Pociones

[Lyra Katara Selwyn]

Había dejado el salón de la clase y llegado a la Universidad, lo cual me tranquilizaba. Me recargué en en un árbol pensativa. Ya le enviaría una carta con mis disculpas a la profesora, pero no me arrepentía. Mi salida de ese lugar fue muy rápida y curiosamente, no vi nada raro, excepto ver un salón de clases en medio del bosque.

 

Cierto, al salir había escuchado los ruidos y el olor del que hablaban, al parecer la poción que tomé había funcionado, pero no vi nada. Quizás porqué no me espere a ver que era lo que estaba acercándose en ese momento a la puerta del salón. ¿Podrían ver esas cosas a través de la ventana? No estaba muy segura, pero ya no podía hacer nada.

 

No era tiempo de buscar encantamientos para traer el salón de clases a la Universidad, aunque más bien parecía ser una maldición. Me puse a buscar algo más útil y encontré un salón vacío, parecía tener mucho tiempo en que se hubiera ocupado por última vez. Cerré la puerta con seguro y magia para poder trabajar, no sin antes encender las luces.

 

Pude ver que tenía una serie de estantes con libros de muchas materias y vi los ingredientes que había para una poción de confusión. Al leerla, me di cuenta que al o mejor la había tomado en clase gracias a alguno de mi compañeros, no recordaba tenerla en mis posesiones. A lo mejor eso explicaba porque no había visto lo mismo que los demás ni escuchado el supuesto ataque al salón. Era algo extraño.

 

Prefería crear una poción diferente, algo como la esencia de Murtlap.Tomé otro libro y en el aparecía la receta. Afortunadamente, llevaba los ingredientes que nos había dado la profesora y en el salón había una estantería con una gran variedad. Saque el caldero y empecé a prender fuego para poder realizar la poción.

 

Todo parecía estar bastante tranquilo y eso me alegraba, por lo que empece a sacar las cosas que necesitaba de la estantería, mientras dejaba que el caldero empezaba a calentarse.

[Helene Eloise Bellerose]

Y de repente, todo se había vuelto una cosa de locos.

 

La Weasley no sabía a dónde dirigir su atención, si a la puerta, a la maestra, a Sagitas o a Lyra. Realmente estaba confundida, empezaba a contrariarse, no sabía si se había apuntado a una clase de locos o qué. Las observó a todas de hito en hito, sin atreverse a intervenir como si fuera con eso a romper la fragilidad de la tensión que flotaba en el ambiente.

 

Pero no fue ella quien rompió la tensión.

 

Una serie de preguntas aturdieron a la maestra, la impaciencia crecía entre las estudiantes, algunas incluso manifestaban con bastante claridad su desagrado. Ella recogió sus pasos alejándose de aquel barullo y se dirigió hacia Groter, recargándose en uno de los pupitres que se encontraban cerca. Lo observó como tratando de descifrar si él pensaba igual.

 

—Vaya primer día de clases, ¿no? —Comentó sin saber como sentirse. Por allá seguían discutiendo, al parecer Lyra no estaba de acuerdo con quedarse y las demás chicas querían salir a explorar. Heliké les recordaba que no se trataba de una clase de herbología, lo cual en cierta parte era cierto aunque seguía sin explicar el por qué la clase había sido trasladada hacia allí. La presión ascendió hasta que finalmente estalló en la maestra que había empezado con la mayor cortesía a responder las inquietudes, pero Helike era evidentemente un ser humano (a pesar de su vampirismo) y poco a poco llenó su copa de paciencia al tope, dejando al estallar un montón de pedazos que involucraban maldiciones y recordatorios de quien era la persona que tenía allí la autoridad. Con un severo cállense, los dejó a todos pasmados.

 

Ni corta ni perezosa, Lyra desapareció y casi con la misma rapidez, la maestra y Sagitas empezaron a decir algo sobre la niebla. Kassandra se desesperó también.

 

—¿Qué con la niebla? ¡Hablen!

 

Pero no obtuvo respuesta inmediata. Se estaba empezando a frustrar y pronto sus compañeras espabilaron también y se quejaron por los gritos de Helike. Kassandra cerró los ojos con suavidad y dirigió las yemas de los índices hacia las sienes, dándose un masaje que pretendía ser relajante. Pero no duró mucho porque un golpe sonó de alguna parte muy cercana.

 

—Qué diablos... —Se quejó entonces, descomponiendo la postura. Observó a Groter con preocupación. Aparentemente la profesora estaba recuperándose, pero se podía notar su nerviosismo por el temblor de sus manos. Hizo el ademán de preparar alguna poción, luego mencionó algo sobre beber filtro de la paz. Un frasquito levitó hacia ella y lo miró con sospecha pero se lo bebió sin protestar. Regresó lentamente a su asiento, parecía ser que al fin la clase daría comienzo.

 

Escuchó con detenimiento y observó su caldero, como advirtiéndole con la mirada que no fuera a echar las cosas a perder. Picó, machacó y preparó los ingredientes de acuerdo a lo dicho por la maestra, tratando de ignorar los ataques exteriores hacia la estructura. Tenía la varita en la mesa, solo por si acaso.

[Lyra Katara Selwyn]

Algo en aquel lugar me hizo dudar. Quizás no estaba del todo segura en ese salón de clases, por lo que decidí regresar, una vez que termine la poción. Era una sensación desagradble para mi, la que me daba ese salón de clases, igual que el anterior, pero ¿qué se podía hacer? No quería que se atreviera a reprobarme la profesora por haberme ido, ¿pero dónde estaba el salón'?

 

 

De repente, sin saber porque, aparecí en el mismo nuevamente en el salón de clases, bastante molesta. Me senté en mi escritorio sin hacer caso de nadie, pero a partir de ese momento trataría de seguir las directrices de la profesora. Porqué al fin y al cabo, ella era la que sabía del tema, aunque no supiera ni en que lugar estábamos.

 

Saque mis cosas del monero de piel de moke y deje el escritorio como estaba al principio. Movi la cabeza negativamente.

 

-Lo siento, llegué a la Universidad y me encontré con un salón de clases que me pareció más seguro que este, que en cualquier momento puede moverse. No entiendo porque una niebla les preocupa más que el hecho de que salones cambien de su sitio.- Comenté.-No encontré a los directores en su oficina, pero les deje una lechuza, solicitandole ayuda. Es una lástima no haberme podido quedar más tiempo ahi para guiarlos.

 

Comenté. Había alcanzado a escuchar lo que dijo la profesora de la poción que ibamos a realizar. Tomé los ingredientes , aunque primero encendí el fuego y le heche agua con el hechizo indicado, todo sin decir una palabra. Pique las cosas que necesitábamos, y espere a ver que hacia la profesora, antes de hechar los primeros ingredientes al caldero.

 

-Al menos ya estamos viendo pociones.- Pensé.

 

Me recargué en la silla, pensativa.

 

-¿Ya podemos hechar los primeros ingredientes al caldero o todavía no? Porqué solo nos dijo que los fuerámos picando. Pregunté.-Y no quiero hacer mal las cosas, profesora.

 

Era terrible estar en un sitio sin poder moverse casi y sin poder hacer otra cosa que la la profesora dijera. Pero podría soportarlo un poco más.

[Groter Shulton Granpié]

Groter Shulton Granpié

Gritos o mas bien, pleito, todo el tiempo se la pasaban hablando aquí y allí, unas peleando por salir, otras por quedarse, la profesora quejandose porque todos piensan en mas soluciones, tantas soluciones como ella cigarrilos y la familiar de la profesora haciendo bromas y diciendo tonterías.

 

Yo ya estaba sentado desde antes, así que cuando la profesora dio la indicación de hacerlo tan solo esperaba que todos la cumplieran, les gustaba no hacer las cosas que decía la profesora y creo que sólo era por molestarla, por no seguir indicaciones, una tonta reveldía.

 

Sonreía cuando Lyra daba sus opiniones, la apoyaba, me gustaban sus ideas, tal vez no era clase de herbología o tampoco se tratara sobre recoger partes de animales pero al menos hasta ahora eso sonaba mas interesante que lo que fuera que ya hubiera dicho la profesora. - Si, tal vez no sean esas clases... Pero al menos estamos buscando una respuesta... - Susurré porque no me gustaba llamar la atención, mientras mas sin tiempo sin que me notaran sería mejor, pero a veces no me gusta guardar silencio del todo.

 

Mire a Kassandra mientras tomaba la poción, estaba nerviosa y no era para menos, de la nada la profesora y un par de compañeras se asustaban por una niebla y no entendía en lo más mínimo, estaba mas inquieto por dónde estuvieramos, pero parecía que guardaban secretos, secretos importantes. - ¿Tu entiendes? - Le pregunté a mi madrina antes de darle un trago a la poción para que nos calmaramos.

 

¿Por qué todos estaban tan preocupados? Escuché el reclamo que Kassandra les hizo a los que tenían mas información, pero me parecía inútil, mejor comencé a mirar los ingredientes de los que iba hablando la profesora y los iba checando uno por uno, miré mi caldero pero también estaba vacío, así que saqué mi varita y la agité conjurando "Aguamenti" en el interior de mi caldero y ya que tenía mi varita afuera decidí hacer algo por los demás, repetí el proceso invocando el hechizo "Aguamenti" en el interior del caldero de Kassandra, después prendí el fuego siguiendo las indicaciones de la tutora que por desgracia parecía menos calmada que mis compañeras.

 

- Permíteme... - Le dije a Lyra después de que preguntó a la pofesora sobre qué hacer con los ingredientes, si comenzar con la poción, le cerré un ojo mientras agitaba la varita para conjurar otro hechizo de "Aguamenti" dentro del caldero. - Supongo que en algún momento comenzaremos... - Sonreí y volví hacia mi caldero y a fijarme en las instrucciones que la tutora nos iba diciendo, paso a paso.

 

Tomé los ingredientes que estaban junto al caldero con el fuego ya encendido, habían mandrágora, diente de león, dos ojos de sapo y un par de alas de murciélago disecadas, también tomé el cuchillo y uno por uno comencé a picar los ingredientes en la tablita, como cocinar, solo que jamás comería eso sin cocinar.

[Lyra Katara Selwyn]

Al parecer, estaba tan molesta por no encontrar a los directores en la oficina, que había hechado el agua en otra parte. Afortunadamente mi compañero me ayudó mientras realizaba un tergeo al piso para limpiar el agua.

 

-Gracias, eres Groter, ¿verdad? Soy mala para los nombres.- Dije disculpándome.-No se que me pasa el día de hoy.

 

Escuché su comentario sobre empezar la clase pronto y asnetí, mientras me asegura que todo estuviera bien cortado , de ser posible todo del mismo tamaño, aunque para hacer eso necesitaba una atención que el día de hoy no tenía.

 

-Al menos espero que la clase de debate ya haya terminado, ¿no crees?- Sonrei. -¿Tu ya conocías a la profesora antes de la clase? Había escuchado que era bastante buena, pero imagino que la clase se dio en condiciones normales y por eso no se mostraba nerviosa.

 

Era cierto que nosotros en parte teníamos la culpa, pero de todas formas eos de estar en un ambiente donde se empezará a gritar no era algo que me gustara demasiado. Para mi al menos no era el ambiente indicado para pociones. ¿Cómo nos iba a defender de lo que estaba afuera, si no podía la profesora con nosotros?

 

-Es una lástima no haber encontrado nada respeto a la niebla,- Me encogí de hombros mirando a mi compañero que ya estaba concentrado en su caldero. No pude evitar pensar que debería hacer lo mismo.

[Mia.]

Los tentación de sumergirse en sus pensamientos, había sido mucho más fuerte que cualquier comentario mordaz o atrevido que pudiese realizar cualquiera de los presentes. Estaba cansada además de tener un poco de cruda, lo único que quería era dormir y tomarse una copa de whiskey, pero lamentablemente eso no iba a ser posible, por lo que intentó centrar nuevamente su atención en las personas que la rodeaban.

 

¿Por qué discutían? Esperaba que no fuese por la excelente rutina que comenzaba a formarse en la clase, unos alegaban y otros respondían... de lo más normal del mundo, con la única cuestión de que no se encontraban en una materia normal, era pociones y su parecer, no había hora para que comenzaran a preparar lo que les atañía. Las palabras de Sagitas y Heliké llegaban a sus oídos, además de comenzar a aburrirla, la hacían cuestionarse ¿cómo había inscrito esa materia? primero lo que odiaba y después lo que le gustaba, por esa sencilla razón.

 

Permaneció unos minutos más en silencio, hasta que el aula comenzó a llenarse de varios ruidos extraños y de una niebla que les cubría la visión, ¿qué estaba pasando? no lo sabía, pero no perdió la calma, dejo la niebla los cubriera por completo y se desatará el caos. Sí, todo se había vuelto un caos, muchos gritos y la perdida de estribos por parte de la profesora, no hicieron más que divertir a la matriarca Black Lestrange.

 

—Lyra, calma... no pasa nada y si algo ocurre, todo es responsabilidad de la profesora. —soltó con total calma, al ver que esta salía del salón con la intención de pedir ayuda.

 

Mientras tanto, en el salón todos seguían hablando a la vez... hasta que comenzaron a recuperar la calma nuevamente. Intentando "integrarse" a la clase por completo, se acercó un poco más a donde estaba la profesional, y negó lentamente.

 

— ¿Cómo que supone que en algún momento comenzaremos? —la molestia era evidente en su voz, porque en esta ocasión, no había intentando ocultarla—. Venimos a aprender sobre pociones, ¿por qué no iniciar de una vez? estamos perdiendo tiempo valioso y al menos para mi, el tiempo vale oro. —completó con fingida calma y una media sonrisa.

 

Miró a su prima y a los demás miembros del grupo, intentando encontrar una respuesta al porque se estaba posponiendo tando el inicio de la clase.

[Groter Shulton Granpié]

Groter Shulton Granpié

- De nada, no te preocupes, ya tenía la varita afuera y era mejor utilizarla sabíamente. - Bromeé mientras juntaba las manos y cerraba los ojos fingiendo estár muy concentrado. - Groter, así es, mucho gusto Lyra. - Luego inventaba los nombres, así que si no lo corregía quería decir que lo había dicho bien y no pude evitar sonreir.

 

- Siempre odie los debates, prefería llevar las aguas para los que están hablando que comenzar a discutir sobre algun punto y sre necio... - Subrrayé el final de mi oración para que lo escucharan y sonreí volviendo a poner atención en los ingredientes, no quería cortarme un dedo.

 

- Hasta hace unos minutos a la única persona que conocía de este lugar era a Kassandra, antes no conocía a nadie... Si eso escuché, tal vez solo fue un lapso, pero hablan bien de ella. - Le comenté mientras juntaba los ingredientes ya picados a un lado de la tabla.

 

- ¿Estabas buscando? - No me había fijado que antes hacía eso, dejé de cortar un momento para girarme y verla de frente. - Sería mas sencillo si ellas nos hablaran de lo que saben... - Le dije a modo de queja, odiaba los secretos, sobre todo cuando no eran necesarios, si era peligroso, todos corríamos el mismo peligro, no tenían que guardarse nada.

[Mia.]

Observó los ingredientes que tenía delante de ella... intentando tranquilizarse, tomó entre su diestra un cuchillo y comenzó a hacer lo que algunos de los alumnos, cortarlos en pequeños trozos, ¿por qué lo hacía? realmente no lo tenía claro, pero algo que sí sabía, era que no iba a suspender la clase aunque le costase controlar el mal humor que se incrementaba en su interior, intentaría llevar la clase por lo sano.

 

—Me alegra saber que no soy la única que nota que hay demasiado murmullo entre dos de las presentes. —dio la razón a Groter, mientras seguía cortando los ingredientes que tenía cerca.

 

Odiaba hacer cosas como aquella y más porque en momentos "normales" le habría pedido a su elfina que se encargara de esos detalles que podían dañar sus manos por algún accidente. Prestó un poco más de atención a la conversación que mantenía un joven con su prima, para después, dejar a un lado su cuchillo, puesto que había terminado de realizar esa sencilla tarea, ¿podrían pasar a otro paso? ¿o la profesora seguiría dándoles largas? eso era algo que esperaba resolver en breve.

 

—No había escuchado comentarios de ella... pero me queda claro que quizás no eran tan acertados. —no iba a cuestionar los métodos de enseñanza de la profesora, pero, tampoco los iba a aplaudir, si estos no eran de su agrado— Por cierto, soy Mia Black Lestrange. —se presentó, algo inusual en ella, pero como las palabras eran dirigidas a Groter, intentó sonar amable para terminar la clase cuanto antes y quizás con la ayuda de su prima y el joven.

[Lyra Katara Selwyn]

Entendía la molestia de Mia y lo que comentaba Groter sobre los cuchicheos de la clase que tanto molestaban, pero al final eso mismo haciamos en ese momento. Sin saber porqué me había deprimido bastante y no lograba concentrarme.

-Bueno, Groter, ya nos conoces a mi prima y a mi. Espero verte de nuevo después de clases, si te interesa. Si quieres mandame una lechuza a la Selwyn con los datos de algún negocio en que pueda visitarte.- Comenté alegremente.-Tienes razón, Mia. Debo tranquilizarme o no me saldrá ninguna poción. ¡Rayos! ¿Se dieron cuenta que lo de los murmullos es contagioso? Ya estamos los tres igual que ellas.

Termine de cortar todo los ingredientes que estaban en el escritorio. De verdad me pasaba algo en ese ambiente que no podía hacer que me concentraran.

-¿Saben qué? Niebla o no, sea lo que sea que este afuera no me afecto hace rato como lo hace este salón. Aquí debe haber algo que atrae a esa cosa, ¿no creen? De lo contrario, no estarían esa niebla o lo que sea que traiga con ella atacándolo.- . Comenté. El tema de la niebla y que no nos dijeran nada ya me había cansado y no me sentia bien.-No se ustedes, pero yo me voy. De verdad necesito ir a San Mungo, eso me esta poniendo mal.

Le sonreí de nuevo a Groter que me había ayudado y a Mia para que no se preocupara. Esta vez no guarde nada en el escritorio del monedero de piel de moke, solo tenía en la mano mi varita y el monedero. Apague el fuego del caldero y sali, desapareciendo del lugar de inmediato. Tampoco intentaria esta vez pedir ayuda, como Mia había dicho, era responsabilidad de la profesora y no podía obligarnos a quedarnos en un sitio peligroso haciendo pociones.

Senti alivio cuando aparecí en la Universidad nuevamente, esta vez cerca de la Taberna del Loro Tartamudo por alguna extraña razón, quizás fuera algo que me viniera bien, después de todo. Había sido grosera por la forma de irme sin decirle nada a la profesora, pero mi salud era primero.

Preferí ir directamente al Callejón Diagon a buscar algún sitio nuevo que visitar, aunque espere un poco a Mia, no estaba segura si me había seguido, sino ya hablaríamos en la Black Lestrange.

¿Qué pasaría con mis otros compañeros? No estaba segura, pero deseaba que lograran salir bien de la clase.

Editado 12 de Noviembre del 2015 por Lyra Katara Selwyn

[Helene Eloise Bellerose]

Picaba los ingredientes casi con violencia, era cierto que no se fijaba mucho en lo que le rodeaba y menos en quienes le rodeaban. No notó que olvidó ponerle agua al caldero y observó agradecida que a Groter no se le había pasado por alto ese particular. Con un chorro certero de agua llenó su caldero y hasta encendió el fuego.

 

—Gracias

 

Apenas con un susurro respondió y le dedicó una sonrisa cálida. Notaba que la poción que se había bebido empezaba a hacer efecto y eso le abrió la mente y le permitió observar cosas y detalles que no había podido notar con anterioridad. Había estado picando mal los ingredientes, bufó y se puso a hacerlo de mejor manera.

 

Groter por su parte, se comunicaba en susurros con dos de sus compañeras, lo suficientemente calmado como para socializar. La castaña alzó la cabeza con curiosidad y observó a Mía, horrorizada por no haberla notado con anterioridad. —Oh por Merlín, ¡Mía! ¡no te había visto antes!¿Como has estado? —La disculpa era genuina, la matriarca de su antigua familia se había dado un tiempo de la dirección de Gringotts y se encontraba allí, con ellos, fingiendo que todo estaba bien y tratando de preparar una poción.

 

Tenía ganas de preguntarle por su padre, por la familia en general. Su tiempo en la Black Lestrange había sido dichoso y tenía mucho cariño por los miembros de esa familia. Pero no sabía si estaba en orden entablar una conversación social, menos si los ánimos estaban caldeados.

 

Como leyendo su mente con esa última afirmación, Lyra se puso de pie una vez más y salió de la clase con dirección al hospital, según había alcanzado a escuchar. No la culpaba, a pesar de los efectos de la poción, la clase tenía un aura extraña que parecía consumir los ánimos de las personas que estaban adentro. Eso sin contar obviamente el ataque bastante evidente de la niebla.

 

Miró a Groter una vez más, él estaba llevando las cosas de una manera muy serena y calmada. —¿Cómo lo logras? —Inquirió divertida. Recordó entonces que el licántropo al igual que ella debía tener intereses muy específicos con respecto a aprender a preparar pociones.