El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM B: 102350)

[Sol Lestrange Black]

Escuchaba cada palabra y sentía que con ello se me iban las esperanzas, ella tenia razón, no podía saber si el también quería verme, seguramente no, nuestra relación en los últimos días no había sido la mejor, mi indecisión lo había apartado de mi y probablemente me odiara. Suspire, me sentía tan culpable por mis malas decisiones y haberlo lastimado, la manera en la que había muerto, y mas aun por nunca haberle dicho lo importante que era para mi y todo lo que lo amaba.

 

- Fue horrible la forma en que lo perdí, aun e siento muy culpable...- observe con envidia como mi prima miraba a su marido, su relación era muy anormal, pero mas allá de las circunstancia, por su perfecta sincronía y el amor que ambos sentían era casi tangible. - No se si el quisiera verme, no se nada quizás me odie, quizás...- Baje la cabeza y respire profundo no quería quebrarme, pero tenia tantos sentimientos.

Editado 28 de Junio del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Vladimir Karkarov]

El lugar estaba completamente listo, el capacious extremis funcionaba de maravilla. Era hora de que Vladimir enviara su noble y fiel lechuza por todos los lugares de Ottery y el Callejón, para dejar su pequeña invitación para el que quisiera asistir a su fiesta de apertura.

La gran Nox emprendió vuelo por entre las nubes, cargando consigo las invitaciones para que todos los brujos y las brujas pudieran saber de tan excelente actividad. Su vuelo era ligero, suave cual viento y sus alas no producían el menor ruido. Así fue, durante todo el día y la noche, solamente reposando para descansar de cuando en cuando.

 

 

[Xell Vladimir Potter Black]

Aunque sabía que era muy tarde, conocía los trucos para hacer que la puerta del dragón se abriera para mí. La tía Sagitas me lo había enseñado en su momento porque sabía que yo, como sacerdotisa, amaba hacer ceremonias nocturnas allá, a escondidas del guardián ruso llamado Vladimir, quien solía patrullar para evitar que nadie hiciera destrozos en el lugar. Además, a menudo, tras hacer su ronda, lo encontraba en el lado, cerca de su amada, la fantasma del Parque. Yo solía verle. No quiero decir que fuera a menudo a aquel lugar pero sí, a veces, gustaba de pasear en luna llena, el mejor momento para hacer algún ritual mágico con sus rayos de plata.

 

Hoy no quería hacer ningún ritual pero sí ansiaba un baño de luz de luna, recordando tiempos antiguos en el que había estado en aquel lugar, acompañada. Llevaba ya un mes en el pueblo y no me había acercado a ella, ni a nadie. Estaba sola. No sabía decir si me gustaba o no pero las cosas eran así en este momento. Además, iba al Circo y no quería dar toda la vuelta al camino, rumbo al bosque prohibido, si podía cruzar por el medio del Parque de las Lamentaciones, que me ahorraría por lo menos media hora de caminata a aquellas horas de la noche.

 

Cuando pasaba por el caminito de tierra, sentí voces. Me paré, sorprendida de que hubiera alguien más por allá. Me paré a observar. Mi tía Sagitas estaba con el tío Jack y con una mujer desconocida, hablando.

 

¿Por qué hablarían a horas tan intempestivas? ¿Estarían tramando algo?

[Sagitas E. Potter Blue]

Había permanecido un poco callada [unas semanas o.ô] ante las palabras de @. ¡Dioses, cómo la entendía! Yo había pasado por ello y había sido horrible sobrevivir a su muerte, una vez que supe que él no me había robado a mi hijo sino que había intentado mantenerle vivo... Sí, sé que las situaciones en vida no fueron las ideales pero, en la muerte, habíamos aprendido a amarnos sin importar nada más. Habíamos vivido en la Muerte lo que en la vida se nos había sido negado.

 

Suspiré.

 

-- No te puedo garantizar que funcione. Es más, quiero que entiendas que la furia de un muerto es la venganza más difícil de parar, así que sólo te prometo el que podrás hablar con él, a distancia, con la seguridad siempre de que no traspasará la línea hasta que lo veamos claro. Y cuando digo veamos, me refiero a Jack y a mí. Jack sabrá discernir su actuación como buena o mala hacia ti; yo sabré discernir si es peligroso aquí, en el mundo de los vivos. Soy sacerdotisa, Sol; te quiero mucho, prima... Pero hay que impedir dejar suelto un demonio muerto en el mundo de los vivos. Los magos aún podríamos defendernos, de alguna manera, pero los muggles estaríana su merced.

 

No quería ser dura. Sólo quería ser justa.

 

-- Si deseas que lo busquemos... -- miré a Jack, ¿lo aprobaría a pesar de su peligrosidad? -- Puedo buscar un espejo comunicador con el que puedas verla y hablarle, si él quiere. Y proteger nuestro mundo, si es necesario.

 

Sentí un ruido detrás de mí y miré, asustada. Sólo estaba Jack.

 

Esperaba...

[Sol Lestrange Black]

Aquella situación me tenía en alto grado de inquietud, mis emociones estaban a flor de piel pasando de una a otra de manera rápida, por momentos me sentía alegre e ilusionada, para que segundos después volviera a sentir la enorme tristeza de su partida. Intentaba mantenerme serena para no perder la calma y que aquello me llevara a tomar decisiones precipitadas, pero era muy complicado.

 

Escuche aquellas palabras de mi prima, llenas de razón, no era fácil saber que era lo que el deseaba, probablemente quizás no hubiera siquiera manera de saberlo, y en caso de que fuera una respuesta negativa mi alma se partiría en pedacitos. Pero tenía que intentarlo, si existía una pequeña posibilidad de volver a verlo o quizás solamente escucharlo y saber que todo estaba bien, que no me odiaba, la tomaría. Sabía también que en caso de que las cosas se salieran de control podía confiar en que ellos mantendrían a raya cualquier peligro.

 

- Gracias prima, yo también te quiero mucho y no me gustaría que esto ocasionara un problema...- admití apenada- pero igualmente se que tu mejor que nadie entiende mis sentimientos al respecto y que no puedo negarme a la posibilidad de saber de el...sean cuales sean los resultados.- suspiré- me apegare a sus precauciones y seguiré sus reglas @, por favor, por el espejo, por donde tenga que ser pero por favor ayúdenme...

 

Respiré profundamente, intentando contener mis emociones, necesitaba estar tranquila y alerta para cualquier resultado que tuviera aquel experimento...La noche avanzaba...

[Sagitas E. Potter Blue]

No me cansaba de ponerle trabas a Sol para que lo pensara bien. No quería parecer malvada ni quería que creyera que la privaba de la suerte que yo había tenido. En mi posición protectora que solía adoptar, no quería, sencillamente, que sufriera como yo había sufrido. No eran las mismas circunstancias, por supuesto, pero el miedo a que otros pasaran por lo mismo siempre me hacía ser cautelosa.

 

Pero ella había decidido, así que que no había más que decir. Excepto ayudarla. Eché la mano hacia atrás y toqué a mi marido. Sus dedos eran tan agradables en aquel momento, siendo corpóreos mientras nos tocábamos... No podía privar a mi prima de eso, si podía hacerse.

 

Suspiré y comprobé la aceptación de Jack en sus ojos. Al fin y al cabo, necesitaría que él estuviera cerca e hiciera de intermediario entre él y nosotras.

 

-- Bien, cuando dijo espejo no me refiero a uno expresamente dicho. Sirve algo que haga un reflejo... Y no hay nada más mágico que la luz de la luna para ello.

 

Sonreí ahora; no podía ser casualidad que nos hubiéramos encontrado de noche.

 

-- Ven, seguirme. ¡Ay, Jack, cada día te pareces más a nuestro hijo @@Matt Blackner! Anda, flota un poco por delante para que sepa que eres tú.

 

Me reí un poco, aunque tal vez no debiera. Pero si me reía, sería todo más llevadero. Así que busqué un lugar del borde del agua en el que hubiera una zona concreta. Dejé a la fantasma y a Vladimir allá, alejados, para no meterme en sus cosas. Ya me ocuparía del muelle destrozado en otro momento. Encontré un pequeño remanso donde el leve movimiento de las aguas hacía dejado una fina línea de agua en el que se reflejaba parte de la luna.

 

-- Servirá, Sol. ¿Estás segura que quieres... ? Vale, deja, soy una latosa, ¿verdad?

 

Me arrodillé y me concentré en la imagen... Después levanté la cabeza hacia mi prima.

 

-- Servirá... ¿Te sientas a mi lado, prima? Yo me pondré aquí, al otro lado, espero no caerme al agua... -- Volví a reírme pero... estaba nerviosa.

[Sol Lestrange Black]

Sagitas insistía en persuadirme, aunque ambas sabíamos que ya no había marcha atrás. La escuche con atención, esperando cualquier indicación. Me limite a asentir suavemente ante sus palabras, decíamos buscar un lugar en aquel lago donde pudiéramos intentar aquella hazaña.

 

Suspiré mientras avanzábamos por el borde, la observe avanzar con su esposo, yo los seguí un paso atrás intentando darles su espacio. Estaba tan nerviosa, las manos me temblaban, al igual que las piernas, tenía una rara mezcla de miedo y entusiasmo que peleaban dentro de mí para ver quién sería el vencedor.

 

Respiré profundamente y cerré los ojos un segundo concentrándome en él, en su rostro, sus ojos, su olor, quizás aquello haría mucho más fácil el poder encontrarlo.

 

Mi prima se detuvo, arrodillándose en la orilla, para después mirarme con una flamante sonrisa que me regalo un poco de calma, que me urgía en aquel momento.

 

- Servirá... ¿Te sientas a mi lado, prima? Yo me pondré aquí, al otro lado, espero no caerme al agua...- me indico, asentí y obedecí inmediatamente colocándome a su lado para arrodillarme también.

 

- Gracias…- susurré mientras escuchaba su suave risa. - Siempre recordare esto, sea cual sea el resultado prima, nunca olvidare que lo intentaste para mi…- apreté su mano cariñosamente, mientras una suave brisa parecía salir de la nada haciendo bailar nuestros cabellos. - Estoy lista…cuando tú lo estés…- admití cada segundo más nerviosa, podía o no resultar y ambas opciones me tenían en un total estado de tensión.

[Sagitas E. Potter Blue]

Intenté reprimir el sentimiento de orgullo que crecía en mí. En realidad, aún no había hecho nada y ni siquiera sabía si funcionaría pero la voz de Sol, diciéndome que siempre recordaría este acto. Pero lo rechacé porque no es bueno hacer las cosas por orgullo; la humildad es la mejor herramienta para hacer actos que no son del todo "legales". No es que en el Ministerio fueran a decirme alguna cosa por ver el más allá. Soy Vidente, ¿qué mal podría hacer?

 

Aunque, tal vez, si supieran que usaba otro tipo de magia... En fin, que la humildad ayuda; el orgullo no.

 

Me concentré y esperé pacientemente a que la luna surgiera de entre las nubes y un rayo de luz incidiera en el agua. No tardó en suceder y, entonces, murmuré las palabras correctas para hacer un reflejo. Como si fuera una linea sinuosa de agua-plasma-esencia, se levantó en el mismo borde del lago una película de luces mareantes que fueron quedando como la misma superficie en la que se reflejaba. Pero no se veían las aguas ni el muelle roto. Se veían sombras.

 

-- Son almas -- le expliqué. -- Ahora, prima, con mucha suavidad, sin movimientos lentos... Tendrás que llamarle. Si no apareciera, entonces, puede entrar Jack a buscarle pero es peligroso. Él puede cruzar porque está muerto pero en ese ínfimo instante, el camino queda abierto en los dos sentidos. No se te ocurra moverte, ¿vale?

 

No quería decirlo en voz alta pero tenía miedo a que alguien saliera. Recordaba la frialdad de los espíritus que intentaron agarrarme en aquella ceremonia del Confesionario, aquella en la que prometí no volver a tocar el límite con el otro mundo. Y hoy no lo había cumplido.

[Sol Lestrange Black]

Miedo, ansiedad, preocupación, tenía tantos sentimientos entre mezclados, que por un momento pensé que lo mejor que podía pasarme era caer en el lago y que un buen calamar me comiera viva. Estaba a punto de hacer algo muy extraño, había una posibilidad de volver a verlo. Un hueco apareció en mi estómago, algo muy pesado después que casi me produjo nauseas, para segundos después sentir un ejército de mariposas revoloteando en mis entrañas.

 

Demonios, tenía que calmarme, estaba perdiendo el control, mi mente tenía que estar serena y alerta para seguir las indicaciones de mi prima. Una suave brisa volvió a mecer mis cabellos, cerré los ojos un segundo para calmarme y lo logre de a poco antes de volver a escuchar la voz de Sagis con nuevas indicaciones.

 

Actuó y sobre la superficie del lago pequeñas luces parpadeantes comenzaron a dejarse ver- Son almas – indico intentando que entendiera lo que estaba pasando. - Ahora, prima, con mucha suavidad, sin movimientos lentos... Tendrás que llamarle.- asentí suavemente llena de temor.- Si no apareciera, entonces, puede entrar Jack a buscarle pero es peligroso. Él puede cruzar porque está muerto pero en ese ínfimo instante, el camino queda abierto en los dos sentidos. No se te ocurra moverte, ¿vale?

 

 

Escuché atentamente sus palabras, deseaba con toda mi alma que aquello saliera bien, necesitaba que así fuera, sentía como mi corazón latía con desenfreno, las manos me temblaban y mi respiración era más rápida de lo normal, me tome un minuto para hacer lo que me indicaba.

 

- Farkas…Dihb soy yo mi amor tu Hurrikan, ven por favor…- dije en un suave susurro intentando que si de verdad me escuchaba pudiera reconocerme, recordé en ese momento, algo muy nuestro y comencé- Tengo que amarte amor, tengo que amarte, aunque está herida duela como dos aunque te busque y no te encuentre y aunque la noche pase y yo te tenga y no…- murmuré con los ojos bañados en lágrimas- Tu oscuridad y mi luz siempre…- complete llamándolo mas que con las palabras con mi propia alma y con cada latido de mi corazón.- Vuelve a mi...

Editado 27 de Julio del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Xell Vladimir Potter Black]

No soy curiosa pero ver a mi tía con una desconocida junto al lago me picó el gusanillo y me quedé a verle. También estaba Jack, el tío, quien sonreía de forma boba a la tía y le agarraba de la mano. Hablaban en susurros, así que me acerqué un poco más. Me puse de rodillas y avancé, poquito a poco, hasta la zona en que ellos se encontraban. Esperaba que no me descubrieran porque no sabría cómo explicar mi actitud tan incívica.

 

Escuché que hablaban de almas, de hablar con muertos... Me dio un escalofrío. La noche era fresquita, a pesar del mes en el que estábamos. O tal vez fuera porque la tía Sagitas decía cosas que no debía hablar entre profanos. Si las sacerdotisas intentábamos no abrir portales hacia el mundo de los muertos por el peligro que corríamos. Yo no sabría hacerlo aunque había estado en algunas aventuras con la tía Sagis y mi mami Reena, de las que siempre me había arrepentido por lo difíciles que fueron superarlas.

 

Me incorporé un poco y asomé la cabeza por un seto. La tía lo había hecho. Había creado un espejo. Me puse las dos manos en la boca para acallar un chillido de miedo. Ya estaba hecho. Ahora a esperar que nada se torciera. Porque si lo hacía... la tía necesitaría muchas manos para romperlo.