• Una epidemia en Hogwarts •

[Anthony R. Dracony M.]

Anthony Ryvak Dracony

 

Tras la aventura en Florencia, el peliverde regreso de nuevo a Londres, la situación continuaba casi igual, aunque las misivas de sus amigos Asrael y Alejandro Quijano, le comentaban de lo acontecido en el Colegio Durmstrang y la posibilidad de un cambio en la situación actual con respecto a la guerra...el mago esperaba que pronto hubiese algún anuncio por parte del alto mando de Londres.

 

Mientras tendría que continuar con la labor con la que esperaban encontrar futuros aprendices de la arqueomagia, varios expedientes descansaban sobre su escritorio de trabajo, en ellos había borradores de misivas que pensaba enviar a los diferentes colegios mágicos, aún deseaba revisarlos para constatar que fuesen lo suficientemente claros y además persuasivos para obtener una respuesta favorable con respecto a su ofrecimiento de un taller vocacional mágico que ofrecía a los alumnos, cambio algunas frases en la misiva para la Directora de Hogwarts y cuando le pareció adecuada transcribió la misiva y la firmo, luego encomendó a su halcón peregrino para llevarla.

 

Pasaron varios días, el arqueomago estudiaba un pergamino esperando tener un encuentro con su guía Mariana, había información que no lograba enlazar con los datos que poseía y por eso requería una segunda opinión, fue cuando llegó a él una respuesta sobre su propuesta, la Directora declinaba amablemente el ofrecimiento del mago por el momento, mencionaba que existía una epidemia que tenía al colegio en estado de emergencia y que lo que requerían era ayuda. El Ryvak se consterno...el no era medimago, ni zoolomago....pero algo debía hacer, eso era seguro.

[Eobard Thawne]

Se había pasado gran parte de la Cena removiendo la comida en su plato con el tenedor. Como buen mago norteamericano, estaba acostumbrado a tener una dieta variada, por lo que las patatas no parecían molestarle. Formaba parte del profesorado, pero optaba más por enseñar un poco de esto y un poco de aquello, a pesar de tener un gusto adquirido por el Cuidado de Criaturas Mágicas, que siempre se le dio bien. Así pues, en cuanto los alumnos comenzaron a aparecer y desaparecer a diestra y siniestra, o en su defecto, levitaron como si un billywig les hubiese picado, supo que no era una broma de mal gusto.

 

Docentes y prefectos, jefes de casa y autoridades competentes, comenzaron a organizarse. Si bien, él era un tanto reservado, decidió acercarse al círculo, para escuchar los planes. No tardó en optar por ir a revisar los niveles superiores del castillo.

 

Llámenle tonterías, pero tengo un presentimiento. musitó el profesor Black Lestrange, buscando su varita entre los pliegues de la túnica . Si hay un contagio, debemos evitar que se propague...más. Comenzaré por las torres.

 

Se marchó sin más, valiéndose del anillo salvaguarda contra miradas indiscretas para poder escabullirse entre la barricada formada por los alumnos de Slytherin. Caminó bastante rato con toda la tranquilidad del mundo, pues los esfuerzos se centraron en enviar a los infectados a la enfermería, para tratarlos, o de menos, contener lo que fuera que les aquejaba. Cuando alcanzó los últimos pisos, y se encontró frente a la entrada de la Torre de Astronomía, se dio cuenta que no podía acceder, dado que no se dictaba clase en ese momento.

 

Pero, era profesor, ¿no? Colocó una mano sobre la puerta de madera, esperando que se abriera hacia dentro, pero se llevó una sorpresa al percatarse de que estaba abierta. Iluminó la punta de su varita de nogal negro al adentrarse, haciendo ondear la capa de lana que cubría gran parte de su atuendo. Las escaleras de caracol parecían sin cambios, hasta que lo vio.

 

Un bulto que se estremecía, como si hubiera querido bajar por la escalinata a rastras. Con la tenue iluminación, el profesor se encontró cara a cara con un alumno de cuarto curso de Ravenclaw. Le preguntó qué diantre hacía ahí, pero el muchacho no respondió, a pesar de mover los labios. Algo no estaba bien, pues la piel del estudiante estaba amarillenta, cubierta por unas extrañas manchas, que a simple vista parecían ser pecas.

 

Ay, no. Que no sea spattergroit, por favor.

 

Dejó al infectado apoyado contra la pared, y se dispuso a subir a dónde se encontraba el elegante telescopio utilizado en clase. Lo que encontró ahí, le impactó de cierta forma, aunque ya se lo esperaba. Al menos otros tres infectados, dos chicas y otro muchacho, cada uno de una casa distinta. Y lo más preocupante: Con los mismos síntomas.

 

Black Lestrange no era experto en curar enfermedades, ni mucho menos. De hecho, su hipótesis de que se trataba de tal enfermedad, se basaba en rasgos que había visto cuando laboró en el LAIC, por lo que era mejor llevar a los alumnos para que recibieran un tratamiento correcto. Si lo dejaban, podía ayudar elaborando alguna poción.

 

Como los otros aparentemente habían perdido el conocimiento, se las arregló para sacar los cuerpos utilizando el encantamiento de levitación, mientras que al chico de Ravenclaw se lo llevó apoyado en el hombro, con su comitiva de alumnos flotantes, hacia la enfermería. Ahí, aislaron al grupo de contagio de spattergroit, para no agravar la ya delicada situación en el colegio.

 

Me parece que tomaré algo de eso. sentenció Eobard, tomando un frasco con poción calmante, que había preparado una de las varias enfermeras que atendían a los enfermos. . Lo peor sería que los profesores también comiencen a menguar por el contagio.

 

Bebió apenas unas gotas, pues sabía que la potencia de la poción en pequeñas cantidades, posiblemente lo aturdiría un poco. Se sentía ligeramente ajeno a la situación, pero al no especializarse en enfermedades mágicas, poco podía hacer, más que otros rondines a sitios con potenciales focos de infección.

 

Ante el episodio de estrés, el metamorfomago reemplazó su cabellera castaña por una reluciente calva, para evitar perder más cabello.

[Seba Granger]

No pisaba los terrenos de Hogwarts hace mucho años, mas bien creo que desde que había terminado mis años escolares que por descuido había tenido que pasar un mes mas que mis antiguos compañeros y no graduarme con los que había empezado pero eso había hecho que conociera mucha mas personas aunque pocos de ellos seguían siendo ya conocidos. Tras eso tal vez había regresado en alguna graduación de algún conocido, o las visitas en los jardines de Sumaes que para desgracia los habían hecho desaparecer, extrañaba ese lugar la verdad.

Tommy me había dicho que Darla andaba en Hogwarts por un supuesto problema en el colegio, pero desde ese momento no había sabido nada de ella y en cierto modo me preocupaba, tal vez podría ir a ver que pasaba o si necesitaban ayuda pero sin que ella se diera cuenta, no quería que pensara que la espiaba o estorbar.

Había aparecido cerca de las rejas que para un simple muggle eran invisibles a su visión pero uno sabía que el colegio estaba ahí, esperaba no tener inconvenientes para ingresar al lugar pero por suerte aun me recordaban de mis años de estudiante, por que no sabía la verdad pues siempre había tratado de pasar lo mas desapercibido posible, la caminata hacía el castillo era un poco largo pero valdría la pena para recordar viejos tiempo.

[Darla G Dumbledore]

Darla Potter Black, en busca de respuestas hacia la enfermería

 

La Potter Black no había conseguido buenas respuestas, por no decir ninguna, de los que habían llegado primero a Hogwarts, casi era como enfrentarse a una serie de silentes temerosos, o más bien de ruidosos jóvenes criaturas. Y no el criaturas en el sentido de niños sino de verdaderas criaturas fantásticas. Si algo había aprendido Darla en sus clases de Primeros Auxilios era que lo mejor era ir en busca del origen. Así que la pelirroja se dirigió hacia la enfermería de Hogwarts, quizás en el camino encontrara a su compañera.

 

Mientras iba hacia allá meditaba en la situación, era verdad que encontrar al paciente cero era a veces buena idea, pero también lo era el fijarse en los detalles de la enfermedad, la naturaleza oculta sus debilidades disfrazándolas, quizás con lo que atacaba los niños de Hogwarts ocurría lo mismo. Pero la pregunta era ¿realmente era un tema natural? ¿o se trataba de una maldición? Quizás como cuando los muggles los habían atacado haciéndoles perder la magia. Un virus. Y si era así, todo virus tiene su antídoto. Algún tonto podría haber estado experimentando con magia oscura, incluso un joven bromista para hacerle una chanza a los nuevos ingresos. Había tantas posibilidades.

 

Darla iba pensando en ésto cuando el anillo detector de enemigos vibró de una manera particular, no era ella la que estaba en peligro, pero alguien cercano a ella se había puesto en peligro. ¿Kimberly? No, más cercano, la forma de vibrar. Seba... los ojos de la vampiresa brillaron con un destello rojizo cuando se sintió preocupada por la situación, tendría que avisarle a Kim que iba a regresar, buscando a su prometido.

[Seba Granger]

Ya había recorrido al menos la mitad del camino hacía el castillo pero algo raro pasaba ahí, miré la hora de mi reloj y a todos lados del amplio terreno y no había ni un solo alumno en lo que había caminado, pero según la hora ya deberían estar libres, a menos que hubiera cambiado mucho todo el colegio desde que me había ido.

Tras caminar algunos minutos mas recién me toque con una chica que llevaba tapada su boca con su antebrazo y me miraba un poco asustada, me hacía gesto con el otro brazo.

-¿Que te ocurre?- señalé a la muchacha para ver si la podía ayudar, murmuraba algo poco entendible al estar su boca cubierta.

-Disculpa no te entiendo, ¿Esta pasando algo?- sus gestos y murmullos seguían sin entenderse, en eso una mujer mayor salía con una mascarilla y la agarraba del brazo.

-No entres al colegio, hay una epidemia, he venido por mi hija antes que se contagie- señale la mujer cuando se encaminaba hacía el sendero que la llevaría a la salida.

Mordí mi labio por unos segundos, ya preocupado sin saber si Darla se encontraba en el lugar o no, saque la varita he hice aparecer una mascarilla por las dudas, la sostuve en la mano derecha mientras avanzaba un poco mas, mientras mas me acercaba se empezaban a sentir las voces de chicos un poco asustados por lo que estaba pasando, tratando de ser calmados por profesores del lugar.

[Darla G Dumbledore]

Darla Potter Black

 

La pelirroja se había detenido, los pasillos mostraban jóvenes magos y brujas siendo llevados hacia la enfermería, había profesores ocupándose de ellos, incluso reconoció a un americano que antes había trabajado en Gringotts, no habló al mago, ya que se veía ocupado llevando a varios jóvenes flotando y uno casi a la rastra. Las marcas en los rostros parecían dar clara indicación de lo que los adolescentes sufrían. Pero la bruja no entendía, por qué además de la extraña enfermedad que transformaba a los más jóvenes en criaturas mágicas ahora también tenían enfermedades más clásicas. Suspiró. Esperaba que Kimberly hubiera encontrado a su sobrina y lo mejor sería que todas salieran de allí.

 

La Potter Black sufría un conflicto, como experta en conocimientos de maldiciones y en primeros auxilios, como ex auror e inquisidora, sabía que su obligación era ayudar a los de Hogwarts, sobre todo por lo abandonados que se veían por parte de las autoridades ministeriales. Pero por otro, el anillo que vibraba en su dedo, avisándole del posible peligro en que pudiera encontrarse su prometido hacían que la bruja tuviera un conflicto, quería correr a donde él se encontraba pero a su vez sabía que él querría que se quedase a ayudar. Pero ¿quién estaba más necesitado de ella en ese momento?

[Seba Granger]

-Disculpa te puedo ayudar en algo?- señale a un chico que caía al bajar las escaleras centrales corriendo, pero este en vez de responder me daba un manotazo y salía corriendo despavorido hacía el exterior del colegio.

-¿Esta es la educación que les dan a los chicos en el colegio en estas generaciones?- murmuré mas para mi mismo que para los presentes que con los gritos seguro que ni sus pensamientos ya oían.

Esquivé a un grupo de chicos que arrastraba sus maletas y a los cuales les pedían que esperaran con tranquilidad a sus familiares o que fueran acompañados a tomar el transporte que los llevaría a sus hogares.

-Disculpe, disculpe- señale un par de veces a uno de los profesores pero este me pedía lo esperara, hice eso por algunos minutos hasta que decidí moverme por el colegio en busca de Darla, subí las escaleras hacía el segundo piso para recorrerlo esta vez ya con la varita en mano, no estaba seguro con que me podría encontrar.

[Darla G Dumbledore]

Darla Potter Black

 

La bruja lanzó un bufido y movió con agilidad su varita formando un caracol mientras por su mente pasaba el día en que Seba le había propuesto comprometerse, dándole el anillo que ahora lucía en su dedo, la imagen se entremezcló con la de su primer beso en los Jardines Sumaes.

 

--Expecto Patronum --el susurro, claro y decidido hizo que de su varita saliera un humo plateado que lenta pero seguro fue tomando la forma de un gato ragdoll --Kimberly, Seba está en peligro, o algo lo acecha, voy a buscarle, avísame si necesitas ayuda --inmediátamente el gato salió disparado en busca de la Black.

 

Ahora solo le quedaba encontrar a Seba, dudaba si él tendría el otro espejo comunicador consigo y si sería conveniente invocar auras fantasmales para que les protegieran, ¿podía enviar algunas hacia Kimberly y su sobrina y otras hacia Seba? acababa de descubrir que no le había preguntado sobre ello al Uzza que le enseñara el libro de las auras. Las voces y chillidos de los jóvenes y profesores le llegaban confusos y como en un sueño, pues no les prestaba atención, pero entre todos los sonidos se filtó una voz familiar, levantó la vista y se preguntó si estaba alucinando o podría ser posible ¿Seba estaba allí?

 

Darla corrió hacia el lugar desde dónde surgía la voz del mago, la cual pareció alejarse en el mismo sentido que lo había hecho su patronus, los pisos superiores. Estuvo a punto de aparecerse en cada piso, pero en ese momento recordó que eso no era posible en Hogwarts y luego pensó que no era imposible encontrar a Seba, siguiendo su esencia, única para ella. Se sorprendió del alboroto de jóvenes llevándose sus equipajes y de profesores llevando aún estudiantes de un lado a otro. Era raro, los alumnos de los años superiores no estaban contagiados, ¿por qué los más jóvenes sí?

[Seba Granger]

No estaba seguro si seguir por la escalera o tomar uno de los pasillos del segundo piso pero como vi que se venía una nueva bandada de chicos por el piso superior decidí tomar el pasillo, estaba mas oscuro de lo que recordaba así que me ayude la con varita para dar mas claridad a lo lejos podía ver a dos chicas una le ayudaba a la otra que estaba acuclillas en el piso vomitando, recordé lo que me había dicho la señora al entrar sobre una epidemia, lleve la mano al pantalon y saqué la mascarilla.

-¿Necesitan ayuda?- pregunte a ambas con la mascarilla sobre mi boca, -¿Nadie a venido por ustedes?, ¿Te encuentras enferma también?- señale a la chica que ayudaba, al esta negar, hice aparecer una mascarilla para ella.

-Pontela, mejor que te protejas mientras no se sepas que tiene tu amiga- le ayude a levantarla, esta dejarla sentada en una banca a las afueras de un salón.

-Quédense aquí, tratare de mandar alguien que las ayude- pronuncie mas a la chica que estaba bien, le entregue una botella de agua que saque de mi mochila.

-Ya vengo- me adentre mas por el pasillo, creo que necesitaba un mapa del lugar hace mucho que no lo recorría y se notaba que tras la guerra y destrucción de parte del castillo no todo lo reconocía.

[Darla G Dumbledore]

 

La bruja se apresuró a subir las escaleras, lo que no esperaba es que cuando llegara a la altura del descanso antes del primer nivel éstas comenzaran a rotar.

 

--Maldición... maldición... maldición... --gruñó mientras veía como un par de chicos chillaban como locos y se lanzaban casi de cabeza para bajar antes de que las escaleras cambiaran de ubicación, ella decidió hacer lo mismo...

 

Darla corrió los escalones que la separaban de la parte superior y encogiéndose un poco para darse envión dio un salto hacia el lado al que iba originalmente la escalera y en donde había sentido la esencia de su prometido. Definitivamente Seba estaban en Hogwarts pero ahora dudaba de si el que corría peligro era él o ella misma. Segundos después aterrizaba en cuclillas sobre la barandilla que se había creado en el primer nivel en donde antes estaba el ingreso de la escalera, hizo equilibrio unos segundos antes de pegar un salto sobre el suelo del pasillo.

 

Suspiró, odiaba tener que hacer eso, respiró profundo y se apresuró por uno de los pasillos, dos jóvenes estaban allí, una de ellas vomitando, lo que le hizo fruncir el ceño y la otra la sostenía, tratando de que la muchacha estuviera bien, llevaba barbijo. Frunció el ceño una vez más y se giró hacia su alrededor, les hubiera preguntado si habían visto a un mago guapo de ojos azules y cabellos oscuros, pero las pobres niñas se veían demasiado ocupadas, además de que ya había retomado la pista de la esencia del mago, iba ahora tras él por un pasillo oscuro. ¿Qué había pasado con las luces de la escuela?

Editado 30 de Enero del 2020 por Darla Potter Black