Cuidado de Criaturas Mágicas

[Seba Granger]

Seguí el recorrido del sendero mientras que escuchaba las palabras de Darla, la verdad es que mucho de a veces no sabía y menos de la reproducción de ellas, por lo mismo habíamos querido tomar la clase juntos para luego enseñarle a nuestros elfo lo que debían hacer con las criaturas que íbamos comprando, las que cada vez era aun mas.

Sonreí al voltear a ver lo que la Potter Black me mostraba, creo que ese día si estábamos de suerte y puse mi mejor sonrisa para aquella foto que quería como parte de nuestro recuerdo, una instantánea que recordaría los años que habíamos pasado juntos y el amor que existía.

Respondí su beso con amor quedándome unos segundos para verla una vez mas, recordar esos bellos ojos que tanto me habían enamorado. Seguí escuchándola mientras nos adentrábamos mas al lugar tratando de seguir por el sendero, sino sería difícil regresar a la entrada sino nos perdíamos, esperaba la verdad que el guía apareciera pero cada vez lo veía mas difícil.

-Esperemos que no sea así lo que menos tengo es cara de contrabandista- dije riendo mientras me tocaba la barba trasnochada que llevaba.

Bebí un poco del agua que la Potter Black me daba, moje un poco mi cabeza para refrescarla y entregué la botella de nuevo. -¿Quieres que lleve tu mochila?- sabía que ella no necesitaba eso, que era mil veces mas fuerte que yo, pero no podía evitar intentar cuidarla, creo que eso sería mientras estuviéramos juntos.

-Pos si no lo vemos, al menos se que disfrute el paseo junto a ti- señale sonando un poco bobo, pero ella ya sabía como era, desde nuestra primera cita había actuado así, me volé un poco mas en mis pensamientos recordando nuestros primeros momentos, no sabía bien que me pasaba ese día, la miré de reojo de nuevo.

-¿Me la prestas?- pregunté a Darla mientras quitaba la cámara con cuidado de su cuello, -Creo que Eros hubiera sido feliz en este lugar- señale el helecho que estaba mirando, le saqué una foto y luego me voltee a Darla de nuevo, para sacarle algunas fotos.

-Sonríe a la cámara guapa- seguí retrocediendo mientras la enfocaba a ella, buscando guardar mas cosas de ella, disfrutando de su sonrisa y un tímido sonrojo que creía ver en sus mejillas.

 

@@Darla Potter Black

[Mia.]

—No, prefiero esperar a tener noticias de Bel y terminar con la clase para encargarme de algo secundario como lo es la comida en estos momentos. —respondió ante el ofrecimiento de Heberth de ingresar a la pastelería por algo de desayunar.

 

Tenía hambre, pero no la suficiente como para anteponer su responsabilidad con la clase por un pequeña molestia que no le traería mayor problema si la ignoraba durante al menos un par de horas o quizás más, esto considerando que había días que incluso no comía más que un ligero desayuno por la cantidad de trabajo que realizaba en el banco y podía imaginarse que ese día era uno de esos.

 

Esperando con poca paciencia a que apareciera la Evans, miró a su hijo y se acercó hasta él para susurrarle <¿Podemos irnos al banco?> Sabía que la respuesta era no, pero necesitaba que alguien comprendiera su sentir en ese momento. Estaba aburrida y odiaba estar por aquellas calles de Londres, algo que a decir verdad no se le daba nada mal porque la relajaba, pero teniendo pendientes en el trabajo, esperaba estar allí y no esperando a que su profesora se dignará a aparecer.

 

Justo cuando iba a empezar a lamentarse una vez más, escuchó a la distancia el grito de pavor de un pequeño niño. ¿Qué ocurría? No estaba segura, pero poca importancia le dio, así que en cuanto Niko apareció, simplemente escuchó sus palabras y soltó un bufido, ¿buscar criaturas y evitar que las vieran los muggles? Pues vaya, tendrían que ponerse en marcha cuanto antes, y más porque creía saber dónde se encontraba una de ellas.

 

—Bueno, sera mejor que comencemos. —soltó para sí misma— Eobard, acompañame investiguemos el grito que escuchamos hace unos minutos. —exigió más que pidió a su hijo.

 

Lo tomó por el brazo y comenzó a jalar un poco, hasta que notó que era más alto que ella y por ende realmente poco o nada lo podía mover, soltando una carcajada al notar eso y que sus dedos eran pequeños negó con lentitud y le pidió con la mirada comenzar a caminar por entre las calles.

 

No muy lejos de la ubicación, se encontraba un pequeño parque con niños jugando y corriendo por doquier. Se podía escuchar las risas de todos y cada uno de ellos, disfrutando de correr y compartir momentos con sus iguales, ¿le pareció aburrido? No, le pareció un tanto molesto, quizás porque ella nunca compartió realmente momentos de ese tipo con sus hijos, pero que sin duda le hubiese gustado hacerlo en otro momento.

 

Observando como un pequeño se encontraba escondido debajo de una banca, que tenía sobreella la figura de un caballo esquelético, supo que se trataba de un Thestral y que el pequeño tenía miedo, ¿sería posible que estuviera viéndolo? Esperando que no, porque la criatura comenzaba a inquietarse un poco, que solamente traería casos y destrucción.

 

—Tenemos que evitar que vean al animal. —fue lo único que dijo, justo antes de usar el encantamiento desilucionador, el cual contribuiría a que perdiera la figura exacta la criatura a los ojos de los muggles, ellos lo verían de alguna manera extraña y no solamente como lo que era.

 

Estaban un poco avanzados, pero el caos que se desató segundos después, no la preparó para lo que venía. ¿En que momento al warlock se le habían escapado dos criaturas? No tenía idea, pro debían controlar la situación.

[Eobard Thawne]

Sostenía con una mano el reloj de bolsillo que su madre le había dado en algún momento previo a la clase. La desesperación comenzaba a invadir su ser, por lo que estuvo tentado a abandonar aquel espacio muggle y volver a recluirse en su casino. Mía habló por él, cuando se refirió a la comida como algo secundario. Después de aquel efecto secundario provocado por el traslador, no quería acercarse a la comida.

Planeaba darle una respuesta afirmativa a la rubia respecto a irse al banco, pero, tanto el grito desgarrador como la aparición de uno de los warlocks, hicieron que guardara sus comentarios. Decidido a moverse de ahí, tomó nota de lo indicado por Niko, antes de partir con su madre.

-Bien, una posible violación al Estatuto Internacional del Secreto, de la que estoy cerca, y no es mi culpa. -sonrió de forma irónica, mientras seguía a su madre, tras ceder en su intento de llevarlo del brazo.

Una vez ahí, se percató de que parecía un parque como cualquier otro, con juegos para los pequeños y bancas por doquier, rodeando las áreas verdes. Todo era normal. Salvo el raquítico caballo que resoplaba sobre uno de los asientos, bajo el cual se escondía un niño. Supuso que tanto ella como él podían ver al animal, pues habían presenciado la muerte en algún momento de sus vidas. Supo que se trataba de una situación en la que tenían que ser lo más cuidadosos posibles.

Sin embargo, la cosa se les salió de las manos, pues la criatura dio un zarpazo a la estructura metálica, ocasionando que crujiera sobre la cabeza del niño. Con varita en mano, Eobard conjuró un Protego no verbal, para que sirviera de escudo al pequeño. Esto evitó que el humano hubiera quedado como un simple recuerdo, o bien, agravar la escena que ya de por sí era muy tétrica.

-Podríamos cercar el área, para que sea más fácil maniobrar sin las miradas de los muggles.

Ya con varita en mano, comenzó a susurrar hechizos como Repello muggletum o Muffliato, que poco a poco fueron formando una especie de burbuja alrededor del incidente. Una vez cerrada, aquel espacio se definió como un área en remodelación para los ojos muggles.

-Creo que tiene...hambre. -extendió la mano libre, en la que llevaba activo el anillo de amistad con las bestias. Percibió que el thestral, más que molesto, estaba famélico. -Debe estar confundiéndolo con un pedazo de carne. Así que, debe haber algo por aquí que le sirva de aperitivo.

[Darla G Dumbledore]

Darla no pudo evitar reír con el comentario de Seba y lo observó con amor, mientras le tomaba una nueva foto.

 

—Te ves precioso, nadie podría confundirte más que con un contrabandista de criaturas —bromeó mientras lo abrazaba.

 

Tras guardar la botella en la mochila, se la pasó a Seba como él se había ofrecido para llevarla, una sonrisa tierna se dibujó en sus labios, le encantaba cada detalle que él tenía con ella.

 

—Yo aprovecho a fotografiar todo —dijo tomándole otra foto y luego a un lirio que crecía bajo unos árboles.

 

—Ambos disfrutaremos el paseo, al menos nos ha tocado un lugar del cual sé algo de historia por el Quidditch. La bruja que le da el nombre al lugar fue muy valiente, se enfrentó al presidente de la confederación para denfender y ayudar a escapar a un pequeño snidget dorado.

 

En verdad recordaba haber armado toda la historia para su club en el colegio de Hogwarts hacía algunos años ya.

 

—Toda tuya amor —respondió mientras agachaba la cabeza para facilitarle tomar la cámara fotográfica mágica —estoy segura que sí, es una pena, podríamos venir con nuestros elfos la próxima vez, creo que nunca los hemos llevado de excursión, ¿tú sí? —preguntó mientras sonreía y hacía poses para él, que le estaba tomado una fotografía o más bien varias.

 

Le encantaba y a la vez le hacía sentir como una niña, estar posando para su novio, dejándose fotografiar, sabía que no era el momento pero recordó cuando a veces jugueteaban en casa. Iba a comentar sobre ello cuando un crack los sobresaltó.

 

—Honory se disculpa, Honory no quiso asustar a los magos, Honory viene en representación del Señor Rat, el Señor Rat está indispuesto pero dijo a Honory que Honory hiciera todo lo que les indicaban los magos, Honory responderá preguntas y los llevará a su examen final.

 

La pareja se miró y luego al pequeño elfo vestido de azul que se inclinaba y les hacía reverencias tan profundas. Definitivamente era un problema con los elfos de todo el continente.

 

—Muéstrale el pergamino amor —susurró Darla para luego presentarse —un gusto en conocerte Honory, somos Darla y Seba, nos envía la profesora de Cuidado de Criaturas Mágicas, Bel Evans, queremos saber qué tipo de reserva es ésta y cómo cuidan a las criaturas, debemos tomar notas y conocer mejor sobre el lugar —comentó la pelirroja aún lamentándose que el paseo romántico y privado hubiera finalizado, pero ya tendrían oportunidad de repetirlo algún día allí o más pronto en algún lugar más íntimo y privado.

 

[Niko Uzumaki]

Todo era parte de su plan para obligarlos a entender de una mejor manera el conocimiento que estaban aprendiendo. Un Warlock jamás perdería a sus criaturas de una manera tan tonta así que siempre estaba preparado para ese tipo de situaciones y sabía perfectamente en dónde estaban y en qué estado solo que quería obligar a sus alumnos a enfrentarse a una situación de la vida real y no a una de esas tonterías teóricas que no les servirían de nada.

 

- Quiero que los vigiles de cerca y luego me cuentas lo que viste - El Tonks llegaría en algún momento hasta el lugar en el que se encontraban sus criaturas. Su elfo se encargaría de llevarlos el rastro y no perderlos de vista para evitar que algo malo pasara. Menos mal estaba entrenado para controlar a todas las criaturas del rubio y Niko confiaba mucho en que lo haría bien así que no le preocupaba en absoluto que él fuera el encargado de perseguir a sus alumnos.

 

- Ahora tengo que enviar un mensaje - Hace mucho tiempo no invocaba a su patronus para enviar mensajes así que era el momento de hacerlo - Expecto Patronum - Un zorro comenzó a caminar alrededor de él, sin duda era una de sus formas favoritas de comunicación así que le gustaba usarla. Pocas personas conocían de su patronus así que intentaba guardarlo para ocasiones verdaderamente importantes y esa era una de ellas.

 

- Ve a la Hacienda Tonks e informa lo sucedido - Sabía que todo estaba bajo control pero necesitaba que los elfos de la Tonks supieran para mantener a todas sus otras criaturas a salvo - Y ahora es el turno de la lechuza - Debía volar hasta la reserva con un pequeño mensaje del joven para Darla y Seba era el momento de regresar a exponer lo aprendido durante su viaje y encontrarse con los demás alumnos para hablar de sus experiencias.

[Seba Granger]

Puse la mochila a mi espalda cruzando los tirantes por mis brazos, ademas la asegure con unos tirantes que se podían abrochar pegados al pecho, sonreí con lo que decía mi chica y me sonroje un poco.

Iba mirando cada cosa que ella retrataba y escuchando los datos que me daba de la historia de Quidditch sin dudas ella sabía mucho de eso, además que a ella siempre le había gustado mas leer, también leía y variado pero prefería ella me leyera o tal vez yo leerle pero lo que ella le gustara.

-Podríamos planear hacer algo con ellos, buscar un lugar que a todos les pudiera gustar- aunque dude un poco si a Nana le podía gustar algo en verdad.

Parece que las fotografías tendrían que esperar, colgué la cámara a mi cuello cuando observé al elfo que aparecía ante nosotros, -Hola- respondí al elfo mientras le entregaba el pergamino que me decía Darla.

-Honory, les mostrara el lugar a los jóvenes, y si tienen suerte tal vez podamos ver algunos snidget, en la reserva aun quedan varios de ellos, hemos intentando cuidarlo lo mejor posible, aunque no faltan los indiscriminados que hay intentado atrapar algunos de ellos, los hemos atrapado antes que se los lleven, por suerte en la reserva nadie puede aparecer o desaparecer, es una prioridad para que no se los lleven- comunico el elfo mientras los invitaba a seguir.

-Si vamos por este lado de la reserva Honory les puede asegurar que veremos algunas crías de snidget con pocas semanas de nacidos, los dejamos en sus nidos con sus madres pero siempre monitoreados por el personal de la reserva- alcanzo a decir el elfo cuando una lechuza se paraba justo a unos metros de donde estábamos, le alcanzo una hoja a Darla, el cual nos pedía que regresáramos a la clase.

Antes de regresar a la academia le pedimos a nuestros guía que nos mostrara a las crías y luego nos despedimos de él prometiendo que en algún momento regresaríamos para terminar el tour como era debido.

Caminamos hasta la salida de la reserva donde todo había comenzado e usamos el traslador hacía la academia.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja sonrió al pensar que podrían luego realizar una excursión con su prometido y sus elfos, sería como una salida al campo, aunque no se imaginaba cómo se sentirían algunos de sus elfos con esta idea. Como fuere, veía que el elfo de la reserva se sentía feliz por estar allí, o al menos no se mostraba triste ni nada, lo cual le hacía suponer, por su charla, que le agradaba su trabajo. No podía creer que aún hubiera gente desaprensiva que intentaba cazar a los snidtgets.

 

--Entonces la reserva es un santuario ¿la Isla de Drear también es como esta reserva para proteger al quintaped? --preguntó la vampiresa mientras caminaban junto a Seba tras el elfo tras que éste comentara sobre las crías de la pequeña ave dorada.

 

--Oh no no, Isla Drear es peligrosa, quintaped es peligroso, Honory no aconsejaría ir allí de visitas, el lugar es inmarcable, los quintaped comen carne humana, a Honory le asustan los quintaped, Honory no querría que lo enviaran allá a trabajar --mencionó el elfo con mucho miedo y se detuvo al ver una lechuza.

 

El ave aleteó un poco y la Potter Black lo observó con curiosidad, pues parecía mirar hacia ella y Seba en forma intermitente, se acercó y tomó la nota que traía.

 

--Uno de los Warlocks nos indica que debemos regresar para dar el resumen de nuestro viaje --miró a Seba con asombro no se había dado cuenta que el tiempo había volado y luego a Honory, disculpándose --debemos regresar a la Universidad, pero si Honory nos muestra las crías estaríamos muy agradecidos.

 

--Honory los llevará --dijo el elfo mientras los guiaba por un pequeño sendero lateral por el cual arribaron a una pequeña zona arbolada, donde había como un nido natural, no era muy grande, considerando que el snidget era casi tan pequeño o más pequeño que un colibrí, en el pequeño nido se podían observar las pequeñas crías doradas, aún con sus ojitos cerrados, piando esperando que su mamá les trajera de comer.

 

Tras tomarles con mucho cuidado un par de fotografías, la pareja se despidió de Honory y se apresuró apresuró a regresar a la puerta de ingreso, comentando lo que habían aprendido, donde estaban era una reserva de protección, o santuario para un ave en peligro de extinción, mientras que por lo que les había dicho Honory, la isla del quintaped era más bien un ámbito de contención para una criatura potencialmente peligrosa para los humanos.

--¿Qué crees que haya pasado? ¿Por qué Niko nos convoca y no Bel? --preguntó a su novio mientras envolvían la estatua del quintapié en papel, para no aparecerse en la isla y tomaban el del snidget dorado, como si hubiera sabido que debía regresarlos la estatuilla volvió a cobrar un brillo azulado, Darla y Seba apoyaron juntas sus manos, tomándola y entrelazando sus dedos antes de ser arrastrados una vez más por el traslador.

--Siempre es rara la sensación --comentó la bruja mientras se tomaba más fuerte de su novio, segundos antes de dar unos pasos en el aire y aterrizar en la entrada del aula 12.

 

Guardó el traslador en su bolsillo e ingresó al salón, esperando ver a sus compañeros, pero parecía que ellos habían sido los primeros, allí solo estaba el Tonks.

 

--Buenos días, ¿ha ocurrido algo? --no podía evitar actuar como la inquisidora que había sido en el pasado, el que Bel no estuviera, ni sus compañeros le hacía pensar que quizás, hubieran sufrido algún percance en el recorrido del viaje que a ellos les tocaba realizar. Se dejó guiar por Seba quien había ingresado al aula tras abrir la puerta y cederle el paso a ella.

Editado 20 de Enero del 2019 por Darla Potter Black

[Seba Granger]

Era una lastima tener que terminar el viaje así, el pequeño traslador nos había llevado a la academia de nuevo a las afueras de la sala desde donde habíamos desaparecido la primera vez.

-Creo que aquí no hay mucho ruido- respondí a mi novia mientras le abría la puerta de la sala, tras el ingreso de ella hice lo mismo y cerré tras de mi luego de verificar que nadie mas viniera por el pasillo.

Como era de esperar Niko estaba junto al escritorio que debería estar ocupando Bel, -Buenos días- señale a mi ex compañero de bando tras que Darla le preguntaba que había pasado, la verdad era bastante extraño ser los primeros de nuevo, luego que todo el otro grupo se hubieran ido juntos.

Señale un par de pupitres a mi amada, saqué la mochila que aun cargaba en mi espalda y la colgué ocupando el asiento que estaba mas cerca de la ventana.

Esperaba que el mago nos pudiera decir que había pasado con la Evans, esperaba que estuviera bien.

-¿Crees que el resto se encuentre bien?- me volteé un poco y saqué la botella de agua bebiendo un poco.

Extendí un poco mi mano para tomar la de Darla con suavidad.

[Darla G Dumbledore]

Darla tomó asiento junto a Seba mientras esperaba que el Tonks les respondiera qué había ocurrido, la pregunta de Seba la hizo mover la cabeza y tras mirar alrededor, del salón, como esperando algo en él le diera la respuesta lanzó un suspiro.

 

--Espero que sí, ellos tenían que ocuparse de la parte de ocultamiento de criaturas, creo que salvo que haya surgido algún inconveniente con algún muggle eso no debería ser tan complicado ¿o sí? --hizo memoria para recordar qué había dicho la Evans sobre el lugar que el otro grupo debía visitar.

 

--¿No es posible que hubiera más dragones ocultos en aquel lugar verdad? ¿Pudding Lane no era el lugar de inicio del gran incendio de Londres? --la vampiresa lanzó un bufido mientras estrechaba la mano de su prometido.

 

--¿Qué hacemos mientras tanto? ¿Un cuadro sinóptico de las diferencias entre ambas reservas? ¿Mostramos las fotos? No le preguntamos a Honory si se podía mostrar la foto de los pichones --Darla recordaba que aquel parecía ser un grupo de nidos comunitarios, además de los pequeños pichones habían visto otro nido alargadito que contenía un par de huevitos con el tamaño de un confite de fiesta, si hasta las grageas de todos los sabores eran más grandes que aquellas pequeños óvalos, porque, al contrario que el ave el huevito era alargado.

 

La bruja alargó el brazo y luego susurró a Seba que le alcanzara la botella de agua de la cual él había estado bebiendo y tomó un sorbo ella también, la verdad que aunque aún faltaba para la primavera el día, no había sido todo lo helado que lo habían sido las jornadas anteriores. Seguramente tenían cuidado del clima para favorecer el bienestar de las aves. Agradeció ahora que lo pensaba no haber ido a ver a los quintapie, el pensar que podían correr riesgo de ser atacados por uno de ellos, aunque dudaba que pudiera ocurrir, seguramente Meow les hubiera indicado por dónde ir y por dónde no. En ese momento se dio cuenta que había sido una suerte haber utilizado primero en traslador snidget y no el quintapie.

 

--Definitivamente me gustaría repetir la salida pero con más tiempo mi amor --aunque debía reconocer que se les habían pasado las horas recorriendo parte de la reserva, pero no la habían podido conocer en su totalidad.

[Mia.]

Observó las acciones de su hijo, sin duda había heredado las habilidades de sus progenitores con la varita mágica, por lo que mantuvo totalmente ausente unos segundos intentando encontrar algo que le sirviera de bocadillo a la criatura, pero al no encontrarlo negó con lentitud.

 

— ¿Y si le dejamos comerse al niño? Total es un simple muggle, podría pasar a formar parte de las filas de los desaparecidos y nadie lo echaría realmente de menos. —propuso mirándolo con pena, sintiendo como esa pequeña sed de sangre corría por la sangre de la nigromante.

 

Estaba cansada, claro que sí por lo que simplemente se acercó hasta su hijo y tomó su varita mágica para conseguir de esa manera que la bajara y la dejará encargarse de la situación. Se acercó hasta la criatura y con un movimiento de su arma mágica susurró un sencillo —Fulgura Nox —consiguiendo de esa manera que un portal apareciera delante de la criatura, el cual la llevaría hasta la hacienda Tonks.

 

Sitio en el que confiaba se encargarán totalmente de él. Estaba aburrida y por eso, con un ligero movimiento de su arma, consiguió que el animal se alebrentara un poco más pero no le importó, uso el fuego maldito para hacer que se tranquilizará y cruzará el portal que había creado segundos atrás. De esa manera, en cuanto lo cruzo, desapareció y supo que no tendrían que encargarse más de él.

 

—Ahora solo hay que encargarse del niño... ¿un imperius o un oblibiate? —preguntó con curiosidad a su hijo.

 

Quería ser un poco generosa, así que se acercó al niño y esbozando una pequeña sonrisa se puso de rodillas delante de él, quitando los restos de la banca.

 

—No temas cariño, estás a salvo. —fueron sus palabras antes de levantar nuevamente su varita— Oblibiate —susurró casi con ternura, consiguiendo que el evento que acaba de vivir fuese borrado de su mente.

 

Una vez que lo hizo, simplemente miró a su hijo y le indicó que la siguiera, tenían que salir de allí cuanto antes. Era momento de encontrar a la otra criatura, porque estaba segura de que sus compañeros de clase se habían quedado comiendo en aquella panadería que horas atrás habían descubierto.

 

Caminando por entre las calles, sintió como el ambiente comenzaba a tonarse denso y más cuando de la nada un par de personas comenzaban a flotar cerca de unas calles que tenían un bonito mercado lleno de gente.

 

—Ya sabemos a donde ir. —fue todo lo que dijo, comenzando a caminar más rápido y notando como las ganas de en serio dejar morir a la gente cuando cayera por la perdida del efecto del veneno de la criatura. Pero no, estaban en clase y debía mantenerse totalmente serena.

 

Mirando a la derecha, supo a donde tenía que ir y sin más dilación le indicó a su hijo y una vez que llegaron, lo que vio le sorprendió. La criatura flotaba sobre la cabeza de algunas personas que habían estado haciendo la compra, era un tianguis, ¿o algo por el estilo? no sabía, pero ahora todos estaban tirados en el suelo, como si fuese un atentado o eso quiso entender.

 

 

— ¿Quieres hacer el honor? —cuestionó a Eobard, quedándose a su lado.