente por crear recuerdos donde no los hay...»

―¿Disculpa?

 

Timothee parpadea, saliendo de su ensoñamiento ―¿qué era lo que...?―, y entonces alza la mirada. Una bruja muy anciana, que usa una túnica verde esmeralda y un enorme sombrero púrpura, lo observa con una preocupación que lo inquieta. Él está de pie frente a una tienda de segunda mano que, por la oscuridad del interior, parece estar cerrada. Está buscando a alguien, ahora lo recuerda. Se suponía que iría a esa tienda y allí le ayudarían.

 

―¿Te encuentras bien? ―insiste la bruja.

 

―Por supuesto ―su respuesta es automática. Es entonces cuando se da cuenta de que tiene la mano en el bolsillo de los vaqueros, y ésta envuelve un pequeño objeto metálico y aún así delicado. Cuando lo extrae y lo examina, todo tiene sentido. Su reloj está descompuesto y en esa tienda hay alguien que puede arreglarlo. Sin embargo, tal parece que deberá ir en otra ocasión―. Disculpe, estoy algo enfermo y las pócimas para la gripe me ponen así... Con su permiso ―se despide el joven, con una correcta y ligera reverencia de la cabeza, como se supone que los jóvenes deben tratar a los adultos mayores.

 

Por la forma en que el sol cae, infiere que debe ser alrededor del mediodía. El Callejón Diagón está muy concurrido a esa hora, con una gran variedad de magos y brujas buscando un lugar para almorzar. Tim ―le gusta que le digan Tim, pues Timothee suena a un niño con corte de honguito y pantaloncillos―, sin saber muy bien por qué, los observa con interés; una sensación extraña crece en su pecho, pero no puede darle nombre. Aunque no sabe a dónde se dirige, quien lo viera podría decir que tiene una ruta planeada. Con seguridad sus piernas lo llevan hasta un edificio que, por su aire moderno, contrasta con el resto de los negocios; entra en él sin apenas observar la fachada o sin buscar algún letrero. Aún así, internamente, se siente a la expectativa.

 

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Luego de darle un trago a su cerveza negra, Ellie se anima a firmar la carta y guardarla en el sobre. Espera que el director Ryvak no esté, de alguna manera, resentido con ella por su imprevista renuncia; tampoco que se tome a mal su todavía más imprevista postulación. También ha pasado un tiempo prudencial, desde el asunto de Selena Haydn, y ya todo debería estar más tranquilo. Lo cierto es que, más que los deseos de regresar al Ministerio de Magia, lo que la hizo actuar fue su creciente lista de deudas y su decreciente salario en la Universidad Mágica, debido a la poquísima matrícula en esos meses. Aún así, el trabajo de Inefable le apasiona y no se arrepentirá de volver a éste, si es que su solicitud es aceptada. Allí adentro no hay lechuzas, y quizás eso espante a los clientes, así que guarda la carta en el bolsillo de su túnica.

 

Ya lleva el segundo vaso, desde que se sentó en la barra a esperar a Hobb. Esa es la cuestión, con ser una desempleada; los demás siempre están ocupados, mientras que ella tiene demasiado tiempo libre. Está pensando que quizás ya debería irse, a lo mejor ir a atender su tienda, cuando observando a la clientela del bar, algo le llama la atención. Por fortuna, el muchacho está comiendo un bocadillo y no se da cuenta de que Ellie lo está observando. Ese artefacto...

[justo]

Aspire profundamente antes de entrar. Hacia mucho tiempo que faltaba a tan acogedor local. Me dirigi hacia una de los reservados VIP donde podia degustar un te en el samovar. Mi paso era tranquilo y sin prisas, queria quedarme con las sensaciones, olores y ambiente del local, tanto tiempo añorado.

 

Me tendi en uno de los mullidos sillones y observe a mi alrededor. Desde alli podia observar el resto del local sin ser visto. Como siempre la clientela era variada, quizas es uno de los locales donde puedes mantener una conversacion privada sin ser molestado. nadie se mete en tus asuntos.

 

Mire a mi alrededor y pude ver el ambiente de siempre. Es curioso, es uno de los locales mas selectos del Callejon, pero no rechaza a ningún cliente.

Editado 20 de Noviembre del 2018 por justo

[Albus Severus Black]

Bratva; era a donde iba aquella tarde. Fui a encontrarme con una chica que hacía muy poco habia visto por primera vez y queria conocerle, me parecia una chica interesante, especial. Pensé que lo apropiado era hacerlo en un lugar donde pudiésemos hablar y conocernos más tranquilamente. Este local del Callejón Diagon se veía como el sitio perfecto para reunirse con alguien y poder charlar sin interrupciones.

 

 

 

Era un día bastante fresco, por lo que llevaba una franela blanca un poco ajustada, Una chaqueta de tela marrón, pantalones de gabardina negros, zapatos negros gamuzados de una marca muggle que llevaba mi nombre y mis lentes oscuros.. Una maña que me costaba abandonar porque me gustaba, además que había sido criado por muggles y ellos suelen usarlos. Un reloj en mi muñeca izquierda completaba mi atuendo de aquella tarde. Llevaba el pelo engominado de lado, muy bien peinado.

 

Llegue al sitio y me dispuse a buscar una mesa para dos. Me senté allí en una cómoda silla cerca a la barra. mi mesa estaba bien posicionada hacia las escaleras para ver cuando llegara mi acompañante. Coloqué los lentes de sol sobre la mesa, aprovechando que ya la luz no me molestaba en los ojos.

 

 

 

-Espero que no tarde demasiado...- dije en un susurro para mí mismo, mientras me dedicaba a contemplar el lugar que en verdad era hermoso, muy acogedor. mire a alguno de los que alli atendian y haciendole señas a que se acercara le pedi una taza de cafe mientras esperaba.

 

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[justo]

Pero no todo ha de ser diversión, aunque yo siempre, incluido en los peores momentos, encuentro sacarle punta a todo. Una vez, durante la guerra, sostuve una entrevista, en la Mansión Malfoy, con el mismísimo Voldemort.

 

Estuvimos a solas y le mire de forma divertida mientras el me amenazaba e, incluso, llego a lanzarme la maldición Letal, que, por supuesto, fallo. ¿Qué como me las apañe? Sencillo, con un dispositivo muggle que invento un amigo mio. Creaba una especie de campo de fuerza alrededor mio que rechazaba cualquier hechizo. Voldemort lo miro, codicioso, pero ni por asomo le enseñe el secreto.

 

Mas aun, le dije como podría vencer a Harry Potter. Le engañe con la verdad. Voldemort siempre fue un vanidoso, rechazo mi sugerencia y, ya sabeis lo que paso. El tonto fue el.

 

Recuerdos....cuantos recuerdos....

[Leslie Ashryver PB]

 

Sótano

 

 

Alessandra no le gustaban los sótanos quizás se debía a la vez que su madre Perenela secuestró y torturó a en ese entonces prometido Matthew Malfoy. Fruncio el ceño ante el recuerdo de aquél suceso, llevaba ya varios años que no pensaba en el castaño pero la oscuridad del lugar le impedía ver algo más aparte de lo que lograban alcanzar con la varita.

 

- Lumus Máxima- una pequeña esfera de luz viajó de su varita al centro del lugar iluminando más el sótano.

 

Siente a Garry alejarse por lo que ella hace lo mismo, comienza a caminar del lado opuesto al muchacho para revisar. El lugar estaba tapado en sabanas que cubrian muebles y otros objetos que desconocia. Alessandra no muy segura si el Karkarov se quejaria, levanto una de las sabanas para ver un cuadro, no sabia re quien era solo que el hombre era increibleménte guapo.

 

Con las mejillas encendidas volvio a cubrir la pintura, se alejó de ella al escucharlo reírse bastante molesta le dieron ganas de lanzarle un obscuro para que no viera. La voz del Ollivander hizo que lo buscará con la mirada pero era imposible viendo el lugar dónde se metió.

 

- Aún no y ¿tú? -

 

 

 

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9

[justo]

Por cierto, que en esa ocasión, en la Mansión Malfoy ¿sabeis quien me abrió la puerta? Nada menos que el joven Theodore Nott. ha pasado mucho tiempo y ya mucha gente sabe la verdad pero entonces era un completo secreto, Theo era un agente doble. Trabajaba para Dumbledore desde su primera noche en Hogwarts. El Sombrero Seleccionador lo calo y estuvo a punto de enviarlo a Gryffindor. Theo tuvo que pedirle que le enviara a Slytherin, era esencial para su misión.

 

Theo nunca fue mortifago. Su padre si, pero el no podía. El motivo era secreto pero yo lo sabia. La madre de Nott murió a causa de los mortifagos. Apoyaba a su marido pero, en la Primera Guerra, murió. Theo Nott jamas se lo perdono a Voldemort y a su padre, y por eso tampoco quiso ser mortifago. Su dominio de la Oclumancia y de la Legeremancia le salvo.

[Leslie Ashryver PB]

 

Sótano

 

 

Alessandra seguía esperando respuesta de Garry, quizás había encontrado algo o quizás no por eso no tenía nada que reportar, por lo que siguió buscando bajó las sábanas.

 

Parecía que estaba todo en orden, aquélla nota le resultó bastante irritante al acusarlos de poseer un objeto maldito. Mientras caminaba por el lugar fue tanteando algunas mesas cuándo sus manos se toparon un algo pequeño y redondo, extrañada lo estaba por tomar pero estaba bajó una de las sábanas que cubría un ropero.

 

Al levantarla observó el objeto llamativo del cuál se había topado, un anillo de opalo descansaba llamativo, radiante y hermoso sobre el mueble con su varita lo levito y observó. Ya había sentido aquélla sensación.

 

- Encontré algo- Llamó a los presentes.

 

 

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12

[justo]

Theo y yo somos amigos intimos. Durante la guerra lo paso muy mal. Tenia que cumplir con su misión y tuvo que consentir que su novia dejase Hogwarts. Theo era novio de Daphne Greengrass. Ambos eran de lo que se llamaba "sangre limpia", pero también eran lo contrario a lo que se podía esperar de ese grupo. Sus padres la sacaron a ella y a su hermana Astoria para ponerlas a salvo.

 

Por seguridad, las lleve a ellas y a su familia al lugar mas seguro de todos, al Valle de Kwanji. Totalmente inaccesible para Voldemort y sus mortifagos. Al principio, Daphne llego a romper con su novio por creerlo un mortifago mas. Pero, en el valle, tuvimos largas conversaciones y le explique, con detalle, su arriesgada misión. Por consejo mio le escribió una carta a Theo y yo me encargue de que llegara a su destinatario. Y asi se reconciliaron.