Conocimiento en Maldiciones + Cuidado de Criaturas

[Juliens]

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Agitó la varita por enésima vez aquella tarde. Muchas de las criaturas del bosque habían sido encantadas para atacar a cualquier persona que se acercara sin causar un daño mortal. Pero habían otras tantas a las que se les ordenó no contenerse. Aquel espeso bosque era, quizá, mucho más peligroso que acercarse al velo de la muerte en el departamento de misterios.

 

Aquella clase era un tanto extraña pues no se había efectuado nada parecido antes. Beltis sería quien aprendería el uso de diferentes maldiciones a través de la práctica de mano de Bastian. Mientras que la otra parte, que se desarrollaría al mismo tiempo, sería atendida por Kelian que además de haber aprendido directamente de su padre tenia cierta habilidad natural para cuidar de las bestias.

 

La parte teórica de aquel experimento había sido enviada a ambas alumnas por separado pues -aunque los cuatro estarían en el mismo sitio- cada pareja se encargaría de cubrir una parte diferente de aquella excursión por el bosque.

 

—¿Estás listo para esto? —preguntó Bastian a su hijo

 

—Ya no tengo miedo a los hipogrifos si es que eso es lo que preguntas. Pasé esa etapa hace mucho tiempo. Acéptalo, ya no soy un niño. Soy mayor de edad —dijo el mago menor.

 

—Eres igual de irritante que yo —respondió —. Alístate que estarán por llegar

 

La espada que Bastian llevaba a la espalda no era incómoda y su peso apenas le resultaba diferente. Lo más probable era que no la usara aquel día pero nunca estaba demás ser precavido.

 

 

No pasó mucho tiempo y las dos brujas se hicieron presentes en el claro del bosque.

 

 

—Mi nombre es Bastian Malfoy y junto a mi pueden ver a mi hijo Kelian. Está capacitado en el cuidado de Criaturas Mágicas por lo que el día de hoy será ayudante en aquella rama de la clase. Espero que la guía de encantamientos y de cuidado de criaturas les haya llegado según corresponde. Me gustaría conocerlas

 

Bastian y Beltis, si bien eran hermanos, jamás habían coincidido fuera de la Marca Tenebrosa salvo en un par de ocasiones en donde fueron presentados. Era su misión como hermano molestarla.

Editado 3 de Noviembre del 2015 por Juliens Malfoy

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

Aparecí luego de haber tomado el translador en la entrada a un espeso bosque en el que estaba muy segura que no entraba luz y que era un sitio que no había pisado dios. La lechuza que llegó aquella tarde luego de ulular e irse con un trozo de pan en el pico como recompensa dejó la carta que venía con las instrucciones para la clase de conocimiento que había decidido tomar. Ponía que sería algo diferente a lo que se había venido enseñando últimamente en la universidad. Torcí la boca y me encaminé para tomar el translador y luego de agarrarlo y sentir esa tan incómoda sensación llegué a donde me encontraba ahora.

 

Hacía años de que había dejado la universidad y había estado dejando para después el hecho de tomar un conocimiento hasta que me decidí que ya era hora para aprender algo nuevo. No podía evitar sentir un poco de nervios y miedo a equivocarme... o incluso a no salir viva pero bueno, eran cosas a las que ya me había acostumbrado pues en mi trabajo arriesgaba el pellejo todos los días. Las clases que había tomado no eran la excepción, había estado en peligro de muerte en todas y cada una de ellas.

 

Tomé la varita con la diestra y me di cuenta de que había un par de personas allí... dos hombres, al parecer serían encargados de la clase. Escuché la bienvenida que dio Bastian... así que el otro es su hijo. Asentí y decidí presentarme.

 

-Buenas, es un gusto. Mi nombre es Ley Gryffindor y yo estoy aquí por lo del conocimiento de maldiciones... la carta ponía que se tomaría ésta clase junto con los de cuidado de criaturas mágicas- esperé por una respuesta.

 

Me di cuenta de que solamente estaba yo y nadie más... o había llegado muy temprano o nadie más iba a venir, pero bueno, ya llegarían los demás alumnos.

[Bodrik]

Desde la nueva reforma del ministerio de mágica, Bodrik había decidido cursar algunos nuevos conocimientos interesantes para obtener los certificados correspondientes y reforzar los temas visto en la Academia. Por esta razón, decidió inscribirse en Cuidado de Criaturas Mágicas en la nueva universidad. Según las reformas la sección de especialidades se llamaba Ateneo y había generado gran expectativa entre la comunidad mágica. Se inscribió y espero el aviso correspondiente, que no tardaría en llegar. Esperaba que esta vez no se tratara de una antisocial como la anterior.

 

Dos meses más tarde una lechuza anunció el inicio del curso y Bodrik, que en ese momento estaba atendiendo una emergencia dentro del Hospital mágico se dispuso a acudir al llamado refunfuñando claro, porque le molestaba dejar tirado su trabajo y más en ese momento de caos dentro de las instalaciones de San Mungo. Hace poco habían tenido Zombies, después un ataque terrorista y ahora estaban atravesando por una emergencia relacionada con el escape de un dragón que deambulaba por las calles de Londres dejando heridos a diestra y siniestra y en el hospital no daba abasto.

 

Esta vez pudo cambiarse la ropa por algo que le resultara cómodo. Decidió usar unos Jeans no tan ajustados, una blusa de color negro ceñida a su delicada figura pero cómoda y con un pequeño adorno de una mariposa rosa al lado superior izquierdo, tenis converse. Su cabello lucia suelto y adornado con una cinta de color rosa atada con delicadeza. Por otro lado, no estaba maquillada.

 

El ministerio de magia hacía de las suyas cuando se le ocurrió modificar las instalaciones de la antigua Academia de Magia y Hechicería por un nuevo concepto universitario, más complejo y con instalaciones enormes. Después de haber tomado el traslador que la llevó directo al claro de un bosque que obviamente parecía peligroso y fue allí donde le vio.

 

Se trataba de Bastián su antiguo compañero de la academia no solo en los años como estudiante, sino también en los años como Maestra de Generales. Sintió un Gran alivio pues confiaba en los amplios conocimientos del mago acerca de este tema, de hecho en el curso que dictaron juntos también habían elegido un bosque y no cabía duda que ambos amaban a los animales.

 

Por supuesto Bastián no se encontraba solo. Tal como lo indicaba en el informe preliminar del curso lo estaría acompañando alguien más, pues en este nuevo concepto unirían dos cursos en uno: Conocimiento de maldiciones y Cuidado de criaturas mágicas, ambos temas diferentes peor que podían encontrar un punto convergente.

 

Cuando el resto de sus compañeras apareció el Malfoy se presentó y a su hijo también y luego de explicar que este sería su instructor Bodrik estuvo a punto de protestar, pero se contuvo esperando que un hijo de Bastián estuviera bien capacitado, pues sino estarían en serios problemas. Por alguna razón en todas sus clases un Malfoy había sido el profesor.

 

Una a una comenzaron a imitarlo- Mi nombre es Bodrik Lockhart hasta ahora me desempeñe como Jefe de la casa de los Centauros dentro de la academia, además de ser Jefe de la planta del hospital mágico, y tengo grandes expectativas sobre el cursó- dijo sin dar muchas explicaciones. Por suerte tenía la guía que su excompañero había mencionado.

 

@

Editado 9 de Noviembre del 2015 por Bodrik

[Beltis]

- No sé a quién en su sano juicio se le ocurre ponernos a los dos en la misma clase.

 

Beltis hablaba mientras acomodaba su cabello plateado en una larga y gruesa trenza. Habían logrado hacer vidas separadas, lo que le convenía a ambos, pero sobre todo a su madre. Aquel recién aparecido solo pretendía complicar una situación familiar que ya era de por sí muy compleja ¿Qué se traía entre manos? Ainé tenía algún tipo de predilección por los hombres rusos, Beltis podía entenderlo hasta cierto punto pero ¿era necesario darle hermanos?

 

- Espero que sea una broma de mal gusto ¿Acaso quieren que la clase sea un desastre? Tendré que hacer una reclamación a la dirección...¡Bastian! ni más ni menos ¿no había otro profesor?

 

- ¿Baldridge puede hacer algo por la señorita Beltis? -el elfo que le había dado la nota se llevó una mano al puñal que llevaba al cinto-. Baldridge estaría muy contento de servir a Beltis.

 

- Nada de eso -la bruja alzó una mano antes de que el elfo replicara-. Tu deber es cuidar de esta taberna y de Rose, deja que yo me encargue de mi querido hermano. Además creo que el pobre Bastian estaría en desventaja ante tus habilidades superiores, y solo queremos darle un escarmiento para que regrese por donde vino.

 

Baldrige frunció el ceño lo que le dio un aire a un niño al que le quedaba la piel muy grande. Tomó la bandeja con los restos del desayuno y se dirigió a la puerta.

 

- Como diga la señorita -dijo algo airado-, pero le echaré un ojo encima a ese Bastian.

 

- Me sentiré mucho más tranquila.

 

Un atisbo de sonrisa apareció en el pecoso rostro de la bruja, mientras el elfo salía de la pequeña habitación que habían acondicionado para ella en el Caldero Envenenado. Bladrige tenía como afición enfrentarse a los magos que amenazaban a sus señores, se consideraba el adalid de la caballerosidad y acababa por verse en aprietos más veces de las que él mismo reconocía. Claro que Beltis no estaba en peligro, pero no le quitaría aún esa idea de la cabeza...prefería mantener al elfo con navaja a su lado, alguna vez podría serle útil.

 

Se echó la capa de lana verde sobre los hombros, encima de una sencilla blusa de algodón y unos pantalones de lana negros, finalmente se calzó unas botas de cuero negro y deslucido. Las clases en la Universidad no solían ser tranquilas, así que optó por algo que le permitiera moverse con facilidad. Esa clase sería un suplicio a menos que ella hiciera algo al respecto.

 

El traslasor la arrastró con violencia, jalándola desde el pecho hacia lo desconocido, para arrojarla en un abrir y cerrar de ojos sobre tierra húmeda llena de hojas amarillentas. Beltis hizo acopio de fuerza y se enderezó justo a tiempo para caer lenta y suavemente sobre los pies. Odiaba utilizar traslasores, le había costado una eternidad encontrarle el truquillo al asunto y varias veces terminó con la cabeza en el suelo.

 

Se acercó al grupo que se había congregado en el claro del bosque. Aquello no pintaba nada bien, pero necesitaba ese conocimiento ¿La reprobarían si atacaba a un profesor?

 

- Mi nombre es Beltis Malfoy, un placer -dijo con una voz fría, átona, saludando con un sutil gesto la cabeza mientras mantenía ambas manos en los bolsillos del pantalón- me dedico a...

 

<<¿Acaso todo el mundo tiene una profesión definida?>>

 

- investigaciones de diferente tipo.

 

Realmente no era un trabajo reconocido, pero era lo que hacía. Solo era una forofa del conocimiento y del estudio de diferentes ramas de la magia. Además era Warlock por servicios especiales y líder del bando tenebroso, pero eso no le interesaba a esas mujeres.

 

 

 

 

 

 

[Juliens]

No pasó mucho tiempo, en realidad unos minutos, para que las brujas participantes de la clase comenzaran a presentarse. Sinceramente solo una de las mujeres en aquel lugar era ¿de su agrado? si es que se podía decir agrado al sentimiento de no querer matarla de formas poco compasivas. Beltis era, sin lugar a dudas, una persona que le parecía irritante. La odiaba un poco, quizá mucho, aunque en realidad no debería. Él estuvo alejado de Ainé por años y solamente acudió a ella cuando se lo ordenaran. Pero con eso de que la sangre llama, se había encariñado demasiado rápido para su gusto. En principio le dio igual, pero cuando comenzó a sentir empatía le importó. Pese a todo, era de Beltis (y de Kelian, obviamente) de la única persona a la que posiblemente le confiaría muchos de sus más tenebrosos e ilegales secretos.

 

—Quizá al terminar esta clase tengamos que ir a la dirección de la universidad y a pedir ciertas explicaciones. Hay algo con lo que en absoluto estoy de acuerdo. Pero nos centraremos en lo que sucederá hoy.

 

Keilian puso los ojos en blanco. Él era diferente en ciertos aspectos a su padre. Si bien había madurado y cada día comenzaba a parecerse más a su padre, habían en él aspectos que no podía localizar en su pasado. Le importaba lo que los demás pensaran de él, lo que la gente que le importaba pensara de él. Y su tía estaba en aquella lista mental. Todos los meses le reclamaba a Bastian por no tratar de resolver los problemas que tenía con Beltis.

 

—Bastian aveces cree que sigo siendo un niño, pero confía lo suficiente en mi para darme el control parcial de la rama de criaturas de esta tarde de excursión. Beltis y Ley se encargarán, junto a Bastian, nos despejarán el camino —señaló a Bodrik y luego tocó su pecho —. Nuestra misión es salvar a las criaturas reales que habitan este bosque cuando ustedes las hieran.

 

—Deben utilizar maldiciones diferentes —interrumpió a su hijo para tomar la palabra —. Todas, y como hacerlas, están en el material que les envié y que debían estudiar. Intenten no matar a ningún bicho. Hay cosas que, lamentablemente, están fuera de mi control. En el camino vi varios inferis. Digamos que este bosque utiliza a sus víctimas como armas. Deben verlo como a un mago tenebroso

 

Se detuvo en Beltis por un segundo. Sus miradas se cruzaron. Quizá las criaturas no atacarían a los dos hermanos. Quizá. Cuando Bastian lo visitaba solo, tenía una magia muy antigua y oscura aquel lugar, nunca había sido atacado por magia oscura. Solo tuvo que batallar con algunas criaturas. El bosque, la isla en realidad, lo habían identificado como igual. Pero tanta positividad podría interferir en la percepción de aquel lugar.

 

—Deben ser fuertes, he de adelantar. En el centro de este lugar hay una enorme torre negra. Con apariencia aveces de un obelisco, aveces no. Tiene una atracción muy fuerte, difícil de ponerle oposición. Si no se concentran y liberar su propia oscuridad serán consumidos.

 

No iban a haber más explicaciones. Señaló el camino a seguir. Él no iría primero, aquella era la misión de Ley y Beltis.

[Ley Gryffindor Rosier]

Como era de esperarse llegaron dos personas más para unirse a la clase, a una de ellas la conocí aunque no había tenido la oportunidad de platicar y presentarnos, pero sí sabía que era una compañera del bando. Luego llegó otra bruja a la que de plano no tenía el gusto de conocer. Se presentaron ambas y luego de eso el profesor junto con su hijo nos dieron las indicaciones. Tan solo éramos dos alumnas... esperaba un poco de más concurrencia como lo había sido en aquel entonces la academia, pero bueno con las reformas del ministerio todo había cambiado y teníamos que acoplarnos.

 

El profesor junto con su hijo tomaron la palabra... de modo que tendríamos que lidiar con bestias. Suspiré y maldije en mis adentros porque yo no había venido a luchar con animales, pero si nada podía evitar que tomara aquello ni modo, hecho estaba ya... además de que había pagado por el conocimiento.

 

Me alcé de hombros y saqué la varita para comenzar a caminar hacia la dirección que el profesor Bastian apuntaba. El bosque se veía con una espesura y una oscuridad fantasmal, no se escuchaban muchos ruidos, era como si los demás animales tuvieran miedo de ser escuchados. Escuchar que allí había inferis no me hizo sentirme nada de reconfortada y comencé a pensar en qué hacer si me los encontraba. La respuesta era obvia, tenía que usar maldiciones... pero apenas estaba allí para aprender. Giré la vista una vez más hacia atrás dejando la paz en la que estábamos en el olvido y comenzamos a adentrarnos.

 

Según había entendido, Beltis y yo teníamos que aturdir a lo que nos encontráramos en el camino... pero ¿y los demás? Bueno, ya se vería... De reojo observé a Beltis y volví a centrarme en el camino por delante, caminaba lento para estar alerta ante cualquier ruido extraño.

[Bodrik]

Había pensado que Bastian la recordaría, pero al parecer esto no había sucedido, o simplemente le estaba ignorando. Tal vez debía inclinarse más por la segunda opción pues conocía al mago y sabía que era perfectamente capaz de hacerlo, por eso se encogió de hombros al ver que ni se había detenido a mirarla y se concentró en lo más importante y la razón por la que se hallaba en aquel bosque.

 

Atenta a la explicación que ambos magos realizaron acerca de la asignatura, sobre todo la parte donde se hablaba de las criaturas mágicas verdaderas y las Morpheadas, asintiendo en el momento en que se mencionó la parte de curar a las que resultaban heridas pues las otras al recibir cualquier maldición por parte de las demás alumnas se convertirían de nuevo en el objeto que haya sido morpheado.

 

Toda la explicación que Kelian le dio acerca de cómo se llevaría el curso, le hacía pensar que no la tendría nada fácil, pero estaba dispuesta a tomar ese riesgo para profundizar aún más en dicho conocimiento. Después de la última explicación Bastian el grupo conformado por Beltis y Ley comenzó a avanzar en la dirección que indicaba el Malfoy (tratando de encontrar la torre cambiante) y en la retaguardia iban tanto Kelian como Bodrik que debían estar pendientes de cómo actuar.

 

Bodrik se concentró en seguir el camino, tratando de memorizar cada señal que le ayudara a regresar hasta ese p*** en caso de ser necesario, además mantenía su varita empuñada a la espera del momento en que tanto Kelian como ella, tuvieran que intervenir en el desarrollo de la práctica que por el momento se centraba únicamente en el enfoque de Maldiciones.

 

 

-¿Es tu primera clase?- le preguntó al muchacho.

 

@ Malfoy

[Juliens]

—Lo es —contestó Kelian.

 

Con varita en mano, y con un maletín con varias pociones y unos cuantos instrumentos de primeros auxilios, continuó caminando en la retaguardia de aquel grupo. No era la primera ocasión que visitaba aquel lugar, su padre lo había llevado a conocer el sitio espiritual que encontró en su larga búsqueda. Un sitio en donde su conexión, aunque perversa, con la naturaleza era muchísimo más fuerte. Un sitio del que podía extraer mucha fuerza, mucha energía. Una isla que de verdad llegó a cambiarlo.

 

—Bastian jamás causaría daño a una criatura real. Por lo que los ataques que él lance podremos ignorarlos. En cuanto a las otras dos alumnas. Ellas si que tendrán que usar toda su fuerza si es que quieren que padre las apruebe —dijo el peliazul. Aún le pasaba que cuando Bastian no estaba cerca se le escapa llamarlo "padre".

 

El clima comenzó a cambiar mucho. Con cada paso que daban la temperatura descendía. Y no era precisamente un efecto directo de la torre. Habían dementores de verdad, bestias malditas cuya finalidad era proteger la torre de personas que no eran lo suficientemente hábiles para llegar a conocerla.

 

—Estamos cerca de los dementores

 

Siguieron avanzando. Una ramita crujió a poca distancia. Un arbusto se movió de forma misteriosa. Se desató el caos. Varias criaturas, Bastian no estaba segura del cuantas se hicieron presentes. Eran más que solo animales furiosos. Un enorme hipogrifo, que era real, cubierto de plumas negras dominaba el flanco derecho. En el centro, con movimientos poco naturales, caminaban un par de inferis que -por su estado- no llevaban mucho tiempo muertos. Un escreguto de cola explosiva amenazaba el otro lado.

 

—Ley, encárgate de los inferis —dijo el mago en un susurro.

 

Golpeó su bastón contra el suelo. Varias chispas salieron de la punta. El bastón, que era en realidad su varita mágicamente ampliada, se redujo hasta caber en su mano.

 

—Te escucho, no pienses saber lo que yo haría. Crucio.

 

Un rayo perverso abandonó su varita mágica hasta golpear en el cuerpo del hipogrifo oscuro. El animal chilló y cayó al suelo.

 

—Crucio —volvió a decir. La criatura quedó tendida en el suelo, inconsciente ante el dolor —. Cúrenla...

[Ley Gryffindor Rosier]

Mientras caminábamos por el sendero Bodrick y Kelian comenzaron una pequeña conversación, Beltis y Bastian por su parte, se encontraban en silencio. Saqué la varita y seguí caminando mientras observaba el bosque al que nos habíamos adentrado y en el que pasaban con dificultad los rayos del sol, iluminando muy poco. Supuse que a causa de aquello la temperatura comenzó poco a poco a bajar.

 

Pude darme cuenta de cómo el pasto se llenaba de una fina escarcha y cómo todo se volvía aún más oscuro... apareció la sensación de tristeza en el ambiente y a lo lejos se dejó ver el enjambre de dementores que se aproximaban a nosotros. Ahogué un grito y volteé la vista a los lados... nada más hermoso cubría el paisaje que un hipogrifo e ¿Inferis? ¿De verdad? Maldije por lo bajo y mis ojos casi se desorbitan cuando escuché de Kelian que tenía que hacerme cargo de ellos.

 

Odiaba a los infieris, siempre me habían parecido criaturas despreciables y asquerosas y aún no olvidaba cuando en un torneo me había tenido que meter con ellos.

 

Se acercaban contra nosotros... estaban cada vez más cerca... ¿Qué podía hacer? Pues bien, era la clase de maldiciones así que supuse que podía usar una maldicion imperdonable, no creía que me llevarían a Azkaban puesto que las tenía que practicar. Apunté a uno de ellos que casi se nos echaba encima y grité:

 

-Imperio- la criatura inmediatamente se dio vuelta para atacar a otro de ellos que se encontraba cerca, apunté la varita a otros recitando el mismo hechizo para que nos ayudaran. Pude ver cómo entre ellos se atacaban. Apunté la varita a otro de ellos.

 

-Crucio- se retorció pero no aullaba de dolor, por el hecho de que ya estaba muerto, sin embargo lo detuvo un poco. Seguí atacando ahora con un Sectusempra esperando que eso los detuviera. Uno a uno comenzaron a caer hasta no quedar ningún cuerpo muerto más atacando. Pasé saliva y arrugué la nariz ante el olor a muerto que despedían.

 

Volteé a ver a mis compañeros y a mis profesores, esperando que dijeran algo.

Editado 18 de Noviembre del 2015 por BrujaOesed

[Bodrik]

Bodrik estaba complacida sabiendo que sería la primera alumna del Chico, confiaba plenamente en su entrenamiento a manos del Bastián quien era de total confianza para la pelinegra, al menos en lo referente a las criaturas- Si él ha si tu maestro, debes estar bien instruido- afirmó además que se veía seguro de lo que estaban haciendo pues caminaba con paso firme mientras Bodrik trataba de seguirle el paso. Era seguro que ambos magos ya tenían conocimiento previo del lugar pues caminaban sabiendo exactamente por dónde caminar.

 

Escuchaba atentamente la explicación del Malfoy sabiendo de antemano que no estaba mintiendo sobre el esfuerzo que tendrían que hacer. De todas formas Bodrik no bajaría la guardia y se esforzaría al máximo para aprender y hacer los procedimientos de la forma correcta, de algo tenía que servir el tiempo que llevaba como Sanadora y jefe de planta dentro de San Mungo.

 

-Me tranquiliza escuchar eso- dijo refiriéndose a la explicación sobre las criaturas.

 

El grupo siguió avanzando encabezado por el trio dedicado a las maldiciones, pero poco tiempo después el clima se tornó frio y obscuro como si toda la tranquilidad que había experimentado antes, se hubiera esfumado en su lugar reinara la tristeza. Todo cobro sentido cuando escucho que había entrado en la zona de Dementores. Tres de sus clases de profundización en la universidad habían sido en presencia desemejantes criaturas; tal vez se trataba de la criatura predilecta de los Malfoy.

 

Para cuando el arbusto comenzó a moverse Bodrik ya estaba un poco nerviosa y sentía el impulso de al menos agarrar la mano del peli azul, pero era obvio que debía mostrarse más valiente por lo que se aguantó ayudada por una respiración un poco más profunda, a su vez que tenía la certeza que si algo se salía de control sus profesores deberían intervenir; bueno eso pensaba ella.

 

-Un Hipogrifo- dijo casi en un susurro. De verdad ella sentía un enorme respeto por esas criaturas aunque más de una vez había Morpheado alguno.

 

Casi en un abrir y cerrar de ojos Bastián había reducido su bastón a una varita con la que sin piedad ataco al animal que de inmediato comenzó a retorcerse de dolor - ¿Pero qué?- esto la había asustado más que el simple hecho de ver l ferocidad del animal .

 

Miro de reojo a su maestro, un poco nerviosa pero de inmediato camino en dirección del Hipogrifo que estaba exhausto y adolorido. Debía ser cautelosa para que no pensara que se trataba de una enemiga. Entonces haciendo una reverencia se acercó con lentitud esperando la respuesta positiva y solo en ese momento saco su varita mágica – Episkey- Pensó en dos ocasiones por si tenía algún hueso roto y luego de hacerlo llamó a Kelian para tomar de su maletín el Ungüento amnésico de doctor Ubby y así comenzar a aplicarlo en varios lugares para calmar su dolor.

 

@ Malfoy

Editado 18 de Noviembre del 2015 por Bodrik