Artes Oscuras e Idiomas

[Mia.]

Conocía algunas cosas de Suiza, así que estaba segura de que no le sería complicado encontrarse con la información que requería rápidamente. Por lo que, tomando el bolso con las monedas que le tendió la Black, esbozó una media sonrisa y asintiendo lentamente, sintió como era trasladada por segunda ocasión en el día. Odiando ampliamente los trasladores, soltó una blasfemia y analizó el sitio en el que se encontraba en esos momentos.

 

Era la provincia de Broc, o eso era lo que rezaba en francés un pequeño cartel que además, indicaba que era un modulo de atención a los visitantes. Pensando, en que quizás era el sitio adecuado para descubrir aparte del francés y alemán, que otro idioma se hablaba en el país, se acercó con pasos lentos y miró a la señorita que la atendía, a la cual saludo en un fluido francés. Idioma, que había aprendido cuando era pequeña y una temporada había pasado en Francia.

 

— ¿Cómo puedo llegar a la Fábrica de chocolate de Cailler? —esperando las indicaciones, esbozó una sonrisa.

 

Tenía que esperar al siguiente grupo de turistas que sería llevado hasta allí, por lo que decidió volver a su apariencia normal, aquella que tenía como característica sus orbes verdes y su rubia cabellera que contrastaba con su tez blanca, de tal manera, que sobresalía menos. En el momento en que llegó el grupo de turistas, se unió a ellos, y comenzó a conversar disfrutando de la alternativa que ofrecía el conocer más de un idioma.

 

Al llegar al Atelier, soltó una risotada y disfrutó de la visita guiada, la cual tuvo que pagar con parte del dinero que la Delacour le había dado, durante el recorrido, se encontró con un grupo de visita escolar, el cual estaba conformado por niños de una de las provincias cercanas, así que aprovecho para platicar con ellos acerca de las lenguas que se hablaban en su país.

 

Convencida, de que había conseguido casi todo lo que necesitaba de aquel país, se adelantó hasta la tienda de chocolate y mirando al tendero sonrió con tranquilidad, recordando exactamente, las palabras que había dicho su instructora.

 

—Quiero comprar los chocolates que a Grabrielle Delacour, le gustan… vengo de su parte. —tras sus palabras, le entregaron una bolsita con los chocolates, por lo que al ver que eran varios, aprovecho para probar uno y disfrutar el sabor tan magnifico que tenían.

 

Al notar que en el interior de la bolsa, descansaba un collar con la bandera de Suiza, lo tomó entre sus manos y fue directamente llevada hasta el aula de clases otra vez.

 

—Es fácil, los idiomas que se hablan en Francia son cuatro principalmente…. El francés es el común en Broc, pero en otras provincias se hablan el italiano, alemán e incluso el romanche que es el nombre genérico que se le dan a las lenguas retorrománicas que vendrían siendo los dialectos típicos que aún se conservan entre las comunidades y que afortunadamente no han logrado morir. —soltó a su profesora en cuanto se estabilizó en el aula.

 

Con los chocolates aún en la mano, sacó un segundo y lo llevó a sus labios, cerrando los ojos, para disfrutar del sabor tan exquisito que tenía.

 

—En cuanto a los chocolates, aquí tiene y son de la fábrica más antigua que aún permanece abierta en la provincia, así que espero que sean los que deseaba.

 

Le entregó la bolsa, y continúo disfrutando del sabor. Mientras miraba a su profesora y esperaba la siguiente indicación.

Editado 15 de Abril del 2018 por Mia Black Lestrange

[Gabrielle Delacour]

Tic tac, tic tac... Sonaba su reloj mental, sus pasos acompañaban cada segundo mientras caminaba por el salón de clases; su alumna tendría demasiada tarea ¡Cuatro idiomas! Sería difícil el reto pero no lo sería para la Black Lestrange, había dado demasiado esperanzas a la chica y sabía que no habría problemas.

 

El sonido de la chica al llegar hizo que la Delacour girara de inmediato la mirada, sí, era ella. Sonrió al escuchar sus palabras, sí había aprendido bien y el que pudiera haber traido el encargo le hizo notar que la chica había estado más que bien preparada.

 

– Exacto ¡Vaya! pensé que sería buen reto y creo que ambas tuvimos lo que queríamos de esto.- dijo mientras sacaba uno de los chocolates de la bolsa y le quitaba la envoltura.– Creo que lo importante de esto no es aprenderse de golpe todos los idiomas...

 

La clase era más que obvio que había llegado a su fin, Gabrielle se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas, había cumplido más de lo que esperaba y era más que obvia la calificación final.

 

– Conclusiones: Sólo se necesita estar dispuesto a escuchar... Mente abierta. Creo que está de más decir que este conocimiento ha sido adquirido, felicidades Mia.