Leyes Mágicas IV

[Samantha Sokal]

Samantha escuchó la respuesta de su profesora. Como se temía, había una superposición de poderes en el gobierno de la comunidad mágica. No le gustaba. ¿Realmente siempre había funcionado bien? No estaba tan segura teniendo en cuenta de que en algún momento estuvieron en una guerra civil. Ella creía que había muchas cosas que mejorar pero iba a empezar por algo.

 

- Voy a ir a casa y pensar en otras leyes, porque creo que hacen falta unas cuantas. Pero por comenzar no estoy de acuerdo con que no haya un poder legislativo en si. Entiendo que los departamentos sean quienes propongan las leyes, pero creo que permitir que departamentos como el de Aurores, equivalente a la policia muggle y el de Inquisidores , equivalente a los servicios de Inteligencia del estado propongan leyes podría representar un abuso de autoridad.

- Y una pregunta profesora. ¿Que ocurre cuando alguien es acusado de algo? ¿Es inocente hasta que pruebe lo contrario o es al revés? ¿hay un fiscal y un abogado defensor? No puedo creer que no exista la figura del abogado defensor por lo que mi pregunta es, ¿si el acusado no tiene medios para pagarlo, se le asigna uno gratuitamente? Por otro lado- añadió muy segura de lo que estaba diciendo -creo que los presos políticos, los que están en contra del sistema van a la misma cárcel que los presos comunes, una cárcel en la que los prisioneros están en condiciones infrahumanas controlados por esos seres repugnantes que son los dementores. Evidentemente en el mundo mágico se considera a la cárcel como un castigo y no como un lugar en donde se debe reencauzar al delincuente para que pueda volver a vivir en la sociedad. Es un error que cometen muchos países muggles también. Sobrevivir a Azkaban es una meta casi imposible aunque algunos lo hayan logrado. Yo mejoraría las condiciones de Azkaban. Los presos siguen siendo ciudadanos y parte de la comunidad.- y terminó acotando -Tenemos un sistema carcelario peor que el de la mayoría de los paises muggles, creo que si realmente nos creemos superiores a ellos deberíamos demostrarlo.

- Pensaré otras leyes en casa - dijo finalmente con un suspiro- y la próxima clase las comento.

 

 

 

@ @@Mia Black Lestrange

[Mia.]

Las palabras de la Macnair y Samantha, eran dos polos opuestos, una defendiendo el sistema que se había implantando desde hacía más de 500 años y la otra, dudando de su funcionamiento. La clase comenzaba a ponerse bastante interesante o eso fue lo que se le ocurrió a la ojiverde, por lo que permitió que las dos terminaran de defender su postura y segundos más tarde tenía en mente una de las ideas que le gustaría que se convirtiera en ley, pero... ¿funcionaría?

 

El funcionamiento o no de la ley, era algo que ella no podía prever, por lo que únicamente se limitaría a compartirla con la profesora y con su compañera de clase, quizás algún día, lograría establecerse algo a lo que en su mente se planteaba, pero ahora, era momento de plantearlo con palabras.

 

—Considero que una propuesta de ley, sería regular la magia que pueden realizar los estudiantes... sería bueno, crear una reforma para que puedan utilizarla de manera práctica en situaciones reales, no controladas como hasta el momento ocurre en la universidad. Porque sí bien, los profesores planean la clase y los retos que los alumnos tendrán que vencer, todo tiene un control, jamás se permite que se improvise un poco y sería interesante dar esa apertura. —sus ideas, venían debido al trabajo que había desempeñado como profesora de magia avanzada meses atrás.

 

Quizás podría funcionar, pero eso era algo que no sabía... había llegado el momento de opinar sobre el tema que había soltado Samantha como su propuesta de ley, por lo que meditó un segundo sus palabras.

 

—Creo que la cuestión del sistema penitenciario es algo peculiar, pero estoy totalmente de acuerdo en que una modificación a las leyes quizás nos ahorraría tener presos a tantos y simplemente terminar con esos criminales... aunque otro lado, ¿no somos dioses o sí? para matarlos, pero así dejarían de sufrir la suerte que tienen en la prisión.

 

Sabía que sus ideas podían generar polémica, pero no le importó. Le gustaba la sensación de terminar con la vida de una persona y eso era algo que no iba a cambiar con el paso de los años.

[Samantha Sokal]

Samantha suspiró. Al fin de cuentas magos y muggles pensaban lo mismo. ¿Pena de muerte? Decidió mejor no comentar. Movió la cabeza de un lado a otro tristemente. No había tenido un buen día y esto era lo único que faltaba. Una cosa era matar en una guerra civil que ya de por si era malo y otra muy distinta era implementar la muerte como castigo. ¿Es que se había desvirtuado la función que cumplían las cárceles en una sociedad? ¿Es que los humanos (magos y muggles) estaban dejando de lado la condición que los hacía realmente "humanos"? -¿Cuando nos convertimos en monstruos?- se preguntó.

[Cissy Macnair]

Me sorprendió que la primera en tomar la palabra fuera Samantha, ya que en cierto modo veía a Mía con las ideas más armadas. Pero Samantha tenía algo nuevo, algo que quizás muchos habían pensado pero nadie había dicho en voz alta y eso era lo que a mi me gustaba oír: lo que cada uno pensaba realmente. La sociedad era complicada, muchos preferían callar a tener que argumentar luego o defender una postura, pero aquello era un debate libre, te gustara o no lo que el otro dijera la idea era dialogar e intentar comprender el punto opuesto, aunque no fuera de tu agrado.

 

-El Departamento Auror y el de Inquisidores no proponen las leyes, las aplican. Los departamentos más activos en proposición de leyes son el de Juegos, Criaturas, Accidentes... Incluso Misterios suele mantenerse al márgen- respondí a lo primero que decía Samantha sobre la legislatura del país. Coincidía con ella que centrar el poder en pocas personas era lo incorrecto, era un proyecto de ley que me hubiera gustado presentar-. Hay un fiscal mágico que se encarga de llevar el caso contra el acusado y hay un defensor público que se encarga de defenderlo en caso de que el mago o bruja no pueda costearse los servicios de un abogado por sí mismo. Ambos trabajan en conjunto en el Departamento de Aplicación de la Ley Mágica- continué respondiendo a su siguiente duda sobre los abogados y los juicios mágicos-. Sobre tu última duda, en el caso de los presos políticos la cosa se maneja de forma diferente a los criminales normales. Y no todas las celdas de Azkaban son custodiadas por los dementores. De hecho, sólo aquellas celdas con criminales realmente peligrosos son custodiadas por ellos, mientras que en las otras hay miembros de los magos golpeadores (equivalente a policía muggle). Pero sí, coincido contigo en el tema de que Azkaban necesita una reestructuración.

 

Me parecía que Samantha poseía una postura política que no se ajustaba para nada con el mundo en el que vivía, no que estuviera mal pero sí que podría repercutir a futuro en su carrera. Si algo había aprendido del mundo mágico en mis años viviendo en él era que la política era una de las cuestiones por las que la gente mataba o moría. El poder concentrado en el Ministerio era tan seductor y homicida como los pensamientos innovadores, que, llevados a conocimiento de otros, podrían acarrear enormes problemas. La cabeza de Samantha parecía poseer ideas que necesitaban ser propuestas, armadas y presentadas y eso me parecía algo digno de ver. Últimamente, lo que más hacía falta en el gobierno mágico, era alguien como ella. Alguien que quisiera cambiar las cosas.

 

Volví mi vista hacia Mía cuando tomó la palabra y sonreí, asintiendo una y otra vez.

 

-Me gusta lo que dices. La educación es un paso fundamental hoy en día para poder prosperar en el mundo. Claramente las leyes que regulan la magia en menores de edad deberían modificarse y ser más permisivas. Pero siempre tendremos a los retrógradas que desean controlarlo todo. Después de todo, si te pones a pensar bien, un niño que comete un acto delictivo con magia sigue siendo un niño ante la ley y por lo tanto es inimputable por sus actos, hablando en términos más extremos. Es horroroso que un niño pueda ser expulsado del colegio por cometer magia accidental mientras que muchos otros quedan libres por cosas mucho peores. La libertad de acción sobre la magia posee sus consecuencias y si fuéramos a abrirla más a los menores, deberíamos buscar otras formas de regularla para casos de "picardía", por así decirlo- comenté, dando mi propia opinión al respecto.

 

-En eso no estoy de acuerdo contigo, Mía. Si bien creo que me daría un enorme placer ver a un asesino morir, no se consigue de ese modo devolverle la vida a quien se perdió y mucho menos es un castigo sino que es una concesión de lo que el mismo asesino hizo. Le estaríamos dando la razón que aquel con el poder para hacerlo, puede asesinar impunemente. ¿Es mucho mejor cuando un juez da una sentencia de muerte que cuando la da una persona común y corriente? Porque un asesino no es más que un juez sin papeles y un juez no es más que un hombre con un título. No, creo que la vida y la muerte no es algo que se negocie. ¿Que pague? Por supuesto, pero con años y años de tortura en soledad y oscuridad para pagar por sus crímenes. En mi opinión, la muerte no es más que una liberación- terminé por decir, notando que Samantha había puesto una expresión de tristeza ante el tema de la pena de muerte.

 

-Bueno, creo que ha llegado el momento de concluír con la clase y, aunque me gustaría extenderla mucho más, se nos está terminando el tiempo. Han sido excelente alumnas y espero sigan estudiando, porque las leyes continuarán actualizándose (esperemos)- dije a modo de despedida, mientras miraba el reloj que estaba en la pared, sobre la puerta y que momentos antes no había estado allí.