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Herbología


Lyra Katara Selwyn
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-- Mi... tesoro.... Mi te-so-ro...

 

¿Cómo había llegado a atesorar aquella planta flotante entre mis brazos, sujetándola en la mesa y mirando embelesada sus hojas mientras lanzaba miradas rápidas alrededor para impedir que me la quitara? Mis ojos rebelaban una especie de locura posesiva que parecía más la de una criatura anillística que la de una humana.

 

Pues todo fue culpa de Amya, por supuesto; mi hermana es siempre la culpable de todo. Si está cerca, ella es la autora de las cosas raras. Yo no había hecho nada, excepto intentar tener algunas hojas de aquel ejemplar volador tan exquisito. Amya hizo todo, sobre todo es culpable de usar la varita en clase, algo que en mis tiempos mozuelos estaba completamente prohibido si no era con una orden expresa del tutor o profesor a cargo. Ella embrujó la plantita para que paralizara y acabara en mis manos.

 

[Nota mental: comprobar si la varita de Amya tiene efectos secundarios para los que están cerca y los convierte en posesivos o es la planta flotante la que como defensa para protegerse cuando no puede volar y escaparse, lanza ondas para que los que estén cerca las cuiden y mimen mientras ellas no puedan volver a flotar y largarse. Este sería un buen tema para una tesis en la clase de Herbología.]

 

-- Tes..sor...ro... lindo...

 

Seguía abrazando la planta y sacando la lengua para limpiar la baba que colgaba de la comisura de mis labios. Aquella planta era mía, sólo mía, nada más que mía. ¡Ladrones! ¿Alguien quería quitármela? Tendría que sacar mi varita para defenderla. ¡No, que eso implicaba soltarla con una mano y noooo, yo quería tenerla abrazada.

 

Pasé de Xell y su verborrea sobre niveles. Ni que fuéramos un tren y necesitáramos un paso a nivel. Vale, ni caso, la posesión de la plantita hacía que mi cabeza delirara con tonteras muggles. Y no, no pensaba hablar de plagas en mi clase, ni siquiera haría una clase porque... ¿quién cuidaría de mi planta mientras estuviera en la Universidad? ¿Y si me la robaban? ¡Ya sé! Amya me había dado la idea por hablar de perros bulldog; le pondría un collar a la maceta y la llevaría conmigo de paseo como si fuera un perrito.

 

¡Oh, no! ¿Y si alguien me robaba la planta con la tierra y me dejaba la maceta? Abrí los ojos. ¡Protegería aquella planta con mi vida! No, mejor, con la vida de los demás.

 

-- ¿Estudiar? -- por un momento, mi cabeza recuperó la lucidez. --¿Examen?

 

Pero duró poco. Volví a mi estado desmesuradamente posesivo.

 

-- Sí... Tengo que estudiar... Como proteger mi posesión más preciada... Mi tesoro... Mi plantita...

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Profesora de pociones en busca de plantas...

 

¡Maldita sea! No tenía ningún ingrediente básico para pociones y lo necesitaba con urgencia porque se habían acabado. Sin eso, apenas se podía elaborar la mayoría de los brebajes que necesitaba para la clase... Sabía de un lugar en dónde podía haberlos, estábamos en la ahora mal llamada Universidad, pero yo preferiría seguir mencionándola como antaño Academia.

 

Salí rápidamente de mi aula una porque necesitaba respirar, aunque los vampiros no lo necesitásemos, el olor nausaebundo de algunas pociones que habían hecho algunos alumnos me estaban mareando. Alguno se iba a llevar como notra, un Troll como una catedral. Y dos, no quería ir a Diagón comprar lo que me faltaba, teniendo un invernadero cerca, y para ahí me fui.

 

Para averiguar quién estaba de profesor en esa asignatura me dirigí al pasillo en dónde había un tablero colgado en la pared en dónde nos indicaba los nombres de los tutores de las clases. Después de consultarla fui rápidamente a esa zona del colegio. Mi capa ondeaba apurando el paso y mis botas de piel de dragón pisaban fuerte a cada zancada que daba.

 

Enseguida llegué al lugar que necesitaba, toqué la puerta y al no esperar respuesta, abrí.

 

- Profesora, venía a... - enmudecí al instante. Había pocos alumnos pero los que había los conocía a todos. Sagitas estaba agarrando fuertemente una maceta, con una planta rara me fijé que estaban Xell, Amya, Reena, Matt, Hayame y también Hades. A él lo conocía porque pertenecía a mi propio bando y también porque era profesor, debía disimular que no lo conocía.

 

- ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está la profesora? - Pregunté - venía a por unos ingredientes básicos para pociones...

 

Era raro que alguien dejara la clase a medias, debía de ser bien gordo pero sonreí, seguro que parte de mi familia había hecho algo para que el aula estuviese sin un maestro.

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¡¡Allá estaba!! ¡Era ella! ¡La ladrona! Era quien quería robarme mi planta... La miré con mala baba y abracé mucho más fuerte el tiesto del espécimen que me había traído volando la suerte. ¿O había sido mi hermana? No importaba. El efecto del Inmobilus cedía y la punta de las hojas de la Planta Voladora empezaron a temblar.

 

-- No te preocupes, plantita. Yo te defiendo... -- le dije, acariciando la maceta de barro. Después me encaré con mi sobrina. -- ¡Excusas pobres! Tú no quieres ingredientes básicos. ¡Tú quieres mi maceta!

 

El grito incluyó un agarre aún más fuerte de la planta. Se estaba despertando y las hojas se sacudían de forma tímida en el aire.

 

-- ¡Pociones, pociones! ¡Quieres mi planta, quieres llevarte unas hojitas! ¡Y me pertenece, es mía! Y si no te vas, te tiraré un bulldog. O como se llame esa plaga. O mejor, esas babosas carnívoras. Tal vez les guste la carne humana. Atrévete a venir a por ella, la defenderé. No podrás coger ni una hojita.

 

¿Para qué querría ella ingredientes de pociones? Ni que fuera la profesora de esa asignatura. La miré con rabia y levanté el puño amenazándola.

 

-- Atrévete a ... ¡Eh, vuelve!

 

¡Maldita Heiké! Me había distraído y al levantar la mano, la planta se había escapado y volaba hacia el techo. Salté sobre la mesa y me puse de puntillas.

 

-- ¡Vuelve, vuelveeee!

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Amya_An al notar el ¿desdoblamiento de personalidad? que sufría la peli-violeta, comenzó a

*0* entrar en pánico!!! Los pelitos de la piel se le erizaron y puso los ojos grandes como platos soperos.

 

- Sag... Sag... Sagitas?

 

Pero qué había hechizado así a su hermana?

 

Se volteó a mirar Xell, tratando de preguntarle con la mirada si entendía de lo que pasaba. Pero por supuesto, qué iba a saber? (según la adleriana, xDDD, que con una librería a la mano, seguro que era mucho mas instruída que ella)

 

- ... quizás sea contagioso ...

 

Murmuró para sí encogiendo el cuerpo. Volcó toda su atención sobre lo escrito en el ya mencionado temario ;

«tal vez haya alguna mención sobre plantas voladoras», pensó mientras hacía que bailotearan las hojas entre sus dedos.

 

- DugBog´s, babosas carnívoras, plagas muggles ...augurey, bowtruckle ... control biológico ... plantas, plantas, plantas ; dónde están las plantas? plantas venenosas!!! no se menciona a la voladora ... hamma... hame... kame-hame-ha???

 

La mente de la bruja quedó media obstruída por la repentina instrusión de un recuerdo ¿muggle?

 

- ... azafrán, no es condimento? ... curativas! sí! bobotubércu.los ... ah no, bubotubércu.los ... díctamo ... ¡Antídotos de Encantamientos!

 

Pretendió devorar el contenido último pero cayó en el dilema ... Moly? la tía de Sagitas???

 

Tragó saliva. Esa mujer de un solo zape seguro que componía a la Potter-Blue de una (¡?)

 

- Xeeeeeell! pronto! ayúdame a rebuscarle las cosas a la ex-profa a ver si le encontramos Moly!!!

 

 

Moly es una potente planta que puede ser ingerida para contrarrestar los efectos de los encantamientos. Tiene tallo negro y flores blanca.

 

Para que no se diga que somos tan mensas que no aprendemos nada en clase (?)

 

Y como si cada que mencionase la palabra profa, la Am tuviese a fuerza que pegar el brinco ... o.O será que era una palabra Tabú allí???

 

- Mi Madre!

 

Pero no era la de ellos (la profa ó ex-profa) ... *0* era Heliké!!!

 

- *0* Por Diocito muggle que nosotros no le hemos hecho nada a la peli-violeta!

 

Juró la muy sinvergüenza, ya que después de todo, había sido ella quien le había tirado la planta mágica a su hermana.

 

- ... espera ... eres profa de Pocionería! Tú (a Heliké) debes de saber ...

 

Y casi se la agarró a la peli-chocolate del brazo, adentrándola al salón y conduciéndola frente a Sagis-Gollum (?). ¿Se la mostró con la palma de la mano extendida?

 

- Debes de conocer algún remedio ... ó ...

 

Y volvió la cara hacia Xell principalmente.

 

- ... quizás debamos traernos al de la clase de Encantamientos ó Artes Oscuras ó Defensa contra las Artes Oscuras! tal vez necesitemos a todo un Exorcista!!!

 

TwT mientras no se llamase a alguno de los Directores de la casa de Estudio, xDDD "santo" (¿?)

 

- Santos dragones tuertos, Sagitas! deja éso!

 

Pero la loquis de su manis ya buscaba de nuevo que re-capturar el especímen floral ; OwO saltando sobre el ¿pupitre?

 

- *0* Harás que se aparezcan los Directivos de la Universidad ; >.< nos echarán a Patadas!!!

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La tía Amya se alborotó toda con la noticia de los exámenes. Me asusté al verla así, con lo que me apresuré a deshacer el error:

 

- No, tía Amya. No sé si habrá exámenes, era un decir... Si viene un profesor nuevo, tal vez haga algún examen. Pero nadie ha dicho nada. Es una elucubración mía. Cálmate tía.

 

¿Ahora la otra? ¿Pero es que había contagio de locura entre las tías?

 

- ¡Tía Sagitas! ¿Qué haces con esa plantita? La vas a chafar. - No me atreví a añadir nada más. La tía Sagitas agarraba aquella planta como si le fuera la vida en ello y yo no iba a dar la mía por quitársela.

 

Para más ruido, la puerta se abrió y entró la prima Heliké. Parpadeé un poco confusa.

 

- ¿Tú eres la sustituta de la profesora de Herbología? - Pero después dijo que venía por unos ingredientes para pociones. - ¡Oooh, eres la profesora de pociones! ¡¡Felicidades!! Aprovecha que no tenemos profesora, que ha desaparecido en combate. Roba lo que quieras, que nosotras te cubriremos, ¿verdad, tías?

 

Imposible contar con ellas. La tía Sagitas gritaba a la planta voladora, que se escapaba de sus dedos, y la tía Amya murmuraba sobre Moly.

 

- ¿Quién es Moly? - pregunté a la prima Heliké, por si lo sabía. Pero entonces lo recordé. Acababa de leer ese nombre en las notas de Herbología.

 

Las tomé y la busqué, casi al final de todo.

 

- Planta de tallo negro y flores blancas, tallo negro y flores blancas.

 

Corrí hacia la hilera de plantas, buscando una que coincidiera con esas características. ¡Había miles de macetas! Tal vez no tantas, pero era difícil encontrar una así. Estaba a punto de desistir cuando la vi. Tomé la maceta y corrí con ella, hasta que me di cuenta que pesaba demasiado y que un Winwardium Leviosa era un hechizo práctico para transportarla.

 

- Resiste, tía, que llego - ¿me dirigía a la tía Amya o a la tía Sagitas, si las dos estaban igual de histéricas. Llegué hasta la mesa de Amya y la puse encima de sus papelotes. - ¿Directivos de la Universidad? ¿Echarnos a patadas? ¿Por qué? No tenemos la culpa de que nos hayan dejado solas.

 

Jadeaba. Transportar macetas, aunque sea con la varita, era cansado. Me había decidido: odiaba la Herbología, no quería seguir estudiándola, me iría a tomar aire fresco en cuanto sacáramos de la locura a la tía Sagitas.

 

Si es que eso era posible.

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Profesora de pociones en busca de plantas...

 

De un momento a otro, parecía que la cosa se estaba empezando a desmadrar... ¿raro? No, lo curioso es que no se produjese antes algún accidente en dónde por causas ajenas a la familia, siempre nos acababa afectando. Sí, me incluía porque no sabía como me las arreglaba para acabar en esos embrollos. Pero algo que tenía que confesar, sí me encantaba. Eso sí, cuánto más peligrosa fuese la aventura, mejor. Sobre todo para usar mis habiliades con la varita y así ser respetada, sobre todo por Sagitas, que pensaba que debía de ser una lerda (? xD).

 

Pero lo que no entendía era la actitud de mi tía. La miré con extrañeza. ¿Alguien la había embrujado? Eso parecía.

 

- ¡Amyaaaaaaaaaaaaaaa! - grité a mi otra tía. Si de algo sabía era que si esa mujer usaba la vara (la de madera, no la otra xDDD) los demás corríamos un serio peligro. Básicamente, porque la bruja no solía tener muy buena puntería en cuánto a lanzamientos de hechizos que contuviesen rayos... Aunque, no me quería imaginar los que fuesen de efectos más sencillos...

 

Pero esa mujer estaba más preocupada por la salud mental de su otra mana pelivioleta...

 

- ¿Se puede saber qué diablos hiciste? - Pregunté ahora, a voz en grito - A ti deberían de ponerte una tarjeta que diga "usar la varita perjudica gravemente la salud de los que están a su alrededor" - sí vale, quizá me hubiese pasado un poco, pero con la ocurrencia había soltado una sonora carcajada.

 

- Sagitaaaaaaaaaaas deja la plañetera maceta. O mejor ¿quieres hacer el favor de dejar de hacer el tonto? - Y ahora saqué mi propia varita. No es que fuese a atacarla, es que, básicamente, era en defensa propia. SÍ DEFENSA PROPIA, lo escribo en letras mayúsculas, no fuera a ser que se me acusara de un asesinato accidental... Y menos mal que había ido al invernadero por unas simples hojitas para pociones...

 

Pero la maceta se había ido. Y eso daba a entender que había estado encantada y eso me afirmaba que seguramente como yo pensaba Amya era la culpable... O en este caso, tenía que decir, era inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero sabíamos que en la familia cuando se trataba de varitas y de magia, la cosa podía volverse demasiado ejém inestable.

 

- Hace bien, la verdad en manos de nuestra tía es un peligro - reía por lo bajo por semejante espectácul.O que debíamos de estar ofreciendo al resto de la clase. La verdad, me importaba un bledo así éramos.... Y seguía sin saber porqué la profesora se hubo ido de la clase... Quizá fuese por una alergia en especial, o porque, si hubiese tocado alguna planta le diese por tener alguna urgencia intestinal. Sí, podía darse. Teníamos tantas plantas y tanta variedad de efectos en ellas en el mundo mágico que cualquier cosa...

 

- Si Amya, me dieron el puesto de profesora de pociones. Y os aviso de que si os anotáis en mi clase, no me temblará la mano en poneros un Troll como me toquéis mucho los calderos (xDDDD). ¿Entendido? - sí, era un claro aviso de lo que les avecinaba si llegaban a presentarse...

 

- No prima Xell - en ésta me dirigí a la rubia para contestarle... Ni siquiera tenía el conocimiento así que, no podía dar la clase.

 

- Gracias prima... Pues sí, aprovecharé... No creo que eche de menos algún saco de ingredientes básicos para pociones - sonreí, pensando en que con un simple encantamiento podía transportarlo hasta el aula en dónde estaba impartiendo la clase. Desde luego iba a ser una visita muy interesante.

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o.O es que la sobrina colmillosa (por lo de vampi), se atrevía a amenazarle???

 

- ¬¬ Pué vaya a preparándose para que los calderos le bailen, sobrinosa ...

 

Le devolvió ella en adevertencia ... U.U a guerra avisada ; o.O dice que no se mata gente ... ¬w¬ y como quien lo "dijo" parece nunca haber estado en medio de una (xDDD)

 

Acto seguido, se volteó con brusquedad hacia Sagitas apuntándole y conjurándole ... algo, TwT que luego seguramente se arrempentiría de haberle lanzado a la peli-violeta ♦♦♦

 

- Levicorpus!

 

Según la adleriana, había que hacerle comer el Moly aquel que Xell se había encargado de traer literalmente corriendo de los invernaderos de la ex-profa. Así que ... qué mejor manera que tratando de ponerla ¿patas arriba?, y ¬¬ "zamparle" al buche algo de aquella planta???

 

U.U En verdad Amya_An necesitaba también unas clasecitas de Primeros Auxilios Sanadores porque era una real bruta en éso de las disque Curaciones Mágicas (!)

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Me quedé un rato así, mirando como la flor se perdía en el techo del invernadero, alejándose de mí. Y yo de puntillas, viéndola irse.

-- ¡Mi plantitaaaaaaa!

Aún con las manos en alto miré hacia abajo. Amya me gritaba que dejara la planta, bajo la amenaza de que aparecerían los Directivos del Ateneo.

-- ¡¡Siiii! -- grité, apoyándome ya en mis pies. Di un salto hasta el suelo y me encaré con ella y con Xell. -- Os tirarán a patadas. Por querer robarme mi planta. -- Ahora miré a Heliké, a quien también la consideraba culpable por la pérdida de aquel hermosísimo ejemplar vegetal. -- Te despedirán por ladronaaaaa...

Mi rabia salía a espumarajos por la boca, sin entender, aunque mil demonios me importaba, de lo que hablaban de la tía Molly.

-- Y no te basta con querer robarme mi plantita que ahora robas ingredientes para las pociones. ¡Me chivaré! ¡Lo gritaré!

¡¡Heliké es una ladrona de ingredientes de Herbologíaaaaaaaa...!!!

 

¿Ein? ¿La clase había dado la vuelta? ¡Qué raro...! ¿Cómo es que la clase se había girado de golpe? Tardé en darme cuenta, tal vez por la rabia que escupía por la boca, que era yo la que me había girado.

 

-- ¡¡Amyaaaaa!! ¡¡Te haré comer una planta venenosa en cuanto vuelva al sueloooooooo!! No sé si está en el temario de la clase, pero te voy a enseñar por las malas las plantas muy apreciadas por su toxicología....

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- ¡Ssssh, tía, baja la voz!

 

No conocía la Directiva de la Academia pero tampoco quería conocerla en aquel momento. Otro más distendido, como una fiesta, sería preferible a que entraran atraídos por los gritos de la Tía Sagitas.

 

- ¡Por favor, tía! La prima Heliké no viene a robar nada. - No estaba segura que tomar unos ingredientes entre colegas pudiera ser considerado un robo. Era, más bien, un préstamo académico que de alguna manera subsanaría entre ellas. - ¿Quieres dejar de gritar?

 

La tía Sagis se me fue de las manos. La vi darse la vuelta y girar en el aire, quedándose boca abajo. Tintinearon varias monedas y otros objetos que caían de sus bolsillos. Fue cuando vi la varita en la mano de la tía Amya. Levanté las dos manos en son de paz.

 

- No la mates tías, no delante de testigos. - Creo que no era lo que quería decir, sino que no la hiciera daño, pero estaba muy nerviosa. La tía Sagitas acababa de amenazarla con veneno. - Por favor, ¿queréis que vuelva a llorar? Últimamente hacéis que me sienta mal. Déjala caer.

 

Moví las manos, negando mi frase anterior.

 

- No, mejor no, que caiga de forma tranquila, aunque... Tal vez necesitemos atarla a la silla para que no salte a tu cuello, tía... En realidad, creo que estaría bien abandonar la clase de forma ordenada antes de que hagamos algo de lo que nos podamos arrepentir.

 

Estábamos en la clase de herbología con la profesora de Pociones. Seguro que podíamos hacer una tisana con propiedades calmantes, tipo Filtro de la Paz, con el que calmarnos todas. La necesitámos, en mayor o menor medida.

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Por supuesto Amya no se dejó amilanar por la "suave" amenaza que le había lanzado, sino que, sacó su varita y apuntó directamente hacia tía Sagitas. Lo que vi a continuación, bueno...

 

Cómo profesora debería de imponer orden, pero al mismo tiempo la situación cómica que se había dado... Había hecho que estallase en carcajadas a pesar de que tía Sagitas me acusaba de ser una ladrona y que robaba ingredientes para pociones.

 

Después de calmarme le grité:

 

- ¡CÁAAALLATE! - moví la varita mágica hacia su boca he hice silenciarla. Al menos, no seguiría alborotando...

 

Pero por supuesto, Xell, la pobre estaba intentando apaciguar los ánimos de lo que estábamos allí...

 

- Cómo vuelvas a decirme que soy un ladrona, ¡te convierto en una maceta! - amenacé, pero sabía que en cuánto los efectos del encantamiento se pasaran volvería a chillarme.

 

Pero lo que más necesitaba era que se calmara. Rebusqué entre los bolsillos a ver si tenía algún filtro de paz. ¡Si! lo había encontrado, qué casualidad...

 

- Amya, ¿podrías bajar a Sagitas? Y despacio, necesita un tranquilizante mágico y yo lo tengo aquí - moví el suero que tenía en la mano y al menos, esperaba que tía Amya me hiciese caso.

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